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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES

Sede Académica México

MAESTRÍA EN CIENCIAS SOCIALES

La relación agencia-estructura en la teoría de la estructuración, una alternativa al problema


del vínculo micro/macro

Paola Díaz Aravena


Director: Mtro Fernando Castañeda
Tesis para optar al grado de Maestro en Ciencias Sociales
XII Promoción, 1998-2000.
Seminario de Tesis: Cultura e Identidades
México, D.F.Agosto 2000.

Se agradece el auspicio de Secretaría de Relaciones Exteriores para la realización de este posgrado.


ÍNDICE

Introducción..............................................................................................................................1

CAPITULO UNO

El problema del vínculo entre micro y macro niveles sociales o el problema de la


constitución de la sociedad en la relación entre agencia y estructura..............................6

1.Construcción de teoría social y visiones del mundo moderno…………………………….7

2.Teorizar heurístico y generativo………………………………………………………….21


3. La pregunta por la integración de perspectivas: una decisión, un dualismo o una
Síntesis: una breve mirada al problema de la explicación y la comprensión………………31

4. Hipótesis analíticas acerca de la vinculación micro/macro en la teoría


Sociológica actual.................................................................................................................48

5. Una alternativa a la vinculación micro/macro desde la teoría de la


Estructuración.......................................................................................................................62

CAPÍTULO DOS

Superando dualismos, la relación agencia/estructura


en la teoría de la estructuración......................................................................................68

1. La paradoja de lo individual y lo social..........................................................................72

2. La agencia......................................................................................................................79

3. Procesos de estructuración.............................................................................................92

4. La estructura y la dualidad de la estructura....................................................................98

5. Integración social y sistémica......................................................................................106

6. Recapitulación: el vínculo micro/macro y la teoría de la estructuración.....................110

1
CAPÍTULO TRES

Una ponderación de la estrategia de la dualidad agencia/estructura como formulación


del problema del vínculo micro-macro......................................................................... 115

1. Lo micro y lo macro: agencia y estructura....................................................................115

1.1. De estructura a estructuración de la estructura.


1.2. Dualidad agencia/estructura: una crítica a la dualidad como superación
del dualismo.
1.3. Dualidad de la estructura: algunas críticas de sus críticos.

2. Lo micro y lo macro: agencia y sistema........................................................................150

2.1. Contra ‘los sistemas’: críticas desde la teoría de la estructuración.


2.2. La modernidad en sus consecuencias para la articulación entre integración
social y sistémica.
2.3. De la estructuración de la estructura y las consecuencias más allá de la
conciencia práctica.

Comentarios Finales..........................................................................................................168

Bibliografia......................................................................................................................177

2
INTRODUCCION

Lo que presento en esta introducción, es un mapa imaginario de la ruta que se recorrerá a lo


largo del proceso de indagación. Este mapa plantea la necesidad de una forma y la forma de
puntos de unión, vale decir, la necesidad de un hilo que configure el tejido entre los
intersticios de cada momento (en concreto, de cada capítulo). En este caso el recorrido
estará guiado por una búsqueda general cuyo objetivo es analizar en (al interior de) una
teoría sociológica, la o las maneras en que se postula una explicación de la sociedad que
parte de la propuesta de integrar lo denominado sistémico/ estructural con lo accional. Una
explicación de este tipo la denomino ‘explicación integrada’ porque busca conciliar (en
síntesis, dualismos o dualidades) esferas que considera separadas (ya sea de manera
analítica, sustantiva u ontológica) y ante lo cual advierte un problema; justamente el de dar
una explicación que no sucumba a ninguno de los dos polos; ni a la acción ni a la
estructura.

Este problema presenta variadas aristas y derivaciones. Una forma de aprehender tan
vasto campo, es circunscribir su alcance planteándonos un objetivo muy acotado. En esta
investigación éste refiere a un examen de la reconstrucción del problema del vínculo entre
niveles analíticos micro/macro sociales por parte de la teoría de la estructuración de
Anthony Giddens. De esta manera, la estrategia de abordaje al objetivo propuesto, así como
el recorte del objeto, está dado por el uso de esta teoría como ruta de orientación. En esa
dirección la labor se ciñe a explicar las categorías por medio de las cuales la teoría de la
estructuración da cuenta de la relación entre agencia1 y estructura y entre estructura y
agencia. Esto excluye la aplicación de la teoría a ejemplos histórico-sociales concretos así
como análisis metateóricos de la misma. Sí incluye una exposición crítica de la propuesta
giddensiana en términos de contrapunto conceptual.

1
Se usará el término 'agency' traducido al español como agencia. En el segundo capítulo de esta

3
El problema planteado se trabaja desde la teoría de la estructuración, básicamente, a
través de dos obras2 de Anthony Giddens: ‘Las Nuevas Reglas del Método Sociológico’ de
1976 y ‘La Constitución de la Sociedad. Bases para una Teoría de la Estructuración’ de
1984. Ello dado que es en estos trabajos donde el autor plantea de modo más sistemático y
de forma más profunda su arquitectura teórica. Asimismo y puesto que el objetivo
propuesto no contempla una reconstrucción de la obra del autor sino, como apunté
anteriormente, un análisis en torno a un problema puntual, no se utilizaran como insumos
centrales (aunque sí periféricos) textos referidos a: revisiones críticas del autor en torno a
teoría sociológica clásica (Marx, Weber, Durkheim); debates con autores contemporáneos
(Foucault, Garfinkel, etc); y estudios de fenómenos específicos (economía, sexualidad, etc).
Las obras referidas a diagnósticos de la sociedad moderna (Consecuencias de la
modernidad 1990, Modernidad e identidad del Yo, 1991), serán retomadas como apoyo a la
ponderación crítica de la operación teórica agencia/estructura, pero tampoco constituirán el
centro de este trabajo

La elección de la teoría de la estructuración dentro del amplio espectro de


alternativas teóricas contemporáneas, se debe a que ésta se inserta dentro de las propuestas
que plantean de manera explícita la construcción de una explicación sociológica no
reduccionista; ni por el lado de la acción ni por el de la estructura. Por otra parte, me parece
que dentro de las formulaciones teóricas actuales esta teoría es relevante y notoria por la
variedad de críticos atentos a su estudio y por el diálogo con otras posiciones teóricas y
autores. Sin embargo, más allá de la presencia e importancia de la teoría en sí misma, me
parece una formulación que sirve al objetivo de apoyar el análisis de nuestra pregunta de
investigación en torno a la relación entre lo que se ha denominado lo micro y macro social.

investigación se aclara el contenido conceptual del término.


2
A lo largo de este trabajo se citarán las fechas originales de las obras de Anthony Giddens cuando
se refiriera a ellas en términos genéricos. Cuando se trate de citas literales se señalará el año de la
edición que se esté utilizando y en el caso de aquellas obras que en esta investigación fungan como
fuentes centrales, para hacer más clara la cita, se usará una notación especial que incluye: el

4
Si bien ésta es una manera, dentro de muchas otras, de construir teoría y de concebir
la relación agencia/estructura, estimo que es un punto de partida productivo ya que fija un
foco a partir del cual se puede llegar a señalar -como punto de llegada-un horizonte mucho
más amplio. Antes de ello, es necesario recorrer la trayectoria que marca la teoría elegida.
Esta se conforma de tres momentos básicos: el primero se encuentra referido a la
construcción de un marco general donde se pueda insertar la pregunta por las explicaciones
teóricas integradas; en el segundo es donde se ingresa a la teoría de la estructuración
buscando desbrozar los caminos y categorías básicas de su construcción; en el tercer
momento es cuando se sale del interior de la propuesta giddensiana para hacer construir
observación con un grado mayor de distancia.

De esta manera, el primer capítulo tiene como objetivo situar, dentro de algunos
debates sociológicos generales, la problemática específica acerca de la relación entre
explicaciones accionalistas y estructurales y/o sistémicas del fenómeno de la constitución y
orden social. Esta reconstrucción no pretende ser exhaustiva, sino ofrecer una mirada global
de aquellos puntos que me han parecido esclarecedores para iniciar la indagación dentro de
la teoría de la estructuración. Como primer paso, se construye un acotado diagnóstico del
tipo de sociedad y de vínculo social al que se refiere con 'sociedades modernas'. Se señala,
luego, una distinción entre formulaciones teórico-sociológicas heurísticas y generativas,
dentro de éstas últimas es donde se propone ubicar a la teoría de la estructuración como una
'de la constitución' . El primer capítulo concluye con una breve introducción a esta teoría en
lo relativo a la visión del vínculo entre agencia y estructura.

En el segundo capítulo se pretende esclarecer la manera en que la teoría de


estructuración replantea la discusión del vínculo analítico entre niveles y lo construye como
un asunto de constitución social. Para ello se fundamenta la elección del análisis de la
noción de agencia como una de las categorías centrales de la construcción de la explicación
sociológica estructuracionista de la reproducción social.

apellido del autor, la sigla de la obra, el año y la página (Por ejemplo: Giddens, NRMS, 1997:123).

5
El tercer y último capítulo, consiste en una revisión crítica de la conceptualización
giddensiana de la relación agencia/estructura Para ello se seguirán dos estrategias. Una
consiste en confrontar la reconstrucción de esta relación conceptual ante miradas críticas,
apoyándonos en una selección de trabajos específicamente referidos al problema definido
en esta investigación. Otra estrategia se basa en una revisión de la explicación que nos
ofrece Giddens de la articulación entre integración sistémica y social en la sociedad
moderna. Esta ponderación permitirá delinear algunos aportes y limitaciones de la
propuesta estructuracionista.

Como paso final y dado que este trabajo es de carácter exploratorio y no plantea
objetivos conclusivos sino una aproximación inicial al problema, se espera que el tránsito
por estos tres momentos permita reflexionar y formular de manera más precisa preguntas
acerca de los ‘por qué’ de la obsesión sociológica de aunar, hacer síntesis, vinculaciones y
retornar a las grandes teorías en un momento sociohistórico como el que nos acompaña,
para preguntar si éste no sólo nos acompaña sino que también nos constituye y de esa
manera marca la tensión perpetua de ser sujetos condicionados con ciertos grados de
libertad. La necesidad y la libertad pueden parecer tópicos de esperanza o fatalidad alejados
de una pregunta sociológica cuasi técnica como la que motiva este trabajo. Sin embargo una
interrogante de tal índole no deja de interpelar acerca de otros campos, en términos globales
el campo de las visiones del mundo de nuestros3 días. Visiones en su mayoría
desencantadas, unas con la ilusión desilusionada de bajar expectativas de sentido al mundo,
otras procurando reencantarlo. Creo sin embargo, que el encanto o desencanto contenido en
los diagnósticos de nuestros días no completa una explicación sociológica de la sociedad
moderna En este sentido me parece que la teoría social actual puede decir- junto a otros
decires- algo al respecto. En esta ruta el recorrido de esta indagación podrá tener de
trasfondo estas estas inquietudes y llegar a formularlas en términos de interrogantes desde

3
Habrá muchos tipo de 'nuestro' y 'nuestros' a lo largo de estas páginas. En el caso en que se haga
referencia a 'nuestro' autor el nuestro se utilizará para disminuir las redundancias del nombre
(Anthony Giddens) por lo que no se debe interpretar que este trabajo trate de la obra de dicho
autor. Como se aclara , el objetivo de la investogación es de otra índole.

6
el acotado problema ‘cuasi técnico’ del vínculo micro/macro.

Por último, quiero explicitar que la búsqueda que orienta esta exploración nace de
una preocupación de carácter empírico. Problema que en una frase se puede enunciar en el
de conocer cómo es que los sujetos conforman construcciones identitarias. Ello sugería que
el horizonte de sentido que podrían construir dichos agentes estaba situado en un contexto
de fondo que se vislumbraba con etiquetas como estructura y sistema, o sistemas y
estructuras. ¿De qué manera entonces, se postulaba una relación entre la constitución
intersubjetiva de mundos circunscritos a las prácticas cotidianas de vida y las formas
funcionales que se imponían en ese mismo sitio?. Ello se transformó en la formulación de
una pregunta general sobre el vínculo y orden social que es tratada ahora desde un ángulo
de mira acotado a una teoría en especial, y dentro de ella a una pregunta específica. Mi
labor a lo largo de esta búsqueda, obviamente, no tiene que ver con postular alguna
respuesta o alternativa a tal vínculo, sino en señalar un problema y describir de qué manera
ha sido concebido. Los resultados retornan al inicio, la preocupación sigue siendo de
carácter sustancial: ¿cómo es que se construyen ‘identidades’(sentido) y cómo se observa
que se constituyen?. La diferencia con el inicio es que en esta tesis la observación es sólo la
de una teoría. Para el caso que generó la pregunta, desde un problema empírico, la
observación hubiese contemplado también las operaciones de construcción de identidades
de grupos concretos; en esta investigación nos conformamos con insinuar la relación que se
puede establecer entre una concepción teórica de la acción y la noción general de un
diagnóstico de la sociedad actual.

7
CAPÍTULO UNO
El problema del vínculo entre micro y macro niveles sociales o el problema de la
constitución de la sociedad en la relación entre agencia y estructura.

La lógica de construcción de este capítulo ha estado guiada por la distinción entre dos
formas de teorizar, una denominada heurística y otra generativa, de manera que como
primer paso se introduce una conceptualización básica de esta diferencia. Sin embargo,
antes de iniciar este camino, es necesario hacer un periplo para describir de manera breve el
objeto de dichas teorizaciones, vale decir, una sinóptica caracterización de las sociedades
modernas, que se acota a partir del problema de la diferenciación e integración en las
sociedad modernas. De ahí se desprende el hecho de que teorizar acerca de una sociedad
catalogada de moderna resulta una labor fundamentalmente distinta a la de explicar una
sociedad tradicional, dado que se postula a la teoría como parte de la sociedad que estudia.
De esta manera resultan fundamentalmente diferentes las descripciones teóricas que se
pudieron hacer de una comunidad, de la polis griega o de la sociedad segmentaria. En lo
que refiere al problema de esta tesis, construir una explicación acerca del vínculo social y
pretender poner en relación lo que de agencia hay en la constitución de estructuras y las
maneras en que la estructura se relaciona con la agencia, se innerva con un particular
diagnóstico de lo que la sociedad es y de lo que sociedad puede ser. Este parece ser un
desafío que involucra un punto de partida dado por el diagnóstico que de tal diferenciación
se construya, dado que las tematizaciones o autodescripciones de la sociedad, ya sean éstas
teorías, representaciones sociales, discursos, etc., se encuentran imbricadas en una trama
histórica particular,cuestión que hace posible su observación.

Hecha tal caracterización se introducirá la distinción entre teorizar heurístico (o


analítico) y generativo, para luego abordar como ilustración, una de las maneras en que tal
diferencia se transparenta en la discusión sociológica. Me refiero a la disyuntiva entre
explicar y comprender dentro de las ciencias sociales, como dos estrategias para acceder a
la realidad social y entender el objeto de la sociología. Se continuará con la presentación de
algunas hipótesis analíticas del vínculo micro/macro, a manera de contraste con las formas

8
generativas de postular tal vínculo, lo que ofrece un marco para introducir dicha
problemática dentro la teoría de la estructuración, por lo que, el texto se culmina con una
presentación sinóptica de las decisiones básicas que esta teoría toma -y sus categorías
teóricas centrales- en relación a un programa de teoría social en torno al problema de la
relación entre agencia y estructura.

1. Construcción de teoría social y visiones del mundo moderno.

“La política es el género trágico de la modernidad lo que hace las veces de


4
tragedia en un mundo donde no hay lugar a lo que propiamente debe
entenderse por tragedia Puede afirmarse que en la modernidad la acción
deja de ser acción ética. En la medida en que se plantea el problema de la
libertad (y la acción como problema), la acción ética, fuente de la acción
trágica, deja paso a la acción moral, la acción que se halla determinada por
la subjetividad autoconsciente, libre al fin de toda determinación sustancial,
natural o 'moral' (en el sentido de mores, ethos, costumbres)” (Eugenio
Trías. El lenguaje del perdón)

¿Era mejor no hablar de ciertas cosas?. Hubo misterios como el de Dios a los que era mejor
no correrles el velo -dicen algunos-; existía un lugar sacro donde habitaba el enigma. Pero
una vez perdida la inocencia, salidos de la caverna, expulsados al mundo, el proceso se
vuelve irreversible. Nos vemos enfrentados a la tragedia, voz usada por Simmel para
señalar lo que advertía como aporía irresoluble de la vida despojada del alma, paso que
inaugura la fractura, huella de la escisión del sujeto de un mundo del que indefectible e
irrenunciablemente a dejado de ser parte mimética y ha comenzado a ser
simulación.Construcción de metáforas condensadoras y simbólicas que suturan las huellas
de dicha fractura o razón analítica que agrega y desagrega para volver inteligible -entender-
el caleidoscópico fluir de los particulares. Ambas opciones de autodescripción se presentan

4
Tragedia en este sentido apunta a no saber, a desconocer que con la acción se contradice una ley.
“De que el obrar de una determinada manera puede, a la vez que cumplir una orden (clara u
oscura), infringir otra (clara u oscura). (...) ignora que al cumplir con su deber (matar a
Clitemnestra, sacrificar a la hija Ifigenia) está, a la vez cometiendo delito” (Trías:1981:148). La
tragedia de la cultura bajo las condiciones de la modernidad más bien refieren al “saber “o “darnos
cuenta”, justamente lo que Trías relaciona con la política en la era moderna, donde quizá los
intentos de solución a la tragedia se puedan viabilizar en base conclusiones colectivas más allá de
la autoredención íntima,apuntándo a una especie de “redención del prójimo”.

9
en nuestra era moderna.

La modernidad, es caracterizada de diferentes modos por diversos frentes teóricos.


Según algunos postulados se distingue como un proceso de racionalización de los
fundamentos del existir, para otros significa que estamos en condiciones de observar las
distinciones con que se autodescribe esta sociedad y reconocerlas como artificio, sin
necesariamente postular un movimiento tendiente hacia una racionalidad
comprehensiva5.Desde cualquiera de estas tesis tal proceso implica que el orden social ya
no es una cuestión dada sino construida, emergiéndo así la pregunta por cómo es que
entendemos la sociedad en la que vivimos y habitamos.

Este viejo dilema del hombre arrojado al mundo, lo retrataron de diferentes modos
los clásicos de la sociología, Simmel, por ejemplo, lo describe como tragedia. Sin embargo,
así propuesto, el problema era irresoluble. Según Mas-Torres (1998) la tragedia de la
cultura no puede ser resuelta dada la ausencia de una instancia óntico-existencial o ético-
política que posibilite la vuelta o la superación de la escisión sujeto-objeto; el camino de
regreso del alma a su unidad orgánica está vedado, ya que el peso de la cultura objetiva es
un bloque aplastante e insuperable que impide el camino hacia la renovada armonía entre
cultura objetiva y subjetiva. No hay camino de vuelta para contradicciones que no logran
superar los dualismos metafísicos, lo que en Simmel se retrata en el espejeo fractal del
espíritu objetivo y subjetivo sin mediaciones. De tal forma un retiro a la pura subjetividad
no podría dar lugar a una transformación concreta del estado alienado del hombre moderno.

La superación del obstáculo que enfrenta al Espíritu ante sí mismo podría


representar una de las formas de trascender estos dualismos, al plantear una síntesis que
reconquista la unidad6.La posibilidad de conquistar lo Uno está dada por esta superación de

5
No podemos detenernos en una exploración de lo que modernidad significa en términos generales,
ni en la amplia literatura filosófica al respecto, pero en lo que a sociología se refiere lo acotaremos
a las problemáticas de diferenciación e integración que tal proceso conlleva.Para una discusión más
amplia ver Vattimo (1998), Picó (1988), Frisby (1992).
6
Bernstein (1979) señala a propósito de la dialéctica hegeliana del Geist, la superación de la

10
los opuestos, pero más allá de los acuerdos y desacuerdos sobre si esta forma dialéctica sea
o no aplicable a una idea de sociedad moderna, la cuestión que se quiere destacar es la
necesidad de capitular ante la construcción necesariamente posmetafísica de las ciencias
sociales y de la mayoría de las formulaciones acerca de lo que la sociedad es hoy,
destacándo la inauguración de una posibilidad, la posibilidad de la observación y la
pregunta acerca de qué es la sociedad y de cómo es posible en lo diverso.

En relación a estas posibilidades posmetafísicas de descripción del mundo se


sostienen varias miradas. Desde ciertas afirmaciones jerarquizantes se puede plantear una
unidad para la sociedad según algún centro (político, por ejemplo) donde una
reconciliación en síntesis superadoras de lo uno y lo otro podría ser la clave de un estado
deseable (un telos de sentido).Desde otras perspectivas, se plantea una postura más bien
heterárquica donde no es postulable ni centro ni síntesis, sino más bien, una diferencia
fundante (más sin fundamento externo) sin superación trascendentalizadora.7

En relación a la teoría sociológica a partir de la cual esta tesis trabaja8, exploraremos


la primera de estas formulaciones, según la cual la superación de la tragedia simmeliana es
susceptible de resolución vía reconcimiento entre lo uno y lo otro, es decir, entre sujetos en
tanto sujetos. Habermas (1988) señala, más cercano a la alternativa posmetafísica de

tragedia en el movimiento ascendente de síntesis : “El proceso (dialéctico) se parece más al de la


‘caída’ del héroe trágico que emerge de la dinámica del desenvolvimiento de su propio carácter.
Cuando el espíritu se desdobla, alienándose a sí mismo, se desencadena una lucha feroz entre los
dos ‘momentos’. Más allá de este conflicto y de esta lucha, más allá de esta negatividad, aparece
otro ‘momento’ que niega, afirma y a la vez trasciende los ‘momentos’ implicados en la lucha (...).
La lógica del desarrollo del Geist es dialéctica y según ella, el Geist lucha con lo que aparece como
‘otro’ que él -una limitación u obstáculo que puede ser superado-. El Geist ‘retorna a sí mismo’
cuando supera el obstáculo específico que encuentra, pero sólo para renovar otra vez el proceso
dialéctico”(Bernstein,1979:35).
7
Por ejemplo, Luhmann, aduce a propósito de lo que él considera ‘lo moderno de la sociedad
moderna’ que “ los juicios sobre la racionalidad tienen que desligarse de las ventajas externas de
sentido y readaptarse a una unidad de auto y heterorreferencia que se pueda producir siempre sólo
en el interior del sistema “(Luhmann, 1998: 148). Para una discusión en torno a las visiones d elo
Uno y lo Múltiple en sociedades modernas ver Habermas (1990)
8
En este punto, nos apoyamos en algunas formulaciones habermasianas porque nos parece que
demuestran afinidad con la teoria de la constitución de la sociedad de Giddens, en lo referido a la
preeeminencia que alcanza la noción de intersubjetividad en su construcción teórica.

11
síntesis que: “Los fenómenos de reificación, en definitiva tienen que sustraerse a una visión
según la cual el alma y las formas interactúan sin mediación y el sujeto creador se relaciona
con la plasmación de las fuerzas intrínsecas de su ser como meros objetos. Reclaman un
lenguaje más preciso, una formulación más convincente. La conformación sistemáticamente
inducida en los contextos de vida estructurados en términos de comunicación sólo se
presenta a nuestros ojos cuando analizamos de manera totalmente exenta de metafísica la
palpable persistencia de la multiplicación de la intersubjetividad inherente a nuestra praxis
cotidiana de las relaciones y comunicación” (Habermas, 1988:283).

De esta manera se entiende que los sujetos no se enfrentan sólo a las formas
objetivadas (en las sociedades capitalistas además reificadas) sino también en un proceso de
reconocimiento sujeto a sujeto. Los sujetos no son entonces conciencias monológicas a las
que les es dado el mundo. En clave sociológica equivale a efectuar la operación
intramundana de hacer residir el más allá del sujeto en la práctica intersubjetiva cotidiana
de la interacción9, el fundamento es trascendente sólo en el sentido de que no pertenece a
ninguna conciencia particular, pero es mundano en la medida que su propia esfera ‘sui
géneris’ no podría resultar de otra fuente que la propia producción y reproducción de lo
social.

En esta ruta, la sociología apunta a una empresa que se deslinda de la noción de una
sociedad constituida por individuos interesados y atomizados, para recomenzar el camino
ya desde la noción de una dimensión no contractual del contrato, previa a la celebración del
contrato, misma que actualiza su celebración.

9
Habermas apunta a propósito de la noción categorial básica de la sociedad moderna que “la
subjetividad no es algo interior; en efecto, la reflexividad de la persona crece a la par de su
exteriorización. La identidad del yo es una estructura simbólica que, para estabilizarse, tiene que
alejarse cada vez más de su centro a medida que aumenta cada vez más la complejidad de la
sociedad” (Habermas, 1998:153).

12
Por tanto, del individuo a la sociedad se advierte un un salto abismal10 y la cuestión
puede ser planteada de otra manera.’Cómo es posible la sociedad’ se pregunta la sociología
como cuestión basal, interrogante que por general se hace elusiva. Cómo es posible la vida
en sociedad es preguntarse por el huevo y la gallina. Interrogante descartable por obvia,
pero apreciable por lo mismo; por constitutiva. Esta pregunta se instala (y reinstala) cuando
se presentan posibilidades para la constitución de sujetos sociales en el contexto de la
modernidad, sujetos que reclaman derechos civiles, sociales y culturales. Nuevas formas de
integración (ética y política)11 parecen estar complejizando el mapa de lo múltiple y
fragmentario, indicando nuevos riesgos (en clave sistémica) y alternativas en la

10
En esta tesis se trata la relación individuo -sociedad desde un ángulo orientado a la discusión en
torno a la posibilidad de explicación de la constitución de la sociedad, desde otras perspectivas el
problema ha sido formulado según el dilema de cómo es posible la acción colectiva a partir de la
acción individual, como por ejemplo el enfoque de la elección racional. Según Wippler y
Lindenberg (1994) la cuestión micro-macro, dentro de esa línea teórica, puede avanzar hacia una
explicación integrada de lo social a partir del discernimiento dos momentos en la explicación
sociológica (problema del puente y reglas transformativas- en un sentido diferente al otorgado por
la lingüistica estructural). La estructura dual de las explicaciones sociológicas, según los autores,
pueden tener en cuenta “tanto el hecho de que las elecciones individuales se realizan bajo
constreñimientos institucionales y estructurales, como que la transformación de la acción de los
individuos en fenómenos colectivos, se ve mediatizada por constelaciones de condiciones
institucionales y estructurales a menudo complejas” (Wippler y Lindenberg,1994:184). Desde un
enfoque neoinstitucionalista North (1984,1993), entre otros, plantea una superación del enfoque de
elección racional manteniendo el postulado de racionalidad y elección a modo de hipótesis
contrastable empíricamente, haciendo un nexo entre individuo y sociedad vía explicación
institucional..De manera muy simplificada se puede descatar, de los postulados de North, tres
puntos nodales para la explicación del vínculo micro-macro; 1) se propone una noción de acción
racional situada en las preferencias socialmente condicionadas 2) la prioridad analítica se sitúa en
las instituciones en tanto marcos regulatorios de la acción (reglas y normas) 3) y en las
organizaciones como patrones de interacción entre actores. El objetivo de este enfoque, por tanto,
consiste en la “creación de un marco análitico” (North,1984:7) para dar cuenta del cambio
institucional. En palabras de North “Las instituciones son una creación humana. Evolucionan y son
alteradas por humanos; por consiguiente, nuestra teoría debe empezar con el individuo”(North,
1993: 16). La primacía teórica puesta en el individuo no le impide a North, sin embargo, cumplir
con el programa mínimo de la sociología (explicar cómo está condicionada la acción), señalando
que, “al mismo tiempo, las limitaciones que esas instituciones imponen a las elecciones
individuales son generalizadoras (...) Integrar elecciones individuales con las limitaciones que las
instituciones imponen a la elección es un gran paso hacia la unificación de la investigación de las
ciencias sociales” (North, 1993:16).
11
Para una definición de la categoría integración que destaca de forma crítica los presupuestos
funcionalistas ver, Luhmann/De Giorgi (1998), capítulo 4. En cuanto a la distinción entre
integración social y sistémica ver Lockwood (1956). Para una discusión en torno a las formas de
integración política y ético-social, Habermas (1999). Una propuesta de integración que relaciona

13
composición societal. Desparadojizar la díada global/múltiple implica esfuerzos filosóficos,
sociológicos, políticos, entre otros. Tarea urgente para refundar el mito sin mito, o la fortuna
sin destino, y las confianzas sin dios12. Que la modernidad tardía sea caracterizada como
postradicional, implica que el vínculo social construido y en base a ello, se levanta la
pregunta sobre cómo es que se observa dicha construcción.

Así entonces, de lo múltiple de estas sociedades (bajo procesos de desenclave,


desacoplamiento, diferenciación funcional, etc., según se haga la lectura) se releva la
pregunta acerca de: ¿qué hace posible y cuáles son los criterios actuales para hablar de la
sociedad?; ¿cómo podemos pensar (constituir la, participar en, observar a) la sociedad bajo
estas condiciones; la construcción de sus fronteras entre diferencia y mismidad, o la unidad
de lo diferente?. ¿Qué ventajas y desventajas comportan las distintas explicaciones
sociológicas, acerca de la religancia social en/de las sociedades contemporáneas?.

Dentro del campo de la sociología, los caminos para la comprensión de esta


problemática son varios y ello se relaciona con las distintas nociones acerca de qué es la
sociología- y más allá qué es la ciencia- y cuál es el papel de la teoría dentro de la
disciplina, así como para la vida social y política. De ahí que se pueda entender la teoría de
muy diversos modos13. Sin adherir a una propuesta específica acerca de un determinado
tipo de teoría, se plantea, sin embargo, que las distinciones que se hacen al adjetivarla, se
vinculan con varias decisiones, entre ellas, definir el tipo de relación que se postula entre
teoría/realidad que en esta investigación se refleja en la distinción entre una forma
heurística de concebir la teroía y otra generativa.Por otra parte, esta misma distinción se

integración funcional, simbólica y moral, Beriain (1996).


12
Aguilar (1988) anota, a propósito de la revolución burguesa de 1789, la destitución de dios como
principio de unidad del mundo: “La razón y la libertad de la Ilustración, entronizadas como el
principio de reordenamiento de la historia social, son en su raíz antimetafísicas y antiteológicas” y
continúa señalándo, a propósito de los intentos restauradores, que: “éstos tratan de rescatar la
dimensión de lo divino, ante el acoso de la razón revolucionaria, desplazan y ubican a Dios en la
subjetividad (...) Con ello reconocen que Dios es externo y ajeno a la historia sociopolítica (...) que
el universo más bien debe ser dejado al dominio de la casualidad y del capricho, debe ser
abandonado por Dios” (Aguilar,1988: 44).
13
Bernstein (1982) adhiriendo a la propuesta habermasiana (en Conocimiento e Interés de 1968),

14
observa en la relación entre teoría sociológica y diagnóstico de la sociedad moderna lo que
liga con las diferentes hipótesis que se llevan a cabo en las explicaciones sociológicas
actuales acerca de lo social, que pretenden un vínculo entre lo micro y lo macro o la
dualidad entre agencia y estructura o una complementación entre positivismo y
hermeneútica, etc.

De esta manera, la intención en este acápite es hilar un problema más que hacer una
reproducción exhaustiva (que como representación jamas podría serlo) de lo que puedan ser
la sociedad moderna. El problema que hace sentido tejer, para la relación entre una
caracterización de la sociedad como moderna en tanto foco de la sociología y la pregunta
por el vínculo entre lo micro y lo macro por un lado, y agencia/estructura por otro, refiere
para el objetivo de esta tesis al proceso de diferenciación14 que sufre esta sociedad. Se dice
que refiere a este proceso dado que la pregunta contenida en la preocupación por el vinculo
o la dualidad se inscribe en el horizonte de una sociedad escindida, ante lo cual, desde los
diferentes posicionamientos de la teoría (como implicada o no implicada en los procesos
que observa) es posible develar la contigencia de lo dado y por tanto alternativas para la
acción humana en relación a la construcción de sentido (alternativas a lo dado más allá de
lo dado). Más allá de este paraguas general , las diferencias son muchas: de como es
posible el orden en una sociedad de actores libres, de como es posible alguna sutura que
represente la totalidad perdida para una sociedad fragmentada, de como es probable la
improbable unidad de lo múltiple.

La cita de Trías en el encabezado insinúa varias cosas, lo que nos interesa es


cuestionar si es real que la acción sea libre o tan libre o será más bien que tal acción existe
en tanto existe algún limite de determinación. Al parecer, la sociología se debió ver
enfrentada a la pregunta por la indeterminación de la acción dado los procesos de

menciona tres: como teoría empírica, como interpretativa o como teoría crítica.
14
Con la palabra diferenciación en este caso, no nos referimos a la especificación luhmaniana de
diferenciación funcional, sino, de modo genérico, a las formas en que la sociedad se ha venido
transformando y distinguiendo de las formas societales anteriores (tribales, segmentarias, etc),
incluyendo, procesos de división del trabajo, burocratización y racionalización, imperio del

15
destrucción de los parámetros dados de condicionamiento, cuestión interpretada muchas
veces como catástrofe15. Así como enuncia Trías la determinación natural (por ejemplo el
sexo como categoría de jerarquización en la sociedad tradicional) o la determinación moral
(dadas por ejemplo, por el corpus moral unitario) ya no resultan bases sustentables para
explicar los límites de la acción humana.

Si como afirma Luhmann la relación entre relaciones es una cuestión constitutiva de


los elementos y si la acción puede ser mirada no como elemento ultimo sustancial, esencial
e irreductible, sino en tanto elemento en relación, emergiendo para un determinado sistema,
la indeterminación de la acción en tanto contingencia existe a la par de la reducción de la
complejidad dada por la operación de selección. Si miramos bien estas afirmaciones, se
encuentran en relación problemática con lo que la teoría de la estructuración pudiera
enunciar. No interesa alojar acá una disrrupción sino más bien relevar el horizonte de la
pregunta sobre el hombre libre o dejado libre en la era moderna.

Cuando Durkheim, como otros clásicos, se vió enfrentado en su tiempo al avance


acelerado de las transformaciones de una sociedad tradicional hacia otra de carácter
industrial, se pudo preguntar que, si los lazos que permitían la otrora comunidad de
solidaridad mecánica se rompían definitivamente, ¿en qué radicaría ahora la nueva unidad?.
Según este pensador se podían aceptar algunas visiones utilitaristas como de holistas de
cuna idealista, pero ninguna en sus extremos daba respuestas satisfactorias para explicar la
sociedad en cuestión. De los utilitaristas rechazó la noción de una sociedad compuesta por
individuos en la lógica del todo compuesto por partes, pero aceptó que el proceso de
individuación -más no el individualismo- era parte de una nueva forma de organización , “el
orden social moderno está intrínsecamente sometido a relaciones que no resultan de
disposiciones externas e impuestas sino de una elaboración interna libre” (Durkheim, en

mercado y procesos de alienación, etc.


15
” Suceso infausto que altera gravemente el orden regular de las cosas” (Diccionario de la lengua
española .Real academia de la lengua, España, 1999). Destacamos esta noción dado que es uno de
los intentos de la teoria de la estructuración dar cuenta del cambio social ya no en términos
evolutivos sino en versión de procesos constantes y permanentes de estrcturación de las estructuras.

16
Giddens,1993a:17). De los idealistas aceptó la noción que “la sociedad tiene propiedades
‘sui géneris’; más específicamente, que los ideales morales que integran el núcleo de la
unidad social no pueden derivarse únicamente de ningún principio de utilidad individual”
(Giddens,1993a:12). Pero, por otro lado, rechazó la intención holista de que los contenidos
del orden moral pudieran ser básicamente similares a los de las sociedades tradicionales. La
diferenciación era un proceso irreversible y había que aceptarlo para lograr explicar la
aparente paradoja entre la necesidad de un unitas moral junto con la creciente destrucción
de dicho orden.

Según Durkheim, ninguna de estas dos tradiciones fue capaz de explicar el


fenómeno, ya que cada una redujo el problema a sus términos con pretensión de
universalidad. Según Durkheim la cuestión es que, entre una sociedad tradicional y una
moderna, no hay un corte sino un continuum; del culto religioso se pasa al del individuo y
el individualismo moral no implica la erradicación de una forma de unidad moral. Con esto
se está afirmando que en sociedades avanzadas existe vida colectiva, pero que tal
equivalencia funcional no es una que responda a analogías entre contenidos de una
conciencia colectiva de carácter religioso y el moderno culto al individuo. En sociedades
modernas sucede que el proceso de individuación implica una particularización del sujeto
que funda su conciencia como tal, en tanto se hace factible establecer características en
común con el resto de la humanidad y no sólo con su comunidad de pertenencia directa, en
este sentido es un paso del particularismo al universalismo. “El individualismo moral
subraya los derechos y capacidades del individuo in abstracto del ‘hombre’ en general”
(Giddens,1993a:19).

Durkheim intentó resolver la paradojica situación del ascenso del hombre libre y la
vida colectiva, afirmando que el individualismo es un fenómeno moral y no mero egoísmo
como afirmaron los utilitaristas. El culto al individuo proporciona una validación moral a la
sociedad de la división del trabajo, donde se valora que cada uno desarrolle sus propios
talentos y capacidades

17
Según Emile Durkheim, la diferenciación en las sociedades de la división del
trabajo funciona reduciendo los conflictos sociales que, de otro modo, desencadenarían
competencias irreductibles entre grupos que compiten por recursos escasos. En una
sociedad donde la producción se haya diversificada se hace necesario el intercambio y éste,
depende a su vez, del establecimiento de contactos, lazos o vínculos entre los componentes
de la sociedad. En este sentido la integración social se verifica en lo que el autor denomina
solidaridad orgánica, noción que subraya una analogía con organismos avanzados, cuyo
funcionamiento depende de la relación entre sus diferentes partes. En este tipo de
organismos, a diferencia de los simples, cualquier alteración en una de sus partes, afecta al
todo. La solidaridad que produce la división del trabajo es tan espontánea como la
producida en las sociedades tradicionales por la conciencia colectiva y no puede yacer sólo
en el factor económico, tiene características morales; es la moralidad de la cooperación.

Pero el mundo moderno, afirma Durkheim, se encuentra en una fase de transición


lo que significa desprenderse de un principio de cohesión social, cuando aún no se
consolida de manera clara una nueva manera de establecer el vínculo social; la solidaridad
de tipo orgánica estaba reción emergiendo. Estas condiciones producen el fenómeno de la
anomia, lo que quiere decir que no hay un ajuste plenamente funcional entre las partes o
que hay partes del organismo, en que las funciones sociales no se ajustan unas con otras.

Uno de los postulados a destacar de los apuntados por Durkheim, es su rechazo a las
ideas contractualistas en boga en su época, al postular una distinción entre los niveles
individuales y sociales, aludiendo a que lo social debe ser explicado por lo social16. Su
concepción de la sociedad se relaciona con procesos de diferenciación (orgánica/mecánica)
que por medio de mecanismos de solidaridad y moralidad se integran a una conciencia
colectiva.

16
Durkheim menciona en las Reglas del método “La causa determinante de un hecho social debe
ser buscada entre los hechos sociales antecedentes y no entre los estados de la conciencia
individual” (Durkheim, 1971: 91)

18
Se advierte asimismo que tras la noción durkheimiana de diferenciación e
integración, subyace la noción de diferenciación como la descomposición de un todo en
partes, mismas que deberían integrarse de acuerdo a algún principio común que las
trascienda. Un paso de un estado de homogeneización a uno de heterogeneización (de la
comunidad a la sociedad como enunciara Tönnies).El problema con este concepto, afirma
Castro (1997) es que dichos principios se refieren a unos valores preestablecidos, entonces
el orden queda definido por tautología; los hombres son capaces de actuar de manera
independiente y aún así el orden es posible gracias a la existencia de una moralidad que une
a los individuos.

En una línea similar Parsons (en Beriain:1998) postularía un concepto de integración


funcional que supone una cierta coherencia entre una serie de pautas de valores comunes
institucionalizados y la estructura motivacional de las personalidades17. Contra Parsons,
Berger (1968) propone entender integración como una que denomina significativa, que trata
de la legitimación de un cierto orden social, es decir, la justificación de un modo
subjetivamente plausible de la naturaleza y funcionamien to del orden social. Esta
definición admite la posibilidad de un orden institucional fragmentado, donde ciertos
significados y valores son compartidos por algunos grupos y no por otros, pero de todas
formas mantiene la necesidad de un sistema de valores compartidos como único referente
integrador (de los fragmentos de significados), es decir a un único centro.

Las nociones de integración social de Parsons y Berger ejemplifican cada una, dos
fórmulas básicas para interpretar la vida social. Las que interesa relevar acá con el objeto de
identificar cual es el diagnóstico que la teoría de la estructuración puede describir del
proceso social de las sociedades avanzadas. La noción de sistema a la usanza tradicional
(organicista y normativista) como conjunto de elementos y sus relaciones, puede apuntar a

17
Según García Ruiz (1997) la noción de equilibrio en Parsons se postula en dos dimensiones
diferentes, como concepto analítico límite y como patrón normativo.”Parsons podía apelar, al
enjuiciar las tendencias sociales de su momento, al menos a dos instancias: al patrón de valores
vigentes, institucionalizado en el subsistema fiduciario y, en el nivel analítico, al concepto de
equilibrio sistémico” (García Ruiz, 1997: 108).

19
un proceso de autonomización de las diferentes esferas sociales cuya interdependencia
funcional da cuenta de estados de equilibrio o desintegración y esto es lo que se puede
enfatizar desde una lectura de Durkheim de corte más bien sistémico, subrayando la idea de
subsistemas sociales en mutua interrelación. Más cercana a la versión bergeriana se
encuentra una lectura culturalista de Durkheim donde se destaca la idea de conciencia
colectiva y normas, donde se representa una totalidad que no se desprende de sus
elementos, de acuerdo a la cual se requeriría de algún anclaje de interacción y sentido como
‘input’ de legitimidad; condición de posibilidad de la propia legalidad del sistema. Por una
parte, se dibuja una multiplicidad sin principio dado de unificación o integración
metasocial (ni metafisico, ni religioso, ni histórico); por otra, para extremar las posiciones,
se mantiene la posibilidad de unidad del todo social.

Entre estas visiones del problema diferenciación/integración se postulan teorías


muchos más complejas, como las de Giddens, Habermas o Luhmann, entre otras muchas
dentro panorama teórico actual. En términos gruesos la figura de una sociedad desacoplada
entre sistema y mundo de la vida, se alinea con nuestra segunda distinción, pero postula
formas mucho más mediatizadas y mediadas de coordinación entre ambas esferas, que sin
embargo no erradican por completo la noción de sentido, aunque procesos de mutua
transformación entre sistema y mundo vital.

Habermas aduce que en la sociedad moderna “en cuanto el sistema ocupa el puesto
de ‘auto’ en la autorrealización, cae la posibilidad de toda centrípeta recapitulación del todo
en el saber-se; de la estructura de la relación consigo sólo puede ser ya portador cada
elemento particular” (Habermas, 1989: 440).

Con esto alude a la imagen de una sociedad acéntrica, que ha pasado a diferenciarse
funcionalmente Habermas citando a Luhmann aduce que “ ‘Esto tiene como consecuencia
que ya no pueda fijarse ningún punto de vista desde el que quepa observar correctamente
el todo, ya se le llame Estado o sociedad’” (Habermas, 1989:440)

20
Pero la respuesta habermasiana no es una versión heterárquica. Postula que si bien
un conocimiento global de la sociedad como totalidad sólo puede darse desde sistemas
expertos como la ciencia, es posible plantear una estrategia conceptual que no dé por
perdida la noción de autorrepresentación de la sociedad, de ahí su desarrollo de la noción de
espacio público como intersubjetividad de orden superior.18

En estas condiciones es necesario entonces explicar cual pueda ser la dimensión


conectiva, y por tanto, si existe algún centro postulable en sociedades diferenciadas
funcionalmente. Para Habermas parece ser el derecho y el sistema político lo que brinda
respuesta a estos desafíos en sociedades occidentales avanzadas “El derecho realiza una
función de bisagra en un doble nivel, en el nivel de ‘imponer’ unos criterios normativos a
través del ejercicio de la autoridad política, y en el nivel de proporcionar un anclaje de
solidaridad a la comunidad, un orden legítimo deseado por el alcance nómino integrador
que conlleva” (Beriain,1996:122)

Las noción de integración comporta también la idea de mantener dos planos, el de la


integración sistémica donde se reproducen materialmente las sociedades según imperativos
funcionales de sistemas que operan estableciendo sus límites, y la integración social, que en
lo que refiere a reproducción simbólica no se desliga de mecanismos linguisticos de
conformación de consenso. Esto es la base de validez intersubjetiva de pretensiones
conjugadas en relaciones normativas y no en mediaciones contingentes. Según Habermas,
los procesos de entendimiento se desarrollan contra un trasfondo de tradición
intersubjetivamente. Un texto que remite siempre a un contexto. De esta manera la
intersubjetivdad es una respuesta al problema de la doble contingencia, ya que se asume que
los actores se orientarian por las pretensiones de validez de normas dado lo cual se remiten

18
En los espacios públicos “pueden articularse autocalificaciones y autoatribuciones colectivas
formadoras de identidad. Y en el espacio público de orden aún más superior, resultante de la
agregación de los anteriores, puede también articularse una conciencia social global. Más ésta no
necesita ya satisfacer las exigencias de precisión que la filosofia del sujeto tiene que imponer a la
autoconciencia. (Habermas, 1989: 443)

21
a procesos de reconocimiento en una comunalidad 19

De tal forma, las tomas de posición frente a la validez normativa (afirmativa/negativa) no


brontan de una libertad de elección contigente, sino de convicciones práctico morales “
están sometidas, por lo menos implícitamente , a la fuerza vinuclante de las buenas
razones” (Habermas ,1999:305)

Desde un concepto de diferenciación diferente, la propuesta luhmaniana sólo lo


refiere a la diferenciación de la sociedad entendida como sistema, señalando un eje
diferente respecto de la compresión de la integración y la diferenciación. No es la división
de un todo en sus partes, ni a nivel teórico ni empírico, donde la integración, se reduciría al
tipo de relaciones entre estas partes, sino que “más bien cada sistema parcial reconstruye el
sistema omnicomprensivo, al cual pertenece y de cuya autopoiesis participa a través de una
propia diferencia (específica del sistema parcial) entre sistema y entorno” (Luhmann/De
Giorgi,1998:283). De tal forma, cada diferenciación es múltiple ya que la que se confirma
en un sistema parcial determina la transformación del entorno de los demás sistemas
parciales; lo que sucede de acuerdo a la referencia del sistema parcial. En este punto se
adelanta la idea de que la integración de los sistemas no se hace de acuerdo a un único
centro o a la existencia de un todo que integre y, que no guarda relación con una cuestión
moral donde la integración designe un estado preferible a la desintegración. De la forma de
diferenciación de los sistemas parciales lo que se produce es un incremento de las
dependencias e interdependencias mutuas, puesto que un cambio en un sistema afecta a los
demás, pero sólo en cierta medida, y es en la medida de los grados de indiferencia y

19
“ Si en la etapa sociocultural toda comunicación posibilita una ‘actualización común de sentido’;
si, como Luhmann correctamente advierte, lo idéntico que ha de mantenerse en el intercambio de
información es una ‘ estructura de sentido que todos ponen a la base’ entonces el análisis del
sentido exige en primer término la reconstrucción de la generación de esa ‘comunalidad’ (Dilthey),
en que se funda la identidad de significado. Antes de explicar la presencia (independiente de la
situación y virtual) de lo ausente, es decir, antes de explicar el sentido de la representación, incluso
por referencia a la posibilidad de negación, es menester estudiar la comunicación como una
‘participación en lo mismo’ garantizadora de la identidad de significados (...)” (Habermas,
1993b:344).

22
selectividad de cada subsistema, misma que señala la determinación interna del sistema por
el propio sistema. Bajo esta noción se confirma un concepto no tradicional de integración
que ya no alude a un centro o referencia externa sino a una heterorreferencia, donde el
orden ya no es planteado de acuerdo a una asimetrización jerárquica, que integra de acuerdo
a un principio ordenador vertical, en cambio se la integración queda definida como “la
reducción de los grados de libertad de los sistemas parciales” (Luhmann/De
Giorgi:1998:285). Esto implicaría que cada subsistema define de manera especializada su
propio código de comunicación para coordinarse intra e intersistémicamente y que los
mecanismos coordinación son cada vez más abstractos y diferenciados, manera en la cual
las expectativas son validadas de manera relativa a cada sistema. Esta visión no parece
aceptar la idea de Lockwood de integración sistémica y social, más bien prioriza la
coordinación funcional en lo que a sistemas sociales refiere.

Por su parte, Giddens entiende la integración como un modo regularizado de


vínculos sociales sin relación con el consenso o la cohesión, separandose en este punto de
nociones a priori de equilibrio social. Distingue dos principios de integración: el social y el
sistémico. La integración social la refiere a las coordinaciones del sistema social a niveles
de las interacciones en copresencia. La sistémica a la forma de coordinación del sistema
social a nivel de relaciones en ausencia, o ‘interacciones’ a distancia. La interacción se
realiza con/entre los presentes, en cambio las relaciones (a distancia) no se realizan con sino
sobre ausentes.

Giddens apuntará que las consecuencias de la modernidad se advierten tanto en el


nivel de la identidad personal como en las esferas sistémicas, pero que si bien, para él, la
integración no yace en patrones de reproducción tradicionales, el tipo de relacionamiento
entre sujetos no deja de ser relevante.Si la adscripción da paso a la relación pura, son los
procesos de reflexividad (del yo e institucionales) los que intervienen en un dinamismo
social que aumenta riesgos, peligros y define un alto grado de contingencia donde el futuro
se representa contrafácticamente como una serie plural de alternativas. La modernidad se
caracteriza, según el autor, por procesos dialécticos de disociación de las interacciones

23
sociales y su reintegración en espacios de la vida cotidiana, principalmente reflejados en: la
separación de tiempo y espacio, el desenclave de las instituciones sociales y la reflexividad
institucional..

En las sociedades tradicionales, la coordinación social dependía principalmente de


relaciones interpersonales, donde tiempo y espacio podía representarse de forma
básicamente unitaria (por ejemplo el tiempo de la comunicación ligada al transporte
terrestre). La sociedad moderna, por el contrario, se caracteriza según Giddens por el
denominado proceso de desenclave institucional y la separación de tiempo y espacio
producto de lo cual las interacciones se desarraigan de un ‘locus’ de situaciones locales y se
recombinan en grandes extensiones espacio temporales. En las sociedades industriales
avanzadas para la coordinación entre sistemas sociales20 se introduce lo que el autor
denomina sistemas abstractos, a través de los cuales es posible la coordinación; éstos son
las señales simbólicas (simbolic token)- como el dinero y el poder- y los sistemas expertos.
Los primeros suspenden el tiempo y el espacio. El dinero, por ejemplo, como valor de
cambio, no considera la cualidad sustantiva de los bienes en sí sino que es un medio
estándar universal que opera como equivalente generalizado. Los sistemas expertos, por
otro lado, son sistemas “de conocimiento especializado de cualquier tipo que dependen de
reglas de procedimiento transferibles de un individuo a otro”(Giddens,MIY,1997b:293). Son
sistemas expertos, por ejemplo, las reglas de procedimiento institucionalizadas para realizar
una transacción económica, los procedimientos científicos y técnicos, etc., cualquiera de los
cuales no requiere de conocer al otro con que se interactúa. La confianza estriba en una
depositada en los sistemas, más allá de la voluntad (buena o mala) de cualquier sujeto.La
reflexividad institucional, por otro lado, da cuenta de la retroalimentación del conocimiento
social, derivado de sistemas expertos, el que se introduce en las prácticas de la vida social
interviniendo y siendo intervenidos por ellas.

