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Introducción..............................................................................................................................1
CAPITULO UNO
CAPÍTULO DOS
2. La agencia......................................................................................................................79
3. Procesos de estructuración.............................................................................................92
1
CAPÍTULO TRES
Comentarios Finales..........................................................................................................168
Bibliografia......................................................................................................................177
2
INTRODUCCION
Este problema presenta variadas aristas y derivaciones. Una forma de aprehender tan
vasto campo, es circunscribir su alcance planteándonos un objetivo muy acotado. En esta
investigación éste refiere a un examen de la reconstrucción del problema del vínculo entre
niveles analíticos micro/macro sociales por parte de la teoría de la estructuración de
Anthony Giddens. De esta manera, la estrategia de abordaje al objetivo propuesto, así como
el recorte del objeto, está dado por el uso de esta teoría como ruta de orientación. En esa
dirección la labor se ciñe a explicar las categorías por medio de las cuales la teoría de la
estructuración da cuenta de la relación entre agencia1 y estructura y entre estructura y
agencia. Esto excluye la aplicación de la teoría a ejemplos histórico-sociales concretos así
como análisis metateóricos de la misma. Sí incluye una exposición crítica de la propuesta
giddensiana en términos de contrapunto conceptual.
1
Se usará el término 'agency' traducido al español como agencia. En el segundo capítulo de esta
3
El problema planteado se trabaja desde la teoría de la estructuración, básicamente, a
través de dos obras2 de Anthony Giddens: ‘Las Nuevas Reglas del Método Sociológico’ de
1976 y ‘La Constitución de la Sociedad. Bases para una Teoría de la Estructuración’ de
1984. Ello dado que es en estos trabajos donde el autor plantea de modo más sistemático y
de forma más profunda su arquitectura teórica. Asimismo y puesto que el objetivo
propuesto no contempla una reconstrucción de la obra del autor sino, como apunté
anteriormente, un análisis en torno a un problema puntual, no se utilizaran como insumos
centrales (aunque sí periféricos) textos referidos a: revisiones críticas del autor en torno a
teoría sociológica clásica (Marx, Weber, Durkheim); debates con autores contemporáneos
(Foucault, Garfinkel, etc); y estudios de fenómenos específicos (economía, sexualidad, etc).
Las obras referidas a diagnósticos de la sociedad moderna (Consecuencias de la
modernidad 1990, Modernidad e identidad del Yo, 1991), serán retomadas como apoyo a la
ponderación crítica de la operación teórica agencia/estructura, pero tampoco constituirán el
centro de este trabajo
4
Si bien ésta es una manera, dentro de muchas otras, de construir teoría y de concebir
la relación agencia/estructura, estimo que es un punto de partida productivo ya que fija un
foco a partir del cual se puede llegar a señalar -como punto de llegada-un horizonte mucho
más amplio. Antes de ello, es necesario recorrer la trayectoria que marca la teoría elegida.
Esta se conforma de tres momentos básicos: el primero se encuentra referido a la
construcción de un marco general donde se pueda insertar la pregunta por las explicaciones
teóricas integradas; en el segundo es donde se ingresa a la teoría de la estructuración
buscando desbrozar los caminos y categorías básicas de su construcción; en el tercer
momento es cuando se sale del interior de la propuesta giddensiana para hacer construir
observación con un grado mayor de distancia.
De esta manera, el primer capítulo tiene como objetivo situar, dentro de algunos
debates sociológicos generales, la problemática específica acerca de la relación entre
explicaciones accionalistas y estructurales y/o sistémicas del fenómeno de la constitución y
orden social. Esta reconstrucción no pretende ser exhaustiva, sino ofrecer una mirada global
de aquellos puntos que me han parecido esclarecedores para iniciar la indagación dentro de
la teoría de la estructuración. Como primer paso, se construye un acotado diagnóstico del
tipo de sociedad y de vínculo social al que se refiere con 'sociedades modernas'. Se señala,
luego, una distinción entre formulaciones teórico-sociológicas heurísticas y generativas,
dentro de éstas últimas es donde se propone ubicar a la teoría de la estructuración como una
'de la constitución' . El primer capítulo concluye con una breve introducción a esta teoría en
lo relativo a la visión del vínculo entre agencia y estructura.
apellido del autor, la sigla de la obra, el año y la página (Por ejemplo: Giddens, NRMS, 1997:123).
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El tercer y último capítulo, consiste en una revisión crítica de la conceptualización
giddensiana de la relación agencia/estructura Para ello se seguirán dos estrategias. Una
consiste en confrontar la reconstrucción de esta relación conceptual ante miradas críticas,
apoyándonos en una selección de trabajos específicamente referidos al problema definido
en esta investigación. Otra estrategia se basa en una revisión de la explicación que nos
ofrece Giddens de la articulación entre integración sistémica y social en la sociedad
moderna. Esta ponderación permitirá delinear algunos aportes y limitaciones de la
propuesta estructuracionista.
Como paso final y dado que este trabajo es de carácter exploratorio y no plantea
objetivos conclusivos sino una aproximación inicial al problema, se espera que el tránsito
por estos tres momentos permita reflexionar y formular de manera más precisa preguntas
acerca de los ‘por qué’ de la obsesión sociológica de aunar, hacer síntesis, vinculaciones y
retornar a las grandes teorías en un momento sociohistórico como el que nos acompaña,
para preguntar si éste no sólo nos acompaña sino que también nos constituye y de esa
manera marca la tensión perpetua de ser sujetos condicionados con ciertos grados de
libertad. La necesidad y la libertad pueden parecer tópicos de esperanza o fatalidad alejados
de una pregunta sociológica cuasi técnica como la que motiva este trabajo. Sin embargo una
interrogante de tal índole no deja de interpelar acerca de otros campos, en términos globales
el campo de las visiones del mundo de nuestros3 días. Visiones en su mayoría
desencantadas, unas con la ilusión desilusionada de bajar expectativas de sentido al mundo,
otras procurando reencantarlo. Creo sin embargo, que el encanto o desencanto contenido en
los diagnósticos de nuestros días no completa una explicación sociológica de la sociedad
moderna En este sentido me parece que la teoría social actual puede decir- junto a otros
decires- algo al respecto. En esta ruta el recorrido de esta indagación podrá tener de
trasfondo estas estas inquietudes y llegar a formularlas en términos de interrogantes desde
3
Habrá muchos tipo de 'nuestro' y 'nuestros' a lo largo de estas páginas. En el caso en que se haga
referencia a 'nuestro' autor el nuestro se utilizará para disminuir las redundancias del nombre
(Anthony Giddens) por lo que no se debe interpretar que este trabajo trate de la obra de dicho
autor. Como se aclara , el objetivo de la investogación es de otra índole.
6
el acotado problema ‘cuasi técnico’ del vínculo micro/macro.
Por último, quiero explicitar que la búsqueda que orienta esta exploración nace de
una preocupación de carácter empírico. Problema que en una frase se puede enunciar en el
de conocer cómo es que los sujetos conforman construcciones identitarias. Ello sugería que
el horizonte de sentido que podrían construir dichos agentes estaba situado en un contexto
de fondo que se vislumbraba con etiquetas como estructura y sistema, o sistemas y
estructuras. ¿De qué manera entonces, se postulaba una relación entre la constitución
intersubjetiva de mundos circunscritos a las prácticas cotidianas de vida y las formas
funcionales que se imponían en ese mismo sitio?. Ello se transformó en la formulación de
una pregunta general sobre el vínculo y orden social que es tratada ahora desde un ángulo
de mira acotado a una teoría en especial, y dentro de ella a una pregunta específica. Mi
labor a lo largo de esta búsqueda, obviamente, no tiene que ver con postular alguna
respuesta o alternativa a tal vínculo, sino en señalar un problema y describir de qué manera
ha sido concebido. Los resultados retornan al inicio, la preocupación sigue siendo de
carácter sustancial: ¿cómo es que se construyen ‘identidades’(sentido) y cómo se observa
que se constituyen?. La diferencia con el inicio es que en esta tesis la observación es sólo la
de una teoría. Para el caso que generó la pregunta, desde un problema empírico, la
observación hubiese contemplado también las operaciones de construcción de identidades
de grupos concretos; en esta investigación nos conformamos con insinuar la relación que se
puede establecer entre una concepción teórica de la acción y la noción general de un
diagnóstico de la sociedad actual.
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CAPÍTULO UNO
El problema del vínculo entre micro y macro niveles sociales o el problema de la
constitución de la sociedad en la relación entre agencia y estructura.
La lógica de construcción de este capítulo ha estado guiada por la distinción entre dos
formas de teorizar, una denominada heurística y otra generativa, de manera que como
primer paso se introduce una conceptualización básica de esta diferencia. Sin embargo,
antes de iniciar este camino, es necesario hacer un periplo para describir de manera breve el
objeto de dichas teorizaciones, vale decir, una sinóptica caracterización de las sociedades
modernas, que se acota a partir del problema de la diferenciación e integración en las
sociedad modernas. De ahí se desprende el hecho de que teorizar acerca de una sociedad
catalogada de moderna resulta una labor fundamentalmente distinta a la de explicar una
sociedad tradicional, dado que se postula a la teoría como parte de la sociedad que estudia.
De esta manera resultan fundamentalmente diferentes las descripciones teóricas que se
pudieron hacer de una comunidad, de la polis griega o de la sociedad segmentaria. En lo
que refiere al problema de esta tesis, construir una explicación acerca del vínculo social y
pretender poner en relación lo que de agencia hay en la constitución de estructuras y las
maneras en que la estructura se relaciona con la agencia, se innerva con un particular
diagnóstico de lo que la sociedad es y de lo que sociedad puede ser. Este parece ser un
desafío que involucra un punto de partida dado por el diagnóstico que de tal diferenciación
se construya, dado que las tematizaciones o autodescripciones de la sociedad, ya sean éstas
teorías, representaciones sociales, discursos, etc., se encuentran imbricadas en una trama
histórica particular,cuestión que hace posible su observación.
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generativas de postular tal vínculo, lo que ofrece un marco para introducir dicha
problemática dentro la teoría de la estructuración, por lo que, el texto se culmina con una
presentación sinóptica de las decisiones básicas que esta teoría toma -y sus categorías
teóricas centrales- en relación a un programa de teoría social en torno al problema de la
relación entre agencia y estructura.
¿Era mejor no hablar de ciertas cosas?. Hubo misterios como el de Dios a los que era mejor
no correrles el velo -dicen algunos-; existía un lugar sacro donde habitaba el enigma. Pero
una vez perdida la inocencia, salidos de la caverna, expulsados al mundo, el proceso se
vuelve irreversible. Nos vemos enfrentados a la tragedia, voz usada por Simmel para
señalar lo que advertía como aporía irresoluble de la vida despojada del alma, paso que
inaugura la fractura, huella de la escisión del sujeto de un mundo del que indefectible e
irrenunciablemente a dejado de ser parte mimética y ha comenzado a ser
simulación.Construcción de metáforas condensadoras y simbólicas que suturan las huellas
de dicha fractura o razón analítica que agrega y desagrega para volver inteligible -entender-
el caleidoscópico fluir de los particulares. Ambas opciones de autodescripción se presentan
4
Tragedia en este sentido apunta a no saber, a desconocer que con la acción se contradice una ley.
“De que el obrar de una determinada manera puede, a la vez que cumplir una orden (clara u
oscura), infringir otra (clara u oscura). (...) ignora que al cumplir con su deber (matar a
Clitemnestra, sacrificar a la hija Ifigenia) está, a la vez cometiendo delito” (Trías:1981:148). La
tragedia de la cultura bajo las condiciones de la modernidad más bien refieren al “saber “o “darnos
cuenta”, justamente lo que Trías relaciona con la política en la era moderna, donde quizá los
intentos de solución a la tragedia se puedan viabilizar en base conclusiones colectivas más allá de
la autoredención íntima,apuntándo a una especie de “redención del prójimo”.
9
en nuestra era moderna.
Este viejo dilema del hombre arrojado al mundo, lo retrataron de diferentes modos
los clásicos de la sociología, Simmel, por ejemplo, lo describe como tragedia. Sin embargo,
así propuesto, el problema era irresoluble. Según Mas-Torres (1998) la tragedia de la
cultura no puede ser resuelta dada la ausencia de una instancia óntico-existencial o ético-
política que posibilite la vuelta o la superación de la escisión sujeto-objeto; el camino de
regreso del alma a su unidad orgánica está vedado, ya que el peso de la cultura objetiva es
un bloque aplastante e insuperable que impide el camino hacia la renovada armonía entre
cultura objetiva y subjetiva. No hay camino de vuelta para contradicciones que no logran
superar los dualismos metafísicos, lo que en Simmel se retrata en el espejeo fractal del
espíritu objetivo y subjetivo sin mediaciones. De tal forma un retiro a la pura subjetividad
no podría dar lugar a una transformación concreta del estado alienado del hombre moderno.
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No podemos detenernos en una exploración de lo que modernidad significa en términos generales,
ni en la amplia literatura filosófica al respecto, pero en lo que a sociología se refiere lo acotaremos
a las problemáticas de diferenciación e integración que tal proceso conlleva.Para una discusión más
amplia ver Vattimo (1998), Picó (1988), Frisby (1992).
6
Bernstein (1979) señala a propósito de la dialéctica hegeliana del Geist, la superación de la
10
los opuestos, pero más allá de los acuerdos y desacuerdos sobre si esta forma dialéctica sea
o no aplicable a una idea de sociedad moderna, la cuestión que se quiere destacar es la
necesidad de capitular ante la construcción necesariamente posmetafísica de las ciencias
sociales y de la mayoría de las formulaciones acerca de lo que la sociedad es hoy,
destacándo la inauguración de una posibilidad, la posibilidad de la observación y la
pregunta acerca de qué es la sociedad y de cómo es posible en lo diverso.
11
síntesis que: “Los fenómenos de reificación, en definitiva tienen que sustraerse a una visión
según la cual el alma y las formas interactúan sin mediación y el sujeto creador se relaciona
con la plasmación de las fuerzas intrínsecas de su ser como meros objetos. Reclaman un
lenguaje más preciso, una formulación más convincente. La conformación sistemáticamente
inducida en los contextos de vida estructurados en términos de comunicación sólo se
presenta a nuestros ojos cuando analizamos de manera totalmente exenta de metafísica la
palpable persistencia de la multiplicación de la intersubjetividad inherente a nuestra praxis
cotidiana de las relaciones y comunicación” (Habermas, 1988:283).
De esta manera se entiende que los sujetos no se enfrentan sólo a las formas
objetivadas (en las sociedades capitalistas además reificadas) sino también en un proceso de
reconocimiento sujeto a sujeto. Los sujetos no son entonces conciencias monológicas a las
que les es dado el mundo. En clave sociológica equivale a efectuar la operación
intramundana de hacer residir el más allá del sujeto en la práctica intersubjetiva cotidiana
de la interacción9, el fundamento es trascendente sólo en el sentido de que no pertenece a
ninguna conciencia particular, pero es mundano en la medida que su propia esfera ‘sui
géneris’ no podría resultar de otra fuente que la propia producción y reproducción de lo
social.
En esta ruta, la sociología apunta a una empresa que se deslinda de la noción de una
sociedad constituida por individuos interesados y atomizados, para recomenzar el camino
ya desde la noción de una dimensión no contractual del contrato, previa a la celebración del
contrato, misma que actualiza su celebración.
9
Habermas apunta a propósito de la noción categorial básica de la sociedad moderna que “la
subjetividad no es algo interior; en efecto, la reflexividad de la persona crece a la par de su
exteriorización. La identidad del yo es una estructura simbólica que, para estabilizarse, tiene que
alejarse cada vez más de su centro a medida que aumenta cada vez más la complejidad de la
sociedad” (Habermas, 1998:153).
12
Por tanto, del individuo a la sociedad se advierte un un salto abismal10 y la cuestión
puede ser planteada de otra manera.’Cómo es posible la sociedad’ se pregunta la sociología
como cuestión basal, interrogante que por general se hace elusiva. Cómo es posible la vida
en sociedad es preguntarse por el huevo y la gallina. Interrogante descartable por obvia,
pero apreciable por lo mismo; por constitutiva. Esta pregunta se instala (y reinstala) cuando
se presentan posibilidades para la constitución de sujetos sociales en el contexto de la
modernidad, sujetos que reclaman derechos civiles, sociales y culturales. Nuevas formas de
integración (ética y política)11 parecen estar complejizando el mapa de lo múltiple y
fragmentario, indicando nuevos riesgos (en clave sistémica) y alternativas en la
10
En esta tesis se trata la relación individuo -sociedad desde un ángulo orientado a la discusión en
torno a la posibilidad de explicación de la constitución de la sociedad, desde otras perspectivas el
problema ha sido formulado según el dilema de cómo es posible la acción colectiva a partir de la
acción individual, como por ejemplo el enfoque de la elección racional. Según Wippler y
Lindenberg (1994) la cuestión micro-macro, dentro de esa línea teórica, puede avanzar hacia una
explicación integrada de lo social a partir del discernimiento dos momentos en la explicación
sociológica (problema del puente y reglas transformativas- en un sentido diferente al otorgado por
la lingüistica estructural). La estructura dual de las explicaciones sociológicas, según los autores,
pueden tener en cuenta “tanto el hecho de que las elecciones individuales se realizan bajo
constreñimientos institucionales y estructurales, como que la transformación de la acción de los
individuos en fenómenos colectivos, se ve mediatizada por constelaciones de condiciones
institucionales y estructurales a menudo complejas” (Wippler y Lindenberg,1994:184). Desde un
enfoque neoinstitucionalista North (1984,1993), entre otros, plantea una superación del enfoque de
elección racional manteniendo el postulado de racionalidad y elección a modo de hipótesis
contrastable empíricamente, haciendo un nexo entre individuo y sociedad vía explicación
institucional..De manera muy simplificada se puede descatar, de los postulados de North, tres
puntos nodales para la explicación del vínculo micro-macro; 1) se propone una noción de acción
racional situada en las preferencias socialmente condicionadas 2) la prioridad analítica se sitúa en
las instituciones en tanto marcos regulatorios de la acción (reglas y normas) 3) y en las
organizaciones como patrones de interacción entre actores. El objetivo de este enfoque, por tanto,
consiste en la “creación de un marco análitico” (North,1984:7) para dar cuenta del cambio
institucional. En palabras de North “Las instituciones son una creación humana. Evolucionan y son
alteradas por humanos; por consiguiente, nuestra teoría debe empezar con el individuo”(North,
1993: 16). La primacía teórica puesta en el individuo no le impide a North, sin embargo, cumplir
con el programa mínimo de la sociología (explicar cómo está condicionada la acción), señalando
que, “al mismo tiempo, las limitaciones que esas instituciones imponen a las elecciones
individuales son generalizadoras (...) Integrar elecciones individuales con las limitaciones que las
instituciones imponen a la elección es un gran paso hacia la unificación de la investigación de las
ciencias sociales” (North, 1993:16).
11
Para una definición de la categoría integración que destaca de forma crítica los presupuestos
funcionalistas ver, Luhmann/De Giorgi (1998), capítulo 4. En cuanto a la distinción entre
integración social y sistémica ver Lockwood (1956). Para una discusión en torno a las formas de
integración política y ético-social, Habermas (1999). Una propuesta de integración que relaciona
13
composición societal. Desparadojizar la díada global/múltiple implica esfuerzos filosóficos,
sociológicos, políticos, entre otros. Tarea urgente para refundar el mito sin mito, o la fortuna
sin destino, y las confianzas sin dios12. Que la modernidad tardía sea caracterizada como
postradicional, implica que el vínculo social construido y en base a ello, se levanta la
pregunta sobre cómo es que se observa dicha construcción.
14
observa en la relación entre teoría sociológica y diagnóstico de la sociedad moderna lo que
liga con las diferentes hipótesis que se llevan a cabo en las explicaciones sociológicas
actuales acerca de lo social, que pretenden un vínculo entre lo micro y lo macro o la
dualidad entre agencia y estructura o una complementación entre positivismo y
hermeneútica, etc.
De esta manera, la intención en este acápite es hilar un problema más que hacer una
reproducción exhaustiva (que como representación jamas podría serlo) de lo que puedan ser
la sociedad moderna. El problema que hace sentido tejer, para la relación entre una
caracterización de la sociedad como moderna en tanto foco de la sociología y la pregunta
por el vínculo entre lo micro y lo macro por un lado, y agencia/estructura por otro, refiere
para el objetivo de esta tesis al proceso de diferenciación14 que sufre esta sociedad. Se dice
que refiere a este proceso dado que la pregunta contenida en la preocupación por el vinculo
o la dualidad se inscribe en el horizonte de una sociedad escindida, ante lo cual, desde los
diferentes posicionamientos de la teoría (como implicada o no implicada en los procesos
que observa) es posible develar la contigencia de lo dado y por tanto alternativas para la
acción humana en relación a la construcción de sentido (alternativas a lo dado más allá de
lo dado). Más allá de este paraguas general , las diferencias son muchas: de como es
posible el orden en una sociedad de actores libres, de como es posible alguna sutura que
represente la totalidad perdida para una sociedad fragmentada, de como es probable la
improbable unidad de lo múltiple.
menciona tres: como teoría empírica, como interpretativa o como teoría crítica.
14
Con la palabra diferenciación en este caso, no nos referimos a la especificación luhmaniana de
diferenciación funcional, sino, de modo genérico, a las formas en que la sociedad se ha venido
transformando y distinguiendo de las formas societales anteriores (tribales, segmentarias, etc),
incluyendo, procesos de división del trabajo, burocratización y racionalización, imperio del
15
destrucción de los parámetros dados de condicionamiento, cuestión interpretada muchas
veces como catástrofe15. Así como enuncia Trías la determinación natural (por ejemplo el
sexo como categoría de jerarquización en la sociedad tradicional) o la determinación moral
(dadas por ejemplo, por el corpus moral unitario) ya no resultan bases sustentables para
explicar los límites de la acción humana.
16
Giddens,1993a:17). De los idealistas aceptó la noción que “la sociedad tiene propiedades
‘sui géneris’; más específicamente, que los ideales morales que integran el núcleo de la
unidad social no pueden derivarse únicamente de ningún principio de utilidad individual”
(Giddens,1993a:12). Pero, por otro lado, rechazó la intención holista de que los contenidos
del orden moral pudieran ser básicamente similares a los de las sociedades tradicionales. La
diferenciación era un proceso irreversible y había que aceptarlo para lograr explicar la
aparente paradoja entre la necesidad de un unitas moral junto con la creciente destrucción
de dicho orden.
Durkheim intentó resolver la paradojica situación del ascenso del hombre libre y la
vida colectiva, afirmando que el individualismo es un fenómeno moral y no mero egoísmo
como afirmaron los utilitaristas. El culto al individuo proporciona una validación moral a la
sociedad de la división del trabajo, donde se valora que cada uno desarrolle sus propios
talentos y capacidades
17
Según Emile Durkheim, la diferenciación en las sociedades de la división del
trabajo funciona reduciendo los conflictos sociales que, de otro modo, desencadenarían
competencias irreductibles entre grupos que compiten por recursos escasos. En una
sociedad donde la producción se haya diversificada se hace necesario el intercambio y éste,
depende a su vez, del establecimiento de contactos, lazos o vínculos entre los componentes
de la sociedad. En este sentido la integración social se verifica en lo que el autor denomina
solidaridad orgánica, noción que subraya una analogía con organismos avanzados, cuyo
funcionamiento depende de la relación entre sus diferentes partes. En este tipo de
organismos, a diferencia de los simples, cualquier alteración en una de sus partes, afecta al
todo. La solidaridad que produce la división del trabajo es tan espontánea como la
producida en las sociedades tradicionales por la conciencia colectiva y no puede yacer sólo
en el factor económico, tiene características morales; es la moralidad de la cooperación.
Uno de los postulados a destacar de los apuntados por Durkheim, es su rechazo a las
ideas contractualistas en boga en su época, al postular una distinción entre los niveles
individuales y sociales, aludiendo a que lo social debe ser explicado por lo social16. Su
concepción de la sociedad se relaciona con procesos de diferenciación (orgánica/mecánica)
que por medio de mecanismos de solidaridad y moralidad se integran a una conciencia
colectiva.
16
Durkheim menciona en las Reglas del método “La causa determinante de un hecho social debe
ser buscada entre los hechos sociales antecedentes y no entre los estados de la conciencia
individual” (Durkheim, 1971: 91)
18
Se advierte asimismo que tras la noción durkheimiana de diferenciación e
integración, subyace la noción de diferenciación como la descomposición de un todo en
partes, mismas que deberían integrarse de acuerdo a algún principio común que las
trascienda. Un paso de un estado de homogeneización a uno de heterogeneización (de la
comunidad a la sociedad como enunciara Tönnies).El problema con este concepto, afirma
Castro (1997) es que dichos principios se refieren a unos valores preestablecidos, entonces
el orden queda definido por tautología; los hombres son capaces de actuar de manera
independiente y aún así el orden es posible gracias a la existencia de una moralidad que une
a los individuos.
Las nociones de integración social de Parsons y Berger ejemplifican cada una, dos
fórmulas básicas para interpretar la vida social. Las que interesa relevar acá con el objeto de
identificar cual es el diagnóstico que la teoría de la estructuración puede describir del
proceso social de las sociedades avanzadas. La noción de sistema a la usanza tradicional
(organicista y normativista) como conjunto de elementos y sus relaciones, puede apuntar a
17
Según García Ruiz (1997) la noción de equilibrio en Parsons se postula en dos dimensiones
diferentes, como concepto analítico límite y como patrón normativo.”Parsons podía apelar, al
enjuiciar las tendencias sociales de su momento, al menos a dos instancias: al patrón de valores
vigentes, institucionalizado en el subsistema fiduciario y, en el nivel analítico, al concepto de
equilibrio sistémico” (García Ruiz, 1997: 108).
19
un proceso de autonomización de las diferentes esferas sociales cuya interdependencia
funcional da cuenta de estados de equilibrio o desintegración y esto es lo que se puede
enfatizar desde una lectura de Durkheim de corte más bien sistémico, subrayando la idea de
subsistemas sociales en mutua interrelación. Más cercana a la versión bergeriana se
encuentra una lectura culturalista de Durkheim donde se destaca la idea de conciencia
colectiva y normas, donde se representa una totalidad que no se desprende de sus
elementos, de acuerdo a la cual se requeriría de algún anclaje de interacción y sentido como
‘input’ de legitimidad; condición de posibilidad de la propia legalidad del sistema. Por una
parte, se dibuja una multiplicidad sin principio dado de unificación o integración
metasocial (ni metafisico, ni religioso, ni histórico); por otra, para extremar las posiciones,
se mantiene la posibilidad de unidad del todo social.
Habermas aduce que en la sociedad moderna “en cuanto el sistema ocupa el puesto
de ‘auto’ en la autorrealización, cae la posibilidad de toda centrípeta recapitulación del todo
en el saber-se; de la estructura de la relación consigo sólo puede ser ya portador cada
elemento particular” (Habermas, 1989: 440).
Con esto alude a la imagen de una sociedad acéntrica, que ha pasado a diferenciarse
funcionalmente Habermas citando a Luhmann aduce que “ ‘Esto tiene como consecuencia
que ya no pueda fijarse ningún punto de vista desde el que quepa observar correctamente
el todo, ya se le llame Estado o sociedad’” (Habermas, 1989:440)
20
Pero la respuesta habermasiana no es una versión heterárquica. Postula que si bien
un conocimiento global de la sociedad como totalidad sólo puede darse desde sistemas
expertos como la ciencia, es posible plantear una estrategia conceptual que no dé por
perdida la noción de autorrepresentación de la sociedad, de ahí su desarrollo de la noción de
espacio público como intersubjetividad de orden superior.18
18
En los espacios públicos “pueden articularse autocalificaciones y autoatribuciones colectivas
formadoras de identidad. Y en el espacio público de orden aún más superior, resultante de la
agregación de los anteriores, puede también articularse una conciencia social global. Más ésta no
necesita ya satisfacer las exigencias de precisión que la filosofia del sujeto tiene que imponer a la
autoconciencia. (Habermas, 1989: 443)
21
a procesos de reconocimiento en una comunalidad 19
19
“ Si en la etapa sociocultural toda comunicación posibilita una ‘actualización común de sentido’;
si, como Luhmann correctamente advierte, lo idéntico que ha de mantenerse en el intercambio de
información es una ‘ estructura de sentido que todos ponen a la base’ entonces el análisis del
sentido exige en primer término la reconstrucción de la generación de esa ‘comunalidad’ (Dilthey),
en que se funda la identidad de significado. Antes de explicar la presencia (independiente de la
situación y virtual) de lo ausente, es decir, antes de explicar el sentido de la representación, incluso
por referencia a la posibilidad de negación, es menester estudiar la comunicación como una
‘participación en lo mismo’ garantizadora de la identidad de significados (...)” (Habermas,
1993b:344).
22
selectividad de cada subsistema, misma que señala la determinación interna del sistema por
el propio sistema. Bajo esta noción se confirma un concepto no tradicional de integración
que ya no alude a un centro o referencia externa sino a una heterorreferencia, donde el
orden ya no es planteado de acuerdo a una asimetrización jerárquica, que integra de acuerdo
a un principio ordenador vertical, en cambio se la integración queda definida como “la
reducción de los grados de libertad de los sistemas parciales” (Luhmann/De
Giorgi:1998:285). Esto implicaría que cada subsistema define de manera especializada su
propio código de comunicación para coordinarse intra e intersistémicamente y que los
mecanismos coordinación son cada vez más abstractos y diferenciados, manera en la cual
las expectativas son validadas de manera relativa a cada sistema. Esta visión no parece
aceptar la idea de Lockwood de integración sistémica y social, más bien prioriza la
coordinación funcional en lo que a sistemas sociales refiere.
23
sociales y su reintegración en espacios de la vida cotidiana, principalmente reflejados en: la
separación de tiempo y espacio, el desenclave de las instituciones sociales y la reflexividad
institucional..
20
Giddens, como se revisará con mayor detalle en el tercer capítulo, se aparta de las
conceptualizaciones funcionalistas y estructuralistas clásicas para definir sistema y estructura. Los
primeros comprenden actividades de agentes situados en tiempo y espacio que a través de sus
prácticas reproducen crónicamente las estructuras, las que como conjunto de reglas y recursos, se
encuentran fuera de tiempo y espacio, en una instancia virtual. Por tanto los sistemas presentan
24
Pese a que hoy la experiencia es mediada, muchas relaciones puras y muchas formas
de relacionamiento impersonales, no se puede considerar según Giddens que los sistemas
sean autónomos y estén determinados por sus propias influencias autoconstitutivas. Para el
autor, junto con fragmentación se produce dispersión que lleva a una hiper interrelación de
efectos lejanos sobre la vida cotidiana, afectando incluso la constitución del sí mismo. La
mediatización junto con la reflexividad se implican en la constitución social donde se
conjuga lo global y lo local.
Si, en líneas gruesas, los diagnósticos antes descritos coinciden en señalar un cierto
desgarramiento o divorcio entre la vida en interacción y la coordinación sistémica (gracias a
señales simbólicas o medios simbólicamente generalizados), nos preguntamos si se puede
describir la sociedad actual afirmando la existencia una cierta autonomía entre la
reproducción social y la autoproducción de la sinergia emergente de sistemas como
totalidades autoconstitutivas. O si más bien deberíamos considerar que la fragmentación
descentrada de producción sistémica diferenciada no nos lleva necesariamente a desechar la
noción de sociedad como totalidad, donde el tejido conectivo aún en sus expresiones
mediadas, consiente relación con procesos de reproducción interactiva o intersubjetiva de
la vida social.
