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CÓRDOBA, 2006
Musicalia
REVISTA DEL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA «RAFAEL OROZCO» DE CÓRDOBA
N.º 4 Enero 2006
CONSEJO DE REDACCIÓN:
COORDINACIÓN EDITORIAL
Luis Pedro Bedmar Estrada
VOCALES
Manuel Abella
Alfonso Vella
Juan de Dios García Aguilera
Manuel Ureña Delgado
PORTADA
“Sin título”, de Eduardo Lara Giménez
IMPRIME
Ediciones Gráficas Vistalegre
C/. Ingeniero Ribera, s/n. (Pol. Ind. Amargacena)
14013 Córdoba
DEPÓSITO LEGAL
CO-1395/2002
I.S.B.N.:
84-688-0474-6
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EDITORIAL
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ÍNDICE
3. Chopin profesor.
Dª. Mª Dolores Moreno Guil. ........................................................................ 57
5. La ruta de la vihuela.
Dª. Trinidad Molina Ramiro. ........................................................................ 89
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La técnica de la trompeta:
Evolución de las diferentes
escuelas y sistemas pedagógicos
a lo largo de la historia.
Estudio comparativo
de las diferentes escuelas.
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SEGUNDA PARTE
Se completa con esta segunda parte la publicación del artículo que
comenzamos en el anterior número de esta revista2.
1
Antonio de Contreras Vilches, Doctor en Filosofía y Catedrático de Música, ocupa actualmente
una Cátedra de Guitarra en el Conservatorio Superior de Música “Rafael Orozco”de Córdoba,
donde imparte, entre otras, las asignaturas de Improvisación y Acompañamiento (Especialidad de
Guitarra), Armonía aplicada a la Guitarra y Fundamentos del Jazz.
2
Ambos artículos se han extraído y adaptado de la Tesis defendida por el autor en 2002 bajo el título
de “El guitagrama: un lenguaje para la composición musical dinámica” (la referencia completa
está en la Bibliografía, al final de este artículo), por la que el autor obtuvo la distinción de Premio
Extraordinario de Doctorado en la Universidad de Sevilla.
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Vid. 2.1. Modalidades de construcción de un solo, en la primera parte de este artículo.
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J. Pressing trata en profundidad este asunto en el artículo que citamos al final de esta nota. Bástenos
aquí, para aclarar el concepto de redundancia, decir que se refiere a aquello que permite al intérprete
“máxima flexibilidad en la elección del camino a seguir, de modo que ante cualquier impulso creativo
que puede presentarse como una intención y sea cual sea la carga atencional que se prepare, recibirá
un sentido en términos de organización cognitiva y su correspondiente realización motora estará
disponible dentro de los límites del procesamiento en tiempo real. El control de la producción de
eventos tiene un carácter heterárquico (no jerárquico) y por tanto puede potencialmente saltarse
rápidamente de un área de control cognitivo a otra, de ahí que pueda considerarse la estrategia más
efectiva para la improvisación” (“...maximal flexibility of path selection, so that whatever creative
impulse presents itself as an intention, and whatever attentional loadings may be set up, some means
of cognitive organization and corresponding motor realization will be available within the limiting
constraints of real-time processing (...). Control of event production is heterarchical, and may
potentially shift rapidly from one cognitive control area to another. Indeed this must be considered
the most effective strategy for improvisation.”) (J. Pressing, en Sloboda, 1988.159-161).
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Sabido es que guitarristas como Django Reinhardt y Wes Montgomery nunca aprendieron a leer
música. Los casos de Lester Young y Eddie Barefield son citados en Berliner 1994, 775. Nota 5.
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“Hacia los cuarenta la lectura musical era ya una parte de la formación de la mayoría de los músicos”
(“By the forties, learning to read music was part of the training of most jazz musicians”) (Ibíd.)
7
El lenguaje del jazz posee su propio corpus teórico en el terreno de la armonía que, aunque puede
considerarse en su origen heredero de la armonía clásica de fines del XIX (especialmente significativa
y clara es la influencia del impresionismo), pronto comienza a adquirir voz propia y hoy puede
estudiarse de forma autónoma, como un estilo específico, con sus escuelas y técnicas propias. Un
excelente manual de teoría y armonía del jazz, bastante comprehensivo y claro ha sido publicado
no hace mucho por Levine (Levine,1995) .
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Pese a los valiosos trabajos de autores como Harry Parch (“Ring Around the Moon”, 1964),
George Crumb (“Songs, Drones and Refrains of Death”, 1968) o Gudmunsen-Holmgreen (“Solo
for Electric Guitar”, 1971/72) entre otros. Una visión panorámica bastante completa del empleo de
los recursos tímbricos de la guitarra eléctrica en la música clásica contemporánea puede encontrarse
en Schneider, 1985.
9
Una opción alternativa a practicar haciéndose acompañar de los discos son las colecciones de
grabaciones llamadas “play along”, colecciones didácticas diseñadas a tal fin, que proporcionan al
estudiante un texto de apoyo con las partituras de los temas, conceptos teóricos y transcripciones
de solos, y en cuya grabación aparece sólo el acompañamiento de la sección rítmica, para que el
alumno toque sobre ella. La más conocida y empleada es la publicada por Jamey Aebersold (“A New
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Approach to Jazz Improvisation”. New Albany, In. USA), con más de cien volúmenes dedicados
a diversos temas y autores. También, y en época reciente, la práctica de tocar acompañándose de
las grabaciones está siendo complementada (cuando no sustituida) por el empleo de programas de
ordenador que realizan esa función de acompañamiento con gran versatilidad (con la posibilidad
de regular la velocidad, modificar los acordes, los instrumentos que acompañan, los estilos de
acompañamiento, además de generar solos, introducciones, finales...El programa más empleado en
este sentido es el llamado “Band-in-a- Box” (Peter Gannon. “P.G. Music” Inc. Buffalo, NY. U.S.A)
10
De forma en cierto modo similar a la primera función de los conceptos teóricos, tal como vimos
en el punto anterior.
