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ROSARIO GÓMEZ

CUENTOS
CON ALMA
IV

“EL MILAGRO NO ES VOLAR POR


LOS CIELOS... NI ANDAR SOBRE LAS
AGUAS... EL MILAGRO ES CAMINAR
SOBRE LA TIERRA...”
Dedicado a Cecilia Covarrubias
Morandé

Echi, “Mi gorda linda” como yo te decía...


Este libro te lo dedico a tí, por haber sido SAL de
vida para mi y muchos. Por haberle aportado
mucha alegría a la vida de tantos.
Por no haber dejado nunca de ser niña...
Por haber aprendido contigo la diferencia entre
un amigo y un conocido...
Por tu gran corazón...

Y también dedico “Cuentos con Alma IV” a mi


hermana Carolina (NINI) a quien quiero
demasiado y quien está atravesando por un
momento delicado de salud.
Para que sanes de Cuerpo y Alma, y tengas la
fuerza de levantarte una vez más y hacer los
cambios necesarios para renacer...
Para que sepas que estamos contigo y te
acompañamos en esta travesía.
Por tu gran corazón, porque eres una hermosa
persona y una gran hermana para mí...

Por tu pronta recuperación...


Este libro te lo dedico a tí... NINI.

CUANDO...
Cuando el Cielo esté gris acuérdate cuando lo viste
profundamente azul.
Cuando sientas frío piensa en un sol radiante que ya te
ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota acuérdate de tus
triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor revive tus experiencias de
afecto y ternura, acuérdate de lo que has vivido y de lo
que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y
besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado
y las risas que de ti han brotado.
Si esto has tenido lo puedes volver a tener y lo que has
logrado, lo puedes volver a ganar.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la
verdad.
Recorre tu vida y detente en donde haya bellos
recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez,
visualiza aquel atardecer que te emocionó.
Revive esa caricia espontánea que se te dio.
Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,
piensa y vive el bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imágenes.
Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar.

CAMBIAR EL MUNDO

Si cuidas una abeja, habrá más miel en el panal.


Si evitas un injusticia, habrá más justicia en e mundo.
Si cultivas un rosal, habrá más rosas en el jardín.
Si amas, Dios estará más presente en el mundo.
Si siembras n grano de trigo, habrá más humanidad en
el mundo.
Si enciendes una vela, habrá más luz en la noche.
Si vives en la verdad, habrá menos mentira en el
mundo.
Si cuidas un nido de golondrinas, habrá más golondrinas
en primavera.
Si vives en libertad, habrá más libertad en el mundo.
Si enciendes un fuego, habrá más fuego en invierno.
Si irradias tus alegrías, habrá menos tristezas en el
mundo.
Si esperas cambiar tú cuando haya cambiado el mundo,
morirás sin haber vivido;
Si comienzas cambiando tú, ya estás cambiando el
mundo...

LA DIFERENCIA ENTRE UN ÁNGEL Y UN AMIGO

Un ángel no nos escoge..., Dios nos lo asigna; Un amigo


nos toma de la mano y nos acerca a Dios.
Un ángel tiene la obligación de cuidarnos...; Un amigo
nos cuida por amor.
Un ángel te ayuda, evitando que tengas problemas...;
Un amigo, te ayuda a resolverlos.
Un ángel te ve sufrir, sin poderte abrazar...; Un amigo te
abraza porque no quiere verte sufrir.
Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías...; Un
amigo te hace sonreír y te hace parte de sus alegrías.
Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te
escuche...; Un amigo te escucha, sin decirle que lo
necesitas.
Un ángel, siempre está contigo, no sabe extrañarte...;
Un amigo, cuando no esta contigo, no sólo te extraña,
también piensa en ti.
Un ángel, aplaude tus triunfos...; Un amigo te ayuda
para que triunfes.
Un ángel se preocupa cuando estás mal...; Un amigo se
desvive por que estés bien.
Un ángel recibe una oración tuya...; Un amigo hace una
oración por ti.
Un ángel te ayuda a sobrevivir...; Un amigo vive por ti.
Para un ángel eres una misión que cumplir...; Para un
amigo, eres un tesoro que defender.
Un ángel es algo Celestial...; Un amigo es la
oportunidad de conocer lo más hermoso que hay en la
vida...”El Amor y la Amistad”.
Un ángel quisiera ser tu amigo...; Un amigo, sin
proponérselo, también es tu ángel.

CUENTOS CON ALMA IV

En cuentos con alma IV, hemos recopilado unas pocas


más que hermosas historias y cuentos simples pero
profundos, que nos pueden enseñar, aportar,
acompañar en cualquier momento y situación.
Cuentos que nos llevan a reflexión. Son historias,
pequeños cuentos, algunos reales, otros ficticios, pero
que han sido traídos hasta nosotros con la intención que
nos enseñen... Que nos recuerden... Que nos ayuden a
conectarnos con nuestro propio corazón... Para poder
encontrarnos desde ahí... Con los otros... Son cuentos
que circulan desde hace mucho entre los hombres y
que nosotros hemos ido recopilando a través de los
años para compartir con todos ustedes. Hemos
seleccionado semillas de calidad... Las que les
ofrecemos en estos relatos, para que quien lo desee
pueda sembrarlas en su jardín interior. Agradecida de la
acogida que han tenido los libros “Cuentos con alma IV”
esperamos que cada lector pueda rescatar en estos
simples cuentos algún ingrediente que le sirva para su
propia vida.

ANILLO DE COMPROMISO

Un muchacho entró con paso firme en una joyería y


pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso
que tuvieran.
El joyero le enseño uno. El muchacho contemplo el
anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el
precio y se dispuso a pagarlo.
<< ¿Se va usted a casar pronto?>>, preguntó el dueño.
<<No. Ni siquiera tengo novia. >>, Contestó. La
sorpresa del joyero divirtió al muchacho. <<Es para mi
madre. Cuando yo iba a nacer estuvo sola. Alguien le
aconsejo que yo no debería de nacer, pues así se
evitaría muchos problemas. Pero ella se negó y me dio
el Don de la vida.
Y efectivamente tuvo muchos problemas, muchos. Fue
padre y madre para mí, fue amiga y hermana, maestra
y gran educadora, fue guía y orientadora además de un
gran apoyo en las primeras etapas de mi vida. Me hizo
ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo
de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como
promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré
todo por ella. Quizás yo después entregue otro anillo de
compromiso, pero será el segundo>>.
El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera
que le hiciera el descuento aquel que solo se hacía a
clientes muy especiales, mientras se secaba las
lágrimas que corrían por sus mejillas.

(AUTOR DESCONOCIDO)

Que hermoso es valorar y ser concientes de los que nos


han dado tanto... De los que se la han jugado por uno.
Eso es... AMOR... Un hermoso reconocimiento a esas
mujeres valientes, a esas mujeres que con tanto
esfuerzo han sacado a sus hijos adelante solas...

AMOR FRATERNAL

La historia cuenta que había dos hermanos que se


querían con toda el alma. Ambos eran agricultores. Uno
se casó y el otro permaneció soltero. Decidieron seguir
repartiendo todas sus cosechas a medias.
Una noche el soltero soñó: ¡No es justo! Mi hermano
tiene mujer e hijos y recibe la misma proporción de
cosecha que yo que estoy solo. Iré por las noches a su
montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que él se
dé cuenta.
A su vez el hermano casado soñó también una noche:
¡No es justo!
Yo tengo mujer e hijos y mi futuro estará con ellos
asegurado. A mi hermano, que está solo, ¿Quién lo
ayudará? Iré por las noches a su montón de trigo y le
añadiré varios sacos sin que se dé cuenta. Así lo
hicieron ambos hermanos. Y ¡Oh sorpresa!, ambos se
encontraron en el camino, una misma noche, portando
sacos una para el otro. Se miraron, comprendieron lo
que pasaba, se abrazaron en un abrazo de hermanos,
con la emoción y la seguridad de sentir el amor del uno
por el otro.

(AUTOR DESCONOCIDO)

Que amor más hermoso el de estos hermanos… Que


muestra de amor fraternal… Y ese gesto se puede
repetir con otros… Lo notable para mí de esta historia
es que esos hermanos fueron capaces de <<ver>> al
otro… Si todos fuéramos capaces de ver realmente a
los demás… Nos sentiríamos tanto mejor… Y nos
daríamos cuenta que esta es una cadena, que lo que
hacemos siempre nos rebota… Si somos capaces de ver
al otro… Entonces el otro quizás nos vea…

