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Parece que Tiktaalik era un depredador de entre 1.2 y 2.7 metros de longitud, con
dientes afilados y cabeza parecida a la de un cocodrilo.
A partir del análisis de los fósiles, los científicos saben desde hace tiempo que los
primeros anfibios que conquistaron la tierra (de los que más tarde evolucionaron los
reptiles, aves y mamíferos, entre ellos los seres humanos) descienden de peces de
aletas lobuladas. Estas aletas tienen un apéndice central (compuesto de huesos y
músculos) que puede sostener el cuerpo en la tierra. Algunos peces de aletas
lobuladas adquirieron la capacidad de respirar aire.
Los científicos pueden trazar lazos entre los fósiles comparando las características
físicas y la edad (y comparándolos con las especies que viven en la actualidad).
Pueden agrupar y separar especies y linajes según las características que tienen (o
no tienen) en común, y pueden crear un dibujo gráfico de esto, llamado un árbol
filogenético.
Tiktaalik tiene muchas características de pez: una mandíbula primitiva, escamas, una
estructura ósea que indica que tenía branquias para respirar, etc. La posición de los
ojos en la parte superior de la cabeza indica que pasaba gran parte de la vida en el
fondo del agua mirando hacia arriba. Pero tiene un cuello móvil y la estructura de
costillas se parece a la de los primeros anfibios.
Lo que más llama la atención son las aletas. El codirector del proyecto que halló el
fósil, Neil Shubin, paleontólogo de la Universidad de Chicago, dijo: “La mayoría de
las articulaciones de las aletas son funcionales. Tiene hombro, codo y hasta unas
partes de la muñeca que funcionan de una manera parecida a los primeros animales
terrestres”. Los huevos más distantes de la muñeca parecen dedos primitivos, como
los que tienen los anfibios.
Shubin cree que la evolución de las extremidades de los animales terrestres pasó por
cambios adicionales a partir de la aleta de Tiktaalik.
Los fósiles de Tiktaalik se hallaron en la isla de Ellesmere, a 950 km del Polo Norte,
una región donde se encuentran sedimentos expuestos del Devónico y hay muchas
posibilidades de encontrar fósiles de la transición de pez a anfibio. Los científicos del
proyecto saben que durante el Devónico esa parte de América del Norte era parte de
una sola masa continental ubicada en el ecuador, donde vivían otras especies de esta
transición. En los centenares de millones de años desde el Devónico, esa masa
continental se separó y se trasladó a donde está ahora.
Pero en realidad este descubrimiento refuta una vez más las afirmaciones de los
creacionistas de que el registro fósil no explica las transiciones entre las formas de
vida. Como escribió en el New York Times Michael Novacek, paleontólogo del Museo
Americano de Historia Natural de Nueva York: “Tenemos el Archaeopteryx (un fósil
de la transición de reptiles a aves), una ballena primitiva terrestre y ahora este
animal que muestra la transición de pez a tetrápodo. ¿Qué más se necesita del
registro fósil para demostrar que los creacionistas están totalmente equivocados?”
Segundo, permite describir mejor los detalles de esa transición de agua a tierra: la
transformación de aletas a extremidades, de la forma del cráneo y de un esqueleto
que permite respirar aire, etc. Los métodos científicos de datación colocan a Tiktaalik
claramente entre los fósiles de peces y de tetrápodos.
Conocer más sobre la verdad de la evolución es esencial para tener una concepción
científica y verídica del mundo, y de cómo cambia.