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DIARIO DE CONSTRUCCIÓN DE UN

KAYAK TRADICIONAL GROENLANDÉS

Francisco García Marqués


Copyright © 2008 Francisco García Marqués. Reservados todos los derechos.

Composición Carmen Fernández Valcarce

1 por Francisco García Marqués


El kayak tradicional, su construcción y su uso,
su estudio, las leyendas que lo rodean…
La fascinación que todo esto me produce
marca una nueva etapa en mi vida.

Febrero 2.008

2 por Francisco García Marqués


CONTENIDO Pág.

1.- Herramienta aconsejable para construir un qajaq…………… 7

™ Maquinaria eléctrica 7
™ Herramienta manual 8
™ Herramienta de corte
™ Herramientas para medir y marcar
™ Herramientas de sujeción

2.- Materiales necesarios……………………………………………… 9

™ Madera 9
™ Cordel para las ligadas
™ Tejido para la cubrición
™ Barniz
™ Cordón de cuero
™ Otros materiales

3.- Despiece de la madera ……………………………………………… 10

4.- Dimensiones………………………………………………………… 15

5.- Distribución de las bordas ………………………………………… 16

™ Determinación de los parámetros antropomórficos 16


™ Situación en el kayak de las dimensiones antropomórficas 17
™ Ubicación del resto de los travesaños de cubierta 19
™ Distribución de las costillas 19

6.-Cajeado de las costillas……………………………………………… 21

7.- Ángulo lateral de las bordas y arrufo (“Flare and sheer”)……… 24

8.- Cajeado de Baos 1…………………………………………………… 32

9.- Cajeado de Baos 2…………………………………………………… 35

10.- Biselado del canto superior de las bordas……………………… 43

11.- Ensamblaje de las bordas………………………………………… 47

™ Diseño de la cubierta 47
™ Biselado de la unión 49
™ Alineación de centros y simetría del conjunto 50

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Pág.

12.- Travesaños rectos…………………………………………………… 59

13.- Travesaños curvos…………………………………………………… 71

14.- Ensamble de la cubierta…………………………………………… 84

™ Travesaños 84
™ Unión de las bordas 89
™ Asegurar los travesaños 97

15.- El casco………………………………………………………………. 114

16.- Acoplamientos de la roda y el codaste con las bordas……… 115

17.- Posición y curvatura de la quilla…………………………………. 123

18.- Longitud de las costillas…………………………………………… 126

19.- Costillaje…………………………………………………………….. 130

20.- Roda y codaste……………………………………………………… 147

21.- La quilla……………………………………………………………… 159

22.- La ligada continua………………………………………………….. 171

23.- Los costados…………………………………………………………. 181

24.- Largueros de pantoque……………………………………………. 182

25.- Placas de enlace…………………………………………………….. 203

26.- Primera prueba……………………………………………………… 213

27.- El Masik……………………………………………………………… 215

28.- Largueros de cubierta………………………………………………. 231

29.- El esqueleto………………………………………………………….. 238

30.- Paava, paaq, paa? … la brazola……………………………………. 239

31.- La piel “amiq”………………………………………………………. 247

32.- Cubrir el kayak……………………………………………………… 252

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Pág.

33.- Instalación de la brazola…………………………………………… 272

34.- Barnizado…………………………………………………………….. 277

35.- Líneas de cubierta…………………………………………………… 279

36.- Punto final……………………………………………………………. 286

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PARTES DE UN QAJAQ:

Vista general de un qajaq


tradicional groenlandés

Algunos elementos del qajaq y sus


equivalencias en groenlandés

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1.- HERRAMIENTA ACONSEJABLE PARA CONSTRUIR UN QAJAQ

La afición al kayak de mar nos lleva, cada día a más de nosotros, a interesarnos por
la construcción de nuestra propia embarcación. En general no se puede decir que
seamos gente demasiado experta en el trabajo de la madera. Nos metemos en estos
berenjenales con mucha ilusión pero pocos conocimientos así que cualquier ayuda
que se nos preste puede ser de gran utilidad y solo desde esta perspectiva me
atrevo a escribir de estos temas.

Lo primero que hay que decir sobre la herramienta que vamos a utilizar en la
construcción de un kayak es que es peligrosa. Incluso muy peligrosa,
especialmente la herramienta eléctrica. No se trata de asustar a nadie pero si de
concienciar a los más confiados. Nuestro primer objetivo debe ser acabar cada
jornada con todos los dedos en su sitio y conste que esto lo digo más para mi que
para cualquier otro que pueda leerlo.

En el proyecto vamos a usar alguna herramienta eléctrica y otra manual. Muchos


de nosotros tenemos tendencia a pensar en la herramienta manual como un
sustituto barato y más o menos anticuado de la moderna maquinaria eléctrica. En
general con la herramienta manual se consiguen mejores acabados y más precisos
que con la eléctrica y en muchas ocasiones es incluso más rápida. Mientras que
trabajar con herramienta eléctrica me produce estrés trabajar con una herramienta
manual bien ajustada me resulta relajante. Aún así suelo utilizar la maquinaria
para despiezar la madera y para las primeras fases en la preparación de las
distintas piezas. En general trabajos muy repetitivos.

Maquinaria eléctrica

Si alguien pregunta si se puede construir por completo un qajaq sin utilizar


ninguna herramienta eléctrica la respuesta es si pero....

Así pues en la construcción de un qajaq nos va a resultar imprescindible un taladro


y una sierra circular portátil. Una sierra de mesa sería muy conveniente pero ojo al
parche porque su uso puede ser más peligroso de lo que cabe esperar y requiere de
un aprendizaje y de unas precauciones. Entre el rango de conveniente e
imprescindible están la cepilladora y la regruesadora. Creo que puede servir un
cepillo eléctrico portátil, especialmente los que tienen un accesorio para
convertirlos en regruesadora. Siempre queda la posibilidad de encargar a algún
carpintero que nos corte la madera para las piezas principales, bordas, travesaños
de cubierta, costillas, stringers y quilla.

También puede ser de gran utilidad una fresadora y una sierra de cinta. Una
lijadora orbital o de banda también hará alguna función.

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Herramienta manual

Prácticamente cualquier utensilio que sirva para cortar madera nos puede ser de
utilidad. Para realizar los distintos trabajos tenemos que elegir una herramienta
adecuada de entre las que tengamos disponibles y sepamos utilizar. Hay quien con
un simple cuchillo bien afilado consigue resultados que otros no pueden alcanzar
ni con la herramienta más sofisticada. Por otro lado puede que en algún momento
tengamos que clavar una punta y necesitemos un martillo, o que tengamos que
sacarla y necesitemos unas tenazas, o que necesitemos un destornillador para
apretar la cuchilla de un cepillo. Quiero decir que dar una lista exhaustiva de toda
la herramienta que podemos llegar a necesitar no viene al caso. Cuanta más
tengamos mejor. De todos modos la herramienta que con mayor frecuencia se va a
utilizar es la que sigue:

Herramientas de corte.

™ Sierras: Al menos dos y al menos una de corte al hilo, y mejor si son


japonesas.

™ Cepillos: Repasando mentalmente creo que he utilizado seis diferentes


Desde luego que no todos son necesarios. Si solo hubiese tenido uno creo que
también me habría arreglado.

™ Bastrenes: Es muy útil durante todo el proceso tener a mano al menos uno
de suela plana. Esporádicamente viene bien otro de suela convexa para
cepillar en curvas cóncavas.

™ Cuchilla (no se si llamarla de ebanista): No es necesario que sea muy fina.


Igual que con el bastrén es muy útil tener a mano una de uso general, más
bien gruesa. Son baratas y se encuentran con facilidad en tiendas del gremio.
También hay quien las hace con trozos de cintas viejas de la sierra.

™ Formones: Con uno de 25 mm ó 30 mm puede ser suficiente para tareas


más o menos generales. Si hacemos los cajeados a mano también se necesitará
otro de medida igual al ancho de la caja. Esto quiere decir que para las
escopleaduras de las costillas se necesita un formón de 8 mm y si se cajean
los travesaños de cubierta otro de 10 mm.

™ Escofina: Aunque menos elegante que las anteriores nos puede sacar de
algún atasco.

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2.- MATERIALES NECESARIOS

La madera

No hay por que complicarse con la elección de la madera. Prácticamente cualquier


madera de pino en largo suficiente que evite empalmes servirá. En esas longitudes,
más de 5 m, lo que se encuentra son maderas de importación de bastante buena
calidad y más o menos limpias.

Esta vez encontré "pino amarillo" o pino melis en


largos de 6 m. Para mí, que no soy un experto en
maderas, las denominaciones que estas reciben
son siempre objeto de confusión. Así hay quien
se refiere al pino amarillo como pinotea, aunque
yo se que la pinotea que usé en el kayak anterior
era distinta a la madera que ahora he comprado.
No importa. Ambas son perfectamente válidas.
Esta parece menos resinosa y se trabaja mejor.

En el almacén, el que está más cerca de casa, me


dejaron escoger un par de tablones sin
demasiados nudos. Para hacer las bordas, quilla
y stringers trataré de entresacar piezas lo más
limpias posible. Las partes del tablón que
presentan más nudos los reservaré para los baos
y pequeñas piezas.

Me hubiera gustado ser más exigente con la orientación del grano en el tablón pero
creo que todo no puede ser... madera no muy cara, pocos nudos, largo suficiente...

Creo que con un solo tablón de 7 x 14,5 x 600 cm será suficiente.

Para las costillas dispongo de ya alguna madera verde de roble en largos de 1 m.


También voy a necesitar algún tablón de unos 2 m de roble o mejor fresno para la
brazola de la bañera. De momento no me corre prisa.

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3.- DESPIECE DE LA MADERA

Aserrado longitudinal

Es la operación que comúnmente se conoce como corte al hilo. De todo este


proceso constructivo es lo que más pereza me da. Las piezas son tan largas que no
me caben en el taller, así que tengo que hacer esta tarea en la calle, al aire libre,
empleando herramienta portátil; más en concreto una sierra circular y un cepillo
portátil con un accesorio que me permite usarlo como regruesadora. Solo me he
preocupado de obtener los elementos estructurales longitudinales más largos, es
decir bordas, chines y quilla. Podría seguir con la herramienta que he mencionado
para obtener las piezas necesarias para los travesaños y los stringers de cubierta y
otras pequeñas piezas que se requerirán en las distintas fases del proyecto, pero
para esto prefiero usar la maquinaria que tengo en el taller que siempre me
ofrecerá mayor precisión y rapidez. Ya lo iremos viendo. De momento
concentrémonos en esos elementos longitudinales de mayor tamaño.

Las bordas deben tener un grosor de 20 mm y una anchura que puede variar desde
los 65 hasta los 80 mm. En cuanto a la quilla y los stringers del casco (chines) las
medidas pueden variar desde los 20 x 20 mm que recomiendan algunos hasta los
30 x 25 que recomiendan otros. Es precisamente H.C. Petersen, el único autor
groenlandés, el que siempre recomienda las mayores dimensiones para las
distintas piezas.

En mi primer kayak las bordas medían 20 x 75 mm y la quilla y chines 20 x 20 mm.


En esta ocasión he rebajado las bordas a 20 x 70 mm con el fin de aligerar un poco
el conjunto y he aumentado las otras piezas a 20 x 25 mm para tener más juego al
colocar los chines en el casco (esto se verá en su momento.) En resumen, las piezas
que he preparado son:

2 bordas de 20 x 70 mm
1 quilla de 20 x 25 mm
2 chines de 20 x 25 mm

En las fotos se muestra este proceso:

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El 1er corte se realiza con el disco a
media profundidad. Conviene serrar
una tabla un par de mm más gruesa
de lo que vamos a necesitar.

En una 2ª pasada el corte se


realiza con el disco regulado a la
máxima profundidad y aún así
puede no se suficiente

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El grosor del tablón es mayor que
la máxima profundidad del corte
de la máquina. Se necesita una 3ª
pasada desde la otra cara del
tablón.

Ya tenemos la 1ª pieza

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Cepillado para eliminar las
marcas del disco y dejar el
tablón listo para un nuevo
corte.

Para acabar regrueso las piezas 20 mm

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Piezas suficientes para 2 bordas, 2 chines y una
quilla. La madera para las piezas más pequeñas la
trabajaré en el taller.

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4.- DIMENSIONES

Para construir este kayak pretendo basarme en las instrucciones de Petersen,


Cunningham o Morris que en líneas generales y aunque con matices son bastante
similares. De acuerdo con estos tres autores la eslora total del kayak será igual a
tres veces la envergadura del tripulante, entendiendo por envergadura la mayor
distancia que una persona puede abarcar con los brazos totalmente extendidos en
cruz (en la mayoría de las personas esta envergadura coincide con la estatura.) En
nuestro caso el kayak tendrá una eslora de 5,70 m.

Aunque limitados por la anchura de las caderas, para determinar la manga


tenemos mayor libertad. La elección dependerá de nuestras preferencias
personales y del uso al que se destine el kayak. Petersen recomienda, para un
kayak de uso general, una manga igual al ancho de las caderas aumentado en 15
cm. Por otro lado hay quien buscando kayaks muy rápidos o muy fáciles de
esquimotar limita la manga de su kayak a la medida que obtiene al medir el ancho
de las caderas teniendo una mano plana pegada a cada lado. En el caso que nos
ocupa considerando una anchura de caderas de 38 cm vamos a dar una manga de
48 cm.

Para medir la anchura de las caderas lo mejor es sentarse en


el suelo y pegar una caja de cartón a cada costado. Luego solo
tendremos que medir la distancia de una caja a la otra.

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5.- DISTRIBUCCIÓN DE LAS BORDAS

Ya se vio en la sección de ripping que los tablones que se utilizarán para las bordas,
en inglés gunwales (pronunciado “ganels”) o apummat en groenlandés (en singular
apummaq), tienen una sección de 7 x 2 cm. La longitud a la que hay que cortar estos
tablones es igual a la eslora total menos un codo. El codo es la distancia que va
desde la articulación del mismo nombre hasta el extremo de la mano. Para este
kayak las bordas miden 525 cm de largo (eslora total 570 cm).

Una vez que tenemos las bordas cortadas a su medida en largo, ancho y grueso,
procedemos a la distribución de los otros elementos estructurales que se van a
alojar en ellas. No es difícil pero hay que dedicarle cierta atención.

Determinación de los parámetros antropomórficos

Como hablamos de un kayak hecho a la medida de su tripulante debemos en


primer lugar determinar las dimensiones antropomórficas básicas. El consejo que
daría yo al que nunca haya utilizado un kayak groenlandés es que se olvide de las
dimensiones y sobre todo de la postura adoptada en un kayak moderno de fibra o
de plástico.

Observemos la foto. De los diversos métodos para determinar esas


proporciones elegimos el del tablón por ser el más gráfico.

Cogemos un tablón de unos 2,20 x 0,20 m., de grueso suficiente para soportar
nuestro peso y lo equilibramos sobre un listón atravesado de unos 4 x 4 cm.
Marcamos sobre el tablón el punto correspondiente al centro del travesaño. Este
será el punto de equilibrio del tablón. A continuación nos sentamos sobre el tablón en
posición de paleo con las piernas estiradas (apenas si cabe un puño bajo las
rodillas) de modo que este siga equilibrado sobre el listón. Nuestro centro de
gravedad estará en la vertical de ese punto de equilibrio. Los pies, calzados con los
escarpines de suela más gruesa que usemos para palear, apuntarán hacia delante
con los dedos ligeramente arqueados hacia atrás. Queremos saber hasta donde
alcanzamos con la base de los dedos, o en términos más científicos con las cabezas
de los metatarsianos. Con una escuadra marcamos sobre el tablón el punto que

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está en la vertical de esas almohadillas de los pies. Esa será la posición del bao de
cubierta que hará de apoya pies.
Anotamos también el punto en que los talones hacen contacto con la tabla.

Ahora metemos una mano bajo el trasero y localizamos la protuberancia ósea que
hace contacto con la madera, el isquion para ser exactos. Marcamos este punto
sobre el tablón.

Apoyamos una caja de zapatos o similar contra la parte baja de la espalda y


marcamos sobre la tabla la posición teórica del respaldo. Puede que en la práctica
retrasemos con respecto a este punto el travesaño de cubierta a popa de la bañera
(isserfik).

Colocamos otro listón sobre los muslos, unos 2 ó 3 cm por detrás de las rótulas y
con la ayuda de una escuadra marcamos sobre el tablón la vertical del borde
delantero de ese listón. Este punto se corresponderá a la posición del seeqqortarfik,
el travesaño de cubierta en que anclaremos las rodillas, o mejor los muslos, para
controlar el kayak. Este seeqqortarfik puede ser o no, dependiendo del sistema de
construcción, la misma pieza que el masik (el masik es el bao inmediatamente a proa
de la bañera donde se apoya la brazola. Está considerado como el travesaño de
cubierta más importante desde el punto de vista estructural.)

Tener la espalda apoyada contra un barrote de madera no solo no resulta cómodo


sino que puede acabar por ser un incordio. En este caso el respaldo o isserfik irá 10
cm por detrás de su posición teórica. En consecuencia la distancia entre tal
respaldo y el travesaño que sirve de anclaje para las rodillas aumenta en esos 10
cm. Si quisiéramos apoyar en ambos travesaños la brazola de la bañera tendríamos
que usar una brazola también 10 cm más larga que si no hubiésemos retrasado el
respaldo. Para evitar el uso de una brazola tan grande recurrimos a lo que se da en
llamar doble masik. Es decir habrá un travesaño que sirva de anclaje para las
rodillas, el seeqqortarfik e inmediatamente detrás, a unos 2 cm. de distancia irá el
masik propiamente dicho.

Situación en el kayak de las dimensiones antropomórficas

Foto retocada para mayor claridad

17 por Francisco García Marqués


Tenemos que trasladar a las bordas los puntos marcados sobre el tablón. Para ello,
lo más práctico es hacer uso de una tablilla estrecha de más o menos 130 cm de
larga a la que trasladamos todas las marcas que tenemos en el tablón.
Conservaremos esta tablilla hasta haber finalizado la construcción del kayak e
incluso posteriormente como recordatorio de las dimensiones que hemos utilizado.
Puede sernos útil si en el futuro queremos hacer modificaciones o construir otro
kayak. También es muy conveniente marcar las dos bordas al mismo tiempo
manteniéndolas para ello unidas por sus caras interiores mediante el uso de
prensillas o incluso de puntas o tirafondos. De este modo minimizamos la
posibilidad de errores y garantizamos la simetría. Teniendo las dos bordas así
unidas, determinamos su centro geométrico, el punto que equidista de ambos
extremos y marcamos un línea alrededor de los dos tablones que nos señale la
posición de este centro geométrico. Esta línea debe ser bien visible y claramente
diferente de todas las demás que vamos a marcar sobre las bordas.

Hecho esto aún nos queda por hacer una última marca sobre la tablilla de
mediciones. Antes de seguir adelante debemos tener en cuenta que no nos interesa
que nuestro centro de gravedad (el punto de equilibrio del tablón) caiga sobre el
centro geométrico del kayak. Es preferible que vaya un poco retrasado. De ese
modo la proa irá más levantada que la popa con lo que el kayak mantendrá mejor
el rumbo y remontará mejor las olas ¿Cuánto retrasamos nuestro centro de
gravedad, o lo que es lo mismo el punto de equilibrio del tablón, respecto al centro
geométrico de las bordas? Hay varios modos de determinar esto. Unos dicen que
la posición teórica del respaldo estará a popa del centro geométrico de las bordas
una distancia igual a nuestro pie más nuestro puño. Petersen marca la posición
teórica del respaldo a 25 cm a popa de ese centro geométrico pero me da la
impresión que eso coloca el centro de gravedad del tripulante casi sobre el centro
geométrico de las bordas. El método más sencillo y el utilizado en este caso es el
que nos explica Cunningham. Consiste en medir la distancia desde la posición
teórica del respaldo al punto de equilibrio del tablón y dividir esa distancia entre 3. Ya
está.

Para este kayak la distancia desde el punto de equilibrio a la posición de la espalda


baja es de 24,5 cm., que divida entre 3 nos da un resultado de 8 cm. Pues bien,
volvemos a la tablilla y hacemos una marca 8 cm por delante de la marca
correspondiente al punto de equilibrio del tablón. Rotulamos esta última marca
como "centro de las bordas".

Ahora si. Colocamos la tablilla longitudinalmente sobre el canto superior de ambas


bordas unidas de modo que la marca de la tablilla rotulada como centro de las
bordas se sitúe sobre el centro geométrico real de las bordas (la línea que contornea
los dos tablones). Pasamos a las bordas el resto de las marcas que tenemos en la
tablilla.

Para la marca del seeqqortarfik (anclaje de las rodillas) y todas las marcas
correspondientes a travesaños de cubierta que estén a popa del seeqqortarfik

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marcaremos una X por el lado de popa de la marca. De este modo indicaremos que
la marca se corresponde al borde delantero del travesaño de cubierta en cuestión.
Para todas las marcas correspondientes travesaños de cubierta que estén a proa del
seeqqortarfik marcaremos una X por el lado de proa de la marca. De este modo
indicaremos que la marca se corresponde al borde trasero del travesaño de
cubierta.

Algunas de las marcas del borde superior de las bordas serán borradas en
próximas fases de la construcción, por lo que antes de seguir adelante pasaremos a
las caras exteriores de las bordas todas las marcas referentes a travesaños de
cubierta.

Ubicación del resto de los travesaños de cubierta

A 60 cm del extremo delantero de las bordas hacemos una marca que sitúa el bao o
travesaño de cubierta, ajaaq para entendernos, que marcaremos como nº 1
(usaremos baos de 20 x 45 mm de sección). Entre el bao nº 1 y el apoya pies o
tukerumiak se sitúan otros dos travesaños que se espaciarán a intervalos regulares.

Entre el apoya pies, o travesaño nº 4 y el que sirve de anclaje para las rodillas,
seeqqortarfik o travesaño nº 6 se sitúa equidistante de ambos, el travesaño nº 5.

La marca del bao nº 11 se sitúa a 63 cm del extremo trasero de las bordas. Entre el
bao nº 11 y el respaldo, que como dijimos se ha retrasado 10 cm respecto a su
posición teórica, se colocan otros tres travesaños espaciados a intervalos regulares.

Al masik no se le asigna número. Recordemos que todos los travesaños a popa del
seeqqortarfick y este incluido llevan una X a popa de su marca de posición, mientras
que para los travesaños a proa del seeqqortarfick la X irá a proa de su marca de
posición.

Distribución de las costillas

Unos hablan de poner más y otros menos costillas. Unos dicen que esas costillas o
cuadernas serán de mayor sección y otros que de menos. En este caso se colocan 21
costillas, espaciadas de centro a centro 20 cm (este intervalo se altera ligeramente
para algunas costillas en la zona de la bañera) y de una sección de 25 x 6 mm. La
costilla nº 1 se sitúa inmediatamente a popa del bao nº 1 (Petersen la coloca a 60 cm
del extremo delantero de la borda). La costilla nº 21 se sitúa inmediatamente a proa
del bao nº 11 (Petersen coloca también esta costilla a 60 cm del extremo trasero de
la borda). En la ubicación de las costillas se atiende a los siguientes criterios:

™ Que el espaciado sea lo más regular posible.

™ Que ninguna costilla coincida en el mismo punto que un travesaño. Al usar


bordas tan estrechas (70 mm en este caso) si hiciéramos en un mismo punto

19 por Francisco García Marqués


de la borda el cajeado para la costilla y el cajeado para el travesaño, la borda
quedaría muy debilitada. Esta precaución quizá no fuese necesaria si
utilizásemos bordas más anchas, en el entorno de los 8 cm. Si tal coincidencia
se produce tendremos que desplazar ligeramente bien el travesaño bien la
costilla en cuestión o bien alteraremos ligeramente todo el espaciado
intercostal. Una costilla claramente desplazada de su posición teórica puede
resultar muy antiestética y sería muy notoria en el caso de una tela
transparente.

™ Que ninguna costilla coincida bajo el punto de apoyo del trasero, las
protuberancias del isquion, ni bajo los talones. Antes bien procuraremos que
estos dos puntos anatómicos coincidan en el punto medio entre dos costillas.
Por esta razón en la zona de la bañera muy posiblemente nos veamos
forzados a alterar el intervalo entre las costillas. De hecho Cunningham
recomienda que comencemos en estos dos puntos y atendiendo a este criterio
el reparto de las costillas.

