Sei sulla pagina 1di 11

EL PROBLEMA DE LA VERDAD

Ha supuesto una cuestión fundamental a responder durante toda la historia del


pensamiento. Ha sido abordado desde múltiples corrientes de pensamiento y
se han ofrecido respuestas igual de dispares acerca de la posibilidad o no de
alcanzar la verdad. El hombre no se ha conformado con mirar al horizonte sin
preguntarse por la veracidad de todo aquello que lo rodea, le afecta y conoce.
Guzmán considera el problema de la verdad como “el problema de todos los
problemas; es la pregunta de todas las preguntas, ya que toda interrogación
que el hombre puede hacerse lleva, como núcleo subyacente, esta pregunta
genérica involucrada en sus entrañas. Toda pregunta es, en el fondo, una
pregunta sobre la Verdad. El problema de la verdad es, pues, inmanente a toda
problemática.”.

¿Pero en qué momento la búsqueda de la verdad supone un problema? La raíz


misma la encontramos en el hombre, “la verdad, ante todo, aparece como una
de las tendencias más radicales del hombre. (...) Lo cual significa también que
no es algo ya poseído, sino una meta u objetivo”. Por lo tanto, la misma
búsqueda supone un problema, pues todos buscamos en ella, desde el filósofo
hasta el científico que elabora sus teorías, pero “las divergencias de los
filósofos aparecen ya en el momento de definir o determinar la noción misma
de verdad y verdadero”, pues no es sólo la búsqueda sino también intentar
llegar hasta la verdadera esencia de la verdad.

El problema de la verdad debe ser abordado desde una perspectiva global para
evitar reducir el planteamiento a una ciencia particular que encuentre
limitaciones en sí misma, de tal forma “debe ser abordado desde una ciencia
general (...). Y esto por dos razones, entre otras muchas: Primero, porque
hallándose en la raíz misma de las ciencias, como algo común a todas ellas, no
habría motivo especial para tratarlo en una ciencia particular. Segundo, porque
en rigor excede y desborda el ámbito y el cociente de inteligibilidad de las
ciencias particulares”. Para De Guzmán esta ciencia general debe ser la
metafísica, sin embargo, es más conveniente encuadrarla y ligarla “a las
concepciones fundamentales del propio sistema filosófico; en relación con las
posturas gnoseológicas”. De hecho fundamentalmente, De Guzmán atribuye el
problema de la verdad a la metafísica para unirlo con la problemática del ser,
por eso cree conveniente moverse en el campo de la metafísica, pues “el
problema del ser viene a coincidir sensiblemente con el problema de la verdad
y que ambos constituyen el sustractum radical de toda la problemática.”. El
fundamento de todo esto viene dado por la afirmación de Guzmán sobre la
fundamentación de la verdad con base en el Ser, por tanto dice “La verdad se
nos ofrece como algo consecutivo al ser, como una cualidad del ser. (...) La
verdad es como un vínculo, un intercambio entre la inteligencia y el Ser.”.

Pero si también está vinculado a la inteligencia volvemos a plantear la


necesidad de introducir y estudiar el problema de la verdad visto
fundamentalmente como actividad cognoscitiva y no tanto metafísica. De
hecho, el propio De Guzmán termina reconociendo que aunque “el problema de
la verdad coincide en el fondo con el problema del ser; entendiendo éste no
solamente en relación con lo que las cosas son, sino también cómo son y por
qué y para qué son. Ahora debemos añadir que (...) hay que situarla en el
horizonte de nuestra actividad cognoscitiva. De donde resulta que el problema
de la verdad viene a constituir el núcleo fundamental del problema de nuestro
conocimiento.”.

La verdad parece indicarnos que debe haber una adecuación entre la realidad
de las cosas y nuestro conocimiento. La verdad parece indicar una relación de
conformidad, el sujeto proyecta sus facultades cognoscitivas sobre la realidad y
se busca ese ajuste y adecuación entre pensamiento y realidad. Así pues
podemos definir el problema de la verdad como consistente en “las relaciones
de mutua justeza entre el conocimiento y el ser”.