25
La pregunta por la relación entre agencia y estructura en la teoría que nos sirve de
ruta, se fundamenta en la segunda de estas afirmaciones, ya que se afirma que si bien las
sociedades modernas se caracterizan por la impersonalidad de la relaciones, integración
sistémica y social se encuentran vinculadas, por lo que no es posible verificar la
reproducción de la sociedad prescindiendo de una referencia a la inveterada recursividad de
prácticas de sujetos que las efectúen en procesos de estructuración. En ‘La Constitución de
la sociedad’ Giddens apunta “Es perfectamente correcto, desde luego, sostener que una
sociedad no es la creación de actores individuales, y que las propiedades estructurales de
sistemas sociales sobreviven a los individuos. Pero estructura, propiedades estructurales, o
‘parámetros estructurales’, sólo existen en tanto haya continuidad en una reproducción
social por un tiempo y espacio. Y esa continuidad, a su vez, sólo existe en las actividades
reflexivamente registradas de actores situados -y a través de éstas-, con un espectro de
consecuencias buscadas y no buscadas” (Giddens,CS,1995: 240). Esta perspectiva se
explicará con mayor detalle en el segundo capítulo. Si hasta ahora se procuró establecer
relación entre una diagnosis de la sociedad moderna y las formas de entendimiento de la
misma por parte de la sociología, en lo que sigue se indaga acerca de dos formas de hacer
teoría, correspondientes a maneras de entender la realidad que se contempla u observa.
26
2. Teorizar heurístico y generativo
Kolakowski señala una distinción común desde la época romántica entre el espíritu
analítico y el sintético: “analítico quiere decir literalmente ‘disolvente’ y se refiere al uso de
la razón que descompone realidades complejas en sus partes más elementales hasta lograr
que se transparente su forma de funcionar, pudiendo domesticar así el entorno físico. Las
ciencias (de la naturaleza) son el órgano clásico del espíritu analítico, ‘una prolongación de
la rama tecnológica de la civilización’ ”(en Frank,1994:73).Por otro lado, el espíritu
sintético apunta más bien a “las convicciones tecnológicamente infructíferas que como
órgano de la cultura son una prolongación de su rama mítica, conciernen a las cualidades
del ser en tanto que totalidad (a diferencia del objeto); conciernen a la necesidad de los
acontecimientos. Pretender revelar la relatividad del mundo de la experiencia e intentar
desvelar la realidad incondicionada gracias a la cual la realidad condicionada adquiere un
27
sentido” (Kolakowski,1972, en Frank:1994:74).
Con esta distinción no se quiere hacer pensar que síntetico y analítico son dos
formas separadas de actuar y pensar humanos, donde necesariamente se tenga que oponer a
un mundo de los elementos analíticos un mundo verdadero del sentido.Que una cosa exista,
que se dé, que sea observable o que suceda es inpendiente de su sentido. El sentido según
señala Frank en este mismo texto, “ entendido como fundamento que acredita a un ente, ni
siquiera es el mismo, sino que debe ser: tiene el carácter de una exigencia incondicionada,
pero nada más” (Frank, 1994:74). El sentido se relaciona con la necesidad y la falta del
hombre frente al ‘absolutismo de la realidad’21, acción humana que no capitula a la
facticidad exigiendo (creando, imaginando, observando) de acuerdo a diferentes grados de
libertad, alternativas a lo dado.
Simmel captó sensiblemente estas dos tendencias, no queriendo sacrificar una parte
por otra, corazón por mente o cuerpo por espíritu, postulando una relación dialéctica de
estas dualidades como oposiciones metafísicas22.“La cultura objetiva, como se mostraba, es
siempre síntesis. Pero la síntesis no es ni la única ni la más inmediata forma unitaria, puesto
que siempre presupone la separación de los elementos como lo que le precede o como su
correlato. Sólo una época tan analíticamente sintonizada como la moderna, puede encontrar
en la síntesis lo más profundo, el uno y el todo de la relación formal del espíritu con el
mundo -mientras que, en efecto, existe una unidad original, prediferencial; en la medida en
que ésta hace salir de sí los elementos analíticos, de igual modo como el núcleo orgánico se
ramifica en la multiplicidad de miembros separados, está más allá de análisis y de síntesis-
a no ser que estas dos se desarrollen a partir de ella en interacción, presuponiendo la una a
la otra a cada nivel, a no ser que la síntesis lleve con posterioridad los elementos
analíticamente separados a una unidad que es empero, algo del todo diferente a la unidad
21
Término usado por Blumemberg, ver Weitz, 1996.
22
Recordamos en este punto que la vía de reconciliación en síntesis de carácter superior es una de
las formas en que ha sido planteado el dilema de las aporías de la sociedad moderna. En el acápite
anterior apuntamos que la noción de unidad de la diferencia en Luhmann, por ejemplo, más que
oponer identidad y diferencia, inscribe en la huella de la diferencia la diferencia entre identidad y
28
puesta antes de toda separación” (Simmel,1988:215, subrayados míos).
La oposición analítico/sintético enrostra derivaciones para la pregunta por aquella
operación sociometodológica del vínculo micro/macro, que desde diversos modos de
teorizar puede ser entendida, consecuentemente, de modos diversos. Si la problemática por
el vínculo es reconstruida, como lo hace Giddens, para ser formulada al interior de una
teoría de la constitución referida a la pregunta acerca de como es posible la sociedad en
clave generativa y no analítica, se imprime en ella lo que se definió como espíritu sintético
e ‘imperio’ del sentido. Pero que quiera decir sintético o generativo en el contexto de la
sociología es algo distinto a lo que significa bajo concepciones metafísicas.
diferencia.
23
Para las ontologías constitutivas a diferencia de las ontologías del ser, “el problema ya no es la
verdad o realidad del mundo, sino el sentido que de él nos hacemos en términos intersubjetivos (...)
El programa de un enfoque no orientado en términos normativo-analíticos sería, en nuestra lectura,
la contraparte teórica de una sociología que quiere hacerse cargo de ese espacio no ontológico de lo
social” (Opazo:1995:118). Se agrega además, que el sentido puede ser entendido, a lo menos de dos
maneras diferentes dentro de la teoria social actual, como operación intersubjetiva o como
operación de sistemas. Bajo esta última versión el sentido no pertenece exclusivamente al orden de
los sistemas de conciencia que vivencian el sentido, sino también al orden de los sistemas de
comunicación que reproducen sentido. Ver Luhmann 1996b, Lección nueve. Sentido.
29
órdenes diferentes: el tiempo de las relaciones entre sujetos y de las coordinaciones en los
sistemas. Conjugar las dos o no hacerlo es parte de las decisiones fundamentadas en las
teorías sociológicas.Las teorías que plantean una relación tal pueden plantearlo, al menos de
dos formas, mismas que engarzan con los dos fantasmas de época antes enunciado, el
analítico y el sintético, pero que en la actualidad encarnan en teorías sociológicas que desde
el comienzo desechan supuestos metafísicos y se abocan al estudio de lo social como una
cuestión de orden intramundano.
30
En tal caso, la pretensión no es ‘esencialista’ sino convencional; se introducen
ciertas condiciones bajo las cuales es posible establecer reglas de correspondencia entre
objeto (enunciados de hecho) y postulado teórico24. En cambio, las teorías que entienden su
ámbito objetual constituido en clave de sentido, asumen una noción ‘esencialista’ ajena a
las teorías antes descritas.
Advierto que dentro de las teorías que se plantean la noción de sentido, pueden
identificarse varias formas de asumirlo, formulando la noción de comprensión de manera
tanto heurítica como generativa. Al respecto Weber se preguntó, cuando procuraba avanzar
en la contrucción de una ciencia social empírica, cuál podría ser “la significación de la
teoría y de la conceptualización teórica para el conocimiento de la realidad cultural (...)”
(Weber,1978:74). Su respuesta buscaba alejarse tanto de formulaciones normativas como
las de la economía política de su éopca, como de concepciones naturalistas que pretendían
construir una representación de la realidad. Para ello construye una estrategia metodológica
expresada en los denominados tipos ideales, que sin ser una Idea en el sentido kantiano,
representan una construcción ideal que realza unilateralmente uno o varios aspectos de los
fenómenos singulares discretos que encajan en un cuadro en sí unitario. Se postulaba que la
24
Para una versión del teorizar analítico en sociología ver Turner, J (1991).
31
única forma de reunir lo singular en una idea unitaria- la única manera de hacer una
síntesis- sería a través del establecimiento de conexiones abstractas por medio de conceptos
que, en relación a la realidad, conformarían un cuadro paramétrico con la que compararla,
pero que jamás representarían dicha realidad en su esencia. Tampoco podrían ser una
exposición histórica de lo existente empíricamente. Weber señala “En efecto, ninguno de
aquellos sistemas conceptuales, de los que no podemos prescindir para la captación de los
elementos significativos de la realidad en cada caso, pueden agotar su infinita riqueza.
Ninguno es otra cosa que el intento de poner orden en el caos de aquellos hechos que hemos
introducido en cada caso en el círculo de nuestro interés, y ello sobre la base del estado de
nuestros conocimientos y de las formaciones conceptuales de que disponemos”
(Weber,1978:94).
Por su parte, las teorías que entienden la comprensión del ámbito preconstituído de
lo social (ámbito del sentido) no sólo como método sino como ‘la’ forma de constitución
misma de la sociedad, pueden ejemplificarse con la ilustración de algunas teorías actuales
para ubicar dentro de ellas a la teoría de la estructuración de Giddens. Siguiendo la
descripción de Habermas (1993a) se aduce que al interior de esta alternativa teorética se
deben resolver varias dificultades y responder a una serie de preguntas básicas, entre ellas;
si hay un sujeto (o no lo hay) del proceso de generación, y de cómo es dicho proceso de
generación: actividad cognoscitiva, lingüística, trabajo o creación. De ahí que se distinga
dentro de las teorías generativas, entre las que el autor denomina de la constitución, las
teorías sistémicas y las planteadas en términos de comunicación, según lo que entiende
Habermas por comunicación.25
Las teorías de la constitución según Habermas son las que “de algún modo
presuponen un sujeto trascendental” (Habermas,1993a:33). Se verá más adelante (segundo
capítulo), a través de un análisis de la noción de agencia, que tan exacto es afirmar esto para
el caso de la teoría de la estructuración como teoría de la constitución. Por ahora se retoma
25
Para una discusión en torno a la noción de comunicación e intersubjetividad y comunicación
como operación ver Luhmann, 1998.
32
la clasificación habermasiana con el objeto de clarificar las diferencias entre teorías en
términos gruesos.
Otro tipo de teorias generativas son las que “a la base del proceso de generación
ponen estructuras sin sujeto” (Habermas,1993a:33), dentro de las cuales se identifica a las
teorías sistémicas como la propuesta por Luhmann26. Por último, las teorías que “suponen
sistemas de reglas abstractos para la generación de relaciones intersubjetivas en las que
también los propios sujetos se forman”, son las teorías de la comunicación, tal como la que
propone el propio Habermas.
26
Habermas anota en La Lógica de las Ciencias sociales que“ Luhmann interpreta la problemática
de la selectividad mediada por el sentido recurriendo a la teoría del significado de Husserl. Los
plexos de sentido constituyen horizontes de remisiones de las posibilidades en cada caso actuales
a las posibilidades dejadas en suspenso, pero a las que virtualmente puede siempre recurrirse”Más
adelante citando a Luhmann se aduce que “ ‘Resulta insoslayable el problema de integrar la
actualidad de la vivencia con la trascendencia de sus (en cada caso) otras posibilidades, e
insoslayable también la forma de elaborar las vivencias que se encarga de tal tarea. A esa forma la
llamamos sentido’ ”(Habermas, 1993b:319). Según señala Habermas en este texto tanto él como
Luhmann consideran la problematica del sentido como un eje básico de la construcción de teorías
sociales “Frente a toda suerte de objetivismo empirista, Luhmann, si no entiendo mal, y yo,
compartimos la idea de que el ‘sentido’ ha de intruducirse como un concepto básico de la
sociología, si no como el concepto básico de la sociología, porque la propiedad emergente que es el
procesamiento de la realidad por vía del sentido, propiedad que aparece en la etapa evolutiva socio
cultural, afecta a menos en tres aspectos a un programa teórico adecuado a ese ámbito objetual, a
saber: en lo que concierne a la transformación de las experiencias en datos, en lo que respecta a la
estructuración de la teoría, y en lo tocante a la relación entre teoría y experiencia” (Habermas,
1993b:332). En una nota al pie Habermas advierte, sin embargo, que esta compatibilidad con la
teoría de sistemas de la sociedad se sostiene en la medida que ambos programas advierten los tres
33
Afirma que la noción de ilustración asumida por el positivismo, según una
racionalidad ‘menguada’ en términos instrumentalistas, los lleva a consecuencias
indeseadas al contradecir sus intenciones de desideologizar la labor de investigación,
llegando en sus extremos al dogmatismo y, en el plano político a una visión tecnocrática y
decisionista. Contra este punto de vista opone uno que entiende el proceso de investigación
como una acción llevada a cabo por sujetos, proceso integrado en la “trama objetiva cuyo
conocimiento se busca” (Habermas,1973:148). Esto supone entender la sociedad como
totalidad27 y oponerla a una visión sistémica, como trama funcional de regularidades
empíricas que expresan dichas relaciones a nivel formal quedando por fuera del ámbito
experimental analizado. “La filosofía analítica parece hacer suyo el programa de la unidad
de la ciencia: la coincidencia fáctica entre las hipótesis legales derivadas y las regularidades
empíricas es principalmente casual y, en cuanto tal, exterior a la teoría”
(Habermas,1973:149).
problemas señalados, pero no existe acuerdo en cuanto a cómo se plantean dichos problemas.
27
Se podria distinguir varios tipos de lógica al asumir diferentes nociones de lo social como
unidad, una dialéctica pronunciada por Habermas en este artículo que se resume en que el todo es
más que las partes pero que las partes son un todo. “Sistema y particularidad son recíprocos y sólo
en su reciprocidad resultan cognoscibles” (Adorno en Habermas,1973:147). La noción de sistema a
la que se opone Habermas es la expresada en la idea común de un todo compuesto y descompuesto
en partes. Esta es la misma idea organicista que parte criticando Luhmann al asumir otro
paradigma, por así llamarlo, que reemplaza el esquema todo/parte por la distinción sistema/entorno,
así la sociedad como sistema es una forma, vale decir la unidad de la diferencia entre sistema y
entorno. Millán aclara este punto diciendo: “Existe, en efecto, una diferencia entre sistema y el
concepto clásico de totalidad; el sistema (...) es un principio de unificación de operaciones y de
estructuración estable de acciones” (Millán, 1998:118; nota a pie n°9).
34
como una totalidad determinante incluso de la propia investigación”
(Habermas,1973:50)..La ciencia social pierde así, al mismo tiempo, su presunta libertad de
elección de categorías y modelos; se hace consciente de que “los datos de que dispone no
son datos incualificados, sino, exclusivamente, datos estructurados en el contexto general
de la totalidad social” (Habermas,1973:50).
Estas afirmaciones han sido replanteadas por el autor y ha ido asumiendo ciertos
postulados del funcionalismo reformulado en términos de teoría de sistemas. De cualquier
manera se mantiene la idea general y básica que ciencia social reflexiva perteneciente a la
vida social en su conjunto.
35
teorían sean idénticas con los objetos de las proposiciones, sino más bien que la
observación de la ciencia es una operación que observa como se observa y por tanto
distingue las formas de las operaciones28. De modo diferente, la referencia en las teorías
plantadas de modo analítico o heurístico está dada por la suficiencia lógica interna de sus
propias proposiciones planteando una noción de verdad como correspondencia. Esto
requiere de una serie de cánones y reglas de correspondencia que puedan hacer el nexo
entre proposiciones lógicas y hechos o enunciados acerca de hechos.
Esta teoría plantea entonces que las proposiciones, siendo referidas a lo real, asumen
su verificación en relaciones con la realidad y que una teoría de sistemas así propuesta es
una de sistemas reales y por tanto “Dicha teoría existe entonces como uno de sus objetos, y
así puede compararse con otros de sus objetos” (Luhmann,1990:42). La autorreferencia
implicada en este postulado significa que “la teoría de sistemas debe tener presente el hecho
de ser ella misma uno de sus objetos” (Luhmann,1990:43).
La teoría de sistemas sociales se separa de los postulados según los cuales se toman
a “las necesidades conceptuales de las construcciones de clases por las características
esenciales de las cosas mismas (...) no existe ninguna garantía inmanente a la cosa para que
se dé una coincidencia entre generalidades y formas esenciales” (Luhmann,1990:46). La
solución a esta cuestión, en la teoría de sistemas, no es construir conceptos de
caracterización sino de problematización, lo que implica no determinar las características
esenciales que se pudieran encontrar en todos los sistemas sino, más bien, plantear
problemas para los que pueden darse diferentes soluciones funcionalmente equivalentes29.
La generalidad está dada por una abstracción funcional y no de clase, esto puede
28
En la Ciencia de la Sociedad Luhmann hace alusión a este punto, afirma “La referencia (lo que
designa una observación), ciertamente tiene que ser distinta de la operación que refiere; pero esta
distinción debe entenderse de manera puramente funcional y no ontológica; no se refiere a mundos
ónticamente separados (ser, o pensar), sino que caracteriza únicamente la correspondiente
operación de la observación. Esta siempre tiene que ser realizada en el mundo, con lo que se
expone a su vez a la operación. Esto significa también que se trata siempre de una operación
empíricamente condicionada” (Luhmann, 1996a:60).
29
Para una discusión sobre el método funcional en Luhmann ver Joas (1990), y Habermas (1993b)
36
ejemplificarse en la posibilidad de afirmación de una descripción de la diferenciación de un
sistema; lo que se describe no es la clase de la diferenciación sino la construcción de la
diferenciación misma. Se describe un principio de constitución como referencia a la
operación contenida en ella30.
Por su parte, Giddens, introduce la noción de doble hermeneútica que se conecta con las
nociones que hemos introducido acerca de la relación entre teoría/realidad y teoría social en
la modernidad. Este postulado se establece en relación con dos órdenes de cuestiones: uno a
nivel lógico y otro a nivel empírico acerca de reflexividad institucional y social. En el
primer nivel, el carácter dual de la hermeneútica doble se refiere a que los descubrimientos
de la ciencia reingresan al mundo al que se remiten trasformándolo o plasmándose en él.
Esta afirmación de circularidad, que parece tan banal y obvia, entre el saber científico de
las ciencias sociales y el saber de sentido común de los legos, en su conexión intrínseca en
el saber mutuo31, deriva de una serie de presupuestos y toma de posición respecto a la
noción de ciencia discutida a partir de las versiones positivistas, postpositivistas y
antipositivistas32.
30
Este modo de entender el conocimiento, Luhmann lo denomina constructivismo operativo. Se
observa cómo observa el observador observado, y no “qué” observa. Según el diccionario de Corsi,
Espósito, Baraldi (1996) el constructivismo en términos globales postula que el conocimiento “no
se basa en su correspondencia con la realidad externa, sino siempre únicamente sobre las
construcciones de un observador” (Corsi, Esposito, Baraldi,1996:51).No se niega la existencia de la
realidad, pero se afirma que no existe en ella nada que corresponda a las categorías del
conocimiento, sin embargo la realidad es la que es, de modo que el observador conoce sus
distinciones y no datos primitivos. Esta pérdida de una referencia independiente del objeto no
implica falta de realismo: “son reales tanto los objetos como las operaciones que los constituyen, y
lo que cuenta es no confundir las distinciones diferentes" (Corsi, Esposito,
Baraldi,199653).Luhmann afirma “ ningún constructivista (...) discutiría que las construcciones
tienen que ser efectuadas por medio de operaciones reales adaptadas al entorno” (Luhmann, 1998:
143).
31
El saber mutuo es aquel conocimiento compartido por todos los que son competentes en
participar “en” o reconocer la realización apropiada de una práctica social o una serie de prácticas.
El conocimiento mutuo en palabras de Schutz, “los reservorios de saber” se refieren “ un saber
mutuo (que) la mayor parte de las veces es de carácter práctico: es inherente a la capacidad de “ser
con” en las rutinas de la vida social” (Giddens, CS, 1995:42).
37
La segunda noción a nivel institucional, dice relación con la naturaleza fragmentaria
y pluricéntrica de la sociedad en su fase de modernidad tardía y con el sitio y tarea de la
teoría/ciencia social dentro de ella.
Del primer enunciado sobre el reingreso de los conocimientos hacia el mundo al que
se refieren conlleva una serie de supuestos que nos parece importante dejar enunciados, ya
que estarán relacionados de manera directa con nuestro análisis posterior acerca de lo
micro/macro. La doble hermeneútica como cuestión empírica, refiere a la relación entre
teoría y praxis. En este punto Giddens deja entrever dos puntualizaciones. Una, que al ser la
reflexividad institucional un proceso inevitable, cuando un observador de ciencia social
pone a la luz sus descubrimientos, pierde el control sobre ellos, lo que para el autor también
concierne a la pretensión improcedente de introducir algún telos a la relación entre ciencia
social y su ámbito de estudio, cuando se intentar “anticiparse al autocumplimiento o la
autonegación de una profecía” (Giddens,NRMS,1997a:24). Un segundo punto desprendido
del anterior, es que entre la producción desde la ciencia social y la realidad social no es
posible postular una circularidad nutricia unidireccional, ya que no existe un “acuerdo
necesario” entre el cambio en las nociones de sentido común y la teoría social, es más, entre
ellas existen muchas conexiones posibles. El tema es de qué manera determinarlas y cómo.
Lo que importa destacar acá es la pregunta acerca de si el saber hacer de las personas en lo
concerniente a su vida práctica y moral tiene relación con el saber mejor que pudiera
pretender una teoría, y ello con el decidir que hacer que una sociedad (como metáfora) se
pregunta y lucha por contestar.
Una presuposición básica de esta teoría acerca de la vida social, es lo que Cohen
(1990) ha calificado, para la teoría de la estructuración como una de ontología de las
potencialidades. Si bien esta propuesta se aleja de la metafísica del idealismo y del
determinismo materialista, asume a nivel axiomático, que existen en forma no actualizada
propiedades fundamentales del ser, una constitución de la realidad y relaciones entre sus
elementos. Giddens declara: “centrar la atención en cuestiones epistemológicas distrae de
32
Ver en especial Giddens (1988)
38
los intereses más ‘ontológicos’ de la teoría social, justamente aquellos que la teoría de la
estructuración toma como eje. Más que preocuparse por querellas epistemológicas y por
determinar si algo semejante a una ‘epistemología’ en su acepción tradicional se puede
formular en definitiva, los que trabajan en teoría social, según mi propuesta, se deben
aplicar primero y ante todo a reelaborar concepciones sobre el ser y el hacer del hombre,
sobre la reproducción social y transformación social” (Giddens, CS,1995:21).
Uno de sus postulados ontológicos, asume las proteicas facultades de los agentes o
actores (que distingue de los individuos) sociales para producir y transformar sus propias
circunstancias históricas, para reproducir y contribuir a crear las estructuras sociales.
Asimismo, distingue la existencia de condiciones fundamentales que generan la
multiplicidad de formas empíricamente discriminables del devenir de los procesos de los
acontecimientos sociales.
Por ello, es que Giddens aboga por la construcción de una teoría sustantiva y acusa
de teleológicos los intentos sistemáticos de los funcionalistas y evolucionistas. Las
propiedades estructurantes y las limitaciones a la agencia están dadas sólo en circunstancias
específicas y no es posible darles formas a partir de leyes nomológicas. De tal forma la
compresión no es sólo un método especial de acceso a la realidad social sino que “la
condición ontológica de la sociedad humana (tal) como es producida y reproducida por sus
miembros” (Giddens:NRMS,1997a:182). Por tanto, el cientista social no puede construir un
lenguaje que no esté conectado con las categorías del lenguaje lego, tal como lo hacen las
ciencias naturales.
39
El autor señala: “Es tarea de la ciencia social alcanzar concepciones sobre la
naturaleza de la actividad social humana y sobre el agente humano que se pueda poner al
servicio de un trabajo empírico. El quehacer principal de la teoría social es el mismo que el
de las ciencias sociales en general: esclarecer procesos concretos de la vida social”
(Giddens:CS,1995:19).
Entre las producciones teoréticas de índole generativo, las alternativas que se han
planteado para el proceso generatriz de la sociedad han sido varias; si es la comunicación
como operación de un sistema o si es la intersubjetividad o la denominada práctica
social.Cada alternativa, se vincula con una noción de relación teoría/realidad, y por ello con
un diagnóstico y una pregnosis de la sociedad como sociedad moderna. Sociedad cuyo
desencantamiento, como tragedia o en tanto posibilidad liberadora -del funcionamiento o la
reflexión- se desprende de las fuerzas vinculantes de la tradición y del fundamento
40
metafísico para, intramundanamente vérselas con el reflejo especular de sí misma y de las
forma y organización que es capaz de darse para la reducción/ampliación y cambio del radio
de alternativas.
Nuevos caminos que avancen hacia una desparadojización tal, involucran, visto de
manera esquemática, por lo menos dos alternativas: apelar a síntesis de orden “superior”
basadas en posibilidades teórico-prácticas de fundar intersubjetivamente el orden social33 y
la fuerza vinculante de dicha sociedad, o renunciar al orden simbólico en término de sentido
relacionalmente construido y avanzar hacia las potencialidades operativas autárquicas que
los sistemas entre sí se viabilizan34.
33
Pienso que en esta cita de la Lógica de las Ciencias Sociales (1993b), queda bien reflejada la
posición habermasiana en relación a este punto. “Ahora bien, las reglas de la interpretación no
constituyen una dotación invariable de la economía vital concreta de los individuos o de los grupos;
cambian continuamente con las estructuras del mundo de la vida, a veces en los desplazamientos
continuos e imperceptibles y a veces de golpe y revolucionariamente. De ellas se dice
expresamente que han de ser objeto de investigación empírica. No constituyen algo último, sino
que por su parte son producto de procesos sociales que hay que traer a concepto. Es claro que las
condiciones empíricas bajo las que se forman reglas trascendentales que fijan el orden constitutivo
de un mundo de la vida son por su parte resultado de procesos de socialización. Por eso no veo
como podrían entenderse esos procesos sin recurrir a normas sociales; más si esto es así, aquellas
reglas de interpretación no pueden en principio separarse de las reglas de acción social. Sin recurrir
a normas sociales no podrían explicarse el nacimiento ni la transformación del “orden constitutivo”
de un mundo de vida, y, sin embargo, es verdad que ese orden constituye, por su parte el
fundamento para la traducción individual de las normas a acciones, de las que a su vez colegimos,
qué se considera norma” (Habermas, 1993b,201-202).
34
¿Cuáles son los sitios categoriales de una teoría de la sociedad que representan los diques al
flujo de la sorpresa y el enigma de la experiencia, mismos que se forman en la experiencia?. Esta
sería la problemática del orden social, planteada desde un marco que podría (aún) denominarse
accionalista más no atomista, de última, un marco que incluye en el programa de la ciencia social la
comprensión y por tanto el sentido de la acción. Desde una visión sistémica, el problema gira por
completo, desde una cuestión basal de lógica, ya no dialógica-relacional, sino la de una unidad de
la forma (distinción), “códigos binarios (como) construcciones totalizadoras, construcciones del
mundo con exigencias de universalidad y sin limitación ontológica” (Beriain:1996:21). Desde el
41
Para el problema que nos ocupa en torno al rotulado problema del vínculo
micro/macro, la distinción entre las formas de teorizar antes esbozadas, se translucen en los
postulados acerca de la índole de la vinculación o integración que es posible o deseable
hacer Esta empresa tiene sentido si hay algo que poner en relación, de manera básica, estos
“algos” son las acciones de sujetos y las estructuras sin sujeto. Partiendo de esta premisa se
pretende explicar y vincular, hacer síntesis, etc.
42
una comprensión de sus propias condiciones estructurales. Por otro lado, las interacciones
se harán también más dependientes de su propia autorrealización autopoiética,
particularmente de algo que pudiera ser sintetizado como ‘tomar el papel del otro’ (Mead) o
como adaptarse a la ‘doble contingencia’ (Parsons). “ (Luhmann, 1994:151).
De ahí advertimos que los intentos de índole analítico plantean la pregunta como
una acerca de la vinculación entre lo micro y macro social postulando que la cuestión
individuo/sociedad debe ser planteada (y es la forma en que puede ser resuelta) de forma
analítica, ya que no existe unidad irreductible alguna, tal como un sujeto, sino un concepto
dimensionalizable llamado acción en relación a un estado precondicionado llamado orden
social.
Una noción del problema desde el prisma de una teoría social planteada como teoría
generativa de la sociedad se plantea la pregunta por la producción misma de la sociedad, y
en este lugar se sitúan las teorías de la constitución como se autodescribe la de
43
estructuración de Anthony Giddens.
44
3. La pregunta por la integración de perspectivas: una decisión, un dualismo o una
síntesis: una breve mirada al problema de explicación/ comprensión
Las respuestas a las preguntas acerca del orden social, por un lado, y de la constitución de la
sociedad por otro36, también se relacionan con las formas o estrategias conceptuales
(explicación/comprensión) en ciencias sociales o específicamente en sociología.
36
Se hace alusión a la distinción arriba planteada entre teorizar analítico/heurístico y generativo.
37
En esta parte me guiaré por algunas de las nociones y revisiones habermasianas de la distinción
45
Con ello se hace remisión a la clásica discusión en sociología que podría resumirse
en la distinción explicación/comprensión. De esta distinción se deriva lo que pueda
entenderse por el desafío de integrar en una síntesis la explicación de la formación de la
sociedad, o “vincular”, las dimensiones de lo micro y lo macro social. Para introducir este
discusión se hará una sintética panorámica del problema de acuerdo a las distinciones que
ofrece Habermas (1993b) al respecto, para luego exponer, también de modo ilustrativo las
nociones weberianas del dualismo y terminar con los aportes de Schutz y la recuperación
giddensiana de la discusión comprensión/explicación.
46
Si se admite el sentido como categoría básica dentro de las ciencias sociales,
podemos distinguir entre comportamiento y acción.Una acción es imputable a una
intencionalidad, y dicha intencionalidad se entiende como un comportamiento orientado por
reglas o normas. Las reglas existen en virtud de un significado que intersubjetivamente se
reconoce, es decir, éstas contienen un contenido semántico toda vez que un sujeto que es
capaz de entenderlo las sigue (se constituyen en y por la acción, a la vez que la acción se
constituye en y por las reglas). A este tipo de comportamiento se le llama acción.
De esta distinción, se sigue una entre las diversas formas de experiencia que ellas
representan. “El comportamiento y las regularidades comportamentales pueden ser
observadas, mientras que las acciones pueden ser entendidas” (Habermas,1993:22).Lo que
quiere decir que las acciones se remiten a reglas que se siguen y su comprensión permite
entender el sentido de esas reglas. Esto no nos lleva necesariamente a una versión
reduccionista, donde la comprensión del sentido excluye la posibilidad de establecer algún
tipo de regularidad o que deseche la observación como relación con la experiencia.
47
En el caso de las acciones, se establecen enunciados interpretativos acerca de un
ámbito preestructurado simbólicamente. La relación sujeto/objeto, se traslada de ser una
relación cognoscente a una constitutiva. El sujeto que conoce es parte (constituyente) del
ámbito objetual que pretende conocer. Esto tiene consecuencias metodológicas. En el caso
de enunciados observacionales descriptivos de la realidad pueden hacerse operaciones de
medida, transformando la experiencia en dato, disponiendo de reglas y procedimientos
reconocidos intersubjetivamente (dentro del ámbito de lo que es científico) para asegurar su
fiabilidad, esto es que los enunciados observacionales se asocian a una forma de lenguaje
lógico, y se construyen reglas de correspondencia que permiten la comprobación
(verdadero/falso).
