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1. Derecho Civil.
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consiguiente, al derecho civil lo podemos ubicar dentro la sistemática
jurídica como perteneciente al Derecho Privado.
2. Persona.
3. Personalidad.
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desde el momento de la concepción, es decir, desde el momento en que
se da existencia a un nuevo ser humano por medio de la fecundación. 2)
Teoría del nacimiento: que expone que en el momento en que la criatura
nace, es el momento en que principia la personalidad (esta teoría estaba
consagrada en el artículo 1° del Proyecto de Código Civil presentado por el
Lic. Federico Ojeda Salazar). 3) Teoría de la viabilidad: agrega esta teoría,
al hecho físico del nacimiento, el requisito de que el nacido tenga
condiciones de viabilidad, de que sea viable, es decir, que haya nacido con
aptitud fisiológica para seguir viviendo fuera del vientre materno, por sí
solo. 4) Teoría ecléctica: que trata de conjugar las teorías anteriores. En
su expresión más generalizada, fija el inicio de la personalidad en el
momento del nacimiento, reconociendo, desde la concepción, derecho al
ser aún no nacido, bajo la condición de que nazca vivo. Otra tendencia,
dicho con distintas palabras, otra modalidad de esta teoría exige, además
del nacimiento, las condiciones de viabilidad, que el ser sea viable, apto
para seguir viviendo.
c) Teoría que adopta nuestro Código Civil: El artículo 1° del Código Civil
expone que: “La personalidad civil comienza con el nacimiento y termina
con la muerte; sin embargo, al que está por nacer se le considera nacido
para todo lo que le favorece, siempre que nazca en condiciones de
viabilidad”. Podría decirse que nuestro código acepta una teoría
ecléctica, puesto que expone la teoría del nacimiento al decir que la
“personalidad... comienza con el nacimiento”; a su vez, la de la
concepción al señalar que “al que está por nacer se le considera nacido
para todo lo que le favorece”; y, por último, la de la viabilidad el resaltar
que al ser que está por nacer y le favorece un derecho será investido con
personalidad jurídica siempre y cuando “nazca en condiciones de
viabilidad”. Es menester hacer notar que la redacción en el Proyecto era
mucho más clara y acertada al aceptar la teoría del nacimiento, que en la
actualidad tiende a predominar.
d) Conacencia: La ley parte del supuesto general de que nazca un solo ser
humano, varón o mujer, después del proceso de la gestación. Empero, en
realidad no es nada raro que nazcan dos o más personas de un mismo
parto (doble o múltiple), y tengan vida propia cada una, lo cual sucede
aun en el caso del nacimiento de siameses. En especial para efectos
hereditarios, es importante determinar si existe o no, legalmente,
procedencia en cada uno de esos nacimientos. Sin embargo, como bien lo
apunta el Lic. Ojeda Salazar, “desaparecida la institución del mayorazgo
en las legislaciones contemporáneas, carece de mayor importancia
determinar la prioridad del nacimiento, pues no se reconocen derechos
superiores ni privilegios al hijo mayor o primogénito; todos gozan de los
mismos derechos”. Es por ello que nuestro Código Civil, en su artículo 2°,
expone que: “Si dos o más nacen de un mismo parto, se consideran iguales
en los derechos civiles que dependen de la edad”.
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e) Comorencia: Así como el nacimiento ocurrido en un mismo parto puede ser
de dos o más personas (conacencia), puede ocurrir, por hecho accidental o
premeditadamente provocado que dos o más personas fallezcan en y por
causa del mismo (comorencia). Así, pues, nuestro Código Civil, artículo 3°,
establece que: “Si dos o más personas hubiesen fallecido de modo que no
se pueda probar cuál de ellas murió primero, se presume que fallecieron
todas al mismo tiempo, sin que se pueda alegar transmisión alguna de
derechos entre ellas”.
Capacidad
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país según el artículo 96 del Código Civil); el domicilio (uno de cuyos
efectos principales es el de precisar el lugar o lugares en que se han de
cumplir las obligaciones); el parentesco (que generalmente da lugar a
ciertas prohibiciones: marido y mujer no pueden celebrar contratos de
compraventa entre sí, o determina el orden de la prestación de alimentos
o de la sucesión intestada, por ejemplo); y, enfermedades físicas y
mentales (estas últimas, en especial, pueden tener relevancia cuando
alcanzan a constituir causa de incapacitación).
Incapacidad
5. Estado civil.
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obligaciones o deberes que le atañen. Toda persona jurídica individual
tiene un estado civil, comprendiendo como tal a la relación que guarda
ésta con la familia (soltero, casado, padre, hijo, abuelo, etc.), con el
Estado (nacional o extranjero) y consigo misma (capaz o incapaz).
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6. Identificación de la persona:
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sentido estricto —conocido también como nombre propio— individualiza a
la persona, distinguiéndola en su caso de los restantes hijos de los mismos
padres. El nombre de la persona es el que se otorgue al nacido, el que se
imponga en el momento de la inscripción de nacimiento. La elección se
deja al libre arbitrio de las personas con potestad para imponerlo, siempre
que no dificulte la identificación de la persona. De modo excepcional, se
puede instar el cambio de nombre propio, requiriéndose para ello una
causa justificada y que no provoque perjuicio a terceros. Así, pues, el
Código Civil en su artículo 4°, reformado por el artículo 1 del Decreto
Número 38-95 del Congreso de la República, nos explica que el nombre “se
compone del nombre propio y del apellido de sus padres casado o del de
sus padres no casados que lo hubieren reconocido. Los hijos de madre
soltera serán inscritos con los apellidos de ésta. Los hijos de padres
desconocidos serán inscritos con el nombre que les dé la persona o
institución que los inscriba”. Lo interesante de la reforma es que,
erradicando todo tipo de discriminación y en concordancia con el principio
constitucional de igualdad, ahora permite a la madre soltera inscribir a su
hijo menor de edad con sus dos apellidos, evitando así lo molesto que
resulta decir la famosa frase “de único apellido”.
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del estado civil de las personas que nacen en su territorio, y en ciertos
casos fuera de él. 2) Derecho de propiedad: en virtud que el nombre
pertenece a la persona a quien se le ha asignado (nombre propio) o por la
ley le corresponde (apellido); no obstante que otra u otras tengan el
mismo nombre, que también les pertenece, es lógico que sea considerado
como un derecho de propiedad, exclusivo e inviolable. Las expresiones mi
nombre, su nombre, parecen afianzar esta opinión. 3) Atributo de la
persona: así es considerado por quienes opinan que la persona no es un
concepto creado por el derecho, sino preexistente a éste, que no hace
más que admitirlo, y reconocer sus cualidades características. 4) Derecho
de familia: esta opinión adhiere el nombre a la familia que lo usa, no
importando, o, dicho en otra forma, sin tener relevancia la repetición del
mismo en otra u otras familias, porque la filiación es determinante para su
uso exclusivo, por lo cual viene a ser el signo interior distintivo del
elemento del estado de las personas que resulta de la filiación.
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alguno de los apellidos que le corresponden, puede establecer su
identificación por medio de declaración jurada hecha en escritura
pública, por la misma persona si fuere mayor de edad o por sus padres
que ejercieren la patria potestad. También podrá hacerse por cualquiera
que tenga interés en la identificación conforme el procedimiento
establecido por el Código Procesal Civil y Mercantil”. La norma transcrita
es clara, ya que si la identificación es realizada por la misma persona o sus
representantes legales –si fuere menor de edad–, ésta deberá constar
mediante declaración jurada hecha escritura pública ante notario hábil;
empero, si la identificación es hecha por cualquier persona que tenga
interés en la misma, ésta se hará a través del proceso especial de
jurisdicción voluntaria, ya sea en la vía judicial o en la vía notarial (véanse
los artículos 24, 401 al 405, 440 al 442 del CPCYM). El primer caso se
conoce en la práctica como Identificación de la propia persona o,
simplemente, Identificación de persona, y el segundo caso se conoce
también en la práctica como Identificación de un tercero o, llanamente,
Identificación de tercero.
7. El domicilio.
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d) Diferencia entre domicilio, residencia y vecindad: Como dijimos al
principio el domicilio lo constituye la circunscripción departamental en la
cual una persona reside; por su parte la residencia (o habitación) no es
más que el edificio o parte de él que se destina a la vivienda; y, por
último, vecindad es la circunscripción municipal en que una persona reside
y se rige por las mismas leyes que el domicilio.
8. Ausencia.
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la denuncia de la ausencia puede hacerla cualquier persona capaz o la
Procuraduría General de la Nación, cuando el ausente tenga bienes que
deban ser administrados; el nombramiento, por el juez, de un defensor
específico que exclusivamente tendrá a su cargo la representación judicial
del presunto ausente, y de un depositario, que puede ser el mismo
defensor (si el ausente hubiese dejado apoderado sin facultades
suficientes, se procederá como en los casos de declaración de ausencia
para representación en juicio); la declaración de la ausencia, que conlleva
el nombramiento definitivo de guardador de los bienes del ausente, la
representación de éste será asumida por el guardador, cesando en sus
cargos el defensor específico y el depositario provisional (el representante
del ausente, o sea el guardador, es administrador de los bienes de aquél y
tiene las mismas obligaciones, facultades y prohibiciones de los tutores,
en lo que fuere aplicable); la terminación del cargo de guardador de los
bienes, que puede ocurrir cuando se apersona el ausente por sí o por
medio de apoderado, cuando se extinguen los bienes o dejan de
pertenecer al ausente, cuando fallezca el guardador, se le admita la
renuncia o se le remueva del cargo, en cuyos casos el juez procederá de
oficio a nombrar nuevo guardador y cuando se da la administración de los
bienes a los parientes; y, la remoción del guardador, que puede ser
solicitada por la Procuraduría General de la Nación y los parientes del
ausente, denunciando al juez las causas de la remoción.
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demás entidades de interés público creadas o reconocidas por la ley; 3°
Las asociaciones sin finalidades lucrativas, que se proponen promover,
ejercer y proteger sus intereses sindicales, políticos, económicos,
religiosos, sociales, culturales, profesionales o de cualquier otro orden,
cuya constitución fuere debidamente aprobada por la autoridad
respectiva. Los patronatos y los comités para obras de recreo, utilidad o
beneficio social creados o autorizados por la autoridad correspondiente,
se consideran también como asociaciones; y, 4° Las sociedades, consorcios
y cualesquiera otras con fines lucrativos que permitan las leyes”.
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pertenezcan tendrán el destino previsto en esas normas, y si nada se
hubiese dispuesto, serán considerados como bienes vacantes y aplicados a
los objetos que determine la autoridad que acuerde la disolución (artículos
25 y 26 del Código Civil). La clausura, conforme el artículo 31 del citado
código, de las compañías o asociaciones extranjeras establecidas en
Guatemala, no puede entenderse como disolución, sino como el fin de la
autorización concedida para ejercer sus actividades en el país.
10. De la familia.
d) La tesis de Antonio Cicu: Ésta afirma que el derecho de familia debe ser
estudiado y expuesto sistemáticamente fuera del derecho privado así
como del derecho público; creándose así una tercera rama, autónoma e
independiente a las otras dos grandes ramas en que tradicionalmente se
divide el Derecho.
11. El matrimonio.
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b) Naturaleza jurídica del matrimonio: Existen tres criterios para determinar
la naturaleza jurídica del matrimonio, los cuales son: 1) El matrimonio es
un acto jurídico mixto o negocio jurídico complejo: ésta es la opinión que
acepta el civilista hondureño Gautama Fonseca, quien la expone en los
siguientes términos: “Se distinguen en el Derecho los actos jurídicos
privados, los actos jurídicos públicos y los actos jurídicos mixtos. Los
primeros se realizan por la intervención exclusiva de los particulares; los
segundos por la intervención de los órganos estatales; y, los terceros por
la concurrencia tanto de particulares como de funcionarios públicos en el
acto mismo, haciendo sus respectivas manifestaciones de voluntad. El
matrimonio es un acto mixto debido a que se constituye no sólo por el
consentimiento de los consortes, sino también por la intervención que
tiene el Alcalde municipal. Este órgano del Estado desempeña un papel
constitutivo y no simplemente declarativo, pues podemos decir que si se
omitiese en el acto respectivo la declaración que debe hacer el citado
funcionario, no existiría desde el punto de vista jurídico”. 2) El
matrimonio es un contrato: es tesis de origen canónico, del derecho de la
Iglesia, la cual, a fines del Imperio romano, en lucha contra la posibilidad
de proliferación de la bigamia, hizo obligatorias las proclamas de
matrimonio, y más tarde (Concilio de Trento, 1563) obligó a la celebración
pública del mismo, ante párroco y en presencia de dos testigos
(concepción del matrimonio adoptada por la Revolución francesa; se trata,
dicen sus seguidores, de un contrato especialísimo, en el que es un
elemento básico el consentimiento). 3) El matrimonio es una institución:
un numeroso sector doctrinario sustenta esta opinión; debe partirse de un
punto de vista: el matrimonio como institución, o, dicho en otra forma, la
institución del matrimonio, no constituye una persona jurídica del tipo
institucional. La palabra institución se emplea, respecto al matrimonio, en
el sentido de una situación o estado regida por un conjunto especial de
reglas impuestas por el Estado. Conforme a la legislación de Guatemala, el
matrimonio es una institución social, es decir, que nuestro Derecho acepta
este criterio.
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civil por necesidad (cuando admite el matrimonio civil solamente para las
personas que no profesan la religión del Estado, la religión oficial).
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12. Impedimentos para contraer matrimonio.
d) Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los
artículos 88 al 91, 144 al 150, 370, 423, último párrafo, y 1257 al 1268 del
Código Civil.
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13. Regímenes económicos del matrimonio.
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cual se establecen las futuras condiciones de la sociedad conyugal, en
cuanto al régimen patrimonial de ésta. Las capitulaciones matrimoniales
son obligatorias en los siguientes casos: 1° cuando alguno de los
contrayentes tenga bienes cuyo valor llegue a dos mil quetzales; 2° si
alguno de los contrayentes ejerce profesión, arte u oficio, que le produzca
renta o emolumento que exceda de doscientos quetzales al mes; 3° si
alguno de ellos tuviere en administración bienes de menores o
incapacitados que estén bajo su patria potestad, tutela o guarda; y, 4° si
la mujer fuere guatemalteca y el varón extranjero o guatemalteco
naturalizado. 2) Esponsales: Nuestra legislación no nos da una definición
de lo que es esponsales, por lo que tenemos que acudir a la doctrina que
expresa que esponsales “es la promesa de casarse que se hacen el varón y
la mujer con recíproca aceptación”. Esponsales deriva del verbo latino
spondeo, que significa prometer. El Código Civil (artículo 80) al tratar este
tema nos dice que: “Los esponsales no producen obligación de contraer
matrimonio, pero dan lugar a demandar la restitución de las cosas
donadas y entregadas con promesa de un matrimonio que no se efectuó”.
A su vez, el artículo 1872 en su parte conducente no expresa que: “No son
revocables las donaciones... que se hacen con motivo de matrimonio que
se ha efectuado y los obsequios que se acostumbra por razones sociales o
de piedad”. Esto quiere decir, que una vez efectuado el matrimonio las
cosas donadas no pueden ser restituidas.
b) Divorcio: Del latín divortium, del verbo divertere, separarse, irse cada
uno por su lado. Puede definirse como la ruptura de un matrimonio válido
viviendo ambos esposos. Ello señala ya una distinción fundamental entre
divorcio y anulabilidad del matrimonio en que no cabe hablar de
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disolución, por no haber existido jamás legalmente, a causa de
impedimentos esenciales o insubsanables. Nuestro Código Civil (artículo
153) estipula que: “El matrimonio... se disuelve por el divorcio”.
e) Causas: Expresa el artículo 155 del Código Civil que: “Son causas comunes
para obtener la separación o el divorcio: 1° La infidelidad de cualquiera
de los cónyuges; 2° Los malos tratamientos de obra, las riñas y disputas
continuas, las injurias graves y ofensas al honor y, en general, la conducta
que haga insoportable la vida en común; 3° El atentado de uno de los
cónyuges contra la vida del otro o de los hijos; 4° La separación o
abandono voluntario de la casa conyugal o la ausencia inmotivada, por
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más de un año (es decir, la separación de hecho, véase el artículo 156); 5°
El hecho de que la mujer dé a luz durante el matrimonio, a un hijo
concebido antes de su celebración, siempre que el marido no haya tenido
conocimiento del embarazo antes del matrimonio; 6° La incitación del
marido para prostituir a la mujer o corromper a los hijos; 7° La negativa
infundada de uno de los cónyuges a cumplir con el otro o con los hijos
comunes, los deberes de asistencia y alimentación a que está legalmente
obligado; 8° La disipación de la hacienda doméstica; 9° Los hábitos de
juego o embriaguez, o el uso indebido y constante de estupefacientes,
cuando amenazaren causar la ruina de la familia o constituyen un
continuo motivo de desavenencia conyugal; 10° La denuncia de delito o
acusación calumniosa hecha por un cónyuge contra el otro; 11° La
condena de uno de los cónyuges, en sentencia firme, por delito contra la
propiedad o por cualquier otro delito común que merezca pena mayor de
cinco años de prisión; 12° La enfermedad grave, incurable y contagiosa,
perjudicial al otro cónyuge o a la descendencia; 13° La impotencia
absoluta o relativa para la procreación, siempre que por su naturaleza sea
incurable y posterior al matrimonio; 14° La enfermedad mental incurable
de uno de los cónyuges que sea suficiente para declarar la interdicción; y,
15° Asimismo, es causa para obtener el divorcio, la separación de
personas declarada en sentencia firme”.
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a) Definición: Es aquella situación o estado en virtud de la cual un hombre y
una mujer, con capacidad para contraer matrimonio, se unen con el
objeto de procrear, alimentar y educar a sus hijos y auxiliarse
recíprocamente, previo a ser declarada por ellos mismos ante el alcalde
de su vecindad o un notario, para que produzca efectos legales, siempre
que exista hogar y la vida en común se haya mantenido constantemente
por más de tres años ante sus familiares y relaciones sociales (artículo 173
del Código Civil).
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deberá hacerse constar ante el Juez de Primera Instancia del domicilio de
los convivientes, o ante un notario, pero para que se reconozca y se
ordene la anotación respectiva en el Registro Civil, debe cumplirse
previamente con la presentación de un proyecto de convenio que contenga
los puntos enumerados en los artículos 163 del Código Civil y 429 del
Código Procesal Civil y Mercantil, con respecto al divorcio de los cónyuges.
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cónyuge, de los hijos menores o incapaces y de las personas que tengan
derecho a ser alimentadas por aquél; 7° Cuando haya peligro de que la
persona que tiene obligación de dar alimentos, pierda sus bienes por mala
administración o porque los esté dilapidando, los acreedores alimentistas
tienen derecho a exigir judicialmente que se constituya patrimonio
familiar sobre determinado bien del obligado; 8° Para la constitución del
patrimonio familiar se requiere la aprobación judicial y su inscripción en el
Registro de la Propiedad, previos los trámites que fije el Código Procesal
Civil y Mercantil (sin embargo, cuando el Estado proceda al parcelamiento
y distribución de un bien nacional, podrá darle a cada parcela el carácter
de patrimonio familiar y bastará esa calificación legal, para su
constitución y registro); 9° El representante legal de la familia será el
administrador del patrimonio familiar y representante a la vez de los
beneficiarios en todo lo que al patrimonio se refiera; y, 10° El patrimonio
familiar a término fijo, debe comprender el término indispensable para
que el menor de los miembros actuales de la familia alcance la mayoría de
edad, pero en ningún caso podrá constituirse un patrimonio familiar por un
término menor de diez años. 2) Requisitos procesales: Los requisitos
procesales necesarios están previstos en el Libro 4°, Título I, Capítulo II,
Sección 6ª, del Código Procesal Civil y Mercantil, en los artículos 444, 445
y 446, que disponen cuales son los requisitos que deben cumplirse en la
solicitud y los documentos a presentarse con la misma, la publicación de
aquélla, lo relativo a la oposición si la hubiere, y, cuando proceda, la
declaratoria de que ha lugar a constituir patrimonio familiar, ordenando el
otorgamiento de la escritura pública respectiva, determinando la persona
del fundador, los nombres de los beneficiarios, bienes que comprende,
valor y tiempo de duración del patrimonio. Conviene aclarar que los
artículos 24 al 27 de la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de
Asuntos de Jurisdicción Voluntaria, contempla la constitución del
patrimonio familiar ante notario. Conviene recordar también que la
Procuraduría General de la Nación intervendrá en la constitución,
extinción y redacción del patrimonio familiar.
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bancaria mientras se constituye un nuevo patrimonio familiar. Asimismo,
puede disminuirse el valor del patrimonio familiar cuando por causas
posteriores a su establecimiento, ha sobrepasado la cantidad fijada como
máxima (Q 100,000.00), o porque sea de utilidad y necesidad para la
familia dicha disminución.
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aquél. El marido no puede impugnar la paternidad del hijo concebido o
nacido durante el matrimonio, alegando el adulterio de la madre, aun
cuando ésta declare en contra de la paternidad del marido, salvo que se le
hubiere ocultado el embarazo y el nacimiento del hijo, en cuyo caso sí
podrá negar la paternidad probando todos los hechos que justifiquen la
impugnación. Si al marido se le hubiere declarado en estado de
interdicción, podrá ejercitar ese derecho su representante legal. La acción
del marido negando la paternidad del hijo nacido de su cónyuge, deberá
intentarse judicialmente, dentro de sesenta días, contados de la fecha del
nacimiento, si está presente; desde el día en que regresó a la residencia
de su cónyuge, si estaba ausente; o, desde el día en que descubrió el
hecho, si se le ocultó el nacimiento. Los herederos del marido solamente
podrán continuar la acción de impugnación de la paternidad iniciada por
él, pero este derecho podrán ejercitarlo únicamente dentro de sesenta
días contados desde la muerte del marido. Podrán asimismo los herederos
del marido impugnar la filiación, si el hijo fuere póstumo, o si el presunto
padre hubiere fallecido antes de que transcurriera el plazo señalado en el
artículo 204 del Código Civil. Los herederos deberán iniciar la acción
dentro de sesenta días, contados desde que el hijo haya sido puesto en
posesión de los bienes del padre, o desde que los herederos se vean
turbados por el hijo en la posesión de la herencia.
e) Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los
artículos 50 y 52 de la Constitución Política de la República de Guatemala;
199 al 227, 370, 391 al 404, y 426 al 429 del Código Civil; 435 al 437 del
Código Procesal Civil y Mercantil; y, 14 al 17 de la Ley Reguladora de la
Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria.