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El más conocido y usado tradicionalmente ha sido, probablemente: Baker, David N.:
Improvisational Patterns. The Be Bop Era: Vol. 1. Charles Colin. New York, 1979. También suelen
estudiarse patrones extayéndolos de las transcripciones de solos. En este caso el libro más empleado
es el de transcripciones de Charlie Parker: Goldsen, Michael H. (Ed.): Charlie Parker Omnibook.
Atlantic Music Corp. N.Y. 1978.
12
Bergonzi 1992, 31-32. Para hacernos una idea de la importancia que este autor concede al tema en
esta obra, diremos que se trata del mayor bloque de texto de todo el libro (dos páginas completas, en
una obra eminentemente práctica, dominada casi por completo por ejercicios escritos en notación
musical, acompañada de un disco compacto para la realización de los mismos y con breves textos
que aportan escuetas indicaciones sobre la correcta realización de dichos ejercicios).
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“Visualization is something we all do. In fact, putting a visual form before the mind’s eye or forming
a mental image is something that precedes most things that we do. Baseball players visualize the
pitch that is about to come in anticipation of how they will swing. Basketball players visualize their
moves both defensively and offensively. Lawyers visualize their legal arguments. Composers visualize
their musical options. Jazz Musicians visualize their improvisation”. (Bergonzi 1992, 31).
14
Su método no va dirigido a ningún instrumento en concreto, pero Jerry Bergonzi es un conocido
saxofonista.
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“Maintaining a relaxed mental and physical posture, the first step is to visualize the changes of
a tune in block chord fashion. See each chord or change as a whole rather than as four individual
notes. For example, if the chord is F major, you would envision this picture: (...) From this mental
image of an F major chord, the individual notes F-G-A-C can then be arranged in any order. It
is much easier to grab the melodic notes for each chord change when you already have the block
chord picture in mind”. (Bergonzi 1992, 32).
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“Suppose you want to move from one chord to another. The first step is to play the initial chord and
then stop. Leave the fingers in place but relax the tension on them. The next step is to look at the place
on the fingerboard where the next chord will be and picture in your mind as clearly as possible what
the new finger pattern will look like. Then, in a relaxed way, shape the finger into the new pattern.
Wherever possible, place the shaped fingers lightly on or very close to the respective strings on which
they will be playing. The fingers will thus be ready to move as directly as possible to the notes they will
play. The next step is to make the actual move. For greatest accuracy, move slowly and deliberately.
To start with, you may want to keep your eyes open for this visualization exercise, but if your mental
image is clear, you will be able to do it with your eyes closed”. (Ryan 1991, 180).
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Aspecto que Bergonzi no pasa por alto, cuando caracteriza la visualización como: “El proceso de
visualizar con los ojos de tu mente lo que oímos con los oídos mentales” (“the process of picturing
in our mind’s eye what we hear in our mind’s ear”. Bergonzi 1992, 31).
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En el marco del III Seminario de Jazz y Flamenco, celebrado en el Teatro Central de Sevilla, del
26 de febrero al 3 de marzo de 2001, al que el autor asistió como alumno activo.
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Por ejemplo, entre los guitarristas, Pat Martino es uno de los que emplea este recurso más
frecuentemente y demostrando una enorme inventiva. Cfr: Khan 1991, 13, 19, 21, 25, 26, 31,
34-35, 39, 44 y 45.
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Autores como Dexter Gordon o Ben Webster han sido auténticos expertos en esta técnica.
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Que podemos traducir por “paso” o “marcha”.
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“Music can be thought of as a sound/silence relationship, and therefore space, or rest, should
be considered an important feature. We normally (naturally) spend much more time practicing the
“sound” aspect of this relationship than the “silence”, and consequently our solos can tend to lack
balance in this area. The balance between playing and resting - or any pair of “opposites” - need not
be equal, just musical or desirable. Throughout certain sections of a solo it should be obvious that
the player is purposely controlling the use of rest or space to achieve a desired balance. Surrounding
ideas with rest gives them shape and definition, in much the same way a frame or border defines
a picture inside. It allows time for the effects of the ideas to be heard, realized and appreciated by
the audience, the band, and most of all, you - the player. Pacing is used to contrast, balance and
build toward climatic sections of a solo, which can involve more continuous, high-energy playing.
These peak points typically occur at or near the end of a solo, but may happen in the beginning or
middle as well. Their effectiveness, however, depends largely on how well the solo is paced both
before and after the climaxes are reached”. Crook 1991, 17.
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El groove se situaría en el plano de análisis del continuum rítmico de Jan LaRue: “El continuum
tiene más alcance que el metro para representar la jerarquía total de expectativa e implicación en
el ritmo; la consciencia de un pulso continuo del que inferimos una estructura multidimensional de
movimiento que hace posible las notas mantenidas o los intervalos de silencio” (LaRue 1989, 68).
En este plano, el groove sería la explicitación concreta del continuum en un momento dado de la
interpretación, incluyendo todo el contenido sonoro y por ende emocional (no sólo la abstracción
teórica del pulso que supone el continuum). Como se aprecia aquí, en muchas ocasiones los
términos útiles en el análisis de partituras de música, digamos, “precompuesta” no son todo lo
útiles que desearíamos para afrontar un ejercicio analítico de la improvisación colectiva que
implica el jazz.
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Empleamos aquí el término “crecimiento” en el sentido que LaRue introduce en su obra ya
citada: “La idea estiloanalítica de la forma musical, tomada como elemento resultante y a la vez
combinador, requiere un término nuevo y estimulante que sirva para expresar la inmediatez y
vitalidad de la propuesta funcional, así como para disolver las rigideces sugeridas por la palabra
forma, lamentablemente estática. Por fortuna, la palabra crecimiento satisface admirablemente
estos requisitos, puesto que sus connotaciones incluyen el sentido de continuación expansiva
tan característico de la música y, además, la sensación paralela de ir logrando algo permanente”.
LaRue 1989, 88.
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Excúsese el empleo de un término tan ambiguo aquí, pero es la metáfora más empleada en este
caso por los propios músicos y en los estudios teóricos sobre la improvisación. Además, creemos
que , por el contexto, está suficientemente claro lo que queremos decir.
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“All music is drama, and on the ability of the improviser to handle dramatic devices rests a
considerable portion of his success as a jazz player. There is an infinite variety of ways to play a
given phrase, a scale, one chord, or even one note. The performer is encouraged to be as adventurous
as possible. No combination of scale patterns and dramatic devices should be considerad too “for
out”. The jazz player must work constantly to create and maintain interest using dramatic devices.
