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TEMA 7.- ETRUSCOS Y PUEBLOS ITÁLICOS.

LA MONARQUÍA
ROMANA

A. ETRUSCOS Y PUEBLOS ITÁLICOS:


1. Los etruscos: origen y fuentes de conocimiento.
2. Las ciudades etruscas: auge y decadencia.
3. La organización política de las ciudades etruscas.

B. PUEBLOS ITÁLICOS:
4. Los pueblos Itálicos.

C. LA MONARQUÍA ROMANA:
5. Los orígenes de Roma.
6. La Monarquía Latina.
7. La monarquía Etrusca.
8. Instituciones de la Monarquía Romana.

A. ETRUSCOS Y PUEBLOS ITÁLICOS:

1.- LOS ETRUSCOS: ORIGEN Y FUENTES DE CONOCIMIENTO.

Los etruscos ocuparon la antigua región de Etruria, que hoy día


corresponde a la actual Toscana y parte de Umbría, entre los ríos
Tíber y Arno y el Mar Tirreno.

El origen del pueblo etrusco es aún un misterio, se han elaborado


todo tipo de argumentos desde los historiadores antiguos hasta los
modernos:

1. Dionisio de Halicarnaso consideraba que era un pueblo


autóctono.
2. Heródoto mantenía su procedencia oriental, en concreto de
Lidia.
3. Otra tercera teoría, defiende que los etruscos eran originarios
del norte de Europa, concretamente de Retia, la meseta
suiza del norte del Po, a través del cual habrían descendido.

Al misterio de su origen también se añade el de su escritura. Las


inscripciones etruscas, aproximadamente unas 10.000, están escritas
en caracteres griegos que permiten ser leídas pero no descifradas.
Aún no se ha conseguido entender estas inscripciones.

CRONOLOGÍA
Entre los siglos X-IX a C probablemente se formó esta cultura.
En el siglo VII a C alcanzó su nivel de esplendor, pero que no fue
idéntico para todas las ciudades etruscas.
En el siglo V a C llegó la decadencia de esta cultura.
2.- LAS CIUDADES ETRUSCAS: AUGE Y DECADENCIA.

A finales del siglo IX a C. el progreso económico llevó al desarrollo


del modelo urbano en Etruria, siendo el primer pueblo de la
península italiana que pasó de las aldeas a las ciudades.

Para la formación de las ciudades etruscas se recurrió a las


fusiones de aldeas cuyo resultado fue que el territorio dependiente de
cada ciudad era enorme.
Se constituyeron un gran número de ciudades entre ellas las más
importantes son: Tarquinia, Ceveteri, Oriveto, Veyes, Populonia,
Vetulonia; y la suma de aldeas Bolonia, Clusium, Volterra,
Arezzo, Capua y Nola.

El pueblo etrusco nunca constituyó un Estado único. Las ciudades


etruscas eran autónomas y según las fuentes antiguas, existía una
confederación o liga etrusca compuesta por 12 ciudades
DODECÁPOLIS.

En el siglo VI a C los etruscos dominaron la Campania, donde se


les atribuye la fundación de las ciudades de Capua y de Nola.
Hacia el Norte, cruzaron los Apeninos conquistando Bolonia y
colonizaron la llanura del Po hasta el Adriático.
Estas ciudades se vincularon entre sí mediante una confederación
similar a la que ya vinculaba a las originarias ciudades etruscas.

La actividad comercial de Etruria, provocó tensiones con los


focenses. Aliados con los cartagineses, lograron la victoria en la
batalla naval de Aleria que acabaría con la talasocracia focense.
Pero a partir de este momento, Etruria entra en una fase de recesión
tras la derrota en la batalla naval de Cumas contra Siracusa.
Desde finales del siglo VI a C, samnitas y sabinos ocupan la
Campania y a finales del siglo V a C los celtas desmiembran la
confederación etrusca del valle del Po.

Los etruscos ejercieron una enorme influencia en la Roma arcaica:


ofrecieron modelos organizativos, proporcionaron grupos de
artesanos y comerciantes que se asentaron en Roma formando un
barrio etrusco y algunas ricas familias etruscas emigraron y se
instalaron en Roma.
Estas influencias fueron importantes para la Roma arcaica pero
hay que tener en cuenta que Etruria no fue un agente decisivo en la
creación de la ciudad de Roma.

3.- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LAS CIUDADES ETRUSCAS.