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introducen en el útero un día determinado. Esto, para garantizar que
existan suficientes espermatozoides al momento de la ovulación. Requiere
que las trompas estén en condiciones de absorción. Con respecto a los
métodos de inseminación propiamente dicho, existen tres variedades,
ellas son: 1° Inseminación intrauterina; 2° Inseminación endocervical; y,
3° Inseminación exocervical. Es preciso aclarar, que el semen utilizado
puede ser recién emitido o haber estado conservado mediante
congelación, y ser descongelado minutos antes de efectuar la
inseminación. A la vez la inseminación artificial puede hacerse con semen
del marido con lo que se llama inseminación artificial homóloga, o bien,
con semen de un tercero (donante), y que recibe el nombre de
inseminación artificial heteróloga. Procede la inseminación artificial
cuando entre la pareja (hombre-mujer), se hace imposible el acceso
sexual o uno de ellos padece de alguna deficiencia fisiológica, química o
física, que no le permite ser fértil.
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d) Madres sustitutas: El recurso a este procedimiento ocurre porque la
mujer, miembro de la pareja corriente y arrendataria de los servicios de
incubación en útero ajeno, no puede llevar a cabo el embarazo, de suerte
que la propia comitente conviene con una tercera persona, un contrato de
gestación, en útero ajeno, con la finalidad de que se implante el embrión
en la matriz de ésta y lo desarrolle hasta su nacimiento, de modo que,
posteriormente y en virtud de lo estipulado, lo entregue a la pareja
comitente.
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19. Patria potestad.
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y otro que establece al primero y lo vigila: el juez. El tutor se nombra
entre los familiares más próximos y lo deciden la ley o el juez. La ley
establece un orden de preferencia para ser nombrado tutor, que el juez
puede alterar con carácter excepcional. Es una persona física, aunque
pueden serlo las personas jurídicas sin finalidad lucrativa dedicadas a la
protección de menores e incapacitados. Puede haber varios tutores, con la
misma competencia, o con competencias diferentes. Al tutor le incumbe
el cuidado directo del incapaz cuando resulte necesario; la gestión
inmediata de sus negocios y administración de sus bienes, y su
representación. La relación con el pupilo muestra, en la tutela de
menores, semejanza con la paternofilial. Actúa en lugar del pupilo
siempre que éste no pueda hacerlo por sí, como representante legal. Es
administrador legal del patrimonio; para los actos más importantes precisa
autorización judicial y debe rendir cuentas al finalizar la tutela (artículos
269 al 277, y 293 al 351 del Código Civil). 5) Guarda de hecho: esta figura
se contempla en el Código civil español en el capítulo V, título X, libro I.
Sin constitución de tutela, cuyas formalidades en la vida real sólo se han
venido cumpliendo cuando hay que enajenar bienes, muchos menores y
algunos discapacitados viven en el hogar bajo la hipotética potestad de los
cabezas de familia. A estas situaciones atiende el artículo 303 del Código
civil español, autorizando al juez para pedir informes en relación con la
persona y bienes del seudo-pupilo y establecer medidas de control y
vigilancia del seudo-tutor. "Los actos realizados por el guardador de hecho
en interés del menor o presunto incapaz no podrán ser impugnados si
redundan en su utilidad" (artículo 304 del Código civil español). Conviene
aclarar que la figura de la guarda de hecho no está contemplada en
nuestra legislación civil vigente, haciendo hincapié que, si bien esta
situación no está regulada, en la realidad se da con mucha frecuencia, por
lo que se debería hacer una revisión de la ley reguladora de la materia y
así hacer las reformas y modificaciones pertinentes, todo ello, con el fin
primordial de proteger la salud física, mental y moral de los menores de
edad, garantizándoles su derecho a la alimentación, salud, educación,
seguridad y previsión social (véase el artículo 51 de la Constitución Política
de la República de Guatemala).
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madre hicieren de sus hijos, para el que los haya expuesto o abandonado;
5° Por haber sido condenado dos o más veces por delito de orden común,
si la pena excediere de tres años de prisión por cada delito; y, 6° Cuando
el hijo es adoptado por otra persona. 3) Terminación: la patria potestad
finaliza: 1° Con la mayoría de edad de los hijos, siempre y cuando no
hayan sido declarados en estado de interdicción; 2° Por la muerte del hijo
menor o el mayor incapaz; y, 3° Por la muerte de los dos padres, pues si
es uno solo de ellos no se extingue la patria potestad, pues que, como
sabemos, la ejerce el sobreviviente. 4) Rehabilitación: El juez en vista de
las circunstancia de cada caso, puede, a petición de parte, restablecer al
padre o a la madre en el ejercicio de la patria potestad en los siguientes
casos: 1° Cuando la causa o causas de la suspensión o pérdida hubieren
desaparecido y no fueren por cualquier delito contra las personas o los
bienes de los hijos; 2° Cuando en el caso de delito cometido contra el otro
cónyuge, a que se refiere el inciso 3° del artículo 274 del Código Civil, no
haya habido reincidencia y hubieren existido circunstancias atenuantes; y,
3° Cuando la rehabilitación fuere pedida por los hijos mayores de catorce
años o por su tutor, siempre que la causa de pérdida de la patria potestad
no estuviere comprendida dentro de los casos específicos que determina el
inciso 1° del artículo 277 del Código Civil. En todos los casos debe
probarse la buena conducta del que se intente rehabilitar, por lo menos en
los tres años anteriores a la fecha en que se presente la solicitud
respectiva.
d) Regulación legal: Todo lo relativo a este punto se encuentra regulado en
los artículos 252 al 277 del Código Civil.
20. El parentesco.
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matrimonio. 3) El parentesco civil: es el nacido de la adopción y que sólo
se establece entre adoptante y adoptado. Conviene aclarar que son
fuentes del parentesco: la filiación, el matrimonio y la adopción.
21. La adopción.
a) Definición: Expresa nuestra ley sustantiva civil (artículo 228) que: “La
adopción es el acto jurídico de asistencia social por el que el adoptante
toma como hijo propio a un menor que es hijo de otra persona. No
obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, puede legalizarse la
adopción de un mayor de edad con su expreso consentimiento, cuando
hubiere existido la adopción de hecho durante su minoridad”. Es decir,
que la adopción es el vínculo jurídico creador del parentesco civil, entre
adoptante y adoptado y que confiere los derechos y deberes establecidos
entre padres e hijos. Esta institución cuenta con remotos antecedentes,
aunque con el tiempo ha evolucionado, de ser una forma de suplir la falta
de descendientes y por lo tanto de herederos y conservadores del culto
familiar a una forma de asistencia de menores e incapacitados. La
adopción es una institución jurídica que ha tenido sus alternativas en la
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legislación de Guatemala. Aceptada en el Código Civil de 1877, quedó
suprimida en el libro 1° del Código Civil sancionado por el Decreto del
Ejecutivo Número 921, de fecha 30 de junio de 1926, supresión que se
confirmó en el Código Civil contenido en el Decreto Número 1932 de la
Asamblea Nacional Legislativa, del 13 de mayo de 1933. La Junta
Revolucionaria de Gobierno restableció la adopción por medio del Decreto
Número 63, del 24 de febrero de 1924, disposición que el Congreso aprobó
el 5 de mayo de 1947, emitiendo el Decreto Número 375, que era la Ley de
Adopción que estuvo vigente hasta la entrada en vigor del Código Civil que
actualmente nos rige. Las Constituciones de 1945, 1954, 1965 y 1985
(vigente), establecen la adopción en beneficio de los menores de edad,
consagrándola definitivamente como institución que debía incorporarse a
la legislación guatemalteca (artículo 54 de la Constitución).
33
c) Requisitos legales para su constitución: La adopción se establece por
escritura pública, previa aprobación de las diligencias respectivas por el
juez de familia o, en su caso, por el notario ante quien se haya seguido el
trámite. A la solicitud de adopción deberá acompañarse certificación de la
partida de nacimiento del menor y se propondrá el testimonio de dos
personas honorables para acreditar las buenas costumbres del adoptante y
su posibilidad económica y moral para cumplir las obligaciones que la
adopción impone. Si el menor tiene bienes, el adoptante deberá presentar
inventario notarial de los mismos y constituir garantía suficiente a
satisfacción del juez. Si el solicitante hubiere sido tutor del menor, deberá
presentar los documentos en que conste que fueron aprobadas sus cuentas
y que los bienes fueron entregados. Los padres del menor, o la persona
(individual o colectiva) que ejerza la tutela deberán expresar su
consentimiento para la adopción. La Procuraduría General de la Nación
examinará las diligencias y si no opusiere objeción alguna, el juez o el
notario declarará haber lugar a la adopción y mandará que se otorgue la
escritura respectiva. En la escritura de adopción deberán comparecer el
adoptante y los padres del menor, o la persona que ejerza la tutela.
Firmada la escritura, el menor pasa a poder del adoptante, lo mismo que
los bienes si los hubiere, y el testimonio será presentado al Registro Civil
para su inscripción, dentro de los quince días siguientes a la fecha del
otorgamiento.
34
Registro Civil y de la Propiedad, en su caso, hagan las anotaciones
respectivas.
22. Tutela.
35
mediando motivos justificados para variar la precedencia, puede el juez
nombrar tutor al pariente que reúna las mejores condiciones de
conocimientos y familiaridad con el menor, solvencia, idoneidad y
preparación, que constituya una garantía para el desempeño satisfactorio
de su cargo. La tutela de los mayores de edad declarados en interdicción
corresponde al cónyuge, al padre y a la madre, a los hijos mayores de
edad y a los abuelos, en el orden establecido en el artículo 299 del Código
Civil. 3) Judicial: ésta procede por nombramiento del juez competente,
cuando no haya tutor testamentario ni legítimo. Para este efecto, la
Procuraduría General de la Nación y cualquier persona capaz deben
denunciar a la autoridad el hecho que da lugar a la tutela no provista.
Para la designación de la persona del tutor, el juez deberá tomar en
cuenta las circunstancias que se mencionan en el artículo 299 del Código
Civil. 4) Legal: los directores o superiores de los establecimientos de
asistencia social, que acojan menores o incapacitados, son tutores y
representantes legales de los mismos, desde el momento de su ingreso, y
su cargo no necesita discernimiento. Los institutos de asistencia pública
pueden confiar al menor internado, que carezca de padres, ascendientes y
hermanos, a persona de notoria moralidad, que disponga de medios
económicos para proporcionarle alimentos, instrucción y educación. La
dirección del establecimiento debe estar frecuentemente informada de las
condiciones en que se desarrolla la vida del menor y, en caso de
abandono, o cambio de circunstancias, recogerlo e internarlo de nuevo. 5)
Específica: cuando hubiere conflicto de intereses entre varios pupilos
sujetos a una misma tutela, el juez les nombrará tutores específicos;
asimismo, si surge conflicto de intereses entre hijos sujetos a la misma
patria potestad, o entre ellos y los padres, el juez nombrará un tutor
especial. Mientras no se nombre tutor y protutor y no se disciernan los
cargos, el juez de oficio, o a solicitud de la Procuraduría General de la
Nación, deberá dictar las providencias necesarias para el cuidado de la
persona del menor o incapacitado y la seguridad de sus bienes. Conviene
aclarar que las dos últimas clases de tutela referidas son, en verdad, de
naturaleza excepcional, y que el legislador puso énfasis en las grandes
categorías consagradas históricamente, al enumerarlas en el artículo 296
del Código Civil.
36
a) Definición: Su connotación jurídica es más amplia que la de comidas y
bebidas para el sostenimiento de la vida. Para el Código Civil (artículo
278): “La denominación de alimentos comprende todo lo que es
indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica y
también la educación e instrucción del alimentista cuando es menor de
edad”. La obligación de darse alimentos se deriva del matrimonio y el
parentesco; los cónyuges se deben dar alimentos, así como los
ascendientes a sus descendientes y éstos a aquéllos, la obligación se
extiende a los hermanos. La adopción es otra fuente de esta obligación,
pero sólo entre adoptante y adoptado.
37
impedidos o en estado de interdicción; y, 7° Cuando a los descendientes
se les ha asegurado la subsistencia hasta la misma edad (18 años).
38
inscripción: por inscripción se entiende todo asiento hecho en el Registro
Civil. También significa el acto mismo de inscribir. Los hechos, derechos y
actos nacidos extrarregistralmente, al inscribirse, adquieren mayor
firmeza y protección, por la presunción de exactitud de que son
investidos, por la fuerza probatoria que el registro les da (artículos 370 y
371 del Código Civil; y, 186, primer párrafo, del Código Procesal Civil y
Mercantil). 3) Principio de especialidad: se le ha llamado también
principio de determinación, porque la publicidad registral exige
determinar con precisión a la persona objeto de la inscripción (artículos
376 al 382, 398, 404, 412, 422 al 425, 427, 430, 432, 433, 435, 436, 437 y
439 del Código Civil). 4) Principio de consentimiento: consiste este
principio en que para que el registro se realice, debe basarse la inscripción
en el consentimiento de las demás personas que intervienen en el hecho o
el acto a inscribirse; por ejemplo, el consentimiento que debe existir en el
matrimonio entre ambos cónyuges, previo a inscribirse en el registro. 5)
Principio de tracto sucesivo: a este principio también se le llama de tracto
continuo. Es un principio de sucesión, de ordenación. Es un derivado del
principio de consentimiento, por el que el o los interesados quedan
inmunizados (protegidos) contra todo cambio no consentidos por ellos. 6)
Principio de rogación: el registrador no puede inscribir de oficio, aunque
conozca el acto o hecho que válidamente haya de dar origen a un cambio
en los asientos del registro. Se requiere que alguien se lo pida; que alguien
haga una solicitud. Esta necesidad de instancia, es lo que se conoce con el
nombre de “Principio de Rogación” (artículo 378 del Código Civil). 7)
Principio de legalidad: este principio impide el ingreso al registro de actos
inválidos o imperfectos y así, contribuye a la concordancia del mundo real
con el mundo registral. Se llama así, porque conforme a él se presume que
todo lo registrado lo ha sido legalmente; y el medio de lograrlo es someter
los documentos que se presenten para inscribir un hecho o acto, a un
examen riguroso, que es lo que se llama calificación registral. Para los
efectos que el principio de fe pública registral produce, son indispensables
el principio de legalidad y la calificación registral. 8) Principio de fe
pública registral: el registrador civil es un funcionario que tiene fe
pública, por disposición expresa de la ley. Consecuentemente, ésta
dispone que las certificaciones de las actas del registro prueban el estado
civil de las personas. Ahora bien, la fe pública registral no es más que la
facultad o investidura que la ley otorga al registrador civil para certificar y
autenticar los actos que ante él se realicen; sus aseveraciones tienen la
presunción de ser la verdad en lo que a sus funciones se refiere (artículos
371 y 375 del Código Civil).
39
ejercerá el cargo el Secretario de la Municipalidad. En la capital y,
cuando fuere posible, en las cabeceras departamentales, el Registrador
Civil deberá ser abogado y notario colegiado activo, siendo de reconocida
habilidad para el ejercicio de su profesión, guatemalteco natural y de
reconocida honorabilidad e idoneidad”. Seguidamente, expone nuestra ley
sustantiva civil (artículo 374) que: “Los agentes consulares de la República
en el extranjero, llevarán el registro de los nacimientos, matrimonios,
cambios de nacionalidad y defunciones de los guatemaltecos residentes o
transeúntes en los países en que aquéllos ejerzan sus funciones. De cada
partida que asienten en sus libros, remitirán copia certificada al Registro
Civil de la capital de la República, por medio del Ministerio de Relaciones
Exteriores, dentro de los ocho días siguientes para que se hagan las
inscripciones que corresponden”. Asimismo, el artículo 390 de la citada
ley manifiesta que: “El reglamento del Registro Civil contendrá las demás
disposiciones que deben normar su funcionamiento y regular su perfecta
organización en todos los municipios de la República”. Por último, es
conveniente aclarar, que según nuestro Código Civil vigente el Registro
Civil deberá llevar los siguientes registros: de nacimientos, de
defunciones, de matrimonios, de reconocimiento de hijos, de tutelas, de
extranjeros domiciliados y naturalizados, de adopciones, de uniones de
hecho y de personas jurídicas (colectivas) a que se refiere los numerales
3° y 4°, y párrafo final del artículo 15 del Código Civil.
40
RESUMEN DE DERECHO CIVIL II
PRIMERA PARTE:
DEL PATRIMONIO, LOS BIENES, LA PROPIEDAD Y DEMÁS DERECHOS REALES.
1. DEL PATRIMONIO.
41
activo y pasivo se consideran puramente términos contables, pues quien
tiene más deudas que bienes en realidad carece de patrimonio.
42
2. DE LOS BIENES.
a) Definición: Nuestro Código Civil (artículo 442) expresa que: “Son bienes
las cosas que son o puedan ser objeto de apropiación, y se clasifican en
inmuebles y muebles”. Cabe aclarar que la definición que da nuestra ley
sustantiva civil es poco precisa, puesto que son bienes tanto las cosas
como los servicios o derechos subjetivos sobre conducta ajena a los que el
Código Civil denomina hechos al establecer que son objeto de los
contratos, las cosas y los hechos. No todas las cosas son bienes, pues para
que sean considerados tales se requiere que puedan ser objeto de
apropiación, es decir, que estén o puedan ser objeto de los actos
jurídicos, o sea estar en el comercio jurídico; están fuera del comercio por
su propia naturaleza las cosas que no pueden ser poseídas por algún
individuo exclusivamente (el aire atmosférico, el mar, los astros) y por
disposición de la ley cuando ésta los declara fuera de la propiedad
particular (véanse los artículos 443 y 444). Los hechos o derecho a ellos
han sido llamados cosas o bienes incorporales.
43
eléctricos o hidráulicos de los edificios), por el objeto al cual se aplican
(los semovientes cuando están al servicio de una finca, los abonos,
semillas, tractores, bombas, etc.), se trata de muebles cuyo objeto es su
incorporación o aprovechamiento en un inmueble, y por analogía o por
disposición de la ley son inmuebles los derechos reales sobre inmuebles (la
hipoteca), es decir, que son bienes incorpóreos que por constituir
derechos sobre inmuebles se asimilan a éstos; y, 2° Muebles, aquéllos que
son susceptibles de trasladarse de un punto a otro sin menoscabo de su
naturaleza (un vehículo). –véanse los artículos 442, 445, 446, 447, 451,
452, 453 y 455 del Código Civil–. 7) Por su constitución y contenido: 1°
Singulares, que son comprensivos de los simples y los compuestos. Los
primeros son aquéllos constituidos por un todo orgánico (un caballo). Los
segundos integrados por la fusión de varios simples (un motor); y, 2°
Universales, son los bienes que están constituidos por varios elementos
entre los que no existe una vinculación pero que forman un todo (una
biblioteca, un rebaño). 8) Por la jerarquía en su relación: 1° Principales,
cuando lo bienes son independientes y tienen mayor importancia y valor
en relación con otros bienes (un vestido con relación a los botones del
mismo); y, 2° Accesorios, cuando los bienes dependen de uno principal y
su existencia está condicionada a la existencia del principal –véanse los
artículos 449, 687, 688, 691 y 692 del Código Civil–. 9) Por su existencia en
el tiempo: 1° Futuros, aquéllos que si su existencia no es real, deben
racionalmente esperarse que pueda tenerla, como susceptibles de venir a
la vida (la cosecha de una finca); y, 2° Presentes, aquéllos que gozan de
existencia actual, viven la realidad del orden físico o legal en el momento
de ser tenidos en cuenta como tales al constituirse una relación jurídica
(maquinaria, fincas). 10) Por la susceptibilidad de tráfico: 1° Dentro del
comercio, los que son susceptibles de tráfico mercantil; y, 2° Fuera del
comercio, los que no son susceptibles de tráfico mercantil. Absoluta,
cuando por ningún motivo pueden ser objeto de transacción comercial (los
astros, los planetas). Relativa, cuando para su tráfico deben someterse a
ciertas disposiciones (las drogas y estupefacientes) –véase el artículo 444
del Código Civil–. 11) Por el carácter de su pertenencia: 1° Bienes de
dominio público, aquéllos cuyo dominio se atribuye al Estado o al
municipio. Pueden ser; de uso público común (calles, parques, plazas) y de
uso público no común (subsuelo, yacimientos de hidrocarburos); y, Bienes
de propiedad privada, aquéllos que son pertenencia de los particulares
(una televisión) –véanse los artículos 457, 458, 459 y 460 del Código Civil–.
12) Por el titular de su propiedad: Bienes del Estado, o bienes de
corporaciones, como los bienes de las municipalidades; y, 2° Bienes de
particulares, alude a los bienes de propiedad privada –véase el artículo
456 del Código Civil–.
44
esparcidos en diversos capítulos de su contexto. La trascendencia de la
aceptación de los mismos reside en que cada uno de ellos encuentre una
proyección concreta en nuestra legislación.
3. DERECHOS REALES.
a) Definición: El derecho real ha sido definido por los autores, pues los
códigos no lo hacen, como el poder directo e inmediato sobre una cosa
frente a cualquiera (erga omnes) que está obligado a respetar y no
estorbar su ejercicio, es decir, que es oponible a terceros. El derecho real
típico es la propiedad o dominio.
45
necesitan para su perfeccionamiento la entrega efectiva del bien. 2) El
escaso poderío creador de la voluntad humana: porque en su generalidad
están determinados por la ley los derechos reales siguiendo la orientación
moderna y no pueden crearse a capricho como sucede con los contratos,
aunque sea su objeto lícito. 3) Derechos de preferencia y persecución:
derecho de preferencia aquel que permite al titular excluir a todos
aquellos que no tengan más que un derecho de crédito o un derecho real
posterior en fecha o clasificado en inferior categoría; y, el derecho de
persecución es el que faculta al titular de un derecho real a que,
mediante el uso de las acciones legales respectivas, recupere el bien
objeto de su derecho de quien se hubiere apoderado de él sin título o con
título sin valor. 4) La posibilidad de abandono: se refiere esta
característica a la circunstancia de que el propietario de un bien puede
eximirse de los gravámenes constituidos sobre el mismo, abandonando el
derecho que le corresponde.
46
civil guatemalteco: la orientación que sigue nuestra legislación es la del
sistema de numerus clausus, en cuanto que el Código Civil tiene dedicado
un libro completo (Libro II) a los bienes, la propiedad y demás derecho
reales, contenidos por supuesto en el mismo cuerpo de leyes.
a) Definición: Expresa nuestro Código Civil (artículo 464) que: “La propiedad
es el derecho de gozar y disponer de los bienes dentro de los límites y con
la observancia de las obligaciones que establecen las leyes”. Es decir, que
la propiedad es la facultad que corresponde a una persona, llamada
propietario, de obtener en forma directa de una cosa, toda la utilidad
jurídica y material que es susceptible de procurar.