38
Este es el intento habermasiano y conlleva ciertos compromisos de arranque respecto a qué es y
que no es, dicha lógica de las ciencias sociales y cómo se concibe a una ciencia social que lleve en
su centro la noción teórica de acción comunicativa. "Es importante notar que para Habermas el
problema radica en cómo conciliar 'bajo un mismo techo' ambos enfoques divergentes y no en
cómo sustituir los métodos del análisis causal por los de la comprensión interpretativa o viceversa”
(Mc Carthy,1995:170). Se trata de criticar toda pretensión de validez universal de ambos, “y de
hallar algún tipo de síntesis superior en la que los dos puedan encontrar acomodo” (Mc
Carthy,1995:171)
48
Indudablemente que los planteamientos weberianos, tanto a nivel metodológico
como teórico, en relación al acto unitario de conocimiento de la explicación comprensiva (o
interpretación explicativa) resultan una de las propuestas clásicas relevantes en cuanto a
intento de saldar el dualismo acá referido, y más allá de ello, de proponer una forma de
hacer ciencias sociales innovadora y creativa en su época; una forma de pensar el mundo
confrontado con tradiciones filosófico y sociopolíticas divergentes.
Desde la visión positivista las ciencias sociales se podrían unir al programa analítico
empírico, puesto que en su estructura no debieran diferir de las ciencias de la naturaleza.
Pero intentos de esta índole sólo se han concretado en la psicología y psicología social. La
economía como econometría se sigue ateniendo a un marco más bien normativo analítico
que empírico analítico, bajo premisas hipotéticas de máximas de acción. En sociología por
su parte, se atiene a un marco funcional estructural o estrictamente histórico.
Estas tres posiciones dentro de las ciencias sociales tienen su derecho relativo. No se
trata de que partan de presupuestos metodológicos deficientes que con una depuración
49
lógica pudieran avanzar (presuponiendo su inmadurez) hacia una ciencia de carácter
nomológico como programa unitario. Estos enfoques surgen del hecho que la sociedad
como objeto de las ciencias no puede encajásele teorías generales de la misma manera que
a procesos objetivados correspondientes a los hechos de la naturaleza.
Las teorías científicas como sistemas hipotético deductivos que suponen varios
niveles de definición conceptual, en el más alto están los postulados abstractos de los que
no se puede dar una definición precisa por su contenido empírico, sino sólo por sus
relaciones lógicas con otros postulados. Estos conceptos son de un caracter diferente a los
términos del lenguaje de observación que se refieren al suelo sensorial de la experiencia.Por
esto, debe haber reglas de correspondencia, “que especifiquen las relaciones que existen
entre el lenguaje de la observación y el lenguaje de la teoría” (Giddens,NRMS, 1997a:161)
50
objeto; los primeros en el intento de especificar las reglas de corresponencia y los segundos
en reconstruir el mundo de la experiencia sensorial en sí a partir de la actividad
cognoscitiva de un yo trascendente.
51
Si bien Giddens reconoce que el ámbito propio de las ciencias sociales es un objeto
cultural y por tanto preconstituido, y esto plantea al cientista social problemas de carácter
hermeneútico, esto no implica que rescatar las diferenciaciones de sentido de los actores
legos nos lleve a englobar esas misma diferenciaciones dentro de la ciencia. Se deben
construir metalenguajes teóricos propios de la sociología, con sus reglas y criterios de
procedimiento.
52
imagen canónica de la ciencia incluía, por cierto, un tipo de explicación que determinara
leyes nomológicas bajo las cuales se puede determinar antecedente con causa de un
contiguo consecuente, como cuestión básica. Había que deslindar, por tanto, la idea de
ciencia social de las ciencias de la naturaleza, pero también de la filosofía y de los enfoques
romáticos sobre la reviviencia de las experiencias como cuestión derivada de la subjetividad
(Aguilar, 1989)
Los albores del siglo XX, como se expresó anteriormente, es una época recorrida
por dos espíritus, uno analítico acorde con los ideales de la ilustración y uno sintético más
alineado a las ideas románticas que reclamaba por la devastación de la cultura y de la
subjetividad en un mundo reificado y un sujeto cada vez más alienado, elevando y
rescatando el carácter sintético-integrador de la cultura. El diagnóstico global se advertía
como una creciente racionalización de la cultura y burocratización situada en los modos de
operación del Estado, lo que Weber llama jaula de hierro.La otrora comunidad tradicional
descrita por Tonnies, y tantos otros, se había desintegrado o a lo menos estaba en proceso de
transformación. El avance de un modo de vida diametralmente opuesto diagnosticaba que el
fin (propósito) del Estado ya no era el de sus miembros, y que en dicho contexto su
funcionamiento burocrático no reflejaba los fines universalizables de la razón práctica. Esta
separación entre una razón instrumental y el reconocimiento entre los sujetos llevaría a
preguntarse a Weber sobre los problemas de legitimidad que amenazarían las esferas
político-administrativas de las sociedades modernas. En relación a estas condiciones de la
modernidad se advierten estas dos corrientes: la analítica y la sintética que Kant distinguiría
como causas eficientes y fines ligados a la voluntad de sujetos libres.
53
fin e idea están inscritos dentro del todo “ en el organismo cada miembro es el símbolo
inmediato del todo o se limita a ser una variación en el detalle de ese todo, a diferencia de la
máquina , cuyos miembros no gozan ni directa ni indirectamente de la información del todo
en que participan externamente” (Frank,1996:158)39
Esto viene a reproducir la idea de que los sujetos humanos actuamos según fines o
ideas que son causas teleológicas y que a diferencia del funcionamiento de un artefacto
mirado de modo objetivante, reconociéndo una voluntad racional; la libertad.
39
La distinción entre mecánico/orgánico fue utilizada en dicha época como metáfora en el discurso
socio político. Los socialistas la utilizaron para significar la utopía del Estado antiburgués. La
misma dupla alcanzó relevancia dentro de la sociología a través de la formulación de Tonnies que
definió sociedad como “la coexistencia mecánica y externa de los ciudadanos” y a la comunidad
como “asociación orgánica” (Frank,1994: 158).Durkheim, por su parte, opta por oponer solidaridad
orgánica y mecánica en sentido inverso al de Tonnies, para apartarse deliberadamente de las
formulaciones de éste. “ Según Durkheim para Tonnies mientras en la Gemeinshaft la solidaridad
es ‘orgánica’, es decir, ‘espontánea’, en la Gessellshaft es ‘mecánicamente producida’ , es decir,
‘artificialmente’ por ‘ la acción externa del estado’” (Giddens, 1993a: 55, nota a pie N°11).
54
Los antecedentes intelectuales inmediatos de Weber lo constituyen, en esta
discusión, por una parte, los postulados de Windelband y Rickert, por otra, las nociones de
teoría ecónomica de Menger y los postulados probabilísticos de Kries y Radbruch.
Por otra parte, en las obras de Menger, Weber encuentra los antecedentes de su
noción de esquema medio-fin de la acción racional. Por otro lado, la noción de causalidad
adecuada y posibilidad objetiva encuentra sus raíces en los estudios acerca de enunciados
causales probabilisticos, lo que lleva a Weber a planter una noción de multicausalidad, que
distingue la posibilidad que entre un conjunto variable de causas, sólo algunas lleven a un
efecto, y por otro lado, que se deba distinguir entre lo fortuito o accidental en relación a un
fenómeno, y lo que es adecuado, en la medida en que si no hubiesen ocurrido ciertos
eventos el fenómeno social no se hubiese concretado. De esta forma se puede determinar un
conjunto de condiciones que favorecen la ocurrencia de un evento.
55
Weber, retomando de forma crítica estas herencias, se interesa por el problema del
dualismo centrándose en la cuestión de conjugación de explicación y comprensión,
adhiriendo a un programa de las ciencias de la cultura dentro de las sociales de intención
sistemática.
56
En ‘Economía y Sociedad’ Weber señala que la comprensión apunta a la acción
humana ya no como medio sino como fin imaginado por el actor o actores, el que orienta la
acción. El sentido es, por tanto, el significado real que tiene algo para un sujeto concreto,
como una relación con un tipo ideal de significado subjetivo para un agente hipotético. La
comprensión entonces se realiza de forma racional y no de manera intuicionista o empática,
sino por medio de métodos científicos, éstos son técnicas de interpretación del sentido
repetibles y verificables, donde comprender implica una serie de relaciones lógicas que
conforman el esquema subjetivo del agente.
Pero se debe ir más allá para que la postulación de una conexión de sentido se vea
acompañada de una evidencia, ya que “ninguna interpretacón de sentido, por evidente que
sea, puede pretender, en méritos de ese carácter de evidencia, ser también la interpretación
57
causal válida” (Weber,1997:9). Es indispensable el control de la toda interpretación
comprensiva de sentidos por los resultados “la dirección que manifieste la realidad”
(Weber,1997:10).
De tal manera, y para llegar a una explicación causal, se hace necesario distinguir
entre lo que Weber denominó adecuación subjetiva y adecuación causal. La interpretación
es adecuada a nivel de sentido si la motivación atribuida es razonable dentro de los marcos
normativos admitidos o habituales de una sociedad, o sea, si es adecuada culturalmente
hablando. Pero no se debe confundir una explicación adecuada en estos términos con una
explicación totalmente satisfactoria a nivel causal, ya que “no hay una relación simple y
directa entre ‘conexiones de sentido’, motivos y conducta” (Giddens,1992:249). Por ello, es
indispensable que la explicación causal determine la probabilidad de que a un determinado
fenómeno social lo siga otro. En palabras de Weber esto es que, “(...) aún la más evidente
adecuación de sentido sólo puede considerarse como una proposición causal correcta para
el conocimiento sociológico en la medida en que se pruebe la existencia de una
probabilidad (determinable de alguna manera) de que la acción concreta tomará de hecho,
con determinable frecuencia o aproximación (por término medio o en el caso ‘puro’), la
forma que fue considerada como adecuada por el sentido. Tan sólo aquellas regularidades
estadísticas que corresponden al sentido mentado ‘comprensible’ de una acción constituyen
tipos de acción susceptibles de comprensión (en la significación aquí usada); es decir, son
:’leyes sociológicas’ “ (Weber,1997:11).
Si no obtenemos una adecuación subjetiva sólo estamos ante una relación estadística, y si
por el contrario, no existe adecuación causal sólo obtenemos una imprensión empática del
sentido de la acción.De ahí que el tipo de acción racional con respecto a fines tiene una
posición metodológica privilegiada en la propuesta de Weber, puesto que es el modelo ante
el cual podemos derivar hipótesis de acciones suficientes para lograr un fin y , de esta
manera, tener la posibilidad de corroboración empírica. Estos modelos comparativos con la
realidad son lo que Weber denominó tipos ideales distinguiéndolos tanto de, los ideales
morales, utópicos así como de las hipótesis, representaciones de la realidad o promedio de
58
observaciones.
Schutz, como Weber, parte de la noción de acción con sentido, pero replantea la
cuestión de la aprehensión directa del sentido subjetivo y destaca la distinción entre acto
(completo a posteriori) y acción (durée de la vivencia en fluir permanente)40.
A partir de allí Schutz también critica el tipo de compresión plateada por Weber, en
tanto estrategia racional y heurística, Schutz ubica los procesos interpretativos también a
40
En el segundo capítulo de esta tesis, se disute con mayor detención acerca de esta noción de
acción a propósito de la versión de Giddens de la agencia.
59
nivel sustantivo: comprendemos al otro en un mundo básicamente intersubjetivo.El autor,
indica que la auténtica comprensión de la otra persona corresponde al nivel de cuando nos
preguntamos por los motivos que guiaron la acción del otro. ¿Cuál es el motivo para del
actor?; ¿en qué contexto de significado se encuentra la acción para él? . El autor agrega
“Estas preguntas no se refieren a la facticidad de la situación como tal ni a los movimientos
corporales. Más bien, los hechos exteriores y los movimientos corporales se entienden
como indicaciones de las vivencias de la persona que estamos observando. La atención del
observador no se enfoca sobre las indicaciones, sino sobre lo que se encuentra detrás de
ellas. Esta es la auténtica comprensión de la otra persona” (Schutz,1993:140).
60
irreversible y eterna e inveteradamente fluída.
Bajo este postulado teórico basal, el autor intenta un tránsito desde la filosofía de la
conciencia a una teoría de la acción, para explicar la compresión intersubjetiva. En ese
sentido va un paso más lejos que Husserl en el intento de explicar la existencia y
constitución del mundo social. Este es un aporte fundamental, ya que al mundanizar la
fenomenología , intenta dar una explicación constitutiva de la intersubjetividad como
mundo de la vida.
Según Schutz la diferencia principal entre las ciencias sociales y naturales, reside en
que los hechos naturales no son preinterpretados por tanto no revelan estructuras intrínsecas
de significatividad. “La significatividad no es inherente a la naturaleza como tal, sino que
constituye el resultado de la actividad selectiva e interpretativa que el hombre realiza dentro
de la naturaleza o en la observación de ésta” (Schutz,1962:35).
El ámbito natural no significa nada para sí mismo, es decir, no significa nada para
átomos, árboles, o luz, en cambio los hechos que se abordan en las ciencias sociales tiene
una estructura distinta. El mundo social no es un mundo inestructurado sino que “Tiene un
sentido particular o una estructura de significatividades para los seres humanos que viven,
61
piensan y actúan dentro de él” (Schutz,1962:37).
Los hechos sociales son hechos preinterpretados, extraídos, por asi decirlo, de un
contexto universal (especie de flujo caleidoscopico) por nuestra actividad mental. Los
hechos llevan consigo un horizonte interpretativo interno e externo, el interno corresponde
al mundo de la vida y la subjetividad, el externo a las interpretaciones sobre
interpretaciones, es decir, interpretaciones de segundo orden o grado. De tal forma la
actividad cognoscente es actividad constructiva “Todo nuestro conocimiento del mundo,
tanto en el sentido común como en el pensamiento científico, supone construcciones, es
decir, conjuntos de abstracciones, generalizaciones, formalizaciones e idealizaciones
propias del nivel respectivo de organización del pensamiento. En términos estrictos los
hechos puros y simples no existen” (Schutz,1962:36).
Tampoco concuerda con el extremo opuesto que asume la unidad del método
científico, dando por sentado que éste corresponde al de las ciencias naturales. Schutz
entiende que para reintroducir en un programa sistemático de ciencias sociales, el tema y
problema de la construcción interpretativa del mundo por parte de la acción intencionada y
motivada de los sujetos, y que se deben establecer recursos metodológicos específicos, entre
62
ellos la construcción de pautas de acción racional y tipos ideales, tal como lo planteara
Weber. Para conocer los objetos propios de las ciencias sociales, se requiere caracterizar las
construcciones de sentido común empleadas por los hombres en la vida cotidiana mediante
reglas de procedimientos ajenas a ese mismo mundo, de manera que la inmersión
hermeneútica debe ser transformada en método y no sólo dejarla en calidad de aptitud
natural de los sujetos miembros de su cultura.
En estas nociones se encierran varios aportes que serán rescatados de forma crítica
en la construcción de varias teorías sociológicas contemporáneas, entre ellas la teoría de la
estructuración de Anthony Giddens, quien reformula y reconstruye varias categorías de la
sociología de Schutz, para plantear su propia propuesta sociológica. A continuación
presentamos algunas de las observaciones críticas de Giddens a la propuesta schutziana en
lo relativo a la discusión entre las estrategias de comprender y explicar, para luego terminar
con un bosquejo ilustrativo de las nociones giddensianas acerca de dicho dualismo.
Hasta acá hemos descrito, de manera parcial y acotada, algunas nociones planteadas
por la sociología comprensiva de Schutz, que parecen centrales para la iluminar la
problemática del dualismo compresión/explicación. Recapitulando tenemos que:
- Dicha significatividad es engendrada nada más que por agentes humanos en cuya
acción, junto a otros, crean sentido.
63
ciencias empíricas reglas de prodecimiento.Decir esto no es aludir a la unidad del método,
sino que establecer criterios de demarcación entre ciencia y no ciencia, abogando por un
programa científico de carácter racional.
64
que si se queda enclaustrada en la conciencia, no dá cuenta de lo ‘inter’ (del vínculo) que
hace posible la vida social.
Por otra parte, Giddens agrega que cuando Schutz formula las categorías de
‘motivos para’ y motivos ‘porqué’ (recordemos que los primeros se refieren a las
motivaciones e intenciones del agente y los segundos a las causas) está reconstruyendo la
formulación weberiana de comprensión directa y explicación (adecuación de sentido y
adecuación casual). Pero además de aplicar tales motivos a la compresión de la acción de
los sujetos debemos, según Giddens, distinguir “(...) la aplicación reflexiva de las razones
de los agentes para adoptar cursos específicos de conducta” (Giddens, NRMS,1997b:50).
65
Comprensión y Explicación en Giddens
Por otro lado, el autor plantea que se debe mantener la especificidad de las ciencias
sociales respecto de las naturales, señalando que su diferencia radica en el hecho de ocuparse
del mundo social y, como tal, ‘producido’ en y por prácticas sociales, pero agrega que la
distinción debe relativizarse en lo concerniente a la labor experimental, donde también está
introducida desde el comienzo la interpretación y por tanto un tipo de hermeneútica simple,
por ejemplo, en las condiciones introducidas para predicar una ley nomológica como la caída
libre de los objetos. De esta manera, las ciencias naturales también producen efectos
66
41
cognitivos y prácticos en la vida de los individuos . Pero si bien “las ciencias sociales y
naturales no son tan diferentes (...) para verlo, sin embargo, tenemos que atender más a la
ciencia natural que a la ciencia social” (Giddens, NRMS,1997b:22).
Cuando afirma que no se podría plantear una nueva “unidad de la ciencia”, enfatiza su
opción por distinguir entre una hermeneútica doble y una simple -de las ciencias naturales-
donde el ‘quid’ estaría en las nociones de saber mutuo y sentido común. Si bien las ciencias
naturales no pueden asumir completud sin inconsistencia (Godel), y por tanto se nutren de
nociones y creencias del sentido común a la vez que pueden incidir en su transformación, y no
sólo se refieren a relaciones recíprocas de sentidos técnicos; el saber denominado mutuo, no
media entre el científico natural y su campo de investigación, a diferencia de lo que ocurre en
la ciencias sociales, entre investigadores, y entre éstos y el público lego. Es por ello que la
hermeneútica doble es válida sólo para las ciencias sociales “Porque nadie sostendría que el
mundo natural construye narraciones sobre sí mismo” (Giddens, NRMS, 1997b:26).
En la cita que apunto a continuación, se refleja la distinción que hace el autor entre
ciencia natural y social, y su noción de la teoría social en relación a dicha diferenciación: “La
sociología, a diferencia de la ciencia natural, está en una relación de sujeto-sujeto con su
‘campo de estudio'; no en una relación de sujeto-objeto; se ocupa de un mundo
preinterpretado, donde los sentidos elaborados por sujetos activos entran prácticamente en
la constitución o producción real de ese mundo: por consiguiente, la construcción de la
teoría social implica una hermeneútica doble que no tiene paralelo en ninguna parte; y
finalmente, el estado lógico de las generalizaciones es distinto, de manera muy
significativa, del de las leyes científicas naturales” (Giddens,NRMS, 1997b:177)
Giddens prentede saldar dualismos y pasar a una solución dual (la dualidad) de la
teoría sociológica, en este campo, pretende en acuerdo con Habermas, no sucumbir a las ni
41
”(Las teorías que los hombres elaboran pueden afectar, a través de sus aplicaciones tecnológicas,
a la naturaleza, pero no pueden llegar a constituir características del mundo natural, como lo hacen
en el caso del mundo social” ) (Giddens, NRMS, 1997b:192).
67
a las pretenciones de universalidad de la hermeneútica, como tampoco a las de corte
nomológico.
En lo que sigue nos detendremos con mayor detalle en las hipótesis de vinculación
micro/macro, refiriéndonos a aquellas propuestas que se plantean el problema en términos
analíticos de relación entre orden y acción.
68
Knorr-Cetina señala que el acercamiento hacia una vinculación, por parte de las
microsociologías, se ve reflejado en dos “giros” que le permiten la vinculación de niveles.
El primero es el giro de la concepción de orden normativo (Durkheim, Parsons) hacia uno
de carácter cognoscitivo, que reconoce la acción interpretativa del agente y su capacidad
negociadora en la construcción del orden social. El segundo, advierte los condicionamientos
sociales sobre la acción. De tal forma se reconoce al “complejo de acción”, y no sólo el acto
individual, como punto de partida de la explicación. Dicho avance ha significado el
abandono tanto del individualismo42 como del colectivismo metodológico, para transitar
hacia el situacionismo metodológico, que es el que ella sustenta.
Las dimensiones desde las cuales ha sido problematizada la dualidad entre micro y
macro niveles (individuo-colectivo, acción-estructura; fenómenos de pequeña y gran escala
y por último, asociaciones entre estructura y poder y micro nivel y sujeción) no constituyen
un problema inherente a la cuestión micro/macro.
42
El individualismo metodológico es definido por la autora como un enfoque que demanda que “all
the concepts used in social theory be analysable in terms of interests, activities, etc., of individual
beings, since ultimately only individuals are responsable, purposive human actors” (Knorr
Cetina:1981:8). Una de las críticas que se levanta contra esta opción metodológica es que ejerce un
reduccionismo al situar el conocimiento de lo social a partir del acto individual de un sujeto
particular. Por ello, se aduce que situarse en la interacción contextualizada contribuye a un avance
hacia el colectivismo y finalmente hacia el situacionismo. “Thus the methodological situacionalism
of micro sociologies has not been explicitly reductionist in the sense of methodological
individualism, that is, in the sense of requiring that all concepts used and explanations given be
ultimately traslated into interactional terms” (Knorr Cetina, 1981: 12-13) Ello porque la
microsociología al hacer referencia a microsituaciones hace alusión a conceptos institucionales
que son irreductibles a términos de interacción. Creemos que existen variadas propuestas
“individualistas metodológicas” que no conocemos en profundidad, pero según aduce Lukes (en
Giddens,CS,1995), la perspectiva según la cual el individualismo metodológico se refiere a una
explicación basada en la acción en tanto cuestión individual, ha sido superada, al menos existen
alternativas diferentes. Pensamos que el individualismo representado por Weber puede representar
una de dichas posturas. Se entiene que poner como punto de partida a la acción (que se entiende es
acción con sentido y por tanto referida a otros en un contexto normativo y de mutuas expectativas),
para la explicación de lo social, no implica quitar prioridad analítica a la sociedad, según
argumentan, para el caso de las teorías de la elección racional Wippler y Lindenberg (1994).
69
se produzcan entre unos pocos sujetos comportan niveles de complejidad que refieren a
estructuras de largo alcance. El foco debería situarse, entonces, en la interacción
comunicativa entre actores para de tal forma poder dar cuenta de las normas y valores que
median la interacción y por lo cual es posible que se establezca.
La tercera y cuarta dualidad se refiere a una relación entre lo micro y lo macro y los
niveles de complejidad y diferenciación social, y lo micro y macro con el poder
(constreñimiento) o ausencia de éste. Ambas asociaciones son fácilmente descartables
aludiendo a que los niveles de complejidad de una sociedad dependen de los parámetros
para definir dicha complejidad y que de cualquier modo no guardan mayor relación con las
micro situaciones (aduce el ejemplo de las relaciones de una comunidad estudiada por
antropólogos que puede llegas a altos niveles de interrelaciones y asociaciones que también
pudieran ser adjetivadas como complejas). En cuanto a las relaciones de poder se destaca el
trabajo del Foucault que postula una microfísica del poder, situando a éste en las relaciones
que lo actualizan, ejerciéndolo y no teniéndolo. No sólo las cristalizaciones institucionales
constriñen a los sujetos sino que sus relaciones cotidianas están impregnadas de tensiones y
poderes dialógicos.
Por otra parte, el abordaje desde las macrosociologías se resume en las hipótesis
acerca de cómo se constituye el orden social. Señalaremos dos y las complementaremos con
las aportadas por Munch y Smelser (1994). La primera se denomina hipótesis agregativa y
es del tipo que sostiene Collins, el que aduce que los fenómenos macro están hechos
70
(agregaríamos un entrecomillado) de agregaciones y repeticiones de muchos micro
episodios similares.
71
ideales43.
Por último, está la idea (bastante desacreditada) que los autores identifican con la
conformidad, que se basa en la suposición de que la realidad social existe de manera
independiente a los individuos, de manera que los mecanismos que operan sobre los sujetos
son los de socialización o control social.
Para el paso de lo macro a lo micro, se plantean dos hipótesis. Una que concibe lo
macro como internalización donde el ejemplo más claro sigue siendo Durkheim. El orden
social funge como una especie de prerrequisito categórico para la acción. La otra alternativa
43
“Estos tipos ideales no resultaban de la agregación, sin embargo, sino de la extracción
imaginativa que hacía el investigador de los elementos comunes y la combinación de ellos para
formar conceptos coherentes de tipo ideal que representaran, no la creencia exacta de un individuo,
sino que capturarán la esencia de la creencia de muchos” (Munch y Smelser,1994:454-455). Si bien
con esta descripción de tipo ideal queda más o menos clara la idea de combinación, creemos que es
más exacta una definición de éstos que los diferencie más claramente de los conceptos descriptivos
que sí nos hablan de los rasgos comunes de agregaciones de fenómenos empíricos. Un tipo ideal, en
cambio, incluye la “acentuación unilateral de uno o más puntos de vista, el tipo descriptivo
involucra la síntesis por abstracción de aquello que es común a varios fenómenos concretos”
(Giddens,1992:239). Un tipo ideal responde al relevamiento o acentuación de las características
que importan para la explicación del fenómeno de que se trate. Así entonces, si lo que se pretende
explicar es la importancia de los movimientos tipo secta para la racionalización en la cultura
occidental moderna, tenemos que reformular el concepto descriptivo secta (que por ejemplo lo
diferencia clasificatoriamente del de iglesia) para poder levantar los elementos específicos que han
influido en este aspecto que se pretende explicar.
72
es la de entender lo macro como establecedor de límites, por lo que se considera a los
macrofenómenos como marcos de referencia limitantes para la acción (leyes, mercado,
propiedad). Esta alternativa parece ser la que los autores consideran más adecuada, en
cuanto al logro del vínculo analítico entre lo micro y lo macro. El esfuerzo de Alexander es
reconocido en este punto, al concebir los macroelementos como límites a la tipificación de
la realidad empírica por parte de los individuos y sobre sus alternativas de acción. A la vez
considera que estos parámetros macro no son fijos sino que son negociados e interpretados
por los sujetos. Es decir, tanto en la acción que constituye como en las condiciones que la
limitan, se puede establecer la distinción entre lo micro (lo que hay de constituido en lo
macro) como lo macro (lo que hay de constituyente en lo micro).
Este autor plantea que la cuestión micro/macro debe ser entendida como una
diferenciación entre niveles de análisis y no como referencia empírica. “Argumentamos que
la dicotomía micro-macro debería ser vista como una distinción analítica y que todos los
intentos para vincularla con dicotomías concretas -tales como ‘individuo versus sociedad’ o
‘acción versus orden’ - están fundamentalmente mal situados. Sólo si es visto de manera
analítica, además, el vínculo entre micro y macro puede lograrse” (Alexander y
73
Giesen,1994:9).
Según este argumento, el asunto ontológico no trata de si el orden existe o no, sino
acerca de las fuentes del orden ya constituido y la cuestión epistemológica se sitúa en la
acción como fuente última del conocimiento. Según Alexander, esta toma de posición pasa
por responder a dos preguntas. La primera se refiere a cuál es la naturaleza de la acción
(cognoscente, racional o interpretativa) y si su referencia es interna o externa. La segunda,
es la del orden e interroga acerca de si éste es producto de la acción contingente entre
sujetos, donde el crédito de variable independiente se otorga a los microprocesos, o es una
imposición de patrones colectivos, es decir, emana de una fuente externa. Entonces el orden
se debe asumir o, como un dato preexistente a los individuos, o como creado por la
interacción.
Visto así, las respuestas a estas interrogantes por parte de las teorías sociales, han
dado origen a varias posiciones que Alexander y Giesen ordenan en cinco posturas, más o
menos discernibles44:
44
En el artículo se ejemplifica cada una de estas posturas desde los clásicos (Marx, Weber,
Durkheim, Simmel), pasando por las teorías de posguerra (Parsons, escuelas de sociología
interpretativa y escuela pragmática) hasta los desarrollos actuales en teoría social (Luhmann,
Habermas, Giddens, etc.). Aquí sólo se hace una alusión general de la diferentes altrnativas de
énfasis y posibilidades de vínculo, sin profundizar en el tratamiento de cada postura.
74
2) Los individuos interpretativos crean a la sociedad mediante actos contingentes de
libertad (el interaccionismo simbólico, la fenomenología, el psicoanálisis).
5) Los individuos racionales y propositivos ceden ante la sociedad debido a que son
forzados a hacerlo por control social (últimos escritos de Marx).
De acuerdo a este planteo, la acción debe ser separada de la cuestión del orden -al
contrario de lo que defienden otro tipo de teorizaciones- así un enfoque colectivista podrá
asumir que la acción contingente de los sujetos es interpretativa o primordialmente racional.
Asimismo, un enfoque que otorga prioridad a la acción como fuente del orden, podrá
entender que ésta puede ser subjetiva-interpretativa o racional-calculadora.
A estas alturas es obvio que los autores valoran como avance los intentos de
vinculación analítica entre los niveles micro y macro, explicitando la propia propuesta en
los siguientes párrafos: “Nuestra visión es que sólo al establecer un punto de partida teórico
radicalmente diferente se puede hacer un vínculo micro-macro genuinamente inclusivo.
Este modelo inclusivo no combinaría simplemente dos o tres de las opciones teóricas en
una forma ad hoc (refiriéndose a intentos sintéticos actuales que combinan alguna de las
75
cinco posturas antes descritas). En cambio, proporcionaría un modelo sistemático en el cual
las cinco opciones fueran incluidas como dimensiones analíticas de la realidad empírica
como tal. Esto puede lograrse sobre la base de una compresión emergentista o colectiva del
orden, una comprensión multidimensional de la acción y una compresión analítica de las
relaciones entre diferentes niveles de la organización empírica” (Alexander y
Geisen,1994:51-52).
Margaret Archer (1997) plantea una propuesta respecto al dilema micro/macro, que me
parece pertinente mencionar dentro de las hipótesis de vínculo micro/macro de índole
analítica.
76
permita establecer ordenamientos causales entre los fenómenos; tercero la autonomía
relativa entre reproducción social y reproducción sistémica; y cuarto, la opción inicial de
considerar ciertas condiciones como dadas (no implica esenciales ni indeterminadas) para
comenzar la explicación. De esta manera Archer intenta dar cuenta del juego recíproco entre
agencia y sistema cultural.
Definiremos primero cada uno de los niveles que la autora distingue, para
posteriormente describir el esquema explicativo.
45
Es diferente decir que las ideas de X son consistentes con las de Y, que las ideas de X fueron
influidas por las de Y.
77
Es importante anotar que la consistencia lógica y el consenso causal disfrutan de
independencia. El grado de consistencia lógica corresponde con lo que la autora anota como
“integración del sistema cultural” (relación entre las “partes” de la cultura), y el grado de
consenso causal con la “integración sociocultural” (relación entre los agentes culturales).
Se considera que la cultura “como un todo, se refiere a las cosas inteligibles, esto es
a cualquier elemento que tenga la capacidad disposicional de ser entendido por alguien”46
(Archer:1997:16). El “Sistema cultural” queda definido como “el subconjunto de elementos
al que puede aplicarse la ley de contradicción” (Archer:1997:16). Son enunciados que
afirman la verdad o la falsedad y que, por tanto, pueden considerarse en contradicción o en
consistencia unos con otros.
La vinculación puede ser descrita como sigue: se define en que medida relaciones
46
Agregaríamos que dicho entendimiento no sólo se refiere a la razón como conciencia discursiva
sino que también a la conciencia práctica según las trabaja Giddens. Se agrega que el
entendimiento comporta el denominado conocimiento mutuo en tanto ‘know how’ cultural, y por
tanto esquemas interpretativos que hagan posible la decodificación y la comunicación de sentido.
