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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE COMERCIO Y


ADMINISTRACIÓN
UNIDAD SANTO TOMAS

³TENDENCIAS ECONÓMICAS GLOBALES´


?   PALACIOS VÁZQUEZ JUAN
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³CRISIS Y DEVALUACÍON
SEXENIO DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO´

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GONZÁLEZ RODRÍGUEZ DULCE VIRIDIANA

    
MENA ORTIZ LETICIA LIZBETH

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VALADEZ JIMÉNEZ ALEJANDRA
NÚÑEZ GONZÁLEZ ZAIRA OLIVIA

       
RÍOS BONILLA MIGUEL ÁNGEL

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El presente trabajo de investigación contiene un análisis de algunos de los aspectos más


relevantes acontecidos durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, periodo que va
de 1982 a 1988.

Se describe el modelo de desarrollo económico, se analiza y explica el comportamiento


del PIB relacionándolo con los datos de población, inflación y empleo que se obtuvieron
mediante estudios realizados por instituciones como el INEGI.

Así mismo se explica por un lado la relación que existió durante dicho sexenio entre el
gobierno mexicano y el sector empresarial y por otro la relación entre el gobierno con el
sector externo. Y se analiza un aspecto económico de gran influencia e impacto: el tipo de
cambio, que hasta nuestros días sigue provocando cierta inestabilidad económica.

Y por último se describe la forma en la que todos estos aspectos descritos con
anterioridad han sido un factor determinante en la situación económica que vivimos
actualmente.

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Durante periodos anteriores México y algunos otros países latinoamericanos siguieron


una política de industrialización basada en la sustitución de importaciones. Esta política
consistía en proteger a los productores locales por medio de aranceles y cuotas de
importación o, en algunos casos, por medio de la prohibición de importar productos
extranjeros. A partir del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) se
empezaría a cambiar el modelo económico de México.

A partir de 1982 se estableció El modelo neoliberal, que permanece hasta nuestros días,
el cual pretendía la reducción del gasto público, bajar las tasas de inflación, lograr una
estabilidad financiera y fortalecer el ahorro interno (no gastar lo que no se tiene hasta
tener una fuente de recursos sana). Se propuso reemplazar al Estado y sustituirlo por uno
fuerte y eficiente. De ahí en adelante, las empresas nacionales serían las encargadas de
reactivar e impulsar la economía. De esta manera, sin mucha intervención del estado, se
fue eliminando barreras al comercio exterior al disminuir el proteccionismo.
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Durante el sexenio se tuvo una tasa del 0% la cual provoco 6 millones de mexicanos
desempleados, sin embargo tendríamos que citar algunas características del sexenio
anterior, ya que Miguel de la Madrid recibió el país en pésimas condiciones.

José López Portillo, presidente de 1976 a 1982, y su famosa frase $  


  

     
  él continuó con la política de gastar mucho más de lo que el
gobierno tenía como ingreso. Al parecer, López Portillo pensaba que algunos nuevos
yacimientos petroleros que fueron descubiertos a principios de1978 y los altos precios del
crudo le permitían un alto nivel de gasto público y endeudó fuertemente al país.
Como podemos observar en la tabla el año de 1981 se cierra con un crecimiento del
8.5a% y numéricamente es una buena cifra, sin embargo el crecimiento fue a costa del
endeudamiento que había ocasionado las malas decisiones de López Portillo.

El nivel de endeudamiento era fatal, por el hecho de que en 1982 el país tuvo que pagar
14,000 millones de dólares por concepto de intereses de la deuda, lo que representaba
casi la mitad de las exportaciones de bienes y servicios de esa época.

Como consecuencia de lo anterior el PIB decreció 0.5 por ciento en 1982 y a.5 por ciento
en 198a. La inflación promedio que se registró de 1977 a 1982 fue de a5.7 por ciento.
Para rematar su sexenio López Portillo nacionaliza la banca.

La inflación en 1982 era de 98.9 por ciento el crecimiento económico era negativo, la
deuda pública era muy elevada y no se tenía acceso al crédito externo porque se dejó de
pagar la deuda externa.

