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Ensayo Sobre la Libertad, los Derechos, la Religión y la Inversión

Por
Iván J. Vázquez Torres ©

Mill dijo una vez que el ser humano, tiene el derecho de pensar y actuar por sí
mismo. Esta idea es uno de los fundamentos básicos de la libertad. Crear y forjar las
propias ideas, lo cual no implica que no seamos influidos por nuestro medio ambiente. Lo
que implica por ejemplo, es que puedo elegir otra religión distinta de la que fui criado, o
puedo elegir no tener religión. Puedo defender o no la posición política de mi familia, o
crear una nueva. La libertad, es prácticamente una entidad que se expande más allá de
deseos personales. La libertad no le pertenece a nadie en particular, si no que es de todos.
Por lo tanto, “mi” libertad tiene el mismo derecho a existir que la libertad de los demás. Mi
libertad depende de la libertad del otro. Solamente puedo ser libre si los demás lo son. Y
como dijo Clarence S. Darrow, “puedes proteger las libertades de este mundo solamente si
proteges las libertades de tu prójimo. Solamente puedes ser libre si yo soy libre”.
El punto a discutir es el siguiente. Es imperativo que todos tengamos el derecho de
pensar y actuar por nosotros mismos. Lo cual implica, la libertad de disentir, estar
totalmente en desacuerdo y poder expresarlo sin miedo a represalias. El derecho de pensar
por uno mismo, significa que las personas pueden y deben protestar contra grupos,
gobiernos, y/o instituciones que le dicen a la gente que/como pensar, que hacer, como
hacerlo; en resumen: defenderse de cualquiera que intente cuartar la libertad.
Sin embargo, no olvidemos que el ser humano es responsable de sus creencias y de
sus actos. Del mismo modo, es responsable de defender sus derechos, sus libertades, al igual
que las libertades de su prójimo. Lo cual no es licencia para el libertinaje, pues la libertad
para llevarse de manera adecuada, necesita de responsabilidades y deberes. La libertad sin
responsabilidad es simple anarquía, es destrucción. Ya lo dijo Viktor Frankl, “La libertad no
es más que el aspecto negativo de cualquier fenómeno, cuyo aspecto positivo es la
responsabilidad. De hecho, la libertad corre el peligro de degradar en nueva arbitrariedad a
no ser que se viva con responsabilidad”.
Cuando estuve leyendo la edición del 1947 de “On Liberty” (obra de Mill), me tope
con un párrafo que me impacto, en especifico un segmente el cual creo que aun posee
validez. Dicho segmento dice: “there is on the part of a large and increasing number of
groups, institutions, and governments a tendency to discourage individuals from thinking
and acting for themselves. There is also, today, on the part of individuals, a tendency to
accept this discouragement and surrender their right to think and to act for themselves”1.
Todo este que menciona Mills, es letal para el desarrollo de cualquier sociedad que se
considere amante de la libertad. Cuando se deja de pensar por sí mismo es igual que
renunciar a ser humano. Cuando se abandona todo juicio y criterio propio, nos volvemos
seres inútiles, y al mismo tiempo cómplices de cualquier salvajismo que se cometa en nuestra
comunidad. Los alemanes „buenos‟ que no hicieron nada cuando Hitler subió al poder son
también responsables del Holocausto. Debemos tener cuidado de no perder la capacidad de
pensar por nosotros mismos, de crear nuestros propios criterios, y nuestros propios juicios.