Working within the following areas, much can be done to create excitement and drama: 1. Dynamics;
2. Articulations; 3. Range and tessitura; 4. Dramatic effects.” (Baker 1979, 22).
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“The most common intensifiers are: (1) range - starting a solo in the low range of the instrument
and gradually raise the range over the course of the entire solo; (2) volume - starting a solo at
a very soft level, becoming louder throughout the solo; (3) rhythmic density - using long note
durations, graduating to shorter durations; (4) harmonic density - starting a solo with simple notes,
functionally, like roots and fifths or basic chord notes, moving on to ninths and thirteenths, then
gravitating to outside playing (deliberate dissonances); (5) special devices of various types which
invoke humor, pathos, exhilaration, etc., generally short-lived but exciting when placed correctly into
the context of the solo. Examples might include quotes from silly songs or sources, heart-breaking
bends and glissandi, thrillingly high and singing notes, or a funky phrase that simply ‘swung its
tail off’.” (Coker 1980, 60).
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Nos referimos con ello a temas de estructura armónica bastante simple, como “Impressions”,
que consta sólo de un par de acordes: Dm7 y Ebm7.
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El paradigma del primer tipo podría ser Miles Davis, el del segundo, Charlie Parker, pero
considérese lo dicho únicamente a título ilustrativo, pues ciertamente se trata de una afirmación
excesivamente simplista.
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A este respecto el ya citado J. Pressing afirma que una importante fuente de conducta novedosa en
improvisación proviene más bien de la representación motriz de nuevas combinaciones de valores
de los componentes de los conjuntos, más que de la creación de nuevos conjuntos. La generación
de novedad en la improvisación se produce pues mediante la alteración de los valores de objetos,
características y procesos ya existentes. Las acciones nuevas son así construidas primariamente
como distorsión de aspectos de las existentes (Pressing, 1988).
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“Play what you hear, not what you know”. Citado en Berliner 1994, 263.
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“The jazz player must conceive an idea, place it in a tonal perspective, translate it into actual
notes for his instrument and play, all this in a split second. This demands a very special kind of
hearing - an ability to hear everything he plays before he plays it. This is not to say that there are
not musical aids for the jazz player. For instance, when a player knows the chords to a tune he may
draw on his storehouse of patterns, scales, cliches etc. and just put the right one in the right place.
(i.e. on F minor seventh he might use any one of the F minor seventh patterns that he knows).
It is, however, my contention that improvised jazz takes place on three basic levels.
Level I - The player plays only things that he has played before; memorized patterns, certain
scales which are securely a part of his repertoire etc. (This is the level of mediocre players.)
Level II - The player draws liberally on the patterns, cliches, etc., but he also occasionally tries
things that are in his realm of experience but that he has not actually tried before. (This is the level
of most jazz players).
Level III - The player consistently plays using ideas that he has not played before, drawing on his
fund of knowledge, putting things together that were formerly apart, trying completely different things.
This is the ultimate level to which all jazz players should aspire.” (Baker 1979, 79).
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“The experience of negotiating through the ever-changing patterns around them from the
perspective of their personal structural maps is a rich and dynamic one for improvisers. It potentially
involves the imaginative play of sounds, physical gestures, colorful shapes, and abstract symbols,
whose gestalt creates the impression of perpetual movement through a multidimensional musical
realm. Although the emphasis upon distinct imagery can differ from individual to individual and
vary within performances, artists commonly describe aural musical representations in their thoughts
and perceptions as preeminent. Not surprisingly, then, the jazz tradition generally elevates aural
musical knowledge, with its associated powers of apprehension and recall, to the paramount
position” (Berliner 1994, 93).
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Es decir, en el mismo momento en que se está creando la historia. Empleamos aquí este término
tomado del campo de la inteligencia artificial, y traducción literal de la expresión inglesa “real
time”.
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Recomendada, por ejemplo en Aebersold, Jamey: Cómo Improvisar en Jazz y Tocar. Jamey
Aebersold Jazz Inc. 1994, New Albany In. USA.
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Y nos gustaría distinguir, antes de seguir adelante, entre “frases”, “patrones” e “ideas”: Con
“patrones” queremos resaltar el componente teórico, abstracto; se trata de un recurso teórico,
diseñado en muchos casos para adquirir destreza técnica. Este recurso puede consistir en el desarrollo
de una razón lógica (por ejemplo, recorrer una escala desplegando la razón: “intervalo de tercera
ascendente - intervalo de segunda descendente”, lo que daría, sobre la escala diatónica de do
mayor, el siguiente patrón: C - E - D - F - G - B...etc). El término “frase”, por su parte, tiene unas
connotaciones más cercanas al componente comunicativo, verbal, por decirlo así. Se trata de especie
de ideas de laboratorio , tal vez originadas en una situación de improvisación real, o de ensayo,
pero que se guardan en la memoria y se practican en una forma tal vez rítmicamente simplificada,
se comprueba su eficacia en determinados contextos y se almacenan para su eventual uso en la
improvisación. Las “ideas”, ya lo hemos dicho, son el componente básico de la improvisación
real, bien en su forma inicial o germinal, bien en sus desarrollos y transformaciones a lo largo
del solo. Con carácter general “idea” implica algo surgido espontáneamente, en el momento de la
improvisación, “frase” apela al carácter previsto, premeditado y en ese sentido, poco arriesgado,
pero aún con contenido comunicativo, “patrón” se refiere a un ejercicio técnico. Por supuesto están
muy relacionados, y sólo el intérprete sabe en cada momento cuál está alimentando su solo. Esto
al menos en principio, aunque al poco el oyente también captará el nivel de espontaneidad creativa
del mensaje. Sobre esto último volveremos más adelante, y recuérdese también la clasificación de
Baker en las páginas anteriores.
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Y seguimos en este punto de nuevo a Berliner (1994, 187 - 189).