El pueblo etrusco no constituyó un estado único, sino que sus
ciudades gozaron de autonomía y eran gobernadas por reyes
(lucumones).
Los reyes se sucedían dinásticamente y ostentaban el poder civil,
religioso y militar, hasta que fueron sustituidos en el Siglo V a C por
MAGISTRADOS.

La sociedad era de tipo oligárquico y el papel de la mujer era muy


importante.
La mujer gozaba de una amplia libertad en comparación con otras
sociedades contemporáneas de ellos. La filiación era matrilineal, es
decir, que el nombre se transmitía por vía materna.

RELIGIÓN
Eran profundamente religiosos, obsesionados por la vida de
ultratumba que los llevó a crear impresionantes necrópolis, con
cámaras sutuarias, en las que el difunto era rodeado de sus muebles
y objetos personales.

Realizaban un meticuloso culto que incluía sacrificios periódicos,


probablemente incluyeran sacrificios humanos. Poseían numerosos
dioses de los que el más importante era Voltumnus o Voltumna. La
tríada formada por Tina, Unil y Menrva podría ser un antecedente
de la tríada capitolina romana: Júpiter, Juno y Minerva.
Los libros sagrados enseñaban la haruspicina o arte de la
adivinación que se realizaba a través del estudio del hígado de
determinados animales sacrificados. También existían los llamados
libros del Aquerón que al parecer, describían la topografía de los
infiernos.

ECONOMÍA
La economía se basaba en la agricultura con la explotación de
latifundios, que gracias a los sistemas drenaje hizo elevar la
producción agrícola.

Los etruscos también poseían las ricas minas de cobre y de hierro


de la isla de Elba.

Tenía cerámica, con influencias griegas que se encuentran


prácticamente por toda la cuenca occidental del Mediterráneo y en la
región renana, lo que demuestra su actividad comercial.

B. PUEBLOS ITÁLICOS:

4. LOS PUEBLOS ITÁLICOS.


Los pueblos antiguos de Italia, llamados también ítalos, fueron
aquellos pueblos, etnias y tribus que habitaron la Península Italiana
durante gran parte de la prehistoria.

En la Italia primitiva se distinguen entre la 1ª y 2ª Edad del Hierro,


dos áreas de gran crecimiento económicos:
a) La Etruria centro-meridional.
b) El Lacio hasta la Campania y las colonias griegas.

Se pueden distinguir varias zonas lingüísticas que representan a


grupos étnicos homogéneos:

a) El área latina, coincidiendo con el Latium Vetus o


Lacio antiguo más las montañas ocupadas por los sabinos y
algunos grupos sabélicos, donde se hablaba el latín.
b) El área mesápica, que coincide con la zona de
Salento pero cuyos límites hacia el Norte no son muy precisos.
En esta área se hablaba el mesápico, probablemente
emparentada con el ilírico.
c) El área itálica, que a su vez se divide en tres bloques
lingüísticos:
1. El Umbro-sabino, desde Sabina, la Lerubia y el
Piceno.
2. El Osco en el centro-sur hacia Calabria.
3. El Sículo o Sicano de Sicilia.

A éstos habría que añadir el etrusco en Etruria y el griego en las


colonias de la Magna Grecia.
Las zonas más desarrolladas económicamente, Etruria y el Lacio,
son las que primero se organizaron en ciudades, mientras que en las
áreas de menor desarrollo, la organización no pasó durante mucho
tiempo de esquemas tribales o pequeñas aldeas más o menos
conectadas entre sí.

Los pueblos más próximos al Lacio y con los que Roma mantendrá
en primer lugar relaciones, generalmente hostiles, son: los sabinos,
los hérnicos, los volscos y los ecuos.

