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Los límites del crecimiento

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Saltar a navegación, búsqueda Equipo de trabajo - 1972
Dr. Donella H. Meadows (USA)
Entrega del Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán, Prof. Dennis Meadows (USA)
en 1973, al Club de Roma en Fráncfort del Meno. De
izquierda a derecha: Dr. Ernst Klett, el Dr. Aurelio Peccei, el Dr. Jørgen Randers (Noruega)
Prof. Dr. Eduard Pestel Farhad Hakimzadeh (Irán)
Los límites al crecimiento (en inglés The Limits to Growth) Judith A. Machen (USA)
es un informe encargado al MIT por el Club de Roma que Dr. Alison A. Anderson (USA)
fue publicado en 1972, poco antes de la primera crisis del
petróleo. La autora principal del informe, en el que Nirmala S. Murthy (India)
colaboraron 17 profesionales, fue Donella Meadows, Ilyas Bayar (Turquía)
biofísica y científica ambiental, especializada en dinámica
Dr. John A. Seeger (USA)
de sistemas.
Dr. Erich Zahn (Alemania)
Los límites del crecimiento (1972) Dr. Jay M. Anderson (USA)
Dr. William W. Behrens III (USA)
La conclusión del informe de 1972 fue la siguiente: si el
actual incremento de la población mundial, la Dr. Steffen Harbordt (Alemania)
industrialización, la contaminación, la producción de Dr. Peter Milling (Alemania)
alimentos y la explotación de los recursos naturales se Dr. Roger F. Naill (USA)
mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de
crecimiento en la tierra durante los próximos cien años. Stephen Schantzis (USA)
El informe se basa en la simulación informática del Marilyn Williams (USA)
programa World3, creado por los autores del informe con el
objetivo de recrear el crecimiento de la población, el crecimiento económico y el incremento
de la huella ecológica de la población sobre la tierra en los próximos 100 años, según los
datos disponibles hasta la fecha. La tesis principal del libro es que, «en un planeta limitado,
las dinámicas de crecimiento exponencial (población y producto per cápita) no son
sostenibles». Así, el planeta pone límites al crecimiento, como los recursos naturales no
renovables, la tierra cultivable finita, y la capacidad del ecosistema para absorber la polución
producto del quehacer humano, entre otros.
El programa informático World3, en diversas simulaciones da como resultado una
extralimitación en el uso de los recursos naturales y su progresivo agotamiento, seguido de un
colapso en la producción agrícola e industrial y posteriormente de un decrecimiento brusco de
la población humana. Es por eso que los autores exponen como una posible solución a este
colapso el «crecimiento cero» o «estado estacionario», deteniendo el crecimiento exponencial
de la economía y la población, de modo que el uso de los recursos naturales que quedan no
sean mermados por el crecimiento económico para que de esa forma puedan perdurar más
en el tiempo.
Es posible modificar las tasas de desarrollo y alcanzar una condición de estabilidad ecológica,
sostenible, incluso a largo plazo. El estado de equilibrio global debería ser diseñado de
manera que las necesidades de cada persona sobre la tierra sean satisfechas, y que cada
uno tenga iguales posibilidades de realizar su propio potencial humano.El texto se convertiría
en toda una referencia a finales de ese mismo año cuando tomó forma la Declaración de
Estocolmo, un acuerdo que nacía tras una conferencia de la ONU sobre Medio Humano.
[editar] Más allá de los límites del crecimiento (1992)
En 1992, 20 años después de la publicación original, se actualizó y publicó una nueva versión
del informe titulado Más allá de los límites del crecimiento, en la cual, con base en los datos
recolectados desde entonces, se exponía que la humanidad ya había superado la capacidad
de carga del planeta para sostener su población.
[editar] Los límites del crecimiento: 30 años después
(2004)
El 1 de junio de 2004 se publica (en inglés por la editorial Chelsea Green Publishing
Company, en español por Galaxia Gutenberg) la versión actualizada e integral de las dos
versiones anteriores, con el título Los límites del crecimiento: 30 años después. En esta
publicación se aborda la discusión sobre el imparable crecimiento de la población mundial, el
aumento de la producción industrial, el agotamiento de los recursos, la contaminación y la
tecnología. entre otras cosas se señala que: «no puede haber un crecimiento poblacional,
económico e industrial ilimitado en un planeta de recursos limitados». En esta versión se
actualizan e integran las dos versiones precedentes.
[editar] Bibliografía
• 2004 - Los límites del crecimiento. 30 años después, Galaxia Gutenberg, ISBN: 84-
8109-601-6[1]
[editar] Bibliografía adicional
• Homer-Dixon, Thomas. (2006). The Upside of Down: Catastrophe, Creativity, and the
Renewal of Civilization. Washington DC: Island Press.
• Homer-Dixon, Thomas (2007), "The Upside of Down: Catastrophy, Creativity and the
Renewal of Civilisation" (Knopf, Canada)
• Greer, John Michael. (2005). How Civilizations Fall: A Theory of Catabolic Collapse. [1]
• Diamond, Jared (2005), Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras
desaparecen, Madrid, 2005.
• Miguel, Amando de, Las profecías no se cumplieron, Ediciones Nobel,ISBN 978-84-
8459-045-3, 2001
• Tainter, Joseph A. (1990). The Collapse of Complex Societies (1st paperback ed.).
Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 0-521-38673-X.
• Toynbee, Arnold J. (1934-1961). Estudio de la Historia, 12 volúmenes.
• Weiss, V. (2007). The population cycle drives human history - from a eugenic phase
into a dysgenic phase and eventual collapse. The Journal of Social, Political and
Economic Studies 32: 327-358. [2]
• Wright, Ronald. (2004). A Short History of Progress. New York: Carroll & Graf
Publishers. ISBN 0-7867-1547-2.

En 1970, el Club de Roma, una asociación privada compuesta por empresarios, científicos y políticos, encargó a
un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology bajo la dirección del profesor Dennis L.
Meadows, la realización de un estudio sobre las tendencias y los problemas económicos que amenazan a la
sociedad global. Los resultados fueron publicados en marzo de 1972 bajo el título "Los Límites del Crecimiento".
En el estudio se utilizaron las técnicas de análisis de dinámica de sistemas más avanzadas del momento. En
primer lugar se recopilaron datos sobre la evolución que habían tenido en los primeros setenta años del siglo XX
un conjunto de variables: la población, la producción industrial y agrícola, la contaminación, las reservas
conocidas de algunos minerales. Diseñaron fórmulas que relacionaban esas variables entre sí —la producción
industrial con las existencias de recursos naturales, la contaminación con la producción industrial, la producción
agrícola con la contaminación, la población con la producción agrícola, etc.— y comprobaron que esas
ecuaciones sirvieran para describir con fidelidad las relaciones entre los datos conocidos que habían recopilado.
