Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Reestructuración y relaciones
industriales: debates teóricos y
tendencias latinoamericanas
Las Teorías sobre la
Reestructuración Productiva
Enrique de la Garza Toledo
33
Enrique de la Garza Toledo
El regulacionismo
34
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
car la crisis capitalista que parte de los setenta y las actuales tendencias de trans-
formación. Para ello, esta corriente acuña conceptos centrales como el de regula-
ción que, en general, es la forma como una relación social se reproduce a través
de normas y valores internalizados, así como por medio de mecanismos institu-
cionales. Así, el modo de regulación consistiría en las formas institucionales que
aseguran la reproducción de las relaciones sociales y en particular la adaptación
entre producción y demanda. A esa relación armónica entre producción y con-
sumo se le llama régimen de acumulación. Es claro que el interés central regula-
cionista no es hacer una teoría de la acumulación del capital, ni tan siquiera del
proceso de trabajo, sino de la consonancia entre producción y consumo y de las
instituciones que la hacen posible (Boyer, 1988). Por supuesto, rechaza la idea
neoclásica de tendencia espontánea al equilibrio lo cual es una nueva versión de
la economía institucionalista preocupada por la estabilidad; también es notable
la mayor preocupación por las estructuras e instituciones que por los sujetos.
El fordismo, dentro de la lógica regulacionista, es concebido como un Régi-
men de Acumulación caracterizado por la articulación entre producción y con-
sumo en masa; su crisis es analizada en dos niveles: por un lado, como el límite
de los procesos fordistas de producción encaminados a incrementar la producti-
vidad (segmentación entre concepción y ejecución e imposibilidad de seguir
segmentando, simplificando y estandarizando indefinidamente el trabajo por la
resistencia física y social de los trabajadores). Por otro lado, como crisis de la re-
lación salarial, leyes, instituciones y normas que regulan el uso de la fuerza de
trabajo y su reproducción (Conde, 1984). Esta última explicación es la más
coherente con el marco teórico regulacionista porque trata de la contradicción
entre el marco institucional fordista (leyes laborales, negociación colectiva, segu-
ridad social) y el incremento de la tasa de ganancia.
Las coincidencias formales entre el regulacionismo y el neoliberalismo en la
flexibilidad del trabajo se derivan de la idea de crisis como rigidez de las institu-
ciones reguladoras de la relación salarial. Sin embargo, los regulacionistas no
afirman que ya esté conformado un modo de regulación flexible substituto del
fordista (aunque las simpatías por una flexibilidad con consenso, negociada u
ofensiva es explícita) y reconocen que actualmente coexisten diferentes regula-
ciones: producción masiva flexible, viejos modelos fordistas, neotaylorismo, to-
yotismo, kalmarianismo (Lipietz, 1993). Todavía el capitalismo no habría resuel-
to una nueva articulación entre producción y consumo. En forma autocrítica,
Boyer reconoce que el regulacionismo tiene una versión muy economicista del
Estado que, en especial, no incorpora la reflexión acerca del neocorporativismo
y que desprecia el análisis de la base técnico material de los procesos producti-
vos (Boyer, 1989).
35
Enrique de la Garza Toledo
Neoschumpeterianismo
36
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
consumo. Pero este salto adelante quedaría todavía en suspenso frente a la au-
sencia de las nuevas instituciones que posibilitarán la difusión amplia de las
nuevas tecnologías.
Esta corriente tiene sus particulares obscuridades:
• No queda claro el concepto de ciclo tecnológico, en términos teóricos e históri-
cos, a pesar de que es central para esta perspectiva porque enmarca las etapas del
capitalismo. Mandel trató, en su momento, de darle una justificación teórica a
través de la relación entre tiempo de rotación del capital fijo con ciclo capitalista;
según él, habría un ciclo tecnológico de desvalorización que enmarcaría el tiempo
de vigencia de un paradigma tecnológico. Sin embargo, las trayectorias tecnológi-
cas de los diferentes procesos no son sincrónicas y, aunque se han propuesto di-
ferentes periodizaciones con criterios de tecnología genérica diferentes, éstas son,
teórica e históricamente, poco convincentes.
• Por otra parte, el neoschumpeterianismo permanece como una teoria de alcance
regional, más limitada que el regulacionismo. Si bien tiene riqueza conceptual en
la línea que va de la invención a la inversión productiva, no hace propuestas es-
pecíficas del lado de la demanda; la intervención del Estado se analiza en el ám-
bito señalado dejando fuera otros aspectos políticos e institucionales estatales im-
portantes.
La especialización flexible
37
Enrique de la Garza Toledo
38
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
una nueva ortodoxia que frena la capacidad de observar y descubrir nuevos con-
ceptos para explicar los cambios productivos en Latinoamérica.
39
Enrique dc la Garza Toledo
40
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
41
Enrique de la Garza Toledo
42
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
que asumir que el concepto estándar de teoría que acuñó el positivismo hace
tiempo está en crisis; que el pensar la teoría como sistema de proposiciones vin-
culadas entre sí en forma deductiva y de ella deducir hipótesis, implica un nivel
de claridad en las relaciones entre los conceptos y entre las proposiciones que
las teorías reales están lejos de poseer. Es decir, se impone un concepto menos
rígido de teoría con relaciones duras y laxas entre los conceptos y las proposi-
ciones; la mezcla entre términos teóricos con otros del lenguaje común, la asun-
ción de la influencia de poderes y legitimidades; la presencia en la teoría de la
contradicción, la discontinuidad y la obscuridad. La crítica puede extenderse a
todos los niveles del método hipotético deductivo, a las relaciones entre concep-
tos teóricos e indicadores, a las técnicas de recolección y análisis de datos y al
propio carácter del dato empírico; esto implica abandonar las concepciones po-
sitivistas. En el fondo se trata de poner a tono las teorías de la reestructuración
con el abandono que la epistemología contemporánea hace de la concepción
newtoniana del mundo y su substitución por un concepto alternativo de reali-
dad, no sujeta a leyes universales, en movimiento, que acepte la contradicción,
analizable como procesos articulados no sistémicos, con un papel activo para los
sujetos junto a las estructuras pertinentes al problema, que comprenda en las
explicaciones lo general junto a lo específico de los contextos locales y con una
idea de explicación que no consista en subsumir el caso particular en la ley uni-
versal, sino en la reconstrucción de lo más abstracto a lo más concreto de las de-
terminantes genéricas y específicas del fenómeno. Es decir, la posibilidad de una
estrategia no de justificación de supuestas teorías generales sino de reconstruc-
ción de las teorías para el caso específico. De esta manera, el propio concepto de
predicción tendría que transformarse en otro de definición del espacio para la
acción viable de los sujetos, escapando así de la unilinealidad en el desarrollo.
Estas consideraciones metodológicas son pertinentes para las teorías sobre la
reestructuración en América Latina porque más de 10 años de investigación
empírica han desembocado en el descubrimiento de múltiples anomalías, apli-
caciones forzadas o descontextualizadas. Por falta de verificación de las teorías,
éstas no han proporcionado guía alguna de reconstrucción; aceptar un marco
teórico en forma hipotético deductiva no sólo es aceptar los conceptos y sus re-
laciones sino también un horizonte de observación. Este proceso, por lo tanto,
no permite aclarar si lo que en América Latina llamamos anomalías sí lo son o
si son nuevas realidades que sobrepasan los marcos teóricos importados.
El perfil y la configuración son una alternativa metodológica que permitiría
abrir los conceptos a la realidad y evitar las limitaciones del uso hipotético de di-
chos conceptos. Estas herramientas metodológicas pueden ser construidas en un
juego entre conceptos previos desarticulados de sus proposiciones teóricas y
desglosados en dimensiones de tal manera que, pudiendo tener orígenes teóri-
43
Enrique de la Garza Toledo
44
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
jetos y con ello cambiar, dentro de ciertos límites, pautas de desarrollo. Es decir,
estas formaciones socioeconómicas son constituidas históricamente y las tensio-
nes estructurales no son suficientes para definir sus cambios; las relaciones entre
sus elementos pueden ser duras o laxas; no son cerradas semánticamente, la in-
certidumbre siempre es parte suya y se pueden especificar con prácticas. En esta
medida, no pueden funcionar como marcos teóricos para definir hipótesis, sino
que son punto de partida para la reconstrucción teórica; finalmente, no hay ra-
zón para que las configuraciones socioeconómicas converjan en una sola, aun-
que pueden tener elementos comunes relevantes entre ellas.
45
Enrique de la Garza Toledo
El resultado es, por ahora, una polarización del aparato industrial en Améri-
ca Latina, entre una minoría de empresas exportadoras, reestructuradas o en re-
estructuración y una mayoría no suficientemente articulada con las primeras, en-
focadas hacia mercados internos frecuentemente deprimidos y cada vez mas
competidos frente a las aperturas.
En términos de configuraciones empíricas de reestructuración podemos
identificar dos principales:
1. La conservadora, caracterizada por una innovación tecnológica consistente
en la renovación de equipo antiguo por otro más moderno pero n o de última
generación; la aplicación hasta ahora más sistemática del taylorismo-fordismo;
baja flexibilidad externa y moderada interna y un perfil de fuerza de trabajo tra-
dicional (hombres, edad madura, contrato de base, salarios bajos, calificada en
una máquina). Este perfil conservador no necesariamente tendrá que ser susti-
tuido por otro más moderno porque las relaciones de fuerza entre los actores de
46
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
las relaciones industriales, las políticas estatales, etc. pueden permitir su éxito re-
lativo durante períodos de mediana duración. Es el ejemplo de la maquila tradi-
cional cuyo éxito exportador, se basa en la intensificación taylorista del trabajo.
2. Configuración flexibilizante; su eje no es la innovación tecnológica dura si-
no la flexibilidad organizacional, con aplicaciones parciales de la calidad total y
el justo a tiempo, con flexibilidad interna y externa en énfasis diversos depen-
diendo del país, con cierta recapacitación de la fuerza de trabajo, pero con un
perfil combinado entre la que llamamos tradicional y una nueva mano de obra
de mayor proporción femenina, descalificada, de alta rotación externa, joven, sin
experiencia laboral o sindical amplia. Es también el caso de la exitosa maquila
pero en su versión moderna, que es también de bajo salario y que descansa en
una intensificación semitoyotista del trabajo.
Finalmente, tendremos que decir que hasta ahora la polarización entre em-
presas en América Latina no ha significado la polarización en el mercado de
trabajo (Escobar, 1993); entre segmentos de empresas que no cambian y los que
se reestructuran en sus dos modalidades hay mayor capilaridad de trabajadores
de lo que pudiera pensarse, desde el momento en que, en términos generales, la
reestructuración no está implicando sectores que descansan en obreros recalifl-
cados de manera profunda. Lo anterior repercute en los cambios en los merca-
dos de trabajo en América Latina desde los años ochenta hacia la inforrnaliza-
ción, que es la otra reestructuración y flexibilización del mercado de trabajo no pre-
vista en las teorías del postfordismo. En nuestras economías, en contra de las
previsiones, los ineficientes no mueren definitivamente sino que se reproducen
más que nunca, conformándose economías de dos velocidades, una globalizada
que logra ser eficiente y la otra dirigida hacia los mercados de pobres al interior
de cada país. Los efectos macroeconómicos hasta ahora implican que el reducido
sector exportador no ha sido capaz en plazos largos de equilibrar las balanzas
comerciales, provocando desajustes macroeconómicos que han reactivado infla-
ciones, devaluaciones y elevación de tasas de interés y que, a través de estas rees-
tructuraciones polarizantes, no han conformado todavía economías estables.
BIBLIOGRAFÍA
47
Enrique de la Garza Toledo
48
Las Teorías sobre la Reestructuración Productiva
LlPlETZ, A. The Enchanted World: Inílation, Credit and the World Crisis. London: Verso, 1985.
- , "Accumulation, Crisis and the Ways Out". INTERNATIONAL JOURNAL OF POLITICAL ECONOMY
18,2, 1988.
- . "The Local and the Global, Regional Individualily or Interregionalism". TRANSACTIONS INSTITUTE
OF BRITISH GEOGRAPHERS 18, 1993.
LlTTLER, C. The Development of Labour Process in Capitalist Societies. Londres: Heinemann, 1982.
LUCENA, H. "Otro sindicalismo: la unión de trabajadores de la industria textil". Mirneo. Venezue-
la: U. de Carabobo, 1993.
PÉREZ SAINZ, J.P. El dilema del Nahual. Costa Rica: Flacso, 1994.
PÉREZ, C. "Microelectronics, Long Wavcs and World Struclural System". WORLD DEVELOPMENT 13,
1985.
- . "Structural Change and Assimilation of New Technologies in the Economic and Social System". En
C. FREEMAN (ed.) Design, Innovation and Long Cycles in Economic Development. Londres: Francés
Printer, 1986.
—. y C. OMINAMI (comp.). La Tercera Revolución Tecnológica. Argentina: GEL, 1986.
PlORE, M. "Work, Labour and Action". En F. Pike (de.) Industrial Districts and ínter Firm Cooperation
in Italy. Geneve: ILO, 1990.
POLLERT, A. "L'enterprise Flexible: Realité ou Obsession?". SOCIOLOGIE DU TRAVAIL 1, 1989.
—. Farewell to Flexibility? London: Berg, 1991.
SABEL, C. y J. ZEITLIN "Historical Alternatives to Mass Production". PAST AND PRESENT 108, 1985.
SHISTER, J. Economics ofthe Labour Market. Chicago: Lippincott, 1956.
SMITH, V. "Bravermas Legacy: the labour process tradition at 20". WORK AND OCCUPATIONS 21,4,
1994.
STEWARD, P. The Nissan Enigma. London: Mansell, 1992.
STOLOVICH, L. "Reconversión productiva y respuesta sindical en Uruguay". Buenos Aires: Semi-
nario de la Red Franco Latinoamericana Trabajo y Tecnología. 1992.
STORPER, M. "The Llmits to Globalization: Technology, Districts and International Trade". ECONOMIC
GEOGRAPHY 68, 1992.
STREECK, W. Social Institutions and Economic Performance. London: Sage, 1992.
TADDEI, C. "Las maquiladoras japonesas, modelos de postfordismo?". ESTUDIOS SOCIALES III, 6.
México: Colegio de Sonora, 1992,
THOMPSON, P. The Nature of Work. London: MacMillan, 1983.
TOLLIDAY, S. Between Fordism and Flexibility. London: Berg, 1992.
WANNOFFEL, M. Ruptura en las relaciones Laborales. México: Fundación Ebert, 1995.
WOMACK, J. La máquina que cambió el mundo. México: MacGraw Hill, 1991.
WOOD, S. "The Deskilling Debate". ACTA SOCIOLÓGICA 30, 1, 1987.
-."Japanization and/or Toyotaism". WORK, EMPLOYMENT AND SOCIETY 5, 4, 1991.
-."The Japanization of Fordism", ECONOMIC AND INDUSTRIAL RELATIONS 14, 1993.
49
Globalización, subcontratación y
desregulación laboral
(Una revisión bibliográfica parcial) *
INTRODUCCIÓN
Con la colaboración de la socióloga María del Carmen Castrillón. Este artículo es una ver-
sión revisada de un documento anterior producto del período de año sabático 1995-1996.
Agradezco el comentario a este primer texto de los profesores de la Universidad del Valle,
Carlos Alberto Mejía, del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias So-
ciales y Económicas, y Alvaro Zapata, de la Maestría de Organizaciones de la Facultad de
Administración.