78
contradictorias o complementarias entre “partes” del Sistema Cultural se delinean sobre
relaciones consensuales o conflictivas entre agentes a nivel del sistema sociocultural lo cual
determina si el resultado será estabilidad o cambio.
Acá la explicación admite una anterioridad temporal del sistema cultural que
constituye el contexto de la acción y el establecimiento de límites de ésta (al estilo de la
propuesta de Alexander, tal como la anotamos más arriba). Es por ello que la explicación
tiene que comenzar en un punto anterior, es decir, retroceder una etapa más en el tiempo y
establecer un parámetro comparativo. Así también comprende dar cuenta del tipo de
relaciones sistémicas que tienen efecto en los contextos de acción en cualquier contexto
dado, esto es para la autora “Empezamos (...) con las ideas que en cualquier momento dado
tienen sostenedores, y nos limitamos a estos elementos” (Archer,1997:19)47.
La otra parte, está constituida por las relaciones causales que actúan entre los sujetos
y grupos a nivel sociocultural. Estas relaciones tienen su propia dinámica asentada en
intereses materiales e ideales que representan formas de diferenciación social e
47
Este argumento parece muy pobre para defender racionalmente una opción de dichas relaciones.
Además se restringe a nociones nuevamente elusivas como las “ideas” que se “sostienen”, sin
79
idiosincráticas respectivamente (son ideacionales más no proposicionales)48 y hacen sus
propias contribuciones a la estabilidad o el cambio a través de su influencia sobre lo que los
actores hacen en un contexto determinado.
80
Sistema Interaccional) que los transforma(n) (y) (...) que la elaboración del Sistema cultural
es posterior lógicamente a las acciones en el nivel Sociocultural” (Archer,1997:125).
La pregunta que nos señala una perspectiva de dualismo analítico como ésta, refiere
a las posibilidades meramente lógicas, en específico de un tipo de lógica causal unilateral
simplificada, de explicación social y a su pertinencia para la explicación interpretativa de
las formas que adquiere la acción con sentido y la reproducción simbólica del mundo social.
81
Asimismo una noción analítica de lo micro/macro que separa la cuestión del orden
de la de la acción se niega el acceso a la comprensión de lo que se ha denominado
preconstitución del mundo social, ya que escinde la relación interna entre actividad sintética
de las prácticas sociales y constitución del orden, dando poca cabida a la reestructuración
del mismo por vía de la acción con sentido, es decir, por vía de imaginar y crear alternativas
no actuales a lo dado de hecho. Pienso que la reconceptualización construida por la teoría
de la estructuración de lo micro/macro apunta justamente a rescatar la noción de sentido, a
través de la relación que se establece entre poder de la agencia y estructuración de la
estructura.
82
1. Una alternativa a la vinculación micro/macro desde la teoría de la estructuración
como teoría de la constitución de la sociedad.
De tal forma las cuestiones acerca de la dicotomía micro/macro pueden ser resueltas a partir
del análisis directo de distintos tipos de articulación institucional de las sociedades situadas
tiempo espacialmente. “La oposición entre 'micro' y 'macro' se reconceptualiza mejor si se
la refiere a una interacción en contextos de copresencia, estructuralmente envuelta en
sistemas de extendida distancia espacio temporal; (...) Y esto a su vez se investiga mejor
como un problema de la conexión de integración social con integración sistémica, según
defino yo estos términos” (Giddens, CS, 1995:27).
83
Pese a que en su libro ‘La Constitución de la Sociedad’ no discute extensamente
sobre las versiones de relación micro/macro como cuestión analítica, citando a Collins,
Giddens establece algunas distinciones que me parece importante dejar señaladas. En
primer lugar, desecha la idea de establecer una diferencia empírica entre lo micro y lo
macro, identificando lo primero como la acción de un individuo y todo tipo de
microexperiencias y microsituaciones, y lo segundo como lo colectivo y global.
Así también, se aparta del supuesto de que lo social colectivo es menos real que lo
individual particular, y que por ello la sociedad tendría que fundar sus bases en lo
individual. Según Giddens, lo social no es simplemente una agregación de interacciones
particulares. Aduce además que las propiedades estructurales no son exclusivas del nivel
macro sino que están presentes en cada interacción entre sujetos. “Las instituciones no se
explican como agregados de ‘microsituaciones’ ni admiten una descripción exhaustiva en
términos que denoten situaciones, si por tales entendemos circunstancias de copresencia”
(Giddens, CS,1995:172-173).
84
irreductible de algo que pudiéramos calificar de sujeto en términos de individuo: “(...) la
teoría de la estructuración no adopta una postura metodológica u ontológica individualista.
Giddens reconoce que los individuos siguen siendo los únicos ‘objetos móviles’ en las
relaciones sociales y en las actividades de toda índole (...) sin embargo lo que constituye el
centro de la teoría de la estructuración es el desempeño de la conducta per se. A pesar de
que Giddens hace advertencias explícitas contra la ‘deconstrucción’ del agente, expresa con
mucha claridad que la teoría de la estructuración presupone una ‘descentralización’ del
agente (...) la praxis ocupa el sitio central en la ontología de la estructuración”
(Cohen,1996:26).
85
Para avanzar en una explicación, se debe hacer el ejercicio metodológico de cortar
el devenir de la interacción entre agencia y estructura, para poner entre corchetes (o
congelar) uno de los dos polos, y así comenzar explicando, o desde lo estructural, o desde la
agencia. La noción de explicación teórica, por tanto, tendría dos entradas: la estructural (a
través de los principios estructurales, conglomerados-instituciones e interacciones), y la de
la agencia de acuerdo al modelo estratificado de acción. Esto, dado que la categoría de
práctica en sí misma pretende sintetizar lo estructurado y lo estructurante del devenir social
de la agencia.
Hasta acá hemos ilustrado alguno de los puntos que me han parecido importantes a
la hora de entender la construcción giddensiana del problema del vínculo micro/macro y de
qué manera lo deja planteado al interior de sus postulados teóricos. El intento ha sido
marcar algunas distinciones básicas en el modo como se asume la problemática del orden y
constitución social, de acuerdo a distintas concepciones de lo que es teorizar en ciencias
sociales. De esta manera, las relaciones entre acción/orden, agencia/estructura, asumen
significados diferentes en virtud de lo que se entienda por el problema de cómo establecer
el vínculo que viabiliza la sociedad, como síntesis o como dimensiones.
86
sentido como noción basal, se pregunta acerca de si hay un sujeto (o no lo hay) del proceso
de generación y si el proceso de generación se caracteriza como actividad cognoscitiva,
lingüística, trabajo o creación. En lo que sigue, por tanto, se avanzará con mayor detalle en
la propuesta de la teoría de la estructuración, buscando desbrozar las formas en que se
explica la relación entre agencia y estructura, para ello nos focalizaremos en la primera de
las categorías ya que nos parece que en su operación bisagra entre lo estructural y lo propio
de la producción de los agentes, se encuentra dibujada la operación del proceso de
constitución social por medio de lo que Giddens denomina proceso de estructuración.
87
CAPÍTULO DOS
“Una alteridad que no es -o no sólo es- de comparación (...) una alteridad tal que pueda ser
constitutiva de la ipseidad misma. Sí mismo como otro sugiere, en principio, que la ipseidad del sí
mismo implica la alteridad en grado tan íntimo que no se puede pensar en una sin la otra (...) Al
“como” no (es) sólo una comparación -sí mismo semejante a otro- sino una implicación: sí mismo en
cuanto (...) otro” (Paul Ricoeur, Sí mismo como Otro)
49
La distinción a que se hace alusión en esta ocasión, es constitutivo/descriptivo y no
normativo/descriptivo.
88
Ante el problema de la producción de la sociedad, se presentan muchas alternativas
de acceso. Por la tremenda complejidad que tal labor comporta, me parece necesario hacer
una ‘disección quirúrgica al cuerpo sintético de la teoría’; corte que se permite dada la cuota
de arbitrariedad que imponen los límites de un trabajo de tesis. Pero lo que es más
importante, se basa en una intención fundamentada que lleva a la decisión de focalizar la
mirada en la noción agencia, como la propone Giddens en los trabajos que se analizarán..
Los fundamentos para tal decisión responden a dos criterios, uno externo, que refiere a
problemáticas sociales que interpelan a cualquier teoría social y otro interno, en relación a
la teoría misma. Esta fundamentación no supone dedicarnos a desbrozar ambas relaciones
(externa e interna de la teoría) sino dar cuenta de la motivación que ello comprende; la
labor aquí se sitúa en la teoría misma y por tanto, se encuentra referida al segundo criterio
de demarcación, debo anotar, sin embargo, que lo denominado externo es parte de la
preocupación que subyace a esta indagación y dota de sentido a la diferencia
(interno/externo).
La importancia que reporta indagar acerca de las posibilidades abiertas a los sujetos
de constituir ellos mismos su mundo social, nos parece uno de esos lugares comunes tanto
de la teoría social, como de la filosofía, teorías políticas,etc. Se puede preguntar si un
mundo que se impone ante el hombre, puede ser cambiado y si a través de la capacidad
reflexiva e interactiva de los sujetos se podría llegar a controlar -diseñar en clave más
técnica o monitorear en versión ilustrada- el devenir social y postular, por tanto, algún tipo
de proyecto societal. Esto se confronta con la idea de que el devenir social se ejecuta en un
tiempo y lógica tajantemente diferente al que es accesible a cualquier interacción humana
(proyecto o intención) y por esta razón, los deseos y expectativas, ilustración modesta o
utopía desenfrenada, debieran ser más bien modestos o en su defecto, desechar cualquier
probabilidad de improbable monitoreo reflexivo de sistemas que juegan su propio juego
autoconstitutivo, el que no coincide con las interacciones comunicativas con sentido.
89
funcionamiento de sistemas autonomizados de su cuna , no se podría entonces confiar en la
decisión existencialista de dichos sujetos en la transformación de una historia que se
presenta en desarrollos contingentes y no teleológicos. Se podría afirmar que han declinado
los obstinados esfuerzos por encontrar sujetos movilizadores de la Historia y que la teoría
no puede iluminar un camino que ya no existe como posibilidad (sino más como
improbabilidad), amén de su propio cuestionamiento interno en relación a las antiguas
seguridades respecto a producir formulaciones verdaderas. De tal forma, resulta complicado
plantearse el retorno del sujeto cuando éste ya fue descentrado, y es justamente éste uno de
los desafíos50: ¿cuál puede ser hoy el lugar de la categoría sujeto/agente en la teoría social?.
Pese a que la relación teoría/praxis es hoy más bien oscura e hiper mediada, la pregunta aún
es válida en el contexto de la construcción de proyectos societales, aunque se responda
negativamente a ella.
50
En relación a dichos desafíos para la teoría social, Castañeda señala: “el problema (de la crisis de
las ciencias sociales en la actualidad) no es de método; es un problema de práctica. Es la forma en
que las ciencias sociales se ha comprometido con los proyectos sociales y es la crisis de estos
proyectos” (Castañeda,1987:13). Más adelante apunta: “El problema que subyace a la dificultad de
enfrentar los nuevos desafíos que se presentan al conocimiento es el de la práctica de la teoría. La
forma particular en que se fundamenta el conocimiento y su intervención en la realidad. El
problema de la fundamentación del conocimiento está íntimamente relacionado con el problema del
sujeto y, en consecuencia, la crisis de la teoría social contemporánea es una más de las caras de la
crisis actual” (Castañeda,1987:15).
90
responde a esa forzada autodescripción de unidad.
Por otra parte, el fundamento interno para fijar la mirada en la agencia, se basa en la idea
de que dicha categoría funge como eje articulador de lo que en lenguaje de la teoría en
cuestión se denomina estructuración. Proceso por el cual se llega a reproducir, y en el
mismo fluir transformar las estructuras sociales; explicando este movimiento a través del
recurso teórico de la dualidad de la estructura. Estrategia ésta que pretende superar, por una
parte, los límites de lo que Giddens denomina filosofías del sujeto, atrapadas en una noción
del mundo social remitidas en última instancia a conciencias individuales monológicas y,
por otra, la disolución de la acción reflexiva en imperativos funcionales propuestos por
perspectivas como el funcionalismo y estructuralismo.
Esta teoría propone ‘saltar’ sobre ambos dualismos y pasar a una concepción de la teoría
social diseñada por la dualidad, donde una y otra parte se constituyen en el mismo
movimiento, sin plantear, en estricto rigor, un proceso dialéctico. Es allí, donde se observa
intento de dar una nueva lectura a lo que se ha conceptualizado como problema de vínculo
entre niveles analíticos micro y macro sociales.
De esta manera, se puede preguntar para luego ponderar las diferentes respuestas, si
la noción de agencia efectivamente da cuenta de tal proceso de constitución y cómo lo hace,
¿logra el prometido descentramiento del sujeto?; ¿qué ventajas reporta tal operación?. Si lo
hace, esta noción de agencia ¿puede explicar teóricamente lo que se propone, es decir, la
constitución (producción y reproducción) de la sociedad?. En términos más sustantivos
¿cómo podríamos caracterizar este nuevo sujeto agente?.
Estas preguntas son muy amplias, y se podría inquirir además sobre el propio
postulado de la constitución como modo de explicar la sociedad y la sociedad moderna. Sin
embargo esto escapa a mis propósitos y posibilidades inmediatas. El objetivo acotado en
este momento se restringe a dar pistas acerca de qué significa agencia dentro de la teoría de
la estructuración y qué relación puede tener esta categoría con la operación de dualidad
91
entre estructura y agencia. Se deja mencionadas esas inquietudes generales porque como los
fundamentos denominados aca ‘externos’ para fijar el ojo en la agencia, constituyen
contexto del texto.
Según Giddens, la pregunta por el orden planteada como problema hobbesiano por Parsons,
es analíticamente poco fructífera ya que se pregunta por la relación entre el individuo, como
actor abstracto y la sociedad como un todo orgánico, partiendo de presupuestos
considerados como dados. El concepto de equilibrio está supuesto analíticamente, lo que a
nivel sustantivo supone un consenso normativo. Se opone entonces una noción límite de
naturaleza humana que asume un individuo básicamente egoísta e interesado que en su
lucha de intereses se opone a un orden moral monolítico.
92
acción. Un individuo no es propiamente un agente, sólo puede ser llamado agente51 un ser
que en tanto actúa se refiere a ciertos recursos de capacidad reflexiva.Giddens propone
situarse por fuera de versiones teleológicas de la acción tal como fueran concebidas por
algunos filósofos analíticos y, concebirla más bienun fluir o corriente a la que le es
constitutiva la duración como existencia espacio- temporal. Ya no es el ser como esencia el
que debe preocupar, ni tampoco el individuo dotado de capacidades de discernimiento
racional que elige medios adecuados a un fin, sino el ser arrojado al mundo en el devenir;
en el tiempo52.
51
Según la definición de Ferrater Mora el término agente en español refiere a “Persona que ejecuta
la acción del verbo”. Y “Persona o cosa que obra y tiene poder para producir un efecto” (Ferrater
Mora,1994:72). Muchas son las discusiones en torno a estas definiciones, una de ellas dentro de la
filosofía analítica se refiere a la diferencia entre lo que es susceptible de predicar de un ser humano
como ser actuante y lo que se dice o se puede decir de una cosa. La cuestión es si las razones
pueden ser causas o ser tratadas como acontecimientos contingentemente relacionados como
antecedentes y consecuentes. La noción de Giddens, distingue entre causalidad de agente y
causalidad de suceso.
52
Esto se puede expresar como el abandono del hombre al mundo ante el cual se percibe
impotente, después de haber dejado los espacios de la convención protegidos por la fe: en Dios, en
la Razón y en la Tradición. Weitz, a propósito de sus comentarios a los escritos de Blumemberg,
expresa esta idea de forma radical pero ilustrativa: “Igual que el ensanchamiento poscopernicano
del universo ha hecho visibles la puntualidad de la tierra y la inanidad del hombre, de la misma
manera la dilatación del tiempo cósmico, impuesta por los resultados de la investigación científica,
transforma la tierra en un episodio pasajero y al hombre en un nada efímero. El rápido aumento de
la desproporción entre el hombre y el cosmos, así como entre el hombre y el tiempo cósmico, hace
que surja una comprensión de la realidad según la cual el cosmos, y con él la vida del hombre,
carece de todo sentido superior y está simplemente ahí como una masa sin valor, sin propósito, sin
razón” (Weitz,1996:11). Pero ocurre que el hombre, por extraño que parezca, se sigue preguntando
por sentidos y en la actualidad, por las posibilidades de construcción del sí mismo y la sociedad en
93
interactúan creativamente con la naturaleza material” (Giddens,PSTS, 1997c:273). En tanto
praxis define la constitución de la vida social como “un conjunto de prácticas regularizadas,
producidas y reproducidas por los actores sociales en los contextos contingentes de la vida
social” (Giddens, PSTS, 1997c:273). Esto significa que los sujetos son lo que hacen y en
tanto hacen o producen, y si este producir no se restringe al trabajo; es la producción misma
de la sociedad aquello que producen en su hacer.
Uno de los problemas que plantea la cuestión de hacer nuestra historia pero no bajo
condiciones electivas, es el de dar respuesta a la existencia del mundo social. Algo que nos
parece transparente por la obviedad de vivirlo cada día, carga una cuota de misterio si las
interrogantes se trasladan de una preocupación por la esencias del ser cuyo fundamento
el tiempo.
53
“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, en circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino en aquellas circunstancias con la que se encuentran directamente,
que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas
oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y precisamente cuando éstos parecen
disponerse a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de
crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del
pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para representar, con este
disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, la nueva escena de la historia universal” (Marx,
Karl, 1973)
94
metafísico moraba en el cosmos extramundano y trascendental, al orden de lo dado como
experiencia, ya sin dichos basamentos. Es la propia experiencia del hombre en el mundo la
que debe ser explicada.
54
La idea de intencionalidad resulta importante para los postulados de la constitución. La
conciencia es siempre conciencia de algo, está dirigida a algo, y este ‘de’algo se forma en las
corrientes de síntesis, donde la conciencia no puede hacer más que estas síntesis. “Los objetos de
conciencia responden a una estructura regular dentro de los procesos de conciencia regularmente
constitutivos, una constitución, y ésta puede mostrarse por medio del uso sistemático del método de
suspención del juicio (reducción, epojé)” (Luckmann,1996:29). A partir de estos postulados según
Habermas, Husserl a diferencia de Kant, propone “aprehender descriptivamente los diversos modos
como los objetos se ‘dan a sí mismos’" (Habermas,1993a:40). Con ello abre la posibilidad de
investigar descriptivamente la estructuras generales del mundo de la vida en términos de sentido,
como relación reflexiva donde la conexión consciente da paso a la captación de una experiencia
originaria y un algo distinto.
55
Giddens anota a propósito de Husserl “El 'problema de la intersubjetividad' sigue siendo
refractario; no deja de ser difícil ver cómo los otros (en verdad, incluso el yo concreto en oposición
al 'yo trascendental') pueden ser considerados algo más que otra proyección intencional de la
95
fenomenología de tipo descriptivo se centra en el problema de la intersubjetividad como
uno de carácter sociológico y no filosófico. Schutz se preocupa de la actitud natural
invirtiendo la epojé husserliana, para suspender la duda acerca del mundo de la experiencia
(epojé de la actitud natural)56. La intersubjetividad como un espacio de comunalidad donde
un ‘yo’ se encuentra con un ‘tú’ y se reconocen en la misma Naturaleza, naturaleza social
que los une en el mundo de la vida cotidiana57.
Este giro del ser y la conciencia a la existencia y el mundo de la vida, lleva a otro
problema, puesto que el postulado de la intersubjetividad conduce a la paradoja de
constituir lo ‘otro’ y lo ‘mismo’ en un ámbito relacional-social que no se deja explicar por
la sola actuación de la constitución de un yo (o yoes) trascendentales, es decir, por la mera
conciencia” (Giddens,NRMS,1997a:42).
56
Al analizar la forma de constitución del mundo de la vida cotidiana no debemos obviar, según
Schutz, el hecho de que dicho mundo siempre es intersubjetivo: “Es intersubjetivo porque vivimos
en él como hombres entre otros hombres con quienes nos vinculan influencias y labores comunes,
comprendiendo a los demás y siendo comprendido por ellos. Es un mundo de cultura porque, desde
el principio, el mundo de la vida cotidiana es un universo de significación para nosotros, vale decir,
una textura de sentido que debemos interpretar para orientarnos y conducirnos en él”
(Schutz,1962:41, subrayados míos).
57
“Una síntesis de la misma Naturaleza, dada y verificada a la vez primordialmente (con
originalidad sensoria) y en el modo de la apresentación. Así se instituye definitivamente por
primera vez la coexistencia de mi “yo” y el “yo". "De otra persona, la coexistencia de mi vida
intencional y de la suya, de mis 'realidades' y las suyas; en una palabra, lo que tenemos aquí es la
creación de una forma temporal común”(Husserl, citado por Schutz, 1993,133-134, nota a pie
N°20).
96
reciprocidad reflexiva58. El yo se construye en su negación para poder afirmar su mismidad,
y eso conlleva, según esta lógica, salvar la cuestión de la constitución de la no identidad de
lo uno y lo otro a la vez. Si se parte de la noción de intersubjetividad cuestión ‘ya’
constituída, se está hablando de un mundo simbólico, de alguna manera, previo a la
posibilidad de reciprocidad reflexiva de los agentes frente a normas o reglas59. La cuestión
sería la reciprocidad en las expectativas de comportamiento mutuo más que en el
comportamiento mismo, y ello supone la construcción de una identidad en comunión
posibilitada por el carácter simbólico del sentido, donde de alguna manera pueden
converger sujetos y grupos bajo un praguas común, ya no esencial, sino contingente y con
amplias posibilidades de autoreflexividad.
58
Habermas expresa la paradoja a que se ve enfrentado Husserl al intentar dar cuenta de la
formación de un ámbito intersubjetivo. Se podría extender la idea y decir que la misma aporía
enfrenta cualquier teoria que parte de la noción monádica de sujeto “Por un lado, soy yo el que
constituye al otro como elemento de mi mundo, pero, en tanto que otro, no me puede estar dado
originalmente en las operaciones constitutivas que él ejercita, como tendría que ser en principio
posible si el otro fuera en verdad algo constituido por mi” (Habermas, 1993a:51).
59
Resulta ilustrativo advertir en una perspectiva, en algunos puntos diametralmente apuesta a la
que revisamos en esta investigación, este punto. Para la teoría de sistemas postulada por Luhmann,
la cuestión de la intersubjetividad no es un problema, ya que, partiendo de las aporías husserlianas,
de que a partir de conciencias individuales clausuradas se pueda dar cuenta de un mundo social, lo
que Luhmann pretende es superar, justamente, lo que considera “la paradoja irresoluble de la
intersubjetividad”. El autor señala. "El ‘inter’ constradice al ’sujeto’; o dicho con más exactitud:
cada sujeto tiene su propia intersubjetividad” (Luhmann, 1998:32).Esto es justamente lo que da
paso a la formación de los sistemas sociales, consecuencia del cierre operativo de la los sistemas de
conciencia, centrándose en la noción sistema/entorno, que releva una distinción y no una de sus
partes (el sujeto o el objeto, el sujeto o la sociedad, la estructura o la agencia). En la distinción
sistema/entorno, las conciencias psíquicas son entornos para el sistema social, y sólo este último es
objeto primordial de estudio de la sociología. A su vez el paso de un teorizar relacional a uno de la
forma (Luhmann, 1996a) hace que la distinción sistema/entorno no transite en los retornos
sintéticos de la dialéctica, planteando, en vez, una diferencia entre identidad y diferencia y no una
identidad entre identidad y diferencia (Cfr, Luhmann,1998).
60
Giddens apunta que “aún en aquellas convenciones de las que pueda decirse que incluyen
problemas de coordinación, los objetivos y ls expectativas de quienes participan de las
97
(agencia y estructura), por ponerlo de esta manera, Giddens no se cansa de insistir en que
debemos pasar de los dualismos a la dualidad, y en lo que a acción se refiere se basa en una
noción dialógica y contextual de la ésta como agencia, a partir de la cual quiere dar cuenta
de los procesos sociales constitutivos del mundo social.
98
Este punto es importante ya que, en esta especie de dualidad omnibarcante y
relacionadora, se pretende dar cuenta de un proceso que juega entre semi autarquía de las
estructuras sociales y autonomía relativa de los agentes. Entonces: ¿cómo esclarecer este
tipo de relación?. El autor introduce para ello la noción de dualidad de la estructura y afirma
además que esta dualidad no explica nada. No explica, porque de forma a priorística no es
posible determinar la configuración específica de una sociedad concreta, para ello debemos
adentrarnos en el estudio de las condiciones sociales en un momento socio histórico
específico. De ahí su defensa de una teoría sustantiva y sus renuencias a generalizaciones
legaliformes de corte positivista.
En esta introducción, que trazada gruesas líneas de un esbozo del lugar de la agencia
en el entramado de la teoría se arrastra mucha arena por las aguas del río. Se deben dar
varios pasos para deshilar lo que puedan significar estas condensadas sentencias, para lo
cual se comienza con la descripción del concepto mismo de agencia, el que se irá
deshilvanando para llegar a la explicación de la constitución de procesos sociales a gran
escala. Hasta acá o que se puede adelantar es una diferenciación básica entre (a lo menos)
dos niveles abstractivos de la relación agencia/estructura en la teoría de la estructuración. El
primero se unica a nivel de una teoría social global y se discute en esta investigación en
torno a la noción de agencia, dualidad de la estructura y estructura. El segundo, se juega en
lo que es el campo de la teoría sociológica preocupada de las sociedad modernas en
específico. En esta arena el problema micro/macro se especifica en la relación entre
integración social y sistémica.
2. La agencia.
Giddens revisa una serie de postulados en relación a la acción planteados por lo que
engloba bajo el rótulo de teorías interpretativas, y por lo que denomina filosofía de la
acción. Destaca lo que considera son sus aportes y carencias y postula la necesidad de
construir una teoría de la acción más satisfactoria para las ciencias sociales.
99
Dentro de las principales aportaciones de autores como Schutz,Gadamer, Winch y
Garfinkel, destaca el lugar central de la comprensión para la construcción del campo de
estudio de las ciencias sociales y el carácter de ésta; el acceso hermeneútico a las formas
legas del lenguaje y de vida; y el rescate de los saberes sociales reflexivos reaplicados al
ámbito de las prácticas cotidianas. En la valoración que Giddens hace de la fenomenología
schutziana, como se señaló en el primer capítulo a propósito de la noción de comprensión62,
se retoman las críticas de Schutz a la noción de acción weberiana y la captación del sentido
subjetivo directamente observado. Según Giddens, Weber no distingue entre la experiencia
subjetiva en cuanto sentido mentado de la acción y un acto completo. Un acto puede
establecerse por la mirada reflexiva sobre la experiencia vivida siendo una imputación que
sólo se aplica retrospectivamente ‘sobre’ la acción. Weber, sin embargo, restringió el
significado a la conciencia subjetiva de los actores y la social a la orientación hacia los otros
y la influencia de éstos , de manera que el significado de un acto solitario no podía ser
identificado como acción social (recordemos el ejemplo del ciclista). Para Giddens el
significado de la acción social debe referirse a normas de significado compartidas y no a
revivencias internas del sujeto.De esta manera, nuestro autor, retoma de forma crítica la
sociología compresiva además de asumir una tarea constructiva respecto a los desarrollos
de la filosofía social europea.
62
En el capítulo primero de esta investigación se trata con mayor detalle la valoración general que
hace Giddens del aporte de la fenomenología de Schutz a la sociología comprensiva.
100
narración63.Tal comprensión se logra a través del discurso, de manera que se libra del
individualismo cartesiano desde donde se la entendía anteriormente. Giddens señala que la
compresión en sentido gadameriano “concierne al lenguaje como medio de la
intersubjetividad y como expresión concreta de 'formas de vida' o lo que Gadamer llama
'tradiciones'" (Giddens,NRMS, 1997A:77). Por tanto, el problema hermeneútico no trata del
manejo adecuado de una lengua, sino de la “comprensión correcta de las cosas que
acontecen en el medio lingüístico” (Giddens,NRMS, 1997A:78). Giddens aduce que una
visión de este tipo avanza en relación a entender el sentido más allá de lo meramente
subjetivo y señala “La ‘fenomenología hermeneútica’ en manos de Heidegger y de Gadamer
rompe con el subjetivismo característico de la fase anterior de desarrollo de la
fenomenología (Schutz nunca consiguió completar esta ruptura). Desde esta perspectiva
(...), el lenguaje es esencialemente un fenómeno social o público basado en un una forma de
vida determinada; la autocomprensión del individuo sólo puede ocurrir en términos de
conceptos ‘accesibles públicamente’” (Giddens, PSTS, 1997c: 260).
Sin embargo remitir la comprensión a una tradición específica impide trascender los
límites de los actores situados dentro de esa forma de vida y alcanzar significación
explicativa en relación con estos marcos de sentido. En el caso de Gadamer al remitirse a
las mediaciones del diálogo entre las tradiciones supera la perspectiva de los juegos de
lenguaje de Wittgenstein64, más no logra situar un punto de base para sostener una actividad
crítica respecto a estas tradiciones.
63
Giddens señala a propósito del círculo del conocimiento que supone un acceso hermeneútico a un
texto que la comprensión procede gracias a que cada una de sus partes se tornan inteligibles gracias
a una apreciación total del conjunto “ se da por tanto un proceso de constante desplazamiento de la
parte al todo y del todo a la parte, gracias al cual la comprensión enriquecida del todo ilumina cada
una de las partes, y viceversa” (Giddens, PSTS, 1997c:260-261). Esto se destacó en el primer
capítulo vinculado a las formas de teorizar analítica y generativas.
64
Con esto Giddens refiere a que “El problema caracterítico al que parece llevarnos la filosofía de
Wittgenstein es el siguiente: si resulta que los juegos linguísticos son universos de significados
tan cerrados, ¿ cómo podemos salir de un juego linguístico y meternos en otro?.”(Giddens, PSTS,
1997c: 259).
101
La misma observación, en relación a quedarse en el particularismo irrebasable de una forma
de vida, es la que levanta acerca de los postulados propuesto por Winch. Este autor parte de
la idea básica de que la acción humana esta provista de sentido y que esto la hace
radicalmente diferente a los hechos del mundo natural. Lo que tiene sentido está de suyo
gobernado por reglas, lo que no conlleva que el sujeto sea capaz de explicar su conducta de
acuerdo a una determinada regla, sino que sea capaz de distinguir entre un actuar correcto y
otro incorrecto.De esto se sigue que existe una diferencia radical entre las ciencias sociales
y las naturales. La explicación causal de las segundas es de orden diferente a las
correspondientes las ciencias sociales. El criterio de regularidad en las ciencias sociales
viene dado, según Winch, por las reglas que definen una forma de vida, por lo que no sólo
se deben comprender las reglas de procedimineto científico, sino las reglas del proceder
social. “El estudio de la conducta social implica necesariamente ‘explicar’ acciones
observadas, y el observador sólo puede hacer esto en función de las reglas particulares a las
que estas acciones se remiten” (Giddens, NRMS, 1997a:65).
Para explicar las distintas formas de vida hay que entender o comprender las ‘reglas de ese
juego’ (Wittgenstein) y se comete un error categorial si se pretende hacerlo desde las reglas
de otro juego, es decir, las nociones occidentales de la comprensión científica. Esto, según
Giddens, lleva a un relativismo que Winch pretende saldar aduciendo ‘constantes de las
sociedades humanas’ que operan como ‘nociones limitantes’ (nacimiento y muerte, por
ejemplo).
La crítica de Giddens a esta perspectiva resume las que en la literatura sociológica son lugar
comun en relación a Winch, destacando el inadecuado tratamiento de la ‘acción provista de
sentido’ como equivalente a la conducta ‘gobernada por reglas’, éstas se resumen en cinco
puntos básicos:
-en la noción de acción provista de sentido según se siga una regla y se pueda distinguir
entre una acción correcta y otra incorrecta, se encuentran contenidas dos cuestiones
diferentes que Winch no aclara o distingue.Primero que sentido refiere a que con una
102
expresión linguistica se pueda identificar correcta o incorrectamente una conducta y
segundo que una regla pueda ser una evaluación moral.