DIOS ESTÁ EN TU CORAZON

<<Mañana en la mañana, >> el cirujano explicaba, la


cirugía de Max, un niño de siete años, <<abriré tu
corazón…>> Max interrumpió: <<Usted encontrará a
dios ahí. >>
El cirujano se quedo mirándolo, y continuo, <<cortaré
una pared de tu corazón, para poder ver le daño
completo en tu corazón…>>
- Pero cuando usted abra mi corazón, usted encontrará
a Dios ahí…
El cirujano volteo a ver a sus padres, quienes estaban
sentados tranquilamente.
<<Cuando ya haya visto todo el daño ahí, planearemos
lo que sigue ya con tu corazón abierto. >>
<<-Pero usted encontrará a Dios en mi corazón. La
Biblia dice bien claro que el vive ahí. Las alabanzas
todas dicen que el vive ahí… Usted lo encontrará en mi
corazón. >>
El cirujano pensó que era suficiente. <<Te diré qué
encontraré en tu corazón. Encontraré músculo dañado,
baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las
paredes y vasos. Y me daré cuenta si te podemos
ayudar>>
<<Bien pero usted encontrará a Dios ahí también. Es
Su hogar, El vive ahí, siempre está conmigo. >>
El cirujano se fue y se sentó en su oficina. Se puso a
gravar en una grabadora sus estudios previos a la
cirugía: <<…aorta dañada. Vena pulmonar dañada.
Degeneración pulmonar cardiaca masiva. Sin
posibilidades de trasplante, difícilmente curable.
Terapia analgésico y reposo absoluto. Pronostico… >>
Tomó una pausa <<Muerte dentro del primer año>>
Detuvo la grabadora: <<Pero tengo algo más que
decir… ¿Por qué?>> El preguntó en voz alta. << ¿Por
qué le hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí; Tú lo pusiste
en este dolor; y lo haz sentenciado a una muerte
temprana. ¿Por qué?
El señor le contestó diciendo: -Max, mi oveja, no
pertenecerá a
tu rebaño más, porque el es parte de mi rebaño, y
conmigo estará siempre toda la eternidad. Aquí en el
cielo, en mi rebaño sagrado. Él no sentirá ningún dolor,
y será confortado de una manera inimaginable para ti o
cualquiera.
Así que es imposible que ni siquiera tengas la menor
idea. Sus padres un se unirán a él aquí y conocerán la
paz y armonía juntos en mi reino, y mi rebaño sagrado
seguirá creciendo. >>
El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero le dio
más rencor, no entendía: <<tu creaste ese muchacho,
y también su corazón. Y morirá en meses. ¿Por qué?
>>… El Señor contestó:
-<<Max, mi oveja, ya es tiempo que regrese a su
rebaño, porque su tarea en la tierra ya la cumplió: Hace
algunos años envié una oveja mía también para que
ayudara a sus hermanos. Le di dones de doctor. Pero
con tanta ciencia, se olvidó de su creador. Así que envié
a mi oveja… el niño enfermo. No para perderlo en los
rebaños de humanos perdidos. Al contrario, regresa a
mí y me trajo a mi oveja perdida también. >>
El cirujano lloró…Lloró… Y Lloró…
Después de la cirugía… el cirujano se sienta al lado de
la cama de Max; y los padres de Max lo hacen en frente
del médico.
Max despertó y rápido murmurando preguntó: -<<
¿Abrió mi corazón?>>
<<Sí, >> dijo el cirujano.
<< ¿Qué encontró?>> Preguntó Max.
<<Tenías razón. Encontré a Dios ahí. >> Dijo el
cirujano, tomándole la mano con ternura y con los ojos
llenos de lágrimas.

<<Le di dones de doctor. Pero con tanta ciencia, se


olvidó de su creador. Así que envié a mi oveja… el niño
enfermo. No para perderlo en los rebaños de humanos
perdidos. Al contrario, regresa a mí y me trajo a mi
oveja perdida también. >> Tantas experiencias nos
suceden en este plano para que nos re-conectemos con
nuestra esencia con nuestro corazón… Los caminos que
usa el padre para llegar a sus hijos son muchos…
Estemos atentos a todas las enseñanzas que nos va
mostrando en cada situación, en cada experiencia, en
cada compartir con los otros. Lo importante es que
como al cirujano de esta historia, todo lo que vallamos
viviendo nos sirva para darnos cuenta… Nos sirva para
despertar un poquito más, nos sirva para encontrar a
Dios en nuestro propio corazón. >>

UNA SONRISA TRAS EL MURO

Visitando una leprosería en una isla del pacifico me


sorprendió que, entre tantos rostros muertos y
apagados, hubiera alguien que había conservado unos
ojos claros y luminosos que aun sabían sonreír y que
siempre decía “gracias” cuando le ofrecían algo. Entre
tantos “cadáveres” ambulantes, sólo aquel hombre se
conservaba humano.
Cuando pregunte qué era lo que lo mantenía a este
pobre leproso tan unido a la vida, me dijeron que lo
observara por las montañas. Y vi, que apenas
amanecía, aquel hombre acudía al patio que rodeaba a
la leprosería y se sentaba enfrente del alto muro de
cemento que la rodeaba. Y allí
esperaba...Esperaba...Hasta que a media mañana, tras
el muro, aparecía durante unos cuantos segundos y
aparecía otro rostro, una bella mujer que se paraba al
frente y le sonreía con una hermosa y amplia sonrisa.
Entonces el hombre respondía a esa sonrisa, sonriendo
también. Luego la mujer desaparecía y el hombre,
iluminado, tenía ya alimento para seguir soportando
una nueva jornada y para esperar a que, al día
siguiente, regresara el rostro sonriente. Era su esposa.
Cuando lo arrancaron de su pueblo y lo trasladaron a la
leprosería, la mujer lo siguió, y se instalo a vivir en el
pueblo más cercano a la leprosería. Y todos los días
acudía para continuar expresándole su amor.
“Al verla cada día- me dijo el enfermo- sé que todavía
vivo”

(AUTOR DESCONOCIDO)

“El amor es fuente de vida y esperanza... El amor de un


ser humano puede sanar o dar vida a otro cuando es de
verdad, cuando a lo largo del tiempo ese amor no se
desvanece... Permanece... Siempre está.
A los otros les hace bien tu sonrisa, tus palabras, la
esperanza, el cariño que les das.”

LA OTRA MUJER

Desde hace poco había comenzado a salir con otra


mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
“Tu sabes que la amas”-Me dijo un día tomándome por
sorpresa.
La vida es muy corta, dedícale tiempo.
“Pero yo te amo a ti”, proteste, -Pero, también la amas
a ella.
La otra mujer a quien mi esposa quería que visitara, era
mi Madre, viuda desde hace unos años, pero las
exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que solo la
visitara ocacionalmente. Esa noche la llamé para
invitarla a cenar y al cine.
“¿Qué te ocurre? ¿Estás bien?” me preguntó. Mi madre
es el tipo de mujer que una llamada tarde, en la noche
o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
“Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo”,
le respondí.
“¡Los dos solitos!”... ¿Qué opinas? Reflexionó sobre ello
un momento.
“Me gustaría muchísimo”, dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla, después
de mi trabajo me encontraba nervioso, era el
nerviosismo que antecede una cita....Y por Dios cuando
llegué a su casa, vi que ella también estaba muy
emocionada. Me esperaba en la puerta con su viejo
abrigo puesto, se había rizado el pelo y usaba el vestido
con el que celebro su último aniversario de bodas, su
rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
-“Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se
mostraron muy emocionadas” –Me comentó mientras
subía al auto. -“No podrán esperar a mañana para
llamarme y escuchar acerca de nuestra velada”.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero si muy
acogedor, mi Madre se aferró a mi brazo como si fuera
“la primera dama de la nación”.
Cuando nos sentamos tube que leerle el menú. Sus ojos
sólo veían grandes figuras.

Cuando iba por la mitad de la lectura levante la vista;


mi Madre sentada al otro lado de la mesa y sólo me
miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los
labios.
“Era yo quien te leía el menú cuando eras pequeño
¿Recuerdas? –Entonces es hora de que te relajes y que
me permitas devolver el favor”, respondí.
Durante la cena tubimos una agradable conversación,
nada extraordinario, sólo ponernos al día uno con la
vida del otro.
Hablamos tanto que nos perdimos el cine.
-“Saldré contigo otra vez, -Pero solo si me dejas invitar,”
dijo mi Madre cuando la lleve a casa, la besé, la abracé.
“¿Cómo estuvo la cita?” quiso saber mi esposa cuando
llegué aquella noche.
“Muy agradable, gracias. Mucho más de lo que
imaginé”.
Le contesté.
Días mas tarde mi madre murió de un infarto masivo
todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco
tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos
cenado mi Madre y yo y una nota que decía: “La cena
está pagada por anticipado, estaba casi segura de que
no podría estar allí, pero igual pague para dos, para Ti y
tu Esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche
significó para mí. ¡Te Amo!...
En ese momento comprendí la importancia de decir a
tiempo <<TE AMO>> y de darles a nuestros seres
queridos el espacio que se merecen; Nada en la vida
será más importante que Dios y tus seres queridos,
dales tiempo porque la vida pasa para todos... Y
recuerda siempre:
El tiempo no se puede regresar.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Que conmovedora historia la de esta madre con su


hijo. Que alegría para ese hijo que al menos antes de
partir su Madre se hiciera el espacio para “estar” con
ella, para compartir con ella. Tenemos que aprovechar
de compartir y expresar a nuestros seres queridos que
los queremos y que son importantes para nosotros. A
veces un pequeño detalle para el otro que recibe puede
ser mucho... Puedes hacerle el día”.

EL BURRO Y EL POZO

Un día, el burro de una campesina se cayó en un pozo.


El animal oró fuertemente por horas, mientras la
campesina trataba de averiguar qué hacer. Finalmente
la campesina decidió que el animal ya estaba viejo, el
pozo estaba seco, y necesitaba ser tapado de todas
formas y que realmente no valía la pena sacar el burro.
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarla.
Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al
pozo. El burro se dió cuenta de lo que estaba pasando y
lloró desconsoladamente. Luego para la sorpresa de
todos, se tranquilizó. Después de unas cuantas paladas
de tierra, la campesina finalmente miró al fondo del
pozo y se sorprendió de lo que vio; Con cada palada de
tierra, el burro estaba haciendo algo increíble...Se
sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba... Mientras
los vecinos seguían echando tierra encima del animal,
el se sacudía y daba un paso hacia arriba. Pronto todo
el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la
boca del pozo, pasó por encima del borde y salió
trotando...
(AUTOR DESCONOCIDO)

“La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra, eso sin


dudas... el truco para salirse del pozo es sacudirse la
tierra y dar un paso hacia arriba.
Nosotros podemos salir de los más profundos pozos, si
ponemos empeño en eso. Ocupemos bien nuestra
energía y no nos dejemos paralizar por las acciones de
los otros. Sigámonos sacudiéndonos la tierra para poder
subir un peldaño. Siempre con la intención de no dañar
a los otros al avanzar”.

UN NUDO DE AMOR

En una junta de padres de familia de cierta escuela, la


directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle
a sus hijos. También pedía que se hicieran presentes el
máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la
mayoría de los padres y madres de aquella comunidad
fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de
tiempo para dedicar y entender a los niños. Sin
embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los
padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él
no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la
semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano
y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba
del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba
despierto.
Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma
para proveer el sustento de la familia. Dijo también que
el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e
intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches
cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de
su presencia, él hacia un nudo en la punta de la sabana
que lo cubría. Eso sucedía religiosamente cuando iba a
besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo,
sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo
había besado. El nudo era el medio de comunicación
entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y
se sorprendió aun mas cuando constató que el hijo de
ese padre era uno de los mejores de la escuela.

