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nos, sino que van a parar a las

Depresión en adolescentes.
Un análisis desde la
cuentas de los funcionarios pú-
blicos, que no hacen otra cosa
que sacrificarse por el bien de
la nación; casi casi como nos
enseñaron cuando estuvimos
en la primaria, cuando nos ha-
perspectiva de género
cían desear emular a nuestros
próceres.

P
Guadalupe Cantoral, Martha Victoria Méndez y Austreberta Nazar*
¿Hay alguna solución?
Lo deseable es que dada la uesto que la adolescencia
tremenda hemorragia que im- es una etapa de cambios
plica el pagar la deuda externa significativos tanto físicos
y dada la magnitud de las can- como psicológicos, puede
tidades que se han devuelto, pensarse que se trata de una pobla-
la deuda debe renegociarse ción de alta vulnerabilidad; de aquí
incluyendo una reducción sig- que la depresión en los adolescentes
nificativa que debería ser del sea considerada como objeto de
80-90% del total. No obstante, estudio en diversas investigaciones,
no será concedido. Más bien, mismas que han resaltado algunos
deberíamos luchar para lograr factores relacionados con la for-
dicha reducción, pero parece mación de esta entidad nosológica,
que no es posible porque: 1) a asumiéndola como un padecimiento
la banca internacional (y a los multifactorial.
grupos nacionales de poder)
no le interesa el bienestar de Figura 1. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión, según sexo.
los ciudadanos, sino el lucro;
2) los diversos mecanismos
de control hacia muchos paí- 80
ses impedirían una iniciativa
colectiva para llegar a una 70
moratoria generalizada, que 71.1
podría ser efectiva como me-
60
dida de presión, y a los tristes
casos aislados, ha sido más
fácil apretar hasta ahogar, que 50 54.1
condonar; 3) la participación
ciudadana en términos demo- 40
cráticos es muy incipiente y la
poca disponible parece limitar-
se a problemas más inmediatos 30
o locales y, por desgracia, esta
percepción también predomina 20
en los grupos involucrados con Varones Mujeres
la toma de decisiones en los ni- 10
veles más altos de nuestro go-
bierno. Sin embargo, valdría la
0 Fuente: Encuesta sobre depresión a estu-
pena intentar un cambio en esa diantes de secundaria, 2002.
dirección para contar con más
recursos para nuestro bienestar
como nación. * Guadalupe Cantoral (gcantora@sclc.ecosur.mx) y Martha Méndez son colaboradoras de
la línea de Género y Salud Reproductiva. Austreberta Nazar es investigadora titular de la
27
misma línea, de la División de Población y Salud de ECOSUR (anazar@sclc.ecosur.mx).
Figura 2. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión,
en estudiantes de secundaria, según miedo a perder el trabajo.
90

80 84
Varones Mujeres

70 75
68.2
60

% 50
48.4
40

30

20

10

0
SÍ NO

Distribución porcentual de los y las adolescentes según miedo a perder el trabajo


V: X² = 3.19; p = 0.013
M: X² = 1.63; p = 0.201
Fuente: Encuesta sobre depresión a estudiantes de secundaria, 2002.

La perspectiva de género, apli- jeres. La feminidad y la masculini-


cada al estudio de la depresión, ha dad como construcciones sociocul-
puesto en evidencia la importancia turales dependen de los significados
de los factores socioculturales, así que cada sociedad les atribuya, y con
como los diversos espacios (indi- base en ello se naturalizan las carac-
viduo, familia, comunidad) en los terísticas que varones y mujeres han
que dicha construcción sociocultural de tener de forma diferencial. De tal
modifica la probabilidad de padecer manera que nuestra identidad se con-
depresión por parte de varones y mu- forma según esos significados, y es a
partir de la formación de nuestra iden-
tidad (identidad de género) que las
mujeres quedamos en una situación
La perspectiva de género, aplicada al de desventaja en comparación con
estudio de la depresión, ha puesto en los varones. Al respecto, Bleichmar
evidencia la importancia de los facto- (1992) menciona que lo que predis-
pone a la depresión es la feminidad
res socioculturales, así como los diver- como tal, mientras que la masculini-
sos espacios (individuo, familia, comu- dad previene contra ella.
nidad) en los que dicha construcción Entonces, se esperaría un mayor
o menor riesgo de padecer depresión
sociocultural modifica la probabilidad ligado a las construcciones sociocul-
de padecer depresión por parte de va- turales de género. Por ejemplo, la
28 rones y mujeres. existencia de una división sexual del
trabajo en la que a los varones se les
Figura 3. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión, en estudian-
tes de secundaria, según propiedad de la vivienda.
90