Finalmente introdujeron el sistema completo en un ordenador y le pidieron que calculase los valores futuros de
esas variables.

ESTAS FUERON SUS PALABRAS


Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento
de la población mundial,industrialización, contaminación
ambiental, producción de alimentos y agotamiento de
los recursos, este planeta alcanzará los límites de su
crecimiento en el curso de los próximos cien años. El
resultado más probable sería un súbito e incontrolable
descenso tanto de la población como de la capacidad
industrial.(D.L. Meadows y otros, Los Límites del
Crecimiento, 1972 la súbita de los precios del petróleo
en los años setenta estimuló la investigación de nuevos
campos, explotaciones y técnicas, permitiendo que en la
actualidad haya muchas más reservas petrolíferas que
entonces.

Las perspectivas resultaron muy negativas. Como consecuencia de la disminución de los recursos naturales,
hacia el año 2000 se produciría una grave crisis en producciones industrial y agrícola que invertirían el sentido de
su evolución. Con algún retardo la población alcanzaría un máximo histórico a partir del cual disminuiría
rápidamente. Hacia el año 2100 se estaría alcanzando un estado estacionario con producciones industrial y
agrícola per cápita muy inferiores a las existentes al principio del siglo XX, y con la población humana en
decadencia.
El equipo del MIT introdujo entonces modificaciones en los supuestos iniciales para estudiar cómo podría ser
modificado ese resultado final. El supuesto de que las reservas mundiales de recursos quedasen multiplicadas
por dos o por cinco tan sólo significaba un retraso de apenas diez o veinticinco años en el desencadenamiento
final de la crisis. Esta vendría acompañada de tasas de contaminación mucho más altas y la mortandad
consiguiente reduciría la población humana incluso a niveles inferiores a los de la secuencia tipo. La introducción
de controles sobre el uso de recursos, la producción de contaminantes y la natalidad, tampoco conseguirían
impedir el colapso final.
La única modificación de los datos introducidos en el ordenador que conseguía eliminar la crisis consistía en la
igualación inmediata de las tasas de natalidad y mortalidad en todo el mundo, la detención del proceso de
acumulación de capital y el destino de todas las inversiones exclusivamente a la renovación del capital existente,
modernizándolo para un uso más ahorrador de recursos y menos contaminante. Pero ese frenazo brusco en el
crecimiento de la población y del capital debía producirse, según los autores, inmediatamente, antes del año
1985. Poco después de publicarse el informe del Club de Roma los precios del petróleo y de las materias primas
se dispararon y los países occidentales se hundieron en la crisis económica más grave y prolongada que habían
desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos pensaron que aquellas sombrías estaban a de cumplirse, antes de lo
estimado. Fue la época del nacimiento de un gran número de organizaciones ecologistas y de teorías sobre el
crecimiento cero. Los libros del tipo"Cómo sobrevivir una familia explotando dos hectáreas de terreno"alcanzaron
los puestos másaltos en las listas de ventas.
Sólo recientemente las aguas han vuelto a su cauce. La crisis de los años setenta fue mala pero no fue la última.
Los precios del petróleo y las materias primas subieron y volvieron a bajar. La subida de los precios estimuló la
explotación de nuevos yacimientos y la investigación de técnicas ahorradoras de energía. El aumento de la
oferta y la contracción de la demanda han hecho desaparecer el fantasma del agotamiento de los recursos. En el
año 1973 la producción mundial de petróleo fue de 2.836,4 millones de toneladas mientras que las reservas
estimadas eran de 86.096 MT por lo que se podía calcular mediante una simple división que sólo durarían 30,35
años, es decir, hasta el 2003. En el año 1990 el ritmo de extracción de petróleo había aumentado hasta los 3.257
MT, pero como las reservas conocidas eran mucho mayores, 136.478 MT, el plazo hasta su agotamiento había
aumentado a 42 años más, es decir, hasta el 2032. Y los descubrimientos de nuevos pozos y reservas no cesan.
El petróleo no se agotará nunca. Es cierto que la cantidad de petróleo existente en el planeta es limitada y fija.
Es cierto que el consumo de petróleo ha estado creciendo ininterrumpidamente desde su descubrimiento. Pero
esas dos certidumbres no se contradicen con la certidumbre de que es imposible que el petróleo se agote.
Imagínese una situación en la que sólo quedara un litro de petróleo en el mundo; resultaría tan caro que estaría
dedicado a un uso no consuntivo, por ejemplo, a ser contemplado en algunos museos. Imagínese que sólo
quedara un pozo de petróleo en explotación; su dueño estaría cobrando tanto por cada barril que sólo podría
utilizarse para algo muy importante y en lo que fuera absolutamente insustituible, quizá en la fabricación de
alguna medicina exótica. Imagínese que sólo quedaran una decena o un centenar de pozos en el mundo; por
supuesto que los coches tendrían que funcionar con baterías o con alcohol. Es más, mientras el petróleo siga
sometido a las leyes del mercado, no escaseará nunca y toda su demanda será satisfecha. La paulatina
contracción de la oferta provocará una lenta subida de precios y el consiguiente ajuste de la demanda. Al estar
repartidas las reservas petrolíferas por varias zonas del globo, su mercado puede funcionar de forma eficiente.
Los movimientos bruscos. en su precio se han debido a razones políticas coyunturales por lo que han resultado
temporales. En cualquier caso las técnicas alternativas de producción de energía están ahí. Si algo se puede
deducir de la historia de la tecnología es que no hay ningún factor ni ningún recurso insustituible. Hay sólo
factores productivos y bienes intermedios cuyo precio es más elevado que el de otros. Nada más. Y las
producciones se han adaptado y seguirán adaptándose a esa realidad.
