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Especial Oposiciones: todo lo que

necesitas para conseguir un empleo fijo


Ser funcionario y trabajar para la
Administración Pública es una opción
cada vez más considerada por los
españoles. Actualmente en nuestro país
hay más de 2,5 millones de
funcionarios y el 72% de la población
querría trabajar en la administración
pública.

Con la crisis económica llegó el


desempleo, el paro, la reducción de
salarios y, a su vez, un temor constante y cada vez más grande a lo que pueda ocurrir en
el futuro laboral de cada uno. Por eso, los sueldos seguros y el trabajo fijo de por vida
que ofrece el hecho de ser funcionario son un gran aliciente para presentarse a unas
oposiciones. Son muchas las ventajas de ser funcionario pero el proceso para entrar en
la administración pública es largo e implica un gran esfuerzo. Por eso es
imprescindible estar preparado y conocer bien las características de este sector.

¿Por qué ser funcionario en España?


Con la crisis y el aumento del paro se ha incrementado, también, el número de
aspirantes a ser funcionarios en España. Concretamente el 72% de las personas
quieren trabajar en la administración pública mientras que sólo el 4% quiere ser
empresario.

Actualmente en España existen más de 2,5 millones de


funcionarios, una cifra que sólo es superada por
Francia (5,2 millones), Alemania (4,5 millones),
Polonia (3,5 millones) e Italia (3,4 millones). Esta cifra
coloca a España en la quinta posición de la Unión
Europea en relación al número de funcionarios,
superando la proporcionalidad en la UE respecto a la
relación de ciudadanos corrientes sobre empleados
públicos, existiendo 18 funcionarios por cada habitante.

Son muchas, pues, las personas que quieren ser


funcionarios. Mientras una pequeña parte decide
trabajar en la administración pública por vocación de
servicio al país, la gran mayoría se sienten atraídos
por el sueldo y los horarios de los que disfruta el
funcionariado. El hecho de realizar unas oposiciones a
funcionario es una buena opción para conseguir un
trabajo seguro.
¿Cuales son las ventajas de ser funcionario?

Hay varios factores que hacen que ser funcionario en España sea especialmente
atractivo. Veamos algunos de ellos:

-Un trabajo seguro. Ser funcionario implica tener un empleo seguro para toda la vida,
implica poder perder el puesto pero no la plaza de trabajo. Esto, en tiempos de crisis y
cuando el estrés laboral está muy presente en nuestra sociedad, es un gran aliciente,
porque a pesar de los duros momentos económicos que viva el país, siempre tendremos
un sueldo fijo. Además, este sueldo fijo y de por vida permite al trabajador poder
plantearse y organizar su futuro a largo plazo, sin tener que estar pendiente de si en unos
años seguirá en el trabajo actual o estará desempleado, etc.

En el caso de las personas de una cierta edad es algo especialmente importante, ya que,
por lo general, si una persona mayor se queda sin empleo le será mucho más difícil
encontrar un trabajo que a una persona más joven.

- Estabilidad emocional. El hecho de ser funcionario de la Administración Pública, por


ejemplo y tener un empleo seguro ofrece al trabajador una gran y agradecida estabilidad
emocional, ya que se evita preocuparse por asuntos cómo el buscar trabajo, el
desempleo…

- Un buen horario laboral. Los funcionarios disponen de un buen horario laboral que
les permite tener tiempo libre. En muchos empleos públicos se trabaja solo por las
mañanas, de manera que los funcionarios tienen más horas libres que otros trabajadores
de empresas públicas, en las que a veces las horas extras son demasiado habituales.
Además, a menudo se libra los fines de semana y se hacen menos de 8 horas diarias.
Estos horarios permiten tener más tiempo libre para dedicar al descanso o a hacer otras
actividades y hobbies…

- Salarios seguros y medios. Respecto a los salarios, el hecho de ser funcionario


también tiene sus ventajas. Si bien es cierto que en algunas empresas privadas el sueldo
de los trabajadores es mayor, en el caso de los funcionarios la ventaja recae en que en
épocas de crisis su sueldo puede congelarse, pero rara vez disminuye. Además, los
funcionarios tienen derecho a pagas extras y sus salarios están regulados por la ley.