47
dominante y principia a desarrollarse la explotación del hombre por el
hombre a través del sistema esclavista. 2) De la Edad Media a la época
actual: En la Edad Media se produce una significativa transformación del
concepto y características de la propiedad surgida especialmente por la
contradicción de clases y la invasión del Imperio romano, quienes a través
de esas invasiones se apoderaron de grandes extensiones de tierra, que
hicieron necesario el trabajo del siervo para hacerlas producir; nace,
pues, un nuevo orden de cosas, una nueva concepción de la propiedad,
nace el sistema feudal como una nueva forma de servidumbre y
explotación, por el grado de dominación que ejerce el señor feudal, como
detentador de la propiedad de los medios de producción, que duró los
siglos medios. Específicamente en cuanto a la propiedad se refiere,
paralelo al dominio directo, que ejercía el señor feudal, se da otro
dominio, llamado dominio útil, que corresponde al siervo que cultiva, era
un derecho de disfrute, que más bien trata de disfrazar la explotación de
que era objeto el siervo por parte del señor feudal, ya que éste tenía y era
obligado a entregar parte de lo que producía al señora feudal. Con la
Revolución francesa, queda abolido este sistema feudal (que en América
Latina sigue teniendo vigencia a través de algunas manifestaciones). En la
Edad Moderna se vuelve al sentido unitario de la propiedad y pasa la
propiedad a ser exclusivamente del terrateniente (propiedad
inmobiliaria). En la época actual se caracteriza el derecho de propiedad,
fundamentalmente, por el sentido social que se le asigna al mismo, y que
se traduce en una serie de limitaciones en el uso de la propiedad
mobiliaria, que anteriormente apenas si podía compararse con el valor de
la propiedad inmobiliaria. 3) En nuestra legislación: La Constitución de la
República de Guatemala, de 1945, aceptó el criterio de la época actual al
disponer (artículo 90) que: “El Estado reconoce la existencia de la
propiedad privada y la garantiza como función social, sin más limitaciones
que las determinadas en la ley, por motivos de necesidad o utilidad
públicas o de interés nacional”. En las Constituciones de 1956, 1965 y
1985 (vigente), no aparece este principio.
48
imperios financieros, han sido producto de la explotación del hombre por
el hombre y no de su esfuerzo personal. Seguidores de esta teoría son
Adam Smith (1723-1790) y John Stuart Mill (1806-1873). 3) Teoría de la
ley: esta teoría dice que la propiedad se funda en la ley, ya que
únicamente la ley puede sancionar la renuncia de todos y servir al goce de
uno solo. Seguidores de esta corriente son Charles-Louis de Secondat,
barón de Montesquieu (1689-1755), Jeremy Bentham (1748-1832) y Honoré
Gabriel Riqueti, conde de Mirabeau (1749-1791). 4) Teoría de la
convención: esta teoría encuentra la razón de ser del derecho de
propiedad en el mismo fundamento de la sociedad, esbozado por Jean-
Jacques Rousseau (1712-1778), autor que lo contenía en un contrato social
tácitamente otorgado por el hombre. Según este filósofo francés, el
hombre en un estado primitivo de naturaleza, disfrutó de la absoluta
independencia, pero mediante una convención colectiva impuso
limitaciones a este libertad, a fin de encontrar una garantía real y efectiva
a sus derechos, entre los cuales se encuentra el de propiedad. Esta teoría
encuentra, así, el fundamento de la propiedad en la humana comprensión,
puesto que según ella, los hombres se han dado cuenta que si cada cual se
pudiese apropiar de los bienes que quisiera a su libre arbitrio, el conflicto
se enseñorearía en la colectividad humana. 5) Teoría moderna: esta teoría
afirma que si el derecho a la propiedad debe ser individual, su ejercicio
debe ser social, es decir, que el propietario tiene el deber de tomar en
cuenta el interés de los demás, y el legislador puede hacer que el
propietario lo recuerde al establecer algunas limitaciones; pero esta
intervención del legislador tiene un límite que no puede ser rebasado.
Seguidores de esta doctrina son Leroy, Beaulieu, Cimbali y D'Agnano.
49
perjuicios ocasionados por el mal uso de la propiedad. Fue el papa León
XIII (1810-1903), papa de 1878 a 1903, quien, en la encíclica sobre la
condición del trabajo, Rerum novarum (1891), propuso que la propiedad
privada era un derecho natural, dentro de los límites de la justicia, pero
condenaba al capitalismo como causa de la pobreza y degradación de
muchos trabajadores, dando así al derecho de propiedad, un sentido
social.
50
el petróleo y los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, así como de las
corrientes y mantos acuíferos, con lo anterior ha quedado al propietario
tan sólo el aprovechamiento de la superficie del terreno, el subsuelo y el
sobresuelo, con las limitaciones que fijen las leyes (véanse los artículos
121 al 128 de la Constitución). Nuestro Código Civil regula, como
limitaciones de la propiedad, aquellas que son propiamente limitaciones,
con prohibiciones al y obligaciones del propietario. La materia está
regulada en los artículos 473 al 484, cuya lectura se desprende si se trata
de limitaciones al derecho de propiedad, de prohibiciones o de
obligaciones del propietario. Las limitaciones a la propiedad pueden ser:
legales, o sea las que establecen las leyes, y en ciertos casos los
reglamentos; y, voluntarias, o sea las establecidas por decisión del
propietario, como en el caso de las servidumbres. Conviene aclarar que el
Código Civil reconoce como derechos fundamentales del propietario: el
derecho de defender su propiedad por los medios legales y de no ser
perturbado en ella, si antes no ha sido citado, oído y vencido en juicio
(artículo 468); el derecho de reivindicar (recuperar o reclamar) la cosa de
cualquier poseedor o detentador (artículo 469); y, el derecho del
propietario a los frutos de sus bienes y a cuanto se les incorpore por
accesión (artículo 471).
51
adquirente paga un cierto valor en dinero, bienes o servicios, a cambio del
bien que recibe (contratos onerosos, compraventa). 4) Intervivos y por
causa de muerte: 1° Intervivos, son transmisiones por acto entre vivos
(acto jurídico en general); y, 2° Por causa de muerte, son transmisiones
que se dan por el fallecimiento del propietario de un bien (herencia
legítima, testamentaria y legado).
6. LA OCUPACIÓN.
52
antecedentes y señales. En el segundo caso anterior, deducidas las costas
se dividirá el tesoro por partes iguales entre el denunciador y el dueño del
suelo; pero no podrá éste pedir indemnización de perjuicios, a menos de
renunciar a su porción. 3) Ocupación de bienes mostrencos: el bien
mostrenco es el mueble o semoviente que, por parecer extraviado y no
tener dueño conocido, se adjudica al Estado o éste se atribuye. La persona
que encuentre un bien mostrenco deberá presentarlo a la autoridad
municipal más próxima al lugar donde hubiere tenido lugar el hallazgo. La
autoridad que reciba el bien encontrado, pondrá el hecho en conocimiento
público, y si transcurrido el término fijado no se presentare persona que
justifique su dominio, se procederá a su venta en pública subasta. El
dueño que recobre lo perdido o su precio, está obligado al pago de los
gastos y a abonar a quien lo halló el diez por ciento (10%) del valor de la
cosa o del producto de la venta. Leyes especiales de carácter
administrativo regulan la ocupación de animales sin dueño, tales, por
ejemplo, las relativas a la caza y pesca, enjambres de abejas, etc.
7. LA ACCESIÓN.
c) Clases: Nuestro Código Civil (artículo 471) regula dos clases de accesión,
como una facultad dominical, al establecer que: “El propietario de un
bien tiene derecho a sus frutos (accesión discreta) y a cuanto se incorpora
por accesión (continua), de conformidad con lo dispuesto en el capítulo
respectivo de este Código”. 1) Accesión discreta: establecida la accesión
discreta como una facultad dominical, el fundamento de ésta es el mismo
que el de la propiedad, pues si existe este derecho es precisamente por
razón de las utilidades que pueden obtenerse de los bienes. Por el derecho
de accesión se adquieren los frutos que producen los bienes, éstos, según
la ley (artículo 655), pueden ser: 1° Frutos naturales, que son las
producciones espontáneas de la tierra, las crías de los animales y demás
productos que se obtengan con o sin la industria del hombre; y, 2° Frutos
civiles, que son los rendimientos que se obtienen de una cosa o de un
53
tercero mediante una relación jurídica entre el propietario o titular del
derecho y otra persona; por ejemplo: el alquiler de los edificios, el precio
del arrendamiento de tierras y el importe de rentas perpetuas (vitalicias).
2) Accesión continua: así se denomina a la adquisición de la propiedad
sobre lo que une o incorpora, natural o artificialmente, a una cosa
nuestra, en calidad de accesorio y de modo inseparable. Tradicionalmente
se han venido distinguiendo tres clases de accesión continua: 1° De
inmueble a inmueble: avulsión, cuando la parte de un predio o terreno,
susceptible de reconocerse, es arrastrada por la corriente de un arroyo,
torrente o río e incorporada a otro (artículos 676 y 677 del Código Civil);
aluvión, cuando los predios o terrenos por los que pasa una corriente de
agua, se acrecienta su superficie por la decantación o separación de las
materias que la corriente transporta (artículo 679 del Código Civil);
mutación de cauce, cuando un río varía su cauce en forma natural
(artículos 673, 674 y 675 del Código Civil); y, formación o nacimiento de
isla, ya sea por aluvión o por formación de una nueva corriente, y se
produce por sucesiva acumulación de arrastres superiores (artículo 678 del
Código Civil); 2° De mueble a inmueble: construcción o edificación, la
construcción en terreno ajeno con materiales propios, o sea, la edificación
con materiales pertenecientes a una persona en el fundo de otra;
plantación, la hecha a través de árboles que pertenecen a una persona en
el fundo de otra; y, siembra, que se hace a través de semillas de una
persona en el fundo de otra; y, 3° De mueble a mueble: unión, adjunción
o conjunción, se produce cuando se unen dos cosas muebles de diversa
naturaleza y pertenecientes a distintos dueños, formando una sola cosa,
pero con la posibilidad de separarlos o de que subsistan después con
independencia; contraria a esta definición el Código Civil guatemalteco,
regula en su artículo 689 sobre las cosas que pueden separarse;
especificación, cuando alguien empleando su trabajo transforma la
materia ajena creando una especie nueva; por ejemplo: el joyero que con
el oro y piedras preciosas crea un collar; aceite del coco; muebles de la
madera; y, conmixtión o mezcla, cuando se mezclan varios sólidos
pertenecientes a distintos propietarios, de tal forma que no se puedan
separar; si la mezcla es de líquidos la doctrina le denomina confusión.
8. LA POSESIÓN.
54
dominio. Esta definición es resultado de una síntesis de las doctrinas
clásicas sobre la posesión que han preocupado a los juristas por más de un
siglo. Las tesis de Savigny y la de Von Ihering fijaron el concepto.
55
las mejoras y gastos causados; y, 3° La responsabilidad del poseedor por
los deterioros sufridos en la cosa.
56
son: amparo de posesión o de tenencia, despojo, apeo o deslinde, obra
nueva y obra peligrosa (véanse los artículos 229, numeral 5°, y 249 al 268
del Código Procesal Civil y Mercantil). 2) La acción publicana: en el
Derecho romano, era la acción que podía ser ejercitada por quien adquiría
de buena fe, para reclamar del poseedor actual la restitución o devolución
de la cosa que tenía sin derecho a con título dudoso.
57
f) Efectos jurídicos de la posesión: El poseedor de buena fe que haya
adquirido la posesión por título traslativo de dominio, goza de los derechos
siguientes: 1° Hacer suyos los frutos percibidos, mientras su buena fe no
sea interrumpida; 2° De que se le abonen todos los gastos necesarios y
útiles, teniendo derecho de retener la cosa poseída hasta que se haga el
pago; 3° Retirar las mejoras voluntarias, si no se causa daño en el bien
mejorado, o reparando el que se cause al retirarlas; 4° Que se le abonen
los gastos hechos por él para la producción de frutos naturales y civiles
que no haga suyos por estar pendientes al tiempo de interrumpirse la
posesión, teniendo derecho al interés legal sobre el importe de esos gastos
desde el día en que los haya hecho; 5° No ser desposeído de la cosa, si
antes no ha sido citado, oído y vencido en juicio; 6° Ser preferido a
cualquier otro que la pida con igual derecho, excepto el caso en que deba
darse posesión indivisa; 7° Servirse de la posesión como medio para
adquirir el dominio por prescripción; y, 8° Ser considerado dueño de los
muebles que posee.
58
a) Definición: Antes de entrar a definir los que es la usucapión, expondremos
los que se entiende por prescripción en un sentido general. La prescripción
no es más que el medio de adquirir un derecho o de liberarse de una
obligación por el transcurso del tiempo que la ley determina; y que es
variable según se trate de bienes muebles o inmuebles, y según también
que se posean o no de buena fe y con justo título. La prescripción llámase
adquisitiva cuando sirve para adquirir un derecho; y, es liberatoria cuando
impide el ejercicio de la acción para exigir el cumplimiento de una
obligación. Estos plazos liberatorios son muy variables, conforme a la
acción que se trate de ejercitar. En ese orden de ideas, diremos que la
usucapión o prescripción positiva o adquisitiva es el derecho por el cual el
poseedor de una cosa adquiere la propiedad de ella por la continuación de
la posesión durante el tiempo fijado por la ley. Generalmente los plazos
prescriptivos son menores o mayores según que la posesión se haya o no
ejercido con buena fe y justo título, y que se trate de bienes muebles o
inmuebles. De manera pues, que reconociendo el Código Civil (artículos
642 y 650) a la usucapión como un modo de adquirir el dominio, puede, en
la vía contenciosa, hacerse valer la prescripción adquisitiva ya sea como
acción o como excepción. En el primer caso se tratará de una acción de
tipo declarativo. Pero, aparte de lo anterior, también permite el Código
Civil (como lo vimos en el punto anterior, literal “g”) que pueda
registrarse la posesión de bienes inmuebles a través del procedimiento (en
la vía voluntaria) que se conoce como de titulación supletoria.
b) Bienes que prescriben: Expresa el Código Civil (artículo 643) que: “Son
susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio de
los hombres”.
59
permuta o la donación entre vivos), tiene alguna circunstancia que lo hace
ineficaz para verificar por sí solo la enajenación. Conviene aclarar,
nuevamente, que la prescripción una vez perfeccionada, produce el
dominio de la cosa adquirida, y con la acción que nace de él, puede
reivindicarse, recuperarse o reclamarse de cualquier poseedor y utilizarse
como acción o excepción por el usucapiente.
A) DERECHOS DE AUTOR.
a) Definición: Expresa el artículo 470 del Código Civil que: “El producto o
valor de trabajo o industria lícitos, así como las producciones de ingenio o
del talento de cualquiera persona, son propiedad suya y se rigen por las
leyes relativas a la propiedad en general y por las especiales sobre estas
materias”. Es decir, que el derecho de autor (o como comúnmente se le
conoce como Copyright) es el derecho de propiedad que se genera de
forma automática por la creación de diversos tipos de obras y que protege
los derechos e intereses de los creadores de trabajos literarios,
dramáticos, musicales y artísticos, grabaciones musicales, películas,
emisiones radiadas o televisadas, programas por cable o satélite y las
adaptaciones tipográficas de los libros, folletos, impresos, escritos y
60
cualesquiera otras obras de la misma naturaleza. También se ha llamado
derecho de autor a todo el sistema de comercio de las creaciones
intelectuales. El derecho de autor precisa estar registrado. Una vez que un
trabajo ha sido creado de una forma tangible –un libro, una pintura, un
programa o una grabación de una pieza musical, por ejemplo– los
creadores o titulares de derechos pueden guardarse para sí mismos (o
autorizar a otros) la potestad exclusiva de copiar, publicar, representar,
emitir por radio o televisión, o adaptar su obra.
c) Teorías que explican este derecho: Son las mismas que explican la
naturaleza jurídica y que tratamos en el literal anterior.
61
les corresponde autorizar cualquiera de los actos enumerados en el
artículo 21 de la citada ley.
B) LA PROPIEDAD INDUSTRIAL.
62
1967, completado a su vez por el Acuerdo de Estrasburgo de marzo de
1971). En lo que atañe a las marcas, y conforme los principios rectores de
Derecho comunitario, se establece un régimen único de concesiones para
eliminar en la Unión Europea el efecto desviacionista que pudiera
derivarse de los títulos nacionales de protección. Así, herederos del
Convenio de Munich de 1975 (nunca aplicado) y del Acuerdo de
Luxemburgo de 1989 son el Reglamento del Consejo de 1993 y el
Reglamento de 1986 sobre control aduanero, este último concebido para
confiscar todo producto procedente de terceros Estados que imiten marcas
de la comunidad europea. Conviene aclarar que, en nuestro medio, todo lo
relativo a la propiedad industrial está a cargo del Registro de la Propiedad
Industrial, que es una dependencia del Ministerio de Economía, que tiene
la categoría de Dirección General, y su regulación está enmarcada en el
Convenio Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial,
suscrito en la ciudad de San José, República de Costa Rica el 01 de junio
de 1968, así como en la Ley de Patentes de Invención, Modelos de
Utilidad, Dibujos y Diseños Industriales, contenida en el Decreto Ley
Número 153-85 del Jefe de Estado.
63
aclarar que la patente es el derecho exclusivo que otorga el Estado para la
protección de un invento.
64
tratare de derecho personal; derecho de cada copropietario a pedir en
cualquier tiempo que se divida la cosa común, salvo los casos en que la
indivisión esté establecida por la ley o por pacto (no mayor de 3 años,
pero prorrogable) entre los condóminos, o cuando la división de la cosa
común produzca menoscabo en su uso y naturaleza; derecho de los
condueños de vender la cosa común, cuando ésta sea de naturaleza
indivisible, repartiéndose entre sí el precio de su venta; derecho de cada
uno de los comuneros a pedir que se acote (reserve) una parte
proporcional a su cuota, para explotarla en labores agrícolas; y, derecho
de cada condueño para adquirir la parte alícuota que se enajene con
preferencia a los compradores y por el mismo precio (derecho de tanteo),
este derecho debe ejercitarse dentro de los 15 días siguientes de haber
sido notificados del contrato que se pretende celebrar; y, 2° Obligaciones:
cada partícipe debe contribuir a los gastos necesarios para la conservación
de la cosa común, salvo la facultad de liberarse de esta obligación con la
renuncia de la parte que le corresponde en el dominio; ninguno de los
condueños puede sin el consentimiento de los demás, hacer alteraciones
que modifiquen la cosa común, aunque de ellas pudieran resultar ventajas
para todos, a no ser que fueren aprobadas por la mayoría de los
copropietarios que represente; y, para la administración del bien común,
son obligatorios los acuerdos de la mayoría de los partícipes, que
representen por lo menos las dos terceras partes del valor total de la cosa.
3) Regulación legal: Todo lo relacionado con la copropiedad está regulado
en los artículos 485 al 504 del Código Civil. Conviene aclarar que la
copropiedad cesa por la división de la cosa común; por su pérdida,
destrucción o enajenación; y, por la consolidación o reunión de todas las
cuotas en un solo copropietario.
65
2) Naturaleza jurídica: La medianería es una copropiedad forzosa y
permanente; lo primero, porque el dominio de la cosa común (por
ejemplo: una pared que divide a dos casas de distintos dueños) es
necesaria e ineludible, y lo segundo, porque subsiste hasta que cesa la
copropiedad (por ejemplo: por la demolición de ambas casas). 3)
Regulación legal: Todo lo relacionado con la medianería esta regulado en
los artículos 505 al 527 del Código Civil.
66
DERECHOS REALES DE GOCE
67
d) Derechos y obligaciones del usufructuario y del nudo propietario: 1)
Derechos y obligaciones del usufructuario: 1° Derechos, éstos se
encuentran regulados en los artículos 703, 709, 710, 711, 712, 714, 715,
716, 717 y 728 del Código Civil; y, 2° Obligaciones, éstas se encuentran
reguladas en los artículos 711, 712, 713, 718, 720, 725, 726, 728, 731, 734
y 737 del Código Civil. 2) Derechos y obligaciones del nudo propietario: 1°
Derechos, éstos se encuentran regulados en los artículos 722, 723, 729 y
734; y, 2° Obligaciones, éstas se encuentran reguladas en el artículo 727
del Código Civil.
68
usufructo puede enajenarse, gravarse, cederse, es decir, que es un
derecho transmisible. El uso y el usufructo pueden constituirse sobre
bienes muebles e inmuebles, y la habitación sólo puede constituirse sobre
inmuebles. El uso y el usufructo pueden constituirse a título oneroso o
gratuito, y la habitación por esencia es gratuita.
69
Sobre tal definición cabe decir que en ella se evidencia el vicio de
encuadrar la servidumbre desde su aspecto pasivo en exclusiva,
olvidándose de su esencia constituida por su naturaleza de derecho real.
Además se consigna en el párrafo segundo del artículo referido que el
propietario de dos fincas puede gravar una de ellas con servidumbre en
beneficio de la otra, señalamiento que carece en absoluto de lógica,
puesto que como dice el tratadista español Federico Puig Peña respecto a
la regla “nemine res sua servit” (nadie es servidor de una cosa suya):
“desde el derecho romano viene imperando esta regla, que tiene su
justificación lógica en que las cosas sirven a su propietario por derecho de
propiedad, pero no por derecho de servidumbre...”, es decir, resulta
absurdo hablar de servidumbre sobre cosas propias, y un argumento sólido
a favor de este señalamiento es la figura de la consolidación que al
producirse, extingue las servidumbres; sin embargo, a este respecto
expone el profesor Federico Ojeda Salazar que: “Esta innovación acepta
clara y categóricamente la servidumbre del propietario, cuyo primer paso
fue dado por las legislaciones que reconocieron el llamado destino del
padre de familia...”. Háblese también en la norma comentada, que la
servidumbre implica el gravamen impuesto sobre un predio para el uso de
otro predio, abrazándose con esta frase la posición tradicional, ya
superada, de que el gravamen se constituye entre predios, siendo que,
como ya se dijo, el derecho se otorga al propietario del predio dominante
y se impone al dueño del predio sirviente.
70
hecho actual del hombre (luz de un edificio); y, 2° Discontinuas, aquéllas
cuyo uso necesita algún hecho actual del hombre (paso de gente o
semovientes). 2) Por las evidencias de su existencia: 1° Aparentes, son las
que se anuncian por obras o signos exteriores dispuestos para su uso y
aprovechamiento (caminos o canales); y, 2° No aparentes, las que no
presentan signo exterior de su existencia (canales subterráneos). 3) Por la
forma de su constitución: 1° Voluntarias, las que tienen por objeto el
interés de los particulares, pueden ser establecidas, derogadas o
modificadas por la voluntad de éstos, siempre que tengan capacidad para
disponer de sus bienes; y, 2° Legales, las establecidas y regidas por el
Código Civil o por leyes y reglamentos especiales, para utilidad pública o
comunal.
15. LA HIPOTECA.
a) Definición: Expresa nuestro Código Civil (artículo 822) que: “La hipoteca
es un derecho real que grava un bien inmueble para garantizar el
71
cumplimiento de una obligación”. La definición que da el Código Civil,
determina la naturaleza jurídica de la hipoteca, al considerarla como
derecho real y de carácter inmobiliario.
72
perjuicios; y, 5° A las servidumbres y demás derechos reales a favor del
inmueble.