Por subcontratación se puede entender la descentralización de los procesos productivos en
unidades de gestión y control de la fuerza de trabajo "autónomas" y, por lo tanto, con una
gestión administrativa en áreas geográficas separadas o discontinuas, de forma tal que la uni-
dad empresarial dominante controla y articula las distintas unidades subordinadas, bajo la
modalidad de contratos de productos semiacabados que ingresan o intervienen como insumos
o servicios específicos para la producción de un determinado bien o servicio. Las unidades
subordinadas dependen generalmente en Insumos, diseños, controles de calidad, a veces capi-
tal de trabajo y manejo administrativo, etc. de la unidad capitalista dominante. Estas unidades
subordinadas pueden ser de diferentes tamaños, casi siempre pequeñas empresas y microem-
presas. De esta manera, los contratos laborales que los trabajadores sostenían con la propia
empresa se sustituyen bajo el modo de contratos comerciales con prestadores de servicios
(Velásquez 1996, citando a Bronstein 1985, p.87).
50
Globalización, subcontratación y...
a alguna literatura alemana, en este último caso más referida a América Latina.2
Otros textos revisados son artículos de análisis periodístico aparecidos en Le
Monde Diplomatique y Courrier International,3 que constituyen una mirada inde-
pendiente de la corriente dominante en los enfoques económicos convenciona-
les y de la ideología en boga de los organismos internacionales que, en su gran
mayoría, se ubican en la denominada corriente neoliberal.
51
Fernando Urrea Giraldo
52
Globalización, subcontratación y...
53
Fernando Urrea Giraldo
Definida como «la rápida Integración de las economías del mundo a través del comercio, los
flujos financieros, los flujos de tecnología compartidos, las redes de Información y las corrien-
tes culturales» (Fondo Monetario Internacional, World Economic Outlook, Global Economic
Prospects and Policies, Mayo de 1997). Un punto interesante que queda por fuera de este en-
sayo es la discusión conceptual sobre la relación entre las categorías de globalización y mun-
dialización con la clásica de imperialismo, particularmente Importante en la tradición marxista
y algunas orientaciones neokeynesianas. Consúltese al respecto los artículos de Patnaik
(1997:279-284), Boratav (1997:285-291), y el de Bhadurl y Nayyar (1997:295-310). Por otra
parte, ¿cuáles son las continuidades y diferencias entre los fenómenos de globalización con-
temporáneos y los que se dieron a finales del XIX y comienzos del XX en las diversas socieda-
des capitalistas?
54
Globalización, subcontratación y...
La reciente huelga nacional en la United Parcel Service, UPS en los Estados Unidos, con la
participación de 200.000 trabajadores, que paralizó una buena parte del servicio de correos
privados en este país, cuya principal causa fue contra el sistema de trabajo a tiempo parcial y
la consiguiente precarización de los empleos, característica del modelo desregulativo de las re-
laciones laborales americanas, ha revelado que aún en el país líder en los procesos de flexibi-
lidad del mercado laboral las resistencias no se han hecho esperar (El Mundo, España, 1997,
Jueves 7 de Agosto de 1997).
Los países del antiguo campo socialista europeo, hoy en su casi totalidad con economías ca-
pitalistas desreguladas, con Importantes matices y diferencias entre ellos habrían involuclona-
do hacia formas salariales de capitalismo salvaje, en algunos casos bastante radicales (la Rusia
de Boris Yeltsin es el mejor ejemplo).
55
Fernando Urrea Giraldo
56
Globalización, subcontratación y...
presa dominante conservar las actividades centrales básicas —las mínimas nece-
sarias— y comprar a proveedores externos —otras empresas— todo aquello que
sea requerido para mantener la operación en marcha. Los servicios del sector
privado han sido los más beneficiados de las diversas modalidades de subcon-
tratación; no sólo los servicios financieros y comerciales de mayor prestigio sino
también los de menor prestigio, como los de aseo-limpieza, alimentos y seguri-
dad.
El argumento central de los autores es que lo sui géneris del crecimiento de
estas industrias y sectores de servicios, no es tanto el incremento del número de
empleos sino la transformación de las relaciones laborales que inscriben a todos
aquellos que han sido expulsados del empleo seguro (trabajadores cesantes) o
quienes apenas están insertándose en la base del mercado de trabajo
(aspirantes). Esta reestructuración claramente obedece a un profundo cambio
político-económico en la naturaleza de las relaciones de empleo en Inglaterra,
que puede estar abriendo espacio hacia un nuevo régimen laboral, sustentado
en el empleo precario (precarious employment Op. cit., pp. 66).
Estas nuevas prácticas de empleo se sostienen porque están articuladas por la
estructura organizacional fragmentada de las industrias de contrato de servicios.
En este contexto, las prácticas de trabajo formal e informal coexisten dentro de
las grandes corporaciones como un mecanismo para conseguir el trabajo por pro-
ducto o servicio realizado, sin establecer un vínculo laboral entre la empresa y el
trabajador que lo realiza (getting the work done); así se genera una atmósfera de
continua inseguridad para la fuerza de trabajo, calificada o no.
Lo interesante en el caso inglés, según los autores, es la gran ofensiva de las
políticas gubernamentales centrales y sus propuestas en los años ochenta y no-
venta, dirigidas a la desarticulación de todas las formas de protección laboral
(Welfare State) y a la eliminación de la rigidez en el mercado de trabajo. Medidas
como la eliminación de los consejos de salarios en las empresas y el bloqueo a
la creación de leyes que puedan representar protección desigual para la pobla-
ción sindicalizada, o sencillamente, el desmonte de las existentes, el socavamien-
to de las actividades de los sindicatos para organizar de forma efectiva los lugares
de trabajo, además del fuerte impulso a la privatización de las empresas públi-
cas, son algunos ejemplos de la moderna agenda reformadora anglosajona en la
cual las prácticas de subcontratación han tenido una amplia difusión en lo
transcurrido de las décadas del ochenta y noventa. Tal es el caso del proceso de
fragmentación manifestado en el acelerado crecimiento de compañías de aseo,
alimentos preparados y seguridad que dominan cada industria y organizan el
trabajo en numerosos sitios.10 En general, las grandes compañías de contratos
Entre los ejemplos citados por los mismos autores cabe destacar el mercado de servicios de
57
Fernando Urrea Giraldo
limpieza controlado por una multinacional de base danesa con su oficina principal en Lon-
dres, la cual agrupa alrededor de 120.000 empleados en toda Europa. En segundo lugar, los
contratos de servicios de comidas preparadas distribuidas en tres multinacionales de origen
inglés, las cuales controlan el 80% del mercado en Inglaterra.
58
Globalización, subcontratación y...
Sassen, en un texto sobre movilidad laboral y trabajo (1994), publicado por vez
primera en 1988, discute la manera en que la descentralización y la transforma-
ción tecnológica de los procesos de trabajo han permitido el desarrollo de nue-
vos núcleos de expansión económica en países altamente industrializados, en
donde la subcontratación es una importante modalidad. Según la autora, estas
tendencias se acentúan especialmente en los principales centros urbanos nor-
teamericanos —Nueva York y Los Angeles—1 a los cuales ha llegado siempre
una considerable cantidad de inmigrantes. De acuerdo con Sassen, las nuevas
olas migratorias a partir de los setenta y ochenta, con la característica particular
—independientemente del país de origen— de una reducida tradición sindical,
han aportado la mano de obra en todos los niveles de calificación que ha favo-
recido el papel de centros económicos dominantes a escala americana y mun-
dial, de estas dos ciudades. La nueva economía americana de los últimos 20
años se caracteriza por la provisión de trabajos con salarios bajos, que han nu-
trido la industria en impresionante expansión de servicios especializados, de alta
tecnología (microelectrónica) e, incluso, de sectores industriales tradicionales de
bienes de consumo. Es obvio que, tanto en el sector de servicios especializados
como en los cuarteles de las grandes corporaciones internacionales en este tipo
La autora las denomina ciudades globales, en tanto ellas concentran los actividades líderes
que dirigen la economía mundial, Ibid. pp. 126-127. Este fenómeno se extiende a otras ciu-
dades americanas, con alto peso de migrantes, como es el caso de Miami y Houston.
59
Fernando Urrea Giraldo
Por otro lado, las demandas de consumo generadas por estos grupos asalariados de altos
ingresos son una fuente Importante de empleos de servicios no calificados o semicalificados
con bajos salarlos que la misma oferta laboral Inmigrante aporta, con escasa o nula tradición
de organización sindical (Sassen, op. cit.129).
Este sistema fue ampliamente descrito por Marx en El Capital, el capítulo 21, trabajo por
piezas o al destajo, tomo I (Marx, 1977:692-700). El término en inglés utilizado por Marx es
sweating system, según su uso en Inglaterra; o para designar el tipo de establecimiento, sweat-
shop, según el Oxford American Dictionary, «un negocio, especialmente una factoría, que em-
plea trabajadores contratados con muy bajos salarlos y largas Jornadas de trabajo, bajo pobres
(precarias) condiciones (del sitio de trabajo)».
El reciente escándalo —que ha sacudido las relaciones México-Estados Unidos— de la red de
trabajadores mexicanos sordomudos, por supuesto todos Indocumentados, que distribuían
baratijas con el sello de apoyar al sordomudo, en la ciudad de Nueva York, fabricados por los
mismos trabajadores, en condiciones de trabajo y vivienda bastantes precarias, con salarios
60
Globalización, subcontratación y...
muy por debajo del mínimo legal en los Estados Unidos, es un interesante ejemplo de este
fenómeno. Como muy bien lo coloca el diario Le Monde, en su edición del 15 de Agosto de
1997, en el encabezado de la noticia, ¿es mejor ser esclavo en Nueva York o sordomudo en Méxi-
co? (VautTl mleux étre esclave á New York ou sourd-muet á México?).
Así como en Europa la Inmigración ilegal magreblna, turca, y en general de diferentes paí-
ses del Asia, de poblaciones negras de las diferentes ex-colonias francesas, inglesas y portugue-
sas, o de los países del Caribe, al igual que de los países suramerlcanos.
China continental es el mejor ejemplo de la internacionalizaclón de la producción manufac-
turera de las principales compañías americanas, desde las líneas de zapatillas de marca hasta
la producción de computadores. Lo que eran antes Taiwan, Filipinas, Singapur, Malasia, etc.,
la China hoy en día es el espacio de la expansión manufacturera de las multinacionales ame-
ricanas o europeas. En menor grado otros países del Sudeste Asiático están desempeñando es-
te papel, así como algunos de los países centroamericanos y del Caribe.
61
Fernando Urrea Giraldo
Estas modalidades de trabajo se desarrollan para Nueva York en las áreas de la producción
del vestido, zapatillas deportivas, muebles, actividades relacionadas con ventas al por menor
(relail activities) y la electrónica; sin embargo, como dice la autora «... hay una fuerte tendencia
de estar localizado el trabajo informal en áreas densamente pobladas con altísimas cuotas de
62
Globalización, subcontratación y...
térra,18 o el daily labor en Tokio.19 En estas formas casuales de las relaciones la-
borales, se hacen presentes la subcontratación como situación y proceso cada
vez más extendido en múltiples actividades y relacionado con la pérdida de tra-
bajos estables o con trayectorias laborales de por vida en el sector manufacture-
ro, y el crecimiento del sector de producer services, la expansión de las manufac-
turas downgraded, los sweatshops y las industrias domésticas.
Por otro lado, para Sassen los cambios laborales experimentados en ciudades
como Nueva York, Londres o Tokio, desde los años setenta, tienen que ver con
transformaciones urbanas de tipo socioespaclal, entre ellas, el proceso de abur-
guesamiento (gentrification), o cambios en los patrones residenciales, y la apari-
ción de consumos culturales sofisticados alrededor de las áreas centrales de las
ciudades, vinculados con nuevos grupos sociales urbanos con altos niveles edu-
cativos y actividades profesionales. Estos consumos, de una forma u otra, se re-
lacionan con la economía de servicios especializados asociada a la expansión
mundial de una producción manufacturera masiva pero cada vez más diferen-
ciada por el tipo de consumo (pp.326-327) según clases sociales.20
Las tendencias de los últimos años de la acumulación capitalista no sólo han
significado la aparición de una fuerza laboral desregulada de trabajadores no cali-
ficados y semicalificados, en su mayor parte inmigrantes ilegales, incluso disca-
pacitados, sino también la presencia de segmentos de trabajadores altamente ca-
lificados. Sin embargo, según Sassen, «el alto ingreso de los nuevos trabajadores
no es suficiente para explicar la transformación. Otros factores menos visibles
son también determinantes. La nueva cultura del trabajo es ante todo cosmopo-
lita, porque las condiciones objetivas del trabajo tienen una orientación mun-
dial, estando cada vez más envueltas en un contexto de creciente internacionali-
zación en las economías de estas ciudades. El creciente número de mujeres pro-
fesionales jóvenes además ha contribuido a una urbanización de las clases profe-
sionales que la suburbanización típica de las etapas anteriores...» (p.335). En
Inmigrantes... » (p.289).
Como dice la autora, «... Londres ha perdido sus grandes fábricas, muchas de sus grandes
empresas manufactureras no producen más: por el contrario, ellas subcontratan en el extran-
jero o a través de productores domésticos», vía las fly-by-night factories (p.295), o factorías de
trabajo al destajo, que recluían personal femenino y minorías étnicas por períodos estaciona-
les de alta demanda, sin ningún sistema de seguridad social.
19
«El trabajo de por día ha llegado a ser una categoría residual que se ha venido incremen-
tando (en Tokio), constituida por los que fueron despedidos de otros empleos, incluso em-
pleados de oficina, hombres de edad que perdieron sus antiguos empleos, y también Jóvenes
que no han podido conseguir un empleo...(también) el trabajo de por día ha llegado a ser una
modalidad de empleo clave para los inmigrantes ilegales recientes de diversos países asiáti-
cos... »(p.297). Este trabajo de por día se utiliza en la construcción e industrias relacionadas
con ella, y en todo tipo de actividades de servicios especializados (pp.297-298).
Un fenómeno además observable en diversas ciudades latinoamericanas.
63
Fernando Urrea Giraldo
Ai : A „ „!™4I„.. „1 J „ 14 : n Q Q G . I G I 9 1 7 \ „„ „* t..A: ¡ *.
u n a u i i c L u u n 3 i i i i n a i , ci u c x x a i u u g a i i \ Í \ J K J \ J . LU X~L*X I } ra u u u c a t u u i u iccicmc
pero focalizado sobre la ciudad postmoderna o la nueva urbanización. Este autor
también señala las relaciones de los nuevos procesos urbanos de aburguesamien-
to con las tendencias de globalización económica y de consumos culturales
(pp.176-191).
El ascenso de la vulnerabilidad en el e m p l e o
64
Globalización, subcontratación
una posición bien estratégica, no sólo porque ésta, según el autor, es la que
«produce las situaciones extremas a partir de un basculamiento que se produce
en sus fronteras», sino también porque significa una precarización del empleo y
con ello, un debilitamiento del vínculo social de la familia y del contexto fami-
liar. La situación actual —desde el entorno francés— está mostrando cada vez más
la ascensión de la vulnerabilidad, reflejada en los «pequeños trabajos, la alternan-
cia del empleo y de inactividad, las ocupaciones más o menos aleatorias», que de
todas maneras ha sido un común denominador de las sociedades occidentales,
pero que desde la década del setenta se ha venido intensificando (Ibid. pp. 29).
