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Invasiones Inglesas

Antecedentes
En el año 1805 Inglaterra se encontraba enfrascada en un conflicto bélico contra Francia, donde
Napoleón gobernaba. Los españoles en ese momento estaban aliados con los franceses. La mayor
parte de Europa se encontraba en poder o bajo la influencia francesa, por lo tanto los ingleses se
veían impedidos de comerciar con estos territorios, lo que afectaba su economía en plena
Revolución Industrial. Con objetivo de obtener nuevas plazas comerciales y debilitar a sus
enemigos, los ingleses comenzaron una serie de ataques a las posesiones europeas de ultramar.
Como parte de ese esfuerzo una fuerza inglesa ocupo en enero de 1806 la colonia Holandesa de
Ciudad del Cabo. Allí sus comandantes se informaron de la debilidad de la guarnición española de
Buenos Aires además del cuantioso tesoro que la ciudad tenia y decidieron que ese seria su próximo
objetivo.

Las Invasiones inglesas fueron una serie de expediciones británicas que atacaron a las colonias
españolas del Río de la Plata a principios del siglo XIX.
Estos eventos significaron la incorporación de la región a las Guerras napoleónicas, conflicto que
enfrentaba a las dos potencias dominantes de la época, el Reino Unido y Francia. La guerra entre el
Reino Unido y el Primer Imperio francés otorgaba a los vastos territorios hispanos en América un
papel estratégico y económico de gran importancia para el Reino Unido, que se hallaba por
entonces en plena Revolución industrial.
Se distinguen dos invasiones:

• La Primera Invasión Inglesa de 1806, en la que las tropas británicas ocuparon la ciudad de
Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, para ser vencidas 45 días después por
un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers, al que se sumaron
milicias populares porteñas, en un proceso conocido como la Reconquista.
• La Segunda Invasión Inglesa de 1807, en la que las tropas británicas, luego de tomar
Montevideo, fueron rechazadas cuando intentaron ocupar Buenos Aires, por las fuerzas
defensoras, que se componían no sólo de las tropas oficiales al servicio del rey español, sino
también de numerosas milicias urbanas, integradas por la población nativa a quienes se había
armado y organizado militarmente durante el curso de las invasiones; el proceso es conocido
como la Defensa.
La resistencia del pueblo y su participación activa en la Reconquista primero y al año siguiente en
la Defensa, aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el
fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, quedó en evidencia la incapacidad de la
metrópoli española de defender a sus colonias en el contexto de los conflictos internacionales de la
época. Estos motivos convierten a las Invasiones inglesas en uno de los catalizadores de la causa
emancipadora en la Argentina y gran parte de Hispanoamérica.
La cultura argentina ubica a la Reconquista y la Defensa de Buenos Aires ante las Invasiones
inglesas en un lugar relevante como antecedente inmediato de la Revolución de mayo de 1810 que
dio inicio al proceso de Independencia de la Argentina. Durante su curso, por primera vez
prevaleció la voluntad del pueblo por sobre el mando del Rey de España, cuando mediante el
cabildo abierto del 10 de febrero de 1807, los vecinos de Buenos Aires depusieron al virrey
designado por el rey, para elegir al francés Santiago de Liniers en su lugar. Asimismo, la creación
en esa ocasión del Regimiento de Patricios, como milicias populares voluntarias, y la elección por
parte de los propios milicianos del potosino Cornelio Saavedra -futuro presidente de la Primera
Junta patria- como jefe del cuerpo, sentó la bases de un ejército patriota capaz de alzarse contra las
tropas realistas. La participación popular en la lucha armada es tradicionalmente representada con la
imagen de los habitantes de Buenos Aires arrojando aceite hirviendo sobre los invasores desde los
techos de las casas.
Estos hechos se desarrollaron en un contexto histórico más amplio, de disputas territoriales en la
región, entre el Reino Unido, el Imperio español, Portugal, Francia y más tarde los Estados Unidos,
en un período que se extiende desde la fundación de Colonia del Sacramento en 1680, hasta el
reconocimiento por parte del Reino Unido de la independencia de Buenos Aires con la firma de un
tratado de paz y comercio en 1824, luego de la declaración de la Doctrina Monroe. Estos tratados
no evitarían la Invasión inglesa a las Malvinas en 1833.

Consecuencias

El Imperio español retuvo la posesión del Virreinato del Río de la Plata gracias a la acción de
grupos de milicias voluntarias urbanas. La voluntad del pueblo jugó un papel sin precedentes en la
destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor. La resistencia del pueblo y su
participación activa en la defensa y la reconquista, junto con la puesta en evidencia de la
incapacidad de la metrópoli de defender sus colonias, convierten a estos eventos en catalizadores
del camino hacia la independencia de los territorios sudamericanos bajo dominio español.
Es importante entender la posición de Sobremonte, quien sería recordado por los porteños como un
funcionario inepto y cobarde. El virrey estaba al tanto de la existencia de grupos independentistas
en Buenos Aires. También era consciente de la vulnerabilidad del Río de la Plata, ya que en
numerosas ocasiones había solicitado refuerzos a España. Por otro lado, entendía que armar al
pueblo para la defensa implicaba la entrega de poder a los criollos.19 La huida a Córdoba con el
tesoro, puede considerarse una estrategia apropiada, dado que era eso mismo lo que Popham había
ido a buscar. Sin embargo, debido a la presión de los representantes del Cabildo, en su mayoría
comerciantes acaudalados, Sobremonte se vio forzado a entregar los fondos públicos a Beresford.20
De regreso a España, el marqués compareció ante un consejo de guerra celebrado en Cádiz en 1813
que lo absolvió de todos los cargos. Además, recibió el pago de sus sueldos atrasados, fue
ascendido a mariscal de campo y nombrado consejero de Indias.21 Beresford regresó a Inglaterra y
fue recibido con toda la pompa. Desembarcó con una carreta colmada de tesoros y la trasladó
directo al Banco de Inglaterra entre los vítores del pueblo, las autoridades y los grandes
comerciantes. Lo que se considera como forzoso la entrega de los fondos por parte de Sobremonte,
los ingleses lo consideran un pago del Virreinato del Río de la Plata por el derecho de la
implementación del libre comercio. Evidentemente hay un doble mensaje en la historia de las
Invasiones Inglesas, que es necesario esclarecer.

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