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13 de enero de 2009
Caroline Webb dice esto de otra manera: nuestros cuerpos expresan toda la historia de
la vida en nuestro planeta. Y la historia es también la historia de cada montaña, de
cada río, cada océano y cada charca. Y cada milímetro de roca y tierra, cada jirón de
vapor de agua y cada aliento la atmósfera está soplando sin cesar alrededor del globo.
En nuestros cuerpos fluye el conocimiento de un planeta entero, un sistema solar
completo y el universo ¡No hay nada más espectacular! ¡Qué motivo de celebración! 2
1
El corazón oculto del cosmos – Brian Swimme, profesor de cosmología matemática.
2
Tejiendo un mundo con luz – Caroline Webb, profesora de filosofía y cosmología.
1
animal, cada estrella y planeta, montaña y llanura, río y océano, roca y pedrusco, tienen
su principio en la “semilla” de aquel primer momento. Estamos íntimamente conectados
unos con otros y con toda la creación porque todos compartimos el punto de partida y
todos estamos creados de la misma materia. Nuestra vida está arraigada en y conectada
a toda vida, a todo lo que ha sido y a lo que será. Participamos en un único y continuo
acto de creación.3
Reconocemos que el cosmos, desde el principio, está empapado por la presencia amante
de un Dios compasivo. Que el cosmos es aquello a través de lo cual Dios nos comunica
por medios visibles algo del invisible. Camino hacia la eternidad. Una expresión de
amor invisible.4
La historia del planeta tierra empezó hace alrededor de 4,6 miles de millones de años,
después de haberse formado y moldeado durante un prolongado proceso: El primer
signo de vida empezó como una simple célula o bacteria. Retrocediendo a nuestros
orígenes como seres humanos, podemos remontarnos hasta hace 1.9 miles de millones
de años. En una época más reciente, con nuestra cortísima historia en la tierra y más
corta todavía en el cosmos, pensábamos que éramos el centro de la tierra y que todo lo
demás estaba a nuestro uso y beneficio. Ahora nos damos cuenta de lo equivocados que
estábamos y cómo concluíamos que habíamos venido a destruir un sistema que había
vivido sin nosotros durante millones de años.
Hay muchos puntos importantes respecto a la tierra en la Carta de la Tierra del 2000.
Aquí quiero sencillamente hacer alusión a algunos de ellos que afirman que la
preocupación por el bien común es vital si queremos dar respuesta a la crisis creciente
de la tierra. Está claro que debemos desarrollar un nuevo sentido de interdependencia
global y compartir responsabilidades respecto al bienestar de la tierra, de todos los seres
humanos y de la creación. Algunos de los valores subrayados son: colaboración,
participación, relaciones verdaderas y la no violencia. Respecto a los derechos humanos,
los pobres, los vulnerables, los débiles están en el centro de esta Carta. En todo ello,
vemos un reflejo de nuestro Carisma y espiritualidad, y nuestra propia comprensión de
esta gran realidad. Nuestros Compromisos Colectivos de 1999, 2002 y 2008 manifiestan
nuestra creciente comprensión y nuestras opciones a promover la vida, el desarrollo
sostenible, las relaciones verdaderas y la comunión con toda la Familia cósmica.
3
Asombro radical – Judy Cannato, directora espiritual
4
La mística cósmica – Henry A Garon, profesor de física
2
Por medio de nosotras, el universo permanece atento a su Fuente, misterio de Amor
transformante, que nos invita a una comunión sagrada que unifica y sana el mundo. En
nuestra manera de responder como especie humana o como comunidad de fe, hay una
diferencia incalculable. El futuro del planeta tierra está en nuestras manos.5
Escoger la vida hoy nos abre a una nueva conciencia y a una nueva visión del mundo, y
nos urge a un cambio de mentalidad, así como a comprender, a sentir y a situarnos en
un nuevo modo de relacionarnos con Dios, con la humanidad, con la tierra y con toda
la creación. (Compromiso Colectivo, 2008)
Nuestra historia cristiana empezó hace 2000 años, aunque podamos encontrar rastro de
sus raíces hace unos 4000 años, íntimamente unida a la historia de Israel. En un
momento dado en el tiempo, Dios que había permanecido activo y creador en el mundo,
desde el primer momento, decidió identificarse más visiblemente con el mundo, por
medio de Cristo. La encarnación lo hizo posible para que alcanzásemos niveles más
altos de apreciación de cada cosa en cada lugar.6 Así podemos decir que todo está
relacionado con Cristo y que por lo tanto todo lo que hay en el mundo es precioso. Él es
el principio de todo [...] y tiene la primacía sobre todas las cosas. Dios en efecto tuvo a
bien hacer habitar en él la plenitud, y por medio de él, reconciliar consigo todas las
cosas. (Col 1, 19-20)
Al principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era
Dios. [...] Todo fue hecho por ella, y sin ella no se hizo nada de cuanto llegó a existir.
En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. (Juan 1, 1-4)
Padre, glorifícame con aquella gloria que ya compartía contigo antes de que el mundo
existiera.
