Sei sulla pagina 1di 3

El Tango de Mujeres,

por Marinha Villalobos

www.elportaldeltango.com/especial/InfoMujeres.htm

El tango recibió gran aporte femenino. Desde diferentes ambitos, las mujeres
aportaron su talento y sensibilidad, y en ciertas ocasiones fueron reconocidas y
respetadas por los hombres de tango. En general las más populares se desempeñaron
como cancionistas. Pero existieron muchas que ocuparon otros espacios además del
canto. Bailarinas, autoras, compositoras e instrumentistas, le obsequiaron al tango un
gran nivel artístico, igualándose al varonil.

Mujeres instrumentistas

Uno de los ejemplos más sobresalientes fue la figura insólita de Paquita Bernardo.
Francisca Bernardo, Paquita, eligió un camino absurdo para la mujer de los años XX:
ser intérprete de bandoneón para un género de dudosa moral como lo era el tango en
aquella época. La mujer de ese entonces “salio a la calle”, a ganarse su salario y se
reivindico demandando el voto, administrando sus bienes e ingresando a la educación.
Mujer que representa esta década fue Paquita, con el fuelle sobre las rodillas y el
pelo cortado a lo garcon.
Su carrera fue muy breve porque murió a los veinticinco años. Nació en 1923 en el
barrio de Villa Crespo. Tuvo de maestros a José Servidio, Pedro Mafia y E. García.
Toco el bandoneón con un conjunto masculino: Osvaldo Pugliese, Alcides
Palavecino, Elvino Vardaro, Miguel Loduca y Arturo Bernardo.
Sus actuaciones mas importantes, tuvieron lugar en la fiesta de la compañía de
Blanca Modesta, realizo una exitosa temporada en Montevideo, y en homenaje a esta
ciudad compuso el vals “Cerro divino”. .
La muerte de Paquita sucedió el 14 de abril de 1925.

Los años 40’ fueron la década de las orquestas, y una mujer tuvo “su orquesta”: Ebe
Bedrune, más conocida como “La dama blanca”. Ebe fue una rubia que vestía un frac
blanco, de varón. Trato de imponer a la mujer como parte del tango, para ello tuvo que
disfrazarse como sus compadres.
Ebe se vino en 1944 desde Rosario, para deleitar a los amantes del tango en radio
Splendid, boites y bailes.

Mujeres bailarinas

El tango fue, en un principio, baile de hombres solos, los compadritos lo bailaban


formando pareja entre ellos. Pero eso ocurrió en los barrios, a comienzos del siglo,
cuando pasaba el organito moliendo tangos.
En la década de 1880, en los lugares de diversión ("La Stella di Roma", en
Corrientes y Uruguay) ya había bailarinas de tango, y el que mayor auge tuvo por la
atracción. A este sitio perteneció Carmen Micaela Risso o Carmencita Calderón quien
fue la compañera desde 1933 hasta 1942 de El Cachafaz, el más ilustre bailarín de
tangos.
Su debut profesional fue en 1933, en un cine de San Fernando, junto a la orquesta
de Pedro Maffia. Carmen tuvo gran personalidad para revertir el destino pronosticado
a las bailarinas-acompañantes del bailarín: adorno sus propios pasos con
triplicaciones, caminados y chaireos de su invención, y también innovó la
indumentaria utilizando laminados, y la abertura de la falda en la parte delantera,
sobre la mitad de la pierna derecha.
En el baile, la mujer fue siendo necesaria. Por ello les fue difíciles a las bailarinas
superar su condición de acompañante, como lo fueron: Edith Peggy, la alemana,
bailarina de Casimiro Ain, “El vasquito”. Juntos lograron recorrer toda Europa con una
popularidad admirable.
Podemos recordar a las bailarinas del Cachafaz: Olga San Juan, Isabel San Miguel,
Carmencita Calderón.
Están las compañeras de Miguel Buccino, bailarín de extensa carrera: Teresita
Padron, Chola Duggan y Beba Bidart, que además de ser bailarina fue vedette, actriz,
bailarina y cantante de tangos.
Se inició a los cuatro años en el teatro infantil y a los 15 años, debutó como corista
en el teatro Casino, luego fue contratada por el Maipo, donde se convirtió en vedette.
Su debut en el cine fue, en marzo de 1948, en “Los Pulpos”, luego vendrían “Una
atrevida aventura”, “Por qué mintió la cigüeña”, “El túnel”, “La bestia debe morir”, “La
vendedora de fantasías”, “La casa grande”, “La calesita” y “La sentencia”.
Su primera aparición en televisión fue en "La Revista de Dringue", participando
también en "Tropicana Club", "Chantecler", "Porcelandia", "La Botica del Tango" y
"Grandes Valores".
Mariano Mores le dedicó la milonga "Taquito Militar".
Existieron bailarinas que alcanzaron distinguirse por si solas como lo fueron: Gloria
Barraud que alcanzo mucha popularidad a través de la televisión junto con su pareja de
baile Eduardo Manuel Arquimbaud. Se lucieron en programas como: “Yo soy porteño”,
en el canal 13 y “Yo te canto Buenos Aires”, en el canal 11; o Julia Bello que junto a su
hermano Lalo llegaron a Japon en 1954; o Maria Nieves “las piernas del tango”, que
junto a Juan Carlos Copes se convirtió en arquetipo de la pareja de tango, llevando
nuestra danza hasta los últimos confines del globo. Maria dijo alguna vez: “Para mi el
tango significó vida. Es todo el tango para mí. Yo progresé gracias a él. (…) El rol de la
mujer en el tango se toma porque nos interesa. Sino me hubiera dedicado a bailar ballet,
o español, u otra cosa. Pero a mi me gustaba el tango porque era una danza sensual.”