Los sabinos; contiguos al Lacio, tuvieron una estrecha relación


con la Roma primitiva. La tradición presenta a tres reyes de Roma
como de origen sabino: Tito Tacio, Numa Pompilio y Anco Marcio.
La actividad económica de este pueblo era la ganadería.
Se admite que desde el siglo VIII a C, hubo grupos de sabinos
asentados en Roma atraídos por la importancia de Roma como centro
comercial y sobre todo, como centro redistribuidor de la sal que
llegaba hasta la Sabina.
Hay que tener en cuenta la importancia de la sal en el mundo
antiguo, tanto para las personas como para el ganado, la
conservación de alimentos y múltiples aplicaciones. Pero la existencia
de sabinos en Roma no se debe pensar que ésta es de origen sabino.
Los hérnicos, situados al sureste del Lacio, mantuvieron una
estrecha relación con los latinos e incluso llegaron a formar parte de
la Liga Latina para protegerse de volscos y ecnos, que también eran
vecinos suyos. Pero fueron sometidos por Roma y confiscados gran
parte de sus territorios.
Entre los hérnicos parece que no se había alcanzado un desarrollo
urbano notable. Su ciudad más importante Anagni, más que una
ciudad era un centro religioso.
Los volscos, desde principios del siglo V a C, consiguieron
adueñarse de gran parte de la llanura Pontina, situada al suroeste
del Lacio antiguo, entre los montes Albanos y el mar. Era una
importante zona cerealista y hortícola, que además ofrecía buenas
condiciones para la pesca y el cultivo de la vid.
Esta zona anteriormente había servido de expansión para los
latinos y la apropiación de ésta por parte de los volscos, que la
ocuparon durante más de 100 años, fue una de las razones que
explican la crisis económica de Roma durante el primer siglo de la
República.
Durante todo el siglo V, los volscos y Roma tienen grandes
enfrentamientos y aunque Roma logró varias victorias sobre ellos, el
peligro volsco no desapareció. Pero Roma concluyó un tratado con los
samnitas y los volscos fueron definitivamente derrotados y su
territorio repartido entre romanos y samnitas.

Los ecuos, su territorio se extendía al este del Lacio, entre los


sabinos y los hérnicos, no conocían la organización urbana.
Su población se mantenía en aldeas dispersas y fortines en las
alturas, a semejanza de los samnitas. Estos fortines, además de servir
de refugio a la población, solían encerrar un templo o santuario.
En el siglo VII a C ya suponían una amenaza constante para la
población latina de Prevete.
Desde comienzos del siglo V a C, los ecuos junto con los sabinos y
los volscos, constituían un peligro para Roma y la población del Lacio.
Pero la victoria romana sobre ecuos y volscos, hizo desaparecer este
peligro.

C. LA MONARQUÍA ROMANA:

5. LOS ORÍGENES DE ROMA.

Las fuentes literarias que relatan los orígenes de Roma son: Tito
Livio, Nevio Ennio, Dionisio de Halicarnaso, Plutarco, Helénico
y Timeo.
Pero los orígenes de Roma son muy confusos, la etapa inicial de la
historia de Roma se ha situado más en el terreno de la leyenda que
en la historia.
Los autores antiguos presentan la organización política romana de
tipo monárquico, testimonio que es confirmado por la arqueología y la
tradición.
La lista canónica de los 7 reyes de Roma (u 8 si se incluye a Tito
Tacio, que durante algún tiempo habría constituido con Rómulo una
especie de diarquía) es la siguiente:

Rómulo
Numa Pompilio
Tulio Hostilio
Anco Marcio
Lucio Tarquinio Prisco
Servio Tulio
Tarquinio el Soberano
La existencia de los tres últimos es aceptada por todos los
historiadores modernos, porque existe gran cantidad de
documentación arqueológica que lo confirman.

La fecha de la fundación de Roma propuesta por Varron y


aceptada por la analística romana se sitúa en el 754 a C.
Sin embargo la fecha propuesta por el historiador griego Timeo, la
sitúa en el 814 a C. pero no es la más aceptada.

La tradición atribuye funciones concretas y específicas a cada uno


de los cuatro primeros reyes: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y
Anco Marcio.

6. LA MONARQUÍA LATINA: LOS PRIMEROS REYES Y LA UNIFICACIÓN DE LAS


ALDEAS DE LAS SIETE COLINAS

Inicio de la monarquía. Fusión del Palatino y del Quirinal

La tradición señala que el primer rey fue Rómulo, siendo además


el rey epónimo.
Después de fundar la ciudad, habría buscado incrementar el
número de sus súbditos por dos procedimientos:

- Abriendo un asilo o refugio sobre la colina del Capitolio.


- Raptando mujeres sabinas durante la celebración de las fiestas
en honor del dios Conso.

Tito Tacio, rey del pueblo sabino de Curi, asaltó Roma y tomó el
Capitolio.
Ambas aldeas se fusionaron y llegaron a constituirse en una sola
ciudad con dos reyes, hasta la muerte de Tito Tacio.

