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w w w . m e d i a c i o n e s .

n e t

De la ciudad letrada a la
creatividad ciudadana

Jesús Martín-Barbero

Prefacio

(Latin American Cyberculture and Cyberliterature.


C. Taylor y T. Pitman (eds), University of Chicago
Press, Chicago, 2008)

« Estamos ante una reflexión situada tanto por los


lugares de enunciación de los autores como por los
territorios que hacen la trama de los textos estudiados,
sean ellos revistas en la web, novelas virtuales, blogs
literarios o poesía digital: la mundana globalidad de lo
hipertextual no tiene nada que ver con el escapismo
diletante ni con el sacarle el cuerpo a los problemas
locales; con lo que la hipertextualidad tiene que ver aquí
es con un nuevo tipo de experiencia cultural cuya mayor
originalidad reside en la capacidad de interacción entre
escritor y lector, entre creador y espectador, entre
experimento y propuesta de alternativas, y, por lo tanto,
entre ciudadanía y participación política, entre
comunidades y apropiación cultural.»
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Hacer el prefacio a una antología de textos con autores diversos


plantea desafíos muy diferentes a los que suele requerir el
del libro de un autor, no sólo por la diversidad de temas
sino de enfoques y de escrituras. Un prefacio así está de
alguna manera obligado a leer el libro de otro modo, desde
otro plano, o mejor, desde otra clave. Y la de este libro se
halla, desde el lugar que yo lo oteo, en “el proceso de re-
fundición de las formas de literatura, en el que numerosas
oposiciones desde las cuales estamos habituados a pensar
pueden estar perdiendo vigencia”. La frase en clave es de
Walter Benjamin, quien la pronunció en una conferencia
dictada a dirigentes obreros en París, en 1934, que se publi-
có sólo en 1966 bajo el título de “El autor como pro-
ductor”1. El tema de esa conferencia es el sentido de la
libertad del poeta en la izquierda política, planteando que la
clave de esa libertad se halla en revisar las “ideas hechas”
sobre las formas de escritura y los géneros literarios a fin de
dar con aquellas formas de expresión capaces de liberar las energí-
as literarias de la época. Y como la vigencia de lo avizorado
por W. Benjamin es tan visionaria e iluminadora para pen-
sar ciertas claves de la ciberliteratura, creo que merece la
pena desplegarlo.

Definida la tarea, W. Benjamin nos alerta sobre dos


grandes obstáculos. El primero es el dualismo que opone

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Benjamin, W. (1975) “El autor como productor”, en: Tentativas sobre
Brecht, Taurus, Madrid.

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autor a lector, ya que ahora el que lee está presto a convertirse en


alguien que escribe, al hallarse inmerso en un movimiento de
desplazamiento de la lecto-escritura desde el ámbito de la
especialización profesional al de la literalización de las
condiciones de vida; tal desplazamiento, al posibilitar dar la
palabra al trabajo mismo, transforma el estatuto social del
autor en el de productor replanteando radicalmente la oposi-
ción entre autor y lector. El segundo obstáculo es la acen-
drada dificultad entre los intelectuales para romper la barre-
ra entre escritura e imagen. Resulta sorprendente que a
mediados de los años treinta W. Benjamin incitara ya a los
escritores a hacer uso de la fotografía, a superar la concep-
ción burguesa de las competencias como barreras entre esas
dos fuerzas productivas, pues, “el desarrollo técnico es para
el autor como productor la base de su desarrollo político”2.
De ahí que ello se aplique igualmente a las tecnologías de la
música –disco, radio, cine sonoro– en su capacidad de
transformar la función de la forma del concierto suprimien-
do la oposición entre productores y auditores.

