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Este Síndrome se define como una respuesta al estrés laboral crónico integrado por
actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol
profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. La definición de
Burnout más consolidada es la que ofrecen Maslach y Jackson (1981), como respuesta
inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son:
3. Defensivos. Utilizados por el sujeto para poder aceptar sus sentimientos. Niega las
emociones anteriormente descritas y que le resultan desagradables. Desplaza los
sentimientos hacia otras situaciones o cosas que no tengan que ver con el trato con el
cliente. Uso del cinismo o el menosprecio hacia aquellas personas para las que se trabaja.
• Grave:
-Disminuye marcadamente la productividad laboral.
-Aumenta el ausentismo y la sensación de disgusto acompañado de baja autoestima.
-Es frecuente el abuso del alcohol y/o de los psicofármacos.
• Extremo:
-Presente cuadro de aislamiento y/o sentimiento de pena y tristeza.
-La sensación de fracaso, fallar en el trabajo y la profesión.
-Existe riesgo de cometer suicidio
Las fases evolutivas del sindrome de burnout son:
1-Fase de estrés laboral. Ocurre un desajuste entre las demandas laborales y los recursos tanto
humanos como materiales, hay un exceso de demandas y una escasez de recursos, lo que
ocasiona una situación de estrés.
2-Fase de exceso o sobreesfuerzo. El sujeto trata de dar una respuesta emocional al desajuste
a que está sometido, realizando un exceso o sobreesfuerzo, que motiva la aparición de síntomas
emocionales como ansiedad, fatiga, irritabilidad, tensión y también signos o síntomas laborales
tales como la aparición de conductas egoístas, alienación laboral, pérdida de altruismo e
idealismo, disminución o pérdida de las metas laborales y una falta de responsabilidad en los
resultados de su trabajo.
-Los sujetos predispuestos a desarrollar el síndrome se caracterizan por ser motivados pero
obsesivos, entusiastas, entregados a su trabajo y que se identifican de forma exagerada con los
receptores de su atención, tienen una personalidad de tipo emocional.
-Los sucesos vitales estresantes. tienen una relación positiva entre éstos y la disminución de la
efectividad en el trabajo, así como en la adaptación al mismo.
-El apoyo social, familiar e incluso religioso son atenuadores del estrés laboral, ejerciendo un
efecto negativo sobre la aparición del Burnout.
-El sexo es otra variable que se ve más afectada en el sexo femenino, tal vez por la doble carga
de trabajo que acarrea la práctica profesional y la tarea familiar.
-Las profesiones de riesgo, el Burnout se produce en profesiones de ayuda en las que se
prestan servicios humanos directos y de gran trascendencia para el individuo que los demanda.
Por esto es muy frecuente en los profesionales de la salud (médicos, psicólogos, psiquiatras,
enfermeras, trabajadores sociales)
El trabajar con los aspectos emocionales más intensos del cuidado del paciente
(sufrimiento, miedo, sexualidad y muerte), así como tratar con pacientes difíciles, con frecuencia
afecta la tolerancia para la frustración y la ambigüedad del profesional. El estrés crónico que
significa estar continuamente bajo tales circunstancias puede llegar a ser emocional y físicamente
extenuante, pudiendo conducir a la presencia de signos del síndrome de estrés profesional.
En general, se encuentra en profesionales de organizaciones de servicios: educadores,
ejecutivos, secretarias, periodistas y en todos aquellas profesiones que implican un trato directo
con las personas. También se ha encontrado en asistentes sociales, policías, funcionarios de
prisiones, controladores de tráfico aéreo, veterinarios, farmacéuticos, jueces, militares y ministros
de la iglesia protestante.
-La edad, aunque parece no influir en la aparición del síndrome, tendría cierto grado de
importancia (primeros años de ejercicio) ya que se considera que existe un período dentro de la
profesión en los cuales el profesional es más vulnerable. Pero en varios estudios realizados el
grupo de edad con un mayor cansancio emocional fue el de los mayores de 44 años en quienes
también se asoció la falta de realización personal.
