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El origen de la didáctica como disciplina y el estudio de su campo

PASCUAL, Alicia Estela G.


Profesional Adjunto CONICET
Profesora Titular Universidad de Concepción del Uruguay

El origen de la didáctica como disciplina y el estudio de su campo se remonta al


siglo XVII, en el que se hace evidente la necesidad de enunciar bases aplicables a la
educación acordes a la filosofía del éste período, de grandes cambios políticos,
religiosos, económicos, sociales y culturales.

En este marco -que plantea el enunciado explícito de métodos, normas y


procedimientos- es que se desarrollan trabajos diversos de autores tales como W.
Ratke (1571-1635) y Juan E. Alsted (1588-1638). El surgimiento de la Didáctica como
disciplina se establece con el pensador moravo Juan Amós Comenius a través de sus
estudios y escritos. Puede considererse su obra Didáctica Magna como la primera obra
escrita, en donde se manifiesta explícitamente la filosofía general de la educación en
el siglo XVII1.

En los siglos subsiguientes y hasta la fecha se ha observado una evolución en el


desarrollo de la Didáctica. Desde el origen de la disciplina surgen tensiones múltiples
que han permitido en algunos casos, mantener continuidades; y en otros, frente a
ciertas rupturas inevitables, el origen de nuevos planteos, enfoques y propuestas.

Didáctica Magna presenta un Didáctica prescriptiva y altamente estructurada con


respecto al saber hacer como se debe, con un modelado muy simple donde no se
contemplan variantes ni errores y se presentan roles docente-alumno rígidos. Esta
concepción de la didáctica se encuadra en el marco de la Escuela Pública que surge
en el siglo XVI. Los fines educativos de la época -que se respetan en la obra- estaban
orientados a formar sujetos con habilidades acordes: a los cambios observados en la
estratificación social imperante, a la instauración del nuevo modelo secular y a la
legitimación del poder establecido en ese momento histórico de grandes cambios.

A partir de Comenio la Didáctica es visualizada mayormente como una técnica o


serie de prácticas a ser ejecutadas por el/la docente. La disciplina tiene un rol
importante en el lineamiento de la didáctica, la que registrará variaciones a lo largo de
los tres siglos siguientes. Cabe aquí mencionar una tensión surgida en el siglo XVII y
presentada por J. Rosseau (1712-1778) -quien participó activamente en el
movimiento renovador de la Ilustración- cuando critica a la educación en su obra
Emilio (1762). Rosseau delinea en su libro ideas que más tarde serían estudiadas y
desarrolladas con rigor científico, desde la psiquiatría y la psicología. Por ejemplo,
indica que un niño es "un ser sustancialmente distinto al adulto y sujeto a sus propias
leyes y evolución". A partir de estos conceptos -que superan al pensamiento de la
época- queda planteada la necesidad de repensar los métodos de enseñanza que
consideraban al niño como adulto en minuatura, asumiendo la igualdad de intereses,
habilidades, necesidades y capacidades tanto para niños como para adultos2.

La racionalidad técnica presentada a partir de Comenio continúa con adaptaciones


acordes al marco histórico en que se sucede la Didáctica. Es así que se observan
1
Alsted realiza una Didáctica que incluye en una Enciclopedia, anterior a la Didáctica Magna de
Comenius, expresa S. Barco en: Barco de Surghi, S. (1988), "Estado actual de la pedagogía y la
didáctica", en: Revista Argentina de Educación, Nº 12.
2
Rousseau y su aporte a la educación. En Internet: http://www.geocities.com/alaingarcia.geo/ensayos/rousseau.htm
corrientes tecnológicas, ya a fines del siglo XIX y en el siglo XX. Sus objetivos son
científicos y pretenden neutralidad y objetividad en el estudio y analisis, desde la
Didactica y la Educación.

Un ejemplo estudiado en particular en la Carpeta de Trabajo es párrafo de I. Nérici,


quien destaca la función de la Didáctica como ciencia: que investiga y experimenta
técnicas, y como arte basada en datos científicos y empíricos que: crea y diseña
normas de acción y comportamiento para la enseñanza. También utiliza el autor
términos como “dirección de aprendizaje”, “principios”, “procedimientos”, “instrucción
y educación” -estos dos últimos como objetivos únicos de la Educación. Los conceptos
de armonía y consenso social podrían interpretarse, desde el enunciado de Nérice,
como la ausencia de conflicto -consentimiento y conformidad- por medio de la
aplicación de la diciplina en la Educación.