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El gobierno intentó arreglar la situación disminuyendo el déficit fiscal y renegociando la


deuda externa tanto pública como privada, para ayudar a las empresas y que no cayera
demasiado el empleo. El déficit público fue menor de 198a a 1985 pero repuntó en 1986.
El problema fue que los precios del petróleo se desplomaron, la mezcla mexicana de
exportación pasó de 24.6 dólares por barril en noviembre de 1985 a 8.6 en julio de 1986.
Las exportaciones petroleras cayeron de 14,767 millones de dólares en 1985 a 6,a07 en
1986.

El país no pudo recuperarse en ese sexenio de la herencia de Echeverría y López Portillo.


El PIB creció únicamente 0.a por ciento en promedio de 198a a 1988. La inflación
tampoco pudo ser controlada y promedió 86.7 por ciento.

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En 1987, el crecimiento económico volvió a ser negativo y la inflación repuntó de 6a.7 por
ciento en 1985 a 105.8 por ciento en 1986. Esta sería la segunda crisis de fin de sexenio.
Podemos entender que teníamos una economía estable y el gran problema surgió a partir
de la deuda, esa situación que se ha venido arrastrando es lo que hasta ahora nos limita
en muchísimas situaciones pues vemos .como año tras año disminuye el poder
adquisitivo, hay mucho desempleo y la inflación crece exponencialmente.
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José López Portillo nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder. Como
resultado, la inflación subió a un promedio de casi 100% cada año, el desempleo creció a
15% entre 198a y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias
gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas. Para resolver tales problemas,
emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de Desarrollo,
estableció a nivel constitucional un sistema de planificación democrática y más
importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así
como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; durante
su gobierno se privatizaron muchas empresas públicas El gobierno tenía participación en
1,155 empresas en 1982, cinco años después la cifra se redujo a 617. En 199a, el sector
público conservaba sólo 258 empresas. En 1982 el 100 por ciento de las importaciones
requerían un permiso previo, en 199a sólo el 5 por ciento lo requería.

El sistema bancario se volvió a descentralizar también durante ésta época de una forma
extraoficial. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el a,100 por ciento de
devaluación del peso), se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los
diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los
precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no
aumentarlos, la deuda exterior sobrepasaba los 80.000 millones de dólares y el sistema
financiero estaba en virtual bancarrota por la caída de los ingresos de exportación y la
fuga de capitales.

El flamante mandatario mantuvo por el momento el intervencionismo financiero y


monetario y anunció un plan anti crisis de diez puntos que incidía en la austeridad y la
recuperación de la liquidez, y que postergaba la recuperación de la inversión, el consumo
y el crecimiento. En líneas generales, dicho plan consistió en recortes en el gasto público,
inversiones selectivas en actividades productivas y creadoras de empleo, subidas de los
tipos de interés con el objeto de atraer los capitales financieros, alzas impositivas y
tarifarias, y eliminación de subvenciones de productos básicos de la cesta de la compra.

También, retomó el diálogo con los acreedores internacionales para reescalonar el


servicio de la deuda y obtener un empréstito de 5.a00 millones de dólares; a cambio, el
Gobierno sistematizó sus medidas de ajuste con el denominado Programa Inmediato de

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Reordenación Económica (PIRE), presentado en enero de 198a. La cascada de iniciativas
presidenciales incluyó la promulgación, el a0 de mayo de 198a, del Plan Nacional de
Desarrollo (PND), que, con el aval del FMI, sustituyó al PGD de 1980 y supuso una
confirmación de la fe en las políticas estatistas y planificadoras como garantes del
desarrollo a largo plazo.

La petrolización de nuestra economía, el enorme crecimiento de nuestra deuda externa y


la profunda crisis que sacudió al país a principios de la década de los 80, durante el
gobierno de José López Portillo, sirvieron de extraordinario pretexto a los neoliberales
para empezar a aplicar en México las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y
del Banco Mundial (BM).

