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EL NIÑO JESUS,

trémulo, sonrosado, inquieto entre las pajas del


pesebre, nos mira fijamente y sonrie.
ES EL HIJO DEL PADRE CELESTIAL. ¡Una
locura de amor! Quería saber lo que es llorar,
sentir el frio, estar indefenso y necesitado y
ahora ya lo conoce por si mismo.
MARIA, espléndida en su belleza, jamás ha estado tan hermosa, tan llena de
maternidad como en la Nochebuena. Es su Hijo. Lo toma en sus brazos con
mimo, como si tuviera miedo de romperlo. Vuelve a dejarlo en el pesebre y otra
vez lo pone junto a su corazón, para asegurarse de que no es un sueño sublime.
Su rostro respira felicidad. Sus hermosos ojos estan fijos en su Hijo JESUS.
SAN JOSE,
feliz y pensativo, el hombe bueno,
elegido para hacer de padre.
Daría su vida porque ese Niño fuera
suyo. Dios le ha pedido el sacrificio
de la RENUNCIA, lo más dificil
para un esposo.
Pero él, es el hombre bueno
y su rostro refleja la paz que
Dios concede a sus elegidos,
a los mejores.
LOS
Son
PASTORES,
los pobres de
llenos de
la  tierra,
asombro van a
les pertenece
adorar al Niño
el REINO.
y le llevan sus
regalos al
Dios, solo
recien nacido.
revela su
Sencillos,
rostro al
humildes
humilde que
testigos del
se estremece
mayor
ante sus
acontecimiento
palabras.
de la Historia
Humana.
Hemos progresado mucho,
conquistaremos nuevos mundos,
llegaremos al confin de las estrellas,
pasarán millones de años...

Pero volverán nuevamente hombres y


mujeres, niños y ancianos a contemplar
extasiados la grandeza de Dios hecho 
NIÑO
en la NOCHEBUENA.

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