“Esta historia nos hace reflexionar sobre las muchas


maneras en que las personas pueden hacerse
presentes y comunicarse entre sí.
Un nudo lleno de afecto y cariño... Fue el lazo entre
padre e hijo en este relato. Es más importante la
calidad y los gestos que la cantidad.
Ese padre encontró su forma, que era simple pero
eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a
través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba
diciendo. Encontraron la manera de comunicarse.”

INFORME POR FAVOR

Yo era todavía un niño pequeño. Entre las muchas cosas


que me deslumbraban estaba el viejo teléfono, que en
la época era una antigua caja de madera colgada en la
pared, con el auricular suspendido a su costado. Lo que
mas me intrigaba era que en su interior vivía un
pequeño genio, inteligente y amble que sabía todas las
cosas: La hora que era, el tiempo que haría al otro día,
el horario de los trenes, los teléfonos de los amigos de
mis padres, y su amabilidad para decir todo lo que mis
padres deseaban comunicarles. Deseaba mucho saber
el nombre de este mago chiquito así que me puse a
escuchar todo lo que mi madre le decía, hasta que
descubrí que ella lo llamaba: <<Informe por favor>>.
Las cosas mágicas siempre tienen nombres largos
como, “Abracadabra”. Mi primer contacto con
<<Informe por favor>> se produjo un día que nunca
olvidaré, cuando mi madre visitaba una vecina y me
dejó solo por unos minutos. yo aproveché para bajar al
sótano, en donde mi padre tenía un tallercito casero.
Me puse a golpear con el martillo hasta que me di tal
martillazo n un dedo que este se hinchó hasta
parecerse a una morcilla. No ganaba nada con gritar
como un loco, pues en la casa no había nadie para
escucharme. Pero entonces... que maravilla!!! Me
acordé del genio << Informe por favor>>. Subí tan
rápido como pude, descolgué el teléfono y le hablé:
<<Informe por favor>>. En efecto el estaba allí. Y
además tenía una suave voz de mujer. Talvez en vez
de un genio era una genia. En cuanto me respondió y
ya que había alguien para escucharme me puse a llorar
con todas las ganas, y como pude le conté lo que me
pasaba. A lo que ella respondió: <<busca unos cubitos
de hielo y frótalo contra tu mano… y el dolor se irá…
Desde aquel día acudí a ella a contarle todo lo que me
pasaba. Un día en que habíamos hablado algunas veces
antes, me preguntó mi nombre, le dije: “soy Tomy” y el
suyo cuál es? -Ella me dijo: Me puedes llamar Susi.
Pasadas algunas semanas a mi padre lo trasladaron a
otro sector por asuntos del trabajo.

Al llegar a esa nueva ciudad lo primero que hice fue


llamar a “informe por favor”, me contestó alguien que
no era Susi, y a Susi nadie la conocía. Tuve una gran
pena.
Luego crecí, y me enseñaron como funcionan los
teléfonos y aprendí que los genios no existen. Entonces
tuve más deseos de conocer a esa segunda mamá que
era Susi. Un día, siendo ya un joven empleado, tuve que
hacer un viaje en avión y descender en transito cerca
de mi antigua aldea natal. Tenía media hora entre dos
aviones. Así que fui al teléfono público, llamé y pedí por
Susi. Cuando ella me respondió le pregunté: “Susi,
podrías decirme cómo se deletrea fijar”. Pensó un
momento y me respondió: “Espero que tu dedo ande un
poco mejor!” Y entonces los dos estallamos en una
carcajada simultánea. Le conté mi nueva vida, mi
empleo y le agradecí todo lo que había hecho por mí
siendo niño. Le dije todo lo que ella había significado en
mi vida. Pero entonces fue ella la que dijo, soy yo la que
te debe mucho. No puedes imaginarlo: Siempre soñé
con tener un hijo, pero no lo tuve y tú llenaste de
manera formidable ese vació. Cuando nos despedimos,
le prometí llamarla cuando volviera, pues seguramente
tendría que hacer un viaje similar unas semanas
después y podría ir a conocerla. Paso un tiempo y el
nuevo viaje se produjo. Entre el cambio de aviones
llamé a la central telefónica: “Susan, por favor” –Es ud.
Un paciente de Susan? –Me respondió la telefonista. –
Lamento tanto darle esta mala noticia, pero Susan
falleció hace 15 días. Últimamente había estado muy
enferma y trabajaba solo medio tiempo, hasta que la
perdimos. Todos la extrañamos tanto!… Pero, espere un
poco, ud. Dijo que se llama Tomy? –Sí, Señora, Tomy.
-Ha!, Susan me dejó antes de abandonar el trabajo una
notita para usted. Espere, aquí está, ella me dijo que
ud. Comprendería, la nota dice: “Tomy, hay otros
mundo a donde ir a cantar”. Muchas gracias y adiós.
Faltaban unos minutos para la partida del avión. De
vuelta hacia la puerta de embarque me di cuenta que
tenía los ojos húmedos.

Hay otros mundos a donde ir a cantar…Es hermoso


pensar así… Ese puede ser un gran consuelo al perder a
un ser querido…y tener cerca o poder contar con un
“informe por favor”, es un gran regalo.

CARPINTERIA EL 7

Era una pequeña casucha, casi un ranchito en las


afueras de la ciudad. Un pequeño taller adelante con
unas pocas máquinas y herramientas, dos piezas, una
cocina y un rudimentario baño atrás… Sin embargo
Joaquín no se quejaba, en estos dos años el taller de
“carpintería El 7” se había hecho conocer en el pueblo y
él ganaba suficiente dinero como para no tener que
recurrir a sus escasos ahorros. Esa mañana, como
todas, se levantó a las seis y media para ver salir el sol.
No obstante no llego al lago. En el camino, a unos 200
metros de su casa, casi tropezó con el cuerpo herido y
maltrecho de un joven. Con rapidez se agacho y apoyó
contra el pecho del joven…Débilmente, allá en el fondo,
un corazón luchaba por mantener lo que quedaba de
vida en ese cuerpo sucio y con olor a sangre, mugre y
alcohol. Joaquín fue a buscar una carretilla sobre la que
cargó al joven. Al llegar a la casa tendió el cuerpo sobre
su cama y lo higienizó. Durante los dos siguientes días,
toda la vida de Joaquín se centro en su huésped.
Cuando el joven despertó, Joaquín estaba a su lado
mirándolo con ternura y ansiedad.
-¿Cómo estás? Preguntó Joaquín.
–Bien…creo. -Respondió el joven – ¿Quién me curó?
-Yo
-¿Por qué?
-Porque estabas herido.
-¿Sólo por eso?
-No, también necesito un ayudante.
Manuel, así se llamaba el joven, se fue fortaleciendo.
Joaquín intentaba enseñarle el oficio y Manuel intentaba
regir del trabajo todo lo que podía. Pasaron meses
Manuel estaba curado. Joaquín había destinado la
habitación principal, una parte en el negocio y el primer
turno en el baño, a cambio de la promesa del joven del
trabajo. Una noche, mientras Joaquín dormía, Manuel
decidió que seis meses de abstinencia eran bastantes y
creyó que una copa en el pueblo no le haría daño. Cerró
la puerta de su habitación desde adentro y Salió por la
ventana
dejando la vela encendida para dar la impresión de que
se
encontraba allí.
A la primera copa, siguió la segunda, y a ésta la
tercera, la cuarta, y así muchas... Cantaba con sus
compañeros de trago, cuando pasaron los bomberos.
Manuel no asoció este hecho con lo ocurrido hasta que
de madrugada, tambaleándose hasta su casa, vio la
muchedumbre reunida en su cuadra… Sólo alguna
pared, las máquinas y algunas herramientas se salvaron
del incendio. Todo lo demás de la “carpintería el 7”
quedo destruido por el fuego. De Joaquín solo se
encontraron 4 o 5 huesos chamuscados, que enterraron
en el cementerio bajo una lápida donde Manuel hizo
escribir:
“LO HARÉ JOAQUIN, LO HARÉ”… Con mucho trabajo,
Manuel, reconstruyó la carpintería. Él era vago, pero
hábil y lo que aprendió de Joaquín alcanzó para llevar
adelante el negocio. Siempre sentía que desde algún
lugar Joaquín lo miraba y alentaba. Manuel lo recordaba
en cada logro: Su casamiento, el nacimiento de su
primer hijo, la compra de su primer auto… A quinientos
kilómetros de allí… Joaquín, vivito y coleando, se
preguntaba si era lícito engañar y prenderle fuego a esa
casa tan bonita solo para salvar a un joven. Se contestó
que sí, y rió de solo pensar en la policía de pueblo que
confunde huesos de humanos con huesos de cerdo… Su
nueva carpintería era un poco más modesta que la
anterior, pero ya era conocida en el pueblo, “Carpintería
el 8”.

(AUTOR DESCONOCIDO)

¿Porque seremos tan duros para aprender los


humanos? A veces la vida tiene que darnos lecciones
muy fuertes para que atinemos. Lo que Joaquín hizo fue
enseñarle por el único camino que sintió que Manuel
despertaría y se haría responsable. El ya le había
tratado de enseñar de formas más amorosas, pero el no
aprovechó las oportunidades brindadas. Ojala no
seamos como Manuel, que necesitó un golpe tan
traumático para crecer y hacerse cargo de su vida.