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David Baker, por su parte, trata con profundidad este mismo asunto, citando hasta diecisiete
modalidades de desarrollo de ideas, entre las que se incluyen, por ejemplo, técnicas tomadas del
contrapunto escolástico (como la inversión, retrogradación o inversión retrogradada). (Cfr. Baker
1979. Capítulo XIII: “Techniques to be used in developing a melody” pp.95 - 103).
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El ritmo armónico se refiere a la duración de los acordes de una progresión.
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“Be Brave. Go Ahead and Play Outside” . Levine 1995, 192.
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Miles Davis cuenta, en su autobiografía algunas anécdotas al respecto, como la citada en relación
con Charlie Parker:
“Una semana aproximadamente antes de la noche del debut, Bird convocó ensayos en un estudio
llamado Nola. Muchos músicos ensayaban entonces allí. Cuando convocó los ensayos no le creyó
nadie. Nunca anteriormente había hecho algo similar. El primer día de ensayos se presentaron
todos, excepto el propio Bird. Esperamos por lo menos un par de horas, y al final quien dirigió el
ensayo fui yo.
Llegó la noche de la primera actuación, y el Three Deuces estaba atestado. A Bird no le habíamos
visto el pelo en una semana, pero estuvimos ensayando hasta perder el culo (sic.). Y de pronto entró
aquel negrito sonriente y eufórico, preguntando si todos estábamos a punto para tocar, con aquel falso
acento británico que tanto le gustaba utilizar. Cuando fue el momento de atacar el primer número,
preguntó: «¿Qué tocamos?» Yo se lo dije. Él asintió, contó los compases y tocó cada jodida tonada
en el tono exacto en que la habíamos ensayado. Tocó como un hijoputa. No falló un compás, una
nota, no tocó fuera de tono en toda la noche. Algo grande. Nos quedamos pasmados como idiotas.
Y cada vez que se volvía y veía que le mirábamos atónitos, simplemente sonreía como diciendo:
«¿Acaso dudabais?» “ (Davis y Troupe 1991, 104).
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ofrecerle pistas para que se orien- Por otro lado, un solo puede
te, o bien, en el peor de los casos, verse también como una conver-
retomar la estructura siguiendo sación del solista con la pieza,
al solista.42 pues, como también hemos co-
mentado, se pueden prever y tener
trabajadas una serie de ideas, pero
5. La interacción del grupo. lo que no es previsible (a menos
que renunciemos a lo más propio
Entre las numerosas metá- e intrínseco de la actividad impro-
foras empleadas habitualmente visatoria), es el momento exacto
para referirse a un solo de jazz, en que las ideas van a surgir, y el
muchas de las cuales ya hemos resultado de la interacción de la
mencionado, nos queda una idea con el momento armónico
que puede tener a su vez varios correspondiente.
sentidos: un solo es como una
conversación. Finalmente, en un tercer sen-
tido, podemos considerar un solo
Podemos considerar el solo, como una conversación e interac-
por un lado, como un monólogo, ción del solista con el grupo. Ya
pues ya hemos analizado el com- hemos hablado en parte de ello
plejo proceso que se desencadena al definir el término groove. La
desde la primera nota que se da, interacción de los miembros del
no solo a nivel de la generación y grupo es uno de los aspectos que
manipulación de ideas, sino en un se vive con más intensidad en la
plano más general, a nivel de es- improvisación jazzística, y que
tructura dramático-emocional. exige un altísimo nivel de con-
42
Un caso de este tipo de adaptación de la sección rítmica al solista es analizado con todo detalle
por Ingrid Monson, donde, del análisis de una grabación y de la investigación de la autora (que llega
a preguntar sobre el caso a los propios protagonistas) se deduce cómo gracias a la aguda atención
mutua y a la flexibilidad y capacidad de adaptación de los músicos se pudo salvar una situación
de desfase entre éstos durante una grabación. Allí se aprecia cómo los protagonistas priorizaron en
todo momento la necesidad de mantener la banda unida sobre el respeto estricto a la forma de la
pieza (“Harris thus emphasized that keeping the band together was more important that keeping
rigidly to the form in such circumstances”. Monson 1996, 169). Enseguida Ralph Peterson, otro
de los protagonistas de la grabación apostilla: “Es más musical seguir a los demás, a sabiendas
de que van equivocados, y convertirlo entonces desde ese punto en acertado (...) que mantenerse
en el sitio mientras todos los demás van por un lugar erróneo” (“It’s more musical to be wrong
and go with everybody else’s wrong and make it right from that point...than it is to stay right when
everybody else is wrong...just to prove that you know where you are”. Ibíd). El caso completo se
explica con detalle en Monson 1996, 152 - 171.
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“How to relate to the rhythm section is a matter of great concern and one that must be solved
time and time again in the course of a solo. It seems that there are three basic ways to relate to
and play with a rhythm section:
a. Playing with the rhyhm section. (i.e., moving tonally, moving rhythmically, double timing
when the rhythm double times, etc.).
b. Playing against - contrasting the volume, the density, the registers of the rhythm section, not
double timing when the rhythm section does, double timing when the rhythm section plays straight
or half time, etc.
c. Playing on a parallel plane using the same material (or various aspects of it) as the rhythm
section but functioning relatively independently.
Obviously there is a great deal of overlapping between the three categories and most players
do all three, many times within the same chorus (Baker 1979, 104 – 105).
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Mann, 1986, 154-55.
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Ratner 1956, 441.
46
Bakhtin, Mikhail. 1981. “Discourse in the Novel”. In The Dialogic Imagination: Four Essays,
Edited by Michael Holquist, 259 - 422. Originally published 1935. Austin: University of Texas
Press.
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“The indivisibility of musical and interpersonal interaction underscores the problem of thinking
about jazz improvisation as a text. At the moment of performance, jazz improvisation quite simply
has nothing in common with a text (or its musical equivalent, the score) for it is music composed
through face-to-face interaction. Musicologists familiar with the eighteenth century will counter that
contemporary writers also referred to the conversational and rhetorical aspects of music making.
Friedrich Wilhelm Marpurg spoke of subject and answer in his description of the baroque fugue
(Mann 1986, 154-5547), while Heinrich Christian Koch likened the relationship of antecedent and
consequent in periodic phrasing to the subject and predicate of a sentence (Ratner 1956, 44147).
