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LA BIOQUÍMICA DEL CEREBRO.

José Antonio Useche Colmenares

El Cerebro y su Bioquímica

El órgano más importante y característico del ser humano es el Cerebro.


Anatómicamente es la parte más voluminosa del encéfalo el cual está dividido por un
surco central denominado cisura longitudinal en los hemisferios derecho e izquierdo, a la
vez por el cuerpo calloso. En la superficie de cada hemisferio existen pliegues que forman
una serie de depresiones irregulares, surcos o cisuras. Las posiciones que adoptan estos
surcos son diferentes en cada cerebro humano y en ambos lados de un encéfalo. Esto
sugiere lo único y particular de cada ser humano que también se observa en las huellas
dactilares o en el iris del ojo. Dentro de poco tiempo, con la clonación humana habrá
repetición de estas características y por tanto muchas interrogantes frente al desafío
natural.

Los hemisferios cerebrales tiene una estructura muy parecida. Cada uno se divide en
cinco lóbulos: frontal, parietal, temporal, occipital y la ínsula de Reil. Éstos se ubican
debajo de los huesos que llevan el mismo nombre. La ínsula de Reil se sitúa en el fondo
de otra cisura denominada cisura de Silvio.

El cerebro humano contiene varios millardos de células. 100.000 millones de neuronas


poseen casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo, que proporcionan la
base fisiológica y facilitan el funcionamiento cerebral. Los circuitos formados por las
neuronas procesan información sensorial procedente del exterior y del cuerpo. El cerebro
realiza funciones sensoriales, motoras y de integración menos definidas, asociadas con
diversas actividades mentales. Los procesos controlados por el cerebro son: la memoria,
el lenguaje, la escritura y las respuestas emocionales. El funcionamiento del cerebro
depende de la interconexión de neuronas. La neurona es una unidad anatómica y
funcional independiente, integrada por un cuerpo celular del cual salen numerosas
ramificaciones denominadas dendritas, las cuales son capaces de recibir información
procedente de otras células nerviosas. El axón es el conducto a través del cual se
conduce la información en forma de corriente eléctrica. La conexión de las neuronas se
hace por contactos separados por estrechos espacios llamados sinapsis. La transmisión
de las señales a través de la sinapsis se realiza mediante sustancias químicas que son
los neurotransmisores de los cuales se han identificado hasta ahora más de veinte clases
diferentes.

El órgano más significativo del ser humano, el cerebro, tiene a su cargo las funciones
motoras, sensitivas y de integración. El hemisferio izquierdo del cerebro se especializa en
producir y comprender los sonidos del lenguaje, el control de los movimientos hábiles y
los gestos con la mano derecha. Por su parte, el hemisferio derecho está especializado en
la percepción de los sonidos diferentes al lenguaje como la música, el llanto, el susurrar y
sonidos de la naturaleza, entre otros. Así como también la percepción táctil y la
localización espacial de los objetos. Éste además, recibe y analiza los datos visuales. En
los lóbulos temporales se localiza el control de ciertas sensaciones visuales y auditivas.
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Las neuronas localizadas en la parte posterior de los lóbulos frontales o corteza


motora, controlan los movimientos voluntarios de los músculos. Estos lóbulos frontales
también están relacionados con el lenguaje, la inteligencia y la personalidad.

Los lóbulos parietales se relacionan con el tacto y el equilibrio. Por otra parte, el tronco
cerebral gobierna la respiración, la tos y el latido cardiaco. El cerebelo, el cual está detrás
del tronco, coordina el movimiento corporal manteniendo la postura y el equilibrio. Las
funciones como la memoria, el pensamiento, las emociones, la conciencia y la
personalidad dependen de áreas cerebrales aún no definidas con certeza. Hasta ahora se
han podido establecer algunas relaciones. La memoria está asociada con el sistema
límbico el cual está situado en el centro del encéfalo. Las emociones están asociadas al
hipocampo que controla la sed, el hambre, la agresión y las emociones en general. Se
cree que los impulsos que provienen de los lóbulos frontales se integran en el sistema
límbico y llegan al hipotálamo, estructura que a su vez regula el funcionamiento de la
glándula hipofisaria.

