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ODA A LA FLOR DEL GNIDO

Garcilaso de la Vega, guerrero y poeta del siglo XVI, compuso, a lo largo de su azarosa vida, tres
églogas, cinco canciones y varios sonetos; este fragmento pertenece a la Canción quinta titulada A
la flor del Gnido y está dedicada a la dama napolitana Vilante Sanseverino, de la cual estaba
enamorado su amigo Mario Galeota. Garcilaso es el prototipo de caballero renacentista: guerrero y
poeta del amor; aunque en sus composiciones se trasluzca su carrera militar, es el amor el tema
central de su obra.

La estructura versal de la lira es la siguiente: cinco versos, tres heptasílabos (1º, 3º y 4º) y dos
endecasílabos (2º y 5º), con rima consonante aBabB.En cuanto a la estructura temática podemos
dividir este fragmento en tres partes:
-1ª parte (versos 1 a 10): Si...trajese (al poeta le gustaría que su canto fuese melodioso)
-2ª parte (versos 11 a 20): no pienses...van domesticados (sus temas no serán ni los dioses ni las
hazañas guerreras)
-3ª parte (versos 21 a 30): mas...en tu figura (sino la belleza femenina y el desamor que provoca en
ocasiones)

Interpreto el comienzo de la oda de la siguiente manera: ojalá (Si) las palabras de mi poema fueran
tan armoniosas (de mi baja lira / tanto pudiese el son) que consiguieran al instante (que en un
momento) dominar las violentas fuerzas de la naturaleza (aplacase la ira / del animoso viento / ya la
furia del mar y el movimiento).

Esta segunda estrofa continúa la idea de los efectos beneficiosos de la música, y por lo tanto de la
poesía; el poeta no se conforma con haber amansado a los elementos incorpóreos (el viento) e
indomables (el mar); desearía atraer hacia si (confusamente los trujiese) por medio de su canto (y al
son) incluso a los animales salvajes (fieras alimañas) que viven en las abruptas montañas (ásperas
montañas) y a los árboles. Sus palabras tendrán tal poder de convicción y tanta belleza y armonía
que serán capaces de dulcificar el carácter de los animales más salvajes (con el suave canto
enterneciese / las fieras alimañas) y lograr que seres en perpetua quietud, como los árboles,
cobraran movimiento y buscaran el encuentro con el poeta (los árboles moviese).

En el tercer verso Garcilaso asemeja la belleza de Violante Sanseverino con la de la diosa Venus, y
de la misma forma que la diosa provocaba los celos de su marido (Marte) con sus desplantes e
infidelidades, por las cuales el dios era muy desgraciado, de la misma manera la dama napolitana
hace sufrir a su amigo.

El poema Oda a la flor de Gnido presenta un único encabalgamiento en el verso 12. Se aprecia, por
tanto, como en el verso 11 la frase no queda terminada y termina en el verso 12.

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