Language metaphors are in fact extremely common in many musical periods and many cultures. An
eighteenth century score, however, is far more like a novel in Mikhail Bakhtin’s (198147) sense than a
conversation: if a novel portrays multiple characters and points of view all refracted through a single
author’s pen, a musical score presents multiple musical lines, instruments, counterpoints, textures,
and harmonies coordinated by the composer. Performance of these musical texts — transformation of
the notation into sound — includes multiple participants, but in Western classical music performers
are generally not allowed to alter or (in some repertories) even embellish this musical notation.
In jazz improvisation, as we have seen, all of the musicians are constantly making decisions
regarding what to play and when to play it, all within the framework of a musical groove, which may
or may not be organized around a chorus structure. The musicians are compositional participants
who may “say” unexpected things or elicit responses from other musicians. Musical intensification
is open-ended rather than predetermined and highly interpersonal in character — structurally far
more similar to a conversation than to a text”. (Monson1996, 80 - 81).
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“Chopin Profesor”
1
Samson, Jim : The music of Chopin, Clarendon Press, London, 1985, pp. 7-8.
2
Rattalino Piero: Historia del piano, Span Spress, 1997, p.137.
3
George Sand en Samson, Jim : The music of Chopin, Clarendon Press, London, 1985, pp. 4.
4
En Ibídem, p. 4.
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5
Eigeldinger, Jean- Jacques: Chopin pianist and teacher as seen by his pupils, Cambridge University
Press, 1986, p. 56.
6
Esta búsqueda de una refinada sonoridad la encontramos en el Chopin adolescente. A pesar de ser
criticado por su débil sonido en sus primeros conciertos en Viena (11 de Agosto de 1829) dejó claro
en algunas cartas que prefería que se le tachara de tocar piano a fuerte.(Eigeldinger, pp. 127-128)
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7
Para conocer más sobre los alumnos de Chopin consultar Eigeldinger: “Chopin pianist an teacher
as seen by his pupils”,1986, pp. 161 – 189.
8
Ibídem, pp. 9-13
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El Pleyel pianino era un instrumento pequeño no más amplio que su teclado e ideal para espacios
reducidos. De bella sonoridad era fácil de tocar, repetía bien y su volumen sonoro bastante
considerable para su tamaño. Tuvo un gran éxito de ventas.
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Después de la muerte de Chopin este autógrafo pasó a Ludwica Jedrzejewicz, que era la hermana
mayor del compositor, que hizo copias fieles de parte de este manuscrito aunque también añadió
partes que no recogían el original. La hermana de Chopin dió el manuscrito original a la Princesa
Marcelina Czartoryska en 1850 que posteriormente legó a la pianista Natalia Janotha (1856-1932).
La primera publicación (1896) , traducido al inglés, con un capítulo introductorio de Kleczynski,
seleccionaron arbitrariamente y pasajes revisados del manuscrito como de la copia de Jedrzejewicz.
En 1936 el manuscrito de Chopin fue adquirido por Alfred Cortot en Londres. Después de su muerte
en 1962 pasó a la collección de Robert Owen Lehman y está depositado actualmente en la Pierpont
Morgan Library de Nueva York.
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11
Sobre el “Proyecto de un Método” de Chopin consultar :
• Chopin, Frédéric: Esquisses pour une Méthode de piano, editado por Jean- Jacques Eigeldinger.
Flammarion, París, 1993.
• Eigeldinger, Jean- Jacques: Chopin pianist and teacher as seen by his pupils, Cambridge
University press, 1986.
• Cortot, Alfred: Aspectos de Chopin, Alianza Editorial, Madrid, 1986.
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En su proyecto de método el recoge expresiones sobre la música como :
• La expresión del pensamiento a través del sonido.
• La manifestación de nuestros sentimientos por medio de los sonidos.
• El arte de expresar pensamientos propios a través de sonidos.
• La expresión de nuestras percepciones.
• Usamos sonidos para hacer música tal y como usamos palabras para el lenguaje.
• El indefinido lenguaje musical.
• Un sonido abstracto no hace música, como una sola palabra no es lenguaje.
13
Como para Beethoven, el Fraseo debía reproducir los ritmos y las proporciones de la lengua
hablada:
• Una nota más larga es precisa tocarla más fuerte, como una más aguda.
• Una disonancia y una síncopa es más marcada.
• Una melodía ascendente es cresc. Y una descendente descr.
• Los acentos naturales: de 2 notas la 1ª, de 3 la 1ª,...
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14
Moscheles definió al piano de Chopin así : “No pierde los efectos orquestales que la escuela
alemana requiere del pianista, pero nos permite ser un cantante que, despreocupado del
acompañamiento, da rienda suelta a sus sentimientos.”
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15
Liszt describe a Chopin como un entusiasta de Bach. Los preludios y fugas aparecen en su práctica
y estudio diario del piano; fue la única partitura que llevó consigo a Mallorca. En una conversación
con Lenz refirió que los días anteriores a un concierto prefería prepararse tocando Bach.
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Las principales innovaciones son:
1.- Independencia del pulgar, utilizándolo en teclas negras y en fragmentos melódicos.
2.- Permitir que el 3º, 4º y el 5º dedo de la mano derecha crucen sobre sí en pasajes cromáticos.
3.- Cruzar estos mismos dedos en pasajes cromáticos.
4.- Pasar el 5º dedo sobre el pulgar.
5.- Usar el mismo dedo en notas sucesivas en una línea melódica, diatónica y cromática.
6.- Notas repetidas con el mismo dedo, mientras el dedo y el tiempo lo permitan.
17
Según Eigeldinger la estética de Chopin, además de su pianismo y composición, está mucho
más influenciada por Hummel que por Field. Destaca como David Brason en “John Field and
Chopin”(1972) muestra el gran parecido del Concierto para piano op. 85 de Hummel con el op.
11 de Chopin.
18
En la 2º parte del Método de Hummel aparecen unas digitaciones que Chopin utlizará: usar el
pulgar y 5º dedo en tecla negra, cruzar un dedo por encima de uno más corto o por debajo de uno
más largo, usar el mismo dedo en 2 ó más teclas diferentes.
19
Chiantore, Luca : Historia de la técnica pianística, Alianza música, 2001, p. 313.
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20
Para más información consultar Ibídem, pp 306-339.
