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Junio de 2006
“Artículo 46.- El derecho de iniciar leyes y decretos ante la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal corresponde: A los diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal;
3
Artículo 10.- Son atribuciones de la Asamblea Legislativa:
I.- Legislar en el ámbito local, en las materias que le señalan la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal;
Artículo 17.- Son derechos de los Diputados, en los términos de la presente ley:
IV.- Iniciar leyes y decretos ante la Asamblea e intervenir en las discusiones y votaciones de los
mismos conforme a lo establecido en el Reglamento para el Gobierno Interior;
4
Artículo 82.- El derecho de iniciar las leyes o decretos ante la Asamblea compete: I.- A los
Diputados de la Asamblea;
5
El treinta y cuatro punto ochenta y cuatro por ciento, para ser exactos.
6
Cabe señalar, que el Procurador General de la República, no señaló argumento alguno tendente
a combatir la constitucionalidad de los artículos 737 A a 737 L.
2
L del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal,
aseverando que se violan los artículos 14, 16, 17 y 23 de la
Constitución.
CAPITULO I
Artículo 737 A
3
excluirse por modo incontrastable o cuando se supone la inexistencia
de un hecho cuya verdad queda establecida positivamente, y, en
ambos casos, si el hecho no representaba un punto controvertido
sobre el cual la sentencia debía expedirse;
Artículo 737 B
Artículo 737 C
Artículo 737 D
Artículo 737 E
4
Artículo 737 F
Comete el delito de fraude procesal:
I. Quien ejercite la acción de nulidad de juicio concluido y no obtenga
sentencia favorable;
II. Quien se desista de la demanda o de la acción y;
III. El abogado patrono o litigante que asesore al demandante a
interponer el juicio.
En todo caso el juzgador de oficio dará vista al Ministerio Público.
Artículo 737 G
La interposición de la acción de nulidad de juicio concluido no
suspenderá la ejecución de la resolución firme que la motivare,
siempre y cuando el vencedor otorgue garantía de cuando menos la
cantidad equivalente al treinta por ciento de lo sentenciado; o bien, el
monto que el juzgador fije prudencialmente en aquellos procesos en
que lo sentenciado no haya versado sobre cuestiones patrimoniales o
sean de cuantía indeterminada.
Artículo 737 H
Artículo 737 I
Artículo 737 J
Artículo 737 K
5
Quien haya dado lugar a alguna de las causales a que se refiere el
artículo 737 "A" de este código, y una o más hayan sido determinantes
para que el juez resolviera en la forma en que lo hizo en el juicio que
de (sic) declare nulo, será responsable de los daños y perjuicios que
con su conducta haya causado. En ningún caso la indemnización será
menor al doble de la cuantía del negocio seguido en el proceso
declarado nulo. Asimismo, siempre será condenado al pago de los
gastos y costas causados en el juicio en que se ejercite la presente
acción de nulidad.
Artículo 737 L
7
Anticipamos que dado el objeto del presente estudio, obviamos pronunciamiento acerca de la
juridicidad del proceso legislativo que dio lugar a la normatividad impugnada.
8
Al respecto, señalan que la ley, para solucionar la pugna que existe entre la necesidad de
certeza y la necesidad de justicia, consiente hasta un determinado momento que la decisión
cambie; pero después, y a fin de satisfacer la necesidad de certeza, cierra la posibilidad de
cambio.
6
formalidades esenciales del procedimiento, lo cual, puede
provocar litigios interminables, así como prácticas maliciosas.
9
Por ejemplo, la nulidad de actuaciones antes de la sentencia; la apelación extraordinaria; los
sistemas de regulación sobre la presentación de documentos falsos dentro del juicio, de
documentos no presentados por causas de fuerza mayor y de documentos que fueron
encontrados después de la sentencia; la oportunidad para ofrecer pruebas supervenientes o en
segunda instancia; los recursos de queja y queja administrativa (en relación con la causal del dolo
del juez), por mencionar algunos de los citados en la demanda que se comenta.
7
concluido como delito, se contravienen las disposiciones que
rigen la prestación del servicio profesional, que establecen que
nadie esta obligado a proseguir una acción y que regulan el
desistimiento de la demanda y de la acción.10
10
Cabe mencionar desde ahora que esto se hacía valer específicamente en contra del artículo
737 F que pretendidamente tipificaba penalmente estas conductas; sin embargo, se anticipa
también que dado que tal artículo eventualmente fue derogado, se obvia mayor comentario al
respecto.
11
Publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XIII, Marzo de 2001.
Tesis: I.3o.C.220 C. Página: 1769
8
diversa acción manifestados no serán objeto de comentario en el
presente documento.12
Roma
9
asegurar el goce de los bienes de la vida y garantizar el resultado de
los procesos14. Consideraban que con la institución de la cosa
juzgada, se prohibía ejercitar nuevamente una acción deducida en
juicio y, como consecuencia, también se impedía la indefinida
impugnación de las cuestiones ya sentenciadas.
14
CHIOVENDA, Giuseppe, Curso de Derecho Procesal Civil, Biblioteca Clásicos del Derecho,
Volumen 6, Editorial Harla, México 1997, Pp. 168-169.
15
CHIOVENDA, Op. Cit. Pp. 168-169.
16
Idem. Pág. 447.
10
concedía como remedio contra la falta de defensa y siendo esta
defectuosa o en caso de haberse descubierto nuevos elementos de
decisión (menor edad, errores dolo, falsedad de un documento,
falsedad de un juramento, nuevos documentos) 17.
Chiovenda
17
Idem. Pp. 570.
18
Idem. Pp. 508-510
19
CHIOVENDA, Op. Cit. Pp. 460-461.
20
Idem, Pp. 510-515.
11
ordinariamente con la posibilidad de varios grados) para obtener el
máximo resultado con el mínimo empleo de actividad, concediendo
predominio a las ventajas de la certeza jurídica que a los daños de los
posibles errores del juez. Para lograr dicha certeza jurídica,
transcurridos los términos para impugnar una sentencia ésta se
vuelve definitiva y la cosa juzgada contiene en sí misma la preclusión
de cualquier cuestión futura porque deviene indiscutible y obligatoria
para el juez en cualquier juicio futuro y da la posibilidad a las partes
para que en los procesos futuros pueden alegar y probar la sentencia
precedente para excluir la nueva (excepción de cosa juzgada).21
21
Idem, Pp. 465-471
12
desorden y el mayor daño que se derivaría de la conservación de una
sentencia intolerablemente injusta.22 Más adelante, volveremos a
analizar este medio de impugnación.
Carnelutti
22
CHIOVENDA, Op. Cit. Pp. 465-471
23
CARNELUTTI, Francesco, Derecho Procesal Civil y Penal, Biblioteca Clásicos del Derecho,
Volumen 4. Editorial Harla, México, 1997, Pp. 179-180.
