8 BARON DE MONTESQUIEU
mar de lagrimas, se queja, y tal color sabe dar a sus
Quejas que aumentaban con el amor que inspiraba,
¢Cémo me habia yo de defender en momento tan cri,
tico? Me vi perdido cuando menos lo esperaba; fui la
victima de una negociacién del amor y de un tratado
hecho con suspitos. Esta es, querido Ibi, la situacion
cruel en que siempre he vivido.
iQué feliz eres tii! Todos tus afanes se cifien mera:
mente a cuidar de la persona de Usbek. Cosa facil es
Para ti darle gusto y mantenerte en su gracia hasta
cl postrer dia de tu vida.
Del serralto de Ispahdn, al iiltimo
de ta tuna de Safar, 1711
CARTA X
‘MiRzA A su Atco Usuek, EN ERzeR6N
El nico que podia resarcirme de la pérdida de Rica
eres tti, y Rica el nico que me podia consolar de la
tuya, Usbek, tt nos faltas, tii que eres el alma de nues-
ta sociedad. ; Cun violento es romper vinculos por
el corazén y Ia raz6n formados!
Por acé disputamos mucho, casi todas nuestras
contiendas se versan acerca de la moral. Ayer agita
mos la cuestion de si eran felices los humanos por
los gustos y contentos sensuales 0 por el ejercicio de
Ja virtud, Muchas veces te of decir que habian nacido
los hombres para ser virtuosos, y que es la justicia
una cualidad tan propia de ellos como la existencia,
Ruégote que me expliques Io que querias decir.
He hablado con molakes® que me hacen perder
Ia paciencia con sus citas del aleordin; porque no los
12 Sabios musulmanes teélogos y doctores de la ley
CARTAS PERSAS 2
como hombre,
comsulto yo como fiel ereyente, sino
Como eitdadano y padre de familias. A Dios.
spuhan, el iltimo de ta Inna
oa de Safar, 1711
CARTA XI
Usnek a Mrrza, Ex IsrAntan
gui la
emincias, Mirea amado, de tu razén por segu
farts hil hasta consularme y me ces eapaz
Teint: Une cosa para ol iis haga
te prea, pucna opinion que de mi tienes,
area gue In Gobo. ae
Pata desempeniar Io que me mangas he ereido
no te abla de vier de lures muy abstracts
Foon ace no basta con peruadiriasy que e
Here ay aie interes, de exta DaturalezA 300
Mud onl Mae mpreitn har ent acso 8
thn er de tors gues ais,
“En la Arabia habfa un puet ico Hamat
lolita cal desea de ts ansiguon roid
Cr gin dicen los historiadores, mas que a
Haus: £Eniios se semejaban. No eran los moder:
(in lstormes no tenia plo como a, fens
2s gos no allan, peo can tan Bros y ner
108 Os ae a tonacla ene ellos principio in:
ma oguldady justia. oe
ime ea 9 ranjera que bs
totam con steriad con Snimo de cmnenar 58
wa doley poro se conjurarom contra le
Tony exttparon toa a fami rea. Comatose
ron, estspaon acon para formar un GOblerNO ¥ a
ue los hstoriadores
que hata en caermas y ae los Nstoriadrce
ae Ie satis siuabam al sudente de Epi erea del
Rote2 BARON DE MONTESQUIEU
versal. No obstante, volvedme mi dinero y os daré un
cahiz de trigo, porque no os le he de dar a precio
més equitativo aunque os caigais muerto de nece-
sidad.