73
son por cuenta del deudor; y, 8° El notario dará fe: de todo lo contenido
en el instrumento público; de tener a la vista el título de propiedad del
inmueble hipotecado y de que advirtió a los otorgantes de los efectos
legales del contrato y lo relativo a la presentación del testimonio en el
Registro de la Propiedad para su inscripción; de que el instrumento fue
leído a los interesados; la lectura así como la firma, se harán en un solo
acto estando reunidos los otorgantes y el notario, quien la dará también
de que fue ratificado, aceptado y firmado por todos los que intervienen en
él. Cuando alguno de los otorgantes no sepa o no pueda firmar, pondrá la
impresión digital de su dedo pulgar derecho y en su defecto, otro que
especificará el notario, firmando por él un testigo.
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h) Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los
artículos 822 al 879 del Código Civil.
16. LA PRENDA.
a) Definición: Expresa nuestra ley sustantiva civil (artículo 880) que: “La
prenda es un derecho real que grava bienes muebles para garantizar el
cumplimiento de una obligación”. Es decir, que la prenda no es más que el
contrato por el cual el deudor de una obligación, cierta o condicional,
presente o futura, entrega al acreedor una cosa mueble o un crédito en
seguridad de que la obligación ha de ser cumplida.
75
hubiere adquirido en feria o venta pública. 7) La prenda abierta: puede
constituirse prenda en garantía de obligaciones futuras a favor de
instituciones bancarias. En este caso, es indispensable designar al
acreedor, el monto máximo de las obligaciones que se garantizan y el
término de vigencia de la garantía. Cuando se creen las obligaciones o se
otorguen los préstamos, deberá consignarse en el respectivo título o
contrato que ellos están garantizados con la prenda preconstituida y que
cada obligación o préstamo quedará sujeta además a las estipulaciones
que se hubieren especificado en el contrato o título respectivo. 8) La
prenda sin desplazamiento (agraria, ganadera o industrial): es el derecho
real que grava bienes muebles ajenos de difícil identificación, que,
situados en lugar determinado, continúan en poder de su propietario en
calidad de depósito, y que mediante la inscripción registral garantiza el
cumplimiento de una obligación. A este respecto el artículo 904 del Código
Civil expresa que: “Puede constituirse prenda con independencia de los
inmuebles a que pertenezcan y quedan en posesión del deudor, sobre los
bienes siguientes: 1° Los frutos pendientes, futuros o cosechados; 2° Los
productos de las plantas y las plantas que sólo pueden utilizarse mediante
corte; 3° Las máquinas, aperos o instrumentos usados en la agricultura;
4° Los animales y sus crías; 5° Las máquinas e instrumentos usados en la
industria; 6° Las materias primas de toda clase y los productos en
cualquier estado de las fábricas o industrias; y, 7° Los productos de las
minas y canteras. También puede constituirse prenda sobre vehículos y
además muebles fácilmente identificables que constituyan garantía de
una operación comercial”. Conviene aclarar que aunque la finca esté
hipotecada, pueden pignorarse los bienes a que se refiere el artículo
transcrito anteriormente, mas debe darse la preferencia al acreedor
hipotecario, quien puede ejercer este derecho dentro de 5 días contados
desde que el deudor le haga saber en forma auténtica, las bases del
contrato que proyecta celebrar. Si el acreedor hipotecario no concede el
crédito, no puede oponerse a que el deudor lo obtenga de otra persona
sobre las mismas bases.
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1) Derechos y obligaciones del acreedor: 1° Derechos, éstos están
regulados en los artículos 882, 883, 889, 890 y 898; y, 2° Obligaciones,
éstas pueden simplificarse en las siguientes: el acreedor tiene la
obligación de devolver el bien recibido en prenda cuando está pagada
totalmente la obligación garantizada; el de cuidar los bienes pignorados
(los bienes pignorados, al constituirse la garantía, deberán ser depositados
en el acreedor o en un tercero designado por las partes, o bien en el
propio deudor si el acreedor consiente ello); y, cuando la garantía consista
en factura por cobrar, el depositario de la prenda hará el cobro, retendrá
su valor en depósito y la hará saber a los interesados (si consistiere en
facturas de mercadería por recibir, tomará la mercadería y la conservará
en prenda, dando también aviso a los interesados). 2) Derechos y
obligaciones del deudor: 1° Derechos, éstos están regulados en los
artículos 891, 893, 898, 899, 900 y 901 del Código Civil; y, 2°
Obligaciones, éstas pueden resumirse en las siguientes: el deudor
pignoraticio tiene como obligación satisfacer la deuda garantizada con la
prenda; y, el deudor está obligado al saneamiento de la cosa dada en
prenda mientras no haya pagado la totalidad de la deuda, salvo que siendo
varios los bienes pignorados, los interesados hubieren convenido en asignar
a cada cosa la cantidad por la que se debe responder.
SEGUNDA PARTE:
DERECHO DE SUCESIONES (SUCESIÓN MORTIS CAUSA).
1. DERECHO DE SUCESIÓN.
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otro caso, todos los bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen
por la muerte”.
78
independientemente de las causas de incapacidad para suceder por
testamento, que son distintas (artículo 926), pues las primeras tienen su
origen en la actitud poco respetuosa, inmoral o conducta delictiva del
sucesor para el causante, en cambio las segundas tienen fundamento
independiente de la actitud o conducta del sucesor, que incluso podríamos
calificar a algunas de esas causas como circunstancias accidentales. En
cuanto a las causas de incapacidad por indignidad, existe la excepción en
su aplicabilidad según lo establece el artículo 925 del Código Civil.
79
los bienes de los que entren a representarlo. En la línea colateral
corresponde la representación solamente a los hijos de los hermanos,
quienes heredarán por estirpes (en una sucesión hereditaria, conjunto
formado por la descendencia de un sujeto a quien ella representa y cuyo
lugar toma) si concurren con sus tíos. Si los sobrinos concurren solos,
heredarán por partes iguales. No hay representación en la línea
ascendente ni de ningún otro pariente fuera de los mencionados en los
artículos 929 y 930 del Código Civil. Siempre que se herede por
representación en la línea recta descendente, la división de la herencia
será por estirpes de modo que el representante o representantes no
hereden más de lo que heredaría su representado si viviese. Las
disposiciones del Capítulo III, Título I, Libro III, del Código Civil rigen para
la sucesión intestada y testamentaria, pero la representación en caso de
testamento, sólo se efectuará cuando los herederos y legatarios sean
parientes del testador.
2. SUCESIÓN TESTAMENTARIA.
80
c) El testamento: 1) Definición: Es un acto jurídico unilateral solemne,
personalísimo, revocable y libre por el cual el testador dispone de sus
bienes y derechos y declara o cumple deberes para después de su muerte.
A este respecto, el artículo 935 del Código Civil expone que: “El
testamento es un acto puramente personal y de carácter revocable, por el
cual una persona dispone del todo o de parte de sus bienes, para después
de su muerte”. 2) Características: 1° Es un acto jurídico unilateral de
carácter muy especial: en cuanto es una declaración de voluntad para
crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones que no debe ser hecha
conjuntamente con otra persona, ya que expresamente se prohibe que
testen dos personas en un mismo acto (véase el artículo 938 del Código
Civil); 2° Es solemne: pues sólo puede testarse en las formas
expresamente reglamentadas por la ley, cualquier otra forma de expresión
de voluntad no será testamento (véase por ejemplo el artículo 937 del
Código Civil); 3° Es personalísimo: pues sólo el autor puede otorgarlo, no
así su representante, la testamentación llamada pupilar o cuasi pupilar,
por la cual el que ejercía la patria potestad o la tutela podía testar a
nombre del menor o incapacitado ha sido abolida; y, 4° Es revocable: en
tanto que el autor puede modificar su testamento tantas veces como
desee sin que se le pueda obligar por contrato a no hacerlo y es libre en
nuestro sistema jurídico pues no tiene límites su poder de disposición de
sus bienes que no se extinguen con la muerte, ya que no se impone
obligación de destinar determinada parte a ciertos herederos (legítima),
fuera de la obligación de dar alimentos que se prolonga más allá de la vida
del obligado (véase el artículo 936 del Código Civil). 3) Incapacidades para
testar: Están incapacitados para testar: 1° El que se halle bajo
interdicción; 2° El sordomudo y el que hubiere perdido el uso de la
palabra, cuando no puedan darse a entender por escrito; y, 3° El que sin
estar bajo interdicción no gozare de sus facultades intelectuales y
volitivas, por cualquier causa, en el momento de testar. 4) Incapacidades
para suceder por testamento: Son incapaces para suceder por testamento;
1° Los ministros de los cultos, a menos que sean parientes del testador; 2°
Los médicos o cirujanos que hubieren asistido al testador en su última
enfermedad, si éste falleciere de ella, salvo que sean parientes del
testador; 3° El notario que autoriza el testamento y sus parientes, y los
testigos instrumentales; 4° El tutor, el protutor y los parientes de ellos si
no se hubieren aprobado las cuentas de la tutela, a no ser que fueren
parientes del pupilo; y, 5° Las instituciones extranjeras, cualquiera que
sea su finalidad.
81
un testigo instrumental más–, sordos y mudos; puede recurrir a él el que
desconozca el idioma español dando intervención a dos intérpretes
elegidos por el testador (véanse los artículos 954 al 958, y 1193 del Código
Civil; y, 29, 31, 37 literal “a”, 42, 44, 45 y 75 del Código de Notariado); y,
2° El testamento cerrado: es el testamento redactado por escrito, ya sea
por el autor u otra persona a su ruego. Debe presentarse en pliego cerrado
(plica) ante un notario y dos testigos, y los intérpretes en su caso,
manifestando que ese sobre contiene su última voluntad. De lo anterior se
tomará nota (o razón) en el protocolo notarial y el sobre que contiene el
acta de su otorgamiento, con las firmas del testador, los testigos, los
intérpretes si los hubiere, y del notario quien también pondrá su sello, se
devolverá al testador para su guarda por sí o por persona de su confianza.
A este testamento puede recurrir el sordomudo que sepa leer y escribir,
pero tanto el testamento como el acta de la plica o sobre deben ser
escritos y firmados por el testador, de su puño y letra (véanse los artículos
954, 959 al 964, del Código Civil). 2) Testamentos especiales: 1°
Testamento militar: es el otorgado por un militar o asimilado al tiempo de
estar en campaña, en plaza sitiada o prisioneros en poder del enemigo.
Puede hacerse verbalmente (abierto) ante el oficial bajo cuyo mando se
encuentre, o –si estuviere en destacamento– ante el que manda el
destacamento o pelotón aunque éste sea subalterno, o ante el facultativo
que lo asista, o ante un oficial de cualquier categoría (estos dos últimos
casos, si el testador está enfermo o herido) y siempre con la intervención
de dos testigos que sepan leer y escribir; o por escrito (cerrado). El
testamento otorgado en esta forma, deberá ser remitido con la brevedad
posible al Cuartel General y por éste al Ministerio de la Defensa Nacional.
En caso de fallecimiento del testador, el Ministro de la Defensa Nacional
remitirá el testamento al juez del último domicilio del difunto y, no
siéndole conocido, a cualquier Juzgado de Primera Instancia del Ramo
Civil del departamento de Guatemala, para que, de oficio, cite a los
herederos y demás interesados en la sucesión. Los herederos y demás
interesados deberán solicitar que el testamento se protocolice en la forma
prevenida en el Código Procesal Civil y Mercantil –artículo 472–. El
testamento sólo surtirá efectos si el autor fallece durante las situaciones
previstas en el Código Militar, o dentro de los treinta días posteriores a la
cesación de ellas (véanse los artículos 965 y 966 del Código Civil; 572 al
579 del Código Militar, contenido en el Decreto Presidencial N° 214 de
fecha 01 de agosto de 1878; y, 472 del Código Procesal Civil y Mercantil);
2° Testamento marítimo: cuando alguno desee hacer testamento en alta
mar a bordo de un buque de guerra o, en su caso, mercante, podrá
hacerlo: en el primer caso (buque de guerra), ante el contador o ante el
que ejerza sus funciones, en presencia de dos testigos que sepan leer y
escribir, y que vean y entiendan al testador (el comandante del buque o el
que haga sus veces, pondrá además su “visto bueno”); y, en el segundo
(buque mercante), ante el capitán o el que haga sus veces, con asistencia
también de dos testigos como se expresa anteriormente. En uno y otro
82
caso, los testigos se elegirán entre los pasajeros, si los hubiere. En ambos
casos, se seguirán las formalidades del testamento abierto o del cerrado.
Los testamentos abiertos, hechos en alta mar, serán custodiados por el
comandante o por el capitán, y se hará mención de ellos en el diario de
navegación. En el testamento hecho en el mar, es nula toda disposición a
favor de cualquier persona que ejerza autoridad a bordo, a no ser que sea
pariente del testador (véanse los artículos 967 al 970 del Código Civil); 3°
Testamento en lugar incomunicado; los que se hallen en lugar
incomunicado por motivo de epidemia, podrán testar ante el juez local y
en presencia de dos testigos que sepan leer y escribir (véase el artículo
971 del Código Civil); 4° Testamento de preso: si el testador se halla preso
podrá en caso de necesidad, otorgar testamento ante el jefe de la prisión
pudiendo ser testigos, a falta de otros, los detenidos o presos, con tal que
no sean inhábiles por otra causa y que sepan leer y escribir. En este
testamento es nula toda disposición hecha a favor de los que tienen
autoridad en la prisión, a menos que sean parientes del testador. Los
testigos especiales a que se refieren anteriormente, sólo son válidos si el
testador muere durante el cumplimiento de la pena de prisión o dentro de
los noventa días posteriores a su libertad (véanse los artículos 972 y 973
del Código Civil); y, 5° Testamento hecho en país extranjero: puede
otorgarse siguiendo las leyes del lugar y por tanto ser válidos según la
regla locus regit actum (artículo 28 de la Ley del Organismo Judicial), o
bien, según las leyes guatemaltecas ante los agentes diplomáticos o
consulares, que sean notarios, para los nacionales guatemaltecos o para
actos que deban tener efecto en territorio nacional. No será válido en
Guatemala el testamento mancomunado que los guatemaltecos otorguen
en país extranjero, aunque lo autoricen las leyes de la nación donde se
hubiere otorgado (véanse los artículos 974 al 976 del Código Civil).
83
3. SUSTITUCIÓN HEREDITARIA.
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disponer libremente de la herencia, o sea, que no hay una libre circulación
patrimonial.
4. ACEPTACIÓN DE LA HERENCIA.
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da cuando alguno (podría ser un acreedor el causante) tiene interés en
que el heredero declare si acepta o renuncia a la herencia; en este caso,
el interesado puede pedir, pasados nueve días de la apertura de la
herencia, que el juez fije un plazo, que no debe exceder de treinta días,
para que dentro de él haga su declaración el heredero, bajo
apercibimiento de que si no lo hace se tendrá la herencia por aceptada.
Consúltense los artículos 1026 al 1040 del Código Civil; 482 al 487 del
Código Procesal Civil y Mercantil; y, 36 de la Ley sobre el Impuesto de
Herencias, Legados y Donaciones (Decreto N° 431 del Congreso de la
República).
5. RENUNCIA DE LA HERENCIA.
6. LEGADOS.
a) Definición: Son los bienes, cosas o derechos que el testador otorga a título
particular. El legado lo constituyen siempre cosas concretas y
determinadas, susceptibles de ser individualizadas. Se distingue de la
herencia en que ésta transmite un patrimonio o parte de él. El legado por
ser siempre de cosa concreta se sujeta a reglas que no rigen para el
heredero; así el legado puede ser a cargo de la masa hereditaria, a cargo
86
de alguno de los herederos e incluso a cargo de otro legatario. A este
respecto, establece nuestro Código Civil (artículos 919 parte conducente,
y 1002) que: “...la asignación a título particular se llama legado”, y que:
“El testador puede disponer de una cosa, o de una cantidad, o del todo o
de una parte de sus bienes, a título de legado, a favor de una o más
personas individuales o jurídicas”.
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7. ALBACEAZGO.
c) Requisitos para ser albacea: Para ser albacea se necesita haber cumplido
dieciocho años de edad, poder legalmente administrar bienes, no ser
incapaz de adquirirlos a título de herencia, y no estar en actual servicio de
funciones judiciales o de la Procuraduría General de la Nación, aunque se
halle con licencia temporal, salvo en los casos de que se trate de las
sucesiones de sus parientes (véanse los artículos 1048 del Código Civil; y, 1
del Decreto N° 25-97 del Congreso de la República).
88
los bienes, hasta que los herederos tomen posesión de ellos (véase el
artículo 1050 del Código Civil). Asimismo, los albaceas podrán dar poderes
especiales con relación a los actos que a ellos les competen, siendo
personalmente responsables por los actos del mandatario; y, una vez
aprobados el inventario y la cuenta de administración, el albacea debe
hacer inmediatamente la partición de la herencia (véanse los artículos
1056 y 1085 del Código Civil).
e) Plazo: El cargo de albacea debe ejecutarse dentro del plazo que fija el
testador. Sin embargo, el albacea, a quien el testador no haya fijado
plazo, deberá cumplir su encargo dentro de un año contado desde su
aceptación, o desde que terminen los litigios que se promovieren sobre la
validez o nulidad del testamento o de alguna de sus disposiciones. Si el
testador quisiere ampliar el plazo legal, deberá señalar expresamente el
de la prórroga. Si no lo hubiese señalado, se entenderá prorrogado el
plazo por un año. Si transcurrida esta prórroga, no se hubiese todavía
cumplido la voluntad del testador, podrá el juez conceder otra por el
tiempo que fuere necesario, atendidas las circunstancias del caso. Los
herederos y legatarios podrán, de común acuerdo, prorrogar el plazo del
albaceazgo por el tiempo que crean necesario, pero si el acuerdo fuese
sólo por mayoría, la prórroga no podrá exceder de un año (véanse los
artículos 1058 al 1060 del Código Civil).
89
b) Casos en que tiene lugar: La sucesión intestada tiene lugar: 1° Cuando no
hay testamento; 2° Cuando falta la condición puesta a la institución de
heredero, o el instituido muere antes que el testador, o es incapaz de
heredar, o repudió la herencia; fuera de los casos de sustitución,
representación y acrecimiento con arreglo al Código Civil; 3° Cuando en el
testamento no hay heredero instituido y el testador no ha dispuesto de
todos sus bienes en legados; y, 4° Cuando el testador ha dejado de
disponer de alguno o algunos de sus bienes. Conviene aclarar, que en los
casos de los numerales 3° y 4° mencionados anteriormente, el interesado
sólo procede respecto de los bienes de que no dispuso el testador.
90
a otro u otros patrimonios de la masa de la herencia (véase el artículo
1105 del Código Civil). 2) Partición hereditaria: Llámese así en el Derecho
sucesorio a la parte del proceso sucesorio en el que se reparten los bienes
heredados entre los legatarios y herederos, nombrado el albacea definitivo
o universal y terminados los pasos de la liquidación: inventarios y avalúos y
pagos de las deudas sucesorias, se conoce el caudal líquido que
corresponde a los legatarios y herederos (véanse los artículos 1085 al 1123
del Código Civil; y, 507, 512 al 515 del Código Procesal Civil y Mercantil).
91
RESUMEN DE DERECHO CIVIL III
I. NOCIONES GENERALES
b) Posición del Código Civil: A tenor del artículo 1319 del Código Civil que
expresa que: “Toda obligación resultante de un acto o declaración de
voluntad consiste en dar, hacer o no hacer alguna cosa”. Tal precepto
legal no contiene propiamente una definición, pero resalta los tres
aspectos objetivos de la obligación: dar, hacer o no hacer alguna cosa, de
evidente raigambre romana.
92
derecho responden a relaciones jurídicas procedentes de manifestaciones
económicas distintas; las obligaciones comerciales surgen de hechos
inspirados en un interés específico, el derecho comercial es universal y el
local el civil, aquél progresivo y éste estático; la relación jurídica civil
muere en los sujetos de la relación mientras que la relación jurídica
comercial tiene proyecciones en la colectividad; la unificación pretendida
no responde a ninguna necesidad real.
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Proyecto de Código Civil, que: “Si la obligación es una necesidad o una
relación jurídica o un vínculo patrimonial, etc., es la doctrina la que debe
investigarlo; en el Código lo único que interesa precisar con claridad es el
concepto objetivo de la misma y ese propósito lo consideramos conseguido
con la redacción que hemos adoptado en el artículo 1319”.
2. ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN.
94
delito y varias otras figuras de causas. La realidad jurídica diaria hizo que
se estimara insuficiente esa clasificación trimembre (de tres miembros), o,
mejor dicho, que se precisaran esas otras figuras. Dícese que Justiniano
(en sus Instituciones) al tratar de las fuentes de las obligaciones, se refiere
al contrato y al cuasi contrato; al delito y al cuasi delito. Procede
observar que modernamente existe cierto consenso en el sentido de que
esa clasificación cuatrimembre (de cuatro miembros), que adiciona al
contrato y al delito las figuras del cuasi contrato y del cuasi delito. 3)
Clasificación de las fuentes de la obligación en el Derecho moderno: el
movimiento codificador del derecho civil, culminante con la promulgación
el 24 de marzo de 1804 del Código Civil francés (que en 1807 cambio su
denominación a la de Código de Napoleón), aceptó plenamente la referida
división cuatrimembre originada del Derecho romano (Las Instituciones del
Código de Justiniano), pero adicionando una nueva fuente: la ley, para
justificar el origen de obligaciones que no tienen por causa las otras
fuentes. Surge entonces la siguiente clasificación de las fuentes de las
obligaciones: la ley, el contrato, el cuasi contrato, el delito y el cuasi
delito (es la denominada clasificación quíntuple).
b) Posición del Código Civil: Resulta ilustrativo leer lo que dice la exposición
de motivos del Proyecto de Código Civil (explicada por el profesor
Federico Ojeda Salazar), que dice: “La parte resultante que enumera y
clasifica las fuentes de las obligaciones, ha quedado suprimida. Sin
necesidad de hacer la enumeración que nunca podría ser taxativa, hemos
agrupado las fuentes de las obligaciones en tres apartados que son: a) Las
que provienen de contratos; b) Las que proceden de hechos lícitos sin
convenio; y, c) Las que se derivan de hechos ilícitos. Esta separación
determina la fuente inmediata y directa de la obligación, dejando a la
doctrina que señale o establezca si la ley y el contrato son las únicas
fuentes verdaderas de las obligaciones o si fuera de éstas o dentro de
éstas existen otras, como piensan y afirman connotados autores”. Nótese
que en la evolución doctrinal sobre las fuentes de las obligaciones,
prácticamente han desaparecido las figuras denominadas cuasi contratos y
cuasi delitos, substituidas, puede decirse, por las denominaciones hechos
lícitos sin convenio y hechos y actos ilícitos. Ello se debió a una fuerte
reacción contra aquellas figuras: el cuasi contrato (actos o hechos
lícitamente voluntarios en los cuales falta el común acuerdo de las partes,
como en la gestión de negocios); y, el cuasi delito (hechos y actos ilícitos
surgidos sin intención del autor, pero con culpa y sin que sea tipificante de
un delito). Estas figuras han sido consideradas antitécnicas y de muy difícil
determinación práctica. La doctrina moderna se inclina a sustituir esas
clásicas denominaciones por las más comprensivas y amplias de lo lícito y
lo ilícito (hechos lícitos y hechos y actos ilícitos). Consúltese el Libro V,
Primera Parte, Títulos V, VI y VII, del Código Civil vigente.