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En español dice “Hay una porción grande y creciente de individuos, instituciones y gobiernos con la
tendencia a desmotivar a que los individuos piensen y actúen por sí mismos. Hay también hoy día, de parte de
los individuos, la tendencia a aceptar tal desmotivación y entregar su derecho a pensar y actuar por ellos
mismos”
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Para poder convivir los unos con los otros, es importante entender y aceptar que la
democracia no es la garantía de mantener las cosas tal cual son, sino la garantía de cambio y
evolución. La democracia no es la imposición aplastante de las ideas y la moralidad de una
mayoría, sino la búsqueda de la sana convivencia de diversas formas de pensar y creer. Es
una contradicción de términos creer en la democracia y el creer en lo correcto de vetarle
ciertos derechos a un grupo simplemente porque a la mayoría le desagrada.
Desafortunadamente, muchas veces la definición de democracia que una vez uso Thomas
Jefferson parece cierta (“La democracia no es más que una turba, donde 51% de las personas
le quita los derechos al 49% restante”). Y en parte el responsable es el gobierno, pues muy
bien lo dijo Pedro Albizu Campos, “Cada partido político en Puerto Rico debiera ser una
escuela de democracia. Por lo visto, es un inconveniente a ciertos líderes de la opinión
pública”

Existe una mala costumbre dentro de nuestra supuesta sociedad democrática, y es la


creación de leyes para el beneficio o el detrimento de uno o varios grupos. Y lo peor es
cuando dicha ley se fundamenta en ideas irracionales, en el discrimen, y/o las pasiones en
vez de la razón, la lógica y el humanismo. Toda ley que afecte una minoría, aunque sea una
minoría de uno es una tiranía, no hay otra manera de expresarlo. Cuando se legisla para
beneficiar a un grupo, o para limitar a otro, no importan los argumentos, esto siempre es un
crimen y signo de una mentalidad fascista. Si comenzamos como país a limitar los derechos
de un grupo, nos movemos por un sendero peligrosísimo, que debe movernos a
preguntarnos seriamente: ¿dónde se detiene? ¿Qué garantiza que se detengan? ¿Quién va ser
la próxima víctima?
Es imposible sostener un argumento diciendo que se ama la libertad y la democracia,
mientras que al mismo tiempo se defienda el cuartar la libertad de un grupo en específico, en
especial cuando se habla de libertad de expresión. La libertad de expresión no posee
excepciones, no es para acariciar las sensibilidades y/o creencias de un grupo en concreto;
sino que es para fomentar el desarrollo de mentes criticas y capaces de vivir en un mundo
lleno de diversidad. Sin libertad de expresión, somos simplemente ovejas llevadas al
matadero, como bien dijo Jorge Washington.
Además, cuando se vive en democracia, es necesario la tolerancia y el respeto, pues
en una comunidad siempre habrá disidencia. Del mismo modo, es imperativo entender que
tolerancia y respeto son cosas distintas, se puede tener tolerancia sin respeto, pero el respeto
es imposible sin tolerancia. La vida en democracia es posible en la medida en que los
ciudadanos sean capaces de no tan sólo tolerar, sino respetar aquello con lo que no están de
acuerdo.
Todo lo anteriormente mencionado sirve meramente de introducción a un tema
delicado, lleno de una carga emocional quizás exagerada. Si fuera psicoanalítico diría que
aprieta un deseo reprimido y por eso el rechazo, pero no lo soy. Me refiero al matrimonio
homosexual. Si prestan atención a la mayoría de los argumentos en contra del matrimonio
homosexual, notaran que son religiosos o cuasi-religiosos. Para empeorar las cosas, ninguno
de estos argumentos está basado en investigaciones de corte sociológico, psicológico,
antropológico, ni biológico. Meramente usan unos cuantos versículos de la Biblia y sus
propias concepciones de lo que es la vida del homosexual. El problema se agrava cuando los
políticos usan también estos argumentos, o apoyan a quienes los esgrimen. En el peor de los
casos, nuestros líderes simplemente aceptan dichos argumentos porque significa ganar votos,
apoyo o respaldo político de un sector de la sociedad. ¿Dónde está la separación de iglesia y
estado? ¿A caso la democracia no prohíbe el que promulguen leyes para beneficiar a un
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grupo/ideas de una religión en especifico? ¿Se han olvidado de las enseñanzas del pasado?
¿O es que nunca han leído las recomendaciones de los Padres Fundadores sobre las
libertades y derechos? Toda legislación que surge de argumentos religiosos eventualmente
llevan al discrimen, al fascismo social. Solamente necesitan leer libros de historia para que
vean los horrores cuando la religión era la que legislaba.
¿Quieren saber cuan peligroso es legislar desde la religión o para complacer un grupo
religioso? En la Edad Media existió la inquisición (que no se limito a los católicos,
recordemos que los protestantes tuvieron la suya, en la cual persiguieron otras
denominaciones protestantes junto los discriminados usuales). En USA a principios del siglo
20, era ilegal hablar de evolución en las escuelas. El maestro que desobedeciera era
arrestado. Lamentablemente hoy día existen condados donde aun se les prohíbe a los
maestros tocar el tema de la evolución. Otro ejemplo: la Prohibición. Fueron en su mayoría
argumentos religiosos lo que hizo que las bebidas alcohólicas fueran ilegales por varios años
en los USA. Cuando los países europeos comenzaron a invadir las Américas y Asia, en parte
fue el argumento religioso el que empujaba la esclavitud. Si desea ejemplos más recientes
solamente tienen que leer sobre las teocracias islámicas y verán lo tenebroso que es cuando
los fundamentalistas son los que hacen las leyes. Que conste que no estoy en contra de la
religión organizada. Lo que estoy en contra es de la intromisión de los grupos
fundamentalistas en la creación de leyes. Tampoco estoy abogando por que los legisladores
sean ateos o ignoren su fe. Lo que abogo es porque las leyes sean forjadas por principios
universales, principios humanos, que se respeto la parte de la constitución que dice “todos
los hombre son iguales”, lo que tal vez sea mucho pedir. Es descorazonador cuando uno ve
como los lideres actúan con cobardía, o pensando en futuros votos. Tengo que hacer eco de
Sófocles cuando dijo que despreciaba al líder que actuaba con cobardía en vez del mejor
interés del pueblo. De todos modos, las constituciones prohíben que el estado declare una
religión como oficial, así que la lógica dicta que una ley basada en la religión, es una tacita
violación a dicho precepto.