- Formación continua. Aunque


muchos no lo sepan, la Administración
pública ofrece a los funcionarios la
posibilidad de asistir a numerosos
cursos de formación. Esto permite a los
trabajadores mantenerse al día,
sobretodo en trabajos relacionados con
la tecnología. Hay que decir, que estos
cursos de formación continua son
totalmente voluntarios, y que el
trabajador no perderá su puesto por el
hecho de no hacerlos.
- Protección ante la ley. La Administración, por su condición de ser de carácter
público, se ve obligada a cumplir al pie de la letra las leyes de igualdad, permisos de
enfermedad o bajas, huelgas… No es que en las empresas privadas no se cumplan estos
deberes, pero siempre se corre más riesgo que en el sector público, en el que los
directores no pueden tomar represalias de ningún tipo en contra de un trabajador por
ejercer sus derechos.

- Por último, una de las características más gratificantes para los funcionarios: los días
de vacaciones. Los trabajadores de la administración pública tienen derecho a un mes
de vacaciones, pero además pueden disponer de 6 días de asuntos propios al año.
También optan a una excedencia ilimitada por motivos personales (aunque esta
requerirá haber trabajado al menos 5 años en la Administración), además de las
excedencias por maternidad, licencia por estudios, etc.

Todas estas ventajas concluyen en lo que podríamos llamar una gran ventaja general:
una mejor calidad de vida. Los horarios y salarios de los funcionarios, sus periodos de
vacaciones y su protección ante la ley hacen que estos trabajadores dispongan de unas
mejores condiciones de vida, que puedan conciliar mejor la vida laboral y la familiar,
que estén más a gusto con y en su empleo y menos preocupados. En resumen, una
mayor comodidad, tranquilidad y calidad de vida que hace que muchos quieran ser
funcionario.

¿Qué tipos de funcionarios existen?


Un funcionario es aquella persona que
trabaja en un organismo del Estado,
para el servicio de la Administración
Pública Española, y desempeña
funciones retribuidas en ésta. Pero
encontramos diferentes tipos de
funcionarios, dependiendo de la clase
de contrato que tengan, las labores que
desempeñen o los estudios de los que
dispongan.

Tipos de funcionario según el


contrato y las labores que desempeñan

Funcionario de carrera
Se trata de aquellas personas que trabajan para la Administración Pública de forma
permanente. Son funcionarios que han superado un proceso selectivo o de oposición y
ocupan plazas dotadas con presupuestos establecidos para ello.

Funcionario interino
Los funcionarios interinos trabajan cómo tales, o bien para un programa de carácter
temporal o bien debido a un exceso o acumulación de tareas en la Administración en un
momento determinado. Su contrato es de un máximo de 6 meses dentro de un período
anual.

Realizan, pues, servicios transitorios y ocupan plazas reservadas a los funcionarios de


carrera. Su trabajo acaba cuando sus servicios dejan de ser necesarios.

Personal eventual
Los trabajadores de esta categoría se caracterizan por su función no permanente en la
Administración. Realizan funciones expresas y concretas, normalmente trabajos de
confianza o de asesoramiento no reservados a funcionarios. Su cese se acuerda
libremente y no requiere ninguna indemnización.

Personal laboral
Forman parte del personal laboral todos aquellos trabajadores que prestan servicios
retributivos a la Administración Pública. Podrán tener un contrato fijo, por tiempo
indefinido o temporal.

Tipos de funcionarios según su trabajo y titulación

Según el tipo de trabajo que realizan los funcionarios, las competencias que
desempeñan, así como la especialidad y titulación requeridas, se dividen en varios
grupos. Dentro de cada uno de estos grupos existen diferentes cuerpos, dependiendo de
la titulación que tengan los funcionarios y las funciones asignadas. A su vez, los
cuerpos se dividen en Escalas, dependiendo de las funciones específicas que realizan
dentro de cada cuerpo.

Grupos de funcionariado

Grupo A (grupo A1 y A2): pertenecen


a este grupo aquellos cuerpos o escalas
que requieran la posesión de un título
universitario, concretamente doctores,
licenciados, ingenieros superiores y
arquitectos. Los funcionarios de este
grupo realizan tareas principalmente de
dirección y alta gestión.

Grupo B: este grupo está formado por


funcionarios con un título de Técnico
Superior (Ingenieros Técnicos o Arquitectos Técnicos) o con una diplomatura
universitaria. Realizan tareas de ejecución y gestión.

