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La teoría psicoanalítica lacaniana

El psicoanálisis se diferencia de otros enfoques por la ética de renunciar a


sugestionar al paciente – es decir, renunciar a decidir por él cual es la solución de
su problema (síntoma) que lo afecta -, para priviligiar el trabajo del mismo paciente,
a partir de su queja , de los instrumentos que ya dispone, hacia el asumir una
implicación con el síntoma, que le permita una nueva relación con él: es decir
encontrar la solución satisfactoria al problema. Por otra parte el psicoanalísis es una
teoría que se verifica en la práctica, muestra su vigencia, se pone a prueba en cada
intervención, con cada sujeto, en cada momento. Nunca está dado por hecho, es un
saber que se actualiza.

¿Qué es el síntoma para el psicoanálisis? El síntoma podría decirse en resumen es


una verdad a ser descifrada por el sujeto. Una verdad que busca un testigo para ser
dicha, una escucha que le permita existir.

El inconsciente esta estructurado como un lenguaje nos dice Lacan, y es ahí donde
se cifra el síntoma, en un lenguaje que es todo suyo, que tiene un código, y quien
posee ese código para descífralo es el sujeto. Por ello el psicoanálisis privilegia la
palabra.

El inconsciente es el efecto del significante, desde donde lo reprimido retorna en sus


formaciones (síntomas, lapsus, olvidos, negaciones, sueños, etc.)

De este modo el síntoma para el psicoanálisis es algo constituyente del sujeto, algo
con lo que todos tenemos que arreglárnoslas. Cuando una persona llega a la
consulta por un síntoma es porque en ese caso el síntoma se ha convertido en
obstáculo para seguir caminando. Y se trata no de suprimirlo, sino de escucharlo ,
para hacer algo con él.

En todos los dispositivos del psicoanálisis aplicado que se utilizan en las areas
clínicas de APOL: la práctica entre varios, el grupo de plática con el método del
psicodrama analítico, la sesión individual, y en la enseñanza y formación, se trata
mantenerse en esta ética que pone en juego la responsabilidad de la persona en la
construcción del síntoma que lo aqueja. Porque sólo así se logra una solución.

Sólo a partir del descubrimiento de esa implicación, el paciente puede tomar una
decisión sobre su vida y permitirse un nuevo uso del síntoma: una transformación de
tropiezo a instrumento que lo orienta en la vida, porque el conocimiento de su
responsabilidad hacia el síntoma le da un lugar desde donde poder mirarse incluído
en lo que le sucede, donde eso que le sucede y que le impide un desarrollo escolar,
laboral, familiar, personal, que lo mantiene en un impass, una parálisis que le impide
moverse de ese lugar, puede mirarlo no como algo ajeno al propio sujeto, sino
donde él hace parte y por lo tanto está en su saber cómo resolverlo.
El psicoanálisis parte del supuesto que el saber está del lado del sujeto que sufre y
hace una demanda y el dispositivo analítico es un lugar donde el sujeto puede
escucharse a través de un otro que escucha desde la ética psicoanalítica.

La solución que así se alcanza es estable, porque brota del interior del paciente: es
decir, del único que sabe todo sobre su condición de sufrimiento y que puede decidir
cómo resolverla.

Todos los dispositivos analíticos utilizados por APOL en sus actividades clínicas
están fundados, en consonancia con la teoría psicoanalítica lacaniana, sobre la
ética de bien decir (un decir que incluye la implicación del sujeto en el síntoma), y
sobre los poderes de la palabra.

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