TU VOZ…

Dos Abuelos. Cuarenta años de convivencia fecunda y


fiel. Se conocían lo suficiente, como para darse todavía
la sorpresa de un malentendido. Era justo lo que había
pasado esa mañana. El abuelo era un hombre jovial y
bastante espontáneo. Impetuoso en sus reacciones,
solía irse de boca cuando decía sus verdades. La
abuela, en cambio, era más paciente, pero también de
reacciones más lentas. Por eso, aquel cruce de palabras
que la habían ofendido, la llevó a su respuesta habitual:
el mutismo. El recurso del silencio suele ser frecuente
en personas que estén obligadas a una convivencia
muy cercana. Sobretodo cuando no existe la posibilidad
de escapar a través del grupo. Y estos dos abuelos,
pasaban gran parte de la semana solos. Porque sus tres
hijos casados no vivían en el mismo pueblo. Y los
encuentros solían darse sólo los fines de semana. Y esto
sucedía un día miércoles. La discusión se había dado en
horas de la mañana. Para la hora del almuerzo, se
comió en silencio. El televisor llenó un poso el vacío, sin
solucionar el problema. El té de la tarde los vio reunirse
dentro del mismo clima. Y llegada la cena, continuaban
en el mutismo por parte de la abuela.
Al abuelo ya se le había pasado totalmente el mal rato,
y quería que le sucediera lo mismo a su compañera.
Pero, evidentemente, ésta era de reacciones más
lentas. Por tanto, había que encontrar una manera de
hacerla hablar, sin que ello significara capitulación por
ninguna de las dos partes. Por que el asunto que los
había distanciado era una intrascendencia, y no valía la
pena volver sobre ello. Cuando ya se iban a acostar, al
abuelo se le ocurrió una idea. Se levantó con cara de
preocupado, y abriendo uno de los cajones de la
cómoda, se puso a buscar afanosamente en él. Sacaba
la ropa y la tiraba sobre la cama. Luego de haber
vaciado ese cajón lo cerró con fuerza y se puso a hacer
lo mismo con el siguiente.

Cuando ya se decidía a hacer lo mismo con el tercero,


la abuela rompió el silencio y preguntó entre enojada y
preocupada:
- ¿Se puede saber que diablos estas buscando?
A lo que contestó su marido con una sonrisa: ¡Si! Y ya lo
encontré: ¡Tu voz, querida!

(AUTOR DESCONOCIDO)

Ojala pudiéramos siempre buscar la armonía y paz,


sobretodo con nuestros más cercanos. El orgullo y la
pataleta no nos conducen a ninguna parte. A veces, le
damos demasiada importancia a situaciones sin
trascendencia y por eso nos perdemos buenos
momentos junto a los que queremos de verdad.
NO ES MI PROBLEMA

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un


granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó, qué
tipo de comida podría haber allí. Quedó aterrorizado
cuando descubrió que era una trampa para ratones. Fue
corriendo al patio de la granja a advertir a todos: - ¡Hay
una ratonera en la casa, una ratonera en la casa! La
gallina que estaba cacareando y escarbando levantó la
cabeza y dijo: - Disculpe Sr. Ratón, yo entiendo que es
un gran problema para usted, más no me perjudica en
nada y no me incomoda. El Ratón fue hacia el cordero y
le dice: -¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera! -
Discúlpeme Sr. Ratón, más no hay nada que pueda
hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo
que será recordado en mis oraciones. El Ratón se dirigió
entonces hacia la vaca, y la vaca le dijo: -Pero acaso,
¿Estoy en peligro? Pienso que no, dijo la vaca. Entonces
el Ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para
encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó
un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su
victima. La mujer del granjero corrió para ver lo que
había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la
ratonera había atrapado la cola de una serpiente
venenosa. La serpiente picó a la mujer. El granjero la
llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien con
fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarro su
cuchillo, y fue a buscar el ingrediente principal: La
gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba,
los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para
alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no
mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces, vendió
la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

(AUTOR DESCONOCIDO)
“El mundo no anda mal por la maldad de los malos,
sino por la apatía de los buenos. La próxima vez que
escuches que alguien tenga un problema y creas que
como no es tuyo, no le prestas atención… Piénsalo dos
veces.”
EL QUE NO VIVE PARA SERVIR… NO SIRVE PARA VIVIR…

NECESITO UN ABRAZO

Hace veinte años, yo manejaba un taxi para vivir. Lo


hacía en el turno nocturno y mi taxi se convirtió en un
confesionario móvil.
Los pasajeros se subían, se sentaban atrás de mí en
total anonimato, y me contaban acerca de sus vidas.
Encontré gente cuyas vidas me asombraban, me
ennoblecían, me hacían reír y me deprimían. Pero
ninguna me deprimió tanto como la mujer que recogí en
una noche de agosto. Respondí a una llamada de unos
pequeños edificios en una tranquila parte de la ciudad.
Asumí que recogería a algunos saliendo de una fiesta, o
alguien que había tenido una pelea con su amante o un
trabajador que tenía que llegar temprano a una fábrica
de la zona industrial de la ciudad. Cuando llegué a las
02:30 a.m. El edificio estaba oscuro, excepto por una
luz en el primer piso. Bajo esas circunstancias, muchos
conductores hacen sonar una o dos veces su bocina,
esperan un momento, y después se van. Pero yo he
visto a muchas personas empobrecidas que dependen
de los taxis como medio de transporte. Aunque la
situación se veía peligrosa, yo siempre iba hacia la
puerta. Este pasajero debe ser alguien que necesita de
mi ayuda, razoné para mí. Por tanto, caminé hacia la
puerta “un minuto”, y respondió una frágil voz. Pude
escuchar que algo era arrastrado por el piso, después
de una larga pausa, la puerta se abrió.
Una pequeña mujer de unos ochenta años se paró en
frente de mí. Ella llevaba puesto un vestido floreado, y
un sombrero con un velo, como alguien de una película
de los años 40`s. A su lado una pequeña maleta de
nylon. El departamento se veía como si nadie hubiera
vivido ahí durante muchos años. Todos los muebles
estaban cubiertos con sábanas, no había relojes en las
paredes, ningún cuadro o utensilios. En la esquina
estaba una caja de cartón llena de fotos y una vajilla de
cristal. Repetía su agradecimiento por mi gentileza.
–“No es nada le dije. Yo sólo intento tratar a mis
pasajeros de la forma que me gustaría que mi mamá
fuera tratada”. –“Oh, estoy segura que es un buen hijo”,
dijo ella. Cuando llegamos al taxi me dio una dirección,
entonces preguntó: -“¿Podría manejar a través del
centro?”.
-“Esto no es el camino corto”, le respondí rápidamente.
–“¡Oh, no importa!”, dijo ella. “No tengo prisa, estoy de
camino al asilo”. La miré por el espejo retrovisor, sus
ojos estaban llorosos. –“No tengo familia”, ella continuo.
“El doctor dice que no me queda mucho tiempo”.
Tranquilamente alcance, y apagué el taxímetro. –“¿Qué
ruta le gustaría que tomara?”, le pregunté. Por las
siguientes dos horas manejé a través de la ciudad. Ella
me enseñó el edificio en donde había trabajado como
operadora de ascensores. Manejé hacía el vecindario
donde ella y su esposo vivían cuando eran recién
casados. Ella me pidió que nos detuviéramos frente a
un almacén de muebles, donde alguna vez hubo un
salón de baile, al que ella iba a bailar cuando era niña.
Algunas veces me pedía que pasara lentamente
enfrente de un edificio en particular o una esquina y
veía en la oscuridad, y no decía nada. Con el primer
rayo de sol apareciéndose en el horizonte, ella
repentinamente dijo: -“Estoy cansada, vámonos ahora.”
Manejé en silencio hacia la dirección que ella me había
dado. Era un edificio bajo, como una pequeña casa de
convalecencia, con un camino para autos que pasaba
bajo un pórtico. Dos asistentes se acercaron al taxi tan
pronto como pudieron. Ellos eran muy amables,
vigilando cada uno de sus movimientos. Ellos debían
haber estado esperándola. Yo abrí la cajuela y dejé la
pequeña maleta en la puerta. La mujer estaba lista para
sentarse en una silla de ruedas. –“¿Cuánto le debo?”,
ella pregunto, buscando en su bolsa. –“Nada”, le dije.
-“Tienes que vivir de algo”, ella respondió. –“Abra otros
pasajeros”, yo respondí. Casi sin pensarlo, me agaché, y
la abracé. Ella me sostuvo con fuerza, y dijo: -“¡Necesito
un abrazo!”. Apreté su mano, entonces caminé hacia la
luz de la mañana. Atrás de mí una puerta se cerró, fue
un sonido de una vida concluida. No recogí a ningún
pasajero en ese turno, manejé sin rumbo por el resto
del día. No podía hablar, ¿Qué habría pasado si a la
mujer la hubiera recogido un conductor malhumorado o
alguno que estuviera impaciente por terminar su
turno?, ¿Qué hubiera pasado si me hubiera rehusado a
contestar la llamada, o hubiera tocado la bocina una
vez, y me hubiera ido? En una vista rápida, no creó que
haya hecho algo más importante en mi vida.

(AUTOR DESCONOCIDO)
“La gente tal vez no recuerde lo que tu hiciste o lo que
tú dijiste…Pero siempre recordarán como los hiciste
sentir…Conserva el recuerdo del perfume de la rosa y
fácilmente olvidarás que está marchita…”

UNA LINDA HISTORIA

Éramos la única familia en el restaurante con un niño.