20
Giddens, como se revisará con mayor detalle en el tercer capítulo, se aparta de las
conceptualizaciones funcionalistas y estructuralistas clásicas para definir sistema y estructura. Los
primeros comprenden actividades de agentes situados en tiempo y espacio que a través de sus
prácticas reproducen crónicamente las estructuras, las que como conjunto de reglas y recursos, se
encuentran fuera de tiempo y espacio, en una instancia virtual. Por tanto los sistemas presentan

24
Pese a que hoy la experiencia es mediada, muchas relaciones puras y muchas formas
de relacionamiento impersonales, no se puede considerar según Giddens que los sistemas
sean autónomos y estén determinados por sus propias influencias autoconstitutivas. Para el
autor, junto con fragmentación se produce dispersión que lleva a una hiper interrelación de
efectos lejanos sobre la vida cotidiana, afectando incluso la constitución del sí mismo. La
mediatización junto con la reflexividad se implican en la constitución social donde se
conjuga lo global y lo local.

Este breve panorama de descripciones acerca de las condiciones de diferenciación e


integración de nuestras sociedades, nos sitúa en la pregunta por cómo es que se puede
explicar lo descrito y, por tanto, si es pertinente, a acuerdo al diagnóstico de la modernidad,
buscar o dejar de hacerlo o no hacerlo, algún mecanismo conectivo entre diversas instancias
de lo social (acción y sistema, agencia y estructura, ingración social y sistémica, etc) en un
mundo escindido no sólo por el abismo entre sujeto y realidad sino entre sujetos y sujetos.

Si, en líneas gruesas, los diagnósticos antes descritos coinciden en señalar un cierto
desgarramiento o divorcio entre la vida en interacción y la coordinación sistémica (gracias a
señales simbólicas o medios simbólicamente generalizados), nos preguntamos si se puede
describir la sociedad actual afirmando la existencia una cierta autonomía entre la
reproducción social y la autoproducción de la sinergia emergente de sistemas como
totalidades autoconstitutivas. O si más bien deberíamos considerar que la fragmentación
descentrada de producción sistémica diferenciada no nos lleva necesariamente a desechar la
noción de sociedad como totalidad, donde el tejido conectivo aún en sus expresiones
mediadas, consiente relación con procesos de reproducción interactiva o intersubjetiva de
la vida social.

propiedades estructurales y es ‘donde’ la estructura es reiteradamente verificada.

25
La pregunta por la relación entre agencia y estructura en la teoría que nos sirve de
ruta, se fundamenta en la segunda de estas afirmaciones, ya que se afirma que si bien las
sociedades modernas se caracterizan por la impersonalidad de la relaciones, integración
sistémica y social se encuentran vinculadas, por lo que no es posible verificar la
reproducción de la sociedad prescindiendo de una referencia a la inveterada recursividad de
prácticas de sujetos que las efectúen en procesos de estructuración. En ‘La Constitución de
la sociedad’ Giddens apunta “Es perfectamente correcto, desde luego, sostener que una
sociedad no es la creación de actores individuales, y que las propiedades estructurales de
sistemas sociales sobreviven a los individuos. Pero estructura, propiedades estructurales, o
‘parámetros estructurales’, sólo existen en tanto haya continuidad en una reproducción
social por un tiempo y espacio. Y esa continuidad, a su vez, sólo existe en las actividades
reflexivamente registradas de actores situados -y a través de éstas-, con un espectro de
consecuencias buscadas y no buscadas” (Giddens,CS,1995: 240). Esta perspectiva se
explicará con mayor detalle en el segundo capítulo. Si hasta ahora se procuró establecer
relación entre una diagnosis de la sociedad moderna y las formas de entendimiento de la
misma por parte de la sociología, en lo que sigue se indaga acerca de dos formas de hacer
teoría, correspondientes a maneras de entender la realidad que se contempla u observa.

26
2. Teorizar heurístico y generativo

“Sólo alcanzaríamos una relación completamente satisfactoria con el


mundo, si cada uno de los aspectos de nuestra visión de él conciliara la
realidad material de los casos singulares con la profundidad y alcance de
una universalidad formal. El historicismo y una concepción sociológica del
mundo son intentos de confirmar la universalidad y, aún así, negar su
carácter abstracto, de trascender el caso singular, de obtener lo singular a
partir de lo general sin sacrificar su realidad material, pues la sociedad es
universal, pero no abstracta.” (Simmel, George. Filosofía del Dinero)

El dilema de obtener generalidad sin sacrificar lo particular es un problema que en sus


extremos se podría dibujar como una oposición entre las nociones de universalidad que
sucumben a lo abstracto, tal que un individuo fantasmal, y un particularismo que se encierra
ciego a la advertencia de las diferencias más allá de sus límites propios. La disyuntiva en
cuestión no sólo es una acerca de cómo se contempla el mundo, sino que se entrelaza con
discusiones y acciones muy concretas sobre derechos humanos, derechos grupales, nociones
de libertad del sujeto y visiones comunitaristas de la cultura. Tras ellas se develan visiones
de mundo que se pueden ejemplificar con etiquetas tales como, espíritu analítico y
sintético, que en términos generales serán dos maneras de concebir el mundo que se
translucen de diferentes modos en las preguntas sociológicas que en este trabajo se revisan;
a saber la pregunta por la relación entre agencia y estructura.

Kolakowski señala una distinción común desde la época romántica entre el espíritu
analítico y el sintético: “analítico quiere decir literalmente ‘disolvente’ y se refiere al uso de
la razón que descompone realidades complejas en sus partes más elementales hasta lograr
que se transparente su forma de funcionar, pudiendo domesticar así el entorno físico. Las
ciencias (de la naturaleza) son el órgano clásico del espíritu analítico, ‘una prolongación de
la rama tecnológica de la civilización’ ”(en Frank,1994:73).Por otro lado, el espíritu
sintético apunta más bien a “las convicciones tecnológicamente infructíferas que como
órgano de la cultura son una prolongación de su rama mítica, conciernen a las cualidades
del ser en tanto que totalidad (a diferencia del objeto); conciernen a la necesidad de los
acontecimientos. Pretender revelar la relatividad del mundo de la experiencia e intentar
desvelar la realidad incondicionada gracias a la cual la realidad condicionada adquiere un

27
sentido” (Kolakowski,1972, en Frank:1994:74).

Con esta distinción no se quiere hacer pensar que síntetico y analítico son dos
formas separadas de actuar y pensar humanos, donde necesariamente se tenga que oponer a
un mundo de los elementos analíticos un mundo verdadero del sentido.Que una cosa exista,
que se dé, que sea observable o que suceda es inpendiente de su sentido. El sentido según
señala Frank en este mismo texto, “ entendido como fundamento que acredita a un ente, ni
siquiera es el mismo, sino que debe ser: tiene el carácter de una exigencia incondicionada,
pero nada más” (Frank, 1994:74). El sentido se relaciona con la necesidad y la falta del
hombre frente al ‘absolutismo de la realidad’21, acción humana que no capitula a la
facticidad exigiendo (creando, imaginando, observando) de acuerdo a diferentes grados de
libertad, alternativas a lo dado.

Simmel captó sensiblemente estas dos tendencias, no queriendo sacrificar una parte
por otra, corazón por mente o cuerpo por espíritu, postulando una relación dialéctica de
estas dualidades como oposiciones metafísicas22.“La cultura objetiva, como se mostraba, es
siempre síntesis. Pero la síntesis no es ni la única ni la más inmediata forma unitaria, puesto
que siempre presupone la separación de los elementos como lo que le precede o como su
correlato. Sólo una época tan analíticamente sintonizada como la moderna, puede encontrar
en la síntesis lo más profundo, el uno y el todo de la relación formal del espíritu con el
mundo -mientras que, en efecto, existe una unidad original, prediferencial; en la medida en
que ésta hace salir de sí los elementos analíticos, de igual modo como el núcleo orgánico se
ramifica en la multiplicidad de miembros separados, está más allá de análisis y de síntesis-
a no ser que estas dos se desarrollen a partir de ella en interacción, presuponiendo la una a
la otra a cada nivel, a no ser que la síntesis lleve con posterioridad los elementos
analíticamente separados a una unidad que es empero, algo del todo diferente a la unidad

21
Término usado por Blumemberg, ver Weitz, 1996.
22
Recordamos en este punto que la vía de reconciliación en síntesis de carácter superior es una de
las formas en que ha sido planteado el dilema de las aporías de la sociedad moderna. En el acápite
anterior apuntamos que la noción de unidad de la diferencia en Luhmann, por ejemplo, más que
oponer identidad y diferencia, inscribe en la huella de la diferencia la diferencia entre identidad y

28
puesta antes de toda separación” (Simmel,1988:215, subrayados míos).
La oposición analítico/sintético enrostra derivaciones para la pregunta por aquella
operación sociometodológica del vínculo micro/macro, que desde diversos modos de
teorizar puede ser entendida, consecuentemente, de modos diversos. Si la problemática por
el vínculo es reconstruida, como lo hace Giddens, para ser formulada al interior de una
teoría de la constitución referida a la pregunta acerca de como es posible la sociedad en
clave generativa y no analítica, se imprime en ella lo que se definió como espíritu sintético
e ‘imperio’ del sentido. Pero que quiera decir sintético o generativo en el contexto de la
sociología es algo distinto a lo que significa bajo concepciones metafísicas.

De esta manera, se trazan caminos sinuosos entre la importancia de las preguntas


clásicas y sus respuestas. Se puede mantener la pregunta pero muchas veces no la respuesta,
y eso comporta una cuestión fundamental, ya que al reconocer las preguntas se intenta
darles nuevas respuestas, reconociendo así la necesidad de la pregunta.

Reconocer las interrogantes de Simmel involucra preguntarse en sociología por el


ámbito preconstituído de lo social o que es en sí lo social, que no implica reconocer
necesariamente su esencialidad ontológica. Esto puede ser formulado como una ontología
constitutiva23, lo que destataca que la teoría social es parte de la realidad que estudia.

Si se acepta que no hay retorno ni reversión posible al proceso creciente de


diferenciación de la sociedad, la pregunta por la relación entre agencia y estructura, o entre
el orden de las interacciones y las operaciones sistémicas es una se encuentra ante dos

diferencia.
23
Para las ontologías constitutivas a diferencia de las ontologías del ser, “el problema ya no es la
verdad o realidad del mundo, sino el sentido que de él nos hacemos en términos intersubjetivos (...)
El programa de un enfoque no orientado en términos normativo-analíticos sería, en nuestra lectura,
la contraparte teórica de una sociología que quiere hacerse cargo de ese espacio no ontológico de lo
social” (Opazo:1995:118). Se agrega además, que el sentido puede ser entendido, a lo menos de dos
maneras diferentes dentro de la teoria social actual, como operación intersubjetiva o como
operación de sistemas. Bajo esta última versión el sentido no pertenece exclusivamente al orden de
los sistemas de conciencia que vivencian el sentido, sino también al orden de los sistemas de
comunicación que reproducen sentido. Ver Luhmann 1996b, Lección nueve. Sentido.

29
órdenes diferentes: el tiempo de las relaciones entre sujetos y de las coordinaciones en los
sistemas. Conjugar las dos o no hacerlo es parte de las decisiones fundamentadas en las
teorías sociológicas.Las teorías que plantean una relación tal pueden plantearlo, al menos de
dos formas, mismas que engarzan con los dos fantasmas de época antes enunciado, el
analítico y el sintético, pero que en la actualidad encarnan en teorías sociológicas que desde
el comienzo desechan supuestos metafísicos y se abocan al estudio de lo social como una
cuestión de orden intramundano.

Cuando calificamos a la teoría de la estructuración como teoría de la constitución,


nos estamos refiriendo a esta encarnación de espíritus como distinción que refiere a dos
formas de construir teoría, que arrancan de supuestos diversos y fundamentales, los que de
manera general denominaremos teorizar heurítico, por una parte, y generativos por otra.

Habermas (1993a) señala a propósito de las decisiones de principio de una teoría


que una de ellas es la decisión sobre la incorporación dentro del programa de la teoría de la
categoría sentido y una de sus consecuencias la distinción entre convencionalismo y
esencialismo. De tal manera, se diferencian distintos tipos de teoría, en vista a la relación
que guardan con su ámbito objetual, de acuerdo a si éste es el comportamiento o la acción
con sentido. Las teorías articuladas en términos de ciencias del comportamiento sólo
dependen de datos observacionales y a partir de un sistema hipotético deductivo establecen
leyes nomológicas de regularidades empíricas. Tales hipótesis cuando son verdaderas
corresponden a estructuras de una realidad objetivada “los conceptos fundamentales de los
sistemas nomológicos de enunciados, en la medida en que se refieren al ámbito objetual que
son los sucesos susceptibles de medición física, se empiezan introduciendo en términos
convencionales. Sirven a la construcción de lenguajes teoréticos, que pueden acreditarse a
través de la deducción de hipótesis legaliformes susceptibles de comprobación”
(Habermas,1993a:25).

30
En tal caso, la pretensión no es ‘esencialista’ sino convencional; se introducen
ciertas condiciones bajo las cuales es posible establecer reglas de correspondencia entre
objeto (enunciados de hecho) y postulado teórico24. En cambio, las teorías que entienden su
ámbito objetual constituido en clave de sentido, asumen una noción ‘esencialista’ ajena a
las teorías antes descritas.

Dicho esencialismo radica en que sus conceptos fundamentales no se introducen


como convenciones (cláusula ceteris paribus, por ejemplo) sino en vinculación con
categorías provenientes de la propia autocomprensión de los sujetos que las generan.
Cuando dichas categorías son verdaderas, según Habermas, no sólo corresponden a
relaciones entre elementos de una realidad objetivada, sino también a “estructuras halladas
en el saber implícito de sujetos (...) son reglas operativamente eficaces mismas que han de
ser así objeto de explicación” (Habermas,1993a:25).
.
Habermas denomina a éstas últimas teorías generativas de la sociedad, definidas
como aquellas que se plantean la reconstrucción del proceso generativo del que surge la
realidad social preconfigurada en términos de sentido.

Advierto que dentro de las teorías que se plantean la noción de sentido, pueden
identificarse varias formas de asumirlo, formulando la noción de comprensión de manera
tanto heurítica como generativa. Al respecto Weber se preguntó, cuando procuraba avanzar
en la contrucción de una ciencia social empírica, cuál podría ser “la significación de la
teoría y de la conceptualización teórica para el conocimiento de la realidad cultural (...)”
(Weber,1978:74). Su respuesta buscaba alejarse tanto de formulaciones normativas como
las de la economía política de su éopca, como de concepciones naturalistas que pretendían
construir una representación de la realidad. Para ello construye una estrategia metodológica
expresada en los denominados tipos ideales, que sin ser una Idea en el sentido kantiano,
representan una construcción ideal que realza unilateralmente uno o varios aspectos de los
fenómenos singulares discretos que encajan en un cuadro en sí unitario. Se postulaba que la

24
Para una versión del teorizar analítico en sociología ver Turner, J (1991).

31
única forma de reunir lo singular en una idea unitaria- la única manera de hacer una
síntesis- sería a través del establecimiento de conexiones abstractas por medio de conceptos
que, en relación a la realidad, conformarían un cuadro paramétrico con la que compararla,
pero que jamás representarían dicha realidad en su esencia. Tampoco podrían ser una
exposición histórica de lo existente empíricamente. Weber señala “En efecto, ninguno de
aquellos sistemas conceptuales, de los que no podemos prescindir para la captación de los
elementos significativos de la realidad en cada caso, pueden agotar su infinita riqueza.
Ninguno es otra cosa que el intento de poner orden en el caos de aquellos hechos que hemos
introducido en cada caso en el círculo de nuestro interés, y ello sobre la base del estado de
nuestros conocimientos y de las formaciones conceptuales de que disponemos”
(Weber,1978:94).

Por su parte, las teorías que entienden la comprensión del ámbito preconstituído de
lo social (ámbito del sentido) no sólo como método sino como ‘la’ forma de constitución
misma de la sociedad, pueden ejemplificarse con la ilustración de algunas teorías actuales
para ubicar dentro de ellas a la teoría de la estructuración de Giddens. Siguiendo la
descripción de Habermas (1993a) se aduce que al interior de esta alternativa teorética se
deben resolver varias dificultades y responder a una serie de preguntas básicas, entre ellas;
si hay un sujeto (o no lo hay) del proceso de generación, y de cómo es dicho proceso de
generación: actividad cognoscitiva, lingüística, trabajo o creación. De ahí que se distinga
dentro de las teorías generativas, entre las que el autor denomina de la constitución, las
teorías sistémicas y las planteadas en términos de comunicación, según lo que entiende
Habermas por comunicación.25

Las teorías de la constitución según Habermas son las que “de algún modo
presuponen un sujeto trascendental” (Habermas,1993a:33). Se verá más adelante (segundo
capítulo), a través de un análisis de la noción de agencia, que tan exacto es afirmar esto para
el caso de la teoría de la estructuración como teoría de la constitución. Por ahora se retoma

25
Para una discusión en torno a la noción de comunicación e intersubjetividad y comunicación
como operación ver Luhmann, 1998.

32
la clasificación habermasiana con el objeto de clarificar las diferencias entre teorías en
términos gruesos.

Otro tipo de teorias generativas son las que “a la base del proceso de generación
ponen estructuras sin sujeto” (Habermas,1993a:33), dentro de las cuales se identifica a las
teorías sistémicas como la propuesta por Luhmann26. Por último, las teorías que “suponen
sistemas de reglas abstractos para la generación de relaciones intersubjetivas en las que
también los propios sujetos se forman”, son las teorías de la comunicación, tal como la que
propone el propio Habermas.

Habermas en su participación en las disputas alemanas en torno al positivismo,


plantea de algún modo las diferencias que acá se nombran con la dupla teorizar heurístico y
generativo. En tal contexto, el autor pronuncia en varios puntos esenciales la diferencia
entre teorías analíticas, que identifica con las nociones positivistas de las ciencias empírico-
analíticas y las visiones dialécticas de la sociedad (para nuestro caso generativas), con las
que se alinea.

26
Habermas anota en La Lógica de las Ciencias sociales que“ Luhmann interpreta la problemática
de la selectividad mediada por el sentido recurriendo a la teoría del significado de Husserl. Los
plexos de sentido constituyen horizontes de remisiones de las posibilidades en cada caso actuales
a las posibilidades dejadas en suspenso, pero a las que virtualmente puede siempre recurrirse”Más
adelante citando a Luhmann se aduce que “ ‘Resulta insoslayable el problema de integrar la
actualidad de la vivencia con la trascendencia de sus (en cada caso) otras posibilidades, e
insoslayable también la forma de elaborar las vivencias que se encarga de tal tarea. A esa forma la
llamamos sentido’ ”(Habermas, 1993b:319). Según señala Habermas en este texto tanto él como
Luhmann consideran la problematica del sentido como un eje básico de la construcción de teorías
sociales “Frente a toda suerte de objetivismo empirista, Luhmann, si no entiendo mal, y yo,
compartimos la idea de que el ‘sentido’ ha de intruducirse como un concepto básico de la
sociología, si no como el concepto básico de la sociología, porque la propiedad emergente que es el
procesamiento de la realidad por vía del sentido, propiedad que aparece en la etapa evolutiva socio
cultural, afecta a menos en tres aspectos a un programa teórico adecuado a ese ámbito objetual, a
saber: en lo que concierne a la transformación de las experiencias en datos, en lo que respecta a la
estructuración de la teoría, y en lo tocante a la relación entre teoría y experiencia” (Habermas,
1993b:332). En una nota al pie Habermas advierte, sin embargo, que esta compatibilidad con la
teoría de sistemas de la sociedad se sostiene en la medida que ambos programas advierten los tres

33
Afirma que la noción de ilustración asumida por el positivismo, según una
racionalidad ‘menguada’ en términos instrumentalistas, los lleva a consecuencias
indeseadas al contradecir sus intenciones de desideologizar la labor de investigación,
llegando en sus extremos al dogmatismo y, en el plano político a una visión tecnocrática y
decisionista. Contra este punto de vista opone uno que entiende el proceso de investigación
como una acción llevada a cabo por sujetos, proceso integrado en la “trama objetiva cuyo
conocimiento se busca” (Habermas,1973:148). Esto supone entender la sociedad como
totalidad27 y oponerla a una visión sistémica, como trama funcional de regularidades
empíricas que expresan dichas relaciones a nivel formal quedando por fuera del ámbito
experimental analizado. “La filosofía analítica parece hacer suyo el programa de la unidad
de la ciencia: la coincidencia fáctica entre las hipótesis legales derivadas y las regularidades
empíricas es principalmente casual y, en cuanto tal, exterior a la teoría”
(Habermas,1973:149).

El autor señala que no se puede proceder de manera unívoca en la ciencia cuando se


trata de la naturaleza o cuando se trata de los hombres. Al parecer habría una diferenciación
cualitativa en cuanto a la estructuración de cada campo objetual. El objeto que es sujeto de
las ciencias sociales, se ‘venga’ de la indiferencia con que los tratan las teorías positivistas y
aparece en el seno mismo de sus formulaciones a propósito de los acuerdos a los que se
debe llegar en la comunidad científica para definir que un enunciado de observación sea tal
y, que las reglas de correspondencia sean válidas. Habermas afirma que la teoría en cuestión
sólo se libera de estos fantasmas “en la medida en que concibe la trama social de la vida

problemas señalados, pero no existe acuerdo en cuanto a cómo se plantean dichos problemas.
27
Se podria distinguir varios tipos de lógica al asumir diferentes nociones de lo social como
unidad, una dialéctica pronunciada por Habermas en este artículo que se resume en que el todo es
más que las partes pero que las partes son un todo. “Sistema y particularidad son recíprocos y sólo
en su reciprocidad resultan cognoscibles” (Adorno en Habermas,1973:147). La noción de sistema a
la que se opone Habermas es la expresada en la idea común de un todo compuesto y descompuesto
en partes. Esta es la misma idea organicista que parte criticando Luhmann al asumir otro
paradigma, por así llamarlo, que reemplaza el esquema todo/parte por la distinción sistema/entorno,
así la sociedad como sistema es una forma, vale decir la unidad de la diferencia entre sistema y
entorno. Millán aclara este punto diciendo: “Existe, en efecto, una diferencia entre sistema y el
concepto clásico de totalidad; el sistema (...) es un principio de unificación de operaciones y de
estructuración estable de acciones” (Millán, 1998:118; nota a pie n°9).

34
como una totalidad determinante incluso de la propia investigación”
(Habermas,1973:50)..La ciencia social pierde así, al mismo tiempo, su presunta libertad de
elección de categorías y modelos; se hace consciente de que “los datos de que dispone no
son datos incualificados, sino, exclusivamente, datos estructurados en el contexto general
de la totalidad social” (Habermas,1973:50).

Habermas critica el supuesto del isomorfismo entre teoría y realidad, ya que no es


postulable una correspondencia ontológica entre los discursos científicos y las estructuras
de la realidad. Habemas aduce al respecto que “Las teorías son esquemas de órdenes que
construimos dentro de un marco sintáctico determinado, es decir, de acuerdo con sus
estipulaciones. Y se revelan como aplicables a un dominio especial de objetos siempre que
la multiplicidad y diversidad reales se sometan a ellas” (Habermas,1973:149).

En esto se presenta un círculo ya que la teoría de la sociedad podrá explicar su


objeto si aprehensdió su carácter preestructurado, pero a su vez es capaz de dar luz acerca
del objeto con categorías propias de la ciencia que deben ser adecuadas al objeto. Habermas
propone una noción hermeneútica de acceso al objeto sociedad, para luego asumir que es
necesario llegar a una síntesis entre los accesos objetivantes y las visiones del participante.

Estas afirmaciones han sido replanteadas por el autor y ha ido asumiendo ciertos
postulados del funcionalismo reformulado en términos de teoría de sistemas. De cualquier
manera se mantiene la idea general y básica que ciencia social reflexiva perteneciente a la
vida social en su conjunto.

Otro ejemplo ilustrativo de las denominadas teorías generativas, es la teoria de


sistemas de la sociedad de Luhmann, que como ejemplo se describirá de modo grueso y
superficial. Este autor postula que la teoría de sistemas no es un método de análisis de la
realidad, sino proposiciones que se refieren al mundo real, es una teoría autorreferente en el
sentido de que también se postula como parte del mundo que observa (incribe la diferencia
al interior de la la teoría).Con ello no se presente afirmar que las proposiciones de las

35
teorían sean idénticas con los objetos de las proposiciones, sino más bien que la
observación de la ciencia es una operación que observa como se observa y por tanto
distingue las formas de las operaciones28. De modo diferente, la referencia en las teorías
plantadas de modo analítico o heurístico está dada por la suficiencia lógica interna de sus
propias proposiciones planteando una noción de verdad como correspondencia. Esto
requiere de una serie de cánones y reglas de correspondencia que puedan hacer el nexo
entre proposiciones lógicas y hechos o enunciados acerca de hechos.

Esta teoría plantea entonces que las proposiciones, siendo referidas a lo real, asumen
su verificación en relaciones con la realidad y que una teoría de sistemas así propuesta es
una de sistemas reales y por tanto “Dicha teoría existe entonces como uno de sus objetos, y
así puede compararse con otros de sus objetos” (Luhmann,1990:42). La autorreferencia
implicada en este postulado significa que “la teoría de sistemas debe tener presente el hecho
de ser ella misma uno de sus objetos” (Luhmann,1990:43).

La teoría de sistemas sociales se separa de los postulados según los cuales se toman
a “las necesidades conceptuales de las construcciones de clases por las características
esenciales de las cosas mismas (...) no existe ninguna garantía inmanente a la cosa para que
se dé una coincidencia entre generalidades y formas esenciales” (Luhmann,1990:46). La
solución a esta cuestión, en la teoría de sistemas, no es construir conceptos de
caracterización sino de problematización, lo que implica no determinar las características
esenciales que se pudieran encontrar en todos los sistemas sino, más bien, plantear
problemas para los que pueden darse diferentes soluciones funcionalmente equivalentes29.
La generalidad está dada por una abstracción funcional y no de clase, esto puede

28
En la Ciencia de la Sociedad Luhmann hace alusión a este punto, afirma “La referencia (lo que
designa una observación), ciertamente tiene que ser distinta de la operación que refiere; pero esta
distinción debe entenderse de manera puramente funcional y no ontológica; no se refiere a mundos
ónticamente separados (ser, o pensar), sino que caracteriza únicamente la correspondiente
operación de la observación. Esta siempre tiene que ser realizada en el mundo, con lo que se
expone a su vez a la operación. Esto significa también que se trata siempre de una operación
empíricamente condicionada” (Luhmann, 1996a:60).
29
Para una discusión sobre el método funcional en Luhmann ver Joas (1990), y Habermas (1993b)

36
ejemplificarse en la posibilidad de afirmación de una descripción de la diferenciación de un
sistema; lo que se describe no es la clase de la diferenciación sino la construcción de la
diferenciación misma. Se describe un principio de constitución como referencia a la
operación contenida en ella30.

Por su parte, Giddens, introduce la noción de doble hermeneútica que se conecta con las
nociones que hemos introducido acerca de la relación entre teoría/realidad y teoría social en
la modernidad. Este postulado se establece en relación con dos órdenes de cuestiones: uno a
nivel lógico y otro a nivel empírico acerca de reflexividad institucional y social. En el
primer nivel, el carácter dual de la hermeneútica doble se refiere a que los descubrimientos
de la ciencia reingresan al mundo al que se remiten trasformándolo o plasmándose en él.
Esta afirmación de circularidad, que parece tan banal y obvia, entre el saber científico de
las ciencias sociales y el saber de sentido común de los legos, en su conexión intrínseca en
el saber mutuo31, deriva de una serie de presupuestos y toma de posición respecto a la
noción de ciencia discutida a partir de las versiones positivistas, postpositivistas y
antipositivistas32.

30
Este modo de entender el conocimiento, Luhmann lo denomina constructivismo operativo. Se
observa cómo observa el observador observado, y no “qué” observa. Según el diccionario de Corsi,
Espósito, Baraldi (1996) el constructivismo en términos globales postula que el conocimiento “no
se basa en su correspondencia con la realidad externa, sino siempre únicamente sobre las
construcciones de un observador” (Corsi, Esposito, Baraldi,1996:51).No se niega la existencia de la
realidad, pero se afirma que no existe en ella nada que corresponda a las categorías del
conocimiento, sin embargo la realidad es la que es, de modo que el observador conoce sus
distinciones y no datos primitivos. Esta pérdida de una referencia independiente del objeto no
implica falta de realismo: “son reales tanto los objetos como las operaciones que los constituyen, y
lo que cuenta es no confundir las distinciones diferentes" (Corsi, Esposito,
Baraldi,199653).Luhmann afirma “ ningún constructivista (...) discutiría que las construcciones
tienen que ser efectuadas por medio de operaciones reales adaptadas al entorno” (Luhmann, 1998:
143).
31
El saber mutuo es aquel conocimiento compartido por todos los que son competentes en
participar “en” o reconocer la realización apropiada de una práctica social o una serie de prácticas.
El conocimiento mutuo en palabras de Schutz, “los reservorios de saber” se refieren “ un saber
mutuo (que) la mayor parte de las veces es de carácter práctico: es inherente a la capacidad de “ser
con” en las rutinas de la vida social” (Giddens, CS, 1995:42).

37
La segunda noción a nivel institucional, dice relación con la naturaleza fragmentaria
y pluricéntrica de la sociedad en su fase de modernidad tardía y con el sitio y tarea de la
teoría/ciencia social dentro de ella.

Del primer enunciado sobre el reingreso de los conocimientos hacia el mundo al que
se refieren conlleva una serie de supuestos que nos parece importante dejar enunciados, ya
que estarán relacionados de manera directa con nuestro análisis posterior acerca de lo
micro/macro. La doble hermeneútica como cuestión empírica, refiere a la relación entre
teoría y praxis. En este punto Giddens deja entrever dos puntualizaciones. Una, que al ser la
reflexividad institucional un proceso inevitable, cuando un observador de ciencia social
pone a la luz sus descubrimientos, pierde el control sobre ellos, lo que para el autor también
concierne a la pretensión improcedente de introducir algún telos a la relación entre ciencia
social y su ámbito de estudio, cuando se intentar “anticiparse al autocumplimiento o la
autonegación de una profecía” (Giddens,NRMS,1997a:24). Un segundo punto desprendido
del anterior, es que entre la producción desde la ciencia social y la realidad social no es
posible postular una circularidad nutricia unidireccional, ya que no existe un “acuerdo
necesario” entre el cambio en las nociones de sentido común y la teoría social, es más, entre
ellas existen muchas conexiones posibles. El tema es de qué manera determinarlas y cómo.
Lo que importa destacar acá es la pregunta acerca de si el saber hacer de las personas en lo
concerniente a su vida práctica y moral tiene relación con el saber mejor que pudiera
pretender una teoría, y ello con el decidir que hacer que una sociedad (como metáfora) se
pregunta y lucha por contestar.

Una presuposición básica de esta teoría acerca de la vida social, es lo que Cohen
(1990) ha calificado, para la teoría de la estructuración como una de ontología de las
potencialidades. Si bien esta propuesta se aleja de la metafísica del idealismo y del
determinismo materialista, asume a nivel axiomático, que existen en forma no actualizada
propiedades fundamentales del ser, una constitución de la realidad y relaciones entre sus
elementos. Giddens declara: “centrar la atención en cuestiones epistemológicas distrae de

32
Ver en especial Giddens (1988)

38
los intereses más ‘ontológicos’ de la teoría social, justamente aquellos que la teoría de la
estructuración toma como eje. Más que preocuparse por querellas epistemológicas y por
determinar si algo semejante a una ‘epistemología’ en su acepción tradicional se puede
formular en definitiva, los que trabajan en teoría social, según mi propuesta, se deben
aplicar primero y ante todo a reelaborar concepciones sobre el ser y el hacer del hombre,
sobre la reproducción social y transformación social” (Giddens, CS,1995:21).

Dicha ontología planteada en términos de potencialidades, significa un verdadero


parteaguas frente a los presupuestos positivistas y el realismo social de las teorías
evolucionistas de los órdenes transhistóricos, ya que postula que las dichas propiedades de
carácter ontológico, son susceptibles de actualizarse o no, y de hacerlo se establecen de
maneras diversas de acuerdo a las condiciones sociohistóricas específicas de la dualidad de
la estructura.

Uno de sus postulados ontológicos, asume las proteicas facultades de los agentes o
actores (que distingue de los individuos) sociales para producir y transformar sus propias
circunstancias históricas, para reproducir y contribuir a crear las estructuras sociales.
Asimismo, distingue la existencia de condiciones fundamentales que generan la
multiplicidad de formas empíricamente discriminables del devenir de los procesos de los
acontecimientos sociales.

Por ello, es que Giddens aboga por la construcción de una teoría sustantiva y acusa
de teleológicos los intentos sistemáticos de los funcionalistas y evolucionistas. Las
propiedades estructurantes y las limitaciones a la agencia están dadas sólo en circunstancias
específicas y no es posible darles formas a partir de leyes nomológicas. De tal forma la
compresión no es sólo un método especial de acceso a la realidad social sino que “la
condición ontológica de la sociedad humana (tal) como es producida y reproducida por sus
miembros” (Giddens:NRMS,1997a:182). Por tanto, el cientista social no puede construir un
lenguaje que no esté conectado con las categorías del lenguaje lego, tal como lo hacen las
ciencias naturales.

39
El autor señala: “Es tarea de la ciencia social alcanzar concepciones sobre la
naturaleza de la actividad social humana y sobre el agente humano que se pueda poner al
servicio de un trabajo empírico. El quehacer principal de la teoría social es el mismo que el
de las ciencias sociales en general: esclarecer procesos concretos de la vida social”
(Giddens:CS,1995:19).

Su noción basal en relación a la señalada constitución de la sociedad se sitúa en la


categoría de agencia en tanto es la que distingue al mundo social del natural, ya que el
mundo social es producido y el mundo natural, en primera instancia, se encuentra dado. La
agencia se relaciona con un hacer del sujeto que actúa y razona. En términos de la teoría de
la reproducción y transformación de la sociedad, el sujeto debe ser descentrado en favor de
una mayor atención a la conducta social, es decir, a la acción de actores o agentes (usado
indistintamente), que participan en las prácticas sociales que producen la sociedad,
alejándonos de la atención preferente al sentido motivacional o de interés preconcebido. Sin
embargo, Giddens toma cuidado de no hacer desaparecer la subjetividad en un vacío
universo de signos. En definitiva son los sujetos los que hacen o dejar de hacer, los que
actúan, se abstienen de hacerlo o actúan de otra manera. El autor señala “(las) prácticas
sociales, inmersas en espacio y tiempo, se consideran situadas en la raíz de la constitución
tanto del sujeto como del objeto social (...) una visión distinta de la intersección entre decir
(o significar) y hacer, a fin de cuentas (ofrece) una concepción distinta de la praxis”
(Giddens, CS, 1995:23).

Entre las producciones teoréticas de índole generativo, las alternativas que se han
planteado para el proceso generatriz de la sociedad han sido varias; si es la comunicación
como operación de un sistema o si es la intersubjetividad o la denominada práctica
social.Cada alternativa, se vincula con una noción de relación teoría/realidad, y por ello con
un diagnóstico y una pregnosis de la sociedad como sociedad moderna. Sociedad cuyo
desencantamiento, como tragedia o en tanto posibilidad liberadora -del funcionamiento o la
reflexión- se desprende de las fuerzas vinculantes de la tradición y del fundamento

40
metafísico para, intramundanamente vérselas con el reflejo especular de sí misma y de las
forma y organización que es capaz de darse para la reducción/ampliación y cambio del radio
de alternativas.

La propia fuerza liberadora del sujeto, respecto a un mundo que se presentaba


internamente relacionado con la constitución del sí mismo, le hace una doble jugada. Por
una parte, permite la viabilidad de una reflexividad creadora, y por otra, la inmersión en las
posibilidades que de el sistema o estructura se presentan para la acción.

Nuevos caminos que avancen hacia una desparadojización tal, involucran, visto de
manera esquemática, por lo menos dos alternativas: apelar a síntesis de orden “superior”
basadas en posibilidades teórico-prácticas de fundar intersubjetivamente el orden social33 y
la fuerza vinculante de dicha sociedad, o renunciar al orden simbólico en término de sentido
relacionalmente construido y avanzar hacia las potencialidades operativas autárquicas que
los sistemas entre sí se viabilizan34.

33
Pienso que en esta cita de la Lógica de las Ciencias Sociales (1993b), queda bien reflejada la
posición habermasiana en relación a este punto. “Ahora bien, las reglas de la interpretación no
constituyen una dotación invariable de la economía vital concreta de los individuos o de los grupos;
cambian continuamente con las estructuras del mundo de la vida, a veces en los desplazamientos
continuos e imperceptibles y a veces de golpe y revolucionariamente. De ellas se dice
expresamente que han de ser objeto de investigación empírica. No constituyen algo último, sino
que por su parte son producto de procesos sociales que hay que traer a concepto. Es claro que las
condiciones empíricas bajo las que se forman reglas trascendentales que fijan el orden constitutivo
de un mundo de la vida son por su parte resultado de procesos de socialización. Por eso no veo
como podrían entenderse esos procesos sin recurrir a normas sociales; más si esto es así, aquellas
reglas de interpretación no pueden en principio separarse de las reglas de acción social. Sin recurrir
a normas sociales no podrían explicarse el nacimiento ni la transformación del “orden constitutivo”
de un mundo de vida, y, sin embargo, es verdad que ese orden constituye, por su parte el
fundamento para la traducción individual de las normas a acciones, de las que a su vez colegimos,
qué se considera norma” (Habermas, 1993b,201-202).
34
¿Cuáles son los sitios categoriales de una teoría de la sociedad que representan los diques al
flujo de la sorpresa y el enigma de la experiencia, mismos que se forman en la experiencia?. Esta
sería la problemática del orden social, planteada desde un marco que podría (aún) denominarse
accionalista más no atomista, de última, un marco que incluye en el programa de la ciencia social la
comprensión y por tanto el sentido de la acción. Desde una visión sistémica, el problema gira por
completo, desde una cuestión basal de lógica, ya no dialógica-relacional, sino la de una unidad de
la forma (distinción), “códigos binarios (como) construcciones totalizadoras, construcciones del
mundo con exigencias de universalidad y sin limitación ontológica” (Beriain:1996:21). Desde el

41
Para el problema que nos ocupa en torno al rotulado problema del vínculo
micro/macro, la distinción entre las formas de teorizar antes esbozadas, se translucen en los
postulados acerca de la índole de la vinculación o integración que es posible o deseable
hacer Esta empresa tiene sentido si hay algo que poner en relación, de manera básica, estos
“algos” son las acciones de sujetos y las estructuras sin sujeto. Partiendo de esta premisa se
pretende explicar y vincular, hacer síntesis, etc.

Para Luhmann, por ejemplo, este problema no se sitúa en la cuestión de relacionar


agencia con sistemas o estructuras, ya que la emergencia de sistemas sociales es una “desde
arriba” donde los elementos “son elementos sólo para los sistemas que los utilizan como
unidad, y lo son únicamente a través de estos sistemas” (Luhmann,1990.64). Por tanto la
unidad de la acción no es ni un hecho psicológico ni sociológico ya que no “proviene de la
conciencia de unidades minimales que ya no pueden descomponerse más, sino de procesos
sociales de sumación” (Luhmann,1990:65). La cuestión de una vinculación analítica
micro/macro es secundaria, el problema central se plantea como un logro evolutivo que ha
permitido que el sistema social de la sociedad se diferencie de los sistemas de interacción,
otorgando mayores libertades a ambos35

En palabras de Luhmann “Por un lado, la sociedad y sus subsistemas funcionales


primarios se harán menos dependientes respecto de las reglas de interacción y requerirán

paradigma del sistema/entorno y no del sujeto/objeto.


35
Luhmann entiende que dentro de los sistemas sociales se diferencia sistema sociedad,
organizaciones y sistema de la interacción. El sistema psíquico que vivencia pensamientos es parte
del entorno del sistema social. En el curso de la evolución social se genera una creciente
diferenciación entre sociedad y sistema de interacción pero “La diferenciación nunca puede ser
separación. La interacción sigue siendo comunicación- sigue siendo como antes consumación de la
sociedad; no puede dejar la sociedad y enfilar hacia su ambiente; al explorar nuevas posibilidades
simplemente ampliará la sociedad. Tampoco la sociedad puede reproducirse a sí misma sin proveer
posibilidades para la interacción, no puede existir sólo en el papel. De ahí que la diferenciación
entre la sociedad y la interacción suceda dentro del sistema social , posiblemente con un impacto
secundario en las formas en las que el sistema social mismo estable límites” (Luhmann,1994:148)
Ver además Luhmann (1998) y Millán (1997).Para una crítica sobre la noción de sentido,
externalidad del sistema psiquico y social y la noción de interpenetración en Luhmann, ver
Habermas (1993b), Habermas (1989), García Ruiz (1997).

42
una comprensión de sus propias condiciones estructurales. Por otro lado, las interacciones
se harán también más dependientes de su propia autorrealización autopoiética,
particularmente de algo que pudiera ser sintetizado como ‘tomar el papel del otro’ (Mead) o
como adaptarse a la ‘doble contingencia’ (Parsons). “ (Luhmann, 1994:151).

Las sociedades modernas, según este enfoque, no están necesariamente menos


integradas que las sociedades tradicionales sino integradas de otra manera, dado que son los
mayores grados de libertad entre los subsistmas los que definen un tipo de integración en
sociedades diferenciadas funcionalmente. Al definir la interacción como la reducción de los
grados de libertad se adverte que la sociedad, en cuanto sistema, requiere para su
autoreproducción de desacoplamientos constantes (acoplamientos laxos) y, por tanto,
mayores grados de libertad.

En esta investigación se parte de otro lugar, afirmando la necesidad de la pregunta


acerca ela de la relación posible entre acción y estructura, dado que se postula como valioso
revisar si los procesos de emergencia social tienen que ver con las prácticas de sujetos, por
ello es que se transita este recorrido indagatorio dentro de una teoría como la planteada por
Giddens, para ponderar cómo es que la acción con sentido y el sentido como legitimación
se innerva con prácticas y formas de vida siginificativamente estructuradas.

De ahí advertimos que los intentos de índole analítico plantean la pregunta como
una acerca de la vinculación entre lo micro y macro social postulando que la cuestión
individuo/sociedad debe ser planteada (y es la forma en que puede ser resuelta) de forma
analítica, ya que no existe unidad irreductible alguna, tal como un sujeto, sino un concepto
dimensionalizable llamado acción en relación a un estado precondicionado llamado orden
social.

Una noción del problema desde el prisma de una teoría social planteada como teoría
generativa de la sociedad se plantea la pregunta por la producción misma de la sociedad, y
en este lugar se sitúan las teorías de la constitución como se autodescribe la de

43
estructuración de Anthony Giddens.

Esta posición se aclara si pensamos en como se constituye el dato, como base


experimental/experiencial de la ciencia social. Este es un hecho social que, como tal, puede
ser objetivado, pero además, y este es el problema, interpretado; y si la discusión acerca del
acceso a los hechos sociales como dato objetivado pero además preinterpretado, presupone,
no sólo una teoría acerca de dicho acceso, sino también una cierta noción de lo que esa
realidad social es y como llegó a constituirse como tal. Esto implicaría que las relaciones
empíricas que de esa realidad societal se analicen, involucran presupuestos acerca de un
paso más atrás, es decir, de cómo se entiende la constitución misma de eso que llamamos lo
social; objeto de estudio de la sociología.

44
3. La pregunta por la integración de perspectivas: una decisión, un dualismo o una
síntesis: una breve mirada al problema de explicación/ comprensión

“Si Kant pudo formular la pregunta fundamental de su filosofía: ¿cómo es


posible la naturaleza?, y responder a ella, fue porque, para él, la naturaleza
no era otra cosa que la representación de la naturaleza. Y esto no solamente
en el sentido de que “el mundo es mi representación”, y de que sólo
podemos hablar de la naturaleza en cuanto es un contenido de nuestra
conciencia, sino en el sentido de que aquello a que nosotros damos el
nombre de naturaleza es una manera particular que tiene nuestro intelecto
de reunir, ordenar y dar forma a las sensaciones. (...) Pareciera conveniente
tratar de modo análogo la cuestión de las condiciones a priori, en virtud de
las cuales es posible la sociedad (...) Pero la diferencia esencial entre la
unidad de una sociedad y la de la naturaleza, es que ésta última -en el
supuesto kantiano aquí aceptado- sólo se produce en el sujeto que la
produce con los elementos sensoriales inconexos; al paso que la unidad
social, estando compuesta de elementos conscientes que practican una
actividad sintética, se realiza sin más ni más y no necesita de ningún
contemplador. La sociedad (...) es la unidad objetiva que, no necesita de
contemplador alguno, distinto de ella (...) Teniendo en cuenta todo esto, la
cuestión: ¿cómo es posible la sociedad? adquiere un sentido metódico
distinto de la de ¿cómo es posible la naturaleza?. Pues a esta última
responden las formas de conocimiento, por medio de las cuales el sujeto
realiza la síntesis de los elementos dados, convirtiéndolos en “naturaleza”;
mientras que a la primera responden las condiciones a priori en los
elementos mismos, gracias a las cuales se unen éstos realmente para formar
la síntesis sociedad”. (Simmel, George. Sociología.).

Las respuestas a las preguntas acerca del orden social, por un lado, y de la constitución de la
sociedad por otro36, también se relacionan con las formas o estrategias conceptuales
(explicación/comprensión) en ciencias sociales o específicamente en sociología.

El dualismo, representado en lo que ha llegado a ser planteado como dicotomía


excluyente entre ciencias empírico-analíticas y hermeneúticas-interpretativas, constituye
una de estas duplas. Cisma aún no saldado, más bien ignorado por largo tiempo y vuelto a
poner en el corazón de la teoría. Esto se refiere a cuál es el ámbito objetual de las ciencias
sociales (las acciones con sentido o el comportamiento) 37.

36
Se hace alusión a la distinción arriba planteada entre teorizar analítico/heurístico y generativo.
37
En esta parte me guiaré por algunas de las nociones y revisiones habermasianas de la distinción

45
Con ello se hace remisión a la clásica discusión en sociología que podría resumirse
en la distinción explicación/comprensión. De esta distinción se deriva lo que pueda
entenderse por el desafío de integrar en una síntesis la explicación de la formación de la
sociedad, o “vincular”, las dimensiones de lo micro y lo macro social. Para introducir este
discusión se hará una sintética panorámica del problema de acuerdo a las distinciones que
ofrece Habermas (1993b) al respecto, para luego exponer, también de modo ilustrativo las
nociones weberianas del dualismo y terminar con los aportes de Schutz y la recuperación
giddensiana de la discusión comprensión/explicación.

Según Habermas (1993b) los planteamientos teóricos al interior de las ciencias


sociales, deben decidir acerca de cuestiones de “principio”, que son: la elección del marco
categorial y la conceptualización del su ámbito objetual. Estas decisiones las resume en tres
ámbitos; el problema del sentido, al que nos referimos en el acápite anterior, el tipo de
noción acerca de la acción social y la opción por un planteamiento holista o elementarista.

La cuestión de si se acepta o se rechaza el sentido como categoría fundamental de la


teoría social, se relaciona con lo que se entiende por sentido y tendrá que concebirse de
forma diversa según de qué teoría se trate. En el caso de Habermas, se define sentido, de
forma paradigmática como “el significado de una palabra o una oración”, de tal forma, es la
comunicación lingüística la nota constitutiva del ámbito objetual mismo que viene
constituido en términos de comunicación lingüística. Lo importante, para el objetivo
aclaratorio de esta investigación, es el status que toma el sentido dentro de una teoría; si con
éste caracterizamos la estructura misma del ámbito objetual o caracterizamos sus
elementos.

explicación/comprensión, esto como una clarificación de índole propedeútica, más no como


compromiso de fondo con los presupuestos de su propia teoría de la acción comunicativa. En el
desarrollo del este punto, al interior de la teoría que nos ocupa, abordaremos con mayor
profundidad esta discusión, a propósito del diálogo que Giddens establece ‘con’ el problema del
“dualismo” de perspectivas; forma en que llega a construir su propuesta al respecto, cuestión
íntimamente ligada con su visión del vínculo micro/macro. Es por esto también que en este punto
se excluye del análisis a los sistemas sociales que procesan sentido.

46
Si se admite el sentido como categoría básica dentro de las ciencias sociales,
podemos distinguir entre comportamiento y acción.Una acción es imputable a una
intencionalidad, y dicha intencionalidad se entiende como un comportamiento orientado por
reglas o normas. Las reglas existen en virtud de un significado que intersubjetivamente se
reconoce, es decir, éstas contienen un contenido semántico toda vez que un sujeto que es
capaz de entenderlo las sigue (se constituyen en y por la acción, a la vez que la acción se
constituye en y por las reglas). A este tipo de comportamiento se le llama acción.

Por lo tanto, un comportamiento privado de intencionalidad puede ser observado,


descubriendo regularidades a partir de generalizaciones inductivas, en cambio, una acción
se la puede además entender en su sentido. Un hecho observable como tal no viola ninguna
regla o la actualiza, sino que se da o no se da; tienen éxito o fracaso ante la realidad. Si bien
es posible establecer regularidades relativas para ambos tipos de comportamiento, en el
caso de la acción, la afirmación de dicha regularidad se relaciona con “una especificación
de la probabilidad de que vayan a seguirse tales o cuales normas” (Habermas,1993b:22).

De esta distinción, se sigue una entre las diversas formas de experiencia que ellas
representan. “El comportamiento y las regularidades comportamentales pueden ser
observadas, mientras que las acciones pueden ser entendidas” (Habermas,1993:22).Lo que
quiere decir que las acciones se remiten a reglas que se siguen y su comprensión permite
entender el sentido de esas reglas. Esto no nos lleva necesariamente a una versión
reduccionista, donde la comprensión del sentido excluye la posibilidad de establecer algún
tipo de regularidad o que deseche la observación como relación con la experiencia.

Al observar un hecho nos valemos de enunciados observacionales que afirman algo


acerca de la experiencia de acuerdo a los marcos lógico-téoricos de los que se hace uso para
tal observación. Entre el ámbito de la teoría y el de la realidad debemos establecer reglas de
correspondencia. Por decirlo de una manera básica, la relación que se establece es entre el
acto de experiencia y un objeto.

47
En el caso de las acciones, se establecen enunciados interpretativos acerca de un
ámbito preestructurado simbólicamente. La relación sujeto/objeto, se traslada de ser una
relación cognoscente a una constitutiva. El sujeto que conoce es parte (constituyente) del
ámbito objetual que pretende conocer. Esto tiene consecuencias metodológicas. En el caso
de enunciados observacionales descriptivos de la realidad pueden hacerse operaciones de
medida, transformando la experiencia en dato, disponiendo de reglas y procedimientos
reconocidos intersubjetivamente (dentro del ámbito de lo que es científico) para asegurar su
fiabilidad, esto es que los enunciados observacionales se asocian a una forma de lenguaje
lógico, y se construyen reglas de correspondencia que permiten la comprobación
(verdadero/falso).

Cuando se habla de interpretación como comprensión de sentido de la acción, las


oraciones descriptivas corresponden al lenguaje de personas en su mundo social, por lo que
no responden de la misma manera a una operacionalización en el lenguaje de medición y
dependen de una compresión precientífica (de sentido común) del lenguaje; un acceso
hermeneútico. No obstante, como diría Simmel, “no se necesita ser César, para comprender
a César”. Ello implica que el arte de comprender puede no sólo ser parte de un
entrenamiento en el lenguaje natural, sino que constituir también el desafio de explicar el
sentido, y en esa labor establecer las operaciones básicas para introducir dicha noción
esencial dentro del programa de las ciencias sociales38.Habermas propone hacer una
reconstrucción racional de las estructuras profundas de las competencias de regla
universales.

38
Este es el intento habermasiano y conlleva ciertos compromisos de arranque respecto a qué es y
que no es, dicha lógica de las ciencias sociales y cómo se concibe a una ciencia social que lleve en
su centro la noción teórica de acción comunicativa. "Es importante notar que para Habermas el
problema radica en cómo conciliar 'bajo un mismo techo' ambos enfoques divergentes y no en
cómo sustituir los métodos del análisis causal por los de la comprensión interpretativa o viceversa”
(Mc Carthy,1995:170). Se trata de criticar toda pretensión de validez universal de ambos, “y de
hallar algún tipo de síntesis superior en la que los dos puedan encontrar acomodo” (Mc
Carthy,1995:171)

48
Indudablemente que los planteamientos weberianos, tanto a nivel metodológico
como teórico, en relación al acto unitario de conocimiento de la explicación comprensiva (o
interpretación explicativa) resultan una de las propuestas clásicas relevantes en cuanto a
intento de saldar el dualismo acá referido, y más allá de ello, de proponer una forma de
hacer ciencias sociales innovadora y creativa en su época; una forma de pensar el mundo
confrontado con tradiciones filosófico y sociopolíticas divergentes.