Durante todo el proceso de marcar las bordas conviene ser disciplinado y


metódico. En el caso de las costillas marcamos el canto inferior de las bordas.
Numeraremos todas las costillas empezando por la proa. Si solo hacemos una
marca para indicar la posición de cada costilla, esta marca indicará el borde
delantero de la costilla, o lo que es lo mismo pondremos la X a popa de la marca.
Lo mejor de todas formas es utilizar una tablilla del mismo ancho que las costillas
y de largo igual al espaciado intercostal. Determinada la posición de una costilla
apoyamos la tablilla a lo largo de la borda de modo que un extremo coincida con la
marca de la primera costilla. El otro extremo nos indicará la posición de la
siguiente costilla. Marcamos. Ponemos ahora la tablilla atravesada sobre la borda
de modo que uno de sus lados coincida con la marca anterior. El otro borde nos
indicará el borde opuesto de la misma costilla o mejor del cajeado que tendremos
que hacer para alojar esa costilla.

20 por Francisco García Marqués


6.- CAJEADO DE COSTILLAS

En los cantos inferiores de las bordas tendremos que realizar una serie de
escopladuras donde se alojarán los extremos de las costillas. Estas cajas o
escopladuras serán de igual ancho y largo que la sección de las costillas. En el kayak
que nos ocupa 25 x 6 mm. Es importante que la escopladura quede bien centrada en
el canto de la borda de modo que a cada lado nos quede una pared de madera de
idéntico grosor. En este kayak y teniendo las bordas un grosor de 20 mm, la pared
de madera a cada lado de la escopladura es de 7 mm.

También es muy importante que todas las cajas tengan la misma profundidad; 20
mm en este caso.

Hay muchos modos de hacer las escopladuras, con un formón, con el taladro, con
máquinas especiales, etc. Yo prefiero usar la fresadora. Es seguramente el método
con mayor relación calidad/precio o lo que es lo mismo precisión/tiempo. La
fresadora que se ve en las fotos me da la precisión suficiente para este trabajo (bien
es verdad que tengo que reforzar con prensillas la sujeción de la guía.) La compré de
oferta en unos grandes almacenes dedicados al bricolaje y si no recuerdo mal me
costó 50 €. En la oferta se incluía un juego de fresas y un estuche de madera para
guardar el conjunto.

El método de trabajo que utilizo es como sigue: hago un agujero a tope de


profundidad por el lado interior de una de las marcas de la caja. Después hago otro
agujero a tope de profundidad por el lado interior de la otra marca. Con la fresa
regulada a 1/3 de la profundidad tope voy de un agujero al otro (no me hace falta
arrimarme por completo al borde exterior de cada agujero). Bajo la fresa un poco
más y doy otra pasada. Bajo la fresa a tope y realizo una última pasada.

Por supuesto antes de hacer nada sobre las bordas hago pruebas sobre algún
sobrante de los tablones que utilizo para las mismas bordas. De ese modo
compruebo los ajustes de la máquina y observo sus reacciones sobre la madera.

Se que el mantel con fresitas que aparece en las fotos resta profesionalidad.
Reconozco que siempre he sido un poco adán. En las fotos se puede ver toda la serie
referente al cajeado de las costillas:

21 por Francisco García Marqués


En el otro extremo perforamos otro taladro.
Practicamos un primer taladro en un Solo nos falta hacer correr la fresa de un
extremo de la caja que queremos tallar. taladro al otro. Podemos hacerlo en 2 ó 3
pasadas sucesivas aumentando la
profundidad en cada pasada.

Hemos acabado de tallar la caja.

22 por Francisco García Marqués


Iniciamos una nueva caja para otra costilla.

Hemos concluido el cajeado para las costillas

23 por Francisco García Marqués


7.- ANGULO LATERAL DE LAS BORDAS Y ARRUFO (“Flare and sheer”)

El arrufo o arrufadura es la curvatura


que describe en un kayak la línea de
unión de la cubierta con el casco
haciendo que en general tanto la popa
como la proa estén a mayor altura
sobre el agua que la parte central de la
embarcación. Dicho de otro modo es la curvatura, cóncava en la gran mayoría de los
casos, que forma cada uno de los bordes superiores de las bordas de modo que sus
extremos están más alejados del agua que el centro. Hay algunos casos, pocos, de
kayaks con arrufo inverso pero no nos vamos a ocupar aquí de ellos.

Se dice que este arrufo hace que la embarcación sea más fuerte. Tiene consecuencias
claras sobre el rocker y desde luego sobre el comportamiento del kayak. Cuanto
mayor sea el arrufo más influenciable será el kayak a los vientos laterales pero
tendrá mayor facilidad a montar por encima de la ola permitiéndonos un navegar
más seco en mares de grandes olas. El arrufo que demos a nuestro kayak será como
siempre una cuestión de equilibrio.

Algunos constructores para aumentar el arrufo añaden a los extremos de las bordas
unas cuñas como de 30 cm que sujetan al borde superior. La altura de estas cuñas
dependerá del suplemento en altura que queramos conseguir en los extremos de las
bordas y en consecuencia del arrufo que persigamos. Un buen ejemplo de este
sistema lo podemos ver en:

http://wolfgangbrinck.com/boats/boatbuilding/greenlandprocess/sternriser.jpg.

Otros constructores parten de tablones más anchos de los que recortan las bordas de
manera que los extremos de estas sean más elevados que la parte central.

Olvidándonos de todo lo anterior el arrufo depende de dos parámetros básicos, la


manga y el ángulo lateral de las bordas.

24 por Francisco García Marqués


Cuanto mayor sea la anchura del kayak, mayor curvatura en el plano horizontal
tendrán que describir las bordas y mayor arrufo vamos a obtener. Aún así, por
mucha manga que tenga nuestro kayak no obtendremos ningún arrufo en absoluto
si no presentamos las bordas con un cierto ángulo lateral. Este ángulo lateral, flare, es
el ángulo que presenta cada una de las bordas respecto a la vertical y que hace que
sus bordes superiores estén más alejados entre si que los bordes inferiores. Queda
más claro si echamos un vistazo al dibujo.

Si observamos los kayaks que se encuentran en museos vemos que a lo largo de la


historia se han construido kayaks en que las bordas presentan ángulos laterales muy
diversos. Tanto Cunningham como Morris institucionalizaron de algún modo un
flare de 17º que parece haberse convertido en un valor universalmente aceptado
como standards. Ese será el ángulo que utilice yo para las bordas de este kayak.

25 por Francisco García Marqués


Dar forma a las bordas

En un kayak groenlandés las bordas no se unen en una figura simple de huso o de


óvalo, como es el caso del primer dibujo. Es característico de estos kayaks que las
bordas se pincen en las zonas próximas a los extremos forzándolas a describir una
curvatura inversa a la que describen en la zona central. La forma convexa que
presentan en la zona media del kayak se transforma
tanto a popa como a proa en una forma cóncava. Esta
contra curva que describen las bordas no solo
produce el adelgazamiento típico de la popa y de la
proa que hace el kayak más estilizado. Tiene también
una influencia notable en la línea de arrufadura. Visto
el kayak de perfil se observa tanto a popa como a
proa, si no se remedia, una especie de abultamiento o
joroba en la línea de arrufadura.

En algunos kayaks, típicamente, por ejemplo, los del


este de Groenlandia, esta joroba es perfectamente
apreciable. En otros, los más, se busca una línea de
arrufadura continua en la que esta joroba esté
totalmente neutralizada. Petersen habla de dos tipos
de kayak, el A y el B, atendiendo simplemente a si
aparece o no la joroba.

En los kayaks de tipo A, los que tienen la joroba, las


bordas son de anchura constante. A lo largo de toda
la longitud de la borda su canto superior es paralelo
al inferior. En los kayaks del tipo B, aquellos en que
no se aprecia abultamiento alguno, el canto superior
de la borda se talla del modo que se indica en el dibujo precisamente para evitar la
formación de tal joroba.

La figura representa tanto el extremo de popa como el de proa. Ambos se tallan de


forma simétrica. Los números de la fila superior indican la medida en que debemos
rebajar la anchura de la borda. Los números de la fila inferior indican la distancia al
extremo de popa o de proa, según el caso, del punto correspondiente en la fila
superior. Por ejemplo, para el punto situado a 50 cm de la popa tendremos que

26 por Francisco García Marqués


rebajar en 15 mm la anchura del tablón que usamos como borda. Lo mismo para el
punto situado a 50 cm del extremo de proa.

Para dibujar una línea curva continua que pase por los puntos indicados en el dibujo
lo mejor es utilizar un listoncillo elástico de madera de unos 2 m. Clavamos una
punta sin cabeza a 50 cm del extremo del tablón y 1,5 por debajo de su canto
superior. Esta punta servirá de tope superior al listón de madera que usamos como
regla flexible. Por el lado contrario del listón seguimos clavando las puntas
necesarias para forzar una curva en el listón de modo que su borde delantero pase
por los puntos indicados en el dibujo. A continuación no tenemos más que pasar por
el borde delantero del listón un lápiz bien afilado. Dibujado el nuevo contorno curvo
solo nos queda tallarlo.

Hay multitud de métodos para recortar el tablón hasta esa línea curva que hemos
marcado. Trataremos en primer lugar de aproximarnos a la línea utilizando algún
sistema que nos permita avanzar con rapidez. La precisión aquí es secundaria. Una
vez que hayamos hecho el primer desbaste de material utilizaremos un cepillo para
rebajar la madera justo hasta la línea marcada dejando al mismo tiempo un acabado
satisfactorio. Un método sencillo y rápido de hacer la primera fase de este trabajo
consiste en dar varios cortes verticales desde el canto superior del tablón.
Utilizaremos para ello una sierra y daremos los cortes en los puntos donde la línea
curva se aleja más del borde recto del tablón (daremos un corte en el punto de
mayor profundidad a 50 cm del extremo.) Ninguno de estos cortes llegará a tocar la
línea. Después utilizaremos un formón para labrar la madera rápidamente siguiendo
la línea aunque apartados de ella prudencialmente. Los cortes verticales evitarán
que el formón profundice más allá de lo que profundizan esos cortes verticales.

Tallado el borde superior debemos dar forma a los extremos del tablón. Para
aumentar la superficie de contacto entre las dos bordas, en su encuentro a los
extremos de la embarcación, debemos tallar un chaflán en su canto inferior.

El chaflán se inicia a 20 cm de cada extremo de la borda y se le da una pendiente tal


que la anchura de la borda se vea reducida a la mitad justo en la punta.

Una vez que hemos dado forma a las bordas tendremos que separarlas para seguir
trabajando con ellas de manera individual. En este caso, una segunda comprobación
de la flexibilidad de cada una de las bordas me da como resultado que una de las
bordas flexa menos que la otra. Para solucionarlo he puesto un peso sobre la tabla
más rígida y la he dejado así durante toda la noche. Espero que esto sea suficiente.
De otro modo podría probar a rebajar muy ligeramente el grosor de la borda más
rígida.

27 por Francisco García Marqués


Utilizamos un listón delgado como
regla flexible para marcar la curva que
define el contorno que queremos dar
al canto superior de la borda.
También se ve marcado con lápiz el
chaflán en el extremo del canto
inferior.

Con la sierra nos aproximamos a la línea

28 por Francisco García Marqués


Con el formón nos acercamos al la línea pero sin llegar a tocarla

Para cepillar una superficie cóncava el cepillo debe


avanzar muy sesgado respecto a la dirección del
movimiento

29 por Francisco García Marqués


Recortamos el chaflán
en el extremo del
canto inferior

Al igual que hicimos


con la curva tallada en
el canto superior,
rematamos el corte del
chaflán con un cepillo

30 por Francisco García Marqués


Las bordas ya tienen forma

Forzamos una flexión


exagerada en el tablón más
rígido para aumentar su
flexibilidad

31 por Francisco García Marqués


8.- CAJEADO BAOS 1

Fabricación de una plantilla.

La manera más sencilla de unir los travesaños de cubierta a las bordas es mediante
el empleo de clavijas de madera. Yo prefiero sin embargo realizar esta unión
mediante un ensamble a caja y espiga. Se trata de una unión mucho más fuerte que
la anterior y no es tan complicada de realizar como pudiera parecer a primera vista.

Empecemos por las cajas. Debemos practicar en las bordas unas entalladuras
rectangulares de 30 x 10 mm donde luego se alojaran las espigas que recortemos en
los travesaños. Estas entalladuras son pasantes, es decir traspasan el tablón de la
borda de un lado al otro, y forman con él un ángulo igual al flare, en nuestro caso
17º. No es tan complicado.

Todas las cajas son paralelas al canto superior de la borda. La distancia de cada caja
al canto superior de la borda medida por la cara exterior de la borda es de 10 mm.
Recordemos las marcas que habíamos hecho en las bordas para situar los travesaños
sobre ellas. Habíamos puesto una X por uno u otro lado de las marcas. Pues bien,
por el lado de la X de cada marca hacemos otra marca separada 30 mm de la
anterior. Ya hemos determinado la longitud de la caja y su emplazamiento en la
borda. Recordemos también que el masik no se une con este tipo de ensamble, por lo
que no se hará ninguna entalladura destinada a él.

Probablemente el mejor procedimiento para tallar estas cajas es el que nos describe
Cunningham. Al menos es el que menos herramienta necesita, aunque si requiere
del empleo de una plantilla (Cunningham es muy aficionado al empleo de las
plantillas).

Para la fabricación de esa plantilla necesitamos un taco de madera de unos 4 cm de


grueso, no más de 9 cm de ancho y más o menos otros 10 ó 12 cm de largo.
Empezamos por perforar un taladro pasante de 10 mm de diámetro a lo largo del eje
vertical del taco de madera (ver la foto.) Recordemos que 10 mm es el ancho que
pretendemos dar a las cajas. Es importante que este taladro esté perfectamente
alineado con lo que será el eje vertical de la plantilla. Para hacerlo se puede hacer
uso de otro taco de madera similar al que usamos para la plantilla y colocarlo
perpendicularmente a la cara de la plantilla donde vamos a iniciar el taladro. Este
segundo taco de madera nos puede servir de guía para perforar el taladro tal como
se ve en la foto correspondiente.

Describir con palabras la fabricación de la plantilla nos lleva a un autentico


galimatías interminable y tedioso de leer, mientras que un simple vistazo a las fotos
nos dejan las ideas perfectamente claras. Solo un par de aclaraciones:

™ La plantilla se prepara de tal manera que una vez apoyada sobre el tablón de la
borda el orificio perforado en la plantilla debe formar con el tablón de la borda un

32 por Francisco García Marqués


ángulo igual al flare, esto es 17º. Al mismo tiempo el extremo inferior ese orificio
coincidirá a 1 cm de distancia al canto superior de la borda.

™ Al taco de madera que usamos como plantilla le añadimos una tablilla contra la
que apoyaremos el canto superior de la borda a la hora de practicar los taladros. La
misión de esta tablilla es ayudarnos a emplazar cada taladro en el sentido
longitudinal de la borda. La tablilla se confecciona y se coloca de tal modo que desde
cada uno de sus extremos al borde contrario del taladro realizado en el taco de
madera tiene que haber exactamente 30 mm (la longitud de las cajas de los
travesaños). Cuando alineemos la tablilla con una de las dos marcas que hemos
trazado en las bordas para cada travesaño, sabremos que el taladro de la plantilla
quedará justo sobre la vertical del extremo contrario de la caja que queremos tallar.
En resumen, si las escopladuras van a tener 30 mm de longitud y vamos a utilizar
una broca de 10 mm (10 mm es el diámetro del orificio de la plantilla) la tablilla debe
medir 50 mm de largo; 30 x 2 – 10 ó (30 – 10/2) x 2.

Marcamos un bloque de madera para fabricar una plantilla que


usaremos en el cajeado de los travesaños

33 por Francisco García Marqués


Un taco de madera
auxiliar nos ayuda a
guiar el taladro

La plantilla está lista

34 por Francisco García Marqués


9.- CAJEADO BAOS 2

Si observamos las fotos en el orden en que se presentan se hace innecesaria la


siguiente explicación. Aún así veamos paso a paso toda la secuencia de
procedimientos en el cajeado de una escopladura:

™ Si no lo hemos hecho ya empezamos por delimitar la longitud de la


escopladura. Para cada uno de los travesaños hacemos una segunda marca a 30
mm de la primera por el lado que habíamos marcado la X.

™ Colocamos la plantilla sobre la cara exterior de la borda haciendo tope contra el


canto superior. El extremo izquierdo de la plaquita de madera debe coincidir
con la marca izquierda e la escopladura. Perforamos usando como guía el
taladro en la plantilla. El taladro habrá coincidido sobre el extremo derecho de
la escopladura.

™ Alineamos ahora la plaquita de madera con la marca derecha de la escopladura


y perforamos de nuevo. El taladro habrá coincidido sobre el extremo izquierdo
de la escopladura.

™ Colocamos ahora la plantilla de modo que guiemos la broca entre las


perforaciones anteriores. Esta alineación la podemos hacer a ojo mirando por el
taladro en la plantilla. Hacemos la tercera y última perforación.

™ Con un formón bien afilado alisamos y limpiamos los bordes de la escopladura.


Parece que lo más usual es escuadrar los extremos de la escopladura para que
esta quede de forma rectangular. Yo encuentro más sencillo dejar los extremos
redondeados y redondear a su vez y en su momento los espigos en los
travesaños (hago lo mismo con las costillas). Para limpiar los extremos de la
escopladura utilizo una gubia más o menos semicircular de 10 mm de anchura.

™ Por último acabo de lisar las paredes de la escopladura con una lima plana y
otra redonda de diámetro adecuado.

Dependiendo de la anchura del travesaño nº 6 puede que tengamos que retrasar 2


cm hacia popa la caja para este travesaño para conseguir que su borde delantero
quede definitivamente en línea con su correspondiente marca en la borda. En la
entrada correspondiente a los travesaños curvos se insiste sobre este punto.
Recordemos que para el masik no haremos ningún cajeado.

35 por Francisco García Marqués


Tenemos una marca por cada travesaño. La X indica a que lado de
la marca ira el travesaño

Marcamos por el lado de la X y a 30 mm de la 1ª marca

36 por Francisco García Marqués


Completamos la 2ª marca

Las dos marcas delimitan la longitud de la escopladura

37 por Francisco García Marqués


La plaquita de
madera en la
plantilla está
alineada con la
marca izquierda
de la escopladura

La plaquita está
ahora alineada con
la marca derecha en
la borda. (Por
debajo de la
plantilla vemos
asomar el primer
taladro)

38 por Francisco García Marqués


El 3er taladro lo centramos entre los anteriores. Alineamos a
j

Los tres taladros

39 por Francisco García Marqués


Alisamos los bordes con formón

Rematamos los extremos con una gubia redonda

40 por Francisco García Marqués


Alisamos con una lima plana

En los extremos utilizamos una lima redonda

41 por Francisco García Marqués


Resultado final

42 por Francisco García Marqués


10.- BISELADO DEL CANTO SUPERIOR DE LAS BORDAS

En todo este proceso de dar forma a los tablones que van a constituir las bordas del
kayak nos falta un último paso. Biselar el borde interior del canto superior.

Debido al ángulo lateral, flare, con que colocamos las bordas para formar la cubierta,
el borde interior de su canto superior estará a más altura que el borde exterior. Esto
provocará sendas aristas en la tela, una a cada lado, que recorrerán la cubierta
longitudinalmente de proa a popa. Para evitar estas protuberancias, en el supuesto
de que queramos hacerlo, tendremos que biselar los cantos superiores de las bordas
de manera que una vez colocadas con el ángulo lateral que hayamos elegido, ese
bisel presente una superficie horizontal donde se apoyará la tela con que
recubramos el kayak.

De nuevo las fotos ilustran mucho mejor el proceso que las palabras.

Empezamos por marcar una línea a lo largo del canto superior de cada borda. Está
línea será paralela al borde exterior de ese canto superior y estará a 6 mm de él. El
gramil es la herramienta más útil para este tipo de marcaciones. Sobre el extremo
puntiagudo de la borda, en la cara que redujimos a 20 x 35 mm de sección,
marcamos con la falsa escuadra un línea que forme un ángulo igual al flare, 17º, con
el canto superior y que tenga su origen en la línea longitudinal que acabamos de
marcar. Esta línea inclinada nos marca la pendiente del bisel. En el punto de
encuentro de esta línea inclinada con la cara interior de la borda arranca otra línea
que debemos marcar y que recorre la borda a lo largo de la cara interior
paralelamente al canto superior. Si usáramos la trigonometría veríamos que esta
segunda línea que discurre por la cara interior se separa en todo momento 4 mm del
canto superior de la borda (esto para una borda de 20 mm de grosor y un flare de
17º).

Creo que me cuesta más explicarlo que hacerlo. Como digo las fotos lo aclaran mejor
que las palabras.

43 por Francisco García Marqués


A lo largo del canto superior marcamos una línea paralela a la
cara exterior y a 6 mm de ella

La falsa está ajustada a 17º (flare). Marcamos una línea que


arranca en la línea que acabamos de marcar con el gramil

44 por Francisco García Marqués


En el punto de encuentro entre la línea que marcamos con la
falsa y la cara interior, arranca la línea que marcamos ahora con
el gramil y que recorre longitudinalmente toda la cara interior

Cepillamos entre las dos líneas marcadas con el gramil

45 por Francisco García Marqués


El bisel terminado. La cara interior de la borda está a nuestra
izquierda, hacia la parte baja del bisel.

46 por Francisco García Marqués


11. ENSAMBLAJE DE LAS BORDAS

Diseño de la cubierta.

En la fase anterior perfilamos los dos tablones que van a configurar las bordas de
nuestra embarcación (quizá fuera más apropiado hablar de regalas). Nuestro
siguiente objetivo es ensamblar esas dos bordas definiendo el primer boceto de la
cubierta. El trabajo adquiere un nuevo interés. Empezamos a ver formas que se
asemejan a un kayak. Aún así no debemos dejarnos llevar por el entusiasmo. Esta
fase tiene una importancia trascendental en la definición de la forma resultante de
nuestro kayak y aunque nos sirvamos de algunos útiles y de algunas
recomendaciones al final será nuestro ojo y nuestro buen o mal criterio quienes
tengan la última palabra. Se puede decir que dos kayaks serán con toda seguridad
distintos aún teniendo las mismas dimensiones y esta es una de las fases en que
conferimos al nuestro un mayor grado de su distintiva individualidad, y lo hacemos
además de un modo en gran parte subjetivo.

¡Al tajo! Lo más práctico en este proceso es hacer uso de cinco plantillas que
fabricaremos preferentemente de tablero contrachapado de 20 mm de grosor. Para
no aburrir con palabrerío lo mejor es una vez más referirnos a la figura. En las cinco
plantillas los extremos laterales forman un ángulo de 73º con el borde superior e
inferior, justo el flare. En todas, excepto en la central, la anchura puede variar
ligeramente, pero es muy importante ser precisos en cuanto a ese ángulo de 73º. La
anchura de las plantillas será tal que sus extremos laterales se apoyen en toda la
anchura de las bordas sin sobresalir excesivamente.

47 por Francisco García Marqués


Las tres plantillas interiores actúan como separadores mientras que las dos plantillas
de los extremos actúan como tirantes.

La plantilla central tendrá una longitud total justo igual a la manga que hayamos
elegido menos la anchura de las dos bordas en conjunto. Será el primer separador
que coloquemos y lo haremos centrándolo justo en la línea central de las bordas.
Algunos autores prefieren conseguir la mayor anchura del kayak a la altura del
masik. Otra cuestión de preferencias personales.

Las dos plantillas de los extremos tendrán una anchura interior de entre 14 y 20 cm.
Son las que colocamos a continuación, primero una en un extremo y luego en el otro.
Al colocar la primera de ellas debemos tener cuidado. En el otro extremo las bordas
se separarán tanto que se caerán del caballete a no ser que hayamos tenido la
precaución de acercar ese caballete al centro de las bordas o de hacernos ayudar por
otra persona. Hacemos avanzar estos tirantes hacia el centro del kayak hasta que los
extremos de las bordas se toquen.

Ya tenemos colocado el separador central y los dos tirantes. Medimos la distancia de


borda a borda a la altura de los travesaños nº 3 y 9. Tomamos la medida por el lado
de los travesaños más próximo al centro de la embarcación. Estas distancias son las
anchuras respectivas de las otras dos plantillas que nos faltan por colocar.

Colocamos en su sitio los dos nuevos separadores, uno a la altura del travesaño nº 3
y otro a la altura del travesaño nº 9 y los empujamos un poco hacia sendos extremos
del kayak, el del nº 3 hacia proa y el del nº 9 hacia popa. Aquí es donde empieza el
juego. Cuanto más empujemos hacia afuera esos dos tensores más volumen
conferiremos al kayak. Si queremos un kayak de uso general Cunningham
recomienda mover el tensor de proa una distancia igual a la mitad de la separación
entre el travesaño nº 3 y el nº 2 y el tensor de popa un tercio de la distancia entre el
travesaño nº 9 y el nº 10. Morris por el contrario recomienda que el tensor de popa
esté más cerca del extremo que el tensor de proa. Con esto conseguiremos un poco
más de volumen a popa compensando en parte el hecho de que en la mitad
posterior del kayak la cubierta es más baja y su consiguiente implicación en una
merma de volumen con respecto a la mitad anterior. Al dar un poco más de
volumen a popa conseguiremos que el kayak no se clave tanto de atrás y
reduciremos su tendencia a aproarse al viento.

