Carta para un largo
e imposible adiés
Querido X.:
-vo dfas trabajando por encima de mis posibilidades,
o no puedo demorarme en
més a menudo que pien-
cus palabras,
‘Trier. siempre Trier... sélo Trier,
Todo eso me dice fa concienci.
que salga ya.
Y¥ yo mientras tanto... espero, sin saber muy bien qué. Sim-
plemente espero,
Crefa que iba a cerrar este capitulo de mi vida sin poder com-
buirla, De cualquier modo, todo seria demasiado tarde.
onLac von Tier
Ayer el cartero Hamé a la puerta, Abri. Tenia un paquete
certificado, muy urgente. En Gijén acababan de recibir De fem
benspand y me habfan hecho una copia para que pudiese verla
antes de terminar el libro. Yo, no se lo digas a nadie, ya hal
puesto punto y final al trabajo dias atrés, y no estaba dispuesto
‘a afiadir nada, no cuando ya sélo me quedaba una semana para
entregarlo. Aun asf, vi la pelicula.
Era de noche, Yo habfa trabajado todo el dia; Eva y Samuel
estaban acostados (se levantan pronto).
La pelicula era, en principio, un proyecto conceptual, por
eso me preparé mucho (Io creas o no, me tomo las cosas en
serio). Pensé en Jorgen Leth y lo que conocia suyo. Apenas El
bien y ef mal (perdona si no busco ahora el titulo original),
una pelicula tan precisa como un corte en fa piel. La hab
visto en el festival de Valladolid de 2000 y me habfa dotido,
Nada més, De modo que casi estaba virgen.
La pelicula de ‘Trier/Leth es desconcertante, no porque no
sepas de qué va 0 c6mo se articula, no; por todo lo contrario,
porque sabes todo eso y porque de pronto te das cuenta de que
‘el cine puede llegar a ser un juego infinito en el que slo se
insindan tenues dreas humanas y que podria dejar siquiera de
sinuarlas y dedicarse a otras cosas, que son todavia més infi-
nitas, Imagina que alguien te propone rehacer algo perfecto y
te pone pegas, para ver si de esa manera Io perfecto se va a la
mierda. Pues no, chico; con Jorgen Leth no hay manera. Es
perfecto. Su cine es como un corte en Ia piel. No sangra, no
mancha, pero duele. Duele mucho. ¥ Trier se limita a observar
‘emo sus «obstrucciones» no valen para nada, cémo el deca
logo Dogma95 o cualquier serie de reglas nunca son bastante
para destruir nuestra personalidad, sino s6lo para afianzarla,
Bien, gy qué, Lars, qué mas?
Te juro que la belleza radical de las diferentes pelfculas
‘que Leth le escupfa a Trier, a medida que regresaba con ellas
de descabellados destinos (Cuba, Bombay, Bruselas...), eran
2
cana p
argo ¢ imposible ads
cada vez més hirientes, més... no sé eémo explicario; te empe-
quefiecen como espectador, te reducen a tu lado mas humano
y més estdipido, a un lado biol6gico que te hace sentir remata-
damente mal.
De pronto, después de cuatro obstrucciones gloriosas,
Lars le dice a Jorgen que ya no habré més obstrucciones, que
de hecho ya no habré més cine, que no necesita hacer nada
més, ni defenderse ni protegerse, porque ahora le toca a él, all
genio, a Lars von Trier, Usard el metraje descartado durante
las distintas filmaciones de encuentros entre él y Jorgen,
durante los rodajes, ete. Sdlo quiere que Jorgen lea un texto
que luego acompafiaré al montaje definitivo de las imagenes.
Hacen un breve ensayo y luego viene la quinta parte, Ia quin-
ta obstruccidn,
Hasta ese momento habfa estado tan poco implicado emo-
cionalmente en la pelicula, que en cuanto escuché la voz
cadenciosa de Leth... se me encogié algo en el pecho. Creo
‘que se me hizo un nudo en la garganta. Me dio la sensacién de
que alguien me hubiese atrapado en un callején oscuro y me
estuviese obligando a darle todo mi dinero mientras me apre-
taba el cuello con sus dos enormes manos.
Entonces lloré.
Me dejé llevar.
No Hloraba suavamente, no; era un ilanto emocional de ver-
dad. Como si de pronto alguien que me hubiera: hecho mucho
dafio me estuviese enseftando cémo en realidad me habia esta-
do haciendo mucho bien, mucho.