Esos organismos financieros al servicio del imperialismo norteamericano, aprovechando


la situación de crisis creada por ellos mismos al propiciar una política generalizada de
endeudamiento, más allá de las posibilidades reales de los países subdesarrollados,
particularmente de los de América Latina, les impusieron su proyecto neocolonial. En
México a través de las llamadas cartas de intención suscritas por el gobierno y el FMI se
adquirieron muchos compromisos, entre ellos la política consistente en deshacerse de las
empresas públicas, la de establecer topes salariales y otras similares, todas ellas
contrarias a los intereses nacionales y populares.

A partir del gobierno de Miguel de la Madrid se inicia, con el pretexto de que la crisis se
había presentado porque el Estado estaba obeso y que por ello no podía cumplir con su
función fundamental que es la de proporcionar bienestar a los mexicanos, la aplicación en
nuestro país del proyecto neoliberal. La primera medida consistió en realizar el proceso
llamado, eufemísticamente, de desincorporación de empresas públicas por las siguientes
vías: la extinción, la fusión, la liquidación, la transferencia a las entidades federativas y
municipios, la venta a los trabajadores de la empresa que se desincorpora, y sobre todo,
la venta a los empresarios privados nacionales y extranjeros.

El a de diciembre de 1982, apenas dos días después de haber tomado posesión como
presidente de la República, Miguel de la Madrid envió al Congreso de la Unión, un par de
iniciativas para modificar la Constitución. Dichas propuestas fueron aprobadas y entre las
modificaciones realizadas es indispensable destacar las relativas al los artículos 25 y 1a4
constitucionales.

En el nuevo artículo 25 se incluyeron tesis ajenas y contrarias al proyecto emanado de la


Revolución Mexicana. Al definir al Estado como rector se le suprimió, en la práctica, su
papel de productor directo de bienes y servicios y en contra partida se le dejó solamente
la facultad de dictar las normas, a partir de las cuales deberían desarrollar sus actividades
los particulares, es decir, se sentaron las bases para convertir al Estado mexicano en algo
similar al Estado policía que propone el neoliberalismo. El objetivo central era debilitarlo,
como paso previo para poder desarrollar el proyecto económico dependiente del
imperialismo.

Partiendo del principio que establece que en derecho constitucional lo que no está
expresamente facultado no lo puede realizar la autoridad, se realizaron las modificaciones
al artículo 1a4 de nuestra Carta Magna para incluir en dicho ordenamiento el sustento
jurídico del gobierno mexicano para vender las empresas del Estado, sustento que no
estaba incluido en ningún otro artículo constitucional.
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Al amparo de estas y otras modificaciones legales, durante el sexenio de Miguel de la
Madrid, se produjeron los siguientes hechos: si durante el primer año de ese régimen, el
gobierno federal participaba en 45 ramas de la economía, para el último solamente lo
hacía en 2a; si en 1982 tenía 1155 empresas: 744 de participación estatal mayoritaria,
2a1 fideicomisos públicos, 102 organismos descentralizados y 78 empresas de
participación estatal minoritaria, en 1988 tenía solamente 412; de las 705 empresas
desincorporadas 219, es decir, el a0 por ciento, fueron vendidas. El gobierno federal
proporcionó la información anterior en un documento en el que se establecía que sólo se
había procedido a desincorporar empresas que no eran estratégicas ni prioritarias para el
desarrollo nacional, que el 18 por ciento de las empresas vendidas tenían como nuevo
dueño al sector social, es decir, a los sindicatos y otras organizaciones de trabajadores y
que en más del 90 por ciento de los casos los compradores habían sido inversionistas
nacionales.

A pesar de que también informó de los ingresos totales obtenidos por las ventas, no
proporcionó el monto de lo que correspondía a cada una de ellas y qué porcentaje del
total correspondió al sector social, cual al capital privado nacional y cual al extranjero.
Esos importantes datos hubieran evidenciado, como en realidad sucedió, que el monto
mayor correspondía al capital externo.