95
a) Gestión de negocios (negotiorum gestio): 1) Definición: Conocida también
en la doctrina italiana como representación sin poder. Llámase así la
intervención de un tercero en negocios ajenos sin mandato del dueño
(dominus negotii). Se considera como fuente de obligaciones
extracontractual, pues crea derecho y obligaciones tanto para el gestor
como para el dueño por lo que se le denominó cuasi contrato desde el
Derecho romano. El gestor está obligado a actuar de acuerdo con los
intereses del dueño, terminar la gestión y rendir cuentas; el dueño debe
reembolsar los gastos y sus intereses, si la gestión fue útil o la ratificó
(esta ratificación produce los efectos del mandato expreso y opera
retroactivamente), en ambos casos debe cumplir las obligaciones que a su
cargo se derivan del negocio gestionado. A este respecto nuestro Código
Civil (artículo 1605) manifiesta que: “El que sin convenio se encarga
voluntariamente de los negocios de otro, está obligado a dirigirlos y
manejarlos útilmente y en provecho del dueño”. Es decir, por ejemplo,
que una persona puede comparecer en nombre de otra, como gestor de
negocios, en un contrato de compraventa si en el mismo está adquiriendo
el bien objeto del contrato; no obstante, éste –el gestor de negocios–
jamás podrá actuar como tal si en dicho contrato traslativo de dominio se
está enajenando algún bien del dueño, ya que la función de la gestión de
negocios será siempre en provecho de este último y no en pérdida de
algún derecho o bien constitutivo del patrimonio del mismo (véanse los
artículos 1605 al 1615 del Código Civil). 2) Fundamento: La gestión de
negocios se fundamenta en el hecho de que una persona se ocupa de los
intereses de otra persona, sin haber recibido mandato para ello. 3)
Elementos: 1° Subjetivo o personal: El elemento subjetivo o personal en la
gestión de negocios está conformada por: el gestor, que es la persona que
se encarga voluntariamente de los negocios de otra persona, sin haber
recibido mandato para ello; y, el dueño del negocio, que es la persona
titular del negocio o pluralidad de negocios en los que interviene el
gestor; y, 2° Objetivo o real: Está constituido por el negocio jurídico, que
no es más que el acto de una o más voluntades que pretenden algún
efecto jurídico reconocido por la ley. 4) Efectos: Podemos distinguir dos
efectos: 1° El dueño del negocio tiene una acción directa (actio directa
negotiorum) contra el gestor, para demandarle las cuentas de su gestión,
cuando éste verifique operaciones distintas del giro habitual de sus
negocios, cuando el gestor hubiere pospuesto el interés del dueño al suyo
propio, o cuando el gestor inició la gestión contra la voluntad manifiesta o
presunta del dueño; y, 2° El gestor de negocios tiene una acción contraria
(actio contraria negotiorum gestorum) para hacerse pagar (indemnización)
los gastos necesarios y útiles que hubiere hecho y los perjuicios que
hubiere sufrido en el desempeño de la gestión.
96
(artículo 1616) clasifica como enriquecimiento sin causa: “La persona que
sin causa legítima se enriquece con perjuicio de otra, está obligada a
indemnizarla en la medida de su enriquecimiento indebido”; es decir, que
el enriquecimiento ilegítimo es el pago de lo indebido, obligando al que
recibió una cosa a la que no tenía derecho y que se le entregó por error a
devolverla. Si el que se enriqueció procedió de buena fe en la creencia de
su derecho al pago, sólo está obligado a devolver lo equivalente a su
enriquecimiento; pero si procedió de mala fe debe abonar el interés legal
o los frutos percibidos a los dejados de percibir, así como responder por el
deterioro de la cosa que se produzca por su causa (véanse los artículos
1616 al 1628 del Código Civil). 2) Fundamento: El fundamento del
enriquecimiento sin causa parte de la teoría conforme a la cual nadie
puede enriquecerse con perjuicio de otro. La consecuencia es la obligación
de indemnizar a aquél en cuyo perjuicio se verifica este enriquecimiento.
Esta obligación está sancionada por una condictio sine causa. 3)
Elementos: En el principio general que regula el Código Civil, debemos
determinar la relación que existe entre el enriquecimiento y el
empobrecimiento. Los elementos lógicamente son los siguientes: 1° Que
haya empobrecimiento de un patrimonio; 2° Que exista enriquecimiento
de otro; y, 3° Que no exista una causa que justifique ese desplazamiento
patrimonial.
97
condictio sine causa (enriquecimiento sin causa). Mas ahora, tanto la
doctrina como la legislación han abierto sus puertas a la teoría de la
declaración unilateral de voluntad como fuente de obligaciones, en ciertos
casos que con mayor o menor amplitud regula el derecho positivo en aras
de la seguridad de los negocios jurídicos. 3) Concepciones doctrinarias: 1°
Tesis Unilateralista Radical: o sea la que le atribuye a la voluntad
unilateral la fuerza vinculante de todas las obligaciones que puedan nacer
de un negocio jurídico, tanto los unilaterales como los bilaterales; 2° Tesis
Unilateral Moderada o Restringida: que la acepta sólo para casos de
naturaleza excepcional en que así lo exija el interés del tráfico jurídico; y,
3° Tesis Negativa: que niega que de la voluntad unilateral puedan nacer
obligaciones; es la concepción bilateralista que descansa en la fuerza
tradicional de las instituciones del Derecho romano. 4) Posición del Código
Civil: El Código Civil, dentro del título relativo a la obligaciones
provenientes de hechos lícitos sin convenios, admite en forma expresa que
la declaración unilateral de la voluntad es fuente de obligaciones, en los
casos siguientes: 1° Oferta al público: que se tipifica en el sentido que la
persona que ofrezca al público objetos en determinado precio, queda
obligada a sostener su ofrecimiento (artículo 1629); 2° Promesa de
recompensa: que se tipifica en el sentido que quien hace oferta por la
prensa u otro medio de difusión, de remunerar una prestación o un hecho,
contrae la obligación de cumplir lo prometido (artículos 1630 al 1637); y,
3° Títulos al portador: aquellos que no están expedidos a favor de persona
determinada, contengan o no la cláusula “al portador”, que se transmiten
por la simple tradición y obligan al emisor a pagar a cualquiera que le
presente y entregue el título, salvo que hubiera sido notificado
judicialmente para retener el pago (artículos 1638 al 1644; asimismo, con
relación a estos artículos, véanse los artículos 436 al 440 del Código de
Comercio).
98
ilícitos suelen clasificarse así: delito, que es una acción antijurídica,
típica, culpable y sancionada con una pena (por ejemplo: el robo, el
hurto, etc.); y, cuasi delito, que es un acto ilícito que, sin ser delito, está
prohibido por la ley (por ejemplo: el daño a las personas, o en sus bienes
por acción personal, por poner en movimiento máquinas o maquinarias que
por su velocidad, por su naturaleza explosiva o inflamable, o por otras
causas análogas, causen daño a las personas o a las cosas). Por último,
conviene aclarar que no todos los hechos ni los actos humanos son
jurídicos. Muchos de ellos son irrelevantes para el Derecho. Son jurídicos
cuando con ellos se realiza la hipótesis o supuesto jurídico contenido en la
norma positiva.
99
a la otra, para compensar los daños y perjuicios causados). Es conveniente
aclarar, que la acción para pedir la reparación de los daños o perjuicios
derivados de la responsabilidad civil, prescribe en un año, contado desde
el día en que el daño se causó, o en que el ofendido tuvo conocimiento del
daño o perjuicio, así como de quien lo produjo (véanse los artículos 1645
al 1673 del Código Civil).
100
la civilización en su aspecto científico. El dueño, poseedor, usuario de
automóviles y otras máquinas crea en su propio provecho, y en contra de
terceros, un peligro nuevo por el que debe responder en caso de que el
daño se produzca; y ello, asimismo, independientemente de que en la
producción haya mediado o no su culpa o su negligencia; pues, lo mismo
que en el caso de los accidentes de trabajo, la culpabilidad se presumen
siempre y será el propietario quien, para eximirse de responsabilidad,
tendrá que probar que el siniestro estuvo ocasionado por la culpa de la
víctima. En suma, podemos decir que la responsabilidad objetiva, sin
culpa o por el riesgo creado, es la tendencia relativamente moderna que
se aparta del fundamento forzoso en culpa o dolo para exigir el
resarcimiento de los daños y perjuicios.
e) Posición del Código Civil: Los hechos y actos ilícitos son el delito que casi
siempre apareja responsabilidad civil y los daños que se causan sin malicia
ni intención de producirlos. La acción civil proveniente de los delitos está
regulada en el Código Penal (artículos 112 al 122); pero el principio
general de responsabilidad lo declara el artículo 1645 de nuestro Código
Civil: todo daño debe repararse; y tanto daño origina el que
intencionalmente lo produce como el que sin intención también lo causa
por omisión, descuido o imprudencia. En ese orden de ideas, existen,
como ya vimos, dos clases de responsabilidad civil por el elemento o dato
en que se afinca la necesidad de resarcir los daños: 1° La responsabilidad
subjetiva, cuando éstos han sido causados por una conducta culpable,
antijurídica y dañosa, que tiene por fuente el hecho ilícito y por soporte
esa noción subjetiva de la culpa; y, 2° La responsabilidad objetiva, si los
daños provienen de una conducta lícita jurídica, inculpable, consistente
en aprovechar un objeto peligroso que crea riesgo de daños,
responsabilidad fincada en dicho riesgo y que por consiguiente se llama
responsabilidad objetiva, por tener su apoyo en un elemento externo
como en el riesgo creado. De ello se sigue que, en nuestro derecho
positivo, la responsabilidad civil (la obligación de indemnizar) tiene dos
posibles causas o fuentes: el hecho ilícito y el riesgo creado.
101
aplicables también a la obligaciones en que intervienen más de dos
personas como sujeto activo o como sujeto pasivo.
102
comercial la solidaridad se presume; no necesita ser expresa como lo
manda el Código Civil, en virtud de lo regulado en el artículo 674 del
Código de Comercio que establece: “En las obligaciones mercantiles los
codeudores serán solidarios, salvo pacto expreso en contrario. Todo fiador
de obligación mercantil, aunque no sea comerciante, será solidario con el
deudor principal y con los otros fiadores, salvo lo que se estipule en el
contrato”. Lo anterior no excluye el derecho de repetir que reconoce el
artículo 1358 del Código Civil. También es especialidad que el Código de
Comercio sólo regule la presunción de la mancomunidad solidaria en el
sujeto pasivo de la obligación (deudores), no así en el sujeto activo
(acreedores).
103
obligaciones que cada parte puede exigir a la otra hasta el agotamiento
del nexo jurídico.
104
pueden efectuarse parcialmente, o no puede efectuarse en esa forma por
no permitirlo la naturaleza de la prestación (por ejemplo: la compraventa
de un semoviente, en lo que al propietario se refiere, puesto que la
obligación del comprador –pagar el precio– puede ser divisible si se pactó
por mensualidades; si se convino el pago del precio al contado, esta
obligación también deviene indivisible). Al igual que respecto a la
obligación divisible, el Código Civil, en concordancia al criterio que aplicó
aquélla, dispone (artículo 1373, parte conducente) que: “Las obligaciones
son... indivisibles si las prestaciones no pueden ser cumplidas sino por
entero”. Nótese la poca fortuna con que fue redactado ese precepto legal.
Y, precisando, el artículo 1376 del Código Civil ha previsto que: “La
obligación se considera indivisible: 1° Cuando tiene por objeto la entrega
de un cuerpo cierto; 2° Cuando uno solo de los deudores está encargado
de ejecutar la prestación; y, 3° Cuando las partes convienen
expresamente en que la prestación no pueda satisfacerse parcialmente o
cuando por la naturaleza de la obligación sea imposible su cumplimiento
parcial”. Consúltense los artículos 1373 al 1379 del Código Civil.
105
ángulo, la cosa vendida). 2) Obligaciones accesorias: Son aquellas
obligaciones creadas en adición a una obligación principal, o sea,
complementaria de ésta o, en ciertos casos muy especiales, sustitutivas
por equivalencia (por ejemplo: en el contrato de mutuo –entrega de dinero
u otras cosas fungibles, con el cargo de devolver igual cantidad, artículo
1942 del Código Civil–, con garantía de un bien inmueble, obligación
accesoria es la obligación resultante de la hipoteca, adicional a la
principal).
106
persona ocupa solamente el polo activo (acreedor) o bien el polo pasivo
(deudor), o a la inversa, sin que haya entrecruce de prestaciones (por
ejemplo: en el contrato gratuito de depósito, la persona –depositario– que
recibe la cosa para su guarda y conservación –artículo 1974 del Código
Civil–, tiene solamente la calidad de deudor porque debe conservar y
devolver la cosa, en tiempo oportuno, sin que el dueño de la misma –
depositante– tenga alguna obligación a favor de aquél). 2) Obligaciones
bilaterales o recíprocas: Son denominadas así las obligaciones en las cuales
las personas que intervienen en las mismas, creándolas, tienen a la vez la
calidad de acreedor y de deudor de determinadas prestaciones (por
ejemplo: en el contrato de suministro de energía eléctrica, la empresa es
acreedora por el valor del consumo mensual suministrado, y es deudora
porque está obligada a proporcionar al consumidor e fluido eléctrico, a su
vez, el consumidor es acreedor porque tiene derecho a recibir ese
suministro, y deudor porque debe pagar cada mes el valor del consumo
que hizo de energía eléctrica).
1. EL PAGO.
107
extracontractuales o contractuales, se establecen para ser cumplidas por
el deudor de las mismas. De ahí que si el cumplimiento no se hace
voluntariamente, la ley establezca no sólo los medios judiciales para que
el acreedor exija el cumplimiento, sino también las responsabilidades de
orden pecuniario en que incurre el deudor. En ese orden de ideas, diremos
que el pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto
de la obligación, ya sea ésta una obligación de hacer o un obligación de
dar. Nuestra legislación civil, al igual que la generalidad de la doctrina,
toma como sinónimos los vocablos pago y cumplimiento.
108
que hacerse en especie y hubiere imposibilidad de entregar la misma
cantidad y calidad, el deudor satisfará el valor que la cosa tenga en el
tiempo y lugar señalados para el pago, salvo que se haya fijado precio al
celebrarse el contrato (véase el artículo 1397 del Código Civil).
d) Pago por el deudor y pago por tercero. Legitimación para recibir el pago:
1) Pago por el deudor y pago por tercero: Implícita, no explícitamente, el
Código Civil consagra el principio de que el pago ha de hacerlo es deudor.
En efecto, el artículo 1380, con el que se inicia el capítulo concerniente al
cumplimiento de las obligaciones, dispone que el pago puede ser
ejecutado por un tercero, tenga o no interés y ya sea consintiéndolo o
ignorándolo el deudor. En consecuencia, el pago (cumplimiento de la
obligación) puede hacerlos el deudor (principios general) o un tercero
(principio excepcional), caso este último en que puede efectuarse
consintiéndolo el deudor, es decir, con previo conocimiento y con su
anuencia, o ignorándolo, esto es, cuando el tercero actúa sin el
consentimiento previo y anuencia del deudor. 2) Legitimación para recibir
el pago: El pago, necesariamente, debe hacerse al acreedor o a quien
tenga mandato (apoderado o mandatario) o representación legal (padres
en ejercicio de la patria potestad, tutor o personero de una persona
jurídica colectiva). El pago hecho a quien no tuviere facultad de recibirlo,
es válido si el acreedor lo ratifica o se aprovecha de él (véase el artículo
1384 del Código Civil). Conviene aclarar, que la doctrina en torno a los
elementos personales es uniforme, y reconoce que dos son los sujetos a
distinguir con claridad: 1° El que paga (sujeto activo), denominado solvens
(pagador); y, 2° El que recibe (sujeto pasivo), denominado accipiens o
destinatario (acreedor).
109
invalide la imputación hecha por el acreedor./ No expresándose a qué
deuda debe hacerse la imputación, se entenderá aplicado al pago a la que
sea de plazo vencido; si hay varias de plazo vencido, a la que fuere más
onerosa para el deudor; si son de igual naturaleza, a la más antigua; y si
todas son iguales, el pago se imputará proporcionalmente./ El que debe
capital e intereses no puede, sin consentimiento del acreedor, aplicar el
pago al capital antes que a los intereses, ni éstos antes que a los gastos”.
110
concluido el plazo a que se refiere el punto “2°” de este procedimiento, o
en la propia audiencia de prueba, si se hubiere señalado (artículo 140 de
la LOJ); y, 5° La resolución es apelable y se plateará en el término de tres
días (artículos 140 de la LOJ; y, 602 del CPCYM). Para concluir, podemos
señalar que la consignación goza de un trámite incidental sui generis, y
decimos esto último por cuanto el incidente se abre sin requerirse
existencia de un juicio o negocio principal, cual es el espíritu que deja
traslucir la Ley del Organismo Judicial en su artículo 135. (véanse los
artículos 1408 al 1414 del Código Civil).
c) Pago con subrogación: Se entiende por tal el que hace un tercero, a quien
se transmiten los derechos del acreedor. Nuestro Código Civil regula a la
subrogación en la transmisión de las obligaciones (artículo 1453): “La
subrogación tiene lugar cuando el acreedor sustituye en el tercero que
paga, todos los derechos, acciones y garantías de la obligación”; de lo
anterior se colige que nuestra ley sustantiva civil no estima que sea una
forma de pago, sino que la cataloga como una forma de transmisión de
obligaciones. La subrogación puede ser voluntaria (o convencional) o
legal. En cuanto a la primera, puede ser consentida, sea por el acreedor
sin intervención del deudor (lo que sucede cuando el acreedor recibe el
pago de un tercero, a quien transmite expresamente todos sus derechos
respecto de la deuda), sea por el deudor (como ocurre cuando éste paga la
deuda de una suma de dinero con otra cantidad que ha tomado prestada, y
subroga al prestamista en los derechos y acciones del acreedor primitivo) –
véanse los artículos 1453 y 1455, numeral 3°, del Código Civil–. La
subrogación legal se produce sin dependencia de la cesión expresa del
acreedor: 1° Cuando el que es acreedor paga a otro acreedor que le es
preferente; 2° Cuando el tercero que paga tiene interés jurídico en el
cumplimiento; 3° Cuando el tercero interesado en la obligación paga con
anuencia del deudor; y, 4° Cuando un heredero paga con sus bienes
propios alguna deuda de la herencia –véanse los artículos 1455, 1456 y
1457 del Código Civil–.
111
nuestro Código Civil (artículo 1416) expresa que: “El deudor puede hacer
cesión de bienes a sus acreedores cuando se encuentre en la imposibilidad
de continuar sus negocios o de pagar sus deudas”. La cesión de bienes
puede ser: 1) Extrajudicial: Aquí se ponen de acuerdo el deudor con sus
acreedores y realizan un contrato en escritura pública, fijándose las bases
y el procedimiento, y cuyos efectos son la extinción de las deudas (artículo
1418, numeral 4°, del Código Civil) y el rescate de los bienes (artículo
1421 del Código Civil). 2) Judicial: Que se hace en un tribunal competente
y el procedimiento es el establecido para el concurso voluntario de
acreedores –artículos 347 al 370, inclusive el 392, del Código Procesal Civil
y Mercantil–, y cuyos efectos están contenidos en el artículo 1418 del
Código Civil (véanse también los artículos 1419, 1420 y 1422 del citado
cuerpo legal). Conviene aclarar, que las diferencias existentes entre la
dación en pago y el pago por cesión de bienes son las siguientes: 1° En la
dación en pago el deudor no se encuentra insolvente; en el pago por
cesión de bienes el deudor debe estar insolvente; 2° En la dación en pago
se transmite la propiedad del bien; en el pago por cesión de bienes no se
transmite la propiedad de los bienes, sólo se da la posesión; 3° En la
dación en pago no se extiende a todo el patrimonio y no hay varios
acreedores; en el pago por cesión de bienes se extiende a todo el
patrimonio y son varios los acreedores; y, 4° En la dación en pago la
obligación queda cumplida y se extingue sin necesidad de aprobación
judicial; en el pago por cesión de bienes las deudas quedan extinguidas,
aunque lo que alcance cada acreedor no baste para el pago completo,
desde el momento en que se aprueba la cesión.
1. INCUMPLIMIENTO.
112
Civil). Conforme al Código Civil, en la culpa tiene papel relevante: la
ignorancia, impericia o negligencia del deudor (elemento subjetivo); y en
el caso resultante de cualesquiera de esas causas, el no oportuno y debido
cumplimiento de la obligación (elemento objetivo). Dispone el Código Civil
(artículo 1425) que: “La responsabilidad por culpa debe graduarse
atendiendo a la naturaleza de la obligación y a las circunstancias de las
personas, de tiempo y de lugar”. Necesariamente, esa graduación de la
culpa debe hacerla el juez. La prueba de la culpa está imputada al deudor
(véase nuevamente el artículo 1423 del Código Civil); sin embargo, el
deudor no es responsable de la falta de cumplimiento de la obligación por
caso fortuito o fuerza mayor, a no ser que en el momento en que
ocurriere, hubiere estado en mora (véase el artículo 1426 del Código
Civil).