La precarización del trabajo se manifiesta a partir de una vulnerabilidad indivi-
dual y colectiva, mediante formas contractuales totalmente diferentes a los con-
tratos indefinidos que constituían una relativa seguridad y garantías y derechos
laborales estables en el capitalismo del Estado de bienestar, desarrollado a partir
de los años treinta. La alternancia de los individuos en sus vidas laborales entre
empleo y desempleo, a través de trabajos fragmentados que no permiten acumu-
lar una experiencia laboral, especialmente de la población joven, desarticula
cualquier tipo de estabilidad social. Para el autor el tránsito desde la zona de vul-
nerabilidad en el empleo, característico del capitalismo contemporáneo, hacia la
zona de exclusión se amplía haciéndose más transitable para varios segmentos de
la población (pp. 35). En síntesis, la vulnerabilidad individual y colectiva produ-
cida por el cambio del sistema de contratación laboral en el capitalismo contem-
poráneo es la base de las nuevas condiciones de desigualdad social que, incluso,
pueden llevar a un amplio sector de la población a una situación de exclusión,
siendo algunos segmentos de ella más afectados que otros: los jóvenes, las muje-
res, sectores de la antigua población ocupada masculina (cesante), entre los 30 y
50 años, que ya no tienen opción de encontrar un empleo estable. Es interesan-
te advertir que las principales referencias empíricas hechas por Castel son de
Francia y Europa, a partir de los años setenta, y sobre todo las décadas del
ochenta y noventa, pero focalizadas en la fuerza laboral contratada o desemplea-
da bajo las formas convencionales; es decir, se trata de ciudadanos franceses o
de otro país europeo, no de migrantes ilegales (turcos, norafricanos y africanos
de las antiguas colonias de la región del Subsahara, asiáticos, polacos, rumanos,
albaneses, etc.), cuya contratación se hace en otras condiciones, buena parte de
ellos en empleos no demandados por los nacionales de los países respectivos y
con salarios seguramente por debajo del mínimo legal de cada país.23
una precariedad en relación al trabajo y por una fragilidad de soportes relaciónales. Estas dos
variables muchas veces se superponen. Habría, en fin, una tercera zona que se podría deno-
minar zona de exclusión, de gran marginalidad, de desafinación, en la que se mueven los más
desfavorecidos...» (1995:29).
También migrantes con residencia legal y descendientes de migrantes legales de algunas de
65
Fernando Urrea Giraldo
¿Qué tienen que ver ias nuevas formas de contratación laboral dei asalariado
con el fenómeno de la subcontratación para Castel? «La estructura misma de la
relación salarial es la que se pone en cuestión. La consolidación de la condición
salarial (en el capitalismo bajo regulación salarial)... se había apoyado en el he
cho de que al asalariar una persona se hacía cada vez más atando su disponibi
lidad y sus competencias a la larga duración (de la trayectoria laboral), esto con-
tra una concepción más frustrante para el asalariado, que consistía en alquilar a
un individuo para llevar a cabo una tarea específica (capitalismo siglo XIX)... Las
nuevas formas particulares del empleo se asemejan a las antiguas modalidades de
contratación, cuando el estatuto del trabajador no existía frente a las obligacio-
nes del trabajo. La flexibilidad es una manera de designar esta necesidad de ajus-
te del trabajador moderno (contemporáneo) a su tarea... (pero) la flexibilidad no
se reduce a la necesidad de ajustarse mecánicamente a una tarea puntual. Ella
exige que el operario esté inmediatamente disponible para adaptarse a las fluc-
tuaciones de la demanda. Gestión de flujo extendido, producción por enco-
mienda, respuesta inmediata a los azares de los mercados, son convertidos en
los imperativos categóricos de funcionamiento de las empresas competitivas. Pa-
ra lograrlos, la empresa puede recurrir a la subcontratación (flexibilidad externa)
o formar su personal para la adaptabilidad y la polivalencia, con el objeto de en-
frentar toda la gama de situaciones nuevas (flexibilidad interna). En el primer
caso, a las empresas satélites les es confiado la atención de asumir las fluctua-
ciones del mercado.24 Ellas pueden hacerlo a costa de una enorme precariedad
de las condiciones de trabajo y de fuertes riesgos de desempleo. En el segundo
caso, la empresa asume la adaptación de su personal a los cambios tecnológicos.
Pero al precio de eliminar a aquéllos que no son capaces de alcanzar el rango de
las nuevas normas de excelencia» (1996: 402-403).25
66
Globalización, subcontratación y...
Para las nuevas cohortes de trabajadores franceses, para los cesantes de más
de 30 años de edad e, incluso, para los que superan los 50 años la frontera en-
tre estar empleado y desempleado ha desaparecido. Como anota Demaziére
(1995A:117), «actualmente, el lugar del desempleo en las trayectorias individua-
les evoluciona tal como se transforma su lugar en los modos de regulación so-
cioeconómica. Ante todo, los ciclos de vida de los individuos son desordenados:
para los jóvenes el tiempo de inserción profesional se prolonga, para los adultos
la vida profesional se vuelve más incierta y discontinua, para los de mayor edad
los riesgos de quedar cesantes anticipadamente son cada vez mayores. Aún más,
las normas anteriores de empleo y de trabajo se infringen: los excedentes estruc-
turales de mano de obra pronuncian el fin del pleno empleo, las actividades de
trabajo son ejercidas bajo estatutos jurídicos más y más diversificados, las políti-
cas de gestión de edades (laborales) imponen otros modos de categorización de
los trabajadores, etc.».26 Según Castel (Ibid. p.409-410), «el problema actual no
es solamente el de la conformación de una periferia precaria, sino también el de
la desestabilización de los estables. El proceso de precarización atraviesa ciertas zo-
nas antiguamente estabilizadas del empleo... No hay nada de marginal en esta
dinámica. Al igual que el pauperismo del siglo XIX estaba inscrito en el corazón
de la dinámica de la primera industrialización, la precarización del trabajo
(contemporánea) es un proceso central, comandado por las nuevas exigencias
tecnológico-económicas de la evolución del capitalismo moderno...».27
subcontratación), lo cual explicaría en un aspecto para el autor las altas tasas de desempleo y
de mayor precariedad del empleo: «los salarios son menos sostenidos en la empresa, y las ta-
reas menos calificadas son más frecuentemente contratadas externamente a través de un per-
sonal muy vulnerable a la coyuntura» (Ibid. p. 403). Curiosamente los Estados Unidos e In-
glaterra presentan las tasas menores de desempleo en la actualidad, pero la razón tiene que
ver precisamente con que la generalización del empleo precario ha permitido reducir significa-
tivamente la tasa de desempleo abierto nominal, mientras los países europeos, Francia a la
cabeza, aún mantienen un régimen de protección al asalariado que impide este tipo de com-
pensación anglosajona (desempleo por precariedad).
Un interesante estudio sobre la expansión de la condición de desempleado en Francia y su
relación con el nuevo patrón de crecimiento capitalista se encuentra en D'Iribarne, 1990, bajo
el título del desempleo paradójico. Dos estudios clásicos sobre el desempleo son, desde la pers-
pectiva del análisis económico, el de Saláis, Baverez y Reynaud (1986) y, desde la sociología y
de la historia, el reciente y magnífico de Topalov sobre el nacimiento del desempleado entre
finales del siglo XIX y comienzos del XX (1994). Otro estudio comparativo Francia-Inglaterra
en esta temática, escrito por economistas, sociólogos e historiadores franceses e Ingleses, es el
editado por Mansfield, Saláis y Whiteside (1994), sobre las fuentes del desempleo entre 1880-
1914. El texto de Demaziére (1995B) sobre la sociología del desempleo, describe las particula-
ridades de la condición de desempleado en la sociedad francesa contemporánea mostrando
cómo ha sido construida a partir de categoría estadística, con una norma Institucional y un es-
tatuto jurídico.
Según Castel (Ibid. p.436-437), una tendencia ha sido la degradación de la condición sala-
rial, fenómeno observable a partir de los años setenta. Retomando a K. Polany en su obra clá-
sica (1983), Castel señala: «El mercado autorregulado, forma pura del desarrollo de la lógica
67
Fernando Urrea Giraldo
68
Globalización, subcontratación y...
Respecto a los cambios que se presentan en las relaciones salariales y el empleo en el Ja-
pón, son bien Indicativos los artículos periodísticos del Nlhon Kelzal Shimbun, el más presti-
gioso diario económico japonés, aparecidos en Courrier International, el primero en el núme-
ro 314, Noviembre de 1996, el segundo, en el 332, Marzo de 1997. En el primero se advierte
que «las industrias niponas no resisten más la tentación de deslocallzar sus plantas, invocando
el nivel alto de salarios y el impuesto sobre las sociedades en el Archipiélago... En los últimos
tres años, Matsushita Electric Industrial, ha procedido a la suspensión de 4.000 empleos en el
Japón, mientras que en sus filiales extranjeras ha creado más de 20.000. Al mismo tiempo,
cuando sus fábricas en el Archipiélago acusan una baja de producción, las del extranjero pre-
sentan un aumento notable... Los medios de negocios japoneses han hecho el gran salto hacia
69
Fernando Urrea Giraldo
ía mundialización. Aún cuando ellos tengan escrúpulos de privilegiar su propio interés ante
la necesidad de expatriar al igual que los occidentales-, en los hechos, ellos comienzan ¡i per
der el interés por su país» (Courrier International, 314, p.24). En otro comentario del mismo
diario económico se advierte que el japón ha incrementado considerablemente sus Impon i
clones desde otros países asiáticos donde ha deslocalizado una parte de sus industrias, y al (i
nal se Indica: «Mientras los grandes grupos (industriales) aplican una política de reestructura-
ción con el objeto de reducir el personal sobrante, la continuación a la baja de la tasa de nata
lidad de empresas constituirá una amenaza seria para el empleo». En otro comentario en el
mismo diarlo, bajo la autoría de Kazuhlko Yatabe, se anota lo siguiente: «(para el Japón) me-
jor casarse con la mundialización, tal parece ser el deseo principal del país. Todo pasa como si
en el Japón se busca ignorar las consecuencias sociales. La deslocalización, la desreglamenla-
ción y su corolario, el vaciamiento -küdóka en Japonés- del tejido industrial nipón, se man-
tienen como temas económicos que no son retraducidos en términos políticos...» (Ibid. p.24).
En el segundo artículo (Courrier International, 332, p.6), se compara la situación actual del
Japón con la de Inglaterra al fin de la era vlctorlana, una sociedad que no pudo transformar
sus estructuras por haberse dormido en su opulencia como la fábrica del mundo; una preocu-
pación que se encuadra precisamente en el contexto de la globalización.
Además del estudio que se referencia llene otros, algunos en coautoría, en temáticas de la
sociología del trabajo y de la economía laboral, con un especial énfasis en la dimensión terri-
torial.
70
Globalización, subcontratación y...
71
Fernando Urrea Giraldo
Sugestiva expresión del autor para referirse a las firmas que constituyen una red de subcon-
tratos. Cursiva del autor.
72
Globalización, subcontratación y...
menos referido a un proyecto de vida, pero percibido apenas como un contrato mer-
cantil del cual se trata de sacar la mejor partida posible, del lado del empleador como
del empleado. Las convenciones implícitas concernientes a los ascensos en el escala-
fón, el papel de la antigüedad, el equilibrio entre jóvenes y personal adulto de más de
40 años en los colectivos de trabajo son desestabilizados. En la empresa todos los in-
dicios revelan que la antigüedad es un valor que pierde importancia, en términos tan-
to simbólicos como monetarios...» (Ibid. pp.230-231, cursivas del autor). 31
Por otra parte, «la idea de un menor salario al comienzo de la carrera com-
pensado por una garantía futura de ascenso... es cuestionada por un menor
tiempo en la duración de los contratos, a la vez real y subjetivamente anticipada.
Se añade a esto el hecho de que los modos tradicionales de transmisión de los
saberes parecen sencillamente más lentos en relación con los ritmos de innova-
ción en las técnicas y productos, percepción que conduce de alguna manera a
despreciar el papel siempre crucial de la experiencia. Las nuevas contrataciones
de personal son siempre de personal más escolarizado y los niveles de selección
se elevan regularmente. Pero los ascensos por antigüedad evolucionan cada vez
más lentamente, lo cual es decepcionante para los jóvenes (quienes ascienden
menos rápido impidiendo que se queden) como para los viejos (cuya diferencia
salarial con los jóvenes se reduce y muchas veces se invierte)» (Ibid. p.232). De
este modo, según el autor, «la autonomía alabada por los nuevos esquemas de
organización del trabajo es en verdad positiva, pero también desestabilizante y
frustrante cuando ella no se acompaña de una contrapartida (de parte de la em-
presa)... (por tal razón) en forma global el trabajo es sentido como menos nor-
mativizado, pero simultáneamente los asalariados sienten una multiplicación de
las presiones».32 En el m u n d o tradicional de la empresa se podía intercambiar la
73
Fernando Urrea Giraldo
con el cual se Identifican los asalariados) sino, y aquí reside la paradoja de las estrategias de
tipo partlcipativo (en las empresas de punta), sobre un soporte puramente contractual, seme-
jante a la relación cliente-vendedor que se difunde más y más en el seno de las empresas... El
nuevo tipo de lazo social que se instaura se concreta en realidad en una participación -con la
mayor frecuencia limitada en el tiempo -a las necesidades de una empresa confrontada a las
exigencias de desempeño particularmente Imperiosas» (1994:115-116).
La autora se refiere a las prácticas de contratación por fuera del Código de Trabajo francés
que utilizan trabajadores sin papeles o ilegales.
34
Cursivas del autor.
74
Globalización, subcontratación y...
75
Fernando Urrca Giraldo
Entre los sociólogos franceses que últimamente han hecho consideraciones so-
bre los nuevos procesos laborales de desregulación y los fenómenos socioeco-
nómicos y políticos que los acompañan se encuentra Bourdieu quien, a pesar de
no ser una temática en la que haya producido estudios específicos, ni ser soció-
logo industrial o del trabajo, ha emitido más que opiniones y ha presentado,
como pensador social, una interpretación crítica sobre el proceso social en mar-
cha alrededor de términos en boga como globalización, flexibilización, competi-
tividad, productividad en las sociedades europea, americana y, en general, de
otras latitudes. Recientemente en Le Monde Diplomatique (Septiembre de
1997:19), este sociólogo hace un análisis crítico de las supuestas bondades de
los discursos sobre la moneda única del euro, que sostienen la necesidad de
«crear condiciones favorables a un crecimiento durable y la confianza de los in-
versionistas, para lo cual es preciso controlar las finanzas públicas»35 (Op.
cit.p. 19). En realidad el autor presenta un agudo análisis de sociología política
sobre la tendencia dominante alrededor del neoliberalismo y sus efectos sobre el
mundo del trabajo.
Para Bourdieu lo que está en juego es la producción a través de los discursos
neoliberales de una ortodoxia, una evidencia indiscutible, a través de «una serie
de análisis de textos, de lugares de publicación, de características de los autores
de esos discursos, de ¡os coloquios en ios cuales se reúnen para producirlos,
etc., ellos muestran, en Gran Bretaña y en Francia, un trabajo constante, aso-
ciando a los intelectuales, los periodistas, los hombres de negocios, en las revis-
tas que son poco a poco impuestas como legítimas, para establecer como válida
en sí misma una visión neoliberal que, en lo esencial, viste de racionalizaciones
económicas los presupuestos más clásicos del pensamiento conservador de todos los
tiempos y de todos los países» (Ibid. p.19).
Más adelante Bourdieu anota que, poco a poco, se trata de «imponer una vi-
sión neoliberal, de hecho conservadora, que reposa sobre una fe que procede de
otra edad respecto a la inevitabilidad histórica fundada sobre la primacía de las
fuerzas productivas. Y esto no puede ser al azar que las gentes de mi generación
han pasado sin pena de un fatalismo marxista a un fatalismo neoliberal: en los
dos casos, el economicismo que desresponsabiliza y desmoviliza anulando la po-
76
Globalización, subcontratación y...
77
Fernando Urrca Giraldo
Son ellos Fuenlabrada (Madrid); Elda en el país valenciano; Isla Cristina en Andalucía;
Madrid y Asturias.
Como el mismo autor señala y de una manera satírica «Un fantasma recorre Europa...de
78
Globalización, subcontratación y...
79
Fernando Urrea Giraldo
80
Globalización, subcontratación y...
81
Fernando Urrea Giraldo
Como dice el autor, «en términos de la problemática de la regulación... no lodos los países
latinoamericanos tenían mercados laborales regulados... Como han argumentado ciertos auto-
res, el denominado trabajo atípico es lo predominante en América Latina y no los empleos
asalariados y regulados», citando a Dombois y Pries, 1993, (Ibid. p.41).