En lo que sigue presentaremos una visión sumaria de los postulados weberianos en


torno a la discusión explicación/comprensión para luego revisar, los aportes de Schutz y la
recuperación de Giddens de los planteamientos del autor austríaco.

En la cita de Simmel, en el epígrafe de este acápite, de su obra ‘Sociología, Estudios


sobre las formas de socialización’ de principios del siglo XX, se advierte en germen el
dualismo, al que se viene refiriendo, entre ciencias de la naturaleza y de la cultura.Pero esta
vieja disputa metodológica acerca de principios respecto a la unidad/dualismo de las
ciencias naturales y del “espíritu” parece hoy olvidada. Las ciencias naturales, nomológicas
como las histórico -hemeneúticas siguen por carriles que no se topan, sin perturbar una a la
otra. Este dualismo se ha dejado de discutir en el marco de la lógica de la investigación; la
teoría análitica de la ciencia (por ejemplo, Popper) y la hermeneútica filosófica (por
ejemplo, Gadamer) se ignoran mutuamente.

Desde la visión positivista las ciencias sociales se podrían unir al programa analítico
empírico, puesto que en su estructura no debieran diferir de las ciencias de la naturaleza.
Pero intentos de esta índole sólo se han concretado en la psicología y psicología social. La
economía como econometría se sigue ateniendo a un marco más bien normativo analítico
que empírico analítico, bajo premisas hipotéticas de máximas de acción. En sociología por
su parte, se atiene a un marco funcional estructural o estrictamente histórico.

Estas tres posiciones dentro de las ciencias sociales tienen su derecho relativo. No se
trata de que partan de presupuestos metodológicos deficientes que con una depuración

49
lógica pudieran avanzar (presuponiendo su inmadurez) hacia una ciencia de carácter
nomológico como programa unitario. Estos enfoques surgen del hecho que la sociedad
como objeto de las ciencias no puede encajásele teorías generales de la misma manera que
a procesos objetivados correspondientes a los hechos de la naturaleza.

Ciencias naturales e históricas pueden profesarse mutua indiferencia, pero las


ciencias sociales tiene que conjugar en su interior la tensión de ambos polos “ aquí es la
propia práctica de la investigación la que obliga a reflexionar sobre la relación entre
procedimientos analiticos y procedimientos hermeneúticos” (Habermas en Mc
Carthy,1995:83)

El problema básico que plantea la distinción entre nociones de explicación y


compresión es la definición del campo de la ciencia social y de cómo se entiende éste.
Según nociones positivistas de la ciencia social , suponen la existencia de ‘afinidades
naturales’ discriminables de objetos (naturales y/o sociales) que “preexisten y determinan lo
que el observador hace cuando describe y clasifica esos objetos”
(Giddens,NRMS,1997a:160).

Las teorías científicas como sistemas hipotético deductivos que suponen varios
niveles de definición conceptual, en el más alto están los postulados abstractos de los que
no se puede dar una definición precisa por su contenido empírico, sino sólo por sus
relaciones lógicas con otros postulados. Estos conceptos son de un caracter diferente a los
términos del lenguaje de observación que se refieren al suelo sensorial de la experiencia.Por
esto, debe haber reglas de correspondencia, “que especifiquen las relaciones que existen
entre el lenguaje de la observación y el lenguaje de la teoría” (Giddens,NRMS, 1997a:161)

Esto implica que la experiencia contiene fundamentos últimos y que estos


fundamentos se pueden hallar en ciertas áreas de la experiencia que se puede categorizar en
lenguaje neutro (científico). Se supone una relación esencialmente pasiva entre sujeto y
objeto. Pero tanto empiristas como idealistas, encuentran dificultades a la hora de acceder al

50
objeto; los primeros en el intento de especificar las reglas de corresponencia y los segundos
en reconstruir el mundo de la experiencia sensorial en sí a partir de la actividad
cognoscitiva de un yo trascendente.

Ante esta posición dibujada de manera esquemática como extremos caricaturezcos,


se alza el alegato por incluir las visiones del actor, pero un nuevo reduccionismo, no
advierte el denominado problema de adecuación planteado ya por Weber y posteriormente
por Schutz, entre el lenguaje ordinario y los metalenguajes de la ciencia social. El
programa que describe hechos sociales y el que aspira a reproducir la visión del actor
coinciden en su tizne empirista.

Los aportes de Popper en relación a una base no inductiva del conocimiento


cientifico pretende saldar el escollo empirista, postulando el denominado falsacionismo
metodológico, negando la existencia de un lenguaje de observación exento de teoría. Por
otra parte, y dentro de la tradición positivista, Kuhn hace otro importante aporte rescatado
por Giddens, que es situar la actividad científica dentro del marco social en que ésta se
desarrolla, es decir, una comunidad científica que debe acordar criterios válidos de
procedimientos por los que llegar a postular enunciados verdaderos y criterios globales de
sentido intersubjetivo.

El problema con esta postura, según Giddens, es la inconmensurabilidad entre


paradigmas y las consecuencias relativistas a que esto nos lleva porque: ¿cuál sería el
criterio racional para decidirse por un paradigma u otro si son universos cerrados de
premisas epistemológicas?. Habrá que reconocer entonces que una descripción del Kula por
parte de actores legos es básicamente similar a una descripción del Kula hecha a través de
premisas científicas?. Pero “¿Cuál es la conexión entre la tarea hermeneútica de la
mediación de descripciones de formas de vida y los conceptos técnicos elaborados en las
ciencias sociales?. Se trata de aspectos gemelos a lo que Schutz, siguiendo a Weber , llama
el problema de la adecuación” (Giddens, NMRS,1997b:181).

51
Si bien Giddens reconoce que el ámbito propio de las ciencias sociales es un objeto
cultural y por tanto preconstituido, y esto plantea al cientista social problemas de carácter
hermeneútico, esto no implica que rescatar las diferenciaciones de sentido de los actores
legos nos lleve a englobar esas misma diferenciaciones dentro de la ciencia. Se deben
construir metalenguajes teóricos propios de la sociología, con sus reglas y criterios de
procedimiento.

Más, la cuestión de la mediación entre las nociones de sentido común y el lenguaje


científico, no refiere a la reducción a una lógica formal que prescinde de la noción de
lenguaje como práctica. Si bien los criterios que permiten establecer metalenguajes teóricos
difieren de los del lenguaje de la vida cotidiana, los constructos científicos también deben
ser captados hermeneúticamente.

Weber: la comprensión explicativa

La idea de ciencia pretendida por Weber recibe criticamente la tradición y pretende


fundar un programa de ciencia social no renunciando a la pretensión de cientificidad
(racionalidad)..Esto lo declara en su artículo de 1904 a propósito del requisito de
objetividad, señalándo: “La ‘objetividad’ del conocimiento de las ciencias sociales depende
más bien de esto: que lo empíricamente dado se oriente de continuo con relación a aquellas
ideas de valor, las únicas que le prestan valor cognoscitivo, que en su significación, sea
comprendida a partir de ellas, pero que jamás sea convertido en pedestal para la prueba,
imposible empíricamente, de la validez de aquellas” (Weber,1978:100). Es decir, reconoce
la importancia de los valores pero ésto no quiere decir que sea a partir de aquellos juicios
que se decida sobre la idoneidad o no de los enunciados propiamente científicos. Podemos
decir algo sobre lo que ‘es’ no sobre lo que ‘debe ser’, a lo más determinar la coherencia
racional entre medios y fines o aclarar los fines, pero nunca prescribir acerca de ellos.

En el debate metodológico alemán de aquella época una de las preguntas centrales


era: ¿La explicación causal debe tener cabida dentro de la ciencia histórico social?. La

52
imagen canónica de la ciencia incluía, por cierto, un tipo de explicación que determinara
leyes nomológicas bajo las cuales se puede determinar antecedente con causa de un
contiguo consecuente, como cuestión básica. Había que deslindar, por tanto, la idea de
ciencia social de las ciencias de la naturaleza, pero también de la filosofía y de los enfoques
romáticos sobre la reviviencia de las experiencias como cuestión derivada de la subjetividad
(Aguilar, 1989)

Los albores del siglo XX, como se expresó anteriormente, es una época recorrida
por dos espíritus, uno analítico acorde con los ideales de la ilustración y uno sintético más
alineado a las ideas románticas que reclamaba por la devastación de la cultura y de la
subjetividad en un mundo reificado y un sujeto cada vez más alienado, elevando y
rescatando el carácter sintético-integrador de la cultura. El diagnóstico global se advertía
como una creciente racionalización de la cultura y burocratización situada en los modos de
operación del Estado, lo que Weber llama jaula de hierro.La otrora comunidad tradicional
descrita por Tonnies, y tantos otros, se había desintegrado o a lo menos estaba en proceso de
transformación. El avance de un modo de vida diametralmente opuesto diagnosticaba que el
fin (propósito) del Estado ya no era el de sus miembros, y que en dicho contexto su
funcionamiento burocrático no reflejaba los fines universalizables de la razón práctica. Esta
separación entre una razón instrumental y el reconocimiento entre los sujetos llevaría a
preguntarse a Weber sobre los problemas de legitimidad que amenazarían las esferas
político-administrativas de las sociedades modernas. En relación a estas condiciones de la
modernidad se advierten estas dos corrientes: la analítica y la sintética que Kant distinguiría
como causas eficientes y fines ligados a la voluntad de sujetos libres.

Esto es “.... la doble causalidad kantiana que gobierna la historia humana:(...) la


determinista y la teleológica” (Zabludovsky,1995:240). La primera es una causa de tipo
mecánica. Dado que en un mecanismo (como un reloj , funcionamiento que algunos
advirtieron se representaría en el modo de operación del Estado absolutista) sus partes
pueden manipularse sin que se afecte la función de la máquina, dichas partes no contienen
dentro de sí la idea de fin del conjunto Esto sería diferente a la noción de organismo, donde

53
fin e idea están inscritos dentro del todo “ en el organismo cada miembro es el símbolo
inmediato del todo o se limita a ser una variación en el detalle de ese todo, a diferencia de la
máquina , cuyos miembros no gozan ni directa ni indirectamente de la información del todo
en que participan externamente” (Frank,1996:158)39

Esto viene a reproducir la idea de que los sujetos humanos actuamos según fines o
ideas que son causas teleológicas y que a diferencia del funcionamiento de un artefacto
mirado de modo objetivante, reconociéndo una voluntad racional; la libertad.

Weber, atento a las corrientes, espíritus y fantasmas que animaban o espantaban su


ámbito epocal, se encuentra en medio de varias disyuntivas heredadas del siglo anterior
“...la posibilidad de diferenciar entre ciencia histórico-social y la filosofía práctica; la
relación entre el concepto teórico y la norma; el tipo de categorías con las cuales debe
proceder la ciencia histórico-social; el papel de la explicación casual y de la ‘compresión de
sentido’, así como la posibilidad y validez de articular estos dos esquemas”
(Zablubovsky,1995:238)

Pese a variados intentos de autores neokantianos como los de Rickert, Windelband y


Cassirer, el problema del dualismo no queda saldado, y practicamente desaparece como
tema de la filosofía así como de la concepción metodológica de las ciencias experimentales,
salvo por algunas excepciones como la de Max Weber, quien le dió continuidad a la
discusión en torno a la teoría de la ciencia. Esto no es anacronismo toda vez que, y pese a
las alternativas positivistas, el desafío que se platearan estos pensadores no se extingue
como problema de la práctica de la investigación en las ciencias sociales.

39
La distinción entre mecánico/orgánico fue utilizada en dicha época como metáfora en el discurso
socio político. Los socialistas la utilizaron para significar la utopía del Estado antiburgués. La
misma dupla alcanzó relevancia dentro de la sociología a través de la formulación de Tonnies que
definió sociedad como “la coexistencia mecánica y externa de los ciudadanos” y a la comunidad
como “asociación orgánica” (Frank,1994: 158).Durkheim, por su parte, opta por oponer solidaridad
orgánica y mecánica en sentido inverso al de Tonnies, para apartarse deliberadamente de las
formulaciones de éste. “ Según Durkheim para Tonnies mientras en la Gemeinshaft la solidaridad
es ‘orgánica’, es decir, ‘espontánea’, en la Gessellshaft es ‘mecánicamente producida’ , es decir,
‘artificialmente’ por ‘ la acción externa del estado’” (Giddens, 1993a: 55, nota a pie N°11).

54
Los antecedentes intelectuales inmediatos de Weber lo constituyen, en esta
discusión, por una parte, los postulados de Windelband y Rickert, por otra, las nociones de
teoría ecónomica de Menger y los postulados probabilísticos de Kries y Radbruch.

De Windelband retoma la idea de que la explicación causal no tiene que ser


necesariamente una de forma legaliforme de índole nomológica. Las ciencias del espíritu no
tienen porque renunciar a la noción de causalidad, pero se debe reconocer que “las ciencias
ideográficas tienen como finalidad cognoscitiva la producción de enunciados causales
singulares que buscan entender la fisonomía específica de un evento histórico bien
determinado” (Zablubovsky,1995:241).

De Rickert , Weber destaca que la naturaleza y la cultura denotan dos campos de


trabajo dentro de las ciencias y no dos ámbitos objetuales empíricos diversos. La distinción
está en los procedimientos cognoscitivos de la razón. Rickert además señala que la
“referencia de valor” es una condición a priori que permite la selección y organización de
la multiplicidad caleidoscópica de la realidad en una síntesis particular ‘Por la relación de
valor, los datos heterogéneos y aislados se homogenizan y conectan; y la realidad se abre
como proceso’ ” (Zablubovsky,1995:242).

Por otra parte, en las obras de Menger, Weber encuentra los antecedentes de su
noción de esquema medio-fin de la acción racional. Por otro lado, la noción de causalidad
adecuada y posibilidad objetiva encuentra sus raíces en los estudios acerca de enunciados
causales probabilisticos, lo que lleva a Weber a planter una noción de multicausalidad, que
distingue la posibilidad que entre un conjunto variable de causas, sólo algunas lleven a un
efecto, y por otro lado, que se deba distinguir entre lo fortuito o accidental en relación a un
fenómeno, y lo que es adecuado, en la medida en que si no hubiesen ocurrido ciertos
eventos el fenómeno social no se hubiese concretado. De esta forma se puede determinar un
conjunto de condiciones que favorecen la ocurrencia de un evento.

55
Weber, retomando de forma crítica estas herencias, se interesa por el problema del
dualismo centrándose en la cuestión de conjugación de explicación y comprensión,
adhiriendo a un programa de las ciencias de la cultura dentro de las sociales de intención
sistemática.

Según el ordenamiento que hace Habermas en su discusión de ‘La Lógica de las


Ciencias Sociales’ (1993b), la problemática comprensión y explicación en la obra de Weber,
refieren a reglas distintas, según se refieran a cuestiones de: procedimientos, fines o
presupuestos. Acá sólo se discutirá la referida a los procedimientos, ya que es la que
focaliza de manera más directa la problemática de la que trata esta tesis.

Los prodecimientos: “ ¿ Cómo son posibles las teorías generales de la acción


social?” (Habermas:1993b: 91)

La respuesta de Weber a esta pregunta es su definición de sociología como “una


ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social, para de esa manera
explicarla causalmente en su desarrollo y efectos” (Weber,1997: 5).

Las regularidades sociales, a diferencia de las naturales, resultan comprensibles ya


que por acción “ debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo
o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción
enlacen a ella un sentido subjetivo” (Weber,1997:5).

Por tanto la acción social es intencional y la entendemos reconstruyendo su sentido.


Pero la comprensión de la motivación de la acción no otorga por sí sola una prueba de que
se da efectivamente X efecto causal. Habermas apunta: “La relación lógica entre
explicación y comprensión puede reducirse, por tanto, a la relación general entre proyección
de una hipótesis y comprobación empírica” (Habermas,1993b:91). Extrapolamos un fin
suficiente para motivar una acción , pero sólo cuando la hipótesis así derivada se ve
empíricamente comprobada pasamos a la explicación.

56
En ‘Economía y Sociedad’ Weber señala que la comprensión apunta a la acción
humana ya no como medio sino como fin imaginado por el actor o actores, el que orienta la
acción. El sentido es, por tanto, el significado real que tiene algo para un sujeto concreto,
como una relación con un tipo ideal de significado subjetivo para un agente hipotético. La
comprensión entonces se realiza de forma racional y no de manera intuicionista o empática,
sino por medio de métodos científicos, éstos son técnicas de interpretación del sentido
repetibles y verificables, donde comprender implica una serie de relaciones lógicas que
conforman el esquema subjetivo del agente.

Weber postula dos formas de captación interpretativa del sentido, la que se


subdivide a su vez según se trate de acciones racionales o de acciones emotivas. Una forma
de comprensión es la directa donde comprendemos el sentido de una acción por
observación directa (racional cuando observamos la operación matemática 2+2=4;
irracional, cuando entendemos el estallido de ira de una persona por su expresión facial y
sus exclamaciones orales).

El otro tipo de comprensión es la compresión interpretativa que se distingue de la


directa por cuanto “ implica el poner en claro un vínculo de motivos que se interpone entre
la actividad observada y su sentido para el agente” (Giddens,1992:248).En el caso de una
acción racional (de medios en relación a fines, cortar leña para hacer un fogata y
resguardarse del frío) como de una irracional (el llanto) podemos hacer el mismo tipo de
deducción indirecta de motivos. Este tipo de comprensión implica que la acción concreta
debe ser situada en una secuencia comprensible de motivaciones, cuyas comprensiones de
las conexiones de sentido se considera una explicación de la acción real. Por tanto, la
compresión siempre implica relacionar la acción concreta con una pauta normativa más
amplia en referencia a la cual el actor se orienta.

Pero se debe ir más allá para que la postulación de una conexión de sentido se vea
acompañada de una evidencia, ya que “ninguna interpretacón de sentido, por evidente que
sea, puede pretender, en méritos de ese carácter de evidencia, ser también la interpretación

57
causal válida” (Weber,1997:9). Es indispensable el control de la toda interpretación
comprensiva de sentidos por los resultados “la dirección que manifieste la realidad”
(Weber,1997:10).

De tal manera, y para llegar a una explicación causal, se hace necesario distinguir
entre lo que Weber denominó adecuación subjetiva y adecuación causal. La interpretación
es adecuada a nivel de sentido si la motivación atribuida es razonable dentro de los marcos
normativos admitidos o habituales de una sociedad, o sea, si es adecuada culturalmente
hablando. Pero no se debe confundir una explicación adecuada en estos términos con una
explicación totalmente satisfactoria a nivel causal, ya que “no hay una relación simple y
directa entre ‘conexiones de sentido’, motivos y conducta” (Giddens,1992:249). Por ello, es
indispensable que la explicación causal determine la probabilidad de que a un determinado
fenómeno social lo siga otro. En palabras de Weber esto es que, “(...) aún la más evidente
adecuación de sentido sólo puede considerarse como una proposición causal correcta para
el conocimiento sociológico en la medida en que se pruebe la existencia de una
probabilidad (determinable de alguna manera) de que la acción concreta tomará de hecho,
con determinable frecuencia o aproximación (por término medio o en el caso ‘puro’), la
forma que fue considerada como adecuada por el sentido. Tan sólo aquellas regularidades
estadísticas que corresponden al sentido mentado ‘comprensible’ de una acción constituyen
tipos de acción susceptibles de comprensión (en la significación aquí usada); es decir, son
:’leyes sociológicas’ “ (Weber,1997:11).

Si no obtenemos una adecuación subjetiva sólo estamos ante una relación estadística, y si
por el contrario, no existe adecuación causal sólo obtenemos una imprensión empática del
sentido de la acción.De ahí que el tipo de acción racional con respecto a fines tiene una
posición metodológica privilegiada en la propuesta de Weber, puesto que es el modelo ante
el cual podemos derivar hipótesis de acciones suficientes para lograr un fin y , de esta
manera, tener la posibilidad de corroboración empírica. Estos modelos comparativos con la
realidad son lo que Weber denominó tipos ideales distinguiéndolos tanto de, los ideales
morales, utópicos así como de las hipótesis, representaciones de la realidad o promedio de

58
observaciones.

Los comportamientos comprensibles pero irracionales respecto a este parámetros de


racionalidad fines-medio, constituyen desviaciones del modelo, construido con fines
comparativos. Es por ello que se dirá que el acercamiento weberiano a la compresión deriva
de un carácter eminentemente heurístico que comprende la relación teoría/realidad
convencionalmente, donde las conceptualizaciones teóricas cumplen el rol de organizar la
experiencia en sí, múltiple e infinitamente variable.

Compresión : Schutz y su recuperación por Giddens

Según Habermas, Weber no logra finalmente poner en conexión las intenciones de


comprender y explicar y señala que a esto contribuye la poca claridad en la distinción entre
las categorías de sentido y significado “Weber no distinguió con la suficiente consecuencia
entre la compresión de la motivación, que reconstruye el sentido que subjetivamente el
actor atribuye a su acción, y una compresión hermeneútica del sentido, que se apropia un
significado objetivado en obras o en acontecimientos” (Habermas,1993b:94).

Retomando esta idea revisaremos la noción de comprensión de Alfred Schutz que


enfatiza el carácter distintivo entre una acción, acto y el conocimiento científico racional de
la misma.

Schutz, como Weber, parte de la noción de acción con sentido, pero replantea la
cuestión de la aprehensión directa del sentido subjetivo y destaca la distinción entre acto
(completo a posteriori) y acción (durée de la vivencia en fluir permanente)40.

A partir de allí Schutz también critica el tipo de compresión plateada por Weber, en
tanto estrategia racional y heurística, Schutz ubica los procesos interpretativos también a

40
En el segundo capítulo de esta tesis, se disute con mayor detención acerca de esta noción de
acción a propósito de la versión de Giddens de la agencia.

59
nivel sustantivo: comprendemos al otro en un mundo básicamente intersubjetivo.El autor,
indica que la auténtica comprensión de la otra persona corresponde al nivel de cuando nos
preguntamos por los motivos que guiaron la acción del otro. ¿Cuál es el motivo para del
actor?; ¿en qué contexto de significado se encuentra la acción para él? . El autor agrega
“Estas preguntas no se refieren a la facticidad de la situación como tal ni a los movimientos
corporales. Más bien, los hechos exteriores y los movimientos corporales se entienden
como indicaciones de las vivencias de la persona que estamos observando. La atención del
observador no se enfoca sobre las indicaciones, sino sobre lo que se encuentra detrás de
ellas. Esta es la auténtica comprensión de la otra persona” (Schutz,1993:140).

Así, esta forma auténtica de comprender se logra si se “Considera el significado de


la palabra como una indicación de las vivencias del hablante, (...) como lo que el hablante
quiere decir”(Schutz, 1993:141). Schutz no se refiere a la compresión empática (Dilthey),
ya que se parte de la premisa de que no nos es accesible la conciencia del otro. Sin
embargo tampoco se está hablando de la compresión del otro, sino de la compresión de los
motivos del otro a través de las indicaciones de sus vivencias que nos son dadas porque las
estructuras de conciencia son simultáneas; esto es, estructuralmente análogas. De manera
que el modo en que ubicamos los signos en un contexto de significado nos es similar ya que
echamos mano del mismo acervo de conocimientos producido y reproducido en el mundo
de la vida. En definitiva, si entendemos la acción como el fluir de la experiencia vivida, y la
identificación de actos, como una racionalización a posteriori que congela el devenir de la
dureé constante de la experiencia, a una sociología comprensiva, le es accesible dicha
tipificación ejercida por los actores en su vida cotidiana, y no el sentido mentado interno
que supuestamente orienta al sujeto.

El significado objetivo por tanto, se refiere al ordenamiento que hace el intérprete


dentro del contexto total de sus experiencias, para lo cual el signo y su significado se han
independizado de su producción, pudiéndose aplicar la idealización del “puedo hacerlo de
nuevo” y el “etcétera”. Las objetivizaciones se vuelven reversibles y susceptibles de ser
interpretadas por un observador; la experiencia de un sujeto en duree vital, en cambio es

60
irreversible y eterna e inveteradamente fluída.

Las abstracción de la acción en curso, a través de la interpretación de las


idealizaciones del”etcétera” y “puedo volver a hacerlo”, permiten hablar de un Uno
universal, mas allá de cualquier particularidad. Es eso lo que opera con esquemas teóricos
como los de la economía clásica donde se congela la acción, pues la acción es un flujo
constante, siempre en curso. El tipo de ciencia social y de análisis cultural que plantea la
sociología comprensiva postulada por Schutz, no apunta a un tipo de interpretación
normativo analítica postulada por la economía clásica, sino que alude a los significados que
los actores atribuyen a sus actos.

Bajo este postulado teórico basal, el autor intenta un tránsito desde la filosofía de la
conciencia a una teoría de la acción, para explicar la compresión intersubjetiva. En ese
sentido va un paso más lejos que Husserl en el intento de explicar la existencia y
constitución del mundo social. Este es un aporte fundamental, ya que al mundanizar la
fenomenología , intenta dar una explicación constitutiva de la intersubjetividad como
mundo de la vida.

¿Qué es comprender desde el observador de las ciencias sociales?

Según Schutz la diferencia principal entre las ciencias sociales y naturales, reside en
que los hechos naturales no son preinterpretados por tanto no revelan estructuras intrínsecas
de significatividad. “La significatividad no es inherente a la naturaleza como tal, sino que
constituye el resultado de la actividad selectiva e interpretativa que el hombre realiza dentro
de la naturaleza o en la observación de ésta” (Schutz,1962:35).

El ámbito natural no significa nada para sí mismo, es decir, no significa nada para
átomos, árboles, o luz, en cambio los hechos que se abordan en las ciencias sociales tiene
una estructura distinta. El mundo social no es un mundo inestructurado sino que “Tiene un
sentido particular o una estructura de significatividades para los seres humanos que viven,

61
piensan y actúan dentro de él” (Schutz,1962:37).

Los hechos sociales son hechos preinterpretados, extraídos, por asi decirlo, de un
contexto universal (especie de flujo caleidoscopico) por nuestra actividad mental. Los
hechos llevan consigo un horizonte interpretativo interno e externo, el interno corresponde
al mundo de la vida y la subjetividad, el externo a las interpretaciones sobre
interpretaciones, es decir, interpretaciones de segundo orden o grado. De tal forma la
actividad cognoscente es actividad constructiva “Todo nuestro conocimiento del mundo,
tanto en el sentido común como en el pensamiento científico, supone construcciones, es
decir, conjuntos de abstracciones, generalizaciones, formalizaciones e idealizaciones
propias del nivel respectivo de organización del pensamiento. En términos estrictos los
hechos puros y simples no existen” (Schutz,1962:36).

Estas distinciones entre el mundo natural y social no llevan a Schutz a planterase en


la posición que defiende la diferencia radical entre ciencias sociales y naturales, no capitula
a una especie de irracionalidad, por el contrario mantiene un programa racional de lo que
debe ser la empresa sociológica comprensiva, y en este sentido sigue la senda de Weber.
Pero desecha el punto de que ciertas reglas de procedimientos sean comunes a toda ciencia
empírica, en tanto, organización correcta del pensamiento. El mundo de la vida se
estructura de acuerdo a ciertas reglas pero las reglas de organización del conocimiento de
ese mundo son de otra índole y requieren de parámetros de adecuación propios y
específicos del mundo de la ciencia. Adecuación significa que las interpretaciones
científicas deben tener sentido para los sujetos, en el marco cultural donde se reproduce la
vida cotidiana.

Tampoco concuerda con el extremo opuesto que asume la unidad del método
científico, dando por sentado que éste corresponde al de las ciencias naturales. Schutz
entiende que para reintroducir en un programa sistemático de ciencias sociales, el tema y
problema de la construcción interpretativa del mundo por parte de la acción intencionada y
motivada de los sujetos, y que se deben establecer recursos metodológicos específicos, entre

62
ellos la construcción de pautas de acción racional y tipos ideales, tal como lo planteara
Weber. Para conocer los objetos propios de las ciencias sociales, se requiere caracterizar las
construcciones de sentido común empleadas por los hombres en la vida cotidiana mediante
reglas de procedimientos ajenas a ese mismo mundo, de manera que la inmersión
hermeneútica debe ser transformada en método y no sólo dejarla en calidad de aptitud
natural de los sujetos miembros de su cultura.

En estas nociones se encierran varios aportes que serán rescatados de forma crítica
en la construcción de varias teorías sociológicas contemporáneas, entre ellas la teoría de la
estructuración de Anthony Giddens, quien reformula y reconstruye varias categorías de la
sociología de Schutz, para plantear su propia propuesta sociológica. A continuación
presentamos algunas de las observaciones críticas de Giddens a la propuesta schutziana en
lo relativo a la discusión entre las estrategias de comprender y explicar, para luego terminar
con un bosquejo ilustrativo de las nociones giddensianas acerca de dicho dualismo.

Hasta acá hemos descrito, de manera parcial y acotada, algunas nociones planteadas
por la sociología comprensiva de Schutz, que parecen centrales para la iluminar la
problemática del dualismo compresión/explicación. Recapitulando tenemos que:

- Schutz plantea que el objeto propio de las ciencias sociales es un mundo


intersubjetivo preinterpretado, diferente del ámbito objetual de las ciencias de la naturaleza
carentes de significatividad.

- Dicha significatividad es engendrada nada más que por agentes humanos en cuya
acción, junto a otros, crean sentido.

- El mundo social se presupone a la acción de sujetos aislados.

- Aunque el autor destaca el carácter preinterpretado del mundo social, no establece


una relación simétrica entre mundo social y ciencia. Las ciencias sociales comparten con las

63
ciencias empíricas reglas de prodecimiento.Decir esto no es aludir a la unidad del método,
sino que establecer criterios de demarcación entre ciencia y no ciencia, abogando por un
programa científico de carácter racional.

Observaciones críticas de Giddens a la fenomenología de Schutz

Según Giddens, la fenomenología trascendental analogó “conocer” a “ser”,


epistemología a ontología, el pensamiento pasa de lo particular a lo general. Existe una
diferencia absoluta entre el universal ideal (juicio analítico a priori) y el particular concreto
(juicio sintético a posteriori). Para Husserl la intencionalidad consistía en el acto de
ideación, donde se pone entre paréntesis todos los particulares empíricos. De tal manera el
mundo de la vida debía ser despejado para acceder a la subjetividad en su forma pura, para,
a partir de allí retornar al mundo histórico real “reconstruirlo en toda su singular
complejidad” (Giddens,NRMS, 1997b:41). El problema planteado a la filosofía
trascendental era que ese mundo se niega a ser reconstituído, de ahí que Husserl enfatizara
el papel del mundo de la vida que lo acerca a la realidad histórica, pero sus intentos fueron
infructuosos toda vez que el análisis seguía centrado en una existencia mundana que debía
ser constituída trescendentalmente.

El problema -entonces- es lograr explicar esos “otros”, el problema era acceder al


mundo intersubjetivo, que implicaría para Schutz un movimiento “de la esencia a la
existencia”, del ser en el mundo. Pero si bien este autor pronuncia dicha intención en clave
sociológica, según Giddens, no logra desprenderse de la noción de una conciencia
clausurada, de una subjetividad con raigambre en el yo y, de tal forma, es incapaz de
reconstruir el mundo exterior a dicha conciencia como un mundo objetivo. De tal suerte, la
relación con los otros (contemporáneos y sucesores) no se desprende del cordón umbilical
de la conciencia. El tema es cómo se influyen mutuamente antecesores y contemporáneos.
El problema para la sociología es captar cuales son las consecuencias objetivas de la acción
de un sujeto para otro. Ahí reside la reconstrucción teórica del mundo de la vida cotidiana,

64
que si se queda enclaustrada en la conciencia, no dá cuenta de lo ‘inter’ (del vínculo) que
hace posible la vida social.

Por otra parte, Giddens agrega que cuando Schutz formula las categorías de
‘motivos para’ y motivos ‘porqué’ (recordemos que los primeros se refieren a las
motivaciones e intenciones del agente y los segundos a las causas) está reconstruyendo la
formulación weberiana de comprensión directa y explicación (adecuación de sentido y
adecuación casual). Pero además de aplicar tales motivos a la compresión de la acción de
los sujetos debemos, según Giddens, distinguir “(...) la aplicación reflexiva de las razones
de los agentes para adoptar cursos específicos de conducta” (Giddens, NRMS,1997b:50).

Otra de las insuficiencias detectadas por Giddens en la propuesta schutziana, se


refiere al postulado de adecuación, que Schutz refiere como correlato de control al
conocimiento de las ciencias sociales. Si los términos de la ciencia social resultan
comprensibles para el actor mismo, la adecuación se habrá logrado. Si esto significara que
los constructos técnicos de la ciencia social se pudieran traducir al lenguaje propio de los
sujetos cuya acción refiere el constructo, resultaría dificil sostener que la interpretación de
primer orden es diferente que la de segundo orden y que por tanto ciencia y vida cotidiana
son cosas diferentes, y es esto, justamente, lo que Schutz sostiene cuando enuncia que los
intereses y criterios que guían la acción cotidiana son diferentes a aquellos que guían a la
ciencia.

Giddens se ocupará en especial de demarcar lo que pudiera ser el campo específico


de la ciencia social a diferencia de la natural, pero a la vez enfatizará la divergencia entre
labor sociológica y labor hermeneútica. Distinguirá además dos tipos de hermeneútica una
simple y otra doble. Pasemos ahora a una breve visión de lo que este autor plantea en
relación al debate de la diferencia entre ciencia natural y social.

65
Comprensión y Explicación en Giddens

La noción giddensiana de doble hermeneútica como reintroducción de


conocimientos de segundo orden en mundo social conlleva una serie de supuestos
relacionados con lo que Giddens entiende por comprensión/explicación.

. Giddens rebate la versión reduccionista de un puro análisis hermeneútico de la vida


social. Si bien tal mundo es uno de carácter intersubjetivo e internamente constituído en
base al sentido, la ‘inmersión antropológica’ en la cultura debe ser una regulada por reglas
de prodecimiento que distinga entre marcos de sentido y marcos de referencia, éstos últimos
propios de las construcciones científicas. La labor hermeneútica propia del análisis de toda
práctica social, no exime a la ciencia social de obtener un marco de referencia propio a partir
del cual efectuar las mediaciones entre la autenticidad del contenido de sentido de dichas
prácticas y los marcos de referencia científicos en relación a sus propias pretensiones de
veracidad del método.Giddens señala “Los conceptos sociológicos que denotan una
conducta provista de sentido, o sea aquella en la que los conceptos son utilizados por los
actores mismos como un medio por el cual la acción se cumple, tienen que ‘recoger’ las
diferenciaciones de sentido que importan a ese cumplimiento, pero de ninguna manera
están constreñidos a englobar las mismas diferenciaciones en su propia formulación. Esta es
la significación de la doble hermeneútica en la construcción de metalenguajes teóricos en
sociología” (Giddens, NRMS,1997b:184, subrayados míos).

Por otro lado, el autor plantea que se debe mantener la especificidad de las ciencias
sociales respecto de las naturales, señalando que su diferencia radica en el hecho de ocuparse
del mundo social y, como tal, ‘producido’ en y por prácticas sociales, pero agrega que la
distinción debe relativizarse en lo concerniente a la labor experimental, donde también está
introducida desde el comienzo la interpretación y por tanto un tipo de hermeneútica simple,
por ejemplo, en las condiciones introducidas para predicar una ley nomológica como la caída
libre de los objetos. De esta manera, las ciencias naturales también producen efectos

66
41
cognitivos y prácticos en la vida de los individuos . Pero si bien “las ciencias sociales y
naturales no son tan diferentes (...) para verlo, sin embargo, tenemos que atender más a la
ciencia natural que a la ciencia social” (Giddens, NRMS,1997b:22).

Cuando afirma que no se podría plantear una nueva “unidad de la ciencia”, enfatiza su
opción por distinguir entre una hermeneútica doble y una simple -de las ciencias naturales-
donde el ‘quid’ estaría en las nociones de saber mutuo y sentido común. Si bien las ciencias
naturales no pueden asumir completud sin inconsistencia (Godel), y por tanto se nutren de
nociones y creencias del sentido común a la vez que pueden incidir en su transformación, y no
sólo se refieren a relaciones recíprocas de sentidos técnicos; el saber denominado mutuo, no
media entre el científico natural y su campo de investigación, a diferencia de lo que ocurre en
la ciencias sociales, entre investigadores, y entre éstos y el público lego. Es por ello que la
hermeneútica doble es válida sólo para las ciencias sociales “Porque nadie sostendría que el
mundo natural construye narraciones sobre sí mismo” (Giddens, NRMS, 1997b:26).

En la cita que apunto a continuación, se refleja la distinción que hace el autor entre
ciencia natural y social, y su noción de la teoría social en relación a dicha diferenciación: “La
sociología, a diferencia de la ciencia natural, está en una relación de sujeto-sujeto con su
‘campo de estudio'; no en una relación de sujeto-objeto; se ocupa de un mundo
preinterpretado, donde los sentidos elaborados por sujetos activos entran prácticamente en
la constitución o producción real de ese mundo: por consiguiente, la construcción de la
teoría social implica una hermeneútica doble que no tiene paralelo en ninguna parte; y
finalmente, el estado lógico de las generalizaciones es distinto, de manera muy
significativa, del de las leyes científicas naturales” (Giddens,NRMS, 1997b:177)

Giddens prentede saldar dualismos y pasar a una solución dual (la dualidad) de la
teoría sociológica, en este campo, pretende en acuerdo con Habermas, no sucumbir a las ni

41
”(Las teorías que los hombres elaboran pueden afectar, a través de sus aplicaciones tecnológicas,
a la naturaleza, pero no pueden llegar a constituir características del mundo natural, como lo hacen
en el caso del mundo social” ) (Giddens, NRMS, 1997b:192).

67
a las pretenciones de universalidad de la hermeneútica, como tampoco a las de corte
nomológico.

En lo que sigue nos detendremos con mayor detalle en las hipótesis de vinculación
micro/macro, refiriéndonos a aquellas propuestas que se plantean el problema en términos
analíticos de relación entre orden y acción.

4. Hipótesis analíticas acerca de la vinculación micro/macro en la teoría sociológica


actual.

Según Alexander, uno de los teóricos actualmente preocupados por el problema de la


vinculación entre los niveles micro y macro, tal intento ha sido reformulado luego de las
rivalidades entre sistémicos y accionalistas en desarrollos teórico-sociales, ya no
antiparsonianos, sino posparsonianos. La teoría social ha avanzado en construcciones
sintéticas que superen las unilateralidades de funcionalistas y accionalistas. “El esfuerzo de
cerrar la brecha micro/macro es (pues) un afán de relacionar la acción individual y la
interacción con la teorización sobre la estructura social” (Alexander,1994:296). De tal
modo, el tránsito entre niveles es posible si se establecen relaciones conceptuales entre lo
que entendamos por acción y lo que se conceptualiza como estructura, o nivel macro.

En un famoso artículo de principios de los ochenta, Knorr-Cetina (1981) introduce


uno de los textos inaugurales de la discusión acerca de la vinculación entre micro y
macrosociologías, exponiendo varias hipótesis de vinculación. Destacaremos acá algunos
de los puntos expuestos por la autora para ubicar el contexto de discusión desde donde se
plantea el problema del vínculo para luego exponer las hipótesis sustentadas por Jeffrey
Alexander y Margaret Archer, como ejemplos de alternativas analíticas de vínculo
micro/macro.

68
Knorr-Cetina señala que el acercamiento hacia una vinculación, por parte de las
microsociologías, se ve reflejado en dos “giros” que le permiten la vinculación de niveles.
El primero es el giro de la concepción de orden normativo (Durkheim, Parsons) hacia uno
de carácter cognoscitivo, que reconoce la acción interpretativa del agente y su capacidad
negociadora en la construcción del orden social. El segundo, advierte los condicionamientos
sociales sobre la acción. De tal forma se reconoce al “complejo de acción”, y no sólo el acto
individual, como punto de partida de la explicación. Dicho avance ha significado el
abandono tanto del individualismo42 como del colectivismo metodológico, para transitar
hacia el situacionismo metodológico, que es el que ella sustenta.

Las dimensiones desde las cuales ha sido problematizada la dualidad entre micro y
macro niveles (individuo-colectivo, acción-estructura; fenómenos de pequeña y gran escala
y por último, asociaciones entre estructura y poder y micro nivel y sujeción) no constituyen
un problema inherente a la cuestión micro/macro.

La primera dicotomización relaciona la acción individual con el nivel micro y la


colectiva con el macro, pero tal asociación oblitera el hecho de que las situaciones aunque

42
El individualismo metodológico es definido por la autora como un enfoque que demanda que “all
the concepts used in social theory be analysable in terms of interests, activities, etc., of individual
beings, since ultimately only individuals are responsable, purposive human actors” (Knorr
Cetina:1981:8). Una de las críticas que se levanta contra esta opción metodológica es que ejerce un
reduccionismo al situar el conocimiento de lo social a partir del acto individual de un sujeto
particular. Por ello, se aduce que situarse en la interacción contextualizada contribuye a un avance
hacia el colectivismo y finalmente hacia el situacionismo. “Thus the methodological situacionalism
of micro sociologies has not been explicitly reductionist in the sense of methodological
individualism, that is, in the sense of requiring that all concepts used and explanations given be
ultimately traslated into interactional terms” (Knorr Cetina, 1981: 12-13) Ello porque la
microsociología al hacer referencia a microsituaciones hace alusión a conceptos institucionales
que son irreductibles a términos de interacción. Creemos que existen variadas propuestas
“individualistas metodológicas” que no conocemos en profundidad, pero según aduce Lukes (en
Giddens,CS,1995), la perspectiva según la cual el individualismo metodológico se refiere a una
explicación basada en la acción en tanto cuestión individual, ha sido superada, al menos existen
alternativas diferentes. Pensamos que el individualismo representado por Weber puede representar
una de dichas posturas. Se entiene que poner como punto de partida a la acción (que se entiende es
acción con sentido y por tanto referida a otros en un contexto normativo y de mutuas expectativas),
para la explicación de lo social, no implica quitar prioridad analítica a la sociedad, según
argumentan, para el caso de las teorías de la elección racional Wippler y Lindenberg (1994).

69
se produzcan entre unos pocos sujetos comportan niveles de complejidad que refieren a
estructuras de largo alcance. El foco debería situarse, entonces, en la interacción
comunicativa entre actores para de tal forma poder dar cuenta de las normas y valores que
median la interacción y por lo cual es posible que se establezca.

En cuanto a la asociación acción-estructura, agrega que la microsociología nos ha


informado (como señalara para el situacionismo metodológico) que la unidad de acción en
que se sitúa un estudio social fructífero, no es la acción intencionada de un individuo, sino
los “episodios de interacción situada”, refiriéndose a las prácticas y rutinas sociales
“replaced the classic concept of individually meaningful social action by some notion of
situated interaction or practice, in sense declaring individual purposeful action a derivative
rather than a constituent of these large structures” (Knorr-Cetina,1981:18).

La tercera y cuarta dualidad se refiere a una relación entre lo micro y lo macro y los
niveles de complejidad y diferenciación social, y lo micro y macro con el poder
(constreñimiento) o ausencia de éste. Ambas asociaciones son fácilmente descartables
aludiendo a que los niveles de complejidad de una sociedad dependen de los parámetros
para definir dicha complejidad y que de cualquier modo no guardan mayor relación con las
micro situaciones (aduce el ejemplo de las relaciones de una comunidad estudiada por
antropólogos que puede llegas a altos niveles de interrelaciones y asociaciones que también
pudieran ser adjetivadas como complejas). En cuanto a las relaciones de poder se destaca el
trabajo del Foucault que postula una microfísica del poder, situando a éste en las relaciones
que lo actualizan, ejerciéndolo y no teniéndolo. No sólo las cristalizaciones institucionales
constriñen a los sujetos sino que sus relaciones cotidianas están impregnadas de tensiones y
poderes dialógicos.

Por otra parte, el abordaje desde las macrosociologías se resume en las hipótesis
acerca de cómo se constituye el orden social. Señalaremos dos y las complementaremos con
las aportadas por Munch y Smelser (1994). La primera se denomina hipótesis agregativa y
es del tipo que sostiene Collins, el que aduce que los fenómenos macro están hechos

70
(agregaríamos un entrecomillado) de agregaciones y repeticiones de muchos micro
episodios similares.

La objeción a este tipo de hipótesis es clara. Se entiende que la totalidad no es igual


a la suma de sus partes, sino un fenómeno de cualidad diferente. Esta perspectiva, según
señalan Munch y Smelser (1994) supone considerar a todos los individuos bajo idénticas
condiciones y sustraídos de un contexto de significación (Weber). Este es el supuesto de la
economía neoclásica y de las primeras formulaciones de la teoría de la elección racional.

La segunda hipótesis es la de la combinación, donde la realidad social no está


compuesta por la suma pura y simple sino por la combinación (podría dar una imagen la
idea de multiplicación) de elementos microsociales.

Munch y Smelser (1994) aportan otra tipología respecto de estas hipótesis,


distinguiendo entre las que refieren al traslado de lo micro a lo macro (que son las que
apunta Knorr-Cetina) de las que representan el movimiento a la inversa; de lo macro a lo
micro.

En el primer camino se manejan varias hipótesis. La primera es la de la agregación


donde los autores coinciden con la explicación de Knorr-Cetina. La segunda es la de la
combinación, que refiere ya no a una suma de elementos, sino de variables que son
cualitativamente distintas entre ellas pero que al combinarse resultan una explicación más
adecuada de un fenómeno macro. La dificultad con esta perspectiva es ponderar el valor
relativo de cada variable que se combina. Un ejemplo de esta aproximación lo constituyen
los tipos ideales de Weber que intentan constituir una categoría que de cuenta del vínculo
micro/macro a partir de la noción de la acción con sentido mentado, y además asumir
(según los autores) que las personas atribuyen un significado más o menos similar a las
situaciones, de manera de poder hacer generalizaciones que tomen la forma de tipos

71
ideales43.

La tercera hipótesis es la de la externalización, que definen como el proceso


contrario a la internalización (en el proceso de lo macro a lo micro). Acá se presentan a las
instituciones como soluciones a conflictos psicodinámicos.

La cuarta alternativa es la que llaman “crear, sostener y reproducir lo macro”, que se


resume en la idea de que el orden es función de una multitud de interacciones donde se
interpretan significados que resultan en uniformidades en el nivel macro, lo que Knorr-
Cetina señala como el reconocimiento del orden como orden cognoscitivo, básicamente
simbólico (por ejemplo, Berger y Luckmann).

Por último, está la idea (bastante desacreditada) que los autores identifican con la
conformidad, que se basa en la suposición de que la realidad social existe de manera
independiente a los individuos, de manera que los mecanismos que operan sobre los sujetos
son los de socialización o control social.

Para el paso de lo macro a lo micro, se plantean dos hipótesis. Una que concibe lo
macro como internalización donde el ejemplo más claro sigue siendo Durkheim. El orden
social funge como una especie de prerrequisito categórico para la acción. La otra alternativa

43
“Estos tipos ideales no resultaban de la agregación, sin embargo, sino de la extracción
imaginativa que hacía el investigador de los elementos comunes y la combinación de ellos para
formar conceptos coherentes de tipo ideal que representaran, no la creencia exacta de un individuo,
sino que capturarán la esencia de la creencia de muchos” (Munch y Smelser,1994:454-455). Si bien
con esta descripción de tipo ideal queda más o menos clara la idea de combinación, creemos que es
más exacta una definición de éstos que los diferencie más claramente de los conceptos descriptivos
que sí nos hablan de los rasgos comunes de agregaciones de fenómenos empíricos. Un tipo ideal, en
cambio, incluye la “acentuación unilateral de uno o más puntos de vista, el tipo descriptivo
involucra la síntesis por abstracción de aquello que es común a varios fenómenos concretos”
(Giddens,1992:239). Un tipo ideal responde al relevamiento o acentuación de las características
que importan para la explicación del fenómeno de que se trate. Así entonces, si lo que se pretende
explicar es la importancia de los movimientos tipo secta para la racionalización en la cultura
occidental moderna, tenemos que reformular el concepto descriptivo secta (que por ejemplo lo
diferencia clasificatoriamente del de iglesia) para poder levantar los elementos específicos que han
influido en este aspecto que se pretende explicar.

72
es la de entender lo macro como establecedor de límites, por lo que se considera a los
macrofenómenos como marcos de referencia limitantes para la acción (leyes, mercado,
propiedad). Esta alternativa parece ser la que los autores consideran más adecuada, en
cuanto al logro del vínculo analítico entre lo micro y lo macro. El esfuerzo de Alexander es
reconocido en este punto, al concebir los macroelementos como límites a la tipificación de
la realidad empírica por parte de los individuos y sobre sus alternativas de acción. A la vez
considera que estos parámetros macro no son fijos sino que son negociados e interpretados
por los sujetos. Es decir, tanto en la acción que constituye como en las condiciones que la
limitan, se puede establecer la distinción entre lo micro (lo que hay de constituido en lo
macro) como lo macro (lo que hay de constituyente en lo micro).

Alexander: la multidimensionalidad de la acción

Según Alexander (1994), el debate acerca de lo micro y lo macro en sociología tiene su


raigambre en discusiones filosóficas acerca de dualismos metafísicos y ontológicos
(realismo/nominalismo, por ejemplo), así como, en debates políticos relacionados con las
disputas de prioridad entre la nación/comunidad o estado/individuos.

Sin embargo, estas discusiones en sociología, según el autor, aceptan al menos


algunos consensos disciplinarios básicos acerca del conocimiento científico, por lo que las
cuestiones de orden filosófico se mantienen a nivel presuposicional; haciendo énfasis en la
cuestión empírica, que en último término es de lo que se trata la empresa científica,
alejándose de toda construcción especulativa del conocimiento.

Este autor plantea que la cuestión micro/macro debe ser entendida como una
diferenciación entre niveles de análisis y no como referencia empírica. “Argumentamos que
la dicotomía micro-macro debería ser vista como una distinción analítica y que todos los
intentos para vincularla con dicotomías concretas -tales como ‘individuo versus sociedad’ o
‘acción versus orden’ - están fundamentalmente mal situados. Sólo si es visto de manera
analítica, además, el vínculo entre micro y macro puede lograrse” (Alexander y

73
Giesen,1994:9).

Se postula que la sociología debe situar la discusión acerca de tal vínculo en la


intención de descubrir relaciones empíricas entre diferentes niveles de dicha realidad, más
que dirimir en torno a concepciones diferentes de la constitución de la realidad social.

Según este argumento, el asunto ontológico no trata de si el orden existe o no, sino
acerca de las fuentes del orden ya constituido y la cuestión epistemológica se sitúa en la
acción como fuente última del conocimiento. Según Alexander, esta toma de posición pasa
por responder a dos preguntas. La primera se refiere a cuál es la naturaleza de la acción
(cognoscente, racional o interpretativa) y si su referencia es interna o externa. La segunda,
es la del orden e interroga acerca de si éste es producto de la acción contingente entre
sujetos, donde el crédito de variable independiente se otorga a los microprocesos, o es una
imposición de patrones colectivos, es decir, emana de una fuente externa. Entonces el orden
se debe asumir o, como un dato preexistente a los individuos, o como creado por la
interacción.

Visto así, las respuestas a estas interrogantes por parte de las teorías sociales, han
dado origen a varias posiciones que Alexander y Giesen ordenan en cinco posturas, más o
menos discernibles44:

1) Los individuos racionales, propositivos, crean a la sociedad mediante actos


contingentes de libertad (acá identifican a la economía política clásica, el conductismo en
psicología, la teoría de la elección racional).

44
En el artículo se ejemplifica cada una de estas posturas desde los clásicos (Marx, Weber,
Durkheim, Simmel), pasando por las teorías de posguerra (Parsons, escuelas de sociología
interpretativa y escuela pragmática) hasta los desarrollos actuales en teoría social (Luhmann,
Habermas, Giddens, etc.). Aquí sólo se hace una alusión general de la diferentes altrnativas de
énfasis y posibilidades de vínculo, sin profundizar en el tratamiento de cada postura.