Mujeres compositoras

En las primeras décadas del siglo XX las mujeres de buena familia estudiaban
piano e interpretaban piezas del cancionero patrio.
Así comenzó, para algunas, su adhesión por la composición.
Alguna de sus exponentes fueron Paquita Bernardo, ejecutante compositora y
directora de orquesta, sus obras fueron: “Cerro divino”. “La enmascarada” y
“Soñando”.
Maruja Pacheco Huergo su vinculo con el tango fue importante ya que tuvo en su
haber más de seiscientas composiciones y entre ellas veinte composiciones de tango:
“Sinfonía de arrabal”, “Melancolía”, “Tu silencio”, “Otoño triste”, “Delantal de
colegiala”, “Muchachita triste”, “Vuelve”, “La carta”, “Vieja estampa”, “Para que”, “En
una tarde de abril”, “Dos almas”, “Canto de ausencia”, “El adiós”, entre otros.
Maria Luisa Carnelli, ocultada bajo los seudónimos Luis Mario y Mario Castro,
escribió celebres letras de canciones: “Se va la vida” de Edgardo Donato, “Cuando llora
la milonga” y “Linyera” de Filiberto, “El malevo” y “Moulin Rouge” de Julio de Caro.
Maria Isolina Godard compuso en los primeros años de la década del 30’
“Mamboretá” con letra de F. García Jiménez, “La primera nube” y “Colosal mujer”,
"Ídolo mío" , Alma mía", "¿Dónde estás corazón?", "Juntando amores", entre otros.
Fue premiada en varios concursos de tangos, con el tango "Caricias", con letra de
Juan Caruso, que colocó versos también a su shimmy "Circe", ambos grabados por
Carlos Gardel.
Natty Paredes sobresalió como actriz, compositora y comentarista deportiva en la
década del cincuenta. Merecen recordarse los tangos: “Muchachos”, “Yo tengo un
tango”, “Nací en Pompeya”, “Pregunta” y “Tu dolor".
Otras compositoras que merecen ser recordadas como tales: Delia Viani autora de
cincuenta canciones con letra propia (“Muñequita porteña”, “No quiero que me dejes”,
“Pero, pobre de ellos”, “Che, negrito”); Herminia Velich autora de la música de
“Cualquier cosa” con letra de su padre, Juan Velich; Rosita Melo que hizo la música de
“Desde el alma”; Mercedes Simone que fue la autora de “Cantando”, “Gracias a Dios”,
“Oiga, agente”, “Inocencia”, “Incertidumbre” y “Tu llegada”, Juanita Larrauri que
compuso el vals “Un poquito de amor”; Ada Falcón que hizo la letra y música del tango
“Pecado mortal” y del vals “Sueño”; Maria Luisa Notar compuso “Contame un cuento”
y Nina Miranda creo “Canción para mi amor”
Margarita Duran, la bien recordada poeta que a partir de 1964 se dedico a la
canción popular, sus tangos: “Mi canción distinta”, “Vacaciones de invierno” y
“Armando”, el vals “Amarraditos”, entre otros.
Nira Etchenique fue otra poeta que dedico su literatura al tango. Sus canciones
fueron: “Chau viejo”, “Réquiem para Discepolo”, “De mi barrio Flores” y “Fue la
ciudad”.
Eladia Blázquez, se volcó al tango después de una extensa carrera como cantante de
otros géneros. Desde el genero criollo en duo con Angelita Lamberti, en la adolescencia
se dedico al genero español y en 1955 cambio por el genero melódico. Compuso y canto
boleros, joropos, valses peruanos y guaranias, el folklore pasó por ella entre 1965-68 y
termino en el tango.
Sus tangos fueron: “Mi ciudad y mi gente”, “El precio de vencer”, “El coro”,
“Somos como somos”, “Corazón al sur”, “Contame otra historia”, “Maria de nadie”,
“Amor sin aventura”, “Cerrame la ventana”, “Catulo Castillo”, “Sueño de barrilete”, su
primer tango, “Sin piel”, “A un semejante”, “El miedo de vivir”, “Por que amo a
Buenos Aires”, estos cinco últimos fueron grabados por Susana Rinaldi.

Potrebbero piacerti anche