82
Globalización, subcontratación fe-
83
Fernando Urrea Giraldo
84
Globalización, subcontratación y...
sentido, los procesos de trabajo que operan bajo este modelo tienden a privile-
giar un ordenamiento informal entre el capital y el trabajo, con alta incertidum-
bre para la mano de obra. De esta forma hay aspectos comunes en las tenden-
cias internacionales desregulacionistas observadas en países centrales, Europa y
Estados Unidos, o la misma sociedad japonesa, reseñados en otra parte de este
texto, con los procesos observados en América Latina. Es claro que la subcon-
tratación atraviesa la historia del capitalismo en sus distintas etapas (el caso es-
tudiado por Green para la industria de la confección durante un período de lar-
ga duración), pero lo interesante es su revitalización contemporánea apoyada en
las nuevas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones. La subcontra-
tación en su versión contemporánea, ya sea en los talleres con inmigrantes ilega-
les en una ciudad como Nueva York o las plantas maquiladoras en México o
Centroamérica, tiene que ver con lo que Castillo (1995A:27) comenta, «nos re-
ferimos al cuarto trasero de la fabricación electrónica, con condiciones de trabajo
poco modernas o postfordistas».
Para el sociólogo brasilero Moreira Cardoso (1996: 12-13), en una perspecti-
va analítica común a los de la vertiente francesa, en especial a Castel, detrás de
los cambios en las relaciones laborales observados en América Latina, en parti-
cular en Brasil, lo que estaría en juego son «transformaciones profundas en la
naturaleza del trabajo, principalmente fabril, que delinean lo que pudiera de-
nominarse una transformación en las formas de incorporación del trabajador asa-
lariado a la economía capitalista brasilera contemporánea. Por incorporación
quiero decir las formas por las cuales los trabajadores asalariados encuentran su
lugar no sólo en la estructura productiva, proveyéndose de los medios de super-
vivencia, pero también en la estructura social. Por lo tanto, es un hecho incon-
testable que el vínculo del empleo es uno de los mecanismos de identidad cen-
trales en sociedad. A través de éste, el individuo encuentra sitio en los esquemas
clasificatorios e de identidad que organizan la vida social, adquiere un estatus
específico, gana una relativa autonomía para participar de la sociedad de consu-
mo y del mercado de un modo general...» La vasta literatura sobre la reestructu-
ración productiva permite formular una hipótesis fuerte de investigación respec-
to a una vieja polémica; aquélla en torno a la centralidad del trabajo como cate-
goría analítica. Me parece que las transformaciones en curso en las formas de
producir y en las modalidades de incorporación del trabajador asalariado recolo-
can de modo negativo aquella polémica, en el siguiente sentido: el carácter in-
tensivo en capital y ahorrador de fuerza de trabajo de las nuevas tecnologías y
formas de organización de la producción traen la perspectiva del desempleo al
centro de las angustias y de los proyectos de vida de contingentes enteros de la
población asalariada que tiene en el mundo fabril su objetivo primordial. El
empleo industrial, principalmente el empleo calificado, siempre fue encarado
85
Fernando Urrea Giraldo
como una profesión, en ex seníiuo ue que el individuo era üoíauo ue ciertas Ha-
bilidades distintivas que al mismo tiempo lo calificaban para un cierto tipo de
trabajo y le conferían un estatus social específico.
86
Globalización, subcontratación y...
87
Fernando Urrea Giraldo
BIBLIOGRAFÍA
BARDELLI, Pierre. Le modele de production flexible. Paris: Presses Universiíaires de France, PUF,
1996.
BAYÚN, Cristina y BENSUSÁN, Graciela. "El poder sindical y la reestructuración productiva en
México". En: REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS DEL TRABAJO. Relaciones de Trabajo en
América Latina. México: Alstra, año 2, No. 4, 1996 pgs. 111-138.
BHADURI, Amit y NAYYAR, Deepak. "Le consensus de Washington et la libéralisation de l'économie".
En: REVUE TIERS MONDE, No.150. París: PUF, abril-junio 1997, pgs.295-310.
BORATAV, Korkut. "Impérialisme contre mondialisme: quelques réflexions". En REVUE TlERS MONDE,
No.150. París: PUF, abril-junio 1997, pgs.285-291.
BOYER, Robert. "Le Travail Comrne Source du Lien Social: de L'Emergence á la Crise d'une
Construction Social". En: L' inscription sociale du marché. Textes rasscmblés par Jacob, A et Vérin.
París: H. Editions L'Harmattan, 1995, pgs. 88-93.
BRONSTEIN, A. "La flexibilidad del trabajo en los países industrializados: perfiles de un debate".
En: DOCTRINA, No.153, Vol. XXXII, Montevideo: enero-marzo.
BURNETT, John. Idle Hands. The Experience of Unemployment 1790-1990. London: Ruotledge Edi-
tions, 1994.
CASTEL, Robert. "De la exclusión como estado a la vulnerabilidad como proceso". En: Justice
Sociale Et Inegualités; AFFICHARD, J. y FOUCAULD. París: J.B. Esprit, 1992. pgs. 135-148.
- . De la exclusión como estado a la vulnerabilidad como proceso. En: ARCHIPIÉLAGO, Cuadernos de
crítica de la cultura. No, 21, Revista Trimestral. Barcelona: Verano de 1995, pgs. 27-36.
- . Les mctamorphoses dc la question sociale. Une chronique du salarial. Paris: Editions Fayard, 1996.
CASTILLO, Juan José. "¿A dónde va la sociología del trabajo?". En: REVISTA LATINOAMERICANA
DE ESTUDIOS DEL TRABAJO. Paradigmas de la Sociología del Trabajo. México: Alstra, año 1, No,
1, 1995A, pgs. 13-42.
—. La emergencia de nuevos modelos productivos: fabricando la organización del trabajo del futuro en
España. Texto-borrador, Madrid; 1995B,
- . A la recherche du travail perdu (y de la Sociología capaz de Encontrarlo...). Documento. Paris:
1996.
DEMAZIÉRE, Didier. Le chómage de longue durée. Paris; Presses Universitaires de France, PUF,
1995a.
—. La sociologie du chómage. Paris: Editions La Découverte, 1995b.
DlDRY, Claude: SALÁIS, Robert. "Troubles sur les Produits D' Etat et Écriture des Conventions
Collectives de Travail de 1936". En L' INSCRIPTION SOCIALE DU MARCHÉ. Textes rassembles par
Jacob, A. et Vérin. Paris: H. Editions L' Harmattan, 1995, pgs. 112-136.
D'IRIBARNE, Philipe. Le chómage paradoxal. Paris: Presses Universitaires de France, PUF, 1990.
DOMBOIS, R, y PRIES, L. ¿Necesita América Latina su propia sociología del trabajo? Ponencia presen-
tada al Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo. México: 1993.
FABRE, Gérard. "Le Travail et le Lien Social vers L'émergence de Nouvelles Configurations" en
L'INSCRIPTION SOCIALE DU MARCHÉ. Textes rassembles par Jacob, A et Vérin. Paris; H. Editions
L'Harmattan, 1995, pgs. 71-87.
GREEN, Nancy L. "La main-d' oeuvre immigrée et l'industrie du vétement. Au delá de la culture et du
capital". En: SOCIOLOGIE DU TRAVAIL. No. 2/94. France: 1994, pgs. 165-184.
GULLEMARD, Anne-Marie. "Emploi, protection sociale et cycle de vie: resultáis díune comparaison
Internationale des dispositifs de sortie anticipée díactivité". En: SOCIOLOGIE DU TRAVAIL. No. 3/93,
France: 1993, pgs. 257-284.
HANNIGAN, John A. "The Postmodern City: A New Urbanization?". En: CURRENT SOCIOLOGY.
Vol. 43, n. 1. Oxford: summer 1995, pgs. 152-214.
89
Fernando Urrea Giraldo
90
Globalización, subcontratación y...
VORSPAN, Rachel. Le vagabondage et la nouvelle Loi sur les pauvres en Anglalerre á la fin de I époque
victoriennc et sous le régne d Édouard Vil. En; MANSFIELD. M., R. SALÁIS y N. WH1TESIDE. Aux
sources du chómage, 18801914. Une comparaison interdisciplinaire entre la France et la Grande-
Brctagne. Paris: Belin, 1994, pgs. 41-61.
WATSON, Tony J. "The restructuring of work and employment". En: Sociology, Work and Industry.
London: Routledge Editions, 1995, pgs. 331-372.
91
Subcontratación, reestructuración
empresarial y efectos laborales en la
industria*
Edgar A. Valero J.
El presente análisis hace parte del trabajo de grado que el autor presentó en el Postgrado de
Sociología de la Industria y el Trabajo de la Universidad Nacional de Colombia en septiem-
bre del presente año. La Información base de esta reflexión se obtuvo mediante entrevistas, vi-
sitas de planta y observaciones en 52 empresas industriales del área de Bogotá en donde es
bien conocida la importancia de la subcontratación (ramas de confección, artes gráficas, rae-
talmecánica y autopartes) y en un conjunto de cinco empresas destacadas por su elevada In-
versión, tamaño y antigüedad. Por razones de espacio se Incluye poca Información sobre los
casos analizados, dando prioridad a la presentación de conclusiones.
1
CORCHUELO A. Subcontratación y empleo temporal en la industria manufacturera. Cidse, U.
del Valle. Pág. 35 - 55 mimeo.
92
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
Se puede definir la subcontratación como un acuerdo entre dos partes: una em-
presa o entidad y trabajadores de modo individual u organizados en grupos o en
pequeñas empresas, con el fin de que éstos realicen para la primera un servicio,
un proceso o una fase de la producción. Otros aspectos pueden estar presentes
o no, y varían según el tipo de acuerdo que se aplique; así, por ejemplo, se pue-
de definir el aporte de materias primas, medios de producción, modelos y dise-
ños por alguna de las partes, o el establecimiento de compromisos de exclusivi-
dad, garantía de cantidades mínimas encargadas y grado de independencia del
contratista. Se supone que el subcontratista es un trabajador independiente, sin
acceso directo al mercado final del bien y que el contratante no tiene nexos de
propiedad o administración con el establecimiento que realiza el trabajo.
El empleo de subcontratistas no ha sido nunca un hecho aislado, sino que
se relaciona con procesos más amplios de la industria y el mercado laboral,
93
Edgar A. Valero
94
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
C u a d r o I . Formas de subcontratación.
VARIABLE MODALIDADES
Frecuencia Ocasional.
Permanente.
Por temporadas (previsibles o no).
Calificación del No calificado, p.e., labores simples de empaque, acarreo, clasificación y otras de
trabajador apoyo a la producción.
Calificación especifica, realizadas con equipo que se posee o recibe en préstamo,
p.e., labores exclusivas de la fabricación de calzado, prendas de vestir, productos
plásticos.
Calificación universal, trabajo de oficios, p.e., soldadura, tomo, pintura.
I m p a c t o sobre Desplaza directamente el trabajo estable (se aplica a actividades antes realizadas
el e m p l e o por trabajadores con vinculación directa, los cuales se despiden o se convierten
en subcontratistas).
Desplaza indirectamente el trabajo estable (se aplica sólo a nuevas labores o líneas
de producción de la empresa).
95
Edgar A. Valero
independiente regulada por contrato civil o comercial; del mismo modo, el artí-
culo 32 —que autorizó a empresas con sindicato en el caso que adelanten pro-
yectos para exportar la suspensión por 10 años de la declaratoria de unidad de
empresa entre la sede principal y las nuevas subsidiarias— da vía libre a las co-
nocidas formas de subcontratación mediante establecimientos satélites. A nivel
de gremios empresariales se han promovido relaciones de subcontratación en
metalmecánica, plásticos, productos eléctricos, textiles y confecciones, mediante
un sistema de información y contacto entre las empresas que tienen equipo con
márgenes de capacidad instalada sin utilizar, con el fin de lograr un mejor apro-
vechamiento del parque industrial disponible.
96
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
Mercado de bienes
Para gran número de empresas de las tres ramas analizadas, la demanda se ma-
nifiesta en pedidos de cortas y variadas series; se produce para un mercado es-
trecho, diversificado y, en algunos renglones, muy competido o saturado por un
alto número de productores, de modo que existe la necesidad de lograr rápidos
aumentos o disminuciones en la capacidad productiva ante mercados con alto
grado de incertidumbre y productos de naturaleza variable. En tal sentido, los
ciclos estacionales de alta demanda y los bajones inesperados en el nivel de pe-
didos evitan que se pueda acumular producto, crean gran dependencia de los
compromisos de ventas ya asegurados y exigen adaptabilidad en la planta de
personal. La demanda diversificada, como característica del mercado en las ra-
mas que estudiamos, constituye un importante elemento condicionante de la
subcontratación. Aún empresas con escalas de producción superiores producen
una amplia gama de bienes; sus franjas de producto son estrechas y al mismo
tiempo variables en formas y especificaciones requeridas.
Las empresas más dinámicas en cuanto a innovación tecnológica, producti-
vidad y gestión, seleccionan sus mercados y tienden a la especialización. El tipo
de mercado competitivo, fragmentado y exigente en calidad, tanto como las nue-
vas posibilidades del equipo y las condiciones en que se incorpora, hacen de és-
ta especialización la vía más factible para el desarrollo empresarial, de modo que
La industria gráfica a nivel mundial ha experimentado enormes avances, los cuales repercu-
ten en Colombia a través de la notable importación de maquinaria desde 1975, que tiene sus
más elevadas cifras en 1983, 1986 y 1990. Véase RENTERÍA, Lucía, La dinámica de la industria
de artes gráficas cn el marco de la división del trabajo. Tesis de magister en Economía, Univer-
sidad Nacional, 1993.
97
Edgar A. Valero
Mercado laboral
LÓPEZ, Hugo. El empleo informal urbano en Colombia: un balance de los cambios acaecidos entre
los ochenta y los noventa. Mimeo Cide 1996, cap. 2.; CARO, Blanca L., Evolución del sector in-
formal en Colombia. Bogotá: DNP, 1995.
OIT. "Otros ingresos urbanos: las categorías vulnerables en los países en desarrollo". En: El
trabajo en el mundo, no. 3, cap.6, Nueva Sociedad, 1990.
98
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
SUBCONTRATACIÓN Y FLEXIBILIDAD
99
Edgar A. Valero
100
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
Estas dos formas de flexibilidad son producto del dilema básico que enfren-
taron los empresarios en la reciente crisis: reducir costos laborales o emprender
innovaciones. Aunque en algunos casos predomina uno u otro tipo de flexibili-
dad, generalmente coexisten y sus estrategias suelen combinarse o alternarse, a
pesar de lo cual es factible y provechosa su diferenciación para la comprensión
de los cambios ocurridos en las empresas.12
Si es el factor costos el aspecto orientador, se recurre a toda una gama de
medidas para reducir los distintos componentes de la remuneración o las pres-
taciones, aumentar el tiempo de trabajo, introducir empleo temporal o de tiem-
po parcial, trasladar los centros de producción a áreas de menor regulación y sa-
larios más bajos, disminuir la provisión interna de componentes apelando a
subcontratistas de reducido precio, etc.13
En las medidas de flexibilidad orientadas a la innovación, el énfasis se hace
en el aumento de la productividad a través de esfuerzos en campos como: cam-
bio tecnológico y diseño; adaptación a la nuevas normas de competencia y dife-
renciación de productos en contextos exigentes en calidad y entrega oportuna;
calificación y óptima organización de la fuerza laboral.14
El tipo de opción que llegue a predominar dependerá del carácter de las re-
gulaciones institucionales, sindicalización y estructuras de negociación, tanto en
el nivel nacional como en el de sector económico. Del mismo modo, el perfil de
las relaciones de empleo a nivel de empresa resultará de la interacción de las
presiones externas, las instituciones nacionales, y la elección y estrategia seguida
por los actores determinantes.15
Esta diferenciación de las nociones o sentidos divergentes de la flexibilidad
es un avance substancial dentro de los esfuerzos explicativos del fenómeno y sus
variadas manifestaciones, que supera la aproximación de los primeros estudios
xibilización del trabajo y desregulación laboral. México: Nueva Sociedad, 1990. SENGENBERGER,
W. "Intensificación de la competencia, reestructuración industrial y relaciones de trabajo". En: Re-
vista Internacional del Trabajo, vol. 111, no. 3 de 1992.