Universidad Nueva Esparta
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Adm. De Empresas Turísticas
LOS LÌMITES DEL CRECIMIENTO
Resumen y Análisis
Caracas, 07 de marzo de 2002
LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO
¿Existe un final? ¿Hay un límite al crecimiento, una barrera imposible de atravesar? Algunos
científicos tales como Meadows, Randers y Behrens, afirman que estamos corriendo hacia un
precipicio y que debemos interrumpir inmediatamente nuestro esfuerzo de crecimiento. En 1970, el
Club de Roma, una asociación privada compuesta por empresarios, científicos y políticos, encargó a
un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets. La realización de un estudio
sobre las tendencias y los problemas económicos que amenazan a la sociedad global. Los resultados
fueron publicados en marzo de 1972 bajo el título "Los Límites del Crecimiento". En el estudio se
utilizaron las técnicas de análisis de dinámica de sistemas más avanzadas del momento. En primer
lugar se recopilaron datos sobre la evolución que habían tenido en los primeros setenta años del siglo
XX un conjunto de variables: la población, la producción industrial y agrícola, la contaminación, las
reservas conocidas de algunos minerales. Diseñaron fórmulas que relacionaban esas variables entre
sí la producción industrial con las existencias de recursos naturales, la contaminación con la
producción industrial, la producción agrícola con la contaminación, la población con la producción
agrícola, etc. y comprobaron que esas ecuaciones sirvieran para describir con fidelidad las relaciones
entre los datos conocidos que habían recopilado. Finalmente introdujeron el sistema completo en un
ordenador y le pidieron que calculase los valores futuros de esas variables. Las perspectivas
resultaron muy negativas. Como consecuencia de la disminución de los recursos naturales, hacia el
año 2000 se produciría una grave crisis en las producciones industrial y agrícola que invertirían el
sentido de su evolución. Con algún retardo la población alcanzaría un máximo histórico a partir del
cual disminuiría rápidamente. Hacia el año 2100 se estaría alcanzando un estado estacionario con
producciones industrial y agrícola per cápita muy inferiores a las existentes al principio del siglo XX, y
con la población humana en decadencia.
El equipo del MIT introdujo entonces modificaciones en los supuestos iniciales para estudiar cómo
podría ser modificado ese resultado final. El supuesto de que las reservas mundiales de recursos
quedasen multiplicadas por dos o por cinco tan sólo significaba un retraso de apenas diez o veinticinco
años en el desencadenamiento final de la crisis. Esta vendría acompañada de tasas de contaminación
mucho más altas y la mortandad consiguiente reduciría la población humana incluso a niveles
inferiores a los de la secuencia tipo. La introducción de controles sobre el uso de recursos, la
producción de contaminantes y la natalidad, tampoco conseguirían impedir el colapso final.
La única modificación de los datos introducidos en el ordenador que conseguía eliminar la crisis
consistía en la igualación inmediata de las tasas de natalidad y mortalidad en todo el mundo, la
detención del proceso de acumulación de capital y el destino de todas las inversiones exclusivamente
a la renovación del capital existente, modernizándolo para un uso más ahorrador de recursos y menos
contaminante. Pero ese frenazo brusco en el crecimiento de la población y del capital debía
producirse, según los autores, inmediatamente, antes del año 1985.
Poco después de publicarse el informe del Club de Roma los precios del petróleo y de las materias
primas se dispararon y los países occidentales se hundieron en la crisis económica más grave y
prolongada que habían conocido desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos pensaron que aquellas
sombrías previsiones estaban a punto de cumplirse, antes de lo estimado. Fue la época del nacimiento
de un gran número de organizaciones ecologistas y de teorías sobre el crecimiento cero. Los libros del
tipo "Cómo sobrevivir una familia explotando dos hectáreas de terreno" alcanzaron los puestos más
altos en las listas de ventas.
La crisis de los años setenta fue mala pero no fue la última. Los precios del petróleo y las materias
primas subieron y volvieron a bajar. La subida de los precios estimuló la explotación de nuevos
yacimientos y la investigación de técnicas ahorradoras de energía. El aumento de la oferta y la
contracción de la demanda han hecho desaparecer el fantasma del agotamiento de los recursos. En el
año 1973 la producción mundial de petróleo fue de 2.836,4 millones de toneladas mientras que las
reservas estimadas eran de 86.096 MT por lo que se podía calcular mediante una simple división que
sólo durarían 30,35 años, es decir, hasta el 2003. En el año 1990 el ritmo de extracción de petróleo
había aumentado hasta los 3.257 MT, pero como las reservas conocidas eran mucho mayores,
136.478 MT, el plazo hasta su agotamiento había aumentado a 42 años más, es decir, hasta el 2032.
Y los descubrimientos de nuevos pozos y reservas no cesan.
El petróleo no se agotará nunca. Es cierto que la cantidad de petróleo existente en el planeta es
limitada y fija. Es cierto que el consumo de petróleo ha estado creciendo ininterrumpidamente desde
su descubrimiento. Pero esas dos certidumbres no se contradicen con la certidumbre de que es
imposible que el petróleo se agote. Imagínese una situación en la que sólo quedara un litro de petróleo
en el mundo; resultaría tan caro que estaría dedicado a un uso no consuntivo, por ejemplo, a ser
contemplado en algunos museos. Imagínese que sólo quedara un pozo de petróleo en explotación; su
dueño estaría cobrando tanto por cada barril que sólo podría utilizarse para algo muy importante y en
lo que fuera absolutamente insustituible, quizá en la fabricación de alguna medicina exótica.
Imagínese que sólo quedaran una decena o un centenar de pozos en el mundo; por supuesto que los
coches tendrían que funcionar con baterías o con alcohol.
Según los autores, mientras el petróleo siga sometido a las leyes del mercado, no escaseará nunca y
toda su demanda será satisfecha. La paulatina contracción de la oferta provocará una lenta subida de
precios y el consiguiente ajuste de la demanda. Al estar repartidas las reservas petrolíferas por varias
zonas del globo, su mercado puede funcionar de forma eficiente. Los movimientos bruscos en su
precio se han debido a razones políticas coyunturales por lo que han resultado temporales. En
cualquier caso las técnicas alternativas de producción de energía están ahí. Si algo se puede deducir
de la historia de la tecnología es que no hay ningún factor ni ningún recurso insustituible. Hay sólo
factores productivos y bienes intermedios cuyo precio es más elevado que el de otros. Nada más. Y
las producciones se han adaptado y seguirán adaptándose a esa realidad.
ESCENARIO DE LA TENDENCIA MUNDIAL
La sociedad mundial se mantiene en su senda histórica mientras le sea posible sin cambios de política
fundamentales. Crecen la producción industrial y la población hasta que una combinación de
restricciones del medio ambiente y de los recursos naturales eliminan la capacidad del sector de
capital para sostener la inversión. El capital industrial comienza a depreciarse con mayor rapidez que
lo que la nueva inversión puede reconstruir. A medida que cae, los servicios sanitarios y los alimentos
también caen, los servicios sanitarios y los alimentos también caen, reduciendo las expectativas de
vida y elevando la tasa de mortalidad. Según Meadows (1972), si se mantienen las tendencias
actuales de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación ambiental,
producción de alimentos y agotamiento de los recursos, este planeta alcanzará los límites de su
crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e
incontrolable descenso tanto de la población como de la capacidad industrial. Nosotros compartimos
esta posición a pesar de que el pronostico de Meadows, en lo que se refiere a tiempo era un poco
precipitado, creemos firmemente en la fatalidad del crecimiento desbordado de la población agotando
los recursos naturales y esenciales para la vida humana.
Malthusianismo
Economía y Sociología. Teoría económica y sociológica que preconiza la restricción del número de nacimientos.
|| Conjunto de prácticas empleadas para evitar la fecundación de la mujer.