Las capacidades cognitivas se integran en el córtex, allí se encuentra la capacidad


nuestra de ser conscientes y de establecer relaciones y de razonar complejamente. La
sustancia gris es una pequeña capa que recubre el resto del cerebro. El córtex cerebral
humano es diferente al resto de los cerebros animales ya que tiene numerosos pliegues
que aumentan notablemente su superficie. Si la extendiéramos, ocuparía el área
equivalente a cuatro folios. En comparación a la de un chimpancé sólo sería de un folio, la
de una mona sería como una tarjeta postal y la de una rata como una estampilla de
correos. Los avances de hoy, siglo XXI, sugieren que si se ubica el gen que da tamaño al
cerebro, se extrae e implanta en un embrión de un chimpancé o de un elefante, se podría
lograr un ser con un cerebro como el humano en tamaño y probablemente, con su misma
inteligencia.

El cerebro humano es el órgano más desarrollado y complejo que ser sobre la tierra
posee. Su capacidad para procesar información proveniente del exterior e interior del
cuerpo y de si mismo es abismal. Su sistema de interconexión de neuronas es tan
sorprendente que la computadora más avanzada hoy (año 2002) es microscópica a su
lado en función y competencia. Esta gran diferencia es producto de la naturaleza biológica
del cerebro.

(La información científica referida en el texto presentado se ha tomado y parafraseado


de: Reith, E., Breidenbach, B., Lorenc, M. (2002) Texto Básico de Anatomía y Fisiología.
Barcelona, España: Ediciones Doym).

LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS QUE LA DAN VIDA AL CEREBRO

Las sustancias químicas que le dan vida al cerebro se denominan neurotransmisores.


Estas sustancias son vitales para la transmisión de información. Éstas son casi mágicas
en sus propiedades y capacidades. El pensamiento es un impulso eléctrico que al llegar
a la punta de una dendrita, se convierte en neurotransmisor; una vez transformado
atraviesa la separación y se conecta a otra neurona; luego sigue viajando por el cerebro.
Existen por lo menos cien tipos de neurotransmisores, algunos de los cuales se
denominan neuropéptidos. Los principales neurotransmisores que intervienen en los
procesos cognitivos son seis. Cada uno de ellos tiene una función diferente y transmite
estados de ánimo y sentimientos distintos, unos excitación o entusiasmo, relajación, otros
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conservan recuerdos. A partir de este conocimiento se deduce que estimulando la


liberación de neurotransmisores, se puede influir en nuestros estados de ánimo, y mejorar
la memoria.

Desde el punto de vista biológico, el cerebro se alimenta de glucosa. Ésta viene a ser
el combustible del cerebro. Sin embargo, el exceso o su escasez puede ocasionar daños
fisiológicos.

Las sustancias químicas, neurotransmisores, más poderosas para hacer funcionar el


cerebro son: acetilcolina, noradrenalina, dopamina, serotonina, l-glutamato, ácido
gamma-amino butírico (GABA), endorfinas.

ACETILCOLINA. Es el neurotransmisor más importante para la memoria y el


pensamiento. La poca capacidad para concentrarse o la mala memoria cuando aún se es
joven pueden ser causa de la falta de acetilcolina. La producción de acetilcolina se puede
favorecer consumiendo la lecitina, vitaminas B, C y ciertos minerales. Este
neurotransmisor es el que más abunda en el cerebro, se concentra en el hipocampo,
centro principal de la memoria. Este neurotransmisor se produce dentro de las neuronas
con un complicado proceso químico que requiere oxígeno, glucosa y colina.

NORADRENALINA. Ésta es una hormona que tiene función de neurotransmisor, también


se le da el nombre de norepinefrina. La misma es esencial para transportar los recuerdos
almacenados en la memoria inmediata del hipocampo al almacén de memoria de largo
plazo del neocortex. Es la sustancia química que nos permite recordar acontecimientos
felices y dolorosos. Ella es excitante, si hay mucha no podremos conciliar el sueño y si
escasea la tendencia es adormecer hasta el impulso sexual. La función principal de la
noradrenalina es mantener a la persona de buen humor. Para reconstruir este
neurotransmisor es importante el consumo de aminoácidos o proteínas parciales.

DOPAMINA. Este neurotransmisor controla el movimiento físico.