El hecho mismo de esta adecuación se ha cuestionado frecuentemente,


efectivamente dice Guzmán que “lo que se pone en duda (es) el hecho mismo
de la adecuación entre nuestro entendimiento y la realidad. Esta postura
pesimista del hombre ante la verdad ha sido bautizada con el nombre de
escepticismo”. Pero aun sabiendo que ni el escepticismo ni el dogmatismo son
la mejor opción para atajar sin más el problema, debemos tener una actitud
expectante, crítica y analizar todos los elementos que forman parte de la
adecuación, de tal forma que sólo al obtener un equilibrio recíproco entre
ambos podamos comenzar un camino optimista hacia la verdad.

Podemos arriesgarnos a considerar la verdad como parte integrante del ámbito


de la actividad cognoscitiva, aunque también es importante advertir que no todo
conocimiento es verdadero; de tal forma se concluye que la verdad no se
identifica con cualquier conocimiento que tengamos, sino que “la verdad es una
cualidad no necesaria de nuestro conocer. Nuestro conocimiento no es
necesariamente verdadero ni obligadamente falso. Puede ser lo uno o lo otro”.

LA VERDAD.

La esencia de la verdad es la conformidad entre el entendimiento y el ser, ésta


es fundamentalmente su constitución esencial. Queda ya, pues, definida la
verdad, sin embargo es necesaria seguir la investigación, puesto que aún
queda sin responder “si el hombre puede llegar a conseguirla y en qué
medida”.

De Guzmán establece fundamentalmente un triple orden de verdades: la


verdad real u ontológica (la verdad de las cosas), la verdad intelectual (verdad
subjetiva) y la verdad de las palabras. Lo que pretende concluir con esta triple
distinción es que al fin y al cabo, encontramos las mismas características
comunes en las diversas manifestaciones de la verdad. Esto es, podemos
concluir “que toda la verdad posee esta característica esencial: está constituida
por una relación del tipo: ENTENDIMIENTO-SER”..

A continuación se analizarán los tres órdenes de verdades que propone De


Guzmán:

A/ Verdad ontológica o real. “Es la que se dice de las cosas”. La verdad real
puede presentarse de dos formas. La primera son aquellas cosas que causan
un conocimiento verdadero en nosotros, en este caso “la realidad de las cosas
no depende del entendimiento, sino en entendimiento de la realidad. (...)
existen sin duda muchas cosas que el hombre no ha llegado a descubrir y son
verdaderas; y por otra parte, en las mismas que conocemos, no siempre
estamos pensando”. La segunda forma de la verdad real la hallamos cuando es
el entendimiento el que establece la relación verdadera con la cosa. “las cosas
se dicen propiamente verdaderas con la relación a la idea, forma o modelo de
ellas existente en la mente de quien las ideó y las proyectó”. Así las cosas
dependen del entendimiento y deben conformarse con él.

Es fundamental considerar en la verdad real el papel que cumple la realidad,


ésta debe estar presente tanto real como virtualmente para que se produzca la
adecuación con el entendimiento. Los griegos ya consideraban a la verdad
como , es decir, revelación del ser a la inteligencia. En este mismo sentido la
verdad real postula que “los seres causan en nuestra mente la verdad por
medio de la revelación de sí mismos, por medio de su auto manifestación a la
inteligencia”. La conclusión que se obtiene es que “la verdad es una
comunicación de los seres a la muerte” .