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21
Consultar:
• Rowland, David: A History of Pianoforte Pedalling, Cambridge University Press, 1993, pp.
105-109, 122-130.
• Eigeldinger, Jean- Jacques: Chopin pianist and teacher as seen by his pupils, Cambridge
University press, 1986, pp. 57-58.
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24
Eigeldinger en : “Chopin pianist an teacher as seen by his pupils”, 1986, pp. 128-130,describe
muchas similitudes entre estos dos compositores. En primer lugar en la edición de las obras de
Debussy podemos encontrar una descripción de su técnica que sin lugar a dudas podíamos transportar
a Chopin: “Lo que define el toque de Debussy es : una sonoridad llena y profunda, un toque de gran
delicadeza y perfección, maestría en el control de los matices y un imperceptible rubato enmarcado
dentro del pulso.” ( Durand II,p. 37)). También hay que destacar la veneración de Debussy por el
compositor polaco: realizó una cuidadosa edición de las obras de Chopin para Duran (1914-15)
y sus “Doze Etudes” de 1915 están dedicados a la memoria de Chopin. Por último no debemos
olvidar que Debussy adoraba los pianos Bechstein por su teclado ligero y cómodo, cualidades que
Chopin vio en los pianos Pleyel.
25
En Neuhaus, Heinrich: El Arte del Piano ,R eal musical, Madrid, p.90.
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CT: Creo que si, o en todo de esas cosas que se que tocas
caso, mi impresión era que Sainz de todas maneras” y me atreví
de la Maza estaba un poco celoso a tocarle una pequeña pieza que
de la fama de Pujol. Y Yo, un chi- había compuesto al estilo de
co joven, que venía de Lérida y Lauro. Cuando acabé me dijo:
que tocaba con yema se encontró “No conocía este vals de Lauro”
con un profesor que le decía:” las Y le conteste “no es de Lauro es
uñas así de largas (señalándose) una pieza mía”. Y el maestro me
y con la cara y déjate de yemas y dio la enhorabuena tomándome
esas cosas…”. Esto me puso rece- la mano. Eso es un recuerdo de
loso de mi fanatismo respecto a adolescencia que se me ha que-
Pujol. Recuerdo muy bien un día dado grabado.
que Eduardo me tocó una versión
del Abejorro reelaborada por Él JR: ¿y con Alberto Ponce?
y me la mostró como queriendo
decir “si, Pujol ha tenido esta CT: Antes de llegar a Alberto
idea, pero no acaba de… se puede Ponce pasé por José Tomás,
hacer mejor”. En fin, teníamos es más, antes de llegar a José
una relación de tira y afloja y eso Tomás, siendo aún alumno de
terminó por decidirme a dejar sus Eduardo, me escapé de Barcelona
clases tras 4 o5 meses de trabajo -digo me escapé porque Eduardo
con Él. (Breve pausa) quería “tenerme atado”- he hice
mi primer concurso en Palma de
He de decir que con el paso Mallorca, el “Andrés Segovia”.
del tiempo me he acordado no Tenía 16 años. Allí tuve uno de
solo de esos puntos de fricción los encuentros más importantes
sino también de otras cosas que de mi vida profesional: conocí a
me marcaron positivamente, so- David Russell. Fue un impacto
bre todo sus comentarios sobre verle tocar; aún recuerdo su “Ma-
música… droños”, sus sonatas de Scarlatti,
con ese sonido tan peculiar, y
Una de las cosas que me esas características tan maravil-
exigió como profesor fue que losas que ya tenía. Fue Él quién
no tocara repertorio diferente me aconsejó conocer y tomar
al que trabajaba con Él. Esto no clases con José Tomás.
me gustaba y Él debió notar que
no le hacía caso en ese punto. José Tomás era, desde lu-
Un día me dijo: “tócame alguna ego, uno de los maestros más
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en eso hay que corregir a Juliam a través de los ruidos del gramó-
Bream en su prólogo del libro de fono y los crujidos de los discos
Romanillos. Aparte de eso, como antiguos). Y sobre todo, la huella
compositor, no se si se le puede que dejó: sabemos del impulso
poner al lado de Sor o de Tárrega que supuso la obra de Falla, que
pero creo que lo tenemos que escribió gracias a su insistencia,
conocer y ese disco de Stefano y el caso de Villa-lobos que
Grondona, que acaba de apa- después de esas primeras tentati-
recer, nos da muchas sorpresas. vas de la Suite Popular Brasileña
Tocando con “La Leona”. y de que Llobet programara en
sus conciertos el Chôros nº 1,
Julián Arcas tiene un mérito retomó la composición para gui-
fundamental: su asociación con tarra a mediados de los años 20.
Antonio de Torres Ese capítulo está -en mi opinión-
confundido; Villa-lobos escribió
JR: Desde que el archivo de sus estudios no para Segovia,
Miguel Llobet llegará milagro- sino teniendo a Llobet en mente,
samente a manos de Fernando aunque a posteriori se los dedi-
Alonso, Él y Usted están reali- cara a Segovia en los años 40,
zando una investigación sobre la una vez Llobet desaparecido.
figura de este artista catalán. Lo que se me escapa es porqué
¿Para cuando veremos publicado Llobet no llegó a trabajarlos. De
el fruto de ese trabajo? todo esto no hay de momento
pruebas concretas, pero así lo he
CT: Ya me gustaría, porque ll- entendido yo a partir de declara-
evamos muchos años y lo hemos ciones de Segovia y del propio
estancado y retomado varias Villa-Lobos, que siempre tuvo en
veces. Hicimos un artículo que el recuerdo al gran Llobet.
salió en la Revista Musical Cata-
lana y que luego ha reaparecido JR: A Segovia se le considera
más extenso en la enciclopedia el gran impulsor de la nueva cre-
de Francisco Herrera. Y bueno, ación de obras para guitarra por
hace falta un trabajo un poco más compositores no guitarristas. A
extenso aunque, no nos enga- Llobet, que inició ese camino,
ñemos, la aportación de Llobet ¿le faltó compromiso?
si la queremos ver, ahí están sus
composiciones y sus grabaciones CT: No exactamente, lo que
(para quien quiera transportarse pasa es que no se conoce la
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La ruta de la vihuela
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1
Ian GIBSON, “Lorca y la Música”. En: Emilio CASARES (ed.), La música en la Generación del
27, “Homenaje a Lorca 1915-1939”. Madrid: Ministerio de Cultura, 1986, p.81.