Si lo que buscamos es un kayak de muy bajo volumen apenas si forzaremos el


emplazamiento de eso dos separadores. Podemos obtener una indicación del
volumen que estamos añadiendo al desplazar esos tensores quitando el tensor
central y colocándolo atravesado sobre las dos bordas sobre la misma línea en que lo
teníamos colocado, la línea donde queremos conseguir la máxima anchura del
kayak. Si la separación entre las bordas es menor que la anchura de la plantilla
central es que hemos añadido poco volumen mediante el desplazamiento de los
otros dos separadores. Al contrario, si la separación que mantienen las bordas una
vez que hemos retirado la plantilla central es mayor que la anchura de la plantilla es

48 por Francisco García Marqués


que hemos añadido una considerable porción de volumen. Según Cunningham la
diferencia entre la separación que mantienen las bordas y la anchura de la plantilla
central no debe sobrepasar los 25 mm. La recomendación que nos da Morris es que
ajustemos los dos separadores de modo que la separación entre las bordas no varíe
al retirar la plantilla central.

También podemos mover hacia el centro de la embarcación los dos tirantes de los
extremos afilando más o menos las puntas del kayak y variando por tanto los
volúmenes tanto a proa como a popa. También aquí, según Morris, es conveniente
que el tirante de popa esté más próximo al extremo que el tirante de proa para
conseguir a popa un aumento relativo de volumen. En general debemos buscar
fluidez de líneas evitando forzar en exceso la estructura.

Una vez que hemos determinado la posición de las plantillas nos aseguraremos de
que están perpendiculares a la línea central del kayak (el eje de simetría de las dos
bordas). Una forma de hacer esto es medir a lo largo de cada una de las bordas la
distancia de cada plantilla al extremo más cercano de las bordas. Las dos medidas
deben ser lógicamente iguales. Hecho esto marcaremos sobre las bordas la posición
de las plantillas. Si se produce una caída o desplazamiento accidental de cualquier
plantilla podremos volver a colocarla exactamente en la misma posición. No
obstante para evitar esos desplazamientos accidentales colocaremos en cada borda
un taco de madera que hará de tope a cada una de las plantillas por la parte más
ancha de la abertura entre las bordas y sujetaremos el taco con una prensilla.

Biselado de la unión

Hay algunas tareas del proceso constructivo que a primera vista nos parecen casi
imposibles de realizar y sin embargo, cuando nos explican el cómo, resultan
sorprendentemente fáciles. Uno no puede dejar de pensar en esos viejos esquimales
con admiración y respeto.

Este es el caso de la unión de las bordas en los extremos. Los tablones entran
inicialmente en contacto solamente en un punto de cada extremo, la esquina inferior
e interior del extremo de cada uno de ellos. Para aumentar la superficie de unión
entre ambos tablones debemos biselar sus extremos en un ángulo compuesto que
como digo resulta imposible de calcular pero cuya ejecución es bien sencilla. Lo
único que tenemos que hacer es pasar repetidas veces la hoja de una sierra entre las
dos bordas justo por la unión. En cada pasada la sierra cortará un poco de madera
de cada tablón biselando simultáneamente ambos tablones y aumentando
paulatinamente la superficie de contacto entre ellos. Para esta tarea es preferible usar
un serrucho de tipo europeo de hoja más gruesa que los japoneses. Debemos ser
cuidadosos y trataremos de cortar por igual ambos tablones. A medida que
avanzamos en este proceso veremos que los extremos de las bordas se van
estrechando en su parte inferior. Trataremos que las dos mantengan el mismo
grosor.

49 por Francisco García Marqués


Continuaremos pasando la sierra hasta que las bordas entre en contacto a lo largo de
toda la altura de sus extremos o hasta que el grosor combinando de ambas sea de
unos 25 mm por la parte inferior de la unión. Para ejecutar el trabajo pinzaremos las
bordas con la mano izquierda, manteniéndolas apretadas una contra la otra mientras
con la mano derecha empujamos la sierra en sentido descendente. Trataremos de
hacer la pasada de la sierra en un solo movimiento vertical. La sierra cortará la
madera al modo de una guillotina. El trabajo es sencillo pero fatigoso. La ayuda de
otra persona que sujete y mantenga apretadas las bordas será de gran utilidad. Lo
que no debemos hacer es sujetar las bordas con una prensilla, ya que tras cada
pasada el asiento relativo entre ellas cambia ligeramente y tendremos que irlo
reajustando a medida que avanza el trabajo, lo que haremos de forma automática si
sujetamos las bordas con la mano.

Una vez que tenemos una buena superficie de unión entre los tablones cambiaremos
la sierra por un pliego de lija de grano 80 doblado a la mitad. Al pasar la lija por la
unión haremos lo mismo que hacíamos antes con la sierra, solo que ahora buscamos
mejorar el acabado de los biseles o caras de contacto de las bordas. Si con la sierra
hubiéramos comido más madera de un lado que del otro podemos compensar ahora
con la lija, pasando el pliego sin doblar de modo que lijemos solo del lado que ha
quedado más grueso.

Alineación de centros y simetría del conjunto

Llegados a este punto es muy importante comprobar el resultado de nuestro trabajo.


Observaremos meticulosamente la curva descrita por ambas bordas ¿Son
perfectamente simétricas? Echaremos un cordel de punta a punta, lo sujetaremos en
cada extremo entre la unión de los dos tablones y lo tensaremos. Un nudo simple
ayudará a que el cordel no deslice entre las dos bordas. Lo tensaremos y
comprobaremos que está exactamente sobre la vertical del punto medio de cada una
de las plantillas. Una desviación de unos 3 mm fuera del centro de la plantilla
central es aceptable, pero si el cordel se va hacia uno de los lados una distancia
mayor de esos 3 mm debemos corregir la desviación.

Antes de nada debemos comprobar que hemos hecho correctamente todos los pasos
anteriores y que las plantillas están correctamente colocadas en su sitio, si la
respuesta es afirmativa y la falta de simetría persiste sabremos que uno de los
tablones es más rígido que el otro. El cordel se desplaza fuera del centro de las
plantillas hacia el tablón más rígido. Si la desviación del cordel no es muy grande
podemos probar a sujetar con una prensilla uno de los extremos de las dos bordas
unidas y deslizar en el otro extremo una borda con respecto a la otra. Observaremos
que este deslizamiento relativo desplaza el cordel acercándolo o alejándolo del
centro. Si esta operación es suficiente para corregir a falta de simetría, en el
momento en que el cordel se sitúe sobre el centro de las plantillas con un lapicero
hacemos una marca atravesada a las bordas en el extremo que estamos deslizando.

50 por Francisco García Marqués


Esta raya nos servirá para recordar el punto de encuentro de las dos bordas que
sitúa el cordel sobre el eje longitudinal del conjunto.

Si lo anterior no es suficiente para corregir la falta de simetría podemos probar a


separar ambos tablones y forzar la curvatura de la borda más rígida, o cepillar
ligeramente esa borda más rígida para reducir ligeramente su grosor.

También puede ocurrir que el cordel se sitúe sobre el centro del separador central
pero se produzca cierta desviación respecto al centro de alguna de las plantillas más
exteriores. Esto sería síntoma de que uno de los tablones se dobla en exceso en
alguna zona local o que uno de ellos es muy rígido en esa zona donde el cordel se
desvía del centro. Si queremos reducir un exceso de curvatura en un tablón
podemos cepillar ligeramente a un lado o al otro del punto donde se produce ese
exceso de curvatura. Si queremos aumentar localmente el grado de curvatura de un
tablón debemos cepillar ligeramente la zona donde queremos que se produzca la
curvatura o hacer unos cortes verticales no muy profundos. Para esos cortes nos
serviremos de una navaja o de un cuchillo y los espaciaremos uno o dos centímetros
teniendo en mente que siempre podremos reprofundizarlos para aumentar
gradualmente la curvatura del tablón en esa zona.

51 por Francisco García Marqués


Estas plantillas correspondían a un proyecto
anterior. Unas ligeras modificaciones bastaron
para adaptarlas al proyecto actual

52 por Francisco García Marqués


Movemos los separadores exteriores y los tirantes
hasta que encontremos una forma que nos satisfaga

53 por Francisco García Marqués


Al retirar el separador central la manga no varia

Utilizaremos uno tacos de madera para evitar que el separador se


mueva accidentalmente

54 por Francisco García Marqués


Dependiendo de su
forma también
podemos inmovilizar
el tensor con cuñas

Pasando el serrón
entre la unión de
las bordas
aumentamos la
superficie de
contacto entre
ellas

55 por Francisco García Marqués


Con un papel de lija doblado al medio, alisaremos las superficies
de contacto que acabamos de crear con el serrón

Marcamos con una ralla el punto medio de cada separador. Con un


cordel comprobamos la alineación de los separadores. El cordel debe
situarse justo sobre la raya en cada separador

56 por Francisco García Marqués


Las escuadras ayudan a saber si el cordel esta sobre
la vertical del centro de cada separador

57 por Francisco García Marqués


Si los centros no están alineados podemos llevar el conjunto a su
sitio desplazando una borda respecto a la otra. Unas marcas de
lápiz atravesadas nos ayudarán a recordar la nueva posición

Unos cortes superficiales transversales ayudan a aumentar


localmente la flexibilidad del tablón

58 por Francisco García Marqués


12.- TRAVESAÑOS RECTOS

Sin contar el masik tenemos en este kayak 11 travesaños de cubierta. De ellos 9 son
rectos y dos, el 5 y el 6 son curvos. Vamos a ocuparnos ahora de los travesaños
rectos.

Para hacer estos travesaños usamos una madera del mismo grosor que las bordas, 20
mm y de 4 cm de anchura. Lo más complicado del proceso es tallar en cada extremo
una espiga que se acople en la correspondiente caja practicada en la borda. La
complicación de este proceso está en que está unión se produce en un ángulo
compuesto, o dicho de otro modo, son dos ángulos los que interviene en este
ensamble. El primer ángulo a tener en cuenta se forma en el plano vertical y es
consecuencia del flare que hemos aplicado a las bordas. Este ángulo vertical formado
entre cada travesaño y la borda es por tanto constante e igual en este caso a 73º. Aún
así mediremos el ángulo vertical en cada travesaño para tener en cuenta las
pequeñas desviaciones que se hayan podido producir respecto al ángulo teórico de
73º.

El otro ángulo a tener en cuenta es el que se forma en el plano horizontal como


consecuencia de que las bordas no son paralelas sino que se van cerrando hacia los
extremos de la cubierta. Este ángulo es variable y por tanto distinto en cada
travesaño. Para medirlo usaremos la propia borda. Colocamos el travesaño sobre la
las bordas en la vertical de su posición definitiva y trazamos una línea por su cara
inferior deslizando el lápiz apoyado sobre la cara interior de la borda. Después
trasladaremos este ángulo a cada uno de los extremos del travesaño con la ayuda de
una falsa escuadra.

Todo el proceso de marcado de los travesaños y corte de las espigas está ilustrado en
las fotos y explicado a pie de ellas. Conviene realizar este proceso metódica y
meticulosamente, entendiendo lo que estamos haciendo y comprobando que
estamos marcando correctamente antes de efectuar ningún corte. Es importante
recordar en todo momento que la espiga está al ras de la cara superior del travesaño
y que el sobrante al recortar la espiga está del lado de la cara inferior. Prestaremos
atención al lado en que está el sobrante. Un error tan tonto como común es cortar del
lado de la espiga en lugar de hacerlo del lado del sobrante.

Cuando colocamos el travesaño sobre las bordas perpendicularmente al eje de la


cubierta para trazar sobre él todas las marcas, es necesario alinearlo con las marcas
de las correspondientes cajas más próximas al centro de la embarcación. Una vez
que tenemos el travesaño en posición conviene inmovilizarlo con una prensilla
dispuesta como se ve en las fotos pero sin apretar tanto que lo combe.

En las fotos se ilustra el proceso en uno de los extremos del travesaño. Aunque se
supone que el otro extremo es simétrico yo personalmente prefiero repetir el proceso
por completo en el otro extremo, recalculando incluso los ángulos vertical y
horizontal y reajustando la profundidad de la escuadra deslizante. Si por cualquier

59 por Francisco García Marqués


causa una de las cajas está un poco más cerca de lo debido (o más lejos) del canto de
la borda y no tenemos en cuenta el error, el propio travesaño tratará de levantar una
borda con respecto a la otra forzando así el conjunto o dando como resultado el que
una borda esté un poco más alta que la otra.

Es conveniente realizar los cortes por el lado del sobrante de las líneas, muy pegados
a ellas pero sin llegar a borrarlas. Aquí será de gran utilidad una sierra de precisión
como pueda ser el caso de una dozuki japonesa.

Con un par de cuñas colocadas de manera inversa, hacemos un tope


temporal para medir la profundidad a la que tenemos la escopladura

60 por Francisco García Marqués


Utilizamos una
escuadra deslizante
para medir la
profundidad desde la
cara superior del
travesaño hasta la cara
superior de la
escopladura (cuñas)

Alineamos el travesaño con las marcas de ambas escopladuras más próximas al centro del
kayak. Sujetamos el travesaño con una prensilla. En el paso anterior ajustamos la profundidad
de la escuadra deslizante. Desplazamos la escuadra deslizante apoyada sobre el travesaño hasta
que toca la cara interior de la borda. Marcamos hasta que toca la cara interior de la borda.
Marcamos la arista superior y por tanto lo que estamos marcando es el punto de contacto de la
arista superior del travesaño con la borda

61 por Francisco García Marqués


Usando la propia borda como regla marcamos el ángulo horizontal entre
el travesaño y la borda

Con una falsa escuadra


determinamos el ángulo vertical
de la unión travesaño-borda.
Este ángulo es teóricamente de
73º, ahora lo medimos por si se
han producido pequeñas
desviaciones respecto al flare
teórico (73º)

62 por Francisco García Marqués


El ángulo vertical real que acabamos de medir lo marcamos ahora desde la marca que
habíamos hecho con la escuadra deslizante en la arista superior del travesaño. La cara
delantera del travesaño hará contacto con la borda a lo largo de esta línea

Ajustamos la falsa escuadra al ángulo horizontal que habíamos determinado usando la


propia borda como regla. Marcamos ahora ese ángulo en la cara inferior del travesaño a
partir del extremo de la línea que marca el ángulo vertical en el canto del travesaño.

63 por Francisco García Marqués


Marcamos el mismo ángulo horizontal sobre la cara superior del travesaño. Esto es en principio
innecesario. Lo hacemos como mera comprobación de lo que estamos haciendo. Para cerciorarnos de
no cometer errores marcaremos también en el otro canto del travesaño el ángulo vertical. En cualquier
caso la cara superior del travesaño conecta con la borda a lo largo de esta línea.

Para determinar el grosor de la espiga ajustamos el gramil a la altura de la


escopladura (10 mm) y marcamos desde la cara superior del travesaño. Marcamos
alrededor del extremo del travesaño

64 por Francisco García Marqués


Marcaremos alrededor del
extremo del travesaño

Una dozuki japonesa es quizá la mejor herramienta para esta


tarea. Cortamos respetando las líneas. El primer corte lo damos en
la cara inferior según el ángulo horizontal y vertical marcados en
el travesaño

65 por Francisco García Marqués


Cortamos ahora a lo largo de las marcas hechas con el gramil hasta
encontrarnos con el corte practicado anteriormente

El mismo corte anterior desde otra perspectiva. La espiga nos


queda a la izquierda de la sierra, mientras que el sobrante lo
tenemos a la derecha

66 por Francisco García Marqués


Para determinas la anchura de la espiga utilizamos como plantilla una
tablita del mismo ancho que las cajas en las bordas (30 mm). Los lados
largos de la tablita están a escuadra con el lado corto. Este lado corto esta
alineado con la marca del ángulo horizontal

Ya están hechas las marcas que determinan la altura y la angulación de la


espiga. En la foto solo se aprecia la línea del lado del travesaño
correspondiente al extremo de la embarcación. La línea correspondiente al
lado más próximo al centro de la cubierta no se aprecia en la foto

67 por Francisco García Marqués


Repetimos las mismas marcas por el otro lado del travesaño. En la
foto se ve también el resultado de los dos primeros cortes realizados.

Cortamos por el lado del exterior


(lado del sobrante) de las líneas.
Este corte se realiza por el lado
más próximo al extremo del
kayak

68 por Francisco García Marqués


Otra perspectiva del
corte anterior

En algunos travesaños
hay tan poca madera que
retirar por el lado
correspondiente al
centro del kayak que
para aproximarnos a la
línea usamos el formón e
incluso la lima

69 por Francisco García Marqués


Rematamos los bordes y redondeamos los cantos con una lima. Es más fácil
redondear lo cantos de la espiga que escuadrar los laterales de la caja

La espiga está finalizada. Es conveniente afilar un poco el extremo para


evitar que se pueda astillar en el momento de introducirla en la caja

70 por Francisco García Marqués


13.- TRAVESAÑOS CURVOS

Este kayak lleva dos travesaños curvos; el nº 5 y el nº 6 o seeqqortarfik. El travesaño nº


6 es el que servirá de anclaje para las rodillas. A través de él transmitiremos al kayak
las fuerzas necesarias para cantearlo, mantener el equilibrio en los apoyos, hacer
esquimotajes y realizar otras muchas maniobras. Este travesaño debe ser por tanto
robusto y no debemos olvidar que el mero hecho de que sea curvo es un factor que
ya de por si le confiere debilidad.

Al travesaño nº 5 no le exigiremos ni tantos esfuerzos ni tanta robustez. Morris, por


ejemplo, ni siquiera coloca travesaño alguno entre el nº 4 o reposapiés y el que sirve
de anclaje para las rodillas, que en su caso pasa a ser el nº 5.
Aparte de ligeras modificaciones encaminadas a hacer los travesaños un poco más
robustos, más compactos y de más fácil ejecución, el dibujo adjunto es básicamente
una copia de la representación que hace Petersen de estos dos travesaños. En el caso
presente, no obstante, estas dos piezas se han hecho de manera un poco diferente a
como se describen en el dibujo. Al travesaño nº 6 se le ha dado una altura total de 6
cm en lugar de los 5 cm que se indican en el dibujo. Con esto conseguimos una
mayor altura libre por debajo de este travesaño; en concreto 1 cm más de altura
libre, ya que el grosor del tramo horizontal recto se mantiene en 2 cm. Lo que
pretendemos con esta ganancia es conseguir cierta reserva de volumen que nos
permita más adelante reducir ligeramente el volumen por debajo de la línea de
arrufadura manteniendo aún así el espacio suficiente para las rodillas. En definitiva
buscamos unas cubiertas más bajas, especialmente la trasera, o lo que es lo mismo
buscamos un kayak con una menor profundidad a la línea de arrufadura que el
modelo descrito por Petersen.

71 por Francisco García Marqués


La otra modificación importante la tenemos en el travesaño nº 5, que para este kayak
se ha hecho de la misma altura total, 6 cm, que el nº 5. Pretendemos con esto
conseguir que la cubierta delantera sea horizontal hasta alcanzar el travesaño nº 4
(reposapiés), lo que resultará en un mayor espacio para los pies en previsión de que
el tripulante de este kayak calce un número considerable de escarpín. Obviamente si
el travesaño nº 5 tuviera una menor altura total que el nº 6, como es habitual, la
cubierta delantera tendría, como es también habitual, una cierta inclinación
descendente hacia adelante desde la altura del masik, donde se apoya el aro de la
bañera, hasta encontrarse con la línea de arrufo un poco más allá del travesaño nº 4.

Hay dos factores importantes a tener en cuenta a la hora de marcar y confeccionar


estos travesaños o sus correspondientes cajas. El primero de ellos está en el hecho de
que aquí la espiga está enrasada con la cara más inferior de la pieza. Recordemos
que en el caso de los travesaños rectos la espiga estaba al ras de la cara superior. Esta
diferencia no presenta mayores dificultades, se trata simplemente de un hecho a
tener muy en cuenta a la hora de marcar el travesaño. En las fotos se explica con
mayor claridad el modo en que debemos marcar estos travesaños.

El otro factor importante se refiere en concreto al travesaño nº 6 y ya se adelantó en


una nota aclaratoria en la sección referente al cajeado de los travesaños. Este
travesaño, el nº 6, es diferente a todos los demás en cuanto a que su marca de
posición en las bordas se hace por la parte delantera de la pieza mientras que la
espiga, que siempre la hacemos por el lado del travesaño correspondiente al centro
de la embarcación, irá por la parte de popa. En consecuencia, si la anchura del
travesaño es de 5 cm y la de la espiga los 3 cm habituales, tendremos que retrasar 2
cm el cajeado que hagamos en las bordas con respecto a la marca de posición de este
travesaño nº 6. Si no hubiéramos tomado esta precaución en el momento de hacer el
cajeado y hubiéramos hecho la caja justo a partir de la marca de posición y
extendiéndose, eso sí, hacia la popa, podríamos adelantar un par de milímetros la
espiga del travesaño respecto a su posición normal, esto es, enrasada con el canto de
la pieza más próximo al centro del kayak. Esto tendría como consecuencia que el
travesaño nº 6 quedaría un par de milímetros más adelantado de lo inicialmente
previsto, lo que en principio no parece de mayor trascendencia.

Una última aclaración a las fotos. A parte del masik hay dos travesaños a los que se
les va a solicitar mayores esfuerzos que al resto. Estos son el nº 6 y el nº 7. En ambos
se apoya el aro de la bañera. En el nº 7 o isserfik, es frecuente que nos sentemos en el
momento de embarcar o desembarcar, y en el nº 6, aparte de las solicitaciones
propias relativas al control del kayak es muy posible que tenga que soportar
esfuerzos derivados de apoyar otro kayak en la cubierta delantera como
consecuencia de algún rescate. Para asegurarme de que estos dos travesaños tienen
la robustez necesaria, una vez que están acabados, los coloco sobre un par de tacos
de madera, apoyados sobre sendas espigas, y los cargo con mi peso. Vamos, que me
pongo de pie encima de ellos, primero de uno y luego del otro, y les obligo a
soportar mis 85 Kg. de hueso y músculo. Confiando en la tenacidad del fresno
reduje la anchura del seqqortarfik a 4 cm, igual que el resto de los travesaños, lo que

72 por Francisco García Marqués


demostró ser claramente insuficiente, porque cando le apliqué el test de resistencia
rompió por ambos extremos. Como nos me quedaba más fresno a mano tuve que
hacer un nuevo seqqortarfik de iroko, esta vez, eso sí, de 5 cm de ancho.

Para recortar estos travesaños lo más conveniente es una sierra de cinta. Si


carecemos de ella siempre podremos recurrir la método que usamos para recortar la
curvatura del canto superior de las bordas, en el que con una sierra practicábamos
una serie de cortes sucesivos y no muy distanciados entre si que se acercaban a la
línea de referencia pero sin llegar a tocarla y después con un formón hacíamos un
primer desbaste de madera. Por último con un bastrén podemos alisar las
superficies convenientemente. En cuanto a las espigas de los travesaños curvos, se
recortan de manera muy similar al modo en que recortamos las espigas de los
travesaños rectos, razón por la cual parece innecesario ilustrar con fotos esa tarea.