24
Idem, Pp. 176-177
13
una decisión no es imperativa si no es inmutable, pero es
imperativa aunque pueda perder la inmutabilidad por la vía
de la rescisión.
14
Ahora bien, respecto de la cosa juzgada en el ordenamiento
mexicano, particularmente, en el Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal, tenemos que el Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, establecen por un lado la inmutabilidad
de la autoridad de la cosa juzgada y por otro, los principios bajo los
cuáles, procesalmente, debe operar dicha institución.
Artículo 426
15
III.- Las que resuelvan una queja;
Artículo 427
I.- Las sentencias consentidas expresamente por las partes o por sus
mandatarios con poder o cláusula especial;
Artículo 35
25
Además de los transcritos, existen diversos artículos del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal, que se encuentran relacionados con la institución de la cosa juzgada, entre
ellos se citan los siguientes: 272-A, 272-E, 397, 606.
16
Son excepciones procesales las siguientes:
Artículo 42
17
II.2. Criterios de la Suprema Corte de Justicia y de los Tribunales
Colegiados acerca de la posibilidad de declarar la nulidad de un
juicio concluido.
18
1. Amparo Civil Directo 2394/35.
26
Código de Procedimientos Civiles, Edición Oficial, México, 1906.
19
controversia era, si en el juicio cuya nulidad se pedía, se habían
cumplido todas las formalidades y garantías establecidas en las leyes,
manifestando también, que ningún valor tenia el principio del respeto
a la cosa juzgada para fundar en él la improcedencia de la acción de
nulidad, puesto que las sentencias sólo producen efectos respecto de
las partes litigantes y que no podía llamarse parte a quien sostuviera
no haber sido emplazado, por lo cual señaló que si bien en nuestra
legislación no existía una reglamentación de los recursos de nulidad
en contra de las sentencias, eso no bastaba para dejar de sustanciar
los juicios de nulidad. La ejecutoria anterior dio lugar a la tesis que a
continuación se transcribe:
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LIV
Página: 3426
20
acción de nulidad. Los actos ejecutados por las
autoridades, en contravención a la ley, son nulos, y no
habría razón para que este principio no se aplicara
tratándose de actos judiciales, colocándolos en un plano
de superioridad respecto de actos de autoridades de
distinta índole; estas razones han llevado a otras
legislaciones a establecer y reglamentar recursos de
nulidad en contra de las sentencias, y si en la nuestra no
existe tal reglamentación, esto no es bastante para dejar
de aplicar aquellos principios, debiendo aplicarlos en la
única forma en que puede hacerse, esto es, con la
sustanciación del juicio de nulidad. Si el legislador ha
creado el incidente de nulidad contra las notificaciones
ilegalmente hechas, ha sido para proteger los derechos de
las partes contendientes, y no habría razón para que no
hubiera querido otorgar la protección a esos derechos
cuando la violación de los mismos es más flagrante, como
en el caso de haberse dictado sentencia contra una
persona, sin haberla llamado a juicio. Podría argüirse
contra la procedencia del juicio de nulidad, que las
sentencias no pueden ser revocadas por el Juez que las
dicta; pero debe tenerse en cuenta que la nulificación de
un procedimiento presupone el estudio de las
cuestiones tratadas en el fallo revocado, y cuando se
nulifica un procedimiento judicial, para nada se tocan
aquellas cuestiones. También podría objetarse que la
admisión del juicio de nulidad, trae el inconveniente de que
terminado un juicio por sentencia ejecutoria, se puede
promover el de nulidad, el que, a su vez, podría ser objeto
de un nuevo juicio de nulidad; mas este inconveniente no
es sino una consecuencia del derecho que tienen los
particulares para solicitar la intervención de los tribunales,
a fin de que decidan sus controversias, y lo mismo
sucedería tratándose de un juicio de nulidad que de
cualquiera otro juicio, pues si el demandante vencido
ocurre repetidas veces, reclamando la misma prestación,
los tribunales estarán obligados a tramitar los múltiples
juicios que pudieran promoverse, declarando, a la postre
en todos ellos, procedente la excepción de cosa juzgada,
incluso en los juicios de nulidad, si ningún vicio ha tenido
el procedimiento que se trata de nulificar.”27
27
Amparo civil directo 2394/35. Valdés Zepeda Jesús. 8 de octubre de 1937. Mayoría de cuatro
votos. Disidente: Alfonso Pérez Gasga. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Quinta Época:
Tomo XXXVI, página 1552. Amparo civil directo 4789/26. Ruggiero Hermanos. 9 de noviembre de
1932. La publicación no menciona la votación del asunto ni el nombre del ponente.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo XLV, página 100, tesis de rubro
"NULIDAD, ACCION DE.".
21
2. Amparos Civiles Directos 501/42, 2363/43, 1019/44, 2782/38,
790/46, 2786/46 y 5370/51.
22
Corte fundó principalmente sus determinaciones en el hecho de que,
en aquella época, ningún precepto legal autorizaba que se ejercitara
ninguna acción de nulidad de procedimiento civil, como autónoma,
sino que únicamente permitía hacer efectivas las nulidades, durante
el procedimiento seguido en el mismo juicio.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LXXIV
Página: 2887
23
que la nulidad del procedimiento, no puede ser materia de
una acción principal, sino que debe hacerse valer como
excepción o como recurso. En resumen, la ley procesal
no permite que se ejerciten más acciones de nulidad
de procedimiento civil, como autónomas, en diverso
juicio, sino que únicamente se pueden hacer efectivas
las nulidades, durante el procedimiento seguido en el
mismo juicio, ya que las nulidades deben estar previstas
por la ley, y ésta en ninguno de sus preceptos establece
que un remate al que faltaren determinadas formalidades,
puede ser declarado nulo, mediante un juicio autónomo.”28
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LXXVIII
Página: 4263
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LXXX
Página: 3035
28
Amparo civil directo 501/42. Pérez Ezequiel. 30 de octubre de 1942. Unanimidad de cinco
votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo XXV, página 1446, tesis de
rubro "NULIDAD DE LO ACTUADO.".
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, Cuarta Parte, Tercera Sala:
Jurisprudencia 191, página 575, bajo el rubro "NULIDAD.".
Jurisprudencia 194, página 586, bajo el rubro "NULIDAD DE ACTUACIONES.".
29
Amparo civil directo 2363/43. Lozano María. 30 de noviembre de 1943. Unanimidad de cuatro
votos. El Ministro Felipe de J. Tena Ramírez no intervino en este asunto por las razones que
constan en el acta del día. La publicación no menciona el nombre del ponente.