Su sucesor, Numa Pompilio, era un sabino, como también lo


fueron Tulio Hostilio y Anco Marcio, prueba de la presencia de un
importante número de sabinos en la Roma de los comienzos y de la
fusión inicial de dos comunidades distintas: la del Palatino, núcleo
original de la ciudad, y tal vez la del Quirinal.
Algunos de los ritos, cultos y costumbres sabinas pasaron a
formar parte del patrimonio cultural romano desde épocas muy
arcaicas.

Culminación del proceso de unificación

La existencia de las tres tribus primitivas (Ramnes, Tities y


Luceres) y de tríadas divinas podría relacionarse con la anexión de
una tercera colina, tal vez el Aventino, que fue también centro de
culto de la plebe romana durante las luchas patricio-plebeyas de los
primero tiempos de la República.

Posteriormente, el número pasará a cuatro, con la anexión tal vez


del Celio, y así hasta culminar el proceso de unificación de las aldeas
de las siete colinas
Se fue produciendo un fenómeno de sinecismo entre las
comunidades asentadas en las distintas colinas, y que el núcleo
primitivo de la ciudad fue el Palatino. Algunos historiadores dan a
Rómulo el sorprendente pero preciso título de //rey del Palatino//, por
ser esta colina el núcleo embrionario de la ciudad y porque ésta aún
no se llamaba, casi con toda seguridad, Roma

Funciones de los primeros reyes

La tradición atribuye unas funciones concretas y específicas a cada


uno de los cuatro primeros reyes:

- Rómulo: aparece como el fundador de la ciudad y el que instauró


no sólo la institución monárquica, sino también los primeros órganos
de gobierno: el Senado y las Curias.

- Numa Pompilio: artífice de las instituciones sociales y religiosas


de la ciudad. Se le atribuye la creación de colegios sacerdotales,
además de la reforma del calendario.

- Tulio Hostilio: se le atribuye la destrucción de Alba Longa y la


creación de una curia destinada a la actividad jurídica “Curia
Hostilia”.

- Anco Marcio: eliminó las aldeas situadas inmediatamente al sur de


Roma. Se le atribuye la creación de unas salinas en Ostia y la
construcción del primer puente de madera sobre el Tíber “Pons
Sublicius”, obedeciendo al incremento y la seguridad del tráfico
como consecuencia del control de las salinas de la desembocadura
del Tíber.
7. LA MONARQUÍA ETRUSCA.

Los reyes etruscos

Roma alcanzó en las últimas décadas del siglo VII a.C. y sobre todo
en el siglo VI a.C., un auge comparable al de las grandes ciudades
etruscas.
La ciudad estado romana estaba ya plenamente formada, con una
imagen externa monumental, con templos importantes, un foro
pavimentado y ordenamientos constitucionales.

Las características de los tres últimos reyes (todos etruscos, dos


de ellos pertenecientes a la gens Tarquinia y el otro oriundo de la
ciudad etrusca de Vulci) se adaptan mal al carácter tradicional de la
monarquía romana por diversas razones:
• El que la monarquía era electiva planteaba dudas a cerca de la
elección de una serie de reyes etruscos.
• Porque sorprende la interrupción de la dinastía Tarquinia con la
inserción entre Tarquinio Prisco y Tarquinio el Soberbio de un
hombre nuevo, Servio Tulio.
• Porque resulta excesivo el número de años que abarca el periodo
de estos reyes, que según la cronología de Dionisio de
Halicarnaso, éstos reinaron unos 106 años de los 244 que se le
atribuye a la época monárquica.

Por todo esto, se supone que durante estos 106 años, hubo más de
3 reyes, y es posible que más de dos tarquinios, siendo Servio Tulio
el único ajeno a la dinastía.

La influencia etrusca

Algunos historiadores creen que el advenimiento de Tarquinio


Prisco es una consecuencia de la dominación etrusca sobre Roma.
Además, los hallazgos encontrados en el que debió ser templo de
Fortuna, demuestran la existencia en Roma de elementos etruscos,
incluso de un barrio etrusco, Vicus Tuscus, entre el Palatino y el
Velabro

Durante mucho tiempo se ha considerado que el silencio de Tito


Livio y Dionisio de Halicarnaso sobre tal dominación obedecía a una
actitud de ocultamiento a fin de no ensombrecer el pasado de Roma.