74
2) Los individuos interpretativos crean a la sociedad mediante actos contingentes de
libertad (el interaccionismo simbólico, la fenomenología, el psicoanálisis).

3) Los individuos socializados recrean la sociedad como una fuerza colectiva


mediante actos contingentes de libertad (los autores sitúan acá el intento de Parsons y de
alguna manera a Weber).

4) Los individuos socializados reproducen a la sociedad al traducir el ambiente


social existente en un microámbito (con esta postura se identifica a Durkheim).

5) Los individuos racionales y propositivos ceden ante la sociedad debido a que son
forzados a hacerlo por control social (últimos escritos de Marx).

Estas perspectivas representarían reduccionismos individualistas o colectivistas que


subsumen un nivel en otro, siendo el tercero el intento más cercano a postular un vínculo
micro-macro, puesto que reconoce un orden emergente y la vez recreado (interpretado,
transformado) por la acción contingente.

De acuerdo a este planteo, la acción debe ser separada de la cuestión del orden -al
contrario de lo que defienden otro tipo de teorizaciones- así un enfoque colectivista podrá
asumir que la acción contingente de los sujetos es interpretativa o primordialmente racional.
Asimismo, un enfoque que otorga prioridad a la acción como fuente del orden, podrá
entender que ésta puede ser subjetiva-interpretativa o racional-calculadora.

A estas alturas es obvio que los autores valoran como avance los intentos de
vinculación analítica entre los niveles micro y macro, explicitando la propia propuesta en
los siguientes párrafos: “Nuestra visión es que sólo al establecer un punto de partida teórico
radicalmente diferente se puede hacer un vínculo micro-macro genuinamente inclusivo.
Este modelo inclusivo no combinaría simplemente dos o tres de las opciones teóricas en
una forma ad hoc (refiriéndose a intentos sintéticos actuales que combinan alguna de las

75
cinco posturas antes descritas). En cambio, proporcionaría un modelo sistemático en el cual
las cinco opciones fueran incluidas como dimensiones analíticas de la realidad empírica
como tal. Esto puede lograrse sobre la base de una compresión emergentista o colectiva del
orden, una comprensión multidimensional de la acción y una compresión analítica de las
relaciones entre diferentes niveles de la organización empírica” (Alexander y
Geisen,1994:51-52).

Según Smelser y Munch (1994) el esfuerzo de Alexander es reconocido en este


punto, al concebir los macroelementos como límites a la tipificación de la realidad empírica
por parte de los individuos y sobre sus alternativas de acción. A la vez Alexander considera
que estos parámetros macro no son fijos sino que son negociados e interpretados por los
sujetos. “Al hacer hincapié en este continuo flujo de acción de doble sentido -en que ningún
sentido puede captarse sin la referencia simultánea al otro- Alexander se acerca más que
ningún otro a convertir la distinción micro/macro en puramente analítica” (Munch y
Smelser,1994: 460).

Archer: dualismo analítico secuencial entre agencia y cultura

Margaret Archer (1997) plantea una propuesta respecto al dilema micro/macro, que me
parece pertinente mencionar dentro de las hipótesis de vínculo micro/macro de índole
analítica.

Su perspectiva se sitúa en punto crítico respecto a nociones centrales de la teoría de


la estructuración (además de delimitarse y nutrirse de visiones como las de Habermas y
Bauman). Sus objeciones se pueden resumir en un aspecto central; su opción por el
dualismo analítico más no filosófico. De acuerdo a Archer, Giddens al plantear la dualidad
de la estructura anula la posibilidad de explicar las condiciones para el cambio y la
estabilidad, ya que su fusión central (mutualidad de la determinación entre agencia y
estructura) hace indistinguibles cuales condiciones influyen sobre cuales otras. De tal
forma, se debe admitir: primero, el dualismo analítico; segundo una secuencialidad que

76
permita establecer ordenamientos causales entre los fenómenos; tercero la autonomía
relativa entre reproducción social y reproducción sistémica; y cuarto, la opción inicial de
considerar ciertas condiciones como dadas (no implica esenciales ni indeterminadas) para
comenzar la explicación. De esta manera Archer intenta dar cuenta del juego recíproco entre
agencia y sistema cultural.

Apropiándose de las categorías de Lockwood (integración social e integración


sistémica) su programa pretende establecer un análisis que en forma sintagmática se puede
dibujar en la relación entre estructura (sistema social) y cultura (sistema cultural). En forma
paradigmática, quiere hacer posible el discernimiento del juego recíproco o “interfaz” entre
los niveles del Sistema Cultural (y social) y el de la interacción entre los sujetos que
denomina Sistema sociocultural. Al primero lo llama “partes” (aludiendo a que el sistema
por serlo no es un bloque monolíticamente integrado sino que, justamente son sus grados de
“sistemidad” los que constituyen materias de estudio; lo representa mejor la imagen de un
mosaico) al segundo “gente”(partes en interrelación).

Definiremos primero cada uno de los niveles que la autora distingue, para
posteriormente describir el esquema explicativo.

En analogía con las categorías de Loockwood, se distingue entre partes y gente: a


los dos niveles hay tipos de relaciones diferentes. La relación entre las partes es la relación
entre las partes de la cultura y corresponde a relaciones lógicas de consistencia o
inconsistencia a nivel del mundo de las ideas (mundo 3 de Popper). A nivel de “gente” las
relaciones son de tipo causal, pues existen diversos grados de consenso causal, es decir, el
“grado de uniformidad cultural producida por la imposición de ideas por un conjunto de
personas a otro mediante toda la gama de técnicas conocidas” (Archer,1997:15)45.

45
Es diferente decir que las ideas de X son consistentes con las de Y, que las ideas de X fueron
influidas por las de Y.

77
Es importante anotar que la consistencia lógica y el consenso causal disfrutan de
independencia. El grado de consistencia lógica corresponde con lo que la autora anota como
“integración del sistema cultural” (relación entre las “partes” de la cultura), y el grado de
consenso causal con la “integración sociocultural” (relación entre los agentes culturales).

Se considera que la cultura “como un todo, se refiere a las cosas inteligibles, esto es
a cualquier elemento que tenga la capacidad disposicional de ser entendido por alguien”46
(Archer:1997:16). El “Sistema cultural” queda definido como “el subconjunto de elementos
al que puede aplicarse la ley de contradicción” (Archer:1997:16). Son enunciados que
afirman la verdad o la falsedad y que, por tanto, pueden considerarse en contradicción o en
consistencia unos con otros.

Por otra parte, la vida sociocultural o interacción sociocultural corresponde a “Todas


las otras cosas no proposicionales que aceptamos o sobre las que disentimos -como los
sabores y las preferencias, los gustos y las aversiones, las afinidades y las animosidades, el
patriotismo y el prejuicio-” (Archer,1997:16). Estas son acciones conscientes entre los
actores, impuestas por otros que ignoran su condición de manipulación o en la nebulosa
intermedia de la opinión pública.

Ambos extremos se encuentran en mutua relación o juego recíproco pero su


variación es independiente (el cambio/estabilidad entre relaciones lógicas y el
cambio/estabilidad entre relaciones causales). La interfaz entre ellas es justamente el interés
de la investigación. Para ello se ha dicho que un paso metodológico operativo es el
reconocimiento del dualismo analítico, de acuerdo al cual, se parte de la distinción entre
ambas para comenzar la explicación.

La vinculación puede ser descrita como sigue: se define en que medida relaciones

46
Agregaríamos que dicho entendimiento no sólo se refiere a la razón como conciencia discursiva
sino que también a la conciencia práctica según las trabaja Giddens. Se agrega que el
entendimiento comporta el denominado conocimiento mutuo en tanto ‘know how’ cultural, y por
tanto esquemas interpretativos que hagan posible la decodificación y la comunicación de sentido.

78
contradictorias o complementarias entre “partes” del Sistema Cultural se delinean sobre
relaciones consensuales o conflictivas entre agentes a nivel del sistema sociocultural lo cual
determina si el resultado será estabilidad o cambio.

En un primer momento, entonces, se deben establecer las relaciones sistémicas que


tienen influencia sobre la agencia y de qué manera lo hacen. En un segundo momento se
determinan las relaciones sociales que afectan la manera en que los agentes responden al
sistema cultural y retroactúan con él.

Acá la explicación admite una anterioridad temporal del sistema cultural que
constituye el contexto de la acción y el establecimiento de límites de ésta (al estilo de la
propuesta de Alexander, tal como la anotamos más arriba). Es por ello que la explicación
tiene que comenzar en un punto anterior, es decir, retroceder una etapa más en el tiempo y
establecer un parámetro comparativo. Así también comprende dar cuenta del tipo de
relaciones sistémicas que tienen efecto en los contextos de acción en cualquier contexto
dado, esto es para la autora “Empezamos (...) con las ideas que en cualquier momento dado
tienen sostenedores, y nos limitamos a estos elementos” (Archer,1997:19)47.

El primer paso se orienta desde el sistema cultural hacia el de interacción,


examinando los efectos de sustentar ideas con relaciones lógicas determinadas (consistentes
o contradictorias) y de cuales son las razones para sustentarlas; razones que habrán sido
condicionadas por un contexto anterior. Defender ideas que están en contradicción o
consistencia colocan a quienes las sostienen en diferentes contextos de acción que
comportan distintas lógicas situacionales.

La otra parte, está constituida por las relaciones causales que actúan entre los sujetos
y grupos a nivel sociocultural. Estas relaciones tienen su propia dinámica asentada en
intereses materiales e ideales que representan formas de diferenciación social e

47
Este argumento parece muy pobre para defender racionalmente una opción de dichas relaciones.
Además se restringe a nociones nuevamente elusivas como las “ideas” que se “sostienen”, sin

79
idiosincráticas respectivamente (son ideacionales más no proposicionales)48 y hacen sus
propias contribuciones a la estabilidad o el cambio a través de su influencia sobre lo que los
actores hacen en un contexto determinado.

Por último, y en tercer lugar, se encuentran las relaciones socioculturales


(estratificación social y diferenciación cultural) cuya influencia indica cuál de las respuestas
forjadas bajo la presión de la lógica situacional puede realmente reproducirse .La
estabilidad o el cambio depende del tipo de conjunción entre los niveles sistémicos y de
interacción.

En el dominio estructural y de acuerdo al dualismo analítico, la autora se orienta de


acuerdo al enfoque morfogenético. El proceso de morfogénesis “se refiere a los
intercambios complejos que producen cambios en la forma, estructura o estado de un
Sistema (‘morfoestásis’ es lo inverso), y en los que el producto final se denomina
‘Elaboración’ " (Archer,1997:21). Si bien la acción es incesante, la subsiguiente interacción
luego de la Elaboración será diferente de la acción anterior, porque ahora está condicionada
por las consecuencias elaboradas por esa acción previa.

La perspectiva morfogenética es entonces secuencial y se ordena en tres momentos.


De manera que se incluye al tiempo como variable teórica dentro del análisis.

1.- Condicionamiento cultural (estructural)-------2-------interacción sociocultural


(interacción social)----------3-----------------Elaboración cultural (Elaboración estructural).

De tal forma, la cultura y la agencia actúan en momentos diferentes ““los rasgos


sistémicos (SIC, Sistema Sociocultural) anteceden lógicamente a la(s) acción(es) (S-C,

especificar que se entiende por ambas.


48
Este podría ser el punto intermedio a modo de eslabón institucional entre el nivel de la
interacción y el sistémico. Acá se visualiza otro aspecto que parece fundamental complementar y
profundizar. Se podría ver como un eslabón codeterminante de las relaciones causales junto con el
sistema cultural, así como una cristalización de dichas relaciones a modo de mediación hacia arriba

80
Sistema Interaccional) que los transforma(n) (y) (...) que la elaboración del Sistema cultural
es posterior lógicamente a las acciones en el nivel Sociocultural” (Archer,1997:125).

El momento de la conjugación es el momento de la interfaz y es en tiempo presente


y básicamente axial, es decir, sintético o condensador del pasado y futuro que lo
constituyen.La precedencia lógica del condicionamiento no implica desconocer la aptitud
básicamente reflexiva de los agentes, donde finalmente se asume una ontología de la praxis,
al insistir en el reducto de originalidad reflexiva.De este modo y de acuerdo a este modelo,
ni el producto (Elaboración) ni el proceso (interjuego entre sistema cultural y de
interacción) resultan ser arbitrarios y sin patrón.

Por último, la autora plantea la necesidad de trabajar hacia la unificación conceptual


y teórica del análisis estructural y cultural desde el enfoque morfogenético. Esto implica ir
más allá de la aseveración de que son sistemas que se relacionan pero que poseen
autonomía relativa entre ellos, cuya conjugación responde y hay que analizarla de manera
contingente y empírica. Es necesario explorar justamente en el intersticio relacional entre
estructura y cultura, de manera de determinar relaciones teóricas que den cuenta de cuándo
un tipo de relación social se ve influenciada por determinado corpus cultural y viceversa. A
la vez, responder a la pregunta acerca de “cuándo ejerce la estructura más influencia sobre
la cultura y viceversa” (Archer,1997:25). Se vuelve a las preguntas clásicas que podrían
comparar los análisis sobre el surgimiento del capitalismo de Marx y Weber, pero con
nociones que ya no se sostienen en imperialismos ni del sujeto ni de las estructuras; ni
determinismos ni voluntarismos.

La pregunta que nos señala una perspectiva de dualismo analítico como ésta, refiere
a las posibilidades meramente lógicas, en específico de un tipo de lógica causal unilateral
simplificada, de explicación social y a su pertinencia para la explicación interpretativa de
las formas que adquiere la acción con sentido y la reproducción simbólica del mundo social.

o de regreso hacia el sistema cultural, dentro de la noción lógico causal de Archer.

81
Asimismo una noción analítica de lo micro/macro que separa la cuestión del orden
de la de la acción se niega el acceso a la comprensión de lo que se ha denominado
preconstitución del mundo social, ya que escinde la relación interna entre actividad sintética
de las prácticas sociales y constitución del orden, dando poca cabida a la reestructuración
del mismo por vía de la acción con sentido, es decir, por vía de imaginar y crear alternativas
no actuales a lo dado de hecho. Pienso que la reconceptualización construida por la teoría
de la estructuración de lo micro/macro apunta justamente a rescatar la noción de sentido, a
través de la relación que se establece entre poder de la agencia y estructuración de la
estructura.

82
1. Una alternativa a la vinculación micro/macro desde la teoría de la estructuración
como teoría de la constitución de la sociedad.

“El lugar natural para el estudio de una reproducción social está en el


proceso inmediato por el que se constituye la interacción, porque toda vida
social es un cumplimiento activo, y todo momento de la vida social lleva el
sello de la totalidad. Pero la ‘totalidad’ no es una ‘sociedad’ incluyente,
deslindada, sino mezcla de diversos órdenes e impulsos totalizadores”
(Giddens,Anthony.Nuevas Reglas del Método Sociológico)

La propuesta de Giddens en la teoría de la estructuración, como señala Knorr-Cetina, es una


de las alternativas que intenta saltar el abismo del dualismo micro/macro, más allá del
imperialismo del sujeto de las sociologías interpretativas, como de la estructura sin sujetos
y el sistema hipostaseado, del estructuralismo y funcionalismo, respectivamente.

La perspectiva de Giddens al respecto es resolver estas dicotomías en el campo de la teoría


social referida a la ontología y no a la epistemología; apunta “Las diferencias entre estas
perspectivas de ciencia social (refiriéndose a las interpretativas versus
funcionalistas/estructuralistas) se tomaron a menudo como epistemológicas cuando de
hecho eran también ontológicas. Lo que se discute es la especificación misma de los
conceptos de acción, sentido y subjetividad, y su nexo con nociones de estructura y
constreñimiento” (Giddens, CS, 1995:40).

De tal forma las cuestiones acerca de la dicotomía micro/macro pueden ser resueltas a partir
del análisis directo de distintos tipos de articulación institucional de las sociedades situadas
tiempo espacialmente. “La oposición entre 'micro' y 'macro' se reconceptualiza mejor si se
la refiere a una interacción en contextos de copresencia, estructuralmente envuelta en
sistemas de extendida distancia espacio temporal; (...) Y esto a su vez se investiga mejor
como un problema de la conexión de integración social con integración sistémica, según
defino yo estos términos” (Giddens, CS, 1995:27).

83
Pese a que en su libro ‘La Constitución de la Sociedad’ no discute extensamente
sobre las versiones de relación micro/macro como cuestión analítica, citando a Collins,
Giddens establece algunas distinciones que me parece importante dejar señaladas. En
primer lugar, desecha la idea de establecer una diferencia empírica entre lo micro y lo
macro, identificando lo primero como la acción de un individuo y todo tipo de
microexperiencias y microsituaciones, y lo segundo como lo colectivo y global.

Así también, se aparta del supuesto de que lo social colectivo es menos real que lo
individual particular, y que por ello la sociedad tendría que fundar sus bases en lo
individual. Según Giddens, lo social no es simplemente una agregación de interacciones
particulares. Aduce además que las propiedades estructurales no son exclusivas del nivel
macro sino que están presentes en cada interacción entre sujetos. “Las instituciones no se
explican como agregados de ‘microsituaciones’ ni admiten una descripción exhaustiva en
términos que denoten situaciones, si por tales entendemos circunstancias de copresencia”
(Giddens, CS,1995:172-173).

De acuerdo a ello, se podría desprender que la lógica de la sociedad es diferente a la


lógica del actuar cotidiano, y que lo colectivo no es desagregable en acciones particulares ni
se desprende de ellas. Pero se debe hacer la salvedad de que si bien la ‘actuación’ sistémica
y estructural es diferente, no es autónoma.

“(...) los agentes reproducen la organización de sistemas, pero los sistemas ni


reproducen la organización de los agentes ni activan las prácticas que éstos últimos
realizan. Cualquier afirmación de lo contrario hipostatiza los sistemas, con lo cual se
vuelven borrosos muchos de los procesos más fundamentales que intervienen en la
coordinación y el control de los sistemas” (Cohen,1996:140).

De lo anterior se desprende que la prioridad ontológica está asentada en la agencia


como capacidad o poder de hacer una diferencia (práctica) más no se asume la unidad

84
irreductible de algo que pudiéramos calificar de sujeto en términos de individuo: “(...) la
teoría de la estructuración no adopta una postura metodológica u ontológica individualista.
Giddens reconoce que los individuos siguen siendo los únicos ‘objetos móviles’ en las
relaciones sociales y en las actividades de toda índole (...) sin embargo lo que constituye el
centro de la teoría de la estructuración es el desempeño de la conducta per se. A pesar de
que Giddens hace advertencias explícitas contra la ‘deconstrucción’ del agente, expresa con
mucha claridad que la teoría de la estructuración presupone una ‘descentralización’ del
agente (...) la praxis ocupa el sitio central en la ontología de la estructuración”
(Cohen,1996:26).

Entonces, el intento de Giddens apunta hacia un distanciamiento de la filosofía de la


conciencia y un descentramiento del sujeto, sin por ello olvidarlo, por lo que requiere
conceptualizar la práctica social como un hacer, donde de manera continua se reproducen y
se transforman las estructuras. Plantea una noción de las estructuras sociales construida en
la relación interna con la capacidad de los sujetos (un agente actuante habilitado) para la
reflexión y la acción, pero por ello no hace descansar las estructuras en la acción de dichos
sujetos. La categoría agencia no implica, en la teoría de la estructuración, situarse desde lo
exclusivamente individual, sino en lo social que hay en la agencia, y por tanto describir las
formas del devenir rutinizado, recursivo y reflexivo de la acción social. En ese sentido la
categoría más adecuada para la explicación de la sociedad sería la de práctica, ya que da
cuenta del proceso de estructuración al que se quiere aludir. De tal manera, agencia y
estructura, en la dualidad de la estructura, representan el proceso a través del cual se
constituye la sociedad: “Es perfectamente correcto, desde luego, sostener que una sociedad
no es la creación de actores individuales, y que las propiedades estructurales de sistemas
sociales sobreviven a los individuos. Pero estructura, o propiedades estructurales, o
‘parámetros estructurales’, sólo existen en tanto haya continuidad en una reproducción
social por un tiempo y espacio. Y esa continuidad, a su vez, sólo existe en las actividades
reflexivamente registradas de actores situados -y a través de éstas-, con un espectro de
consecuencias buscadas y no buscadas” (Giddens, CS,1995: 240).

85
Para avanzar en una explicación, se debe hacer el ejercicio metodológico de cortar
el devenir de la interacción entre agencia y estructura, para poner entre corchetes (o
congelar) uno de los dos polos, y así comenzar explicando, o desde lo estructural, o desde la
agencia. La noción de explicación teórica, por tanto, tendría dos entradas: la estructural (a
través de los principios estructurales, conglomerados-instituciones e interacciones), y la de
la agencia de acuerdo al modelo estratificado de acción. Esto, dado que la categoría de
práctica en sí misma pretende sintetizar lo estructurado y lo estructurante del devenir social
de la agencia.

Hasta acá hemos ilustrado alguno de los puntos que me han parecido importantes a
la hora de entender la construcción giddensiana del problema del vínculo micro/macro y de
qué manera lo deja planteado al interior de sus postulados teóricos. El intento ha sido
marcar algunas distinciones básicas en el modo como se asume la problemática del orden y
constitución social, de acuerdo a distintas concepciones de lo que es teorizar en ciencias
sociales. De esta manera, las relaciones entre acción/orden, agencia/estructura, asumen
significados diferentes en virtud de lo que se entienda por el problema de cómo establecer
el vínculo que viabiliza la sociedad, como síntesis o como dimensiones.

El objetivo mediato de avanzar en la construcción de un marco introductorio al


estudio de la teoría de la estructuración de Anthony Giddens, ha implicado recorrer de
manera panorámica, algunas propuestas analíticas que nos ofrezcan un contraluz (por
oposición) para destacar las diferencias entre éstas y lo que pensamos puede ser la
alternativa estructuracionista, respecto al problema del vínculo micro/macro.

Si se puede englobar a la teoria de la estructuración de Giddens dentro de la clasificación


habermasiana de teorias genéticas, de acuerdo a las nociones sobre una ontología y la
preeeminencia de la comprensión en tanto constitución de la vida social en sí, se puede
especificar que es una teoría que cuadra dentro de las teorias de la constitución, tal como se
puntualizó anteriorme. Habermas define ese tipo de teorías como aquellas que de alguna
manera presuponen un sujeto trascendental, agrega que toda teoria generativa que incluye al

86
sentido como noción basal, se pregunta acerca de si hay un sujeto (o no lo hay) del proceso
de generación y si el proceso de generación se caracteriza como actividad cognoscitiva,
lingüística, trabajo o creación. En lo que sigue, por tanto, se avanzará con mayor detalle en
la propuesta de la teoría de la estructuración, buscando desbrozar las formas en que se
explica la relación entre agencia y estructura, para ello nos focalizaremos en la primera de
las categorías ya que nos parece que en su operación bisagra entre lo estructural y lo propio
de la producción de los agentes, se encuentra dibujada la operación del proceso de
constitución social por medio de lo que Giddens denomina proceso de estructuración.

87
CAPÍTULO DOS

Superando dualismos, la relación agencia/estructura en la teoría dela estructuración.

“Una alteridad que no es -o no sólo es- de comparación (...) una alteridad tal que pueda ser
constitutiva de la ipseidad misma. Sí mismo como otro sugiere, en principio, que la ipseidad del sí
mismo implica la alteridad en grado tan íntimo que no se puede pensar en una sin la otra (...) Al
“como” no (es) sólo una comparación -sí mismo semejante a otro- sino una implicación: sí mismo en
cuanto (...) otro” (Paul Ricoeur, Sí mismo como Otro)

Como se señaló en la introducción a esta investigación, el objetivo central es


indagar acerca de la problemática del vínculo micro/macro a través de la propuesta de la
teoría de la estructuración de Anthony Giddens visualizada en la relación entre agencia y
estructura. En el capítulo anterior, se esbozó a grandes trazos algunas de las categorías y
nociones básicas de dicha teoría, señalándola como una teoría de la sociedad en términos
constitutivos. Esto significa un interés primordial (Habermas diría una opción ’esencialista’
en constraste con una convencional) por desentrañar las formas en que la sociedad se
reproduce y transforma como actividad proteica de sujetos habilitados. Esto implica ir un
paso más atrás de las distinciones analíticas que consideran a los conceptos como términos
descriptivos49, y plantearse una ontología constitutiva (no esencialista) donde la teoría es
parte de la realidad social que se estudia. Una afirmación tal puede parecer trivial, sin
embargo, está preñada de una serie de presupuestos que reconstruyen la problemática de la
relación entre individuo y sociedad de un eje analítico a uno generativo, como se explicó en
el capítulo anterior.

Para desentrañar lo que esto pueda significar, al interior de la teoría de la


estructuración, en este capítulo me concentraré en el desarrollo de uno de los nudos teóricos
primarios para afirmar que la sociedad se constituye: la producción de agentes.

49
La distinción a que se hace alusión en esta ocasión, es constitutivo/descriptivo y no
normativo/descriptivo.

88
Ante el problema de la producción de la sociedad, se presentan muchas alternativas
de acceso. Por la tremenda complejidad que tal labor comporta, me parece necesario hacer
una ‘disección quirúrgica al cuerpo sintético de la teoría’; corte que se permite dada la cuota
de arbitrariedad que imponen los límites de un trabajo de tesis. Pero lo que es más
importante, se basa en una intención fundamentada que lleva a la decisión de focalizar la
mirada en la noción agencia, como la propone Giddens en los trabajos que se analizarán..
Los fundamentos para tal decisión responden a dos criterios, uno externo, que refiere a
problemáticas sociales que interpelan a cualquier teoría social y otro interno, en relación a
la teoría misma. Esta fundamentación no supone dedicarnos a desbrozar ambas relaciones
(externa e interna de la teoría) sino dar cuenta de la motivación que ello comprende; la
labor aquí se sitúa en la teoría misma y por tanto, se encuentra referida al segundo criterio
de demarcación, debo anotar, sin embargo, que lo denominado externo es parte de la
preocupación que subyace a esta indagación y dota de sentido a la diferencia
(interno/externo).

La importancia que reporta indagar acerca de las posibilidades abiertas a los sujetos
de constituir ellos mismos su mundo social, nos parece uno de esos lugares comunes tanto
de la teoría social, como de la filosofía, teorías políticas,etc. Se puede preguntar si un
mundo que se impone ante el hombre, puede ser cambiado y si a través de la capacidad
reflexiva e interactiva de los sujetos se podría llegar a controlar -diseñar en clave más
técnica o monitorear en versión ilustrada- el devenir social y postular, por tanto, algún tipo
de proyecto societal. Esto se confronta con la idea de que el devenir social se ejecuta en un
tiempo y lógica tajantemente diferente al que es accesible a cualquier interacción humana
(proyecto o intención) y por esta razón, los deseos y expectativas, ilustración modesta o
utopía desenfrenada, debieran ser más bien modestos o en su defecto, desechar cualquier
probabilidad de improbable monitoreo reflexivo de sistemas que juegan su propio juego
autoconstitutivo, el que no coincide con las interacciones comunicativas con sentido.

En las condiciones actuales, donde la mayoría de los teóricos diagnostican la


desarticulación entre la vida cotidiana de sujetos coordinados por relaciones normativas y el

89
funcionamiento de sistemas autonomizados de su cuna , no se podría entonces confiar en la
decisión existencialista de dichos sujetos en la transformación de una historia que se
presenta en desarrollos contingentes y no teleológicos. Se podría afirmar que han declinado
los obstinados esfuerzos por encontrar sujetos movilizadores de la Historia y que la teoría
no puede iluminar un camino que ya no existe como posibilidad (sino más como
improbabilidad), amén de su propio cuestionamiento interno en relación a las antiguas
seguridades respecto a producir formulaciones verdaderas. De tal forma, resulta complicado
plantearse el retorno del sujeto cuando éste ya fue descentrado, y es justamente éste uno de
los desafíos50: ¿cuál puede ser hoy el lugar de la categoría sujeto/agente en la teoría social?.
Pese a que la relación teoría/praxis es hoy más bien oscura e hiper mediada, la pregunta aún
es válida en el contexto de la construcción de proyectos societales, aunque se responda
negativamente a ella.

De estas interrogantes, se desprende el criterio externo de interés por la agencia.


Según cómo se la conciba -a la agencia y al agente- en relación a la sociedad, se podrá
postular, o no, una relación constitutiva y específicar la índole de tal entrecruzamiento.
Cuestión relevante en sus consecuencias histórico-sociales bajo las condiciones de una
sociedad descrita como moderna. Un problema, entre muchos otros, a que nos vemos
enfrentados en el mundo actual, en la arena internacional y transnacional, y más
específicamente en el contexto de varios países latinoamericanos, es el cómo construir un
proyecto político y social democrático y de cómo las ciencias sociales y las diferentes
disciplinas que la componen pueden plantear y plantearse una teoría acerca de la
democracia; iliminar o no alternativas de construcción societal.En relación se sugieren
nuevos centros vértices del espacio social o en su defecto se sostiene la anacronía que

50
En relación a dichos desafíos para la teoría social, Castañeda señala: “el problema (de la crisis de
las ciencias sociales en la actualidad) no es de método; es un problema de práctica. Es la forma en
que las ciencias sociales se ha comprometido con los proyectos sociales y es la crisis de estos
proyectos” (Castañeda,1987:13). Más adelante apunta: “El problema que subyace a la dificultad de
enfrentar los nuevos desafíos que se presentan al conocimiento es el de la práctica de la teoría. La
forma particular en que se fundamenta el conocimiento y su intervención en la realidad. El
problema de la fundamentación del conocimiento está íntimamente relacionado con el problema del
sujeto y, en consecuencia, la crisis de la teoría social contemporánea es una más de las caras de la
crisis actual” (Castañeda,1987:15).

90
responde a esa forzada autodescripción de unidad.

Por otra parte, el fundamento interno para fijar la mirada en la agencia, se basa en la idea
de que dicha categoría funge como eje articulador de lo que en lenguaje de la teoría en
cuestión se denomina estructuración. Proceso por el cual se llega a reproducir, y en el
mismo fluir transformar las estructuras sociales; explicando este movimiento a través del
recurso teórico de la dualidad de la estructura. Estrategia ésta que pretende superar, por una
parte, los límites de lo que Giddens denomina filosofías del sujeto, atrapadas en una noción
del mundo social remitidas en última instancia a conciencias individuales monológicas y,
por otra, la disolución de la acción reflexiva en imperativos funcionales propuestos por
perspectivas como el funcionalismo y estructuralismo.

Esta teoría propone ‘saltar’ sobre ambos dualismos y pasar a una concepción de la teoría
social diseñada por la dualidad, donde una y otra parte se constituyen en el mismo
movimiento, sin plantear, en estricto rigor, un proceso dialéctico. Es allí, donde se observa
intento de dar una nueva lectura a lo que se ha conceptualizado como problema de vínculo
entre niveles analíticos micro y macro sociales.

De esta manera, se puede preguntar para luego ponderar las diferentes respuestas, si
la noción de agencia efectivamente da cuenta de tal proceso de constitución y cómo lo hace,
¿logra el prometido descentramiento del sujeto?; ¿qué ventajas reporta tal operación?. Si lo
hace, esta noción de agencia ¿puede explicar teóricamente lo que se propone, es decir, la
constitución (producción y reproducción) de la sociedad?. En términos más sustantivos
¿cómo podríamos caracterizar este nuevo sujeto agente?.

Estas preguntas son muy amplias, y se podría inquirir además sobre el propio
postulado de la constitución como modo de explicar la sociedad y la sociedad moderna. Sin
embargo esto escapa a mis propósitos y posibilidades inmediatas. El objetivo acotado en
este momento se restringe a dar pistas acerca de qué significa agencia dentro de la teoría de
la estructuración y qué relación puede tener esta categoría con la operación de dualidad

91
entre estructura y agencia. Se deja mencionadas esas inquietudes generales porque como los
fundamentos denominados aca ‘externos’ para fijar el ojo en la agencia, constituyen
contexto del texto.

En este capítulo me dedicaré, a exponer las nociones básicas implicadas en la


categoría agencia, de forma más o menos leal a las formulaciones de la teoría para el
problema específico de esta investigación. Luego, otro paso consistirá en una ponderación
de estos postulados; se realizará en un tercer capítulo.

1. La paradoja de lo individual y lo social.

Según Giddens, la pregunta por el orden planteada como problema hobbesiano por Parsons,
es analíticamente poco fructífera ya que se pregunta por la relación entre el individuo, como
actor abstracto y la sociedad como un todo orgánico, partiendo de presupuestos
considerados como dados. El concepto de equilibrio está supuesto analíticamente, lo que a
nivel sustantivo supone un consenso normativo. Se opone entonces una noción límite de
naturaleza humana que asume un individuo básicamente egoísta e interesado que en su
lucha de intereses se opone a un orden moral monolítico.

Además de este a priori acerca de lo que el hombre es (racional, egoísta e interesado),


Giddens advierte que un modelo analítico que opone individuo/sociedad no alcanza a dar
cuenta del hecho de que los conflictos se engendran en y entre grupos sociales con intereses
contrapuestos, siendo necesario mediar la relación simple y abstracta entre un sujeto
monádico y un todo social orgánicamente concebido como orden moral. Esta tarea debe
concebir las formas en la que se construye el espacio social, además de esclarecer el
carácter de dicho proceso social constitutivo.

Si la teoría en cuestión, como es el caso de la de la estructuración, trata de la


conducta humana, como algo que alguien produce o realiza, resulta adecuado centrarse,
cmo dice nuestro autor, en el ser actuante, como unidad de referencia para el análisis de la

92
acción. Un individuo no es propiamente un agente, sólo puede ser llamado agente51 un ser
que en tanto actúa se refiere a ciertos recursos de capacidad reflexiva.Giddens propone
situarse por fuera de versiones teleológicas de la acción tal como fueran concebidas por
algunos filósofos analíticos y, concebirla más bienun fluir o corriente a la que le es
constitutiva la duración como existencia espacio- temporal. Ya no es el ser como esencia el
que debe preocupar, ni tampoco el individuo dotado de capacidades de discernimiento
racional que elige medios adecuados a un fin, sino el ser arrojado al mundo en el devenir;
en el tiempo52.

La agencia entonces es vista como actividad básicamente productiva, un hacer y no


un ser. Si bien Giddens opina que es poco lo que puntualiza el trabajo de Marx en referencia
a la noción de praxis, al restringirla a la producción material entendida como trabajo, vale
decir, el proceso de transformación de la naturaleza donde el hombre ubica su natalidad
como ser creador, su propuesta de una teoría de la producción de la sociedad se encuentra
en estrecha relación con la ontología marxiana de la praxis, si entendemos producción en
sentido amplio.Es por ello que Giddens define trabajo como trabajo social, es decir,
“actividades productivas socialmente organizadas por las cuales los seres humanos

51
Según la definición de Ferrater Mora el término agente en español refiere a “Persona que ejecuta
la acción del verbo”. Y “Persona o cosa que obra y tiene poder para producir un efecto” (Ferrater
Mora,1994:72). Muchas son las discusiones en torno a estas definiciones, una de ellas dentro de la
filosofía analítica se refiere a la diferencia entre lo que es susceptible de predicar de un ser humano
como ser actuante y lo que se dice o se puede decir de una cosa. La cuestión es si las razones
pueden ser causas o ser tratadas como acontecimientos contingentemente relacionados como
antecedentes y consecuentes. La noción de Giddens, distingue entre causalidad de agente y
causalidad de suceso.
52
Esto se puede expresar como el abandono del hombre al mundo ante el cual se percibe
impotente, después de haber dejado los espacios de la convención protegidos por la fe: en Dios, en
la Razón y en la Tradición. Weitz, a propósito de sus comentarios a los escritos de Blumemberg,
expresa esta idea de forma radical pero ilustrativa: “Igual que el ensanchamiento poscopernicano
del universo ha hecho visibles la puntualidad de la tierra y la inanidad del hombre, de la misma
manera la dilatación del tiempo cósmico, impuesta por los resultados de la investigación científica,
transforma la tierra en un episodio pasajero y al hombre en un nada efímero. El rápido aumento de
la desproporción entre el hombre y el cosmos, así como entre el hombre y el tiempo cósmico, hace
que surja una comprensión de la realidad según la cual el cosmos, y con él la vida del hombre,
carece de todo sentido superior y está simplemente ahí como una masa sin valor, sin propósito, sin
razón” (Weitz,1996:11). Pero ocurre que el hombre, por extraño que parezca, se sigue preguntando
por sentidos y en la actualidad, por las posibilidades de construcción del sí mismo y la sociedad en

93
interactúan creativamente con la naturaleza material” (Giddens,PSTS, 1997c:273). En tanto
praxis define la constitución de la vida social como “un conjunto de prácticas regularizadas,
producidas y reproducidas por los actores sociales en los contextos contingentes de la vida
social” (Giddens, PSTS, 1997c:273). Esto significa que los sujetos son lo que hacen y en
tanto hacen o producen, y si este producir no se restringe al trabajo; es la producción misma
de la sociedad aquello que producen en su hacer.

La afirmación de Giddens “La producción o constitución de la sociedad es un logro


diestro de sus miembros, pero tal que no ocurre en condiciones que estén enteramente
dentro de su intención y comprensión” (Giddens,NRMS,1997A:127) recuerda la tan citada
frase de Marx en el 18 Brumario acerca de los hombres que hacen su propia historia pero no
bajo condiciones elegidas por ellos53. La dialéctica entre el obrar de sujetos sociales y las
condiciones que enmarcan las posibilidades de dicha actividad productiva será el nudo
problemático de muchos intentos por explicar la sociedad en términos de teoría de la
acción, pero que sin éxito se han enfrentado al problema de que la historia sigue su curso y
que el tiempo social está separado por un abismo lógico, social y real, del tiempo interno de
las interacciones cotidianas y de sujetos y grupos sociales que idealizan cambios de y en las
inveteradas y porfiadas condiciones de la existencia.

Uno de los problemas que plantea la cuestión de hacer nuestra historia pero no bajo
condiciones electivas, es el de dar respuesta a la existencia del mundo social. Algo que nos
parece transparente por la obviedad de vivirlo cada día, carga una cuota de misterio si las
interrogantes se trasladan de una preocupación por la esencias del ser cuyo fundamento

el tiempo.
53
“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, en circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino en aquellas circunstancias con la que se encuentran directamente,
que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas
oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y precisamente cuando éstos parecen
disponerse a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de
crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del
pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para representar, con este
disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, la nueva escena de la historia universal” (Marx,
Karl, 1973)

94
metafísico moraba en el cosmos extramundano y trascendental, al orden de lo dado como
experiencia, ya sin dichos basamentos. Es la propia experiencia del hombre en el mundo la
que debe ser explicada.

La tentativa fenomenológica en su versión trascendental procura explicar lo


particular de la experiencia social humana a través de presupuestos aún anclados en
fórmulas trascendentales. Lo sugerente, sin embargo, es el reconocimiento de la identidad
de lo particular y las formas intramundanas de representar el mundo social

Husserl se plantea la alternativa de hacer un paréntesis fenomenológico que congele


el devenir de la particularidad contingente para llegar a abordar las esencias universales y
trascendentes.Esta tentativa fenomenológica, valiosa por plantear descriptivamente la
constitución de la experiencia, en tiempo y espacio, vivida y no sólo formada
cognitivamente y replantear la relación sujeto-objeto a partir de la noción de
intencionalidad54 , pero que pese a prestar atención a lo que denominó mundo de la vida, no
logra explicar la constitución del espacio social, dado su compromiso con una noción
trascendental de la conciencia55.

Schutz mundaniza la fenomenología y en vez de hacer una puesta entreparéntesis o


suspensión fenomenológica de la vida social contingente, se lanza a su encuentro. Esta

54
La idea de intencionalidad resulta importante para los postulados de la constitución. La
conciencia es siempre conciencia de algo, está dirigida a algo, y este ‘de’algo se forma en las
corrientes de síntesis, donde la conciencia no puede hacer más que estas síntesis. “Los objetos de
conciencia responden a una estructura regular dentro de los procesos de conciencia regularmente
constitutivos, una constitución, y ésta puede mostrarse por medio del uso sistemático del método de
suspención del juicio (reducción, epojé)” (Luckmann,1996:29). A partir de estos postulados según
Habermas, Husserl a diferencia de Kant, propone “aprehender descriptivamente los diversos modos
como los objetos se ‘dan a sí mismos’" (Habermas,1993a:40). Con ello abre la posibilidad de
investigar descriptivamente la estructuras generales del mundo de la vida en términos de sentido,
como relación reflexiva donde la conexión consciente da paso a la captación de una experiencia
originaria y un algo distinto.
55
Giddens anota a propósito de Husserl “El 'problema de la intersubjetividad' sigue siendo
refractario; no deja de ser difícil ver cómo los otros (en verdad, incluso el yo concreto en oposición
al 'yo trascendental') pueden ser considerados algo más que otra proyección intencional de la

95
fenomenología de tipo descriptivo se centra en el problema de la intersubjetividad como
uno de carácter sociológico y no filosófico. Schutz se preocupa de la actitud natural
invirtiendo la epojé husserliana, para suspender la duda acerca del mundo de la experiencia
(epojé de la actitud natural)56. La intersubjetividad como un espacio de comunalidad donde
un ‘yo’ se encuentra con un ‘tú’ y se reconocen en la misma Naturaleza, naturaleza social
que los une en el mundo de la vida cotidiana57.

Pero aunque Schutz abandona la fenomenología trascendental de Husserl mantiene un


lazo con la subjetividad del yo, lo que acarrea varios problemas para lograr una explicación
satisfactoria del ámbito social. Giddens afirma que a partir de la noción de que el mundo es
‘mi mundo’ operando en base a una conciencia, es imposible dar cuenta de la realidad
social como un mundo objetivo (además de primariamente intersubjetivo). Existen
condiciones externas a la acción no mediadas por la conciencia del actor, que están más allá
de ella, y se relacionan, según Giddens, con consecuencias no intencionadas de la acción
que se convierten en las condiciones para la acción.

Este giro del ser y la conciencia a la existencia y el mundo de la vida, lleva a otro
problema, puesto que el postulado de la intersubjetividad conduce a la paradoja de
constituir lo ‘otro’ y lo ‘mismo’ en un ámbito relacional-social que no se deja explicar por
la sola actuación de la constitución de un yo (o yoes) trascendentales, es decir, por la mera

conciencia” (Giddens,NRMS,1997a:42).
56
Al analizar la forma de constitución del mundo de la vida cotidiana no debemos obviar, según
Schutz, el hecho de que dicho mundo siempre es intersubjetivo: “Es intersubjetivo porque vivimos
en él como hombres entre otros hombres con quienes nos vinculan influencias y labores comunes,
comprendiendo a los demás y siendo comprendido por ellos. Es un mundo de cultura porque, desde
el principio, el mundo de la vida cotidiana es un universo de significación para nosotros, vale decir,
una textura de sentido que debemos interpretar para orientarnos y conducirnos en él”
(Schutz,1962:41, subrayados míos).
57
“Una síntesis de la misma Naturaleza, dada y verificada a la vez primordialmente (con
originalidad sensoria) y en el modo de la apresentación. Así se instituye definitivamente por
primera vez la coexistencia de mi “yo” y el “yo". "De otra persona, la coexistencia de mi vida
intencional y de la suya, de mis 'realidades' y las suyas; en una palabra, lo que tenemos aquí es la
creación de una forma temporal común”(Husserl, citado por Schutz, 1993,133-134, nota a pie
N°20).

96
reciprocidad reflexiva58. El yo se construye en su negación para poder afirmar su mismidad,
y eso conlleva, según esta lógica, salvar la cuestión de la constitución de la no identidad de
lo uno y lo otro a la vez. Si se parte de la noción de intersubjetividad cuestión ‘ya’
constituída, se está hablando de un mundo simbólico, de alguna manera, previo a la
posibilidad de reciprocidad reflexiva de los agentes frente a normas o reglas59. La cuestión
sería la reciprocidad en las expectativas de comportamiento mutuo más que en el
comportamiento mismo, y ello supone la construcción de una identidad en comunión
posibilitada por el carácter simbólico del sentido, donde de alguna manera pueden
converger sujetos y grupos bajo un praguas común, ya no esencial, sino contingente y con
amplias posibilidades de autoreflexividad.

La cuestión para la teoría de la estructuración es poner en relación a la agencia y a la


estructura y explicar, ya no a partir de la operación intencional de la conciencia solitaria, la
posibilidad de existencia de un mundo social preconstituido donde se da la coordinación
expectativas entre sujetos60.Para resolver el problema de la relación entre estas partes

58
Habermas expresa la paradoja a que se ve enfrentado Husserl al intentar dar cuenta de la
formación de un ámbito intersubjetivo. Se podría extender la idea y decir que la misma aporía
enfrenta cualquier teoria que parte de la noción monádica de sujeto “Por un lado, soy yo el que
constituye al otro como elemento de mi mundo, pero, en tanto que otro, no me puede estar dado
originalmente en las operaciones constitutivas que él ejercita, como tendría que ser en principio
posible si el otro fuera en verdad algo constituido por mi” (Habermas, 1993a:51).
59
Resulta ilustrativo advertir en una perspectiva, en algunos puntos diametralmente apuesta a la
que revisamos en esta investigación, este punto. Para la teoría de sistemas postulada por Luhmann,
la cuestión de la intersubjetividad no es un problema, ya que, partiendo de las aporías husserlianas,
de que a partir de conciencias individuales clausuradas se pueda dar cuenta de un mundo social, lo
que Luhmann pretende es superar, justamente, lo que considera “la paradoja irresoluble de la
intersubjetividad”. El autor señala. "El ‘inter’ constradice al ’sujeto’; o dicho con más exactitud:
cada sujeto tiene su propia intersubjetividad” (Luhmann, 1998:32).Esto es justamente lo que da
paso a la formación de los sistemas sociales, consecuencia del cierre operativo de la los sistemas de
conciencia, centrándose en la noción sistema/entorno, que releva una distinción y no una de sus
partes (el sujeto o el objeto, el sujeto o la sociedad, la estructura o la agencia). En la distinción
sistema/entorno, las conciencias psíquicas son entornos para el sistema social, y sólo este último es
objeto primordial de estudio de la sociología. A su vez el paso de un teorizar relacional a uno de la
forma (Luhmann, 1996a) hace que la distinción sistema/entorno no transite en los retornos
sintéticos de la dialéctica, planteando, en vez, una diferencia entre identidad y diferencia y no una
identidad entre identidad y diferencia (Cfr, Luhmann,1998).
60
Giddens apunta que “aún en aquellas convenciones de las que pueda decirse que incluyen
problemas de coordinación, los objetivos y ls expectativas de quienes participan de las

97
(agencia y estructura), por ponerlo de esta manera, Giddens no se cansa de insistir en que
debemos pasar de los dualismos a la dualidad, y en lo que a acción se refiere se basa en una
noción dialógica y contextual de la ésta como agencia, a partir de la cual quiere dar cuenta
de los procesos sociales constitutivos del mundo social.

El autor argumenta que la capacidad de agencia de un agente -valga la redundancia-,


siendo éste una individualidad corpórea, es imposible de postular escindida del espacio
social que la constituye. Es el carácter rutinizado y reflexivo de la agencia humana,
actualizada en interacciones de la vida cotidiana, lo que da paso al proceso de constitución
de la sociedad, a través de lo que denomina estructuración. Habiendo hecho la operación
pretendida de descentramiento del sujeto61 y procurando mantener la facultad proteica del
mismo, es como el autor plantea una teoría de la constitución de la sociedad, pretendiendo
evitar los dualismos de acción /estructura, para llegar a dar cuenta del enlace entre estas
dinámicas.

Es en el devenir reflexivo del fluir en el la acción donde se condensa lo se podría


llamar vínculo social, lo que Giddens denomina integración social. Pero más allá de los
encuentros cotidianos situados, y lo que a su vez los consiente, es una reproducción crónica
de las reglas y recursos sociales que en un estiramiento temporal y espacial hacen posible la
integración sistémica, ya no limitada a interacciones entre personas sino a relaciones de
coordinación de sistemas sociales a gran escala.

convenciones están característicamente definidos por la aceptación de la convención en lugar de


que la convención se alcanzara como un resultado de aquellos problemas”
(Giddens,NRMS,1997a,116).
61
Según Giddens el estructuralismo y post-estructuralismo han hecho un gran aporte al exigir una
teoría del sujeto en vez de considerar que la subjetividad es el fundamento de la experiencia. “El
'yo' sólo tiene sentido en virtud de que es un elemento de la totalidad anónima, no tiene sentido
atribuirle ningún privilegio filosófico distintivo” (Giddens,1991,267). Pero Giddens alega que “es
esencial insistir en la necesidad de una interpretación del agente y no del sujeto, y de la agencia en
vez de la mera subjetividad. Los 'sujetos' son, en primer lugar y sobre todo, agentes”
(Giddens,1991:278). Por ello plantea una noción de agencia de carácter práctico-contextual no
referida a la exclusiva adscripción conciente intencional y por tanto referida a un particular. Según
Joas (1988a) Giddens no se apoya en los aportes pragmáticos que sin embargo constribuyeron en la
distinción entre conciencia práctica y discursiva. Ver además Bernstein (1979).

98
Este punto es importante ya que, en esta especie de dualidad omnibarcante y
relacionadora, se pretende dar cuenta de un proceso que juega entre semi autarquía de las
estructuras sociales y autonomía relativa de los agentes. Entonces: ¿cómo esclarecer este
tipo de relación?. El autor introduce para ello la noción de dualidad de la estructura y afirma
además que esta dualidad no explica nada. No explica, porque de forma a priorística no es
posible determinar la configuración específica de una sociedad concreta, para ello debemos
adentrarnos en el estudio de las condiciones sociales en un momento socio histórico
específico. De ahí su defensa de una teoría sustantiva y sus renuencias a generalizaciones
legaliformes de corte positivista.

En esta introducción, que trazada gruesas líneas de un esbozo del lugar de la agencia
en el entramado de la teoría se arrastra mucha arena por las aguas del río. Se deben dar
varios pasos para deshilar lo que puedan significar estas condensadas sentencias, para lo
cual se comienza con la descripción del concepto mismo de agencia, el que se irá
deshilvanando para llegar a la explicación de la constitución de procesos sociales a gran
escala. Hasta acá o que se puede adelantar es una diferenciación básica entre (a lo menos)
dos niveles abstractivos de la relación agencia/estructura en la teoría de la estructuración. El
primero se unica a nivel de una teoría social global y se discute en esta investigación en
torno a la noción de agencia, dualidad de la estructura y estructura. El segundo, se juega en
lo que es el campo de la teoría sociológica preocupada de las sociedad modernas en
específico. En esta arena el problema micro/macro se especifica en la relación entre
integración social y sistémica.

2. La agencia.

Giddens revisa una serie de postulados en relación a la acción planteados por lo que
engloba bajo el rótulo de teorías interpretativas, y por lo que denomina filosofía de la
acción. Destaca lo que considera son sus aportes y carencias y postula la necesidad de
construir una teoría de la acción más satisfactoria para las ciencias sociales.

99
Dentro de las principales aportaciones de autores como Schutz,Gadamer, Winch y
Garfinkel, destaca el lugar central de la comprensión para la construcción del campo de
estudio de las ciencias sociales y el carácter de ésta; el acceso hermeneútico a las formas
legas del lenguaje y de vida; y el rescate de los saberes sociales reflexivos reaplicados al
ámbito de las prácticas cotidianas. En la valoración que Giddens hace de la fenomenología
schutziana, como se señaló en el primer capítulo a propósito de la noción de comprensión62,
se retoman las críticas de Schutz a la noción de acción weberiana y la captación del sentido
subjetivo directamente observado. Según Giddens, Weber no distingue entre la experiencia
subjetiva en cuanto sentido mentado de la acción y un acto completo. Un acto puede
establecerse por la mirada reflexiva sobre la experiencia vivida siendo una imputación que
sólo se aplica retrospectivamente ‘sobre’ la acción. Weber, sin embargo, restringió el
significado a la conciencia subjetiva de los actores y la social a la orientación hacia los otros
y la influencia de éstos , de manera que el significado de un acto solitario no podía ser
identificado como acción social (recordemos el ejemplo del ciclista). Para Giddens el
significado de la acción social debe referirse a normas de significado compartidas y no a
revivencias internas del sujeto.De esta manera, nuestro autor, retoma de forma crítica la
sociología compresiva además de asumir una tarea constructiva respecto a los desarrollos
de la filosofía social europea.