Grupo C (grupo C1 y C2): forman parte de este grupo los funcionarios a los que para
ejercer su trabajo se les exija alguno de los siguientes títulos: Bachiller Superior, BUP o
Ciclos Formativos de Grado Superior. Son trabajos de carácter administrativo,
secretaría y oficina, de mantenimiento de archivos, etc.
Grupo D: para ser funcionarios del grupo D es necesario tener el Graduado en ESO. En
este caso las tareas a realizar son administrativas de apoyo.

Grupo E: en este grupo se encuentran los funcionarios con Certificado de Escolaridad.


Desempeñan tareas manuales y auxiliares.

Cuerpos de funcionariado
Cuerpos generales: son aquellos cuerpos en los que se realizan tareas comunes en el
ejercicio de la actividad administrativa.

Cuerpos especiales: los Cuerpos Especiales desempeñan actividades de un oficio o


profesión en concreto.

¿Cómo aprobar unas oposiciones?


Son muchas las personas que quieren acceder a la
administración pública, bien sea por vocación o por
disfrutar de las ventajas de ser funcionario. Pero para
conseguir un empleo de este tipo hay que pasar unas
pruebas: las oposiciones. Estos exámenes no son
fáciles y los que deciden estudiar oposiciones tienen
que renunciar a muchas cosas de su vida diaria.

Por ofrecer algunos datos aproximados, la mitad de las


personas que se apuntan para presentarse a unas
oposiciones luego no acaban haciendo el examen. De
los que sí que se presentan, la mitad no han estudiado
pero van a probar suerte. Y la mitad de los que han
estudiado, lo han hecho en los últimos días. Sólo solo
una octava parte de los opositores han estudiado a
fondo, lo que indica que preparar unas oposiciones no se puede hacer de cualquier
manera y sin meditarlo previamente.

Además, el hecho de que existan pocas plazas de trabajo en comparación con el número
de personas que se presentan a una oposición, todavía complica más las cosas.

Pero aprobar es posible y puede no ser tan duro si se tienen en cuenta una serie de
pautas a la hora de estudiar para una oposición. Os dejamos con algunos de estos
consejos:

Consejos para estudiar oposiciones

Antes de empezar a estudiar…


Antes de sentarse delante de los libros es aconsejable seguir una serie de indicaciones
previas.
- Empezar con ganas. Antes de empezar con el estudio hay que ser consciente de lo
que se va a hacer. Hay que empezar con ganas, estar motivados para que el trabajo no
sea tan duro. Para ello podéis pensar en los resultados que obtendréis si el examen os
sale bien.

- Organizar y planificar el trabajo. La cantidad de temario a estudiar es muy grande,


por lo que una buena organización es imprescindible para no quedarse corto de tiempo o
ir demasiado agobiado. Para ello hay que ser realista, tener en cuenta los horarios que
uno tiene, su día a día, y gestionar el tiempo con un planning adaptable y con opción a
rehacerlo siempre que sea necesario, ya que siempre pueden surgir situaciones y
actividades imprevistas que nos deshagan nuestros planes. Una buena idea para
organizarse es crear un cuadro en el que se sinteticen las tareas a hacer cada día, los
temarios a estudiar, las horas que se dedicaran al estudio…

- ¿Cuándo y cuánto estudiar? Es aconsejable estudiar siempre a la misma hora y


dedicando el mismo tiempo cada día. Dependiendo del tipo de oposición y los
conocimientos previos, se dedicaran más o menos horas, aunque lo aconsejable son
unas ocho horas.

¿Cómo estudiar?
Ha llegado el momento de empezar a estudiar, así que con constancia, paciencia y
algunos consejos más tendremos que preparar todo el temario.

- Dosificarse. A pesar de necesitar de bastantes horas diarias para estudiar, también hay
que dosificarse para no saturarse ni agobiarse más de lo necesario. Insistimos que lo
mejor es ser constante.

- Marcarse objetivos diarios, semanales y mensuales. Éstos servirán para estimular el


estudio y llevar un control periódico de las tareas a realizar.

- Apuntarse a academias para preparar las oposiciones. Además, es importante ir


concorde con los preparadores a la hora de estudiar uno por su cuenta propia. En las
academias se realizarán pruebas y hay que tenerlas preparadas.

