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Edad Media es el término utilizado para referirse a un

período de la historia europea que transcurrió desde la


desintegración del Imperio Romano de Occidente, en el año 476 d.C,
siglo V, hasta el siglo XV con la caída de Constantinopla en 1453.
También se señala como fecha de término la de la invención de la
imprenta, en 1455 o el descubrimiento de América, en 1492.

La Edad Media suele dividirse convencionalmente en dos periodos,


llamados Alta Edad Media y Baja Edad Media, ambas expresiones
surgidas de una mala traducción del idioma alemán, y que significan
"temprana" y "tardía", respectivamente. Se ha propuesto también
llamar a los primeros siglos de la Alta Edad Media como Antigüedad
Tardía u otras denominaciones similares como Edad Oscura, pero
dicha terminología no es universalmente aceptada. (Ver División del
Tiempo Histórico

Economía en la Edad Media


Inicialmente se puede observar algunos comportamientos
parecidos, por los cuales llamarlos mercantilistas, pero no era
una escuela económica. Básicamente eran mercaderes, de allí
deriva su nombre, tenían algunos consejos e ideas básicas. Si
ellos económicamente estaban bien, si un país seguía los
mismos pasos, también lo estaría. Los pasos eran mantener
una balanza comercial positiva, esto es vender más de lo que se
compra. Otro paso era la acumulación de oro y plata.

Ésta se desarrolló en Francia antes de la Revolución Francesa.


Solo duró algunas décadas (más o menos 30 años). Quesnay
fue uno de los pensadores más importantes.
Ellos definían las actividades estériles y las no estériles. Las
estériles eran aquéllas que no producían riqueza a partir del
agro. Le daban total importancia a la actividad agropecuaria.

La Edad Media: ética, pobreza y teoría del valor trabajo

Estructura socio-económica

Las relaciones personales se basan en dos figuras típicas:

1. Las relaciones feudo-vasallaticas entre individuos, que


tiene que ver más con el mundo de la agricultura. En el
campo predomina la agricultura de subsistencia. El
producto se obtenía en pequeña escala, utilizando técnicas
agrícolas relativamente primitivas. El objetivo del feudo
era la autosuficiencia.
2. Las relaciones gremiales. En las ciudades los gremios
(agrupaciones de artesanos) potencian la economía local e
impiden la expansión de la producción y el mercado: las
actividades comerciales entre regiones o países estaban
severamente limitadas, poco desarrollo tecnológico,
escasez de capital, no hay facilidades para la movilidad de
los individuos.

En suma, el marco económico y social del feudo era análogo en


muchos aspectos al de la polis o ciudad estado griega. El
principio de organización en ambos era el rango y no el
contrato. Todo ello se reduce en que estamos en una situación
de Economía de pre-mercado. Para dar el paso hacia una
economía de mercado era necesaria la aparición de relaciones
impersonales, libre movilidad, expansión económica …

Enfoque Ético

Autoridad Intelectual. La Iglesia recoge parte del saber clásico


personalizado en Aristóteles, pero luego lo llevan a su moral
religiosa (punto de vista escolástico).

Bases de la actividad económica

1. La justicia debe de presidir toda la actividad económica:

• En los procesos de intercambio: justicia conmutativa


(intercambio de equivalentes), y
• en los de distribución: justicia distributiva –distribución de
la renta- (mérito).

1. La doctrina del precio justo.


2. La dignificación del trabajo. Frente a los griegos, el
enfoque cristiano dignifica el trabajo. El trabajo es
considerado como la principal fuente de riqueza. El trabajo
justifica los ingresos y la propiedad.