Marcamos el grosor de la espiga (1 cm) desde la cara inferior del travesaño

73 por Francisco García Marqués


Ajustamos la escuadra deslizante a la profundidad en que se encuentra la cara
superior de la caja. Para ello nos ayudamos de un par de cuñas que introducimos en
la caja

Sujetamos la pieza a las bordas para evitar que pueda moverse durante el proceso de
marcado. La pieza está alineada con las marcar de las cajas más cercanas al kayak

74 por Francisco García Marqués


En la cara inferior del
travesaño marcamos el
ángulo horizontal que
este forma con la borda.
La propia borda nos sirve
de regla sobre la que
deslizaremos el lapicero

La escuadra deslizante está


ajustada a la profundidad de
la cara superior de la caja y su
extremo está haciendo
contacto con la cara inferir de
la borda. En la cara superior
de lo que será la espiga
(habíamos marcado con el
gramil) marcamos el extremo
del travesaño. Estamos
marcando sobre el travesaño
lo que será un punto de
contacto entre este y la borda

75 por Francisco García Marqués


Vemos la marca que
hemos hecho
sirviéndonos de la
escuadra cruzándose con
la marca que habíamos
hecho con el gramil

Con la falsa escuadra ajustada


a la inclinación lateral de la
borda trazamos una línea que
pase por la marca que hicimos
en el paso anterior. Esta línea
está en el plano de contacto
entre el travesaño y la borda

76 por Francisco García Marqués


La línea anterior vista con
más claridad y su
prolongación a la arista
inferior del travesaño

Sirviéndonos de una falsa escuadra marcamos el ángulo horizontal


desde el punto donde la línea anterior se encuentra con la arista. El
ángulo horizontal lo habíamos determinado usando la propia borda
como regla

77 por Francisco García Marqués


Trazamos el mismo ángulo horizontal por la cara superior del travesaño

A modo de comprobación trazamos el ángulo vertical por la cara posterior del


travesaño. Esta línea debe unir la línea de la cara inferior con la e la cara superior

78 por Francisco García Marqués


Sobre la línea del ángulo vertical marcamos la altura del hombro de la espiga (1 cm)

La marca anterior con mayor claridad

79 por Francisco García Marqués


Usando de nuevo el gramil
marcamos el grosor del
tramo recto horizontal del
travesaño (2 cm)

Un plato llano de unos 25 cm de diámetro nos sirve para trazar las


partes curvas del travesaño

80 por Francisco García Marqués


La figura del travesaño

Los dos travesaños curvos terminados. Ambos están hechos en madera de


fresno. Obsérvese el grosor de la zona curva del travesaño nº 6 (el de abajo en

Probando la resistencia del travesaño nº 6

81 por Francisco García Marqués


Prueba no superada. (La foto está borrosa pero lo que hay debajo del pie
son los trozos del travesaño nº 6)

El travesaño nº 6 tras el esfuerzo. Es bastante ilustrativo ver las zonas de


fractura. En el próximo travesaño tendré que aumentar la anchura y el
grosor de las partes curvas. Para esto último haré más largo el arco de
circunferencia inferior y más corto el arco superior

82 por Francisco García Marqués


Nuevo travesaño nº 6 en madera de iroko y travesaño nº 5 inicial en
madera de fresno. Contrastando esta foto con la otra en la que también se
veían los dos travesaños, se ve claramente que el nuevo travesaño nº 6
tiene mayor grosor en las zonas curvas donde se produjo la rotura anterior

Vista superior de los travesaños curvos. El travesaño nº 5 tiene solo 3 cm


de anchura, lo que se considera suficiente teniendo en cuenta que está
hecho en fresno y que en muchos kayaks ni siquiera se considera instalar
tal travesaño

83 por Francisco García Marqués


14.- ENSAMBLE DE LA CUBIERTA

Travesaños

Antes de proceder a ensamblar las bordas y los travesaños para formar la cubierta
debemos matar todos los cantos vivos. Lo mejor para ello es cepillar ligeramente las
aristas y/o redondearlas con una lima. También se puede usar papel de lija de grano
120 pero a mi me parece desaconsejable. Las arenas que deja la lija en la madera
desgastan muy rápidamente el filo de la herramienta y aún tendremos que hacer
más cortes en algunas de estas piezas.

Después de cerciorarnos que las espigas se ajustan a sus correspondientes cajas


insertamos en primer lugar todos los travesaños en una de las bordas. A
continuación colocamos la otra borda en los travesaños empezando por el número 6
y moviéndonos hacia la proa. Una vez que el travesaño nº 1 está colocado en ambas
bordas volvemos a colocar el tirante que habíamos utilizado en el ensamblaje previo
de las bordas e insertamos en la segunda borda el resto de los travesaños
empezando por el nº 7 y moviéndonos hacia la popa. Al acabar colocamos en el
extremo de popa el otro tirante. Para acabar de llevar las cosas a su sitio usaremos lo
que en inglés se llama, curiosamente, Spanish windlass, que se traduce al castellano ni
más ni menos que como palo de atortorar y que nos es otra cosa que una lazada de
cuerda que rodea ambas bordas y que retorcemos con un palo que hemos hecho
pasar por el centro de la lazada. Tanto el palo como la cuerda deben ser resistentes.
También se puede usar cinta plana como la de atar el kayak al techo del coche. Al
dar vueltas al palo la cuerda se va trenzando y adquiriendo una tensión que se
transmite a las bordas tratando de acercarlas. La fuerza que se ejerce con este
dispositivo es tremenda, por lo que será más que conveniente proteger las aristas de
las bordas con tacos de madera de tal modo que la cuerda no haga contacto directo
con las bordas sino con esos tacos. Lo más normal es colocar al menos tres de estos
palos de atortorar, uno en el centro del kayak y otro a cada lado de este, centrados a
su vez uno sobre la mitad delantera y el otro en la mitad trasera.

Si alguna espiga se resiste a entrar en su correspondiente caja apoyamos contra la


cadera la borda contraria y empujamos hacia nosotros y hacia la espiga rebelde la
borda en cuestión al tiempo que golpeamos esa borda con una maza de madera para
acabar de conducir la caja a lo largo de la espiga. Evitaremos golpear directamente la
borda interponiendo entre esta y la maza algún taco de madera.

Antes de proceder a bloquear los ensambles debemos revisar las alineaciones:

Nos cercioramos de que las puntas de las bordas están igualadas una con la otra o en
relación a las marcas de posición relativa que habíamos hecho con lápiz en el
ensamblaje previo de las bordas. Bloqueamos temporalmente el conjunto mediante
prensillas. En la posición donde irá el masik colocamos un listón de madera apoyado
en las bordas perpendicularmente al eje del kayak. Marcamos el punto de contacto
entre este listón y cada una de las bordas. Marcamos una línea perpendicular al eje

84 por Francisco García Marqués


longitudinal del listón y equidistante entre ambas marcas e inmovilizamos el listón
de modo que esa línea media permanezca equidistante entre las dos bordas (en este
kayak, al estar el travesaño nº 6 tan cerca del masik, es decir del centro de la
embarcación, no es necesario tal listón sino que comprobamos la alineación
directamente sobre el listón nº 6). Colocamos una escuadra sobre el listón de tal
manera que el borde de la hoja metálica de la escuadra quede justo en la vertical de
esa línea media. Sujetamos un hilo delgado y resistente entre las dos bordas en uno
de los extremos y lo llevamos hasta el otro extremo de la cubierta. Con un nudo
simple en cada extremo del hilo que nos sirva de retenida entre las dos bordas
mantenemos el hilo bien tenso. El hilo nos estará marcando el eje longitudinal de la
cubierta. Si el hilo toca la escuadra o se aleja menos de 1,5 mm podemos estar
orgullosos de nuestro trabajo. Si la distancia entre el hilo y la escuadra es mayor que
eso pero menor de 3 mm podemos estar satisfechos. Por encima de ese valor quizá
pudiéramos ser permisivos con nuestros errores, pero nunca más allá de lo 6 mm de
diferencia. Por encima de eso tendremos que revisar los pasos anteriores y averiguar
dónde se ha producido el fallo.

"Palo de atortorar". Con este dispositivo apretamos las bordas contra los
travesaños. Las bordas se protegen con unos tacos de madera para evitar que
la cuerda, e este caso la cinta, las muerda.

85 por Francisco García Marqués


Detalle de otro tortor

Con unos golpes suaves junto a la caja acabamos de introducir la espiga por completo.

86 por Francisco García Marqués


El conjunto está montado y se ha
tendido un hilo que marca el eje
de la cubierta.

87 por Francisco García Marqués


Con una escuadra colocada sobre el centro del travesaño nº
6 comprobamos la alineación de los centros

La distancia entre el hilo y la escuadra es en este caso de 1,5 mm

88 por Francisco García Marqués


Unión de las bordas.

Empezamos con las ligadas. Para fijar la unión entre las bordas lo primero que
haremos será literalmente atar una a la otra en cada uno de los extremos.

Las ligadas son un componente esencial y característico de este tipo de construcción.


El material más adecuado para realizarlas es al parecer lo que podríamos llamar
tendón artificial, “artificial sinew”, pero que en España resulta hoy por hoy tan difícil
de conseguir que mejor nos olvidamos de él. En su defecto podemos utilizar hilo de
nylon encerado de 1 mm de diámetro. No es tan difícil de conseguir, resulta barato y
es perfectamente apto para esta tarea.

A quien no esté familiarizado con ellas, estas lazadas le pueden parecer una pobre
forma, curiosa todo lo más, de ligazón entre elementos constructivos. Sin embargo
acabaremos por descubrir en ellas ingenio, elegancia, simplicidad y sobre todo
eficacia. En la misma medida en que profundizamos en el conocimiento de estos
kayaks tradicionales suele aumentar nuestra admiración por quienes los
desarrollaron y perfeccionaron. La construcción de un primer kayak es sobre todo
una sucesión de pequeños descubrimientos; pequeñas sorpresas que nos suelen
dejar cuando menos un poco atónitos. Los asomos de desdén con que en un
principio pudiéramos mirar a una sociedad aparentemente poco evolucionada se
transforman en un profundo respeto por quienes se supieron adaptar tan
admirablemente a un medio tan hostil y can tal escasez de medios.

A lo largo del proceso constructivo emplearemos distintos tipos de ligadura que


iremos viendo en detalle a medida que las utilicemos. Todas ellas se inician
haciendo firme un extremo del hilo a uno de los elementos a unir. Para ello haremos
uso del nudo esquimal, cuya ejecución queda perfectamente explicada en las fotos.
Después, casi siempre, daremos unas lazadas alrededor de los dos elementos cuya
unión pretendemos asegurar y por último tendremos que dar unas vueltas
alrededor de las lazadas para tensar el hilo. En el caso de las bordas haremos una
ligada en cada extremo que según Cunningham sería del tipo XY. Las descripciones
técnicas dejan muy poco margen a la literatura y las fotos describen este proceso
mucho mejor de lo que yo podría hacer con palabras.

Hechas las ligadas completamos la unión colocando un par de clavijas de madera en


cada uno de los extremos. Los detalles una vez más se explican al pie de las fotos.
Baste decir que antes de hacer un segundo taladro en uno de los extremos
colocaremos la clavija en el primer taladro practicado. Una vez colocadas las clavijas
en uno de los extremos, revisamos la alineación una vez más y colocamos las clavijas
en el otro extremo. En las clavijas hacemos una ranura por cada lado para alojar una
pequeña cuña que bloquee la clavija en su taladro. Esta ranura la haremos
perpendicular a las fibras de la madera para evitar que la cuña siga abriéndose en
dos más allá de donde acabamos la ranura. Al golpear una cuña para introducirla en
su ranura lo que conseguiremos es desplazar la clavija hacia el otro lado a menos a
menos que apoyemos algo pesado contra la cuña opuesta. Los dos taladros de cada

89 por Francisco García Marqués


extremo se situarán a unos 20 mm por encima del canto inferior de las bordas. Como
estamos en la zona del chaflán los taladros difícilmente coincidirán en la misma
línea de fibra con lo que el riesgo que la madera se raje será menor. En el momento
de hacer los taladros conviene apoyar un taco de madera contra la superficie por la
que va a salir la broca para evitar que la madera se astille alrededor de la boca de
salida del taladro.

Detalle del nudo esquimal. El nudo simple que se hace en el chicote


sirve de freno para impedir que este se deslice por el nudo esquimal
cuando lo tensemos.

90 por Francisco García Marqués


Como a 7 u 8 cm del talón del chaflán se ha hecho un taladro de 3mm de diámetro que
traspasa las dos bordas. Afianzamos el hilo en una de ellas (la más alejada en la foto) con
un nudo esquimal y luego lo pasamos por el taladro de la otra borda. En el extremo del hilo
se ve el nudo simple que hace de tope ya azocado.

Damos unas 4 vueltas con el hilo alrededor de las dos bordas. A medida
que aumenta el número de vueltas es más difícil pasar el hilo por los
taladros, por lo que es útil ayudarse de una aguja

91 por Francisco García Marqués


Una vez que hemos completado las 4 lazadas utilizamos un taco de
madera para tensar el hilo

Hacemos dos nudos simples alrededor de las lazadas y tensamos.


Luego hacemos un tercer nudo simple rodeando de nuevo las
lazadas y tensamos de nuevo

92 por Francisco García Marqués


A continuación pasamos el hilo por el siguiente taladro (el taladro
opuesto al último por el que pasó el hilo antes de los 3 nudos simples.)

Hacemos otros dos o tres nudos simples rodeando las lazadas

93 por Francisco García Marqués


Utilizamos el bloque de madera para tensar los nudos simples

Para asegurar la ligada hacemos una serie de nudos simples (mínimo 2) alrededor
de una de las ramas de las lazadas (alrededor de una de las aspas de la X que se
ha formado.) Por último hacemos un nudo simple alrededor del extremo del hilo
(como hicimos al principio con el nudo esquimal y cortamos dejando un sobrante
de hilo de 2 ó 3 cm. La ligada está completa

94 por Francisco García Marqués


Preparamos ahora cuatro clavijas de madera de 10 mm de diámetro. En cada una
de ellas hacemos una ranura en cada extremo dejando intactos en el medio al
menos 10 mm de clavija. Podemos hacer las ranuras con una sierra y serán
perpendiculares a las fibras de la madera para evitar que las clavijas se astillen.
Para cada clavija preparamos dos cuñas del mismo ancho, 10 mm y un poco más
largas que las ranuras.

A 7 u 8 cm del extremo y 20 mm por encima del canto inferior hacemos un taladro


a través del plano de contacto de las bordas. La clavija será unos 12 mm más larga
que el taladro. Introducimos la clavija de modo que las ranuras queden
atravesadas a las fibras de la madera de las bordas y luego introducimos las
cuñas. Con una maza golpeamos alternativamente una cuña y otra hasta que
ambas lleguen al tope (lo que notaremos por el ruido.) Apoyando otra maza
contra la otra borda damos respaldo a los golpes

95 por Francisco García Marqués


Una vez que tenemos colocada la primera clavija hacemos un segundo
taladro y colocamos la segunda clavija. Pasamos al otro extremo,
revisamos la alineación y colocamos otras dos clavijas.

96 por Francisco García Marqués


Asegurar los travesaños.

Para finalizar el ensamble de la cubierta solo nos queda afianzar las uniones de los
travesaños a las bordas.

Antes de nada debemos cerciorarnos de que el hombro de la espiga que tallamos en


el travesaño hace contacto con la borda. No hay por que esperar la perfección en
esos ensambles, no es fácil conseguirla, pero al menos en algún punto del hombro
debe producirse ese contacto. Si esto no se cumpliera para alguno de los travesaños
aún tendremos los palos de atortorar para ajustar un poco más las uniones si fuera
preciso.

Una vez que las espigas estén correctamente alojadas en sus respectivas cajas
haremos para cada una de ellas un talado de 3 mm de diámetro. Abocaremos este
taladro en el canto superior de la borda, sobre la vertical del centro de la espiga y le
daremos la misma inclinación lateral que tiene la propia borda, es decir 73º. Si
nuestra taladradora no tiene tope de profundidad haremos en la broca una marca
con cinta aislante a 28 mm de la punta. Lo que pretendemos es darle al taladro esa
profundidad de 28 mm., de modo que atraviese por completo la espiga del
travesaño y siga profundizándose en la borda otros 8 mm. A continuación
introduciremos en el taladro que acabamos de realizar una clavija de madera de los
mismos 3 mm de diámetro y longitud algo mayor que el taladro. En las tiendas del
ramo no se encuentran clavijas tan delgadas como las que necesitamos aquí. Existen
de todas formas diversas maneras de conseguirlas, para mi la más sencilla es ir a una
tienda de todo a cien y comprar una caja de palillos para hacer pinchos morunos.
Estos palillos son justo de 3 mm de diámetro y de cada uno de ellos corto varias
clavijas. A veces utilizo el extremo puntiagudo de estos palillos para hacer una
pequeña cuña que coloco en el extremo de la clavija que introduzco en el taladro. A
medida que voy forzando la clavija en el agujero la cuña se va clavando e impide
que la clavija pueda salir hacia atrás.

Una vez que acabemos de colocar todas las clavijas, una por cada extremo de cada
travesaño, serraremos sus extremos al ras del canto superior de las bordas. Lo
mismo haremos con el extremo de cada espiga que sobresale más allá de la borda.
Lo serraremos al ras de la borda. Existen sierras especiales para este trabajo, pero si
no disponemos de una lo mejor es una sierra japonesa, una dozuki a ser posible. Por
el lado de la hoja que va estar en contacto con la borda pegamos paralelamente al
dentado y unos 3 mm de este una tira de cinta aislante o de cinta de carrocero. Con
esto evitaremos que el dentado arañe la borda cuando serramos el sobrante de
travesaño o de clavija.

Por último, es conveniente rematar el extremo del travesaño con un formón o con
una lima, o con ambas cosas, para dejarlo perfectamente a paño con la borda.

97 por Francisco García Marqués


Para reforzar aún más estos ensambles y asegurar el ángulo lateral de las bordas de
73º, recurrimos nuevamente a las ligadas. Haremos ligadas en ambos extremos de
los travesaños 2, 4, 6, 7, 9 y 11.

Empezamos por darle la vuelta a la cubierta y colocarla boca abajo. En la borda


hacemos un taladro pasante de 3 mm de diámetro en línea con el canto del travesaño
que está al ras con la espiga y a unos 15 mm por encima del canto inferior de la
borda. Si este taladro nos coincidiera sobre la caja de una costilla entonces lo
haríamos por el otro lado del travesaño. De hecho mientras que Cunningham
prefiere hacer las dos ligadas por el lado del travesaño a ras con la espiga, Petersen y
Morris recomiendan hacer para cada travesaño una ligada por el borde delantero del
travesaño y la del otro extremo por el borde trasero. Claro está que Morris se refiere
a travesaños sin espiga y Petersen habla de centrar la espiga en el travesaño,
equidistante del borde delantero y del trasero.

Con el fin de que el hilo con que hacemos las ligadas no sobresalga por encima del
plano de la borda con el consiguiente abultamiento que eso implicaría en la “piel”
del kayak, debemos hacer una entalladura de unos 3mm de ancho y profundidad
suficiente para soterrar el hilo que vaya desde el taladro que acabamos de perforar
hasta el canto inferior de la borda.

En cada uno de los extremos del travesaño perforamos otro taladro pasante de 3mm
de diámetro que se sitúa como a 10 mm del canto del travesaño y a otros 25 de la
borda. Lógicamente nos referimos al canto del travesaño que está del mismo lado en
que hicimos el taladro de la borda.

Por los dos taladros mencionados pasaremos el hilo necesario para realizar la ligada
cuya ejecución de esta se ve mejor en las fotos. Una vez que hayamos completado
todas las ligadas ya podemos retirar los palos de atortorar, prensillas o cualquier
otro medio de sujeción. El armazón es ahora una unidad estructural auto portante.
Hemos finalizado lo que seguramente constituye la parte más compleja de todo el
proceso constructivo.

98 por Francisco García Marqués


Centrados sobre la espiga hacemos un taladro de 3 mm de diámetro y 30 de
profundidad. La broca llevará la misma inclinación que la borda

Colocamos una clavija del mismo diámetro, 3 mm. Cuando coloquemos


todas las clavijas serraremos al ras tanto los extremos de estas como los de
los travesaños. También serraremos al ras las clavijas de los extremos de las
bordas

99 por Francisco García Marqués


Los extremos de los travesaños ya están a paño con las bordas y hemos colocado
la cubierta boca abajo. Pasamos a las ligadas y empezamos por hacer en la borda
un taladro de 3 mm situado como se indica en la foto. Hacemos un taladro por
cada extremo de los travesaños 2, 4, 6, 7, 9 y 11

Taladramos ahora el travesaño. El taladro se sitúa como a 10 mm del


borde del travesaño y a unos 25 de la borda

100 por Francisco García Marqués


Entre el taladro y el canto inferior de la borda tallamos una ranura
como de 3 mm de ancho y 2 de profundo

¡¡¡Tenía que haber elegido precisamente este travesaño para las fotos!!!! No
es que el ensamble hubiera quedado perfecto pero tampoco así de mal.
Entre la espiga y la caja hay una cuña que trata de compensar cierto
desalineamiento de las bordas en el plano horizontal. Nada importante y
mejor no hubiera puesto esa cuña

101 por Francisco García Marqués


Comenzamos la ligada como siempre con un nudo esquimal. En la
foto se ve ya azocado el nudo simple del extremo del hilo que impide
que el nudo principal corra hasta deshacerse cuando lo azoquemos.
Para esta ligada necesitamos aproximadamente 1 m de hilo

102 por Francisco García Marqués


Después de afirmar un extremo del hilo en la borda pasamos el otro
extremo por el taladro del travesaño y luego por el taladro de la borda
nuevamente

Hacemos tres lazadas y…

103 por Francisco García Marqués


Tensamos, pero esta vez con la mano, sin servirnos de un taco de madera.
No queremos aplicar excesiva tensión. Tampoco tensamos hasta haber
completado los tres circuitos porque si tensáramos al final de cada vuelta
sería muy difícil seguir pasando el hilo por los agujeros

104 por Francisco García Marqués


Hacemos un nudo simple abarcando las lazadas anteriores

105 por Francisco García Marqués


Se ve como el nudo simple rodea los dos ramales de las
lazadas

106 por Francisco García Marqués


Tensamos el nudo simple y lo repetimos. Cada vez que lo
repitamos veremos como se van juntando más los ramales
de las lazadas adquiriendo forma de X

107 por Francisco García Marqués


Repetimos al menos una tercera vez el nudo alrededor de la cintura de la X

108 por Francisco García Marqués


Para asegurar la ligada hacemos un nudo simple alrededor de uno de las
aspas de la X

109 por Francisco García Marqués


Repetimos al menos tres o cuatro veces el nudo alrededor del aspa de la X

110 por Francisco García Marqués


La ligada está completa

111 por Francisco García Marqués


La ligada vista desde el lado de la borda. Se puede apreciar como la
ranura impide que el hilo sobresalga por encima del plano de la
borda

112 por Francisco García Marqués


¡¡¡Ya tenemos una cubierta!!!

113 por Francisco García Marqués


15.- EL CASCO

Introducción

Hemos completado la cubierta y nos toca ahora el casco. Esta es sin duda la fase en
que vamos a determinar las características más importantes del kayak, las que más
afectarán a su comportamiento en el agua. Dependiendo de la longitud de las
costillas el kayak tendrá más o menos volumen y dependiendo de la curva que
describa la quilla el kayak tendrá más o menos rocker. Nos espera por tanto una serie
de toma de decisiones; seguramente la más espinosa será la de determinar la
longitud de las costillas. Aún así no hay porque preocuparse ya que cualquier error
que cometamos, tanto por hacer las costillas demasiado largas como por hacerlas
demasiado cortas tiene fácil corrección. Si las hacemos demasiado largas solo
tendremos que recortarlas para hacerlas un poco más cortas y si las hacemos
demasiado cortas bastará con colocar un taco de ajuste para conseguir el resultado
deseado.

Mientras que el método tradicional nos conduce a colocar primero las costillas y
después la quilla, hay algunos autores como Morris, que recomiendan hacerlo al
revés, es decir colocar primero la quilla y después las costillas. De este modo
ajustamos la quilla a la profundidad del casco y al rocker deseados y ajustamos
después las costillas a una longitud tal que se adapten en cada punto a la quilla. Con
este sistema es más fácil determinar la longitud de las costillas para conseguir
nuestros objetivos en lo que a profundidad del casco y rocker se refiere, pero la quilla
se va a convertir en un estorbo a la hora de colocar las costillas bajo ella.

Cunningham por otro lado se va hacia el lado más tradicional en el sentido de


colocar las costillas en primer lugar y ha desarrollado su propio sistema para
determinar la longitud de cada costilla. Aunque muy criticado sobre todo por mal
explicado y por lo difícil que resulta de entender se trata de un sistema que
realmente resulta. Sus peores inconvenientes son a mi juicio que conduce a un rocker
bastante acusado y sobre todo a una cierta desproporción entre los volúmenes de
proa y de popa. Se trata además de un sistema que nos conduce un poco a ciegas
hacia un resultado que no visualizamos hasta que prácticamente hemos acabado el
trabajo, por lo que no se puede decir que sea muy didáctico. Una solución
intermedia entre las recomendaciones de Morris y las de Cunningham es
posiblemente lo más adecuado. En resumen el orden en que se acometen los
distintos trabajos a partir de ahora varía de acuerdo con las preferencias personales
de cada cual y sea como fuere nos será de gran utilidad observar en detalle otros
barcos, sus líneas, la curva que describen sus quillas, el reparto de volúmenes a popa
y a proa, etc.

114 por Francisco García Marqués


16.- ACOPLAMIENTOS DE LA RODA Y EL CODASTE CON LAS BORDAS

La roda y el codaste son las piezas que configuran la proa y la popa respectivamente
y que me perdonen los puristas si es que estoy usando estos términos
incorrectamente. Por si acaso diré que en inglés se refieren a estas piezas con el
nombre de “stem.” Sobre estas piezas se va a apoyar la quilla en sus extremos de
proa y popa y su forma está por tanto directamente relacionada con la posición que
ocupe la quilla. Pero esto ya lo veremos más adelante, ocupémonos ahora de la
unión entre estas piezas y las bordas.

