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= DIAGNOSTICO ? = SISTEMICO ( 8 : o os Indice Prologo Presentacion a la edicion en espaiiol Nota de La traductora Introduecién | Historia del diagnéstico, de Ia etimologia a la epistemologia El diagnéstico del diagnéstico: una mirada a los conceptos de Segundo orden 2.- Medicina Psiquiatrica y Psicoandlisis El diagnéstico en la Neurologfa en el adulto Los presupuestos diagnésticos de una cpistemologia ecosistémica sugeridos por Breadford P. Keeney 3.- El diagnéstico desde el punto de vista Sistémico Relacional u 13 25 30 35 4.- El grupo de Min y primer period Periodo de 1971 a 1979 Periodo de 1980 a 1982 1982 - 1999 Enfoque Sistémico de Milén 1999 - 2006 Consultorio Familiar Anffas Milano Onlus Conclusiones Agradecimientos > Referencias bibliograficas PROLOGO La lectura de este libro nos permite encontrar muchos hilos que nos gufan desde el comienzo hasta el final, legando a las conclusiones enriquecidos por los conceptos e ideas fundamentales para la tevapia fami La introduccién histérica sobre el significado del orientarnosinmediatamenteen lared de conexiones verticales y horizontales que permean todo el libro, Hac recorrido histérico de este concepto en el mundo sistémico, encontramos también los cambios epistemolégicos que ba «ie la primera cibemeética a a cibemética de segundo ordsn. EL tercer capitulo nos permite conocer las ideas de © €8 un privilegio del aut preferencias, ofreciendo que logra mostrar los lectores Ia’ posil ya que, recortiendo la historia del Grupo de Milén a través, del concepto de diagnéstico 0 a través de la evolucién del modelo en la préctica terapéutica, nos regala al mismo tiempo una revisién exhaustiva del tema del y una introduccién que profundiza en el ct de un geupo de terapeutas que han hecho escuel utilidad, porque ién diagnéstica _ en cursos, talleres y congresos saber que no vendran mas Jay Hale: y Tom Andersen, esos seres humanos excepcional nos compartieron su ser, su saber y su quehacer, Un reconocimiento a Adan por su arrojo, valentin y tenacidad. Ma, del Rosario Oaxaca J, Puebla, Pue., México Noviembre 2007 Introduccién Se da por hecho que en muchas areas de nuestra vida est4 presente el diagnéstico; los casos més representativos son la medicina, la psicologia, la psicoterapia, el psicoandlisis, et. a de este trabajo se puede colocar al ior del debate, sistémico y nosistémico, esencialmente bre dos argumentos: diagndstico y terapia. La discusién concentra en dos grandes categorfas: por un lado es cusién entre dos clases profesionales, los médicos (Caparo, 2003) y los psicdlogos (Piegato, Del Sasso, 1993), ya que algunos entienden el diagndstico y la terapia como voces del “Diccionario Médico”; por otro lado, dentro de 1a misma familia sistémica (Boscolo, Cecchin, 1988; Selvini Palazzoli et al,, 1988; Hoffman, 1939; enney, 1990; Minuchin, 1991; Telfner, 1992; Boscolo y Bertrando, 1993; Cecchin et al., 1993; Tomm, 1993), donde desde hace mucho se discuten ambos argumentos, Enel primer capitulo se tratardn los vestigios histéricos __ Enel capitulo tres se tratar ampliamente el diagndatico desde el punto de vista sistémico relacional analizando ta perspectiva de diversos acreditados autores de la terapla lo cuarto se verd cémo el Grupo de Mild comenz6 2 trabajar con el diagnéstico y sobre todo Ia evolucién de este concepto. En el quinto capftulo se expondré el diagnéstico de trea personas en un consultorio de Milin. En el sexto capftulo estardn las conclusiones finales, ——-—_—_ biaenosrico sisrémico Historia del diagnéstico, de la etimologia a la epistemologia. E] término diagndstico proviene del griego: wavés de y gnosis = conocimiento, es deci través de” 0, mejor dicho, a través de Ja verificacién de elementos clinicos y naturalmente, histéricos del sujeto jo. Naturalmente esto no hace justicia ala profunda auto ctimoigicoy epistemolégico del 1980). Enla ir, derivado ioskein, percibir, conocer” (Hans, 1985) no existe ima alusién acerca de que su uso deba referirse a la identificacién de “sintomas” ( 0 “disfunciones” 0 “disturbios”: sean del cuerpo, automévil, mente, familia, equipo de futbol, de 1a economia, de 1a comunicacién o de ferrocarriles) para encuadrarlos en una “enfermedad” Precisamente por lo que la etimologia nos impone, se necesita una redefinicién del término. Distinguir: debe cxistir algo de primigenio en este acto epistemol6gico en apariencia descontado, algo fundamental. “Tracen una distincién”, exhorta Spencer- Brown (1972): Solo a través de este acto cognoscitivo elemental seremos capaces, después de haber subdividido ol espacio, de hablar de la existencia