- Ir repasando lo que se estudia. La preparación de unas oposiciones es larga y puede


durar incluso años. Por eso es imprescindible repasar el temario estudiando para
mantenerlo fresco.

- No dejar las cosas para el último momento. En el caso de los opositores es más que
válido el dicho “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. No sirven excusas.
Hacer grandes maratones de estudio sólo servirá para perder el tiempo.

- Hacer simulacros de exámenes, controles periódicos mínimo una vez al mes. Éstos
ayudan no sólo a repasar, también a familiarizarse con el temario de las oposiciones, el
modelo de examen, la extensión, el tiempo de realización… Además también ayuda a
darse cuenta de las cosas que se llevan más flojas, ya que en el momento de
enfrentarnos a un examen preparatorio suelen surgir dudas que no nos habíamos
planteado.
- Utilizar elementos gráficos que nos ayuden con el estudio y a memorizar el temario.
Los resúmenes, las tarjetas índices y los mapas mentales son muy útiles para sintetizar y
retener información.

Consejos para el día antes del examen


- Unos días antes es recomendable desplazarse al lugar en el que se realizará el
examen, para ver el tiempo que tardamos en llegar, si suele haber tráfico… Así
evitamos imprevistos en la medida de lo posible. Aún así deberemos ir con tiempo el
día del examen.

- Estar tranquilo y evitar todo aquello que nos ponga nerviosos y altere.

- Prepararse el material que se necesita para el examen: dni, bolígrafo, lápiz,


calculadora, diccionario…

- Descansar y dormir bien para estar lo más fresco posible durante el examen. No es
una buena idea estudiar la noche antes ya que lo que haremos será ponernos más
nerviosos y no descansar.

- Y al día siguiente… a por ello!

10 consejos rápidos para aprobar tu


oposición
Por muy prometedor que sea
nuestro futuro como
funcionario, hay un hecho
incuestionable: obtener la plaza
no es fácil. La dificultad, eso sí,
varía mucho de unas categorías
a otras. Las oposiciones más
sencillas de la categoría C
pueden componerse de tan solo
10 temas; las más complejas de
la A como, por ejemplo, los
puestos más elevados de la
Administración de Justicia
(jueces, fiscales, etc…), pueden
llegar a superar los 400. Unas y
otras, especialmente las más largas, requieren una gran dosis de paciencia, disciplina y
autocontrol.

Aquí tienes algunos consejos para aprobar tu oposición y llegar con éxito a tu meta: ser
empleado público.

1.- Mentalízate: Estudiar una oposición es un reto. Requiere una preparación


psicológica similar a la de un deportista de elite. Lograr tu objetivo debe convertirse en
tu máxima prioridad. Si eso implica renunciar temporalmente a otras cosas (como salir,
trasnochar o dedicarse a hobbies absorbentes), debes estar dispuesto a renunciar. Más
adelante dispondrás de tiempo de sobra para dedicarte a ellas.

2.- Busca apoyo: Habla con tu familia y con tus amigos. Explícales lo importante que
es para ti aprobar la oposición. Necesitarás que te entiendan y te animen. Pídeles que te
liberen temporalmente de algunas obligaciones domésticas y que no te presionen
constantemente para salir.

3.- Planifica: No improvises. Con ayuda de un calendario, decide qué temas vas a
estudiar, en qué orden y cuándo. Los expertos aconsejan empezar por los de dificultad
media, continuar con los más difíciles y acabar con los fáciles.

4.- Haz esquemas: Lo ideal es abordar cada tema varias veces, con distintos enfoques:
una primera lectura rápida para tomar contacto; una segunda lectura, fluorescente en
mano, para subrayar lo esencial. A partir de ahí estarás listo para elaborar un esquema,
que te permitirá estructurar mejor los conocimientos. Por último, autoevalúate con un
repaso final. Explicar lo aprendido en voz alta es muy útil para detectar lagunas y ayuda
a memorizar mejor los contenidos.

5.- Sé constante: Una oposición es una carrera de fondo. No sirve de nada pegarse un
panzón de estudiar durante dos o tres días, si después vas a cansarte y a dejarlo durante
una semana. Ponte un horario realista y cúmplelo. Entre 6 y 8 horas diarias serán
suficientes para una oposición de categoría B. Las oposiciones de categoría A pueden
exigir una dedicación mayor, de unas 50 horas semanales.

