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Tradicionalmente, la norma en la Iglesia ha sido que «DE SEXO NO SE HABLA». Norma que, lamentablemente, en muchos casos se ha trasladado a los hogares. De ahí que algunas generaciones se hayan criado con una desinformación absoluta. Actualmente, esta situación ha cambiado en muchos países. Y lo ha hecho de forma tan radical que en muchos países de Europa se reparten preservativos a los adolescentes gratuitamente. Así, de nada hemos pasado a «todo»; del tradicional «DE SEXO NO SE HABLA», hemos pasado al «SIN SEXO NO SE VIVE». Y, sin embargo, la desinformación y los mitos subsisten. Este libro plantea una tercera vía: «DE SEXO SÍ SE HABLA«. A saber, sostiene que la Iglesia no puede mantenerse al margen, sino que debe tomar una parte activa en la educación sexual de los jóvenes y adolescentes cristianos y facilitarles información franca y equilibrada que disipe todos los mitos y aclare todas sus dudas.
Tradicionalmente, la norma en la Iglesia ha sido que «DE SEXO NO SE HABLA». Norma que, lamentablemente, en muchos casos se ha trasladado a los hogares. De ahí que algunas generaciones se hayan criado con una desinformación absoluta. Actualmente, esta situación ha cambiado en muchos países. Y lo ha hecho de forma tan radical que en muchos países de Europa se reparten preservativos a los adolescentes gratuitamente. Así, de nada hemos pasado a «todo»; del tradicional «DE SEXO NO SE HABLA», hemos pasado al «SIN SEXO NO SE VIVE». Y, sin embargo, la desinformación y los mitos subsisten. Este libro plantea una tercera vía: «DE SEXO SÍ SE HABLA«. A saber, sostiene que la Iglesia no puede mantenerse al margen, sino que debe tomar una parte activa en la educación sexual de los jóvenes y adolescentes cristianos y facilitarles información franca y equilibrada que disipe todos los mitos y aclare todas sus dudas.
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Tradicionalmente, la norma en la Iglesia ha sido que «DE SEXO NO SE HABLA». Norma que, lamentablemente, en muchos casos se ha trasladado a los hogares. De ahí que algunas generaciones se hayan criado con una desinformación absoluta. Actualmente, esta situación ha cambiado en muchos países. Y lo ha hecho de forma tan radical que en muchos países de Europa se reparten preservativos a los adolescentes gratuitamente. Así, de nada hemos pasado a «todo»; del tradicional «DE SEXO NO SE HABLA», hemos pasado al «SIN SEXO NO SE VIVE». Y, sin embargo, la desinformación y los mitos subsisten. Este libro plantea una tercera vía: «DE SEXO SÍ SE HABLA«. A saber, sostiene que la Iglesia no puede mantenerse al margen, sino que debe tomar una parte activa en la educación sexual de los jóvenes y adolescentes cristianos y facilitarles información franca y equilibrada que disipe todos los mitos y aclare todas sus dudas.
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