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Educación Ambiental: La Participación Comunitaria

Está claramente establecido, que la participación de los ciudadanos es


fundamental para el desarrollo y conservación de los recursos naturales
y el medio ambiente. Cuando la comunidad está completamente
involucrada, los esfuerzos y las acciones institucionales tienen más
probabilidades de ser productivas, sustentables y equitativas.

La amplitud de los principios que sustentan la Educación Ambiental:


Totalidad, Educación Permanente, Interdisciplinariedad, Aprendizaje
Activo, Criticidad y Acción, Principio de Pasado, Presente y Futuro,
Unidad Teórico – Práctica, y Principio de Identidad Nacional, la
convierten en el instrumento ideal para dinamizar y consolidar las
iniciativas y acciones concebidas dentro de un marco de Desarrollo
Comunitario.

En términos prácticos, el diseño de una estrategia para la participación y


desarrollo comunitario, que adopte la filosofía y principios de la
Educación Ambiental como eje metodológico, se reflejaría en mayores
probabilidades de éxito para alcanzar los objetivos y metas en base a
criterios de Sostenibilidad. Esto así, porque mediante este mecanismo se
favorecería el desarrollo de las potencialidades y capacidades de la
población para contribuir a su propio bienestar y al del medio ambiente;
así mismo, al señalamiento y facilitación del acceso a nuevas
alternativas de subsistencia digna y ambiente sano.

Asumir la Educación Ambiental como estrategia, conllevaría a alcanzar


logros de los siguientes objetivos:

• Desarrollar en la población una meta, una conciencia global y local


del problema ambiental.

• Capacitar al individuo para hacer un uso racional de los recursos


de su medio, y actuar concientemente hacia un cambio de actitud
que promueva su conservación.

• Impulsar acciones que conlleven soluciones concretas y específicas


a nivel local.

• Integrar los requerimientos de la conservación con la satisfacción


de las necesidades básicas de la población.

Los planteamientos anteriores, deben llevarnos a reflexionar en torno a


la necesidad de incorporar real y efectivamente la Educación Ambiental
en la dinámica de desarrollo de las comunidades. En nuestro país, han
sido muchos los programas, proyectos y acciones llevadas a acabo en
este ámbito por parte de instituciones gubernamentales y no
gubernamentales, y que han fracasado o no han alcanzado plenamente
los objetivos deseados, por la carencia de un enfoque metodológico de
esta naturaleza. Aunque en términos teóricos se suele asumir el
concepto, en la práctica se subestima, delegándose a un segundo o
tercer plano, cuando no se ignora por completo.

La Educación Ambiental debe basarse en trabajos concretos partiendo


de la realidad local a la global, analizando las causas de los problemas,
tomando en consideración lo micro, meso y macro o a la inversa. Así por
ejemplo, analizar porqué se están secando los ríos, hay que determinar
cuáles serán las consecuencias, de esto y qué hacer para conservarlos.

En las últimas décadas, las organizaciones de la sociedad civil, han


venido ocupando un espacio donde en las diferentes esferas de la vida
nacional, logrando hacer innovaciones significativas para el proceso
tangible y duradero de nuestra población.

En conclusión, la actividad del hombre deteriora el medio ambiente, de


aquí la importancia de la Educación Ambiental, la cual debe comenzar
desde la Educación Inicial, la más importante para implementar una
cultura ambientalista, aunque es la más olvidada, pues se ha trabajado
preferiblemente con comunidades adultas y sociedades de jóvenes, las
cuales no dejan de ser importantes.

La Educación Ambiental por sí sola no puede resolver los problemas del


medio ambiente, pues en estos influyen las decisiones políticas, aportes
económicos, condiciones sociales de los individuos y condiciones
naturales del medio. Las actividades a favor del ambiente se sustentan
en dos grandes bases: una, en el plano ético y la otra, en el plano
científico; por tanto el proceso de la Educación Ambiental estará dentro
de estos planos, sus objetivos y contenidos deben ser integradores,
referidos a la realidad ambiental y a la relación armónica hombre –
sociedad – naturaleza, por tal razón la importancia de la Participación
Comunitaria.

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