Organización Social

La sociedad, muy jerarquizada, se organizó sobre la comunidad,


de forma estratificada, (nobleza, clero, y pueblo llano) no sobre
el individuo, (los individuos solo son iguales ante Dios), de
acuerdo a un plan divino. Sobre la base de estos principios se
comprende la desigualdad social en capacidad, riqueza y
libertad. La sociedad se estructura en estratos sociales rígidos
(como una pirámide) dentro de un marco de desigualdad,
concibiendo a la comunidad como un cuerpo con varias partes,
cada una con su función, y su condición, que en general pasaban
de padres a hijos, con escasas posibilidades de cambio, pero que
habían de funcionar como un cuerpo único, como un solo
organismo (cada una de las partes de las que se compone había
de cumplir con su función pero en única unidad).

Teorías del interés y la usura

Todo esto lleva, en el estudio del pensamiento económico a


buscar el precio justo (de los bienes) -la doctrina del precio
justo- dentro de esta ética. Ello se observa con claridad cuando
se estudia la teoría del interés y la usura. Para el pensamiento
medieval usura suponía el cobro, al hacer un préstamo, de
cualquier tipo de interés, lo que provocaba su rechazo,
considerándolo éticamente reprobable porque el interés no
modifica la naturaleza de las cosas (el dinero es estéril: no crea
nada) y no procede del trabajo.

Para esta ética el interés es equiparable al beneficio. El beneficio


encuentra su justificación en la actividad comercial como fruto
del trabajo de transporte o almacenamiento de los bienes. El
beneficio solamente es legítimo si procede del trabajo, no del
capital.

Este pensamiento fue poco a poco evolucionando hasta llegar al


siguiente razonamiento: el interés solo encuentra justificación
en las siguientes razones:

• Como sanción por retraso


• Sanción por daño
• Como indemnización por el lucro cesante (coste de
oportunidad): el dueño no dispone del bien en un
determinado tiempo). Esta justificación del interés como
indemnización fue primeramente rechazada, pero
finalmente terminó siendo aceptada.

Teoría del valor-trabajo


Se podría definir conceptualmente la teoría del valor
argumentando que es la determinación del precio relativo de un
bien (cuanto vale una cosa respecto a otra, explicar el precio
relativo, el valor de las cosas).

Para determinar el valor de un bien se habrá de tener en cuenta


que el valor de las cosas depende de dos variables:

• La utilidad del bien (más la escasez) determina la demanda


• El costo (Oferta)

Los bienes que cuestan mucho es debido a la escasez y los


bienes que cuestan poco es que hay mucha oferta.
Históricamente, la utilidad y el coste, iban separados: unos
decían que era solo el coste el que determinaba el valor y otros
decían que era su utilidad solamente. Con Marshall se llegará a
la conclusión de que es la suma de los dos lo que influye en el
precio de las cosas.

La Teoría del valor-trabajo, orientándose hacia el lado de la


oferta, explica el precio (valor) de los bienes en función de la
cantidad de trabajo utilizada en su producción.

La posición de los pensadores medievales

Ejemplos de las dos corrientes:

1. Coste (S. Alberto Magno) si el precio de mercado no cubre


los costes de producción ésta con el tiempo cesara
2. Demanda (Sto. Tomás de Aquino) introduce la necesidad
en la fórmula del precio: el precio variaba con la necesidad.

• No usan el trabajo como medida del valor.


• El trabajo es el instrumento para legitimar la actividad
económica y los ingresos, incluidos los beneficios e
intereses.
• No hay una teoría del salario:

- No hay un grupo suficiente amplio de asalariados - No se


preguntan cómo se forma el salario, sino cuál debe ser para ser
justo.

Pobreza y Caridad
La pobreza durante la edad media fue un problema ético que se
tenía que corregir, empezando por la caridad. El planteamiento
doctrinal desde el punto de vista económico fue que la caridad
es perjudicial porque cualquier tipo de medida de caridad impide
que los individuos asuman sus responsabilidades y provoca la
ociosidad, con lo que, finalmente, lo que ocurre es que se
acentúa e incrementa la pobreza:

La pobreza en la Edad Media

• La pobreza fue esencialmente un problema moral.