De all a poco una epidemia cruel asolé la provin-
cia, Vino un médico muy inteligente de un pais inme-
diato, y con tanto acierto administré sus medicinas
que sané a cuantos le lamaron, Habiendo ya cesado
la enfermedad, fue el doctor a pedir la paga de sus
visitas a los que habia curado; pero encontré con re-
pulsas en todas partes, y se volvié a su pais pobre y
agobiado con los trabajos de su largo viaje. En breve
supo que se habia manifestado de nuevo la epidemia
¥ que esta desgraciada tierra estaba més apestada
{que la vez primera, Fueron a buscarle los trogloditas,
sin aguardar entonces a que él hiciera el viaje. Idos
de aqui, les dijo, hombres injustos, en vuestra alma
tenéis un veneno’ mas activo que el de Ia enfermedad,
de que desedis sanar: no merecéis ocupar un lugar
sobre la haz de la tierra, porque ni sois humanos ni
conocéis las reglas de la equidad; y creeria yo que
ofendia a los dioses que os castigan sia su justo eno-
jo opusiera algiin estorbo,
De Erzerén, a 3 de la tuna de Gemadi, 2, 1711
CARTA XII
UsbEK AL MISMO, EN IsPAHAN
Ya has visto, Mirza querido, como su propia perver-
sidad acabé con los trogioditas y fueron victimas de
su injusticia, Sélo quedaron dos familias de tantas
como eran que evitaron las desgracias de la nacién,
Habfa en el pafs dos hombres muy raros que tenfan
humanidad, conocian Ia justicia, tenfan apego a la vir-
tud, y no menos estrechamente unidos por Ia recti-
tud’de su corazén que por lo estragado del de los
CARTAS PERSAS 2B
otros; eran testigos de la general desolacién, y sola-
‘mente por su compasién la sentian: motivo para ellos
de nueva estreciiez, Con reciproco celo se afanaban
por el interés uno de otro; no tenfan otras contiendas,
que Jas que de una tierna y carifiosa amistad prove-
rian; y en el rincén mas remoto del pafs, separados
de sus paisanos, que no eran dignos de su presencia,
vivian serena y feliz vida, y parecfa que cultivada 1a
tierra por tan virtuosas manos daba esponténeamen-
te frutos.
Amaban a sus mujeres, que los querian entrafia-
blemente. Todo su esmero le cifraban en criar sus
hijos en la préctica de la virtud. Sin cesar les conta-
ban las desventuras de sus paisanos, poniéndoles a la,
vista su funesto ejemplo; hacianles particularmente
palpable que siempre el interés de los particulares se
halla en el comin interés; que quien de él se quiere
separar se quiere perder; que no es la virtud cosa que
cueste afanes; que no la'hemos de mirar como un pe-
noso ejercicio, y que la justicia con los otros es cari-
dad consigo mismo.
En breve gozaron el consuelo de los padres virtuo-
sos, que es tener hijos que se les parecen, El pueblo
novel, que a su vista crecia, se aumenté con dichosos
casamientos; multiplicése el numero de hombres, su.
unién siempre fue la misma; y lejos de enflaquecer.
se la virtud con Ia muchedumbre, se fue fortificando
‘con mas y mas reiterados ejemplos.
{Quién pudiera pintar aqui la ventura de estos
trogloditas? Tan justificado pueblo habia de ser ama-
do de los dioses. ‘Asf que abrié los ojos para conocer:
los, aprendié a temerlos, y suaviz6 la religién lo aspe-
ro que en sus costumbres habia dejado la naturaleza,
Fundaron fiestas en honra de los dioses. Ornados
de flores los mancebos y las doncellas las celebraban
con bailes y con los acentos de una campestre misi-
ca; seguianse Iuego banquetes donde con el contento
reinaba la frugalidad. En estas asambleas se explica-
ba con candor Ia naturaleza; adiestrébase alli la ju-
ventud a dar y a recibir el don del corazén; alli elPa BARON DE MONTESOUIEU
inal pudo deja Sona cade de boc
a ole ca trees coea aba al america oe
ternal al las meses termes se gorabon anunctand
Ge antemano un dulce 9 fel enlace,
Al Templo nan a plorar el favor de fs doses
a ee gee epee
fos no fers, Postrabante lox pics de ls aay para
Implorar is salud de nus padsen a union esos ner
tmunoo la tetra de us copours el cari y la ob
diencia de sus hijos. Llevaban las doncellas su cora-
gan en tibuto los loses, st pediles otra praca
Sue la'ce hacer ele awn woglodte
it laoneee oe oa eee
praderay arastiaba los fatigados buses del rad
Sef com tal tae cantatas
[a virlud ye fevidad que con um nuevo pucblo tena
Gan: celcbraban la grandera de Tos denen favor
propice siempre al hombre que los implore, su ne
PicoicTeaais eaaTet(aneiee lazioeee taeeslemees
Diane dle de la da nston yn vos
ticton de ios que stempre ora la inccenels, Entree
bance despues al such que nunca os ctidados nt
i eee cere
alee acsaaiatereme eco
sus necesidades, Ere ignotada eh este aforunado is
In cotiia hacanse mutes regaton, > quem mas daa
{ects et mis bien Hbrad, Mrdbace et pach tro
Sit co aa sta fami cas sempre saben
ezeados Tos ganas, el taico aan de gu se de
sentendian era el de repartirlos. ae “
De Erzerén, a 6 de ta luna de Gemadi, 2, 1711
CARTAS PERSAS 2
CARTA XIIL
‘Usuex a1 Miso
Seria nunca acabar hablarte de la virtud de tos tro:
tloditas. Uno decia un dia: mafana ha de ir mi padre
a arar su pegujar; yo me levantaré dos horas antes
‘que amanezca, y cuando vaya le encontrard ya arado.