En ese campo,valora los aportes de la hermeneútica para la teoría social. El giro


operado por esta perspectiva, respecto a sus antecedentes del siglo XIX, pone en el centro la
preocupación por el lenguaje cómo elemento basal de lo social. Gadamer, por ejemplo,
entiende por ‘Verstehen’, un intercambio de marcos de referencia culturales diferentes, de
modo que se tiene que entrar en un diálogo entre el objeto/sujeto de estudio y el sujeto que
investiga y pretende comprender. Esto no es un asunto subjetivo de revivencia psicológica,
de lo que se trata es de aprehender la forma de vida que le da sentido al texto y la

62
En el capítulo primero de esta investigación se trata con mayor detalle la valoración general que
hace Giddens del aporte de la fenomenología de Schutz a la sociología comprensiva.

100
narración63.Tal comprensión se logra a través del discurso, de manera que se libra del
individualismo cartesiano desde donde se la entendía anteriormente. Giddens señala que la
compresión en sentido gadameriano “concierne al lenguaje como medio de la
intersubjetividad y como expresión concreta de 'formas de vida' o lo que Gadamer llama
'tradiciones'" (Giddens,NRMS, 1997A:77). Por tanto, el problema hermeneútico no trata del
manejo adecuado de una lengua, sino de la “comprensión correcta de las cosas que
acontecen en el medio lingüístico” (Giddens,NRMS, 1997A:78). Giddens aduce que una
visión de este tipo avanza en relación a entender el sentido más allá de lo meramente
subjetivo y señala “La ‘fenomenología hermeneútica’ en manos de Heidegger y de Gadamer
rompe con el subjetivismo característico de la fase anterior de desarrollo de la
fenomenología (Schutz nunca consiguió completar esta ruptura). Desde esta perspectiva
(...), el lenguaje es esencialemente un fenómeno social o público basado en un una forma de
vida determinada; la autocomprensión del individuo sólo puede ocurrir en términos de
conceptos ‘accesibles públicamente’” (Giddens, PSTS, 1997c: 260).

Sin embargo remitir la comprensión a una tradición específica impide trascender los
límites de los actores situados dentro de esa forma de vida y alcanzar significación
explicativa en relación con estos marcos de sentido. En el caso de Gadamer al remitirse a
las mediaciones del diálogo entre las tradiciones supera la perspectiva de los juegos de
lenguaje de Wittgenstein64, más no logra situar un punto de base para sostener una actividad
crítica respecto a estas tradiciones.

63
Giddens señala a propósito del círculo del conocimiento que supone un acceso hermeneútico a un
texto que la comprensión procede gracias a que cada una de sus partes se tornan inteligibles gracias
a una apreciación total del conjunto “ se da por tanto un proceso de constante desplazamiento de la
parte al todo y del todo a la parte, gracias al cual la comprensión enriquecida del todo ilumina cada
una de las partes, y viceversa” (Giddens, PSTS, 1997c:260-261). Esto se destacó en el primer
capítulo vinculado a las formas de teorizar analítica y generativas.
64
Con esto Giddens refiere a que “El problema caracterítico al que parece llevarnos la filosofía de
Wittgenstein es el siguiente: si resulta que los juegos linguísticos son universos de significados
tan cerrados, ¿ cómo podemos salir de un juego linguístico y meternos en otro?.”(Giddens, PSTS,
1997c: 259).

101
La misma observación, en relación a quedarse en el particularismo irrebasable de una forma
de vida, es la que levanta acerca de los postulados propuesto por Winch. Este autor parte de
la idea básica de que la acción humana esta provista de sentido y que esto la hace
radicalmente diferente a los hechos del mundo natural. Lo que tiene sentido está de suyo
gobernado por reglas, lo que no conlleva que el sujeto sea capaz de explicar su conducta de
acuerdo a una determinada regla, sino que sea capaz de distinguir entre un actuar correcto y
otro incorrecto.De esto se sigue que existe una diferencia radical entre las ciencias sociales
y las naturales. La explicación causal de las segundas es de orden diferente a las
correspondientes las ciencias sociales. El criterio de regularidad en las ciencias sociales
viene dado, según Winch, por las reglas que definen una forma de vida, por lo que no sólo
se deben comprender las reglas de procedimineto científico, sino las reglas del proceder
social. “El estudio de la conducta social implica necesariamente ‘explicar’ acciones
observadas, y el observador sólo puede hacer esto en función de las reglas particulares a las
que estas acciones se remiten” (Giddens, NRMS, 1997a:65).

Para explicar las distintas formas de vida hay que entender o comprender las ‘reglas de ese
juego’ (Wittgenstein) y se comete un error categorial si se pretende hacerlo desde las reglas
de otro juego, es decir, las nociones occidentales de la comprensión científica. Esto, según
Giddens, lleva a un relativismo que Winch pretende saldar aduciendo ‘constantes de las
sociedades humanas’ que operan como ‘nociones limitantes’ (nacimiento y muerte, por
ejemplo).

La crítica de Giddens a esta perspectiva resume las que en la literatura sociológica son lugar
comun en relación a Winch, destacando el inadecuado tratamiento de la ‘acción provista de
sentido’ como equivalente a la conducta ‘gobernada por reglas’, éstas se resumen en cinco
puntos básicos:

-en la noción de acción provista de sentido según se siga una regla y se pueda distinguir
entre una acción correcta y otra incorrecta, se encuentran contenidas dos cuestiones
diferentes que Winch no aclara o distingue.Primero que sentido refiere a que con una

102
expresión linguistica se pueda identificar correcta o incorrectamente una conducta y
segundo que una regla pueda ser una evaluación moral.

-Winch enfatiza la noción de regla según una convención linguistica donde la conformidad
con ellas no es asunto problemático. Giddens se pregunta por las diferencias entre reglas
como normas sociales- en las que se implican relaciones de poder y sistemas de dominación
(reglas de quien)- y las reglas de carácter linguistico. Por otra parte Giddens aduce que no
existe relacion directa entre conocer el sentido de una regla y el compromiso de realizarla,
ya que los actores se orientan de manera diversa ante la misma regla. Esto también remite al
tema del poder social y las posiciones de los agentes dentro de la estructura social.

-De este modo Giddens señala que desde la perspectiva de Winch se confunde el “sentido
de la acción con su ocurrencia” (Giddens, NRMS, 1997a:68) .Seguir una regla en el orden
real de la vida social, no queda explicado en la intelegibilidad de la regla misma.

-Por otra parte, Winch excluye la posibilidad de explicación causal en ciencias sociales
dado que las acciones sólo expresan ideas y la relación entre ellas es conceptual (lógica) y
no causal. Dado que en el punto anterior se ha distinguido entre inteligibilidad de la regla y
su realización concreta, esta exclusión, al menos bajo el argumento de Winch, es
improcedente.

- Por último, y en relación al carácter de la explicación en ciencias sociales, Giddnes


considera que Winch exagera la diferencia entre ciencias sociales y naturales.

Por tanto, para explicar en ciencias sociales (establecer similitudes y diferencias,


hacer comparaciones y generalizaciones) es necesario salir del marco de una forma de vida
específica y aclarar ,por tanto, la relacion entre lenguaje lego y lenguaje técnico. El
postulado que pretende limitar el relativismo a que lleva esta concepción conlleva una
contradicción interna, en tanto las formas de vida como juegos de lenguaje no podrían
apoyarse eb universales de la conducta social humana.

103
De la corriente de la etnometodología, Giddens retoma algunas de las ideas de
Garfinkel en relación a su conexión con la filosofía social europea, sin detenerse en sus
estudios empíricos los que le parecen excesivamente pobres filosóficamente hablando. Lo
que rescata de esta perspectiva, dentro de varios puntos coincidentes con otras teorías de la
acción, es la relevancia que se otorga al tratamiento de la reflexividad de la acción y el
carácter situado o contextualizado de la acción.En cuanto a la primera Giddens apunta con
los etnometodólogos, que la todo agente es un ‘teórico social práctico’ y que la
previsibilidad del mundo social esta dada por la capacidad del agente de reaplicar el
conocimiento práctico sobre las interacciones con los otros. En este sentido la continuidad
de del mundo social es producto de los actores ordinarios que la sostienen. De est forma el
saber lego es parte de la constitución misma de la sociedad.

En relación a la contextualización de la acción, dentro de la etnometodología la


ubicación de la interacción en el tiempo es un punto relevante. La conversación, aplicada
por los agentes de forma reflexiva en el decurso cotidiano, da basamento a lo que se está
diciendo y lo que se dirá; esto es el carácter indexical de los significados en la interacción.
Giddens reconoce que éste no es el único aspecto para definir los significados sociales (no
el tiempo ni el contexto) pero es una instancia de máxima importancia que en las visiones
ortodoxas ha sido devaluada u omitida por constituir un sesgo del sentido común..

Las principales fallas en todo este tipo de aproximaciones refieren,según nuestro


autor, a que la acción es predicada sólo en tanto sentido (simbolizado) sin destacar su
carácter transformador como praxis humana. Se advierte además un déficit de atención a
cuestiones relativas al poder y al conflicto en el análisis de la interacción social65, lo que se
relaciona de manera interna con la producción de sentido; las normas, reglas y todo orden

65
Giddens apunta “hemos de renonocer que toda relación de significado es también una relaicón de
poder: se trata de saber qué hace que determinadas ‘explicaciones’ (de la vida social) valgan (...) .
La creación de un mundo inteligible no se puede explicar independientemente de estos
desequilibrios de recursos (de clase , por ejemplo) que los actores aportan a los encuentros”
(Giddens, PSTS, 1997c:261-262).

104
moral susceptible de apropiaciones diferenciales, está en directa vinculación con la posición
estructural de los sujetos y depende de los recursos con los que dispongan. De tal forma,
estos enfoques no cubrirían, según nuestro autor, el problema de las transformación
institucional ni la dimensión histórica de los fenómenos sociales. Giddens propone avanzar
en esta dirección, poniendo en relación a nivel de la agencia la dimensión del sentido, del
poder y el elemento normativo, vinculando estos aspectos con procesos mediadores en la
formación de dimensiones estructurales66.

De la señalada valoración de la hermeneútica por parte de nuestro autor, se derivan


una serie de discusiones metodológicas centrales para las ciencias sociales67, que no puedo
tratar en el contexto de este trabajo. Pero lo que nos parece necesario relevar, en vinculación
con la preocupación por la agencia, es la distinción entre comprensión e interpretación. Si
bien en la comprensión, elemento constituyente de la corriente vital de los sujetos, se
implica el carácter prerreflexivo de la experiencia, también están presentes ‘métodos
interpretativos’, como señalaran los etnometodólogos, métodos que suponen el carácter
recursivo de la aplicación de las narraciones interpretativas sobre la misma conducta lo que
permite su continuidad o repetición crónica, cuestión que se revelará central en la
explicación giddensiana de la praxis de acuerdo a su noción de conciecia práctica.

En relación al deslinde que construye el autor con otras perspectivas, también le


importa dejar establecidas sus diferencias con lo que llama filosofía de la acción. Según ésta
lo que caracteriza al hombre es la actividad y a ésta la intención68, lo que deriva en una serie

66
Esto es lo que Giddens llama modelo estratificado del agente, el que se revisará más adelante en
este mismo capítulo.
67
Discusiones como las relativas a las pretensiones de universalidad tanto de la hermeútica como
del positivismo, perspectivas que quieren alcanzar una explicación global de la actividad humana.
En este punto Giddens coincide con Habermas en que tal pretensión es inadecuada y que en las
ciencias sociales debemos procurar hacer una síntesis que las contenga a ambas. Sin embargo, el
autor no está de acuerdo con la tajante división que hace Habermas entre perspecivas nomológicas
y hermeneúticas. Aduce que también en las concepciones nomológicas comparecen procesos
interpretativos que refieren al carácter preinterpretado de la realidad social y por tanto en el
proceso de definción de un postulado legaliforme.
68
Según uno de los llamados por Giddens filósofos de la acción: “la distinción entre acción y no
acción no depende de la presencia o ausencia del propósito o la intención correspondiente, sino de

105
compleja de discusiones acerca de la diferencia entre acción y movimiento. Para los
reduccionistas analíticos (como los tipifica Bernstein, 1979) la manera de incluir el estudio
de la conducta humana dentro de un programa científico es transformar la descripción de la
acción en postulados de base como movimientos. Según las versiones críticas al interior de
la discusión analítica por parte de los filósofos analítico-conceptuales, la referencia de la
acción a la intención introducía una problemática. La reducción atomística de la acción en
términos de enunciados causales de tipo mecánico, debía postularse entonces, como
causalidades teleológicas. Para Giddens la distinción que se intentó hacer entre acción y
movimiento, a partir de la noción de sentido (acción orientación por normas) adscrito a la
acción más o al movimiento resulta infructuosa. Como se apuntó: La unidad de referencia
apropiada para un análisis de la acción es la persona o el ser actuante.

La filosofía de la acción entiende a ésta (a la acción) como conducta dotada de


sentido en tanto esta involucrada una intención. Esta interpretación es válida tanto para el
concepto de acción genéricamente descrito, como en la caracterización de tipos de acto.
Según Giddens no es admisible anteponer intención a acción, ya que la acción precede
lógicamente a la intención. Siempre que se intenta no simplemente se intenta, sino que se
intenta hacer algo Además, Giddens argumenta que no se pueden postular, como aducen los
filósofos de la acción, acciones básicas. El concepto de acción o de obrar se relaciona
directamente con el de praxis o práctica, como tipos regulares de actos, al que el autor
define como, una “serie progresiva de actividades prácticas (...) un tipo regulado de actos”
(Giddens,NRMS, 1997A:97). Por tanto si acción es una fluir continuo y actos una serie
progresiva de prácticas, no es posible definir unidades minimales de la acción, aunque sí
identificar actos.

aquella intención o propósito que tiene o no algo que ver con la producción de la
conducta.Respecto a la acción debemos decir que la conducta tiene lugar ‘a causa de’ la intención o
propósito correspondientes; donde este no es el caso entonces no estamos tratando de la acción”
(C.Tylor en Bernstein,1979:273).

106
Las intenciones son actos deliberados o intencionados, pero dicha intencionalidad
no está definida según la búsqueda interna de un sujeto en persecución de una determinada
meta69. La mayor parte de la vida activa es prerreflexiva, y el tipo de conocimiento que se
aplica en procesos reflexivos sólo en una porción presenta un carácter discursivo y
justificatorio. En tal caso un acto deliberado sería “cualquier acto del cual un agente sepa
(crea) que puede esperar que manifieste una cualidad o un resultado particular, y en el cual
este conocimiento sea utilizado por el actor con el fin de producir este cualidad o este
resultado” (Giddens,NRMS, 1997A:99). Para que una acción sea deliberada, por tanto, no
tiene que ser necesariamente consciente ni racionalizada La dislocación entre la
deliberación y el obrar se muestra en dos casos relevantes para la teoría social: cuando los
agentes pueden conseguir sus intenciones- lo que intentaban hacer- pero no por su propio
obrar; y cuando los actores intencionales producen una serie de consecuencias, que ellos de
hecho no intentaron.

Según Giddens, los argumentos en contra de una noción acción como intención,
valen también para las razones y resultará más apropiado hablar de ‘racionalización de la
acción’ de acuerdo a una regulación reflexiva del obrar del agente. Cuando se pregunta por
razones, se lo hace por la conexión lógica entre actos o proyectos y la fundamentación
técnica sobre los medios que se utilizan para obtener tal fin. Esto involucra irrumpir en el
flujo de la acción para imputar principios fundados a una conducta, pero no supone una
serie discreta de intenciones y razones, sino la versión reflexiva y discursiva de la
fundamentación de una acción, dada una particular identificación del acto, en términos del
saber que manejan los agentes para asegurar cierto fin o fines. Este control reflexivo de la
propia conducta marca un indicio de dominio causal que los actores tienen sobre su obrar,

69
“(...) son raras las ocasiones en que un actor tiene en mente un fin (como en un juego
competitivo por ejemplo). La actividad vital de una persona no consiste en una serie enlazada de
designios y proyectos discretos, sino en una corriente continua de actividad intencional en
interacción con otros y con el mundo natural” (Giddens,NRMS,1997A:106) Un acto deliberado es
identificado por un actor reflexivamente o son aislados conceptualmente por otro agente.

107
lo cual no involucra afirmar que las razones son causas, sino más bien que la
racionalización de la acción es la formulación causal de las justificaciones de un actuar.
Giddens lo expresa como sigue: “La racionalización de una conducta expresa la raigambre
causal del obrar en tanto enlaza unos designios a las condiciones de su realización dentro de
la praxis corriente de la vida cotidiana. Antes que decir simplemente que las razones son o
pueden ser causas, es más exacto decir que la racionalización es la expresión casual del
fundamento de la deliberación del agente en el conocimiento de sí mismo y en el
conocimiento de los mundos sociales materiales que conforman el ambiente del ser
actuante” (Giddens, NRMS, 1997A:109).

Propio ser: seguridad básica y tipos de conciencia

Para definir lo que es la agencia y su relación con los procesos de estructuración se


postulan una serie de deslindes con nociones del actuar ligadas al sujeto como ente
individual, desprendiendo a la agencia de una adscripción a la conciencia. Para hacer este
tipo de reconstrucción crítica Giddens relaciona al ‘yo’ con: la capacidad reflexiva (tipos de
conciencia) y interaccción con ‘otros’ en un contexto social. Esto, se liga a su vez, con la
construcción de un núcleo de seguridad básica dada por la predecibilidad del devenir con
los ‘otros’ en el mundo, es decir, otorgada por un saber anticipatorio de lo que podría
suceder, sucedernos y sucedernos junto y con otros.

El autor, distanciándose de la conceptualización freudiana del ‘yo’, plantea un


modelo estratificado del propio-ser, donde distingue tres elementos: sistemas de seguridad
básica, conciencia práctica y conciencia discursiva. Para postular un suejeto que produce un
es necesaria la operación de descentramiento del mismo, sin caer (y este es el intento de
Giddens) en su disolución en una estructura de signos70. En el corazón de tal

70
Con estructura de signos Giddens está haciendo mención a la noción de estructura propuesta por
escuelas estructuralistas y postestructuralistas, que suponen la conformación arbitraria del signo en
cuanto a juegos de oposiciones entre diferencias internas a la misma estructura sin elementos
contextuales ni práticos. Ver Giddens (1991).

108
descentramiento se sitúa la noción dialógica de un “yo” que por medio del lenguaje se
relaciona con el otro en un contexto dado. Giddens aclara: “La constitución del ‘yo’ sólo
sobreviene a través del ‘discurso del Otro’ -o sea, de la adquisición del lenguaje- pero el 'yo'
tiene que ser referido al cuerpo en tanto esfera de acción. El término ‘yo’ es lo que en
lingüística se llama un ‘embrague’: la contextualidad de una ‘postura’ social determina
quién es un ‘yo’ en cada situación de habla” (Giddens,CS, 1995:79).

El ‘yo’ sólo denota al sujeto de una proferencia o proposición, un agente en cambio


considera el manejo del cuerpo y un saber acerca del ‘ser con el otro’ en una serie de
contextos de la vida social. Prestar atención al registro reflexivo que permite la continuidad
de la vida cotidiana implica según este autor, destacar el punto de inflexión entre lo
consciente y lo inconsciente, que conecta con lo que se denomina conciencia práctica y
conciencia discursiva. La primera tiene que ver con lo consciente en tanto "registro
reflexivo de una conducta por agentes humanos” (Giddens,CS, 1995:80). A diferencia de
este tipo de conciencia práctica que se desarrolla en tanto se ‘’hace algo’ sin la necesidad de
narrarlo como secuencia de actos, la conciencia discursiva refiere a la capacidad de “hacer
un relato coherente de las propias actividades y de las razones que las movieron”
(Giddens,CS, 1995:80).

Lo inconsciente, por otro lado, es lo opuesto a la conciencia discursiva en tanto ésta


refiere a la posibilidad de verbalización de las inspiraciones de la acción. A lo inconsciente
se lo vincula con las nociones de tiempo, memoria y percepción. Memoria es un aspecto de
presentificar, no es la rememoración de hechos pasados sino la “constitución temporal de
una conciencia y recordación” (Giddens,CS,1995:84). La memoria es presente en tanto
designa el entendimiento entre agentes humanos.

Memoria y percepción están internamente relacionadas ya que, si se entiende que la


percepción no es la recepción pasiva de los imperativos fácticos dados en un mundo ya
constituido, ni tampoco la capacidad de un sujeto cognoscente de tipo kantiano, se la puede
entender como un fluir de actividad integrada al cuerpo, que permite una anticipación ante

109
la infomación nueva. De esta manera podría decirse que percepción es memoria, ya que
permite que la relación con el mundo social y objetivo se ubique en un eje de continuidad
temporal y espacial. El autor la describe como “un conjunto de dispositivos de ordenación
temporal configurados por los movimientos y orientaciones del cuerpo en los contextos de
su conducta- pero que también los configura, ello nos hará ver la gravitación de una
atención selectiva en la conducta cotidiana” (Giddens,CS, 1995:83).

En esto destaca la selección positiva y no sólo el descarte por selección negativa, lo


que subraya la actividad del agente. Entonces, nuestra relación con el mundo es una
cuestión que hasta en los niveles que habían sido exclusivamente explicados por factores
biológicos y psicológicos, interviene el quehacer y saber social (memoria), es decir, la
selectividad electiva actualiza un saber social que permite dotar de sentido a ciertas
cuestiones y acciones en determinados contextos.

A su vez, los tipos de conciencia descritos se relacionan con la memoria y, por tanto,
con ciertas formas de temporalidad. La conciencia discursiva “connota las formas de
recordación que el actor es capaz de expresar verbalmente” (Giddens,CS, 1995:84).; la
conciencia práctica supone la capacidad de recordación en el lapso de desarrollo (duración)
de la acción, sin incluir la verbalización, es lo que de saber contiene la acción misma. Por
último lo inconsciente “designa modos de recordación a los que el agente no tiene acceso
directo porque existe una ‘barrera’ negativa de algún tipo que inhibe su integración
inmediata al registro reflexivo de una conducta, y más en particular una conciencia
discursiva” (Giddens,CS, 1995:84).

De tal manera se ha definido parte de lo que constituye el propio-ser, los tipos de


conciencia y su nexo con la forma de actuar reflexivo que destaca el autor para explicar qué
de social tiene este universo primigenio que a todas luces pareciera irrenunciablemente
íntimo y clausurado en las conciencias. Además, se considera elemento esencial en la
definición del propio-ser, lo que se nomina como seguridad ontológica o básica. Esta refiere
a la confianza que resulta de la predecibilidad. Predecibilidad de lo que el otro espera de

110
uno mismo, de lo que se espera del otro, predecibilidad de lo que pudiera ocurrir, en
resumen predecibilidad de la conducta en cualquier encuentro social. La confianza en la
continuidad del mundo y de la actividad social está dada por la llamada rutinización,
fundada en la conciencia práctica, esto es, la reproducción continua de las actividades
diarias que permiten tanto el desarrollo de la personalidad del agente, como la de las
instituciones sociales. Esto será uno de los nudos problemáticos que enfrenta Giddens a la
hora de explicar cómo conectan ambas dimensiones, la de la agencia del sujeto y la de la
reproductibilidad y constitución de un marco contextual de tipo social.

El nexo parece verlo, en parte, arraigado en el proceso de rutinización. En las rutinas


diarias los individuos se encuentran físicamente copresentes en una interacción. Esta
copresencia significa para Giddens (apoyado en Goffmann) un anclaje con las dimensiones
comunicativas y perceptuales del cuerpo. Pero lo que destaca no es la pura interacción
situada, sino la intersección de ésta como presencia con su opuesto en tanto ausencia, en
una interacción social. Será este entrelazamiento el que en la teoría de la estructuración
explique la relación entre lo que apuntamos brevemente al comienzo de este acápite como
integración social y sistémica. La crítica evidente a enunciados como éstos, será la de cómo
es posible postular la constitución de formas institucionales duraderas a partir de la
evanescencia y fugacidad de encuentros en el devenir cotidiano. Para Giddens dicha
evanescencia es parte de la duración temporal de una interacción social en su de ocurrencia
develando la contingencia de toda estructuración, señalando a su vez, que las
cristalizaciones institucionales no se producen a despecho de estos encuentros sino en los
encuentros mismos.

Pero ¿de qué manera se puede decir que, por ejemplo, en un saludo se actualiza y se
comprometem los agentes en la reproducción de estructuras que para nada le resultan
evidentes y mucho menos son parte de la intencionalidad y conciencia práctica?.

En la teoría de la estructuración el entrecruzamiento entre agencia y estructura es


explicado teóricamente en varios momentos y en relación a diversas categorías teóricas. En

111
relación a las nociones antes expuestas (agencia, tipos de conciencia, rutininzación, etc.)
dicho vínculo se entiende por medio de la categoría de posición y postura, que se despliegan
en un interjuego entre lo que denomina posición social y práctica-posición.

Los sistemas sociales se pueden entender como prácticas sociales regularizadas,


basadas en los encuentros distribuidos en una senda espacio temporal. Los actores cuya
conducta es la sustancia de las señaladas prácticas presentan lo que Giddens denomina
postura.Tener una postura implica estar situados en el tiempo y en el espacio. Así los
sistemas sociales existen en tanto se reproduzcan en y por medio de las prácticas sociales.
Pero las propiedades estructurales de esos mismos sistemas se refieren a otro aspecto que
liga con relaciones de práctica-posición. Concepto compuesto que en la terminología indica
lo contingente del encuentro y lo virtual de la estructura.

Las posiciones sociales se forman al situar al agente en un entramado estructural de


lo que el autor denomina significación, dominación y legitimación71 y se las entiende mejor
bajo la categoría general de postura, que implica una dimensión amplia en una extensión
espacio temporal al interior de una regionalización (categoría que se define más adelante)
que abarca a totalidades societarias. Giddens afirma que“es en la intersección entre estas
formas de postura (...) que habita la larga duración de las instituciones la que produce el
marco global de una postura social. Sólo en el contexto de esa intersección en el interior de
prácticas institucionalizadas se pueden aprehender correctamente modos de postura
espacio-temporal, en relación con la dualidad de la estructura” (Giddens,CS,1995:118).

El autor señala que es en el intercruce entre las prácticas sociales cotidianas, en su


reproducción crónica en interacciones sociales viabilizada por la conciencia práctica, y las
posiciones sociales de carácter estructural, como dos formas de postura social, donde se
alumbra el proceso de vínculo entre integración social y sistémica, dado la noción de
postura realza el hecho de que es en las prácticas situadas donde se actualiza o ‘instancia’

71
Estos tres aspectos de la dimensión estructural de la constitución de la sociedad los detallaremos
más tarde cuando expliquemos con mayor detalle el esquema del proceso de estructuración.

112
una posición social de carácter estructural. De tal forma la noción de práctica-posición
quiere destacar el aspecto interno (agencia) junto con el externo (estructural) de las posturas
de los sujetos en un determinado sistema social.

3. Procesos de estructuración

Tal como quedo esbozado en las páginas anteriores, Giddens pretende construir una teoría
de la acción más allá de los sujetos como conciencias monológicas, centrada en el ser
actuante, pero además dar cuenta de las condiciones de la acción por sobre el control
reflexivo de la misma. Para esto, construye un modelo estratificado de la agencia que busca
conjugar, por una parte, las diversas dimensiones constitutivas de la agencia involucrando la
producción de sentido, el aspecto normativo y el poder, y por otra, las mediaciones entre
este nivel y el de las estructuras. Para ello especifica tres tipos correspondientes de
modalidades para tres dimensiones estructurales, la dominación, la legitimidad y las
estructuras de significación.

Según apunta el autor en ‘Las Nuevas Normas del Método Sociológico’de 1976, el
verdadero meollo explicativo del análisis estructural (que sólo se centre en la producción -
como cambio- o en la reproducción -como estabilidad- como ocurre comúnmente) es el
proceso de estructuración por medio del cual se intenta determinar las condiciones “que
gobiernan la continuidad y la disolución de las estructuras o los tipos de estructuras”
(Giddens, NRMS, 1997A:101).

Las estructuras carecen de sujeto, sin embargo se cristalizan a través de la práctica


recursiva de agentes. El centro del proceso de estructuración está indicado en la siguiente
enunciación: “La interacción se constituye en y por la conducta de los sujetos; la
estructuración, como la reproducción de las prácticas, se refiere abstractamente al proceso
dinámico mediante el cual las estructuras llegan a existir. Al referirme a la dualidad de la
estructura entiendo que las estructuras sociales son constituidas por la actividad humana, y
son aún, al mismo tiempo, el medio mismo de esta constitución”

113
(Giddens,NRMS,1997A,122-123).

Para desentrañar ‘cómo’ ocurre el proceso de estructuración, Giddens recurre al


lenguaje como analogía ejemplificadora72. El lenguaje funge como estructura sintáctica y
semántica, en la medida en que hay algunas coherencias discernibles en los actos de habla73.
“Bajo este aspecto, referirse a las reglas de sintáxis, por ejemplo, es referirse a la
reproducción de ‘elementos semejantes’; por otro lado, esas reglas también generan la
totalidad de los actos de habla que es el lenguaje hablado" (Giddens,NRMS,1997A:123). De
tal modo, la estructuración se refiere la reproducción social en el proceso de constitución en
la interacción74.

Son tres los elementos del lenguaje relevantes para los efectos de esta ilustración. El
primero es que el lenguaje es dominado y hablado por actores sociales, el segundo es que
lenguaje es empleado como medio de comunicación entre tales actores y, por último, el
tercero es que el lenguaje tiene propiedades estructurales que en cierto sentido están
constituidas por el habla de una comunidad de lenguaje o colectividad. El lenguaje es (o

72
A diferencia de Levi-Strauss quien afirma que la vida social es ‘como un lenguaje’, Giddens
postula que la linguística no puede ofrecernos un modelo para el análisis de la praxis humana o de
las instituciones “pues en un aspecto básico la linguística es que sólo puede explicarse mediante
éstas” (Giddens,1991:260). El giro linguístico en esta disciplina puede interpretarse, más que como
extensión del estudio del lenguaje a un campo social, como “la intersección entre el lenguaje y la
constitución de las praxis sociales” (Giddens,1991:259).
73
Según Searle el acto de habla se escoge como unidad elemental de la comunicación linguística.
Un acto de habla es la producción o emisión de una ‘instancia’ de una oración bajo ciertas
'condiciones’ el empleo de una oración en una emisión” (Searle en Mc Carthy,1995:319).Según la
definición del diccionario de Ferrater Mora (1994) un acto de habla puede ser, locucionario
(cuando se profiere una palabra o frase, por ejemplo, María mató al gato), ilocucionario (a ordenar
hacer algo, por ejemplo, Mata al gato) o perlocucionario (cuando se hace en el decir, por ejemplo,
cuando alguien persuade a otro para que haga algo, por ejemplo, alguien persuade a María para que
mate al gato).
74
Giddens define regla linguística con el ejemplo de una fórmula matemática. Aduce que es “un
prodecimiento generalizable; es generalizable porque se aplica a un aspecto de contextos y
ocasiones, y es un procedimiento porque facilita la continuación metódica de una secuencia
establecida” (Giddens,CS,1995:57). En el caso de las reglas de la vida social se trata de “técnicas o
procedimientos generalizables que se aplican a la escenificación/reproducción de prácticas
sociales” (Giddens:CS, 1995:57). Ser capaz de comprender una regla no es un proceso de habilidad
cognitivo- mental, sino de habilidad para aplicar una fórmula en una situacion dada de modo
correcto para dar paso a la continuidad de la interacción.

114
más exactamente existe) en una serie de actos de habla proferidos por un hablante
individual. Giddens resume estas ideas como sigue: “Bajo su aspecto de medio de
comunicación en interacción, el lenguaje implica el uso de ‘esquemas interpretativos’ para
entender no sólo lo que otros dicen, sino también lo que denotan; la constitución de un
‘sentido’ como un logro intersubjetivo del entendimiento mutuo en un intercambio
continuo; y el uso de indicios contextuales, como propiedades del escenario, como parte
integral de la constitución y comprensión del sentido” (Giddens,NRMS, 1997A:128-129).

En relación a estas tres características del lenguaje como medio de comunicación en


la interacción social, Giddens destaca tres elementos fundamentales en la producción de
toda interacción: su constitución con carácter “provisto de sentido”, como se apunto más
arriba; su constitución como orden moral y su constitución como la operación de
“relaciones de poder”.La primer dimensión explica que el carácter de la interacción se
negocia de modo activo y continuado. Su cualidad situada refiere a que la dependencia del
contexto es un elemento constitutivo del sentido de una interacción, por tanto, no se puede
aislar una estructura lógica abstracta de la comunicación de sentido en una interacción75, el
contexto tempo-espacial está dado por un fondo de saber mutuo que se utiliza para crear y
sostener encuentros. Este saber es uno que se da por sentado y que los actores suponen que
los otros poseen si son miembros competentes de la sociedad76.

75
En este punto Giddens rescata los aportes de Chomsky en relación a la linguistica estructural que
sólo se preocupa de la ‘langue’y no de el acto realizativo del habla de acuerdo a las competencias
de los sujetos. Chomsky postula una diferenciación entre compentencia y actuación, , donde se
destacan las estructuras sintácticas de un hablante ideal de una lengua, en cuyas realizaciones
particulares se incorpora un cierto nivel de interpretación y creatividad de lo agentes. Giddens
señala a propósito de esto”Como Chomsky señala criticando a Saussure,este último consideraba la
langue , fundamentalmente, como un depósito de ‘elementos semejantes a palabras’ y ‘frases
hechas’ , al que oponía el carácter más flexible de la parole. Se carece de na explicación del
‘término mediador’ entre langue y parole.Según Chomsky, es en el agente donde se produce lo que
él considera la ‘creatividad gobernada por normas’ del lenguaje como sistema (Giddens, 1991:257).
76
“El saber mutuo es aplicado en la forma de esquemas interpretativos. por los cuales contextos de
comunicación se crean y sostienen en una interacción. Tales esquemas interpretativos
(‘tipificaciones’) se pueden considerar analíticamente como una serie de reglas generativas para
recibir la fuerza ilocutiva de las proferencias. El saber mutuo es un saber de fondo en el sentido de
que se lo da por supuesto, y en su mayor parte permanece inexpresado; por otra parte, no pertenece
al ‘fondo’ en el sentido de que constantemente es actualizado, mostrado y modificado por los
miembros de la sociedad en el curso de su interacción (...). Los actores no se apropian del elemento

115
La segunda dimensión constitutiva de toda interacción es el carácter moral de la
misma. Los elementos morales se conectan con las relaciones de poder y la constitución de
sentido en la interacción. De acuerdo a Giddens, todas las normas son tanto habilitadoras
como constriñentes. Se distingue además entre regla y norma, las reglas normativas son un
tipo específico de la noción general de regla que se vincula con la estructura. Según el autor
“La constitución de la interacción como un orden moral se puede entender como la
actualización de derechos y la imposición de obligaciones” (Giddens,NRMS,1997A:134).

Existen sanciones y obligaciones normativas que se diferencian de las sanciones


técnico utilitarias. Las últimas responden a relaciones causales que tienen la forma de
sucesos naturales, en cambio las sanciones morales dependen de unas pretensiones que
pueden ser logradas siempre y cuando los participantes de un encuentro respondan a estas
obligaciones. El que en una interacción un sujeto siga una obligación no conlleva
necesariamente que acepte la regla, sino que puede involucrar que se adecúe a ella para
evitar una sanción. Lo que pueda ser la transgresión de una regla se verifica en el marco de
una interacción donde es posible su negociación, de tal manera en este punto es donde se
conectan la producción de sentido con la de un orden normativo. La verificación de la
fuerza vinculante de una norma se establece por una retroalimentación legitimante por parte
de la actualización que de ésta hacen agentes entendidos.

Junto con reglas y normas se distinguen además recursos internos (personalidad del
actor) y externos (elementos del contexto) para producir la sanción a una transgresión de la
norma. Para que una norma cuente como tal, debe someterse a las pretensiones morales,.
pero dichas pretensiones pueden ser puestas en cuestión dado que la coordinación moral de
la interacción conlleva: la posibilidad de conflicto entre diversas visiones de mundo además
de la lucha entre interpretaciones simbólicas diversas de las normas estructurales comunes.

(del saber mutuo) como algo listo, sino que este es producido y reproducido de nuevo por ellos
como parte de la continuidad de su vida” (Giddens,NRMS,1997A:132-133).

116
El tercer elemento constitutivo de la interacción es el poder. La noción de acción
está lógicamente relacionada con la de poder. Poder en términos generales denota la
capacidad del agente de poder hacer otra cosa, es decir, el poder de la acción
ecxlusivamente humana de cambiar algo en el mundo El autor resume la idea como la
“virtualidad del actor de intervenir en una serie de sucesos para alterar su curso; como tal es
el ‘puede’ que media entre intenciones o necesidades y la realización concreta de los
resultados buscados” (Giddens,NRMS,1997A:138).

El uso del poder en una interacción se puede entender en términos de los recursos
que los actores tienen y movilizan para producir la interacción y dirigir su curso. Se hace
necesario, por tanto, referir el estudio del poder al de la producción de sentido. La creación
de marcos de sentido se realiza a través de la mediación de actividades prácticas y en
relación a las diferencias de poder de los actores involucrados. Así, lo que se concibe como
realidad social se vincula con la distribución de poder. Esto no sólo en conexión inmediata
y directa, sino también en el nivel de culturas e ideologías, cuya influencia recae en cada
intersticio de la vida cotidiana. Se podría decir entonces, que si bien los sujetos no son
títeres de órdenes morales y sistemas de dominación establecidos - que Giddens analiza
como dialécticas de control- tampoco son todopoderosos y no pueden definir directamente
desde su interacción situada, los marcos más globales donde ésta se enmarca.

Una cuestión que atraviesa a estos tres elementos de la interacción, vital para la
definición de agencia, es la capacidad de regulación reflexiva de la conducta. Hay dos
aspectos destacables de esta capacidad reflexiva de los agentes: hasta qué punto las razones
aducidas por el agente corresponden a un monitoreo respecto a lo que hizo, y hasta donde
sus explicaciones son acordes con lo comúnmente aceptado en su medio social, es decir,
hasta donde son razonables.Sin embargo, existen aspectos desde los cuales la conducta de
los actores puede ser opaca para ellos mismos, Giddens señala dos: la motivación y las
propiedades estructurales de los conjuntos sociales.La motivación comprende la dimensión
inconsciente y refiere a los deseos del actor, los que no siempre se evidencian ante sus ojos
sino hasta después de realizado el acto que un motivo impulsó. Dichos deseos se expresan

117
en necesidades, que se verifican antes de cualquier capacidad reflexiva o de racionalización
de la acción.Por otra parte, se verifican procesos que están fueran del control reflexivo de
los agentes y se vinculan a las dimensiones estructurales de los sistemas sociales.

La tensión entre la autonomía de agentes con capacidad reflexiva y las condiciones


dadas para la ejecución de su actividad proteica, atravesará los postulados de la teoría de la
estructuración. En este punto, un extremo y el otro se aúnan en el proceso denominado
estructuración en la dualidad de la estructura . La dualidad de la estructura en la interacción
social la representa como sigue77:

INTERACCION Comunicación Poder Moralidad


(MODALIDAD) Esquema Recurso Norma
interpretativo
ESTRUCTURA Significación Dominación Legitimación

Giddens plantea el esquema de la dualidad de la estructura en en este modelo


estratificado de la agencia identificando un nivel de interacción (comunicación, poder y
moralidad) y uno de lo estructural (significación, dominación y legitimación), mediados por
procesos de reproducción social que denomina modalidad, a través de mecanismos de:
esquemas interpretativos (reglas semánticas), recursos (autoritativos y alocativos) y normas.
Este es un modelamiento lógicamente puro de dimensiones sólo analíticamente separables,
que obviamente contempla muchas divergencias con los procesos empíricos de
estructuración, en que normas, recursos y esquemas interpretativos se encuentran en
constante tensión y lucha.

Son estos procesos de estructuración los que ligan a un nivel general agencia y
estructura y a un nivel sustantivo a la integración sistémica de las colectividades con los

118
sistema de integración de la interacción social en el mundo de la vida Pero esto no quiere
decir que se pueda dar necesariamente un paralelismo directo entre el nivel de la integración
social y el de la sistémica. Por esto el autor cuida de separar lo que por ejemplo, pueda ser
conflicto (en una interacción o a nivel de integración social) y contradicción (a nivel de
estructura). En estas afirmaciones expresa un asunto difícil de discernir, ya que aduce que
un conflicto no se traduce en contradicción y una contradicción en conflicto, sin embargo
también agrega que “para no considerar la contradicción como equivalente de
'incompatibilidad funcional', es esencial reconocer que tales ‘principios’ siempre suponen
una distribución de intereses implícita o explícitamente reconocida en el nivel de la
integración social” (Giddens,NRMS, 1997A:152). Este tipo de postulados se relaciona con la
noción de estiramiento espacio-temporal, que revisaremos al final de este capítulo, y que
constituye uno de los ejes explicativos con que pretende dar cuenta de la relación de
dependencia y autarquía entre uno y otro nivel de integración.

4. La estructura y la dualidad de la estructura

La concepción estructuracionista de la agencia, considera limitaciones estructurales al


actuar.Si seguimos la concepción constitutiva donde se inscribió esta teoría y la concebimos
según la denomina Cohen (1996) como una cuestión de potencialidades actualizables de la
agencia en circunstancias específicas, se advierte que las libertades y constricciones de la
ésta varían de acuerdo a los contextos sociohistóricos específicos. Si bien se postula que a
la praxis social le es consustancial a facultad proteica de reproducir y producir el mundo
social, la acción no siempre es creativa ni transformadora, porque su rutinización o
cronicidad también alimenta la sedimentación de diques estructurales limitantes o
restrictivos. Dichas condiciones pueden ser aprehendidas por una teoría sustantiva que dé
cuenta de las articulaciones particulares entre el fluir de la agencia y las condiciones
estructurales, sin considerar a éstas como un lugar a priori de determinaciones
unidireccionales hacia la agencia.

77
Giddens,NRMS, 1997A:150

119
Como apuntamos al inicio de este capítulo, nuestro interés central es penetrar en lo
que pueda significar agencia desde la óptica de la teoría de la estructuración, y si bien ésta
queda definida en parte por los conceptos antes descritos, no podemos prescindir de
nociones de carácter estructural sin las cuales la definición de agencia quedaría fuera del
contexto global de la teoría.

Para lograr una explicación satisfactoria de la producción de la sociedad, la teoría de


la estructuración se ocupa de la reproducción de las regularidades de las prácticas y enfatiza
las formas de conducta persistentemente repetidas. De ello se desprende una concepción
institucional de la vida cotidiana, entendiendo como instituciones sociales a las prácticas
rutinizadas que la mayoría de los miembros de una colectividad realiza y reconoce La
propuesta de Giddens respecto de la reproducción de las prácticas ‘en’ la dualidad de la
estructura, constituye otro de los núcleos de su práctica teórica vinculante, entre la agencia
y la estructura.

Estructura y dualidad de la estructura

Según este autor el concepto de estructura utilizado por los estructuralistas como por los
postestructuralistas es una noción descriptiva y por tanto, no considera cuestiones de
génesis y temporalidad del sentido, poniendo entre paréntesis al sujeto actuante. También
dentro del funcionalismo, la categoría de estructura recibe el mismo trato descriptivo,
siendo la noción de función la categoría explicativa central, derivada de una analogía
organicista cuyas raíces se arraigan en el pensamiento social del siglo XIX78. Según el autor
la distinción entre función (como relaciones parte y todo) y serialidad (como sucesos en el
tiempo) no se sostiene ya que “una relación funcional no se podría enunciar sin referencia
implícita a la temporalidad (y si) una estructura puede ser descrita fuera del tiempo no así
un funcionamiento” (...). El interés principal del ‘análisis funcional’ no se relaciona en

78
En el tercer capítulo se tratarán con mayor precisión las conceptualizaciones de estructura y
sistema dentro de la teoría de la estructuración, en este apartado se enfatizará sobre el concepto de

120
verdad con ‘todos’ o con ‘partes’, sino con la postulación de una homeostásis”
(Giddens,NRMS,1997A:148). Esto es, reconceptualizado en la teoría de la estructuración ,
como un problema de reproducción de la estructura en el proceso de estructuración.

Giddens está intentando traspasar el análisis estructural del estructuralismo y el


funcionalismo, los que se limitan a una noción de reproducción como resultado mecánico
de mas mismas estructuras y sistemas sin la intervención de agentes activos. El autor, señala
que los grupos o colectividades son sistemas de interacción y no estructuras, más bien
presentan propiedades estructurales. Así, lo que se pretende es dar cuenta de la constitución
de la vida social en tanto producción de sujetos activos, por lo que propone hacerlo
mediante la introducción de la noción de estructuración como el lugar explicativo de un
análisis estructural. Se distinguió este proceso a nivel de la agencia y la interacción, ahora
se revisaran algunas nociones del mismo en términos estructurales; la otra faz del mismo
proceso dual.

Giddens define estructura, en términos generales, como “las propiedades


articuladoras que consienten la ‘ligazón’ de un espacio-tiempo en sistemas sociales: las
propiedades por las que se vuelve posible, que prácticas sociales discerniblemente
similares, existan a lo largo de segmentos variables de tiempo y de espacio, y que presten a
éstos una forma ‘sistémica’ ” (Giddens,CS, 1995:54).Una noción más acotada de estructura
la caracteriza como “reglas y recursos con implicación recursiva en un reproducción social,
ciertos aspectos institucionalizados de sistemas sociales poseen propiedades estructurales
en el sentido de que por un tiempo y por un espacio hay relaciones que se estabilizan”
(Giddens,CS,1995:32).

El autor desarrolla su propia concepción sobre la intervención de las reglas en la


realización de prácticas sociales donde a su vez llegan a establecerse como saber mutuo, a
través de ciertas formas establecidas o procedimientos estándar en la reproducción de la
praxis social.A diferencia de la atención preferente que la teoría de la acción otorga a las

dualidad de la estructura como operación teórica dentro de dicha arquitectura conceptual.

121
formas de conducta, situadas y directas, la teoría que nos ocupa, sitúa el tratamiento de las
reglas en relación a las regularidades de conducta, como propiedades estructurales de las
colectividades y no sólo como una cuestión de negociación ‘in situ’ de la regla entre
agentes.

La relación entre reglas y recursos, debido a que las reglas se ponen de manifiesto sólo a
través de la ejecución de las prácticas sociales institucionalizadas, no pueden ser concebidas
sólo desde un punto de vusta externo. Se podría afirmar que que las reglas sociales se
verifican en uno de los momentos del proceso dual de la estructura como parte interna de la
producción social. La dualidad de la estructura, por lo tanto, resulta un momento de
especificación normativa y semántica de las reglas, distinto a una actualización de la
esencia de lo social, sino más bien una concreación de la articulación sociohistórica
concreta de dicha dualidad, donde la creación agencial, la constricción, habilitación
estructural y los mecanismos de estructuración se ponen en relación de manera contingente.

La noción de dualidad de la estructura, queda clara en los siguientes párrafos,: “Crucial


para la idea de estructuración es el teorema de la dualidad de la estructura (...) La
constitución de agentes y de estructuras, no son dos conjuntos de fenómenos dados
independientemente, no forman un dualismo sino que representan una dualidad. Con
arreglo a la noción de la dualidad de la estructura, las propiedades estructurales de sistemas
sociales son tanto un medio como un resultado de las prácticas que ellas organizan de
manera recursiva“ (Giddens,CS,1995:61).

Por otro lado, se esgrime que las reglas no se entienden como una estructura externa
y coercitiva que determina la agencia social lo que no implica restringirlas a situaciones
individuales particulares sino más bien circunscribirlas a colectividades. La irreductibilidad
de las reglas de conducta, significa aquí, que éstas son trans-individuales (Cohen,1996), en
el sentido que están implicadas en formas de conducta que son, por un lado, reproducidas y
reconocidas repetidas veces por los miembros de una colectivdad, y por otro, reproducidas y
reconocidas por un tiempo de larga duración en la historia de ese grupo.

122
Se definen dos conceptos complementarios al de estructura.Si ésta conforma en un
sentido ilustrativo, una cierta estabilización de reglas, es decir, constituye un orden virtual
de relaciones transformativas, los sistemas sociales no tienen estructuras en tanto tales, sino
que más bien, presentan propiedades estructurales.Una estructura existe sólo en la medida
de su ‘instanciación’ en las prácticas sociales, como memoria (huella mnémica) que orienta
la conducta de los agentes. Se establece que los principios estructurales son propiedades
que exhiben los sistemas sociales de raíz profunda involucradas en la reproducción de
totalidades societarias.Las instituciones se entienden como prácticas extendidas espacio
temporalmente al interior de estas totalidades

Giddens rechaza la idea funcionalista según la cual los sistemas en cuanto sistemas
aparecen como responsables de las actividades por medio de las cuales ellos mismos se
reproducen. Argumenta que la noción de reproducción del sistema presupone la idea de
reproducción social. Con ello se quiere hacer notar que son los agentes en tanto asuman
modos institucionalizados de conducta (en tanto prácticas) los que viabilizan la
reproducción sistémica. Para abordar el tema de la reproducción del sistema se postulan dos
conceptos claves: el de circuitos de reproducción y el de procesos de estructuración; de éste
último se trató más arriba, por lo que ahora me centraré en el análisis del primero.

Los circuitos de reproducción

El análisis estructural exige explorar todas las relaciones estructurales (principios


estructurales, conglomerados estructurales-articulación entre institucionales, ejes o
elementos estructurales, en tanto interacciones concretas) como condiciones de una
reproducción sistémica. De tal manera, dichas relaciones colaboran en seleccionar los
rasgos básicos de los llamados circuitos de reproducción, mecanismo que define la
reproducción sistémica, y que interviene en el estiramiento (espacio/temporal) de las
instituciones. Estos circuitos no se refieren necesariamente a circunstancias de estabilidad,
sino justamente “ayudan a señalar algunas de las principales formas de cambio que
participan en la transición desde un tipo de totalidad societaria hasta otro” (Giddens,CS,

123
1995:220).

El autor define los circuitos de reproducción como “itinerarios de procesos (...) que
hacer retroalimentación sobre su fuente, sea o no esta realimentación registrada
reflexivamente por agentes en posiciones sociales específicas” (Giddens,CS, 1995:221-222).
El circuito de reproducción Giddens lo ilustra en la siguente figura79:

Registro reflexivo propiedades estructurales principios estructurales


mediación/transformación dominios institucionales

DUALIDAD DE LA ESTRUCTURA

De acuerdo a la dualidad de la estructura, desde un ángulo se observa la vuelta del círculo


que comienza en los principios estructurales para ser el resultado, de la agencia contingente
de actores situados y viceversa. De acuerdo a las nociones de esta teoría, el carácter
recursivo de la actividad social da paso a los estiramientos en el espacio y tiempo que a su
vez dan cuenta de formas de integración sistémica: “El registro reflexivo de una acción en
situaciones de copresencia es el principal rasgo que da raigambre a una integración social,
pero tanto las condiciones como los resultados de una interacción situada se estiran mucho
más allá de esas situaciones como tales. Los mecanismos de ‘estiramiento’ son variables
pero en las sociedades modernas terminan por incluir el registro reflexivo mismo. Equivale
a decir que comprender las condiciones de una reproducción sistémica pasan a ser parte de
aquellas condiciones de reproducción sistémica como tales" (Giddens,CS,1995:221).

De tal modo las relaciones estructurales si bien se sitúan en la dualidad de la


estructura y consienten vinculación con niveles de reproducción social, no derivan de ellas.
“porque las relaciones estructurales no son isomorfas con los actos de individuos

124
correspondientes que las personifican (por lo cual) Las condiciones globales de una
reproducción sistémica en modo alguno están ‘garantizadas’ por las relaciones estructurales
de las que nacen" (Giddens,CS,1995:221).