La sexualidad es un asunto privado, un asunto que compete a individuos adultos y


con capacidad de consentir. Nadie tiene el derecho de inmiscuirse en como una persona
tiene relaciones sexuales. Con quien cada cual tiene sexo, solamente le compete a sí mismo y
su pareja. En nada afecta la sociedad si alguien tiene sexo oral, vaginal o anal. Las únicas
excepciones a este argumento lo son la pedofilia, y la violación.
Dentro de la comunidad homosexual, hay personas honestas, éticas, laboriosas, y al
igual que en la heterosexual, también hay malandrines, criminales, arribistas, vividores, etc.
No hay argumentos racionales que impidan que este grupo de la sociedad goce de los
mismos derechos. Sin embargo, hay que ser realistas, si a los negros les ha tomado casi 4
décadas alcanzar que se les respeten sus derechos, ¿cuánto le tomara a los homosexuales?
Para aquellos que se estén cuestionando, en donde queda el derecho de los que no
apoyan la homosexualidad. Sus derechos están protegidos. Nadie puede obligarle a cambiar
su visión de mundo, ni a rechazar los dogmas de su fe, ni mucho menos a renunciar a el
concepto de lo que “debe ser”. La democracia y la libertad le protegen. Sin embargo, esa
protección no implica que pueda actuar impunemente. Tampoco implica que tenga toda
licencia para discriminar. Recuerden mis palabras, la tolerancia y el respeto son esenciales
para vivir en paz. Y eso abarca a los grupos con los que uno no está de acuerdo. Se puede
disentir sin llegar al odio o la violencia.
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P.S. Si se preguntan sobre la parte del título que dice “Inversión”, es el termino que Freud
uso para referirse a la homosexualidad. Lo utilice en el titulo para provocar curiosidad.
I.J. Vázquez Torres ©

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