6.- Descansa: Una cosa es renunciar a las actividades que más te distraen y otra muy
distinta eliminar el ocio por completo. Para rendir bien, necesitas reservar algo de
tiempo para ti. Asegúrate de dormir entre 7 y 8 horas cada noche, tómate 10 minutos de
descanso cada hora y dedica algo de tiempo cada día a algo que te guste.

7.- Si es necesario, recurre a profesionales. Una academia o un buen preparador


particular te ayudarán a resolver dudas, a marcarte un buen ritmo de estudio y a evaluar
tus conocimientos. Además, su experiencia formando opositores les convierte también
en un buen apoyo moral. A menudo te comprenderán mejor que tu propia familia.
Puedes encontrar buenos centros de preparación en el buscador de Iberestudios.

8.- Visita el lugar del examen. No hay nada más estresante que enfrentarse a lo
desconocido. Evítate esa angustia innecesaria visitando el lugar del examen con varios
días, incluso semanas, de antelación. Sabrás de antemano dónde está todo: el aula, los
lavabos, el punto de información… Y lo que es más importante, cuando llegue el día
clave sentirás que dominas la situación.

9.- Las últimas 24 horas, jornada sabática. Si dedicas el último día a repasar,
solamente lograrás ponerte más nervioso. En lugar de eso, prepara la documentación
que necesitarás al día siguiente (DNI, resguardo del pago de tasas, varios bolígrafos y
lápices, un tentempié…) y déjala en un lugar visible, junto a la puerta de entrada. El
resto del tiempo, pásalo haciendo alguna actividad tranquila: pasear, leer, jugar al
ordenador… Imagina que eres un deportista concentrado en un hotel antes de una final:
ya has entrenado duro durante meses, ahora preocúpate de estar descansado y en forma.
10.- No te rindas. Mantén siempre una actitud positiva. Si te has embarcado en esto es
porque puedes conseguirlo: no dejes que nada afecte a tu autoestima. Si te invaden
pensamientos negativos, del tipo “no lo lograré”, “hay pocas plazas”, “los demás sabrán
más que yo”, recuérdate a ti mismo cuáles son tus puntos fuertes. No dudes nunca de tu
capacidad: tarde o temprano, el esfuerzo habrá valido la pena.

Los funcionarios más buscados ¿qué


oposiciones me ofrecen más
oportunidades?
En los últimos años, la oferta y la
demanda de oposiciones se ha visto
marcada por la crisis y el número de
plazas convocadas para funcionarios,
ha bajado. Sin embargo, el hecho de
que nos facilite un trabajo fijo, lo
convierte en un área laboral muy
atractiva.

Hay quien, por vocación, tiene muy


claro a qué quiere dedicarse en la vida.
En cambio, muchas personas que
quieren ser funcionarios se deciden por una oposición u otra o bien dependiendo de las
condiciones laborales que estas ofrezcan o bien teniendo en cuenta el número de ofertas
y demandas que hay en cada una. Veamos qué oposiciones son las más buscadas y las
que nos ofrecen mayores oportunidades.

¿Cuáles son las oposiciones que ofrecen más plazas?

Justicia es la oposición que más plazas ofrece este año, con un total de 1.274. Le
siguen la Administración del Estado, con 795, las Fuerzas Armadas con 277, la
Policía Nacional con 228 y la Guardia Civil con 227.

Las oposiciones de magisterio también ofrecen muchas plazas, a pesar de la gran


polémica que han causado últimamente. Después de que muchas comunidades
autónomas se negaran a abrir convocatorias para estas oposiciones, finalmente son 11
comunidades en las que se podrá conseguir una plaza: Castilla y León, Extremadura,
Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana Aragón, Baleares, Galicia, Madrid,
Navarra y el País Vasco.

Por otro lado están las oposiciones más buscadas, ya sea por el número de plazas que
ofrecen, como por sus condiciones laborales, lo que crea un mayor interés entre los
opositores.
Un ejemplo es el caso de las plazas de auxiliar administrativo, que son de las más
buscadas junto a las de Policía Nacional. A estas debemos añadir las oposiciones a
Cuerpo de Bomberos, Guardia Civil, Auxiliar de justicia, Gestión Procesal y
Administrativa, Ayudante de Instituciones Penitenciarias, Agente de Hacienda Pública,
Mossos d’Escuadra, Policía Local y Cuerpo de la Ertzaintza.

