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PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRABAJO SOCIAL DE GRUPO

INTRODUCCION

El trabajo social de grupo desde sus primeros momentos a estado a cargo de


prestar la ayuda a los individuos para elevar su funcionamiento social por
medio de diferentes experiencias de grupo y de esta forma, lograr fortalecer en
él la capacidad de solucionar con éxito situaciones que se presenten ya sea de
forma individual, grupal o en su comunidad. Partiendo de esto, es pues
fundamental, que quienes se encaminen en el uso de este método del trabajo
social, entiendan, asuman e interioricen los principios que como profesionales
se debe practicar para obtener lo que desde el principio se ha planteado como
fin último de dicha intervención.
El trabajo a continuación presentado, plasma los principios que algunos de los
principales autores ha propuesto para este método de intervención, y que son
fundamentales en este punto del proceso académico, teniendo en cuenta el
paso que darán los estudiantes a la practica en este campo.
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

• Conocer los principios del trabajo social de grupo para el


ejercicio de los mismos en la práctica académica y la dinámica
laboral

OBJETIVOS ESPECIFICOS

• Desarrollar aspectos que potencialicen a los Trabajadores Sociales


permitiendo establecer empatía con un grupo y así llegar con las
mejores herramientas a intervenir en este.

• Mantener y defender los valores, conocimientos y metodología de la


profesión, absteniéndose de cualquier comportamiento que perjudique el
desarrollo de la misma.

• Sostener el derecho del cliente o usuario a una relación de confianza,


intimidad y confidencialidad, así como al uso responsable de la
información la obtención y difusión de información o datos sólo debe
realizarse en función de un servicio profesional, manteniendo al cliente
informado de su necesidad y utilización.
PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRABAJO SOCIAL DE GRUPO

El trabajo social de grupo rige su intervención bajo varios principios de los


cuales Natalio Kisnerman en su libro SERVICIO SOCIAL DE GRUPO1 plantea
los siguientes:

1. Individualización: consiste en el reconocimiento y la comprensión de


cada miembro y cada grupo, para usar diferenciadamente técnicas que
permitan ayudarle. Un trabajador social de grupo no puede orientar un
grupo masificando a sus miembros.

2. Aceptación autentica de cada miembro: es el reconocimiento de la


dignidad humana, de las necesidades, motivaciones y personalidad de
cada miembro. Aceptar no significa aprobar. Tiene el sentido de permitir
la libre expresión de sus sentimientos, aun de los negativos para,
mediante su acción y la del grupo, encausarlos hacia el objetivo
metodológico. Es el reconocimiento de que los grupos son diferentes y
que los individuos utilizan en formas distintas las experiencias de grupo.
Además, grupos e individuos deben ser comprendidos en su carácter de
evolutivos. Todo esto permite al trabajador social de grupo, poder
planear como programar, ejecutar y evaluar con el grupo.

3. Establecer una relación intencionada de ayuda. Biestek señalo que


“todo pedido de ayuda, es en realidad un pedido de ayuda psicosocial.
Es decir, que aun en aquellos caos en los que el cliente pide un servicio
concreto o una forma material de ayuda, se puede presumir que algún
sentimiento de malestar existe en el cliente, aunque no se exprese
verbalmente, ni se manifieste de manera ostensible en su conducta”. Por
eso, el trabajador social de grupo debe esclarecer desde la primera
reunión cual es su rol, que puede esperar el grupo de él, y que no debe
esperar. Una buena relación entre las partes que integran el grupo y su
proceso, es ya una posibilidad de éxito en la tarea que juntos se
comprometen a realiza, pero ante todo esa relación debe ser de trabajo
para el trabajador social de grupo y no debe confundirla como un amigo
mas dentro del grupo.
Finalmente, el secreto profesional integra este principio cuando se
refiere a informaciones confidenciales del grupo y de sus miembros, ya

1
KISNERMAN, Natalio. Servicio Social de Grupo. Editorial Hvmanitas. Buenos Aires,
Argentina. 1978. Pág.39,40 y 41.
que la revelación de problemas íntimos fuera de este podría cerrar la
posibilidad de ayudarlo.

4. Estimular relaciones positivas y cooperativas en el grupo: consiste


en fomentar, a través de la interacción dinámica, la productividad del
grupo, es decir crear capacidades y actitudes para que los miembros
afronten la vida en grupo, actuando no como la suma de individuos, sino
como una totalidad. Establecer responsabilidades, favorecer la
identificación y el aprendizaje de roles como lleva a que sea el grupo el
que asuma sus funciones.