Con carácter económico-científico primero y con el de inmoralidad edonística hoy, el malthusianismo constituye
uno de los mayores males que amenazan a las modernas sociedades. Acerca de él es precisa distinguir la
doctrina de Malthus de las consecuencias que de ella se han deducido y de las aplicaciones que ha recibido en
estos últimos tiempos.
1. Teoría de Malthus. Observando Malthus desde un punto de vista exclusivamente utilitario en su Ensayo sobre
el principio de población, que la capacidad productiva del suelo está limitada, ya por la esterilidad del mismo
suelo, ya por la naturaleza de su potencia productiva, de tal modo que los resultados no están en razón directa
de los sacrificios de trabajo y de capital, llegó a la conclusión de que el aumento de las subsistencias no se
realiza en la misma proporción que el de la población, formulando estas dos conclusiones, que han sido
llamadas leyes de Malthus: 1ª La población, cuando no es detenida por ningún obstáculo, crece en progresión
geométrica, doblándose cada veinticinco años; 2ª Las subsistencias, aun en las mejores circunstancias, sólo
crecen en progresión aritmética. Así, pues, mientras la población aumenta en las proporciones:
1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512
las subsistencias sólo crecen en las de
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Al cabo de dos siglos la población sería, por tanto, en orden a los medios de subsistencia, como 256 es a 9, y al
cabo de tres siglos como 4.096 es a 13, y después de dos mil años la diferencia sería inmensa y casi
incalculable. Cierto es que las epidemias, los vicios y las guerras, son obstáculo para el aumento de población:
pero de todos modos, la desproporción entre la progresión de la población y las subsistencias es continua, por lo
cual las segundas han de llegar a faltar, y la consecuencia no puede ser otra que una miseria cada vez creciente.
«Un hombre, escribe Malthus en la primera edición de su obra, que nace en un mundo ya ocupado, si su familia
no puede mantenerlo, ni la sociedad utilizarlo, no tiene el menor derecho para reclamar una porción cualquiera
de alimento y está realmente demás sobre la tierra. En el gran banquete de la naturaleza no hay [571] cubierto
preparado para él, la naturaleza le manda marcharse y no tarda en ejecutar por sí misma esta orden.» En apoyo
de su doctrina, alega Malthus datos de la estadística de los pueblos, invocando las horribles carestías de la India
y sobre todo de Bengala (donde en un siglo se elevó la población de 10 a 70 millones, y en el mismo espacio de
tiempo hubo siete hambres), de la China, de Irlanda, &c., y hace una horrible pintura de la miseria que acompaña
a todas las aglomeraciones obreras.
Para evitar estos males, propuso Malthus que la humanidad procurase limitar su desarrollo, por medio de la
violencia moral (moral restraint), pero es de observar que no estima como morales los medios llamados
represivos, recomendando como único medio lícito y eficaz el que los individuos no contraigan matrimonio hasta
que tengan los medios suficientes para atender a las necesidades de la prole (Ensayo, traducción francesa de
Prevost, 2ª ed., París 1852, pág. 474), añadiendo que el deseo del matrimonio debe ser un estímulo para que el
hombre, por medio del trabajo, se proporcione el bienestar que le falta. Aconseja, como consecuencia, la
retardación del matrimonio todo lo posible, y se pronuncia contra las limosnas y la beneficencia que, según él,
sólo sirven para alentar la pereza y aumentar el número de desgraciados.
2. Los discípulos. Las doctrinas de Malthus, cuya aparición coincidió con los grandes problemas económicos
planteados después de la Revolución francesa y con el predominio del individualismo proclamado por ésta,
produjeron en Europa inmensa sensación. Aceptáronlas los economistas afiliados a la escuela individualista, si
bien la mayor parte de ellos no defendieron el rigorismo de la antítesis entre la progresión geométrica del
crecimiento de la población y la aritmética de las subsistencias. J. B. Say, que en 1803, antes de conocer la obra
de Malthus, había escrito en su Tratado de Economía Política que el número de hombres es proporcional a la
cantidad de productos, se declaró más tarde malthusiano en su Curso, aunque haciendo notar que no son las
subsistencias, sino la riqueza, la medida del número de habitantes, y que la producción es proporcional al grado
de civilización y de ilustración de las naciones. Rossi todavía es más moderado, y si no acepta la teoría de
Malthus, tampoco la rechaza, y se deja influir por ella cuando exclama: «antes 2 millones de suizos prósperos,
que 8 millones de irlandeses miserables.» Garnier fue entusiasta malthusiano tratando de defender la doctrina
contra las críticas de que se la hizo objeto, aunque reconozca que es más exacta en su sentido general que en la
fórmula en que su autor la expresa, y Roscher, que acepta en general el principio de Malthus, añade que,
mediante una buena economía y un arte inteligente, los productos pueden crecer más rápidamente que en
progresión aritmética. Entre los más entusiastas malthusianos, Hegewisch, traductor de el Ensayo al alemán,
compara las leves de Malthus a las de Newton, y hasta José de Maistre considera al autor inglés como un
oráculo (Du pape, III, 3). El P. Antoine da una lista de los economistas que sostienen las teorías de Malthus y los
que las combaten, en su Cours d'Economie sociale, pág. 540; hay traducción especial de La España moderna,
Madrid (I tomo).
3. El neomalthusianismo. Pero si hubo discípulos de Malthus que moderaron la doctrina del maestro, otros fueron
mucho más allá de lo que éste se proponía, dando lugar con ello a que se viera en el malthusianismo una
doctrina que, no sólo aconsejaba reflexionar antes de contraer matrimonio, sino que exigía que sólo se tuviera un
pequeño número de hijos, amenazando a los que así no lo hicieran con la miseria, la muerte prematura y la
pérdida de los hijos, y declarando que la sociedad no sería responsable de su imprevisión y permanecería
indiferente a su desgracia.
En realidad, Malthus sólo aconsejó como único medio preventivo de la superpoblación, el celibato honesto,
declarando que entendía por constricción moral, la que un hombre se impone respecto del matrimonio, por un
motivo de prudencia, cuando su conducta, durante este tiempo, es estrictamente moral, y que su objeto práctico
era tan sólo mejorar la suerte de las clases inferiores de la sociedad. Sin embargo de estas declaraciones,
algunos malthusianos, creyendo que era una cándida ilusión esperar de los célibes una estricta moralidad,
buscaron otro medio más práctico para evitar el incremento de la población. Unos propusieron ahogar a los
recién nacidos, sometiéndolos a una asfixia sin dolor (painless extinction); otros solicitaron el apoyo de los
Gobiernos para impedir el matrimonio a los jóvenes sin recursos, o por lo menos para retardar la época de los
casamientos, y lo lograron en algunos países como en Berna y en Mecklemburgo-Schewerin, y otros no
vacilaron en hacer un llamamiento a los vicios más vergonzosos, tendencia esta última que caracteriza al
moderno, malthusianismo. Ya Stuart Mill sostuvo que debía considerarse a las familias numerosas con el mismo
desprecio que a la embriaguez u otro exceso corporal, y Garnier habló de la necesidad de la previsión conyugal.