-Winch enfatiza la noción de regla según una convención linguistica donde la conformidad
con ellas no es asunto problemático. Giddens se pregunta por las diferencias entre reglas
como normas sociales- en las que se implican relaciones de poder y sistemas de dominación
(reglas de quien)- y las reglas de carácter linguistico. Por otra parte Giddens aduce que no
existe relacion directa entre conocer el sentido de una regla y el compromiso de realizarla,
ya que los actores se orientan de manera diversa ante la misma regla. Esto también remite al
tema del poder social y las posiciones de los agentes dentro de la estructura social.
-De este modo Giddens señala que desde la perspectiva de Winch se confunde el “sentido
de la acción con su ocurrencia” (Giddens, NRMS, 1997a:68) .Seguir una regla en el orden
real de la vida social, no queda explicado en la intelegibilidad de la regla misma.
-Por otra parte, Winch excluye la posibilidad de explicación causal en ciencias sociales
dado que las acciones sólo expresan ideas y la relación entre ellas es conceptual (lógica) y
no causal. Dado que en el punto anterior se ha distinguido entre inteligibilidad de la regla y
su realización concreta, esta exclusión, al menos bajo el argumento de Winch, es
improcedente.
103
De la corriente de la etnometodología, Giddens retoma algunas de las ideas de
Garfinkel en relación a su conexión con la filosofía social europea, sin detenerse en sus
estudios empíricos los que le parecen excesivamente pobres filosóficamente hablando. Lo
que rescata de esta perspectiva, dentro de varios puntos coincidentes con otras teorías de la
acción, es la relevancia que se otorga al tratamiento de la reflexividad de la acción y el
carácter situado o contextualizado de la acción.En cuanto a la primera Giddens apunta con
los etnometodólogos, que la todo agente es un ‘teórico social práctico’ y que la
previsibilidad del mundo social esta dada por la capacidad del agente de reaplicar el
conocimiento práctico sobre las interacciones con los otros. En este sentido la continuidad
de del mundo social es producto de los actores ordinarios que la sostienen. De est forma el
saber lego es parte de la constitución misma de la sociedad.
65
Giddens apunta “hemos de renonocer que toda relación de significado es también una relaicón de
poder: se trata de saber qué hace que determinadas ‘explicaciones’ (de la vida social) valgan (...) .
La creación de un mundo inteligible no se puede explicar independientemente de estos
desequilibrios de recursos (de clase , por ejemplo) que los actores aportan a los encuentros”
(Giddens, PSTS, 1997c:261-262).
104
moral susceptible de apropiaciones diferenciales, está en directa vinculación con la posición
estructural de los sujetos y depende de los recursos con los que dispongan. De tal forma,
estos enfoques no cubrirían, según nuestro autor, el problema de las transformación
institucional ni la dimensión histórica de los fenómenos sociales. Giddens propone avanzar
en esta dirección, poniendo en relación a nivel de la agencia la dimensión del sentido, del
poder y el elemento normativo, vinculando estos aspectos con procesos mediadores en la
formación de dimensiones estructurales66.
66
Esto es lo que Giddens llama modelo estratificado del agente, el que se revisará más adelante en
este mismo capítulo.
67
Discusiones como las relativas a las pretensiones de universalidad tanto de la hermeútica como
del positivismo, perspectivas que quieren alcanzar una explicación global de la actividad humana.
En este punto Giddens coincide con Habermas en que tal pretensión es inadecuada y que en las
ciencias sociales debemos procurar hacer una síntesis que las contenga a ambas. Sin embargo, el
autor no está de acuerdo con la tajante división que hace Habermas entre perspecivas nomológicas
y hermeneúticas. Aduce que también en las concepciones nomológicas comparecen procesos
interpretativos que refieren al carácter preinterpretado de la realidad social y por tanto en el
proceso de definción de un postulado legaliforme.
68
Según uno de los llamados por Giddens filósofos de la acción: “la distinción entre acción y no
acción no depende de la presencia o ausencia del propósito o la intención correspondiente, sino de
105
compleja de discusiones acerca de la diferencia entre acción y movimiento. Para los
reduccionistas analíticos (como los tipifica Bernstein, 1979) la manera de incluir el estudio
de la conducta humana dentro de un programa científico es transformar la descripción de la
acción en postulados de base como movimientos. Según las versiones críticas al interior de
la discusión analítica por parte de los filósofos analítico-conceptuales, la referencia de la
acción a la intención introducía una problemática. La reducción atomística de la acción en
términos de enunciados causales de tipo mecánico, debía postularse entonces, como
causalidades teleológicas. Para Giddens la distinción que se intentó hacer entre acción y
movimiento, a partir de la noción de sentido (acción orientación por normas) adscrito a la
acción más o al movimiento resulta infructuosa. Como se apuntó: La unidad de referencia
apropiada para un análisis de la acción es la persona o el ser actuante.
aquella intención o propósito que tiene o no algo que ver con la producción de la
conducta.Respecto a la acción debemos decir que la conducta tiene lugar ‘a causa de’ la intención o
propósito correspondientes; donde este no es el caso entonces no estamos tratando de la acción”
(C.Tylor en Bernstein,1979:273).
106
Las intenciones son actos deliberados o intencionados, pero dicha intencionalidad
no está definida según la búsqueda interna de un sujeto en persecución de una determinada
meta69. La mayor parte de la vida activa es prerreflexiva, y el tipo de conocimiento que se
aplica en procesos reflexivos sólo en una porción presenta un carácter discursivo y
justificatorio. En tal caso un acto deliberado sería “cualquier acto del cual un agente sepa
(crea) que puede esperar que manifieste una cualidad o un resultado particular, y en el cual
este conocimiento sea utilizado por el actor con el fin de producir este cualidad o este
resultado” (Giddens,NRMS, 1997A:99). Para que una acción sea deliberada, por tanto, no
tiene que ser necesariamente consciente ni racionalizada La dislocación entre la
deliberación y el obrar se muestra en dos casos relevantes para la teoría social: cuando los
agentes pueden conseguir sus intenciones- lo que intentaban hacer- pero no por su propio
obrar; y cuando los actores intencionales producen una serie de consecuencias, que ellos de
hecho no intentaron.
Según Giddens, los argumentos en contra de una noción acción como intención,
valen también para las razones y resultará más apropiado hablar de ‘racionalización de la
acción’ de acuerdo a una regulación reflexiva del obrar del agente. Cuando se pregunta por
razones, se lo hace por la conexión lógica entre actos o proyectos y la fundamentación
técnica sobre los medios que se utilizan para obtener tal fin. Esto involucra irrumpir en el
flujo de la acción para imputar principios fundados a una conducta, pero no supone una
serie discreta de intenciones y razones, sino la versión reflexiva y discursiva de la
fundamentación de una acción, dada una particular identificación del acto, en términos del
saber que manejan los agentes para asegurar cierto fin o fines. Este control reflexivo de la
propia conducta marca un indicio de dominio causal que los actores tienen sobre su obrar,
69
“(...) son raras las ocasiones en que un actor tiene en mente un fin (como en un juego
competitivo por ejemplo). La actividad vital de una persona no consiste en una serie enlazada de
designios y proyectos discretos, sino en una corriente continua de actividad intencional en
interacción con otros y con el mundo natural” (Giddens,NRMS,1997A:106) Un acto deliberado es
identificado por un actor reflexivamente o son aislados conceptualmente por otro agente.
107
lo cual no involucra afirmar que las razones son causas, sino más bien que la
racionalización de la acción es la formulación causal de las justificaciones de un actuar.
Giddens lo expresa como sigue: “La racionalización de una conducta expresa la raigambre
causal del obrar en tanto enlaza unos designios a las condiciones de su realización dentro de
la praxis corriente de la vida cotidiana. Antes que decir simplemente que las razones son o
pueden ser causas, es más exacto decir que la racionalización es la expresión casual del
fundamento de la deliberación del agente en el conocimiento de sí mismo y en el
conocimiento de los mundos sociales materiales que conforman el ambiente del ser
actuante” (Giddens, NRMS, 1997A:109).
70
Con estructura de signos Giddens está haciendo mención a la noción de estructura propuesta por
escuelas estructuralistas y postestructuralistas, que suponen la conformación arbitraria del signo en
cuanto a juegos de oposiciones entre diferencias internas a la misma estructura sin elementos
contextuales ni práticos. Ver Giddens (1991).
108
descentramiento se sitúa la noción dialógica de un “yo” que por medio del lenguaje se
relaciona con el otro en un contexto dado. Giddens aclara: “La constitución del ‘yo’ sólo
sobreviene a través del ‘discurso del Otro’ -o sea, de la adquisición del lenguaje- pero el 'yo'
tiene que ser referido al cuerpo en tanto esfera de acción. El término ‘yo’ es lo que en
lingüística se llama un ‘embrague’: la contextualidad de una ‘postura’ social determina
quién es un ‘yo’ en cada situación de habla” (Giddens,CS, 1995:79).
109
la infomación nueva. De esta manera podría decirse que percepción es memoria, ya que
permite que la relación con el mundo social y objetivo se ubique en un eje de continuidad
temporal y espacial. El autor la describe como “un conjunto de dispositivos de ordenación
temporal configurados por los movimientos y orientaciones del cuerpo en los contextos de
su conducta- pero que también los configura, ello nos hará ver la gravitación de una
atención selectiva en la conducta cotidiana” (Giddens,CS, 1995:83).
A su vez, los tipos de conciencia descritos se relacionan con la memoria y, por tanto,
con ciertas formas de temporalidad. La conciencia discursiva “connota las formas de
recordación que el actor es capaz de expresar verbalmente” (Giddens,CS, 1995:84).; la
conciencia práctica supone la capacidad de recordación en el lapso de desarrollo (duración)
de la acción, sin incluir la verbalización, es lo que de saber contiene la acción misma. Por
último lo inconsciente “designa modos de recordación a los que el agente no tiene acceso
directo porque existe una ‘barrera’ negativa de algún tipo que inhibe su integración
inmediata al registro reflexivo de una conducta, y más en particular una conciencia
discursiva” (Giddens,CS, 1995:84).
110
uno mismo, de lo que se espera del otro, predecibilidad de lo que pudiera ocurrir, en
resumen predecibilidad de la conducta en cualquier encuentro social. La confianza en la
continuidad del mundo y de la actividad social está dada por la llamada rutinización,
fundada en la conciencia práctica, esto es, la reproducción continua de las actividades
diarias que permiten tanto el desarrollo de la personalidad del agente, como la de las
instituciones sociales. Esto será uno de los nudos problemáticos que enfrenta Giddens a la
hora de explicar cómo conectan ambas dimensiones, la de la agencia del sujeto y la de la
reproductibilidad y constitución de un marco contextual de tipo social.
Pero ¿de qué manera se puede decir que, por ejemplo, en un saludo se actualiza y se
comprometem los agentes en la reproducción de estructuras que para nada le resultan
evidentes y mucho menos son parte de la intencionalidad y conciencia práctica?.
111
relación a las nociones antes expuestas (agencia, tipos de conciencia, rutininzación, etc.)
dicho vínculo se entiende por medio de la categoría de posición y postura, que se despliegan
en un interjuego entre lo que denomina posición social y práctica-posición.
71
Estos tres aspectos de la dimensión estructural de la constitución de la sociedad los detallaremos
más tarde cuando expliquemos con mayor detalle el esquema del proceso de estructuración.
112
una posición social de carácter estructural. De tal forma la noción de práctica-posición
quiere destacar el aspecto interno (agencia) junto con el externo (estructural) de las posturas
de los sujetos en un determinado sistema social.
3. Procesos de estructuración
Tal como quedo esbozado en las páginas anteriores, Giddens pretende construir una teoría
de la acción más allá de los sujetos como conciencias monológicas, centrada en el ser
actuante, pero además dar cuenta de las condiciones de la acción por sobre el control
reflexivo de la misma. Para esto, construye un modelo estratificado de la agencia que busca
conjugar, por una parte, las diversas dimensiones constitutivas de la agencia involucrando la
producción de sentido, el aspecto normativo y el poder, y por otra, las mediaciones entre
este nivel y el de las estructuras. Para ello especifica tres tipos correspondientes de
modalidades para tres dimensiones estructurales, la dominación, la legitimidad y las
estructuras de significación.
Según apunta el autor en ‘Las Nuevas Normas del Método Sociológico’de 1976, el
verdadero meollo explicativo del análisis estructural (que sólo se centre en la producción -
como cambio- o en la reproducción -como estabilidad- como ocurre comúnmente) es el
proceso de estructuración por medio del cual se intenta determinar las condiciones “que
gobiernan la continuidad y la disolución de las estructuras o los tipos de estructuras”
(Giddens, NRMS, 1997A:101).
113
(Giddens,NRMS,1997A,122-123).
Son tres los elementos del lenguaje relevantes para los efectos de esta ilustración. El
primero es que el lenguaje es dominado y hablado por actores sociales, el segundo es que
lenguaje es empleado como medio de comunicación entre tales actores y, por último, el
tercero es que el lenguaje tiene propiedades estructurales que en cierto sentido están
constituidas por el habla de una comunidad de lenguaje o colectividad. El lenguaje es (o
72
A diferencia de Levi-Strauss quien afirma que la vida social es ‘como un lenguaje’, Giddens
postula que la linguística no puede ofrecernos un modelo para el análisis de la praxis humana o de
las instituciones “pues en un aspecto básico la linguística es que sólo puede explicarse mediante
éstas” (Giddens,1991:260). El giro linguístico en esta disciplina puede interpretarse, más que como
extensión del estudio del lenguaje a un campo social, como “la intersección entre el lenguaje y la
constitución de las praxis sociales” (Giddens,1991:259).
73
Según Searle el acto de habla se escoge como unidad elemental de la comunicación linguística.
Un acto de habla es la producción o emisión de una ‘instancia’ de una oración bajo ciertas
'condiciones’ el empleo de una oración en una emisión” (Searle en Mc Carthy,1995:319).Según la
definición del diccionario de Ferrater Mora (1994) un acto de habla puede ser, locucionario
(cuando se profiere una palabra o frase, por ejemplo, María mató al gato), ilocucionario (a ordenar
hacer algo, por ejemplo, Mata al gato) o perlocucionario (cuando se hace en el decir, por ejemplo,
cuando alguien persuade a otro para que haga algo, por ejemplo, alguien persuade a María para que
mate al gato).
74
Giddens define regla linguística con el ejemplo de una fórmula matemática. Aduce que es “un
prodecimiento generalizable; es generalizable porque se aplica a un aspecto de contextos y
ocasiones, y es un procedimiento porque facilita la continuación metódica de una secuencia
establecida” (Giddens,CS,1995:57). En el caso de las reglas de la vida social se trata de “técnicas o
procedimientos generalizables que se aplican a la escenificación/reproducción de prácticas
sociales” (Giddens:CS, 1995:57). Ser capaz de comprender una regla no es un proceso de habilidad
cognitivo- mental, sino de habilidad para aplicar una fórmula en una situacion dada de modo
correcto para dar paso a la continuidad de la interacción.
114
más exactamente existe) en una serie de actos de habla proferidos por un hablante
individual. Giddens resume estas ideas como sigue: “Bajo su aspecto de medio de
comunicación en interacción, el lenguaje implica el uso de ‘esquemas interpretativos’ para
entender no sólo lo que otros dicen, sino también lo que denotan; la constitución de un
‘sentido’ como un logro intersubjetivo del entendimiento mutuo en un intercambio
continuo; y el uso de indicios contextuales, como propiedades del escenario, como parte
integral de la constitución y comprensión del sentido” (Giddens,NRMS, 1997A:128-129).
75
En este punto Giddens rescata los aportes de Chomsky en relación a la linguistica estructural que
sólo se preocupa de la ‘langue’y no de el acto realizativo del habla de acuerdo a las competencias
de los sujetos. Chomsky postula una diferenciación entre compentencia y actuación, , donde se
destacan las estructuras sintácticas de un hablante ideal de una lengua, en cuyas realizaciones
particulares se incorpora un cierto nivel de interpretación y creatividad de lo agentes. Giddens
señala a propósito de esto”Como Chomsky señala criticando a Saussure,este último consideraba la
langue , fundamentalmente, como un depósito de ‘elementos semejantes a palabras’ y ‘frases
hechas’ , al que oponía el carácter más flexible de la parole. Se carece de na explicación del
‘término mediador’ entre langue y parole.Según Chomsky, es en el agente donde se produce lo que
él considera la ‘creatividad gobernada por normas’ del lenguaje como sistema (Giddens, 1991:257).
76
“El saber mutuo es aplicado en la forma de esquemas interpretativos. por los cuales contextos de
comunicación se crean y sostienen en una interacción. Tales esquemas interpretativos
(‘tipificaciones’) se pueden considerar analíticamente como una serie de reglas generativas para
recibir la fuerza ilocutiva de las proferencias. El saber mutuo es un saber de fondo en el sentido de
que se lo da por supuesto, y en su mayor parte permanece inexpresado; por otra parte, no pertenece
al ‘fondo’ en el sentido de que constantemente es actualizado, mostrado y modificado por los
miembros de la sociedad en el curso de su interacción (...). Los actores no se apropian del elemento
115
La segunda dimensión constitutiva de toda interacción es el carácter moral de la
misma. Los elementos morales se conectan con las relaciones de poder y la constitución de
sentido en la interacción. De acuerdo a Giddens, todas las normas son tanto habilitadoras
como constriñentes. Se distingue además entre regla y norma, las reglas normativas son un
tipo específico de la noción general de regla que se vincula con la estructura. Según el autor
“La constitución de la interacción como un orden moral se puede entender como la
actualización de derechos y la imposición de obligaciones” (Giddens,NRMS,1997A:134).
Junto con reglas y normas se distinguen además recursos internos (personalidad del
actor) y externos (elementos del contexto) para producir la sanción a una transgresión de la
norma. Para que una norma cuente como tal, debe someterse a las pretensiones morales,.
pero dichas pretensiones pueden ser puestas en cuestión dado que la coordinación moral de
la interacción conlleva: la posibilidad de conflicto entre diversas visiones de mundo además
de la lucha entre interpretaciones simbólicas diversas de las normas estructurales comunes.
(del saber mutuo) como algo listo, sino que este es producido y reproducido de nuevo por ellos
como parte de la continuidad de su vida” (Giddens,NRMS,1997A:132-133).
116
El tercer elemento constitutivo de la interacción es el poder. La noción de acción
está lógicamente relacionada con la de poder. Poder en términos generales denota la
capacidad del agente de poder hacer otra cosa, es decir, el poder de la acción
ecxlusivamente humana de cambiar algo en el mundo El autor resume la idea como la
“virtualidad del actor de intervenir en una serie de sucesos para alterar su curso; como tal es
el ‘puede’ que media entre intenciones o necesidades y la realización concreta de los
resultados buscados” (Giddens,NRMS,1997A:138).
El uso del poder en una interacción se puede entender en términos de los recursos
que los actores tienen y movilizan para producir la interacción y dirigir su curso. Se hace
necesario, por tanto, referir el estudio del poder al de la producción de sentido. La creación
de marcos de sentido se realiza a través de la mediación de actividades prácticas y en
relación a las diferencias de poder de los actores involucrados. Así, lo que se concibe como
realidad social se vincula con la distribución de poder. Esto no sólo en conexión inmediata
y directa, sino también en el nivel de culturas e ideologías, cuya influencia recae en cada
intersticio de la vida cotidiana. Se podría decir entonces, que si bien los sujetos no son
títeres de órdenes morales y sistemas de dominación establecidos - que Giddens analiza
como dialécticas de control- tampoco son todopoderosos y no pueden definir directamente
desde su interacción situada, los marcos más globales donde ésta se enmarca.
Una cuestión que atraviesa a estos tres elementos de la interacción, vital para la
definición de agencia, es la capacidad de regulación reflexiva de la conducta. Hay dos
aspectos destacables de esta capacidad reflexiva de los agentes: hasta qué punto las razones
aducidas por el agente corresponden a un monitoreo respecto a lo que hizo, y hasta donde
sus explicaciones son acordes con lo comúnmente aceptado en su medio social, es decir,
hasta donde son razonables.Sin embargo, existen aspectos desde los cuales la conducta de
los actores puede ser opaca para ellos mismos, Giddens señala dos: la motivación y las
propiedades estructurales de los conjuntos sociales.La motivación comprende la dimensión
inconsciente y refiere a los deseos del actor, los que no siempre se evidencian ante sus ojos
sino hasta después de realizado el acto que un motivo impulsó. Dichos deseos se expresan
117
en necesidades, que se verifican antes de cualquier capacidad reflexiva o de racionalización
de la acción.Por otra parte, se verifican procesos que están fueran del control reflexivo de
los agentes y se vinculan a las dimensiones estructurales de los sistemas sociales.
Son estos procesos de estructuración los que ligan a un nivel general agencia y
estructura y a un nivel sustantivo a la integración sistémica de las colectividades con los
118
sistema de integración de la interacción social en el mundo de la vida Pero esto no quiere
decir que se pueda dar necesariamente un paralelismo directo entre el nivel de la integración
social y el de la sistémica. Por esto el autor cuida de separar lo que por ejemplo, pueda ser
conflicto (en una interacción o a nivel de integración social) y contradicción (a nivel de
estructura). En estas afirmaciones expresa un asunto difícil de discernir, ya que aduce que
un conflicto no se traduce en contradicción y una contradicción en conflicto, sin embargo
también agrega que “para no considerar la contradicción como equivalente de
'incompatibilidad funcional', es esencial reconocer que tales ‘principios’ siempre suponen
una distribución de intereses implícita o explícitamente reconocida en el nivel de la
integración social” (Giddens,NRMS, 1997A:152). Este tipo de postulados se relaciona con la
noción de estiramiento espacio-temporal, que revisaremos al final de este capítulo, y que
constituye uno de los ejes explicativos con que pretende dar cuenta de la relación de
dependencia y autarquía entre uno y otro nivel de integración.
77
Giddens,NRMS, 1997A:150
119
Como apuntamos al inicio de este capítulo, nuestro interés central es penetrar en lo
que pueda significar agencia desde la óptica de la teoría de la estructuración, y si bien ésta
queda definida en parte por los conceptos antes descritos, no podemos prescindir de
nociones de carácter estructural sin las cuales la definición de agencia quedaría fuera del
contexto global de la teoría.
Según este autor el concepto de estructura utilizado por los estructuralistas como por los
postestructuralistas es una noción descriptiva y por tanto, no considera cuestiones de
génesis y temporalidad del sentido, poniendo entre paréntesis al sujeto actuante. También
dentro del funcionalismo, la categoría de estructura recibe el mismo trato descriptivo,
siendo la noción de función la categoría explicativa central, derivada de una analogía
organicista cuyas raíces se arraigan en el pensamiento social del siglo XIX78. Según el autor
la distinción entre función (como relaciones parte y todo) y serialidad (como sucesos en el
tiempo) no se sostiene ya que “una relación funcional no se podría enunciar sin referencia
implícita a la temporalidad (y si) una estructura puede ser descrita fuera del tiempo no así
un funcionamiento” (...). El interés principal del ‘análisis funcional’ no se relaciona en
78
En el tercer capítulo se tratarán con mayor precisión las conceptualizaciones de estructura y
sistema dentro de la teoría de la estructuración, en este apartado se enfatizará sobre el concepto de
120
verdad con ‘todos’ o con ‘partes’, sino con la postulación de una homeostásis”
(Giddens,NRMS,1997A:148). Esto es, reconceptualizado en la teoría de la estructuración ,
como un problema de reproducción de la estructura en el proceso de estructuración.
121
formas de conducta, situadas y directas, la teoría que nos ocupa, sitúa el tratamiento de las
reglas en relación a las regularidades de conducta, como propiedades estructurales de las
colectividades y no sólo como una cuestión de negociación ‘in situ’ de la regla entre
agentes.
La relación entre reglas y recursos, debido a que las reglas se ponen de manifiesto sólo a
través de la ejecución de las prácticas sociales institucionalizadas, no pueden ser concebidas
sólo desde un punto de vusta externo. Se podría afirmar que que las reglas sociales se
verifican en uno de los momentos del proceso dual de la estructura como parte interna de la
producción social. La dualidad de la estructura, por lo tanto, resulta un momento de
especificación normativa y semántica de las reglas, distinto a una actualización de la
esencia de lo social, sino más bien una concreación de la articulación sociohistórica
concreta de dicha dualidad, donde la creación agencial, la constricción, habilitación
estructural y los mecanismos de estructuración se ponen en relación de manera contingente.
Por otro lado, se esgrime que las reglas no se entienden como una estructura externa
y coercitiva que determina la agencia social lo que no implica restringirlas a situaciones
individuales particulares sino más bien circunscribirlas a colectividades. La irreductibilidad
de las reglas de conducta, significa aquí, que éstas son trans-individuales (Cohen,1996), en
el sentido que están implicadas en formas de conducta que son, por un lado, reproducidas y
reconocidas repetidas veces por los miembros de una colectivdad, y por otro, reproducidas y
reconocidas por un tiempo de larga duración en la historia de ese grupo.
122
Se definen dos conceptos complementarios al de estructura.Si ésta conforma en un
sentido ilustrativo, una cierta estabilización de reglas, es decir, constituye un orden virtual
de relaciones transformativas, los sistemas sociales no tienen estructuras en tanto tales, sino
que más bien, presentan propiedades estructurales.Una estructura existe sólo en la medida
de su ‘instanciación’ en las prácticas sociales, como memoria (huella mnémica) que orienta
la conducta de los agentes. Se establece que los principios estructurales son propiedades
que exhiben los sistemas sociales de raíz profunda involucradas en la reproducción de
totalidades societarias.Las instituciones se entienden como prácticas extendidas espacio
temporalmente al interior de estas totalidades
Giddens rechaza la idea funcionalista según la cual los sistemas en cuanto sistemas
aparecen como responsables de las actividades por medio de las cuales ellos mismos se
reproducen. Argumenta que la noción de reproducción del sistema presupone la idea de
reproducción social. Con ello se quiere hacer notar que son los agentes en tanto asuman
modos institucionalizados de conducta (en tanto prácticas) los que viabilizan la
reproducción sistémica. Para abordar el tema de la reproducción del sistema se postulan dos
conceptos claves: el de circuitos de reproducción y el de procesos de estructuración; de éste
último se trató más arriba, por lo que ahora me centraré en el análisis del primero.
123
1995:220).
El autor define los circuitos de reproducción como “itinerarios de procesos (...) que
hacer retroalimentación sobre su fuente, sea o no esta realimentación registrada
reflexivamente por agentes en posiciones sociales específicas” (Giddens,CS, 1995:221-222).
El circuito de reproducción Giddens lo ilustra en la siguente figura79:
DUALIDAD DE LA ESTRUCTURA
124
correspondientes que las personifican (por lo cual) Las condiciones globales de una
reproducción sistémica en modo alguno están ‘garantizadas’ por las relaciones estructurales
de las que nacen" (Giddens,CS,1995:221).
79
Giddens,CS,1995:220.
125
Como se apuntó a propósito de la discusión analítica de la causalidad teleológica de
la intención y de las razones como causa, parece infructuoso buscar adscripciones de un
producto social que es autoría de todos y de nadie. Parece incierto poder afirmar que el
inicio motor de una acción efectivamente determine las transformaciones en el mundo80 ya
que en las interacciones generan nuevas e inesperadas situaciones que a su vez constituyen
una cadena espiralada de contextos que enmarcaran nuevas interacciones.
Pese a afirmar el carácter contingente de la vida social esta teoría, no asume una
visión emergentista de la misma, por lo que los postulados estructuracionistas descartan un
tipo de funcionalismo que asuma de modo simplista que la existencia que una relación
funcional comprenda la razón para la existencia de una práctica y que ello explique su
reproducción de manera irracional pero funcional. Es decir, pautas de conducta que
responden a necesidades sociales hipostaseadas de los sistemas.
80
Como señala Ricoeur “Un agente no está en las consecuencias lejanas como lo está, de alguna
manera, en su gesto inmediato. Por tanto, el problema está en delimitar la esfera de acontecimientos
de los que se le puede hacer responsable. Pero esto no es nada fácil (...) En primer lugar, al no
seguir más que una sola serie, los efectos de una acción se desprenden, en cierta forma, del agente,
como el discurso lo hace de la palabra viva por medio de la escritura.(...) será preciso meter los
segmentos intencionales susceptibles de ser formalizados en silogismos prácticos, aparte de los
segmentos que podríamos llamar sistémicos (...) la continuación que prolonga la energía del
comienzo, expresa la imbricación de los dos modos de enlace; sin esta imbricación, no se podría
decir que actuar es producir cambios en el mundo” (Ricoeur,1996:97-98).
81
"Para entender lo que sucede no hacen falta más variables explicativas que aquellas que explican
126
5. Integración social y sistémica
Como se vio hasta acá, dar cuenta de las formas de coordinación en la interacción implica
explicar el proceso de integración social, pero junto con explicar los procesos de
estructuración de y en la interacción, habrá que explicar también los de estructuración de la
estructura, o sea de integración sistémica, así como los modos en que la estructuración
agencial se conecta con las formas de integración a nivel sistémico. Es en esta conexión
donde Giddens advierte las formas en que es posible dar cuenta de la innervación entre
agencia y estructura a nivel sustantivo en lo que se refiere a la conformación intitucional de
las sociedades modernas.
Se aclara que la integración no es una categoría que refiera a algún tipo de equilibrio
o consenso normativo. Genéricamente se define como la constitución de la forma de
patrones del sistema, y se relaciona con la posibilidad de reproducción social; integración
social e integración sistémica que implican diferentes tipos de vínculos que a nivel social se
los denomina interacciones y a nivel sistémico relaciones. El autor aclara “Una interacción
se basa en la ‘postura’ de individuos en los contextos espacio-temporales de actividad. Unas
relaciones sociales atañen a la ‘postura’ de individuos dentro de un ‘espacio social’ de
categorías y lazos simbólicos” (Giddens,CS,1995:122).
por qué los individuos se ven motivados a empeñarse en prácticas sociales regularizadas por un
tiempo y un espacio, y las consecuencias que de ello se siguen. Las consecuencias no buscadas se
‘distribuyen’ regularmente como subproductos de una conducta regularizada que como tal recibe
sustentación reflexiva de quienes participan en ella” (Giddens, CS,1995:51).
127
integración sistémica es definida como “reciprocidades que tienen lugar entre actores o
colectividades a través del tiempo-espacio extendido; es decir, a las conexiones entre
personas físicamente ausentes" (Giddens,CS,1995:64).
Se reconoce que en las sociedades modernas estos dos tipos de integración de hayan
desagregadas pero se agrega que comparten una fuente común que es la reproducción
crónica de las reglas y recursos estructurales, a través de los mecanismos recursivos de la
dualidad de la estructura, que permiten que las consecuencias no deseadas de la acción
retroalimentativamente conformen las condiciones para emprender un ciclo infinito de
reproducción social. El fundamento de este motor productivo es la práctica (realizada en
última instancia por agentes) reflexiva y reiterada en la interacción cotidiana de la vida de
las personas. En este sentido, es a través de esta categoría teórica como podríamos entender
el puente o nexo entre lo agencial y lo estructural como un rostro de dos caras; la postura
como posición estructural y la postura como práctica social situada en un contexto.
En las sociedades modernas, sin embargo, nos resulta evidente que existan planos de
coordinación que se puedan llegar a relacionar tan nítidamente con la práctica de sujetos,
más bien se evidencia la operación lógicas sistémicas que conquistan los espacios de
reconocimiento mutuo en la interacción tiñendolos de relaciones objetivantes. A este
fenómeno Giddens lo denomina desenclave y lo explica por medio de procesos de
estiramiento espacio temporal de las relaciones entre agentes ausentes, que
128
subsecuentemente ya no se coordinan por medio de interacciones directas sino a través de
sistemas abstractos como los que se señalaron en el primer capítulo de esta invetigación, a
saber, las señales simbólicas como el dinero y los sistemas expertos como los científicos y
técnicos.