Tanto la roda como el codaste se asientan contra el bisel que habíamos tallado en los
extremos de las bordas. Las bordas se unen entre si en sus extremos de proa y popa
a lo largo de estos biseles y en el estado actual de nuestro proyecto los biseles
configuran al unirse un marcado perfil en “V”. Debemos planificar esa “V” para
ofrecer a la roda y al codaste una superficie plana sobre la cual asentarse.

Debemos ser cuidadosos al realizar este trabajo. Colocamos la cubierta boca abajo y
cepillamos poco a poco la unión acanalada en los extremos de las bordas. Primero
un extremo y luego el otro. No es necesario planificar por completo esa unión
acanalada. Basta con conseguir una superficie plana lo suficientemente ancha como
para ofrecer un asiento estable a la pieza que vamos a apoyar ahí. Haremos el
trabajo despacio comprobando frecuentemente el resultado de lo que hacemos.

En cada uno de los dos extremos debemos conseguir una superficie plana
perfectamente perpendicular al plano vertical de simetría (*) de la cubierta. En las
fotos se ve el modo de comprobar esto. Basta con apoyar un perfil metálico o de
madera atravesado sobre ambas bordas en el centro de la cubierta y otro también
atravesado al eje longitudinal pero que descanse sobre la superficie que estamos
planificando. Ambos perfiles deben estar paralelos. Si el perfil que descansa sobre la
superficie que estamos planificando levanta más de un lado que del otro debemos
cepillar la superficie rebajando más por ese lado y comprobando de nuevo. Es muy
importante que para esta comprobación utilicemos perfiles metálicos o listones de
madera de bordes perfectamente paralelos y rectos.

Para la roda y el codaste utilizaremos sendas tablas de madera del mismo grueso
que la quilla, es decir 20 mm. En la superficie que acabamos de planificar marcamos
dos líneas paralelas separadas 20 mm entre si y equidistantes con la línea
longitudinal de la cubierta. Seguidamente apoyamos sobre esta superficie una tabla
de otros 20 mm de anchura. Centramos esta tabla sobre las líneas paralelas y con la
ayuda de unos trozos de cartulina un poco rígida trazamos el contorno de cada uno
de los extremos de la cubierta tal como se ve en las fotos. Tanto en la roda como en
el codaste vamos a tener que tallar una muesca que se adate al correspondiente
contorno de popa o de proa.

Para hacer la roda y el codaste usaremos sendas tablas de 20 mm de grueso, 20 cm


de ancho y más o menos 1 m de largo. Nos queda ahora trasladar el contorno de

115 por Francisco García Marqués


popa o de proa a cada una de las tablas con que haremos la roda y el codaste. El
proceso se ve claramente en las fotos.

Una vez que hayamos tallado estos dos encajes situamos ambas piezas sobre sus
respectivos asientos a popa y a proa y comprobamos, de nuevo, las alineaciones.
Tanto la roda como el codaste deben estar en el mismo plano vertical que deberá
coincidir además con el plano vertical de simetría de la embarcación. También en las
fotos se ve el modo de hacer estar comprobaciones.

Una vez que estemos satisfechos con la unión entre estas piezas y las bordas las
dejamos colocadas en su sitio, sujetas provisionalmente con cinta de carrocero o con
prensillas. Acabaremos de darles forma más adelante, de momento vamos a centrar
nuestra atención sobre la quilla.

(*)Aunque me parece obvio y por tanto innecesario insistir sobre ello puede que a
los menos familiarizados con ciertos términos les resulte útil recordar que el plano
vertical de simetría es un plano que además de ser vertical pasa por el hilo que
habíamos tensado desde un extremo de la cubierta al otro para revisar la alineación
de los centros de los travesaños. Este plano divide la cubierta y/o la embarcación en
dos mitades iguales.

La unión de las dos bordas a lo largo de los biseles forma un


marcado perfil en "V" que debemos planificar

116 por Francisco García Marqués


Y para planificar nada mejor que un cepillo

Comprobamos frecuentemente el resultado de nuestro trabajo. El perfil de aluminio


atravesado sobre la superficie que estamos planificando debe estar paralelo al perfil
de aluminio que descansa sobre las dos bordas en el centro de la cubierta

117 por Francisco García Marqués


Si los dos perfiles no estuvieran paralelos tendríamos que cepillar más
del lado más elevado. Afortunadamente ese no es el caso

118 por Francisco García Marqués


Hemos acabado de planificar y
marcamos dos líneas paralelas
separadas una distancia igual al grosor
de la pieza que se apoyará en esta
superficie.

Utilizamos como plantilla una tabla del mismo grosor que la roda o el codaste
y nos ayudamos de unas cartulinas rígidas para delimitar el contorno de lo
que será la unión entre roda o codaste y proa o popa

119 por Francisco García Marqués


Pasamos al dorso de la plantilla los puntos importantes que acabamos de marcar,
es decir, los vértices de la línea poligonal que dibuja el ensamble

Colocamos la plantilla sobre la tabla que va a conformar la roda o el codaste y


dibujamos sobre esta tabla el contorno del ensamble.

120 por Francisco García Marqués


Ya tenemos el contorno del ensamble dibujado sobre lo que se va a convertir en
el codaste

Recortamos siguiendo las líneas con una sierra de cinta o con una sierra manual.
El corte debe ser lo más perpendicular posible a la superficie de la tabla. Ya

121 por Francisco García Marqués


Presentamos la pieza en su
posición en la cubierta y
comprobamos de nuevo las
alineaciones. La pieza debe ser
paralela a la hoja de la escuadra
que tenemos sobre el perfil de
aluminio que descansa sobre
ambas bordas en el centro de la
cubierta

122 por Francisco García Marqués


17.- POSICIÓN Y CURVATURA DE LA QUILLA

Antes de calcular la
longitud de las costillas y
precisamente para ello
colocamos la quilla en
posición de manera
provisional.

Nos servimos para ello


tanto de la roda y el
codaste que aunque sin
acabar y sujetos también
de manera provisional en
sus respectivos
emplazamientos
definitivos sirven para
sujetar los extremos de la
quilla y de tres tacos de
madera como los que se
ven en las fotos que nos sirven para apoyar la quilla en tres puntos repartidos a lo
largo de la eslora. Estos tres tacos de madera se cortan a la medida conveniente para
que apoyados sobre distintos travesaños de cubierta nos sujeten la quilla a la altura
que hayamos elegido.

Morris recomienda que la profundidad al arrufo medida a la altura del respaldo sea
igual a un fistmele o igual a un fistmele más el grosor de la quilla si la medimos en el
masik. Entendemos por fistmele la medida de la anchura del puño cerrado con el
pulgar extendido, que no andará muy lejos de las 7 pulgadas, es decir de 17 a 18 cm.
Morris también recomienda que la profundidad de la proa se sitúe entre el 130% y
140 % de la profundidad al arrufo que tengamos en el centro del kayak y que la
profundidad de la popa esté entre el 117% y el 122% de la misma profundidad al
arrufo aunque esta regla, si se la puede llamar así, es muy cuestionada y se dice que
solo es aplicable para barcos de arrufo muy acusado. Sin embargo el mismo Morris
nos viene a decir que necesitaremos tanto del arte como de las matemáticas a la hora
de tender la quilla y nos recomienda que observemos otros kayaks prestando
atención a las proporciones. En cualquier caso se admite como verdad universal el

123 por Francisco García Marqués


que la proa tendrá mayor profundidad que la popa, medidas ambas en los extremos
de la quilla, lo que hará que el asiento del kayak en el agua sea ligeramente elevado
a proa.

En la foto siguiente se puede ver el modo en que coloqué la quilla para el kayak que
nos ocupa. Busqué en primer lugar que a popa de la bañera la quilla discurriera casi
paralela a la línea de arrufo y que ganara profundidad de modo gradual pero no
excesivamente acusado hacia la proa. Por otro lado buscaba un kayak de fondo
mucho más plano que el de mi anterior experiencia y también con menos rocker.
Para medir el rocker practiqué unas ventanas en los tacos de madera que suportan la
quilla de modo que pudiera pasar un cordel a través de ellas. Tensé ese cordel desde
un extremo de la quilla al otro y medí después la mayor distancia desde el cordel a
la quilla. Esta medida de la flecha del segmento oval no se puede considerar una
manera adecuada de medir el rocker pero nos da una indicación del grado de
curvatura que describe la quilla y sirve también como indicador a la hora de
comparar unos kayaks con otros.

A modo de ejemplo indico a continuación los valores indicativos de la posición de la


quilla que entendí como definitiva antes de colocar las costillas:

Medida del arrufo: 8 cm.

Medida del rocker: 5 cm

Profundidad al arrufo a popa: 17,9 cm

Profundidad al arrufo en el travesaño nº 7 (respaldo): 16,1 cm

Profundidad al arrufo en el centro: 16,5 cm

Profundidad al arrufo en el travesaño nº 4 (reposapiés): 18,3 cm

Profundidad al arrufo a proa: 22,0 cm

Algunos conceptos más o menos básicos:

Profundidad al arrufo (Depth to sheer) es la distancia desde la línea de arrufadura a


la cara inferior de la quilla medida verticalmente.

124 por Francisco García Marqués


Arrufo o arrufadura es la línea curva que describen las bordas en el plano vertical.
Según Cunningham si tendemos un hilo tenso desde un extremo de las bordas hasta
el otro y medimos la distancia desde ese hilo a la línea de arrufadura en el centro del
kayak la medida que obtengamos debe ser igual a la que obtengamos en el triángulo
del dibujo y que representamos por “flecha del arrufo.” Una desviación de hasta 20
mm respecto a ese valor teórico es admisible, si la diferencia entre el valor medido y
el teórico fuese mayor de esos 20 mm podríamos corregirlo forzando el armazón que
conforma la cubierta antes de sujetar la quilla a la roda y al codaste.

Medida del rocker. Ya hemos visto que por rocker entendemos la curvatura que
describe la quilla en el plano vertical. Se trata de una característica fácil de visualizar
pero difícil de medir. Es frecuente entre los constructores de kayaks tradicionales
medir la flecha del arco de circunferencia que describe la quilla como valor
indicativo del rocker. En lugar de arco de circunferencia sería mucho más apropiado
hablar de segmento oval.

125 por Francisco García Marqués


18.- LONGITUD DE LAS COSTILLAS

Una vez que hemos determinado la posición y forma que queremos que adopte la
quilla tenemos que dimensionar las costillas de forma tal que cuando apoyemos la
quilla sobre ellas, una vez instaladas estas en las bordas, la quilla vuelva a ocupar la
misma posición y a describir la misma curvatura que previamente habíamos
determinado.

La longitud de cada costilla dependerá lógicamente de la distancia que separa las


dos cajas en que se alojarán sus extremos y será necesariamente mayor que esta, ya
que cualquier línea curva entre dos puntos será más larga que la recta los une.
Tradicionalmente se toma como longitud de las costillas la distancia entre las caras
exteriores de las bordas medida por su canto inferior en el punto en que se sitúa la
costilla en cuestión más un suplemento o demasía que es normalmente igual al
ancho de las palmas de ambas manos. Para kayaks de bajo volumen esta demasía se
puede reducir un poco.

Sin embargo este suplemento de longitud respecto a la anchura del kayak en cada
punto (medido por la parte inferior de las bordas) no es igual para todas las costillas
sino que se va reduciendo de proa a popa con objeto de que también la profundidad
del casco se vaya reduciendo hacia la popa ¿Pero y en que medida se va reduciendo
el suplemento de longitud de las costillas? Pues aquí es donde empieza el auténtico
lío. La longitud total de las costillas va a tener una influencia decisiva en la
profundidad del casco y por tanto en el volumen del kayak y el modo que acortemos
el suplemento de longitud va a influir también de un modo decisivo en el rocker de
la embarcación. Sin embargo y como ya he dicho no tenemos porque sentirnos
abrumados ante esta tarea. Los errores, a no ser que sean de bulto, tienen fácil
corrección. Por otro lado tampoco creo que debamos obstinarnos en buscar una
especie de regla infalible que nos guíe de manera inapelable durante todo el proceso.
Creo más bien que debemos tratar de comprender tal proceso, observar otros kayaks
y luego darle una oportunidad a nuestro propio instinto.

Existen muchos y diversos métodos para determinar la longitud de las costillas. Hay
quien hace las costillas abundantemente largas, las dobla al vapor y las sujeta con
prensillas a las caras exteriores de la bordas. Una vez que ha transcurrido cierto
tiempo, una noche o un día, y las costillas han adquirido su forma curva de manera
definitiva, las recortan a la medida adecuada para conseguir el casco deseado.

Otros optan por la regla de los 5-4-3 dedos; colocan los listones para las costillas
sobre las bordas, por encima de las cajas en las que se van a alojar sus extremos, con
uno de sus extremos a paño con la cara exterior de una de las bordas y el otro
extremo sobresaliendo en voladizo más allá de la otra borda. Al extremo que vuela
le hacen una marca a la siguiente distancia de la borda más cercana:

Para las costillas situadas entre la proa y el reposapiés la distancia será igual a la
anchura de 5 dedos.

126 por Francisco García Marqués


Para las costillas situadas entre el reposapiés y el respaldo la distancia será igual a la
anchura de 4 dedos.

Para las costillas situadas entre el respaldo y la popa la distancia será igual a la
anchura de 3 dedos.

Al aplicar esta regla conviene suavizar un poco la transición entre tramos


consecutivos de forma que una costilla no lleve un suplemento de longitud de 5
dedos mientras que a la adyacente se le añaden solo 4 dedos. Se puede empezar
añadiendo un poco más 5 dedos en el extremo de proa para acabar añadiendo 5
dedos escasos a la última costilla del tramo de proa, la que va justo antes del
reposapiés y así sucesivamente.

Cunningham nos propone otro método del que ya se ha hecho mención con
anterioridad. De un modo muy resumido lo que hace Cunningham es determinar un
suplemento de distancia igual a la anchura de ambas manos juntas, unidas a lo largo
de los dedos índice y con el pulgar remetido hacia dentro. A la costilla más a proa le
aplica todo este suplemento de distancia y a la costilla más a popa le aplica los 2/5
del suplemento anterior. La diferencia entre uno y otro suplemento, es decir los 3/5
del que determinamos con las manos unidas y aplicamos a la costilla de proa se
divide entre el número de costillas que tenga nuestro kayak menos una y el
resultado es la cantidad en que iremos reduciendo el suplemento de distancia para
cada costilla al movernos de proa a popa. Cunningham toma la precaución no
obstante de fabricar una costilla falsa con alambre grueso a la que le aplica un
suplemento igual a los 2/5 del total y la coloca en el lugar en que va la última
costilla. Si la costilla de alambre se mantiene en su lugar no hace ninguna corrección
pero si esta costilla falsa tiende a saltar fuera de las cajas en que se aloja,
Cunningham fabrica otra un poco más larga que se aguante en su alojamiento.
Cuando queda satisfecho con el resultado mide el suplemento de distancia para esta
última costilla y recalcula el rango de reducciones de los suplementos de distancia.
De la longitud medida con las manos unidas resta ahora el suplemento de distancia
obtenido para la costilla más a popa y divide el resultado entre el número total de
costillas menos una.

Brian Schulz de Cape Falcon Kayak nos presenta otro sistema fácil de entender y de
aplicar y que resultó adaptarse perfectamente al kayak que nos ocupa. Conviene
remarcar que Schulz nos advierte que él aplica este sistema para kayaks de menos
de 51 cm de manga y cuya profundidad al arrufo esté por debajo de los 18 cm.

Schulz empieza por determinar de un modo directo la longitud de la costilla central.


A la longitud total de esta costilla le restamos la anchura del kayak en este punto
medida como siempre a través del fondo de las bordas. Supongamos que el
resultado de esta resta es de 100 mm (ese fue por cierto el resultado obtenido en el
kayak que nos ocupa para la costilla nº 11 de un total de 21.) Si queremos que la proa
tenga 25 mm más de profundidad que la que obtenemos con esta costilla en el centro

127 por Francisco García Marqués


de la embarcación tendremos que aumentar en 50 mm el suplemento de longitud
que le apliquemos a la costilla más a proa. Este aumento de 50 mm en el suplemento
de longitud tendremos que repartirlo de manera uniforme entre todas las costillas
situadas entre la central y la que tenemos más a proa. Dependiendo del número de
costillas que tengamos el resultado podría ser que a medida que avanzamos hacia
proa tengamos que aumentar en unos 5 mm el suplemento de longitud para cada
costilla. Ahora bien en la práctica esto resulta satisfactoriamente hasta que
alcanzamos la costilla nº 6 (las numeramos empezando por la proa.) Por alguna
razón desconocida este incremento gradual del suplemento de longitud deja de
funcionar para las 6 costillas situadas más a proa. En este tramo tendremos que
duplicar el incremento del suplemento de longitud, es decir, a partir de la costilla nº
6 el suplemento de longitud que apliquemos a cada costilla será 10 mm más largo
que el aplicado para la costilla anterior. Para hacer la transición más gradual Schulz
divide la diferencia en la costilla nº 5 de modo de modo que el incremento del
suplemento de longitud para las 4 costillas más adelantadas es de 10 mm; a la
costilla nº 5 le aplica un incremento de 6 mm y para el resto de las costillas hasta la
central el incremento es de 5 mm.

En cuanto a las costillas situadas a popa de la central Schulz les aplica a todas ellas el
mismo suplemento de longitud, es decir 100 mm en nuestro ejemplo.

Como digo este fue el


sistema empleado en el
kayak que nos ocupa.
Para medir la longitud de
la costilla central hice uso
de dos tiras de madera
muy delgadas y flexibles
que se superponían por
debajo de la quilla
dibujando la curva que
tendría que hacer una
costilla auténtica. Después
basta con medir la
longitud combinada de
las dos tablitas
superpuestas para lo cual
tendremos que sacarlas de las cajas sin alterar su posición relativa o hacer una marca
sobre una de ellas a la altura del extremo de la otra. En la práctica la costilla real no
se comporta exactamente igual que estas tiras delgadas y flexibles sino que la curva
descrita por las costillas de roble resultó en general más cerrada que la que
describían las tiras de madera con el resultado de que las costillas reales alcanzaban
una mayor altura en el centro de la curva (el kayak está boca abajo) o lo que es lo
mismo con las costillas reales se obtiene un casco de mayor profundidad que lo que

128 por Francisco García Marqués


cabía esperar a partir de las pruebas hechas con las tiras flexibles de madera. Esto no
representó mayor problema que el de recortar ligeramente la longitud de cada
costilla para acabar por obtener un casco de la profundidad deseada.

Si se necesita recortar la longitud de alguna costilla una vez que está ya ha sido
curvada y alojada en sus correspondientes cajas, como es el caso del que hablamos,
hay que tener en cuenta que se debe recortar por igual ambos extremos de la costilla.
La cantidad que hay que quitar en cada extremo es teóricamente igual a la cantidad
en que queremos reducir la profundidad del casco en ese punto, sin embargo
conviene ser prudente y recortar una medida considerablemente inferior. Después
de observar los resultados de este recorte podemos hacer, si es necesario, un
segundo recorte de la longitud de la costilla para ajustarnos mejor a la profundidad
del casco que buscamos. También es conveniente recortar las costillas de una en una
observando los resultados cada vez.

129 por Francisco García Marqués


19.- COSTILLAJE

Las costillas se harán preferentemente de roble o fresno, supuestamente las maderas


que resultan más fáciles de doblar al vapor. Usaremos la madera más verde que
podamos encontrar, evitando en lo posible maderas que hayan sido desecadas
mediante procedimientos industriales. Buscaremos también maderas carentes de
nudos y de fibra lo más recta y larga posible. Si al observar el listón que vayamos a
curvar vemos que las fibras se tuercen como queriendo escapar de la superficie del
listón, lo más probable es que la pieza rompa precisamente por ahí. También hay
quien dice que doblan mejor las piezas de corte vertical, pero esto es más discutible.

Antes de intentar curvarlas debemos mantener las piezas sumergidas en agua al


menos durante cuatro días para aumentar su grado de humedad y conseguir que se
doblen con mayor facilidad. También es muy conveniente dar respaldo a la pieza
que estamos curvando para evitar que se astille por el dorso de la curva. La plantilla
de curvado que se ve en la foto, diseño de Cunningham, nos puede ser de gran
utilidad. En ella se observa una cinta de cuero que se en carga de dar el respaldo
mencionado. Aún con todas estas precauciones debemos esperar que se nos rompa
algún listón al intentar doblarlo, por lo que es conveniente contar hasta con un 50%
de pérdidas al preparar los listones para fabricar costillas.

El proceso de curvado es simple. Mantenemos el listón que pretendemos curvar


sometido a un baño de vapor durante un tiempo determinado. Al sacarlo de ese
baño de vapor nos resultará fácil curvarlo. Para ello ejerceremos una fuerza continua
y firme sobre el listón, apretándolo contra la plantilla con decisión pero si
brusquedades y sin pasarnos y manteniendo lo más tensa posible la cinta de cuero
que en todo momento hará contacto con el dorso de la pieza que estamos doblando,
es decir con la parte convexa de la curva. El comportamiento de la madera de algún
modo se transmite a las manos que estarán enfundadas en guantes de cuero para
evitar quemaduras accidentales. El tiempo durante el cual la pieza resulta plegable
es muy breve pero suficiente. No hay porque apresurarse ni agobiarse. Basta tenerlo
todo bien ordenado y organizado, acortando en lo posible y despejando de estorbos
los desplazamientos de la cámara de vapor a la plantilla y luego al kayak. Una
persona que nos eche una mano y nos ayude a controlar los tiempos de cocción
puede ser de gran utilidad.

En cuanto al tiempo que mantenemos la pieza sometida al baño de vapor es algo


que podremos ajustar ligeramente a partir de la experimentación y de acuerdo a los
resultados que vayamos obteniendo pero como norma general partiremos de la
regla que nos dice que debemos cocer durante una hora una pieza de 25 mm de
grosor. Ese tiempo se reduce a 15 minutos si la pieza es de 12 mm de grosor, o a 6
minutos para piezas de 6 mm.

130 por Francisco García Marqués


Tanto que nos quedemos
cortos como que nos
pasemos con el tiempo de
cocción puede ser causa
de rotura de la pieza que
intentamos curvar. Como
normal general y sin tener
en cuenta los fallos en la
propia madera, si la
rotura se produce por la
parte exterior de la curva,
por la parte convexa, se
puede decir que la pieza
estaba demasiado fría. Si
el fallo se produce por
compresión, es decir en la cara cóncava de la curva lo más probable es que la causa
sea la contraria, es decir que la costilla esté demasiado caliente. En el caso primero
debemos alargar el tiempo de cocción, en el segundo debemos acortarlo. En general
la regla expuesta más arriba para determinar los tiempos de cocción según el grosor
de la pieza a curvar suele dar buenos resultados. Una rotura limpia, perpendicular a
la superficie de la pieza suele ser también indicativa de un tiempo excesivo de
cocción. Si tenemos que variar esos tiempos de cocción debemos hacerlo en
intervalos de tiempo muy pequeños, del orden de los 30 segundos y probar el
resultado que obtenemos de esa variación.

Como cámara de vapor podemos utilizar muchas alternativas. En la red se


encuentra abundante información. Yo uso un tubo de PVC de los que se utilizan
para desagüe de los lavabos, de 40 mm de diámetro y de largo similar a la costilla
más larga. El tubo lo forro por el exterior con listones de madera delgados
procedentes de restos de la preparación del material para las propias costillas. Estos
listones delgados confieren al tubo resistencia mecánica y aislamiento térmico.
Como fuente de vapor utilizo una vaporea vieja (podría utilizar una tetera y
conducir el vapor hasta la cámara con un tubo de plástico de 8 ó 10 mm de
diámetro.) Coloco el tubo de PVC inclinado sobre algún soporte de modo que el
extremo por el que entra el vapor esté más bajo que el extremo por el que sale.
También conviene perforar un pequeño taladro cerca de la entrada de vapor que
sirva como drenaje al agua de condensación que se genera en el interior del tubo. El
otro extremo del tubo lo tapo con un tapón que se vende como accesorio para ese
tipo de tubería, pero podría utilizar un simple trapo que taponase ese extremo. Sea
cual sea el sistema debemos evitar cerrar herméticamente la salida del vapor para
evitar sobrepresiones en el interior de la cámara que podrían resultar peligrosas.