Las tendencias materialistas de los tiempos modernos, la guerra al espíritu religioso, y el deseo de goces, han
conducido a preconizar y a desarrollar en la práctica la esterilidad voluntaria. Los principales iniciadores de esta
teoría han sido Francisco Place, reformador francés, autor de la obra Ilustración y pruebas del principio de
población (1822), Robert Dale Owen, autor de una Fisiología moral (1831), en que estaban expuestos los
distintos métodos para impedir la concepción: los hermanos Drysdale, que fundaron en Inglaterra (1877) la Liga
Malthusiana (Malthusian League), que tiene su órgano, en la prensa, The Malthusian.
El mal se ha extendido por Holanda, donde existe también una liga malthusiana, que publicaba en La Haya un
periódico titulado Het Glukkig Huisgezin y ha llegado hasta Alemania fundándose la liga neomalthusiana
alemana, cuyo órgano es la revista Sozial Armoni, de Stuttgart. Los socialistas, si bien no son malthusianos en la
organización social actual, creen que la doctrina habrá de aplicarse en el futuro estado socialista, ya que
entonces, habiendo desaparecido la necesidad y la guerra y suprimidos todos los obstáculos y trabas naturales,
el acrecentamiento de la población será harto rápido y excesivo. Así lo dice Ziegler (La cuestión social es una
cuestión moral, Barcelona 1904, tomo 2º, pág. 109), y fundado en ello atribuye Hertzka al Estado socialista la
intervención en el acrecentamiento de la población, y quiere Schäffle un matrimonio que produzca el número de
hijos que sea posible mantener, tanto más cuanto que la restricción legal del número de hijos sería necesaria en
el Estado socialista para evitar la desigualdad en el reparto de las riquezas. A su vez, muchos [572] anarquistas
preconizan el neomalthusianismo como medio de hacer la guerra a la actual sociedad burguesa.
Así Luis Bulffi en su obra Huelga de vientres (Oporto 1906), cree que con ello no se fomentaría la explotación
del hombre por el hombre, y se negarían elementos a la producción capitalista, al militarismo y a la miseria,
obteniéndose la inmediata ventaja de mejorar la situación económica de los trabajadores, disminuir el número de
éstos, rebajar las horas de trabajo y llegar hasta la abolición del salario. Esta tendencia (que desconoce el que la
organización social actual no depende del número de individuos), ha encontrado una gran aceptación en Francia,
donde se distinguió por su actividad en propagarla el célebre médico Paul Robin, que formó numerosos grupos
neomalthusianos, fundó la Liga de la regeneración humana, para enseñar las prácticas anticoncepcionistas,
publicando una revista mensual con el título de Regeneration, en París, y un folleto denominado Generation
volontaire, con el mismo objeto. La propaganda ha pasado también a España. Mateo Morral tradujo la obra de
Robin repartiéndola gratis entre las obreras y haciendo propaganda por España, y si bien Grave, Malato,
Bonafulla y Federico Urales combatieron la teoría, ésta ha producido la llamada Liga de la regeneración humana,
que tiene su centro en Barcelona, donde publica una revista semanal Salud y Fuerza, que, convertida en
empresa editorial, divulga descarada e impunemente la infecundidad voluntaria y los métodos prácticos para
obtenerla.
Los resultados de esta propaganda neomalthusiana se observan principalmente en Francia, en donde el aborto
provocado (defendiéndose el derecho a él sin consideración a que el concebido es un ser humano y
convirtiéndose su provocación en una profesión; Ver Aborto y Delincuencia), la ovariotomía [acerca de la cual
declaraba en 1896 el doctor Canu que se había practicado en París 30 o 40.000 mujeres, y que existían en
Francia 500.000 de ellas sin ovarios (citado por Fonsegrive, Mariage et union libre, París 1904, pág. 220)], y el
onanismo y demás prácticas neomalthusianas, cuya difusión asustaría si pudiera ser conocida, han logrado
disminuir la natalidad de tal manera, que es inferior a la mortalidad, haciendo que hombres de las más distintas
tendencias (como Zola, en Fecondité; Bertillon, en la Depopulation de la France, y Leroy Beaulieu en La question
de la population), hayan dado la voz de alerta, previendo la desaparición de Francia de la categoría de las
naciones, hecho que, de seguirse por el mismo camino, señala el diario japonés Taiyó, de Octubre de 1904
(citado por Castan, La crisis del matrimonio, Madrid 1914, pág. 558), para fines del siglo actual.
Buscando los autores las causas que han podido producir esta aceptación de los principios neomalthusianos, la
escuela de Le Play lo ha atribuido al móvil de conservar el patrimonio familiar, dado el régimen legal de partición
hereditaria; pero esta explicación no basta, porque el hecho se da incluso en aquellas clases que carecen de
bienes. Otros encuentran la explicación en las condiciones económicas de la sociedad moderna, que hacen
pesada la paternidad e incierto el porvenir de los hijos, razones que si podrían tener aplicación tratándose de las
clases burguesas, no la tienen en cuanto a la clase proletaria, en la cual los cuidados que se dedican a la
infancia son bastantes sumarios y poco costosos, y los hijos comienzan pronto a aportar ingresos a la familia.
Vacher de Lapouche encuentra la explicación en la tendencia del homo alpinus, y, sobre todo, del mestizo de
alpinus y europeus, el individualismo, que le lleva a no sentir la necesidad moral de perpetuar su raza y a no
sentir sino el aguijón material del placer (Les selections sociales, París 1896); mas tampoco esta teoría explica
cómo los pueblos más prolíficos son actualmente los que tienen menor genio político, y como en el Oeste de
Europa, asiento del espíritu nacional, es donde el fenómeno de la despoblación parece estar especialmente
localizado. Spencer, Zola, Ellis, Leroy Beaulieu y otros, sostienen ser la civilización lo que disminuye la
fecundidad; pero la causa no se encuentra en la civilización en sí misma, sino en los caracteres de egoísmo,
feminismo, amoralismo e irreligión de la civilización actual.