30
Amparo civil en revisión 1019/44. Trápaga viuda de Meade Joaquina S. 9 de junio de 1944.
Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
24
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XC
Página: 2317
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XCVII
Página: 146
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CVI
Página: 1755
31
Amparo civil en revisión 2782/38. Vázquez Victorina. 2 de diciembre de 1946. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente: Antonio Islas Bravo. Relator: Luis G. Corona.
32
Amparo civil directo 790/46. Pech Zapata Florencio y coagraviados. 7 de julio de 1948.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Carlos I. Meléndez. La publicación no menciona el nombre
del ponente.
25
requerir directamente del Juez de la causa, en la
oportunidad debida, que declare nulas las actuaciones
realizadas con violación de las formalidades legales. En
resumen, la ley procesal no permite que se ejerciten
acciones de nulidad de procedimiento civil, como
autónomas, en diverso juicio, sino que únicamente se
pueden hacer efectivas las nulidades durante el
procedimiento seguido en el juicio, por medio de
excepciones o recursos; todo lo cual lleva a la conclusión
de que la autoridad judicial no está facultada legalmente
para revisar, en un juicio autónomo, la legalidad del
procedimiento efectuado en otro juicio, ya que las
nulidades deben estar previstas por la ley. Además, es
inconsecuente que en un juicio se decida la nulidad de otro
en el que intervinieron distintas personas, sin oír a éstas,
pues con ello se incurriría en violación del artículo 14
constitucional.”33
“Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CXI
Página: 652
33
Amparo civil directo 2786/46. Cía. Concesionaria Mexicana, S. A. 23 de noviembre de 1950.
Unanimidad de cuatro votos. Relator: Roque Estrada. El Ministro Hilario Medina no intervino en
esta resolución por las razones que constan en el acta del día.
Tomo XXV, pág. 1446. Amparo civil en revisión. González de García María de los Angeles. 13 de
marzo de 1929. Mayoría de tres votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
26
ocurrió a juicio distinto del de amparo, la acción de
nulidad intentada resulta improcedente.”34
Sexta Época
34
Amparo civil directo 5370/51. Rosas Eligio. 25 de enero de 1952. Unanimidad de cinco votos.
Relator: Roque Estrada.
35
Cabe señalar que en la ejecutoria se precisó que la legislación civil del estado de Veracruz, no
preveía contiendas sobre la inexistencia de juicios.
27
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Cuarta Parte, LXI
Página: 189
28
de preceptos de la ley expresamente aplicables, aquéllos
preceptos o principios jurídicos que pueden tener
aplicación dada la situación especial planteada, y por lo
tanto decretar la nulidad del juicio de prescripción.”36
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Cuarta Parte, XCIV
Página: 140
36
Amparo directo 2626/61. Arnulfo Hermida Rivas. 25 de julio de 1962. Cinco votos. Ponente:
José Castro Estrada.
Sexta Época, Cuarta Parte:
Volumen XXVI, página 155. Amparo directo 7641/58. Manuel Hernández Hernández. 19 de
agosto de 1959. Cinco votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, Cuarta Parte, Tercera Sala,
tesis relacionada con la jurisprudencia 7, página 24, bajo el rubro "ACCION, PROCEDE EN
JUICIO AUN CUANDO NO SE EXPRESE SU NOMBRE O SE EXPRESE EQUIVOCADAMENTE
CON TAL DE QUE DETERMINE LA CLASE DE PRESTACION QUE SE EXIGE DEL
DEMANDADO Y EL TITULO O CAUSA DE LA ACCION."
29
NULIDAD DE JUICIOS CONCLUIDOS POR SENTENCIA
EJECUTORIADA. Aunque es verdad que el Código de
Procedimientos Civiles del Distrito Federal, no reglamenta
la acción de nulidad de procedimientos concluidos, sino
únicamente la nulidad de actuaciones en el curso del
procedimiento, pero antes de dictarse sentencia, también
lo es que la Suprema Corte ha establecido que se puede
promover la nulidad sobre un juicio ya concluido por
sentencia definitiva, pudiendo hacerse valer como
acción o como excepción ante un Juez común, sin
necesidad de acudir a un Juez Federal.” 37
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 44 Cuarta Parte
Página: 67
37
Amparo directo 558/58. Francisco Serrano Solís y coagraviados. 21 de abril de 1965. Cinco
votos. Ponente: Rafael Rojina Villegas.
Sexta Época, Cuarta Parte:
Volumen XXXIV, página 140. Amparo directo 6942/56. Felipe R. Hernández y coagraviado. 25 de
abril de 1960. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Gabriel García Rojas.
30
NULIDAD DE JUICIOS CONCLUIDOS POR SENTENCIA
EJECUTORIADA, CASOS EN QUE PROCEDE LA
(LEGISLACION DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSI). Si
bien es cierto que la generalidad de los Códigos de
Procedimientos Civiles, el de San Luis Potosí, entre ellos,
no contiene una reglamentación expresa sobre la acción
de nulidad de juicios concluidos, también lo es que
jurídicamente no puede permitirse la subsistencia de
juicios contrarios a normas de orden público, tal y como
sucede en el caso en que el marido le demanda a su
esposa el divorcio necesario siendo ésta menor de edad y
por ende incapaz de comparecer en juicio por su propio
derecho, habiéndose seguido el procedimiento hasta su
terminación sin habérsele nombrado tutor. En estas
condiciones, la ausencia de dicha reglamentación no
impide considerar que la cónyuge demandada tiene
expedito su derecho de pedir en un juicio autónomo su
anulación, puesto que se trata de un procedimiento que no
tuvo base legal desde que se inició, por haberse seguido
con violación de normas consideradas como de interés
público; por consiguiente, cabe establecer que la nulidad
del juicio concluido por sentencia ejecutoriada sí
puede ejercitarse válidamente, si la menor que la
deduce no fue oída ni vencida a través de su
representante legal.”38
Octava Época
38
Amparo directo 3025/71. Daniel Salazar Cruz. 3 de agosto de 1972. Unanimidad de cuatro
votos. Ponente: José Ramón Palacios Vargas.
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1965, Cuarta Parte, Tercera
Sala, tesis 237, página 750, bajo el rubro "NULIDAD DE JUICIO CONCLUIDO. SOLO
PROCEDE RESPECTO DEL PROCESO FRAUDULENTO.".
31
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: V, Segunda Parte-1, Enero a Junio de 1990
Página: 309
Octava Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: VIII, Octubre de 1991
Página: 220
32
Amparo directo 231/91. Enrique Ramírez Velázquez tutor de María
López Hernández. 3 de julio de 1991. Unanimidad de votos. Ponente:
Ignacio Patlán Romero. Secretario: Ulises Domínguez Olalde.