Para dar contenido a este proceso Giddens utiliza de manera crítica algunas
nociones aportadas por la Geografía Histórica, las que en definitiva nos hablan de la
contextualidad de interacción en sedes, regiones, zonificaciones82, cuestiones todas que
82
Las sedes no sólo se definen en términos físicos y materiales, sino que implican los modos de
apropiación por parte de los sujetos en sus actividades cotidianas. Una sede puede ir desde una
casa, a una esquina y hasta un Estado-nación. Las sedes presentan regionalización interna.
Regionalización no es localización en el espacio sino que zonificación en el espacio y el tiempo “se
relación con prácticas sociales rutinizadas" (Giddens,CS,1995:152).Una sede esta regionalizada en
el sentido de que su uso está dividido según las interacciones de los sujetos dentro de ellas. Además
cada regionalización está zonidificada en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo una casa moderna
puede estar regionalizada en habitaciones diversas y la zonidificación de éstas depende de la hora
del dia. Esto sucede en hospitales, centros educativos, oficinas administrativas y otras instituciones
de más amplia envergadura..
129
consienten la denominada ‘disponibilidad de presencia’, es decir, la coincidencia espacio
temporal de los actores y la reciprocidad en la relación. La contextualidad dada por las
instancias espaciales (que para Giddens están internamente constituidas en el tiempo)
otorga el marco para que la interacción se institucionalice. La noción de regionalización
refiere a este proceso, ya que define el recorrido tempo espacial implicado en todo proceso
de estructuración de las prácticas sociales. Un recorrido más amplio comporta mayor grado
de institucionalización, lo que en esta teoría se define como ‘carácter de una
regionalización’, es decir, la organización temporal y especial en sistemas sociales más
amplios (por ejemplo, el desarrollo del capitalismo moderno implica la separación entre el
hogar y el trabajo, lo que tiene sus consecuencias para los sistemas de producción, además
de otros aspectos institucionales modernos).
Se dice entonces que a medida que se extienden los ordenamientos seriales de los
encuentros se van estructurando patrones que representan la articulación de sistemas en
espacios y tiempos más amplios. Esto implica que las formas de coordinación a este nivel
ya no se ven restringidas por las características propias de la serialidad de la interacción
como son las limitaciones de acoplamiento y capacidad.Lo que sucede con la coordinación
de sistemas es que en espacios separados (diversos locales) se logra articular actividades
indirectamente. “De este modo todo el sistema, considerado en forma general, muestra un
ciclo extensivo de modos de conducta vinculados entre sí y organizados como patrones en
una secuencia temporal, a través de locales de operación espacialmente separados”
(Cohen,1996,120-121).
Las coordinaciones a este nivel pasan del tiempo reversible de la durée de la vida
cotidiana al de la longue durée de las instituciones. “Las interacciones institucionalizadas, y
no los individuos, parecen ser los elementos constitutivos de los sistemas sociales”
(Cohen,1996:106). A este nivel sí podemos prescindir de los sujetos, intercambiarlos y
sentirnos impotentes porque el mundo sigue su curso indiferente a la muerte de un agente
habilitado o al nacimiento de otro que promete llegar a ser lo mismo; un sujeto con
conciencia práctica. Pero a este nivel hay una nueva remisión al agente porque es en la
130
práctica situada donde se generan las posibilidades de reproducción de las reglas
generativas de estructuras, en el tiempo del fluir de los procesos continuos de
estructuración.83.
83
Giddens dice al respecto: "El problema del orden en sociología es de qué forma ocurren en las
relaciones sociales, o (para decirlo de otro modo) cómo los sistemas sociales ‘aglutinan’ tiempo y
espacio. Toda actividad social se gesta en tres momentos de diferencia vinculados entre sí:
temporal, estructural (en el lenguaje de la semiótica, paradigmáticamente) y espacial; la conjunción
de éstos expresa el carácter situado de la práctica social” (Giddens,CCHM,1981:30).
131
6. Recapitulación: el vínculo micro/macro y la teoría de la estructuración
Recapitulando, se recuerda que el objetivo perseguido en este capítulo fue dar cuenta de la
categoría agencia al interior de la teoría de la estructuración, para de ahí reconstruir la
propuesta giddensiana acerca de la relación entre agencia y la estructura; manera en que esta
propuesta reconceptualiza el problema postulado en clave analítica como vínculo entre
micro y macro niveles sociales.
Se descubre que son varios los caminos y niveles conceptuales a través de los cuales
se presenta esta problemática en términos constitutivos, lo que interesa ahora es dejar
señalados algunos nudos o centros neurálgicos para centrarse en ellos en el tercer capítulo
en una ponderación crítica.
La agencia en esta teoría sólo es predicable de sujetos, de seres humanos, más con
ello no se asume que la acción deba ser remitida a la intencionalidad como fin. Tampoco
remite a una síntesis constitutiva exclusivamente cognoscitiva explicada por el postulado de
una conciencia trascendental. La noción de constitución suspende la adscripción estricta del
proceso a individuos particulares para centrarla en una concepción basada en la habilidad
reflexiva de monitorio de las prácticas, prácticas realizadas en un contexto y en relación a
132
expectativas de otros agentes. Dichas expectativas y acuerdos sociales no son una textura
que pueda negociarse de modo absoluto en la interacción directa; más bien se encuentra
imbricada en un conjunto de saberes legos sedimentados en lo que Giddens denomina saber
mutuo.Es así como en la interacción entre agentes, viabilizada por la conciencia práctica
(que incluye el hacer, el relacionarse con y la reflexividad de relacionarse con) se da paso a
situaciones que sólo en alguna medida podrían denominarse transformación de agentes
como producción, porque de otro lado implican alimentar las condiciones ya dadas, es
decir, la reproducción. Ambas cosas, transformación y reproducción se conjugan
permanentemente para dar paso a un nuevo ciclo.
La categoría práctica arroja una clave de nexo para visualizar la relación entre
agencia y estructura, mediante los procesos antes descritos, ya que como posición-práctica
expresa su carácter estructural (posición social) y como práctica la producción activa de
agentes.La reproducción activa de la vida social en la agencia está dada por lo que se
denominó rutinización o cronicidad de las prácticas, una especie de repetición de hábitos
que cristalizan en reglas semánticas y normativas.Este proceso de producción de la sociedad
en términos de constitución se sustativiza para dar cuenta de la sociedad moderna, que bajo
condiciones de desarticualción entre lo que se ha denominado integración social y sitémica
debe explicar la articulación entre ambos bajo una noción unitaria de constitución. Al
sostener, Giddens, que ambas formas de integración mantienen una ligazón, permanece la
idea básica de que, pese a la generación de sistemas abstractos de coordinación social, los
‘input’ de significatividad dados por la actividad sintética de agentes en la constitución de
un mundo anclado en la vida cotidiana, los procesos sistémicos se reanclan en la
reproducción de la vida social con base nutricial en la agencia.
133
Estos procesos de desarticulación espacio temporal propios de la eran moderna,
figuran nuevas formas de creación del vínculo social que no puede yacer sólo en la
interacción cara cara entre agentes presentes. El estiramiento que se produce paso a
relaciones en ausencia, que en cuento aumenta la distancia se condensan en regulaciones
institucionales más densas y abstractas que permiten la continuidad de la vida social aún sin
el monitoreo directo de los agentes. De esta manera los sistemas sociales de amplio alcance
dan cuenta de estas coordinaciones abstractas, pero a su vez refieren a interacciones
concretas, puesto que en versión estructuracionista, los sistemas no son conjuntos
emergentes de propiedades sui generis sino que se reinstalan en prácticas que, en definitiva,
los hacen posible. De tal suerte, en la era de la mundialización, globalización o como quiera
llamarse a las relaciones que traspasan los límites de los estados nacionales en múltiples
dimensiones, la dialéctica entre esta globalidad y la localidad se inscribe en la
tranformación mutua de intimidad/socialidad y estructuras y coordinación abstracta.
134
verificación transformativa de los principios estructurales. Pero, como dice Giddens, la
relación entre agencia y estructura no viene determinada teóricamente, sino que puede ser
sustantivizada por la articulación institucional concreta que el investigador se plantea
estudiar.Pienso que esto es acertado, pero no niega la necesidad de hacer comparecer ciertas
claves conceptuales que nos expliquen en las sociedades señaladas, los modos de
coordinación en cada instancia y más aún entre instancias.
De esta manera, el paso que sigue es construir una ponderación de las limitaciones y
ventajas que reporta un explicación estructuracionista de la agencia a nivel general como
teoría social y a nivel específico en relación a los fenómenos de integración social y
sistémica en condiciones de la modernidad radicalizada, término utilizado por Giddens para
caracterizar lo moderno de las sociedades actuales.
135
CAPÍTULO TRES
“Es sabido que la identidad personal reside en la memoria y que la anulación de esa facultad
comporta idiotez. Cabe pensar lo mismo del universo. Sin una eternidad, sin un espejo delicado y
secreto de lo que pasó por las almas, la historia universal es tiempo perdido, y en ella nuestra
historia personal (…) La eternidad es una copiosa invención.Es verdad que no es concebible, pero el
humilde tiempo sucesivo tampoco lo es” (Jorge Luis Borges, Historia de la eternidad, subrayado
mío)
En este capítulo el objetivo es terminar la ruta exploratoria de esta investigación con una
ponderación de la propuesta giddensiana de relación agencia /estructura. Ponderación se
limita acá a la tarea de buscar parámetros desde los cuales observar las categorías teóricas
en cuestión para puntualizar algunas limitaciones y potencialidades.
Los ejes que propongo para circunscribir esta observación se organizan alrededor de la
categoría agencia, la que nuevamente -como en el capítulo anterior- funge de pivote en la
indagación, pero esta vez desde el juego de la crítica y el diálogo con otras categoría.Estas
son: agencia/estructura y agencia /sistema. Esta labor se restringe, por tanto, a un
contrapunto entre categorías teóricas y no considera un cotejo sistemático entre cuerpos
teóricos completos en sus implicaciones abyacentes y subyacentes (en profundidad y
extensión).
84
Ejemplares porque pueden servir de modelos y no porque sean, necesariamente, los únicos y
mejores ejemplos.
136
A través del primer bloque se ubicará el dilema de la acción versus la estructura en
la esfera de la construcción de teoría como abstracción general85. Ante tal dualismo, la
formulación giddensiana, indica una suerte de reintroducción de la estructura ‘en’ la agencia
por medio del proceso de estructuración, con ello se quiere responder crítica y
constructivamente a explicaciones tanto marxistas (Althusser, Marx) como estructuralistas
(Saussure, Levi Strauss) de la determinación estructural de la vida social. Este eje se
construirá priorizando en la construcción interna de las categorías y mecanismos teóricos
explicativos construidos por la teoría de la estructuración.
85
Según Merton se considera teoría a la serie de conceptos que conforman un sistema deductivo La
teoría es usada para explicar fenómenos empíricos, ya que las leyes científicas pueden ser
derivadas de esas teorías y estas leyes a su vez pueden ser confirmadas o desconfirmadas por
generalizaciones empíricas.Giddens critica esta noción, y señala una distinción heurística entre
teoría sociológica y teoría social. La teoría sociológica se refiere solamente al estudio de las
sociedades modernas, en cambio el concepto más amplio de teoría social concierne a el estudio de
la naturaleza humana, de la actividad humana y de los agentes sociales. “El interés principal de la
teoría social es el mismo que el de las ciencias sociales en general: la iluminación de procesos
concretos de vida social” (Giddens, en Bernstein,1989:29).Bernstein reclama a Giddens que una
mirada tan abierta de lo que es la teoria, preocupada por demarcarse claramente de la concepción
empirista lógica conlleva sus propias dificulatades; es tan amplia que dificulta determinar qué
pertenece y que no a una orientacion teorética. (Bernstein,1989)
137
Así, un sistema social en tanto conglomerado institucional con grados variables de
‘sistemidad’ se conecta a las prácticas sociales en la medida en que ellas se reproducen de
forma crónica dando cuenta tanto de rutinas interaccionales como de relaciones coaguladas
a distancia por estiramientos que hacen las veces de engarces para la ‘disponibilidad de
presencia’. Como se revisó en el capitulo dos, estas formas de vínuculo social se pueden
definir como integración. Una es la integración social (interacciones entre presentes) y otra
la integración sistémica (relaciones entre ausentes)
86
Si bien, en este texto, el autor se focaliza en una descripción de lo que llama una fenomenología
de la modernidad y no en la contrucción teórica sistemática -cuestión que por lo demás desestima-
me ha parecido que una exploración a través de este texto resulta de utilidad dado que permite
advertir con más claridad algunas consecuencias de la relación agencia/estructura a nivel de
integración social y sistémica en la sociedad moderna. En esta medida sirve de soporte para un
138
caracterizar las categorías teóricas que dan cuenta de las articulaciones entre formasde
integración en dicho tipo societal, cuestión que como se ha venido examinando, revela de
qué maeras se relaciona la agencia con lo estructural.
Giddens aduce que tanto dentro del estructuralismo como del funcionalismo -
aunque son perspectivas que divergen en muchos sentidos- sistema y estructura son
nociones que han sido ocupadas de modo similar para significar patrones de la sociedad y
han operado, en tanto externos y determinantes de la acción humana, como el lugar
explicativo privilegiado de la generación de la sociedad y reproducción social87, planteándo
dos versiones emergentes del orden. La de sistema ha referido a la idea de un todo
compuesto por partes como un todo en analogía con el organismo (funciones y elementos) y
la de estructura ha enfatizado la relación entre momentos y todo como totalidad, donde
según la analogía lingüística la totalidad se representa en la lengua y particularidad en el
habla como usos particulares de la primera.
Como se señaló en el capítulo anterior, Giddens arguye que el uso que se ha hecho
de estos conceptos por el estructuralismo, funcionalismo y estructural funcionalismo no ha
sido del todo claro por lo que cree fructífero hacer una distinción entre ambos. Si bien
dentro de las corrientes de pensamiento funcionalistas la noción de estructura ha sido poco
elaborada en comparación con la de función, de todos modos subyace una versión de
estructura como patrones visibles de las relaciones sociales. Por otro lado, desde la
lingüística estructural, autores como Saussure, han hecho uso del concepto de sistema y no
del de estructura, aludiendo, sin embargo, a la idea global de estructura.
139
Frente a estructura y sistema Giddens propone rescatar una versión dialéctica de
‘totalidad relacional’ donde se conjugue la parte con el todo en mutua dependencia, esto
parece querernos decir que el todo no es más que la suma de las partes, ni que las partes en
su interrelación forman el todo, sino que la relación entre las partes es en un todo (en este
caso la huella mnémica de la estructura) y el todo es en la relación entre las partes (por
medio de la estructuración vehiculizada por la conciencia práctica). Esta noción dialéctica
de totalidad indica que ésta ‘existe’ en sus momentos, negando cualquier determinación o
sobredeterminación estructural que considere una relación causal mecánica (expresiva,
estructural o metonímica) entre estructura y agencia; es la relación entre ambas la que
posibilita la reproducción total de la sociedad88. De este modo, el autor propone hacer un
uso distintivo de ambos términos y reservar la noción de sistema para indicar un conjunto
de prácticas sociales reproducidas y el de estructura para señalar un orden virtual de
relaciones transformativas (Giddens,CS:1995).
88
Giddens señala al respecto"(...) institutions are constituted and reconstituted in the tie between
the durée of the passing moment, and the longue durée of deeply sedimented time-space
relations.(...) the totality/moment relations is compatible with a variety of different ‘layers’ (...) of
relations of autonomy and dependene between collectivities”(Giddens,CPST,1981:110). Esta
concepción de totalidad según el autor, evitaría la idea organicista de que el todo es una
140
combinación89 de unidades posee nuevas propiedades que no pueden derivarse del estudio
de ninguna considerada aisladamente” (Giddens,1993a: 41, subrayado mío).En sus
primeros escritos, Durkheim relaciona externalidad del hecho social (conciencia colectiva)
con constreñimento, sin embargo se hacía necesario distinguir este tipo de constricción
mecánica, con fuerza causal unilateral sobre los sujetos, de una de carácter moral, cuestión
que el propio Durkheim anticipó en sus obras tardías (Giddens,CPST,1979). De esa
distinción derivan subsecuentes diferencias entre tipos de reglas sociales y sus
correspondientes modalidades de sanción. Giddens refiriéndose a esto anota: “Una sanción
moral es (....) totalmente distinta de las consecuencias materiales que siguen a la violación
de una regla preventiva; es el contenido de la regla misma lo que estimula una reacción
primitiva90” (Giddens,1993a:36), y no sólo la elusión de las consecuencias punitivas por
parte del que rompe la regla. La relación que Durkheim establece entre regla moral y
obligación incluye también la idea de impulso positivo a la realización de la norma como
deseo y no sólo como anticipación a las consecuencias de la sanción. La regulación, tiene
por tanto, dos caras: la de la obligación/sanción y la de deseo/satisfacción. Esto, según el
postulado durkhemiano, porque la constricción posibilita la libertad del sujeto, toda vez que
el desarrollo tendiente a la racionalización de las representaciones simbólicas colectivas,
gracias a la cual la sociedad es entendida como producto de los hombres, permite hacer de
lo social algo humano y de la conciencia moral una unidad que eleva al hombre por encima
de los deseos egoístas y de las fuerzas arbitrarias de la naturaleza91.
141
De la versión de externalidad positiva, es de la que se sostiene Giddens, para
argumentar en favor de una noción de estructura constriñente y a la vez habilitadora,
enfatizando una visión de agente activo92 por sobre la de uno interiorizador de normas. Así
la sociedad al ser obra de todos y de nadie, como plantea nuestro autor, rescata la
caracterización de lo social como realidad sui géneris93 no descomponible en acciones
individuales, pero es justo en este punto donde se separa de una visión orgánica del todo
social como hipostización para destacar la noción de totalidad derivada de la lingüística
saussureana para ir al rescate de la causación agencial de la vida social, dado que de esta
manera el autor pretende poner en relación interna lo particular (habla) y lo general
(lengua).
mismo, de desarrollar una personalidad, es porque fue capaz de refugiarse en un fuerza sui géneris;
una fuerza inteligente y moral capaz, en consecuencia, de neutralizar las fuerzas ciegas y amorales
de la naturaleza” (Durkheim, Sociología y Filosofía, en Giddens,1993a:35).
92
Una concepción de sujeto que ejemplifica esta idea de agente habilitado por la constricción, es la
que muestra Fairclough desde su propuesta de análisis de discurso. Retomando a Giddens el autor
señala: “Social subjects are constrained to operate within the subject positions set up in discourse
types, as I have indicated, an area in that sense passive; but it is only through being so constrained
that they are made able to act as social agents. (...) being constrained is a precondition for being
enabled. Social agents are active and creative (...) that discourse (and practice generally) draws
upon discourse types rather than mechanically implementing them, and the suggestion there the
discourses typically draw upon a combination of types. Discourse types are a resourse for subjects,
but the activity of combining them in ways tha meet the ever changing demands and contradictions
of real social situations is a creative one” (Fairclough,1996:39).
93
Separándose de posiciones individualistas del orden y de explicaciones metodológicas de igual
carácter Giddens discute frente a Lukes como a Blau cualquier intento de hacer de la vida social
una sumatoria o combinatoria .Creemos que la pregunta metodológica puede ser escindida de la
teórica propiamente tal y por tanto si pensamos que el objeto de la teoría social es explicar “lo
social”, y si asumieramos con Giddens que ni desde la filosofía de la conciencia ni desde
consideraciones de la acción centrada en finalidades logramos arribar a dulicidaciones
satisfactorias, deberíamos sostener que lo social se explica a partir de otras nociones, en este caso
nociones de acción como agencia Esto sitúa la discusión en si se supone una instancia previa y
constitutvia de las individualidades, como espacio intersubjetivo. Asimismo, y bajo la perpectiva d
de la teoría de la estructuración, ya que lo social no es predicable de sujetos mónadas y la acción no
es predicable de colectivos de sistemas ni de estructuras, el campo de mirada sería uno
primariamente social más que colectivo. Si se afirma que agregar conductas para hacer una suma
con resultado social no arrija resultados explicativos (a no ser analítico normativos) podríamos
partir de la base de su ‘emergencia’ como fenómeno sintético, la pregunta entonces es como se
explica ahora el proceso de dicha emergencia.
142
Para escapar del dualismo interno/externo que representan estas versiones de la
noción de estructura así como de un emergentismo de tipo funcionalista, el autor rescata el
énfasis saussureano en la dialéctica presencia/ausencia para una conceptualización de
estructura como totalidad. Dicha dialéctica permite a Giddens relacionar cada acción, en
tanto agencia, con la estructura en tanto conjunto virtual de reglas y recursos;
representación fantasmagórica de un todo que no puede aprehenderse en la figura de un
cuerpo (orgánico) presente, sino que siempre en sus momentos de ‘instanciación’ en las
prácticas. Giddens anota : “Saussure’s thought turn upon a relation between moment and
totality quite distinct from that involved in funcionalist writing, a dialectical relation
between presence and absence. The relation between a senstence or an utterance and a
lenguage is not like that between an organ of body and the totality which is the organism.
When utter a sentence, or make sense of an utterance of somebody else, I draw upon an
‘absent corpus’ of syntactic and semantic rules in order to do so” (Giddens,PCST,1982:33).
94
"Lo que está en cuestión no es el ‘uso’, sino el proceso de usar las palabras y frases en contextos
143
que, conocer un lenguaje supone conocer sus reglas sintácticas pero fundamentalmente
comprende aplicar instrumentos metodológicos para la constitución y reconstrucción de la
vida social en los contextos cotidianos de actividad social, de ahí que en este punto rescate
aportes de la etnometología y la hermeneútica95.
144
Por otra parte, nuestro autor, critica el problema de la referencia en relación a la
noción estructuralista de lenguaje, dado que bajo dicha concepción el significado quedaría
constituído en el juego autorreferido entre diferencias- entre significantes- lo que implica
desechar toda concepción esencialista de la realidad y preterir del agente,ya que la relación
entre las diferencias no es una acción adscribible a un sujeto sino a la estructura misma; el
lenguaje carece de sujeto.Giddens ve en esto una contradicción que en sus extremos llevaría
a postular una creación basal, total y primaria de la estructura96, en algún tiempo y lugar
extramundanos, ante lo cual postula reinstalar la preocupación por la naturaleza del sujeto
como agente y por la acción interpretativa del mismo.
96
Al respecto Levi Strauss señala "Cualesquiera que hayan sido el momento y las circunstancias de
su aparición en la escala de la vida animal, el lenguaje sólo ha podido nacer todo de una vez. Las
cosas no ha podido ponerse a significar progresivamente. A continuación de una transformación
cuyo estudio no depende de las ciencias sociales, sino de la biología y de la psicología, se ha
efectuado un paso desde un estado en que nada tenía sentido a otro en que todo lo poseía” (Levi-
Strauss, Indroducción a la Obra de Marcel Mauss en Derrida:1989:399).
97
En este punto reotma a Wittgenstein y apunta “Para Wittgenstein, el significado de las unidades
léxicas se encuentra en la integración de lenguaje y praxis dentro del complejo de juegos de
lenguaje implicados en las formas de vida” (Giddens,1991:266).
98
Refiriéndose al ‘discurso del Otro’ de Lacan, Giddens ejemplifica lo que entiende por tal
descentramiento “El ‘pienso’, luego ‘existo’ se descalifica por varias razones. El ‘yo’ no es
inmediatamente accesible para sí mismo, puesto que deriva su identidad de su inserción en un
sistema de significaciones. El ‘yo’ no es la expresión de un cierto núcleo de mismidad continua que
constituye su base. El ‘ser’ sugerido en el ‘existo’ no se da mediante la facultad del sujeto para usar
el concepto ‘yo’. Se considera lo que Lacan llama ‘el discurso del Otro’ como origen tanto de la
facultad del sujeto para emplear el ‘yo’ como la afirmación de existencia del ‘yo existo’ ”
(Giddens,1991,268).
145
La reproducción y producción cultural es entonces explicada por medio de una
teoría de la agencia.Contra una concepción de la estructura autorreferida se contrapone la
contextualidad de la acción, así como se mostrará más adelante que frente a los procesos
autonomizados de los sistemas se plantea la conciencia práctica. Es importante señalar
sumariamente acá uno de los postulados estructuracionistas, según el cual lo que afinca el
proceso reproductivo es la instalación de las interacciones en el ordenamiento espacio
temporal, donde las prácticas se pueden orientar en reciprocidad gracias al llamado saber
mutuo.El proceso que gatilla la estructuración es la cronicidad y rutinización de las
actividades cotidianas situadas de un tiempo reversible. Por lo que el significado y la
reproducción del mismo, no es cuestión de operación de diferencias entre códigos sino un
asunto de uso de recursos metódicos derivados de las situaciones y contextos situacionales
reflexivamente aplicados sobre la vida cotidiana. Como se observa, al hacer de la estructura
una noción instalada en la contextualidad de las prácticas ordinarias, habituales y
reiterativas, se está relevando la idea de conjugar totalidad/momento, ausencia/presencia,
virtualidad/realizacación.
1.2.- Dualidad agencia/estructura, una crítica a la dualidad como superación del dualismo
99
Me permito el uso de la palabra ‘dualística’ para indicar dualidad en el sentido que Giddens
otorga al término para indicar ladiferencia con teorías que comportan dualismos analíticos o de otro
146
actualización de su realidad virtual traída a las prácticas por la ‘instanciación’ de la huella
mnémica de sus trazos (ausentes) en la praxis de agentes. Lo que este juego pretende es
hacer de la estructura un proceso a través de dos vías. Por una parte temporalizar la
estructura ubicando el transcurrir ‘instanciador’ de las prácticas en el devenir del tiempo, y
por otra, espacializarla, concretando su ‘instanciación' como presencia en la figura de la
interacción contextualizada.
En este sentido, parece ser que al hacer de la ausencia de la estructura una presencia
en las prácticas, se podría obliterar su caracterización como ausencia, porque al parecer, el
sentido de la experiencia sólo se hace posible mediante la conciencia práctica, entonces
podría pensarse que lo se pasa de la oposición presencia/ausencia a la dualidad de
presencia/ausencia. Ello podría terminar disolviendo la diferencia que se supone las funda
ya que la hace ingresar al juego circular de la dualidad de la estructura100. De esta manera
tipo.
100
Al respecto, Eco define la noción de diferencia como “En un sistema estructurado, cada
elemento vale en cuanto no es el otro o los otros que al evocarlos, los excluye. El elemento
fonemático no vale por la presencia de una substancia física de la experiencia, sino por la valencia,
en sí mismo vacía, que cumple en el sistema. Pero dado que el sentido surge, es preciso que uno de
los términos de la oposición se presente y esté. Si no está, no se descubre ni siquiera la ausencia
del otro.La ausencia oposicional vale solamente en presencia de una presencia que la hace
evidente” (Eco,1999:374, subrayado mío). Sin embargo Derrida parece ir más allá y postula en
relación a la noción de significación como juego, una tensión de dicho juego con la presencia:
“tensión también del juego con la presencia. El juego es el rompimiento de la presencia. La
presencia de un elemento es siempre una referencia significante y sustitutiva inscrita en un sistema
de diferencias y el movimiento de una cadena. El juego es siempre juego de ausencia y presencia,
pero si se lo quiere pensar radicalmente, hay que pensarlo antes de la alternativa de la presencia y
de la ausencia; hay que pensar el ser como presencia o ausencia a partir de la posibilidad del juego
y no a la inversa” (Derrida,1989:400, subrayado nuestro). Descombes comenta acerca de la
‘diferencia’ derridiana de presente/ausente: ”para que el futuro se ‘anuncie en el presente y el
pasado se ‘retenga’ en él, es necesario que ese presente no sea solamente presente: también es
necesario que sea al mismo tiempo presente ya pasado y presente aún por llegar; gracias a este
pasado aún presente y a este futuro ya presente, el pasado como tal será para nosotros un presente
que ya no es presente, y el futuro habrá sido desde siempre un presente que todavía no era
presente. Es entonces cuando aparece la diferencia: diferencia o no coincidencia del presente
consigo mismo” (Descombes,1982:188). En este sentido, advierto una diferencia entre plantear la
diferencia poniendo el énfasis generatriz en la operación de diferencia que en las oposiones del
juego de la diferencia, creo que la segunda opción es por la que Giddens opta, cuestión que
pareciera estar relacionada con su compromiso con la referencia y el significado en la práctica
como presencia.
147
no sería la operación de la diferencia la que se postula como posibilidad de la existencia
presencia y ausencia, sino su relacionamiento en la dualidad estructural movida por la
capacidad reflexiva. Esta dualidad, de estructura y agencia, como se apuntó antes, se
encuentra dada por el proceso que significa temporalizar y espacializar, y que en el fondo
quiere dar cuenta de la constitución de la sociedad.
101
Giddens señala “Tha syntagmatic relations between the words uttered exist in a temporal-spatial
148
olvida el rostro funcional102 de las posiciones en la distribución sintagmática de acuerdo la
definición lingüística del término, trocándolo por uno en que la primacía la lleva el contexto
en una noción de interacción que rechaza quitar de escena al agente y más que eso despojar
a la agencia de su virtud causal.
Pese a que esta confusión sólo puede tratarse de una escasez de explicitaciones, sus
consecuencias no son sólo terminológicas sino conceptuales. Se puede pensar entonces que
una secuencia no sólo es sucesión y recursividad reintroducida vía monitoreo reflexivo de
149
las prácticas como hábito, sino que al advertir un orden de otro orden expresado en una
interacción se es posible reconocer un sustrato latente que responde a la reproducción de las
estructuras de la sociedad de manera no trasparente para los agentes. Por tanto, si me baso
en la idea que cualquier relación social es posible gracias a un trasfondo de sentido
inestructurado y opaco, es posible aducir que la libertad de juego con dicho sentido no es
,dado que la complejidad de recombinación en el relacionamiento es de cualidad diferente
al orden de combinación a nivel global de la estructura o totalidad.
En este sentido,el juego entre fragmento y totalidad, que el autor rescata del
estructucturalismo como totalidad relacional, no se podría asumir como el reflejo fractal de
reglas en la operación práctica de sujetos en una distribución interaccional en el tiempo y
espacio que hacen de la conversación ordinaria la génesis de una recombinación a nivel de
la reproducción sociocultural global. Creo que la distribución sintagmática que
representaría analógicamente la conversación, no implica que la secuencialidad en sí misma
esté exenta de condiciones que escapan a la captura reflexiva de los agentes, como tampoco
que en cada decisión (el ‘podría haber hecho otra cosa’ de la agencia) se marque la
natalidad del riesgo de elegir un camino u otro. El riesgo, en sí, de la bifurcación (entre
continuar una interacción o no hacerlo, entre responder un saludo o no, etc.) es uno que no
me parece sea contingencia como azar, sino que posibilidades de acción insertas en una
trama densa de sentidos sociales previamente constituídos (normas, por ejemplo) o en su
defecto contingencia estructurada pero no pura.
150
indexical.
Creo que la operación que nos propone Giddens para salir de la subjetividad y
llegar a la producción agencial de la vida social, aún cuando entregua la prioridad a la
agencia sobre el sujeto, no da cuenta de instancias que parecerían necesarias para explicar la
reproducción de reglas como esquemas culturales, me refiriero a intstancias como las de
mundo de la vida e intersubjetividad en tanto vías complementarias a la capacidad de
agencia. La reflexión en tanto conciencia práctica, como es tratada en la teoría de la
estructuración, no parece remitir claramente a una idea de reconciliación dialéctica de
reconocimiento que aludiría a considerar el descentramiento el ‘yo’ como ‘otro’. Parece
referirse, más bien, a la idea de una autoconciencia que sin mediación hace una síntesis
entre estructura (totalidad) y agencia.