La diferencia entre estos dos niveles de reproducción de la sociedad (social y


sistémico) tiene que ver con que la reproducción a nivel sistémico es un proceso de larga
duración, en que una secuencia es afectada por las consecuencias de otras sin que sean
identificada por los agentes las fuentes de la acción; es decir, responde a prácticas que se
relacionan entre sí por medio de sus resultados, que son a la vez las condiciones que
posibilitan la reproducción siguiente. Las consecuencias no deseadas, ni reconocidas de la
acción, se constituyen en producto y condiciones iniciales de las prácticas sociales
institucionalizadas. A este nivel, los distintos agentes pueden aparecer o desaparecer, ser
reemplazados, pero los circuitos de reproducción sistémica permanecen como aspectos
crónicamente regenerados de la vida social. A diferencia de ello, los procesos de
estructuración a nivel de las prácticas sí pueden llegar a implicar intencionalidad, como
monitoreo reflexivo de la acción/interacción.

Es importante destacar que la teoría de la estructuración busca distanciarse de la


noción funcionalista de consecuencias no buscadas de la acción tal como la función latente
de Merton. Se argumenta que para establecer consecuencias no intencionadas, primero
habría que haber determinado las intenciones de la acción y que es más correcto decir, por
tanto, que la producción social de la sociedad está compuesta tanto por acciones
intencionadas como no intencionadas. Asimismo, más que conocer si las consecuencias
fueron deseadas o no por el agente, de lo que se trata es ver de qué manera actos
contingentes y situados, desencadenan sucesos muy alejados en el espacio tiempo. “El
‘efecto de composición’ es un resultado de una sumación de actos (...) cada uno de los
cuales se lleva a cabo intencionalmente. Pero el resultado final no fue buscado ni deseado
por nadie” (Giddens,CS,1995:47).

79
Giddens,CS,1995:220.

125
Como se apuntó a propósito de la discusión analítica de la causalidad teleológica de
la intención y de las razones como causa, parece infructuoso buscar adscripciones de un
producto social que es autoría de todos y de nadie. Parece incierto poder afirmar que el
inicio motor de una acción efectivamente determine las transformaciones en el mundo80 ya
que en las interacciones generan nuevas e inesperadas situaciones que a su vez constituyen
una cadena espiralada de contextos que enmarcaran nuevas interacciones.

Pese a afirmar el carácter contingente de la vida social esta teoría, no asume una
visión emergentista de la misma, por lo que los postulados estructuracionistas descartan un
tipo de funcionalismo que asuma de modo simplista que la existencia que una relación
funcional comprenda la razón para la existencia de una práctica y que ello explique su
reproducción de manera irracional pero funcional. Es decir, pautas de conducta que
responden a necesidades sociales hipostaseadas de los sistemas.

Según Cohen (1996) de las hipótesis de las consecuencias no buscadas de la acción


se pueden derivar varios tipos de explicación , desde la weberiana, a la de las teorías de la
elección racional o la de las funciones latentes de Merton. En este panorama Giddens
pretende situarse más cerca de la perspectiva mertoniana pero desechando, lo que denomina
bases funcionalistas. De esta manera su interés reside en la reproducción de las prácticas
institucionalizadas, donde las consecuencias no deseadas de una acción conforman las
condiciones inadvertidas de una acción posterior. Para entender este proceso de
retroalimentación, según Giddens, hay que situarse en la explicación de la acción reflexiva
y las consecuencias de ésta81.

80
Como señala Ricoeur “Un agente no está en las consecuencias lejanas como lo está, de alguna
manera, en su gesto inmediato. Por tanto, el problema está en delimitar la esfera de acontecimientos
de los que se le puede hacer responsable. Pero esto no es nada fácil (...) En primer lugar, al no
seguir más que una sola serie, los efectos de una acción se desprenden, en cierta forma, del agente,
como el discurso lo hace de la palabra viva por medio de la escritura.(...) será preciso meter los
segmentos intencionales susceptibles de ser formalizados en silogismos prácticos, aparte de los
segmentos que podríamos llamar sistémicos (...) la continuación que prolonga la energía del
comienzo, expresa la imbricación de los dos modos de enlace; sin esta imbricación, no se podría
decir que actuar es producir cambios en el mundo” (Ricoeur,1996:97-98).
81
"Para entender lo que sucede no hacen falta más variables explicativas que aquellas que explican

126
5. Integración social y sistémica

Como se vio hasta acá, dar cuenta de las formas de coordinación en la interacción implica
explicar el proceso de integración social, pero junto con explicar los procesos de
estructuración de y en la interacción, habrá que explicar también los de estructuración de la
estructura, o sea de integración sistémica, así como los modos en que la estructuración
agencial se conecta con las formas de integración a nivel sistémico. Es en esta conexión
donde Giddens advierte las formas en que es posible dar cuenta de la innervación entre
agencia y estructura a nivel sustantivo en lo que se refiere a la conformación intitucional de
las sociedades modernas.

Se aclara que la integración no es una categoría que refiera a algún tipo de equilibrio
o consenso normativo. Genéricamente se define como la constitución de la forma de
patrones del sistema, y se relaciona con la posibilidad de reproducción social; integración
social e integración sistémica que implican diferentes tipos de vínculos que a nivel social se
los denomina interacciones y a nivel sistémico relaciones. El autor aclara “Una interacción
se basa en la ‘postura’ de individuos en los contextos espacio-temporales de actividad. Unas
relaciones sociales atañen a la ‘postura’ de individuos dentro de un ‘espacio social’ de
categorías y lazos simbólicos” (Giddens,CS,1995:122).

En ‘La Constitución de la Sociedad’ de 1984, Giddens corrige su noción de


integración sistémica, que en obras anteriores la había referido a reciprocidades entre
grupos de colectividades. Esto contradecía el enunciado básico de su construcción teórica, a
saber, que la agencia es predicativa sólo de actores o agentes y no de colectividades. En ‘La
Constitución de la Sociedad’ se mantiene la noción de integración social como
reciprocidades de la práctica entre actores, realizadas en copresencia. En cambio la

por qué los individuos se ven motivados a empeñarse en prácticas sociales regularizadas por un
tiempo y un espacio, y las consecuencias que de ello se siguen. Las consecuencias no buscadas se
‘distribuyen’ regularmente como subproductos de una conducta regularizada que como tal recibe
sustentación reflexiva de quienes participan en ella” (Giddens, CS,1995:51).

127
integración sistémica es definida como “reciprocidades que tienen lugar entre actores o
colectividades a través del tiempo-espacio extendido; es decir, a las conexiones entre
personas físicamente ausentes" (Giddens,CS,1995:64).

Se reconoce que en las sociedades modernas estos dos tipos de integración de hayan
desagregadas pero se agrega que comparten una fuente común que es la reproducción
crónica de las reglas y recursos estructurales, a través de los mecanismos recursivos de la
dualidad de la estructura, que permiten que las consecuencias no deseadas de la acción
retroalimentativamente conformen las condiciones para emprender un ciclo infinito de
reproducción social. El fundamento de este motor productivo es la práctica (realizada en
última instancia por agentes) reflexiva y reiterada en la interacción cotidiana de la vida de
las personas. En este sentido, es a través de esta categoría teórica como podríamos entender
el puente o nexo entre lo agencial y lo estructural como un rostro de dos caras; la postura
como posición estructural y la postura como práctica social situada en un contexto.

La adopción de una teoría de la agencia disipa la noción de que los patrones


colectivos de la vida social puedan mostrar propiedades emergentes. Se puede prescindir de
la especificidad de la participación de un agente más no de los agentes, en términos de la
reproducción de patrones constitutivos del sistema, sin embargo la dualidad interno/externo
implica en esta teoría, que todas las circunstancias de constreñimiento social son también
circunstancias de habilitación, esto se desprende del hecho de que se mantiene la capacidad
de los agentes de ‘crear una diferencia’ en el curso de la interacción (podrían hacer otra
cosa).

En las sociedades modernas, sin embargo, nos resulta evidente que existan planos de
coordinación que se puedan llegar a relacionar tan nítidamente con la práctica de sujetos,
más bien se evidencia la operación lógicas sistémicas que conquistan los espacios de
reconocimiento mutuo en la interacción tiñendolos de relaciones objetivantes. A este
fenómeno Giddens lo denomina desenclave y lo explica por medio de procesos de
estiramiento espacio temporal de las relaciones entre agentes ausentes, que

128
subsecuentemente ya no se coordinan por medio de interacciones directas sino a través de
sistemas abstractos como los que se señalaron en el primer capítulo de esta invetigación, a
saber, las señales simbólicas como el dinero y los sistemas expertos como los científicos y
técnicos.

El autor entiende que las prácticas sociales extendidas en espacio temporales


expresan un proceso de un estiramiento y por tanto de la coordinación entre sujetos
ausentes. Se destaca que “La postura de los actores en los contextos de interacción y en el
entretejimiento de esos contextos mismos son esenciales para aquellas tareas. Pero si se
quiere mostrar que estas cuestiones se entraman con aspectos más amplios de sistemas
sociales, es indispensable considerar la manera en que conviene a la teoría social abordar -
en concreto, no en filosofía abstracta- lo 'situado' de la interacción en tiempo y espacio”
(Giddens,CS,1995: 143).

¿Qué permite entonces, la coordinación a distancia y la formación de altos niveles


de institucionalización de la vida cotidiana, que incluso sin coincidencia tiempo espacial
persisten como patrones distinguibles de la vida social?.

Para dar contenido a este proceso Giddens utiliza de manera crítica algunas
nociones aportadas por la Geografía Histórica, las que en definitiva nos hablan de la
contextualidad de interacción en sedes, regiones, zonificaciones82, cuestiones todas que

82
Las sedes no sólo se definen en términos físicos y materiales, sino que implican los modos de
apropiación por parte de los sujetos en sus actividades cotidianas. Una sede puede ir desde una
casa, a una esquina y hasta un Estado-nación. Las sedes presentan regionalización interna.
Regionalización no es localización en el espacio sino que zonificación en el espacio y el tiempo “se
relación con prácticas sociales rutinizadas" (Giddens,CS,1995:152).Una sede esta regionalizada en
el sentido de que su uso está dividido según las interacciones de los sujetos dentro de ellas. Además
cada regionalización está zonidificada en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo una casa moderna
puede estar regionalizada en habitaciones diversas y la zonidificación de éstas depende de la hora
del dia. Esto sucede en hospitales, centros educativos, oficinas administrativas y otras instituciones
de más amplia envergadura..

129
consienten la denominada ‘disponibilidad de presencia’, es decir, la coincidencia espacio
temporal de los actores y la reciprocidad en la relación. La contextualidad dada por las
instancias espaciales (que para Giddens están internamente constituidas en el tiempo)
otorga el marco para que la interacción se institucionalice. La noción de regionalización
refiere a este proceso, ya que define el recorrido tempo espacial implicado en todo proceso
de estructuración de las prácticas sociales. Un recorrido más amplio comporta mayor grado
de institucionalización, lo que en esta teoría se define como ‘carácter de una
regionalización’, es decir, la organización temporal y especial en sistemas sociales más
amplios (por ejemplo, el desarrollo del capitalismo moderno implica la separación entre el
hogar y el trabajo, lo que tiene sus consecuencias para los sistemas de producción, además
de otros aspectos institucionales modernos).

Se dice entonces que a medida que se extienden los ordenamientos seriales de los
encuentros se van estructurando patrones que representan la articulación de sistemas en
espacios y tiempos más amplios. Esto implica que las formas de coordinación a este nivel
ya no se ven restringidas por las características propias de la serialidad de la interacción
como son las limitaciones de acoplamiento y capacidad.Lo que sucede con la coordinación
de sistemas es que en espacios separados (diversos locales) se logra articular actividades
indirectamente. “De este modo todo el sistema, considerado en forma general, muestra un
ciclo extensivo de modos de conducta vinculados entre sí y organizados como patrones en
una secuencia temporal, a través de locales de operación espacialmente separados”
(Cohen,1996,120-121).

Las coordinaciones a este nivel pasan del tiempo reversible de la durée de la vida
cotidiana al de la longue durée de las instituciones. “Las interacciones institucionalizadas, y
no los individuos, parecen ser los elementos constitutivos de los sistemas sociales”
(Cohen,1996:106). A este nivel sí podemos prescindir de los sujetos, intercambiarlos y
sentirnos impotentes porque el mundo sigue su curso indiferente a la muerte de un agente
habilitado o al nacimiento de otro que promete llegar a ser lo mismo; un sujeto con
conciencia práctica. Pero a este nivel hay una nueva remisión al agente porque es en la

130
práctica situada donde se generan las posibilidades de reproducción de las reglas
generativas de estructuras, en el tiempo del fluir de los procesos continuos de
estructuración.83.

A consecuencia de esta desarticulación entre el tiempo-espacio interaccional y


sistémico la coordinación en ausencia requiere de los que Giddens llama sistemas de
coordinación abstractos, sistemas abstractos, tal como se definieron en el primer capítulo
como señales simbólicas y sistemas de expertos.Ambos sistemas dependen de la confianza,
pero no una basada en la experiencia directa inductivamente supuesta a partir de los
vínculos entre presentes. Según el autor, el nuevo tipo de lazo de confianza se define
principalmente como ‘fe’, en el sentido de desconocimiento (de las formas de
funcionamiento de los sistemas abstractos) y suspensión espacio/temporal. En estas
circunstancias las relaciones sociales se liberan de las ataduras tradicionales, fenómeno
caracterizado como reflexividad generalizada. Dejaré este tema por ahora porque será
retomado en el tercer capítulo. Finalizaré con una visión sumaria de los los procesos que se
han venido explicando a lo largo de estas páginas.

83
Giddens dice al respecto: "El problema del orden en sociología es de qué forma ocurren en las
relaciones sociales, o (para decirlo de otro modo) cómo los sistemas sociales ‘aglutinan’ tiempo y
espacio. Toda actividad social se gesta en tres momentos de diferencia vinculados entre sí:
temporal, estructural (en el lenguaje de la semiótica, paradigmáticamente) y espacial; la conjunción
de éstos expresa el carácter situado de la práctica social” (Giddens,CCHM,1981:30).

131
6. Recapitulación: el vínculo micro/macro y la teoría de la estructuración

Recapitulando, se recuerda que el objetivo perseguido en este capítulo fue dar cuenta de la
categoría agencia al interior de la teoría de la estructuración, para de ahí reconstruir la
propuesta giddensiana acerca de la relación entre agencia y la estructura; manera en que esta
propuesta reconceptualiza el problema postulado en clave analítica como vínculo entre
micro y macro niveles sociales.

Se descubre que son varios los caminos y niveles conceptuales a través de los cuales
se presenta esta problemática en términos constitutivos, lo que interesa ahora es dejar
señalados algunos nudos o centros neurálgicos para centrarse en ellos en el tercer capítulo
en una ponderación crítica.

En esta teoría se define la estructuración como el proceso en el que se conjuga lo


subjetivo y lo objetivo de la agencia. Lo objetivo, por así llamarlo, significa que la acción se
da en un contexto de condiciones no controladas, consecuencias no deseadas ni
intencionadas ni reconocidas por los agentes. Ello explica la conformación de las
estructuras sociales y los sistemas donde se presentan como un circuito de
retroalimentación entre el poder de ‘hacer una diferencia’ de la agencia (lo subjettivo) y la
estructuración de la estructura. Al derogar el problema del orden como una cuestión
establecida como límite a priori de equilibrio o unidad moral, la preocupación central no
refiere a la forma que dicho orden se encuentra dado, sino más bien a los procesos de
producción que lo conforman.

La agencia en esta teoría sólo es predicable de sujetos, de seres humanos, más con
ello no se asume que la acción deba ser remitida a la intencionalidad como fin. Tampoco
remite a una síntesis constitutiva exclusivamente cognoscitiva explicada por el postulado de
una conciencia trascendental. La noción de constitución suspende la adscripción estricta del
proceso a individuos particulares para centrarla en una concepción basada en la habilidad
reflexiva de monitorio de las prácticas, prácticas realizadas en un contexto y en relación a

132
expectativas de otros agentes. Dichas expectativas y acuerdos sociales no son una textura
que pueda negociarse de modo absoluto en la interacción directa; más bien se encuentra
imbricada en un conjunto de saberes legos sedimentados en lo que Giddens denomina saber
mutuo.Es así como en la interacción entre agentes, viabilizada por la conciencia práctica
(que incluye el hacer, el relacionarse con y la reflexividad de relacionarse con) se da paso a
situaciones que sólo en alguna medida podrían denominarse transformación de agentes
como producción, porque de otro lado implican alimentar las condiciones ya dadas, es
decir, la reproducción. Ambas cosas, transformación y reproducción se conjugan
permanentemente para dar paso a un nuevo ciclo.

El ‘propio ser’ se conecta con la dimensión estructural, siendo parte indisoluble de la


formación de una sociedad entendida como proceso perpetuo situado en el tiempo y en en el
espacio, donde la memoria mnémica responde a registros estructurales en tanto reglas, pero
que sólo pueden existir en la ‘instanciación’ que de ellas se hace en el obrar de acuerdo a
los recursos de los que disponen diferencialmente los agentes.

La categoría práctica arroja una clave de nexo para visualizar la relación entre
agencia y estructura, mediante los procesos antes descritos, ya que como posición-práctica
expresa su carácter estructural (posición social) y como práctica la producción activa de
agentes.La reproducción activa de la vida social en la agencia está dada por lo que se
denominó rutinización o cronicidad de las prácticas, una especie de repetición de hábitos
que cristalizan en reglas semánticas y normativas.Este proceso de producción de la sociedad
en términos de constitución se sustativiza para dar cuenta de la sociedad moderna, que bajo
condiciones de desarticualción entre lo que se ha denominado integración social y sitémica
debe explicar la articulación entre ambos bajo una noción unitaria de constitución. Al
sostener, Giddens, que ambas formas de integración mantienen una ligazón, permanece la
idea básica de que, pese a la generación de sistemas abstractos de coordinación social, los
‘input’ de significatividad dados por la actividad sintética de agentes en la constitución de
un mundo anclado en la vida cotidiana, los procesos sistémicos se reanclan en la
reproducción de la vida social con base nutricial en la agencia.

133
Estos procesos de desarticulación espacio temporal propios de la eran moderna,
figuran nuevas formas de creación del vínculo social que no puede yacer sólo en la
interacción cara cara entre agentes presentes. El estiramiento que se produce paso a
relaciones en ausencia, que en cuento aumenta la distancia se condensan en regulaciones
institucionales más densas y abstractas que permiten la continuidad de la vida social aún sin
el monitoreo directo de los agentes. De esta manera los sistemas sociales de amplio alcance
dan cuenta de estas coordinaciones abstractas, pero a su vez refieren a interacciones
concretas, puesto que en versión estructuracionista, los sistemas no son conjuntos
emergentes de propiedades sui generis sino que se reinstalan en prácticas que, en definitiva,
los hacen posible. De tal suerte, en la era de la mundialización, globalización o como quiera
llamarse a las relaciones que traspasan los límites de los estados nacionales en múltiples
dimensiones, la dialéctica entre esta globalidad y la localidad se inscribe en la
tranformación mutua de intimidad/socialidad y estructuras y coordinación abstracta.

Como se apuntó en el primer capítulo, bajo esta teoría se concibe un diagnóstico de


la modenidad y de la sociedad moderna que acepta el consenso global en las teorías
sociológicas acerca de una desarticulación entre la vida cotidiana del día a día y los
procesos estructurales que comparesen a nivel de los sistemas sociales. Giddens habla de
una desarticulación de tiempo vital y tiempo abstracto de las estructuras, sin postular
autonomía para ninguno de ellos. Por el contrario sostiene la mantenimiento de un ‘cordón
umbilical’ con las prácticas, que en la lógica de la teoría de la estructuración, es la forma de
evitar la hipostización de requerimientos funcionales a sistemas sociales que siguen, en
último término, siendo reproducidos en sus propiedades estructurales a través de las
actividades de agentes habilitados. Esto quiere decir que las propiedades estructurales no se
desarrollan completamente a espaldas de la agencia de los sujetos.

En una imagen monoproductora de la sociedad, que pareciera graficar una sutura de


las totalidades fragmentadas, de dialécticas de lo global y lo local, el poder de la agencia y
de la conciencia práctica no dejan de conjugar, en cada uno de sus momentos, la

134
verificación transformativa de los principios estructurales. Pero, como dice Giddens, la
relación entre agencia y estructura no viene determinada teóricamente, sino que puede ser
sustantivizada por la articulación institucional concreta que el investigador se plantea
estudiar.Pienso que esto es acertado, pero no niega la necesidad de hacer comparecer ciertas
claves conceptuales que nos expliquen en las sociedades señaladas, los modos de
coordinación en cada instancia y más aún entre instancias.

De esta manera, el paso que sigue es construir una ponderación de las limitaciones y
ventajas que reporta un explicación estructuracionista de la agencia a nivel general como
teoría social y a nivel específico en relación a los fenómenos de integración social y
sistémica en condiciones de la modernidad radicalizada, término utilizado por Giddens para
caracterizar lo moderno de las sociedades actuales.

135
CAPÍTULO TRES

Una ponderación de la estrategia de la dualidad agencia/estructura como formulación


del problema del vínculo micro-macro

“Es sabido que la identidad personal reside en la memoria y que la anulación de esa facultad
comporta idiotez. Cabe pensar lo mismo del universo. Sin una eternidad, sin un espejo delicado y
secreto de lo que pasó por las almas, la historia universal es tiempo perdido, y en ella nuestra
historia personal (…) La eternidad es una copiosa invención.Es verdad que no es concebible, pero el
humilde tiempo sucesivo tampoco lo es” (Jorge Luis Borges, Historia de la eternidad, subrayado
mío)

En este capítulo el objetivo es terminar la ruta exploratoria de esta investigación con una
ponderación de la propuesta giddensiana de relación agencia /estructura. Ponderación se
limita acá a la tarea de buscar parámetros desde los cuales observar las categorías teóricas
en cuestión para puntualizar algunas limitaciones y potencialidades.

Los ejes que propongo para circunscribir esta observación se organizan alrededor de la
categoría agencia, la que nuevamente -como en el capítulo anterior- funge de pivote en la
indagación, pero esta vez desde el juego de la crítica y el diálogo con otras categoría.Estas
son: agencia/estructura y agencia /sistema. Esta labor se restringe, por tanto, a un
contrapunto entre categorías teóricas y no considera un cotejo sistemático entre cuerpos
teóricos completos en sus implicaciones abyacentes y subyacentes (en profundidad y
extensión).

Postulo las nociones de estructura y sistema en relación a la agencia como referentes


‘ejemplares’84 que ilustran la valoración de la solución giddensiana al problema que nos
ocupa, ya que han constituído dos dualismos-dentro de otros- que Giddens enfrenta y
propone superar con su ejercicio de crítica reconstructiva frente a algunas teorías
sociológicas.

84
Ejemplares porque pueden servir de modelos y no porque sean, necesariamente, los únicos y
mejores ejemplos.

136
A través del primer bloque se ubicará el dilema de la acción versus la estructura en
la esfera de la construcción de teoría como abstracción general85. Ante tal dualismo, la
formulación giddensiana, indica una suerte de reintroducción de la estructura ‘en’ la agencia
por medio del proceso de estructuración, con ello se quiere responder crítica y
constructivamente a explicaciones tanto marxistas (Althusser, Marx) como estructuralistas
(Saussure, Levi Strauss) de la determinación estructural de la vida social. Este eje se
construirá priorizando en la construcción interna de las categorías y mecanismos teóricos
explicativos construidos por la teoría de la estructuración.

Desde el segundo grupo conceptual, agencia/sistema, la teoría de la estructuración


tambíén puede ser considerada una tentativa de resituar un dualismo, ya que si lo macro, en
este caso, puede tomar el lugar de sistema social y lo micro el de agencia, ambos polos
quedarían reconectados por vía de las prácticas sociales. En sentido estructuracionista, por
tanto, los sistemas no son propiedades emergentes y autonómas que cumplan funciones
meramente latentes.Según Giddens, las consecuencias no deseadas de la acción junto con
las intencionadas se combinan para dar cuenta de la reproducción social y la sociedad puede
ser definida como sistema social en tanto “ ‘resaltan’ en bajo relieve desde un fondo de un
espectro de otras relaciones sistémicas en las que están insertas. Ellas (las sociedades)
resaltan porque principios estructurales definidos concurren a producir ‘un conglomerado
de instituciones’ global especificable por un tiempo y un espacio” (Giddens, CS, 1995:195).

85
Según Merton se considera teoría a la serie de conceptos que conforman un sistema deductivo La
teoría es usada para explicar fenómenos empíricos, ya que las leyes científicas pueden ser
derivadas de esas teorías y estas leyes a su vez pueden ser confirmadas o desconfirmadas por
generalizaciones empíricas.Giddens critica esta noción, y señala una distinción heurística entre
teoría sociológica y teoría social. La teoría sociológica se refiere solamente al estudio de las
sociedades modernas, en cambio el concepto más amplio de teoría social concierne a el estudio de
la naturaleza humana, de la actividad humana y de los agentes sociales. “El interés principal de la
teoría social es el mismo que el de las ciencias sociales en general: la iluminación de procesos
concretos de vida social” (Giddens, en Bernstein,1989:29).Bernstein reclama a Giddens que una
mirada tan abierta de lo que es la teoria, preocupada por demarcarse claramente de la concepción
empirista lógica conlleva sus propias dificulatades; es tan amplia que dificulta determinar qué
pertenece y que no a una orientacion teorética. (Bernstein,1989)

137
Así, un sistema social en tanto conglomerado institucional con grados variables de
‘sistemidad’ se conecta a las prácticas sociales en la medida en que ellas se reproducen de
forma crónica dando cuenta tanto de rutinas interaccionales como de relaciones coaguladas
a distancia por estiramientos que hacen las veces de engarces para la ‘disponibilidad de
presencia’. Como se revisó en el capitulo dos, estas formas de vínuculo social se pueden
definir como integración. Una es la integración social (interacciones entre presentes) y otra
la integración sistémica (relaciones entre ausentes)

De acuerdo a estos postulados de la teoría, propongo tratar este segundo eje


(agencia/sistema) a partir de un examen de la caracterización institucional,
multidimensional y relacional que Giddens ofrece de la sociedad moderna, porque me
parece que a través de dicha descripción se podrá observar cómo operan las categorías
giddensianas de integración y, consecuentemente, la forma en que se reconceptualiza el
vínculo micro/macro pero ahora a nivel de teoría sociológica

Esta ponderación se apoyará en visiones críticas a la teoría de la estructuración, que


será necesario acotar dado que la producción intelectual de Giddens ha sido muy prolífica y
en los últimos años se ha vuelto ‘popular’ dentro de medios académicos y hasta extra
académicos generándose abundante trabajo crítico desde las más diversas perspectivas y
acerca de los más variados temas.Para circunscribir este amplio campo, la primera y más
evidente cuestión es retomar sólo aquellas aportaciones críticas referidas al trabajo teórico
de Giddens y las que tratan el problema de esta investigación.Incluimos las contribuciones
de Margaret Archer, Zigmunt Bauman, Han Joas, J.B.Thompson y William Sewell. En
búsqueda del mismo objetivo de ponderación, nos basaremos también en algunos análisis
del autor en torno a la sociedad moderna (Consecuencias de la Modernidad86) para

86
Si bien, en este texto, el autor se focaliza en una descripción de lo que llama una fenomenología
de la modernidad y no en la contrucción teórica sistemática -cuestión que por lo demás desestima-
me ha parecido que una exploración a través de este texto resulta de utilidad dado que permite
advertir con más claridad algunas consecuencias de la relación agencia/estructura a nivel de
integración social y sistémica en la sociedad moderna. En esta medida sirve de soporte para un

138
caracterizar las categorías teóricas que dan cuenta de las articulaciones entre formasde
integración en dicho tipo societal, cuestión que como se ha venido examinando, revela de
qué maeras se relaciona la agencia con lo estructural.

1. Lo micro y lo macro: agencia y estructura.

Giddens aduce que tanto dentro del estructuralismo como del funcionalismo -
aunque son perspectivas que divergen en muchos sentidos- sistema y estructura son
nociones que han sido ocupadas de modo similar para significar patrones de la sociedad y
han operado, en tanto externos y determinantes de la acción humana, como el lugar
explicativo privilegiado de la generación de la sociedad y reproducción social87, planteándo
dos versiones emergentes del orden. La de sistema ha referido a la idea de un todo
compuesto por partes como un todo en analogía con el organismo (funciones y elementos) y
la de estructura ha enfatizado la relación entre momentos y todo como totalidad, donde
según la analogía lingüística la totalidad se representa en la lengua y particularidad en el
habla como usos particulares de la primera.

Como se señaló en el capítulo anterior, Giddens arguye que el uso que se ha hecho
de estos conceptos por el estructuralismo, funcionalismo y estructural funcionalismo no ha
sido del todo claro por lo que cree fructífero hacer una distinción entre ambos. Si bien
dentro de las corrientes de pensamiento funcionalistas la noción de estructura ha sido poco
elaborada en comparación con la de función, de todos modos subyace una versión de
estructura como patrones visibles de las relaciones sociales. Por otro lado, desde la
lingüística estructural, autores como Saussure, han hecho uso del concepto de sistema y no
del de estructura, aludiendo, sin embargo, a la idea global de estructura.

acotado análisis de lo micro/macro alcanzando a cumplir el objetivo de ilustración que acá se


pretende.
87
“Funcionalism and structuralism are alike in according a priority to hte object over the subject
or, in some sense, to structure over action. Funcionalist authors have normally thought of this in
terms of ‘emergent properties’ of the totality,which not only separate its caracteristics from those of
its individual members, but cause it to exert a dominant influence over their conduct”
(Giddens,CPST,1981:50, subrayados míos).

139
Frente a estructura y sistema Giddens propone rescatar una versión dialéctica de
‘totalidad relacional’ donde se conjugue la parte con el todo en mutua dependencia, esto
parece querernos decir que el todo no es más que la suma de las partes, ni que las partes en
su interrelación forman el todo, sino que la relación entre las partes es en un todo (en este
caso la huella mnémica de la estructura) y el todo es en la relación entre las partes (por
medio de la estructuración vehiculizada por la conciencia práctica). Esta noción dialéctica
de totalidad indica que ésta ‘existe’ en sus momentos, negando cualquier determinación o
sobredeterminación estructural que considere una relación causal mecánica (expresiva,
estructural o metonímica) entre estructura y agencia; es la relación entre ambas la que
posibilita la reproducción total de la sociedad88. De este modo, el autor propone hacer un
uso distintivo de ambos términos y reservar la noción de sistema para indicar un conjunto
de prácticas sociales reproducidas y el de estructura para señalar un orden virtual de
relaciones transformativas (Giddens,CS:1995).

1.1-De estructura a estructuración de la estructura.

La discusión que Giddens establece respecto al concepto de estructura se sitúa a distancia


crítica tanto de la connotación durkhemiana como fuerza externa y constriñente, así como
de la concepción lingüística tradicional que destaca la coherencia de una totalidad formal en
tanto conjunto de diferencias de referencias internas (arbitrariedad del signo), donde la
relación con el mundo objetivo (y social) es parte del ‘entorno’ de un universo lingüístico
(langue) separado del uso del lenguaje (parole).

El postulado de Durkheim acerca de que la existencia social es una ‘sui géneris’,


implica que la sociedad es concebida como un todo externo a los agentes, esto es “Una

88
Giddens señala al respecto"(...) institutions are constituted and reconstituted in the tie between
the durée of the passing moment, and the longue durée of deeply sedimented time-space
relations.(...) the totality/moment relations is compatible with a variety of different ‘layers’ (...) of
relations of autonomy and dependene between collectivities”(Giddens,CPST,1981:110). Esta
concepción de totalidad según el autor, evitaría la idea organicista de que el todo es una

140
combinación89 de unidades posee nuevas propiedades que no pueden derivarse del estudio
de ninguna considerada aisladamente” (Giddens,1993a: 41, subrayado mío).En sus
primeros escritos, Durkheim relaciona externalidad del hecho social (conciencia colectiva)
con constreñimento, sin embargo se hacía necesario distinguir este tipo de constricción
mecánica, con fuerza causal unilateral sobre los sujetos, de una de carácter moral, cuestión
que el propio Durkheim anticipó en sus obras tardías (Giddens,CPST,1979). De esa
distinción derivan subsecuentes diferencias entre tipos de reglas sociales y sus
correspondientes modalidades de sanción. Giddens refiriéndose a esto anota: “Una sanción
moral es (....) totalmente distinta de las consecuencias materiales que siguen a la violación
de una regla preventiva; es el contenido de la regla misma lo que estimula una reacción
primitiva90” (Giddens,1993a:36), y no sólo la elusión de las consecuencias punitivas por
parte del que rompe la regla. La relación que Durkheim establece entre regla moral y
obligación incluye también la idea de impulso positivo a la realización de la norma como
deseo y no sólo como anticipación a las consecuencias de la sanción. La regulación, tiene
por tanto, dos caras: la de la obligación/sanción y la de deseo/satisfacción. Esto, según el
postulado durkhemiano, porque la constricción posibilita la libertad del sujeto, toda vez que
el desarrollo tendiente a la racionalización de las representaciones simbólicas colectivas,
gracias a la cual la sociedad es entendida como producto de los hombres, permite hacer de
lo social algo humano y de la conciencia moral una unidad que eleva al hombre por encima
de los deseos egoístas y de las fuerzas arbitrarias de la naturaleza91.

combinación presente de partes.


89
Uno de los ejemplos de Durkheim es el agua. Un combinación de una molécula de oxígeno y dos
de higrógeno, pero que ninguna de ellas, por sí mismas dan cuenta de la cualidad del agua (1+2= 3,
3 no es agua. Incluso este ejemplo es una analogía poco afortunada ya que ni el mundo matemático
ni el orgánico podrían ser ‘materia' social). Este ejemplo trasluce una visión mecanicista del orden,
que más tarde será matizada por una versión moral.
90
Con ‘primitiva’ se refiere a que en sociedades primitivas la transgresión al orden moral (por
ejemplo la violación del tabú del incesto) se supone ofende a la comunidad y por tanto la sanción
no tiene que ver con una imputación individual de responsabilidad por transgresiín de una regla,
sino con librar al colectivo de la amenanza que implica tal transgresión.
91
Durkheim señala “Como Rousseau demostró hace mucho: quitemos al hombre de todo lo que le
da la sociedad y queda reducido a sus sensaciones. Se vuelve un ser más o menos indistinguible de
un animal. Sin lengua, esencialmente un objeto social, las ideas abstractas son prácticamente
imposibles, como lo son las funciones mentales más elevadas. Abandonado a sí mismo, el
individuo se volvería dependiente de las fuerzas físicas. Si fue capaz de escapar, de liberarse a sí

141
De la versión de externalidad positiva, es de la que se sostiene Giddens, para
argumentar en favor de una noción de estructura constriñente y a la vez habilitadora,
enfatizando una visión de agente activo92 por sobre la de uno interiorizador de normas. Así
la sociedad al ser obra de todos y de nadie, como plantea nuestro autor, rescata la
caracterización de lo social como realidad sui géneris93 no descomponible en acciones
individuales, pero es justo en este punto donde se separa de una visión orgánica del todo
social como hipostización para destacar la noción de totalidad derivada de la lingüística
saussureana para ir al rescate de la causación agencial de la vida social, dado que de esta
manera el autor pretende poner en relación interna lo particular (habla) y lo general
(lengua).

mismo, de desarrollar una personalidad, es porque fue capaz de refugiarse en un fuerza sui géneris;
una fuerza inteligente y moral capaz, en consecuencia, de neutralizar las fuerzas ciegas y amorales
de la naturaleza” (Durkheim, Sociología y Filosofía, en Giddens,1993a:35).
92
Una concepción de sujeto que ejemplifica esta idea de agente habilitado por la constricción, es la
que muestra Fairclough desde su propuesta de análisis de discurso. Retomando a Giddens el autor
señala: “Social subjects are constrained to operate within the subject positions set up in discourse
types, as I have indicated, an area in that sense passive; but it is only through being so constrained
that they are made able to act as social agents. (...) being constrained is a precondition for being
enabled. Social agents are active and creative (...) that discourse (and practice generally) draws
upon discourse types rather than mechanically implementing them, and the suggestion there the
discourses typically draw upon a combination of types. Discourse types are a resourse for subjects,
but the activity of combining them in ways tha meet the ever changing demands and contradictions
of real social situations is a creative one” (Fairclough,1996:39).
93
Separándose de posiciones individualistas del orden y de explicaciones metodológicas de igual
carácter Giddens discute frente a Lukes como a Blau cualquier intento de hacer de la vida social
una sumatoria o combinatoria .Creemos que la pregunta metodológica puede ser escindida de la
teórica propiamente tal y por tanto si pensamos que el objeto de la teoría social es explicar “lo
social”, y si asumieramos con Giddens que ni desde la filosofía de la conciencia ni desde
consideraciones de la acción centrada en finalidades logramos arribar a dulicidaciones
satisfactorias, deberíamos sostener que lo social se explica a partir de otras nociones, en este caso
nociones de acción como agencia Esto sitúa la discusión en si se supone una instancia previa y
constitutvia de las individualidades, como espacio intersubjetivo. Asimismo, y bajo la perpectiva d
de la teoría de la estructuración, ya que lo social no es predicable de sujetos mónadas y la acción no
es predicable de colectivos de sistemas ni de estructuras, el campo de mirada sería uno
primariamente social más que colectivo. Si se afirma que agregar conductas para hacer una suma
con resultado social no arrija resultados explicativos (a no ser analítico normativos) podríamos
partir de la base de su ‘emergencia’ como fenómeno sintético, la pregunta entonces es como se
explica ahora el proceso de dicha emergencia.

142
Para escapar del dualismo interno/externo que representan estas versiones de la
noción de estructura así como de un emergentismo de tipo funcionalista, el autor rescata el
énfasis saussureano en la dialéctica presencia/ausencia para una conceptualización de
estructura como totalidad. Dicha dialéctica permite a Giddens relacionar cada acción, en
tanto agencia, con la estructura en tanto conjunto virtual de reglas y recursos;
representación fantasmagórica de un todo que no puede aprehenderse en la figura de un
cuerpo (orgánico) presente, sino que siempre en sus momentos de ‘instanciación’ en las
prácticas. Giddens anota : “Saussure’s thought turn upon a relation between moment and
totality quite distinct from that involved in funcionalist writing, a dialectical relation
between presence and absence. The relation between a senstence or an utterance and a
lenguage is not like that between an organ of body and the totality which is the organism.
When utter a sentence, or make sense of an utterance of somebody else, I draw upon an
‘absent corpus’ of syntactic and semantic rules in order to do so” (Giddens,PCST,1982:33).

También es Saussure quien introduce la tan conocida distinción entre


‘langue’(lengua) y ‘parole’ (habla), apartando el estudio del lenguaje de lo contingente y
contextual, es decir, de los actos de habla particulares. En este otro aspecto, la versión de
totalidad conceptualiza la estructura como un conjunto de relaciones formales, diferencias
que conforman el signo de manera arbitraria. Las palabras no significan sus objetos, ya que
es el ordenamiento interno y no la sustancia referencial, lo que define el significado. Al no
existir sustancia de base al conjunto de diferencias, se otorga mayor relevancia al
significante que al significado, por tanto, la “retirada al código” supondría separar al
lenguaje de nexos referenciales con el mundo objetivo.

En este punto Giddens se suma a la crítica clásica contra la lingüística estructural, a


saber, que aísla el lenguaje del entorno social donde se usa; con ello se excluye la capacidad
creativa del agente humano. Por el contrario, Giddens aduce que el dominio de lenguaje,
como competencia, es inseparable de la variedad de contextos de uso del mismo94, por lo

94
"Lo que está en cuestión no es el ‘uso’, sino el proceso de usar las palabras y frases en contextos

143
que, conocer un lenguaje supone conocer sus reglas sintácticas pero fundamentalmente
comprende aplicar instrumentos metodológicos para la constitución y reconstrucción de la
vida social en los contextos cotidianos de actividad social, de ahí que en este punto rescate
aportes de la etnometología y la hermeneútica95.

Ubicar la producción de significados en el uso práctico del lenguaje se relaciona con


el objetivo de espacializar el proceso de estructuración, ubicándolo en la contextualidad de
las prácticas sociales, con lo cual se le concede prioridad analítica y constitutiva a la
conversación cotidiana como medio y forma donde se anclan significado y referencia.

Las críticas postestructuralistas a la noción de estructura como totalidad coherente


dotada de algún centro y por tanto de algún fundamento (de diversos órdenes) definen la
preocupación por girar el foco de atención de los parámetros de constitución de los códigos
de estructuras a la naturaleza de las diferencias o propiedades estructurantes de los códigos.
Según Giddens, es Derrida quien radicaliza esta versión crítica del estructuralismo
centrándose en la noción de diferencia como elemento constitutivo de la existencia en
general y no sólo del lenguaje. Derrida retomando la idea de diferencia sausseriana la
temporaliza (“diferir de algo es también diferir algo”). Según su visión crítica, en la idea de
‘totalidad ausente’ de Saussure queda cierta nostalgia por la presencia. Según Giddens lo
que Derrida sostendrá es que “Toda significación opera a través de huellas: huellas
mnémicas en el cerebro, el desvanecerse de los sonidos una vez pronunciados, los trazos
que deja la escritura” (Giddens,1991:263).De esta noción radical de diferencia
presencia/ausencia Giddens restaca la centralidad de los procesos de estructuración de la
estructura frente a las identidades estructurales y para ello hace uso de la operación
temporalizadora, pero mantiene la idea dialéctica sausseriana de interrelación
presencia/ausencia más que una noción de la diferencia como huella constitutiva según
Giddens lo lee en Derrida.

de conducta social. El significado no es construido por el juego de significantes, sino por la


intersección de la producción de significantes como objetos y sucesos del mundo, enfocada y
organizada por el individuo que actúa” (Giddens,1991,271).
95
Este punto fue tratado en el segundo capítulo.

144
Por otra parte, nuestro autor, critica el problema de la referencia en relación a la
noción estructuralista de lenguaje, dado que bajo dicha concepción el significado quedaría
constituído en el juego autorreferido entre diferencias- entre significantes- lo que implica
desechar toda concepción esencialista de la realidad y preterir del agente,ya que la relación
entre las diferencias no es una acción adscribible a un sujeto sino a la estructura misma; el
lenguaje carece de sujeto.Giddens ve en esto una contradicción que en sus extremos llevaría
a postular una creación basal, total y primaria de la estructura96, en algún tiempo y lugar
extramundanos, ante lo cual postula reinstalar la preocupación por la naturaleza del sujeto
como agente y por la acción interpretativa del mismo.

Para Giddens la preocupación debe volver a instalarse en la naturaleza del


significado y la interpretación, lo que implica referir el lenguaje al contexto de las praxis
sociales97. Esto quiere decir, a su vez, que frente al denominado descentramiento del
sujeto98, que en líneas gruesas Giddens identifica con una ruptura con la noción de un ‘yo’
centrado y basado en una identidad como mismidad, nuestro autor rescata al sujeto a partir
de una noción de lenguaje en uso (el proceso de usar más que el uso) que busca rechazar la
distinción entre conciente e inconsciente, pasando a una versión de sujeto como agente e
incorporando la distinción entre conciencia (discursiva), conciencia práctica e inconsciente.

96
Al respecto Levi Strauss señala "Cualesquiera que hayan sido el momento y las circunstancias de
su aparición en la escala de la vida animal, el lenguaje sólo ha podido nacer todo de una vez. Las
cosas no ha podido ponerse a significar progresivamente. A continuación de una transformación
cuyo estudio no depende de las ciencias sociales, sino de la biología y de la psicología, se ha
efectuado un paso desde un estado en que nada tenía sentido a otro en que todo lo poseía” (Levi-
Strauss, Indroducción a la Obra de Marcel Mauss en Derrida:1989:399).
97
En este punto reotma a Wittgenstein y apunta “Para Wittgenstein, el significado de las unidades
léxicas se encuentra en la integración de lenguaje y praxis dentro del complejo de juegos de
lenguaje implicados en las formas de vida” (Giddens,1991:266).
98
Refiriéndose al ‘discurso del Otro’ de Lacan, Giddens ejemplifica lo que entiende por tal
descentramiento “El ‘pienso’, luego ‘existo’ se descalifica por varias razones. El ‘yo’ no es
inmediatamente accesible para sí mismo, puesto que deriva su identidad de su inserción en un
sistema de significaciones. El ‘yo’ no es la expresión de un cierto núcleo de mismidad continua que
constituye su base. El ‘ser’ sugerido en el ‘existo’ no se da mediante la facultad del sujeto para usar
el concepto ‘yo’. Se considera lo que Lacan llama ‘el discurso del Otro’ como origen tanto de la
facultad del sujeto para emplear el ‘yo’ como la afirmación de existencia del ‘yo existo’ ”
(Giddens,1991,268).

145
La reproducción y producción cultural es entonces explicada por medio de una
teoría de la agencia.Contra una concepción de la estructura autorreferida se contrapone la
contextualidad de la acción, así como se mostrará más adelante que frente a los procesos
autonomizados de los sistemas se plantea la conciencia práctica. Es importante señalar
sumariamente acá uno de los postulados estructuracionistas, según el cual lo que afinca el
proceso reproductivo es la instalación de las interacciones en el ordenamiento espacio
temporal, donde las prácticas se pueden orientar en reciprocidad gracias al llamado saber
mutuo.El proceso que gatilla la estructuración es la cronicidad y rutinización de las
actividades cotidianas situadas de un tiempo reversible. Por lo que el significado y la
reproducción del mismo, no es cuestión de operación de diferencias entre códigos sino un
asunto de uso de recursos metódicos derivados de las situaciones y contextos situacionales
reflexivamente aplicados sobre la vida cotidiana. Como se observa, al hacer de la estructura
una noción instalada en la contextualidad de las prácticas ordinarias, habituales y
reiterativas, se está relevando la idea de conjugar totalidad/momento, ausencia/presencia,
virtualidad/realizacación.

1.2.- Dualidad agencia/estructura, una crítica a la dualidad como superación del dualismo

Como apuntamos repetidas veces, la superación de dualismos compromete toda la empresa


teórica giddensiana dibujada en la imagen-operación de la dualidad de la estructura, donde
se pone en relación ‘dualítica’99 lo que antes se mantenía como oposición; la agencia y la
estructura. Lo que se propone es hacer de lo externo de la estructura, como patrón de orden
social constriñente y determinante, una dualidad que conjuga dicha externalidad con lo
‘interno’ (no con lo interior), en este caso, su presencia en el juego mismo de la agencia
habilitada de agentes. Para hacer este interjuego externo/interno e interno/externo, lo que
permanecía estático (sincrónico) como patrón de reglas se hace dinámico (diacrónico) a
través de lo que se denomina estructuración. La estructuración de la estructura es la

99
Me permito el uso de la palabra ‘dualística’ para indicar dualidad en el sentido que Giddens
otorga al término para indicar ladiferencia con teorías que comportan dualismos analíticos o de otro

146
actualización de su realidad virtual traída a las prácticas por la ‘instanciación’ de la huella
mnémica de sus trazos (ausentes) en la praxis de agentes. Lo que este juego pretende es
hacer de la estructura un proceso a través de dos vías. Por una parte temporalizar la
estructura ubicando el transcurrir ‘instanciador’ de las prácticas en el devenir del tiempo, y
por otra, espacializarla, concretando su ‘instanciación' como presencia en la figura de la
interacción contextualizada.

En este sentido, parece ser que al hacer de la ausencia de la estructura una presencia
en las prácticas, se podría obliterar su caracterización como ausencia, porque al parecer, el
sentido de la experiencia sólo se hace posible mediante la conciencia práctica, entonces
podría pensarse que lo se pasa de la oposición presencia/ausencia a la dualidad de
presencia/ausencia. Ello podría terminar disolviendo la diferencia que se supone las funda
ya que la hace ingresar al juego circular de la dualidad de la estructura100. De esta manera

tipo.
100
Al respecto, Eco define la noción de diferencia como “En un sistema estructurado, cada
elemento vale en cuanto no es el otro o los otros que al evocarlos, los excluye. El elemento
fonemático no vale por la presencia de una substancia física de la experiencia, sino por la valencia,
en sí mismo vacía, que cumple en el sistema. Pero dado que el sentido surge, es preciso que uno de
los términos de la oposición se presente y esté. Si no está, no se descubre ni siquiera la ausencia
del otro.La ausencia oposicional vale solamente en presencia de una presencia que la hace
evidente” (Eco,1999:374, subrayado mío). Sin embargo Derrida parece ir más allá y postula en
relación a la noción de significación como juego, una tensión de dicho juego con la presencia:
“tensión también del juego con la presencia. El juego es el rompimiento de la presencia. La
presencia de un elemento es siempre una referencia significante y sustitutiva inscrita en un sistema
de diferencias y el movimiento de una cadena. El juego es siempre juego de ausencia y presencia,
pero si se lo quiere pensar radicalmente, hay que pensarlo antes de la alternativa de la presencia y
de la ausencia; hay que pensar el ser como presencia o ausencia a partir de la posibilidad del juego
y no a la inversa” (Derrida,1989:400, subrayado nuestro). Descombes comenta acerca de la
‘diferencia’ derridiana de presente/ausente: ”para que el futuro se ‘anuncie en el presente y el
pasado se ‘retenga’ en él, es necesario que ese presente no sea solamente presente: también es
necesario que sea al mismo tiempo presente ya pasado y presente aún por llegar; gracias a este
pasado aún presente y a este futuro ya presente, el pasado como tal será para nosotros un presente
que ya no es presente, y el futuro habrá sido desde siempre un presente que todavía no era
presente. Es entonces cuando aparece la diferencia: diferencia o no coincidencia del presente
consigo mismo” (Descombes,1982:188). En este sentido, advierto una diferencia entre plantear la
diferencia poniendo el énfasis generatriz en la operación de diferencia que en las oposiones del
juego de la diferencia, creo que la segunda opción es por la que Giddens opta, cuestión que
pareciera estar relacionada con su compromiso con la referencia y el significado en la práctica
como presencia.

147
no sería la operación de la diferencia la que se postula como posibilidad de la existencia
presencia y ausencia, sino su relacionamiento en la dualidad estructural movida por la
capacidad reflexiva. Esta dualidad, de estructura y agencia, como se apuntó antes, se
encuentra dada por el proceso que significa temporalizar y espacializar, y que en el fondo
quiere dar cuenta de la constitución de la sociedad.

En este punto, advierto la reconstrucción giddensiana de la diferencia ausencia/presencia


especialmente oscura , ya que al apropiarse parcial y críticamente de una noción con
bastante carga radical el autor la resitúa dentro de su práctica teórica de la dualidad donde
no me parecen claras sus consecuencias , ya que por una parte no quiere asumir ningún
telos último que oriente la síntesis de una operación dialéctica trascendentalizadora y por
otro retoma la idea de estructuración de la estructura prescindiendo del rechazo a la
presencia como fundamento metafísico. La presencia, según entiendo en Giddens, es una
dada en las prácticas y la reflexión constante de agentes habilitados y no por una marca
innaccesible que estando siempre allí, es inasible.

Otra de las dualidades estructura-agencia en la que insiste Giddens se refiere a lo que en su


uso del lenguaje como analogía de la vida social llama sintagmático y paradigmático. Lo
sintagmático, según Barthes (1999) es el despliegue distribucional de las unidades de
lenguaje y lo paradigmático, en tanto integración ’vertical’, remite a la estructura del
lenguaje. Según nuestro autor, ambos niveles podrían integrarse. Lo paradigmático como
metáfora se integraría (o reintroduciría) en lo sintagmático como metonimia. Esto quiere
significar que en las interacciones lo paradigmático opera como huella mnémica estructural,
la que a su vez se presenta por medio de dichas interacciones sociales. Giddens reconoce
más que linealidad en la distribución sintagmática, por lo que afirma que la conversación
cotidiana (como constitución de sentido) contiene un carácter secuencial serial y no lineal,
lo que implica que sea individualizada; sólo un hablante -a la vez- puede hacer uso de la
palabra en contextos de copresencia. Sin embargo esta concepción de secuencialidad101

101
Giddens señala “Tha syntagmatic relations between the words uttered exist in a temporal-spatial

148
olvida el rostro funcional102 de las posiciones en la distribución sintagmática de acuerdo la
definición lingüística del término, trocándolo por uno en que la primacía la lleva el contexto
en una noción de interacción que rechaza quitar de escena al agente y más que eso despojar
a la agencia de su virtud causal.