Catálogo de ocupaciones de difícil cobertura

En el lado opuesto a todos estos empleos más demandados y necesitados encontramos


un grupo de trabajos que no cubren todas las vacantes que ofrecen.

El catálogo de ocupaciones de difícil cobertura recoge todas estas ofertas y las


publica trimestralmente. La finalidad es que los Servicios Públicos de Empleo ofrezcan
puestos de trabajo a extranjeros. Éstos tendrán así la posibilidad de tramitar la
autorización de residencia y trabajo en España y, por su parte, el empleado logrará
ocupar la plaza vacante.

En el primer trimestre del 2011 destacan las ofertas de empleo en medicina general en
las islas Baleares y Canarias, así como en Cataluña. Por otro lado los ingenieros
también están muy buscados en la mayoría de comunidades. Todas las ofertas se pueden
encontrar en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura del primer trimestre del
2011.

Funcionarios interinos y personal


laboral. ¿Cuál es la diferencia?
Obtener un puesto de trabajo para siempre es
el sueño de muchas personas y, desde luego,
de cualquier opositor. Pero trabajar en la
Administración Pública no siempre supone
conseguir directamente una plaza vitalicia.
En ayuntamientos, ministerios y organismos
autonómicos también se puede trabajar en
otros regímenes laborales. Te contamos todas
las opciones posibles para ser empleado de la
Administración Pública en España.

Funcionario de carrera: El puesto fijo al


que aspiran todos los opositores. Se accede
mediante oposición, concurso-oposición o,
en ocasiones, simple concurso. En cualquier
caso, es imprescindible que se trate de una
plaza fija, con un presupuesto específico,
convocada mediante publicación en un
boletín oficial. El proceso de selección debe
ser transparente, imparcial y equitativo, con igualdad de oportunidades para todos los
candidatos.
Convocar estas plazas requiere un proceso lento y complejo de burocracia interna. Por
eso no es raro que, entretanto, las tareas de este puesto se cubran con otro tipo de
personal.

Personal interino: Comparten con los funcionarios de carrera casi todas las
características, excepto la más codiciada: la permanencia. Como en el caso de los
funcionarios, sus condiciones de trabajo se rigen por el derecho administrativo, no el
derecho laboral. Es frecuente que se los seleccione mediante oposición o concurso-
oposición, exactamente igual que a los funcionarios de carrera, y deben reunir los
mismos requisitos que éstos. Sin embargo, cuando su presencia ya no es necesaria,
pierden su puesto y su condición de funcionario interino.

¿En qué casos se puede contratar personal interino?

• Para sustituir provisionalmente a funcionarios de carrera que tengan


derecho a reserva de plaza y destino (sería el caso de una baja de larga duración
o una excedencia por maternidad).

• Para ocupar temporalmente una plaza nueva que más adelante se otorgará
a un funcionario de carrera. Esta opción es la más interesante. Convocar una
plaza fija implica una serie de trámites internos que pueden demorarse varios
años. Entretanto, el puesto de trabajo se cubre con personal interino. En el
momento en que se convocan las plazas fijas, ese puesto de trabajo quedará
abierto a cientos de aspirantes, teóricamente en igualdad de condiciones. No
obstante, en estos casos es muy habitual que, junto a la oposición (examen) se
convoque un concurso de méritos. Haber ocupado temporalmente una plaza
similar a la que se oferta suele representar una ventaja para el candidato. El
funcionario interino deberá superar el examen, como todos los demás, pero
contará con algunos puntos extra gracias a su experiencia previa.

• Para realizar tareas urgentes o estrictamente temporales.

Personal laboral: Determinados puestos de la Administración Pública pueden cubrirse


con empleados normales y corrientes, que se rigen por el Estatuto de los Trabajadores,
exactamente igual que cualquier trabajador del sector privado. No obstante, se les
considera al mismo tiempo, empleados públicos. En función de la duración de sus
contratos, se dividen en:

• Personal laboral fijo.


• Personal laboral por tiempo indefinido.
• Personal laboral temporal.

El personal laboral temporal sólo debe contratarse en situaciones excepcionales, para


tareas de duración limitada. Las plazas del personal laboral fijo deben cubrirse mediante
oposición, concurso-oposición o concurso de méritos.