5. Flexibilidad apropiada en el proceso de grupo: consiste en respetar


la autodeterminación del grupo en la toma de desiciones, para que este
asuma la responsabilidad compatible con su capacidad y aptitud. Este
principio hace caer en serio errores a los trabajadores sociales de grupo,
que están inseguros en el manejo del método, pues por respetarlos o
por no ser suficientemente flexibles ellos mismos, confunden democracia
con “dejar hacer” o no saben usar convenientemente de la autocracia
cuando las exigencias así lo recomiendan. Así mismo consiste en
aceptar una organización formal cuando el grupo así lo exige, para que
cada miembro desempeñe roles productivos, organización, que debe ser
adaptable y debe cambiar cada vez que el grupo cambie. Esta
organización formal, constituida por estructura, roles intercambiables,
liderazgo natural y normas, permite capacitar al grupo para que funcione
como tal, al canalizar la energía de sus miembros hacia el objetivo. El
trabajador social de grupo solo ayuda al grupo a organizarse como tal.

6. Capacitar a los miembros para que se desenvuelvan en el proceso


de resolución de los problemas: se deriva del anterior. Consiste en
hacer consiente al grupo, que importa mas lograr la integración grupal
que realizar una actividad perfecta. Para ello, el trabajador social de
grupo, debe hacer notar al grupo los problemas que emergen de la
interacción y arbitrar los medios para que el grupo logre formas
satisfactorias de solucionarlos, mediante una acción reciproca guiada en
el grupo. El TGS debe estar dispuesto a compartir con el grupo sus
propias ideas, pero debe presentarlas de tal forma que el grupo no se
someta a ellas y llegue a un juicio propio. Aun cuando es común que el
grupo se identifique con el TGS, lo correcto es que los miembros se
identifique entre si, es decir con el grupo.
7. Ofrecer oportunidades para experiencias nuevas y diferentes que
faciliten la autorrealización del grupo: consientes de los objetivos
metodológicos, el TGS debe evitar el estancamiento en un grupo,
procurando crear situaciones que permitan activar y reactivar su proceso
y que todos los miembros logren como grupo su autorrealización. Debe
comenzar en el nivel de interés, la necesidad, la experiencia y la
capacidad del grupo para ir progresando en relación con la capacidad de
crecimiento del grupo, debe utilizar todos los recursos para enriquecer el
contenido e la experiencia grupal.

8. Usar juiciosamente de la apreciación diagnostica de cada miembro


y de la situación total: consiste en la actitud de no juzgar, excluyendo
declaraciones de culpabilidad o de inocencia en su relación con el grupo,
respetando el secreto profesional de confidencias, en no manifestar
apreciaciones diagnosticas al grupo cuando este por falta de
capacitación intelectual de sus miembros no esta en condiciones de
elaborarlo, y en no apresurar diagnósticos cuando no se han recogido,
ordenado y elaborado todos los elementos necesarios.

9. Evaluar permanentemente el proceso y el progreso de los


miembros del grupo y del trabajador social de grupo: consiste en el
análisis, al termino de cada reunión de las situaciones vivenciadas y del
nivel de participación logrado por todas las partes intervinientes.
Participan el TSG. Los miembros, la agencia, como medio de garantizar
para todos la autorrealización. Requiere el manejo de técnicas
específicas.

10. Uso calido, cómodo, humano y disciplinado de si mismo por


parte del trabajador social de grupo: consiste en la sensibilidad
puesta por el TSG para comprender el significado de la actuación de
cada miembro, para responderle de manera apropiada. Requiere
madurez emocional y capacidad de objetivizar su rol frente al grupo.

De igual forma Yolanda Contreras en el libro de Trabajo Social de Grupo


plantea los siguientes principios básicos2:

1. Principio democrático: Es el reconocimiento al valor del hombre, la


igualdad de todos lo seres humanos, el derecho inalienable de gobernar su

2
CONTRERAS, Yolanda. Trabajo Social de Grupos. Editorial Pax Mexico. Santa Cruz
Atoyac, México. 1980. Pág. 17 – 21.
propia vida y de tomar decisiones que le conciernen, en un clima de total
libertad. El trabajador social de grupos tiene el deber de respetar tal
derecho, absteniéndose cuidadosamente de toda injerencia directa en ese
terreno y orientando a la persona de una manera adecuada a ejercer ese
derecho, el cual se ve limitado por la capacidad positiva o negativa para
autodeterminar en el marco del bien moral y social, por la ley y la autoridad
y por las normas de la comunidad.
Todo hombre tiene responsabilidad para conducir su propia vida y para
alcanzar su destino; por consiguiente, debe ser dueño de las decisiones que
conforman su vida. Frente al grupo, el trabajador social debe ayudar a
movilizar las potencialidades de sus miembros y darles a conocer los
recursos de los que se pueden valer para el desarrollo del grupo. Además
debe formular una valoración de las diversas alternativas, pero dejándoles
en libertad absoluta para tomar sus decisiones, las cuales deberá respetar y
contribuir a que se realicen.