113
aquél en que venzan o sean exigibles. Se exceptúan de lo dispuesto en
este artículo los títulos de crédito y las obligaciones y contratos en que
expresamente se haya pactado lo contrario” –el subrayado es nuestro–. 2)
El cumplimiento anormal o forzoso: Más que una clase es un efecto
derivado del incumplimiento imputable al deudor, no producido por fuerza
mayor o mora del acreedor. El cumplimiento forzoso tiene por objeto que
la obligación, aunque tardíamente, con retardo, sea cumplida
primordialmente en la forma pactada, o bien según lo estipulado entre las
partes previendo el incumplir del deudor, o lo dispuesto en la ley. En ese
orden de ideas, se hace necesario distinguir si se trata de obligaciones
específicas o genéricas (véanse los artículos 1323, 1381 y 1433 del Código
Civil). 3) El cumplimiento por equivalencia: Éste también es un efecto
derivado del incumplimiento imputable al deudor. Pude suceder que el
deudor, por culpa imputable a él, quede colocado en situación de serle
imposible el cumplimiento de la obligación, y por consecuencia no pueda
el acreedor recurrir al cumplimiento forzoso de la misma. En tal caso, la
ley permite que el acreedor pueda atacar, dígase así, el patrimonio del
deudor mediante el resarcimiento de los daños y perjuicios, cuya base
legal, en forma más amplia, en lo concerniente a las obligaciones de
carácter personal y de acuerdo con el Código Civil, radica en la figura
denominada prenda general patrimonial, que es contemplada en el
artículo 1329 al disponer que: “La obligación personal queda garantizada
con los bienes enajenables que posea el deudor en el momento de exigirse
su cumplimiento”. Asimismo, dispone el Código Civil (artículo 1433) que:
“Establecida legalmente la situación de mora, el deudor está obligado a
pagar al acreedor los daños y perjuicios resultantes del retardo, y corren
a su cargo todos los riesgos de la cosa”. Nótese que en esta previsión
legal, los daños y perjuicios a pagar por el deudor han de ser los
resultantes del retardo, no del incumplimiento de la obligación, porque
ésta se supone exigible, incluso después de cuando debió ser cumplida y
no se cumplió. 4) Incumplimiento no imputable al deudor: Se da cuando el
incumplimiento de la obligación ocurre por causa no imputable al deudor;
éste no es responsable por razón de tal circunstancia, ya se tipifique el
incumplimiento temporal o el definitivo, caso este último que produce la
extinción de la obligación. Esa causa no imputable al deudor es precisa
terminológicamente, en la doctrina y en la ley, con las denominaciones de
caso fortuito y causa (o fuerza) mayor (véase nuevamente el artículo 1426
del Código Civil). El caso fortuito es el suceso que no ha podido preverse o
que, previsto, no ha podido evitarse. Los casos fortuitos, lo mismo que los
de fuerza mayor, pueden ser producidos por la naturaleza o por el hecho
del hombre. Para algunos autores no existe diferencia ni teórica ni
práctica entre el hecho fortuito y la fuerza mayor, ya que esta última
también es consecuencia de un hecho imprevisible. Jurídicamente, la
distinción entre una y otra tiene escasa importancia, ya que ambas pueden
ser justificativas del incumplimiento de una obligación. Otros autores
estiman que el caso fortuito guarda mayor relación con los hechos de la
114
naturaleza (por ejemplo: el desbordamiento de un río, los terremotos, las
tempestades, las pestes, los incendios); en tanto que la fuerza mayor se
origina en hechos lícitos o ilícitos del hombre (por ejemplo: la guerra, la
coacción material y otros similares). Nuestra legislación sustantiva civil
sigue el criterio primeramente planteado, al considerar ambas figuras con
iguales efectos en cuanto eximen la responsabilidad al deudor por falta de
cumplimiento de la obligación. Si bien el Código Civil no define o precisa
el concepto de caso fortuito o fuerza mayor, puede afirmarse que los
contempla al disponer: “Cuando las condiciones bajo las cuales fuere
contraída la obligación cambiaren de manera notable, a consecuencia de
hechos extraordinarios imposibles de prever y de evitar, haciendo su
cumplimiento demasiado oneroso para el deudor, el convenio podrá ser
revisado mediante declaración judicial (artículo 1330)”; “Si la obligación
de hacer resultare imposible sin culpa del deudor, la obligación queda
extinguida (artículo 1325, primera parte); y, “La pérdida o deterioro de la
cosa objeto de la obligación antes de la entrega, se regirá por las reglas
siguientes: 1° Si se pierde sin culpa del deudor, la obligación quedará sin
efecto y se devolverá lo que se hubiere recibido por cuenta del
convenio;... 3° Si la cosa se deteriora sin culpa del deudor, el acreedor
podrá rescindir el convenio o recibir la cosa en el estado en que se
encuentre, con indemnización de daños y perjuicios en ambos casos, o
disminución proporcional del precio si lo hubiere (artículo 1331)”.
115
porque en el ejercicio del derecho de retención, el acreedor simplemente
se resiste a entregar uno o más bienes del deudor, hasta que éste le haga
pago, sin que por la retención adquiera ningún derecho sobre los bienes.
El Código Civil reconoce el derecho de retención en los casos siguientes:
1° Al mandatario, quien podrá retener las cosas que son objeto del
mandato hasta que el mandante realice la indemnización y reembolso a
que está obligado (artículos 1713 al 1715); 2° Al comprador, cuando éste
fuere perturbado en la posesión o hubiere motivo justificado para temer
que lo será, podrá el juez autorizarlo para retener la parte del precio que
baste a cubrir la responsabilidad del vendedor, salvo que este último haga
cesar la perturbación o garantice el saneamiento (artículos 1828 y 1829);
3° Al comprador, quien tiene derecho de retener el precio mientras se le
demora la entrega de la cosa (artículo 1832); 4° Al comodatario, quien no
puede retener la cosa en seguridad ni en compensación de lo que le debe
el comodante, pero si la deuda procede de gastos extraordinarios e
indispensables en beneficio de la misma cosa, podrá retenerla en calidad
de depósito mientras no se le haga el pago (artículo 1971); 5° Al
depositario, quien podrá retener la cosa depositada mientras no se le
hayan pagado o garantizado los gastos o los daños y perjuicios a que se
refiere el artículo 1981 del Código Civil (artículo 1982); y, 6° Al
constructor de una obra mueble, quien tiene derecho de retenerla
mientras no se le pague, y su crédito será cubierto preferentemente con el
precio de dicha obra (artículo 2026). Obsérvese, con base en los preceptos
legales anteriormente referidos, que la legislación sustantiva civil
guatemalteca no sistematizó el derecho de retención, concretándose a
enumerar casuísticamente y en forma dispersa los casos en que un
acreedor puede ejercerlo; en cambio, en la ley mercantil, la institución
está sistematizada en la parte general que el Código de Comercio dedica a
las obligaciones y contratos mercantiles (Libro IV, Título I, Capítulo
Único), el cual, en sus artículos 682 y 687, expresa que: “El acreedor cuyo
crédito sea exigible, podrá retener los bienes muebles o inmuebles de su
deudor que se hallaren en su poder, o de los que tuviere la disposición por
medio de títulos de crédito representativos./ El que ejercite el derecho
de retención queda obligado a pagar las costas, los daños y perjuicios: 1°
Si no entabla la demanda dentro del término legal. 2° Si se declara
improcedente la demanda”; asimismo contempla un caso aislado (artículo
870), concerniente al contrato de hospedaje, al regular que: “Los
equipajes y efectos del huésped responden preferentemente al hotelero
por el importe del hospedaje y a ese efecto podrán ser retenidos por éste
mientras no se le pague lo que el huésped adeude”. 3) Derecho real de
hipoteca: Que se constituye sobre bienes inmuebles, para garantizar con
ellos la efectividad de un crédito en dinero a favor de otra persona.
Generalmente el inmueble gravado es propiedad del deudor; pero también
una persona que no es la deudora puede constituir hipoteca sobre un
inmueble suyo para responder de la deuda de otra persona (véanse los
artículos 822 al 879 del Código Civil). 4) Derecho real de prenda: Contrato
116
por el cual el deudor de una obligación, cierta o condicional, presente o
futura, entrega al acreedor una cosa mueble o un crédito en seguridad de
que la obligación ha de ser cumplida (véanse los artículos 880 al 916 del
Código Civil). 5) Derecho real de anticresis: Es el concedido al acreedor
por el deudor, o un tercero por él, poniéndole en posesión de un inmueble
y autorizándolo a percibir los frutos para imputarlos anualmente sobre los
intereses del crédito si son debidos; y en caso de exceder, sobre el capital
e intereses, o sobre el capital solamente si no se deben intereses. Esta
figura jurídica se encontraba regulada en el artículo 2008 (y subsiguientes)
del Código Civil de 1933 (Decreto legislativo 1932), así como en los
artículos 904 al 912 del Proyecto de Código Civil para la República de
Guatemala, presentado por el connotado jurista guatemalteco Licenciado
Federico Ojeda Salazar, y que comprendía el Capítulo V (De la anticresis),
Título V (Derechos reales de garantía), del Libro II (De los bienes, de la
propiedad y demás derechos reales) de dicho proyecto; sin embargo, la
Comisión Revisora (integrada por los Licenciados Arturo Peralta Azurdia y
José Vicente Rodríguez, y el Doctor Mario Aguirre Godoy) que estudió y
dictaminó sobre el mencionado proyecto de ley, suprimió el capítulo
relacionado con la anticresis, porque ésta había sido una institución que
no tenía aplicación práctica en nuestro medio y por estimarse que otros
contratos, por ejemplo el fideicomiso, podían sustituirla con mayor
ventaja. 6) Anotación preventiva: Es el asiento temporal y provisional de
un título en el Registro de la Propiedad, como garantía precautoria de un
derecho o de una futura inscripción (véanse los artículos 1124, 1125, 1126,
1139, 1149 al 1166 del Código Civil; y, 526 del Código Procesal Civil y
Mercantil). 7) Embargo preventivo de bienes: En su acepción procesal, es
preventivo cuando tiene por finalidad asegurar los bienes durante la
tramitación del juicio. Es ejecutivo, cuando su objeto es dar efectividad a
la sentencia ya pronunciada (véase el artículo 527, así como los artículos
297 al 312, todos del Código Procesal Civil y Mercantil).
117
disponer que: “Por el contrato de fianza una persona se compromete a
responder por las obligaciones de otra”; es decir, vista de otra manera,
que es una obligación accesoria que uno contrae para seguridad de que
otro pagará lo que debe o cumplirá aquello a que se obligó, tomando sobre
sí el fiador, verificarlo él en el caso de que no lo haga el deudor principal,
el que directamente estipuló para sí. La fianza puede ser personal
(responsabilidad personal patrimonial ilimitada del fiador, hasta el monto
de la obligación o hasta el monto o modalidad en que se comprometió); o
real, cuando el fiador limita su responsabilidad constituyendo prenda o
hipoteca (responsabilidad patrimonial limitada del fiador) –artículos 2101 y
2103 del Código Civil–. Aunque la ley tipifique la fianza como un contrato
especial, no cabe duda que su objeto radica esencialmente en garantizar
el cumplimiento de una obligación. Tiene, por regla general, naturaleza
de garantía personal, que se transforma en real, excepcionalmente,
cuando se presta constituyendo prenda o hipoteca.
118
acreedores cuyos créditos sean anteriores al negocio impugnado, pueden
ejercitar la acción revocatoria”. La forma y características de la acción
pauliana se encuentran enmarcadas en el artículo citado y del 1291 al
1300 de dicho cuerpo legal. En cuanto a los efectos de la acción
revocatoria en el ámbito registral, expresa el Código Civil (artículo 1147,
numeral 2°) que: “Las acciones rescisorias o resolutorias no perjudicarán
a tercero que haya inscrito su derecho, exceptuándose: ...2° La acción
revocatoria de enajenación en fraude de acreedores, cuando el tercero
haya sido cómplice en el fraude o el derecho lo haya adquirido a título
gratuito. En los dos casos del inciso 2° no perjudicará a tercero la acción
revocatoria que no se hubiere entablado dentro de un año, contado desde
el día de la enajenación fraudulenta”.
b) Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los
artículos 1443 al 1452 del Código Civil.
2. SUBROGACIÓN.
119
a) Nota aclaratoria: Según la ubicación que le dé el derecho positivo, esta
figura es estudiada o como modalidad o forma especial del pago (pago con
subrogación), o como una modalidad de la transmisión de las obligaciones,
criterio este último adoptado por el Código Civil. Sin embargo,
didácticamente la subrogación es estudiada como una forma especial de
pago y que en el presente trabajo, quedó tratada en el Capítulo IV
(Cumplimiento de las Obligaciones), Punto 2 (Formas especiales de pago),
Literal “c)” (Pago con subrogación). Ahora bien, lo interesante e
importante de tratar esta figura jurídica dentro de este capítulo, es el
hecho de exponer las diferencias existentes entre la cesión de derechos y
la subrogación, que son: 1° La cesión de derechos es forzosamente un
contrato. La subrogación no, salvo los casos de subrogación convencional;
2° En la cesión de derechos el acreedor siempre transmite
voluntariamente su crédito al cesionario. Mientras que en la subrogación
legal el acreedor se ve desplazado, incluso contra su voluntad, del crédito
al ser desinteresado por el pago recibido; 3° En la cesión de derechos no
existe forzosamente un pago (por ejemplo: la cesión gratuita). En la
subrogación media forzosamente un pago; 4° En la cesión de derechos se
puede sujetar a un plazo suspensivo el pago del precio. En la subrogación
debe hacerse el pago, pues no existe mientras no la hay; 5° La cesión de
derechos es una operación de especulación, el cesionario podrá cobrar la
integridad del crédito aun cuando hubiese pagado una cantidad menor por
él. El tercero subrogante sólo podrá obtener el monto del pago que
efectuó y éste es un efecto reconocido generalmente por los tratadistas;
y, 6° La cesión de créditos impone el cumplimiento de la forma y de las
acciones publicitarias de notificación al deudor y de la fecha cierta para
que produzca efectos. La subrogación no está sujeta a tales requisitos.
3. TRANSMISIÓN DE DEUDAS.
120
b) Regulación legal: Todo lo relativo al presente punto está regulado en los
artículos 1459 al 1468 del Código Civil.
1. COMPENSACIÓN.
c) Regulación legal: Todo lo relativo con este punto está regulado en los
artículos 1469 al 1477 del Código Civil.
2. NOVACIÓN.
121
cambio en el objeto de la obligación cuanto al de las personas obligadas:
al del anterior deudor por otro a al del acreedor precedente por uno
distinto.
b) Clases: Las clases de novación que la doctrina admite, son las siguientes:
1) Novación subjetiva: Puede ser activa: si el acreedor y deudor convienen
posteriormente en un cambio de acreedor (por ejemplo: si “A” se obligó a
pagar a “B” la cantidad de mil quetzales, y después convienen que, en
lugar de “B”, el acreedor sea “C”); y, pasiva: si acreedor y deudor
convienen posteriormente en un cambio de deudor (por ejemplo: si “A” se
obligó a pagar a “B” la cantidad de mil quetzales, y después convienen
que, en lugar de “A” el deudor sea “C”). 2) Novación objetiva: Ocurre
cuando acreedor y deudor convienen en modificar sustancialmente la
obligación original, o en sustituirla por otra nueva (por ejemplo: si “A” se
obligó a pagar a “B” la cantidad de mil quetzales, y ambos convienen
después que “A” entregará a “B”, o bien seiscientos quetzales y una
máquina de escribir, o bien, en lugar de dicha cantidad –mil quetzales–
una motocicleta). Nuestro Código Civil admite solamente la novación
objetiva, en su aspecto más característico, al disponer (artículo 1478)
que: “Hay novación cuando deudor y acreedor alteran sustancialmente la
obligación sustituyéndola por otra. La novación no se presume; es
necesario que la voluntad de efectuarla resulte claramente del nuevo
convenio, o que la antigua y la nueva obligación sean de todo punto
incompatibles”. Resulta lógico que el Código Civil no admita la novación
subjetiva, puesto que, como se anotó, regula expresamente la cesión de
derechos (cambio de acreedor) y la transmisión de deudas (sustitución de
deudor).
3. REMISIÓN.
122
en beneficio del deudor, liberándolo del vínculo obligatorio. Así, pues, la
remisión es el acto del acreedor extintivo de la obligación, por el cual éste
–el acreedor– renuncia voluntariamente, y por lo general en forma
gratuita, a todo o parte de su derecho contra el deudor, y que puede
efectivizarse mediante la entrega del documento original en que constare
la deuda, si no hubiere sido pagada, o por cualquier otro procedimiento
fehaciente. La remisión –llamada asimismo condonación de la deuda o,
como se decía en nuestro viejo derecho civil, quitamiento– de la deuda
hecha al deudor principal, libera a los fiadores; pero no a la inversa.
Desde el punto de vista gramatical, ambos términos, remisión y
condonación, vienen a tener el mismo significado; remitir (en su concepto
de perdonar), eximir, condonar, libertar de una obligación. Asimismo,
puede ser definida la remisión de la deuda como el convenio entre
acreedor y deudor, mediante el cual, voluntaria y espontáneamente, el
acreedor condona generosamente al deudor, de la obligación contraída
por éste. En ese orden de ideas, nuestra ley sustantiva civil (artículo 1489)
expresa que: “La remisión de la deuda hecha por el acreedor y aceptada
por el deudor, extingue la obligación”.
4. CONFUSIÓN.
b) Efectos: Son efectos de esta figura jurídica, según el Código Civil: 1° Que
la confusión verificada en el deudor principal aprovecha a los fiadores
(artículo 1497); 2° Que la confusión verificada en la persona del fiador no
extingue la obligación principal ni la de los demás fiadores (artículo 1498);
3° Que si concurre la calidad de acreedor en uno de varios deudores
123
simplemente mancomunados, no quedan libres los demás sino en la parte
que correspondía a su codeudor (artículo 1499); y, 4° Que los créditos y
deudas del heredero que no hayan sido instituidos a título universal, no se
confunden con las deudas y créditos hereditarios (artículo 1500).
c) Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los
artículos 1495 al 1500 del Código Civil.
b) Términos legales: Nuestro Código Civil menciona entre los términos legales
más importantes de prescripción, los siguientes: 1° La prescripción
extintiva se verifica en todos los casos no mencionados en disposiciones
especiales, por el transcurso de cinco (5) años, contados desde que la
obligación pudo exigirse; y si ésta consiste en no hacer, desde el acto
contrario a la obligación (artículo 1508, asimismo véanse los artículos 1509
al 1512 y el 1516); 2° Prescribe en un año la responsabilidad civil
proveniente de delito o falta y la que nace de los daños o perjuicios
causados en las personas. La prescripción corre desde el día en que
recaiga sentencia firme condenatoria, o desde aquel en que se causó el
daño. Sin embargo, si se tratare de funcionarios o empleados públicos, la
responsabilidad civil de éstos prescribirá en un término de veinte (20) años
(artículos 155 de la Constitución; y, 1513 del Código Civil); 3° Prescriben
124
en dos (2) años: los honorarios, sueldos, salarios, jornales y otras
retribuciones por prestación de cualquier servicio; la acción de cualquier
comerciante para cobrar el precio de los objetos vendidos; la acción de los
dueños de hoteles y toda clase de casas de hospedaje para cobrar el
importe de las pensiones y la de los fondistas y demás personas que
suministran alimentos, para cobrar el precio de éstos; y, las pensiones,
rentas y alquileres y cualesquiera otras prestaciones periódicas no
cobradas a su vencimiento, ya se haga el cobro en virtud de acción real o
de acción personal. En estos casos la prescripción corre desde el día en
que el acreedor puede exigir el pago (artículo 1514); 4° La obligación de
rendir cuentas que tienen todos los que administran bienes ajenos, y la
acción para cobrar el saldo de ellos, prescriben por el término de tres (3)
años (artículo 1515); 5° La obligación garantizada con hipoteca prescribirá
a los diez (10) años contados desde el vencimiento de la obligación o de la
fecha en que se tuviere como vencido en virtud de lo estipulado (artículo
856); 6° El término para aceptar la herencia es de seis (6) meses a contar
de la muerte del testador, si el heredero se encuentra en el territorio de
la República y de un (1) año si está en el extranjero (artículo 1031); 7° La
acción revocatoria prescribe en un (1) año, contado desde la celebración
del negocio o desde la fecha en que se verificó el pago o se hizo la
renuncia del derecho (artículo 1300); 8° El derecho de pedir la nulidad
relativa dura dos (2) años contados desde el día en que se contrajo la
obligación, salvo los casos en que la ley fije término distinto. Si la nulidad
se fundare en violencia o temor grave, el término es de un (1) año,
contado de la fecha en que la violencia cesó o el temor grave ha debido
razonablemente desaparecer (artículo 1312); 9° La acción para pedir la
rescisión dura un (1) año, contado desde la fecha de la celebración del
contrato, salvo que la ley fije otro término en casos especiales (artículo
1585); 10° La acción para recobrar lo indebidamente pagado prescribe en
un (1) año, contado de la fecha en que se hizo el pago indebido (artículo
1628); 11° La acción para pedir la reparación de los daños o perjuicios a
que se refiere el Título VII, Capítulo Único, del Libro V del Código Civil,
prescribe en un (1) año, contado desde el día en que el daño se causó, o
en que el ofendido tuvo conocimiento del daño o perjuicio, así como de
quien lo produjo (artículo 1673); 12° La acción para exigir el cumplimiento
de la promesa, deberá entablarse dentro de los tres (3) meses siguientes
al vencimiento del plazo convencional o legal (artículo 1684); 13° Puede
también estipularse en el contrato que la venta se rescindirá a solicitud
del vendedor si dentro de un término fijado hubiere quién dé más por la
cosa. Este término no podrá exceder en ningún caso de seis (6) meses si se
tratare de inmuebles o de tres (3) si se tratare de otros bienes, y se
contará de la fecha de la celebración del contrato (artículo 1847); y, 14°
La acción para pedir la reducción o rescisión de la donación dura seis (6)
meses, contados desde el día en que sobrevino el motivo de la reducción o
rescisión (artículo 1879).
125
c) Efectos: Son efectos o consecuencias jurídicas de la prescripción extintiva:
1° El principal efecto es que extingue la obligación principal y por lo tanto
también la accesoria (artículo 1501 del Código Civil); 2° Las personas
impedidas de administrar sus bienes, pueden reclamar contra sus
representantes legales, cuyo dolo o negligencia hubiere sido causa de la
prescripción (artículo 1502 del Código Civil); y, 3° Los que tienen
capacidad para obligarse pueden renunciar la prescripción ya adquirida,
pero no el derecho de prescribir para lo sucesivo (artículo 1503 del Código
Civil).
126
constreñido se libera de alguna obligación (por ejemplo: la obligación
garantizada con hipoteca se extingue por el transcurso del tiempo
señalado en la ley, sin que el acreedor hipotecario exija el cumplimiento
de tal obligación). Conviene aclarar, que la prescripción extintiva,
negativa o liberatoria, la caducidad y la prescripción adquisitiva, positiva
o usucapión gozan de las siguientes similitudes o semejanzas: 1° Sus
efectos se producen siempre por el transcurso del tiempo que es siempre
determinado en la ley; 2° Todas se deben solicitar ante juez competente;
y, 3° Todas aparecen reguladas tanto en el derecho sustantivo (civil) como
en el derecho adjetivo (procesal).
127
RESUMEN DE DERECHO CIVIL IV
128
individualizada en cuanto, en caso de incumplimiento, se está ante un
hecho ilícito y se puede obtener el fin querido o su equivalente por medio
de la ejecución forzosa.
129
procedimientos usuales, que otorgaban una vinculación jurídica a la
obligación que mediante ellas se constituía, pero esa vinculación provenía
de la forma, y no del propio acuerdo de voluntades. Con los años se
concretaron y especificaron en Roma los contenidos contractuales, que
eran los más básicos para una sociedad como la romana: compraventa,
arrendamiento de bienes y servicios, mandato y sociedad. Junto a ellos se
desarrollaron los contratos innominados, que podían estar dentro de
alguna de estas clases: do ut des, facio ut facias, do ut facias y facio ut
des. En este momento de la historia seguía sin perfilarse la figura del
contrato y sólo podemos hablar de contenidos contractuales, unos típicos y
otros innominados, pero en ningún caso la voluntad era suficiente para
obligarse. La llegada del Derecho de los pueblos germanos implicó un
retroceso respecto a la incipiente evolución hacia la categoría de
contrato, por cuanto estas comunidades mezclaban un fuerte elemento
formal con elementos simbólicos, e incluso el miedo a la venganza privada
era una de las razones para que se procediera al cumplimiento de los
acuerdos. Una influencia mucho más modernizadora supuso la del Derecho
canónico, que mantenía la obligación de veracidad y la de respetar la
palabra dada. En la recepción del Derecho canónico se pretendía ir
“vistiendo” los nudum pactum romanos, hasta llegar a los pacta vestita.