La principal diferencia entre los miembros fijos de plantilla y los funcionarios de carrera
es que los primeros no pueden actuar como fedatarios. Es decir, no cuentan con la
presunción de verdad (la palabra de un funcionario en asuntos relacionados con su
trabajo se considera, de entrada, cierta) ni pueden dar fe de la autenticidad de un
documento. Eso sí, su experiencia en la Administración Pública les sirve para
acumular méritos en caso de que decidan presentarse a una nueva plaza mediante
concurso.

Personal eventual: Es la figura menos definida del sistema laboral público. Ocupan
puestos temporales de confianza o asesoramiento especial. La gran diferencia con
respecto al personal laboral temporal es que su actividad no da derecho a acumular
puntos de mérito. A diferencia de los funcionarios interinos y del personal laboral, su
experiencia como empleados públicos no les otorga ventajas para obtener una
plaza fija mediante concurso de méritos.

Puedes encontrar convocatorias activas para todos estos tipos de empleo público en
www.oposicionesaldia.com

Trabajar en la Administración Pública:


un puesto para toda la vida
En estos tiempos de inestabilidad
laboral, cada vez son más las
personas que se deciden por una
carrera en la Administración
Pública. Los salarios no son altos,
pero sí razonables; los horarios
permiten una buena conciliación
con la vida familiar y -el
argumento definitivo- si la plaza que
se obtiene es de funcionario, el
puesto de trabajo está prácticamente
asegurado de por vida. Incluso en el
caso de convertirse en personal
laboral fijo, en cuyo caso los
contratos se rigen por el Estatuto de
los Trabajadores, la rígida normativa
interna de la Administración hace
muy difícil perder el puesto por un despido improcedente. Además, las normas relativas
a permisos, vacaciones, excedencias maternales, etc… se respetan mucho más que en la
industria privada.

¿Quiénes pueden ser funcionarios?

Los requisitos para presentarse a funcionario son pocos, pero deben cumplirse a
rajatabla:

• Nacionalidad española. En algunas convocatorias se admite también a


extranjeros comunitarios.
• Mayoría de edad. Es preciso tener más de 18 años en casi todos los casos, salvo
en determinadas plazas de las categorías de subalternos, en que la edad mínima
se rebaja a 16.
• No estar inhabilitado para ejercer la función pública ni haber sido objeto de un
expediente disciplinario en la Administración Pública. Es decir, a los
funcionarios que hayan perdido su condición a causa de un comportamiento
irregular no se les permite volver a presentarse a otra plaza.
• No padecer enfermedades o defectos físicos que impidan desempeñar las
funciones del puesto. Esto no significa que el empleo público esté vedado a
enfermos crónicos o discapacitados. Todo lo contrario: en las convocatorias
múltiples se suele reservar un porcentaje de plazas a candidatos con certificado
de discapacidad. Sólo es necesario que la discapacidad no sea incompatible con
el trabajo concreto para el que se opta.
• Poseer la titulación mínima exigida según la categoría del puesto.

Algunas oposiciones fijan un límite de edad o exigen unas características físicas


determinadas. Por ejemplo, para presentarse a los Cuerpos de Seguridad del Estado
(Policía, Guardia Civil, Mossos o Ertzaintza) es preciso ser menor de 30 años y medir
1,70 m, en el caso de los hombres, o 1,65 m, en el de las mujeres. En la Comunidad
Valenciana este requisito es menos exigente: 1,65 de altura mínima para ellos y 1,60
para ellas. Los auxiliares de biblioteca no pueden ser mayores de 55 años en el
momento de optar por esta plaza. Dominar la lengua propia de la comunidad
autónoma también es un requisito frecuente en las convocatorias autonómicas y
locales.

Categorías de empleo público

El último Estatuto Básico del Empleado Público, de 2007, establece 5 categorías para
empleados públicos:

Grupo A: Cuerpos y escala. Título universitario de grado (las antiguas licenciaturas y


diplomaturas también son válidas)

• A1
• A2

Grupo B: Título de Técnico Superior

Grupo C:

• C1: Título de Bachiller


• C2: Título de Graduado en ESO

¿Es posible despedir a un funcionario?

Sí, pero solamente en casos extremos. Éstas son las razones, todas ellas de peso, por las
que un empleado público puede perder su condición de funcionario:

• Pérdida de la ciudadanía española o comunitaria.