85.7 80
Varones Mujeres

70

60
62.7
58.8
50 %
52.5

40

30

20

10

0
Propia Rentada o prestada

V: X² = 0.40; p = 0.524
M: X² = 7.21; p = 0.007
Fuente: Encuesta sobre depresión a estudiantes de secundaria, 2002.

ubica en las actividades productivas vos se dirigieron a indagar la frecuen-


(ámbito público) y a las mujeres en cia y condiciones socioculturales y
las actividades reproductivas (ámbi- económicas que explican la depresión
to privado), no solamente contribuye en adolescentes; en particular, las di-
en forma crucial en la construcción ferencias explicativas de la depresión
de la (des)valoración de las propias en varones y mujeres.
actividades, sino en las habilidades y
posibilidades de acceder a condicio- Sintomatología depresiva
nes que fortalezcan la autoestima, y en los y las estudiantes
con ello a la posibilidad de enfrentar La prevalencia de sintomatología
eventos estresantes (dentro o fuera compatible con depresión entre los
del ámbito de la familia). En otras y las estudiantes fue del 62.7% y se
palabras, las construcciones socio- presentó con mayor frecuencia entre
culturales podrían explicar el mayor las mujeres en comparación con los
riesgo de depresión documentado varones. Siete de cada diez de ellas
entre las mujeres (Bleichmar, 1992; se encuentran deprimidas (73.1%),
Navarro, 1990). respecto a cinco de cada diez varones
Partiendo de lo anterior, se reali- (54.1%), diferencia significativa (fi-
zó un estudio exploratorio entre estu- gura 1). Son datos que difieren de lo
diantes de secundaria (241), varones que se ha estimado en otros estudios,
(133) y mujeres (108), en una escuela donde se ha encontrado que del 20 al
vespertina ubicada en los Altos de 26% de las mujeres y del 8 al 12%
Chiapas, a donde acuden estudiantes de los varones sufrirán algún tipo de 29
indígenas y no indígenas. Los objeti- depresión importante durante su vida
Figura 4. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión, según convi- posibilidad de padecer depresión,
vencia con una persona alcohólica. fue el temor a perder el empleo
(figura 2) y en el caso de las mu-
90 jeres, aquellas que dijeron no tener
vivienda propia tuvieron una proba-
80 85.4 bilidad significativamente mayor de
Varones Mujeres padecer depresión (figura 3). Hubo
entonces diferencias significativas
70 entre varones y mujeres, ya que
mientras en ellos la seguridad del
60 65 trabajo es importante, en ellas es
62.1 la seguridad de la vivienda, lo que
% 50 puede asociarse a la responsabilidad
asignada socialmente a los varones
49.2 en cuanto al trabajo remunerado ex-
40 tradoméstico (ámbito público), muy
vinculado a su autoestima. Y en las
30 mujeres, tal vez vinculado a las nor-
mas e identidades de género, donde
ellas requieren de mayor seguridad
20
y estabilidad para su bienestar (ám-
bito privado).
10 Los hallazgos muestran que
existe una mayor probabilidad de
0 padecer depresión entre las adoles-
SÍ NO centes que reportan la convivencia
con una persona alcohólica, respec-
Convivencia con una persona alcohólica to a las mujeres que no han tenido
Fuente: Encuesta sobre depresión a estudiantes de secundaria, 2002.
ese tipo de experiencia (figura 4).
Entre los varones, la posibili-
(Gulledge y Calabrese, 1988). La dad de padecer depresión también
diferencia por sexo encontrada coin- fue mayor entre quienes dijeron ha-
cide con lo reportado por Bleichmar ber convivido con un alcohólico(a),
(1992), quien asegura que esta en- pero la diferencia respecto a quie-
fermedad se presenta con mayor nes no lo han vivido no fue sig-
frecuencia entre las mujeres. nificativa. Así, se aclara en forma
Conjuntamente, se registró importante la depresión entre las
un patrón diferencial entre varones mujeres, pero no entre los varones.
y mujeres respecto a la probabilidad Por otra parte, la violencia
de padecer sintomatología depresiva intrafamiliar ocupa un lugar central
por edad. Entre los varones los más para explicar esta patología en los
afectados son los de 12 y 13 años y las adolescentes; tal experiencia
(72.7%), mientras que entre las muje- en su forma indirecta fue reportada
res se identificó a las jóvenes de 14 y por el 48.1% de los varones y el
15 años (80.3%). Esto coincide con lo 47.2% de las mujeres (figura 5), an-
informado por diversos estudios epi- tecedente que se asoció estadística-
demiológicos (Bleichmar, 1992), en mente a una mayor probabilidad de
el sentido de que la depresión en las padecer depresión tanto en los va-
mujeres se incrementa con la edad, a rones como entre las mujeres. Para
diferencia de los varones, en quienes el caso de experiencia de violencia
la prevalencia más alta se presenta en directa (figura 6), uno de cada cinco
los grupos de menor edad. adolescentes varones entrevistados
30 Entre los varones, una variable reportó haberla padecido (20.2%) y
que se encontró muy asociada a la este hecho se asoció en forma mar-
ginal con la posibilidad de presentar Figura 5. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión, según expe-
síntomas compatibles de depresión. riencia directa o indirecta de violencia en el hogar. 100
Asimismo, tal experiencia la pre-
sentaron una de cada cuatro muje- 90
res (24.5%) y se relacionó de forma 90.2
significativa a un mayor riesgo de Varones Mujeres
80
padecer depresión.