B/ La verdad intelectual: La verdad intelectual se refiere a la consideración, en


cuanto verdadero o falso, del sujeto. En el ámbito del entendimiento hay que
tener en cuenta dos planos el teórico o especulativo, y el práctico o activo. 1)
“El plano de la verdad teórica es la respuesta del intelecto a la comunicación o
revelación del ser de las cosas [...], es decir, que conoce las cosas tal y como
son cuando en sus apreciaciones o juicios se conforma con el mundo real, con
el modo de ser de las cosas” . 2) La verdad pragmática, la actividad es guiada
por el entendimiento, ésta se puede expresar de dos formas distintas: en la
actividad artística y en la actividad moral. La verdad práctica no es sino la
continua confrontación de la obra con la idea intencionada.

Sin embargo, al comparar ambos aspectos “advertimos en seguida que el


primero compete de una manera más propia y radical a nuestra inteligencia”.

C/ Verdad en las palabras o en el lenguaje. Si por algo es analizado este


aspecto se debe fundamentalmente a que se considera al lenguaje como
expresión de nuestro entendimiento. Las palabras “son manifestaciones de
nuestro interior: de nuestros afectos y emociones o de nuestros conceptos. Son
pues signos patentes de nuestro pensamiento".

Como conclusión de este análisis de los órdenes propuestos por De Guzmán,


procedemos a la definición que nos ayudará a proponer una única fórmula que
caracterice la esencia de la verdad.

• Verdad teórica: “adecuación del entendimiento con el ser de las cosas


que c conoce”.
• Verdad ontológica: “adecuación de las cosas con el entendimiento que
las ha producido”.
Ambas unidas en una única fórmula que sirve tanto para el plano teórico como
para el práctico viene resumida en la fórmula clásica: “Adaequatio rei et
intellectus” es decir, conformidad entre el entendimiento y las cosas.

El significado de la adecuación o conformidad no debe entenderse como


identidad entre el entendimiento y la cosa, sino que es una relación de
“semejanza, concordancia, conveniencia o proporción entre dos cosas u
objetos”. ¿Qué condiciones hacen posible la verdad como adecuación? En
primer lugar señalar que tanto sujeto como objeto (polos del eje cognitivo)
deben examinarse “dentro de la relación de mutuo encuentro que llamamos
conocimiento verdadero”. En el acto de adecuación entre el entendimiento y el
ser requiere en un primer momento una apertura del sujeto hacia el mundo;
pero también precisa de la intencionalidad, es decir, que el sujeto proyecte
hacia el ser, un salir al encuentro del objeto. “Y más allá de la intencionalidad
(...)está la asimilación, la conformación con el (objeto) mismo: solo en este
último estadio del análisis encontramos la posibilidad de la verdad”..

Otras nociones de verdad

La definición propuesta por De Guzmán está siguiendo la línea clásica que


postulaba la Adaequatio rei et intellectus. Sin embargo, otras propuestas se
han enfrentado a esta definición.

-En primer lugar encontramos al subjetivismo, según el cual “el entendimiento


es la fuente y el autor de su propia verdad. De donde se sigue que la verdad
intelectiva no es otra cosa que la adecuación del entendimiento consigo
mismo.” De hecho, creemos que es poco posible que el entendimiento pueda
“ser la causa y el origen de su propia verdad”.

-En segundo lugar encontramos a quienes insisten en la adecuación del


entendimiento con las leyes lógicas del pensamiento, es decir, una adecuación
entre las premisas y la conclusión.

Otras corrientes distintas han propuesto una noción de verdad distinta a la que
proponemos:

-El Pragmatismo. La verdad es un medio para la vida práctica, queda reducida


a la utilidad práctica. Tiene que haber una adecuación entre el pensamiento y
la acción.

-El vitalismo. Identifica la verdad con la vida. Entienden la vida como un


proyecto y un cambio, así la verdad también dependerá de la perspectiva de
cada individuo. Se produce un doble relativismos, el del punto de vista del
sujeto, y la misma vida como cambio permanente.