La autonomía de Roma

Actualmente se tiende a aceptar cada vez más las informaciones


de los historiadores romanos sobre la época arcaica de Roma.
Ha cobrado fuerza la idea de que Roma, durante esta segunda fase
monárquica, siguió siendo una ciudad latina, independiente
políticamente, aunque muy vinculada al mundo etrusco.
Una serie de factores nos indican la autonomía de Roma:

• Se acepta la presencia de elementos etruscos en la ciudad,


principalmente artesanos y comerciantes, con influencia en las
costumbres y en la religión, pero no el sometimiento político.

• La aparición de cerámica etrusca no es válida como argumento, ya


que también hay cerámica griega y no se habla de un dominio
griego sobre Roma.

• El advenimiento del primero de los tres reyes, Tarquinio Prisco, no


parece que se efectuara con ningún acto de violencia ni se
impusiera por las armas, como cabría suponer si se tratara de una
conquista de la ciudad.

• El único documento oficial romano de época arcaica, la inscripción


del Lagis Niger (siglo VI a.C.) está escrito en latín con caracteres
griegos, como corresponde a las inscripciones de esta época.

• Una dominación habría supuesto el pago de tributos que habrían


dificultado el progreso social y económico de la Roma de esta
época.

• Lo más probable es que Roma en este período continuara siendo


una ciudad latina, no dominada políticamente, al menos de forma
permanente, por una o varias ciudades etruscas, aunque sí fue una
Roma etrusquizada en los aspectos culturales y religiosos.

Influencia griega

También fue decisiva en este período la influencia griega. El


carácter de la monarquía romana durante la época de los Tarquinios
es similar al de los tiranos griegos.
Al igual que los tiranos griegos, los monarcas etruscos de Roma
estaban dotados de un gran poder personal y su legitimidad es
bastante sospechosa.

Los reyes anteriores eran designados por los patres de las gentes
que integraban el Senado y el pueblo aprobaba el nombramiento en
los comicios curiados.
Los reyes etruscos de Roma se vinculan directamente con Júpiter,
y el pueblo no podía sino aclamarlos, dado que era una designación
de origen divino.
Los símbolos de la monarquía de los Tarquinios son de clara
procedencia etrusca.
TARQUINIO PRISCO

Lucio Tarquinio Prisco era oriundo de Tarquinia, la más importante


ciudad etrusca de la época, aunque de ascendencia griega.
No se sabe cómo él y su gens se asentaron en Roma, pero
constituyeron una verdadera dinastía gentilicia.

Se le atribuye la construcción de la Cloaca Máxima, la del Circo


Máximo, de evidente influencia griega, y el comienzo de las obras
del templo de Júpiter sobre el Capitolio.

Incrementó el territorio romano, manteniendo frentes militares con


los sabinos.
Todo el territorio entre Colacia y Roma pasó al poder de ésta. A
los colatinos les impuso la fórmula de rendición llamada deditio, de
sometimiento o entrega, que tendrá gran importancia en el futuro y
fue muy utilizada por Roma en las fases de su expansión.

La política de conquista de Tarquinio se completó con el


sometimiento a Roma de varias comunidades asentadas en el Lacio
Antiguo.
Este paso fue muy importante, ya que les permitía aumentar el
número de ciudadanos romanos, incorporar nuevas tierras a la ciudad
y hacer de Roma el centro político y administrativo de un amplio
territorio.

Realizó también dos medidas de carácter social, como el aumento


del número de senadores y el aumento de las clases superiores, con
la creación de las gentes minores, por oposición a las más antiguas
gentes de los inicios de Roma, las gentes maiores.

Las gentes minores eran de menor antigüedad e incluidas en el


patriarcado, insertas en la clase dominante.
Al ser elevadas a esta categoría por voluntad real (primero
Tarquinio Prisco y luego Servio Tulio), es lógico suponer que las
gentes minores estuvieran en cierto modo ligadas a su propia
persona.

SERVIO TULIO

La época de Servio Tulio

El período comprendido entre 580-540 a.C. se caracteriza por la


dinámica social y el desarrollo económico que se aprecia no sólo en la
Roma primitiva, sino en la Italia central.
En el aspecto agrícola se produce el paso a una agricultura
especializada.
Hay un incremento de las actividades comerciales, lo que decidirá
la creación de un sector mercantil en la economía.
La formación de una clase media urbana, organizada en la armada
hoplítica, y el conjunto de reformas de Servio Tulio, que comportaron
la reestructuración de la clase dirigente, ha sido calificada por
muchos historiadores como una auténtica revolución.