Discusión 70
Las diferencias sociales relaciona-
67.2
das con los roles específicos asig- 60
nados a varones y a mujeres podría
explicar la susceptibilidad y mayor 57.9
% 50
prevalencia de depresión entre éstas
últimas. Un razonamiento factible
es que los varones tienen medios 40
42.6
más eficaces para afrontar un estado
de ánimo depresivo; por lo general 30
se distraen hasta que superan su
humor, mientras que las mujeres
tienden a buscar las razones de su 20
depresión, lo cual coincide con las
explicaciones del padecimiento des- 10
de la perspectiva sociocultural (Dio
Bleichmar, 1992; Craig, 1997). 0
En conjunto, los hallazgos de SÍ NO
este estudio son diferentes de lo
reportado en cierta literatura, don- Violencia directa o indirecta en el hogar
Fuente: Encuesta sobre depresión a estudiantes de secundaria, 2002.
de la explicación a la depresión en
los y las adolescentes se atribuye
principalmente a los cambios en
el cuerpo y los problemas de iden- intrafamiliar y a que ésta se asocie
tidad relacionados con el periodo de manera positiva con la sintoma-
de la adolescencia (Papalia, 2001; tología compatible con depresión
Craig, 1997), o bien, a los cambios (Craig, 1997). En ese sentido, es
de ambiente escolar en el paso de notable que entre los varones la
la primaria a la secundaria (Darley experiencia de violencia intrafa-
1991, citado por Craig, 1997). miliar no se asoció a una mayor
No obstante, la violencia intra- probabilidad de padecer depresión.
familiar, ya sea de manera directa Asimismo, el antecedente de convi-
o indirecta, es uno de los factores vencia con una persona alcohólica
que mejor explican la probabilidad juega un papel central para explicar
de padecer depresión entre los y las la depresión en los y las adolescen-
adolescentes. Dichos datos corrobo-
ran lo que se ha planteado respecto
a que los problemas sociocultura- Se ha documentado que la depresión
les son situaciones presionantes (no
determinantes) que aumentan la en adolescentes se asocia a una mayor
posibilidad de presentar depresión, probabilidad de conducta violenta,
debido al impacto emocional que particularmente en los varones, así
provocan (Navarro, 1990). Esto es
especialmente importante en el caso como al bajo rendimiento escolar y al
de las mujeres, quienes presentan consumo de sustancias adictivas. 31
más vulnerabilidad a la violencia
Figura 6. Prevalencia de sintomatología compatible con depresión, según ante- lizados como indicadores de riesgo
cedente de violencia directa contra los y las estrevistados (as). para identificar a grupos vulnerables
90 entre estudiantes en esta población y
88.5 tal vez en otras similares.
80 La depresión en adolescentes es
Varones Mujeres un fenómeno que debe atenderse por