Objetivo: aliviar la pobreza. Lo que hay que hacer es
eliminar este problema mediante la caridad que es
moralmente positiva.
• La pobreza no generaba una gran presión social: las
relaciones feudales garantizaban el sustento de los
vasallos y siervos, los vínculos a la tierra o a los gremios
generan ingresos de subsistencia, por ello
• La pobreza no es un problema de desempleo, sino que es
fruto de desgracias personales (vejez, orfandad,
enfermedad), antes que de causas económicas, que el
individuo no controla y provocan desempleo involuntario
• Cuando se rompe el modo de producción feudal (cercado
de fincas, desplazamiento de mano de obra a la ciudad,
etc.) empieza a tener más sentido la critica clásica a la
caridad.

Economía feudal

Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años


(normandos, musulmanes, eslavos) con la caída del Imperio
romano y el posterior debilitamiento del Imperio Carolingio
frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.

Las mejoras técnicas

Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas


agrícolas que, aún existiendo anteriormente, habían quedado
reducidas a escasos espacios territoriales. Este proceso fue
extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo
XII con la mejora de las comunicaciones y los intercambios.
Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los
molinos de agua como fuerza motriz para el trigo y el aceite, que
por una parte se extiende desde el norte de Europa hacia la zona
central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en
España desde el sur hasta Francia y de las acequias para riego,
extendiendo los cultivos y liberando mano de obra que podía
dedicarse a otras tareas más productivas. Además, mejoran los
métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo
y el buey, introduciendo la collera rígida y el yugo sobre los
cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de manera notable
y permitirá disponer de animales en abundancia. También se
cría el caballo de combate que cambiará las prácticas de la
guerra en detrimento de la infantería tradicional. Los
instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada,
generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro.
Esto es especialmente útil en el centro y norte de Europa, entre
el Loira y el Rhin, donde la tierra turbosa y muy húmeda era de
difícil trabajo. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con
mayor facilidad y permite la obtención de cosechas en espacios
antes baldíos.

Además desde el norte de la actual Francia y sur de Alemania se


extiende un sistema de barbecho distinto que permite la
rotación de suelos cada dos años de tres mediante la quema de
rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica
del cultivo itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de
agua permiten el riego en zonas como la Lombardía y en el sur
de Europa garantizan sacar adelante cosechas en terrenos de
clima mediterráneo seco.

Entre los alimentos, además de las habas y el trigo, se incorpora


a la dieta la avena, tanto para personas como para los animales,
cuyo engorde es más rápido y garantiza la alimentación en
periodos de sequía y en los duros inviernos.

A más producción, más población

El aumento de la producción como consecuencia de las


innovaciones supone ya en el siglo XI una reducción de las
prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto a
horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía
económica o en especie. Se reducen las tierras del señor y se
extienden los arrendamientos. Al mismo tiempo los campesinos,
disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos,
aumentan sus rentas y ganan en independencia. En algunos
lugares, sólo son convocados a trabajar para el señor en los
periodos de laboreo con gran necesidad de mano de obra como
la siega.

El señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones


en especie que él muchas veces elige, y oro o plata. Esto
provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del comercio.
Aparecen las primeras grandes fortunas y los señores hacen
ostentación de sus bienes, muchos de ellos traídos de Oriente,
(entre otras, a través de la "ruta de la seda"). El Alto Clero
comienza a disponer a partir del siglo XI de recursos con los que
engalanar las iglesias, catedrales y palacios episcopales.

Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo


de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras
empantanadas, extensión de los terrenos arados lejos de las
aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque
no sea rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las
costumbres. Las tierras de pastos en las laderas más difíciles de
arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen comunes en
muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la
vid, poco exigente con las tierras que han sido ganadas al
bosque. Las mejores zonas atraen a una mayor masa de
población y se producen migraciones en todo el centro de
Europa. El crecimiento poblacional es notable a partir del 1050,
llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años y
triplicándose hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las
hambrunas han desaparecido. Este incremento se realiza a costa
de una mayor tasa de natalidad, si bien la de mortalidad se
mantendrá más estable.