La figura de Servio Tulio es oscura y sugestiva, con varias


opiniones sobre su figura:

- Para algunos sería un antiguo cliente de los Tarquinios, usurpador


del poder.
- Otros piensan que sería un aventurero sostenido por bandas
etruscas.

- Para otros, un tyrannos, excitador en cierto modo del demos o


populus en formación y de la tiranocracia contra la aristocracia.

Era hijo de un etrusco y de una sierva. Su llegada al poder está


rodeada por una serie de hechos violentos de los que nos informa la
tradición etrusca en los frescos de la tumba François de la ciudad
etrusca de Vulci, donde se representa a un personaje, con el nombre
de Mastarna (probablemente Servio Tulio), junto con otros dos,
enfrentados a otros personajes.

La interpretación más probable es que se tratara de una coalición


contra Vulci integrada por la propia Roma y otras ciudades tiberianas.
Servio Tulio, expulsado de su ciudad junto con los hermanos
Vibenna, llegó a ser rey de Roma. El término Mastarna
presupondría que Servio Tulio habría sido sobre todo un tirano, más
que un rey.

Las reformas de Servio Tulio

Las reformas de Servio Tulio forman un complejo coherente y


concatenado. Corresponden a un período de crisis de las estructuras
sociales y políticas, y a intentos de cambios institucionales.
Los impulsos para el desarrollo procedían en gran parte de
Etruria, pero también se constatan influencias del mundo griego.
La constitución de Servio Tulio se cree que se inspiró en las
reformas de Solón, que modificó la constitución ateniense
introduciendo una división en cuatro clases.

Nueva organización del territorio


Todos los ciudadanos romanos fueron inscritos en una de las 16
tribus rústicas si eran propietarios de tierras, o en una de las cuatro
tribus urbanas si no lo eran.
Sus integrantes serían principalmente artesanos, comerciantes y
proletarios.
Esta división fue la base de la elaboración del censo, ya que
permitía una valoración de los ciudadanos en función de sus rentas.
Para ello fue preciso también crear un sistema premonetario, el
aes rude.

Nuevo ordenamiento político y militar: los Comicios


Centuriados
Basándose en el censo, Servio Tulio introdujo un nuevo
ordenamiento a la vez político y militar, los Comicios Centuriados.
Repartió a la población romana en 5 clases, según el censo,
valorado en ases.
En los Comicios Centuriados, que reunían a toda la población
organizada en centurias, se votaba no a título personal, sino por
centurias, siendo cada una de ellas una unidad de voto. Por tanto, las
de la primera clase más las 18 de caballeros (la élite del nuevo
ejército) tenían siempre la mayoría.

La explicación más aceptada es la que presupone la existencia de


un ejército hoplítico constituido por las centurias de jóvenes de las
tres primeras clases.
Las centurias de las clases inferiores estarían excluídas del ejército
permanente, y serían las tropas de reserva, escasa y ligeramente
armadas.

Los soldados eran propietarios de tierras. La reforma serviana,


asentada sobre la propiedad, contemplaba un ejército hoplítico
constituido por los propietarios de tierras, los cuales gozaban de
mayor influencia política.
En los Comicios Centuriados prevaleció el principio de que la
mayor riqueza implicaba mayores gastos en la milicia, pero confería a
su vez una mayor influencia política.

Cambios sociales
Se creó así una timocracia en función de la propiedad de bienes y
no de base exclusivamente patricia.
En esta situación se ha basado tradicionalmente la explicación de
la caída de la monarquía romana: los patres gentium o jefes de las
gentes se habrían opuesto a la reforma serviana y a una sociedad
en la que ya no detentaban el monopolio de la importancia
económica y social.
Se produjo un aumento de la clase privilegiada (gentes minores)
y una superación del exclusivismo gentilicio al incluir en el ejército a
algunos elementos que no eran patricios.

Inscripción de la plebe en registros públicos


La tradición atribuye a Servio Tulio la inscripción de la plebe en
registros públicos, organizándolos en colegios profesionales.

La religión en la época de Servio Tulio


La nueva organización política de la ciudad fue acompañada por
una serie de progresos en la estructura material de la misma, como la
construcción de una muralla.
Servio Tulio intervino en la reorganización del Foro Boario y en el
establecimiento de cultos relacionados con las funciones comerciales
de ese Foro, con un doble edificio de culto consagrado a Fortuna y a
Mater Matuta, situado allí.