PlORE, M. y SABEL, Ch. La segunda ruptura... Op. cit. p. 407. También se distinguen como
estrategias basadas en el valor agregado y estrategias basadas en los costos.
La aplicación de esta idea de flexibilidad tiene por consecuencias los fenómenos de dismi-
nución del empleo sindlcalizado, estable y relativamente bien remunerado, y su reemplazo por
trabajo de tiempo parcial, reducidas garantías y bajos salarios, en un proceso que divide la
fuerza laboral y polariza sus condiciones. Véase HARRISON, B., "The dark sidc of flexible pro-
ducción". En: TECHNOLOGY REVIEW. Mayo-junio, 1994.
Este recurso fue empleado para diferenciar los patrones de relación entre contratantes y
subcontratistas, definiendo modalidades dinámicas por su versatilidad activa y regresivas por
su plegabilidad pasiva. Véase SEMLINGER, K. "Small firms in big subcontrating". En: Technology
and work in Germán industry. 1991, parte VI.
PlORE, M., LOCKE, R. y KOCHAN T. "Reconceptuallzing comparative industrial relations: les
sons from international research". En: INTERNATIONAL LABOUR REVIEW, vol. 134, no. 2, 1995.
101
Edgar A. Valero
En tal sentido, se hablaba de flexibilidad numérica si los efectos recaían sobre el volumen
de trabajadores; funcional u organizativa, si se actuaba sobre tareas, puestos y responsabilida-
des; salarial, cuando resultaba centrada en las retribuciones.
DE LA GARZA, Enrique. "La flexibilidad del trabajo cn América Latina". Ponencia al Congreso
Latinoamericano de Sociología, Brasil, 1997.
102
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
103
Edgar A. Valero
Una definición del impacto que sobre los trabajadores han tenido estas modali-
dades de subcontratación tropieza, en primera instancia, con cierta heterogenei-
dad de situaciones, debido a variadas características económicas, tecnológicas y
organizativas de las unidades económicas, y a la diversidad del componente la-
boral: trabajadores calificados, no calificados, independientes, pequeños empre-
sarios, asalariados de microempresas, etc.
Una de las características de este sector laboral que hace compleja su cuanti-
flcación es la variabilidad, ya que según lo determinen las circunstancias, el es-
tablecimiento puede aumentar su tamaño con miembros de la familia y conoci-
dos de rápido enganche, quedar reducido a la persona del propietario como tra-
bajador por cuenta propia o desaparecer por una temporada. Esta cambiante si-
tuación, en el caso de los subcontratistas, hace que a veces sea indiferente hablar
de trabajadores, talleres o pequeñas empresas.
A pesar de la variedad de situaciones, existen factores comunes a todo el
conjunto de microempresarios y trabajadores por cuenta propia de los casos es-
tudiados; así, muchos de ellos en algún período habían estado vinculados a em-
presas, pero una variedad de circunstancias y motivos como el haber sido retira-
dos de sus puestos, la dificultad de emplearse nuevamente, la edad avanzada y el
deseo de independencia, los había aproximado a su actual actividad.
Las condiciones de los trabajadores no calificados son más asociabies o afi-
nes con impactos desfavorables y débiles posiciones de negociación, en tanto
que la situación del trabajador calificado es en general más cercana a mejores o-
portunidades, autonomía y mayor margen de decisión sobre los términos de su
contratación. A continuación se analizará la situación laboral y los factores de
cambio en las condiciones de estos subcontratistas, considerando primero las
actividades poco exigentes en calificación, y luego los trabajos más calificados.
Dentro de cada grupo, se analizarán las pequeñas empresas y luego los trabaja-
dores individuales.
104
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
105
Edgar A. Valero
En varios países, grupos de presión como los sindicatos, al lado del Estado y los empresa-
rios, han promovido regulaciones para evitar un extremo deterioro en los Ingresos y condicio-
nes laborales. Las medidas pueden incluir la obligación de las empresas a cancelar bonifica-
ciones en los pedidos a cuenta de uso de local, seguro médico, vacaciones, etc., de los trabaja-
dores a domicilio y el impulso a la creación de organizaciones productivas independientes y
cooperativas. SCHNEIDER G., "Trabajadores a domicilio: necesidad de una protección social". En:
REVISTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Vol. 109. no. 3, 1990.
108
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
105
Edgar A. Valero
arbitrariedad de los intermediarios, por ejemplo. Por otra parte, durante las co-
yunturas críticas en que aumentan los pedidos, resulta difícil combinar las ocupa-
ciones del hogar con las exigencias y presiones del trabajo industrial y, además,
es frecuente apelar al esfuerzo gratuito de otros miembros de la familia.18
106
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
Tendencias de cambio
Los planes de capacitación y crédito favorecen una parte muy pequeña del sector microem-
presarial y se han concentrado en el pequeño porcentaje de unidades económicas de 2 a 10
trabajadores, dejando de lado los asalariados y trabajadores por cuenta propia. Entre 1988 y
1991 todas las entidades públicas y las ONG habían capacitado a 149.000 unidades y aumen-
taron levemente su cobertura al pasar de 9% de microempresas asistidas en 1988 a un 19%
en 1993., LÓPEZ H., El empleo informal. Op. cit. cap. IV.
107
Edgar A. Valero
En varios países, grupos de presión como los sindicatos, al lado del Estado y los empresa-
rios, han promovido regulaciones para evitar un extremo deterioro en los ingresos y condicio-
nes laborales. Las medidas pueden incluir la obligación de las empresas a cancelar bonifica-
ciones en los pedidos a cuenta de uso de local, seguro médico, vacaciones, etc., de los trabaja-
dores a domicilio y el impulso a la creación de organizaciones productivas independientes y
cooperativas. SCHNEIDER G., "Trabajadores a domicilio: necesidad de una protección social". En:
REVISTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Vol. 109, no. 3,1990.
108
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
Inicialmente, en esta parte la atención se dirigirá a los efectos sobre las organiza-
ciones sindicales, cuestión que resulta de gran importancia en este grupo de es-
tablecimientos, en donde se encuentra una de las más importantes trayectorias
de tales agremiaciones y una alta capacidad de negociación. Se realizará también
La reforma laboral (Ley 50 de 1990) legitimó con sus trascendentales cambios muchas prác-
ticas de manejo laboral que venían de mucho tiempo atrás, y abrió nuevas posibilidades para
que continuara la transformación de lo que habia sido un esquema de vinculación relativa-
mente estable, especialmente en los sectores más dinámicos de la economía.
WEISS A. La empresa colombiana entre la tecnocracia y la participación. Del taylorismo a la ca-
lidad total. Bogotá: Departamento de Sociología, Universidad Nacional, 1994.
109
Edgar A. Valero
En los últimos años, los empresarios adelantaron por su cuenta toda una transi-
ción a un nuevo modelo de relaciones laborales, ante la cual la mayoría de los
sindicatos se ubicó a la defensiva. Su debilidad y el éxito de las presiones neutra-
lizadoras patronales les han quitado toda posibilidad de evitar el sistemático
desmonte de un esquema con relativa estabilidad y garantías. El proceso ha
avanzado de tal forma que los sindicatos no aceptan las reformas, pero pueden
hacer muy poco para evitarlas. En la generalidad de los casos, no existen las
condiciones y la disposición en los sindicatos para expresar el interés obrero
aceptando la existencia de un nuevo marco de factores determinantes de las rela-
ciones laborales, para así contribuir y participar en la conformación de un con-
texto distinto de relaciones entre el capital y el trabajo.
Las organizaciones sindicales han visto reducir su nivel de afiliados al mismo
ritmo que se producen los recortes de personal de producción y aumentan las
tareas asumidas por contratistas particulares. Por ello se expresa un fuerte recha-
zo a los cambios que reducen el empleo directo y quitan capacidad de presión a
los sindicatos, en la medida que partes esenciales del funcionamiento productivo
quedan fuera de su control, disminuyendo la capacidad de parálisis completa en
caso de cese de actividades.
A pesar de que éstas agremiaciones conservan una importante capacidad de
presión e incidencia sobre el rumbo de las empresas, su oposición a la vincula-
ción de subcontratistas y a otros cambios en la política de personal sólo ha teni-
do logros parciales. En algunos casos ha conseguido evitar la extensión de la
subcontratación a determinadas áreas, limitar su número, de forma que han he-
cho más lento el proceso pero no lo han evitado. En actividades fácilmente eje-
cutables por particulares, como en los transportes y servicios internos, el relevo
de trabajadores directos ha sido total no obstante el desacuerdo sindical.
Si bien se expresa oposición a los cambios en la política de personal y al in-
cremento de subcontratistas, no se observaron acciones efectivas al respecto, ni
siquiera en el caso en que ocurre la salida de trabajadores directos a través de
negociaciones individuales forzosas. Respecto al despido masivo, se ha tenido
más capacidad de resistencia, principalmente en el esfuerzo por fijar las más fa-
110
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
111
Edgar A. Valero
¿Nuevas oportunidades?
112
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
113
Edgar A. Valero
En relación con los efectos e implicaciones que estos programas conllevan para
los trabajadores independientes y microempresarios vinculados, el carácter rela-
tivamente reciente de estos procesos y su lenta difusión entre los trabajadores y
establecimientos proveedores, no permite una definición clara.
En general se puede decir que se crean algunas condiciones para la mejora
en la situación de trabajadores independientes, empleados y pequeñas empresas
en la medida en que comienzan a ser considerados componentes de la cadena
productiva y que se quieren integrar y armonizar dentro de objetivos de eficien-
cia y productividad. En varias de las empresas que aplicaban estas nuevas estra-
tegias, se tenían planes y se daban los primeros pasos para un análisis y clasifi-
cación de proveedores que condujeran a su capacitación e integración estable en
programas de abastecimiento de componentes.
La observación de varios casos permite afirmar que una vez seleccionado el
proveedor por su disposición a la innovación y eficiencia, la nueva forma de
114
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
CONCLUSIONES
115
Edgar A. Valero
116
Subcontratación, reestructuración empresarial y...
117
Género, globalización y
reestructuración productiva
Luz Gabriela Arango
118
Género, globalización y...
del trabajo, referida tanto a la separación entre trabajo doméstico y trabajo pro-
ductivo, como a la segmentación por sexo del mercado de trabajo.
Posteriormente, las críticas al estructuralismo y a la ciencia moderna que se
desarrollan a partir de la década del setenta también afectan los análisis e inter-
pretaciones sobre el trabajo femenino. Uno de los ejes de esta crítica se encuen-
tra en la concepción del sujeto que rompe con la visión moderna del sujeto ra-
cional y las dicotomías entre sujeto consciente y sujeto alienado que hacían parte
de los discursos sobre la clase obrera y sobre las mujeres. Se valora entonces la
subjetividad, la experiencia histórica y situada de los sujetos, y se pone en evi-
dencia la heterogeneidad tanto de la clase obrera como de las mujeres. El centro
de la crítica epistemológica feminista a las ciencias sociales es el haber erigido en
modelo universal al varón. Este androcentrismo explica el porqué las mujeres y
otros grupos de trabajadores con características sociales que no corresponden al
modelo masculino —jóvenes, negros, minorías étnicas— son vistos como margi-
nales o como versiones deficientes del modelo.
Más recientemente, Elda Guerra (1988), refiriéndose a los paradigmas inter-
pretativos con los cuales se ha analizado el trabajo femenino, menciona dos
grandes tendencias. La primera corresponde a un análisis desde la debilidad o
especificidad de la mujer en el mercado de trabajo en relación con el modelo la-
boral masculino: empleada en puestos poco calificados, con salarios bajos, sin
estabilidad y no sindicalizada... En esta primera tendencia se encuentran des-
cripciones estadísticas sobre la segmentación del mercado de trabajo por sexo,
análisis cualitativos de la presencia femenina en el mercado laboral y estudios
sobre las características de las trayectorias laborales femeninas y masculinas. La
segunda corriente interpretativa reúne investigaciones sobre la subjetividad y el
comportamiento, la identidad de género en el trabajo y la heterogeneidad de las
experiencias laborales de sujetos ubicados en distintos contextos de interrela-
ción. Esta segunda corriente pretende dar cuenta de la complejidad de la expe-
riencia femenina y reevaluarla, cuesüonando el modelo de la debilidad y postu-
lando un análisis de la experiencia de trabajo como sexualmente connotada.
Este desplazamiento teórico no es ajeno a la difusión del concepto género y a
la reorientación de los estudios centrados en la problemática del trabajo femeni-
no hacia una problemática relacional y cultural de género. Si bien el concepto
está en desarrollo, según lo han señalado teóricas como Joan Scott (1990), Tere-
sita de Barbieri (1996), Marta Lamas (1994), introduce por lo menos tres di-
mensiones de análisis: las relaciones sociales de género —en donde se ubica la
división sexual del trabajo-, la construcción cultural y simbólica de lo femenino
y lo masculino, y las subjetividades femeninas y masculinas. El estudio de la
masculinidad y de las relaciones inter-género e intra-género en el ámbito del tra-
bajo son todavía escasas. La mayoría de los estudios recientes que recurren al
119
Luz Gabriela Arango
120
Género, globalización y...
121
Luz Gabriela Arango
122
Género, globalización y...
123
Luz Gabriela Arango
Buena parte de los debates actuales de la Sociología del Trabajo giran en torno a
la crisis del modelo fordista en dos grandes ámbitos: por una parte, la crisis del
Estado de Bienestar en los países industrializados y la entronización del mercado
como instrumento básico de regulación social y, por otra parte, el surgimiento
de un nuevo sistema industrial que se basaría en la integración de tareas, el em-
pleo de una mano de obra calificada, la formación de redes de subcontratación
entre empresas con base en relaciones horizontales y cooperativas. Como lo se-
ñalan Leite y Aparecido da Silva (1995), este sistema —llamado especialización
flexible por Piore y Sabel (1984), producción ligera por Womack et al. (1992); sis-
tema-red por Hoffman y Kaplinsky (1988)- se caracterizaría «por la superación
de la organización fordista del proceso de trabajo y su sustitución por una nueva
forma de organización basada en la implicación de los trabajadores en los obje-
tivos empresariales». Leite y da Silva hacen una lectura crítica de estas teorías,
mostrando cómo estos autores generalizan abusivamente al conjunto de la eco-
nomía, tendencias observadas en algunos sectores muy particulares como la in-
dustria automotriz. Su enfoque, excesivamente optimista, se limita a considerar
aspectos técnicos y económicos, ignorando los factores políticos, sociales y cultu-
rales, y minimizando los problemas sociales que le acompañan. Las investiga-
ciones de los últimos años han mostrado la inexistencia de un nuevo patrón
productivo único y universal, al documentar una gran variedad de experiencias
en función del país, el sector o la empresa, en donde se combinan taylorismo y
especialización flexible. Uno de los temas que domina en los discursos apologé-
124
Género, globalización y...