• Inhabilitación absoluta o especial para un cargo público.
• Sanción disciplinaria que implique la separación del servicio. No sólo se pierde
la plaza: además, el interesado no podrá volver a presentarse a una oposición o
concurso público.
• Jubilación
• Defunción
• Renuncia voluntaria y por escrito. En este caso, al interesado no se le impedirá
volver a presentarse a una plaza.

Oposiciones al Día nueva página de


búsqueda de empleo público

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buscador de empleo público así como un sistema de subscripción a alertas por email y
rss.

Visitar enlace: Oposiciones al día

Las oposiciones más demandadas… y las


menos demandadas

Decidir que deseamos


trabajar en el sector público es un primer paso. Pero, una vez dado, surge otra pregunta:
¿a qué oposición nos presentamos? Como en cualquier otro trabajo, la respuesta
depende en gran medida de nuestra preparación previa (no podremos optar a un puesto
de categoría B si únicamente contamos con el graduado en ESO) y de nuestra vocación.
Pero hay otros factores a tener en cuenta. Os ofrecemos algunos datos para ayudaros a
decidir. A más plazas, más aspirantes Un 35,5% de los candidatos a funcionario optan
a plazas de administrativo. Son las más populares por varias razones:

• Conocimientos generalistas. No requieren una formación tan específica como


las plazas relacionadas con la educación, la sanidad o la justicia.
• Grandes convocatorias. En ocasiones se ofertan miles de plazas
simultáneamente.
• Baja exigencia académica. Aunque hay plazas administrativas de distintos
grados, la mayoría no exigen titulación universitaria y los temarios no están
entre los más extensos. Resumiendo, tienen fama de ser más fáciles.

También son muy demandadas, aunque están claramente por detrás (7,9%) las
oposiciones a los Cuerpos de Seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos o
Ertzaintza, que también suelen ofrecer convocatorias multitudinarias.

Oposiciones menos solicitadas Las plazas muy especializadas (director de museo, jefe
del servicio de medicina forense de un hospital, etc…) suelen tener menos demanda que
las grandes convocatorias generalistas, aunque el número de plazas ofertadas también
acostumbra a ser menor. En general, las oposiciones de nivel A (judicatura, fiscalía,
notarías, interventores, etc…) son menos demandadas que las de nivel B o C, puesto
que tienen fama de ser extremadamente difíciles y exigir una gran dedicación (entre 4 y
8 años de estudio).

Lo más importante, el ratio No hay que dejarse cegar por un número de plazas
elevado a la hora de elegir oposición. Una convocatoria con 1.000 plazas puede llegar a
atraer a 50.000 aspirantes. La clave no está en el número de plazas, sino en el ratio:
de cuántos candidatos por puesto de trabajo estamos hablando. Para ello es preciso
averiguar cuántas personas se presentaron en convocatorias anteriores para un puesto
similar. Si solamente hay una plaza y se presentan 100 personas, nuestras oportunidades
serán infinitamente mayores (1:100) que si optamos a una oposición con 400 plazas y se
presentan 400.000 personas (1:1000). Tampoco es demasiado aconsejable la estrategia
de presentarse a una plaza que esté muy por debajo de las propias capacidades, para
después ir ascendiendo en la escala funcionarial. Aunque parece un buen plan, conviene
recordar que las oposiciones más fáciles son también las más disputadas.

La competencia tenderá a ser menor en una oposición de nivel A que en una de


nivel C. Eso sí, la inversión requerida en tiempo y esfuerzo también será mayor. En
general, el ratio de las oposiciones ha empeorado este 2009. La crisis atrae a más
aspirantes, ya que el empleo público se percibe como una opción muy atractiva por su
estabilidad. Pero la propia recesión ha forzado a las Administraciones a recortar su
presupuesto. En 2008 se batió el record de oferta de empleo público: 35.895 plazas
ofertadas. Pero en 2009 solamente se han convocado 20.561: un 42,7% menos.

No obstante, no hay que desanimarse. El premio -máxima estabilidad laboral-


merece la pena. El período de paro es un buen momento para concentrarse en un
cambio de carrera. Los más concienzudos y trabajadores, los que no se rindan, acabarán
cumpliendo su sueño de convertirse en trabajadores del sector público.

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