Octava Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIII, Marzo de 1994
Tesis: I.3o.C.666 C
Página: 392
Octava Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIII, Junio de 1994
Página: 606
33
ordenamiento civil de la entidad, al igual que en la generalidad de los
Códigos de Procedimientos de la República, ello no permite admitir
violaciones de orden público que prohibe el propio ordenamiento,
como la falsa representación de las partes en juicio; ya que en este
caso el procedimiento es nulo, puesto que quien resultó perdidoso ni
siquiera se enteró de su existencia, de suerte que bien puede
afirmarse se trata de un proceso fraudulento, aun cuando la hipótesis
no quede comprendida en la tesis de jurisprudencia número 1215,
intitulada "NULIDAD DE JUICIO CONCLUIDO. SOLO PROCEDE
RESPECTO DEL PROCESO FRAUDULENTO", publicada en el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, fallos 17-88, página
1953, que si bien establece la facultad de accionar a los terceros
extraños, no agota todos los supuestos al referirse sólo al proceso
fraudulento por contubernio entre las partes.
Octava Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV-II, Febrero de 1995
Tesis: VI.1o.69 C
Página: 419
34
Amparo directo 107/88. Aurora Ríos Martínez y otros. 5 de julio de
1988. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Gerardo Ramos Córdova.
Secretario: Armando Cortés Galván.
Octava Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV-II, Febrero de 1995
Tesis: VI.1o.186 C
Página: 419
Octava Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV-II, Febrero de 1995
Tesis: VI.1o.187 C
Página: 286
35
Novena Época
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: III, Marzo de 1996
Tesis: I.4o.C.10 C
Página: 977
Novena Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
SEPTIMO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: V, Marzo de 1997
Tesis: VII.1o.C.8 C
Página: 827
36
NULIDAD DE JUICIO CONCLUIDO. ES IMPROCEDENTE SI QUIEN
LA PROMUEVE FUE PARTE EN EL PROCESO IMPUGNADO. La
posibilidad de impugnar un juicio concluido es improcedente, cuando
quien promueve la nulidad no ha sido privado del derecho de audiencia
por habérsele emplazado conforme a la ley y notificado personalmente
diversas providencias dictadas durante la tramitación del juicio y
después de pronunciada la sentencia de primera instancia, ya que si
algunos defectos u omisiones se cometieron en la secuela procesal,
deben considerarse consentidos, desde el momento en que no se hizo
la reclamación correspondiente mediante el ejercicio de los recursos o
medios de defensa procedentes conforme a la ley, por respeto a la
autoridad de cosa juzgada.
Amparo directo 379/96. Hugo Moha González. 29 de mayo de 1996.
Unanimidad de votos. Ponente: Adrián Avendaño Constantino.
Secretario: Arnulfo Joachin Gómez.
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: VI, Agosto de 1997
Tesis: XI.3o.5 C
Página: 765
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XIII, Marzo de 2001
Tesis: I.3o.C.220 C
Página: 1769
37
JUICIO CONCLUIDO, NULIDAD DEL. ES IMPROCEDENTE CUANDO
EL ACTOR INTERVINO EN ESE PROCESO. La acción de nulidad de
un juicio concluido, por tratarse de un proceso fraudulento, sólo
compete a un tercero que alegue colusión de los litigantes para llevar
el juicio a sus espaldas y de ese modo perjudicarlo, o cuando quien sí
fue parte alegue que fue suplantado o que fue representado por quien
no tenía facultades para hacerlo. En efecto, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 1o., 91 y 426 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, la resolución firme que decide en
definitiva un juicio constituye cosa juzgada para las partes que litigaron
en él; por tanto, tal fallo establece la verdad legal, a la que los
contendientes quedan vinculados. De modo que una característica de
las sentencias que tienen la calidad de cosa juzgada, es su
inmutabilidad; es decir, que ya no pueden ser modificadas o revocadas
porque constituyen la verdad legal respecto de la controversia que se
dirimió a través de ellas. De ahí que por regla general, no es admisible
que alguna de las partes pretenda anular el juicio concluido, en el cual
participaron, porque al haber intervenido en el proceso, se estuvo en
aptitud de alegar y demostrar dentro del mismo, los vicios en los cuales
se sustenta el supuesto fraude; además ningún precepto del código
procesal invocado autoriza a que la parte que actuó en el juicio se
sustraiga de los efectos producidos por la cosa juzgada; y de
permitirse que en cualquier momento quien fue oído y vencido en
juicio, mediante el ejercicio de una acción ordinaria independiente ante
otra autoridad jurisdiccional, hiciera variar la inmutabilidad de la cosa
juzgada y de la verdad legal, se vulneraría el principio de seguridad
jurídica que debe regir en todo Estado de derecho, y los juzgadores no
tendrían autonomía en el ejercicio de la función jurisdiccional. Luego,
quien sí fue parte y además compareció al juicio a defenderse, no está
legitimado para alegar la nulidad de ese juicio bajo el argumento de
que era nulo el acto que dio origen al documento base de la acción, y
que el proceso fue fraudulento, porque para ello tuvo a su alcance, en
las etapas procesales correspondientes, los recursos y medios
ordinarios de defensa que la ley procesal respectiva establece.
38
de las normas impugnadas. Aducen que la legislación impugnada
rebasa los cánones establecidos por esta tesis. Como se anticipó en
el primer apartado de este estudio, la minoría promovente imputa esta
tesis a la Suprema Corte, pero no es así; el criterio corresponde a
Tribunal Colegiado.
Novena Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL
DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XV, Marzo de 2002
Tesis: II.2o.C.339 C
Página: 1279
39
Novena Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL
DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XVI, Julio de 2002
Tesis: II.2o.C. J/14
Página: 1140
Novena Época
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XVIII, Julio de 2003
Tesis: III.5o.C.38 C
Página: 1165
40
se tramitó en forma fraudulenta por simulación de quien lo promovió en
contubernio con los demandados o diversas personas, con el propósito
de instigar o inducir a la autoridad jurisdiccional a actuar en perjuicio
de terceros; en esa virtud, para que prospere dicha acción es menester
que se surtan los siguientes supuestos: a) La existencia de una
sentencia ejecutoriada; b) La simulación de un juicio; y, c) Que se
cause perjuicio a terceras personas. Luego, si lo que se pretende
nulificar son las diligencias testimoniales instauradas con el propósito
de cumplir con requisitos administrativos de inmatriculación tanto en el
catastro municipal como en el Registro Público de la Propiedad, mas
no con el fin de constituir un derecho de propiedad, y en esos términos
las declaró procedentes el Juez que conoció de ellas, resulta
inconcuso que es inconducente la acción de nulidad de ese
procedimiento porque, en principio, el fallo con que culminan no causa
estado y menos se puede sostener que causen perjuicio a terceros, en
razón de que no son constitutivas de derecho.