Yo senté a Daniel en una silla para niño y, me di cuenta
que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De
repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo: -“¡Hola
Amigo!” golpeando la mesa con sus gorditas manos.
Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su
boca mostraba la falta de dientes en sus encías. Con
mucho regocijo el se reía y se retorcía. Yo miré
alrededor y vi la razón de su regocijo. Era un hombre
anciano andrajoso con su abrigo al hombro; sucio,
grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el
cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a
través de lo que fueron unos zapatos. Su camisa estaba
sucia y su cabello no había recibido una peinada por
largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y
su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa.
Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero
seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a
menearse para saludar.
-“Hola, Bebito, como estás muchacho”, le dijo el
hombre a Daniel. Mi esposa y yo nos miramos. –“¿Qué
hacemos?”, Daniel continuo riéndose y contesto:
-“¡Hola, hola amigo!”. Todos en el restaurante nos
miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio
estaba incomodando a nuestro hijo. Nos trajeron
nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a
nuestro hijo como un bebe. Nadie creía que era
simpático lo que el hombre estaba haciendo.
Obviamente el hombre estaba borracho. Mi esposa y yo
estábamos avergonzados. Comimos en silencio; menos
Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su
repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus
niñadas. Finalmente terminamos de comer y nos
dirigimos hacia la puerta. Mi esposa fue a pagar la
cuenta y le dije que nos encontraríamos en el
estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la
puerta de salida. “Dios mío, ayúdame a salir de aquí
antes de que este loco le hable a Daniel”. Dije orando,
mientras caminaba cercano al hombre. Le di un poco la
espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del
aire que él pudiera estar respirando. Mientras yo hacía
esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia
donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de
“cárgame”.
Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó
desde mis brazos hacia los brazos del hombre.
Rápidamente el muy sucio viejo y el niño consumaron
su relación amorosa. Daniel en un acto de total
confianza, amor y sumisión recostó su cabeza sobre el
hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude
ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y
maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro
trabajo; suave, muy suavemente, acariciaban la espalda
de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan
profundamente en tan poco tiempo. Yo me detuve
aterrado. El viejo hombre se meció con Daniel en sus
brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró
directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura:
“Usted cuide a este niño”. De alguna manera le
contesté “Así lo haré” con un inmenso nudo en mi
garganta. Él separó a Daniel de su pecho, lentamente,
como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño y el viejo
hombre me dijo: -“Dios de bendiga, Señor. Usted me ha
dado un hermoso regalo”. No pude decir más que un
recortado gracias. Con Daniel en mis brazos, caminé
rápidamente hacia el auto. Mi esposa se preguntaba
porque estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan
apretadamente, y porque yo estaba diciendo: -“Dios
mío, Dios mío, perdóname”. Yo acababa de presenciar
el amor de Dios a través de la inocencia de un pequeño
niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un
niño que vio un alma y unos padres que vieron un
montón de ropa sucia. Yo fui un cristiano ciego,
cargando un niño que no lo era.
(AUTOR DESSCONOCIDO)
“Siempre hay un SER detrás… De cada ropaje… Que no
tiene que ver con su apariencia… Tenemos que tratar
de ver más adentro… Dejar los prejuicios y ver con los
otros ojos… Con los ojos del alma.”

SI TE CREES PERDIDO…, ESTAS PERDIDO.

Una joven había tomado clases de ballet durante toda


su infancia, y había llegado el momento en que se
sentía lista para entregarse a la disciplina que la
ayudaría a convertir su afición en profesión. Deseaba
llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si
poseía las dotes necesarias, de manera que cuando
llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los
camarines luego de una función, y habló con el director.
Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo pero no
sé si tengo el talento que hace falta. –“Dame una
demostración, le dijo el maestro”. Transcurrido apenas
5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal
de desaprobación.
-“No, no tiene usted condiciones”. La joven llegó a su
casa con el corazón, desgarrado, arrojó las zapatillas de
baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más,
se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco
mayores, tomo un empleo de cajera en un
supermercado. Años después asistió a una función de
ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya
era octogenario, ella le recordó la charla que habían
tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le
comentó de su trabajo en el supermercado, luego
agregó: -“Hay algo que nunca he terminado de
entender. ¿Cómo pudo Usted saber tan rápido que yo
no tenía condiciones de bailarina? Ahhh, apenas la miré
cunado usted bailó delante de mí, le dije lo que siempre
le digo a todas. Le contestó. –“¡Pero eso es
imperdonable!” Exclamó ella, “¡arruinó mi vida, pude
haber llegado a ser primera bailarina!” -“No lo creo”,
repuso el viejo maestro. –“Si hubieras tenido las dotes
necesarias, no habrías prestado ninguna atención a lo
que yo dije”.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“En la vida no solo el valiente o el veloz triunfa, tarde o


temprano el que siempre vence es el que cree que es
posible. Sin duda, si te crees perdido, estás perdido y si
crees que no puedes, pues no podrás.
Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo
que triunfes jamás. No le entregues tu poder a nadie.
Tú sabes quien eres. Lucha por lo que quieres”.

POR UNA MONEDA

Hace años un predicador se mudó para Houston,


Texas. Poco después, se montó en un autobús para
ir al centro de la ciudad. Al sentarse, descubrió que
el chofer le había dado una moneda de más en el
cambio. Mientras consideraba que hacer, pensó
para sí mismo, “Ah, olvídalo, es solo una moneda.
¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad?
De todas formas la compañía de autobús recibe
mucho de la tarifas y no la echarán de menos.
Acéptalo como un regalo de Dios”. Pero cuando
llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo,
decidió darle la moneda al conductor diciéndole:
-“Tome, usted me dio esta moneda de más”. El
conductor, con una sonrisa le respondió, -“Se que
eres el nuevo predicador del pueblo. He pensado
regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si
yo le daba demasiado cambio”. Se bajó el
predicador sacudido por dentro y dijo: -“Oh Dios,
por poco vendo a Tu Hijo por una moneda”.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Nuestra forma de actuar en la vida habla de si


somos confiables para los otros o no… Los detalles
son también importantes. Una moneda… O cien es
lo mismo… Es la actitud… La que habla de
nosotros”.
LA VAQUITA

Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque


con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio
de apariencia pobre, y decidió hacer una breve
visita al lugar. Durante la caminata le comentó al
aprendiz sobre la importancia de la visitas, también
de conocer personas y las oportunidades de
aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los
habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de
madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin
calzado. Entonces se aproximó al Señor,
aparentemente el padre de familia y le preguntó:
En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni
puntos de comercio tampoco, ¿Cómo hacen usted y
su familia para sobrevivir aquí? El Señor
calmadamente respondió: amigo mió, nosotros
tenemos una vaquita que nos da varios litros de
leche todos los días. Una parte del producto la
vendemos o lo cambiamos por otros géneros
alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte
producimos queso, cuajada, etc.…, para nuestro
consumo y así es como vamos sobreviviendo. El
sabio agradeció la información, contempló el lugar
por un momento, luego se despidió y se fue. En el
medio del camino, volteo hacia su fiel discípulo y le
ordenó: -“Busca la vaquita, llévala al precipicio de
allí enfrente y empújala al barranco”. El joven
espantado vio al maestro y le cuestionó sobre el
hecho de que la vaquita era el medio de
subsistencia de aquella familia. Más como percibió
el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la
orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y
la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la
memoria de aquel joven durante algunos años.
Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que
había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle
todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo
hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía
todo muy bonito, con árboles floridos, todo
habitado, con carro en el garaje de tremenda casa
y algunos niños jugando en el jardín. El joven se
sintió triste y desesperado imaginando que aquella
familia tuviese que haber vendido su terreno para
sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá fue
recibido por un Señor muy simpático; el joven
preguntó por la familia que vivía allí hace unos
cuatro años, el Señor respondió que seguían
viviendo allí. Espantado el joven entró corriendo a
la casa y confirmó que era la misma familia que
visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el
lugar y le preguntó al Señor (el dueño de la
vaquita): ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y
cambiar de vida? El Señor entusiasmado le
respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que
cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante
nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y
desarrollar otras habilidades que no sabíamos que
teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos
vislumbran ahora.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Que importante es no quedarse pegado en nada…


Que importante es ser siempre creativo… Descubrir
nuestras habilidades… Aprovechar nuestros
talentos… Avanzar en el camino… Siempre
podemos ir mas allá…”
DISFRUTA LAS FRUTILLAS

Una persona caía por un barranco y se sostuvo de las


raíces de un árbol. Arriba del árbol había un oso
inmenso queriendo devorarlo. El oso roznaba, mostraba
los dientes, babeaba de ansiedad por el plato que tenía
delante de él. Y abajo, listos para tragarlo cunado
cayera, estaban nada más y nada menos que tres tigres
tremendamente hambrientos. El levantaba la cabeza,
miraba hacia arriba y veía el oso roznando. Cuando el
oso daba una tregua, oía el rugir de los tigres, próximos
de sus pies. Los tigres abajo, querían comerlo, y el oso
arriba quería devorarlo.
En determinado momento, el miró al costado izquierdo,
y vio una frutilla roja, linda, reflejando el sol. En un
esfuerzo supremo, apoyó su cuerpo, sostenido
solamente por la mano derecha y, con la izquierda,
tomó la frutilla. Cuando pudo mirarla mejor quedó
admirado con su belleza. Entonces llevó la frutilla a la
boca y disfrutó su dulce sabor y suculento. Fue un
placer supremo comer aquella frutilla tan rica. Quizás
me preguntes: “Pero, ¿Y el oso?”. Olvida al oso y ¡Come
las frutillas! ¿Y los tigres? Mala surte de los tigres,
¡Come la frutilla! Siempre existirán osos queriendo
comer nuestras cabezas y tigres queriendo arrancar
nuestros pies. Eso hace parte de la vida, pero es
importante saber comer las frutillas, siempre. Nosotros
no podemos dejar de comerlas solo porque existen osos
y tigres.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Los problemas no impiden a nadie ser feliz.


Come la frutilla, no dejes que ella escape.
Puede no haber otra oportunidad para disfrutar algo tan
sabroso.
Relájate, y vive un día a la vez: ¡Come la frutilla!”

CARTA DE LA VIDA
¡HOLA!