El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte


de los campesinos y no tanto de los señores. Conforme éstos se
habitúan a recibir las retribuciones en moneda o especie, van
abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en beneficio
de cederlos en arriendo. El señor controla muchas veces la venta
de materiales y aperos de labranza a sus campesinos, lo que le
garantiza un control importante sobre los siervos. Los
campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la fijación de
una retribución no arbitraria al señor, que consistirá en una
aportación fija y otras variables en función de los resultados de
las cosechas del año.TK EDITH
El comercio

A partir del siglo XII los excedentes facilitan el comercio más


allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales
permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes,
que en su origen eran campesinos que aprovechaban los
tiempos en los que no era necesario el trabajo de la tierra para
comerciar, y que deberán realizar su trabajo pagando
igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a
los señores. El lujo al que aspiran los señores con el incremento
de las rentas, favorece la aparición cada vez más frecuente de
artesanos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por
donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de
Compostela son los destinos pero las comunidades situadas en
sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y
ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos
campesinos aportaciones extras a sus arcas. Las tasas de
tránsito, peaje y mercados se incrementan. Las ciudades,
burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio
conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad
que despegará en los siglos XIII y XIV.

Renta feudal

La renta feudal, en terminología del materialismo histórico, es el


mecanismo de coerción extraeconómica por el que los
estamentos o clases privilegiadas (nobleza y clero) obtienen el
excedente de la producción del campesinado en el modo de
producción feudal.

La renta feudal puede obtenerse en forma de prestaciones de


trabajo (corveas francesas o sernas) castellanas, que el siervo
tiene que cumplir en la reserva señorial) , en especie
(porcentajes sobre la cosecha, como el diezmo a pagar a la
Iglesia) o dinero (de muy escasa circulación durante la Alta
Edad Media). En cualquier caso, la justificación para el cobro no
es tanto la propiedad de la tierra, que es un término muy
confuso, en un mundo como el feudal en que todos los agentes
disponen de algún derecho sobre ella, sino de la posición social
predominante de nobleza y clero, justificada ideológicamente
(orden social perfecto de oratores, bellatores y laboratores) y
mantenida por la violencia constante de las invasiones, guerras
y situación de frontera.
Mientras que el interés económico del siervo (o cualquier forma
jurídica de campesino sometido a régimen señorial) es
aumentar la producción en su propio beneficio, el interés del
señor es intentar impedir la existencia de ese beneficio,
localizando cualquier forma de excedente productivo para situar
un impuesto, carga feudal o derecho señorial de cualquier tipo
sobre él, (bien sea por derecho de paso, pontazgo, portazgo,
monopolio señorial de molino, tienda, taberna, roturación,
utilización de bosques, montes, prados, dehesas, ríos, caza...)
en un etcétera que no tiene más límite que la imaginación y la
capacidad de ejercer la coerción extraeconómica, puesto que no
se basa en ningún tipo de mercado libre que recompense a cada
factor de la producción como en el capitalismo.

La renta feudal no se acumula en forma de capital, sino que se


atesora o se consume. Cualquiera de los dos usos que se de,
contribuye al mantenimiento del predominio social de los
detentores de la renta, y dificulta la acumulación originaria de
capital que necesita el capitalismo. No obstante, la
redistribución de la renta feudal, mediante el consumo
suntuario, hacia la burguesía urbana de artesanos o mercaderes,
permite que en ese espacio urbano y en las rutas del comercio a
larga distancia nazca un capitalismo incipiente durante la Baja
Edad Media.

Feudo

Feudo (posiblemente del latín feodum, en latín vulgar feudum),


que en Alemania se le denominaba Lehen, en Francia Fief y en
los Países Bajos Leen, es el nombre con el que se designa a la
tierra que el señor otorga al vasallo en el contrato de vasallaje,
como parte del beneficium (beneficio) que le debe a éste por el
cumplimiento de sus obligaciones: auxilium et consilim (auxilio,
o servicio militar y consejo o apoyo político).