En demostración de esta tesis alega Castán (obra cit., págs. 563 y sigs.): 1º El espíritu democrático, por virtud
del cual, como escribe Arsenio Dumont, «el menor átomo de la plebe procura subir hasta la cúspide social, para
lo que constituyen los hijos un obstáculo»; 2º El feminismo, que al emancipar a la mujer e igualar al hombre
arrojándola en la lucha por la vida y el empleo, hace que no esté dispuesta a aceptar las molestias y la carga de
la maternidad, y 3º El abandono de la religión y de la moral católicas, como lo prueban las observaciones de
Etienne Rey (Maximes morales et inmorales, 2º ed., París 1914), Bertillón, Ellis (El sexo en relación con la
sociedad, Madrid 1912), Tallquist (Investigaciones estadísticas sobre la tendencia a una menor fecundidad en
los matrimonios, Helsingfors, 1886), Lacassagne (Les actes de L'Etat civil, Lyón-París), Perin y otros muchos,
que prueban que los países más religiosos han sido siempre y son los que han tenido y tienen más hijos, y que
el número de los matrimonios religiosos está en relación con el aumento de la natalidad.
4. Crítica. La teoría de Malthus está hoy completamente refutada por economistas y sociólogos de las más
distintas escuelas, y, sobre todo, por los hechos.
En primer lugar, la estadística prueba que no es cierto que la población crezca en progresión geométrica. La
población de Europa sólo se elevó en el siglo XIX de 1725 a 360.000.000 de habitantes. La misma escuela
positiva, por boca de Spencer, cree que en el porvenir es de esperar un decrecimiento de población, en lugar de
un aumento de la misma, como consecuencia del incremento de la individuación, característica de la civilización
moderna, que produce una disminución de fuerza nerviosa, y una atenuación, por tanto, de la fecundidad de la
especie humana.
Tampoco la proporción aritmética de las subsistencias ha resultado comprobada, sino que, por el contrario, han
crecido en una proporción mucho mayor, y los nuevos territorios ocupados y los descubrimientos técnicos y
químicos prometen casi inagotables recursos para el porvenir. En Francia, 32 millones de habitantes
recolectaron, en 1820, 50.000.000 de hectolitros de trigo, y 38.250.000 habitantes recolectaron, en 1890, más de
100.000.000 de hectolitros.
Por otra parte, Malthus no tuvo en cuenta el aumento de la capacidad industrial del hombre, merced a la cual
puede un individuo quintuplicar y hasta decuplicar la potencia industrial de su padre. El ejemplo de los Estados
Unidos, donde la población se doblaba cada veinticinco o treinta años, sin que [573] los productos agrícolas
escaseasen, vino también a deponer en contra de la doctrina de Malthus, y basándose en ello, proclamó Enrique
Carey la doctrina opuesta, de que la densidad creciente de la población equivale a una facilidad creciente de
producción, tesis en apoyo de la cual se alega: 1º Que la agricultura moderna tiene a su disposición capitales
más considerables que nunca, y cultiva terrenos cada vez más fértiles, por lo que su producción aumenta en una
proporción mucho más considerable que en progresión aritmética; 2º Que no ha de considerarse solamente la
producción agrícola sino la producción en la cual aumenta con más rapidez que la población, y 3º Que cuantos
más obreros hay, más se aumenta la producción y en mayor número se acumulan los capitales disponibles.
Por su parte, M. Cauwes, aceptando los argumentos de Carey, dice que la tendencia constante al exceso de
población es inverosímil, y que los cambios internacionales alejan todo peligro de hambre (Précis d'Economie
Politique, págs, 177 y sigs.), e Ives Guyot, fundándose en estadísticas y gráficos del movimiento de la población
y de la riqueza en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, llega a decir que los hechos formulan la ley de Malthus
vuelta del revés, es decir, que la riqueza crece en progresión geométrica y la población en progresión aritmética
(La Science Economique, París 1887, págs. 217 y sigs.). Por otra parte, hablando Berthelot de los progresos de
la química, llega a prever, siquiera su visión tenga los caracteres de un sueño, que tales progresos suprimirán el
problema de la existencia mediante el cultivo del suelo. «En principio, dice justificando su aserto, el problema de
la fabricación de las substancias alimenticias está ya resuelto, la síntesis de las grasas y los aceites está
realizada hace cuarenta años: la de los azúcares e hidratos de carbono se ha realizado en nuestros días, y la de
los cuerpos azoados no está lejos de nosotros... Día llegará en que todos y cada uno llevarán consigo para
alimentarse su pequeña tableta de materia azoada, su trozo de grasa, fécula o azúcar, todo producido
económicamente por nuestras fábricas, y todo ello independiente de los acontecimientos, de la lluvia o de la
sequía... todo, en fin, exento de microbios patógenos.» (Discurso pronunciado en la Academia de Ciencias de
París el 5 de Abril de 1894, y publicado en Le Temps del 7 de Abril de mismo año).
Para que nada quede de las doctrinas de Malthus, los socialistas modernos sostienen que la causa de la miseria
no es la población, sino la actual organización económica. Así lo reconoce Bebel, quien añade que a la hora
presente y por mucho tiempo todavía, lejos de haber exceso de hombres no existen bastantes en Europa para
alcanzar una completa civilización, y que en cuanto a las otras partes del mundo, los países más fecundos y
fértiles se hallan hoy completamente incultos o poco menos, porque su roturación exige masas colonizadoras de
millares de brazos (La mujer ante el socialismo, traducción española de doña E. Pardo Bazán, Madrid, págs. 293
y sigs.); y hasta Darwin, cuya teoría de la selección fue, según él mismo asegura, sugerida por la doctrina de
Malthus, considera que el exceso de población en lugar de ser funesto es beneficioso, pues gracias a él se
realiza la selección natural que es el elemento del progreso.
Nada tiene, pues, de extraño, que exista hoy una poderosa corriente antimalthusiana, y que Oppenheimer llegue
a estas conclusiones: 1ª La producción tiende a exceder a la población; 2ª El aumento de población es causa de
riqueza, y 3ª La miseria es independiente de la cuestión demográfica (Das Bevolkerungsgesetz des Malthus und
der neuerer National oekonomie; Darstellung und Critik, Berlín 1901).