Hay que tener en cuenta que la figura actual del contrato, tal como la
conocemos, no deriva de los contractus romanos, sino de los pactos. Así,
en las Decretales del papa Gregorio IX (1234) se sancionaba la
obligatoriedad de respetar los pactos cuando se adoptaran mediante
juramento. El problema en este caso derivaba de que los pactos se debían
cumplir, no por su fuerza obligatoria, sino por subordinarse al juramento
del que emanaba el auténtico vínculo jurídico, por lo que no quedaba
clara la solución cuando se hiciera un pacto inválido a la luz del Derecho,
unido a un juramento válido. En el ámbito del Derecho mercantil existían
los tribunales de comercio para juzgar todas las materias que le
concernieran y su jurisprudencia fue la primera en reconocer que solus
consensus obligat (basta el acuerdo para obligar). Por las exigencias del
tráfico mercantil, no se podía vincular la eficacia jurídica de los pactos al
cumplimiento de ciertas formalidades y por ello es claro que en esta rama
del Derecho se comenzara a admitir la eficacia de los simples pactos. En la
edad moderna, los teóricos del Derecho natural, que en cierta medida
secularizaron las ideas previas al Derecho canónico, admitieron sin reserva
la voluntad como fuente de obligaciones. Fue Hugo Grocio quien, en su
obra “De iure bello ac pacis” (Sobre el derecho de la guerra y la paz,
1625), fundó todo su sistema en la “necesidad de cumplir las propias
promesas”. Aparece por tanto el contrato como categoría donde el pilar
básico es la simple voluntad de obligarse. Estas ideas se mostraron en
consonancia con el pensamiento individualista y revolucionario de todos
los juristas que influyeron en la redacción del Código de Napoleón (1804),
como Loysel, Domat o Pothier. Hemos de recordar que en esta época el
contrato era una institución tan valorada, que incluso se situaba en el
130
fundamento constitutivo de la sociedad política (el contrato social) o se
hablaba del matrimonio como contrato matrimonial. Fruto de todas estas
influencias, el artículo 1134 de dicho Código afirma: “las convenciones
formuladas conforme a las exigencias de la legalidad adquieren fuerza de
ley entre las partes”. Este artículo supone una definición de la moderna
categoría del contrato, que además gozaba de grandes virtudes para los
revolucionarios, pues rompía obstáculos para la contratación del Antiguo
Régimen y favorecía a la clase en ascenso, la burguesía, reforzando la
dinámica del desarrollo industrial. De este modo se llegó al concepto de
contrato hoy vigente que ha pasado a todos los códigos modernos y que
puede sintetizarse con palabras sencillas en la fórmula antes citada:
acuerdo de voluntades destinado a producir efectos jurídicos. En la
actualidad se habla de la crisis de la figura del contrato, o más bien, de la
crisis de los presupuestos que originaron el contrato. De hecho, el acuerdo
que representa la base del contrato, se suponía que debía tener lugar
entre voluntades libres e iguales, lo cual no es del todo cierto hoy en día.
La realidad social muestra que la libertad, a la hora de contratar, no
existe o está muy limitada en casos. Por ejemplo, en los contratos de
suministros de gas, agua, electricidad, en los que es habitual que operen
compañías en régimen de monopolio, o en otros, donde solo se alcanza
una cierta capacidad para elegir entre unos muy reducidos oferentes (por
ejemplo: las compañías aéreas). Por otro lado, la igualdad no existe
tampoco entre un empleador y alguien que necesita trabajar para ganar su
sustento o entre un banco y una persona necesitada de un préstamo. De
todo ello se deduce que si bien la figura general del contrato sigue
vigente, se han creado otras modalidades de acuerdo como son los
contratos en masa, forzosos, normados o normativos. También los
legisladores han acogido esta problemática dictando leyes que en muchos
aspectos limitan la antigua autonomía contractual donde sólo la voluntad
dictaba el contenido de los pactos y compromisos, como las leyes en
defensa de la competencia o las de protección de consumidores.
131
consentimiento por existir una divergencia entre la voluntad interna (lo
querido en realidad) y la voluntad declarada, como son: el error, la
violencia física irresistible y la declaración emitida sin seriedad (por
ejemplo, la iocandi causa) o con reserva mental. Hay otro conjunto de
supuestos en los que, aun habiendo perfecta concordancia entre lo que se
quiere decir y lo que se dice, se entiende que el consentimiento ha sido
viciado por error, intimidación (al inspirar en uno de los contratantes el
temor racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona
o bienes o en su cónyuge o parientes si no contrata), o por la utilización
de palabras o maquinaciones insidiosas para inducir al otro contratante a
celebrar el contrato. 2) Formalismo: Se llama así a los requisitos o
solemnidades que acompañan o revisten los contratos y que son
específicamente determinados por la ley. En algunos casos, también
especialmente previstos, su omisión puede acarrear hasta la nulidad del
contrato. De acuerdo con la tesis general imperante en el Derecho
positivo, rige el principio de libertad de las formas, es decir que las partes
pueden escoger la que estimen más conveniente, salvo cuando la ley
prescribe alguna determinada. Sin embargo, es menester aclarar que en
cuanto al principio de libertad de las formas, éste opera en lo que a
contratación mercantil se refiere, no así en la contratación civil puesto
que ésta es mucho más rigurosa y solemne en sus formas, que son siempre
establecidas en la ley. En ese orden de ideas, el autor alemán Rudolf Von
Ihering resume las ventajas e inconvenientes del formalismo de la manera
siguiente: 1° Ventajas: Es una garantía de seguridad. Que los pactos no se
concluyan con precipitación, pues la forma es una llamada de atención
sobre las consecuencias del acto. Los compromisos no quedan en la
memoria, se pueden probar, son precisos. Permite una inscripción de
registros, dando así una garantía a los terceros; y, 2° Inconvenientes:
Peligro es cuando a la suerte que corran los actos jurídicos, pues la
exigencia de la forma legal implica el riesgo de que el contrato sea
anulado cuando carezca de ella y no producirá los efectos jurídicos que las
partes esperaban, quedando una de ellas, probablemente de buena fue,
sometida al riesgo de ser sorprendida por la otra, conocedora de la
ineficacia del acto de la ausencia de forma. Incomodidad para la
celebración del acto. 3) Autonomía de la voluntad o de la libertad
contractual: Es la potestad que tienen los individuos para regular sus
derechos y obligaciones mediante el ejercicio de un libre arbitrio,
representada en convenciones o contratos que los obligue como la ley
misma y siempre que lo pactado no sea contrario a la ley, a la moral, al
orden público o a las buenas costumbres. Es decir, que la autonomía de la
voluntad no es más que la facultad que tienen las partes de todo contrato
para perfeccionar un convenio a su libre albedrío, quedando condicionada
dicha voluntad a factores y principios de orden legal, ético y social. 4)
Posición del Código Civil: En cuanto al principio del consensualismo o
consentimiento, nuestra ley sustantiva civil (artículos 1251, parte
conducente, 1252, 1253, 1254 y 1518) expresa que: “El negocio jurídico
132
requiere para su validez: ...consentimiento que no adolezca de vicio.../
La manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita y resultar
también de la presunción de la ley en los casos en que ésta lo disponga
expresamente./ El silencio no se considerará como manifestación tácita
de voluntad sino en los casos en que existe, para la parte a quien afecta,
la obligación de explicarse./ Toda persona es legalmente capaz para hacer
declaración de voluntad en un negocio jurídico, salvo aquéllas a quienes
la ley declare específicamente incapaces./ Los contratos se perfeccionan
por el simple consentimiento de las partes, excepto cuando la ley
establece determinada formalidad como requisito esencial para su
validez”. En cuanto al principio de formalismo, el Código Civil
guatemalteco (artículos 1574 al 1578) establece que: “Toda persona puede
contratar y obligarse: 1° Por escritura pública; 2° Por documento privado
o por acta levantada ante el alcalde del lugar; 3° Por correspondencia; y,
4° Verbalmente./ El contrato cuyo valor exceda de trescientos quetzales,
debe constar por escrito. Si el contrato fuere mercantil puede hacerse
verbalmente si no pasa de mil quetzales./ Los contratos que tengan que
inscribirse o anotarse en los registros, cualquiera que sea su valor,
deberán constar en escritura pública. Sin embargo, los contratos serán
válidos y las partes pueden compelerse recíprocamente al otorgamiento
de escritura pública, si se establecieren sus requisitos esenciales por
confesión judicial del obligado o por otro medio de prueba escrita./
Deberán constar en escritura pública los contratos calificados
expresamente como solemnes (el mandato, la sociedad, la donación de
bienes inmuebles y la renta vitalicia), sin cuyo requisito esencial no
tendrán validez./ La ampliación, ratificación o modificación de un
contrato debe hacerse constar en la misma forma que la ley señala para el
otorgamiento del propio contrato”. Por último, en cuanto al principio de
la autonomía de la voluntad o de la libertad contractual, nuestra
Constitución Política de la República (artículos 5°, parte conducente, y 44)
establece que: “Toda persona tiene derecho a hacer lo que la ley no
prohibe; no está obligada a acatar órdenes que no estén basadas en ley y
emitidas conforme a ella.../ Los derechos y garantías que otorga la
Constitución no excluyen otros que, aunque no figuren expresamente en
ella, son inherentes a la persona humana. El interés social prevalece
sobre el interés particular (limitación al principio de la autonomía de la
voluntad). Serán nulas ipso jure las leyes y las disposiciones gubernativas
o de cualquier otro orden (los contratos, por ejemplo) que disminuyan,
restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución garantiza”.
Asimismo, este principio se encuentra consagrado en los artículos 1251 al
1256 del Código Civil, los cuales ya fueron expuestos anteriormente; y,
1593 al 1604 del mismo cuerpo legal.
133
a) Generalidades: Se denominan elementos del contrato a los requisitos o
condiciones que en éste deben concurrir para su existencia. Constituyen,
pues, estos elementos, las partes esencialmente integrativas del contrato.
Los elementos del contrato se clasifican corrientemente en esenciales,
naturales y accidentales.
d) Elementos accidentales: Son los que sólo existen cuando los contratantes
los agregan expresamente para limitar o modificar los efectos normales
del acto.
b) La capacidad legal del sujeto que declara su voluntad: Que no es más que
la facultad concedida por el Derecho para que un sujeto de derecho o
persona, sea susceptible de adquirir derechos subjetivos o contraer
obligaciones. Así, pues, el concepto de capacidad jurídica se identifica con
la personalidad, es así que el Código Civil (artículo 1°) establece que la
personalidad civil de las personas individuales se adquiere con el
nacimiento y se pierde con la muerte, o sea, que los seres humanos son
personas desde que nacen y por tanto tiene capacidad jurídica; sin
embargo, el mismo Código Civil (artículo 8°) especifica que: “La capacidad
para el ejercicio de los derechos civiles se adquiere por la mayoría de
edad. Son mayores de edad los que han cumplido dieciocho años. Los
menores que han cumplido catorce años son capaces para algunos actos
determinados por la ley”. En consecuencia, la incapacidad de ejercicio o
negocial supone la capacidad de goce, es decir, que el sujeto esté
legitimado para obrar pero por su menor edad o por otra causa legal o
natural esté privado de la posibilidad de atender personalmente de sus
negocios (véanse los artículos 9° al 14 del Código Civil).
134
c) El consentimiento que no adolezca de vicio: Esto implica la expresión
externa de las voluntades que coincidan con el objeto del acto, pues no
basta la expresión de voluntad unilateral si no hay acuerdo sobre la
materia o naturaleza del acto y sobre la identidad de la cosa (error
obstáculo) o sobre el negocio y la cosa a realizar. Sin embargo, el
consentimiento no debe adolecer de vicios, reputándose así todas aquellas
situaciones o sucesos que hacen que la expresión de la voluntad creadora
del negocio jurídico se vea afectada disminuyendo su eficacia, aun cuando
la falta de capacidad puede afectar a la voluntad e invalidar el negocio
jurídico; el Código Civil considera sólo como vicios de la declaración de
voluntad el error, el dolo, la simulación y la violencia (véanse los artículos
1251, 1257 al 1268, y 1284 al 1289). Como vimos anteriormente (artículo
1518 del Código Civil), los contratos se perfeccionan por el simple
consentimiento de las partes, salvo cuando la ley establece determinada
formalidad como requisito esencial para su validez. En consecuencia, una
vez dado ese consentimiento mutuo entre las partes, obliga a éstos al
cumplimiento de lo convenido, siempre que esté dentro de las
disposiciones legales relativas al negocio celebrado, debiéndose ejecutar
de buena fe y según la común intención de los contratantes. Se hace
necesario señalar aquí también que la persona que propone a otra la
celebración de un contrato fijándole un plazo para aceptar, queda ligada
por su oferta hasta la expiración del plazo –si no se ha fijado plazo, el
autor de la oferta queda desligado si la aceptación no se hace
inmediatamente–. Por último, es conveniente establecer que el efecto que
produce un contrato consentido por las partes es: la obligación de
concluirlo y a resarcir los daños y perjuicios resultantes de la inejecución
o contravención por culpa o dolo (véanse los artículos 1517 al 1537 del
Código Civil).
d) El objeto lícito: Declara sobre el tema el Código Civil (artículo 1538) que:
“No sólo las cosas que existen pueden ser objeto de los contratos, sino las
que se espera que existan; pero es necesario que las unas y las otras estén
determinadas, a lo menos, en cuanto a su género. La cantidad puede ser
incierta con tal que el contrato fije reglas o contenga datos que sirvan
para determinarla. Los hechos han de ser posibles, determinados y en su
cumplimiento han de tener interés los contratantes”; todo lo anterior en
el supuesto que consistan en la obligación de dar, hacer o no hacer alguna
cosa. En suma, podemos afirmar, con carácter más genérico, que son
susceptibles de constituir objeto de los contratos todas las cosas o bienes
en el comercio de los hombres y todos los servicios no contrarios a la ley o
a la moral.
135
propósito o razón que motivó a cada una de las partes a celebrar el
contrato. La causa constituye un elemento esencial, hasta el punto de
que, faltando la misma, el contrato no produce ningún efecto. La causa de
las obligaciones y contratos tiene que ser verdadera, lícita y no opuesta a
la moral y a las buenas costumbres. A este respecto, expresa el profesor
Federico Ojeda Salazar (Exposición de Motivos del Proyecto de Código Civil
de la República de Guatemala) que: “La causa que enumera el artículo
1406 del Código del 77, como requisito para la validez del contrato, la
suprimimos en el Proyecto. Tomada como el motivo jurídico, la obligación
de cada una de las partes tiene por causa la obligación de la otra, y en
este sentido se ha interpretado la causa en nuestro Código. A pesar de la
autonomía de esta circunstancia proclamada por eminentes autores
causalistas, la discusión con los no menos grandes civilistas que sostienen
su falsedad, sigue interminable y no se llega a una conclusión definitiva,
por lo que siguiendo el ejemplo de códigos tan importantes y modernos
como el alemán, el suizo de las obligaciones, el mexicano, el brasileño y
el peruano, decidimos no mencionarla, tomando en cuenta que en los
contratos onerosos la causa se confunde con el objeto y en los gratuitos,
con el consentimiento”.
136
inmuebles en que la ley exige que debe otorgarse y aceptarse por
escritura pública).
137
daños y perjuicios resultantes del retardo, según el artículo 1433 del
citado cuerpo legal. En el segundo caso (obligación genérica), la
prestación debida pero incumplida por el deudor, puede ejecutarse por el
acreedor o por medio de un tercero, a costa del deudor, por ser
indiferente la calidad de quien inicialmente debió hacerla (artículo 1323
del Código Civil). Por tercero, y en casos muy especiales, puede tenerse al
juez que otorga una escritura pública en rebeldía de quien debió otorgarla
y no lo hizo en su oportunidad y posteriormente no acató el mandamiento
judicial de que compareciera a otorgarla.
138
legislador, que el intérprete sea un psicólogo ni que haga una labor de
investigación de una voluntad que no fue externada; deberá predominar la
voluntad real cuando sea evidente, cuando se haya manifestado con
transparencia y claridad, de modo que existan pruebas demostrativas de
tal realidad visible, objetiva.
139
a) Nulidad absoluta y relativa: Se habla de nulidad de los contratos con
referencia a las causas que privan de validez a los mismos por vicios
existentes ab initio (desde el comienzo); a diferencia de la resolución y
rescisión, que los extinguen por circunstancias sobrevinientes. El contrato
es nulo y carente de todo efecto jurídico cuando le falta alguno de los
elementos necesarios para su constitución; ya sea por falta de capacidad
de los contratantes, por falta de consentimiento, por falta de causa, por
ilicitud de la causa, por defecto de forma o por falta, imposibilidad,
ilicitud o indeterminabilidad de la prestación (objeto). A este respecto
nuestro Código Civil (artículo 1303) expresa que: “El negocio jurídico es
anulable: 1° Por incapacidad relativa de las partes o de una de ellas; y, 2°
Por vicios del consentimiento (el error, el dolo, la simulación y la
violencia).” La nulidad del negocio jurídico contractual, según nuestro
Código Civil, puede ser: 1) Nulidad absoluta: Hay nulidad absoluta en un
negocio jurídico, cuando su objeto sea contrario al orden público o
contrario a leyes prohibitivas expresas, y por la ausencia o no concurrencia
de los requisitos esenciales para su existencia (capacidad legal del sujeto
que declara su voluntad, consentimiento que no adolezca de vicio y objeto
lícito). Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto
ni son revalidables por confirmación (véanse los artículos 1251, 1301 y
1313 al 1318). 2) Nulidad relativa: La nulidad relativa se fundamenta en la
protección a un interés privado, por lo cual los negocios jurídicos surten
algunos efectos a pesar de que adolecen de algún vicio legal y pueden ser
convalidados mediante el transcurso del tiempo señalado para la
prescripción de la acción –dos años contados desde el día que se contrajo
la obligación– (véanse los artículos 1304 al 1318). Conviene aclarar, que la
nulidad puede ser declarada de oficio por el juez cuando resulte
manifiesta; puede también ser alegada por los que tengan interés o por la
Procuraduría General de la Nación (véanse los artículos 1302 del Código
Civil; y, 1 del Decreto N° 25-97 del Congreso).
140
que le incumbía. Según afirma Raymundo Salvat M., “es la cláusula en
virtud de la cual se estipula que el contrato será resuelto si una de las
partes no cumple con sus obligaciones” (Tratado de derecho civil
argentino, Buenos Aires, 1928). En la legislación guatemalteca, el pacto
comisorio se da cuando: “Pueden las partes estipular en el contrato que la
venta se rescindirá si no se paga el precio en cierto día determinado. Sin
embargo, el comprador de bienes inmuebles podrá pagar el precio
después del día señalado mientras no hubiere incurrido en mora en virtud
de requerimiento”. Por último, es importante hacer mención que la
acción para pedir la rescisión dura un año, contado desde la fecha de la
celebración del contrato, salvo que la ley fije otro término en casos
especiales.
141
debe ser declarada judicialmente./ Verificada o declarada la rescisión o
resolución de un contrato, vuelven las cosas al estado en que se hallaban
antes de celebrarse; en consecuencia, las partes deberán restituirse lo
que respectivamente hubieren recibido. Los servicios prestados deberán
justipreciarse ya sea para pagarlos o para devolver el valor de los no
prestados”.
142
una forma determinada y no otra diferente para que se produzcan
determinadas consecuencias, pero esas consecuencias se producen
también aunque no se satisfaga la forma prevista y sólo se establece la
nulidad del contrato por la falta de tal forma, destruyéndola
retroactivamente esos efectos cuando se pronuncie por el juez la nulidad,
el contrato se clasifica y califica como formal (por ejemplo: cuando el
Código Civil, artículo 1576, establece que: “Los contratos que tengan que
inscribirse o anotarse en los registros, cualquiera que sea su valor,
deberán constar en escritura pública. Sin embargo, los contratos serán
válidos y las partes pueden compelerse –obligarse– recíprocamente al
otorgamiento de escritura pública, si se establecieren sus requisitos
esenciales por confesión judicial del obligado o por otro medio de prueba
escrita”). Cuando la ley no exige forma determinada para la validez de un
contrato, sino que deja a las partes la libertad más absoluta para darle la
forma que ellas determinen, el contrato será consensual, sin que esto
signifique que el contrato pueda celebrarse sin forma (por ejemplo: la
donación de bienes muebles, ya que la ley sólo especifica que deberá
otorgarse y aceptarse por escritura pública la donación de bienes
inmuebles –artículo 1862 del Código Civil–). Una subclasificación de este
tipo de contratos, desde el punto de vista de la entrega de la cosa como
un elemento constitutivo del contrato o como una obligación nacida del
contrato, es la siguiente: contratos reales y contratos consensuales.
Cuando la entrega de la cosa en los contratos en los que el contenido de la
prestación de alguna de las partes sea transmitir el dominio o el uso o
goce de un bien, sea indispensable para el perfeccionamiento del
contrato, se clasifica como real (por ejemplo: la prenda, el mutuo, el
comodato y el depósito). Si la entrega no es un elemento constitutivo del
contrato, sino que es una obligación que nace del mismo, se entiende que
el contrato se perfeccionó por el simple acuerdo de voluntades y se
clasifica como consensual (por ejemplo: la compraventa, el
arrendamiento), es decir, que basta el consentimiento de las partes para
que sea perfecto.
143
los artículos 1957 al 1973 del Código Civil). También pueden existir
contratos que sean onerosos y al mismo tiempo unilaterales, como el
mutuo (véanse los artículos 1942 al 1956 del Código Civil). Asimismo, los
contratos, desde el punto de vista de la certeza de los provechos y
gravámenes que generan, se clasifican en conmutativos y aleatorios (ésta
es una subclasificación de los contratos onerosos). Si los provechos y
gravámenes que genera para las partes son ciertos y conocidos desde la
celebración misma del contrato, será conmutativo (por ejemplo: la
compraventa, la permuta, el arrendamiento). Si esos provechos y
gravámenes no son ciertos y conocidos al momento de celebrarse el
contrato, sino que dependen de circunstancias o condiciones fortuitas
posteriores a su celebración, será aleatorio (por ejemplo: la renta
vitalicia, las loterías y rifas, las apuestas y juegos, y la compraventa de
esperanza –véase el artículo 1805 del Código Civil–).
144
instituciones bancarias o de crédito, en nuestro medio, es muy común que
deben elaborarse de acuerdo a la minuta, extracto o borrador que se hace
del negocio jurídico a realizar, anotando las cláusulas o partes esenciales,
para copiarlo después y extenderlo con todas las formalidades necesarias a
su perfección).