Algunas divinidades se incorporaban al panteón romano mediante


el procedimiento de la evocatio (invitación ritual a una divinidad
ajena o extranjera para que se mostrara propicia con los romanos).
Las advocaciones de Mater Matuta o Matutina y de Fortuna
eran complementarias y cuadraban bien con el emplazamiento de su
culto en un centro de actividades comerciales.
La tradición presenta a Servio Tulio como un rey protegido por la
diosa Fortuna.

También se debe a Servio Tulio el templo del monte Aventino en


honor de la diosa Diana.
Tenía el carácter de santuario federal de los latinos sometidos a
Roma. El Aventino, que estaba fuera del pomerium, estaba
habitado por artesanos, extranjeros y marginados de la sociedad
romana, y el templo de Diana ejercía el derecho de asilo para los
comerciantes extranjeros, los refugiados, exiliados, etc.
En su construcción se ha visto un indicio más de la política
antiaristocrática de Servio Tulio, porque esta divinidad estaba
estrechamente vinculada con los estratos inferiores de la sociedad
romana.

Consecuencias de la obra de Servio Tulio

El valor de la obra de Servio Tulio reside principalmente en el


reforzamiento de la estructura de Roma como ciudad-estado, lo que
necesariamente implicaba limitar el poder político-militar de las
gentes.

La mayor resistencia a su política radicaba en los grupos gentilicios


poderosos, y la consecuencia de la organización centuriada será
contribuir, a comienzos del siglo V a.C., al enfrentamiento entre la
oligarquía y los plebeyos, alimentada por la grave crisis social y
económica que sucede a la floreciente época de los últimos reyes de
Roma.

TARQUINIO EL SOBERBIO

Características de su reinado

Ha sido tratado por los historiadores como el prototipo del mal


tirano. Su advenimiento al poder se produjo después de asesinar a su
predecesor y a su suegro. Esta serie de sucesiones violentas hace
suponer que los tres reyes actuaron a modo de jefes de bandas
personales, que se fueron imponiendo por la fuerza con la
connivencia de grupos familiares romanos y etruscos.

Su política parece dirigida a conquistar una posición hegemónica


de Roma en el Lacio, para lo que recurrió a pactos con algunas
comunidades vecinas (como el pacto con los habitantes de Gabi) y a
la implantación de emporios comerciales en ciudades para reforzar su
preeminencia en la costa del Lacio.

Este mismo objetivo de lograr una posición preponderante de


Roma en el Lacio debió presidir su empeño por impulsar el culto a
Júpiter.
Organizó el culto y terminó la construcción del Templo
Capitolino, con la intención de ser el más grande, no sólo del Lacio,
sino del mundo itálico.
Para su decoración se hizo venir de Etruria a los mejores
artesanos y artistas.

La preponderancia de Roma en el Lacio aparece implícita en el


primer tratado romano-cartaginés, según el cual los cartagineses se
comprometían a no promover ningún trabajo de fortificación en el
Lacio ni en ninguna otra ciudad latina bajo el dominio de Roma.

Caída de Tarquinio el Soberbio


La década que siguió al 509 a.C. es un período oscuro del que se
conocen pocos datos. El derrocamiento de Tarquinio el Soberbio
aconteció cuando estaba fuera de Roma. Las razones son bastante
confusas, y sólo se sabe con seguridad que no fue debido a causas
exclusivamente internas, ni se trató de un asunto de mujeres como
nos lo presenta la tradición (violación de Lucrecia por el hijo del rey).

Se produjo una conjura palaciega contra el rey debida a múltiples


causas de carácter interno y externo.

Causas internas
- Gradual desgaste de los poderes del rey, que había traspasado a
múltiples colaboradores.
- Las gentes debieron tomar parte en el derrocamiento de un
gobierno que no valoraba suficientemente su preeminencia
tradicional.

Causas externas
La más decisiva fue la invasión de Roma por Porsenna, rey de la
ciudad etrusca de Clusium, último de los conquistadores etruscos.
Utilizó Roma como base de sus campañas contra la Liga latina.
Tarquinio permaneció exiliado, primero en Tusculum y luego en
Cumas.
Cuando las tropas de Porsenna emprenden la conquista de
Aricia, los latinos coaligados cuentan con el apoyo de Aristodemo
de Cumas, amigo de Tarquinio. La victoria es para los latinos y
supone la liberación de Roma y la huida de Porsenna.