125
Luz Gabriela Arango
126
Género, globalización y...
zontal que concentra a las mujeres en los servicios —especialmente los servicios
personales y el servicio doméstico— y en el caso de la industria en sectores con-
siderados femeninos como las confecciones. Los estudios latinoamericanos de los
últimos años (Valdes y Gomariz 1995; Abreu 1995, Amagada 1994 entre otros)
coinciden en señalar algunas tendencias del mercado laboral en los ochenta y
los noventa, como son el aumento sostenido de la participación femenina, una
distribución desigual de hombres y mujeres en la estructura ocupacional, una
creciente vinculación de las mujeres al empleo asalariado, con ingresos clara-
mente inferiores a los masculinos a pesar del incremento visible del nivel educa-
tivo de las mujeres que alcanza o supera al de los hombres. Los procesos de
globalización y la reestructuración productiva se producen en el marco de seg-
mentaciones laborales preexistentes que pueden ser reforzadas o transformadas
por las nuevas formas de trabajo. La noción de segmentación o segregación la-
boral requiere algunas precisiones y se hace indispensable evitar la idea de una
separación tajante entre grupos ocupacionales. Dolors Comas d'Argemir (1995)
distingue dos tipos de segregación laboral: una segregación horizontal presente
cuando «determinado grupo de personas se concentra mayoritariamente en un
número relativamente pequeño de ocupaciones y se encuentra total o parcial-
mente ausente de las demás» (57), y una segregación vertical cuando la
«concentración de determinados grupos se produce en los niveles ocupacionales
inferiores, en tanto que otros se reparten por todas las categorías o se sitúan só-
lo en las superiores» (57). La segregación laboral nunca es absoluta y sólo puede
hablarse de tendencias y de grados de segregación. Por otra parte, ésta no es en
general el resultado de restricciones explícitas o de formas abiertas de discrimi-
nación, sino que responde a un conjunto de factores que derivan de los valores
sociales, las expectativas y capacidades de las trabajadoras, las características
ocupacionales y la lógica laboral. A nivel conceptual, la segmentación laboral se-
gún el género, la raza o la etnia, remite a las interrelaciones entre los procesos
culturales y sociales de construcción de la diferencia y los procesos económicos y
sociales de asignación de las personas a las distintas ocupaciones que componen
el mercado laboral. «Las creencias y estereotipos sobre el carácter humano y sus
diferencias se incorporan a la lógica laboral como uno de sus elementos consti-
tutivos. No se trata de factores añadidos, sino que se hallan en el corazón mis-
mo del sistema, contribuyendo a reproducirlo como un sistema segmentado y
jerarquizado.» (Comas d'Argemir 1995:64). Es importante recordar que el em-
pleo en América Latina se compone en porcentajes muy altos de ocupaciones
informales. A comienzos de los noventa, dos de cada cinco mujeres ocupadas en
las zonas urbanas lo hacían en empleos por cuenta propia o como familiares no
remuneradas de baja calificación o como empleadas domésticas, con importan-
tes diferencias según los países (Valdes, Gomariz, 1995). Por otra parte, el traba-
127
Luz Gabriela Arango
El supuesto enriquecimiento del trabajo que traerían consigo las nuevas formas
de producción no es una realidad sino para un núcleo reducido de trabajadores,
como lo han puesto en evidencia investigaciones recientes: Wood (1989, (ilada
por Leite y da Silva) señala cómo la reestructuración productiva significa un tra-
bajo más rico y cualificado para los hombres, al tiempo que se degradan las
condiciones de trabajo de las mujeres, «las cuales estarían sufriendo intensifica-
ción en los ritmos, rutinización de las tareas, descualificación y aumento de con-
trol» (13). Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos de
Francia, la proporción de mujeres que trabajan en líneas de montaje ha aumen-
tado, mientras que la de hombres ha disminuido. Del mismo modo, va crecien-
do la proporción de mujeres asalariadas sometidas a ritmos de trabajo impues-
tos mientras decrece en el caso de los hombres (Volkof, 1991, citado por Leite y
da Silva). Los nuevos modelos productivos suponen una redefinición de las cua-
lificaciones y habilidades requeridas por los trabajadores, otorgándole importan-
cía a la responsabilidad directa del obrero con la calidad, a su capacidad de co-
municación, facilidad para el trabajo en grupo, flexibilidad en el trato con las
personas. A pesar de que estas habilidades han caracterizado comportamientos
considerados como típicamente femeninos, ello no ha repercutido en un mayor
reconocimiento y remuneración para las mujeres. (Hola y Todaro, 1992) En un
nivel discursivo, lo femenino ha sido integrado en forma creciente, llegando a
referirse, por ejemplo, a una gerencia andrógina pero esto no ha transformado
significativamente la división sexual del trabajo en las empresas, ni la subvalora-
ción del trabajo femenino en los distintos niveles. La caracterización del trabajo
femenino como simple y descualificado sigue generando discriminación, al no
considerar las habilidades caracterizadas como naturales en las mujeres como la
128
Género, globalización y...
129
Luz Gabriela Arango
Una de las dimensiones del agotamiento o sustitución del modelo fordista que
ha sido poco estudiada es la que atañe a la crisis del modelo de proveedor mas-
culino. Hay que recordar que la política particular de Ford en su fábrica de De-
troit incluye la preocupación por la reproducción de la fuerza de trabajo. De allí
que en su programa de salarios altos —el famoso salario de cinco dólares diario—
que implantó en la segunda década de este siglo, superando los niveles salariales
de la época, iba dirigido exclusivamente a los hombres para estimular el incre-
mento de su productividad y lo acompañaban un conjunto de exigencias sobre
el uso del mismo. Los obreros debían observar un comportamiento moral fuera
de la fábrica, limitando el consumo de alcohol, y sus familias empezaron a ser
objeto de vigilancia por parte de la empresa. El llamado modelo fordista está in-
disolublemente ligado a una noción implícita del obrero normal, entendido co-
mo varón proveedor y padre de familia, siendo su complemento obligado la mu-
jer ama de casa. Sobre este esquema se montan los sistemas de seguridad social,
130
Género, globalización y...
los discursos sindicales y buena parte de sus lógicas reivindicativas que incluyen
la defensa del salario familiar. El modelo otorga a las mujeres un lugar periférico
en el mercado de trabajo y actúa como un fuerte legitimador de la noción del sa-
lario femenino como complementario, noción cuya persistencia explica en bue-
na medida los desniveles salariales entre hombres y mujeres. El modelo impone
una norma familiar y excluye, entre otras, las opciones de pareja no heterosexua-
les. María Patricia Fernández-Kelly (1994) sostiene la tesis de que el orden eco-
nómico que reposaba sobre el modelo de trabajador varón proveedor y el coro-
lario de la mujer como encargada del trabajo doméstico, ha sido transformado
por la globalización económica durante las últimas tres décadas. De acuerdo con
su tesis, la concentración de la producción industrial en los países centrales des-
de el siglo XIX y el incremento correlativo de los salarios reales, resultado de la
movilización de los trabajadores —fundamentalmente varones—, condujo a una
crisis de rentabilidad que estimuló el cambio tecnológico y la relocalización in-
dustrial. El traslado de segmentos de la producción a países subdesarrollados
permitió a los empleadores aprovechar los enormes diferenciales salariales y li-
mitar el alza de salarios en los países desarrollados. El mismo fenómeno ayudó
a los inversionistas a evitar las tarifas sindicales y los salarios comparativamente
altos de los países desarrollados y obtener beneficios derivados del empleo de
mano de obra poco costosa en los países subdesarrollados. Numerosos gobier-
nos de Asia, América Latina y el Caribe proporcionaron incentivos para desa-
rrollar zonas de industria para la exportación y maquiladoras en las cuales mi-
llones de trabajadores, fundamentalmente mujeres, ensamblaron productos para
el mercado mundial. Desde este punto de vista, la globalización y la feminiza-
ción de la fuerza de trabajo industrial tuvieron efectos de redisciplinamiento de
la fuerza de trabajo en una gran escala. A pesar de su creciente importancia co-
mo trabajadoras remuneradas, las mujeres siguen asumiendo la mayoría de las
tareas del hogar, especialmente en el cuidado de los niños. La redefínición de
los roles de género ocurre en un contexto con pocas evidencias de que los hom-
bres hayan aumentado su participación en el trabajo doméstico. La transforma-
ción de las percepciones culturales sobre la obligación exclusiva de las mujeres
de encargarse del trabajo doméstico están relacionadas con transformaciones en
la producción que tienden a atomizar la fuerza de trabajo. El cambio se dirige
hacia una comprensión colectiva de que cada persona, hombre o mujer, debe
asegurar su propio mantenimiento. Los análisis sobre el impacto de la crisis en
las estrategias familiares en América Latina (Benería 1992, González de la Roche
1995 Amagada 1994), confirman que el deterioro de los ingresos masculinos
redundan en una intensificación del trabajo doméstico de las mujeres y una pro-
longación de las jornadas dedicadas a esas tareas. En ese sentido, la caída de los
salarios y el creciente desempleo no solamente obligan a multiplicar los provee-
131
Luz Gabriela Arango
dores en el hogar sino que este último debe suplir bienes y servicios que las fa-
milias adquirían anteriormente en el mercado. De acuerdo con González de la
Rocha (1994), la familia se convierte en un amortiguador de la protesta social al
limitar los efectos negativos de la crisis mediante una intensificación del trabajo
remunerado y no remunerado de los miembros de la familia, en particular de
las mujeres y los niños. La individualización de la fuerza de trabajo con base en
las nuevas definiciones de género comportó la promesa para las mujeres de una
independencia económica y personal, así como de una mayor igualdad entre los
sexos. Pero, como lo indica el caso de la industria maquiladora, la creciente
igualdad entre hombres y mujeres parece ser la resultante de un deterioro de las
condiciones de trabajo de los hombres y no solamente de una mejora en las
condiciones de las mujeres. El trabajo remunerado se ha convertido en una ne-
cesidad para las mujeres pero no va acompañado ni del acceso a un salario de
proveedora ni de una reducción de su trabajo doméstico. La desregulación labo-
ral y el creciente abandono de responsabilidades con respecto a la reproducción
de los trabajadores por parte de las empresas y del Estado, tiende a convertir en
norma para la mayoría de los trabajadores lo que fueron las condiciones propias
del trabajo femenino y de otros sectores sociales discriminados desde el siglo pa-
sado.
ALGUNAS PERSPECTIVAS
132
Género, globalización y...
133
Luz Gabriela Arango
BIBLIOGRAFÍA
ABRAMO, Laís. "Políticas de recursos humanos y modernización productiva". En: TODARO, Rosal-
ba y RODRÍGUEZ, Regina (editoras). El trabajo de las mujeres en el tiempo global. Santiago de Chi-
le: Isis Internacional y CEM, 1995. Pp. 41-78.
ABREU, Alice Rangel de Paiva. "América Latina: Globalización, género y trabajo". En: TODARO,
Rosalba y RODRÍGUEZ, Regina (editoras). El trabajo de las mujeres en el tiempo global. Santiago de
Chile: Isis Internacional y CEM, 1995. Pp. 79-92.
—."Traballio a domicilio e relacóes de género: as costuraras externas no Rio dc Janeiro". En: ABREU,
Alice y SORJ, Biia (compiladoras). O trabalho invisível. Estudos sobre trabalhadores a domicilio no
Brasil. Brasil: Rio Fundo Editora, 1993. Pp. 43-61.
APPAY, Béatrice., "Social Prccarisatlon and Stratcgic Power". Blelefield, Germany: XlIIth World Con-
gress of Sociology, 18-23 July, 1994.
ARRIAGADA, Irma. "Políticas sociales, familia y trabajo en la América Latina de fin de siglo", IV
Conferencia Iberoamericana sobre Familia, vol. 1, 1997. Pp. 7-44.
—. 1994, "Transformaciones del trabajo femenino urbano". En: Revista de la Cepal, pp. 91-110.
BENERÍA, Lourdes. "Aprender de América Latina: Luchas de mujeres por la subsistencia". Ponen-
cia Ucla, 27-29 de febrero, 1992.
Nancy Fraser incluye dentro de las actividades de cuidado ias actividades domésticas de man-
tenimiento del hogar y preparación de alimentos, el cuidado de los niños, los ancianos, los
enfermos...
134
Género, globalización y...
BENERÍA, Lourdes. "La globalización de la economía y el trabajo de las mujeres". En: BUSTOS,
Beatriz y PALACIO, Germán (comp.). El trabajo femenino en América Latina. Los debates en la dé-
cada de los noventa. México: Universidad de Guadalajara e Usa, 1994. Pp. 49-76.
BENERÍA, Lourdes, "Toward a greater integration of gender in economics". En: WORLD DEVELO
PMENT. Nov. Vol. 23. No. 11, 1995. Pp. 18391851.
—, y ROLDAN, Marta. Las encrucijadas de clase y género. Trabajo a domicilio, subcontratación y dina
mica de la unidad doméstica en la ciudad de México. México: El Colegio de México y FCE. (la ed.
en inglés 1987), 1992.
BILBAO, Andrés. Obreros y ciudadanos. La desestructuración de la clase obrera. Editorial Trotta y
Fundación 1° de Mayo, 1993.
BUSTOS, Beatriz. Mujeres, hogar e industria en el suroeste de Colombia. México; Universidad de
Guadalajara, 1994.
CARRILLO, Jorge, (comp.). Reestructuración industrial. Maquiladoras en la frontera México-Estados
Unidos. México; Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1989.
COMAS D'ARGEMIR, Dolors. Trabajo, género, cultura. La construcción de desigualdades entre hombres
y mujeres. Icaria: Instituí Cátala d Antropología, 1995.
DA SILVA BLASS, Leila M. "Género y Trabajo: trayectorias de una problemática". En: Sociología
del Trabajo 25, nueva época, otoño, 1995. Pp. 55-70.
DE BARBIERI, Teresita. "Certezas y malentendidos sobre la categoría género". En: GUZMÁN STEIN,
Laura y PACHECO OREAMUNO, Gilda (comps.). Estudios básicos de derechos humanas iv. IIDH,
comisión de la unión europea, 1996. Pp. 47-84.
DE SOUSA SANTOS, Boaventura. "Hacia una concepción multicultural de los derechos humanos",
en Análisis Político, Iepri UN, No 31, may/ago, 1997. Pp. 316.
EDWARDS, R. Contested Terrain. The Transformation Of Work In The Twentieth Century. London:
Heineman, 1979.
ELSON, Diane. "Appraising Recent Developments In The World Market For Nimble Fingers: Accumula
tion, Regulation, Organisation". En: CHHACHHI, A. y PlTTIN, R. (eds) Confronting State, Capital
and Patriarchy: Women Organizing the Process of Industrialisation. Macmillan: 1995.
FERNANDEZ-KELLY, María Patricia. "Industrias para la exportación y costos sociales; Asia y frontera
México-Estados Unidos". En: CARRILLO, Jorge (comp.). Reestructuración industrial. Maquiladoras
en la frontera MéxicoEstados Unidos. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1989.
Pp. 125-182.
—. Political Economy And Gender In Latin America: The Emerging Dilemmas. Working Paper Series.
Woodrow Wilson International Center for Scholars, 1994.
-."Mexican Bordcr Industrialization, Female Labor Forcé Participation And Migration". En: NASH, Ju-
ne y FERNANDEZ-KELLY, María Patricia (eds.). Women, Mcn, And The International División Of
Labor. New York: State University ofNew York Press, 1983a. Pp. 205-223.
- . For we are sold, I and my people. Women and Industry in Mexico's Frontier. USA State University
ofNew York, 1983b.
FRASER, Nancy. lusticia interrupta. Reflexiones críticas desde la posición "postsocialista'. Bogotá: Siglo
del Hombre Editores, Universidad de los Andes, 1997.
GLADDEN, Kathleen. "La reestructuración industrial, el subcontrato y la incorporación de la fuerza
de trabajo femenina en Colombia". En: BUSTOS, Beatriz y PALACIO, Germán (comp.). El trabajo
femenino en América Latina. Los debates en la década de los noventa. México: Universidad de Gua-
dalajara e Usa, 1994. Pp. 171-192.