El gobierno de Miguel de la Madrid afirmó que a partir de su gobierno se podría iniciar una
mejor etapa de la historia del país, que las bases sólidas se estaban fincando a partir de
una readecuación presupuestal y disciplina estricta del gasto público. Las principales
líneas de su política económica fueron el saneamiento de las finanzas públicas; el
redimensionamiento del sector público; la apertura económica; la reconversión industrial;
y, la contención salarial.

Además, casi al finalizar su gestión, en diciembre de 1987, propuso a los sectores


productivos del país la suscripción de un Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento
Económico, que obligaba al gobierno a no incrementar los precios de los bienes y
servicios que proporcionaba a través de sus empresas; establecía, violando los derechos
de los trabajadores, el tope a los incrementos salariales y solamente recomendaba al
sector privado el no incremento de sus precios por encima de los costos reales. Con ello,
decía, se estabilizaría la economía, esta empezaría a crecer y los trabajadores irían
recuperando, poco a poco, el poder adquisitivo de sus salarios.

Sin embargo, los resultados de esa política económica no pudieron ser más desastrosos,
se continuó incrementando la deuda externa pública y total, la inflación creció a tasas muy
elevadas, 86.7 por ciento de promedio anual; el Producto Interno Bruto tuvo saldo
negativo en el sexenio y el salario mínimo real perdió, durante esos seis años, el 41 por
ciento de su poder adquisitivo.

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El gobierno de Miguel de la Madrid se vio forzado a introducir uno de los más severos
programas de ajuste económico: recorte de gasto público, aumento a los precios de los
productos básicos (tortilla, pan, leche y gasolina), así como una política monetaria y de
tipo de cambio orientada a contener el alza del resto de los precios.

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Se usó un mecanismo nada ortodoxo: la búsqueda de consensos entre gobierno,
empresarios y sindicatos a través del llamado "Pacto". Al inicio de 1988 los precios
crecían a una tasa anual de 150%. El Pacto permitió que para fines de ese año la inflación
fuera de 51% [1]

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Mientras la situación interior del país tendía a estabilizarse, de la Madrid se desenvolvió
en la política exterior sobre la base de los principios tradicionales de la diplomacia
mexicana, cuáles eran la no injerencia en la soberanía nacional de los estados, la defensa
de la libre determinación de los pueblos, la defensa de la democracia y el respeto de los
Derechos Humanos, la confianza en la solución pacífica de los conflictos y la promoción
de la cooperación entre las naciones en el sentido más amplio. Las administraciones de
Echeverría y López Portillo habían jugado a fondo la carta de la independencia nacional
en política exterior, y la singular posición del país norteamericano, que tenía el estatuto de
observador en el Movimiento de los No Alineados, había permitido a México explorar unos
interesantes cauces de diálogo entre el Norte y el Sur.

En el sexenio de la madridista se apreció una reducción del interés de México en el


activismo internacionalista y tercermundista, y una concentración del mismo en las
problemáticas latinoamericanas, sobre todo en los conflictos centroamericanos. Así, el
presidente mexicano se convirtió en un actor clave del Grupo de Contadora, creado para
hacer frente a la situación explosiva que reinaba en América Central y responder de
manera ejemplar a una triple preocupación, a saber, poner fin a los terribles sufrimientos
que padecían los pueblos de América Central a causa de los conflictos militares de sus
países, defender el derecho de cada uno de ellos a la independencia y contribuir a la
solución de una crisis cuyas repercusiones implicaban graves riesgos para la paz en el
mundo.

Los Ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, México, Panamá y Venezuela se


reunieron en la isla de Contadora, donde decidieron aunar sus esfuerzos y firmaron el
Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica. Este plan de paz
recibió el respaldo del Consejo de Seguridad, de la Asamblea General de las Naciones
Unidas y de numerosos organismos regionales e internacionales. En 1985 se crearon
Grupos de Apoyo en Lima, Argentina, Brasil, Perú y Uruguay en torno a los consejeros del
Grupo de Contadora que a partir de entonces se reunieron conjuntamente.

A finales de 1996 se crearon el Grupo de los Ocho (G8) y el MPCC (mecanismo de


consulta y concertación) con miras a proseguir su papel de mediación y pacificación.