Estas posturas muestran cuanto de complejo tiene el adoptar una postura y no


cerrarse a una sola perspectiva, pues se encuentra la verdad con una amplitud
y abertura mentales. Sin embargo, además de la confusión entre un mar de
posturas filosóficas distintas, también somos presa fácil del error. Porque el
“error es la inadecuación entre el juicio mental y el ser de las cosas”.
En la formación de conceptos simples (primera operación de la mente) no hay
errores de por sí, sin embargo, se introducen errores accidentales en el
momento en el que se introduce alguna composición de objetos. En los Juicios
(segunda operación de la mente) “por medio de los cuales hacemos
afirmaciones y negaciones que llamamos enunciados mentales”. El error se
introduce o bien porque afirmamos lo que no hay en las cosas o porque
negamos lo que en ellas hay. Esto son errores del entendimiento especulativo
pero a esto hay que añadir los pertenecientes al entendimiento práctico que
cometemos en nuestras realizaciones.

VERDAD

Abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general,


hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como
realidades: los hechos o la cosa en particular;[1] así como la relación de los
hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del TODO, el Universo.

Para el hebreo clásico el término `emuná significa primariamente «confianza»,


«fidelidad». Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque
cumplen lo que ofrecen.

El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría


de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente
debatidas. Hay posiciones diferentes acerca de cuestiones como:

• qué es lo que constituye la verdad


• con qué criterio podemos identificarla y definirla
• si el ser humano posee conocimientos innatos o sólo puede adquirirlos
• si existen las revelaciones o la verdad puede alcanzarse tan sólo
mediante la experiencia, el entendimiento y la razón
• si la verdad es subjetiva u objetiva
• si la verdad es relativa o absoluta
• y hasta qué grado pueden afirmarse cada una de dichas propiedades.

Este artículo procura introducir las principales interpretaciones y perspectivas,


tanto históricas como actuales, acerca de este concepto.

La pregunta por la verdad es y ha sido objeto de debate entre teólogos,


filósofos y lógicos a lo largo de los siglos considerándose un tema concerniente
al alma y al estudio de una llamada psicología racional dentro del campo de la
filosofía.

En la actualidad es un tema de investigación científica así como de


fundamentación filosófica:
• La investigación científica de la función cognitiva[5] introduce nuevas
perspectivas acerca del conocimiento basado en la evidencia como
creencia verdadera con justificación válida.[6]
• Interesa a la Lingüística pues el lenguaje es expresión de la propia
verdad.
• Interesa a la Antropología filosófica, pues parece evidente que los seres
humanos prefieren la verdad a la mentira y la certeza a la duda o al
error.
• Interesa a la Sociología, por cuanto el aprecio hacia la verdad y la
condena de la mentira o del error varía en intensidad según las épocas y
las culturas, pues tanto el concepto de verdad como su valoración no
siempre es el mismo a lo largo de la Historia y de la cultura.
• Interesa a la Ciencia en cuanto tal[7] en su pretensión de conocimiento
válido.
• Etc.

La importancia que tiene este concepto es que está arraigado en el corazón de


cualquier supuesto personal, social y cultural. De ahí su complejidad.

Verdad Oncológica

• Predicado de una realidad: verdad ontológica


• Predicado de un conocimiento, una proposición, o un enunciado: verdad
lógica, propiamente dicho, epistemológica.

En el primer caso se usa para distinguir una realidad como realidad verdadera
en oposición a una realidad “aparente”, “ilusoria” “irreal” o “inexistente”; lo que
ocurre cuando tomamos una realidad por “otra”. En este sentido afirmamos, es
“oro falso” o “falso oro”, parece oro, pero no lo es.

Los escolásticos afirmaban que el “ente” poseía la cualidad de su propia


verdad. Omne ens est verum, con independencia de su ser o no ser conocido.

En el segundo caso se utiliza con referencia al conocimiento en cuanto


contenido de una proposición o enunciado que puede ser “verdadero o falso”
según se corresponda o no con la realidad que pretende expresar.

Estas dos formas de consideración de la verdad no siempre aparecen claros en


el uso vulgar de la palabra.

