Puertas abiertas para los

emprendimientos
Miguel Hoyos Burgos

“El problema fundamental del país está en
la falta de recursos humanos mejor
formados, no solamente en cuanto a
habilidades, también en cuanto a valores”.
Dejando de lado el devenir político, nuevos
aires empiezan a soplar en la concepción
social y económica del país que se quiere
transformar. Hacer de Bolivia una nación
de emprendimientos, es la pretensión de
personas y organizaciones que apoyan las
medianas y pequeñas iniciativas
empresariales. Iniciativas privadas que
originen más oportunidades de empleo en
sectores productivos que generen valor
agregado y, por ende, riqueza que permita
combatir efectivamente contra la pobreza.
Esta concepción del emprendimiento debe
empezar con la educación en los colegios,
luego en las universidades y finalmente
terminar en las instituciones que apuestan
por un verdadero cambio. En conclusión,
el sujeto del cambio es el ser humano, como
explica Miguel Hoyos, Director Ejecutivo de
Funda Pro (Fundación para la Producción):
“Creo que si queremos lograr una revolución
de verdad en cuanto al desarrollo, no
solamente económico sino social, lo que
deberíamos hacer es revolucionar la
educación, formar mejor a la gente, que es
al final el sujeto del nuevo cambio”.
un lado, y al mejoramiento de las
capacidades profesionales desde el ámbito
educativo, por otro.
Sin valerse de consignas exaltadas, en un
país donde la demagogia es una moneda
corriente, Miguel dice sin ambages: “Lo que
tradicionalmente se hace es poner en
marcha proyectos de corte social, de
educación, salud, que son importantes, no
digo que no; pero desde mi óptica creo que
éste es otro de los caminos y, a la larga, un
camino más efectivo”, refiriéndose a la
promoción de una nueva cultura
emprendedora que es imperiosa en el país.
Bajo una visión práctica y eficiente, Miguel
Hoyos comenta que el mejor capital que
cualquier empresa puede tener, es el capital
humano. Cada una de las personas que
integran y se relacionan con Funda-Pró
deben estar plenamente comprometidas y
convencidas de que el trabajo que realizan
como organización tiene un amplio impacto
social, encarado desde los pilares de la
eficiencia e innovación en la producción
económica: “Está en cada uno de nosotros
el hacer o no hacer cosas por el país.
Depende mucho de nuestras actitudes y
aptitudes, y de todo el bagaje de
conocimiento que tengamos”.
Fundación para la producción
Con más de quince años de trabajo y
experiencia en el crédito a los
emprendimientos empresariales y la labor
de fortalecimiento institucional, a través de
otras entidades intermediarias, Funda Pró
viene desarrollando una labor importante
en el quehacer económico del país.
El origen de esta organización privada sin
fines de lucro se remonta a principios de la
década del 90 cuando fue creada, luego de
un proyecto que la USAID desarrolló en el
país. Los fondos otorgados inicialmente al
gobierno boliviano, en calidad de préstamo,
generaron recursos que se destinaron a
una entidad privada y boliviana, bautizada
como Funda Pro (Fundación para la
Producción). Esta fundación tiene asimismo
el pleno respaldo económico e institucional
de la Corporación Andina de Fomento (CAF)
por su eficiente labor en el campo del
desarrollo económico-empresarial.

“Soy un amante de la educación”

Con una amplia experiencia en el campo

de las finanzas, Miguel Hoyos es un
economista que se ha desempeñado
especialmente en el diseño, organización
y ejecución de programas de apoyo
financiero para las micro, pequeñas y
medianas empresas. Su profunda
convicción de que, en Bolivia, falta
primordialmente mejorar el capital humano,
para salir de la vía del subdesarrollo, lo ha
llevado a impulsar importantes proyectos
que están destinados a la producción, por
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Canalizando los recursos para el desarrollo
Su primera especialización, como organismo
de crédito, se denomina Programa de
Financiamiento Institucional: proporcionan
recursos a entidades de créditos
intermediarias, para que mediante ellas se
canalicen como préstamos a los medianos
y microempresarios de todo el país.
Casi paralelamente o en el transcurso de
los posteriores años, fueron creando nuevos
programas, como el de Financiamiento
Institucional, para ayudar a consolidar las
industrias; el Programa de Respaldo al
Crecimiento Empresarial; el Programa de
Apoyo a la Creación de Empresas; y el
Programa de Financiamiento para la
Educación Superior (Funda Pró).
Además, se impulsó y consolidó, a nivel
nacional, la Red Bolivia Emprendedora.
Una iniciativa que nació en Funda Pró,
como un Foro de Desarrollo Productivo
destinado especialmente a consolidar la
cultura emprendedora en Bolivia:
“Justamente nos relacionamos con AVINA
a raíz de la iniciativa de promover la nueva
cultura emprendedora en el país. Esto era
necesario, y es necesario, como una forma
de generar más empleo y por lo tanto más
riqueza, para luchar de una manera efectiva
contra la pobreza”.
Educa pró
Un apartado especial merece el Programa
de Financiamiento para la Educación
Superior (Educa-Pró), por la innovación de
este programa y por los lazos indiscutibles
que unen, la problemática de la educación,
con el desarrollo o subdesarrollo de un país.
Desde 1996 se destinan créditos a
profesionales que requieran hacer alguna
especialización de maestría en el país o en
el extranjero. Aunque en los préstamos se
da prioridad a profesionales del ámbito
económico productivo, que estén
interesados en obtener su maestría, están
estudiando la posibilidad de que se facilite
también el crédito a estudiantes
universitarios que, en la última etapa de
su profesionalización, por uno u otro motivo,
estén económicamente imposibilitados de
finalizar: “Tienen que ser estudios que estén
ligados a la actividad productiva, no obstante
estamos siendo bastante flexibles. Por dar
algún ejemplo, podemos financiar una
especialidad en Derecho Empresarial, si la
persona va a ser una maestría que va a
ayudar a que las empresas se organicen
mejor y tengan una base legal mucha más
sólida”.
Asimismo, mediante el programa del crédito
a la educación se ha creado, conve-
nientemente, una Bolsa Virtual de Trabajo,
y se ha patrocinado la realización de un
estudio del mercado laboral en Bolivia,
donde se analizan los “lamentables
desencuentros entre la demanda y la oferta
laborales”, como reza en algunas líneas de
este informe.
La red para los emprendedores
Las acciones que motivan la labor de Miguel
Hoyos, como de toda la Fundación, se ve
en cierta forma resumida en la Red Bolivia
Emprendedora, que aglutina los esfuerzos
de organizaciones privadas y públicas, que
ofrecen diversos servicios al emprendedor
boliviano, de manera que su labor sea más
efectiva al “fomentar la actividad empresarial
y generar un desarrollo económico
sostenible”.
Si los esfuerzos se unen y se actúa en
coordinación, los resultados pueden ser
mucho más productivos, y más efectivas
las labores que colectivamente puedan
realizar: “La base y la razón de ser de la
Red, nos dice Miguel, es que mientras más
gente, de la sociedad civil, se dé cuenta
de que el apoyar a emprendedores es
realmente un camino adecuado para salir
de la pobreza, entonces todo va a ser más
fácil”.
Antes que todo, la familia
En Miguel Hoyos, los años de experiencia
y su paso por organizaciones e instituciones
nacionales e internacionales le dan la
convicción de que los mejores frutos
personales los ha cosechado en su familia,
que considera como su empresa más
importante.