En marzo de 1997 el Grupo de Contadora, el Grupo de Apoyo, las Naciones Unidas y la


OEA se asociaron para gestionar el acuerdo de paz, que fue firmado en agosto por los
presidentes centroamericanos en la cumbre de Esquipulas II.

c [1]Publicado en http://www.pgr.gob.mx Consultado el día 8 de febrero de 2011


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De la Madrid y sus colegas situaron los conflictos armados de la región en sus contextos
autóctonos, caracterizados por profundas contradicciones políticas, sociales y
económicas, y rechazaron como simplista la visión de Estados Unidos.

Los trabajos del Grupo de Contadora resultaron instrumentales para el arranque, tras la
adopción de los Acuerdos de Esquipulas II (agosto de 1987), que se basaban en el
proyecto de paz firme y duradera en Centroamérica elaborado por el presidente
costarricense Óscar Arias, de procesos de paz civil y reconciliación nacional en todos los
países citados en las postrimerías de la década de los ochenta.

Serias divergencias de criterio aparte, el caso fue que la Administración de la madridista


desarrolló las relaciones bilaterales con Estados Unidos, a medida que los intercambios
comerciales y la cooperación en diversos capítulos ganaban importancia. Como botón de
muestra estuvieron las seis cumbres presidenciales celebradas por de la Madrid y Reagan
en ambos lados de la frontera.

También, se estrecharon las relaciones con España, país históricamente hermanado con
el que la anterior administración había restablecido las relaciones diplomáticas
coincidiendo con el regreso de la democracia tras la muerte del dictador Francisco
Franco.

En añadidura, de la Madrid fue el anfitrión, el 29 de noviembre de 1987 en Acapulco, de la


I Reunión de presidentes del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación
Política, o Grupo de Río, que entonces recibía el nombre de Grupo de los Ocho y que
provenía de la fusión en diciembre del año anterior del Grupo de Contadora y de su Grupo
de Apoyo. Los ocho presidentes participantes adoptaron el llamado Compromiso de
Acapulco para la Paz, el Desarrollo y la Democracia, documento básico de un organismo
concebido por sus fundadores como un foro regional de diálogo y concertación política, y
como el interlocutor autorizado de los estados latinoamericanos con terceros países.

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Es importante mencionar que México es el único país en el mundo que ha firmado y


mantiene en vigor tratados de naturaleza comercial con países de distinto nivel de
desarrollo, con quienes por lo general se establecen compromisos de construir zonas de
libre comercio, procurando la integración económica con el fin de eliminar trabas
arancelarias al comercio entre el grupo de países signatarios de estos protocolos.

Podría decirse que los tratados comerciales se han convertido en el complemento a la


reducción iniciada en la década de los ochenta de las barreras comerciales, ya que en la
actualidad son el eje rector de la política comercial e industrial de México: por su conducto
se realiza cerca de 90% del comercio exterior mexicano.

Al incorporarse México en 1986 al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y de


Comercio, GATT, se comprometió a eliminar los precios oficiales de referencia, a
continuar la sustitución de los controles directos por aranceles y a reducir el arancel
máximo a 50% (que en 1988 ya había descendido a 20%).

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No obstante, los términos del acuerdo le permitían a nuestro gobierno conservar
temporalmente licencias de importación en algunos productos agrícolas y otros bienes
sujetos a programas de promoción industrial.

Como se puede inferir, en ese foro de negociaciones internacionales se pretendía reducir


o eliminar las barreras arancelarias (impuestos) y no arancelarias: cuotas, como también
una de sus modalidades: las licencias, así como resolver las controversias entre los
países miembros, ya que era un tratado internacional que regulaba el comercio mundial.

Se estimaba que la adopción de estructuras arancelarias uniformes brindaba la


oportunidad de aumentar la eficiencia en su administración y de transparentar estas
actividades, evitando así o reduciendo el riesgo de que ciertos sectores con gran
capacidad o poder de negociación influyeran en los flujos comerciales, como había
sucedido en el pasado en que determinados grupos habían exigido altos niveles de
protección y propiciado estructuras arancelarias dispersas, cuyas consecuencias fueron
los altos costos en términos de bienestar e incertidumbre en las decisiones de inversión,
producción y distribución de bienes en el país.