Novena Época
Instancia: DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XVIII, Diciembre de 2003
Tesis: I.11o.C.88 C
Página: 1426
41
de cosa juzgada, de no exigirse el análisis oficioso de los hechos que
la sustentan, se permitiría la promoción desmesurada de demandas de
esa naturaleza, con la consecuente afectación al principio de
seguridad jurídica que prevé la Constitución Federal.
Novena Época
Instancia: DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XX, Agosto de 2004
Tesis: I.10o.C.39 C
Página: 1610
42
Amparo en revisión (improcedencia) 144/2004. Laura Bracchini
Castrejón. 26 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Manuel
Suárez Fragoso. Secretario: Sergio Arturo López Servín.
Novena Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XXIII, Mayo de 2006
Tesis: VI.1o.A.32 K
Página: 1802
43
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 114, fracción
V, de la Ley de Amparo, ante la posible violación a su garantía de
audiencia y, en ese supuesto, por equiparársele a una persona extraña
a juicio precisamente por alegar no haber sido emplazada a él, a fin de
protegerse, tiene la posibilidad de ejercer la acción constitucional de
amparo, en donde la sentencia que, en su caso, concediera la
protección federal, en términos del artículo 80 de la Ley de Amparo,
tendría por objeto que se respetara y se cumpliera lo que la garantía
de audiencia exige, esto es, el actor podría lograr su pretensión de ser
oído y vencido en juicio, mas no a través de la acción excepcional de
nulidad de juicio concluido; pues aun cuando en el derecho español
antiguo, que es uno de los sistemas jurídicos inspiradores del derecho
mexicano, específicamente en las Leyes de Partida redactadas entre
1251 y 1256, y la Curia Filípica de Juan de Hevia Bolaños que data del
año de 1717, se establecía la procedencia de dicha acción respecto de
juicios en que la parte demandada no hubiera sido correctamente
emplazada, tal aspecto, en la actualidad, se encuentra superado ante
la evolución del orden jurídico y la relevancia que cobra en el derecho
positivo mexicano el juicio de amparo, el cual surgió, con posterioridad
a aquéllas, a mediados del siglo XIX, y que actualmente es el medio
idóneo para reclamar la falta de -o el ilegal- emplazamiento.
44
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se consideró la figura
jurídica de nulidad de juicio concluido ya estaba contemplada en el
artículo 8 del Código Civil del Estado de México y los artículos 2154,
2155 y 2157 del Código Civil del Estado de Chiapas, que a
continuación se transcriben:
45
a) Código de Procedimientos Civiles de Sonora.39
39
Este artículo no ha sido reformado desde la entrada en vigor en el Código el 24 de agosto de
1949. Fuente: Red Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
40
Este artículo no ha sufrido reformas desde la entrada en vigor del Código de Procedimientos
Civiles de Tabasco el 12 de abril de 1997. Fuente: Red Jurídica de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación.
46
Artículo 371.- Nulidad de la cosa juzgada. La cosa juzgada
sólo podrá ser materia de impugnación, mediante juicio
ordinario de nulidad, en los siguientes casos:
I. - Por los terceros ajenos al proceso original que
demuestren tener un derecho dependiente del que ha sido
materia de la sentencia y ésta afecte sus intereses, si fue
producto de dolo o colusión en su perjuicio;
II. - Por los acreedores o causahabientes de las partes
cuando exista dolo, maquinación fraudulenta o colusión en
perjuicio de ellos; y
III. - Por las partes, cuando demuestren que la cuestión se
falló con apoyo en pruebas declaradas falsas con
posterioridad a la fecha en que se haya dictado la
sentencia, mediante resolución definitiva dictada en juicio
penal, o resolución en la que se decida sobre algún hecho
o circunstancia que afecte substancialmente el fallo;
cuando se hayan encontrado uno o más documentos
decisivos que la parte no había podido hallar; cuando la
sentencia haya sido consecuencia de dolo comprobado
por otra sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, o
si es contraria a otra sentencia dictada anteriormente y
pasada en autoridad de cosa juzgada y siempre que no se
haya decidido la excepción relativa.
El juicio de nulidad no suspenderá los efectos de cosa
juzgada que se impugne, mientras no haya recaído
sentencia firme que declare la nulidad.
La nulidad de que trata este artículo, sólo podrá pedirse
dentro de los dos años siguientes a partir de la fecha en
que el fallo impugnado quedó firme.”
47
cambia de representantes legales, no puede acudir al juicio de
nulidad después de transcurrido el plazo de dos años que señala el
artículo supra citado, alegando que los nuevos representantes
desconocían la existencia del juicio. En opinión del citado Tribunal,
admitir lo contrario, permitiría que cada vez que una persona moral
cambie de representantes pueda promover un nuevo juicio. Esta
ejecutorio dio lugar a la siguiente tesis:
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XVIII, Diciembre de 2003
Tesis: X.3o.19 C
Página: 1425
41
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CIRCUITO. Amparo en revisión 358/2003.
Francisco Reyes de la Cruz. 23 de septiembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:
Leonardo Rodríguez Bastar. Secretario: Luis A. Palacio Zurita.
48
c) Código Procesal Civil de Guerrero.42
42
Este artículo no ha sufrido reformas desde la entrada en vigor del Código Procesal Civil de
Guerrero el 26 de marzo de 1993. Fuente: Red Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
49
En la legislación italiana43, país del que provienen los procesalistas
referidos en el apartado anterior del presente, existe una figura que
tiene elementos muy similares a la acción de nulidad de juicio
concluido establecida en el Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal: la revocación.44 La revocación procede:
43
Capítulo IV, artículos 395 al 403 del Código de Procedimientos Civiles Italiano. Consultado en:
http://www.studiocelentano.it/codici/cpc/codicedpc002_2.htm
44
CHIOVENDA, Op. Cit. Pp. 568-580
50
o Si la sentencia es contraria a otra sentencia precedente
firme (cosa juzgada) pronunciada entre las mismas partes,
sobre el mismo objeto, con tal de que no haya
pronunciado también sobre la excepción de cosa juzgada.
o Si la sentencia ha sido efecto del dolo del juez,
determinado por sentencia ejecutoria.
Como se puede apreciar, las causales previstas en dicha ley son las
mismas que las seis primeras que se contemplan en el artículo 737 A
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
También se podrá advertir que las causales primera, segunda, tercera
y sexta, se dan en circunstancias que pueden ser descubiertas mucho
tiempo después de la sentencia, mientras que la cuarta y la quinta
mencionadas, son inherentes a la sentencia.
51
denunciado y la decisión media relación de causalidad y la
revocación no puede pronunciarse sino cuando exista
razón para creer que el juicio habría podido ser diferente
si no se hubiera dado alguna de las causales de
revocación.