El primer sentido constituye el fundamento de cualquier concepto de verdad, si


bien en la filosofía actual este sentido de la verdad se valora como un supuesto
de condicondiciones estructurales del proceso del conocimiento y no como un
contenido concreto de realidad.

Sin embargo la posibilidad del conocimiento de la verdad así entendida es


rechazado por los escépticos considerando que no es posible para el
conocimiento humano el conocimiento de la realidad.
El máximo exponente de una filosofía basada en este sentido de verdad es
Platón. Los cristianos y escolásticos encontraron la solución situando esa
verdad en el mismo conocimiento divino, pues el conocimiento de Dios es un
acto creador; pues en Dios conocimiento y realidad coinciden.

Tomado en un sentido racionalista e idealista la verdad lógica se ha de


corresponder necesariamente con la ontológica. Así pensaron Spinoza, Leibniz,
Hegel, y Russell o Wittgenstein en un determinado momento de su
pensamiento: todas las verdades han de ser verdades de razón para Dios
donde alcanzan su carácter absoluto. Bien se entienda por Dios un Ser
Trascendente, bien sea entendido en un sentido panteísta identificado con la
Naturaleza o el Espíritu o la Humanidad o la Ciencia.

El empirismo puro, por el contrario, piensa que todo conocimiento es verdad de


hecho relativa a la realidad “conocida” por la experiencia, y no es posible el
conocimiento metafísico como en los escépticos.

En la actualidad, dada la valoración que se tiene de la posibilidad de un


conocimiento metafísico de la “realidad en cuanto tal” este concepto no suele
ser tenido mucho en cuenta.

La verdad lógica, (hoy día más bien se denomina "epistemológica"), como


conocimiento de verdad objetiva encuentra su máximo exponente en la verdad
científica. Hoy es más propio denominarla verdad epistemológica, a fin de
evitar la confusión con el sentido lógico-formal característico de la lógica formal.

La filosofía en la actualidad considera la verdad científica como tendencia que


se dirige a un horizonte abierto de experiencia superior a la mera conciencia;
en un proceso de acercamiento permanente hacia el conocimiento de lo real.

Lo que deja abierto el ámbito de la verdad abierto a otros tipos de


conocimientos verdaderos no sometidos estrictamente al ámbito y al método
científico.

Que diferencia hay entre la verdad logica y la ontologica?

Tres clases de verdad: la verdad ontológica, la verdad lógica y la verdad moral.


Por verdad ontológica entendían la conformidad de una cosa con la idea
primigenia que se tiene de ella. Como cuando decimos: "Esto es oro verdadero;
éstas son flores verdaderas; éste es un verdadero caballero, o un verdadero
científico, éste es el verdadero culpable, etc." Es como decir que algo es
auténtico, o genuino; que no es falso, no es adulterado, no es imitación, no es
apariencia; que no lo decimos en sentido metafórico, sino real; que
corresponde a la idea que de tal cosa tenemos; que cumple con la esencia de
la cosa. Y como los Medievales lo veían todo en la luz de Dios, consideraban
que algo es ontológicamente verdadero, e incluso que todos los entes son
ontológicamente verdaderos, porque son conformes a la idea según la cual
Dios los concibió y los creó. En este sentido consideraban la verdad como un
atributo trascendental del ser: "todo ente es verdadero".

Pero, hablando de comunicación, nos interesa más la segunda clase de


verdad: la verdad lógica. El término no gusta, pero es exacto, porque es la
verdad del logos, es decir del pensamiento. Un pensamiento es verdadero
cuando es conforme con los hechos, cuando corresponde a las cosas. Por
ejemplo, si pienso que un átomo de carbono con cuatro de hidrógeno puede
formar una molécula de metano, mi pensamiento es verdadero porque
corresponde a los hechos, como pueden comprobar los químicos. Y si pienso
que entre la Tierra y la Luna caben treinta diámetros terrestres, mi pensamiento
es verdadero porque es conforme a lo que han comprobado los astrónomos. Si,
en cambio, digo que los delfines son peces, o que Napoleón murió en 1815 en
la batalla de Waterloo, mis pensamientos son falsos, errados, desatinados,
porque no corresponden a la realidad comprobada, respectivamente, por los
zoólogos y los historiadores.