La dopamina disminuye con los años. El bajo nivel origina el mal de Parkinson. El
mantener la dopamina alta ayuda a la longevidad física y la del cerebro. El Dr. Singh
(1998) recomienda el fármaco Deprenyl para mantener alto el nivel de dopamina. El nivel
alto de dopamina ayuda a mejorar el ánimo, la capacidad sexual y a recordar. Además la
dopamina ayuda a mantener el sistema inmunológico. Este neurotransmisor estimula la
glándula pituitaria que segrega la hormona del crecimiento.

SEROTONINA. Este neurotransmisor se encarga de la sensación de agrado o bienestar.


El fármaco Prozac aumenta la serotonina en el cerebro. La serotonina ayuda a conciliar el
sueño y controla el dolor. La serotonina es un derivado del aminoácido L-triptófano.

L-GLUTAMATO. Es un neurotransmisor poco conocido pero se ha demostrado que


también es un neurotransmisor de la memoria, también nivela la secreción excesiva de
cortisol. Cuando el nivel de L-G es bajo hay debilidad de la función cognitiva.

GABA (ácido gamma-amino butírico) Este neurotransmisor es calmante, relajante, regula


la sobre información en el cerebro. El nivel bajo de GABA genera tensión y ansiedad.

ENDORFINAS. Estos químicos no son neurotransmisores pero tienen algunas funciones


parecidas. Estas se liberan cuando hay estrés y alivian el dolor y la angustia. Las
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endorfinas estimulan el interés, la atención y la concentración. Ellas protegen de los


efectos físicos y químicos del estrés extremo.

Un cerebro que no es alimentado adecuadamente tiene problemas en un mediano o


largo plazo. Como todo el cuerpo humano, el cerebro necesita de las sustancias
específicas que le permitan su desempeño. El Dr. Singh (1998) sugiere y recomienda una
dieta balanceada que añade suplementos vitamínicos y adaptógenos para mantener y
regenerar los neurotransmisores. Su sugerencia se orienta hacia los antioxidantes los
cuales tienen una capacidad restauradora increíble. Entre los antioxidantes más
importantes se encuentran las vitaminas C y E, la coenzima nutritiva Q-10 y los minerales
cinc y selenio así como el péptido glutatión y los aminoácidos L-metionína y L-taurina.

Montes de Oca (2002) reporta datos sobre un trabajo de la endocrinólogo Daniela


Jakubowicz en un artículo denominado “Quien no desayuna se come sus propios
músculos”. En ese sentido, se plantea que del desayuno dependen la memoria y la
capacidad de concentración. El equilibrio o desequilibrio de sustancias como la dopamina
y la serotonina estimula y adormece, respectivamente, nuestra capacidad de
concentración y atención. El nivel de esas sustancias del cerebro están relacionadas,
instante a instante, de lo que hemos comido. Para mantenernos despiertos, alertas e
inteligentes lo que ingerimos debe contener suficientes proteínas, además de
carbohidratos. Si no es así no tiene efecto positivo. En las mañanas la capacidad de
atención, concentración y alerta dependen, especialmente, de que exista un suministro
continuo de azúcar (glucosa) al cerebro porque este órgano no posee ningún sistema
para almacenar combustible, y debe tomar pequeñas dosis de glucosa de la sangre para
funcionar. De tal modo, los alimentos que ingerimos en la mañana deben contener
proteínas como leche, quesos, jamón, pechuga de pollo o de pavo ya que el hígado
tomará de ellas sustancias para transformarlas en azúcar y enviarlas al torrente
sanguíneo poco a poco; así se mantendrá el cerebro en buen funcionamiento. Las
proteínas estimulan directamente la síntesis de adrenalina y dopamina en el cerebro las
cuales aumentan la capacidad de atención y alerta.

La biología y la química del cerebro son parte del sistema general del cuerpo humano.
La adecuada alimentación y equilibrio químico de los procesos del cuerpo influyen y son
parte fundamental del funcionamiento cerebral. De tal manera que para comprender la
estructura del pensamiento es indispensable también comprender el funcionamiento
bioquímico del cerebro.

La estructura del pensamiento se ha planteado como el contacto o sinapsis entre


grupos de neuronas. Conexión que se produce cuando el cerebro recibe información
externa e interna y se convierte en impulsos eléctricos que se desplazan entre las
neuronas. Sin embargo, esas neuronas están formadas de neurotransmisores o
sustancias químicas que de acuerdo con su cantidad o combinación generarán una
reacción de pensamiento para actuar en el cuerpo o se exprese en acciones, operaciones
o en lenguaje.