GODINHO DELGADO, Maria Berenice. "Sindicalismo latinoamericano: o difícil diálogo entre mulheres
e homens". En: PORTÉELA DE CASTRO, Maria Silva y WACHENDORFER, Achin (coord.). Sindica
135
Luz Gabriela Arango
lismo latinoamericano: entre la renovación y la resignación. Nueva sociedad, lides-Fes (brasil), 1995.
Pp. 149-160.
GONZÁLEZ DE LA ROCHA, Mercedes. "Grupos domésticos de Guadalajara. Análisis diacrónico de
su organización antes y durante la crisis económica". En: BUSTOS, Beatriz y PALACIO, Germán
(comp,). El trabajo femenino en América Latina. Los debates en la década de los noventa. México:
Universidad de Guadalajara e lisa, 1994. Pp. 295-311.
GUERRA, Elda. "El trabajo de las mujeres: modelos interpretativos para comprender el presente e
imaginar el futuro". En: Sociología del Trabajo, Nueva época, Número 3, primavera, 1988. Pp. 3-
15.
HERNÁNDEZ, Helena de la Paz. "Mujer, industria y región. Las obreras del dulce en Tlajomulco de
Zúñiga, Jalisco". En: BUSTOS, Beatriz y PALACIO, Germán (comp.). El trabajo femenino en Améri-
ca Latina. Los debates en la década de los noventa. México: Universidad de Guadalajara e lisa,
1994. Pp. 215-240.
HOFFMAN, K. y KAPLINSKY, R. Driving Forcé: The Global Re estructuring of Technology. Labour and
Investment in the Automobile and Components Industries. Londres: Westview Press, 1988.
HOLA, Eugenia y TODARO, Rosalba. "La reproducción de la discriminación en la empresa moder-
na". En: FlLGUEIRA, Nea (comp). Mujeres y trabajo en América Latina. Madrid: Grecmu-Iepala,
1993. Pp. 119-164.
KERGOAT, Daniéle. "Les absentes de l'histoire". En: Guy-Patrick Azémar (org) Ouvriers, ouvriéres. Un
continent mórcele et silencieux. Paris: Editions Autrement, Serie Mutations No. 126, 1992.
KERGOAT, Daniéle e HlRATA, Helena. "Rapports sociaux de sexe et psychopatologie du travail". En: C.
Dejours (dir.). Flaisir et souffrance dans le travail. Paris: Cnrs, 1987.
KOPINAK, Kafhryn. "Gender as a Vehicle for the Subordination of Women Maquiladora Workers IN
México". En: Latín American Perspectives. Issue 84. Vol. 22. No. 1. Winter, 1995. Pp. 30-48.
LAMAS, Marta. "Usos, dificultades y posibilidades de la categoría género". Documento inédito.
LEITE, Marcia de Paula y APARECIDO DA SILVA, Roque. "La Sociología del Trabajo frente a la re-
estructuración productiva: una discusión teórica". En: Sociología del Trabajo 25, nueva época,
otoño, 1994. Pp. 3-28.
LlM, Linda. "Capitalism, Imperialism, and Palriarcliy: The Dilemma of Thlrd World Women Workers
ln Multinational Faetones". In: J. NASH and M.P. FERNÁNDEZ-KELLY, (eds.) Women, Men, and the
International División of Labor. Albany: Suny Press, 1983. Pp. 70-91.
LOVESIO, Beatriz. "Las trampas del sexo". En: FlLGUEIRA, Nea (comp). Mujeres y trabajo en Améri-
ca Latina. Madrid: Grecmu-Iepala, 1993a. Pp. 165-196.
—. "Ventajas comparativas" de las mujeres ante el proceso de reconversión productiva. En: Ponencia pre-
sentada al 1er Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo. México: 1993b.
MARUANI, Margare!. "Sociología del empleo: una investigación en las fronteras de la empresa".
En: Sociología del Trabajo, Nueva época, No.4, otoño, 1988. Pp. 67-79.
PEÑA SAINT MARTIN, Florencia. "El trabajo industrial domiciliario. Reflexiones a partir de un es-
tudio de caso en Mérida, Yucatán". En: BUSTOS, Beatriz y PALACIO, Germán (comp.). El trabajo
femenino en América Latina. Los debates en la década de los noventa México. Universidad de Guada-
lajara e ILSA. 1994. Pp. 193-213.
PlORE, Michael y SABEL, Charles. The Second Industrial Divide. New York. Basic Book, 1984.
QUINTERO RAMÍREZ, Cirila. La sindlcalización en las maquiladoras lijuanenses. México: Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, 1990.
ROLDAN, Marta. 1995. "Nuevos procesos de trabajo y jerarquías de género en los 90". En:
TODARO, Rosalba y RODRÍGUEZ, Regina (editoras). El trabajo de las mujeres en cl tiempo global.
Santiago de Chile: Isis Internacional y CEM. Pp. 11-40.
136
Género, globalización y...
—."Un debate pendiente: Reconversión industrial, desregulación y nuevos procesos de trabajo fle-
xibles' en el contexto latinoamericano de los 90. ¿Hacia una perspectiva sensible al género?". En:
BUSTOS, Beatriz y PALACIO, Germán (comp.). El trabajo femenino en América Latina. Los debates
en la década de los noventa. México: Universidad de Guadalajara e lisa, 1994. Pp. 101-137.
- . "La mujer en América Latina: el impacto del cambio socioeconómico". En: BUSTOS, Beatriz y
PALACIO, Germán (comp.). El trabajo femenino en América Latina. Los debates en la década de los
noventa. México: Universidad de Guadalajara e Usa, 1994. Pp. 49-76.
- . "Women and Industrialisation in the Caribbean". En: STITCHER, Sharon y PARPART, Jane L.
(eds.). Women, Employment and the Family in the International División of Labor. USA: Temple
University Press, 1991. Pp. 72-97.
SCOTT, Joan. "El género, una categoría útil para el análisis histórico", en James AMELANG y Mary
NASH (eds) Historia y Género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea. Valencia: Edi-
ciones Alfons el Magnánim, 1990. Pp. 23-58.
STODDARD, Ellwyn. Maquila: Assembly Plants in Northern México. El Paso: Texas Western, 1987.
TlANO, Susan. Patriarchy On The Line. Labor, Gender, And Ideology In The Mexican Maquila Indus-
try. Philadelphia: Temple University Press, 1994.
TILLY, Charles. "Scholarly Controversy: Global Flows Of Labor And Capital. Globalization Threatens
Labor's Rights". International Labor and Working Class History, No. 47, Spring, 1995.
VALDES, Teresa y GOMARIZ, Enrique (coord.). Mujeres latinoamericanas en cifras. Tomo comparativo.
Chile: Instituto de la Mujer, Ministerio de Asuntos Sociales de España y Facultad Latinoameri-
cana de Ciencias Sociales, Flacso, 1995.
VOLKOF, S. "As pesquisas francesas sobre as condicoes de trabalho: dos métodos ao resultado" (mimeo),
1991.
WALLERSTEIN, Immanuel. "Scholarly Controversy: Global Flows Of Labor And Capital. Globalization
Threatens Labor's Rights". International Labor and Working Class History, No. 47, Spring, 1995.
WOOD, S. "The Transformation of Work". En: S. WOOD (Comp.) The Transformation of Work?,
Londres: Unwin Hyman, 1989.
WOMACK ET AL. "A máquina que mudou o mundo". Rio de Janeiro: Editora Campus, 1992.
137
El empleo femenino en el estilo de
desarrollo neoliberal
La industria electrónica en el occidente de México
INTRODUCCIÓN
La división sexual del trabajo presupone y define roles de género que son reto-
mados en el desempeño de la actividad productiva bajo el modelo neoliberal.
Este modelo mantiene y reproduce la segregación salarial y ocupacional de las
trabajadoras (Solis 1995).
La política laboral neoliberal presupone para su desarrollo la utilización de
fuerza de trabajo femenina. Sin embargo, la creciente incorporación de la mujer
al mercado de trabajo no significó el mejoramiento de sus condiciones de traba-
jo y de calidad de vida, así como tampoco el desempeño de labores altamente ca-
lificadas y remuneradas (Solis 1995: 233-42).
La ideología patriarcal predominante en la sociedad mexicana se vio reforza-
da por la nueva política laboral al presuponer que el trabajo de la mujer es sólo
138
El empleo femenino-
una ayuda. De esta manera, se justifica que el salario de la mujer sea un com-
plemento al deteriorado salario masculino; que se emplee en puestos de bajo sa-
lario; que acepte hacer cualquier trabajo, descalificado, por destajo, a domicilio,
de medio tiempo; que tenga que hacer esfuerzos extraordinarios para demostrar
sus capacidades y profesionalismo; que siga responsabilizándose del trabajo do-
méstico (ibid.).
La creciente participación de la mujer en actividades extradomésticas en los
modelos económicos de sustitución de importaciones y neoliberal ha sido tal vez
la principal transformación en la vida social y económica de México. Sin em-
bargo, es conveniente distinguir por lo menos tres tendencias en la participación
femenina: 1. La de mujeres con mayor educación y en movimiento hacia la con-
quista de igualdad entre los géneros; 2. Aquellas mujeres impulsadas hacia el
mercado de trabajo por el agobio de la situación económica; y 3. La combina-
ción entre la necesidad de generar ingresos y el deseo de reivindicación del gé-
nero femenino.
Si bien los discursos oficiales apuntaban hacia u n desarrollo sostenible, en-
tre 1989 y 1992 eran claros los resultados del nuevo modelo económico que
apuntaban hacia una mayor desigualdad. Cortés (1996) señala que en los años
de aplicación del estilo de desarrollo neoliberal se ha observado un rápido pro-
ceso de polarización en la distribución del ingreso de los hogares con un distan-
ciamiento claro de los polos (Cortés 1996:25). El ingreso se ha acumulado en
los hogares con mayor ingreso, mientras que en los hogares más pobres se ha
disminuido. El modelo de eficiencia del estilo de desarrollo neoliberal está aso-
ciado a niveles crecientes de pobreza y desigualdad, sin que hasta hoy se vislum-
bren cambios (ibid.:44).
La población ha tenido que responder (para subsistir) al estilo de desarrollo
neoliberal, integrándose intensivamente a la fuerza de trabajo (ibid.:42). Es im-
portante subrayar que quieres se han integrado —formando la barrera de con-
tención— son los trabajadores condicionados o no plenos, es decir, aquellos que
no tienen la posibilidad, por sus características individuales y la asignación so-
cial de roles, de integrarse como trabajadores plenos a actividades extradomésti-
cas. Las mujeres, niños, ancianos y minusválidos forman u n colchón para el es-
tilo de desarrollo y acumulación neoliberal (Bustos 1997).
ANTECEDENTES
139
Beatriz Bustos
140
El empleo femenino...
Existe consenso en torno a que el modelo de sustitución de importaciones está desde hace
tiempo en crisis; sin embargo, no lo hay respecto a la existencia de un modelo que lo sustitu-
ya plenamente. Sí se acepta la aparición de fuertes tendencias que se han denominado neolibe-
rales (de la Garza 1995:197-202).
141
Beatriz Bustos
142
El empleo femenino...
mujer tiene un papel importante en el desarrollo de las NFE, ya que una gran
proporción de mujeres en América Latina y el resto del mundo se ocupa en este
tipo de empleos.
Las NFE se han analizado desde diferentes posturas. Los sindicatos argumen-
tan que dichas estrategias las utiliza el capital para facilitar la flexibilización de la
producción desprotegiendo a los trabajadores y haciendo más precario el em-
pleo, sobre todo de mujeres (Wahsner 1985, Dragendorf y Heering 1988).
Por otra parte, grupos de feministas ven estas nuevas tendencias del empleo
femenino como una forma en que las mujeres idealizan a la mujer moderna, es
decir, combinan sus planes profesionales con sus responsabilidades de mujer-
madre (Eckart 1990, Geissler y Pfau 1988, Geissler y Oechsle 1990). La incor-
poración de la mujer bajo las NFE se ha caracterizado como una forma de inte-
gración de ésta a la nueva dinámica económica, la cual dentro de su proceso de
transformación excluye en gran parte a la mujer del empleo estándar (Pfau-
Efíinger 1994).
Sin embargo, cabe señalar que las diferencias culturales de cada sociedad y
las dinámicas económicas locales, modifican fuertemente esta tendencia.
Son varios los enfoques teóricos que se han ocupado del análisis de la ex-
pansión de las NFE:
a. De acuerdo con el enfoque institucional, 4 la expansión de formas de em-
pleo no estándar ayuda a aligerar el desempleo, al tiempo que brinda la oportu-
nidad a las grandes compañías para ejecutar sus estrategias de flexibilización a
expensas de los trabajadores. Analistas feministas de las NFE acuden a este en-
foque para subrayar las desventajas que traen a las mujeres dichas políticas.
Como proveedoras adicionales y trabajadoras con poca representación, las mu-
jeres son vulnerables en el mercado de trabajo y son las principales víctimas de
la flexibilización. Así, las NFE son vistas como una nueva forma de excluir y dis-
criminar a las mujeres en el mercado de trabajo (Móller 1987, Ravaioli 1987).
b. Otro enfoque, el estructuralista, apunta a que el adelgazamiento del Esta-
do benefactor y el desempleo han llevado a que cada vez más trabajadores, espe-
cialmente las mujeres, traten de mejorar el ingreso familiar con alguna forma de
empleo no estándar. Críticas a este enfoque señalan que se considera a la mujer
como una víctima pasiva de las estructuras e instituciones, y no como sujetos ac-
tivos que eligen entre las opciones que se les presentan.
143
Beatriz Bustos
146
El empleo femenino-
mujer tiene un papel importante en el desarrollo de las NFE, ya que una gran
proporción de mujeres en América Latina y el resto del mundo se ocupa en este
tipo de empleos.
Las NFE se han analizado desde diferentes posturas. Los sindicatos argumen-
tan que dichas estrategias las utiliza el capital para facilitar la flexibilización de la
producción desprotegiendo a los trabajadores y haciendo más precario el em-
pleo, sobre todo de mujeres (Wahsner 1985, Dragendorf y Heering 1988).
Por otra parte, grupos de feministas ven estas nuevas tendencias del empleo
femenino como una forma en que las mujeres idealizan a la mujer moderna, es
decir, combinan sus planes profesionales con sus responsabilidades de mujer-
madre (Eckart 1990, Geissler y Pfau 1988, Geissler y Oechsle 1990). La incor-
poración de la mujer bajo las NFE se ha caracterizado como una forma de inte-
gración de ésta a la nueva dinámica económica, la cual dentro de su proceso de
transformación excluye en gran parte a la mujer del empleo estándar (Pfau-
Effinger 1994).
Sin embargo, cabe señalar que las diferencias culturales de cada sociedad y
las dinámicas económicas locales, modifican fuertemente esta tendencia.
Son varios los enfoques teóricos que se han ocupado del análisis de la ex-
pansión de las NFE:
a. De acuerdo con el enfoque institucional,4 la expansión de formas de em-
pleo no estándar ayuda a aligerar el desempleo, al tiempo que brinda la oportu-
nidad a las grandes compañías para ejecutar sus estrategias de flexibilización a
expensas de los trabajadores. Analistas feministas de las NFE acuden a este en-
foque para subrayar las desventajas que traen a las mujeres dichas políticas.
Como proveedoras adicionales y trabajadoras con poca representación, las mu-
jeres son vulnerables en el mercado de trabajo y son las principales víctimas de
la flexibilización. Así, las NFE son vistas como una nueva forma de excluir y dis-
criminar a las mujeres en el mercado de trabajo (Móller 1987, Ravaioli 1987).
b. Otro enfoque, el estructuralista, apunta a que el adelgazamiento del Esta-
do benefactor y el desempleo han llevado a que cada vez más trabajadores, espe-
cialmente las mujeres, traten de mejorar el ingreso familiar con alguna forma de
empleo no estándar. Críticas a este enfoque señalan que se considera a la mujer
como una víctima pasiva de las estructuras e instituciones, y no como sujetos ac-
tivos que eligen entre las opciones que se les presentan.