Feudo y señorío

En España puede considerarse como equivalente al señorío. No


obstante, hay un debate historiográfico sobre las diferencias
entre el régimen señorial en España y el modelo europeo, ligado
a la descomposición del Imperio Carolingio.1
El feudo se vincula a la nobleza

Aunque en origen el señor (por ejemplo, el rey) retenía la


capacidad de retirar el feudo a su vasallo (por ejemplo, un
conde), el feudo en la práctica se fue haciendo vitalicio y
hereditario, pasando a convertirse en el patrimonio de una
familia noble. No conviene utilizar el término propiedad para
esta relación, más propiamente vinculación. Los derechos plenos
de propiedad no son propios de la Edad Media (ni siquiera del
Antiguo Régimen), sino del Derecho Romano o del Estado
Liberal. El señor que lo da, y su vasallo noble que lo recibe,
comparten de alguna manera algún tipo de derecho de dominio
sobre el feudo (que podría llegar hasta la teórica reversión al
señor en caso de felonía o incumplimiento de la fidelidad debida,
o de la liberación de toda obligación para el vasallo en felonía
por parte del señor), del mismo modo que el señor y su siervo
campesino también comparten el dominio sobre la tierra
(dominio útil y dominio eminente).

El feudo, unidad económica

La manera de explotar económicamente el feudo, en su manera


"clásica", en los siglos de la Alta Edad Media, en que no había
casi circulación monetaria y muy escasa comercialización de los
excedentes, consistía en repartir la tierra en dos porciones: la
reserva señorial y los mansos. Cada manso era entregado a un
campesino, que se encomendaba (commendatio) al señor (bien
libremente o bien forzosamente), pasando a convertirse en su
siervo. En latín servum podría traducirse por esclavo (ancilla),
pero en realidad en la época feudal la utilización de mano de
obra esclava en la agricultura no era dominante. La condición
jurídica del siervo tampoco era de libertad, puesto que estaba
ligado a la tierra que trabajaba. Eso sí, disponía del producto de
su manso, que cultivaba a su criterio y del que obtenía lo
necesario para su subsistencia (en términos del materialismo
histórico, la reproducción de su fuerza de trabajo). Los días que
fijara la costumbre (corvea en Francia, serna en Castilla) debía
trabajar obligatoriamente en la reserva señorial. Ese trabajo
excedente es la forma de obtener el excedente por parte del
señor, que se beneficiará del producto de esa reserva
(apropiación del excedente por coerción extraeconómica, en
esos mismos términos, que define el modo de producción
feudal).
La activación de la economía a lo largo de los siglos, sobre todo
después del año 1000, que permiten que haya circulación
monetaria y el surgimiento de mercados, comarcales, urbanos y
luego a larga distancia, harán que el modelo se altere, y se
conviertan los pagos en trabajo en pagos en especie (fijos o
porcentajes, como en la aparcería) o en dinero (renta feudal).
Para el señor también eran multitud de derechos feudales que
garantizaban que todo tipo de excedente le sea entregado
(portazgos, peajes, derecho de molino, de taberna, de tienda, de
explotación de bosques, caza y ríos...) incluyendo los pagos más
polémicos (ius primae noctis o derecho de pernada,
habitualmente redimible con un pago). La apropiación de
impuestos teóricamente del rey (como la alcabala en Castilla)
era también muy común de los señores, en la Baja Edad Media.

Referencias

Bibliografía

• DUBY, Georges (1976), Guerreros y Campesinos.


Desarrollo inicial de la economía europea (500-1200),
Madrid: Siglo XXI. ISBN 8432302295.
• FOURQUIN, Guy (1977), Señorío y feudalismo en la edad
media, Madrid: EDAF. ISBN 8471663473.
• VALDEÓN, Julio, SALRACH, José María y ZABALO, Javier
(1987), Feudalismo y consolidación de los pueblos
hispánicos, Barcelona: Labor. ISBN 8433594249.

Economía feudal
Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes,
eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio
Carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.