El funcionamiento de las neuronas es posible sólo si hay glucosa en el cerebro ya que


es el único combustible que éste utiliza. La energía que produce este combustible se
transforma en electricidad y precisamente la comunicación entre neuronas se produce
con impulsos eléctricos. Estos impulsos son pensamientos. Todavía es impreciso describir
cómo es esa estructura de pensamiento en un impulso eléctrico. De tal manera que falta
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mucho por descubrir en el cerebro humano y en cómo se explica la energía que da vida
en el ser humano.

En el campo psicológico y educativo se ha escrito bastante sobre teorías del


aprendizaje, teorías del comportamiento y teorías de la enseñanza y teorías de la
inteligencia, entre otras. Todas ellas se basan en resultados externos y a partir de allí se
plantean supuestos de hechos internos; por ejemplo, cómo ocurre un proceso cognitivo, o
cómo ocurre un aprendizaje. Sin embargo, no se establece relación bioquímica sobre
esos supuestos. Metafóricamente sería comprender o tratar de comprender desde
diferentes perspectivas un software y desconocer totalmente el hardware. Quizá gran
parte de los fracasos de la práctica de una teoría que supone por ejemplo un aprendizaje
en los individuos está en el desconocimiento del funcionamiento bioquímico del organismo
y en particular, del cerebro.

Promover el aprendizaje significativo o la creatividad en estudiantes es importante pero


también es indispensable que se promueva la alimentación adecuada que permitiría un
funcionamiento eficaz del cerebro.

En conclusión, la bioquímica del cerebro es tan importante como la mente o la


expresión del pensamiento. Cuando se conoce cuáles son y cómo funcionan los
neurotransmisores, además de comprender cómo se alimentan éstos, entonces podemos
comprender e incluso mejorar teorías del aprendizaje, de la enseñanza o del
comportamiento social de los individuos. Por otra parte, las manifestaciones creativas
pueden explicarse también por la reacción bioquímica del cerebro. Los estudios sobre
las creaciones de ciertos personajes supone que hubo alteraciones o cambios
momentáneos de la composición química de los neurotransmisores. Este hecho al
parecer es inducido o producido por las sustancias que ingieren en un determinado
momento los individuos. García Márquez (2002) comenta que se sentía motivado a
escribir cuando se fumaba un habano porque le volaban las ideas. Es decir tendríamos
que verificar cómo se produce una alteración química en un neurotransmisor para que se
produzcan conexiones inesperadas que dan como resultado en algunos casos creatividad
o tipos de pensamientos no comunes.

En el mismo orden de ideas, Denham Harman (2002), profesor emérito de medicina de


la Universidad de Nebraska y autor de la teoría de los radicales libres y su influencia en el
envejecimiento, señala que todas las células, incluidas las cerebrales, se ven atacadas
durante toda la vida por sustancias químicas inestables llamadas radicales libres que
resultan de la acción de respirar, comer y simplemente de estar vivos. Con los años los
radicales libres provocan daños en las células lo que disminuye la producción de energía.
En las neuronas, los ataques de éstos originan que las dendritas se encojan y que la
sinapsis se desvanezca, reduciendo espectacularmente las capacidad de comunicación
de la célula.

Una forma de reducir los radicales libres es mediante el consumo de antioxidantes. Las
células que puedan comunicarse podrán generar pensamiento. De lo contrario cualquier
teoría o modelo que pretenda explicar el pensamiento sin considerar la constitución de las
células cerebrales no podría tener éxito.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Del Giudice L. (2002) . Sistema Nervioso Central. http://www .utenet.com.es

García M. (2002). Hay que vivir la vida para contarla. Barcelona. Ed. Urano.

Montes de Oca A. (24 de nov, 2002). “Quién no se desayuna se come sus propios
músculos”. El Nacional. C/4.

Reith E. y Lorevic M. (2002). Texto Básico de Anatomía y Fisiología. Barcelona Es. Ed.
Doym.

Singh, D. (1998). Rejuvenece tu cerebro. Barcelona: Ed. Urano.

_______ Psicología Práctica. http://www.globus.com.es/

M Sc José Antonio Useche Colmenares


Instituto Pedagógico de Rubio .Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

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