52
impugnada conserva su eficacia ejecutiva, salvo que la autoridad
judicial por causas graves decida suspender la ejecución.
45
Artículos 593 a 603 del Código de Procedimientos Civiles Francés. Consultado en
http://legifrance.gouv.fr/
53
firme para que vuelva a producirse el enjuiciamiento fáctico y jurídico
del asunto. Este recurso, sólo puede ser interpuesto por las personas
que fueron parte o que estuvieron representadas en el juicio primario
y es procedente en los siguientes supuestos:
54
revisión a todos quienes hubieran sido parte de la sentencia
impugnada. y se debe dar vista al Ministerio Público.
46
Título VI, Artículos 509 a 516. Consultado en: http://juridicas.com/base_datos/Privado/l1-
2000.l2t6.html
55
La revisión de una sentencia firme, procede en los siguientes
casos:
Dicha acción, puede ejercitarla quien haya sido parte perjudicada por
la sentencia firme impugnada y, en ningún caso, puede solicitarse la
revisión después de transcurridos cinco años desde la fecha de la
publicación de la sentencia que se pretende impugnar, y dentro de
dicho plazo, siempre que no hayan transcurrido tres meses desde el
día en que se descubrieren los documentos decisivos, el cohecho, la
violencia o el fraude, o en que se hubiere reconocido o declarado la
falsedad.
56
cantidad que será devuelta si el tribunal estima la demanda de
revisión, y en caso de no presentarse el depósito, se desecha de
plano la demanda.
57
las partes usen de su derecho, según les convenga, en el
juicio correspondiente.
47
Citado por MAURINO, Alberto. Revisión de la Cosa Juzgada. Acción Autónoma de Nulidad.
Editorial Astrea. 2002. Consultado en http://www.astrea.com.ar/files/prologs/doctrina0068.pdf.
Artículos 579 a 580 de la ley procesal alemana.
48
MAURINO, Alberto. Op. Cit.
58
o A causa de un acto punible, realizado respecto al proceso
precedente, verbigracia, perjurio, falsificación de
documentos, etcétera.
o Hallazgo de documentos que hubiesen conducido a una
resolución más favorable, entre otras.
59
• Si después de la sentencia, el actor obtiene un
documento nuevo, cuya existencia ignoraba, o del que
no podía hacer uso, y que dicho documento es capaz,
por sí solo, de asegurar un pronunciamiento favorable.
• Cuando haya un fundamento para invalidar la confesión,
desistimiento o transacción en que se basó la sentencia;
• Cuando se haya fundado en error de hecho, resultante
de actos o de documentos de la causa:
Hay error, cuando la sentencia admite un hecho
inexistente, o cuando considera inexistente un
hecho efectivamente ocurrido.
Es indispensable que en uno como en otro caso,
que no halla habido controversia, ni
pronunciamiento judicial sobre el hecho
Esta acción tutelada por el código brasileño, puede ser interpuesta por
quienes fueron parte en el procedimiento o sus causahabientes; por
un tercero jurídicamente interesado, o por el Ministerio Público (si no
fue llamado a un proceso en el que era obligatoria su intervención o
cuando la sentencia sea el resultado de la colusión entre las partes,
para defraudar la ley).
60
Si la acción se estima fundada, el tribunal pronunciará, si
fuera el caso, una nueva resolución y determinara la restitución del
depósito. Cabe señalar, que el derecho para ejercitar esta acción, se
extingue a los dos años contados del tránsito en cosa juzgada de la
decisión rescindida.
III.1. En lo general.
61
con ésta se logra conciliar el valor constitucional de la justicia con el
diverso, de la seguridad y certeza jurídicas, y también si se guardan
las garantías constitucionales aplicables en cuestiones judiciales. Y
es que la “cosa juzgada” no podría concebirse por sí misma como una
entidad de orden constitucional, como parecería sugerir la pretensión
de los promoventes. La cosa juzgada es una forma que las leyes
procesales han previsto como regla que materializa o da cuerpo a la
seguridad y la certeza jurídica que resulta de haberse seguido un
juicio que culminó con sentencia definitiva.
50
CARNELUTTI, Op. Cit., nota 11, Pp. 176-177
62
declarativa o constitutiva, ni, en general con la eficacia jurídica de la
cosa juzgada, influye sólo sobre el valor ontológico de la misma.
Concluía que en el terreno del derecho no puede existir una sentencia
injusta porque res iudicata pro veritate habetur, aunque en el terreno
de la verdad y la justicia, realmente el valor del fallo dependa de su
justicia o verdad.
63
dispersos en su texto, tutela también, a manera de derecho
fundamental, el acceso a la justicia, a una justicia que debe ser
gratuita, pronta, expedita, imparcial e independiente, y que no puede
entenderse constreñida al sólo hecho de ofrecer para tal efecto
tribunales y jueces que la impartan. Tutela también el derecho al
debido proceso legal, que incluye que se entablen relaciones jurídico-
procesales válidas; y tutela también el derecho a que las decisiones
judiciales sean fundadas y motivadas en derecho. Para que las
garantías vinculadas con el acceso a la justicia se realicen el Estado
debe ofrecer a los gobernadores medios aptos para resolver sus
conflictos, con la infraestructura legal y humana para que sean
resueltos legal y justamente.
64
Constitución no admite que excluir a uno u otro; ninguno puede
considerarse valor absoluto.
51
CHIOVENDA, Op. Cit., nota 12, Pp. 465-471
65
La materia penal, quizá por estar de por medio la libertad
personal y el honor, bien ejemplifica este intento de conciliación entre
la regla de inmutabilidad de los fallos y la excepcionalidad de su
mutación, al preverse la figura del llamado “reconocimiento de
inocencia”. Esta figura se encuentra prevista en el artículo 95 del
Código Penal Federal y regulado en su parte adjetiva, por el Capítulo
VI del Código Federal de Procedimientos Penales, y cuya
competencia original, de acuerdo con el artículo 21, fracción X de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, corresponde a la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque
dicha competencia ha sido delegada a los Tribunales Colegiados de
Circuito, mediante el Acuerdo Quinto, fracción III del Acuerdo del
Pleno 5/2001 de fecha 21 de junio de 2001.
66
que demuestren su no culpabilidad. Se da oportunidad a quien estima
que, independientemente del valor formal de la sentencia
condenatoria firme, es realmente es inocente, para que lo demuestre,
alegando a su favor circunstancias supervenientes que lo
demuestren, siempre y cuando, concurran al caso las circunstancias
previstas en la ley para tal efecto.
