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Primer y segundo básico: época de grandes cambios

El pensamiento mágico y egocéntrico del preescolar es reemplazado


en este periodo por otro más estructurado, donde el niño es capaz de
observar el mundo que lo rodea desde una perspectiva más objetiva,
lo que implica una fuente inagotable de conocimientos.

El colegio demanda una gran exigencia cognitiva, principalmente con


los procesos de aprendizaje de la lecto-escritura y de las operaciones
matemáticas, herramientas fundamentales para avanzar en la
adquisición de nuevos conocimientos.

Para el niño el colegio representa un escenario de mayor exigencia


social, donde debe demostrar y demostrarse que es capaz de hacer
amigos, ser aceptado y querido por sus pares, cumplir con las expec-
tativas que sus padres y profesores tienen puestas en él y, además,
saber levantarse frente a los pequeños tropiezos.

Las condiciones de este tipo de enseñanza formal son muy distintas


al preescolar. En primero básico, por ejemplo, la sala de clases ya no
es la misma, ahora las sillas y mesas son diferentes, deben cumplir
con las normas del colegio, varios cambios importantes al que se
adaptarán rápidamente. Además, existen una serie de reglas que los
niños deben aceptar, como permanecer en la silla por un rato
prolongado o tener otro sistema de calificación como las notas y usar
uniforme escolar. Los métodos de estudio requieren mayor nivel de
concentración y autocontrol, que pueden generar algunos problemas
de adaptación. También existen demandas en el ámbito social, ya que
los niños no sólo se enfrentan a las nuevas reglas del establecimiento,
sino que también deben relacionarse con otras personas y empatizar
con los demás.

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