Me conoces. Me llamo Vida, sí, soy tu Vida. Soy muy


hermosa. ¿Lo sabías? Observa la naturaleza. Tiene un
encanto especial para cada momento. De día puedes
ver una gran antorcha que nunca se apaga para darte
luz clara y vez un azul que nunca de termina. Ves unas
nubes inquietas que te entretienen corriendo de aquí
para allá. Ves las plantas que en su sencilla manera de
vivir te gritan a viva voz que aún en ellas el creador
está presente y les da infinito valor pues te proveen
oxigeno. De noche ves miles de cucubanos en el
firmamento, las estrellas, para que recuerdes que aún
estando en tus momentos oscuros, existe una
esperanza de luz. Los días de lluvia también tienen su
encanto. Cada gotita de agua de cielo lleva en sí
grandes bendiciones que bajan directamente del hogar
de Dios. Esos truenos que a veces te asustan, se
asemejan y te recuerdan a la voz de Dios. Así entiendes
que el es grande y soberano. El arcoiris seguro te
parece bello y es aún más hermoso cuando entiendes
que no es un simple arco de colores, sino que es una
promesa que quien la hizo, la ha cumplido por millones
de años y la seguirá cumpliendo. ¿Qué te parece el
mar? ¿Y la luna, las montañas? ¿Qué piensas de las
flores? ¿Verdad que son hermosas todas estas cosas?
Cada una de ellas tiene algo bello que ofrecerte. Ahora
mírate a ti. Examínate. ¿No te parece grandioso que tu
cuerpo material tenga un aliento de vida? También es
lindo el hecho de que tú eres tu mismo y no la copia de
otra persona. Eres único en el universo entero, por eso
eres tan inmensamente importante. Sólo Tú eres Tú.
Ninguno de los millones de millones de seres que han
tenido vida en toda la historia y los que en el futuro la
tendrán, es semejante a ti. Impresionante, ¿Verdad?
Tienes hermosas cualidades y hasta hermosos defectos
que te hacen ser tú y te hacen tan especial y distinto. Si
fueras perfecto, no existirías. Por eso es hermoso tener
defectos. Es cierto que puedes modificar tu manera d
ser, pero nunca pretender ser perfecto. Solo hay un Ser
perfecto, y es Dios. Ahora entiendes, ¡que bueno que
eres como eres! Observa además que todos los órganos
de tu cuerpo funcionan por sí solos sin necesidad de
que tú los fuerces o los motives.
Cada órgano sabe, sin tener conocimiento, qué es lo
que tiene que hacer y cómo hacerlo. ¡Es Maravilloso!
Gracias a Dios que El es el que hace esto por ti. Soy
hermosa también por los buenos sentimientos y las
alegrías, pero también por el sufrimiento y la desdicha.
Si no hubiera dolor, la felicidad no sería. Si no existiera
el llanto, ¿Qué encanto tendría el sonreír? Además, tú
sabes que cada cosa que te sucede es por algún
propósito especial. Muchas veces te sucede algo que te
hace sufrir y pasado el tiempo, comprendes el motivo,
aprendes algo nuevo para tu beneficio y hasta
agradeces que haya pasado. Todas las cosas te ayudan
a bien. Y es otra razón más para que veas que soy
hermosa. Siempre mira el lado positivo de las cosas,
aún de las más difíciles de sobrellevar. En cada una
verás al Señor. El quiere lo mejor para ti. Si alguna vez
fracasas ten la seguridad de que esa no es la puerta por
la que debes entrar o tal vez no es el momento.
Siempre encontraras alguna puerta abierta. ¡Que
hermosa es tu vida que te da la oportunidad de
aprender hasta en los momentos más amargos! No lo
olvides: Siempre, después de la lluvia, sale el sol para
formar el prometido arcoiris. Cada cosa que te sucede,
tiene su lado positivo. Mira a tu alrededor. No está solo.
Cuentas con el aprecio y cariño de otras personas. Eres
de valor para ellos. Aprende a apreciar las cosas tan
simples que tienes a tu alrededor, pero que son tan
grandes. Mira los niños con esa inocencia tan pura y
esas energías de vida; los adolescentes que luchan y se
esfuerzan por aprender a ser adultos. Mira las ilusiones
y sueños de los jóvenes, los trabajos y esfuerzos de los
adultos, la sabiduría y serenidad de los ancianos. Mírate
Tú otra vez. Haz llegado hasta el día de hoy pasando
por caminos anchos y otros estrechos y sigues en pie.
Mira el cielo. En ese profundo azul hay ángeles que
velan por ti. Más aún, allá arriba hay amor, un Gran
Amor. Lo más hermoso que hay en tu Vida, es que eres
amado en sobremanera. Por eso vives lo que vives, por
eso eres quien eres. Tan profundo es el amor de Dios
que el te está esperando en una Morada Celestial. ¿No
crees que hay infinitas razones para ver, comprender y
sentir que la Vida que tienes es Bella y de incalculable
valor? Esta vida tan maravillosa la vives porque la vida
misma te dio el regalo de la vida. Ahora vive, pero vive
feliz. Vive para El y en El.
Aprende a ser agradecido. Es lo menos que puedes
hacer por todo lo que se te ha dado. Sin El, nada tendría
sentido. Mírame a mí. Yo soy tu Vida y te sonrío.
Sonríeme Tú a Mí. ¿Aún seguirás quejándote de mí por
pequeñeces? ¡NO! Ahora puedes gritar con todo tu
aliento de vida: ¡¡Qué Bello es vivir!!

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Sería bueno leer esta carta de la Vida varias veces


para darle otra mirada… Otro enfoque a nuestra vida.
Seamos agradecidos de lo mucho que tenemos…
Tenemos una gran vida…
¡¡¡ESTAMOS VIVOS!!!...”
EL AMOR Y EL TIEMPO

Hubo un tiempo en que en una isla muy pequeña,


confundida con el paraíso, habitaban los sentimientos
como habitamos hoy en la tierra. En esta isla vivían en
armonía el amor, la tristeza, y todos los demás
sentimientos. Un día unos de esos que la naturaleza
parece estar de malas, el amor se despertó aterrorizado
sintiendo que su isla estaba siendo inundada. Pero se
olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los
sentimientos se salvaran. Todos corrieron y se subieron
a sus barcos, y subieron a una montaña muy alta,
donde podrían ver la isla siendo inundada pero sin que
corriesen peligro. Solo el amor no se apresuró, el amor
nunca se apresura. El quería quedarse un poquito más
en su isla, pero cuando se estaba casi ahogando, el
amor se acordó que no debía morir. Entonces corrió en
dirección a los barcos que partieron y gritó auxilio. La
riqueza, oyendo su grito, trató luego de responder que
no podría llevarlo ya que todo el oro y la plata que
cargaba temía que su barco se hundiera. Pasó entonces
la Vanidad que también dijo que no podría ayudarlo,
una vez que el amor se hubiese ensuciado ayudando a
los otros, ella, la Vanidad no soportaba la suciedad. Por
detrás de la Vanidad venía la tristeza que se sentía tan
profunda que no quería estar acompañada por nadie.
Pasó también la alegría, pero ésta tan alegre estaba
que no oyó la suplica del amor. Sin esperanza el amor
se sentó sobre la última piedra que todavía se veía
sobre la superficie del agua y comenzó a menguar. Su
llanto fue tan triste que llamó la atención de un anciano
que pasaba con su barco. El viejito tomó al Amor en sus
brazos y lo llevó hacia la montaña más alta, junto con
los otros sentimientos. Recuperándose, el Amor le
preguntó a la Sabiduría quién era el viejito que lo
ayudó, a lo que ésta respondió: “El Tiempo”. El Amor
cuestionó: -¿Por qué sólo el Tiempo pudo traerme aquí?
La Sabiduría entonces respondió: -Porque solo el
Tiempo tiene la capacidad de ayudar al Amor a llegar a
los lugares más difíciles.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“El Tiempo es un dulce y sabio maestro… Y el amor


necesita de sus cuidados…”
EL PAQUETE DE GALLETAS

Una muchacha estaba aguardando su vuelo en una sala


de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar
por muchas horas, decidió comprar un libro para matar
el tiempo. También compró un paquete de galletas. Se
sentó en una silla en la sala VIP del aeropuerto para
poder descansar y leer en paz. Al lado de la silla donde
estaba la bolsa de galletas se sentó un hombre que
abrió una revista y comenzó a leer. Cuando ella tomó la
primera galleta, el hombre también tomó una. Ella se
sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: “Pero
que descarado. Si yo me atreviera le daría un golpe en
el ojo para que nunca mas se olvide”. Cada vez que ella
tomaba una galleta, el hombre también tomaba una.
Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía
reaccionar. Cuando quedaba a penas una galleta,
pensó: “Ah… ¿Qué será lo que este abusador hará
ahora?” Entonces el hombre dividió la galleta por la
mitad, dejando la otra mitad para ella. ¡Ah! ¡Aquello era
demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia! Entonces cerró
su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque.
Cuando se sentó, confortablemente, en una silla, ya en
el interior del avión, miró dentro de la bolsa y para su
sorpresa su paquete de galletas estaba allí… ¡Todavía
intacto, cerradito!!! Sintió tanta vergüenza. Sólo
entonces percibió lo equivocada que estaba! Había
olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de
su bolsa…! El hombre había compartido sus galletas sin
sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado,
mientras que ella quedó muy trastornada, pensando
que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no
había más tiempo para explicar… Ni para pedir
disculpas.

(AUTOR DESCONOCIDO)
“Somos tan ligeros para emitir juicios hacia los otros.
Tenemos que observar bien y estar atentos para no
equivocarnos.”