2. Principio de individualización: Se refiere a la necesidad de conocer y


comprender las diferencias de cada ser humano, de tal manera que las
reacciones, la evolución, el futuro de cada persona se distinguirán de
cualquier otro ser.
Las necesidades del hombre se diferencian de una época a otra, de un
medio a otro e incluso de un individuo a otro, porque no son únicamente
objetivas, sino que encierran en si elementos subjetivos. Los problemas no
existen por si mismo, sino que los encontramos en los seres humanos.
Frente a esto Bray plantea que la persona no es un concepto abstracto; es
un ser concreto en continua evolución; es un constante devenir. Reacciona
y se adapta o no se adapta durante toda su existencia a las circunstancias
de la vida y a lo que le rodea. Tiene algunas veces amor y otras odio,
sufrimiento o desesperación, alegría o felicidad. Ese ser humano ha tenido
una experiencia de vida realmente única, solo suya, que es la suma o la
totalidad de todas sus experiencias anteriores y el intentara utilizarla para la
satisfacciones de sus necesidades.
La individualización no solo es distinguir a la persona en sus propias
características, sino también el reconocimiento, a la comprensión y al
respecto de dichas diferencias, que nos permiten identificarlos como sujetos
activos, pensantes y no como grupo masificado que son conducidos sin
tomar en cuenta su voluntad propia.

3. Principio de no juzgar: Este es uno de los aspectos que mas se debe


considerar, ya que en la actualidad el trabajador social suele creer que el es
quien tiene la razon y la atribución de señalar lo “bueno” y lo “malo” de la
sociedad en la que vivimos. Debe analizar que nuestros razonamientos son
producto de una forma de vida y de una cultura adquirida, la cual puede
variar según la formación de cada uno de nosotros y establecernos normas
morales y éticas que son diferentes de otras personas.
No es función del trabajador social declarar culpable o inocente a nadie, ni
determinar en que medida es responsable el individuo o el grupo de sus
dificultades o de sus problemas, ya que lo anterior supone juicios de
valoración sobre actitudes o formas de vida que han sido condicionadas por
un sinfín de factores. Se podrá realizar un análisis de nuestra realidad e
investigar factores que provocan patología social, pero de ninguna manera
juzgar o condenar la conducta o proceder del grupo.
El no juzgar, el aceptar a la persona como un ser integrado a un grupo, nos
permita al mismo tiempo respetar su dignidad humana. No se debe
considerar al demandante de nuestros servicios como un “necesitado”. Y
menos aun como un “antisocial”. Nuestra función profesional en este
aspecto no debe manifestarse solamente en palabras sino en actos
congruentes con nuestra ética. Debe atender a la persona como
quisiéramos ser tratados nosotros en circunstancias análogas.

4. Es necesario establecer una relación de simpatía, cordialidad e interés por


el grupo, que nos permitirá una interacción positiva. La buena relación
entre amabas partes es ya una posibilidad de éxito en el objetivo propuesto.
Lo anterior crea capacidades y aptitudes que permiten afrontar la vida del
grupo, actuando no como un conjunto de personas, sino como una
totalidad.

5. Se respetara el interés que condujo al individuo a buscar la agrupación,


evitándose la manipulación o la implantación de programas no
determinados o aprobados. Es importante recordar que los grupos
conducidos por trabajo social tiene como característica principal la
“asociación voluntaria” y el “interés común”, elementos que conjugados nos
pueden permitir el manejar programas que interesen a los miembros del
grupo y al institución que los patrocina.
No se debe olvidar que uno de los objetivos del trabajo social de grupos es
la integración grupal y no únicamente la actividad que se realiza, la cual se
considera como medio para lograr que los miembros se auto realicen.

6. Encaminar siempre el grupo hacia experiencias creadoras y de bienestar


social.
7. Mantener fe en los miembros del grupo, ya que por el solo hecho de ser
seres humanos, se manifiestan racionales, responsables y con capacidad
para participar en el desarrollo de su vida presente y futura.

8. No utilizar al grupo como medio para hacer proselitismo u otras actividades


de interés personal.

9. Mostrar madurez emocional y capacidad objetiva frente al grupo a trabes de


un trato calido y humano que nos permita comprender el significado de la
actuación da cada miembro.

10. El secreto profesional debe ser inviolable y mayor que el de nuestros


propios intereses.
CONCLUSIONES

Es primordial programar, ejecutar y evaluar con el grupo aspectos relacionados


a la manera de reconocer y utilizar los recursos para enriquecer el contenido
de la experiencia grupal, movilizando las potencialidades de sus miembros

El trabajador social Requiere de madurez emocional y capacidad de objetivizar


su rol frente al grupo, Mediante actos congruentes haciendo prevalecer la ética,
y los principios profesionales fundamentales; reconociendo a la persona como
un ser integrado al grupo, y respetando la dignidad humana.
BIBLIOGRAFÍA

 NATALIO Kisnarman y colaboradores, Grupo. Editorial Hvmanitas,


Buenos Aires, Argentina. 1984

 CONTRERAS, Yolanda. Trabajo Social de Grupos. Editorial Pax


Mexico. Santa Cruz Atoyac, México. 1980.

 KISNERMAN, Natalio. Servicio Social de Grupo. Editorial


Hvmanitas. Buenos Aires, Argentina. 1978. Pág.39,40 y 41.

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