Por último, la verdad moral es la relación de correspondencia o conformidad


entre la palabra y el pensamiento, entre lo que uno dice y lo que está
pensando. Si soy consciente de que rompí el plato y lo reconozco ante mi
mamá, mi palabra es verdadera. Si en cambio soy consciente de que sustraje
algo de la oficina y digo que no, que no fui yo, mi palabra no es verdadera,
porque no corresponde a lo que estoy pensando.

Verdad lógica es la que existe en el plano del mero pensamiento; ella surge
cuando hay coherencia entre los conceptos, entre los juicios, entre las notas
lógicas.

Verdad ontológica es la adecuación entre el pensamiento y la realidad.


La verdad lógica al pensamiento y a las leyes que lo rigen. La verdad
ontológica nos conduce a interrogarnos cómo es posible la adecuación
pensamiento-realidad.

Tanto la verdad lógica como la ontológica se expresan en el juicio, en ese acto


de la inteligencia por el cual atribuye un predicado a un sujeto (puede atribuir
un accidente a un ente o una esencia a un ente).

Nadie tiene el monopolio, la exclusividad, la totalidad de la verdad. La verdad


nunca se posee totalmente. La verdad la vamos conquistando, poco a poco. De
ella vamos participando progresivamente. Todos somos simples exploradores:
algunos van más avanzados, otros más rezagados. La verdad es, pues, más
una tarea que una posesión. Y se puede decir que es una tarea en grupo,
porque el ser es demasiado amplio y profundo para ser explorado por uno solo.
Lo que entre todos vamos conquistando, es patrimonio de la humanidad.
VERDAD LÓGICA

Es una fórmula bien formada de un lenguaje formal que es verdadera bajo


todas las interpretaciones de los componentes (distintos de las constantes
lógicas) de ese lenguaje. En algunos contextos, las verdades lógicas se
conocen como fórmulas lógicamente válidas (que tienen validez lógica). Dos
características generalmente aceptadas de las verdades lógicas son que son
formales y necesarias.[4] Que sean formales implica que cualquier instanciación
de una verdad lógica es también una verdad lógica. Que sean necesarias
significa que es imposible que sean falsas, es decir que en todas las
situaciones contrafácticas, las verdades lógicas siguen siendo verdades
lógicas.

A veces se confunde a las verdades lógicas con las tautologías. Las tautologías
son las verdades lógicas de la lógica proposicional. Si bien toda tautología es
una verdad lógica, no toda verdad lógica es una tautología.

EL OBJETIVISMO

Es el sistema filosófico desarrollado por la filósofa ruso-estadounidense Ayn


Rand (Alisa Zinovievna Rosenbaum, San Petersburgo, 1905 — Nueva York
1982). Presenta posiciones propias en metafísica, epistemología, ética, política
y estética.

Brevemente, el objetivismo sostiene que existe una realidad independiente de


la mente del hombre, que los individuos están en contacto con esta realidad a
través de la percepción de los sentidos, que adquieren conocimiento
procesando los datos perceptivos utilizando la razón (o la «identificación no-
contradictoria»), que el propósito moral de la vida es la búsqueda de la propia
felicidad o «interés propio racional», y que el único sistema social de acuerdo
con esta moralidad es el del capitalismo puro (llamado también capitalismo
laissez-faire).

Rand presenta su filosofía como una filosofía «para vivir en la Tierra»,


enraizada en la realidad y orientada hacia alcanzar conocimiento sobre el
mundo natural, rechazando la religión, y lograr interacciones entre los seres
humanos armoniosas y mutuamente beneficiosas. Aunque relativamente
conocido, el objetivismo es una influencia filosófica importante en el
pensamiento moderno, y a la vez controvertido.

