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Las proposiciones fácticas pueden ser definidas como la reconstrucción de los hechos
que el o los interesados hayan narrado al litigante, los cuales se colectan, primero, a
través de la notitia criminis y luego, a través de la recopilación de información que se
obtiene de los diversos medios de prueba. De la narración de los hechos debe hacerse
hincapié en aquellas cuestiones que resulten ser penalmente relevantes, discriminando el
litigante aquella información que le es suministrada y que la misma no sea de interés
para la reconstrucción del hecho que se esté ventilando.
Los expertos recomiendan hilar los hechos de manera cronológica, pues se estima que ´´
es el modo como el entendimiento humano capta mejor las ideas que le son
comunicadas ´´ (Saúl Arraya Matarrita, 2002).
Andrés Baytelman y Mauricio Duce afirman que no se trata de inventar una historia que
altere que mienta sobre los hechos ocurridos. El juicio oral dificulta enormemente la
posibilidad real de mantener consistentemente una mentira; basta con que el tribunal no
crea la teoría del caso plantead para que el juicio se pierda.
Proposiciones Jurídicas:
Las partes, sea el ministerio público, el querellante, el actor civil o imputado, tienen
roles diferentes a desempeñar en el proceso penal y persiguen fines distintos, por ello,
en la práctica forense las estrategias podrían variar, así como los puntos a observar y
destacar. En este sentido el artículo 29 del Código Procesal Penal precisa que la acción
penal es pública o privada. Cuando es pública su ejercicio corresponde al Ministerio
Público, sin perjuicio de la participación que este código concede a la víctima. Cuando
es privada, su ejercicio únicamente corresponde a la víctima.
La querella no es otra cosa que denuncia, a la que se suma una instancia o solicitud de
constitución como sujeto procesal. Por tal razón, los requisitos de admisibilidad de una
querella suelen ser más estrictos, en especial en lo que se refiere a las circunstancias que
legitiman a la persona para solicitar su participación como querellante (Binder, Alberto
M. Iniciación al Proceso Penal Acusotario).
Si se trata de una infracción de acción privada, la víctima presenta su acusación por sí o
por apoderado especial, conforme las previsiones del Código Procesal Penal, tal como
se establece en el artículo 359 de la norma procesal antes mencionada.
Siendo que la finalidad del acusador privado es la misma que la del acusador público:
perseguir la sanción de un delito que se haya cometido, ambos deben tener en
consideración los mismos puntos al momento de elaborar sus respectivas teorías del
caso. La diferencia sustancial será que el acusador privado no cuenta con el auxilio de
los agentes policiales y demás agencias ejecutivas para la realizar la investigación como
sí ocurre con el Ministerio Público, pero éste puede proponer diligencias de
investigación y solicitar el auxilio judicial previo. Según el artículo 286 del Código
procesal Penal: “ Las partes tienen la facultad de proponer diligencias de investigación
en cualquier momento del procedimiento preparatorio. El Ministerio Público las realiza
si las considera pertinentes y útiles; en caso contrario, hace constar las razones de su
negativa. En este último caso, las partes pueden acudir ante el juez, para que decida
sobre la procedencia de la prueba popuesta. Si el juez estima que la diligencia es
procedente, ordena al Ministerio Público su realización.
Según Ignacio Camacho en su Código Procesal Penal anotado, la prueba más socorrida
es la del peritaje cuando se trata de hechos que requieren la intervención de profecionale
de otras áreas de las ciencias humanas, cuando se requiere de investigaciones con
métodos y técnicas que no están disponibles para las partes.
Según el artículo 360 del Código procesal Penal.: “ Cuando la víctima no ha podido
identificar o individualizar al imputado, o determinar su domicilio, o cuando para
describir de modo claro, preciso y circunstanciado el hecho punible se hace necesario
realizat diligencias que la víctima no puede agotar por sí misma, requiere en la
acusacion el auxilio judicial, con indicación de las medidas que estime pertinente.
No se está obligado a tener una teoría del caso cuando se asume el rol de defensa,
existiendo el principio de presunción de inocencia, la carga de la prueba corresponde a
los acusadores, pero ello no impide que la defensa, si lo estima y entiende conveniente
al caso, elabore su propia teoría. El artículo 318 del Código procesal Penal recoge esta
afirmación cuando sostiene que, después de haber presentado sus teorías en juicio el
Ministerio Público, querellante y parte Civil, si la hubiere “se concede la palabra a la
defensa a fin de que, si lo desea, se exprese de manera sucinta sobre la acusación y la
demanda”.
a) señalar al tribunal que la versión del fiscal no es la única que escucharán durante el
juicio;
b) que la versión del fiscal, aun cuando en principio pueda parecer en extremo
convincente, tiene el defecto que la defensa ya le ha anticipado y que acreditara a través
de sus contraexámenes o por la prueba que rendirá durante el curso de la audiencia; y
c) También es conveniente esta estrategia para favorecer la tarea del tribunal al resolver
objeciones sobre el pertinencia o no de determinada pregunta”.
No tiene el deber la defensa de elaborar una teoría del caso, pero, si estimara la defensa
realizar una defensa positiva, es decir, no limitándose única y exclusivamente a negar
los hechos, si no a afirmar que el mismo ha tenido lugar de tal o cual forma. Le es
preciso analizar si realmente se está en presencia de un tipo penal, si existe alguna
circunstancia de atenuación de la pena, si concurre alguna circunstancia justificativa del
delito o eximente de responsabilidad.