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VIDA UNIVERSITARIA II
Juan Felipe González López COD: 0524948
Durante todo el tiempo que he estado en la Universidad, he recibido una gran cantidad de
cursos y me he cruzado con distintas clases de profesores, unos muy buenos y otros que son
totalmente lo contrario…
Anécdota sobre un mal profesor:
Recuerdo que hace 2 años llego el momento de recibir el curso de materiales poliméricos, que
es una asignatura esencial en la carrera que estoy estudiando. Esta asignatura fue dictada por
un profesor que reunía varias características que lo hacían un mal profesor, el peor que me
haya “enseñado”. Este profesor se presento mostrando una actitud anímica, agradable y
Propuso un buen plan de trabajo para el semestre, tal como uno desearía. Luego de unas horas
de ver clase con el, se sentía en confianza de “bromear” con nosotros pero lo que hacía era
ofender a mis compañeros haciendo comentarios sobre nuestra forma de vestir, metiéndose
en temas personales y ridiculizando a quien le diera la oportunidad. El creía que eso era
divertido, pero cuando hacíamos bromas de el ya no le parecía divertido y se enojaba con
nosotros.
En cuanto a su método de enseñanza, fue totalmente un fiasco pues a unas pocas semanas de
haber empezado el curso, el profesor se fue para otro país sin dejar un reemplazo que nos
guiara en nuestro aprendizaje, dejándonos como trabajo solamente una exposición la cual
debíamos presentar ante nuestros compañeros sin monitoria de nadie.
En pocas palabras el profesor no fue un modelo de persona a seguir y tampoco un maestro,
pues lo que aprendimos fue muy poco lo que fue bastante perjudicial pues esa materia era la
base y prerrequisito de otra de la rama de materiales polimérico.
Anécdota sobre un buen profesor:
El semestre pasado , estuve cursando una materia llamada “Control de calidad” la cual es una
materia que trata en su mayoría sobre temas estadísticos y financieros que no tienen mucho
que ver con lo que es la ciencia de materiales que es lo que a los ingenieros de materiales más
nos interesa, sin embargo el profesor que estaba a cargo de dar el curso, hizo de este una
experiencia muy enriquecedora y agradable.
El profesor desde un principio hablo acerca de cómo dictaría el curso, lo que esperaba de
nosotros y lo que podíamos esperar de él. También hablo sobre la importancia del curso y
cómo podríamos aplicarlo a nuestra futura profesión. El profesor siempre fue muy respetuoso
y serio, usaba un lenguaje y tono adecuado para el aprendizaje (o sea sin gritar ni tampoco
susurrar la clase) sin mostrarse indiferente ante nuestro desempeño durante el curso, también
nos mostro una total dedicación en el intento de que nosotros sus estudiantes obtuviéramos el
conocimiento apropiadamente haciendo el aprendizaje de un curso tan difícil de entender
(como era el caso de esta materia) en una experiencia para nada tortuosa.
El profesor preparaba material para que nosotros estudiáramos el cual era muy bueno y
explicito. En cuanto a las dificultades del curso que eran muchas, el siempre daba facilidades
como horas de atención a demás de que en clase el no se molestaba en repetir un punto o un
tema que ya se hubiese dictado y no hubiese quedado claro. El profesor entregaba
calificaciones a tiempo y su forma de dictar clases era muy agradable tanto así que lograba
llamar nuestra atención durante casi todas las tres horas que duraba la clase y si se tornaba
aburridora, el contaba anécdotas y daba consejos sobre los problemas que podíamos
enfrentar trabajando como ingenieros, haciendo de nuestro aprendizaje mucho mas integro.
Ojala la mayoría de los profesores fueran como el