ENSEÑAME A VOLAR

Había una vez una oruga que vivía en un gran árbol del
parque. Cada día la oruga iba mordisqueando las hojas
que encontraba en su camino, sin prestar atención a
nada más. Pero un día la oruga se dio cuenta que había
algo lleno de colores volando por encima del árbol. Se
quedó deslumbrada con sus naranjas y azules
luminosos que capturaban la luz del sol y cuando esta
brillante criatura voló cerca de la oruga, ésta pudo ver
que era una hermosa mariposa. La mariposa parecía
volar en el aire, rozando la rama en la que estaba
sentada la oruga. “Oh, mariposa, que hermosa eres y
con que suavidad vuelas...Por favor, enséñame a volar
como tu”. La mariposa se acercó y le sonrió a la oruga:
“Sé paciente, pequeña criatura, algún día, algún día”.
Pero la mariposa era impaciente y cuando la mariposa
volvió a aparecer al día siguiente, aun mas luminosa
que antes y volando alrededor de las ramas del árbol, la
oruga volvió a decirle: “Por favor mariposa, enseñame a
volar como tu”. La mariposa le susurro al oído: “Sé
paciente y algún día lo harás”. La oruga estaba tan
frustrada que decidió sacarse la idea de la cabeza de
una vez por todas y olvidó su deseo de volar. Entonces
un día sucedió algo extraño. Parecía como si el mundo
comenzara a dar vueltas, un momento en una dirección
y al instante siguiente en la otra dirección. A la oruga
empezó a dolerle el estomago, y se sintió muy enferma.
Parecía como si todo se hubiera vuelto desdibujado y
distante. El mundo seguía girando, a veces rápido y
otras veces despacio. La oruga se quedó paralizada y
cerró los ojos, pensando que se estaba muriendo.
Después de un rato, y no sabía cuanto había sido, el
mundo pareció dejar de moverse y se sintió mas ligera
y libre. Le pareció que podía volver a moverse y, al
hacerlo, se dio cuenta que tenia debajo del árbol, y el
sol calentaba. En la distancia pudo sentir un ligero
murmullo y se sintió atraída por el ruido. Era una
pequeña voz que le decía: “Por favor enséñame a volar
como tu”. “Paciencia, ya lo harás, ya lo harás”. Solo
entonces se dio cuenta que se había convertido en una
mariposa.
(AUTOR DESCONOCIDO)

“Así como la fruta tiene su proceso de maduración en el


árbol, el cual significa un periodo de tiempo para que la
cosechemos en su punto, así también es el proceso de
la mariposa y así también es el proceso del hombre...así
es la evolución en las especies...Necesitan hacer un
camino para convertirse en SERES MAS HERMOSOS...
¿CUANTO VALE TU TIEMPO?

Papa, cuánto ganas por hora? El Padre dirigió un gesto


muy severo y le contestó: -No me molestes que estoy
muy cansado.
-Pero Papa-Insistía- Dime por favor cuanto ganas por
hora. La reacción del Padre fue menos severa. Sólo
contestó:
-Ochocientos pesos por hora.
-Papa me podrías prestar Ochocientos pesos? Preguntó
el pequeño. El Padre montó en cólera y le dijo:
-Vete a dormir y no me molestes más. Había caído la
noche. El Padre había meditado lo sucedido y se sentía
culpable, y queriendo descargar su conciencia dolida, se
asomó al cuarto de su hijo. En voz baja preguntó al
pequeño: -Duermes hijo?
-Dime Papa, contestó entre sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste, respondió el
Padre.
El pequeño le dio las gracias y metió su manita debajo
de la almohada y sacó unos billetes. –Ahora ya
completé el dinero, tengo ochocientos pesos. Me
podrías vender una hora de tu tiempo? Preguntó el
niño...

(AUTOR DESCONOCIDO)

“El hijo en este caso fue el maestro... Por intermedio de


él ese Padre se dio cuenta en que estaba gastando su
tiempo... El hijo le mostró lo perdido que él estaba. A
través de su inocencia y la comprensión que le
permitían sus cortos años de edad, llevó a su Padre a
reflexión.”
NADIE ME DICE NADA...

-Hospital X, buen día.


-Quisiera hablar con alguien que me de información de
un paciente que está internado.
-¿De que paciente se trata?
-Se llama Pablo Ramírez y está en el cuarto 376.
-Un momento, lo voy a transferir a enfermería.
-Buen día, soy la enfermera Josefina, ¿En que lo puedo
ayudar?
-Quisiera saber las condiciones clínicas del paciente
Pablo Ramírez del cuarto 376, por favor.
-Un minuto, que voy a localizar al médico de guardia.
-Buen día, habla el doctor Pascualeti, ¿En que puedo
ayudarlo?
Vea doctor quisiera informarme sobre la salud de Pablo
Ramírez del cuarto 376.
-Espéreme un minuto que consulto la ficha del paciente.
-Bueno, gracias. –Aquí está. Hoy se alimentó bien, la
presión y el pulso están estables y responde bien a la
medicación. Le retiraremos el monitor cardiaco mañana
y, si continúa bien, le darán el alta en dos o más días.
-Muchas gracias doctor, ¡No sabe que noticia
maravillosa me dio!!!...¡Que alegría!
-Por su entusiasmo, Ud. Debe ser algún pariente muy
cercano...No, no. Yo soy Pablo Ramírez y estoy
llamando del cuarto 376 lo que pasa es que todo el
mundo entra y sale del cuarto, hablan entre ustedes y a
mi nadie me dice nada.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“No nos olvidemos que los pacientes son personas. Los


enfermos son personas que son vulnerables y merecen
ser considerados y respetados. Ellos también necesitan
saber como están...No los aislemos.

PARTE DEL REGALO

Una niña en África le dio a su maestra un regalo de


cumpleaños. Era un hermoso caracol. ¿Dónde lo
encontraste? La niña le dijo que esos caracoles se
hallaban solamente en cierta playa lejana.
La maestra se conmovió profundamente, porque sabía
que la niña había caminado muchos kilómetros para
buscar el caracol.
No debiste haber ido tan lejos, sólo para buscarme un
regalo.
La sabía niña sonrió y contestó: Maestra, la larga
caminata es parte del regalo.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“El amor se puede expresar de muchas maneras.


Esta niña de África demostró su amor a su maestra de
una manera muy simple y amorosa. Para ella fue un
esfuerzo caminar hasta tan lejos para traerle el caracol
más lindo y en ese esfuerzo se nota su amor.
Las personas tal vez no entiendan el significado de
muchas palabras, pero saben registrar un gesto de
amor. Aunque ese gasto sea una gran caminata.
A veces creemos que la mejor manera de expresar
nuestro amor es comprando regalos que cuestan
mucho dinero y nos olvidamos que el amor no tiene
precio, que a veces las cosas más simples sean las que
más llegan y se sienten de verdad. Porque se dan con
el corazón.”
LAS MIL BOLITAS

Cuanto más envejezco, más disfruto de las mañanas de


sábado. Tal vez es la quieta soledad que viene por ser
el primero en levantarse, o quizá el increíble gozo de
no tener que ir al trabajo... De todas maneras, las
primeras horas de un sábado son en extremo deliciosas.
Hace unas cuentas semanas, me dirigía hacia mi equipo
de radioaficionado, con una humeante taza de café en
una mano y el periódico en la otra. Lo que comenzó
como una típica mañana de sábado, se convirtió en una
de esas lecciones que la vida parece darnos de vez en
cuando...
Déjenme contarles: Sintonicé mi equipo de radio en
banda de 20 metros, para entrar en una red de
intercambio de sábado en la mañana. Después de un
rato, me tope con un colega que sonaba algo mayor. Él
le estaba diciendo a su interlocutor, algo acerca de
“unas mil bolitas”. Quede intrigado y me detuve para
escuchar con atención. Decía: -Bueno, Tomás, deberás
que parece que estás ocupado con tu trabajo. Estoy
seguro de que te pagan bien, pero es una lástima que
tengas que estar fuera de casa y lejos de tu familia
tanto tiempo. Es difícil imaginar que un hombre joven
tenga que trabajar sesenta horas a la semana para
sobrevivir. ¡Que triste que te perdieras la presentación
teatral de tu hija! Continuó: -Déjame decirte algo
Tomás, algo que me ha ayudado a mantener una
perspectiva sobre mis propias prioridades.
Y entonces fue cuando comenzó a explicar su teoría
sobre las “mil bolitas”.
Ves, me senté un día e hice algo de aritmética.
La persona vive en promedio 75 años, algunos viven
más y otros menos, pero en promedio, la gente vive
unos 75 años.
Entonces multiplique 75 años por 52 semana por año, y
obtuve 3900 que es el número de sábados que la
persona en promedio tendrá en toda su vida. Mantente
conmigo, Tomás, que voy a la parte importante. Me
tomó hasta cuando tenía 55 años, ya había vivido más
de 2800 sábados!! Me puse a pensar que si llegaba a
los 75, sólo me quedarían unos 1000 sábados que
disfrutar, así que fui a una juguetería y compre cada
bolita que tenían. Tuve que visitar 3 tiendas para
obtener 1000 bolitas. Las llevé a casa y las puse en una
fuente de cristal transparente, junto a mi equipo de
radioaficionado. Seguí escuchando atentamente: -Cada
sábado a partir de entonces, he tomado una bolita y la
he tirado. Descubrí que al observar como disminuían las
bolitas, me enfocaba más en las cosas verdaderamente
importantes en la vida.
No hay nada como ver cómo se te agota tu tiempo en la
tierra, para ajustar y adaptar tus prioridades en esta
vida. Ahora déjame decirte una última cosa antes que
nos desconectemos y lleve a mi bella esposa a
desayunar... Esta mañana saqué la última bolita de la
fuente de cristal... Y entonces, me di cuenta de que si
vivo hasta el próximo sábado entonces me habrá sido
dado un poquito más de tiempo de vida... Y si hay algo
que todos podemos usar es un poco más de tiempo...
Me gustó conversar contigo, Tomás, espero que puedas
estar más tiempo con tu familia. Hasta pronto, se
despide “el hombre de 75 años” cambio y fuera, ¡Buen
día! Uno podría haber oído a un alfiler caer al suelo en
la banda cuando este amigo se desconectó.
Creo que nos dió a todos, bastante sobre lo que pensar.
Yo había planeado trabajar en la antena aquella
mañana, y luego iba a reunirme con unos cuantos
radioaficionados para preparar la nueva circular del
club...
En vez de aquello, desperté a mi esposa con un beso.
Vamos querida, te quiero llevar a ti y a los niños a
desayunar a fuera.
-¿Qué pasa?- Preguntó sorprendida.
-Oh, nada, es que no hemos pasado un sábado junto
con los niños en mucho tiempo. Por cierto, ¿Podríamos
parar en la juguetería mientras estamos fuera? Necesito
comprar algunas bolitas...

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Ojalá comenzáramos a ocupar mejor nuestro tiempo...


A veces andamos por la vida como autómatas... sin
dejarnos sentir, sin permitirnos descansar, sin compartir
con nuestros seres queridos... Solo vivimos para
trabajar y trabajamos para subsistir... Tenemos que
buscar darle calidad a nuestra estadía en la tierra”.

CUATRO VELAS

Cuatro velas se estaban consumiendo tranquilamente.