La verdadera solución está entre las dos teorías extremas, y no es ecléctica sino armónica. Tan cierto es que la
población no aumenta sino con lentitud, como que en el trabajo agrícola los progresos son lentos y difíciles, de
tal manera, que siguen el movimiento aumentativo de la población, pero ordinariamente no le adelantan. Se ve
en esto un orden providencial. Tan ilusorio es suponer que el hombre por más trabajo que emplee habrá de
verse condenado a la miseria (pesimismo económico), como que los productos de la industria agrícola llegarán a
ser indefinidos y la vida fácil y dulce para el mayor número de los humanos (optimismo). Los pueblos necesitan
trabajar para subsistir, y si trabajan con trabajo constante y fecundo, la población, aunque sea abundante, vivirá
con desahogo; mas si el trabajo se abandona, la miseria hará su aparición, aunque la población no sea
abundante, siendo muy de observar que los pueblos en decadencia se lamentan de la falta de brazos, por virtud
de la cual no pueden proveer a su subsistencia. La fórmula divina replete terram et subiicite eam, continúa
siendo la solución de la cuestión. El supremo mal no es la pobreza, sino el desorden moral; en muchos casos la
pobreza es aguijón del genio y muchos inventos han tenido su origen en la necesidad. La restricción legal del
matrimonio no resuelve la cuestión, pues sólo produce un mayor número de uniones ilegítimas y un aumento de
la prostitución, como ocurrió en Baviera, en donde fue necesario suprimir la ley restrictiva. Negar a los pobres el
matrimonio, es conculcar uno de los más sagrados derechos del hombre, y hacerlo más dura y sensible la
pobreza, y si bien es cierto que no debe olvidarse el consejo de que debe contarse con recursos para sostener la
familia, no debe tampoco llevarse la previsión al extremo de convertir el consejo en regla obligatoria; en
ocasiones, el mismo matrimonio, suele ser un remedio a la pobreza, ya que el dar dirección fija y ordenada a la
vida, estimula la laboriosidad, y la emigración y la colonización sabiamente dirigidas sirven para alejar el menor
resto de temor al peligro que Malthus se forjó.
En cuanto al neomalthusianismo, queda probado, con lo que antecede que carece de base científica, y los
hechos ponen de manifiesto sus dolorosos resultados. El fraude conyugal hastía a los esposos y produce el
recíproco desafecto y la infidelidad. La doctrina del hijo único hace disminuir las virtudes familiares y produce el
relajamiento de los caracteres, pues, como observa Bertillón, no sólo hace que la formación moral del único
vástago sea defectuosa, por regla general, sino que, al convertirlo en el único heredero, le vuelve perezoso. Los
efectos de las prácticas neomalthusianas en la higiene física, y social son deplorables: según Opisso, son
productoras de la difusión de la neurastenia (Medicina social, Barcelona pág. 222), y, como observa Mornet, la
vitalidad material disminuye siempre proporcionalmente a la vitalidad moral (La potection de la maternité en
France. Etude de d'Hygiène sociale, París 1910, página 21). En el orden exterior, la vida y la grandeza de los
Estados dependen del número de sus [574] habitantes y de la moralidad de su vida: cuando un pueblo es
insuficiente para ocupar y defender un territorio, no tarda otro en apoderarse de él.
En cuanto a las causas de difusión del neomalthusianismo, puede reobrarse contra ellas: protegiendo el Estado
los deberes de la maternidad en la mujer, haciendo inversamente proporcional el impuesto de sucesión al
número de hijos, favoreciendo en materia fiscal a las familias numerosas, sobre todo tratándose de impuestos
indirectos, concediendo premios a los matrimonios con hijos numerosos (en Alemania el emperador es padrino
del séptimo hijo que tengan sus súbditos), rehabilitando la consideración del trabajo manual, suprimiendo la dote
de las hijas y combatiendo la inmoralidad y reprimiendo enérgicamente la propaganda de ideas
neomalthusianas, como lo hizo Bélgica en 1908, impidiendo la tolerancia que con ellas tienen los tribunales de
justicia (véanse, por ejemplo, las sentencias dadas en juicio por jurados en la Audiencia de Barcelona en 16 de
Marzo y 7 de Junio de 1906 y 2 de Julio de 1908, que cita Castán en su obra Crisis del matrimonio, Madrid 1914,
pág. 570, nota 2) y restableciendo el sentido religioso de la vida y el imperio de la moral católica que prescriben
la dignidad en el matrimonio, condenan el vicio de Onán y conservan como un mandato divino la multiplicación
de la especie y la vida por el trabajo, así como aconsejan el sacrificio individual en aras del interés social. Ver,
Matrimonio y Población.
Bibliografía. Además de las obras citadas en el texto de este artículo, véanse: Soetbeer, Die Stellung der
Sozialisten zur Malthusschen Bevölkerungslhere (Berlín 1886); Brentano, Die Malthussche Lehre und d.
Bevölkerungsbewegung d. letzten Dezennien (Munich 1909); Budge, Des Malthussche Bevölkerungsgesetz und
die theoretische Nationalökonomie der letzten Jahrzehnte (Carlsruhe 1912); Molinari, Malthus, essai sur le
principe de population (París 1889); Cossa, Il principio di popolazione di T. R. Malthus (Milán 1895); A. Cánovas
del Castillo, Otro precursor de Malthus, en los «Problemas Contemporáneos»; G. Garnier, «Del principio di
popolazione, en la Biblioteca dell'Economista» (vols. 11-12, 2ª serie, pág. 464); Abel Joire, La populatione,
richesse nationale. Appréciation vraie des principes de Malthus (París 1885); Carlo Kautsky, Socialismo è
malthusianismo. L'influenza dell' aumento della popolazione sul progresso della società, (Traduzione dal Tadesco
di Leonida Bissolati, Milán 1884); G. Rümelin, «Teoria della Popolazione», en la Biblioteca dell' Economista (vols.
XI-XII, 2ª serie); Edouard Smissen, La Population. Les causes de ses progrès et les obstacles qui en arrêtent
l'essor (París 1893); Leroy-Beaulieu, Traité d'Economie Politique (5ª ed., París 1910, t. IV); Anónimo, «Le
problème de la population dans l'Economie nationale», en La Réforme Sociale (vol. 6, 6ª serie, página 39);
Bayard, «La Peur de l'enfant», en La Réforme Sociale, vol. 3, 6ª serie, pág. 362); Berenger et Leroy-Allais, «La
propagande néomalthusienne», en La Réforme Sociale (vol. 6, 6ª serie, pág. 161); A. Coste, «Le facteur
population dans l'évolution sociale», en la Revue Internationale de Sociologie (vol. 9, pág. 596); Giuseppe
Fiamingo, «Malthus et la statistique», en el Journal des Economistes (vol. 21, 5ª serie, pág. 194); A. Loria, «La
vechia e la nouva fase nella teoria della popolazione», en la Rivista Italiana di Sociologia (vol. 1, pág. 4); A. Loria,
Malthus (Módena 1909); Dante Munerati, «Il problema della sovrappopolazione», en la Rivista Internazionale di
Scienze Sociale (vol. 41, página 338); Aug. Onclair, «Malthus et sa théorie sur le principe de la population dans
ses rapports avec les subsistances», en la Revue Catholique des Institutions et du Droit (vol. 4, 2ª serier, pág.
400); F. Oppenheimer, «Une nouvelle loi de la population», en la Revue d'Economie Politique (vol. 17, pág. 333);
E. Pierret, «L'oeuvre maçonique de la dépopulation en France», en La Réforme Sociale (vol. 6, 6ª serie, pág.
172); Miquel Vidal, «La lley de Malthus y el moviment actual de la poblaciò comparat ab lo de la producciò
mondial», en la Revista Jurídica de Cataluña 1906, (pág. 265). Ver, Economía y Población.