Aproximaciones teóricas:
Los modelos elaborados desde consideraciones psicosociales para explicar el síndrome de
quemarse por el trabajo pueden ser clasificados en tres grupos (Gil-Monte y Peiró, 1997):
-El primer grupo incluye los modelos desarrollados en el marco de la teoría
sociocognitiva del yo. Se caracterizan por otorgar a las variables del self (autoeficacia,
autoconfianza, autoconcepto, etc.) un papel central para explicar el desarrollo del síndrome.
Altos niveles de motivación junto con la presencia de factores de ayuda (objetivos laborales
realistas, buena capacitación profesional, participación en la toma de decisiones, disponibilidad y
disposición de recursos, etc.) aumentan la eficacia percibida y los sentimientos de competencia
social del individuo. Por el contrario, los factores barrera (ausencia de objetivos laborales realistas,
disfunciones del rol, ausencia o escasez de recursos, sobrecarga laboral, conflictos
interpersonales, etc.) dificultan la consecución de los objetivos, disminuyen los sentimientos de
autoeficacia y, con el tiempo, se origina el síndrome de quemarse por el trabajo.
-Un segundo grupo recoge los modelos elaborados desde las teorías del intercambio
social. Estos modelos consideran que el síndrome de quemarse por el trabajo tiene su etiología
en las percepciones de falta de equidad o falta de ganancia que desarrollan los individuos como
resultado del proceso de comparación social cuando establecen relaciones interpersonales.
En relación a los procesos de intercambio social, identifican tres fuentes de estrés
relevantes:
1. La incertidumbre (falta de claridad sobre lo que uno siente y piensa sobre cómo debe
actuar).
2. La percepción de equidad (equilibrio percibido entre lo que las personas dan y lo que
reciben en el transcurso de sus relaciones).
3. La falta de control (posibilidad del individuo de controlar los resultados de sus
acciones laborales).
-El tercer grupo considera los modelos elaborados desde la teoría organizacional. Estos
modelos incluyen como antecedentes del síndrome las disfunciones del rol, la falta de salud
organizacional, la estructura, la cultura y el clima organizacional. Son modelos que se caracterizan
porque enfatizan la importancia de los estresores del contexto de la organización y de las
estrategias de afrontamiento empleadas ante la experiencia de quemarse.
El apoyo social en el trabajo afecta de manera importante a la percepción que el individuo
tiene de la estructura organizacional. Dado que a través del apoyo social es posible influir sobre
las diversas disfunciones que se derivan de cualquier tipo de estructura organizacional.
En el nivel grupal e interpersonal las estrategias pasan por fomentar el apoyo social por
parte de los compañeros y supervisores. Este tipo de apoyo social debe ofrecer apoyo emocional,
pero también incluye evaluación periódica de los profesionales y retroinformación sobre su
desarrollo del rol.
Por último, en el nivel organizacional, la dirección de las organizaciones debe desarrollar
programas de prevención dirigidos a mejorar el ambiente y el clima de la organización. Como
parte de estos programas se recomienda desarrollar programas de socialización anticipatoria,
con el objetivo de acercar a los nuevos profesionales a la realidad laboral y evitar el choque con sus
expectativas irreales. También se deben desarrollar procesos de retroinformación sobre el
desempeño del rol. Junto a los procesos de retroinformación grupal e interpersonal por parte de los
compañeros, se debe dar retroinformación desde la dirección de la organización y desde la unidad
o el servicio en el que se ubica el trabajador.
Otras estrategias que se pueden llevar a cabo desde el nivel organizacional son
reestructurar y rediseñar del lugar de trabajo haciendo participar al personal de la unidad,
establecer objetivos claros para los roles profesionales, aumentar el estímulo y reconocimiento a
los trabajadores en su propio ámbito laboral, establecer líneas claras de autoridad, y mejorar las
redes de comunicación organizacional.
Pero lo esencial para un afrontamiento exitoso al estrés es el papel activo del sujeto, por lo
cual él debe:
• Tornarse consciente del problema: Aquí está comprendido el reconocimiento del
problema que nos produce estrés y también el darse cuenta de que esto es el resultado de
una situación que nos impide el alcance de nuestros objetivos.