151
cobra primacía la intersubjetividad generada lingüísticamente. Pues entonces el ego se
encuentra en una relación interpersonal que le permite referirse a sí mismo, desde la
perspectiva de alter, como participante en la interacción” (Habermas,1989:354)103.
Esto me hace pensar que la negociación de las reglas como producción de sentido se
juega al parecer, a diferentes niveles, el de la interacción y el de las estructuras y, como
Giddens mismo dice a propósito de las relaciones de poder, una contradicción no refleja
necesariamente un conflicto ni un conflicto contradicción estructural. Bajo esta idea me
parece que las rutas que Giddens nos enseña para llegar comprender la relación de
transformación mutua entre agencia y estructura no quedan del todo claras.
103
En el artículo Trabajo y Interacción Habermas discute esta idea de reconocimiento expresando
la relación sujeto/sujeto postulada como una relación intersubjetiva. El autor apunta:“La
intersubjetividad, en la que un yo puede identificarse con otro yo sin sin abandonar la no-identidad,
entre él y el otro, puede también establecerse en el lenguaje y el trabajo si el objeto al que se
enfrenta el sujeto hablante y trabajador es concebido de antemano en términos idealistas como un
opuesto con el que es posible la interacción del tipo de la que es posible con sujetos; es decir, si ese
opuesto es un oponente y no un objeto. Pero mientras consideremos por separado las
determinaciones del espíritu abstracto, subsiste una diferencia que es específica. La dialéctica de la
representación simbólica y del trabajo se desarrolla como una relación entre el sujeto cognoscente
y agente por un lado y el objeto como suma de lo que no pertenece al sujeto, por otro. La
mediación de los dos momentos a través de los símbolos y de los instrumentos es pensada como un
proceso de exteriorización del sujeto: como proceso de exteriorización (objetivación) y
apropiación En cambio,la dialéctica del amor y de la lucha es un movimiento a nivel de la
intersubjetividad. El modelo de la exteriorización ha de ser sustituido, pues, por el modelo del
desagarramiento y del extrañamiento, y el resultado del movimiento no-es la apropiación de lo
objetivado, sino la reconciliación, el restablecimiento de la amistad destruida” (Habermas, 1996:
42-43).
152
en la secuencia (del orden de una frase) conecte con un cambio en la verticalidad
paradigmática del lenguaje104, o que un iterar de la interacción dé paso a la transformación
de la estructura.
Uno de los críticos que me interesa retomar acá es Bauman (1989), dado que sus
observaciones a la teoría de la estructuración se dirigen, desde una visión hermeneútica, a
uno de los temas generales que se ha venido discutiendo a propósito de la constitución de
significados sociales vía práticas, esto es el problema de la intersubjeividad. Este autor
arguye que no basta con señalar al conocimiento y a la agencia como categorías explicativas
de la reproducción cultural, puesto que las acciones en el mundo social no se dan en un
vacío de significación. Según Bauman tanto N. Elías como Giddens recurrren al expediente
d elas consecuencias no deseadas de la acción para explicar la aparente autonomía de las
condiciones sociales (del juego o de las reglas de las estructuras respecto a los jugadores o
en relación a los agentes). En esta línea, las constricciones a la acción provienen de las
propias acciones previas de los actores, dado que a partir de ellas se generan consecuencias
no intencionadas de la acción, que en un circuito circular, pasan a conformar la situación
que enmarca las subsecuentes acciones.
Se podrían encontrar muchas similitudes entre los proyectos de Norbert Elías y Giddens,
sin embargo lo que interesa a Bauman es destacar las diferencias. Una importante es que
que Elías105 sí reconoce que la autonomía del juego es real (de las estructuras sociales)
cuestión acerca de la cual Giddens no es tan claro. Elías postula categorías referidas a una
serie de redes de ‘interdependencias’ que fijan las condiciones bajo las cuales se lleva a
cabo cualquier juego (social); no se comienza de cero, ni en el vacío. La noción de
104
“Funciones e Indicios abarcan, pues otra distinción clásica: las Funciones implican los relata
metonímicos, los Indicios , los relata metafóricos; las primeras corresponden a una funcionalidad
de hacer y las otras a una funcionalidad de ser” (Barthes,1999:14-15).
105
Bauman se refiere al texto de Elías ‘What is the Sociology? de 1978.
153
interdependencia subraya aspectos diferentes de la acción humana que la noción de
‘condiciones no reconocidas de la acción’. Con la primera Elías enfatiza el hecho que
algunas condiciones de la acción están más allá del control de los sujetos dado que lo que
los actores producen con sus acciones no tiene relación con lo que los actores o grupos
sepan o tengan conciencia, sino más bien, con el grado de interdependencia en una
determinada configuración o la posición de los actores dentro de ella.
106
Archer apunta algo similar al destacar las propiedades emergentes del Sistema cultural "(el)
énfasis en la buena información de los actores y una escasa insistencia en cómo funciona la cultura
a ‘nuestras espaldas’ (o frente a nuestra propia cara, para el caso), produce un descuido
complementario de características acerca de las cuales las personas bien pueden ser conscientes
(como el racismo, la paternidad o los códigos camineros) pero no obstante limitan sus grados de
libertad. Lo hacen de manera completamente objetiva con la imposición de restricciones a las
oportunidades para realizar ciertas acciones (por ejemplo, barreras raciales al ascenso social o las
limitaciones al tiempo libre y a los ingresos que implica el cuidado de los hijos), o con la
asociación de sanciones igualmente objetivas a las acciones que las traducen (por ejemplo, el
procesamiento legal de las infracciones de tránsito o abandono de niños)” (Archer:1997:124).
107
“Moreover, after being separated from the mechanism and the process of structuration,
‘structure’ appears more than ever to be a name for an ‘outer force’, a prerequisite no action can do
154
a la vez requiere de normas y recursos para hacerlo es similar a la idea de que los sistemas
sociales necesitan ciertos prerrequisitos funcionales para mantenerse, cuestión que Giddens
rechaza fehacientemente. Se requiere explicar por tanto la generación de un espacio social
intersubjetivamente constituido para de ahí elucidar las maneras en que se conforman las
reglas y recursos de manera de evitar lo que Archer (1997) denomina epifenomenalismo. En
palabras de Bauman esta idea se resume en “Unlikely ‘action’ or ‘system’, ‘figuration’ is a
phenomenologicaly self sustained and self explanatory entity, and such does not have needs
or prerrequisites. It is, therefore, immune to hypostasis” (Bauman,1989:46).
Si vamos a un extremo, me parece que la visión giddensiana del agente podría llegar
a alimentar, sin pretenderlo, la ilusión de ‘siempre poder hacer otra cosa’, autonomía y
libertad sin condicionamientos.Sin embargo, si es en las prácticas donde se hace ‘carne’ la
155
estructura, no existe en ellas una capacidad prístina que establezca condiciones de inicio
(alguna energía) para la autonomía como libertad incondicionada. Al parecer la capacidad
de quiebre de la recursividad de las prácticas está posibilitado u obstaculizado por
condiciones de partida establecidas de acuerdo a formas de jerarquización de clase, género,
étnicas, etc. La inclusión universal involucra paradojas de exclusión que en las periferias de
la modernidad se coagulan en porfiadas formas de jerarquización. Por tanto creo prudente
no ver en la capacidad agencial la imagen de un sujeto creador y pleno, dado que tras él se
109
trasluce el supuesto de autonomía referido a una imagen antropomórfica de sociedad,
que no deja lugar a lo que Bauman destaca, es decir, a la tarea de elucidación de las formas
en que se configuran los patrones sociales.
No quiero decir con esto que la teoría de la estructuración lleve a desconocer las
desigualdades de inicio, de hecho la sugerecia parece ser que los agentes practican el poder
de la agencia desde condiciones iniciales asimétricas y con recursos desiguales. Además si
del postulado de la ontología de las potencialidades desprendemos que el poder de la
agencia es nada más que una posibilidad, se tendría que pensar que el ‘poder hacer algo
diferente’ depende de las condiciones dadas para la acción, lo que podría a su vez implicar
que sujetos y colectivos que estén en condiciones de subalteridad pueden ejercer algún
grado de poder. Cuando Giddens se refiere a la relación entre las condiciones de vida
alienadas del hombre moderno y los procesos de reificación, crítica lo que denomina idea
evolutiva de la historia.Plantea que se puede determinar a priori las condiciones de
dominación sino sólo en base a estudios sustantivos sociohistóricamente situados de la
dialéctica de control110. De tal forma la relación reificación /alienación Giddens lo asume
contextualizando tal reificación.No toda objetivación se transforma en reificación y no toda
externalidad es constriñente Señala que su noción de reificación rescata la idea de
156
cosificación, pero no en el sentido de propiedades de sistemas objetivamente dadas, sino
como formas de discurso “que consideran ‘objetivamente dadas’ esas propiedades tal y
como si fueran fenómenos naturales. O sea, un discurso reificado denota la ‘facticidad’ con
la que fenómenos sociales enfrentan a actores individuales,con lo que se desconoce que
aquellos son en verdad producidos y reproducidos por el obrar humano” (Giddens, CS,
1995:210).
De tal manera se podría pensar que es por medio de la actividad agencial en tanto
apropiación reflexiva de las objetivaciones que se hace posible la reproducción y
transformación de las mismas condiciones extrañadas pero vueltas nuevamente propias o
reancladas.Habermas alega contra una versión de plena autonomía de la constitución
reflexiva de los agentes111 aduciendo que “La disolución analítica de hipostatizaciones, de
la apariencia objetiva autogenerada, se debe a una experiencia reflexiva. Su fuerza
liberadora se dirige contra ilusiones determinadas: no puede llegar a hacer transparente la
totalidad de una vida individual o de una forma de vida colectiva” (Habermas,1989:357,
subrayados míos).
157
reconocen clausura a un movimiento circular que se ha descrito como dualidad de la
estructura. En este sentido Giddens reclama al estructuralismo que no hay reglas de
transformación fijas, afirma que todas las reglas son transformativas.
111
Para una discusión sobre la noción de autonomía y alienación, Schmitt, Richard (1988)
112
Archer señala respecto a la afirmación de Giddens de que toda regla ha de ser transformativa
que: “ si ‘los códigos pueden generar una serie indefinida de contenidos empíricos, que sólo tienen
identidad reciproca con respecto a su relación con esas reglas’.Si la serie de transformaciones
permitidas por el ‘esquema interpretativo’ es indefinida, no podemos entonces decir nada definido
158
llega a connotar cosas contradictorias con tal término.
Pero más allá de estos problemas Sewell considera que la noción de estructura señala una
cuestión fundamental de la vida social, esto es “the tendency of patterns of relations to be
reproduced, even when actors engaging in the relations are unawere of the patterns or do
not desire their reproduction.” (Sewell, 1992:3) y es por esto que no se puede prescindir de
ella en el análisis social. Por tanto lo que el autor intenta es resolver los tres problemas
antes mencionados postulando una teoría de la estructura que : reconozca la agencia de los
actores sociales, incorpore la posibilidad de cambio dentro de la noción de estructura y
supere la distinción entre definición semiótica y material de la estructura. Es en este sentido
que recupera los aportes de Giddens del cual reformula la distinción entre reglas y recursos,
reemplazándola por la de esquema-recursos. Sewell aducirá que si bien uno de los
postulados centrales en la teoría de la estructuración es que los actores tienen capacidad de
entendimiento o reflexividad de las reglas que ellos siguen, en este punto Giddens no
desarrolla un vocabulario para especificar el contenido concreto del saber de regla que
poseen los agentes. Para complementar esta deficiencia Sewell recurre a un campo al que
Giddens no presta atención, la antropología cultural. De aquí toma Sewell el principio de
que las reglas no solo existen a nivel profundo sino en varios niveles, por lo que no deben
pensarse solo como el conjunto de oposiciones binarias que constituyen las herramientas
fundamentales para todo pensamiento en una sociedad, sino que también son las “the
various conventions, recipes, scenarios, principles of action, and habits of speech and
gesture built up with these fundamental tools.” (Sewell, 1992:8)
En este punto Sewell propone cambiar la denominación de regla por la de esquema ya que
según él regla no es un término preciso debido a que dentro de sus significados implica el
de prescripción formal estatuida, “What I mean to get at, dice Sewell, is not formally stated
prescriptions but the informal and not always conscious schemas, metaphors, or
assumptions presupposed buy such formal statements” (Sewell,1992:8). Agrega además que
los códigos de reglas, instituidos públicamente más que virtuales son reales y deben ser
159
pensados como recursos antes que como reglas. Es por estas ambigüedades que Sewell
propone sustituir la noción de regla por la de esquema. El esquema tiene la cualidad de ser
virtual, “such schemas or procedures (…) can be used not only in the situation in which
they are first learned or most conventionally applied. They can be generalized (…) to new
situations when the opportunity arises. This generalizability or transposability of schemas
is the reason they must be understood as virtual.To say that schemes are cirtual is to say that
they cannot be reduced to their existence in any particular practice or any particular location
in space and time: they can be actualized in a potencially broad and unpredetermined range
of situations”(Sewell,1992:8)
Por otra parte, Sewell aduce que si la noción de regla en Giddens ofrece problemas la de
recurso resulta aún más oscura. La conceptualización que da Giddens de este concepto no
va más allá de las definiciones comunes de diccionario (“ resources are anything that can
serve as a source of power in social interactions” ) y todo lo que dice es que pueden ser
clasificados en recursos de autoridad y recursos de asignación, tal como fueron descritos en
el capítulo dos de este trabajo. Sewell propone replantear esta distinción en términos de
recursos humanos y no humanos: “nonhuman resources are objects, animate or inanimate,
naturally occuring or manufactured, that can be used to enhance or maintain power; human
resources are physical strength, dexterity, knowledge, and emotional commitments that can
be used to enhance or maintain power, including knowledge of the means of gaining,
retaining, controlling, and propagaiting either human or nonhuman
resources.”(Sewell,1992:9). Concebir a los seres humanos como agentes implica entonces
que son ‘empoderados’ por el acceso a recursos de uno u otro tipo.
Es aceptable para este autor que las reglas de la estructura sean consideradas virtuales pero
es más dificil entender a los recursos en la misma cualidad, en especial los recursos de
carácter no humano (como pueden ser las armas, la tierra, las industrias, etc). Los recursos
se situan entonces en tiempo y espacio, pertenecen a sujetos reales en lugares particulares.
Si esto es así la noción de estructura de Giddens resulta contradictoria “ If structure are
virtual, they cannot include both schemas and resources. And if they include both schemas
160
and resources,they cannot be virtual” (Sewell, 1992:11). De tal manera, se propone que si
bien los recursos no tienen un carácter virtual, su uso se encuentra informado por los
esquemas culturales, lo que no quiere decir que se vean determinados unidireccionalmente
por los esquemas y que los agentes se reduzcan a repetirlos.
De tal forma se propone redefinir el carácter dual de las estructuras “ Structure, then,
should be defined as composed simultaneously of schemes, which are virtual, and of
recourses , which are actual” (Sewell, 1992:139). Los esquemas son ‘efectos’ de los
recursos y los recursos de los esquemas. Entonces el ‘lugar’ de reproducción de las reglas
(esquemas) en su interrelación con los recursos se produce en el uso que de ellos hacen los
agentes. La dualidad propuesta por Sewell opera entre recursos y esquemas a través de la
mediación en las prácticas, más no entre una estructura virtual y dichas prácticas. Resulta
además, que estos recursos están insertos en una estructura social a partir de la cual se
distribuyen desigualmente y, por tanto, no cualquier sujeto es agente, sino que depende del
poder con que se cuente en cuanto a recurso movilizado.
Lo que Sewell propone es destacar el hecho de que las estructuras no sólo son
profundas, sino que están estratificadas, que existen a varios niveles En este caso tenemos
conjuntos de reglas, o estructuras diferentes que apuntan a regular una serie de
interacciones, estructuras que se superponen, muchas veces contradiciéndose. La existencia
de varios estratos, no significa que se de una prioridad causal de uno de los niveles sobre
los otros, sino que los agentes procesan juegos en diferentes escenarios, con diversos
tiempos y espacios y con capacidades relativas de transponer reglas -o esquemas- de un
ámbito a otro.
Me parece importante destacar acá la idea de las relaciones entre diversos tipos de
estructuras, ya que podría ser un camino para explorar un tipo de análisis estructural de la
sociedad que remite a las interrelaciones entre patrones de reglas o esquemas con cierto
grado de independencia de las prácticas habituales y cotidianas.
161
Thompson (1988) por su parte, también como Sewell, repara en la noción de
estructura propuesta por Giddens, la que le parece demasiado amplia, confusa y abstracta.
De una definición asi de laxa deriva- según el autor- una concepción de regla que no logra
especificar categorizaciones de la estructura social. Especificar implicaría señalar cuál es el
tipo de regla relevante para la constitución de la estructura social y el criterio de relevancia
de la misma (¿para la constitución de estructura social no será igual de importante que los
actores habilitados sepan las maneras de comportarse en la mesa que las reglas que
sancionan la conducta moral?). Según J.B.Thompson puntualizar si son las reglas semáticas
de sentido o las reglas morales las de mayor importancia, nos conduciría a un concepto más
claro y acotado de regla que la de un concepto tan general como el que Giddens ejemplifica
con una fórmula matemática, como procedimiento generalizable.
162
consecuencia delimitan el radio de acción de la variación institucional”
(Thompson,1988:200, subrayado mío).
Otro orden, identidad estructural y límite, parecen querer decir que la reproducción
social no puede ser directamente explicada a partir de las prácticas, ya que esto supondría
que los sujetos al dedicarse a sus actividades cotidianas reproducirían la estructura social
como un todo. Tal afirmación es poco exacta “diría además que no tiene sentido suponer
que los ‘principios estructurales’ son reproducidos por los sujetos al verse atraídos por
aquellos en la interacción social. Creo que para manejar esta cuestión en forma más
adecuada, uno debe distinguir más tajantemente que Giddens la diferencia entre la
reproducción de las instituciones y la reproducción de la estructura social”
(Thompson,1988:205).
Se exagera esto en un ejemplo irrisorio al decir que los agentes habilitados de una
fábrica pudieran en su práctica cambiar las reglas del juego de la organización del trabajo,
pero de ahí a derivar de esto un cambio en los principios estructurales del modo de
organización del trabajo en la producción capitalista, hay un abismo y una falta. Thompson
hecha en falta la ausencia de un análisis institucional de la vida social que explicite los
pasos o mediaciones entre la agencia y la conciencia y la reproducción social.
163
relación agencia/estructura, difícilmente salvable por la vía de la dualidad, puesto que el
juego de infinito de reglas no pueden darse en un universo vacío, sin un límite que marque
alguna clausura que defina qué es cambio y qué permanencia. Si no son las reglas de
transformación propias de la estructuras, y por tanto ajenas a la conciencia de cualquier
agente las que marcan las pautas del infinito transcurrir de la estructuración: ¿qué es?.
Para hablar de cambio y estructura social habría que diseñar, entonces, una
posibilidad que conjugue la estabilización de ciertas reglas y reglas del cambio de reglas-
valga la super redundancia- más allá del sujeto, en este caso, por encima o más allá del fluir
de la agencia, que aunque sin autor, remite al autor. La contingencia no estaría dada
necesariamente por la creación infinita, sino por la posibilidad de abrir otras posibilidades
en una sedimentación dada de selecciones, por decirlo en términos ajenos a esta teoría.
Estructura y proceso se conjugan, pero el proceso no puede existir sin el finito de la
estructura, de lo contrario ya no sería proceso y nuevamente disolveríamos en la dualidad
circular la indicación de: cambio y no cambio.
113
En el primer capítulo se trató con mayor especificidad la propuesta de Archer a propósito de la
problemática del vínculo entre micro y macro niveles.
164
Según Archer la idea de fusión central niega que los conceptos mutuamente
constituyentes a nivel de Sistema Cultural y nivel Sociocultural (que podríamos analogar a
estructura y agencia, en términos formales más no de contenidos) puedan ser analizados de
forma separada (por ejemplo, la agencia de un estudiante o un profesor en el desarrollo de
un trabajo académico y el rendimiento/ eficiencia académicos-económicos de la institución
donde dichos estudiantes y profesores se desempeñan). La autora concluye, en este punto,
que una visión monoproductora de la sociedad como la de Giddens, se transforma en la
más extrema reedición del mito de la integración cultural ya que “En esta versión totalista
de la constitución mutua, las propiedades que son independientes entre sí dentro de cada
elemento mutuamente constituido (...) pierden su status cuando se las inserta en la matriz y
se establecen ‘referencias cruzadas’ con la totalidad de los elementos. Esto, desde luego,
implica una inmensa coherencia de la matriz misma” (Archer,1997:111).
165
de ordenamiento, asociadas en cambio con la recursividad esencial de la vida Sociocultural”
(Archer,1997:120).
114
En este punto la autora retoma la clásica distinción de Lockwood traduciéndola al ámbito del
estudio de la cultura. El nivel del Sistema cultural sería el de integración sistémica y el de
166
Para estudiar este juego recíproco de influencias Archer propone distinguir
relaciones temporales entre estructuras y acción, para de esta manera acceder a un análisis
lógico bajo el supuesto que cada instancia opera en diferentes intervalos. Como se explicó
en el primera capítulo, este dualismo secuencial establece un tiempo y condiciones dadas
como contexto de rasgos sistémicos que anteceden lógicamente en el análisis a las
acciones, de esta manera se establecen antecendentes y consecuentes entre estructura
(Sistema Cultural) y agencia (interación sociocultural) y se podría dilucidar qué es producto
del sistema y que es una elaboración desde el ámbito de las interacciones.
Por último, se señala que el enfoque estructuracionista (fusionista) no cubre un análisis del
cambio social a largo plazo ya que al hacer reposar la desestabilizacion estructural en un
167
cambio de hábito no acepta que pudieran cristalizarse patrones de transformación
estructural. Estos patrones bien podrían ser sedimentaciones de limitaciones que se
transfieren de generación en generación ( por ejemplo, jerarquizaciones de clase, étnicaso
desigualdades de género, etc) Giddens concibe la historia de manera procesual, para él
cambio no es ni catástrofe ni funcionalidad teleológica, es una especie de continuo devenir
episódico. Se abandona con ello toda pretensión de generalización teórica evolutiva en una
crítica absoluta al evolucionismo clásico.
En términos globales lo que importa a Archer es atacar lo que ella advierte como
mitos o renovación de mitos de integración cultural y por tanto incoporar al estudio de la
cultura un análisis del cambio tanto a nivel de una lógica de transformación como a nivel
del proceso morfogenético de largo plazo. Me parece valiosa su insistencia en distinguir
tipos diferenciales de ‘efectos estructurales’, unos trasnformativos y otros reproductivos,
además de la idea que el nivel sistémico podria tener su propia dinámica de
desenvolvimiento medianamente independiente de los niveles interaccionales. Sin embargo
me parece que la idea del dualismo analítico secuencial resulta demasiado pobre como
modelo de análisis causal unidireccional. Creo que rechazar la procesualidad
estructuracionista no implica necesariamente el extremo determinista en el análisis de la
lógica del cambio social. Creo que bien se pueden complementar la idea de estabilización y
cambio e incluso , por lo menos a ivel lógico, son parámetros necesarios. Por otra parte, la
autora, al rechazar lo que considera una especie de visión monolítica de la cultura considera
tanto a Giddens con su idea de reglas de interpretación y saber mutuo como a Habermas con
la noción de mundo de la vida, como versiones estáticas de la cultura como si en ellos
yaciera algún núcleo duro de la sociedad. Estimo que en la separación analítica entre cultura
y agencia la autora pierde un aspecto que para Giddens es sumamente relevante, la de los
tejidos preestructurados de la vida social, aquellos que se adensan en lo que denomina saber
mutuo. Si bien ésta podria ser una imagen culturalista estrecha en relación al mundo de la
vida en versión de Habermas y comportar sus propias deficiencias, reinvindica la necesidad
de conexión interna (no sólo analítica) entre sistema cultural y agencia, de otra manera no
tendríamos camino para explicar de qué manera se generan las formas culturales, que bajo
168
esta mirada no se asimilan a relaciones formales de consistencia o contradicción, sino más
bien a relaciones de los agentes con la validez y el significado así como con un magma
inestructurado de opacidad que posibilita la construcción de sentido.
De modo general podemos hacer una condensación de estos puntos críticos en la idea de
la necesidad de mantener, aún reconstruida, una noción de estructura que de modo básico
señale la idea de que un cierto conjunto de eventos no están distribuidos al azar, por tanto,
alguno de ellos tiene mas probabilidad de ocurrencia que otros; no todo puede suceder y es
más probable que ocurran ciertos eventos y no otros.Creo que sostener cierta clausura
estructural no necesariamente conlleva un compromiso con el determinismo y no niega la
idea de proceso o el carácter transformativo de la estructura misma, sólo denota
estabilización de ciertos procesos. Este postulado básico de estructura, es traído
nuevamente a escena por Giddens, aportando una noción dinámica de estructura en
procesos de estructuración. Más me parece que en la versión de constitución como
reproducción y transformación en la repetición de hábitos o en el polo de la plena
contigencia, no queda claro qué sistema de reglas puede estabilizarse y cuál varía..¿En qué
radicaría dicha contingencia tal como la define Giddens?.¿En el poder de la agencia de
poner en movimiento algo en el mundo, de marcar una diferencia y de elegir hacer otra
cosa? ¿ cuál es el lugar de la contingencia?.
Esto es lo que en otro nivel, retoma nuestro tema central de la relación micro/macro acá
reconstruida como una relación constitutiva de la agencia y la estructura. Entonces me
puedo preguntar si la reconstrucción giddensiana de la noción de estructura procesualizada
o fluidificada en la estructuración, cuya referencia a estructura se entiende virtualmente
fuera de tiempo y espacio, puede a través de la noción de regla (procedimiento
169
generalizable para continuar la acción) y recurso (herramientas que capacitan o habilitan a
los agentes con recursos autoritativos y alocativos) dar cuenta de un parámetro de
estabilidad, ya no como prerrequisito funcional de mantenimiento sistémico, pero dentro de
su propio compromiso teorético, entendida como sistema de reglas que sedimentan ciertas
selecciones dentro de las posibles y no otras y, por tanto, dando identidad a unos principios
estructurales y no a otros.
Si las acciones son elementos para el sistema (según esta versión sistémica de sociedad),
y si dichos elementos transcurren pero no tiene duración, es decir, son eventos, que
aparecen y desaparecen ¿cómo es que se aseguran alguna capacidad de continuidad para
una próxima conexión?. Esto es gracias a las estructuras que son selección de selecciones
en el caso de los sistemas sociales estructuras de expectativas. De tal manera, el sentido
como operación de selección en tanto reducción de complejidad conforma la denominada
complejidad organizada o complejidad estructural, que limita la selectividad de las
operaciones. Corsi aclara al respecto “las estructuras, que permiten la producción de
elementos, deben asegurarse una cierta continuidad (esto lo hacen por medio de la
autoreferencia denominada basal) no obstante la discontinuidad en lo que se refiere a los
elementos: deben permanecer disponibles más allá del instante en que se presenta una
comunicación o un pensamiento. Las relaciones que admiten las estructuras son relaciones
que no coinciden con las que se dan entre los elementos, en el caso de los sistemas sociales,
por ejemplo, las estructuras de expectativas presentan una primera selección de lo que
puede suceder, mientras las comunicaciones (las operaciones) deben proceder de otra
selección, para poder suceder como eventos. Si las relaciones entre los elementos
coincidieran con las relaciones admitidas por las estructuras no se podrían tener elementos
170
en la forma de eventos, ya que con el evento desaparecerían también la estructura y por lo
tanto el sistema mismo. Los elementos deberían ser estados duraderos con la consecuencia
de que la variabilidad interna sería extremadamente reducida” (Corsi,1996:75, subrayados
míos). Esto apunta a admitir una noción de cambio social como estabilidad dinámica y
variabilidad estructural.
Tal como se dejó señalado en el segundo capítulo de esta investigación, el problema del
vínculo puede ser analizado en dos niveles teóricos dentro de la teoría de la estructuración..
Hasta acá la ponderación relativa a la propuesta de relación agencia/estrucura se ha situado
en el nivel de la teoría social general. A un nivel más acotado dentro de la teoría
sociológica, la cuestión del vínculo micro-macro puede ser visto en la
articulación/desarticulación entre integración social y sistémica. De ahí que en esta segunda
parte me decidí a tratar la relación agencia/sistema desde la caracterización que el autor
presenta de las sociedades modernas.
171
uno de los sistemas abstractos operantes en la actualidad. Para entender cómo es que una
señal opera y, por tanto, señala un mecanismo de integración construiré una somera
panorámica de la versión giddensiana de la sociedad moderna o de la sociedad bajo las
consecuencias de la modernidad. Ello me permitirá destacar las formas en que se expresan
las categorías teóricas bajo las cuales el autor da cuenta de la sociedad moderna. Esta es un
camino que espero llegue a ponderar ventajas y desventajas a la hora de explicar la
articulación de formas de integración y por lo mismo, posibilidades que esta teoría ofrece a
la explicación micro/macro según su propia reconstrucción generativa de
agencia/estructura.
Según Giddens para el funcionalismo la categoría sistema se entiende como “A system here,
as it were, a ‘functioning structure’: structure+function=system” (Giddens,PCST,1982:34).
La estructura de la sociedad sería como la anatomía del cuerpo, y su funcionamiento un
sistema (como su fisiología). En este sentido, la estructura puede existir
independientemente de su funcionamiento. La anatomía orgánica puede ser estudiada aún si
ha dejado de vivir, pero ese no es el caso de la sociedad ya que “a society ceases to exist if it
ceases to ‘function’” (Giddens,PCST,1982:34).
Nuestro autor redefine sistema y considera que “Social systems (...) are regarded as
relations of interdependence, involving the situated activities of human subjects, and
existing ‘syntagmatically’ in the flow of time” (Giddens,PCST,1982:35). Los sistemas
sociales por tanto no son estructuras, exhiben propiedades estructurales “Structures are, in
logical sense, properties of social system or collectivities, not of the situated activities of
172
subjects. Social system only exist in and through structuration, as the outcome of contingent
acts of a multiplicity of human beings” (Giddens,PCST,1979:35). En Constitución de la
Sociedad (1984) señala más claramente que las propiedades estructurales permiten la
‘ligazón’ en un espacio tiempo en sistemas sociales, vale decir, los sistemas sociales son
prácticas sociales reproducidas gracias a que dichas propiedades verifican grados de
‘sistemidad’ variables en sociedades diferentes.
En base a esta concepción de sistema, el autor levanta su crítica contra lo que denomina
funcionalismo normativista donde, en términos generales, incluye desde Comte, a
Durkheim y Parsons, además de ciertas versiones del marxismo. Según Giddens este tipo
de funcionalismo entiende el sistema social como un todo en tanto unidad orgánica y la
reproducción social como el mantenimiento del sistema, mismo que requiere suplir ciertas
necesidades. Según Giddens, si bien algunos autores como Althusser (sobredeterminación)
y Parsons (interiorización) consideraron la acción de los sujetos, sostuvieron que la
reproducción social ‘se hace’ a espaldas de éstos, para nuestro autor en cambio, toda
reproducción social ocurre en el contexto de consecuencias buscadas y no buscadas de la
acción, y no es un logro misterioso que maneje el sistema social, sino obra de las
actividades de los miembros de una sociedad. En este sentido, no sería adecuado un análisis
funcional como tampoco la noción de función para el análisis de la sociedad. Para Giddens
las explicaciones funcionalistas son sólo enunciados contrafácticos (que es lo que pasaría si
dadas ciertas condiciones del sistema social, éstas se mantienen o son alteradas). Por tanto,
que los sistemas hayan mantenido ciertas condiciones no significa que dichas condiciones
constituyan necesidades del sistema o muestren ciertas propiedades del mismo. Por otro
lado, la noción de función supondría poner entre paréntesis el tiempo lo que redunda en
análisis estáticos, eludiendo explicar los procesos de transformación de las sociedades
concretas.