La corriente crítica que surge a partir de los '70 como contrapropuesta a esta
concepción, lo hace desde la filosofia sociológica de J. Habermas (1929- ) y los
trabajos de autores como M. Apple, T. Popkewitz, M. Young, S. Kemis, A. Díaz
Barriga, J. Gimeno Sacristán y, S. Barco en Argentina, nombrando aquí sólo una parte
de ellos.

A partir de los '60 se registran cambios en la sociedad, donde la modernización


subordina las estructuras tradicionales a una racionalidad instrumental-estratégica.
Avanza la secularización, en la cual la religión será considera parte de lo subjetivo y
privado, las ciencias son pensadas y valoradas como productoras de conocimiento y se
observa el auge conjunto e interdependiente de la ciencia y la técnica. Ambas, a su
vez, son subordinadas ideológicamente a la movilización y avance social que posibilita
el progreso científico-técnico. Frente a esta profundización del modelo tecnológico,
surge la corriente crítica.

Desde el enfoque crítico S. Barco puntualiza que a partir del análisis "micro" de la
enseñanza en el aula, en la didáctica no se considera lo macro de la realidad, sea ésta
social, política, psicológica, económica, etc. Todos ellos factores presentes implícita y
explícitamente en la Educación. Esta visión "macro", se extiende más allá del aula en
contraposición al microcosmos áulico considerado anteriormente.

Entonces, se analizan la institución y su estructura, los sistemas de comunicación y


su dependencia con el entorno, la reproducción de los modelos planteados por las
políticas educativas y el rol social de y en la escuela, entre otros elementos. Autores
como Althusser (1980) visualizan a la escuela como un Aparato Ideológico del Estado.
Existen factores que son omitidos en este enfoque, por ejemplo la teoría de la
resistencia social, y por otra parte, se nota una minimización de la realidad del aula.
Se observa además que tanto el enfoque macro como el micro no atienden a los
contenidos de aprendizaje, su presentación desarrollo y articulación didácticas.

En los ochenta la educación es analizada no solamente en las universidades, sino en


otros ámbitos más populares y masivos. Por ejemplo, se piensa y critica a la
educación en películas tales como las recordadas Pink Floyd: The Wall, (1982) -del
director inglés Alan Parker- que presenta una escuela repleta de maltrato; ó La
sociedad de los Poetas Muertos (1989) -dirigida por el autraliano Peter Weir- que
cuestiona el modelo educativo imperante en las instituciones tradicionales de clase
acomodada de los Estados Unidos.

Con respecto al objeto de estudio de la didáctica existen posiciones que se


complementan convergiendo y posiciones que en algunos casos divergen. En el texto
de J. Contreras Domingo se plantea problemas como acordar el ámbito de referencia
donde se entiende el objeto de estudio, tema en el que no se encuentra consenso
entre especialistas. Por otra parte no existe una coincidencia total en la circunscripción
de la didáctica como disciplina académica en un ámbito internacional, ya que la
Didactica es conceptualizada de forma diferente en la Ciencias de la Educación de
Europa continental y las disciplinas pedagógicas de los países de origen anglosajón.
En lo que sí se acuerda frente a estas diferencias es que el campo de aplicación
coincide.

Es decir, existe coincidencia en que la Didáctica se ocupa de los procesos de


enseñanza- aprendizaje. Se reconocen estos procesos como prácticas humanas que
responden a actividades sociales. Según J. Contreras Domingo la Didáctica explica los
procesos de enseñanza-aprendizaje de manera tal de proponer su realización acorde a
las finalidades educativas, las que tienen aspectos relacionados con la actividad
humana y sus prácticas sociales. Por lo tanto, ambos aspectos generan un entorno en
donde se encuentran incluidas la moral, ética, y la intencionalidad educativa, inmersas
en el modelo social en la cual se desarrollan. La didáctica no funciona
prescriptivamente, ya que existe una interacción constante influenciada por
concepciones/construcciones filosófica, psicológicas, históricas, polícas, socio-políticas
– entre otras- que no lo permiten, ni hacen posible.

Es aquí, de acuerdo con Apple y Popkewitz (1986), veo a la Didáctica en un


entorno de principios, especificaciones, procedimientos y técnicas influeídas por los
sistemas de valores establecidos en el marco de referencia histórico, que la
condicionan. Es decir que las finalidades educativas y por consiguiente las propuestas
de realización de los procesos de enseñanza aprendizaje se justificarán por su valor
educativo dentro de los conceptos fuertes del pensamiento filosófico imperante dado.

En la didáctica la dimensión explicativa y la dimensión proyectiva interactúan. Es


decir que se propone explicar, delinear, analizar el proceso de enseñanza-aprendizaje
para posteriormente proponer y proyectar las intervenciones a realizar en función de
las finalidades educativas buscadas.

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