(Juan 17, 5)
Por eso, la invitación hoy es a vivir con corazones contemplativos que reconozcan algo
de Dios en cada cosa y en cada ser. Desde nuestra propia y limitada historia, quiero
recordar las palabras que escuchó Milady Peychaud durante la Bendición milagrosa,
palabras que también oyó Moisés cuando Dios se reveló a él como YO SOY EL QUE
SOY. (Éxodo 3, 14)
Yo soy aquel que es... ¿No podemos decir que sea ésta una afirmación de que Dios está
en todo y que todo está en Dios? ¿Que el concepto de Dios y de la existencia no son
más que uno? ¿Que no pueden separarse, es decir, que todo es sagrado cuando se mira a
través de la lente de un Dios que proclama: “Yo soy el único que es”? Todo revela algo
del misterio de Dios que es “YO SOY”, pero nos hace falta una mirada contemplativa,
oídos y corazones que capten un indicio del infinito misterio de Dios, revelado en la
diversidad y unidad, en complejidad y sencillez en lo pequeño y lo grande, en lo
ordinario como en lo extraordinario, vulnerable y fuerte. Por eso, cuando vivimos desde
5
Realizando el cambio – Visión de fe a través de lentes nuevas,- Elaine Prevallet, SL, Profesora de
teología y directora de retiros
6
La mística cósmica
3
una actitud contemplativa, podemos deleitarnos y maravillarnos de todo ese sin número
de revelaciones del “Yo soy” de Dios.
Quizás de nuevo, podemos oír a Jesús decirnos: “Yo soy el camino”, el camino al que
nos invitamos mutuamente, es el camino en que le seguimos a él. Y con la comprensión
que tenemos hoy, podemos decir que el camino que nos conduce a algún lugar de la
creación es el camino que nos lleva a Cristo. Que para Cristo el Amor es la llave de
nuestra manera de estar en el mundo, porque el Amor es Dios y por consiguiente es el
AMOR quien lo es todo en la existencia.
Y nosotras, que hemos respondido a la llamada a seguir a Jesús, estamos invitadas a ver
a Cristo en todas las cosas. O, con palabras nuestras: a amar, buscar y desear a Solo
Dios en todas las cosas.
7
Liderazgo y nueva ciencia – Margaret Wheatley
8
Mística cósmica
9
idem
4
que se reunieron el domingo de la Trinidad de 1820. Un momento significativo en esa
historia fue la Bendición milagrosa del 3 de febrero de 1822, al que ya he aludido y que
ha tenido un impacto especial en vuestra vocación contemplativa.
Desde el principio, quiso una vida contemplativa que fuese más sencilla que la que se
conocía en su tiempo. Vosotras conocéis su historia mucho mejor que yo. Ha pasado
por muchas pruebas y retos a lo largo de los últimos 150 años. Durante mucho tiempo,
10
El Padre Noailles – Un profeta para hoy - Bernard Peyrous
11
Memorias de Martillac – M. Foucault
5
las hermanas apostólicas fueron responsables del liderazgo, y a pesar de su buena
voluntad, naturalmente tenían dificultad para comprender esa vocación desde “dentro”,
y se realizaron cambios según la “visión” del liderazgo que cada una tenía. Esto creaba
cierta inseguridad y tal vez algo de confusión. Después del Vaticano II tuvisteis la
oportunidad de descubrir vuestra propia identidad en la Iglesia y en la Sagrada Familia.
Y por fin, en 1987, con la aprobación de las Constituciones, se nos reconoció como
Instituto con dos vocaciones. Todavía os hizo falta tiempo para encontrar vuestro lugar
y, gradualmente, por medio de muchos encuentros, reflexiones y diálogos, llegasteis al
punto en que os encontráis hoy, más claro respecto a vuestra vocación, identidad y lugar
en la Familia con cinco vocaciones, diferentes entre sí y sin embargo viviendo todas la
misma misión. A lo largo de un tiempo de dificultades, de búsqueda y reflexión, habéis
alcanzado el lugar donde podéis celebrar vuestra historia con confianza y gratitud. Así
como llegamos a marcar un momento particular en vuestra historia, la de 150 años de
fidelidad, de vuestra búsqueda y testimonio del deseo de Dios para con vosotras,
celebramos con una comprensión nueva que todas nuestras historias, están entretejidas y
hasta unidas en la gran historia del Cosmos.
Los signos de los tiempos apuntan hacia el futuro. Lo importante es permitir que nos
desafíen. O, para expresarlo en términos de fe, dejarnos interpelar por Dios a través
de la lectura de los signos... Qué tenemos que evitar como imposición de nuestras ideas
preconcebidas sobre la realidad actual. Nuestro objetivo debe hacer frente a la verdad
de lo que está sucediendo actualmente, que nos guste o no.12 Todo nuestro actuar
debería tener la profunda finalidad de ordenar nuestras energías en un proceso de dar/
recibir, morir/ resucitar, que va evolucionando en todo el universo. Este es el camino
12
Jesús , hoy – Una espiritualidad de libertad radical – Albert Nolan
6
que nos abre hacia la fuente de toda vida, que abre un cauce de amor en nosotros; es el
camino de comunión con Dios a través de toda la creación.13
Vivir nuestra vida consagrada para la misión desde esta visión cósmica es pasar por el
camino pascual de desprendimiento y acogida de muerte que abre a una vida en
abundancia. (C.C 2008)
Empecemos este Capítulo con los corazones abiertos a dar y recibir. Seguras de la
presencia del Espíritu en medio de nosotras, confiando en la inspiración de Jesús, María
y José, sigamos adelante con fe, esperanza, amor y gratitud.
Margaret Muldoon
Bibliografía
Making the Shift – Seeing Faith through a New Lens by Elaine M. Prevallet SL
13
Realizando el cambio