diversas razones. Una de ellas es que
70 según los datos de este trabajo, resulta
69.2 68.8 mucho más frecuente que la depresión
60 reportada en adultos de ambos sexos.
Además, se ha documentado que se
% 50 asocia a una mayor probabilidad de
conducta violenta, particularmente
49.5 en los varones (Papalia, 2001), a un
40 bajo rendimiento escolar y también
al consumo de sustancias adictivas
30 como alcohol, tabaco y drogas ilíci-
tas, cuyas cifras van en aumento en
20 este grupo de edad (Medina-Mora
et al., 1995). Otra razón es que se
registró ideación suicida en uno de
10 cada tres adolescentes clasificados
como deprimidos(as), sugiriendo la
0 presencia de depresión severa y la
SÍ NO posibilidad de que se presenten inten-
tos de suicidio o suicidio.
Violencia directa tes entrevistados(as), sobre todo en La identificación de una fre-
Fuente: Encuesta sobre depresión a es- el caso de las mujeres. cuencia tan elevada de sintomatolo-
tudiantes de secundaria, 2002.
Así, la perspectiva de género gía compatible con depresión como
ayuda a entender las diferencias en la documentada en este trabajo y
los factores que se vinculan a la sin- su vinculación con la violencia o
tomatología depresiva en varones y alcoholismo intrafamiliar, apuntan
en mujeres: la mayor vulnerabilidad a la necesidad de una intervención
de las mujeres ante la inseguridad multisectorial orientada a prevenir
y violencia en el hogar unida a una la violencia intrafamiliar y atender el
mayor frecuencia de depresión; así problema de consumo de alcohol, a
como la coacción que ejercen las la vez que detectar y atender oportu-
normas sociales sobre los varones, namente a los y las adolescentes que
pues al asignarles más responsabi- presenten sintomatología depresiva,
lidad económica (aunque de hecho disminuyendo así la frecuencia de
no la asuman en forma exclusiva) este padecimiento que cobra cada vez
aumenta el riesgo de padecer depre- mayor importancia como un proble-
sión. Estos factores podrían ser uti- ma de salud pública.

Literatura citada:

Craig, J. 1997. Desarrollo Psicológico. Prentice Hall Hispanoamericana, México.


Dio Bleichmar, Emilce. 1992. La Depresión en la Mujer. Temas de Hoy, España.
Gulledge, D. y J. Calabrese. 1988. “Ansiedad y Depresión”. Clínicas Médicas de Norteamérica, 72 (4): 804.
Medina, M., L. Díaz-Leal y L. Berruecos. 1995. “La prevención de las adicciones”. En: Díaz-Leal, L. (coord.). Curso básico sobre adic-
ciones. Centro contra las Adicciones, México.
32 Navarro, R. 1990. Psicoterapia Antidepresiva. Trillas, México.
Papalia, D., S. Wendkos y F. Duskin. 2001. Psicología del Desarrollo. McGraw Hill, México.

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