2
Diego CATALAN, La épica española. Nueva documentación y nueva evaluación. Madrid:
Fundación Ramón Menéndez Pidal / Seminario Menéndez Pidal de la Universidad Complutense
de Madrid, 2000.
3
John BRADE TREND, A Picture of Modern Spain, Men & Music. Londres: Constable &Co.
Ltd., 1921, p. 237-245.
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4
Carta de Adolfo Salazar a García Lorca, Asquerosa, 2-VIII-1921. En: Federico GARCÍA LORCA,
Epistolario completo. Madrid: Cátedra, 1997, p. 123.
5
Antonina RODRIGO, García Lorca en el país de Dalí. Barcelona: Base, 2004, p.130.
6
Federico GARCÍA LORCA, “Sainz de la Maza”, La Gaceta del Sur, Granada, 27-V-1920.
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7
Ibídem.
8
Josep María MANGADO, La guitarra en Cataluña, 1769-1939. Londres: Tecla, 1998, p. 14.
9
Un artículo del músico tortosino titulado “La vihuela y los vihuelistas” se incluyó en el programa
de mano del concierto de Sainz de la Maza celebrado el 24-IV-1920 en Granada.
10
Teatro de la Comedia, 5-XII-1922, Sainz de la Maza interpretó Fantasía de Milán y Variaciones
sobre un tema popular de Narváez. Ver: Modesto GONZÁLEZ COBAS, “Martínez Torner, Eduardo
Fernández”, en: Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Madrid: SGAE, 2000,
Vol. 7, pp. 307-310.
11
Antonina RODRIGO, op. cit., p.130
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12
Carta de García Lorca a Manuel de Falla. En: Federico GARCÍA LORCA, Epistolario.., op.
cit., p. 206.
13
Carta de García Lorca a Sainz de la Maza. En: Federico GARCÍA LORCA, Epistolario.., op.
cit., p. 83.
14
García Lorca publicó la primera versión de este poema el 11 de diciembre de 1920 en España.
Posteriormente, el poema se tituló “Encrucijada” y fue incluido en Libro de poemas.
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Carta de Sainz de la Maza a García Lorca, Barcelona, diciembre, 1920. Fundación Federico
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18
Ibídem.
19
Federico GARCIA LORCA, Epistolario.. op. cit., p. 141-142.
20
Federico GARCIA LORCA, Epistolario… op. cit., p. 143-144.
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102
Carta de Sainz de la Maza a García Lorca, [Barcelona, Febrero?, 1922]. Fundación Federico
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103
23
Alberto JIMÉNEZ FRAUD, Ocaso y Restauración. México: El colegio de México, 1948.
24
John CRISPIN, Oxford y Cambridge en Madrid. La Residencia de Estudiantes 1910-1936 y su
entorno cultural. Santander: La isla de los Ratones, 1981.
25
Luis BUÑUEL, Mi último suspiro, Barcelona, Plaza y Janés, 1982.
26
Federico GARCIA LORCA, Epistolario…, op. cit. p. 105.
Carta Sainz de la Maza a García Lorca, [Barcelona, Febrero?, 1922]. Fundación Federico García
27
Lorca, Madrid.
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28
Federico GARCIA LORCA, Epistolario Completo, op. cit. p. 96.
29
Andrés SORIA, Fábula de fuentes. Madrid: Residencia de Estudiantes, 2004, p. 261.
Christopher MAURER, Federico García Lorca y su “Arquitectura del cante jondo”. Granada:
30
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105
31
Javier SUÁREZ-PAJARES, “Aquellos plateados años. La guitarra en el entorno del 27”. En:
Eusebio RIOJA (ed.), La guitarra en la historia. Córdoba: La Posada, Vol. III, 1997, p. 37.
Federico GARCIA LORCA, Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado
32
“cante jondo”. Madrid: Galaxia Gutemberg Círculo de Lectores, Vol. III, 1996, p.1281-1282.
33
Eladio MATEOS MIERA, “Lorca y la Generación musical del 27”. En: VVAA, Revista
Universidad Granada. Granada: Universidad de Granada, diciembre, 1986, p. 33.
34
Christopher MAURER, “Lorca y las formas de la música”. En: Andrés SORIA (ed.), Lecciones sobre
Federico García Lorca., Granada: Comisión Nacional del Cincuentenario, 1986, p. 237-250.
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106
35
Federico GARCIA LORCA, Obras completas Vol. IV, op. cit., p. 40.
36
Andrés SORIA OLMEDO, Fábula… op. cit., p. 263.
37
Ibíd., p. 266.
38
Peer GYNT, “García Lorca en Barcelona”. La Gaceta Literaria, Madrid, 1-VII-1927, p.5.
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La nómina de patrocinadores se completaba con: Josep Dalmau, Salvador Dalí, J.V Foix, Josep
39
Carbonell, M. A. Cassanyes, Lluís Góngora, Lluís Montanyà, Rafael Barradas, Juan Gutiérrez,
Gili; Sebastián Gasch.
40
Rafael BARRADAS, [Llibre de signaturas de l’Ateneillo de l’Hospitalet]. Barcelona: Ausa,
1993.
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41
Ana María DALI, Dalí visto por su hermana. Barcelona: Juventud, 1949, p.128.
42
Entrevista realizada el 13 de Noviembre de 2004.
43
Federico GARCÍA LORCA, Melodía de “Prendimiento de Antoñito el Camborio camino de
Sevilla” y “Muerte de Antoñito el Camborio”; trans. Regino Sainz de la Maza. Madrid: Trece Nieve,
2ª época, n.1-2, diciembre 1976, p.26-27.
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44
Carta de García Lorca a María Muñoz y Antonio Quevedo. En: Federico GARCIA LORCA,
Epistolario… op. cit., p. 806.
45
Antonina RODRIGO, García Lorca en… op. cit., p.346-347.
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1
Por “notación musical” entenderemos siempre en este artículo “notación musical moderna sobre
el pentagrama”.