Las mejoras técnicas


Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, aún existiendo
anteriormente, habían quedado reducidas a escasos espacios territoriales. Este proceso fue
extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo XII con la mejora de las
comunicaciones y los intercambios.

Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza
motriz para el trigo y el aceite, que por una parte se extiende desde el norte de Europa
hacia la zona central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en España desde
el sur hasta Francia y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando
mano de obra que podía dedicarse a otras tareas más productivas. Además, mejoran los
métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, introduciendo
la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de
manera notable y permitirá disponer de animales en abundancia. También se cría el
caballo de combate que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de la infantería
tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de
madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente útil en el centro y norte
de Europa, entre el Loira y el Rhin, donde la tierra turbosa y muy húmeda era de difícil
trabajo. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor facilidad y permite la
obtención de cosechas en espacios antes baldíos.

Además desde el norte de la actual Francia y sur de Alemania se extiende un sistema de


barbecho distinto que permite la rotación de suelos cada dos años de tres mediante la
quema de rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica del cultivo
itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de agua permiten el riego en zonas como
la Lombardía y en el sur de Europa garantizan sacar adelante cosechas en terrenos de
clima mediterráneo seco.

Entre los alimentos, además de las habas y el trigo, se incorpora a la dieta la avena, tanto
para personas como para los animales, cuyo engorde es más rápido y garantiza la
alimentación en periodos de sequía y en los duros inviernos.

A más producción, más población


El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone ya en el
siglo XI una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en
cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en
especie. Se reducen las tierras del señor y se extienden los arrendamientos. Al mismo
tiempo los campesinos, disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos,
aumentan sus rentas y ganan en independencia. En algunos lugares, sólo son convocados
a trabajar para el señor en los periodos de laboreo con gran necesidad de mano de obra
como la siega.

El señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie que él muchas
veces elige, y oro o plata. Esto provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del
comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los señores hacen ostentación de sus
bienes, muchos de ellos traídos de Oriente, (entre otras, a través de la "ruta de la seda").
El Alto Clero comienza a disponer a partir del siglo XI de recursos con los que engalanar
las iglesias, catedrales y palacios episcopales.

Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los


bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, extensión de los terrenos arados
lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque no sea
rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las costumbres. Las tierras de pastos en
las laderas más difíciles de arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen comunes en
muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la vid, poco exigente con
las tierras que han sido ganadas al bosque. Las mejores zonas atraen a una mayor masa de
población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento
poblacional es notable a partir del 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra
en 150 años y triplicándose hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las hambrunas
han desaparecido. Este incremento se realiza a costa de una mayor tasa de natalidad, si
bien la de mortalidad se mantendrá más estable.

El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte de los campesinos y no


tanto de los señores. Conforme éstos se habitúan a recibir las retribuciones en moneda o
especie, van abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en beneficio de cederlos
en arriendo. El señor controla muchas veces la venta de materiales y aperos de labranza a
sus campesinos, lo que le garantiza un control importante sobre los siervos. Los
campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la fijación de una retribución no
arbitraria al señor, que consistirá en una aportación fija y otras variables en función de los
resultados de las cosechas del año.TK EDITH

El comercio
A partir del siglo XII los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del
señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los
mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los que
no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y que deberán realizar su trabajo
pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores. El lujo
al que aspiran los señores con el incremento de las rentas, favorece la aparición cada vez
más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por donde se
abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos pero las
comunidades situadas en sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y
ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos campesinos aportaciones extras a
sus arcas. Las tasas de tránsito, peaje y mercados se incrementan. Las ciudades, burgos,
son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se
va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.

Véase también:

• Economía en la Edad Media


• Feudalismo
• Renta feudal
• Señorío

Bibliografía
• Bloch, Marc. (1961) 1987. La sociedad feudal. Editorial Akal, Madrid.
• Ganshof, François-Lois. (1964) 1985. Feudalismo. Ariel, Barcelona.
• Guerreau, Alain. (2001) 2002. El futuro de un passado. Critíca, Barcelona.

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