Así, México se beneficiaría de los cuatro códigos de conducta del GATT, que son:

 Licencias de importación
 Normas técnicas
 Dumping y derechos antidumping
 Valoración aduanera.

La información analizada revela que México no firmó: subsidios e impuestos


compensatorios y compras gubernamentales, sin que mediara explicación alguna.

Lo anterior tenía una explicación; por una parte, México primero debía prepararse jurídica
y administrativamente para combatir las prácticas desleales de comercio internacional; por
otra, debía diseñar los mecanismos comerciales que hicieran viable la adquisición
gubernamental de bienes y servicios del sector privado.

La Organización Mundial del Comercio, OMC, sustituyó al GATT desde el 1 de enero de


1995. A manera de conclusión debe decirse que el GATT no decía nada específico sobre
las MYPES, de manera que su influencia fue modesta e indirecta en este segmento
empresarial; sin embargo, aquí se menciona y se analiza como el origen de la apertura
comercial de México, basada en el proceso de eliminación del Sistema de Permisos
Previos, que gradualmente fueron sustituidos por aranceles (impuestos) al comercio
exterior.

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En términos generales en el año de 1970, la inflación PARIDAD PARIDAD
(viejos (nuevos
en México era muy similar a la de USA y por lo mismo AÑO pesos) pesos)
con un tipo de cambio estable y sostenido por varios
años, éste se encontraba en equilibrio, no había ni 1982 149.25 0.14925
subvaluación, ni sobrevaluación. 1983 161.22 0.16122
1984 209.97 0.20997
Es decir cuando el tipo de cambio está en equilibrio, 1985 45a.50 0.45a50
es porque las inflaciones de los dos países son 1986 908.50 0.90850
similares, podría decirse que los precios también son 1987 2225.00 2.22500
equivalentes y solo se ven afectados por los 1988 2295,00 2.29500
aranceles (impuestos Aduanales) que cada país fija
para regular el flujo legal de mercancías importadas o ccc'()c
exportadas.

Cuando una moneda está sobrevaluada da lugar a una mayor importación ilegal
(contrabando) de mercancías, que resultan más baratas en el otro país.

En esta tabla podemos determinar en qué sexenio se ha devaluado más el peso y para
ello solo basta dividir el valor obtenido en el último año de gobierno, del presidente en
cuestión, entre el valor del último año de gobierno del presidente anterior.

LUIS ECHEVERRIA A. 1.60/1.00 = 1.60 60%

JOSÉ LÓPEZ PORTILLO 11.94/1.60 = 7.463 646%

MIGUEL DE LA MADRID 183.6/11.94 = 15.377 1438%

CARLOS SALINAS DE G. 425.6/183.6 = 2.318 131.8%

ERNESTO ZEDILLO P. 765.60/425.6 = 1.799 79.9%

VICENTE FOX 870.04/765.60 = 1.1364 13.64%

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A Miguel de la Madrid el país se le ³deshizo entre sus manos". No era su culpa directa,
dos gobiernos populistas, nos habían llevado al extremo, entonces era tiempo de pagar
los gastos generados por "la fiesta populista" de Echeverría y López Portillo.

En 1988 el salario mínimo había perdido el 49% de su poder adquisitivo. Irremisiblemente


se había quedado por detrás de la Inflación [2].

Quienes dependían del salario mínimo eran los sectores más pobres y desprotegidas,
aquellos que alguna vez Echeverría prometió sacar de su atraso ancestral.

c [2] Estructura Socioeconómica de México (1940-2000), Anda Gutiérrez Cuauhtémoc. Editorial Limusa, 2005.pag. 22
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Existen distintos aspectos que a lo largo de este sexenio dan origen a cambios y a
situaciones que hasta hoy en día se siguen viviendo empezando por la situación en la que
se encuentra actualmente nuestro país ya que el modelo neoliberal es en el que nos
encontramos actualmente.