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jaleos, etc.) de finales del siglo menco de esta época, unido a los
XVIII que provienen del mismo nulos conocimientos de la música
embrión musical que dio lugar escrita de los primeros padres de
al flamenco que conocemos hoy la guitarra flamenca o popular (El
día 2. El carácter de estas piezas Murciano, El Planeta) hacen que
de salón, aunque cercano y afín el punto de arranque conocido
al flamenco, dista de poder ser de la guitarra flamenca señale el
considerado flamenco. La prime- sistema de transmisión oral como
ra partitura de guitarra con claro el más utilizado 3.
sentido flamenco, la encontramos
en el periodo anterior a la Edad Durante todo el periodo de los
de Oro del arte flamenco (Cafés Cafés Cantantes (desde mediados
Cantantes), que va hasta aproxi- del siglo XIX hasta principios del
madamente mediados del siglo siglo XX) la guitarra flamenca
XIX. En esta época, los sones y conoció una primera escuela de
bailes populares pertenecientes al guitarristas que, aunque básica y
calificado frecuentemente como sencilla, marcaría para siempre
“preflamenco” o “protoflamen- los rasgos fundamentales de la
co”, se daban en el ámbito fami- guitarra flamenca. En los cafés
liar, íntimo y popular. Es en este cantantes solía ser el guitarrista
contexto donde encontramos la o tocaor oficial el encargado de
partitura mencionada. Se trata de organizar los cuadros de baile, el
una malagueña-rondeña de acom- que decidía los artistas que entra-
pañamiento vocal perteneciente a ban en las reuniones y también
Francisco Rodríguez Murciano incluso el que les contrataba. Por
“El Murciano” (Granada 1795- otro lado la competencia entre los
1848), y que no fue transcrita tocaores por ganarse el respeto
por él, sino por su hijo. El legado del público influyó notablemen-
musical eminentemente popular te en la evolución acelerada del
que toma como raíz el arte fla- toque. Los componentes ante-
2
Para conocer este repertorio recomendamos la lectura del Proyecto de Investigación “Las Fuentes
escritas del Flamenco. La Guitarra Flamenca, 1780-1920”, de Javier Suárez Pajares, que le valió
el premio de investigación otorgado por el Centro de Documentación Musical de Andalucía en
1993.
3
Por la supuesta utilización del sistema de escritura por cifras, ampliamente usado tradicionalmente
por los guitarristas flamencos durante todo el siglo XX, es necesario matizar que hablar de transmisión
estrictamente oral en la guitarra flamenca no es del todo exacto. Admitamos por ello la notación por
cifras ligada íntimamente a la transmisión oral. Hay que apuntar también que el uso de la notación
por cifras durante el siglo XIX es también una hipótesis probable pero no puede demostrarse al no
conservarse tablaturas propiamente flamencas de ese periodo.
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4
En esta época el palo de las Soleares recibía la denominación de “Soledades”. De ahí su empleo
en singular “Soledad”.
5
Ángel Álvarez Caballero, “El toque flamenco”, p. 31
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6
María del Carmen García-Matos Alonso, “Juan Navas y la guitarra flamenca”. En “La Guitarra
en la Historia”, vol. IX, pp. 85-130.
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7
Gracias a la gentileza del musicólogo y profesor Julio Gimeno, quien nos ha proporcionado copia
de algunos de esos artículos de su extenso archivo documental, podemos hacer aquí algunos apuntes.
Comencemos por el número 19 de la revista The Guitar Review del año 1956. La mayoría de sus
artículos son de temática flamenca. Concretamente nos llama la atención el artículo “Flamenco
rhythms and forms” ( pp. 8-18), en el que se dan unas detalladas explicaciones sobre las distintas
familias del cante, se aportan ejemplos aclaratorios de la notación musical de la guitarra flamenca
y se publican algunas falsetas en distintos palos con una excelente escritura musical en notación
moderna. Ya en el número 20 de la misma revista y año 1956 encontramos, entre otras piezas, las
publicadas como Sevillanas (Luis Maravilla) y Tango (Rafael Marín). En los números 42 y 43 de la
misma revista de 1977 se publica una entrevista a Andrés Segovia realizada por Vladimir Bobri, a
la que acompaña una colección de falsetas de guitarra flamenca recopiladas por el maestro Segovia
en su juventud. Los autores de dichas falsetas, entre otros, son el maestro Patiño y Paco de Lucena
(padre de Andrés Segovia según el maestro Ángelo Gilardino y otros investigadores).
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8
José Blas Vega y Manuel Ríos Ruiz, Diccionario enciclopédico ilustrado del Flamenco, p. 190.
9
En este periodo de la historia del flamenco, que va aproximadamente de 1920 hasta 1955, se
produjo un abandono de los cafés cantantes en beneficio de actuaciones de cuadros flamencos,
cantaores y guitarristas solistas en teatros, plazas públicas, plazas de toros y lugares similares. A
los empresarios organizadores de dichas actuaciones, y de cara a la autoridad fiscal, les resultaba
más ventajoso declarar estos espectáculos como Ópera Flamenca en lugar de cualquier otro modo,
por una especial protección oficial que disfrutaba la ópera por aquellos años al estar exenta del
pago de determinadas tasas. De esta curiosa forma nos encontramos con la aparición del término
“ópera” en la denominación de todo el periodo citado, cuando sin lugar a dudas, el contenido de
los espectáculos nada tenía que ver con el de las representaciones operísticas.
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La Transcripción Musical
Flamenca: Entre la Ciencia
y el Arte
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Veamos a continuación un
TRANSCRIPCIÓN ejemplo de transcripción esen-
ESENCIAL cial, tomando como modelo un
cante de labor denominado “Pa-
Se trata del modelo más es- jarona”, recogido en el pueblo
quemático de transcripción. cordobés de Bujalance:
Siguiendo en cierta medida
los procedimientos analíticos
Schenkerianos, digamos que
sirve para realizar una fotografía
aérea de la pieza musical en cues-
tión. En ella, pues, recogeremos
los pilares melódicos, rítmi-
cos y armónicos fundamentales
prescindiendo de todo adorno
accesorio e incluso del metro,
siendo recomendable, en este
sentido, emplear las notas sin
plicas, utilizando cabezas blan-
cas y negras para establecer un
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