67
que debe mediar entre certeza y justicia se conserva y resguarda,
estamos ante una normatividad constitucionalmente admisible; pero,
en cambio, si esa relación se quebranta o carga en tal grado hacia un
extremo que hace que se disuelve el otro, se trata entonces de una
regla que la Constitución no podría tolerar en su contra. En otras
palabras, para juzgar la constitucionalidad de la Acción de nulidad de
juicio concluido resulta necesario estudiar las reglas que la crean y
rigen, para determinar en cada caso si se justificó vulnerar una
sentencia firme en aras de atender el principio de justicia; hay que
determinar hasta qué punto admitir la mutación de una sentencia
firme logra la los beneficios perseguidos al admitir su propia mutación,
a costa de la garantía de seguridad y certeza jurídica. Éste sería pues
el tamiz que fungiría como una especie de referente o estándar en la
valoración de la constitucionalidad de las normas impugnadas.
68
está entretejida a tal grado y de manera congénita con el resto del
entramado procesal, que resultaría incorrecto, por irreal, analizar su
constitucionalidad como si se tratara de una cuestión aislada o de
existencia autónoma del resto del ordenamiento jurídico.
69
IV. Si la resolución adolece de error de hecho en el
juzgado que resulta de los actos o documentos de juicio.
Dicho error existe cuando el fallo se funda en la admisión
de un hecho cuya exactitud debe excluirse por modo
incontrastable o cuando se supone la inexistencia de un
hecho cuya verdad queda establecida positivamente, y, en
ambos casos, si el hecho no representaba un punto
controvertido sobre el cual la sentencia debía expedirse;
70
procurando hacer más asequible la presente exposición,
procederemos a estudiar dichas hipótesis en orden a criterios
temáticos.
71
Precisa reiterarse que el concepto que se contiene en el precepto
recién reproducido, si bien está ideado para la materia contractual,
resulta ilustrativo para estos efectos pues bastaría con retomar que se
trata de una voluntad de ocultar, de engañar, de inducir al error para
de esa manera conseguir algo de otra persona con quien se ha
entablado una relación jurídica.
Sin embargo, por reprochable que pudiera ser que las partes
en el juicio o incluso el propio juzgador se condujeran dolosamente en
el juicio, creemos que el dolo, al menos en la manera en que es
recogido por la normatividad aquí impugnada, no puede ser
considerado como un vicio del proceso que trascienda al resultado del
fallo o como un vicio propio de la sentencia misma, en tanto no hay
ningún otro elemento que permita vincular tal ánimo con el resultado o
los méritos del fallo mismo.
72
causalidad alguno entre el ánimo que mueve a la voluntad de las
partes del juicio (dolo) y la juridicidad de la sentencia misma.
73
Lo anterior, con ciertos matices, resulta también aplicable a
lo estipulado por la fracción VI del precepto en comentario, que alude
al dolo del juez. En efecto, en tratándose del dolo del juzgador, debe
tenerse presente por igual que sus decisiones se plasman en
sentencias, en actos que por género deben llevar en su propio cuerpo
su fundamento y motivación legal, de manera que el ánimo
subyacente en su persona, por doloso que pudiera ser, no
necesariamente trasciende a la decisión mismo, y por ello no debe
ser estimado de modo aislado como un motivo que dé acción y
derecho para anular la cosa juzgada.
74
que se haya probado el dolo de tal juez. En esta tesitura estamos
ante un mismo conflicto que se decide: (i) una primera vez, con todas
sus respectivas instancias y amparos, hasta que finalmente se llega a
una decisión con calidad de cosa juzgada; (ii) una segunda ocasión
en que se decide (con base en el ejercicio de alguna acción
indefinida) si el juez actuó o no con dolo, con todas sus respectivas
instancias y amparos, hasta que se obtiene una decisión con calidad
de cosa juzgada y, nótese, ni siquiera se exige que medie nexo
causal entre tal ánimo y la sentencia misma; (iii) una tercera vez, que
sería cuando se intenta la Acción de nulidad de juicio concluido, con
todas sus instancias y respectivos amparos; (iv) y finalmente la
reposición del proceso anulado y su eventual decisión final.
Por otra parte, tenemos que la fracción II del artículo en estudio prevé
tres supuestos vinculados con la falsedad de las pruebas; estos
supuestos son:
75
a) Que el fallo se haya dado con base en pruebas
reconocidas como falsas con posterioridad a la resolución.
76
tal examinación no causa perjuicio alguno porque aún no fungen
como base de decisión judicial alguna.
52
Veanse los artículos 340, 341,342, 343, 344, 345 y 386
77
inconvenientes de ello, sin siquiera la mínima certeza de los
fundamentos de hecho en que se sustenta tal impugnación. Siendo
así, con mayor razón resulta injustificada la afectación de seguridad
jurídica lograda con el fallo, y por ende, más evidente resulta su
inconstitucionalidad.
78
- Documentos, que hubieran sido pedidos con anterioridad y
no fueren remitidos al juzgado sino hasta después.
79
En el segundo párrafo del artículo 97, se señala que a las
partes sólo les serán admitidos, después de los escritos de demanda
y contestación los documentos que sirvan de pruebas contra
excepciones alegadas contra acciones en lo principal ó
reconvencional, los que importen cuestiones supervenientes o
impugnación de pruebas de la contraria; los que fueren de fecha
posterior a la presentación de la demanda, o a la contestación; y
aquéllos que aunque fueren anteriores, se manifieste bajo protesta de
decir verdad que no se tenía conocimiento de ellos.
80
4. Resolución previa contradictoria como vicio.
53
Véanse para tal efecto los artículos 272-A y 272-E del mismo ordenamiento legal.
81
En este orden de ideas, resulta injustificable vulnerar la
inmutabilidad de la sentencia por una conducta imputable al propio
sujeto que tilda de nula la misma, por razones que él mismo habría
estado en condiciones de aducir con anterioridad, antes de que se
produjera el propio fallo, y por consecuencia, antes de que su
argumento pudiera causar la desestabilidad que causa el impugnar
una sentencia firme. Es decir, su causa, que pretendidamente podría
hacer valer a destiempo conforme a la norma aquí en análisis, tuvo
oportunidad, léase garantía de audiencia, para hacerla valer y ser
escuchado; no haberlo hecho en tiempo y forma, no puede causarle
un beneficio tan desproporcional al perjuicio que ocasionaría analizar
su validez. Siendo así, y retomando lo antes dicho acerca de qué
circunstancias justificarían constitucionalmente admitir de manera
excepcional la mutación de la cosa juzgada, resulta que esta hipótesis
no pasaría el tamiz referido.
