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Estructura socio-económica
Enfoque Ético
Organización Social
Pobreza y Caridad
La pobreza durante la edad media fue un problema ético que se
tenía que corregir, empezando por la caridad. El planteamiento
doctrinal desde el punto de vista económico fue que la caridad
es perjudicial porque cualquier tipo de medida de caridad impide
que los individuos asuman sus responsabilidades y provoca la
ociosidad, con lo que, finalmente, lo que ocurre es que se
acentúa e incrementa la pobreza:
Economía feudal
Renta feudal
Feudo
Feudo y señorío
Referencias
Bibliografía
Economía feudal
Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes,
eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio
Carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.
Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza
motriz para el trigo y el aceite, que por una parte se extiende desde el norte de Europa
hacia la zona central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en España desde
el sur hasta Francia y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando
mano de obra que podía dedicarse a otras tareas más productivas. Además, mejoran los
métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, introduciendo
la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de
manera notable y permitirá disponer de animales en abundancia. También se cría el
caballo de combate que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de la infantería
tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de
madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente útil en el centro y norte
de Europa, entre el Loira y el Rhin, donde la tierra turbosa y muy húmeda era de difícil
trabajo. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor facilidad y permite la
obtención de cosechas en espacios antes baldíos.
Entre los alimentos, además de las habas y el trigo, se incorpora a la dieta la avena, tanto
para personas como para los animales, cuyo engorde es más rápido y garantiza la
alimentación en periodos de sequía y en los duros inviernos.
El señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie que él muchas
veces elige, y oro o plata. Esto provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del
comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los señores hacen ostentación de sus
bienes, muchos de ellos traídos de Oriente, (entre otras, a través de la "ruta de la seda").
El Alto Clero comienza a disponer a partir del siglo XI de recursos con los que engalanar
las iglesias, catedrales y palacios episcopales.
El comercio
A partir del siglo XII los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del
señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los
mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los que
no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y que deberán realizar su trabajo
pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores. El lujo
al que aspiran los señores con el incremento de las rentas, favorece la aparición cada vez
más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por donde se
abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos pero las
comunidades situadas en sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y
ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos campesinos aportaciones extras a
sus arcas. Las tasas de tránsito, peaje y mercados se incrementan. Las ciudades, burgos,
son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se
va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.
Véase también:
Bibliografía
• Bloch, Marc. (1961) 1987. La sociedad feudal. Editorial Akal, Madrid.
• Ganshof, François-Lois. (1964) 1985. Feudalismo. Ariel, Barcelona.
• Guerreau, Alain. (2001) 2002. El futuro de un passado. Critíca, Barcelona.