Lo que ciberliteratura nombra hoy en Latinoamérica es


justamente la refundición (y refundación) del mundo de las
literaturas y los lenguajes, de las oralidades y las escrituras,
pues se está constituyendo en el lugar desde el que se están
repensando y rehaciendo la relaciones entre estética y polí-
tica: una estética mucho más cerca de las sensibilidades
emergentes –no sólo en los jóvenes sino entre las comuni-
dades étnicas y las poblaciones o las sexualidades margina-
das y excluidas– que el Arte con mayúsculas; y una política
mucho más entretejida a los derechos culturales y las luchas
ciudadanas que a las vanguardias proletarias o las maquina-
rias electoreras. Y eso es lo que hace especialmente valioso
este libro pionero: el abordar desde dentro las transformacio-
nes que, en la literatura, articulan sus cambios a los que

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Ibídem.

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atraviesa la vida cultural de nuestros países. Pues así como


hubo una torpe crítica literaria, que vio en el modernismo
latinoamericano mera imitación y sometimiento a los mo-
delos extranjeros hegemónicos, también hoy la que más
abunda por estas tierras es la crítica que ve en la experimen-
tación ciberliteraria o plástica un movimiento de mera su-
misión a la moda y a la imperante frivolidad tecnológica. Es
frente al autoritarismo conformista de esa pseudocrítica,
incapaz de asumir la incertidumbre teórica y la inestabili-
dad de los lenguajes producidas por la mutación cultural de
nuestras sociedades, que se alzan las investigaciones, las
reflexiones y experimentaciones de este libro cuya mejor
garantía es la localización que marca todos sus textos. Es-
tamos ante una reflexión situada tanto por los lugares de
enunciación de los autores como por los territorios que
hacen la trama de los textos estudiados, sean ellos revistas
en la web, novelas virtuales, blogs literarios o poesía digital:
la mundana globalidad de lo hipertextual no tiene nada que
ver con el escapismo diletante ni con el sacarle el cuerpo a
los problemas locales; con lo que la hipertextualidad tiene
que ver aquí es con un nuevo tipo de experiencia cultural cuya
mayor originalidad reside en la capacidad de interacción
entre escritor y lector, entre creador y espectador, entre
experimento y propuesta de alternativas, y, por lo tanto,
entre ciudadanía y participación política, entre comunida-
des y apropiación cultural.

Es de eso de lo que hablan las experiencias que aquí se


narran y estudian. Varios de los textos indagan en lo que de
experimento hipertextual antes de tiempo ha tenido cierta
literatura latinoamericana a partir de Rayuela, de Julio Cor-
tazar, o de La invención de Morel, de Bioy Casares. Pues en
esas escrituras y relatos no importa solamente una anticipa-
da presencia del hipertexto, sino también sus performativas
conexiones con el contexto, ya que por esa mutación escritu-
ral pasan los trastornos de una sociedad que buscaba

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rehacer su relación con los diversos pasados de los que


estaba hecha: incitándonos a desplegar los tiempos conteni-
dos, amarrados por la memoria oficial; atisbando el esta-
llido de la continuidad temporal en la historia y en la fic-
ción; y des-atando juntos el tiempo y el espacio, tornán-
dolos reversibles al destrabar tanto sus temporalidades co-
mo la geografía de sus fronteras y lenguajes. Son varios los
textos de este libro en los que la cuestión de fondo es preci-
samente lo que puede haber de emancipador en la deses-
tabilización de las fronteras que siguen arbitraria y exclu-
yentemente separando a los países entre sí o al centro de las
orillas, los bordes y las periferias, en lo espacial y lo cultu-
ral, en lo literario y lo social, en lo tecnológico y lo
simbólico. Y la energía creativa que se libera cuando las
escrituras, las oralidades, y las visualidades se entrecruzan e
hibridan posibi-litando unas narrativas capaces de hacerse
cargo de las turbulencias y velocidades, de las incertidum-
bres y los vértigos, de las trashumancias y conexiones que
entrelazan y cargan hoy la experiencia urbana de las mayo-
rías ahora habitantes de nuestras ciudades.