Cuando lo tenemos todo preparado metemos tres o cuatro costillas en nuestra


cámara de vapor y contamos el tiempo desde el momento en que observamos al
vapor salir de un modo continuo. Transcurrido el tiempo necesario sacamos la
primera costilla e introducimos uno de sus extremos en la muesca de la horma de

131 por Francisco García Marqués


doblado. Sujetamos con la misma mano la costilla y la correa de cuero y doblamos
con decisión, imponiéndole a la madera nuestra voluntad de un modo firme pero sin
brusquedades. Lo más probable es que no rompa, lo que nos dejará perplejos.
Sacamos la costilla del encaje e introducimos el otro extremo en la muesca para
repetir el proceso. Doblamos hasta donde nos permite la horma. Sacamos la costilla
de nuevo y observamos que la madera tiende a estirarse de nuevo tratando de
recuperar su forma recta inicial. No hay por que preocuparse. De algún modo las
fibras han quedado debilitadas y durante un tiempo más o menos breve será fácil
curvarla de nuevo. Nos dirigimos al armazón que conforma la cubierta de nuestro
kayak e introducimos la costilla en la caja que nos esté más alejada. Con cuidado,
podemos mover la costilla adelante y atrás en la caja para forzarla a entrar pero no
en el sentido transversal de modo que pudiéramos romper las delgadas paredes de
la caja. En cualquier caso se supone que antes de meter la costilla en el baño de
vapor habíamos comprobado que encaja con más o menos holgura en su cajeado.
Acoplado el extremo más alejado doblamos la costilla y encajamos en su caja el otro
extremo. Comprobamos la forma y alineación de la costilla con las líneas generales
de la cubierta y de otras costillas que ya hayamos colocado tratando de mantener
una cierta simetría en el conjunto. Si una costilla ha quedado demasiado alta o
echada hacia un lado disponemos de un tiempo todavía más largo para forzar las
curvas hacia la forma final que necesitemos. Cuando estemos satisfechos con esta
primera costilla del lote sacamos la siguiente y repetimos el proceso. Es más fácil de
lo que parece y además resulta divertido aunque no debemos olvidar en ningún
momento que el vapor quema y mucho. El primer lote a curvar serán las tres o
cuatro primeras costillas. Doblaremos y colocaremos en primer lugar la nº 4 y nos
moveremos después hacia la proa. Cuando alcancemos el centro del casco ya
seremos unos expertos.

132 por Francisco García Marqués


Tras haber mantenido las tablas a remojo durante unos cuatro días las
cortamos a la medida de cada costilla y las numeramos.

Redondeamos los bordes...

133 por Francisco García Marqués


Y afilamos un poco los extremos para facilitar su entrada en la caja

La cámara de vapor. El extremo por el que entra el vapor está


más bajo que el extremo por el que sale. El trapo del suelo
"recoge" el agua de condensación que gotea de la cámara

134 por Francisco García Marqués


Detalle de la cámara. En el extremo más elevado se ha colocado un tapón
para tubos de PVC de 40 mm. de diámetro. En el tapón se perforado un
pequeño taladro por el que sale el vapor evitando que la presión se eleve
demasiado en el interior de la cámara

135 por Francisco García Marqués


La horma de curvado nos servirá de ayuda para forzar la curva hacia los
extremos de las costillas evitando que queden demasiado puntiagudas en
el centro

136 por Francisco García Marqués


Tras el tiempo adecuado de cocción sacamos la costilla de la cámara,
introducimos uno de sus extremos en la muesca de la horma y doblamos,

Sacamos la costilla de la muesca y la encajamos por el otro extremo. De


nuevo doblamos, doblamos, doblamos...

137 por Francisco García Marqués


La costilla tiende a recuperar su forma plana cuando la retiramos de la
horma no hay porque preocuparse...

138 por Francisco García Marqués


... Las fibras ya han cedido y ahora la madera dobla con facilidad

Introducimos un extremo en la caja que tengamos más lejos

139 por Francisco García Marqués


Luego introducimos el otro extremo ¡Cuidado! no vayamos a reventar alguna caja

Revisamos el resultado de nuestro trabajo. Puede que tengamos que


corregir la curvatura de alguna costilla colocada con anterioridad

140 por Francisco García Marqués


O puede que tengamos que corregir la curvatura de la costilla que
estamos colocando. El conjunto debe resultar armonioso

Seguimos colocando costillas. Primero un extremo...

141 por Francisco García Marqués


... Y luego el otro.

Si en alguna costilla aparece un pequeño desgarro podemos vendarlo con


cinta aislante o similar para evitar que se propague. Mantenemos la venda
al menos durante toda la noche, hasta que la costilla hay asumido que esa
va a ser su forma definitiva

142 por Francisco García Marqués


Comprobamos frecuentemente nuestros resultados. Si una costilla está
muy alta la forzamos hacia abajo o puede que en algún caso nos interese
sacar alguna de sus alojamientos y colocarla de nuevo al revés, lo que
antes estaba a la izquierda lo ponemos ahora a la derecha y viceversa. Aún
estamos a tiempo para forzar algo las curvaturas

143 por Francisco García Marqués


Cuando estemos satisfechos hacemos un taladro de 3 mm separado como 1
cm del canto inferior de la borda. El taladro tendrá una profundidad de
unos 15 mm. Queremos traspasar la costilla pero no la borda. La cinta nos
sirve de indicador de profundidad.

144 por Francisco García Marqués


Colocamos una clavija de 3 mm...

... Y la serramos al ras de la borda

145 por Francisco García Marqués


Ya tenemos un casco (ya he dicho que Cinsa es la chica que más tiempo
pasa conmigo)

146 por Francisco García Marqués


20.- RODA Y CODASTE

... Me sigo preguntando si será oportuno utilizar aquí estas dos palabritas.

Correctos o no los términos es hora de retomar nuestro trabajo con estas piezas en el
punto en que lo habíamos dejado. Ya tenemos las costillas enclavijadas a las bordas
y listas para servir de asiento a la quilla en su posición definitiva, que dicho sea de
paso, tras algunos ajustes en la longitud de las costillas posteriores a su doblado y
colocación y tras algunas reconsideraciones en cuanto al rocker y profundidad del
casco las cifras indicativas de la posición y curva de la quilla han pasado de los
valores que ya habíamos visto y que se indican en la primera columna a los valores
definitivos que se indican en la segunda:

™ Medida del arrufo................................................................... 8,0 cm / 8,2 cm


™ Medida del rocker................................................................... 5,0 cm / 8,0 cm
™ Profundidad al arrufo a popa ............................................. 17,9 cm / 16,0 cm
™ Profundidad al arrufo en el travesaño nº 7 (respaldo)..... 16,1 cm / 16,7 cm
™ Profundidad al arrufo en el centro...................................... 16,5 cm / 17,1 cm
™ Profundidad al arrufo en el travesaño nº 4 (reposapiés). 18,3 cm / 18,2 cm
™ Profundidad al arrufo a proa............................................... 22,0 cm / 20,7 cm

Es importante conocer la posición definitiva de la quilla antes de finalizar la


construcción de estas dos piezas, ya que utilizaremos la propia quilla para marcar el
borde superior de estas piezas (el inferior en la posición normal de navegación.)

También en este punto tendremos que tomar alguna decisión, aunque de menor
trascendencia. El ángulo que forma el borde exterior de la roda o el codaste, tajamar
para el caso de la roda, con el borde superior de la misma pieza, es decir la línea del
arrufo, varía normalmente entre l0º y 15º. La elección del ángulo preciso será una
vez más una cuestión de gustos personales. Cuanto más obtusos sean estos ángulos
más larga será la línea de flotación, más rápido y estable el kayak y mayor facilidad
para mantener el rumbo. Por contra será más vulnerable a los vientos laterales y más
torpe en las maniobras. No obstante la incidencia de estos ángulos en las
características del kayak no es tan notable como para hacer de esto la elección de
nuestra vida y la decisión final depende casi siempre, para nosotros los occidentales,
de consideraciones más estéticas que funcionales.

Tradicionalmente, sin embargo, entraban en consideración otros factores. Es sabido


que los kayaks del este de Groenlandia solían tener una roda y un codaste
considerablemente más largos que los kayaks del oeste para la misma longitud de
kayak. Sin embargo Petersen nos cuenta como “los cazadores que usaban mucho el kayak
para cazar focas con arpón no son, por lo general, particularmente entusiastas de los kayaks
con roda y codaste muy largos. Se supone que estos kayaks golpean demasiado las olas

147 por Francisco García Marqués


cuando el mar está agitado y ahuyentan las focas.” Por otro lado otros constructores
tradicionales preferían ángulos más abiertos entre la quilla y el borde exterior de
cada una de estas piezas de proa y de popa prestando muy especial atención a la
transición entre quilla y codaste o entre quilla y tajamar. En este sentido el mismo
Petersen nos cuenta una historia muy ilustrativa que a su vez le fue contada a él por
un tal Frederik Arkê. “El que yo exista se debe a la experiencia de mi abuelo. Cando mi
padre era joven comenzó a cazar con el kayak que le había construido mi abuelo. Este había
hecho la transición entre roda y quilla formando una curva suave y en la proa había forzado
hacia arriba los extremos de los chine stringers mientras que había mantenido bajos sus
extremos de popa.

Un día de invierno mi padre y su amigo salieron con sus kayaks. El kayak de su amigo era un
modelo con roda y codaste largos pero tenía un ángulo acusado donde la roda y el codaste se
encuentran con la quilla. Además los extremos de los chine stringers se había colocado rectos
y bajos.

Mientras paleaban descubrieron una extensa placa de hielo reciente que se les acercaba
flotando a la deriva, empujada por el viento y la corriente. Aunque lo intentaron no pudieron
evitarla. Cuando el hielo les alcanzó giraron sus kayaks para ponerse de cara a la placa.

El hielo fresco elevó el kayak de mi padre y en cuestión de segundos mi padre estaba sobre la
placa sin que ni él ni su kayak hubieran sufrido daño. Pero el hielo no se pudo deslizar bajo el
kayak de su amigo. Lo aprisionó por debajo, por encima de los extremos de los stringers.
Cortó la piel y su amigo se perdió.”

Una vez que coloquemos estas dos piezas sobre sus respectivos emplazamientos,
pero sin fijarlas de modo permanente al armazón, conviene cerciorarnos que están
perfectamente perpendiculares a las bordas. En las fotos se ve de qué modo
podemos hacerlo. También debemos cerciorarnos de que cada una de las piezas
apunte hacia el otro extremo del kayak, es decir que esté alineada con el eje
longitudinal. Después de que hayamos hecho las ligadas que sujetan estas piezas al
armazón aún tendremos cierto juego para ajustar esa alineación longitudinal pero en
lo que respecta a la perpendicularidad con las bordas esta es nuestra última
oportunidad de hacer un buen trabajo. La secuencia de fotos es, creo,
suficientemente ilustrativa del resto del proceso.

148 por Francisco García Marqués


Con un listón flexible sujeto contra el canto superior de las bordas
prolongamos la línea del arrufo y marcamos en la pieza de proa o de popa.
Después recortamos por la línea

149 por Francisco García Marqués


Comprobamos de nuevo las perpendicularidades y paralelismos.
Un perfil metálico sujeto a la pieza de proa o de popa nos puede
servir de ayuda

150 por Francisco García Marqués


El perfil metálico en la pieza de popa o de proa debe estar
perfectamente paralelo con la hoja metálica de la escuadra en el

Usamos la propia quilla, colocada en posición, para marcar el


borde inferior de la pieza

151 por Francisco García Marqués


La quilla se apoyará en el borde inferior tanto de la pieza de proa como de
la pieza de popa

Ya hemos recortado el borde inferior que habíamos marcado guiando el


lápiz por el canto inferior de la quilla. Ahora tenemos que determinar el
ángulo que forma el canto exterior de la pieza con la línea de arrufadura

152 por Francisco García Marqués


El ángulo elegido fue finalmente de 15º. Si nos fijamos bien en la foto se
pueden ver las curvas que definen el borde interior de la pieza. Dibujamos
estas líneas a mano alzada atendiendo únicamente a criterios estéticos

La pieza de proa acabada

153 por Francisco García Marqués


Las dos piezas, la de popa y la de proa juntas. Se puede apreciar la
diferencia de ángulo entre el borde exterior y la línea de arrufo (o
entre el borde exterior y la quilla) para ambas piezas

Colocamos la pieza en su posición y perforamos dos taladros de 3 mm de diámetro


evitando que coincidan en la misma línea de grano y un poco más hacia el exterior del
kayak que el taladro, también de 3 mm, que hacemos en las bordas. Pasamos el hilo
por los dos taladros de la pieza y lo aseguramos con un nudo esquimal

154 por Francisco García Marqués


El taladro en las bordas estará como mínimo 25 mm separado de la clavija
más cercana. Pasamos el hilo por los agujeros dibujando una "V". Hacemos
al menos tres circuitos.

Hacemos un nudo simple rodeando las dos ramas de la "V"

155 por Francisco García Marqués


Tensamos el nudo simple. La "V" se ha convertido en una "Y".

Repetimos el nudo simple tres veces...

156 por Francisco García Marqués


... y pasamos el hilo por el agujero de la pieza contrario al que lo
pasamos por última vez antes de hacer los nudos simples

Por el otro lado de la pieza la lazada todavía tiene forma de "V"

157 por Francisco García Marqués


Repetimos la secuencia de tres nudos simples abrazando la lazada

Aseguramos la ligada con una serie de nudos simples, 4 ó 5, alrededor de una


de los brazos de la "Y". Es preferible hacer estos nudos simples sobre uno de
los brazos superiores de la "Y". Po último un nudo simple hecho sobre si
mismo en el extremo del hilo asegurará todavía más la ligada

158 por Francisco García Marqués


21.- LA QUILLA

Para la quilla emplearemos un listón de 20 x 20 mm o mejor 20 x 25 mm de sección y


algo menos de 5 m de largo. Antes de seguir adelante redondearemos, mejor con un
cepillo pequeño, los bordes de nuestro listón excepto en la zona en que la quilla se
asienta sobre las piezas de proa y de popa.

Presentamos la quilla sobre sus correspondientes asientos en la roda y el codaste y la


sujetaremos ligeramente con unas prensillas. Nos aseguramos de que ambas piezas,
roda y codaste están bien alineadas. En caso contrario aún podemos removerlas
ligeramente en su asiento para buscar la alineación correcta. Nos aseguramos
también de que la quilla está perfectamente alineada con cada una de las piezas de
proa y de popa y enrasada con ellas por los laterales. El sentido del tacto es mejor
aquí que el de la vista. Pasamos un dedo a lo largo del borde de la quilla y
comprobamos si está a paño con cada una de las caras de la roda o del codaste o si
por el contrario la quilla, y/o una de las caras de la roda o del codaste sobresalen
ligeramente. Hacemos los ajustes oportunos. Cuando estamos seguros de que las
piezas de proa y de popa está perfectamente alineadas una con respecto a la otra y la
quilla bien centrada sobre ellas, apretamos las prensillas.

Sujetamos la quilla a las piezas de proa y de popa con clavijas, tal como se ve en las
fotos.

Recortamos los extremos de la quilla de modo que sean una prolongación del borde
exterior tanto de la pieza de proa como de la de popa. También esto se ilustra en las
fotos.

Si queremos que el kayak navegue recto, la quilla tiene que estar derecha. Lo que
debemos hacer ahora es centrarla sobre las costillas. También en las fotos se ve como
podemos hacer esta tarea con la ayuda de una pequeña tablilla. Centramos la quilla
en una de cada tres o cuatro costillas sujetándola cada vez a esa costilla, después de
que haya sido centrada, con una prensilla. Cuando hayamos acabado de centrarla
sobre las costillas echamos una visual desde una punta del kayak para evaluar la
alineación general. Laquilla tiene que formar un arco suave sin desviarse en ningún
punto ni a izquierdas ni a derechas. Podemos servirnos de un hilo tenso sujeto a los
bordes exteriores de la roda y codaste para comprobar esa alineación. Hilo y quilla
deben discurrir paralelos a lo largo de toda su longitud. El hilo debe estar paralelo
también con las caras de la roda y el codaste sin formar ninguna inflexión ni
torcedura en el borde interior de estas piezas.

La quilla se apoyará a lo largo de todo el borde inferior de la roda y del codaste pero
es muy improbable que las dos o tres costillas de más a proa y las dos o tres de más
a popa sean de altura suficiente como para hacer contacto con la quilla. Lo más
probable es que necesitemos interponer entre estas costillas y la quilla unos
pequeños tacos de ajuste que haremos con sobrante del mismo listón empleado para
hacer la quilla y de una longitud de unos 6 cm.

159 por Francisco García Marqués


Para determinar la altura de ese taco lo colocamos sobre la costilla que queremos
suplementar adosado longitudinalmente contra la propia quilla y deslizamos un
lápiz a lo largo del borde inferior de la quilla (lo que será el borde superior en la
posición normal de navegación) marcando una línea en el taco de madera. Esa línea
nos indicará la altura que debe tener el taco de ajuste para esa costilla. Es
conveniente cortar justo a lo largo de la línea para no hacer el taco de mayor altura
que la necesaria. A parte de las tres primeras o las tres últimas es probable que
alguna otra costilla intermedia esté también por debajo de la altura deseable y que
no llegue, por tanto, a hacer contacto con la quilla. En ese caso será necesario
también para esa costilla un taco de ajuste aunque normalmente de menor altura
que los que pongamos en las costillas de los extremos.

Una vez que estemos satisfechos con las alineaciones y que hayamos colocado los
tacos de ajuste necesarios ya solo nos queda sujetar la quilla a las costillas de un
modo permanente, pero eso lo veremos en el próximo apartado.

Una vez satisfechos con las alineaciones y perpendicularidades sujetamos la


quilla firmemente con una prensilla y hacemos un primer taladro de 5 mm de
diámetro que traspase por completo la quilla y penetre unos 25 mm en la roda

160 por Francisco García Marqués


Hubiera dado igual emplear clavijas de 6 mm de diámetro. El problema es
que no tenía a mano una broca de esa medida. Haciendo pasar la clavija de 6
mm por un agujero de 5 mm perforado en la chapa se soluciona el problema

161 por Francisco García Marqués


Usamos cuatro clavijas
para sujetar la quilla a
la roda y otras tantas
para el codaste.
Colocamos una
pequeña cuña en el
extremo de las clavijas.
La muesca para la cuña
la hacemos atravesada
a las fibras de la
madera

Introducimos la clavija en
el taladro con la cuña
hacia el interior. La cuña
estará atravesada a las
fibras de la madera de la
quilla y de la pieza de
proa.

162 por Francisco García Marqués


Con unos pequeños golpes de la maza introducimos por completo la
clavija. Ojo al cambio de sonido al golpear la clavija.

Ya tenemos las cuatro clavijas colocadas. Nótese que se han dispuesto con
distintas angulaciones para evitar que la quilla se pueda separar de la roda

163 por Francisco García Marqués


Después de cortar las clavijas al ras de la quilla introducimos otra cuña en
cada clavija. La muesca para la cuña está atravesada al sentido general de las
fibras.

Para centrar la quilla en las costillas nos servimos de una tablilla que
colocamos por el lado de popa de la costilla. Hacemos una marca en el
punto en que la tablilla se apoya sobre la arista de la quilla

164 por Francisco García Marqués


Colocamos ahora la tablilla en la otra borda y comprobamos la distancia
a la quilla. Marcamos en el punto en que la tablilla se apoya sobre la
arista de la quilla

Cuando tengamos la arista de la quilla bajo el punto medio entre las dos
marcas que acabamos de hacer, la quilla estará centrada

165 por Francisco García Marqués


Para 3 ó 4 las costillas de cada extremo y para alguna de las demás tendremos que fabricar unos
tacos de ajuste de unos 6 cm de largo. Colocamos el taco a lo largo de la quilla apoyado sobre la
costilla e cuestión. Marcamos el taco deslizando un lápiz por la cara inferior de la quilla

El taco acabado con alguna pequeña concesión a la estética incluida

166 por Francisco García Marqués


Los tacos para las costillas centrales que puedan necesitarlos suele ser más
delgados que los de los extremos. También los stringers pueden necesitar
algún taco de ajuste.

La punta de la quilla debe ser una prolongación del borde exterior de la


pieza de proa. Marcamos con lápiz a través de la quilla la prolongación de
ese borde exterior

167 por Francisco García Marqués


Cortamos por la línea.

El corte está realizado

168 por Francisco García Marqués


Con un cepillo rematamos el corte que dejó la sierra

Comprobamos

169 por Francisco García Marqués


Rematamos con una lima

170 por Francisco García Marqués


22.- LA LIGADA CONTINUA

Las ligadas que unen la quilla o los stringers a las costillas son continuas, o lo que es
lo mismo interrumpidas desde la primera costilla hasta la última. Por supuesto
también se podrían utilizar ligadas individuales para cada costilla u otros sistemas,
pero esta ligada continua es el método más usual. Como inconveniente de esta
técnica se podría aducir que la rotura del hilo en cualquier punto arruina toda la
ligada pero no parece que en la práctica esto presente mayor problema.

La ligada que se utiliza para fijar la quilla es idéntica que la utilizada para los
stringers. Dentro de las distintas maneras que hay de ejecutar esta ligada usaremos
aquí la que conlleva por cada costilla un pequeño taladro horizontal de 3 mm de
diámetro que centramos en el eje longitudinal de la quilla. Este taladro evita que el
hilo tenga que pasar por encima de la quilla (por debajo en la posición de
navegación) rodeándola, lo que provocaría pequeños abultamientos sobre la “piel”
que a su vez reducirían la velocidad del kayak.

Además del taladro que hacemos en la quilla por cada costilla hacemos otros dos
taladros iguales que los anteriores; el primero de ellos lo haremos como 25 mm a
proa de la primera costilla y el segundo a unos 25 mm a popa de la última costilla.

Para hacer la ligada cortamos una longitud de hilo igual a 2,5 veces la longitud de la
quilla. Afirmamos el hilo a la quilla pasándolo por el primer taladro, el que está a
proa de la primera costilla o el que situamos a popa de la última, depende por
donde empecemos. Como siempre usamos para esto un nudo esquimal y
comenzamos la ligada propia dicha.

Esta ligada se entiende muy bien con el sistema de los cuadrantes que nos explica
Cunningham. La quilla al cruzarse con una costilla divide el espacio en cuatro
cuadrantes (ver la foto). La secuencia es como sigue (tenemos el kayak boca abajo):

171 por Francisco García Marqués


El hilo que procede del primer taladro donde lo hemos asegurado avanza por el
interior del casco, sobrepasa la primera costilla y sale por el cuadrante nº 2.

™ Pasa hacia arriba por el taladro.


™ Entra de nuevo al casco por el cuadrante nº 4.
™ Sale por el nº 1 y tensamos.
™ Hacia abajo por el taladro.
™ Entra en el casco por el cuadrante nº 3.
™ Sale por el nº 2 y tensamos.
™ Entra de nuevo por el nº 3.
™ Sale por el 4.
™ Entra por el 1
™ Y se va a la siguiente costilla donde sale del casco por el cuadrante nº 2.

Una vez que atamos la última costilla nos vamos al siguiente taladro y atamos el hilo
como se ve en las fotos.

Detalle de los taladros para pasar el hilo

172 por Francisco García Marqués


El hilo que viene de la costilla anterior sale por el cuadrante 2 y pasa hacia arriba
por el taladro

Entra de nuevo al interior del casco por el cuadrante nº 4

173 por Francisco García Marqués


Sale de nuevo por el nº 1

Tensamos

174 por Francisco García Marqués


Pasa hacia abajo por el agujero

Entra al casco por el cuadrante nº 3

175 por Francisco García Marqués


Sale de nuevo por el 2 y
tensamos

Y entra otra vez por el 3

176 por Francisco García Marqués


Sale por el nº 4

177 por Francisco García Marqués


Entra por el nº 1 y se va a la siguiente costilla donde sale de nuevo por
el nº 2 comenzando de nuevo la secuencia

178 por Francisco García Marqués


Después de la última costilla atamos el hilo al último taladro. Un método
puede ser el que se ve en la foto. Hacemos un nudo simple en el hilo que
se dirige al último agujero y pasamos el extremo por el agujero

179 por Francisco García Marqués


Después de pasar por el taladro el extremo del hilo pasa por el nudo
simple que habíamos hecho en el firme.

Tensamos y repetimos varias veces. Para acabar hacemos un nudo simple


en el extremo para impedir que estos nudos finales se aflojen

180 por Francisco García Marqués


23.- LOS COSTADOS

“Había capturado cuatro focas de casco y mientras giraba para irme a casa el hielo comenzó a
formarse. La costa no estaba lejos así que con gran dificultad arrastré sobre el hielo la caza y
el kayak. Fue un extenuante y sudoroso trayecto. Acercándome a tierra me topé con un área
de agua despejada y embarqué en el kayak.

Aquí me percaté de la presencia de un kayakista que paleaba hacia tierra con gran esfuerzo y
muy despacio. Y sin embargo no parecía transportar nada. Al adelantarlo lo reconocí. Era
Konrad, esforzándose por llegar a casa en un kayak roto.

Había intentado palear su kayak entre las placas de hielo hasta que fue demasiado tarde. El
hielo lo había aprisionado rompiendo tanto el kayak como sus piernas. Cuando la presión del
hielo aflojó, él casi había perdido la consciencia y luchó por abrirse camino sufriendo atroces
dolores y pensando que su espalda estaba aplastada. Tuvimos que desmontar el kayak para
liberarlo y llevarlo luego a su casa.

Estuvo acostado todo el verano y cuando finalmente pudo caminar tenía que apoyarse en una
vara que desde entonces ha tenido que seguir usando.”