EL SUBJETIVISMO

Es la postura filosófica que toma como factor primario para toda verdad y
moralidad a la individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre
variable e imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal.
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga
principalmente según su entendimiento y en consideración a su realidad
específica (entorno e interacción social) entendida no como un hecho "externo"
sino como parte constitutiva del sujeto.

No debe confundirse el subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se


asemeja mucho al escepticismo, tampoco admite ninguna verdad absoluta que
tenga validez universal, pero mientras el subjetivismo hace depender el
conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el
relativismo subraya la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como
tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la
pertenencia a un determinado círculo cultural o clase social, y los factores
determinantes contenidos en ellos.

Una variante del subjetivismo es el subjetivismo ético, el cual afirma que lo


bueno o lo malo en la moral depende de las actitudes morales individuales. Por
lo tanto cuando alguien siente que "P" es bueno de manera sincera entonces
"P" es bueno por lo tanto, de acuerdo con los subjetivistas, no puede estar
equivocado moralmente.

ERROR

Es algo equivocado o desacertado. Puede ser una acción, un concepto o una


cosa que se hizo erradamente.

En la matemática y en la física, el error es la diferencia entre un valor calculado


y el valor real. En este sentido, pueden haberse cometido distintos tipos de
errores: un error experimental surge ante la imposibilidad de controlar la
influencia de todas las variables; un error de cálculo es una equivocación al
concretar una operación matemática; un error de aproximación acontece al
expresar una aproximación más sencilla de una magnitud numérica en lugar de
la magnitud real; por último, un error de medición es una inexactitud que se
produce al comparar una magnitud con su patrón de medida.

En la informática, un error de software (o bug, en inglés) es un fallo que se


produce durante la creación de un programa de computadora. Esa
equivocación, con el tiempo, puede aparecer en cualquier momento del uso del
software, impidiendo su correcto funcionamiento.

Un error de escritura o errata supone la inclusión de un dato erróneo o inexacto


en un documento. El error puede ser conceptual, ortográfico o de tipeo, por
ejemplo. En los medios de comunicación, se conoce como fe de erratas a la
publicación posterior que da cuenta del error original y que lo rectifica.

En el campo del derecho, un error es un vicio del consentimiento que se


produce por un fallo de buena fe (es decir, sin intención), que puede anular el
acto jurídico en los casos en que afecta lo esencial de él o de su objeto.
FALSEDAD

Hace referencia a la falta de verdad o autenticidad. Una falsedad puede ser


una mentira, que es una declaración que oculta o tergiversa la realidad en
forma parcial o total. Por ejemplo: un niño rompe un vaso y nadie lo ve; cuando
su madre le pregunta si sabe quién rompió dicho vaso, responde que no. En
ese caso, el niño incurrió en una falsedad ya que mintió.

En el sentido de autenticidad, la falsedad suele estar asociada a una imitación


que pretende pasar por el objeto original. Algunos ejemplos típicos son el
dinero falsificado y la ropa que copia a las marcas famosas: “La falsedad del
billete quedó demostrada por los rayos ultravioletas”, “Me di cuenta de la
falsedad de la campera al leer su etiqueta”.

Por otra parte, la falsedad está asociada a la hipocresía, que se produce


cuando una persona finge cualidades o sentimientos contrarios a los que
verdaderamente tiene. La falsedad estaría dada por la falta de conformidad
entre las ideas y las palabras o acciones: “Es increíble la falsedad de
Fernando: me dijo que me quería y después lo vi besándose con Luz María”.

En el ámbito del derecho, la falsedad es un delito que consiste en la alteración


o simulación de la verdad con efectos relevantes. Esto supone que la
mencionada falsificación de billetes o marcas es un delito penado por la ley.

Por último, para la filosofía, la falsedad es lo opuesto a la verdad, sin que esta
situación suponga algo objetivo o sometido a la contingencia.

Potrebbero piacerti anche