Siguiendo los enlaces (links) entre páginas-web que citan


varios textos, he podido constatar personalmente la descon-
certante y fecunda densidad de intercambios que nutre tanto
la práctica literaria como el análisis crítico. Así, a partir de
http://possibleworlds.org/ me encontré con la preciosa iro-
nía de una expresión que, viniendo del cine de autor francés
de los años sesentas y setentas (la nouvelle vague), desubica
su origen y sentido para nombrar las más oscuras relaciones
con su opuesto: “telenouvelle vague”, o sea la ola telelenove-
lera en que se produce y circula el género latinoamericano
por antonomasia hoy: el melodrama televisivo. Pero lo más
llamativo es que la página-web en que se halla ese provoca-
dor invento enlaza a su vez con http://sabotage.tv/ y su
“otro mundo es posi-ble”, de un escritor y artista-net, que a
su vez remite a http://ciberfeminista.org/, que en español y

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en inglés, en textos y en imágenes, entre teoría feminista y


literaria, y entre narrativas y artes de mujer, pone en debate
un tema estratégico: las transformaciones de la corporalidad
y la subjetividad.

La polifonía de este libro no impide que haya fuertes


convergencias entre sus voces, y una de sus más significati-
vas es la que se produce en torno a las profundas relaciones
entre tecnologías e identidades sin que ello implique en
modo alguno la euforia o el apocalipsis. Así, plantearse lo
que sucede en las muy diversas formas en que escritores,
artistas y gente del común de-construyen y re-construyen el
mundo de la frontera entre México y EU en la ciber-red resul-
ta siendo un ejercicio de aprendizaje sobre las muy nuevas
modalidades que hoy presenta el mestizaje. Y ello no sólo en
la práctica, sino también en la teoría y en la posición políti-
ca desde las que se busca comprender y transformar una
aberrante realidad social y una espléndida creatividad cultu-
ral: lo que significan las muchedumbres –ya no sólo de
México y Centroamérica sino de todo el Sur del mundo–
que siguen dándose cita en Tijuana, en su entretejido de
transfrontera; o los inacabables asesinatos de mujeres en
Ciudad Juárez y la potente red de solidaridades y protestas
que ahí confluyen desde el resto del mundo. Puesta en esa
perspectiva, la ciber-red testimonia al mismo tiempo toda su
capacidad de subversión del statu quo y de sus tramposas y
eficaces formas de legitimar el actual curso excluyente de
nuestras sociedades; y lo que es peor: la nueva opacidad de
ciertos mestizajes y visibilidades ciberculturales no permite
saber con certeza dónde termina lo uno y empieza lo otro.

No puedo terminar este prefacio sin poner de presente


otro trasfondo que tiene este libro y que es por el que enlaza
más profundamente con la investigación y el hacer político
del que esto escribe. Me refiero a “la segunda oportunidad”
que, para los que han vivido cien años de soledad, puede

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entrañar la convergencia entre sus oralidades culturales y


las nuevas visualidades y escrituras cibernéticas si las cultu-
ras letradas aceptan transformar su didactismo autoritario
en mediación ciudadana performativa. Pues la subordina-
ción de las oralidades, sonoridades y visualidades de la
mayoría al orden excluyente de la letra sufre actualmente
una erosión creciente e imprevista. Ella se origina, de un
lado, en la des-localización y diseminación de los “tradicio-
nalmente modernos” circuitos del conocimiento, y, de otro,
en los nuevos modos de producción y circulación de lengua-
jes y nuevas escrituras que emergen a través de la tecnicidad
electrónica, y especialmente en Internet. Estamos así ante
un nuevo escenario cultural y político que puede ser estraté-
gico, primero, para la transformación de un sistema edu-
cativo excluyente no sólo cuantitativa sino sobre todo cuali-
tativamente, y profundamente anacrónico por relación a las
mutaciones que atraviesa las culturas cotidianas; segundo,
para que la democratización de nuestras sociedades llegue
al mundo de las culturas de las mayorías posibilitando a las
poblaciones apropiarse, desde sus propias culturas, de los
nuevos saberes, lenguajes y escrituras.

Bogotá, julio de 2006.

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