de un universo. distincién, sin diferencia, es el caos de lo Indistinio. ‘José Adéa Jaime Maztnee Flores Alguien mas debe haber entendido bien antes de Spencer-Brown. El Génesis comienza con una secuencia Hacer un diagn “aglutinada” de una sistema “rigi -sque nosotros notrazamos, noexisten” como dice el nobel Frie« ‘un proceso que crea las distinciones en cuestién”. Y si Uevamos a las titimas consecuencias esta lectura de “diagndsrico”, nos daremos cuenta que no existe solucién definitiva con otras categorfas que usamos cotidianamente pero que esconden, como todas las categorfas, nuestras operaciones de distincién, “Somos nosotros, -sostiene Bateson (1972, p.132) quienes distinguimos - de y de , de la y asf por el estilo. Se usan mucho las comillas para recordamos, esta verdad. En suma, cuando decimos “este es un ‘Srbol”, estamos usand procedimiento mental prestigiado”. En ambos casos estamos distinguiendo, del montén de_cortes descriptivos potenciales, una “figura” de un “fondo” (constituido en dltima instancia, por todo lo 16 DIAGNOSTICO SISTEMICO que noes “arbol” 0 “psicético” o “remitente prestigiado”). En otras palabras, estamos Alno A). Hemos llegado aqui a un reduccién ad absurdum: aquella entre “figura” y “fondo”, también Ja di -clasificacién minima para que se tenga una percepcidn. Es siempre Bateson quien puntualiza c6mo “al crear la Gestalt, el que percibe excluye como sin importancia muchisimos impulsos que estimulan en realidad os érganos terminales, y la construccién de la Gestalt de algo parecido a una inhibicién -una negacién parcial de ciertos impulsos- que a quien percibe, exaltar lo que percibe como 0 crucial de nuestra ) con relacién al diagndstico, a) ya no considerar el diagnéstico simplemente tenemos una observacién —puntualiza 7 la hacemos”) y de lo que es el diagnéstico, ‘nos encontraremos frente a dos aspectos diversos del mismo proceso ( yde con de tipos al segundo Codificacién (de los estimulos abies 0 ‘José Adin Jaime Martinez Fors, por parte del sistema nervioso central a fin de generar $1, cuando Ruesch y Bateson escribieron social de la psiguiatria®, ificaci6n y “Valoracién'”, para fines de la discusién 2, deben ser tratadas como un nico proceso y de entre lo que se introduce, o sea, el estimulo y lo que se emit, o sea, 1a reaccién del individuo, En la codificacién y en la valoracién el universo 86 estructura para construir una red cuyos nudos, en el caso de la codificacién, son las discriminaciones bipolares 0 multipolares de la percepeién;.en el caso de la valoracién los nudos de la red definen la polaridad de Ia preferencia, (pag, 206, 223), Entre las caracteristicas similares de est aspectos diversos, una excepeidn absoluta es el hecho de que las dos son tesis para sortear el segundo principio de la termodinémica, Para generar, vale decir, informacién: Regresemos al acto diagnéstico (Cingolani, 1991), tratemos de concebitlo como una. tentativa de solucién a los problemas dados por el desorden, Primero se piensa cn la experiencia exaltante de “todo regresa” ~Ia que todo ‘comunicacin para indicar la sustitucién de un tipo de evento con otro, de ‘manera qe el evento sostituido signfique el ero ce wna cieta manera es codifcuciéa> —_————___ pnaenésnico sisrémico un “tridngulo perverso” (Haley, 1976b) 0 el "juego de la “instigacién” (Selvini Palazzoli, Citillo-y otros; 1988); y después nos pregunte c6mo nace el sentido de “orden”, Ia sensacién que “todo regresa". Podemos preguntanos, “todo regresa, pero, {a dénde?. Hacer una distincién en sentido diagndstico implica la preexistencia de una i Cancrini (Canerini, Cingolani y otros, 1988), la distincin entre una “toxicomania de neurosis actual” y una “toxicomanfa traumética’, es como si construyera tuna especie de red de pesca, capaz de capturar, una vez lanzada en la realidad, aquello que obstinada © inapropiadamente liamamos “datos”. De hecho en la valoracién no haré preguntas sobre Iué-sé yo- “insomnio” 0 “menopausia” 0 “tipo de “gradodeinvolucramiento todas las distinciones significativas dentro de la xicomania de neurosis actual” o sea, sobre la “presencia de un trauma mnificativo que explique subjetivamente el uso de toxicomania” (distinciones significativas dentro de la clase “toxicomania traumatica”). Entonces, los “datos” regresan sobre una tipologfa que les precede y les clasifica, desde el momento en que comunicamos acerca de ellos. Y in que existe entre “tipologia’” y “datos” tiene la informacién (de orden, de un mapa de cuaiquier tipo que lograremos escoger y dar significado a los estimulos, potencialmente infnitos,

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