La sensaciéa era liberadora; no me sentfa mal. En ningdn
momento dejé de mirar hacia la pantalla, en ningén momento
dejé de leer los subtitulos en inglés.
do esto sucedia sin que yo supiese de qué manera, S6lo
sucedia, Y yo no podia contener las lagrimas.
Las imagenes que antes resultaban incisiones hechas con la
cémara, simples juegos conceptuales con los cuales escondes-
23Les von ther
se de la realidad, se convertian en un breve lbum donde Jar-
gen Leth se iba poco # poco transformando en una especie de
protagonista. Las imagenes de sus pelfculas dejaban de ocupar
el interés de la cémara e incluso él mientras las urdia dejaba
de ser el centro de atencidn, La cémara ahora miraba hacia
otra parte y, sin embargo, segufa encuadréndole a él. Al hom-
bre. A Jorgen Leth, Comenzaba a desenmascararle.
Lars von Trier estaba saliéndose con la suya. Al parecer, el
mundo cinematogréfico de Jorgen Leth no es nada més que
una sofisticada mascara con Ja que el director danés esconde
sus sentimientos, como cuando huye a Haiti para refugiarse
en Jos meses en que la depresi6n se apodera de su espiritu.
Det perfekte menneske.
El ser humano perfecto.
Det perfekte menneske, ese era el
Jorgen Leth habfa dirigido hacta ati
sesenta, y que habfa inspirado a Lars von Trier sus «
trucciones».
{Quién serd ese ser humano perfecto? Quizas el propio Jor-
gen Leth. Quizas alguien que sabe fabricar la imagen perfecta,
aquella cuya implicacién emocional es tan minima que jamés
pasaré de largo, porque siempre tendra algo que descubrir
sobre nosotros mismos, sobre quienes observamos, porque en
tuna pelicula asf nos reconocetemos aunque no sepamos decir
quiénes somos.
Con que sélo se trataba de un ejercicio de ocultamiento.
Jorgen Leth ya no es el cineasta capaz de comer en Bombay,
sno a unta multitud que Te observa desde detras de un panel
blanco. No es el hombre que sabe perfectamente cuando, por
qué, dénde y eémo hace cada cosa. Ya no resulta un dios tan
istante, tan frfo, tan cerebral. Podemos comenzar a verle por-
que Lars von Trier le ha obligado a refugiarse en sf mismo
tanto que al final sélo ha podido desvelar su identidad por
completo.
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Carta pare wt tage # tps
Sin embargo, las cosas siguen sin ser tan sencillas. En rea-
lidad, es cierto que Jprgen Leth posiblemente es un hombre
que se oculta, que usa el cine para cubrir su rostro, pero y si
fuera asf qué pasaria, {Quién se cree Lars von Trier para expo-
nerle? {Se cree mejor? ;Mas puro? {Son sus reglas la piedra
filosofal? gNo ha cafdo él mismo en su propia trampa? ;No es
<1 quien ha acabado exponiéndonos de forma clara su profun-
do malestar, su angustia, su grado de inseguridad? Es que no
hha querido 61 fabricar en otto sus propias miserias?
Si, Lars von Trier ha pretendido hacer del cine un vehiculo
para sincerarse, el problema es que las reglas que ha inventa-
do para esa sinceridad posiblemente solo le sirvan a él, ;Debe-
rfamos seguir todos sus enseftanzas? ;Tenemos todos I
alguien como Lars von Trier ha creido que sf. El pobre. En su
candidez, ha querido hacernos ver lo infalible que es su méto-
do y de nuevo no ha conseguido mas que mostrarse a sf
mismo. A nadie més. Lars, el pobre Lars.
Lars.
Solo.
Y entonces... entonees, cuando me di cuenta de lo que
hacia esta pelicula, lloré, Lloré porque sentf que a veces creo
saber ciertas cosas sobre los dems y es sélo que sé muy poco
sobre mf mismo, Lloré porque, como todo el mundo, ayer me
sent{ muy solo, mientras Eva y Samuel dorméan, mientras dor-
fa Europa, mientras papd estaba en su tumba y a mami no
porque estaba muy lejos. Lejos. Porque me senti
muy frégil y a la vez muy mezquino. Porque las cosas e1
‘que crefa antes de ver la pelicula ya no existian, como si se las
huubiese Hevado la marca.
Un abrazo.
Hilario
Pd; Seguimos hablando... hoy mismo, maiana,
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