Otro pensaba entre si: me parece que est4 mi herma
na prendada de un troglodita mozo, pariente nuestro;
pues he de hablar con mi padre y contratar estas bo-
Jas. A otro le fueron a decir que unos ladrones se
habjan Hevado su ganado: mucho lo siento, respon-
did, porque habia en él una novilla blanca que pen-
Saba sacrificar a los dioses. A uno se le ofa; tengo
‘que ir al templo a dar gracias a los dioses de que
haya cobrado la salud mi hermano que tan amado es
de mi padre, y a quien yo tanto quiero. O bien, en cl
terreno que con el de mi padre linda estan los labra-
Gores expuestos todo el dia al calor del sol; es preciso
Que plante en él dos Arboles para que puedan los
pobres ir algunos ratos a descansar a su sombra.
‘Un dia que estaban reunidos muchos trogloditas,
habl6 un anciano de un mozo de quien presumfa que
habia cometido una accion fea, y se la reprendié agriay
mente. Creemos que no ha cometido ese delito, dije-
ron los otros mozos; pero si le ha cometido, jojals
que muera el postrero de su familia!
‘Vinieron a decir a un troglodita que habfan unos
extranjeros saqueado su casa y todo se Io habian Ile-
Vado. Si no fueran injustos, replic6, quisiera que les
Otorgaran los dioses una posesién més dilatada que
‘Con tanta prosperidad se excité la envidia ajena;
juntaronse los pueblos inmediatos y con fuitiles pre-
textos se resolvieron a robar sus gatuados. Asi que se
supo esta determinacién, les enviaron los trogloditas
embajadores que hablaron asi: ¢Qué os han hecho los% BARON DE MONTESQUIEU
trogloditas? {Os han quitado vuestras mujeres, roba-
doos vuestras reses, asolado vuestros campos? No;
que somos justos y tememos a los dioses. Qué que-
réis de nosotros? {Pedis lana para haceros vestidos?
¢Pedis leche de nuestros ganados o frutos de nuestras
tierras? Dejad las armas, venid en medio de nosotros
y todo os lo daremos. Empero por cuanto mas si
grado hay os juramos que si como enemigos os me.
{gis en nuestro pais, os miraremos como a un pueblo
sin justicia y os trataremos como a fieras,
Oyeron con desprecio estas razones aquellos pue-
blos silvestres, y entraron en el pais de los troglodi
tas figurndose que fiaban éstos en sélo su inocen-
cia su defensa, Mas estaban bien preparados a defen-
derse, y habian colocado en medio de ellos a sus hijos
y sus mujeres. Habfalos pasmado no la muchedum-
bre de sus enemigos, sino su sinrazén; se habian in-
flamado en un nuevo ardor sus pechos; queria uno
morir por su padre, por su mujer y sus hijos otro,
éste por sus hermanos, aquél por sus amigos, todos
por el pueblo troglodita; el puesto del que expiraba
al punto le ocupaba otro, que, ademas de la catisa co-
mun, tenia una muerte particular que vengar.
Esta fue la lid de la injusticia con la virtud. Aque.
los pueblos cobardes que sélo robar querian apela-
ron sin vergiienza a la fuga, y cedieron a la virtud de
los trogloditas sin que hiciese ésta impresién en sus
4nimos.
De Erzeron, a9 de la luna de Gemadi, 2, 1711
CARTA XIV
UsBex aL Masao
Crecia cada dia Ia poblacién, tanto que creyendo los
trogloditas que era conveniente elegir un monarca,
acordaron deferir el cetro al que mis justo fuese, y
pusieron los ojos en un anciano, por su edad y por
CARTAS PERSAS a
pe oe ea eee
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a a ey ae ee
water, screws chew ovo eco
De Erzerén, a 10 de ta tuna de Gemadi, 2, 1711