Con esta historia de Johannes Ungâralak, un antiguo cazador del sur de


Groenlandia, Petersen resume la importancia que tienen los costados del kayak, es
decir el área demarcada entre el canto superior de las bordas y la cara exterior de los
stringers. La altura de los costados depende de la profundidad del kayak, de la
anchura de los tablones que conforman las bordas y de la posición de los chine
stringers. Al menos en su mayor parte el costado del kayak estará formado entonces
por dos planos, el que va desde el stringer a la base de la borda y el formado por el
propio tablón usado como borda. Siempre de acuerdo con Petersen algunos kayaks
pueden tener los costados planos en el punto donde el kayak alcanza su mayor
anchura pero otros presentan un acusado cambio de plano en el medio del costado
debido a la forma de las costillas. Este ángulo es considerado muy importante en
determinadas áreas y lo consiguen tallando las cajas de las costillas en ángulo con
las bordas, lo que confiere a las costillas una inclinación diferente a la que tienen las
bordas. En kayaks poco profundos esta forma se acentúa con un fondo plano.

“En kayaks poco profundos con una marcada inflexión (se refiere al cambio de plano
mencionado anteriormente), por ejemplo los hechos con cajas oblicuas en las bordas, el
hombre puede balancear su kayak contra el hielo haciendo que este fluya bajo el kayak. En
lugar de ser aplastado entre los icebergs es elevado sobre la superficie de hielo. Sin embargo,
cuando la placa de hielo es muy gruesa al kayakista no le queda más opción que salir del
kayak lo más rápidamente posible y subirlo al hielo tras de él."

181 por Francisco García Marqués


24.- LOS LARGUEROS DE PANTOQUE

El pueblo esquimal ha dado sobradas muestras de su capacidad de adaptación al


medio y el hecho de que sea precisamente un esquimal, un groenlandés de pura
cepa, una de las personas que más nos ayuda a comprender el por qué y el cómo de
las formas de un kayak no es sino otra muestra de esa capacidad de adaptación, en
este caso a un mundo mucho más global pero indudablemente marcado por unos
modos claramente occidentales. Hace tan solo unas decenas de años en Groenlandia
ni siquiera existía un idioma escrito y aún así, en el momento actual podemos leer
libros de difusión mundial firmados por autores groenlandeses.

Petersen nos explica que tanto la forma como la anchura que adquiere el fondo de
un kayak están más relacionadas con la posición de los largueros de pantoque y con
la forma de las costillas que con la propia manga del kayak. Cuando la curvatura de
las costillas se acentúa en los laterales la embarcación tendrá un fondo más bien
plano, propio, según Petersen, de zonas en que el kayak se utilizaba solo durante
una parte del año.

“Un kayak con fondo ancho y plano navega elevado sobre el agua y se desliza con facilidad.
Puede llevar carga en cubierta sin hundirse demasiado en el agua y no vuelca fácilmente por
lo que es bueno para los principiantes y kayakistas menos hábiles.

Muchos cazadores sin embargo, ven demasiadas desventajas en un fondo ancho y plano.
Navegar elevado sobre el agua es muy peligroso con vientos fuertes y mares agitados cuando
al cazador se le hace difícil controlar el kayak.

En kayaks con el fondo en una “V” más marcada es por supuesto más difícil mantener el
equilibrio pero esta forma ofrece al kayakista mayor control sobre su embarcación.”

182 por Francisco García Marqués


Aparte de estas
consideraciones relativas
a la estabilidad y
gobernabilidad del kayak
hay otro factor que se
debe tener muy en cuenta
a la hora de situar los
largueros en el casco; la
distancia de la piel a las
costillas. En el primer
dibujo se observa como
varía la distancia entre la
piel y las costillas al
desplazar lateralmente el
stringer. Algunos autores
como Morris fijan en 12
mm la distancia mínima
entre tela y costillas para
la parte central de kayak,
es decir el tramo entre quilla y stringers. Cunningham, menos exigente en este
aspecto, dice que con 9 mm para esa parte central y 6 mm para el tramo entre el
larguero y la borda puede ser suficiente. En este punto debemos considerar que
cuando la piel del kayak esté sometida a la presión del agua tenderá a acercarse
todavía más a las costillas y si llega a tocarlas nuestro kayak parecerá un perro flaco
y su navegar será lento ralentizado por un mayor rozamiento con el agua.

Lo cierto es que de lo dicho hasta aquí parece deducirse que vamos a tener un
amplio margen de maniobra a la hora de colocar los largueros de pantoque sobre el
casco. Pues bien, no es así. Si tanto nuestra quilla como nuestros largueros tienen 20
mm de altura, apenas si vamos a tener unos milímetros de juego para emplazar los
largueros. Lógicamente a medida que aumentemos la altura de esas piezas más
posibilidades tendremos de desplazar lateralmente los largueros en busca del fondo
de nuestra elección.

Manos a la obra.

Para determinar la longitud de los largueros colocamos uno de los listones


reservados para este fin a lo largo de la quilla con uno de sus extremos a la altura del
talón del chaflán que habíamos recortado en la punta de las bordas. Marcamos en la
vertical del talón del chaflán en la otra punta y cortamos. Cortamos el otro listón
exactamente a la misma longitud.

Los stringers se van afilando hacia ambas puntas. Dibujamos un cuadrado de 12 x 12


mm centrado en cada una de las puntas y cepillamos hasta afilar la punta hasta esta

183 por Francisco García Marqués


sección final. Para que la pérdida de sección sea gradual empezamos a cepillar a 1,2
m de cada punta. El procedimiento suele consistir en dar una primea pasada de
cepillo a lo largo de los últimos 30 cm, después se da una segunda pasada
empezando a 60 cm del extremo, luego una tercera a lo largo de los últimos 90 cm y
por último se da una pasada que empieza a 1,2 m del extremo. Repetimos este
proceso hasta llegar a la raya del cuadrado que dibujamos en la punta
correspondiente a la cara que estamos afilando. Por supuesto a medida que
cepillamos iremos comprobado los resultados de nuestro trabajo. Velaremos por
mantener la simetría tanto entre las dos puntas de un mismo stringer como entre los
dos largueros. Afiladas las puntas redondeamos las aristas como hicimos con la
quilla y procedemos a colocarlos.

Ajustamos primero la posición de un larguero comprobando la distancia de cada


costilla a la tela y cerciorándonos de que esta no sea menor de 9 mm en el fondo ni
de 6 mm en el costado. A medida que vamos ajustando la posición en cada costilla lo
sujetamos con una prensilla cada 3 ó 4 costillas. Al acabar liberamos una prensilla y
la volvemos a colocar antes de liberar la siguiente. Hacemos esto con todas las
prensillas para liberar posibles tensiones en el stringer. Finalmente observamos el
stringer desde el extremo. La curva que describe debe ser suave, uniforme y estar en
un solo plano. Veremos como una recta el tramo que desciende hacia nosotros desde
el centro del casco. Esta recta debe ser paralela u ocultar al extremo opuesto del
larguero.

Cuando estemos satisfechos con la posición y curvatura del primer stringer pasamos
a colocar el segundo. Utilizamos una tablilla auxiliar para anotar en una de cada 3 ó
4 costillas la distancia del primer stringer al canto inferior de la borda que está de su
mimo lado (el canto superior en la posición invertida del kayak) y ajustamos el
segundo larguero a la misma distancia para cada una de las costillas en que
realizamos la medición.

Al acabar de colocar el segundo stringer comprobamos la distancia de cada costilla a


la piel en el lado correspondiente a este segundo larguero. Si las distancias están
dentro de los márgenes adecuados habremos acabado de colocarlos, en caso
contrario tendremos que mover los dos stringers y empezar de nuevo.

Los chine stringers se sujeten a las costillas con una ligada continua exactamente del
mismo modo que la quilla. Justo antes de su encuentro con las piezas de proa o de
popa los stringers se amarran uno al otro con una ligada igual a la que empleamos en
los extremos de las bordas. Si fijásemos los largueros a las piezas de proa o de popa
el armazón no tendría suficiente elasticidad en mares agitados.

184 por Francisco García Marqués


Para afilar las puntas dibujamos un cuadrado de 12 x 12 mm centrado en la cara del
extremo y luego cepillamos cada cara del stringer. Empezamos a cepillar a 1,20 m del
extremo y afilamos hasta llegar a las líneas marcadas en el extremo

Hemos cepillado la primera cara, disminuyendo el grosor del stringer


progresivamente hasta llegar a la línea dibujada en el extremo, que como se ve en
la foto, en este caso la hemos borrado

185 por Francisco García Marqués


Colocamos los stringers a lo largo de la quilla con los extremos
nivelados con los talones de los chaflanes en las bordas. Atamos
algunos cordeles de nylon rodeando todo el armazón

186 por Francisco García Marqués


Atamos los cordeles más o menos flojos. Los cordeles estarán
al lado (no sobre) las costillas más cercanas a los travesaños de
cubierta nº3, 6, 7 y 9

Desplazamos los stringers lateralmente lejos de la quilla

187 por Francisco García Marqués


Arrastramos cada cordel hasta situarlo sobre la costilla que tienen más cerca

El cordel nos muestra cual será la posición de la tela

188 por Francisco García Marqués


En cada uno de los extremos hacemos un par de lazadas con un cordel, muy
cerca de la roda o del codaste, tensamos hasta que los stringers pincen la
correspondiente pieza de proa o de popa y amarramos

189 por Francisco García Marqués


Aunque los stringers se apoyen planos sobre las costillas centrales será
inevitable que asienten sobre una arista en las piezas de proa y popa. Para
conseguir un asiento plano en la roda y el codaste marcamos como se ve en
la foto

190 por Francisco García Marqués


Colocamos el stringer sobre la quilla y cepillamos (basta con desatar las
lazadas de ese extremo.)

191 por Francisco García Marqués


En el otro stringer tendremos que cepillar en esta otra posición
a no ser que seamos ambidiestros

192 por Francisco García Marqués


No es necesario cepillar hasta la marca. Basta con conseguir un asiento plano y cerciorarnos que
las puntas hacen contacto con la pieza antes que el talón del bisel. Amarramos de nuevo las
lazadas y pasamos una lija de grano 80 ó 120 para alisar la superficie del bisel. No apretaremos
demasiado las lazadas. Las primeras pasadas de lija las podemos dar antes de amarrar la lazada
apretando simplemente con los dedos

Es muy importante que la punta del stringer haga contacto con la pieza de proa antes que el talón
del bisel que acabamos de tallar en el stringer. De otro modo al apretar las lazadas las puntas
tenderán a separarse de la pieza de proa

193 por Francisco García Marqués


Otra vista del contacto stringer-roda. Aún se ve la línea que nos sirvió
de referencia para cepillar el bisel en el extremo del stringer

194 por Francisco García Marqués


Nos cercioramos que la distancia entre la piel y la costilla será al
menos de 6 mm

Aquí será mucho más prudente dejar un margen de al menos 9 mm entre piel y
costilla. Hacemos esta comprobación y la anterior para todas las costillas. A medida
que vamos situando el stringer lo vamos sujetando con prensillas cada 3 ó 4 costillas

195 por Francisco García Marqués


Cuando estamos satisfechos con el emplazamiento del primer stringer soltamos las prensillas de
una en una y las volvemos a apretar. Marcamos en una tablilla la distancia desde la borda al
stringer. Anotamos esta distancia cada 3 ó 4 costillas.

Y colocamos el otro stringer manteniendo en cada costilla las mismas distancias a la borda.
Comprobamos para este stringer la distancia entre cada costilla y la piel. Si en alguna costilla la piel se
acerca más de los estipulados 9 mm tendremos que mover los dos stringers y repetir todo el proceso.

196 por Francisco García Marqués


Cuando acabemos de colocar situar el
stringer lo observamos desde el extremo.
El stringer describe una curva suave que
estará en un solo plano. La parte de la
curva que está más cerca de nosotros nos
tiene que parecer una recta y nos ocultará
el extremo más alejado del stringer

Una vez que hemos sujetado los stringers a las costillas con una ligada
continua marcamos el punto de encuentro de sus extremos con el canto
interior de la roda o del codaste.

197 por Francisco García Marqués


Empezamos como siempre afirmando el hilo a uno de los stringers con un
nudo esquimal

Damos 4 ó 5 vueltas de hilo alrededor de los dos stringers por donde


habíamos hecho la marca de lápiz y tensamos. Esta ligada sirve de tope a
cualquier intento de los stringers de moverse en sentido longitudinal

198 por Francisco García Marqués


Hacemos un nudo simple rodeando los dos ramales de la ligada

199 por Francisco García Marqués


… tensamos

200 por Francisco García Marqués


Repetimos 3 ó 4 veces el nudo simple alrededor de los dos ramales. Cada
vez que hacemos un nuevo nudo simple y tensamos, más se acercan los
ramales entre si

201 por Francisco García Marqués


Pasamos el hilo hacia el otro lado y rodeamos el otro stringer

Repetimos los 3 ó 4 nudos simples alrededor de los dos ramales de la ligada. Puede que
necesitemos ayudarnos de una aguja para pasar el hilo entre la ligada y el canto interior en
este caso del codaste. Después acabamos la ligada como siempre con una serie de nudos
simples alrededor de uno de los ramales de la ligada y finalmente un nudo simple
alrededor de si mismo en el extremo del hilo

202 por Francisco García Marqués


25.- PLACAS DE ENLACE

Las placas de enlace o de transición o como se las quiera llamar son unas placas
trapezoidales como de 8 mm de grosor que sirven de conexión entre el extremo de
las bordas y las piezas de proa o de popa.

Su misión principal es la de evitar un excesivo movimiento en la estructura de proa


o de popa y la de procurar a la tela una transición suave desde la cubrición de las
bordas hasta la cubrición de las puntas tanto de proa como de popa.

Tenemos que hacer un encaje para la placa de transición. Empezamos


por hacer una marca en las bordas a 125 mm del extremo y otra en la roda
también a 125 mm del extremo de las bordas. Ambas marcas delimitan
los extremos del encaje

203 por Francisco García Marqués


El listón de madera paralelo al dentado de la sierra y alejado de este 8
mm nos servirá de tope de profundidad a los cortes que vamos a hacer

Entre las dos marcas de la 1ª foto hacemos cortes paralelos de 8 mm de


profundidad y separados unos 3 mm entre si. (Tenía que haber hecho la
foto antes de meter el formón en la borda del fondo.)

204 por Francisco García Marqués


Con un formón rebajamos el encaje hasta el fondo de los cortes. Debemos
ser especialmente cuidadosos de no desgarrar la madera profundizando más
de lo deseado

Ya tenemos el encaje tallado. Aún se ven las marcas de la sierra

205 por Francisco García Marqués


Rematamos las superficies con una lima o una cuchilla de ebanista
tratando de borrar las marcas de la sierra

El encaje está rematado

206 por Francisco García Marqués


Colocamos sobre el encaje una tablita de un poco más de 25 cm de largo,
unos 10 cm de ancho y como 12 mm de grueso. La tablita se coloca
haciendo tope contra uno de los extremos del encaje, en este caso contra el
extremo de las bordas.

Marcamos al ras del otro extremo del encaje para definir la longitud de
la tablita. A continuación cortamos por la marca.

207 por Francisco García Marqués


Tenemos ya la tablita en su longitud adecuada y la colocamos sobre el
encaje. El fondo del encaje sigue la curvatura del arrufo y en consecuencia la
tabla no hace contacto contra el encaje en la zona central (la separación entre
la roda y las bordas se debe a un despiste de este manazas.)

Rebajamos el espesor de la tablita en los extremos en la misma medida que le


faltaba en el centro para llegar a hacer contacto con el encaje. Biselamos el
fondo de la tablita afilando desde el centro hacia los extremos hasta conseguir
en los extremos esa disminución de grosor. De este modo el fondo de la
tablita será convexo y se adaptará a la superficie del encaje

208 por Francisco García Marqués


Por el fondo de la tablita marcamos el contorno de las bordas y de la roda

Unimos con sendas líneas rectas los extremos de ese contorno y cortamos
por esas líneas. En la foto, por claridad, se ha remarcado de color azul el
contorno que se había dibujado in situ y en color negro las líneas por las
que se hará el corte

209 por Francisco García Marqués


Colocamos la placa en el encaje y la sujetamos con clavijas. Usaremos 2
ó 3 clavijas en cada borda y otras tantas en la roda. Las clavijas se
disponen en ángulos diferentes y llevan una cuña en su extremo
interior. En el taladro habremos puesto como siempre un tope de
profundidad. Evitaremos perforar las clavijas que unen las bordas o
demasiado cerca de las ligadas

210 por Francisco García Marqués


Utilizamos un listón flexible para trazar una curva suave que enlace el
extremo de las bordas con la roda. El listón es una continuación de la curva
que describe el extremo de las bordas

Vemos las líneas que trazamos con ayuda del listón flexible.

211 por Francisco García Marqués


Con un cepillo o un bastrén y mucho cuidado recortamos por las líneas
anteriores

Cepillamos la cara superior de la placa hasta enrasarla con las adyacentes y


tratando de mantener la curva del arrufo. Ojo a quitar demasiada madera en
el centro. La placa también puede tener un poco de caída hacia los laterales.
Al acabar colocamos una cuñita en la cabeza de las clavijas y repasamos con
un lima o con lija

212 por Francisco García Marqués


26.- PRIMERA PRUEBA

Antes de ponerle al kayak la piel


definitiva conviene probarlo. Se
trata de obtener una primera
impresión de su comportamiento
en el agua y de comprobar si se
ajusta o no a las dimensiones
corporales de su tripulante.

Hasta que no pongamos la tela


definitiva a aún estamos a tiempo
de corregir la estabilidad
direccional o el asiento del kayak
en el agua o incluso de modificar
la posición de algún elemento
estructural como por ejemplo el
apoya pies o cualquier otro
travesaño de cubierta.

A modo de piel provisional podemos utilizar película de plástico del que viene en
rollo y que se usa en la industria para envolver palets y similares; muy parecido al
de cocina pero más fuerte. Varias vueltas alrededor del armazón, envolviéndolo de
la forma más parecida posible a lo que será su piel definitiva, serán suficientes. Al
fin y al cabo basta con que esta piel provisional mantenga el kayak a flote durante
algunos minutos, los suficientes para obtener esa primera impresión. Realizaremos
la prueba en aguas tranquilas tratando de no someter el kayak a grandes esfuerzos.
Podemos sujetar las vueltas de plástico con cinta americana, mejor cuanto más
resistente al agua.

En la fase actual de nuestro


proceso constructivo es un poco
prematuro hablar de esta prueba,
no digamos ya hacerla, pero se
trataba de aprovechar un
encuentro con la persona a la que
va destinado este kayak, de la
que dicho sea de paso me
separan algunos kilómetros.
Tanto es así, me refiero a lo de
prematuro, que antes de envolver
el armazón tuve que colocar
tanto a proa como a popa tirantes

213 por Francisco García Marqués


de cubierta (stringers) provisionales, lo que al final resultó de gran utilidad para
valorar el espacio reservado para los pies.

Las explicaciones correspondientes a los stringers de cubierta las veremos cuando se


coloquen las piezas definitivas.

214 por Francisco García Marqués


27.- EL MASIK

Más que la piel, amiq, o cualquier otro componente del kayak, el “masik” es para
muchos la única pieza cuyo nombre les resulta familiar. Es sin duda la pieza más
emblemática del kayak y no solo porque no tenga traducción a ninguno de los
idiomas más extendidos en el mundo occidental. Hay otras razones para ello. En los
kayaks de un solo masik, los más habituales, este travesaño de cubierta curvo tiene la
triple función de servir de anclaje a los muslos para transmitir nuestras órdenes al
kayak, de servir como apoyo al borde delantero de la brazola de la bañera y de
servir asimismo de apoyo al extremo trasero de los stringers de la cubierta de proa.
Es de entender que el masik deba ser una pieza robusta que soporte todos los
esfuerzos a los que se verá sometido. El masik es también el travesaño de cubierta
que se coloca en último lugar y el modo de hacerlo, tal como se ve en la secuencia de
fotos, es totalmente diferente a los otros travesaños.

Para fabricarlo disponemos de tres opciones: laminado, talla de una pieza curva de
madera y talla de una pieza de madera rectangular. El laminado, sin duda la opción
menos tradicional, consiste en pagar chapas delgadas de madera en número
suficiente para alcanzar el grosor necesario. Las chapas se pegan unas a otras
conformando la curva que queremos dar al masik. Tallar un masik a partir de una
pieza curva de madera es, al contrario que el laminado, la opción más tradicional. Al
partir de una pieza curva, las fibras de la madera seguirán de manera natural una
curva similar a la del masik con lo que conseguiremos robustez sin necesidad de
recurrir a una sección sobredimensionada, lo que al final redundará en ligereza. La
tercera opción, sin duda la más sencilla, es la que hemos elegido para este kayak. Al
tener doble masik no necesitamos una pieza de tanta robustez como si se tratara de
un kayak con un solo masik. En este kayak es el bao justo a proa del masik el que
sirve tanto de anclaje para los muslos como de soporte a los stringers de cubierta.
Aún así se ha tallado partiendo de una pieza rectangular de madera dura de 7 cm de
grosor, lo que garantiza la resistencia necesaria.

Aunque en este caso no es estrictamente necesario (si lo sería en el caso de masik


único) empezamos por hacer una plantilla que no solo nos será útil para fabricar el
masik sino que también nos servirá de ayuda para entender el proceso y hacer unos
primeros cortes con los que comprobar la precisión de nuestro método.

215 por Francisco García Marqués


Colocamos sobre las bordas un tablero de 3 mm que usaremos para hacer
una plantilla de nuestro masik. Anotamos en el tablero el punto de
encuentro entre este y el canto interior de las bordas. El tablero se coloca en
la posición que ocupará el borde delantero del masik

Dibujamos una línea paralela al borde inferior del tablero y separada de


este 3 cm. Con la ayuda de una escuadra llevamos a esta línea los puntos de
contacto con las bordas determinados anteriormente

216 por Francisco García Marqués


Igual que hiciéramos con el resto de los travesaños ajustamos la falsa
escuadra al ángulo de flare en el punto donde se ubicará el masik. Nos
servimos para ello de un listón de madera apoyado en las dos bordas

Con la falsa ajustada al ángulo de flare trazamos una línea que pasa por
el punto de encuentro con las bordas trasladado a la paralela al borde
inferior del tablero

217 por Francisco García Marqués


En rojo se ven las líneas que acabamos de trazar con la falsa escuadra y
que tienen la misma inclinación que el ángulo lateral de las bordas

Tras recortar el tablero siguiendo las líneas rojas de la foto anterior y la


paralela al borde inferior, presentamos el tablero en la posición que
ocupará el masik

218 por Francisco García Marqués


Aprovechamos los stringers de cubierta provisionales para marcar sobre
el tablero la mínima altura que tendrá el masik. El masik debe quedar al
mismo nivel o un par de milímetros por encima de los stringers de
cubierta

219 por Francisco García Marqués


A 6 mm del canto exterior de la borda marcamos el extremo del masik.
Este punto y su correlativo en la otra borda determinan la anchura
exterior del masik. El masik se asentará sobre las bordas cubriendo toda
la anchura del bisel que hicimos en la cara superior de estas

220 por Francisco García Marqués


Con la ayuda de una tablilla flexible marcamos una línea que una el eje
central del masik con el extremo que acabamos de marcar sobre la borda
pasando por el punto que marca la ubicación del stringer

Recortamos por la línea. Basta con recortar media plantilla para asegurar
la simetría del masik

221 por Francisco García Marqués


Es hora de ponernos con el masik. Partimos de un tocho de madera de
unos 55 x 15 x 7 cm y empezamos por dibujar una línea paralela al borde
inferior igual que hicimos con la plantilla

Colocamos el tocho sobre las bordas en la posición que ocupará el masik


y marcamos el punto de contacto de su cara de popa con el canto superior
e interior de las bordas. También marcamos la línea de contacto de la
cara inferior del tocho con el canto superior e interior de las bordas

222 por Francisco García Marqués


Hacemos las mismas marcas en el otro extremo. En la foto se aprecie que
el masik está separado de 2 a 3 cm del travesaño de cubierta
inmediatamente a proa y que sirve de anclaje para las rodillas

223 por Francisco García Marqués


Con una escuadra trasladamos a la paralela el punto de contacto de la cara
posterior del tocho con la borda. (El tocho que se ve en la foto o es el que se
utilizó para hacer el masik pero sirve para la explicación)

Volvemos a la pieza de madera con la que se hizo el masik. En la


paralela a su canto inferior se ven trasladados los puntos de contacto de
esta cara con el canto superior e interior de las bordas

224 por Francisco García Marqués


Sobre los puntos de contacto que acabamos de trasladar a la paralela
marcamos el ángulo lateral de las bordas.