Si recordamos que Giddens distingue entre causalidad del agente y causalidad de


suceso, advertimos que para él es importante sostener la relación causal frente a una
funcional. La primera alude al poder creador del agente, la segunda a una operación o
conjunto de operaciones que determinan una realidad o permiten comprenderla (Ferrater
Mora:1994). El autor declara: “Que la acción es causada por la regulación reflexiva que el
agente hace de sus intenciones en relación con sus necesidades y también con su
apreciación de las demandas del mundo ‘exterior’, provee una explicación suficiente de la
libertad de la conducta” (Giddens,NRMS,1997A:108).

Pese a que esta confusión sólo puede tratarse de una escasez de explicitaciones, sus
consecuencias no son sólo terminológicas sino conceptuales. Se puede pensar entonces que
una secuencia no sólo es sucesión y recursividad reintroducida vía monitoreo reflexivo de

context, but the ‘structural properties’ of language, as characteristic of a community of language-


speakers, do not. These properties have a ‘virtual existence’ only” (Giddens:PCST:1979:33).
102
Según Barthes el carácter de las unidades del lenguaje -como puede ser una frase- y del relato es
adquirido de acuerdo al sentido y a la función en tanto correlación. Así señala que una “La frase al
ser un orden y no una serie, no puede reducirse a la suma de las palabras que la componen y
constituye por ello mismo una unidad original” (Barthes:1999:9). Dicho criterio de unidad está
dado por el sentido y éste por el conjunto de correlaciones funcionales e integrativas a diferentes
niveles, “El análisis (estructural del relato) no es sólo la descripción distribucional de las unidades.
Desde el primer momento el sentido tiene que ser el criterio de la unidad, es el caráter funcional de
ciertos segmentos de la historia que hace de ellos unidades (Barthes:1999:12). Por tanto una unidad
se constituye como tal de acuerdo a su función “se constituye como unidad todo segmento de la
historia que se presente como el término de una correlación. El alma de toda función si, se puede
decir, es su germen, lo que le permite fecundar el relato con un elemento que madurará más tarde al
mismo nivel, o , en otra parte, en otro nivel” (Barthes:1999:12).

149
las prácticas como hábito, sino que al advertir un orden de otro orden expresado en una
interacción se es posible reconocer un sustrato latente que responde a la reproducción de las
estructuras de la sociedad de manera no trasparente para los agentes. Por tanto, si me baso
en la idea que cualquier relación social es posible gracias a un trasfondo de sentido
inestructurado y opaco, es posible aducir que la libertad de juego con dicho sentido no es
,dado que la complejidad de recombinación en el relacionamiento es de cualidad diferente
al orden de combinación a nivel global de la estructura o totalidad.

En este sentido,el juego entre fragmento y totalidad, que el autor rescata del
estructucturalismo como totalidad relacional, no se podría asumir como el reflejo fractal de
reglas en la operación práctica de sujetos en una distribución interaccional en el tiempo y
espacio que hacen de la conversación ordinaria la génesis de una recombinación a nivel de
la reproducción sociocultural global. Creo que la distribución sintagmática que
representaría analógicamente la conversación, no implica que la secuencialidad en sí misma
esté exenta de condiciones que escapan a la captura reflexiva de los agentes, como tampoco
que en cada decisión (el ‘podría haber hecho otra cosa’ de la agencia) se marque la
natalidad del riesgo de elegir un camino u otro. El riesgo, en sí, de la bifurcación (entre
continuar una interacción o no hacerlo, entre responder un saludo o no, etc.) es uno que no
me parece sea contingencia como azar, sino que posibilidades de acción insertas en una
trama densa de sentidos sociales previamente constituídos (normas, por ejemplo) o en su
defecto contingencia estructurada pero no pura.

Nuevamente podemos decir acá, que si en la interacción ‘hay’ posición, el


relacionamiento entre sujetos está atado a una funcionalidad más allá de la interacción
misma, que hace del ‘puedo haber hecho otra cosa’ una red probable de alternativas y no un
conjunto infinito de nuevas bifurcaciones. Si bien es posible desacreditar la idea de un
‘imbécil cultural’ tan popularmente atribuida a Parsons y dejar de remitir a un juego donde
los actores no son más que roles y posiciones dentro de un campo, haciendo comparecer allí
la capacidad reflexiva de sujetos, lo que creo no es adecuado negar es que el
posicionamiento secuencial -de la interrelación- adquiere sentido más allá del contexto

150
indexical.

Una visión distinta vería que en la interacción comparecen coordinaciones


funcionales de la acción así como relaciones normativas, pero sin introducirme en las
complicadas nociones de acción comunicativa y los supuestos que compromete, lo que
quiero cuestionar es la noción de agencia en tanto ‘espacio’ teórico al que se adscribe la
producción de la sociedad toda. Con esto quiero sugerir que parece no bastar con el recurso
a la rutinización o cronicidad de las prácticas para llegar a explicar la generación de las
reglas a las que alude Giddens. Se echa en falta una instancia teórica que, rescatando el
recurso al monitoreo reflexivo de los agentes, alcance a explicar las instancias
prerreflexivas (y no reflexivas o latentes) de reproducción societal que exceden la
imputación de responsabilidades al agente.

Creo que la operación que nos propone Giddens para salir de la subjetividad y
llegar a la producción agencial de la vida social, aún cuando entregua la prioridad a la
agencia sobre el sujeto, no da cuenta de instancias que parecerían necesarias para explicar la
reproducción de reglas como esquemas culturales, me refiriero a intstancias como las de
mundo de la vida e intersubjetividad en tanto vías complementarias a la capacidad de
agencia. La reflexión en tanto conciencia práctica, como es tratada en la teoría de la
estructuración, no parece remitir claramente a una idea de reconciliación dialéctica de
reconocimiento que aludiría a considerar el descentramiento el ‘yo’ como ‘otro’. Parece
referirse, más bien, a la idea de una autoconciencia que sin mediación hace una síntesis
entre estructura (totalidad) y agencia.

Me parece que la reflexividad de las prácticas podría ser mejor explicada si de


partida se instala al ‘otro’ como posibilidad de reconocimiento entre agentes en una
instancia social compartida a partir, y a través, de la cual se establezca el reconocimiento
entre sujetos. Habermas señala a propósito de esta alternativa de descentramiento del
sujeto: “Entre la posición extramundana del yo trascendental y la intramundana del yo
empírico no es posible una mediación. Esta alternativa (la sin mediación) cae en cuanto

151
cobra primacía la intersubjetividad generada lingüísticamente. Pues entonces el ego se
encuentra en una relación interpersonal que le permite referirse a sí mismo, desde la
perspectiva de alter, como participante en la interacción” (Habermas,1989:354)103.

Esto me hace pensar que la negociación de las reglas como producción de sentido se
juega al parecer, a diferentes niveles, el de la interacción y el de las estructuras y, como
Giddens mismo dice a propósito de las relaciones de poder, una contradicción no refleja
necesariamente un conflicto ni un conflicto contradicción estructural. Bajo esta idea me
parece que las rutas que Giddens nos enseña para llegar comprender la relación de
transformación mutua entre agencia y estructura no quedan del todo claras.

Si teóricamente se pudiera plantear cierto grado de autorreferencialidad entre


estructuras e interacciones, al menos en sociedades que sufren o disfrutan las consecuencias
de la modernidad, se podría llegar a plantear que las estructuras se transforman en su propio
lenguaje, aún cuando desde una visión que rescate la categoría sentido como producción de
agentes, no se pudiera preterir de los influjos significativos de la actividad agencial. Creo
que si, de alguna manera, Giddens quiere destacar por un lado la conciencia práctica y la
reflexión y por otro la independencia relativa de principios estructurales, ganaríamos mucho
en claridad (sus lectores) si se señalaran los ‘pasos’ constitutivos que hacen que un cambio

103
En el artículo Trabajo y Interacción Habermas discute esta idea de reconocimiento expresando
la relación sujeto/sujeto postulada como una relación intersubjetiva. El autor apunta:“La
intersubjetividad, en la que un yo puede identificarse con otro yo sin sin abandonar la no-identidad,
entre él y el otro, puede también establecerse en el lenguaje y el trabajo si el objeto al que se
enfrenta el sujeto hablante y trabajador es concebido de antemano en términos idealistas como un
opuesto con el que es posible la interacción del tipo de la que es posible con sujetos; es decir, si ese
opuesto es un oponente y no un objeto. Pero mientras consideremos por separado las
determinaciones del espíritu abstracto, subsiste una diferencia que es específica. La dialéctica de la
representación simbólica y del trabajo se desarrolla como una relación entre el sujeto cognoscente
y agente por un lado y el objeto como suma de lo que no pertenece al sujeto, por otro. La
mediación de los dos momentos a través de los símbolos y de los instrumentos es pensada como un
proceso de exteriorización del sujeto: como proceso de exteriorización (objetivación) y
apropiación En cambio,la dialéctica del amor y de la lucha es un movimiento a nivel de la
intersubjetividad. El modelo de la exteriorización ha de ser sustituido, pues, por el modelo del
desagarramiento y del extrañamiento, y el resultado del movimiento no-es la apropiación de lo
objetivado, sino la reconciliación, el restablecimiento de la amistad destruida” (Habermas, 1996:
42-43).

152
en la secuencia (del orden de una frase) conecte con un cambio en la verticalidad
paradigmática del lenguaje104, o que un iterar de la interacción dé paso a la transformación
de la estructura.

1.3. Dualidad de la estructura:algunas críticas de sus críticos

Uno de los críticos que me interesa retomar acá es Bauman (1989), dado que sus
observaciones a la teoría de la estructuración se dirigen, desde una visión hermeneútica, a
uno de los temas generales que se ha venido discutiendo a propósito de la constitución de
significados sociales vía práticas, esto es el problema de la intersubjeividad. Este autor
arguye que no basta con señalar al conocimiento y a la agencia como categorías explicativas
de la reproducción cultural, puesto que las acciones en el mundo social no se dan en un
vacío de significación. Según Bauman tanto N. Elías como Giddens recurrren al expediente
d elas consecuencias no deseadas de la acción para explicar la aparente autonomía de las
condiciones sociales (del juego o de las reglas de las estructuras respecto a los jugadores o
en relación a los agentes). En esta línea, las constricciones a la acción provienen de las
propias acciones previas de los actores, dado que a partir de ellas se generan consecuencias
no intencionadas de la acción, que en un circuito circular, pasan a conformar la situación
que enmarca las subsecuentes acciones.

Se podrían encontrar muchas similitudes entre los proyectos de Norbert Elías y Giddens,
sin embargo lo que interesa a Bauman es destacar las diferencias. Una importante es que
que Elías105 sí reconoce que la autonomía del juego es real (de las estructuras sociales)
cuestión acerca de la cual Giddens no es tan claro. Elías postula categorías referidas a una
serie de redes de ‘interdependencias’ que fijan las condiciones bajo las cuales se lleva a
cabo cualquier juego (social); no se comienza de cero, ni en el vacío. La noción de

104
“Funciones e Indicios abarcan, pues otra distinción clásica: las Funciones implican los relata
metonímicos, los Indicios , los relata metafóricos; las primeras corresponden a una funcionalidad
de hacer y las otras a una funcionalidad de ser” (Barthes,1999:14-15).
105
Bauman se refiere al texto de Elías ‘What is the Sociology? de 1978.

153
interdependencia subraya aspectos diferentes de la acción humana que la noción de
‘condiciones no reconocidas de la acción’. Con la primera Elías enfatiza el hecho que
algunas condiciones de la acción están más allá del control de los sujetos dado que lo que
los actores producen con sus acciones no tiene relación con lo que los actores o grupos
sepan o tengan conciencia, sino más bien, con el grado de interdependencia en una
determinada configuración o la posición de los actores dentro de ella.

Bauman en concordancia con Elías, afirma que existen condiciones que


inevitablemente están más allá de la conciencia de los sujetos y que, por ello, no pueden
estar controladas por el monitoreo reflexivo que supone la noción de giddensiana de
habilitación del agente. Esta falta de control no es sólo asunto de conocimiento sea de
índole práctico o discursivo y racionalizado. Por más conocimiento que los agentes posean
como recurso, en tanto agentes no podría llegar a alterar el status supraindividual de las
condiciones no controladas106.

La alternativa de Giddens, para no caer en un extremo voluntarista, como se aclaró a


lo largo de estas páginas, es recurrrir a lo que llama estructuración, sosteniendo que las
reglas y recursos no existen fuera de su expresión efectiva en sistemas sociales. Sin
embargo, al no determinar las formas en que las propiedades estructurales se especifican,
pareciera que las estructuras emergen siempre estructuradas, esto es lo que Bauman
denomina hipostización estructural107. Concebir un actor social habilitado para actuar y que

106
Archer apunta algo similar al destacar las propiedades emergentes del Sistema cultural "(el)
énfasis en la buena información de los actores y una escasa insistencia en cómo funciona la cultura
a ‘nuestras espaldas’ (o frente a nuestra propia cara, para el caso), produce un descuido
complementario de características acerca de las cuales las personas bien pueden ser conscientes
(como el racismo, la paternidad o los códigos camineros) pero no obstante limitan sus grados de
libertad. Lo hacen de manera completamente objetiva con la imposición de restricciones a las
oportunidades para realizar ciertas acciones (por ejemplo, barreras raciales al ascenso social o las
limitaciones al tiempo libre y a los ingresos que implica el cuidado de los hijos), o con la
asociación de sanciones igualmente objetivas a las acciones que las traducen (por ejemplo, el
procesamiento legal de las infracciones de tránsito o abandono de niños)” (Archer:1997:124).
107
“Moreover, after being separated from the mechanism and the process of structuration,
‘structure’ appears more than ever to be a name for an ‘outer force’, a prerequisite no action can do

154
a la vez requiere de normas y recursos para hacerlo es similar a la idea de que los sistemas
sociales necesitan ciertos prerrequisitos funcionales para mantenerse, cuestión que Giddens
rechaza fehacientemente. Se requiere explicar por tanto la generación de un espacio social
intersubjetivamente constituido para de ahí elucidar las maneras en que se conforman las
reglas y recursos de manera de evitar lo que Archer (1997) denomina epifenomenalismo. En
palabras de Bauman esta idea se resume en “Unlikely ‘action’ or ‘system’, ‘figuration’ is a
phenomenologicaly self sustained and self explanatory entity, and such does not have needs
or prerrequisites. It is, therefore, immune to hypostasis” (Bauman,1989:46).

Por tanto, según Bauman, la aporía de la estructuración se juega entre una


hipostatización de reglas y recursos y la recursividad de las prácticas en un campo vacío de
determinaciones. Además de estas dificultades con la teoría de la estructuración, Bauman
apunta la cuestión de si con la dualidad agencia /estructura se logra aclarar el asunto de la
desigualdad en la distribución de los recursos entre los agentes, ya que es evidente que hay
unos en posición de ser estructurados y otros de estructurar (por caricaturizar el postulado
de la dualidad).Su conclusión al respecto apunta a resituar el lugar del trabajo teórico de la
acción a la intersubjetividad en nociones como la de ‘configuración’ de Elías, pero
asumiendo la tarea desde una aproximación fenomenológica que explique cómo es que se
han dado las condiciones desiguales de distribución de recursos entre agentes, ya que de lo
contrario, se partiría de una configuración asumida como siempre estructurada obstruyendo,
justamente el camino conformación de los patrones de desigualdad y aludiendo a ciertos
fundamentos metafísicos para la misma108.

Si vamos a un extremo, me parece que la visión giddensiana del agente podría llegar
a alimentar, sin pretenderlo, la ilusión de ‘siempre poder hacer otra cosa’, autonomía y
libertad sin condicionamientos.Sin embargo, si es en las prácticas donde se hace ‘carne’ la

without and no action can affect” (Bauman,1989:45).


108
“It cannot be well assimilated in the idea of social action once the latter is considered on a level
of generality similar to the notorious ‘man as such’, ‘man as species being’, etc. Hence, contrary to
the original intention, a social theory which starts from the recognition of an already structured
world, will inevitably generate the need for some ‘metaphysical prop’ to account for empirically

155
estructura, no existe en ellas una capacidad prístina que establezca condiciones de inicio
(alguna energía) para la autonomía como libertad incondicionada. Al parecer la capacidad
de quiebre de la recursividad de las prácticas está posibilitado u obstaculizado por
condiciones de partida establecidas de acuerdo a formas de jerarquización de clase, género,
étnicas, etc. La inclusión universal involucra paradojas de exclusión que en las periferias de
la modernidad se coagulan en porfiadas formas de jerarquización. Por tanto creo prudente
no ver en la capacidad agencial la imagen de un sujeto creador y pleno, dado que tras él se
109
trasluce el supuesto de autonomía referido a una imagen antropomórfica de sociedad,
que no deja lugar a lo que Bauman destaca, es decir, a la tarea de elucidación de las formas
en que se configuran los patrones sociales.
No quiero decir con esto que la teoría de la estructuración lleve a desconocer las
desigualdades de inicio, de hecho la sugerecia parece ser que los agentes practican el poder
de la agencia desde condiciones iniciales asimétricas y con recursos desiguales. Además si
del postulado de la ontología de las potencialidades desprendemos que el poder de la
agencia es nada más que una posibilidad, se tendría que pensar que el ‘poder hacer algo
diferente’ depende de las condiciones dadas para la acción, lo que podría a su vez implicar
que sujetos y colectivos que estén en condiciones de subalteridad pueden ejercer algún
grado de poder. Cuando Giddens se refiere a la relación entre las condiciones de vida
alienadas del hombre moderno y los procesos de reificación, crítica lo que denomina idea
evolutiva de la historia.Plantea que se puede determinar a priori las condiciones de
dominación sino sólo en base a estudios sustantivos sociohistóricamente situados de la
dialéctica de control110. De tal forma la relación reificación /alienación Giddens lo asume
contextualizando tal reificación.No toda objetivación se transforma en reificación y no toda
externalidad es constriñente Señala que su noción de reificación rescata la idea de

evident uneven distribution of probabilities” (Bauman,1989:46).


109
Según Archer la posibilidad de establecer las condiciones para la autonomía de manera que ésta
no aluda a un postulado contrafáctico o descanse en ‘pisos’ metafísicos es hacer uso de un
dualismo analítico que nos aclare cuales son los grados de libertad de la agencia dentro de los
cuales el ‘hacer una diferencia’ implique poder.
110
En su glosario de la Constitución de la Sociedad Giddens define dialéctica de control como “El
carácter de doble vía del aspecto distributivo del poder (poder en tanto control); el modo en que los
menos poderosos administran recursos como para ejercer un control sobre los más poderosos
dentro de las relaciones de poder establecidas” (Giddens,CS,1995:395).

156
cosificación, pero no en el sentido de propiedades de sistemas objetivamente dadas, sino
como formas de discurso “que consideran ‘objetivamente dadas’ esas propiedades tal y
como si fueran fenómenos naturales. O sea, un discurso reificado denota la ‘facticidad’ con
la que fenómenos sociales enfrentan a actores individuales,con lo que se desconoce que
aquellos son en verdad producidos y reproducidos por el obrar humano” (Giddens, CS,
1995:210).

De tal manera se podría pensar que es por medio de la actividad agencial en tanto
apropiación reflexiva de las objetivaciones que se hace posible la reproducción y
transformación de las mismas condiciones extrañadas pero vueltas nuevamente propias o
reancladas.Habermas alega contra una versión de plena autonomía de la constitución
reflexiva de los agentes111 aduciendo que “La disolución analítica de hipostatizaciones, de
la apariencia objetiva autogenerada, se debe a una experiencia reflexiva. Su fuerza
liberadora se dirige contra ilusiones determinadas: no puede llegar a hacer transparente la
totalidad de una vida individual o de una forma de vida colectiva” (Habermas,1989:357,
subrayados míos).

Planteado así, el denominado mundo de la vida resulta inestructurado y reproducido


tras bambalinas “(...) entonces los participantes en la interacción no pueden aparecer ya
como autores que con la ayuda de acciones imputables dominan situaciones, sino como
productos de las tradiciones en que están, de los grupos solidarios a que pertenecen y de los
procesos de socialización en que han crecido” (Habermas,1989:356). Creo que estas
observaciones podrían extenderse a la idea giddensiana de monitoreo reflexivo, dado que si
bien el autor reconoce instancias prerreflexivas en el fondo de saber mutuo, otorga máxima
importancia a la conciencia práctica y al uso del saber en aplicaciones metódicas sobre la
vida cotidiana, versión que destaca la transparencia sobre la opacidad y la conciencia frente
a la latencia en lo que a reproducción social se refiere. Me parece que lo que se trasluce acá
es nuevamente el problema de cómo se estabilizan ciertos patrones de la vida social allende
los sujetos.; la infinitud del juego de las reglas en procesos de estructuración perpetuos no

157
reconocen clausura a un movimiento circular que se ha descrito como dualidad de la
estructura. En este sentido Giddens reclama al estructuralismo que no hay reglas de
transformación fijas, afirma que todas las reglas son transformativas.

Si traduzco este enunciado a la cuestión de la relación agencia/estructura, ello


implicaría saldar el dualismo micro/macro en una idea de estructura en constante proceso de
estructuración. Frente a esta concepción de estructura y transformación permanente, he
explorado dos tipos genéricos de objeciones. Un tipo lo constituyen las observaciones de
Willian Sewell (1992) y J.B Thompson (1988) a la idea misma de estructura como conjunto
de reglas y recursos. Otro tipo de objeción es la crítica de Archer a lo que afirma es una
elisión del análisis del interjuego recíproco entre lo estructural y lo ‘agencial’, y por tanto la
elusión de la explicación del cuándo y cómo se produce cambio socio cultural112

Sewell y J.B.Thompson refieren a las consecuencias de esta noción de estructura


estructurante y estructurada a través de la idea de regla y recurso. Sewell señala tres
problemas en los usos teóricos de la noción de estructura. Uno es que los argumentos
estructuralistas tienden a asumir un determinismo causal de la vida social, lo que deriva
reduce a los actores a autómatas programados. Un segundo problema es que la noción de
estructura ha implicado estabilidad, por lo que el cambio es localizado en un telos de la
historia, en ideas de quiebreo en factores externos al sistema. Por último, Sewell apunta que
un tercer problema es la confusión en el uso del término estructura por diversas disciplinas
sobre todo la antropología y la sociología. En las definiciones de corte semiótica se
considera a la cultura como el lugar de la estructura, en cambio en sociología se suele
contraponer estructura a cultura, considerando a la primera como un aspecto material de la
vida social y a la segunda como la dimensión mental o ideal. Esto lleva a que lo que
algunos llaman estructura no coincida con el uso dado en otras corrientes y muchas veces se

111
Para una discusión sobre la noción de autonomía y alienación, Schmitt, Richard (1988)
112
Archer señala respecto a la afirmación de Giddens de que toda regla ha de ser transformativa
que: “ si ‘los códigos pueden generar una serie indefinida de contenidos empíricos, que sólo tienen
identidad reciproca con respecto a su relación con esas reglas’.Si la serie de transformaciones
permitidas por el ‘esquema interpretativo’ es indefinida, no podemos entonces decir nada definido

158
llega a connotar cosas contradictorias con tal término.

Pero más allá de estos problemas Sewell considera que la noción de estructura señala una
cuestión fundamental de la vida social, esto es “the tendency of patterns of relations to be
reproduced, even when actors engaging in the relations are unawere of the patterns or do
not desire their reproduction.” (Sewell, 1992:3) y es por esto que no se puede prescindir de
ella en el análisis social. Por tanto lo que el autor intenta es resolver los tres problemas
antes mencionados postulando una teoría de la estructura que : reconozca la agencia de los
actores sociales, incorpore la posibilidad de cambio dentro de la noción de estructura y
supere la distinción entre definición semiótica y material de la estructura. Es en este sentido
que recupera los aportes de Giddens del cual reformula la distinción entre reglas y recursos,
reemplazándola por la de esquema-recursos. Sewell aducirá que si bien uno de los
postulados centrales en la teoría de la estructuración es que los actores tienen capacidad de
entendimiento o reflexividad de las reglas que ellos siguen, en este punto Giddens no
desarrolla un vocabulario para especificar el contenido concreto del saber de regla que
poseen los agentes. Para complementar esta deficiencia Sewell recurre a un campo al que
Giddens no presta atención, la antropología cultural. De aquí toma Sewell el principio de
que las reglas no solo existen a nivel profundo sino en varios niveles, por lo que no deben
pensarse solo como el conjunto de oposiciones binarias que constituyen las herramientas
fundamentales para todo pensamiento en una sociedad, sino que también son las “the
various conventions, recipes, scenarios, principles of action, and habits of speech and
gesture built up with these fundamental tools.” (Sewell, 1992:8)

En este punto Sewell propone cambiar la denominación de regla por la de esquema ya que
según él regla no es un término preciso debido a que dentro de sus significados implica el
de prescripción formal estatuida, “What I mean to get at, dice Sewell, is not formally stated
prescriptions but the informal and not always conscious schemas, metaphors, or
assumptions presupposed buy such formal statements” (Sewell,1992:8). Agrega además que
los códigos de reglas, instituidos públicamente más que virtuales son reales y deben ser

sobre la influencia coaccionante del código Sistémico” (Archer,1997:118).

159
pensados como recursos antes que como reglas. Es por estas ambigüedades que Sewell
propone sustituir la noción de regla por la de esquema. El esquema tiene la cualidad de ser
virtual, “such schemas or procedures (…) can be used not only in the situation in which
they are first learned or most conventionally applied. They can be generalized (…) to new
situations when the opportunity arises. This generalizability or transposability of schemas
is the reason they must be understood as virtual.To say that schemes are cirtual is to say that
they cannot be reduced to their existence in any particular practice or any particular location
in space and time: they can be actualized in a potencially broad and unpredetermined range
of situations”(Sewell,1992:8)

Por otra parte, Sewell aduce que si la noción de regla en Giddens ofrece problemas la de
recurso resulta aún más oscura. La conceptualización que da Giddens de este concepto no
va más allá de las definiciones comunes de diccionario (“ resources are anything that can
serve as a source of power in social interactions” ) y todo lo que dice es que pueden ser
clasificados en recursos de autoridad y recursos de asignación, tal como fueron descritos en
el capítulo dos de este trabajo. Sewell propone replantear esta distinción en términos de
recursos humanos y no humanos: “nonhuman resources are objects, animate or inanimate,
naturally occuring or manufactured, that can be used to enhance or maintain power; human
resources are physical strength, dexterity, knowledge, and emotional commitments that can
be used to enhance or maintain power, including knowledge of the means of gaining,
retaining, controlling, and propagaiting either human or nonhuman
resources.”(Sewell,1992:9). Concebir a los seres humanos como agentes implica entonces
que son ‘empoderados’ por el acceso a recursos de uno u otro tipo.

Es aceptable para este autor que las reglas de la estructura sean consideradas virtuales pero
es más dificil entender a los recursos en la misma cualidad, en especial los recursos de
carácter no humano (como pueden ser las armas, la tierra, las industrias, etc). Los recursos
se situan entonces en tiempo y espacio, pertenecen a sujetos reales en lugares particulares.
Si esto es así la noción de estructura de Giddens resulta contradictoria “ If structure are
virtual, they cannot include both schemas and resources. And if they include both schemas

160
and resources,they cannot be virtual” (Sewell, 1992:11). De tal manera, se propone que si
bien los recursos no tienen un carácter virtual, su uso se encuentra informado por los
esquemas culturales, lo que no quiere decir que se vean determinados unidireccionalmente
por los esquemas y que los agentes se reduzcan a repetirlos.

De tal forma se propone redefinir el carácter dual de las estructuras “ Structure, then,
should be defined as composed simultaneously of schemes, which are virtual, and of
recourses , which are actual” (Sewell, 1992:139). Los esquemas son ‘efectos’ de los
recursos y los recursos de los esquemas. Entonces el ‘lugar’ de reproducción de las reglas
(esquemas) en su interrelación con los recursos se produce en el uso que de ellos hacen los
agentes. La dualidad propuesta por Sewell opera entre recursos y esquemas a través de la
mediación en las prácticas, más no entre una estructura virtual y dichas prácticas. Resulta
además, que estos recursos están insertos en una estructura social a partir de la cual se
distribuyen desigualmente y, por tanto, no cualquier sujeto es agente, sino que depende del
poder con que se cuente en cuanto a recurso movilizado.

Lo que Sewell propone es destacar el hecho de que las estructuras no sólo son
profundas, sino que están estratificadas, que existen a varios niveles En este caso tenemos
conjuntos de reglas, o estructuras diferentes que apuntan a regular una serie de
interacciones, estructuras que se superponen, muchas veces contradiciéndose. La existencia
de varios estratos, no significa que se de una prioridad causal de uno de los niveles sobre
los otros, sino que los agentes procesan juegos en diferentes escenarios, con diversos
tiempos y espacios y con capacidades relativas de transponer reglas -o esquemas- de un
ámbito a otro.

Me parece importante destacar acá la idea de las relaciones entre diversos tipos de
estructuras, ya que podría ser un camino para explorar un tipo de análisis estructural de la
sociedad que remite a las interrelaciones entre patrones de reglas o esquemas con cierto
grado de independencia de las prácticas habituales y cotidianas.

161
Thompson (1988) por su parte, también como Sewell, repara en la noción de
estructura propuesta por Giddens, la que le parece demasiado amplia, confusa y abstracta.
De una definición asi de laxa deriva- según el autor- una concepción de regla que no logra
especificar categorizaciones de la estructura social. Especificar implicaría señalar cuál es el
tipo de regla relevante para la constitución de la estructura social y el criterio de relevancia
de la misma (¿para la constitución de estructura social no será igual de importante que los
actores habilitados sepan las maneras de comportarse en la mesa que las reglas que
sancionan la conducta moral?). Según J.B.Thompson puntualizar si son las reglas semáticas
de sentido o las reglas morales las de mayor importancia, nos conduciría a un concepto más
claro y acotado de regla que la de un concepto tan general como el que Giddens ejemplifica
con una fórmula matemática, como procedimiento generalizable.

Según Thompson las reglas se diferencian según criterios estructurales de clase, de


raza, de religión de género, etc. Ello redunda en que las restricciones estructurales no sean
siempre habilitantes para todos los sectores de la población y en que no puedan ser
susceptibles de transformación “dichas restricciones pueden operar en forma independiente
de los derechos y obligaciones de los actores o individuos implicados”
(Thompson,1988:199). Según Thompson, no importa tanto si las restricciones son o no
intencionales sino la operación diferencial de dichas constricciónes “y este efecto u
operación de diferenciación no puede ser asimilado sólo con el análisis de las reglas”
(Thompson,1988:199).

El problema al que apunta Thompson trasluce una cuestión más general en


referencia al continuo devenir transformativo del proceso de estructuración, porque ¿cómo
captar los rasgos comunes de una multiplicidad de reglas?. Giddens “no formula de ninguna
forma la idea de identidad estructural. Este conjunto de reglas no son reglas ‘ejecutadas’
por los actores dentro de ciertas instituciones.Los rasgos comunes son, en su conjunto, de
otro orden; creo que pueden ser mejor conceptualizados como una serie de elementos y sus
interrelaciones que en conjunto limitan los tipos de reglas que son posibles y que en

162
consecuencia delimitan el radio de acción de la variación institucional”
(Thompson,1988:200, subrayado mío).

Otro orden, identidad estructural y límite, parecen querer decir que la reproducción
social no puede ser directamente explicada a partir de las prácticas, ya que esto supondría
que los sujetos al dedicarse a sus actividades cotidianas reproducirían la estructura social
como un todo. Tal afirmación es poco exacta “diría además que no tiene sentido suponer
que los ‘principios estructurales’ son reproducidos por los sujetos al verse atraídos por
aquellos en la interacción social. Creo que para manejar esta cuestión en forma más
adecuada, uno debe distinguir más tajantemente que Giddens la diferencia entre la
reproducción de las instituciones y la reproducción de la estructura social”
(Thompson,1988:205).

De aseverar que un grupo de sujetos sigen reglas y utilizan recursos al interior de un


marco institucional y de esta manera reproducen la institución en cuestión o la transforman
no se sigue que estas instituciones continuen satisfaciendo ciertas condiciones estructurales.
De un marco de normas institucionales al plano estructural hay un salto sustancial “Todo
acto de producción y reproducción puede ser también potencialmente un acto de
transformación, tal y como Giddens señala correctamente, pero la medida en la que una
acción transforma a una institución, no coincide con la medida en la que se transforma, por
ese medio, la estructura social” (Thompon,1988:206).

Se exagera esto en un ejemplo irrisorio al decir que los agentes habilitados de una
fábrica pudieran en su práctica cambiar las reglas del juego de la organización del trabajo,
pero de ahí a derivar de esto un cambio en los principios estructurales del modo de
organización del trabajo en la producción capitalista, hay un abismo y una falta. Thompson
hecha en falta la ausencia de un análisis institucional de la vida social que explicite los
pasos o mediaciones entre la agencia y la conciencia y la reproducción social.

En esto yace la crítica de Thompson a la construcción estructuracionista de la

163
relación agencia/estructura, difícilmente salvable por la vía de la dualidad, puesto que el
juego de infinito de reglas no pueden darse en un universo vacío, sin un límite que marque
alguna clausura que defina qué es cambio y qué permanencia. Si no son las reglas de
transformación propias de la estructuras, y por tanto ajenas a la conciencia de cualquier
agente las que marcan las pautas del infinito transcurrir de la estructuración: ¿qué es?.

Para hablar de cambio y estructura social habría que diseñar, entonces, una
posibilidad que conjugue la estabilización de ciertas reglas y reglas del cambio de reglas-
valga la super redundancia- más allá del sujeto, en este caso, por encima o más allá del fluir
de la agencia, que aunque sin autor, remite al autor. La contingencia no estaría dada
necesariamente por la creación infinita, sino por la posibilidad de abrir otras posibilidades
en una sedimentación dada de selecciones, por decirlo en términos ajenos a esta teoría.
Estructura y proceso se conjugan, pero el proceso no puede existir sin el finito de la
estructura, de lo contrario ya no sería proceso y nuevamente disolveríamos en la dualidad
circular la indicación de: cambio y no cambio.

En relación a esta operación circular de la dualidad de la estructura presentaré, a


partir de las observaciones de Archer (1997)113 el segundo tipo de observación critica en
relación al postulado estructuracionista de la relación agencia/estructura, focalizado en el
mecanismo teórico de la dualidad. La crítica de Archer, desde una teoría morfogenética de
la cultura, acentúa su mirada en lo que deduce es la noción estructuracionista de cultura
como orden semiótico en cuanto a recurso para la producción de cualquier acto
significativo. Según la autora las propuestas de fusión central (donde ubica tanto a Bauman
como a Giddens) retoman y pretenden superar los versiones deterministas del análsis
social.Tanto las determinaciones desde arriba (desde la estructura) como desde abajo (la
agencia), sin embargo - según la autora- no logran dar con una explicación satisfactoria del
interjuego recíproco (inferfaz) entre ambos polos. (estrcutura/agencia).

113
En el primer capítulo se trató con mayor especificidad la propuesta de Archer a propósito de la
problemática del vínculo entre micro y macro niveles.

164
Según Archer la idea de fusión central niega que los conceptos mutuamente
constituyentes a nivel de Sistema Cultural y nivel Sociocultural (que podríamos analogar a
estructura y agencia, en términos formales más no de contenidos) puedan ser analizados de
forma separada (por ejemplo, la agencia de un estudiante o un profesor en el desarrollo de
un trabajo académico y el rendimiento/ eficiencia académicos-económicos de la institución
donde dichos estudiantes y profesores se desempeñan). La autora concluye, en este punto,
que una visión monoproductora de la sociedad como la de Giddens, se transforma en la
más extrema reedición del mito de la integración cultural ya que “En esta versión totalista
de la constitución mutua, las propiedades que son independientes entre sí dentro de cada
elemento mutuamente constituido (...) pierden su status cuando se las inserta en la matriz y
se establecen ‘referencias cruzadas’ con la totalidad de los elementos. Esto, desde luego,
implica una inmensa coherencia de la matriz misma” (Archer,1997:111).

Archer advierte en el recurso a la dualidad de la estructura de Giddens una fusión de


niveles de lo estructural y lo interacciónal que conduce a negar la autonomía entre ellos,
cerrándose la posibilidad de analizar en qué circunstancias y bajo cuáles condiciones, la
cultura influye sobre la agencia o la agencia sobre la estructura, de manera más
determinante.Archer afirmará que esta perspectiva “no formula ninguna proposición sobre
las condiciones que modelan las diferentes relaciones” (Archer,1997:117). La falacia estaría
en otorgar prioridad a un nivel sobre otro, pero no en cuestionar cuándo y cómo es que se
produce tal determinación, puesto que si se elide este paso se termina por oscurecer el juego
recíproco entre agencia y estructura. Que es justo el punto que se pretende dilucidar.

Según la autora, la consecuencia de no separar niveles es que el proceso de cambio


scoial queda indeterminado y sucede algo curioso: el agente ‘hiper activo’ ilusionado con
su potencialidad de plenitud, se encuentra de pronto sobreintegrado e impotente ante
aquellas reglas de crónica reproducción. Archer anota esta ‘curiosidad’ como oscilación de
la dualidad de la cultura cuyos puntos pendulares son “la hiperactividad de la agencia, cuyo
corolario es la volatilidad innata del ámbito cultural y (...) la rígida coherencia de las reglas

165
de ordenamiento, asociadas en cambio con la recursividad esencial de la vida Sociocultural”
(Archer,1997:120).

Para Archer, el enunciado de la agencia habilitada resulta una proposición


contrafáctica -igual que la reclamada por Giddens al funcionalismo a título de prerrequisitos
funcionales- los agentes gozan de amplios grados de libertad y en cualquier momento
pueden decidir hacer otra cosa. Más, la corrección giddensiana por el lado estructural
también resulta insatisfactoria ya que-según Archer- exagera la ‘sistemidad’ de las reglas.
Por una parte, se mantienen grados de autonomía en la producción de significados pero por
otra se hace de las propiedades estructurales- carentes de sujetos, ausentes, sin tiempo ni
espacio- una matriz de diferencias siempre dadas en la estructura.

Archer afirma que el dilema de la dualidad es irresoluble tanto por el lado de la


agencia como el de la estructura “dado que aunque los actores de veras puedan procurar y
lograr transformar los ‘esquemas interpretativos’ de tal modo, esta misma realización (...)
‘presupone un sistema de significación como su condición necesaria’. Así, también se
despoja a la agencia de autonomía significativa porque es Sistémicamente inmovilizada en
sus mismos actos de manipulación Sociocultural” (Archer,1997:118).

La misma consecuencia paradojal es señalada por Bauman, ante lo cual presenta


como alternativa la explicación de la constitución intersubjetiva del espacio social. La
respuesta de Archer es distinta. Su estrategia no contiene un carácter generativo sino
analítico. Su idea es mantener un dualismo que permita escindir el análisis de integración
social sistémica114Separar agencia y cultura le permitiría a la autora esclarecer el juego
recíproco entre ‘influencias’ para distinguir que es proceso (‘devenir’) y que es producto
final (‘ser’), ya que un apego incondicional a la transformación hace del cambio un
enunciado de necesidad y no un problema. Archer insistirá, por tanto en diferenciar entre la
acción que inicia una reproducción y la acción que gatilla una transformación.

114
En este punto la autora retoma la clásica distinción de Lockwood traduciéndola al ámbito del
estudio de la cultura. El nivel del Sistema cultural sería el de integración sistémica y el de

166
Para estudiar este juego recíproco de influencias Archer propone distinguir
relaciones temporales entre estructuras y acción, para de esta manera acceder a un análisis
lógico bajo el supuesto que cada instancia opera en diferentes intervalos. Como se explicó
en el primera capítulo, este dualismo secuencial establece un tiempo y condiciones dadas
como contexto de rasgos sistémicos que anteceden lógicamente en el análisis a las
acciones, de esta manera se establecen antecendentes y consecuentes entre estructura
(Sistema Cultural) y agencia (interación sociocultural) y se podría dilucidar qué es producto
del sistema y que es una elaboración desde el ámbito de las interacciones.

Por otra parte, la idea de Archer de que la cultura es un mosaico de partes


relacionedas de modo variable en términos de consistencia o contradicción la llevará a decir
que la versión de Giddens de estructura como conjunto virtual de reglas no le permite
reconocer con claridad que: las reglas no son siempre coherentes, que los códigos no
integran tan fuertemente la acción y que los grados de libertad de los agentes varían de
acuerdo a los contextos. Para esclarecer estos aspectos habria que reconocer la
tranformación diferencial entre diversos tipos de estructuras y cierta autonomía de
transforación por sus propia cualidades o propiedades estructurales.La independencia de la
cultura respecto a otros sistemas y en relación a la interacción estaría dada por la cualidad
ontológica de lo que conceptualiza como cultura en analogía con la noción de Mundo Tres
de Popper, con sus propios límites e identidad (contradicciones e inconsistencias). En este
sentido afirma que hay arenas más difíciles de remover que otras y que no todo está abierto
al cambio con el mismo grado de maneabilidad. En este sentido el análisis de Giddens no
reconocería con suficiente claridad las diferencias estructurales y por tanto los casos en que
éstas operan como fuerzas expresamente constriñentes. Cuestiones que como evidencia
empírica es evidente (discriminación étnica, de género, etc.).

Por último, se señala que el enfoque estructuracionista (fusionista) no cubre un análisis del
cambio social a largo plazo ya que al hacer reposar la desestabilizacion estructural en un

Interacción sociocultural de integración social.

167
cambio de hábito no acepta que pudieran cristalizarse patrones de transformación
estructural. Estos patrones bien podrían ser sedimentaciones de limitaciones que se
transfieren de generación en generación ( por ejemplo, jerarquizaciones de clase, étnicaso
desigualdades de género, etc) Giddens concibe la historia de manera procesual, para él
cambio no es ni catástrofe ni funcionalidad teleológica, es una especie de continuo devenir
episódico. Se abandona con ello toda pretensión de generalización teórica evolutiva en una
crítica absoluta al evolucionismo clásico.

En términos globales lo que importa a Archer es atacar lo que ella advierte como
mitos o renovación de mitos de integración cultural y por tanto incoporar al estudio de la
cultura un análisis del cambio tanto a nivel de una lógica de transformación como a nivel
del proceso morfogenético de largo plazo. Me parece valiosa su insistencia en distinguir
tipos diferenciales de ‘efectos estructurales’, unos trasnformativos y otros reproductivos,
además de la idea que el nivel sistémico podria tener su propia dinámica de
desenvolvimiento medianamente independiente de los niveles interaccionales. Sin embargo
me parece que la idea del dualismo analítico secuencial resulta demasiado pobre como
modelo de análisis causal unidireccional. Creo que rechazar la procesualidad
estructuracionista no implica necesariamente el extremo determinista en el análisis de la
lógica del cambio social. Creo que bien se pueden complementar la idea de estabilización y
cambio e incluso , por lo menos a ivel lógico, son parámetros necesarios. Por otra parte, la
autora, al rechazar lo que considera una especie de visión monolítica de la cultura considera
tanto a Giddens con su idea de reglas de interpretación y saber mutuo como a Habermas con
la noción de mundo de la vida, como versiones estáticas de la cultura como si en ellos
yaciera algún núcleo duro de la sociedad. Estimo que en la separación analítica entre cultura
y agencia la autora pierde un aspecto que para Giddens es sumamente relevante, la de los
tejidos preestructurados de la vida social, aquellos que se adensan en lo que denomina saber
mutuo. Si bien ésta podria ser una imagen culturalista estrecha en relación al mundo de la
vida en versión de Habermas y comportar sus propias deficiencias, reinvindica la necesidad
de conexión interna (no sólo analítica) entre sistema cultural y agencia, de otra manera no
tendríamos camino para explicar de qué manera se generan las formas culturales, que bajo

168
esta mirada no se asimilan a relaciones formales de consistencia o contradicción, sino más
bien a relaciones de los agentes con la validez y el significado así como con un magma
inestructurado de opacidad que posibilita la construcción de sentido.

De modo general podemos hacer una condensación de estos puntos críticos en la idea de
la necesidad de mantener, aún reconstruida, una noción de estructura que de modo básico
señale la idea de que un cierto conjunto de eventos no están distribuidos al azar, por tanto,
alguno de ellos tiene mas probabilidad de ocurrencia que otros; no todo puede suceder y es
más probable que ocurran ciertos eventos y no otros.Creo que sostener cierta clausura
estructural no necesariamente conlleva un compromiso con el determinismo y no niega la
idea de proceso o el carácter transformativo de la estructura misma, sólo denota
estabilización de ciertos procesos. Este postulado básico de estructura, es traído
nuevamente a escena por Giddens, aportando una noción dinámica de estructura en
procesos de estructuración. Más me parece que en la versión de constitución como
reproducción y transformación en la repetición de hábitos o en el polo de la plena
contigencia, no queda claro qué sistema de reglas puede estabilizarse y cuál varía..¿En qué
radicaría dicha contingencia tal como la define Giddens?.¿En el poder de la agencia de
poner en movimiento algo en el mundo, de marcar una diferencia y de elegir hacer otra
cosa? ¿ cuál es el lugar de la contingencia?.

Si se plantea una noción de estructura como reglas y recursos y se destaca el potencial


interpretativo del sujeto así como un fondo cultural de saber mutuo no está claro de qué
manera la relación entre agentes podría llegar a ser tan contigente por un lado y tan rutinaria
por otro.

Esto es lo que en otro nivel, retoma nuestro tema central de la relación micro/macro acá
reconstruida como una relación constitutiva de la agencia y la estructura. Entonces me
puedo preguntar si la reconstrucción giddensiana de la noción de estructura procesualizada
o fluidificada en la estructuración, cuya referencia a estructura se entiende virtualmente
fuera de tiempo y espacio, puede a través de la noción de regla (procedimiento

169
generalizable para continuar la acción) y recurso (herramientas que capacitan o habilitan a
los agentes con recursos autoritativos y alocativos) dar cuenta de un parámetro de
estabilidad, ya no como prerrequisito funcional de mantenimiento sistémico, pero dentro de
su propio compromiso teorético, entendida como sistema de reglas que sedimentan ciertas
selecciones dentro de las posibles y no otras y, por tanto, dando identidad a unos principios
estructurales y no a otros.

La relación entre estructura y evento, definidas según la teoría de sistemas de la sociedad,


me parece ilustrativa en un sentido muy general, para mostrar una idea de estabilidad
dinámica o un cambio con parámetro estructural. Aunque de partida esta visión difiere de
manera crucial de la teoría de la estructuración en lo relativo al lugar categorial de la acción
social.

Si las acciones son elementos para el sistema (según esta versión sistémica de sociedad),
y si dichos elementos transcurren pero no tiene duración, es decir, son eventos, que
aparecen y desaparecen ¿cómo es que se aseguran alguna capacidad de continuidad para
una próxima conexión?. Esto es gracias a las estructuras que son selección de selecciones
en el caso de los sistemas sociales estructuras de expectativas. De tal manera, el sentido
como operación de selección en tanto reducción de complejidad conforma la denominada
complejidad organizada o complejidad estructural, que limita la selectividad de las
operaciones. Corsi aclara al respecto “las estructuras, que permiten la producción de
elementos, deben asegurarse una cierta continuidad (esto lo hacen por medio de la
autoreferencia denominada basal) no obstante la discontinuidad en lo que se refiere a los
elementos: deben permanecer disponibles más allá del instante en que se presenta una
comunicación o un pensamiento. Las relaciones que admiten las estructuras son relaciones
que no coinciden con las que se dan entre los elementos, en el caso de los sistemas sociales,
por ejemplo, las estructuras de expectativas presentan una primera selección de lo que
puede suceder, mientras las comunicaciones (las operaciones) deben proceder de otra
selección, para poder suceder como eventos. Si las relaciones entre los elementos
coincidieran con las relaciones admitidas por las estructuras no se podrían tener elementos

170
en la forma de eventos, ya que con el evento desaparecerían también la estructura y por lo
tanto el sistema mismo. Los elementos deberían ser estados duraderos con la consecuencia
de que la variabilidad interna sería extremadamente reducida” (Corsi,1996:75, subrayados
míos). Esto apunta a admitir una noción de cambio social como estabilidad dinámica y
variabilidad estructural.

Con esta pregunta acerca de dónde radica y cómo se conceptualiza la contingencia


en sociedades adjetivadas de modernas, iniciamos la segunda parte de esta poderación,
referida a la noción de agencia en su relación a sistema en lo que refiere a integración social
y sistémica en las sociedades modernas.

2. Lo micro y lo macro: agencia y sistema

Tal como se dejó señalado en el segundo capítulo de esta investigación, el problema del
vínculo puede ser analizado en dos niveles teóricos dentro de la teoría de la estructuración..
Hasta acá la ponderación relativa a la propuesta de relación agencia/estrucura se ha situado
en el nivel de la teoría social general. A un nivel más acotado dentro de la teoría
sociológica, la cuestión del vínculo micro-macro puede ser visto en la
articulación/desarticulación entre integración social y sistémica. De ahí que en esta segunda
parte me decidí a tratar la relación agencia/sistema desde la caracterización que el autor
presenta de las sociedades modernas.

De acuerdo a la teoría de la estructuración, la integración sistémica es una ‘relación’ entre


ausentes que señala una forma de coordinación a distancia posibilitada por procesos de
estiramiento. Ello supone que las relaciones entre ausentes son posibles dado que la base de
predecibilidad social queda sujeta a una institucionalización de prácticas. Si – como afirma
Giddens-en las sociedades capitalistas los modos de integración quedan desconectados, lo
que habría que explicar es cómo se coordinan las relaciones entre ausentes en base a estos
conglomerados institucionales, para en definitiva dar cuenta de la forma en que es posible la
sociedad. Para ello el autor caracteriza un mecanismo denominado señal simbólica que es

171
uno de los sistemas abstractos operantes en la actualidad. Para entender cómo es que una
señal opera y, por tanto, señala un mecanismo de integración construiré una somera
panorámica de la versión giddensiana de la sociedad moderna o de la sociedad bajo las
consecuencias de la modernidad. Ello me permitirá destacar las formas en que se expresan
las categorías teóricas bajo las cuales el autor da cuenta de la sociedad moderna. Esta es un
camino que espero llegue a ponderar ventajas y desventajas a la hora de explicar la
articulación de formas de integración y por lo mismo, posibilidades que esta teoría ofrece a
la explicación micro/macro según su propia reconstrucción generativa de
agencia/estructura.

Antes de tratar esta panorámica, se presentará brevemente la crítica giddensiana a la


noción de sistema para relacionarla con su explicación de la integración sistémica.Con esta
suerte de desgranaje conceptual pretendo hacer más claras las categorías que luego se
traslucirán en su análisis de la sociedad moderna.

2.1.- Contra ‘los sistemas’: críticas desde la teoría de la estructuración

Según Giddens para el funcionalismo la categoría sistema se entiende como “A system here,
as it were, a ‘functioning structure’: structure+function=system” (Giddens,PCST,1982:34).
La estructura de la sociedad sería como la anatomía del cuerpo, y su funcionamiento un
sistema (como su fisiología). En este sentido, la estructura puede existir
independientemente de su funcionamiento. La anatomía orgánica puede ser estudiada aún si
ha dejado de vivir, pero ese no es el caso de la sociedad ya que “a society ceases to exist if it
ceases to ‘function’” (Giddens,PCST,1982:34).

Nuestro autor redefine sistema y considera que “Social systems (...) are regarded as
relations of interdependence, involving the situated activities of human subjects, and
existing ‘syntagmatically’ in the flow of time” (Giddens,PCST,1982:35). Los sistemas
sociales por tanto no son estructuras, exhiben propiedades estructurales “Structures are, in
logical sense, properties of social system or collectivities, not of the situated activities of

172
subjects. Social system only exist in and through structuration, as the outcome of contingent
acts of a multiplicity of human beings” (Giddens,PCST,1979:35). En Constitución de la
Sociedad (1984) señala más claramente que las propiedades estructurales permiten la
‘ligazón’ en un espacio tiempo en sistemas sociales, vale decir, los sistemas sociales son
prácticas sociales reproducidas gracias a que dichas propiedades verifican grados de
‘sistemidad’ variables en sociedades diferentes.