La Teoría malthusianay el Hambre de Hoy

La población humana. Teoría pensó que las penalidades tuvo un gran desarrollo, a
malthusiana. económicas pesar del marcado aumento en
En 1798, el economista inglés del hombre se harían la
Thomas R. Malthus, tasando más grandes a medida que la población. El nivel de vida en
el futuro del hombre, concluyó población aumentara. lugar de descender como predijo
que el tamaño de la población Malthus fue incapaz de Malthus, ascendió
humana sobre nuestro vislumbrar considerablemente.
planeta estaba restringido en que los enormes adelantos Sin embargo, Malthus
parte por la limitación de en agricultura y tecnología asentó la teoría básica de que el
alimento. aumentarían la producción número de organismos vivos
Creía que las enfermedades de alimentos y así poder (incluyendo los seres humanos)
y las guerras eran los medios incrementarlos sería restringido inevitablemente
que impedían el crecimiento más rápidamente que por limitaciones impuesta por
de la raza humana. Aunque el crecimiento de la población el medio ambiente. No importa
Malthus estaba en un principio humana. Durante los ciento cuán eficientes sean nuestros
en lo correcto al suponer que noventa años siguientes a la medios
existían factores definitivos que teoría de producción, de fabricación
obstaculizaban el aumento de la de Malthus, el estado económico de alimentos y unidades
población humana, fue de la población humana médicas, puesto que existen
demasiado en numerosos países, limitaciones definidas en la
pesimista por los limitados especialmente capacidad terrestre para tolerar
conocimientos de que disponía, en las naciones de occidente, un gran número de personas.
Cuando estas limitaciones cada 35 años! Si este ritmo de población y su naturaleza; y 3)
ambientales crecimiento continúa, se predice indicar los medios de control de
finalmente se traducen que existirá una población la población. El grado de
en términos de una población mundial de diez mil millones mortalidad
muy grande, el grado de para el año 2,020, 25,000 está más influido por
nacimientos millones factores ambientales que el
y de muertes tenderán a para el año 2070 y más de grado
ser semejantes. Esto se reflejará 200 mil millones de personas de nacimientos. Puede, por
en la aparición sucesiva de la dentro de dos siglos. consiguiente, servir como medio
fase El ritmo al cual crece la importante para controlar el
de multiplicación desacelerada y población crecimiento y tamaño de una
la fase de equilibrio en la curva es el reflejo de la diferencia población dada. Si conocemos,
de crecimiento de población. entre el grado de nacimientos por ejemplo, que el grado de
Aumento en la población y el de muertes. El mortalidad para una población
humana. desarrollo de nuestra sociedad de una especie dada es alta
Los estudios de la población científica-tecnológica-industrial durante
humana total del mundo, indican ha comenzado a surgir con un estado particular del
que estamos actualmente en la la iniciación de la revolución ciclo vital del organismo,
fase logarítmica de la curva de industrial del siglo XVII lo cual entonces
crecimiento, tal y como nos fue la causa fundamental de la uno de los medios efectivos
indica disminución de muertes. Esto para aumentar la población
la población mundial. Esta se debe al aumento del dominio será eliminar en lo posible
última sería la que la población del hombre sobre el medio aquellos factores ambientales
mundial actual es de más ocho ambiente, que contribuyen a una
mil millones de personas. El es decir, una gran producción mortalidad
número agrícola, aumento en elevada.
de seres humanos que habitan los sistemas de transportes, En la mayoría de las
la Tierra ha aumentado comunicación; poblaciones,
rápidamente. así como el aumento el grado de mortalidad
En 1650 había menos y distribución del conocimiento es más elevado entre los
de quinientos millones de en los campos de la organismos
personas medicina y salud pública. El más jóvenes y entre los
sobre la Tierra, representando rápido incremento de la más viejos. Bajo condiciones
el doble de la población población teóricamente ideales, podemos
humana en cerca de 1700 años en los Estados Unidos se vislumbrar un grado mínimo de
desde el tiempo de Cristo, hasta refleja en el naci-miento de 25 mortalidad, únicamente entre
la mitad del siglo XVII. En por cada mil personas y un los individuos más viejos,
1850 el número de seres grado de mortalidad de sólo 9 como resultado de cambios
humanos por cada 1000 personas. Se fisiológicos
había llegado a mil millones, predice que la población actual ínfimos propios de
correspondiendo esto al de 300 millones de personas en la vejez. Sin embargo,
doble de la población en dos los Estados Unidos excederá a actualmente
siglos. El rápido crecimiento de los 400 millones a finales del el grado de mortalidad
la sociedad entre 1850 y 1900, 2030. se distribuye por edades en los
tuvo el equivalente al doble de Supervivencia y muerte. grupos de una población dada,
la población de cada siglo. Entre Los informes acerca de la dependiendo del tamaño y
1900 y 1950 el aumento de distribución de muertes entre composición de la misma; así
la población humana siguió en las diversas edades de una como de sus factores
ascenso doblemente en 75 años. población ambientales.
Los últimos reportes indican dada, o bien el tiempo La distribución de la mortalidad
que la población mundial actual que sobrevive el hombre, es entre las diversas edades
está aumentando en un 2 por importante de cualquier población puede
ciento por año (más rápido que para: 1) determinar tamaño ilustrarse graficando el número
en cualquier otro período de la y composición de una población de sobrevivientes (por cada mil
historia del hombre), ¡lo cual de organismos; 2) predecir individuos nacidos) contra el
equivale a duplicar la población el futuro desarrollo de la máximo de longevidad.
Bajo condiciones teóricamente mientras que casi todos los futuro de la población.
ideales, donde el grado individuos Las poblaciones que poseen
mortal mínimo prevalece como restantes sobreviven un gran porcentaje de individuos
primer resultado de los estragos el tiempo normal de vida. En muy jóvenes, los cuales es
de la vejez, podríamos esperar la mayoría de las poblaciones de esperar que se extienden;
virtualmente para la completa naturales, las curvas de mientras aquellos con una gran
longevidad una línea horizontal, supervivientes proporción de individuos más
la cual tiende a bajar casi pueden estar por arriba, viejos tienden a declinar. La
verticalmente a cero hasta llegar entre los dos extremos. distribución más o menos igual
a la longevidad máxima. En Como regla general las de grupos por edades, refleja la
el otro extremo hay poblaciones proporciones potencialidad de la población
(por ejemplo, ostras), en de varios grupos de para permanecer invariable en
las cuales la mayoría de los edades, en cualquier población relación a su tamaño
miembros perecen muy pronto dada, pueden servir como guía
útil para predecir el crecimiento

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