Según la versión estructuracionista, a menos que los actores involucrados en las prácticas
crónicas que forman sistemas sociales, conozcan de dichas condiciones y se impliquen en
procesos de regulación autorreflexiva, no se podría continuar ni sustentar la reproducción
173
social. Giddens anota: “All social reproduction is grounded in the knowledgeable
application and reapplication of rules and resources by actors in situated social contexts: all
interaction thus has, in every circumstance, to be contingently ‘brought off’ by those who
are party to it” (Giddens,CPST, 1979:114).
En definitiva lo que está fuera del marco de capacidad reflexiva de los agentes (recuérdese
que la intencionalidad, en esta teoría, se entiende como monitoreo reflexivo y no como
motivación ni intención teleológica) son las consecuencias no intencionadas de la acción.
Esto supone asumir que existen ciertos límites entre lo que se intenta con conocimiento
limitado (práctico) y lo que se produce “Los actores tiene razones para lo que hacen, y lo
que hacen tiene ciertas consecuencias especificables que ellos no buscan”
(Giddens,CS,1995:319).
Para Giddens una explicación funcionalista otorga más atención a las funciones latentes que
a las manifiestas, dado que se atribuye racionalidad al sistema y no a los individuos. Se
considera que existe una función de algún ‘ítem’ o actividad porque satisface alguna
necesidad funcional, de manera que la función presupone un estado de estabilización
(equilibrio) a cuyo mantenimiento ella contribuye115. El hecho de que dichas actividades
produzan resultados funcionales-según nuestro autor- no explica el hecho de su existencia,
ésta sólo se explica como acción intencional o en su defecto no buscado.De acuerdo a este
argumento, la explicación funcionalista no constituye una explicación propiamente tal, ya
que, decir que algo es una función para la mantención de ciertas necesidades de sistema es
una tautología. Una explicación-según Giddens- es una formulación causal donde se
establecen los mecanismos de nexo entre una necesidad funcional y las consecuencias de
ciertas actividades o procesos para el sistema social. Conocer las consecuencias funcionales
implicaría, por tanto, atribuir a ciertas acciones ciertas consecuencias; esto sería una
explicación, pero ya no de carácter funcional.
115
“Se admite que determinar una necesidad funcional del sistema tiene valor explicativo porque
aquella desencadena consecuencias que la satisfacen de algún modo” (Giddens,CS,1995:320).
174
Las explicaciones funcionalistas buscan dar respuesta a las incongruencias entre las
actividades sociales realizadas por actores y sus consecuencias pero-según Giddens- en
estos enunciados contrafácticos se confunden las condiciones para que se den ciertas
consecuencias con necesidades de los sistemas, y por tanto, lo que es una pregunta se ve
transmutado en una respuesta o explicación. “Necesidades sociales existen como factores
causales empeñados en una reproducción social sólo si las reconocen como tales los
interesados en una cuestión y si son actuadas por ellos” (Giddens,CS,1995:322).El autor
aduce que este tipo de formulaciones establecen metateóricamente metas o valores meta.
Mantienen como una cuestión dada la existencia de procesos de autorregulación en vez de
preguntarse por los grados de ‘sistemidad’ que empíricamente se producen en sistemas
sociales concretos. Me parece que con esto Giddens pretende demostrar la indipensabilidad-
dentro del análisis social- de alguna referencia a las intenciones y expectativas práctico
cognitivas de sujetos activos reales
175
sociales), aún cuando este entramado de relaciones sea entre agentes ausentes; en definitiva
es una imagen cuyo referente se ancla en el concepto de Estado-nación, una territorialidad
que marca la presencia de una colectividad. Procesos como la denominada globalización,
mundialización, etc, desafían esta versión arraigada de referencia. Giddens asume la
desagregación de formas antes predominantes de estructuración societal y postula los
cambios a los que nos enfrentamos en la actualidad. La visión del autor de las sociedades
modernas asume que este tipo societal se encuentra integrada de una forma particular. El
principio estructural que distingue a este tipo societario es el desacoplamiento (pero con
interconexión) de instituciones estatales y económicas que junto con la vigilancia116
promueven la ruptura entre integración social y sistémica. Giddens aduce “ Las prácticas
tradicionales se ven dispersadas (aunque desde luego sin desaparecer del todo) bajo el
impacto de la impregnación de la vida cotidiana por procedimientos administrativos
codificados” (Giddens, CS, 1995:214)
Entonces ¿cómo se produce una relación entre integración social y sistémica en las
sociedades modernas?. Revisamos ahora algunos de los argumentos de Giddens para
explicar tal cuestión,
116
”codificación útil para la administración de poblaciones súbditas más su supervisión directa por
parte de funcionarios y administradores de toda clase” (Giddens,CS, 1995:213).
176
2.2.-La modernidad en sus consecuencias para la articulación entre integración social
y sistémica.
117
Título de un artículo de Niklas Luhmann “Lo moderno de la sociedad moderna” (1998)
118
El interés acá sólo refiere al tipo a un diagnóstico de la sociedad moderna en referencia al punto
específico de las formas de coordinación sistémica que señala Giddens, por tanto no se introducirá
la discusión en torno a modernidad, posmodernidad, proyecto ilustrado inconcluso o inexistencia
de dicho proyecto.
177
continua.
Importa observar que si se plantea una ruptura básica119 de la forma de vínculo entre
un mundo premoderno, modelado por relaciones de copresencia y la sociedad moderna
donde lo que priman son las relaciones impersonales en ausencia, coordinadas por
mecanismos abstractos que hacen de soporte de la denominada confianza y fiabilidad, las
probabilidades de constitución de la sociedad vía estructuración en prácticas recursivas y
reflexivas de agentes habilitados apropiados de un saber cultural de fondo, se vuelve, bajo
las consecuencias de la modernidad, cada vez más improbable.
Si se parte del supuesto básico de que las sociedades premodernas (por ejemplo, la
comunidad en palabras de Tönnies) las relaciones cara a cara se anclaban en dimensiones
espaciales y temporales articuladas (mismo espacio, tiempo simultáneo) se debe explicar
que es lo que marca una diferencia con las sociedades actuales. Giddens explica el proceso
de cambio basado en lo que denomina desarticulación de tiempo y espacio120, cuestión que
se produce por la introducción de medios de difusión (como los medios de comunicación en
tanto tecnología de comunicación: teléfono, fax, etc.) que hacen posible relaciones entre
ausentes, cuestión que deriva a su vez en procesos de estiramiento tiempo-espacial que
sedimentan dispositivos institucionales que coordinan impersonalmente la vinculación
social sin necesidad de disponer de un acervo de conocimientos particularizadamente
común. De lo que se dispone son de procedimientos estandarizados, para los que no se
requiere amistad ni reconocimiento mutuo en el obrar de las vidas cotidianas.
119
Giddens considera tres tipos globales de sociedad: las tribales, las sociedades divididas en clase
y la sociedad de clase. Sostiene una concepción no evolucionista del desarrollo histórico y por
tanto asume que en cada una de estas formas sociales opera un principio estructural dominante
sobre la base de un modo específico de integración societaria que difiere sustancialmente entre una
forma social y otra. Por tanto, bajo esta perspectiva, las sociedades premodernas no se deben
entender como unas en que todavía los modos de integración no se desprenden, como si hubiese un
patrón de desarrollo de tendencia necesaria.
120
En el capítulo dos explicamos con detalle los argumentos ocupados por Giddens para esclarecer
este proceso.
178
Para ello Giddens plantea que en las sociedades modernas se desarrollan lo que se
describió en los capítulos anteriores, como sistemas abstractos, distinguiendo entre señales
simbólicas y sistemas expertos. Estos serían los mecanismos de coordinación de relaciones
característicos en sociedades modernas. No requerimos ‘conocer’ personalmente a los otros
para que se vuelvan ‘otros’ con los que nos podamos relacionar y confiar; la confianza se
deposita en operaciones abstractas. Confiamos en que el sistema económico funcione no
porque confiemos en las personas que trabajan en él, sino porque confiamos en que el
dinero es el medio que hace posible el sistema económico, en las operaciones de la bolsa,
en que mes a mes el banco nos entregará intereses, etc. Asimismo no requerimos conocer
inductivamente121 o tener información completa acerca de cómo funciona un complicado
sistema informático, los procedimientos médicos o el funcionamiento mecánico de un
medio de transporte, para confiar en cada uno de ellos y operar con ellos en el diario vivir.
Si las señales simbólicas como el dinero o el poder, perdieran la confianza que las
personas depositan en ellos, es imaginable (yo creo que en el límite de lo imaginable), que
no se acepte un nuevo sistema de créditos y se regrese, por ejemplo, a los sistemas de
préstamo por prendas. Bajo tales condiciones, el proceso de producción de una sociedad en
términos de constitución, debe ser redescrito para el conjunto de la sociedad, como
procesos de integración desgajados pero interconectados bajo una noción unitaria de
121
Giddens retoma la idea simmeliana de ‘conocimiento inductivo débil’ en relación a su análisis
del dinero.
179
constitución. De ello se da cuenta con las dos nociones de integración.Al sostener que
ambas mantienen una ligazón, me parece que ermanece la idea básica de que, pese a los
modos abstractos de coordinación de sociedades desancladas institucionalmente y
escindidas temporal y espacialmente, los ‘input’ de significatividad dados por la actividad
reflexiva de los agentes en la constitución de un mundo anclado en la vida cotidiana,
permite que los procesos sistémicos se reactualicen en la reproducción de la vida social con
base nutricial en la agencia.
122
Tomo el ejemplo del dinero porque es el que Giddens desarrolla con alguna extensión. El poder
y lenguaje para Giddens, a diferencia de Parsons y Luhmann, no son señales abstractas sino formas
generales de la vida y acción social. Esto se trató en el capítulo anterior en relación a la noción de
agencia.
180
permite el distanciamiento de tiempo y espacio y de esa manera la verificación de
transacciones entre ausentes, de ahí que, a diferencia de Parsons123, Giddens niega que el
dinero circule como un flujo.Lo que el dinero hace-según el autor- es un paréntesis en el
tiempo ligando presencia y ausencia124. Como sistema lo que pone en operación a esta señal
simbólica es su base en la fiabilidad o confianza.
Para definir fiabilidad y confianza nuestro autor se apoya en Luhmann pero critica y
reconstruye la distinción que éste establece entre ambos conceptos. Para Giddens fiabilidad
(trust) y confianza (confidence) son términos relacionados con la ‘fe’, para Luhmann
fiabilidad ha de entenderse con relación al riesgo, una noción específicamente moderna,
dado que los resultados imprevistos pueden ser observados como consecuencia de nuestras
propias acciones o decisiones, en vez de ser atribuidos a fuerzas ocultas. El riesgo –según la
versión giddensiana de Luhmann- reeemplaza lo que se entendió como fortuna (fatalidad).
La fiabilidad por tanto, presupone conocimiento de las circunstancias de riesgo, mientras
que la confianza da por supuesto que las cuestiones que nos son familares permanecerán
estables. Uno se forma expectativas frente a las contigencias; lo contrario sería vivir en un
estado de permanente incertidumbre. Cuando está en juego la fiabilidad, según Giddens lee
a Luhmann, la persona al optar tiene en cuenta las alternativas y, por tanto, entra en juego la
distinción entre riesgo y peligro, entre lo que es contingentemente creado por la acción
humana y lo que adviene sin intervención posible de nuestra parte (catástrofes naturales, por
ejemplo).
123
Según Parsons el dinero es un medio simbólico de intercambio que interviene en los procesos de
interacción social y en tanto medio simbólico es un tipo de lenguaje especializado “expresa y
comunica un mensaje que tiene significado con referencia a un código, es decir, a una serie de regla
para el uso, la transformación y la combinacón de los símbolos” (Parsons, 1974: 715-16). En el
caso del dinero institucionalizado el código correspondiente es parte del sistema legal “Las
transacciones financieras equivalen, pues a cierto tipo de ‘conversaciones’” (Parsons, 1974:716).En
sistemas diferenciados el dinero desempeña un rol central en el sistema económico, puesto que
representa la capacidad de una unidad social para adquirir recursos a través de procesos de
intercambio, mediante acuerdo contractuales, sin dar a cambio bienes o servicios “ El pago en
dinero constituye la transferencia de esta capacidad de una unidad a otra” (Parsons, 1974:715).
124
En ninguno de los textos revisados para este trabajo Giddens desarrolla de manera más profunda
o sistemática la noción de señales simbólicas.
181
Giddens considera inadecuada la distinción luhmaniana entre fiabilidad y confianza
ya que supone asumir que los actores puedan elegir entre alternativas. Para Giddens los
agentes operan en estados permanentes de fiabilidad, siendo ésta un tipo más de confianza y
no un estado de conciencia especial en relación a cursos de acción opcionales. Me parece
que de esta manera la confianza se vincula con lo que el autor denomina conciencia práctica
y en esa medida con la predecibilidad de que las relaciones con otros y junto a otros segirán
un cierto curso habitual y reiterativo.Giddens concluye definiendo fiabilidad como
“confianza en una persona o sistema, por lo que respecta a un conjunto dado de resultados o
acontecimientos, expresado en esa confianza cierta fe en la probidad o el amor de otra
persona o en la corrección de principios abstractos (conocimiento técnico)" (Giddens,CM,
1993C:43).
Dado que bajo las consecuencias de la modernidad los sistemas sociales se integran
en una relación de desgajamiento e interconexión entre integración social y sistémica, el
mundo de las relaciones familiares, basado en la confianza en normas establecidas y
conocimiento directo entre las personas, se rearticula con una dimensión sistémica donde la
confianza es depositada en capacidades abstractas y no en individuos, pero esto no implica,
para el autor que los sistemas socales deban ser concebidos como propiedades emergentes y
formas autonomizadas de coordinación social. Giddens no acepta la tesis de la colonización
puesto que ve en ella una versión unilateral de la regulación por sistemas que penetran en el
mundo de la vida. Tampoco está de acuerdo con la noción funcionalista de una
coordinación funcional autónoma e independiente de las interacciones. Más bien, lo que se
deja entrever en su narrativa de las consecuencias de la modernidad, según creo, es una
nueva dualidad entre las dinámicas dialécticas de reflexividad de prácticas, relaciones de
agentes habilitados y sistemas de coordinación abstractos; sistémicos pero no funcionales.
Sistémicos porque operan en ‘capas’ societales extendidas y ampliadas en tiempo y espacio
vía institucionalización, más no sistémicos puesto que según este autor la sociedad no es
concebida como un sistema que se autorregule controlando sus propios límites. De tal
manera, parece ser que en estas dialécticas entre sistemas abstractos y reapropiación
182
creativa, se es ‘capaz’, sino de conducir el carro de Juggernaut125, sí de introducir una cierta
‘colonización’ sobre los sistemas sociales desde la reapropiación creativa.
Sin embargo, encuentro adecuado retomar lo que en clave marxista aducia J.B.
Thompson en relación a que un cambio institucional no se traduce en uno estructural y, si
entiendo bien, esto es lo que quiere reflejar Habermas cuando establece una distinción entre
125
Con la imagen de carro del Juggernaut Giddens quiere reemplazar metáforas como la de la jaula
de hierro de Weber y rechazar la tesis de la racionalización y las nociones de reificación, indicando
con ello no sólo una figura de aplastamiento o constricción, sino “una desbocada máquina de
enorme poderío a la que, colectivamente como seres humanos, podemos manejar hasta cierto punto,
pero que también amenaza con escapar de control, con o que nos haria añicos”
Giddens,CM,1993C:132).
183
el estado tradicional y la economía capitalista. Señala que este tipo de sociedades ya no
pueden entenderse como un orden de instituciones porque lo que se institucionaliza son los
medios de cambio “ mientras el sistema diferenciado a través de ese medio representa en su
conjunto un fragmento de socialidad exenta de contenido normativo” (Habermas,
1999:242)
Sin embargo, como apunta Joas (1990), las críticas de Giddens al funcionalismo se refieren
a versiones clásicas del mismo y no profundiza en reformulaciones más acabadas como las
de la de Luhmann, Habermas en la Teoria de la Acción comunicativa de los años ochenta o
formulaciones como las de J. Alexander y Munch. Joas expresa una cuestión sugerente
porque junto con retomar algunas visiones antifuncionalistas de Giddens, valora la idea de
trabajar en pro de una teoría social de la acción que no deje de considerar las condiciones de
184
autorregulación sistémica, pero bajo condiciones empíricamente controladas para la
aplicación de un método funcional, esto es, considerar grados de ‘sistemidad’ y no al
sistema como referencia de explicaciones funcionales. Joas se pregunta si las críticas de
Giddens al funcionalismo son aplicables a versiones más desarrolladas del mismo.
En este sentido, Joas aduce que la formulación habermasiana de sistemas sociales puede ser
uno de los ejemplos de valoración de la teoria de la acción que a la vez incorpora aportes
críticos , complementándola con una visión sistémica 126
En las críticas antes expuestas vimos que Giddens rechaza una noción de sistema social que
se autonomice, en su autoconstitución de la práctica de los sujetos, desechando, por tanto,
una versión reificada de sistemas en pro de un reanclaje de los mismos en la capacidad de
agencia de sujetos. Es por ello que reclama la poca atención prestada por Habermas a lo que
denomina resultados contingentes de las luchas históricas de los individuos y grupos.127
Sin embargo Habermas, según Joas, considera limitada la teoría de la acción y postula la
necesidad de tomar préstamos intelectuales de teorías sistémicas como la de Luhmann. La
razón de por qué su teoría de la acción debe ser conjugada con una teoría de sistemas la
resume en las siguientes frases: “Since the collective subject (an idea borrowed from
trascendental philosophy) of a meaningfully constituted life-world proves, at least in
sociology, to be a misleaging fiction, it appears that the concept of system is more
appropriate. Social system are unities which can solve objectively presented problems
through inter-subjective learning processes” (Habermas en Joas, 1990:97 ).
126
Habermas, en Teoría de la acción comunicativa aduce al respecto “el concepto de sistema es
desarrollado a partir del concepto de mundo de la vida y no se lo encaja directamente y sin más
mediaciones sobre el concepto de acción” (Habermas, 1999:330)
127
Para una crítica de la formulación de Habermas de la teoría de sistemas Mc Carthy (1992), Joas
(1988b).
185
procurar conciliar la noción de auto- reflexividad con la nunca completa transparencia de la
situación de vida humana, que es a lo que se hizo mención en el apartado anterior
(agencia/estructura) con la noción de intersubjetividad y reproducción del mundo de la vida.
La propuesta habermasiana en este sentido presenta una dualidad de medios, por una
parte se consideran los medios de control como medios de comunicación simbólicamente
generalizados y deslinguistizados, como el dinero. Por otra, existen formas generalizadas de
comunicación, que como los medios de difusión (de importancia central en los procesos de
constitución de la opinión pública) que no dejan de vincularse a formas de
entendimiento.“Las interacciones dirigidas a través de una motivación racional generalizada
representan simplemente una especialización de los procesos linguisticos de formación de
consenso; a través del mecanismo del entendimiento siguen dependiendo del recurso al
trasfondo cultural y a elementos de la estructura de la personalidad. Estas formas de
comunicación generalizada posibilitan, sin duda, un mayor distanciamiento de la acción
orientada al entendimiento respecto de los órdenes institucionales y de los contextos
normativos en general. Pero sus recursos siguen siendo aquellos de que también se nutre la
formacion lingüística del consenso.(Habermas, 1999:401)
Según esta versión de sociedaden dos plexos, en un cierto nivel del desarrollo
sociocultural los sistemas (económico y político en menor medida) se diferencian y
especializan determinando la coordinación funcional de plexos de acción a través de medios
codificados que descargan a los agentes de cuotas interpretativas. Si la reproducción
186
material responde a esta forma, la reproducción simbólica de la vida mantiene rasgos
constitutivos de carácter estructural (no funcional) de los que no se puede preterir, sino es a
costa de lo que Habermas entiende por sentido. De tal manera lo que se gana control puede
perderse en libertad y sentido como anunció Weber, introduciendo patologías allí donde “el
compromiso entre pretensiones internas de validez e imperativos externos de superviviencia
sólo puede conseguirse al precio de una institucionalización/internalización de
orientaciones valorativas que no estén en consonancia con las funciones efectivas de las
correspondientes orientaciones de acción, el compromiso sólo puede mantenerse mientras
esas funciones permanezcan latentes” (Habermas, 1999:333)
128
Habermas aclara al respecto “(…) del solo hecho de que la integración sistémica y la
integración social queden ampliamente desacopladas entre sí, no pueden inferirse aún dependencias
lineales en una u otra dirección. Pues podemos representarnos las cosas de ambos modos: las
instituciones que anclan en el mundo de la vida, mecanismos de control tales como el dinero y el
poder, canalizan, o bien el influjo del mundo de la vida sobre los ámbitos de acción formalmente
organizados, o a la inversa, el influjo del sistema sobre los plexos de acción comunicativamente
estructurados.En el primer caso actuaría como marco institucional que somete la conservación del
sistema a las restricciones normativas del mundo de la vida, en el segundo como la base que
subordina el mundo de la vida a las coacciones sistémica de la reproducción
material”(Habermas, 1999:261)
187
sociedades premodernas se hacen más especializados y precisos con el advenimiento de la
modernidad. No hay duda de que esta idea tiene cierta validez, pero no logra captar un
elemento esencial de la naturaleza y del impacto de las instituciones modernas: la
‘extracción’ de las relaciones sociales de sus circunstancias locales y su rearticulación en
regiones espacio temporales indefinidas. Esta ‘extracción’ es exactamente lo que quiero
decir con el concepto de desenclave, que explica la tremenda aceleración del
distanciamiento en el tiempo y el espacio introducido por la modernidad”
(Giddens,MID:1997b:30).
Lo que parece indicar Giddens con elemento esencial es la idea de una constitución
significativa del mundo social donde la categoría sentido, poder y recurso son sus ideas
fuertes en relación a la agencia. Creo que la idea de dualidad comparece nuevamente, esta
vez, para dar cuenta de la relación entre extracción de las relaciones sociales y su reanclaje
interaccional.
Si el sentido tiene que ver con lo no actual, requeriría a su vez alguna diferencia con
la verificación siempre presente de la práctica y del hacer. En la idea de mundo de la vida
inestructurado y opaco (secreto) parece subyacer esta noción de horizonte o límite, la que
no me parece sea expresada en la noción giddensiana de saber mutuo. En Giddens advierto
una noción de sentido ligada a la constitución vía praxis y la conciencia (práctica). En este
sentido parece indicar un cierto peso a la idea de agente pero, por otro lado, como se
examinó en la primer parte de este capítulo, el autor aboga por el descentramiento del
sujeto. Giddens no cree en que la reflexión pueda llegar iluminar un camino razonable de la
experiencia humana, insiste más bien en la constante reintroducción de alternativas que
hacen de la historia un programa siempre en formación, esto le imprime una visión un tanto
188
escéptica en relación a lo que denomina auto regulación reflexiva de la vida social. En este
sentido se pregunta de qué manera las luchas sociales podrian cambiar algo en el mundo.
“¿ Es la expansión de una diversidad de diferentes formas de organización (refiréndose a
también a movimientos sociales) –cuyas condiciones de reproducción son registradas
reflexivamente- un elemento de emancipación de modos preestablecidos de dominación
explotadora?”(Giddens, CS, 1995:243). Su idea sugiere combinar escepticismo con
activismo, a mi me parece que si la actividad del activismo se explica como agencia queda
todavía desanclada de una posible constitución de mundo social como espacio
intersubjetivo y en esa medida no queda claro de qué maneras el poder agencial pone cotos
o imprime diferencias (el poder hacer otra cosa) más allá del plano interaccional, íntimo y
presente.
189
COMENTARIOS FINALES
"Las condiciones de la existencia humana –la propia vida, natalidad y mortalidad, mundanidad,
pluralidad y la Tierra- nunca pueden explicar lo que somos o responder a la pregunta de quiénes
somos por la sencilla razón de que jamás nos condicionan absolutamente” (Hannah Arendt, La
Condición Humana).
"(... )la vida de unos seres humanos contingentes, mortales, que existen por casualidad, se deriva de
algo distinto a hombres contingentes, mortales, que existen por casualidad" (Richard Rorty,
Contingencia, Ironía y Solidaridad).
Este trabajo no termina con un cierre que pudiera llamarse conclusivo. Como anoté en la
introducción podía esperarse una cosa: palabras al término de un recorrido que hicieran las
veces de un hilván entre los diferentes momentos del itinerario. Esta imagen topológica
clausurada al final es un breve sumario de cierres interiores. Dado el carácter exploratorio
con que se planteó y se construyó esta indagación es eso lo que puedo construir a modo de
clausura final, con el objeto de dejar expresados algunos puntos que me han parecido
centrales.
Esta tesis parte de una pregunta puntual que va tocando diversas áreas en el
camino.La problemática general trata acerca de la obsesión que recorre la conversación
sociológica de hacer vínculos entre lo micro y lo macro .¿ Qué era eso?. No sabíamos muy
bien a qué apuntaba tanta preocupación por lo que faltaba a los accionalistas y por lo que se
echaba de menos en los sistémicos. Para acotar el campo se decidió hacer un trazado y
circunscribirlo a una teoría y al interior de ella escudriñar en las ‘fuentes’ más
directamente relacionados con la pregunta por el vínculo.
190
con ojos críticos (o de sus críticos). El resultado fue puntualizándose en cada paso. En la
primer parte quedo planteado que la propuesta de la estructuración bien podría cuadrar,
junto con otras formulaciones, bajo el rótulo de teoría generativa de la sociedad. De ahí que
se estableciera un primer deslinde con lo que son las teorías en versión ‘convencional’,
analíticas o heurísticas. Que la teoría de la estructuración se califique de teoría generativa
significa que se postula como parte del objeto que estudia y que la formación de sentido es
una cuestión basal para la constitución del campo objetual de la teoría social. En este punto
Giddens destaca la necesidad de entender la comprensión no sólo como estrategia heurística
sino como la forma de constitución del mundo social. Una teoría que se declara contra las
generalizaciones y construcciones globales y sistemáticas pero que de cualquier modo se
propone reconstruir las formas del ser y hacer sociales
Esta gruesa distinción ameritaba preguntar si era cuál era el sujeto del predicado de
la constitución: ¿ la producción de sentido yacía en el sujeto? ¿si esto es postulable cómo se
describe el proceso de constitución de la sociedad?. Lo que se señala, en un segundo
momento, a través de un examen de la categoría giddensiana de agencia, es que la
constitución de la sociedad no se nutría específicamente de un sujeto sino de una capacidad
agencial como práctica motor de los denominados procesos de estructuración.
191
Lo que Giddens señala como dualismos escindidos (acción/estructura) son los que
procura presentar como procesos mutuamente implicados (agencia y estructuración de la
estructura) y lo que era descrito de manera estática se dinamiza. Co -implicar subjetividad y
objetividad, 'estructuracionistamente' hablando conllevaría tanto descentrar al sujeto como
internalizar- por así decirlo- la estructura. Dinamizar, por otra parte, derivaría en hacer de
la vida social un despliegue fluido de acción y de la estructura procesos de estructuración.
Me parece, que a nivel de una teoría social con pretensiones globales, preocupada
del ser y hacer del hombre, estos son algunos de los puntos iluminadores en relación el
tema de preocupación de esta investigación. Si se pregunta por ¿qué es la sociedad
moderna?, se transita al terreno de decisiones metateóricas a problemas de carácter
empírico relativos a los dilemas de la sociedad actual. Si en este contexto esa ‘realidad’
social de la que es parte la teoría se caracteriza como sociedad moderna ¿cómo era posible
establecer relaciones de constitución entre la agencia situada de sujetos habilitados
(provistos de capacidad de monitoreo reflexivo) y las estructuras y sistemas sociales que se
129
"Suceso infausto que altera gravemente el orden regular de las cosas" (Diccionario de la lengua
española, Real académica de la lengua, España, 1999)
192
desarticulan de las prácticas sociales para coordinarse sistémicamente?.
193
aclarar de qué maneras se especifican las diferencias entre los diferentes niveles/esferas
estructurales, que Giddens nombra en lo que denomina circuitos de reproducción. Giddens
ejemplifica su análisis estructural con estudios de caso, como el de un centro educativo
inglés en los años setenta y las formas en que los estudiantes reproducen y transforman las
reglas de su escuela a partir de un marco institucional educativo preestablecido.A nivel más
global y abstracto trata la explicación marxiana de la transformación de una sociedad feudal
a una capitalista. Quizá un desarrollo teórico más explícito en esta ruta aportaría luces para
una comprensión más cabal de cómo la teoría de la estructuración puede ser traducida en
caracterizaciones explicativas de la sociedad moderna.
En este sentido la opción del autor se inclina por un análisis institucional y rechaza
explicaciones que alberguen un aspectos funcionales como 'razón funcionalista'.
Racionalidad que hipostatiza cualidades de intención y conciencia a sistemas. Nos
preguntamos, sin embargo, si esta hipostatización teórica ¿no es/puede ser también una
cuestión social?. ¿ No será que las condiciones materiales y simbólicas de una sociedad
moderna -industrial, capitalista- provoca estas segundas naturalezas de vida social?.
194
expresa en términos circulares como dialéctica de control. Este no fue nuestro tema
específico de indagación, pero también en él, un salto del dualismo a la dualidad, deja un
poco oscura la especificación de momentos y determinantes del constreñimiento e influjos
de habilitación.
La cuestión parece ser que si la sociología es planteada como una ciencia empírico
teórica no todo puede resolverse de manera exclusivamente teórica. A esto refiere Bauman
130
"Atravesar (una forma) es un acto creativo. En efecto, mientras la repetición de una indicación
da testimonio sólo de si identidad (...) atravesar y volver a atravesar no es una repetición y, por
tanto, tampoco puede ser tratado como una identidad única" (Luhmann/De Giorgi,1998:35).
195
cuando dice que el tema de si la historia hace a los hombres o los hombres a la historia, es
un dilema que se resuelve de manera diversas en el curso del devenir histórico. Entonces
podría encontrarse algo de razón cuando Bauman señala que las reglas del método no
necesariamente arrojan respuestas al problema de la determinación de las condiciones de
autonomía, resistencia y sumisión de los sujetos. En este sentido se puede pensar que las
cuestiones teóricas no resuelven lisa y llanamente problemas práctico-políticos pero puede
ser posible que visiones abrevadas con instrumentales agudos permiten observar más y
nuevas alternativas. Esto representa una tensión entre lo que es y lo que puede ser , el tema
de trasfondo de este trabajo sigue siendo cómo situar teórica y históricamente aquellas
luchas de las que hablaba Giddens, porque parece ser que los rasgos de humanismo de la
teoría sociológica no liberan precisamente al sujeto, ni las luchas a la teoría.
196
fáctica de un mundo susceptible de ser cambiado. O autonomía como libertad 'atada' a las
estructuras del mundo social de la que emerge como ilusión desilusionada.
131
En algún escrito Alejandra Pizarnik, anota que la mirada desde la alcantarilla puede ser una
visión de mundo.
197
Tratar de remediar (o de cómo se lleva la carga como dirían las abuelas) algunas
situaciones me parece que no llega al extremo de querer dar consuelo a las grandes
preguntas del hombre y quizá tampoco a la pretensión de poner las cosas en su lugar. De
forma modesta, acotada y concreta, tan sólo supone trabajo y acción, quizá a la manera
insinuada por Giddens (hasta la Constitución de la Sociedad), pero al parecer esto se podrá
observar con algo más de claridad sólo dentro de unos cuantos años.
Respecto a estos dilemas enigmáticos no puedo escribir más (algunos dicen que se
puede hablar sin decir mucho pero que el soporte de la escritura no tolera lo mismo).
198
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