Un día, Sancho Panza, puro panza, se metió en una caja a pensar a qué podía jugar. Y navegó, y navegó por los ríos de su imaginación… Como la caja no funcionó, se fue a la otra pieza, se tiró en el piso y otra vez pensó y pensó buscando inspiración. “¡Miau! Necesito un juego nuevo!”, maulló… Después de un buen rato, saltó a la cama y dijo: seeeee, ya sé a qué voy a jugar, je je jéee… ¡A las escondidas! Acá Ceci no me va a encontrar jamás… Shhh, hablen despacito… O mejor me escondo acá… Pero es un poco aburrido… Tengo que encontrar algo más copado… Creo que acá no me van a encontrar… Chicos, ¿se me ve algo? Uh… Entonces me meto en esta bolsa que está buenísima. Ahora soy el gato invisiiiibleeeeee. Miaaaaaauuuuuuu. Oh, no, me descubrió otra vez, ¡qué bajón! Así no se puede jugar, Ceci, mejor me voy a dormir… ¡Ey!, no, Sancho Panza, no te vayas a dormir que ¡te va a seguir creciendo la panza! ¿Conocés la historia del Lobo Feroz? No, no sé quién es ese. ¿Es una historia de miedo? Vení que te leo el libro de Caperucita Roja y ¡El Lobo Feroz! Así que éste es el famoso LOOOBO FEROOOZ… Naaa, Ceci, este Lobo no asusta. Esperá, esperá; fijate, fijate… Fijate, este es un lindo gatito… Y ESTE ES EL GATO FEROOOOOOOOZ EL GATO FEROOOOZ ES EL MOSTRO MÁS PELIGROSO DEL BOSQUE, Y HACE GRRRRRRRAAAAAUUUUU ES TAN MALO EL GATO FEROZ QUE HASTA SE LO COME AL LOBO, DE UN BOCADO, GRAAAAAAAUU Y AL GATO FEROZ LE GUSTA ASUSTAR A LA GENTE QUE PASA POR AHÍ, GRRRAAAAUUU Pero este, es un lindo gatito… Si aparece el Lobo Feroz, Ceci, avisame y nos escondemos juntos adentro de una bolsa… ¿Dale? Chicos, si aparece el Lobo Feroz no le digan que estoy acá, Miaau…