82
Dada la manera en que está confeccionada la literalidad de
la norma citada, resulta conveniente primero desentrañar su sentido,
para entonces estar en mejor aptitud de apreciar su
constitucionalidad. Vale, para tal efecto, acudir al ejemplo como
medio de explicatorio, y un caso que creemos podría ser el típico
sería el siguiente:
Para que supuestos como los del ejemplo puedan dar acción
en el caso de la Acción de nulidad de juicio concluido, estos hechos
83
que surgen a la luz con posterioridad al fallo cuya nulidad se pide,
deben estar “incontrastable” o “positivamente” determinados. En
nuestra lectura, esto significa que estén previa y tangiblemente
establecidos, y no algo que se reduzca a meras presunciones.
84
parte de ellos pues no en todos los juicios quien tuviera interés en
demostrar su nulidad sustentaría tal pretensión en que debió haber
sido partícipe del mismo.
85
pediría, pero cuya nulidad sería pedida por un tercero ajeno a tal
relación procesal. Por ejemplo: A y B se coludieron para producir, a
través del juicio (“el juicio 1”) que llevaron a tribunales
artificiosamente, cierta determinación judicial; resulta que C o el
“interés público” consideran que ese “Juicio 1” le perjudica o es
fraudulento, de manera que, con fundamento en esta fracción,
promoverían la Acción de nulidad de juicio concluido (“el juicio 2”).
86
fueran también servidores públicos. El fisco, los sujetos de sus
relaciones comerciales o incluso el interés público podrían verse
afectados por esta resolución maquinada artificiosamente y,
entonces, tendrían expedita la acción. Claro, parecería difícil pensar
en abstracto o a priori en una hipótesis más real o definida, pero
sabemos que la realidad presenta casos y variantes imposibles de
prever con exactitud, amén de lo mucho o poco de su frecuencia.
87
Cabe agregar que con lo anterior no se soslaya que la “cosa
juzgada”, por regla general, sólo alcanza a quienes han litigado, pues
quienes fueron ajenos a dicho juicio, como refiere Couture54, pueden
proclamarse ajenos a ésta aduciendo que res inter alios judicata alliis
neque prodesse neque nocere potest, lo que pudiera dar pié a
considerar que no tendría caso admitir que terceros que no litigaron
pudieran solicitar la nulidad de una cosa juzgada que no los alcanza.
Pero no es así.
54
COUTURE, Eduardo J. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. Editora Nacional. México. D.F. 1981.
Pág. 422
88
se constituye la sentencia misma. Su individualidad no autoriza que
quienes no fueron parte de esa relación jurídica la puedan
desconocer; más bien, esa individualidad radica en que resuelve un
conflicto en particular.
7. Hipótesis admisibles.
89
En nuestra lectura, subsisten en principio, como hipótesis
admisibles la previstas en las fracciones cuyo tenor es:
90
Dado el pronunciamiento vertido en el apartado anterior,
resulta necesario adminicular estas reglas con las diversas en que
consideramos admisible, en principio, la Acción de nulidad de juicio
concluido. Así, tenemos que:
91
III.5. Órgano competente y diseño procesal.
92
que el artículo 737 H, al regular la presentación de la demanda,
reconvención y sus respectivas contestaciones remite a otros
preceptos del propio Código, sujetando entonces este proceso a las
reglas comunes; así mismo, el artículo 737 I dispone que serán
aplicables las disposiciones generales del propio Código, en lo que no
se opongan, a la Acción de nulidad de juicio concluido, léanse se
somete a una tramitación común, con todas sus fases e instancias; y
más adelante, el artículo 737 J establece que serán procedentes los
medios de impugnación a que estuvo sometida la resolución
ejecutoriada dictada en el juicio cuya nulidad se pide.
93
la regla general que establece, en pos de la vigencia de la seguridad
jurídica, la inmutabilidad de las sentencias judiciales, cuando su
procedencia está dispuesta de tal manera por el ordenamiento que
permite salvaguardar contemporáneamente los garantías que la propia
Constitución recoge, como son, legalidad, seguridad, certeza, justicia y
el debido proceso.
94
Aunado a lo anterior, creemos que el hecho de que se haya
dotado de competencia a un juez de primera instancia es una
estipulación que, por sí misma, contraviene los cánones
constitucionales que rigen la impartición de justicia. Como sabemos, la
competencia originaria de la jurisdicción ordinaria civil recae en los
Tribunales Superiores de cada entidad y, cuando se interponen
recursos en contra de las resoluciones dictadas por los jueces de
primer grado, se da el llamado “efecto devolutivo” conforme al cual, el
órgano superior reasume jurisdicción sobre el asunto sometido a su
revisión. En la gran mayoría de los casos sometidos a la jurisdicción
civil, en virtud de los recursos que proceden en contra de las
resoluciones de los jueces de primera instancia, son las Salas del
Tribunal Superior quienes resuelven en definitiva los juicios, amén de
las modificaciones que en su caso deban hacer a las mismas por lo
que se llegue a resolver en los amparos promovidas contra las
mismas.
95
Por si lo anterior no fuera suficiente, existen serias omisiones
acerca de la operatividad y alcance de esta acción, en puntos tan
importantes como son: (i) señalar si, en el caso de que fuera
procedente anular el juicio, se invalida éste por completo sin más
(como si fuera simplemente una especie de jurisdicción negativa), o (ii)
si de ser anulado un juicio deberán repetirse cada una de las etapas
procesales o reponerse el procedimiento desde aquella parte en
donde haya radicado la causa de nulidad; (ii) de ser así, tampoco
queda claro si sería el mismo juzgador que resuelve sobre la nulidad
del juicio el que resolvería sobre el derecho del juicio anulado o si se
reasumirían las reglas generales del proceso.
96
operancia, como son: el órgano competente para resolverla, el trámite
a que estaría sujeta y la indeterminación de sus alcances y
consecuencias.
Así las cosas y siendo que las demás reglas que componen
el capítulo reclamado regulan cuestiones de orden accesorio (no
consustanciales) de la Acción de nulidad de juicio concluido, resulta
por demás innecesario analizarlas de manera individual, amén de que
no hay argumento concreto hecho valer contra las mismas por parte
de la minoría promovente.
97
IV. Conclusiones.
98
los procesos jurisdiccionales, debe procurar dar continuidad a una
relación de equilibrio entre ambas cuestiones constitucionales.
99
Desde esta perspectiva, la Acción de nulidad de juicio
concluido tampoco puede segmentarse para ser analizada como una
porción jurídica en sí misma, ajena al concierto de acciones y reglas
procesales existentes de antemano. Es parte de un todo y así debe
verse para estar en aptitud de justificar o no las reglas que le dan
cuerpo y sustancia.
100
La Acción de Nulidad del Juicio Concluido
Acción de Inconstitucionalidad 11/2004
y su acumulada 12/2004
Junio de 2006
III.1. En lo general...................................................................................................................................... 61