143
Beatriz Bustos
Bajo esta modalidad, la empresa se vale de una agencia de empleo para abastecerse de traba-
jadores, los cuales no tendrán una vinculación directa con la empresa. La agencia se encarga
de pagar el salarlo y prestaciones al trabajador. Es muy común que esta modalidad se combi-
ne con la contratación temporal.
Esta modalidad desplaza parte de las tareas de producción hacia el domicilio o vivienda del
trabajador, desvinculando así al trabajador de la empresa.
El contrato temporal o por tiempo definido es común en empresas que tienen altas y bajas
en su producción. Al término del contrato se liquida al trabajador y de ser conveniente para
la empresa, se contrata de nuevo.
Cockburn (1981) señala que las diferencias de género y correspondientes relaciones de do-
minio y subordinación se crean en el trabajo y en el hogar paralelamente.
144
El empleo femenino...
Este programa se creó al finalizar el Programa de Braceros para brindar empleo a la pobla-
ción que quedaba desempleada y se mantenía en la frontera en espera de trabajo en los Esta-
dos Unidos.
Término utilizado para denominar la industria de subcontratación para ensamble de pro-
ductos extranjeros, la cual no paga aranceles de importación sino sólo impuestos por el valor
agregado.
145
Beatriz Bustos
146
El empleo femenino...
147
Beatriz Bustos
la calificación del personal técnico, los salarios son sumamente bajos en compa-
ración a otros países. Señala González (1997) que mientras en Japón el personal
técnico gana un promedio de USD 21.04 por hora y en Taiwán USD 5.86, en
México gana USD 1.50 por hora.
Pero la productividad y la calidad no responden exclusivamente al desempe-
ño del personal técnico calificado, interviene también la mano de obra manual,
la cual responde a criterios de calidad y productividad señalados por las transna-
cionales, además de ser abundante y de menor costo. Esta situación hace su-
mamente costeable la operación de las compañías transnacionales en México. La
mano de obra empleada por la industria electrónica de la ZCG es mayoritaria-
mente femenina y, a diferencia de la industria electrónica del norte donde se ha
dado en los últimos años un proceso de varonización, se mantiene feminizada.
El abastecimiento de mano de obra no ha sido un problema para la indus-
tria electrónica, pues su abundancia responde a la necesidad de los hogares de
escasos recursos por enviar o mantener en el mercado de trabajo al mayor nú-
mero de proveedores posibles para asegurar la subsistencia.
La utilización de mano de obra femenina en la electrónica de la ZCG se da
bajo preceptos y valores de la cultura local, vale decir, patriarcal. Así, se conside-
ra a la mujer como proveedora complementaria, dócil, con destreza manual para
tareas delicadas, con poca o nula iniciativa de organización sindical, además de
ser fácilmente sustituible17 y abundante. La rutinización y baja polivalencia justi-
fican para la industria electrónica que la mujer sea una mano de obra barata.
Sin embargo, los atributos de género y valores culturales constituyen un factor
de peso en la evaluación que dicha industria —así como el mercado de trabajo-
hace de las mujeres económicamente activas.
Si consideramos el volumen de mujeres que emplea la industria electrónica
en la ZCG, resulta muy conveniente el costo de la misma: por ejemplo, la Phi-
lips (antes Lucent o ATyT) empezó el año con 3 mil trabajadores, ahora tiene
9.600; la IBM tiene 6 mil trabajadores y terminará el año próximo con 9 mil
(González 1997), de los cuales aproximadamente el 80% son mano de obra fe-
menina dedicada al ensamble manual de componentes electrónicos.
Con el fin de expandir el potencial de mano de obra femenina, las empresas transnaciona-
les han ensanchado el perfil de las trabajadoras; ahora su edad está entre los 16 y 40 años y el
estado civil no es tan Importante. El nivel educativo sí tiende a subir a secundarla (9 años)
como mínimo (Delgado 1997).
148
El empleo femenino...
149
Beatriz Bustos
sica y social) asignado y asumido por la mujer, pero tampoco permite la cons-
trucción de trabajadoras plenas.
4. Las modalidades de NFE no tienen que ver únicamente con un modelo de
desarrollo ineficiente, sino también con la cultura local, la cual se refuerza al rea-
firmar los roles femeninos y masculinos en el hogar. La mujer trabajadora vincu-
lada mediante las NFE al mercado de trabajo es dependiente del proveedor prin-
cipal del hogar, lo cual mantiene el esquema de dependencia de la mujer. En el
caso de mujeres jefes de hogar se ha observado que constituyen hogares con ma-
yores dificultades económicas, dando paso al fenómeno conocido como femini-
zación de la pobreza (Peña 1995).
5. Mientras en sociedades industrializadas las NFE han sido consideradas
como una opción del individuo por ganar espacios a voluntad, las NFE en Amé-
rica Latina se muestran como un factor en el proceso de precarización del em-
pleo.
6. A pesar de los cambios organizativos y de políticas que favorecen la con-
tratación de personal femenino, ia industria electrónica del occidente de México
no ofrece ninguna ventaja específica al género.
7. El estilo de desarrollo neoliberal en México está lejos de ser un modelo de
desarrollo para todos (Pozos 1996). Mientras a nivel financiero y macroeconó-
mico muestra avances y crecimiento, la clase trabajadora se ve cada día más des-
protegida debido al constante adelgazamiento del gasto social (educación, salud,
vivienda), y al persistente deterioro del salario real.
8. Vale preguntar si la generación y reproducción de puestos de trabajo bara-
tos y desprotegidos es la única modalidad posible para atraer inversión extranje-
ra productiva. De ser así, México al igual que otros países latinoamericanos en-
frentan una situación de desventaja semejante a la mujer trabajadora: subordina-
ción y precariedad.
9. Es de vital importancia profundizar en el análisis de las implicaciones de
las NFE en el género femenino. Es necesario indagar hasta qué punto las NFE
son producto de las estrategias del capital, o hasta dónde pueden ser parte de la
elección de la mujer por involucrarse activamente en las esferas de lo productivo
y lo reproductivo, esto es seguir dominando el último y ganar espacios en el
primero.
BIBLIOGRAFÍA
ARGUELLES, Antonio. El nuevo modelo de desarrollo económico. Textos para el cambio No. 13. Méxi-
co, D.F.; Editorial Miguel Ángel Purrüa, 1994.
ARROYO, Jesús et al. "Apertura económica y mercados de Trabajo en el Occidente de México". Re-
porte de investigación., Universidad de Guadalajara: 1997.
DE BARBIERI, Teresita. "La Mujer", Demos 2, carta demográfica sobre México. México DF: 1989.
150
El empleo femenino...
BENERÍA Y ROLDAN. The Crossroads of Class and Gender. Industrial Homework, Subconlractlng, and
Household Dynamics ln México City. The University of Chicago Press, 1990.
BUSTOS, Beatriz. Mujeres, Hogar c Industria. Un estudio en el Suroccidente de Colombia. Guadalajara:
Editorial Universidad de Guadalajara, 1993.
—. Familia y división sexual del trabajo cn la ZMG. Borrador de tesis doctoral. 1997.
CARRILLO, Jorge y HERNÁNDEZ, Alberto. Mujeres fronterizas en la Industria maquiladora. México
D.F.: Cefnomex, 1985.
CARRILLO, Jorge (Coord.). Mercados de trabajo en la industria maquiladora de exportación. Síntesis de
Investigación. Tijuana, BC: Sría. de Trabajo y Prev. Soc. y Eolef, 1991.
CORTÉS, Femando y RUBALCAVA, Rosa. Autoexplotadón forzada y equidad por empobrecimiento: la
distribución del Ingreso familiar en México (1977T984). México D.F.: El Colegio de México, Jorna-
das, núm. 120. 1991.
CORTÉS, Fernando. "La distribución del Ingreso de los hogares mexicanos vis a vis los modelos de
desarrollo". Guadalajara: Mimeo presentado en coloquio de investigación, Doctorado en Ciencias
Sociales, UdeG/Ciesas, mayo de 1996.
DELGADO, Yolanda. "Empleo Femenino y Reorganización Productiva y Laboral en la Industria Ma-
quiladora establecida en Guadalajara. El Caso de la AT&T". Tesis de Maestría en Ciencias Socia-
les. Universidad de Guadalajara, 1997.
DOMBOIS, R. y PRIES, L. Trayectorias laborales de trabajadores de Puebla y Bogotá. México, D. F.: lo.
Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo, Noviembre, 1993.
DRAGENDORF R. y HEERING, W. Beschaefligungsfoerderung durch Flexibllisierung. Dynamik befrlsteler
Beschaefllgungsverhaeltinisse ln del Bundesrepubllk Deutschland, Frankfurt/NewYork, 1988.
DURAN, ] Manuel y PARTIDA, Raquel. "La intemaclonalización del capital y nuevos procesos de
trabajo en la región occidente de México". En: SALAMA et al, 1995.
ECKART, C. Der Preis der Zeit. Eine Unteersuchung der Interessen on Frauen an Teilzeltarbcit. Frank-
furt, New York: 1990.
ELSON, J. y PEARSON, J. "La última fase de la Intemaclonalización del capital y sus Implicaciones pa-
ra el Tercer Mundo". En: Estudios sobre la mujer. SPP, México: 1982.
FERNÁNDEZ-KELLY, Patricia. For We are Sold, I and my people. Women and Industry in Mexico's Fron-
tler. Suny. Albany: 1983.
FERNANDEZ-KELLY, P. y SASSEN, S. "Recastlng Women In the Global Economy: Internationalization ad
Changlng Definltions of Gender". Working Paper # 36. Russell Sage Foundation, 1993.
GEISSLER, B. y OECHSLE, M. Lebensplanung ais Ressource Im Individuallsierungsprocess, Sonder-
forschungsberelch 186, Arbeitspapier No. 10, Bremen: 1990.
GEISSLER, B. y PFAU, B. Frauenforderung mittels Arbellszeitverkürzung • Eln Modell der positlven
Diskriminlerun von Eltern Im Erverbsleben. En: WSI-Mlttellungen, H. 7, Bremen: 1988.
DE LA GARZA, Enrique. "Estilo de desarrollo y nuevos patrones de relaciones laborales" en
SALAMA, Piere et al Las nuevas políticas de ajuste en América Latina. Tomo I Globalización del ca-
pital, reestructruación productiva y empleo. UdeG/Cemca, Guadalajara: 1995.
GLADDEN, Kathleen. "La reestructuración Industrial, el subcontrato y la incorporación de la fuerza
de trabajo femenina en Colombia" en BUSTOS y PALACIO (Comps). El trabajo femenino en Améri-
ca Latina. UdeG, ILSA, Guadalajara: 1994.
GONZALEZ-ARECHIGA, Bernardo y BARAJAS, Rocío. Las maquiladoras: ajuste estructural y desarrollo
regional. Tijuana, México: Colef/Fundaclón Friedrich Ebert, 1989.
GONZÁLEZ, Mercedes. Los recursos de la pobreza. Familias de bajos ingresos en Guadalajara. Guadala-
jara: El Colegio de Jalisco/Ciesas/SPP, 1986.
—. "Economic crisis, domestlc rcorganlzation and women's work in Guadalajara", Ucsd, La Julia: Ciesas,
1988.
GONZÁLEZ, Luis M. "A la caza de los hombres de la electrónica" en periódico Público, Martes 18
de Noviembre, Guadalajara: 1997.
HUMPHREY, John. Gender and Work ln the Third World. Sexual Dlvisions ln Brazilian Industry. Lon
donTavistock Publicalions, 1987.
151
Beatriz Bustos
MAYOR, Alberto. Etica, trabajo y productividad cn Antioquia. Bogotá: Universidad Nacional de Co-
lombia, Tercer Mundo Editores, 1987.
MÜLLER, C. Ungeschülzle Bcschaftlgung. En: WSI-Mitteilungen, H. 5, Westfalen: 1987.
NASH, J. y FERNÁNDEZ-KELLY, P. (eds.). Women, Men and Ihe International División of Labor. Suny.
Albany: 1983.
LlPIETZ, Alain. Mlrages et Mlraclcs. Problémes de l'industrialisation dans le tier monde. París: Editions
la découverte, 1985.
DE OLIVEIRA, Orlandlna. "Empleo femenino en México en tiempos de recesión económica: tenden-
cias recientes". En: CüOPER et al Fuerza dc trabajo femenina urbana en México, Vol. I, México
D.F.: Miguel Ángel Porrúa, Unam, 1989.
PAHL, R. Edward. División of Labour. Oxford: Basil Blackwell Ltd. 1984.
PARTIDA, Raquel. "La reestructuración tecnológica en México: el caso de la IBM". En: REV. DE
COMERCIO EXTERIOR, Vol. 47, Núm. 8, agosto: México D.F: 1997.
PEÑA, Florencia. Women, work and family: The case of the garment workers in Merlda, Yucatán. PhD
Dissertation, University of Florida, 1994.
PFAU-EFFINGER, Blrgit. Modernisation, Culture And Part Time Employment: The Example Of Finland
Adn West Germany. En: WORK, EMPLOYMENT AND SOCIETY, Vol. 7 No. 3, 1993.
- . The Gender Contract and Parttlme Pald Work by Women • A Comparative Perspective. En: DUNCAN,
Simón (ed.). Spatial Divlslons of Patrlarchy ln Western Europe. Special Issue of ENVIROMENT AND
PLANNING, 1993b.
- . Womens work and New Forms of Employment in Germany. En: KOISTINEN y OSTNER (eds.) Wo
men and Markets. Finland: University of Tampere, 1994.
RAVAIOLI, C. Die beldcn seiten des lebens. Hamburg: Von der Zeitnot zur Zeitsouveráritat, 1987.
ROBERTS, Bryan.Clties of pesants. Beverly Hills: Sage, 1978.
SAFA, Helen. "Runaway Shops and Femele Employment: The Searcli for Cheap Labor". SlGNS, vol. 7
no. 2, 1981.
-. "Urbanlzation, the Informal Economy and State Policy in Latin America". En: Smith and Feagin, Op.
cit, 1987.
SAFA, Helen. "Women and Induslrialisallon in the Caribbean". En: STICHTER S. y PARPART J. (Eds.).
Employment and the Family ln the International División of Labour. London: Macmlllan, 1990.
SOLIS, Ana. "Neoliberalismo y flexibilización de las relaciones laborales en México (19821991)".
En: SALAMA et al, 1995.
SELBY, Henry et al. La familia en el México urbano. México D.F.: Conaculta/University of Texas
Press, 1994.
STANDING, Guy. "Global Feminlzation Ihrough Flexible Labor". En: WORLD DEVELOPMENT, Vol.
17, No. 7, Pergamon Press, Great Britain; 1989.
STICHTER, Sharon y PARPART Jane. Women, employment and the family ln the International división of
labour. London: Macmlllan International political economy serles, 1990.
STICHTER, Sharon. "Women, Employment and the Family: Curren Debates". En: STICHTER y
PARPART (Eds). Op. cit., 1990.
TOURAINE, Alain. "Modernidad y especificidades culturales". REV. INTERNACIONAL DE CIENCIAS
SOCIALES, vol. 40, núm. 118, París: diciembre, 1988.
TRUELOVE, Cynthia. "Disgulsed Industrial Prolctarlans ln Rural Latín America; Women's Informal
Sector Factory Work and the Social Reproduction of Coffee Farm Labor ln Colombia". En: WARD,
Kathryn. Women Workers and Global Restructuring, Ithaca, NY: ILE Press, 1990.
TUIRAN, Rodolfo. "Familia", en Demos 6 carta demográfica sobre México, México D.F.: 1993.
WASHNER, R. "Neue Arbeitsplaetze durch mehr Zeitarbeit? en Wahsner R Ed., Arbeltsrecht nac der
"Wcnde", Hamburg: 1985.
152