Sin embargo, el exilio en Cumas de Tarquinio continúa hasta su


muerte, acaecida en 495 a.C. En Roma ya se había producido el
cambio de régimen, de la forma constitucional prescrita por Servio
Tulio, según la cual los dos primeros cónsules fueron elegidos por los
Comicios Centuriados.

La transición a la República
Hay que tener en cuenta el clima exterior antimonárquico
característico de esta época. Contemporáneas a la creación de la
República romana se atestigua la existencia de magistraturas
republicanas en diversas ciudades etruscas.
La última ciudad etrusca que mantuvo la monarquía fue Veyes.

Según Mazzarino, se produjo una experiencia vivida solidaria y


simultáneamente en Roma y otras ciudades, según la cual cada
ciudad se esforzaba en un trabajo común, en paz o en guerra, para
encontrar soluciones al problema que había planteado la desaparición
de la monarquía.

En Roma se dio la paradójica situación de que la República se


instauró bajo el dominio que sobre la ciudad ejercía Porsenna.
En estas circunstancias tan difíciles (guerras entre Porsenna y los
Tarquinios, y entre Porsenna y la Liga latina junto con
Aristodemo de Cumas), Roma inició una forma de gobierno que
llenará el repentino vacío político, sin ser dueña absoluta de su
política.
En medio de esta incierta situación se fueron dibujando las nuevas
instituciones.

8. INSTITUCIONES DE LA MONARQUÍA ROMANA.

Las curias

Antes de la reforma de Servio Tulio, Roma estaba dividida en tres


tribus: Ramnes, Tities y Luceres, que constituyeron la base del
reclutamiento en esta época.
Cada tribu aportaba diez curias (tres mil infantes, al frente de los
cuales había tres (tribuni militum), además de 300 caballeros (con
tres tribuni celerum al frente).

Estas curias constituían los Comicios Curiados, y su función más


importante era la de ratificar la designación de un nuevo rey, pero no
la elección del mismo, función ésta que correspondía al interrex
(senador que hacía las funciones de rey hasta el momento de la
elección) y al Senado.

El Senado

El Senado o consejo de ancianos (de influencia griega) era el


órgano consultivo del rey, integrado por los patres o jefes de las
gentes.
El poder del Senado radicaba en la importancia personal de sus
miembros como jefes de gentes poderosas. Entre ellos se elegía al
interrex y también el sacerdocio más importante, el de los flamines.

Es posible que el número inicial de senadores fuera de 100,


aunque hacia el final de la monarquía se alcanzaron los 300.

La diferenciación social (gens y clientes)

Desde el siglo VIII a.C. había ya en la primitiva Roma una


diferenciación social y económica.
La Roma de esta época era una concentración de gentes,
constituidas por individuos que formaban un grupo familiar extenso y
cuyos miembros descendían de un antepasado común, fundador de la
gens y generalmente epónimo (nomen gentilicum).

La ampliación del territorio de la ciudad ofreció la posibilidad de


que algunas gentes ampliaran sus dominios inmuebles, pero otras
habían ido desintegrándose en beneficio de las más poderosas, y
quedaron bajo su protección, pasando a ser sus clientes. Estos
clientes estaban también integrados por prisioneros de guerra y
extranjeros.

Entre los siglos X-V a.C., los grupos de inmigrantes llegaban a


Roma apiñados en gentes a las que su cohesión debía permitir
vencer la tendencia a la disgregación, inevitable a partir de la tercera
o cuarta generación.

Influencias externas

Esta primera fase de la monarquía viene marcada por el proceso


de unificación de los habitantes de las colinas romanas en un único
organismo ciudadano, lo que implicaba la existencia de un espacio
ciudadano, una oligarquía y unas instituciones comunes.
Todo ello no puede entenderse sin contar con los vínculos e
influencias de otros pueblos, particularmente de etruscos y griegos.

Roma fue, desde sus orígenes, una ciudad abierta a todo tipo de
influencias. La presencia y asentamiento de extranjeros en la ciudad
desde sus comienzos queda patente si consideramos que el único de
los reyes de Roma que podríamos considerar romano es Rómulo.
Todos los demás son de origen sabino o etrusco.

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