El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el
dialogo entre ellas. La primera dice: Yo soy la paz! A
pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme
encendida. Y disminuyendo su llama, se apagó
totalmente. La segunda dice: Yo me llamo Fe!
Infelizmente soy superflua para las personas. Por que
ellas no se interesan en saber de Dios, por eso no tiene
sentido continuar quemándome. Al terminar sus
palabras un viento se abatió contra ella, y esta se
apagó. En voz baja y triste la tercera vela se manifestó:
Yo soy el amor! No tengo más fuerzas que quemar. Las
personas me dejan de lado porque solo consiguen
manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de
aquellos que están a su alrededor. Y también se apagó.
De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas.
¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas y
consumirse hasta el final. Entonces la cuarta vela,
hablo: No tengas miedo niña, en cuanto yo esté
encendida podemos encender las otras velas. Entonces
la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió
nuevamente las que estaban apagadas.

(AUTOR DESCONOCIDO)

“Lo que siempre tenemos que conservar en cualquier


momento de nuestra vida, es la Esperanza...
¡Que la vela de la Esperanza nunca se apague dentro
de nosotros!
Ocupémonos de mantenerla viva...”
MECANICO DEL ALMA

Una vez iba un hombre en un auto por una larga y muy


solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a
detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo
revisó, trató de averiguar que era lo que tenía. Pensaba
que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su
auto pues hacía muchos años que lo conducía, sin
embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que
no encontraba la falla del motor. En ese momento
apareció otro auto, del cual bajó un Señor a ofrecerle su
ayuda. El dueño del primer auto dijo: -Mira este es mi
auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi
mano. No creo que tú sin ser el dueño sepas o puedas
hacer algo. El otro hombre insistió con una sonrisa,
hasta que finalmente el primer hombre dijo: -Esta bien,
haz el intento, pero no creo que puedas, pues este es
mi auto. El segundo hombre hecho manos a la obra y en
pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo
pudo arrancar. El primer hombre quedó atónito y
preguntó: -¿Como pudiste arreglar la falla si es MI
AUTO? El segundo hombre contestó: -Verás, mi nombre
es Félix Wankei. Yo inventé el motor rotativo que usa tu
auto. Cuantas veces decimos: Esta es mi vida, Este es
mi destino, Esta es mi casa... ¡Déjame a mí, sólo yo
puedo resolver el problema! Al enfrentarnos a los
problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos
puede ayudar, pues “Es MI VIDA”
Pero, te voy a hacer una pregunta: ¿Quien hizo la vida?
¿Quien hizo el tiempo? ¿Quien creo la familia? Sólo
aquel que es el autor de la vida y el amor, puede
ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la
vida. Te doy sus datos por si alguna vez necesitas un
buen “Mecánico”.
Nombre del mecánico del alma: DIOS.
Dirección: EL CIELO; Horario: 24 horas al día, 365 días al
año por la eternidad; Garantía: Por todos los siglos;
Respaldo: Eterno.
(AUTOR DESCONOCIDO)
“A veces nos sentimos como ese hombre... Nos parece
que hemos quedado tirados en la carretera de la vida y
que nadie nos puede ayudar. Nos sentimos solos frente
a nuestros problemas. Nos cerramos a que los otros nos
puedan ayudar, no confiamos en que algún otro nos
pueda tender una mano, acompañar o resolver lo que
nosotros no estamos pudiendo lograr.
Decimos: - “Es mi problema”- “Nadie puede
entender”-“Es mi dolor”- “No quiero molestar con mis
dramas”, etc. Tratamos de resolver solos nuestros
problemas y aflicciones. No nos olvidemos que Dios
tiene muchas maneras y muchos rostros para llegar
hasta nosotros. Estemos atentos a sus contactos a
través de las cosas sencillas de la vida... No
necesitamos nada sobrenatural para sentir su
presencia... Él está aquí a través de los otros...”
ÚTILES Y HERRAMIENTAS

Cuentan que existió una vez una carpintería en la que


las herramientas celebraron una reunión para arreglar
sus diferencias. Al principio de tal extraña asamblea el
martillo ejerció la presidencia, pero pronto, los restantes
miembros, le notificaron que tenía que renunciar
porque hacía demasiado ruido con sus golpes. El
martillo admitió la acusación pero no aceptó que
tomara la presidencia el tornillo porque les haría dar
demasiadas vueltas y la reunión resultaría muy
aburrida. el tornillo y todo tipo de tuercas se dieron por
aludidas pero objetaron que tampoco permitirían que la
lija capitanease la reunión porque crearía excesivas
fricciones con sus usuales asperezas en el trato.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera
expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo
a los demás según su patrón, como si fuera el único
perfecto.
En eso entró el Carpintero, se puso el delantal he inició
su trabajo. Utilizó el martillo, el metro, la lija y el
tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió
en un mueble tan bello como útil. Cuando la carpintería
quedó nuevamente sola, la asamblea reanudo la
deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el
serrucho, y dijo: “Señores ha quedado demostrado que
tenemos defectos, pero el Carpintero ha trabajado con
nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos.
Así que no pensemos más en los aspectos negativos
que observamos unos de otros y aportemos cada uno
nuestras habilidades según vemos que las aprecia el
Carpintero”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era
fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial
para afinar y limar asperezas y observaron que el metro
era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo
capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron
orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. Y a
partir de entonces, se preocuparon de ser cada cuál lo
mejor que pudieron, en su especialidad”.
(AUTOR DESCONOCIDO)

“Que importante es saber trabajar en equipo. Si cada


uno aportara lo mejor de sí, sin pensar en perfección,
con sus defectos y virtudes y fuéramos capaces de ver
en los otros lo que tienen para aportar y potenciáramos
lo mejor de cada uno...
En todas las áreas de la vida... Si fuéramos capaces de
ver la mitad del vaso llena y no la vacía...Este mundo
sería mucho mejor...”
SIR GAWIAN Y LA SEÑORA

Hace mucho tiempo, en la época del Rey Arturo y de la


reina Ginebra, vivía Sir Gawain, sobrino del rey y el
caballero más cortés y valiente de toda Inglaterra.
Un año, por Navidades, el rey y la reina recibieron a la
corte en Carlisle, en el norte del país, y entre ellos se
encontraba Sir Gawain. El día después de la Navidad, el
rey salió solo a caballo hacia el bosque. Al cabo de poco
tiempo, llegó a un lago helado en cuya orilla se
encontraba un castillo oscuro y sombrío. Mientras el rey
observaba la superficie espectacular del lago, un
caballero apareció en el portal del castillo provisto de
un mazo de considerable tamaño. El rey se fue
galopando hacia el caballero y le desafió. Pero a medida
que se fue acercando al caballero, el rey Arturo vio que
el hombre era un gigante. Era tan alto como dos jinetes
valerosos y su cara tenía una expresión feroz. El
gigante miró al rey con desprecio, empuñó su espada y
su lanza y se comenzó a reír.
-Tú eres mi prisionero.-dijo.- Pero dado que eres el rey
te ofreceré una oportunidad para quedar libre. Si en el
plazo de un año encuentras la solución a mi acertijo, te
dejaré ir.
-¿Acertijo?-preguntó el rey.- Cuéntame el acertijo.
-El acertijo es el siguiente: ¿Que es lo que más desean
todas las mujeres?-respondió el gigante.- Preséntate en
este mismo lugar y desarmado dentro de un año a
partir de hoy. Si no tienes la respuesta serás mi
prisionero. Y con otra sonora carcajada hizo girar su
caballo y se fue galopando hacia el interior de su
lúgubre castillo. El rey Arturo volvió a través del bosque
cavilando sobre el acertijo y con el miedo en el cuerpo.
Cuando llegó a la corte contó a sus caballeros todo lo
que había pasado. Cuando tuvieron noticia de que el
rey sería aprisionado en caso de no resolver el acertijo,
los caballeros comenzaron a buscar de una punta del
reino a otra, preguntándole a todo el mundo la solución
del mismo. A lo largo de sus múltiples viajes escucharon
muchas respuestas.- Joyas brillantes.- contestó un
hombre. Vestidos de ceda.- dijeron otros. Y cuando los
caballeros le llevaron esas respuestas al rey éste supo,
de algún modo, que ninguna de ellas era la correcta.
Pasó un año y, tal como había prometido, el rey Arturo
tenía que volver al castillo situado en la orilla del lago
helado. Iba cabalgando lentamente y se encontraba
muy alicaído. De repente, una voz gritó: -¿Porque está
tan triste mí lord Arturo, el rey? Miró hacia arriba y vio a
una mujer delante de él sentada sobre un tronco. Tenía
la nariz retorcida, la piel cubierta de manchas
repulsivas y el pelo enredado y apelmazado, y el rey
pensó que era la mujer más fea que había visto en toda
su vida.
-¿Porque está tan triste mí lord Arturo, el rey?- repitió la
señora fea. La señora sabe mi nombre, pensó el rey
sorprendido. Temía que hubiera detectado en su
impresión lo fea que la encontraba. Tuvo el detalle de
mirar en otra dirección cuando le respondió:
-Estoy triste porque tengo que responder una
adivinanza.- dijo.- O seré prisionero de un caballero
gigante. -¿De que se trata el acertijo?- preguntó la Sra.
fea. -¿Que es lo que más desean todas las mujeres? La
señora fea se hecho a reír. –Éste sí es fácil.- le dijo. El
corazón del rey comenzó a latir fuerte.
-Dígame la solución mí Lady.- le dijo. –Y le concederé
cualquier favor que me pida.
-¿Cualquier cosa que pida?- preguntó la señora y
esgrimió una sonrisa asquerosa. El rey Arturo volvió a
mirar prudentemente, en otra dirección cuando
contestó: -Cualquier cosa, señora.
-Entonces, deje que le susurre al oído.- dijo la señora, y
el rey se bajó del caballo, escucho y, acto seguido, sin
mirarle todavía a la cara, le dió las gracias y se fue
cabalgando. El rey llegó rápidamente al lago helado,
donde vio al caballero gigante cabalgando hacia él
proveniente del castillo sombrío. Fabiana nube. Además
en un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme

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