A. CONTRATOS PREPARATORIOS.
1. DE PROMESA Y DE OPCIÓN.
145
celebración del contrato (por ejemplo: la promesa de venta de un bien).
2) Contrato de opción: Denomínase así aquel por virtud del cual el
propietario de una cosa o derecho concede a otra persona, por tiempo fijo
y en determinadas condiciones, la facultad exclusiva de adquirirlo o de
transferirlo a un tercero, obligándose a mantener, mientras tanto, lo
ofrecido a su disposición en las condiciones pactadas (por ejemplo: el
arrendamiento con opción de compra). 3) Naturaleza jurídica de ambos
contratos: En cuanto a la naturaleza de ambos contratos, diremos que se
trata de verdaderos contratos preliminares o preparatorios. Es importante
señalar, que la acción para exigir el cumplimiento de la promesa (o de la
opción, si se tratare de promesa unilateral), deberá entablarse dentro de
los tres meses siguientes al vencimiento del plazo convencional o legal
(que no puede exceder de 2 años si se tratare de bienes inmuebles o
derechos reales sobre los mismos; y, de 1 año, si se tratare de otros bienes
o prestaciones). Vencido el este plazo, sin que la acción se haya
ejercitado, las partes quedan libres de toda obligación. En este caso, si
hubo arras, las devolverá quien las recibió. Cuando en la promesa o la
opción –promesa unilateral– se conviene en el pago de una multa sin
expresar que este pago es sin perjuicio del cumplimiento del contrato,
pagada la multa cesa la obligación de celebrar el contrato prometido.
Conviene señalar, que el artículo 706 del Código de Comercio de
Guatemala establece una diferencia con la opción (promesa unilateral) del
Código Civil (artículos 1676 y 1681) en cuanto al plazo, pues en ésta no
puede exceder, como ya vimos, de dos años si se trata de inmuebles o
derechos reales sobre los mismos; y de un año, si se trata de otros bienes
o prestaciones. En cambio, en la opción de compraventa de cosas
mercantiles, el artículo indicado dice que las partes son libres de pactar el
plazo sin límite alguno. Es interesante señalar también que, como promesa
de contrato, no se encuentra una figura específica en el Código de
Comercio, más que el señalado en ese artículo. Ello no quiere decir que en
la práctica no pueda celebrarse un negocio para prometer la celebración
de otro, aplicando lo previsto en el Código Civil y tomando en cuenta las
características de las obligaciones y contratos mercantiles.
B. CONTRATOS DE GESTIÓN.
1. EL MANDATO.
146
para que el negocio jurídico celebrado por una persona pueda producir
inmediatamente sus efectos con respecto a otra en cuyo interés y en cuyo
nombre se ha obrado, es necesario que aquélla esté facultada para
representar a ésta. Es por ello que no debemos confundir la
representación sin poder, como se hace comúnmente, con el mandato;
puesto que aquélla sucede cuando alguno obre en nombre e interés de
otro sin poder del mismo, como en el momento que alguno intenta
únicamente proveer a los intereses de una persona (gestión de negocios o
negotiorum gestio); o cuando cree erróneamente que tiene el poder de
representación, sin tenerlo (representación aparente, propia del derecho
mercantil –artículo 406 del Código de Comercio–); o cuando rebasa por
error o a sabiendas los límites del poder que le confirió el mandante, o
que deriva de la ley (exceso de mandato, celebración de actos en interés
del incapaz sin las autorizaciones especiales que el representante
necesita).
147
pueden ser mandatarios judiciales, aparte de los abogados y los parientes
dentro de los grados de ley, los dirigentes sindicales de los comités
ejecutivos de las asociaciones profesionales –sindicatos–.
148
comparece en la escritura que contiene el mandato aceptando los poderes
y facultades que se le confieren; y, 2° Tácito, si el mandatario no
comparece en la escritura que contiene dicho mandato, pero que por
hechos positivos, externos e indudables comienza a ejecutar los poderes y
facultades conferidos.
2. LA SOCIEDAD CIVIL.
149
Pero en la práctica puede suceder que una asociación practique
actividades generalmente lucrativas, situación que podrá confundir, no
obstante la claridad de la ley sustantiva civil. Para orientarnos en este
problema afirmamos lo siguiente: cuando una sociedad lucra, después de
deducir los gastos de las operaciones sociales y cubrir las reservas de
utilidades, el remanente de la ganancia es repartido entre los socios en
forma de dividendos; en cambio, si una asociación obtiene lucro o
ganancia, no se reparte entre los asociados, sino que sirve para aumentar
el patrimonio propio de la asociación y para el cumplimiento de los fines
que motivaron su fundación. En otras palabras, las dos pueden lucrar; pero
en la sociedad es para los socios; en la asociación, para ésta. 2) Sociedad
civil y sociedad mercantil: Debido a que el concepto legal de la sociedad
se encuentra en el Código Civil de Guatemala (artículo 1728) en forma
genérica; y que el Código de Comercio no define lo que debe entenderse
por sociedad mercantil, se hace necesario establecer la diferencia entre
estos dos tipos de sociedades, de manera que ese concepto genérico sea
aplicable tanto a la sociedad civil como a la sociedad mercantil. Tres son
los criterios que la doctrina a consagrado para establecer la diferencia
entre sociedad civil y sociedad mercantil, a saber: profesional, objetivo y
formal. Por la categoría del presente trabajo (resumen), sólo
estudiaremos el que orienta a nuestro derecho positivo. El criterio formal,
también llamado constitutivo, es el más aceptado por las legislaciones
modernas, dentro de las que debe incluirse al Código de Comercio de
Guatemala, promulgado en el año de 1970. Este criterio, quizá menos
científico pero más práctico, no confronta la dificultad de los criterios
profesional y objetivo, ya que una doctrina no se pone de acuerdo en la
delimitación del concepto de comerciante (criterio profesional) y la otra
en el acto objetivo de comercio (criterio objetivo). Además, en éste el
procedimiento para establecer la diferencia es sencillo. La ley mercantil
establece una serie de tipos de sociedades consideradas de naturaleza
mercantil, fuera de cualquier otra calificación o circunstancia especial. Al
celebrarse el contrato de sociedad, si en el contexto del instrumento
público se adopta una de las formas establecidas en el Código de
Comercio, la sociedad es mercantil; de lo contrario, la sociedad será civil.
En otras palabras hay que buscar la diferencia en la constitución de la
sociedad: si es conforme al Código de Comercio o al Código Civil; siendo
irrelevante la actividad a que se dedique (criterio objetivo). No se busca
tampoco si son o no profesionales del comercio (criterio profesional),
porque esa calidad la tienen por investidura legal. El Derecho Mercantil
guatemalteco sigue esta tendencia y lo comprobamos en los artículos 3° y
10 del Código de Comercio, que dicen: “Artículo 3°– Comerciantes
sociales. Las sociedades organizada bajo forma mercantil tienen la calidad
de comerciantes, cualquiera que sea su objeto./ Artículo 10.– Sociedades
mercantiles. Son sociedades organizadas bajo forma mercantil,
exclusivamente las siguientes: 1° La sociedad colectiva. 2° La sociedad en
comandita simple. 3° La sociedad de responsabilidad limitada. 4° La
150
sociedad anónima. 5° La sociedad en comandita por acciones”. Si una
sociedad no adopta en su constitución ninguno de los tipos o formas
anteriores, estamos ante una sociedad civil. Ello tiene sus efectos en el
ámbito registral pues las sociedades mercantiles se inscriben en el
Registro Mercantil; y las civiles en el Registro Civil.
151
e) Regulación legal: Todo lo relativo a la sociedad civil se encuentra regulado
en los artículos 1728 al 1789 del Código Civil; y, 13, 14, 29, 31 y 46 del
Código de Notariado.
1. LA COMPRAVENTA.
152
d) Efectos: Cabe vender todas las cosas que pueden ser objeto de los
contratos, aun futuras, siempre que su enajenación no esté prohibida, y a
condición de que sean propias, ya que no se pueden vender cosas ajenas.
Entre las cosas cuya venta está prohibida, se encuentran todas las que
están fuera del comercio por su inalienabilidad absoluta o relativa; como
las de dominio público del Estado o de las municipalidades, las afectadas a
servicios públicos, las sagradas, las robadas, las herencias futuras o los
bienes que las integran.
153
declaración (en este caso, el vendedor deberá dar aviso por escrito al
Registro de la Propiedad, dentro de los ocho días de haberse cancelado
totalmente el precio, para que se haga la anotación respectiva –la falta de
cumplimiento de esta disposición será sancionada por el juez con multa de
diez quetzales–). Asimismo, sigue expresando nuestra ley civil, que el
contrato de compraventa en abonos con reserva de dominio, puede
resolverse o deshacerse por falta de pago de cuatro o más mensualidades
consecutivas si el contrato fuere de bienes inmuebles (en este caso el
vendedor devolverá al comprador el precio recibido descontándose una
equitativa compensación por el uso de la cosa, que fijará el juez oyendo el
dictamen de peritos, si las partes no se ponen de acuerdo); si la venta
fuere de bienes muebles, el vendedor tiene en caso de resolución del
contrato, de hacer suyos los abonos pagados, como indemnización por el
uso y depreciación de la cosa (sin embargo, el vendedor queda obligado a
reintegrar al comprador cualquier excedente que obtuviere en la reventa,
después de hacerse pago del saldo del precio que motivó la resolución del
contrato más los gastos realizados y comprobados para lograr la reventa –si
el precio de la reventa se paga al contado, el pago se hará
inmediatamente al acreedor, y si se pacta en amortizaciones, en la misma
forma se hará el pago–). 4) Compraventa a término: Es aquella en la cual
el vendedor se obliga a entregar la cosa en momento ulterior al de la
perfección del contrato; o el comprador a pagar el precio, de una sola
vez, en época posterior determinada. Esa circunstancia del pago en una
sola vez diferencia esta especie de la compraventa por abonos o a plazos.
5) Compraventa sobre muestras: Se entiende por muestra a aquella
pequeña cantidad de una mercancía que se enseña para dar a conocer su
calidad. En ese orden de ideas, nuestro Código Civil (artículo 1800)
expresa que: “La compra sobre muestras, lleva implícita la condición de
resolver el contrato si las cosas no resultaren conformes con las
muestras”. 6) Compraventa a ensayo o prueba: Es la caracterizada por la
reserva favorable al comprador eventual de probar o ensayar la cosa para
verificar si le satisface, si reúne las cualidades deseadas por él. Se está
ante un contrato condicional, bajo cláusula suspensiva, que se perfecciona
cuando el interesado manifiesta su conformidad; y que se resuelve, o no se
concreta, cuando expresa su negativa. En ese sentido, nuestro Código Civil
(artículo 1799) regula que: “Las cosas que se acostumbra comprar al
gusto, o que las partes convienen sujetar a prueba antes de comprarlas,
no se consideran vendidas hasta que el comprador quede satisfecho. El
plazo para la prueba, salvo estipulación, es de tres días, contados desde
que el vendedor las ponga a disposición del comprador; y si éste no
aceptare dentro de dicho término, se le tendrá por desistido del
contrato”. 7) Compraventa mercantil: Es aquel contrato por el cual el
vendedor transfiere la propiedad de una mercadería o cosa mercantil al
comprador, cuya obligación es pagar el precio. Conviene aclarar, que la
compraventa mercantil se diferencia de la compraventa regulada en el
Código Civil en el sentido que, como elemento personal de la primera, los
154
dos o uno de los sujetos tiene que ser comerciante y encontrarse actuando
dentro de su actividad empresarial. De la compraventa mercantil existen
las especies siguientes: venta contra documentos, venta de cosas en
tránsito, venta FOB (free on board = libre a bordo; que es aquella en que
el vendedor se compromete a poner por su cuenta la mercadería vendida a
bordo del barco o vehículo que la ha de transportar, en cuyo momento
empieza a correr por cuenta del comprador), venta FAS (free along side =
libre al costado; que es aquella en que el vendedor se compromete a
entregar por su cuenta la mercadería al costado del buque o vehículo que
la ha de transportar, o también en el muelle designado al efecto; desde
que dicha mercadería ha sido colocada al costado del buque o en el
muelle, empieza a correr por cuenta del comprador), venta CIF (cost,
insurance, freight = costo, seguro, flete; en la que el precio de la
mercadería comprada incluye el costo, el seguro y el flete) y venta CAF
(cost and freight = costo y flete; en la que el precio cotizado sólo incluye
el costo y el flete; o sea que se suprime el seguro –a esta modalidad se
aplica todo lo expuesto para la compraventa CIF, omitiendo las directrices
legales que se refieren al seguro–). Esta clase de compraventa se
encuentra normada en los artículos 669 al 706 del Código de Comercio de
Guatemala.
2. LA PERMUTA.
155
dinero, porque entonces se estaría frente a un contrato de compraventa, a
no ser el necesario para igualar el valor de las cosas cambiadas.
b) Características: 1° Es un contrato consensual, porque se trasmite la
propiedad por el solo acuerdo de los permutantes respecto a las cosas; 2°
Es un contrato principal, porque subsiste por sí mismo; 3° Es un contrato
bilateral, porque origina derecho y obligaciones recíprocos; 4° Es un
contrato oneroso, porque también crea provechos y gravámenes
correlativos; 5° Es un contrato generalmente conmutativo, porque recae
sobre cosas cuyo valor puede determinarse para conocer de antemano el
alcance y la cuantía de las prestaciones; y, 6° Es un contrato aleatorio,
porque es posible cambiar una cosa presente, por otra futura, tomando el
permutante el riesgo de que no llegue a existir, o bien, cambiarse una
cosa determinada por los productos inciertos de otra (en todos estos
casos, la permuta es aleatoria para una de las partes, pero puede serlo
para ambas, cuando cambian entre sí cosas futuras).
156
perfeccionamiento del contrato. Lo anterior da a entender que siempre
que se perfeccione un contrato de donación, deberá hacer la transmisión
del dominio respecto del bien o derecho objeto del contrato, pero que
este efecto puede diferirse o suspenderse a cierto tiempo por voluntad de
las partes o por la naturaleza de las cosas.
157
acreedores y alimentistas del donante y con el hijo nacido con
posterioridad, solamente hasta el valor de los bienes donados al tiempo de
hacerse la donación, si el donante no tuviere medios para cumplir estas
obligaciones; pero podrá eximirse de responsabilidad haciendo abandono
de los bienes donados o de la parte suficiente para cubrirlas.
158
hubiere cometido contra el donatario, su cónyuge, conviviente de hecho,
sus ascendientes o descendientes. c.- Por negarse indebidamente a
alimentar al donante que careciere de bienes, o si lo desamparare o
abandonare cuando estuviere necesitado de asistencia; 2° La revocación
de la donación por ingratitud sólo puede hacerse contra el donatario; sin
embargo, si hubiere sido iniciada en vida de éste, podrá continuarse
contra los herederos; 3° Cuando el donatario causa voluntariamente la
muerte del donante, se invalida por el mismo hecho la donación; 4° La
revocación que haga el donante por causa de ingratitud, no producirá
efecto alguno si no se notifica al donatario o a sus herederos dentro de los
sesenta días siguientes a la fecha en que se otorgue la escritura pública de
revocación; 5° El donatario o sus herederos podrán oponerse a la
revocación que haga el donante, contradiciendo las causas que éste
invoque, para que judicialmente se decida sobre el mérito de ellas; 6°
Queda consumada la revocación que no fuere contradicha dentro de los
sesenta días siguientes a la fecha en que sea notificada al donatario o sus
herederos; 6° No son revocables las donaciones remuneratorias, las que se
hacen con motivo de matrimonio (donación “ante nuptias” y donación por
razón de matrimonio) que se ha efectuado –véase el artículo 80 del Código
Civil– y los obsequios que se acostumbran por razones sociales o de piedad;
7° La revocación de la donación perjudica a tercero desde que se
presentare al Registro la escritura, si se tratare de bienes inmuebles, y
desde que se hiciere saber a los terceros o se publicare la revocación, si se
tratare de otra clase de bienes; y, 8° La facultad de revocar la donación
por causa de ingratitud dura seis meses, contados desde que el donante
tuvo conocimiento del hecho que la motiva.
4. EL MUTUO.
159
b) Características: 1° Es un contrato real, porque para su perfeccionamiento
se requiere la entrega del dinero o del bien fungible; 2° Es un contrato
unilateral, porque la obligación recae solamente sobre el mutuario, quien
queda obligado a devolver igual cantidad de la misma especie y calidad de
la recibida; 3° Es un contrato oneroso, porque en el se estipulan
provechos y gravámenes recíprocos para ambas partes; y, 4° Es un
contrato eventualmente gratuito, sólo en el caso que las partes convengan
expresamente que no se pagará ningún interés.
160
parezca. Cuando la tasa de interés pactada sea manifiestamente
desproporcionada con relación al interés corriente en el mercado, el juez
podrá reducirlo equitativamente tomando en cuenta la tasa indicada en el
artículo 1947 del Código Civil y las circunstancias del caso; 7° Si en el
contrato no se ha fijado plazo la restitución de lo prestado, se entenderá
que es el de seis meses si el mutuo consiste en dinero; y si lo prestado
fueren cereales u otros productos agrícolas, la devolución se hará en la
próxima cosecha de los mismos o semejantes frutos o productos; 8° En los
prestamos de dinero, el pago de los intereses caídos o de los incurridos
después del vencimiento del plazo, no implicará prórroga de éste; 9° Si se
han prestado cosas fungibles que no sean dinero, se deberá restituir igual
cantidad del mismo género y calidad, aunque el precio de ellas haya
bajado o subido; 10° Si las cosas fueren apreciadas al tiempo del contrato,
el deudor está obligado a satisfacer el valor que se les dio aunque valgan
más o menos al tiempo del pago; 11° Si no fuere posible al mutuario
restituir en género, podrá pagar el valor que la cosa prestada tenga el día
que debiera ser devuelta; 12° El préstamo en dinero se arreglará para la
restitución a lo establecido en los artículos 1395 y 1396 del Código Civil; y,
13° El deudor de una suma de dinero puede anticipar el pago, pero
cubriendo los intereses respectivos por todo el tiempo que falte para el
vencimiento del plazo.
161
f) Regulación legal: Todo lo relacionado con el contrato de mutuo se
encuentra regulado en los artículos 1942 al 1956 del Código Civil.
1. EL ARRENDAMIENTO.
162
corporales o incorporales, pueden ser objeto de ese contrato. 2)
Requisitos: El contrato de arrendamiento es generalmente formal, puesto
que debe constar por escrito (en documento privado –con o sin firmas
legalizadas– o por acta levantada ante el alcalde del lugar) y expresará el
nombre y generales del locador (arrendador o arrendante) y del inquilino
(arrendatario); los datos necesarios para la exacta identificación de la
vivienda o local arrendado; el destino de éstos; precio de la renta y todas
las modalidades del convenio; además, cuando se trate de viviendas o
locales, el locador deberá obtener previamente autorización escrita de
Sanidad Pública, en la que conste que el bien reúne las condiciones
sanitarias mínimas exigidas por la ley y los reglamentos respectivos (esta
autorización deberá extenderse en un término no mayor de diez días
contados de la fecha de recepción de la solicitud). La falta de contrato
escrito de arrendamiento o de subarrendamiento, será imputable al
locador, quien incurrirá por esa omisión en una multa equivalente a un
mes de renta. Los contratos en que se estipule una renta mensual de diez
quetzales (Q 10.00) o menos, estarán exentos del impuesto de papel
sellado y timbres. Sin embargo, conviene aclarar, que el contrato de
arrendamiento o subarrendamiento deberá inscribirse en el Registro de la
Propiedad, y consecuentemente constar en escritura pública, cuando lo
pida uno de los contratantes y obligatoriamente, cuando sea por más de
tres años o que se haya anticipado la renta por más de un año.
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todo o en parte la cosa arrendada si no le ha sido prohibido
expresamente, pero no puede ceder el contrato sin expreso
consentimiento del arrendador. El subarriendo total o parcial no
menoscaba los derechos ni las obligaciones que respectivamente
corresponden al arrendador y al arrendatario, ni altera las garantías
constituidas para seguridad del contrato de arrendamiento”. Como se
puede apreciar de la norma transcrita, para que el arrendatario pueda
subarrendar un bien, total o parcialmente, se requiere que en el contrato
no aparezca prohibición expresa para hacerlo; sin embargo, para que el
arrendatario pueda ceder el contrato de arrendamiento, es necesario el
consentimiento expreso del arrendador para efectuar tal cesión.
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que regula el arrendamiento de viviendas y locales urbanos. Lo especial de
esta ley es que es de naturaleza tanto sustantiva como adjetiva o
procesal; porque, primeramente, regula los derechos y obligaciones
correspondientes al locador y al inquilino, y seguidamente establece
normas especiales del procedimiento judicial de desocupación, al cual
puede optarse según lo establecido en el artículo 237, segundo párrafo,
del Código Procesal Civil y Mercantil. Las características generales de esta
ley son más bien limitativas que protectoras en relación con el inquilino.
2. EL COMODATO.
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donación se transfiere el dominio de la cosa a perpetuidad, salvo el caso
de revocatoria; y, 3° Con el mutuo, en que el comodato es esencialmente
gratuito y recae sobre bienes no fungibles y el mutuo es eminentemente
oneroso y recae sobre bienes fungibles, es decir, consumibles.
E. CONTRATO DE CUSTODIA.
1. EL DEPÓSITO.
F. CONTRATOS DE SERVICIOS.
1. LA OBRA O EMPRESA.
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le encarga otra persona, mediante un precio que ésta se obliga a pagar. 2)
Naturaleza jurídica: Las notas que caracterizan al contrato de obra frente
a los demás son: 1° Que se trata de un contrato consensual meramente
productor de obligaciones; 2° Que su objeto no lo constituye la actividad
humana en sí misma, sino en cuanto dirigida a un resultado (obra) o
únicamente el resultado de tal actividad (empresa); y, 3° Que se exige
una contraprestación determinada o determinable.
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b) Diferencia con el contrato de trabajo: Si existe dirección y dependencia
de la persona que utiliza el servicio del profesional y dicho servicio es
remunerado con un sueldo o salario, será un contrato de trabajo; pero si
en la relación jurídica contractual sólo existe un vínculo o nexo entre
profesional y cliente, y la retribución que recibe el profesional por el
servicio prestado es un honorario, será un contrato de servicios
profesionales.
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G. CONTRATOS QUE RESUELVEN CONTROVERSIAS.
1. LA TRANSACCIÓN.
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la diferencia tajantemente de la transacción, en la cual necesariamente
hay onerosidad, dado que ambas partes ceden recíprocamente. 8) Con la
cosa juzgada: Con la transacción las partes sustituyen su juicio al del
juzgador, y pareciera que entre ellas no hay diferencia; sin embargo, la
transacción es un contrato, mientras que la cosa juzgada no lo es, sus
efectos también difieren radicalmente.
2. EL COMPROMISO.
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