Otro aspecto es que a través de este análisis se muestra claramente es la pérdida del
poder adquisitivo de las clases populares y por lo mismo el mito de la Justicia Social,
tantas veces expresada en los dos períodos sexenales anteriores al de Miguel de la
Madrid Hurtado.

Luis Echeverría y José López Portillo fueron los verdaderos causantes de la crisis que aún
vivimos. Aunque el salario mínimo ha dejado de tener representatividad económica en el
actual período (se supone que casi nadie gana el mínimo, pues es insuficiente para vivir)
de cualquier manera se hace la comparación, que bien puede ser real, sobre todo para
aquellas familias que viven en la extrema pobreza.

Si bien es cierto que México a pesar de ser un país en vías de desarrollo, ha firmado
acuerdos o tratados con países de primer mundo; desafortunadamente son pocos los
beneficios que ha obtenido y no han sido del todo aprovechados por nuestro país.

Más que nada han servido para formar parte de la globalización y ³por no quedarnos
atrás´ porque hoy día sigue siendo un problema para muchos mexicanos exportar o
importar ya sea por el idioma o bien por las fluctuaciones diarias del dólar ya que se usa
como moneda universal.

Por otro lado la calidad de los productos no sea puesto a discusión, ni se han firmado
tratados que especifiquen dichas normas a pesar de que en México existen las NOM no
es algo que el mercado informal emplee y eso también es un problema que aún no tiene
solución.

A veces pareciera que los presidentes solo van a pasear por ciertos países en lugar de
concretar buenas negociaciones que en verdad beneficien al país.

En el sexenio de Miguel de la Madrid son pocos los cambios y el progreso que tuvo
México en cuanto a relaciones exteriores se refiere.

Por otra parte el pensamiento Neoliberal de esa época trajo como consecuencia la
abolición de empresas estatales y con esto el cambio a las leyes constitucionales y esto
provocó claramente al enriquecimiento de algunos pocos como lo es hoy en día, esto
gracias a la mala administración pasada ya mencionada y a la deuda externa que hasta
hoy en día es imposible saldar.

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Después de haber realizado esta investigación y de analizar los sucesos acontecidos
durante el sexenio de Miguel de la Madrid podemos concluir que fue un periodo muy difícil
para la población mexicana ya que fue imposible evitar que el país sufriera las
consecuencias de la mala administración de los sexenios anteriores, aunado a esto de la
Madrid no mostro empeño por cambiar el rumbo de la economía; solo contribuyo más a
que todo siguiera el rumbo hacia el endeudamiento y aumento de pobreza al que México
se perfilaba.

Hoy día México enfrenta aún las secuelas de las décadas pasadas, sin tener una
estabilidad económica e intentando mantener relaciones con otros países para seguir
formando parte de la globalización y dejándose regir por los países desarrollados y por las
instituciones internacionales como el FMI, que en su momento le han prestado dinero a
México para salir del paso, pero para aumentar la deuda externa; por ello surge la
siguiente interrogante« ¿ Es necesario acudir a instituciones internacionales para salir
adelante? Quizá seria mejor establecer estrategias internas y promover como en décadas
anteriores las exportaciones y lo más importante, que la persona que nos gobierne no
tenga una mentalidad de enriquecimiento propio si no nacional.

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LIBROS

* Miguel de la Madrid, rasgos biográficos. Ezcurdia, Mario. Editorial Porrua,


1982.
* Historia de México, legado histórico y pasado reciente, Delgado Cantú Gloria.
Editorial Pearson, 2004.
* Estructura Socioeconómica de México (1940-2000), Anda Gutiérrez
Cuauhtémoc. Editorial Limusa, 2005.

WEB

* http://www.cidob.org/documentacion/biografias_lideres_politicos/america_del_nort
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* http://portal.unesco.org
* http://www.pgr.gob.mx
* http://economia-mexico.blogspot.com/2006/0a/historia-econmica-de-mxico-desde-
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