En base a esta concepción de sistema, el autor levanta su crítica contra lo que denomina
funcionalismo normativista donde, en términos generales, incluye desde Comte, a
Durkheim y Parsons, además de ciertas versiones del marxismo. Según Giddens este tipo
de funcionalismo entiende el sistema social como un todo en tanto unidad orgánica y la
reproducción social como el mantenimiento del sistema, mismo que requiere suplir ciertas
necesidades. Según Giddens, si bien algunos autores como Althusser (sobredeterminación)
y Parsons (interiorización) consideraron la acción de los sujetos, sostuvieron que la
reproducción social ‘se hace’ a espaldas de éstos, para nuestro autor en cambio, toda
reproducción social ocurre en el contexto de consecuencias buscadas y no buscadas de la
acción, y no es un logro misterioso que maneje el sistema social, sino obra de las
actividades de los miembros de una sociedad. En este sentido, no sería adecuado un análisis
funcional como tampoco la noción de función para el análisis de la sociedad. Para Giddens
las explicaciones funcionalistas son sólo enunciados contrafácticos (que es lo que pasaría si
dadas ciertas condiciones del sistema social, éstas se mantienen o son alteradas). Por tanto,
que los sistemas hayan mantenido ciertas condiciones no significa que dichas condiciones
constituyan necesidades del sistema o muestren ciertas propiedades del mismo. Por otro
lado, la noción de función supondría poner entre paréntesis el tiempo lo que redunda en
análisis estáticos, eludiendo explicar los procesos de transformación de las sociedades
concretas.

Según la versión estructuracionista, a menos que los actores involucrados en las prácticas
crónicas que forman sistemas sociales, conozcan de dichas condiciones y se impliquen en
procesos de regulación autorreflexiva, no se podría continuar ni sustentar la reproducción

173
social. Giddens anota: “All social reproduction is grounded in the knowledgeable
application and reapplication of rules and resources by actors in situated social contexts: all
interaction thus has, in every circumstance, to be contingently ‘brought off’ by those who
are party to it” (Giddens,CPST, 1979:114).

En definitiva lo que está fuera del marco de capacidad reflexiva de los agentes (recuérdese
que la intencionalidad, en esta teoría, se entiende como monitoreo reflexivo y no como
motivación ni intención teleológica) son las consecuencias no intencionadas de la acción.
Esto supone asumir que existen ciertos límites entre lo que se intenta con conocimiento
limitado (práctico) y lo que se produce “Los actores tiene razones para lo que hacen, y lo
que hacen tiene ciertas consecuencias especificables que ellos no buscan”
(Giddens,CS,1995:319).

Para Giddens una explicación funcionalista otorga más atención a las funciones latentes que
a las manifiestas, dado que se atribuye racionalidad al sistema y no a los individuos. Se
considera que existe una función de algún ‘ítem’ o actividad porque satisface alguna
necesidad funcional, de manera que la función presupone un estado de estabilización
(equilibrio) a cuyo mantenimiento ella contribuye115. El hecho de que dichas actividades
produzan resultados funcionales-según nuestro autor- no explica el hecho de su existencia,
ésta sólo se explica como acción intencional o en su defecto no buscado.De acuerdo a este
argumento, la explicación funcionalista no constituye una explicación propiamente tal, ya
que, decir que algo es una función para la mantención de ciertas necesidades de sistema es
una tautología. Una explicación-según Giddens- es una formulación causal donde se
establecen los mecanismos de nexo entre una necesidad funcional y las consecuencias de
ciertas actividades o procesos para el sistema social. Conocer las consecuencias funcionales
implicaría, por tanto, atribuir a ciertas acciones ciertas consecuencias; esto sería una
explicación, pero ya no de carácter funcional.

115
“Se admite que determinar una necesidad funcional del sistema tiene valor explicativo porque
aquella desencadena consecuencias que la satisfacen de algún modo” (Giddens,CS,1995:320).

174
Las explicaciones funcionalistas buscan dar respuesta a las incongruencias entre las
actividades sociales realizadas por actores y sus consecuencias pero-según Giddens- en
estos enunciados contrafácticos se confunden las condiciones para que se den ciertas
consecuencias con necesidades de los sistemas, y por tanto, lo que es una pregunta se ve
transmutado en una respuesta o explicación. “Necesidades sociales existen como factores
causales empeñados en una reproducción social sólo si las reconocen como tales los
interesados en una cuestión y si son actuadas por ellos” (Giddens,CS,1995:322).El autor
aduce que este tipo de formulaciones establecen metateóricamente metas o valores meta.
Mantienen como una cuestión dada la existencia de procesos de autorregulación en vez de
preguntarse por los grados de ‘sistemidad’ que empíricamente se producen en sistemas
sociales concretos. Me parece que con esto Giddens pretende demostrar la indipensabilidad-
dentro del análisis social- de alguna referencia a las intenciones y expectativas práctico
cognitivas de sujetos activos reales

Como se anotó en el capítulo anterior, el postulado de la agencia busca contemplar las


condiciones objetivas y materiales de la acción y así mantener una noción de acción no
subjetivista que descarte la idea de intención como teleología. A su vez, se busca sostener
la dimensión productiva-creativa de la praxis, donde el monitorio reflexivo marca la pauta
de una constitución no latente de la vida social. Sin embargo la agencia se encuentra
contextualizada en un universo de condiciones dadas y condicionantes que son producto de
otras acciones. De acuerdo a esta visión creo que se escalrece por qué Giddens define
sistema social como prácticas reproducidas, y es porque las consecuencias intencionadas y
no intencionadas se conjugan para dar paso a conformaciones societales extendidas en el
espacio y el tiempo. en este sentido, me parece que si dichas prácticas se encuentran
situadas en el espacio y el tiempo ello indicaría un nivel sintagmático de contextualidad,
cuyos grados de ‘sistemidad’ referirían a la forma específica en que en una sociedad se
verifiquen las propiedades estructurales paradigmáticas y virtuales.
Creo que se ello se deriva que la concepción giddensiana de sociedad como sistema social
sea concreta en el sentido que se le otorga un referente en el relacionamiento (relaciones

175
sociales), aún cuando este entramado de relaciones sea entre agentes ausentes; en definitiva
es una imagen cuyo referente se ancla en el concepto de Estado-nación, una territorialidad
que marca la presencia de una colectividad. Procesos como la denominada globalización,
mundialización, etc, desafían esta versión arraigada de referencia. Giddens asume la
desagregación de formas antes predominantes de estructuración societal y postula los
cambios a los que nos enfrentamos en la actualidad. La visión del autor de las sociedades
modernas asume que este tipo societal se encuentra integrada de una forma particular. El
principio estructural que distingue a este tipo societario es el desacoplamiento (pero con
interconexión) de instituciones estatales y económicas que junto con la vigilancia116
promueven la ruptura entre integración social y sistémica. Giddens aduce “ Las prácticas
tradicionales se ven dispersadas (aunque desde luego sin desaparecer del todo) bajo el
impacto de la impregnación de la vida cotidiana por procedimientos administrativos
codificados” (Giddens, CS, 1995:214)

Entonces ¿cómo se produce una relación entre integración social y sistémica en las
sociedades modernas?. Revisamos ahora algunos de los argumentos de Giddens para
explicar tal cuestión,

116
”codificación útil para la administración de poblaciones súbditas más su supervisión directa por
parte de funcionarios y administradores de toda clase” (Giddens,CS, 1995:213).

176
2.2.-La modernidad en sus consecuencias para la articulación entre integración social
y sistémica.

La noción de reflexividad sirve a Giddens para caracterizar lo moderno de las sociedades


modernas117, que según el autor, estaría marcado por el proceso de autoobservación y
monitoreo de las prácticas. En este sentido las relaciones sociales serían primordialmente
puras, no ancladas en convenciones de tradición, con lo que adquieren un grado de
dinamismo y cambio sin precedentes en la historia de las sociedades. La autoobservación
dada por la reflexividad de este tipo de sociedad es un proceso de doble hermeneútica
llamada institucional o empírica, proceso que al reintroducir de forma ‘permanente’ nuevos
conocimientos abren la posibilidad de definir un continuo y perpetuo movimiento (procesos
de estructuración en la reproducción y cambio de lo existente) mismo que imprime una faz
siempre contingente al mundo moderno.

Giddens establece una discusión en torno al carácter de la modernidad118


proponiendo frente a la noción de posmodernidad la idea de modernidad radicalizada en
sus consecuencias, ello implica, dentro de otros fenómenos de transformación, la distinción
entre historia e historicidad, donde historicidad conlleva la “utlización de la historia para
hacer historia”, es decir los conocimientos del pasado para romper con él, siendo la historia
producto del carácter reflexivo de la modernidad. La cartografía del futuro, supone una
orientación reflexiva hacia el futuro y no hacia el pasado Por tnato, según el autor, no
hemos ido más allá de la modernidad sino que estamos viviendo su fase de
radicalización.Una visión no teleológica de la historia implica para Giddens-según
entiendo- la idea de contingencia; es decir el hecho ‘de que pudo haber sucedido otra
cosa’, ya que el futuro se presenta abierto, y no sólo por el carácter contingente del mundo
en sí mismo sino además por la operación reflexiva del conocimiento experto y lego, que
sin una dirección determinada, retroalimenta las prácticas y las constituye de forma

117
Título de un artículo de Niklas Luhmann “Lo moderno de la sociedad moderna” (1998)
118
El interés acá sólo refiere al tipo a un diagnóstico de la sociedad moderna en referencia al punto
específico de las formas de coordinación sistémica que señala Giddens, por tanto no se introducirá
la discusión en torno a modernidad, posmodernidad, proyecto ilustrado inconcluso o inexistencia
de dicho proyecto.

177
continua.

Importa observar que si se plantea una ruptura básica119 de la forma de vínculo entre
un mundo premoderno, modelado por relaciones de copresencia y la sociedad moderna
donde lo que priman son las relaciones impersonales en ausencia, coordinadas por
mecanismos abstractos que hacen de soporte de la denominada confianza y fiabilidad, las
probabilidades de constitución de la sociedad vía estructuración en prácticas recursivas y
reflexivas de agentes habilitados apropiados de un saber cultural de fondo, se vuelve, bajo
las consecuencias de la modernidad, cada vez más improbable.

Si se parte del supuesto básico de que las sociedades premodernas (por ejemplo, la
comunidad en palabras de Tönnies) las relaciones cara a cara se anclaban en dimensiones
espaciales y temporales articuladas (mismo espacio, tiempo simultáneo) se debe explicar
que es lo que marca una diferencia con las sociedades actuales. Giddens explica el proceso
de cambio basado en lo que denomina desarticulación de tiempo y espacio120, cuestión que
se produce por la introducción de medios de difusión (como los medios de comunicación en
tanto tecnología de comunicación: teléfono, fax, etc.) que hacen posible relaciones entre
ausentes, cuestión que deriva a su vez en procesos de estiramiento tiempo-espacial que
sedimentan dispositivos institucionales que coordinan impersonalmente la vinculación
social sin necesidad de disponer de un acervo de conocimientos particularizadamente
común. De lo que se dispone son de procedimientos estandarizados, para los que no se
requiere amistad ni reconocimiento mutuo en el obrar de las vidas cotidianas.

119
Giddens considera tres tipos globales de sociedad: las tribales, las sociedades divididas en clase
y la sociedad de clase. Sostiene una concepción no evolucionista del desarrollo histórico y por
tanto asume que en cada una de estas formas sociales opera un principio estructural dominante
sobre la base de un modo específico de integración societaria que difiere sustancialmente entre una
forma social y otra. Por tanto, bajo esta perspectiva, las sociedades premodernas no se deben
entender como unas en que todavía los modos de integración no se desprenden, como si hubiese un
patrón de desarrollo de tendencia necesaria.
120
En el capítulo dos explicamos con detalle los argumentos ocupados por Giddens para esclarecer
este proceso.

178
Para ello Giddens plantea que en las sociedades modernas se desarrollan lo que se
describió en los capítulos anteriores, como sistemas abstractos, distinguiendo entre señales
simbólicas y sistemas expertos. Estos serían los mecanismos de coordinación de relaciones
característicos en sociedades modernas. No requerimos ‘conocer’ personalmente a los otros
para que se vuelvan ‘otros’ con los que nos podamos relacionar y confiar; la confianza se
deposita en operaciones abstractas. Confiamos en que el sistema económico funcione no
porque confiemos en las personas que trabajan en él, sino porque confiamos en que el
dinero es el medio que hace posible el sistema económico, en las operaciones de la bolsa,
en que mes a mes el banco nos entregará intereses, etc. Asimismo no requerimos conocer
inductivamente121 o tener información completa acerca de cómo funciona un complicado
sistema informático, los procedimientos médicos o el funcionamiento mecánico de un
medio de transporte, para confiar en cada uno de ellos y operar con ellos en el diario vivir.

Me parece que Giddens, no se acerca a postular la tesis de la reificación de los


aparatos burocráticos administrativos del sistema político y las operaciones del sistema
económico, que colonizan el mundo de la interacción social cotidiana, provocando una
distorsión patológica en los procesos de reproducción simbólica.Giddens parece sostener
que las operaciones de los sistemas abstractos se reanclan en las relaciones cotidianas, y en
definitiva son sujetos habilitados los que los hacen posible y actualizan su continuidad. Por
ello distingue entre objetivación y reificación y se preocupa de reconceptualizar la noción
de estructura, tal como se anotó en el apartado anterior.

Si las señales simbólicas como el dinero o el poder, perdieran la confianza que las
personas depositan en ellos, es imaginable (yo creo que en el límite de lo imaginable), que
no se acepte un nuevo sistema de créditos y se regrese, por ejemplo, a los sistemas de
préstamo por prendas. Bajo tales condiciones, el proceso de producción de una sociedad en
términos de constitución, debe ser redescrito para el conjunto de la sociedad, como
procesos de integración desgajados pero interconectados bajo una noción unitaria de

121
Giddens retoma la idea simmeliana de ‘conocimiento inductivo débil’ en relación a su análisis
del dinero.

179
constitución. De ello se da cuenta con las dos nociones de integración.Al sostener que
ambas mantienen una ligazón, me parece que ermanece la idea básica de que, pese a los
modos abstractos de coordinación de sociedades desancladas institucionalmente y
escindidas temporal y espacialmente, los ‘input’ de significatividad dados por la actividad
reflexiva de los agentes en la constitución de un mundo anclado en la vida cotidiana,
permite que los procesos sistémicos se reactualicen en la reproducción de la vida social con
base nutricial en la agencia.

Para describir estos procesos de integración, el autor propone un análisis


institucional y multidimensional de la modernidad que considere el desarrollo de procesos
dialécticos de mutua co-transformación entre desplazamiento y desanclaje en la intersección
de: la familiaridad con la extrañeza (la intimidad e impersonalidad en la intersección de
confianza personal con lazos impersonales); la intersección de los sistemas abstractos con el
conocimiento cotidiano; y de la privacidad y compromiso en el intercruce entre la
aceptación pragmática del mundo (realismo) y el activismo (utópico).

De estos procesos relevo el que conjuga sistemas abstractos y conocimiento lego, ya


que es una de las claves que, estimo es de utilidad para explicar la coordinación sistémica
en totalidades societarias de amplio alcance. La extensión de los contactos entre ausentes se
hace posible con el desarrollo de medios de difusión, que introducen una imagen de fusión
e instantaneidad del tiempo entre locales y sedes discontinuos en el espacio. El dinero es
parte de estos dispositivos abstractos como señal simbólica122, como medio de intercambio
que puede ser traspasado entre sujetos o grupos sin importar sus particularidades ni
contextos locales. Giddens apoyado en Simmel y en algunos economistas (Keynes, R.S.
Seyers) define el dinero como “un medio de prórroga que provee los medios (valga la
redundancia) para conectar el crédito con la deuda en las circunstancias en las que el
intercambio inmediato de productos es imposible” (Giddens,CM,1993c:34). El dinero

122
Tomo el ejemplo del dinero porque es el que Giddens desarrolla con alguna extensión. El poder
y lenguaje para Giddens, a diferencia de Parsons y Luhmann, no son señales abstractas sino formas
generales de la vida y acción social. Esto se trató en el capítulo anterior en relación a la noción de
agencia.

180
permite el distanciamiento de tiempo y espacio y de esa manera la verificación de
transacciones entre ausentes, de ahí que, a diferencia de Parsons123, Giddens niega que el
dinero circule como un flujo.Lo que el dinero hace-según el autor- es un paréntesis en el
tiempo ligando presencia y ausencia124. Como sistema lo que pone en operación a esta señal
simbólica es su base en la fiabilidad o confianza.

Para definir fiabilidad y confianza nuestro autor se apoya en Luhmann pero critica y
reconstruye la distinción que éste establece entre ambos conceptos. Para Giddens fiabilidad
(trust) y confianza (confidence) son términos relacionados con la ‘fe’, para Luhmann
fiabilidad ha de entenderse con relación al riesgo, una noción específicamente moderna,
dado que los resultados imprevistos pueden ser observados como consecuencia de nuestras
propias acciones o decisiones, en vez de ser atribuidos a fuerzas ocultas. El riesgo –según la
versión giddensiana de Luhmann- reeemplaza lo que se entendió como fortuna (fatalidad).
La fiabilidad por tanto, presupone conocimiento de las circunstancias de riesgo, mientras
que la confianza da por supuesto que las cuestiones que nos son familares permanecerán
estables. Uno se forma expectativas frente a las contigencias; lo contrario sería vivir en un
estado de permanente incertidumbre. Cuando está en juego la fiabilidad, según Giddens lee
a Luhmann, la persona al optar tiene en cuenta las alternativas y, por tanto, entra en juego la
distinción entre riesgo y peligro, entre lo que es contingentemente creado por la acción
humana y lo que adviene sin intervención posible de nuestra parte (catástrofes naturales, por
ejemplo).

123
Según Parsons el dinero es un medio simbólico de intercambio que interviene en los procesos de
interacción social y en tanto medio simbólico es un tipo de lenguaje especializado “expresa y
comunica un mensaje que tiene significado con referencia a un código, es decir, a una serie de regla
para el uso, la transformación y la combinacón de los símbolos” (Parsons, 1974: 715-16). En el
caso del dinero institucionalizado el código correspondiente es parte del sistema legal “Las
transacciones financieras equivalen, pues a cierto tipo de ‘conversaciones’” (Parsons, 1974:716).En
sistemas diferenciados el dinero desempeña un rol central en el sistema económico, puesto que
representa la capacidad de una unidad social para adquirir recursos a través de procesos de
intercambio, mediante acuerdo contractuales, sin dar a cambio bienes o servicios “ El pago en
dinero constituye la transferencia de esta capacidad de una unidad a otra” (Parsons, 1974:715).
124
En ninguno de los textos revisados para este trabajo Giddens desarrolla de manera más profunda
o sistemática la noción de señales simbólicas.

181
Giddens considera inadecuada la distinción luhmaniana entre fiabilidad y confianza
ya que supone asumir que los actores puedan elegir entre alternativas. Para Giddens los
agentes operan en estados permanentes de fiabilidad, siendo ésta un tipo más de confianza y
no un estado de conciencia especial en relación a cursos de acción opcionales. Me parece
que de esta manera la confianza se vincula con lo que el autor denomina conciencia práctica
y en esa medida con la predecibilidad de que las relaciones con otros y junto a otros segirán
un cierto curso habitual y reiterativo.Giddens concluye definiendo fiabilidad como
“confianza en una persona o sistema, por lo que respecta a un conjunto dado de resultados o
acontecimientos, expresado en esa confianza cierta fe en la probidad o el amor de otra
persona o en la corrección de principios abstractos (conocimiento técnico)" (Giddens,CM,
1993C:43).

Dado que bajo las consecuencias de la modernidad los sistemas sociales se integran
en una relación de desgajamiento e interconexión entre integración social y sistémica, el
mundo de las relaciones familiares, basado en la confianza en normas establecidas y
conocimiento directo entre las personas, se rearticula con una dimensión sistémica donde la
confianza es depositada en capacidades abstractas y no en individuos, pero esto no implica,
para el autor que los sistemas socales deban ser concebidos como propiedades emergentes y
formas autonomizadas de coordinación social. Giddens no acepta la tesis de la colonización
puesto que ve en ella una versión unilateral de la regulación por sistemas que penetran en el
mundo de la vida. Tampoco está de acuerdo con la noción funcionalista de una
coordinación funcional autónoma e independiente de las interacciones. Más bien, lo que se
deja entrever en su narrativa de las consecuencias de la modernidad, según creo, es una
nueva dualidad entre las dinámicas dialécticas de reflexividad de prácticas, relaciones de
agentes habilitados y sistemas de coordinación abstractos; sistémicos pero no funcionales.
Sistémicos porque operan en ‘capas’ societales extendidas y ampliadas en tiempo y espacio
vía institucionalización, más no sistémicos puesto que según este autor la sociedad no es
concebida como un sistema que se autorregule controlando sus propios límites. De tal
manera, parece ser que en estas dialécticas entre sistemas abstractos y reapropiación

182
creativa, se es ‘capaz’, sino de conducir el carro de Juggernaut125, sí de introducir una cierta
‘colonización’ sobre los sistemas sociales desde la reapropiación creativa.

2.3. De la estructuración de la estructura y las consecuencias más allá de la conciencia


práctica

Me parece que en los textos de Giddens, relativos a caracterizaciones de la sociedad


moderna, no se refleja un desarrollo sistemático de la teoría de la estructuración en especial
a lo que refiere a un análisis estructural.

En una exposición del analisis estructural e institucional desarrollada en el capitulo


cuarto de la Constitucion de la sociedad, el autor presenta a nivel muy general en varios
niveles de abstracción (principios estrucurales, propiedades estructurales y ejes de
estructuración) una forma global de reproducción de la sociedad. Sus claves de explicación
a este nivel son los denomiandos circuitos de reproducción, procesos de retroalimentación
de agencia y estructurción a principios estructurales. Creo que cuando el autor insiste en un
analisis institucional está queriendo implicar, a traves del recurso de la dualidad de la
estructura, la actividad contingente de agentes “ Reintroducir la dualidad de la estrucutra
lleva a abandonar el espacio tiempo virtual del analisis institutional (recordemos que las
reglas y recursos son considerados estructuralemente como virtuales) y retomar así una
‘historia’” (Giddens,CS, 1995:220).

Sin embargo, encuentro adecuado retomar lo que en clave marxista aducia J.B.
Thompson en relación a que un cambio institucional no se traduce en uno estructural y, si
entiendo bien, esto es lo que quiere reflejar Habermas cuando establece una distinción entre

125
Con la imagen de carro del Juggernaut Giddens quiere reemplazar metáforas como la de la jaula
de hierro de Weber y rechazar la tesis de la racionalización y las nociones de reificación, indicando
con ello no sólo una figura de aplastamiento o constricción, sino “una desbocada máquina de
enorme poderío a la que, colectivamente como seres humanos, podemos manejar hasta cierto punto,
pero que también amenaza con escapar de control, con o que nos haria añicos”
Giddens,CM,1993C:132).

183
el estado tradicional y la economía capitalista. Señala que este tipo de sociedades ya no
pueden entenderse como un orden de instituciones porque lo que se institucionaliza son los
medios de cambio “ mientras el sistema diferenciado a través de ese medio representa en su
conjunto un fragmento de socialidad exenta de contenido normativo” (Habermas,
1999:242)

De acuerdo al diagnóstico esbozado, la forma en que Giddens da cuentade este tipo de


sociedades en lo que a coordinación sistémica refiere, es por medio de dispositivos como
las señales simbólicas. Me parece que la idea de señal como símbolo refiere a una
condensación de significados con los que los sujetos podemos operar haciendo las veces de
las cosas que representan y en esta medida, como cualquier otra simbolización, provoca el
desanclaje de tiempo y espacio, más sin llegar a indicar cómo es que la secuencia de la
acción es posible sin mediación de intenciones, conciencia práctica ni reflexión. Cuando
Giddens hace alusión al tipo de reproducción cultural (Giddens, 1991) que comparece en
las sociedades modernas, destaca la idea de relaciones sociales mediadas por objetos
culturales. Objetos en tanto códigos abstraídos de la conversación informal (arte, medios de
comunicación, moda, etc) que se transforman en medios de reproducción cultural en
ausencia, pero que de cualquier modo se reintroducen en las prácticas sociales vía
decodificación de un intérprete, o sea, de un agente habilitado. Para este tipo de
coordinación me parece que podria ser clara la idea de señal pero me parece que explicar
coordinaciones sociales como las que el autor describe para el dinero, supondrían asumir
formas de coordinación social desligadas de la resposabilidad de agentes y una versión de lo
que es un sistema social que Giddens no puede aceptar según sus críticas antifuncionalistas.

Sin embargo, como apunta Joas (1990), las críticas de Giddens al funcionalismo se refieren
a versiones clásicas del mismo y no profundiza en reformulaciones más acabadas como las
de la de Luhmann, Habermas en la Teoria de la Acción comunicativa de los años ochenta o
formulaciones como las de J. Alexander y Munch. Joas expresa una cuestión sugerente
porque junto con retomar algunas visiones antifuncionalistas de Giddens, valora la idea de
trabajar en pro de una teoría social de la acción que no deje de considerar las condiciones de

184
autorregulación sistémica, pero bajo condiciones empíricamente controladas para la
aplicación de un método funcional, esto es, considerar grados de ‘sistemidad’ y no al
sistema como referencia de explicaciones funcionales. Joas se pregunta si las críticas de
Giddens al funcionalismo son aplicables a versiones más desarrolladas del mismo.

En este sentido, Joas aduce que la formulación habermasiana de sistemas sociales puede ser
uno de los ejemplos de valoración de la teoria de la acción que a la vez incorpora aportes
críticos , complementándola con una visión sistémica 126

En las críticas antes expuestas vimos que Giddens rechaza una noción de sistema social que
se autonomice, en su autoconstitución de la práctica de los sujetos, desechando, por tanto,
una versión reificada de sistemas en pro de un reanclaje de los mismos en la capacidad de
agencia de sujetos. Es por ello que reclama la poca atención prestada por Habermas a lo que
denomina resultados contingentes de las luchas históricas de los individuos y grupos.127
Sin embargo Habermas, según Joas, considera limitada la teoría de la acción y postula la
necesidad de tomar préstamos intelectuales de teorías sistémicas como la de Luhmann. La
razón de por qué su teoría de la acción debe ser conjugada con una teoría de sistemas la
resume en las siguientes frases: “Since the collective subject (an idea borrowed from
trascendental philosophy) of a meaningfully constituted life-world proves, at least in
sociology, to be a misleaging fiction, it appears that the concept of system is more
appropriate. Social system are unities which can solve objectively presented problems
through inter-subjective learning processes” (Habermas en Joas, 1990:97 ).

Este es uno de los motivos que subyace a la búsqueda de Habermas, de un conjunto de


conceptos que no conciban a la sociedad en general como un tipo de sujeto autoilustrado.
Habermas ha emprendido esta búsqueda-según Joas- por varios caminos, por ejemplo, al

126
Habermas, en Teoría de la acción comunicativa aduce al respecto “el concepto de sistema es
desarrollado a partir del concepto de mundo de la vida y no se lo encaja directamente y sin más
mediaciones sobre el concepto de acción” (Habermas, 1999:330)
127
Para una crítica de la formulación de Habermas de la teoría de sistemas Mc Carthy (1992), Joas
(1988b).

185
procurar conciliar la noción de auto- reflexividad con la nunca completa transparencia de la
situación de vida humana, que es a lo que se hizo mención en el apartado anterior
(agencia/estructura) con la noción de intersubjetividad y reproducción del mundo de la vida.

La introducción de la idea de sistema conjugada con la noción de mundo de la vida,


parece ser la propuesta para alcanzar tal explicación dual de la sociedad actual. Habermas
ha defendido su intento de hacer una síntesis entre teoría de la acción y teoría de sistemas
bajo argumentos que distinguen un uso ‘esencialista’ del concepto de sistema contra uno
puramente analítico y un uso crítico frente a uno puramente descriptivo. Por uso crítico
entiende la idea marxista de la reificación o independencia de las relaciones sociales del
mundo de la vida con interacciones conducidas o coordinadas por medios.

La propuesta habermasiana en este sentido presenta una dualidad de medios, por una
parte se consideran los medios de control como medios de comunicación simbólicamente
generalizados y deslinguistizados, como el dinero. Por otra, existen formas generalizadas de
comunicación, que como los medios de difusión (de importancia central en los procesos de
constitución de la opinión pública) que no dejan de vincularse a formas de
entendimiento.“Las interacciones dirigidas a través de una motivación racional generalizada
representan simplemente una especialización de los procesos linguisticos de formación de
consenso; a través del mecanismo del entendimiento siguen dependiendo del recurso al
trasfondo cultural y a elementos de la estructura de la personalidad. Estas formas de
comunicación generalizada posibilitan, sin duda, un mayor distanciamiento de la acción
orientada al entendimiento respecto de los órdenes institucionales y de los contextos
normativos en general. Pero sus recursos siguen siendo aquellos de que también se nutre la
formacion lingüística del consenso.(Habermas, 1999:401)

Según esta versión de sociedaden dos plexos, en un cierto nivel del desarrollo
sociocultural los sistemas (económico y político en menor medida) se diferencian y
especializan determinando la coordinación funcional de plexos de acción a través de medios
codificados que descargan a los agentes de cuotas interpretativas. Si la reproducción

186
material responde a esta forma, la reproducción simbólica de la vida mantiene rasgos
constitutivos de carácter estructural (no funcional) de los que no se puede preterir, sino es a
costa de lo que Habermas entiende por sentido. De tal manera lo que se gana control puede
perderse en libertad y sentido como anunció Weber, introduciendo patologías allí donde “el
compromiso entre pretensiones internas de validez e imperativos externos de superviviencia
sólo puede conseguirse al precio de una institucionalización/internalización de
orientaciones valorativas que no estén en consonancia con las funciones efectivas de las
correspondientes orientaciones de acción, el compromiso sólo puede mantenerse mientras
esas funciones permanezcan latentes” (Habermas, 1999:333)

Bajo estos supuesto se diagnostican procesos duales de integración de relativa


autonomía pero de mutua transformación128, el problema no radicaría en un los sistemas
propiamente tal, sino en la sustitución de integración social por sistémica-funcional, donde
el mundo de la vida no alcanza a poder cotos a los imperativos empiricos desde los pocesos
racionales de entendimiento.

Giddens, ante propuestas como éstas, no admite la noción de diferenciación de


sistemas sociales porque tampoco acepta una noción de sistema sino es como conglomerado
de instituciones, es por ello que se sirve de la metáfora del ‘desaclaje’ y no de la
conceptualización de la diferenciación, señalando que “Elijo la metáfora del desenclave en
contraposición deliberada al concepto de ‘diferenciación’ (...) La diferenciación implica
imágenes se separación progresiva de funciones: los modos de actividad, organizados en las

128
Habermas aclara al respecto “(…) del solo hecho de que la integración sistémica y la
integración social queden ampliamente desacopladas entre sí, no pueden inferirse aún dependencias
lineales en una u otra dirección. Pues podemos representarnos las cosas de ambos modos: las
instituciones que anclan en el mundo de la vida, mecanismos de control tales como el dinero y el
poder, canalizan, o bien el influjo del mundo de la vida sobre los ámbitos de acción formalmente
organizados, o a la inversa, el influjo del sistema sobre los plexos de acción comunicativamente
estructurados.En el primer caso actuaría como marco institucional que somete la conservación del
sistema a las restricciones normativas del mundo de la vida, en el segundo como la base que
subordina el mundo de la vida a las coacciones sistémica de la reproducción
material”(Habermas, 1999:261)

187
sociedades premodernas se hacen más especializados y precisos con el advenimiento de la
modernidad. No hay duda de que esta idea tiene cierta validez, pero no logra captar un
elemento esencial de la naturaleza y del impacto de las instituciones modernas: la
‘extracción’ de las relaciones sociales de sus circunstancias locales y su rearticulación en
regiones espacio temporales indefinidas. Esta ‘extracción’ es exactamente lo que quiero
decir con el concepto de desenclave, que explica la tremenda aceleración del
distanciamiento en el tiempo y el espacio introducido por la modernidad”
(Giddens,MID:1997b:30).

¿Qué es de lo que no quiere prescindir Giddens y cuál es el ‘elemento esencial’ que


no es captado por una explicación vía sistemas diferenciados?.

Lo que parece indicar Giddens con elemento esencial es la idea de una constitución
significativa del mundo social donde la categoría sentido, poder y recurso son sus ideas
fuertes en relación a la agencia. Creo que la idea de dualidad comparece nuevamente, esta
vez, para dar cuenta de la relación entre extracción de las relaciones sociales y su reanclaje
interaccional.

Si el sentido tiene que ver con lo no actual, requeriría a su vez alguna diferencia con
la verificación siempre presente de la práctica y del hacer. En la idea de mundo de la vida
inestructurado y opaco (secreto) parece subyacer esta noción de horizonte o límite, la que
no me parece sea expresada en la noción giddensiana de saber mutuo. En Giddens advierto
una noción de sentido ligada a la constitución vía praxis y la conciencia (práctica). En este
sentido parece indicar un cierto peso a la idea de agente pero, por otro lado, como se
examinó en la primer parte de este capítulo, el autor aboga por el descentramiento del
sujeto. Giddens no cree en que la reflexión pueda llegar iluminar un camino razonable de la
experiencia humana, insiste más bien en la constante reintroducción de alternativas que
hacen de la historia un programa siempre en formación, esto le imprime una visión un tanto

188
escéptica en relación a lo que denomina auto regulación reflexiva de la vida social. En este
sentido se pregunta de qué manera las luchas sociales podrian cambiar algo en el mundo.
“¿ Es la expansión de una diversidad de diferentes formas de organización (refiréndose a
también a movimientos sociales) –cuyas condiciones de reproducción son registradas
reflexivamente- un elemento de emancipación de modos preestablecidos de dominación
explotadora?”(Giddens, CS, 1995:243). Su idea sugiere combinar escepticismo con
activismo, a mi me parece que si la actividad del activismo se explica como agencia queda
todavía desanclada de una posible constitución de mundo social como espacio
intersubjetivo y en esa medida no queda claro de qué maneras el poder agencial pone cotos
o imprime diferencias (el poder hacer otra cosa) más allá del plano interaccional, íntimo y
presente.

189
COMENTARIOS FINALES

"Las condiciones de la existencia humana –la propia vida, natalidad y mortalidad, mundanidad,
pluralidad y la Tierra- nunca pueden explicar lo que somos o responder a la pregunta de quiénes
somos por la sencilla razón de que jamás nos condicionan absolutamente” (Hannah Arendt, La
Condición Humana).

"(... )la vida de unos seres humanos contingentes, mortales, que existen por casualidad, se deriva de
algo distinto a hombres contingentes, mortales, que existen por casualidad" (Richard Rorty,
Contingencia, Ironía y Solidaridad).

Este trabajo no termina con un cierre que pudiera llamarse conclusivo. Como anoté en la
introducción podía esperarse una cosa: palabras al término de un recorrido que hicieran las
veces de un hilván entre los diferentes momentos del itinerario. Esta imagen topológica
clausurada al final es un breve sumario de cierres interiores. Dado el carácter exploratorio
con que se planteó y se construyó esta indagación es eso lo que puedo construir a modo de
clausura final, con el objeto de dejar expresados algunos puntos que me han parecido
centrales.

Esta tesis parte de una pregunta puntual que va tocando diversas áreas en el
camino.La problemática general trata acerca de la obsesión que recorre la conversación
sociológica de hacer vínculos entre lo micro y lo macro .¿ Qué era eso?. No sabíamos muy
bien a qué apuntaba tanta preocupación por lo que faltaba a los accionalistas y por lo que se
echaba de menos en los sistémicos. Para acotar el campo se decidió hacer un trazado y
circunscribirlo a una teoría y al interior de ella escudriñar en las ‘fuentes’ más
directamente relacionados con la pregunta por el vínculo.

La opción fue la teoría de la estructuración de Anthony Giddens. Entonces mi tarea


fue descifrar de qué manera o maneras se planteaba la problemática como una relación entre
agencia y estructura. Con ese objetivo me propuse inscribir esta teoría dentro de un
panorama más general, para luego poder sumergirse en su interior y finalmente observarla

190
con ojos críticos (o de sus críticos). El resultado fue puntualizándose en cada paso. En la
primer parte quedo planteado que la propuesta de la estructuración bien podría cuadrar,
junto con otras formulaciones, bajo el rótulo de teoría generativa de la sociedad. De ahí que
se estableciera un primer deslinde con lo que son las teorías en versión ‘convencional’,
analíticas o heurísticas. Que la teoría de la estructuración se califique de teoría generativa
significa que se postula como parte del objeto que estudia y que la formación de sentido es
una cuestión basal para la constitución del campo objetual de la teoría social. En este punto
Giddens destaca la necesidad de entender la comprensión no sólo como estrategia heurística
sino como la forma de constitución del mundo social. Una teoría que se declara contra las
generalizaciones y construcciones globales y sistemáticas pero que de cualquier modo se
propone reconstruir las formas del ser y hacer sociales

Esta gruesa distinción ameritaba preguntar si era cuál era el sujeto del predicado de
la constitución: ¿ la producción de sentido yacía en el sujeto? ¿si esto es postulable cómo se
describe el proceso de constitución de la sociedad?. Lo que se señala, en un segundo
momento, a través de un examen de la categoría giddensiana de agencia, es que la
constitución de la sociedad no se nutría específicamente de un sujeto sino de una capacidad
agencial como práctica motor de los denominados procesos de estructuración.

De ahí que el problema micro/macro es reconstruido como relación entre agencia y


estructura y no como una cuestión que no se puede vislumbrar separando analíticamente
orden de acción. La agencia es motor y protagonista de la producción misma de sociedad y
en ese sentido el dualismo que subyace en la consideración de la acción por un lado y el
supuesto del orden por otro, requiere ser ‘superado’ Me parece que la sugerencia
estructuracionista al respecto es avanzar en análisis sociohistóricamente situados que
permitan determinar, por una parte, las formas de estructuración de las prácticas sociales y,
por otra, las maneras en que principios estructurales se cristalizan o condensan por medio
de la ocurrencia de esas mismas prácticas. Por tanto, esta superación del dualismo, según
advertí, postula un pensamiento de la dualidad y enfatiza los procesos de formación
estructural.

191
Lo que Giddens señala como dualismos escindidos (acción/estructura) son los que
procura presentar como procesos mutuamente implicados (agencia y estructuración de la
estructura) y lo que era descrito de manera estática se dinamiza. Co -implicar subjetividad y
objetividad, 'estructuracionistamente' hablando conllevaría tanto descentrar al sujeto como
internalizar- por así decirlo- la estructura. Dinamizar, por otra parte, derivaría en hacer de
la vida social un despliegue fluido de acción y de la estructura procesos de estructuración.

En sentido, se considera valiosa la tentativa de construir una alternativa teorética


que considere el cambio como proceso y no cómo mera catástrofe129 , echando en falta eso
sí, el otro lado de la distinción-por usar una frase cliché- es decir, los parámetros de
estabilización que permitan este fluir constante de conformación de reglas. En esto se
resumen muchas de las críticas apuntada en el tercer capítulo. Otro punto sugerente de esta
noción de estructura se señaló bajo la rúbrica de’virtualidad’. De la dialéctica
ausencia/presencia Giddens retoman trazos de la diferencia ausencia/presencia para
proponer una dualidad ausencia/presencia que opera en el juego de reglas y recursos
virtuales junto a su ‘instanciación’ en las prácticas. Esta idea, parece suerte de
sociologización de postulados estructuralistas lingüísticos y filosóficos y que podría llegar a
conformarse como un camino fructífero del pensar sociológico.

Me parece, que a nivel de una teoría social con pretensiones globales, preocupada
del ser y hacer del hombre, estos son algunos de los puntos iluminadores en relación el
tema de preocupación de esta investigación. Si se pregunta por ¿qué es la sociedad
moderna?, se transita al terreno de decisiones metateóricas a problemas de carácter
empírico relativos a los dilemas de la sociedad actual. Si en este contexto esa ‘realidad’
social de la que es parte la teoría se caracteriza como sociedad moderna ¿cómo era posible
establecer relaciones de constitución entre la agencia situada de sujetos habilitados
(provistos de capacidad de monitoreo reflexivo) y las estructuras y sistemas sociales que se

129
"Suceso infausto que altera gravemente el orden regular de las cosas" (Diccionario de la lengua
española, Real académica de la lengua, España, 1999)

192
desarticulan de las prácticas sociales para coordinarse sistémicamente?.

Este diagnóstico, común a teorías y visiones de mundo de diversa calaña refiere a lo


que se en esta investigación se trató de forma restringida como formas de
integración/diferenciación en las sociedades modernas. Explicar estos fenómenos, en lo que
a nuestro interés problemático refiere, significa especificar cuáles son las formas en que es
posible el vínculo social en el contexto de procesos de ‘desenclave’ descritos por Giddens.
Para dar cuenta de esto, el autor concibe la integración de la sociedad como una articulación
entre integración social -en tanto reciprocidad de prácticas entre copresentes- e integración
sistémica- como relaciones entre ausentes en el proceso de estiramiento tiempo espacial. De
modo general, el autor afirma, que la articulación de las interacciones es posible dada la
existencia de las reglas, normas y recursos hechos efectivos en la prácticas .La coordinación
de éstas en grandes extensiones tiempo espaciales se verifica gracias a su
institucionalización, para lo cual se requiere de sistemas abstractos que regularicen ciertos
procedimientos estandarizados de coordinación social. Pese a la descarticulación del tiempo
reversible de la estructura virtual y el tiempo reversible de la vida cotidiana, el punto de
relación entre ambos, parece ser para Giddens, el tiempo irreversible- siempre fluyente- de
los procesos de estructuración.

De esta manera los sistemas y la integración sistémica no son concebidos como un


conjunto de propiedades emergentes y autómatas de coordinación social a espalda- y
latente- de la conciencia y prácticas de los sujetos. En esto radica que Giddens no adscriba
al postulado explicativo de la diferenciación funcional. Su alternativa aparece una versión
de monoproducción societal basada en la práctica crónica o rutinizada de agentes. La
opción de Giddens no es desconocer grados de ‘sistemidad’, ni regulaciones sistémicas de
la vida social. De hecho levanta una estrategia de análisis que permita reconocer las formas
concretas en que esto se produce. El intento de mantener una explicación de procesos
articulados entre ambas formas de integración y de abrir la mirada a investigaciones
concretas parece una idea sugestiva, pero como dice Thompson falta sin embargo, saber qué
tipos de reglas son las relevantes a la hora de explicar la reproducción social así como

193
aclarar de qué maneras se especifican las diferencias entre los diferentes niveles/esferas
estructurales, que Giddens nombra en lo que denomina circuitos de reproducción. Giddens
ejemplifica su análisis estructural con estudios de caso, como el de un centro educativo
inglés en los años setenta y las formas en que los estudiantes reproducen y transforman las
reglas de su escuela a partir de un marco institucional educativo preestablecido.A nivel más
global y abstracto trata la explicación marxiana de la transformación de una sociedad feudal
a una capitalista. Quizá un desarrollo teórico más explícito en esta ruta aportaría luces para
una comprensión más cabal de cómo la teoría de la estructuración puede ser traducida en
caracterizaciones explicativas de la sociedad moderna.

En este sentido la opción del autor se inclina por un análisis institucional y rechaza
explicaciones que alberguen un aspectos funcionales como 'razón funcionalista'.
Racionalidad que hipostatiza cualidades de intención y conciencia a sistemas. Nos
preguntamos, sin embargo, si esta hipostatización teórica ¿no es/puede ser también una
cuestión social?. ¿ No será que las condiciones materiales y simbólicas de una sociedad
moderna -industrial, capitalista- provoca estas segundas naturalezas de vida social?.

Contra lo que denomina hipóstasis funcionalistas, el diagnóstico giddensiano de la


sociedad bajo las consecuencias de la modernidad, postula la noción de desenclave junto a
interconexión entre integración social y sistémica. En ello se observa, por una parte, un
rescate de su noción de agencia como praxis productora o constitutiva y, por otra, sus
resistencias a las tesis marxistas (renovadas o no) de la reificación y cosificación Desde la
teoría de la estructuración la alternativa se formula con una noción de cosificación como
discurso reificado bajo la idea de trasfondo de una doble hermeneútica circular que, dado el
carácter reflexivo de las instituciones modernas, no permite pensar en una cuestión tal como
estructuras y sistemas autonomizados. De ahí que Giddens rechace tanto la versión
funcionalista sistémica de la diferenciación funcional como la apuesta habermasiana (por lo
menos en Teoría de la acción comunicativa) de un desacoplamiento entre mundo de vida
racionalizado y sistemas –económico /burocrático administrativo- autonomizados. La idea
de colonización Giddens parece verla de modo unilateral y las patologías estructurales las

194
expresa en términos circulares como dialéctica de control. Este no fue nuestro tema
específico de indagación, pero también en él, un salto del dualismo a la dualidad, deja un
poco oscura la especificación de momentos y determinantes del constreñimiento e influjos
de habilitación.

Tras el postulado global de la dualidad estructural se identifica la paradoja que


comporta fluidificar la estructura y, con ello, sacar fuera la otra parte del proceso de
transformación ‘agencial’, es decir, las sedimentaciones o constelaciones de selecciones
preestablecidas dentro de los cuales los agentes pueden hacer o rehacer (Luhmann diría que
traspasar la marca de la forma no repetición sino iteración130). Desde este punto se
difuminan varios ejes de tensión en un compromiso ecléctico entre la alternativa entre la
libertad del agente y la ausencia de principio de estabilización dentro del cambio o del
movimiento, por un lado y las reglas virtuales de la estructura. Esta última, es la
consecuencia nunca deseada por una teoría reformulada de la acción, pero que al no mediar
explicativamente la producción de reglas y recursos estructurales en una forma que otorgue
textura a un mundo intersubjetivo reproducido sin la necesidad de monitoreo reflexivo, se
expone al riesgo de quitar definitivamente al sujeto de escena.

Entonces, si la teoría de la estructuración en relación a lo que denominamos


‘pulsión’ no actualizable de este trabajo, deja un sujeto con la ilusión de la autonomía y la
impotencia ante el ‘absolutismo de la realidad’: ¿cómo podemos repensar las consecuencias
que una propuesta teórica puede tener para dar cuenta de la sociedad moderna y dentro de
ella como se conceptualiza aquello llamado agente y se lo relaciona o no con lo
sistema/estructura?.

La cuestión parece ser que si la sociología es planteada como una ciencia empírico
teórica no todo puede resolverse de manera exclusivamente teórica. A esto refiere Bauman

130
"Atravesar (una forma) es un acto creativo. En efecto, mientras la repetición de una indicación
da testimonio sólo de si identidad (...) atravesar y volver a atravesar no es una repetición y, por
tanto, tampoco puede ser tratado como una identidad única" (Luhmann/De Giorgi,1998:35).

195
cuando dice que el tema de si la historia hace a los hombres o los hombres a la historia, es
un dilema que se resuelve de manera diversas en el curso del devenir histórico. Entonces
podría encontrarse algo de razón cuando Bauman señala que las reglas del método no
necesariamente arrojan respuestas al problema de la determinación de las condiciones de
autonomía, resistencia y sumisión de los sujetos. En este sentido se puede pensar que las
cuestiones teóricas no resuelven lisa y llanamente problemas práctico-políticos pero puede
ser posible que visiones abrevadas con instrumentales agudos permiten observar más y
nuevas alternativas. Esto representa una tensión entre lo que es y lo que puede ser , el tema
de trasfondo de este trabajo sigue siendo cómo situar teórica y históricamente aquellas
luchas de las que hablaba Giddens, porque parece ser que los rasgos de humanismo de la
teoría sociológica no liberan precisamente al sujeto, ni las luchas a la teoría.

No podemos señalar en este momento las complicadas relaciones entre lo que


Giddens plantea como teoría social y sociológica en relación con las sociedades modernas
en su reflexividad hermeneútica, pero dejamos señalada la inquietud por explorar las
variadas maneras en que dicha relación pueda ser planteada.

Lo que no se podía esperar de esta tesis (‘lo no pregonado en la geometría


imaginaria de la forma’) es parte de lo que queda a título de inquietudes, curiosidades y
‘enigmas’. Enigmas de un trabajo que no trató de estas derivaciones pero las tocó
tangencialmente. Me refiero a tesituras de amplio aliento como las que se insinúan en la
problemática relación entre pensamiento y práctica o implicaciones político-morales de
pensar de una manera o de otra la cuestión de cómo es posible la sociedad o de cómo es
alcanzable el orden. Al interior de mi interrogante del por qué de las vinculaciones entre
teorías de la acción y teorías de sistemas, entre perspectivas comprensivas y explicativas,
etc., la cuestión toma rostros diversos. El que se deja ver en virtud de la centralidad
otorgada a la agencia por una teoría como la de la estructuración, es el dilema entre
autonomía y alienación del sujeto, entre sentido y orden impuesto sobre los hombres.
Autonomía como libertad compelida por una necesidad incondicionada que yace en el
sentido como formulación no actual de lo dado, como lo imaginado, como la alternativa no

196
fáctica de un mundo susceptible de ser cambiado. O autonomía como libertad 'atada' a las
estructuras del mundo social de la que emerge como ilusión desilusionada.

La falta de sentido, como preocupación característica del trasfondo indagatorio de la


sociología, ¿supone la presencia de tal sentido de vida, de sociedad y de realidad en algún
tiempo pretérito?. Si así fuera, la experiencia iluminada y la reflexión podrían llegar a
dibujar la completud del ser, de la vida buena, de una sociedad con rumbo y justicia. Pero si
por otro lado, el sentido puede no ser cualidad extraviada o arrebatada porque alguna vez se
tuvo posesión de ella, sino carencia inscripta en la fisura de la presencia y de la ausencia;
incompletud que nunca llega a ser ¿qué alternativas tenemos de reencantar el mundo y
cuáles son los radios de acción de los agentes al respecto?.

En esta ruta de investigación se ha procurado dibujar una relación dilemática entre


la capitulación a la facticidad y la expectativa de sentido como pulsión incondicionada. La
formulación fue construida de forma dicotómica con intención propedeútica y
autopropedeútica. No creo que haya sido el olvido de una búsqueda de vías intermedias el
infortunio de esta opción limitada, sino más bien la ceguera de visión en la relación de los
términos opuestos. En este sentido, el camino podría continuar 'mirando a través de otras
alcantarillas'131 y llegar a observar sugerentes alternativas que conjuguen orientación y
control con sutura de significados, de modo socialmente acuciante, apuestas que acerquen
eficacia y funcionamiento sistémico con formas de construcción societal que incorporen la
visión de las gentes el 'poder' del agente o como quiera llamársele a los grados
constitutivamente condicionados de libertad e imaginación de sujetos en sociedad. ¿Las
expectativas de sentido son ilusorias y arrogantes o es que imaginar, todavía,algunos
paliativos para las consecuencias de la modernidad sobre la vida social y humana no es
mucho esperar y justifica el esfuerzo político, económico y hasta 'intelectual' ?.

131
En algún escrito Alejandra Pizarnik, anota que la mirada desde la alcantarilla puede ser una
visión de mundo.

197
Tratar de remediar (o de cómo se lleva la carga como dirían las abuelas) algunas
situaciones me parece que no llega al extremo de querer dar consuelo a las grandes
preguntas del hombre y quizá tampoco a la pretensión de poner las cosas en su lugar. De
forma modesta, acotada y concreta, tan sólo supone trabajo y acción, quizá a la manera
insinuada por Giddens (hasta la Constitución de la Sociedad), pero al parecer esto se podrá
observar con algo más de claridad sólo dentro de unos cuantos años.

La idea de la acción humana puesta en movimiento en vistas a procurar-se


alternativas de componenda, remedio o acomodo, tal vez pueda ser una determinada por su
función y no por su contenido. Uno de los temas qué rozó está investigación es la pregunta
por cuales son las manera de autodescripción de dicha práctica humana. Indeterminada por
la facultad que Giddens enuncia como agencia y poder de 'hacer una diferencia'.
Condicionada por los cotos que impone el devenir social que hacen, a su vez, posibles tales
habilidades agenciales como prácticas sociales.

Respecto a estos dilemas enigmáticos no puedo escribir más (algunos dicen que se
puede hablar sin decir mucho pero que el soporte de la escritura no tolera lo mismo).

198
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