En rojo vemos las líneas que acabamos de marcar. Los puntos 1 y 2 nos sirven de
referencia para la explicación del siguiente paso.

225 por Francisco García Marqués


Las bordas no discurren paralelas sino que se van acercando entre si a
medida que avanzamos hacia la proa. Ajustamos ahora la falsa escuadra
a la línea de contacto entre el canto superior de las bordas y la cara
inferior del tocho de madera que habíamos marcado anteriormente

Con la falsa ajustada tal como se vio en la foto anterior trasladamos las
líneas de contacto entre tocho y bordas de modo que sus paralelas pasen
por los puntos 1 y 2 respectivamente (ver dos fotos atrás.) Nos queda
cortar siguiendo las líneas rojas y los dos pequeños tramos exteriores de
la línea negra paralela al canto inferior del tocho. (Para guiar mejor el
corte dibujamos en la cara anterior del tocho otra línea paralela al canto
inferior y a 3 cm de este.)

226 por Francisco García Marqués


Aunque se trata de la pieza de madera falsa esta foto nos ayuda a ver
como se realiza el corte.

Seguimos con la pieza de madera falsa, ahora para ver el tocho colocado
en su posición definitiva

227 por Francisco García Marqués


Igual que hicimos en el caso de la plantilla marcamos los extremos
laterales del masik a 6 mm del canto exterior de la borda

En la foto vemos que en la plantilla hemos recortado también su contorno


interior. Dibujamos este contorno interior de modo que el masik tenga un grosor
mínimo que asegure la resistencia necesaria. 3 cm puede ser suficiente.
Colocamos la plantilla sobre la pieza de madera para dibujar los contornos del
masik. Es de notar que situamos la plantilla sobre la cara de proa de la pieza de
madera

228 por Francisco García Marqués


Recortamos por las líneas y... ¡voila! ¡El masik!

Colocamos el masik en su posición definitiva, hacemos un par de


taladros de 6 mm de diámetro y colocamos sendas clavijas de madera. En
el extremo interior de cada clavija conviene colocar una pequeñas cuña
para impedir que la clavija sobresalga del plano de la borda cuando se
moje. Por último serramos las clavijas al ras de la borda

229 por Francisco García Marqués


El otro extremo del masik. Los taladros se sitúa como a 25 mm del canto
superior de la borda y se inclinan hacia arriba evitando atravesar por
completo el masik.

230 por Francisco García Marqués


28.- LARGUEROS DE CUBIERTA

Los stringers de cubierta son unos delgados listones de madera que discurren a lo
largo de las cubiertas enlazando dos o más travesaños. Ayudan a distribuir entre
tales travesaños cargas como las debidas nuestro propio peso cuando nos sentamos
sobre la cubierta de popa en el momento de embarcar o desembarcar o al peso de
otro kayak que apoyamos sobre el nuestro durante la práctica de un rescate o al peso
del equipo que podamos transportar sobre la cubierta. También aportan a la
estructura una rigidez especialmente necesaria cuando se navega entre olas grandes,
paliando en gran medida la tendencia a flexar que tiene el kayak en estas
situaciones. Por otro lado también proporcionan soporte a la piel y ayudan a
mantener el volumen del kayak.

Al igual que con otros componentes hay multitud de variaciones en cuanto al


número y disposición de los tirantes de cubierta. En este caso usaremos la
disposición más común: dos tirantes a popa y otros dos a proa.

Stringers de popa

Para los stringers de popa emplearemos sendos listones de 4 x 1 cm que van desde el
travesaño nº 7, es decir el que podríamos denominar respaldo, hasta el nº 8. La
cubierta de popa es plana, de modo que el grosor de los stringers será tal que estos
no sobresalgan por encima del plano de las bordas. Un extremo de estos listones
quedará al ras del borde de proa del travesaño nº 7 mientras que el otro lo podemos
cortar a paño con el borde de popa del travesaño nº 8 o llevarlo un poco más allá
dejándolo en voladizo entre los travesaño 8 y 9. Redondeamos los extremos y los
cantos de los stringers para evitar aristas afiladas. Sobre cada uno de los travesaños 7
y 8 hacemos dos marcas que dividan el travesaño en tres tramos iguales y
emplazamos los stringers de modo que sus ejes se sitúen sobre estas marcas. La
distancia entre los ejes de cada stringer será por tanto, en cada travesaño, igual a 1/3
de la longitud del travesaño.

231 por Francisco García Marqués


El eje de los tirantes divide cada travesaño en tres partes iguales. Las
clavijas que sujetan los tirantes, de 6 mm de diámetro, no llegan a
atravesar los travesaños y en su extremo interior llevan, como en otros
casos, una pequeña cuña. Las aristas de los tirantes, especialmente las
superiores, se han redondeado para evitar que puedan dañar la tela.

232 por Francisco García Marqués


En cada travesaño hacemos un taladro de 3 mm de diámetro a ambos
lados del stringer. Estos dos taladros están en línea con la clavija.

Empezamos a pasar el hilo que usamos para las ligadas. Nótese el sobrante que se
deja por la parte inferior del travesaño. Nótese también la ranura que se ha tallado
en la parte superior del stringer que evita que el hilo sobresalga por encima de la
superficie del stringer, lo que provocaría un abultamiento en la tela

233 por Francisco García Marqués


Pasamos el hilo hacia abajo por el otro taladro

Hemos completado la primera vuelta. En la foto se ve que el hilo se sitúa


sobre la clavija para evitar que esta pueda sobresalir hacia arriba

234 por Francisco García Marqués


Hacemos una segunda vuelta y...

... tensamos. Para tensar tiramos del sobrante que habíamos dejado por la
parte inferior del travesaño y del hilo que sale hacia arriba por el taladro de la
izquierda, el más cercano al centro de la cubierta

235 por Francisco García Marqués


Volvemos a sacar el hilo hacia arriba por el taladro de la izquierda y
pasamos el sobrante también hacia arriba por el taladro de la derecha.
Tensamos de nuevo y hacemos un nudo simple.

Repetimos el nudo simple 6 u 8 veces y...

236 por Francisco García Marqués


Cortamos el sobrante. Repitiendo el proceso en el otro extremo el
stringer quedará convenientemente asegurado.

237 por Francisco García Marqués


29.- EL ESQUELETO

Ya tenemos el esqueleto. Antes de pasar a colocarle la piel es conveniente aplicar al


armazón una mano de aceite de linaza, de teca o mejor todavía de tung. Esto
ayudará a conservar y a impermeabilizar la madera. El aceite también evitará que la
tela se pegue a la estructura cuando apliquemos el barniz de poliuretano, lo que
facilitará el reemplazo de la piel cuando llegue el momento de hacerlo. Respecto a la
conservación de la madera conviene aclarar que el agua marina, el agua salada, es
buen agente contra los hongos y otros enemigos de la madera. Mi opinión personal
es que no conviene endulzar estos kayaks tras su uso en el mar.

Evidentemente no podremos poner la tela hasta que el aceite haya secado por
completo así que mientras tanto podemos sentarnos a contemplar el resultado de
nuestro esfuerzo o entretenernos fabricando la brazola de la bañera.

238 por Francisco García Marqués


30.- PAAVA, PAAG, PAA? … LA BRAZOLA

Depende de la fuente que consultemos los términos con que los inuit de
Groenlandia designaban la brazola de la bañera podrían ser paava, paaq o
simplemente paa, o quien sabe si algún otro. Claro está que Groenlandia es un
territorio muy amplio.

No se puede considerar a la brazola un elemento estructural del kayak, ni siquiera se


sujeta al armazón ya que como veremos más adelante queda flotante en la piel. Sus
funciones son aún más variadas que los términos que la designan: mantiene tensa la
piel de la cubierta, da soporte al kayakista, delimita la bañera y sujeta el tuilik o el
akuilisaq o tuitsoq (cubrebañeras). En los viejos tiempos se hacía de pingeq, una
madera roja de grano uniforme y exenta de nudos que llegaba a la deriva hasta las
costas groenlandesas y que también se conocía como imamineq (madera del mar). Se
trata de una madera dura y resistente pero difícil de doblar que se usaba con
preferencia para la bordas, las quillas y también para hacer palas.

Posteriormente, en el siglo XIX, se empezaron a usar aros de fresno comercialmente


disponibles para los mástiles de los barcos. Bastaba alguna ligera modificación para
que el constructor pudiera adaptarlos a sus necesidades así que su uso se extendió
rápidamente. Algunos culpan incluso a esos aros de la introducción del doble masik.
Estos aros tenían un diámetro de tan solo 40,5 cm, lo que implica que si se coloca el
masik en una posición tal que pueda servir de apoyo al extremo delantero de la
brazola, quedará demasiado atrasado para servir de elemento transmisor de las
órdenes que le damos al kayak a través de los muslos. Por otro lado es evidente que
una brazola corta requiere un masik más alto que nos permita entrar y salir del kayak
y esto va también en detrimento de esa segunda función del masik relativa al control
de la embarcación. La consecuencia de todo esto no es solo que hubiera que
abandonar la forma oval (preferida hasta entonces para la brazola) por la circular
sino que fue necesario desdoblar el masik en dos piezas: una que sirviese de anclaje
para las rodillas, el seeqqortarfik y otra, el masik propiamente dicho que sirviese de
apoyo a la brazola.

Curiosamente y en contra de lo que se pudiera creer la brazola no siempre estaba


centrada en el eje longitudinal del kayak. Normalmente un cazador diestro
desplazaba la brazola hacia la derecha para estar más cerca de la presa mientras la
aseguraba con el “cabo de remolque.” En los kayaks más antiguos, más estrechos
por lo general que los “modernos,” era también habitual el caso contrario. El arpón
se solía transportar en la cubierta, junto a la brazola, listo para ser usado si se
presentaba la ocasión. Si el cazador era diestro necesitaba de un cierto espacio a la
derecha de la brazola para tener el arpón al alcance de su mano derecha. Si era
zurdo tendría que llevar el arpón a su izquierda y desplazaría por tanto la brazola
hacia la derecha.

Si los inuit adaptaron sus brazolas e incluso sus kayaks a esos aros para mástiles de
barcos por qué no habíamos de adaptarnos nosotros a las medidas de algún kayak

239 por Francisco García Marqués


de fibra que hayamos tenido o todavía tengamos y poder así seguir utilizando los
mismos cubrebañeras. Eso es justo lo que hemos hecho en este caso. Hemos
intentado hacer una brazola de las mismas medidas interiores, en cuanto a largo y
ancho, que la Skua de Fun-Run; 38.5 x 49.5 cm. De otro modo debería tenerse en
cuenta que la mayor anchura interior de nuestra brazola debería ser igual al ancho
de nuestras caderas aumentado en el grosor de un dedo a cada lado. La altura, o lo
que es lo mismo la anchura del listón de madera con que pretendamos fabricarla
debería ser de unos 25 mm, aunque los más tradicionalistas hablan de dos dedos de
altura sobre la tela. A este respecto, antes de tomar una decisión conviene pensar
que un exceso de altura en la brazola no solo dificultara nuestro acceso al interior
del kayak sino que también hará más difíciles esas maniobras en las que hay que
apoyar la espalda sobre la cubierta de popa. En la longitud tenemos mayor libertad
de elección. El borde delantero de la brazola se apoya en el masik. Sin embargo el
borde trasero podemos apoyarlo más o menos centrado en el isserfik, el mal llamado
respaldo o travesaño nº 7, podemos dejarlo al ras del borde trasero de ese travesaño
o permitir incluso que sobresalga 2 ó 3 cm más allá de ese borde, con lo que nos
estorbará menos a la hora de entrar o salir del kayak o cuando queremos apoyar la
espalda en la cubierta trasera tal como se requiere en algunos esquimotajes. En
kayaks de un solo masik en los que el travesaño nº 7 se ha retirado hacia atrás una
distancia considerable y aún así se quiere mantener una brazola pequeña se puede
optar por dejar el borde trasero de esta suspendido simplemente en la tela antes de
alcanzar el travesaño nº 7. Esto puede ser conveniente en kayaks específicos de
esquimotajes ya que al echarnos hacia atrás y presionar con la espalda contra la
brazola, esta cederá y se hundirá ligeramente.

Para fabricar la brazola lo más conveniente es fabricar en primer lugar una horma
que nos sirva para doblar los distintos listones de madera que la componen. Y para
fabricar esa horma lo mejor es empezar haciendo una plantilla. En las fotos se
explica en detalle el proceso de fabricación de la plantilla.

240 por Francisco García Marqués


Empezamos por dibujar en un cartón o chapa delgada, la mitad de la figura
oval que configura nuestra brazola. Trazamos una línea de longitud igual al eje
mayor del ovoide. A un tercio de su extremo trazamos una perpendicular de
longitud igual a la mitad del eje menor. En el extremo del semi-eje menor
hemos clavado una delgada punta contra la que doblaremos el listón de
madera de la foto siguiente

La misma figura de antes pero ahora con las medidas interiores reales
de nuestra brazola. Tratamos de hacer una brazola de las mismas
dimensiones que la Skua de FUN RUN

241 por Francisco García Marqués


Un listón de madera delgado y flexible que hacemos pasar por los
tres extremos de los ejes nos puede servir para dibujar el semi-óvalo

Sin hacer demasiada presión para no deformar la figura deslizamos


un lápiz apoyado contra el listón flexible

242 por Francisco García Marqués


Ya tenemos el semi-óvalo dibujado

Recortando por las líneas tendremos una plantilla que nos permita
dibujar las dos mitades de la horma que usaremos para fabricar la
brazola

243 por Francisco García Marqués


Aquí tenemos la horma para la brazola, hecha, como se ve en la foto, de dos
mitades iguales. En la parte trasera se han perforado dos taladros de 35 ó 40
mm de diámetro para sujetar sendas prensillas que mantengan contra la
horma el listón con el que haremos la brazola en el momento del doblado al
vapor

Para que dar a la horma 35 ó 40 mm de grosor se han pegado dos tableros


de 20 mm. Las dos mitades de la horma se han pegado y atornillado a otro
tablero de 20 mm que sirve de bastidor y permite a su vez sujetar la horma
a un banco de trabajo

244 por Francisco García Marqués


Para ver como se fabrica la brazola no queda más remedio que leer el
texto. Aquí la vemos desde arriba ya terminada

245 por Francisco García Marqués


Y aquí la vemos desde abajo para apreciar mejor el voladizo del labio
respecto al marco

246 por Francisco García Marqués


31.- LA PIEL, “AMIQ”

“...En aguas incansablemente barridas por las tormentas y fuertes olas, la piel de la foca
barbuda parece ser la única capaz de soportar la fuerza de las olas. Las sagas hablan de
grandes cazadores en tales regiones.

Los habitantes de Nunakuluut, donde la costa Oeste forma un ángulo con la bahía de
Qaqortoq, son conocidos por sus capaces e intrépidos kayakistas. El mar allí es tormentoso.
Las olas del océano Atlántico rompen con toda su furia y el túnel de viento de 1.000 km de
longitud que supone el estrecho de Davis para los vientos del norte a menudo produce olas
crueles. Los grandes cazadores que se atreven a palear más allá del abrigo de la costa
preferían la piel de la foca barbuda a ninguna otra.” (H. C. Petersen 1986, 30)

Tradicionalmente en Groenlandia se utilizaba exclusivamente piel de foca para


cubrir los kayaks. Aunque dependiendo de las zonas podía variar la especie
concreta de la que obtener la piel, la más comúnmente utilizada para estos
menesteres era la foca arpa y más en concreto, la piel de primavera del ejemplar
adulto, un animal que podía pesar 130 Kg. y medir 1,70 m y que era capaz de
sumergirse hasta los 275 m de profundidad y permanecer bajo el agua hasta 15
minutos. En los distritos más sureños también se utilizaba la piel de foca narizona o
foca de casco cuyos ejemplares adultos podían llegar a pesar 400 Kg. y medir 2,6 m.
Bastaban dos ejemplares para cubrir un kayak, pero su piel era menos apta para el
kayak; los folículos capilares son tan gruesos y profundos que el agua podía
filtrarse.

A principios del siglo XX la población de focas cayó drásticamente. La foca arpa


comenzó a escasear. Muchos cazadores no podían conseguir pieles suficientes o si lo
hacían, estas habían adquirido un precio tal que ya no compensaba utilizarlas para
cubrir el kayak. Harvey Golden, en la página 74 de su KOG cita a varios autores
para enumerar los inconvenientes de la lona: “... es más vulnerable y tiene una mayor
tendencia a descoserse o a romperse y es más difícil de reparar en una emergencia. Al no ser
elástica, la lona no responde a los movimientos de la estructura de madera ...” (Scavenius-

247 por Francisco García Marqués


Jensen 1975:24). “... la lona, siendo menos fuerte que la piel de foca no resiste el raspado de
la primera capa delgada de hielo marino que se forma a principios del invierno.” (Ken Taylor
1960:495.) Ninguno de esos argumentos tuvo el suficiente peso. La lona salía a mitad
de precio. No es impermeable pero unas manos de barniz, normalmente teñido de
blanco por razones de camuflaje, bastan para impermeabilizarla. La tradición de
cubrir los kayaks con piel de foca se había perdido para siempre.

Quizá precisamente por eso, porque es una tradición que se ha perdido para
siempre, merezca la pena pararse un momento para ver en cierto detalle, de la mano
de Petersen y con la ayuda de Golden y otros, las técnicas que se utilizaban.

Tanto el trabajo de curtir y preparar las pieles como el de colocarlas sobre la


estructura y coserlas era fundamentalmente cosa de mujeres. No por esto
deberíamos prejuzgarlo como una tarea menor o sencilla. Al contrario, se trataba de
un trabajo de gran responsabilidad y dificultad técnica para el que se requerían
manos expertas, tan expertas al menos como las que se requieren para el resto de los
trabajos que afectan a la fabricación de un kayak. Es más, puede que de todos esos
trabajos este sea el que implica un aprovechamiento más asombroso e inteligente de
los escasos recursos con los que estos pueblos contaban.

Tras rasparlas con un ulu (el cuchillo de las


mujeres) para quitarles los restos de grasa,
sumergían la pieles durante varios días en un
baño de orina. Después las frotaban con cenizas
de brezo u otro tipo de leña y luego las raían con
un cuchillo romo para arrancarles el pelo. En
algunas zonas las pelaban con los dientes sin
necesidad de frotarlas previamente con ceniza o
en ocasiones las afeitaban literalmente con un
ulu bien afilado. Tras esa serie de procesos
enjuagaban la piel en agua del mar y la colgaban
a secar a la sombra. Una vez secas las guardaban en lugar seco y fresco.

Si la piel cogida en el otoño no había de usarse hasta la primavera siguiente, la


embadurnaban en sangre después del aclarado en agua marina, la enrollaban y la
colgaban en el exterior donde permanecía congelada. En ocasiones también se
untaba en sangre la piel nueva de un kayak para retardar el tiempo que tardaría en
saturarse de agua una vez en uso. La piel seca y rígida tenía que permanecer
empapada en agua del mar durante unos diez días antes de ser utilizada. No se
podía cubrir un kayak hasta que la piel era completamente suave y elástica, de lo
contrario al mojarse se aflojaría y haría chasquidos en el armazón inutilizando el
kayak para la caza.

248 por Francisco García Marqués


Siempre según Petersen, los meses de Agosto, Septiembre y Octubre, conocidos
como los meses “en que se cubren los kayaks,” eran los preferidos especialmente para
renovar la piel de estas embarcaciones. En la zona de Sisimiut los cazadores
aprovechaban para estos menesteres los encuentros que se celebraban en pleno
verano en Taseralik, en la boca del fiordo Nassuttoq, “a las que acudían muchas
mujeres expertas.”

Antes de colocarlas sobre el armazón era necesario coserlas unas a otras para crear
una piel única con la que cubrir el kayak. Escoger y cortar las pieles para luego
unirlas entre si era un trabajo muy delicado en el que se requería experiencia. Una
mujer experta era capaz de cubrir un kayak con tan solo tres pieles pequeñas y
ahorraría trabajo a las costureras. Una mujer inexperta sería incapaz de hacerlo con
pieles grandes y sería causa de un trabajo extra para las costureras obligándolas a
coser más parches o pequeñas piezas de remate.

Para las diferentes costuras se empleaban tendones de animales que se trenzaban en


tres grosores diferentes. Los más gruesos se usaban en zigzag para tensar la piel; 5
brazas para la proa y 4 para la popa. Para las costuras interiores se empleaba un
trenzado más fino y otro todavía más fino para las costuras exteriores. Estos últimos
se trenzaban en longitudes de una braza.

Al igual que con los tendones trenzados también se empleaban diferentes costuras
según la finalidad que tuvieran, pero todas ellas tenían en común que, tal como se
ve en el dibujo, para evitar filtraciones las puntadas no podían traspasar
simultáneamente las dos solapas. No podemos olvidar aquí que la piel tenía un
grosor de 2 a 3 mm.

Para la unión de las pieles se usaba una costura de más o menos un dedo de ancho.
En el dibujo aparece con nombre de transversal. Además de colocar la piel en el
armazón cuidando de que el solape quedase hacia atrás en el kayak, la costura
interior solía dejarse ligeramente floja mientras que la exterior se cosía tensa. Con
esto se pretendía evitar la formación de crestas o protuberancias en la piel que
pudieran suponer un obstáculo al suave discurrir del agua en torno al casco y ser
motivo de algún ruido al navegar.

La piel se dejaba un palmo más


corto que la longitud del
armazón. En cada extremo se
cosía un pequeño fondo de saco
o bolsillo usando el pulgar
como horma. Se colocaba el
kayak boca abajo y un extremo
se introducía en uno de los
bolsillos. Luego se estiraba la
piel sobre el armazón hasta
conseguir enganchar el otro

249 por Francisco García Marqués


bolsillo en el extremo contrario. Después se estiraba la piel hacia los lados hasta que
alcanzaba las bordas. Se daba entonces la vuelta al kayak y se seguía estirando la
piel hasta que las partes más anchas se tocaban en el medio de la cubierta. Entonces
comenzaba el proceso real de estirar la piel, tuunneq. Esta tarea, que dejaba llagas en
los dedos y unos característicos frunces en la cubierta era prácticamente la única en
la que el hombre colaboraba. Empezando a la altura del primer travesaño, un poco a
popa de su borde trasero, se daba la primera puntada con el tuussutit, el cordón más
grueso de los tres. la siguiente puntada se daba en la otra solapa avanzando un
palmo de distancia hacia el centro del kayak y la siguiente de nuevo en la primera
solapa. De este modo el tendón trenzado discurría en zigzag entre puntadas de un
dedo de anchura que se daban junto a la cara interior de las bordas teniendo mucho
cuidado de que no traspasaran la piel. A partir de ahí el tensado se repetía una y
otra vez estirando la piel con una mano y el hilo con la otra.

En el centro de la cubierta se empleaba


una costura doble. Se empezaba por un
extremo y no importaba que fuera
recta o no. Sí era importante que el
cordón en zigzag siguiera tenso
durante todo el proceso y los bordes de
las solapas debían cortarse una y otra
vez para mantener la distancia
correcta. Si en alguna zona las solapas
no alcanzaban a tocarse simplemente
se dejaba el hueco y se continuaba con
la costura. Más tarde se cubría con un
parche.

En el dibujo se ven dos tipos de


puntada empleada en la costura
central. La costura plana se considera
menos impermeable que la abultada
pero esta última presenta el
inconveniente de que es más difícil
mantener la cubierta libre de hielo.
Aunque Petersen defiende que una mujer experta conocía las distintas costuras y sus
ventajas e inconvenientes, Golden mantiene, apoyándose en otros autores, que la
elección de un tipo u otro era más una cuestión geográfica. La costura plana según él
era característica del suroeste, sur y este de Groenlandia.

Por último, finalizadas todas las costuras y tras haber instalado la brazola de la
bañera, toda la piel se untaba con grasa o aceite prestando especial atención a las
costuras que se frotaban con aceite de foca para impermeabilizarlas. La piel así

250 por Francisco García Marqués


tratada quedaba protegida contra la acción del agua del mar y mantenía mejor la
tensión.

En un kayak bien cuidado la piel podía durar hasta tres años o más; si el
mantenimiento no era tan cuidadoso o el kayak se usaba con mucha frecuencia
podía ser necesario cambiarle la piel incluso dos veces al año.

251 por Francisco García Marqués


32.- CUBRIR EL KAYAK

Para cubrir la estructura de madera, igual que para todo lo demás, tenemos varias
alternativas, cada una con sus ventajas en inconvenientes. Los materiales más
utilizados actualmente son el algodón el poliéster y el nylon balístico en diferentes
grosores. En el kayak que nos ocupa se ha utilizado nylon balístico crudo, sin tratar,
de 328gr/m2 en tafetán (tipo de tejido o trama de la tela.) Seguramente habría sido
suficiente con un nylon más ligero, y por tanto más delgado, que al encoger no
sometiera a la estructura a tanta tensión como lo puede hacer este, pero hay que
supeditarse a los imperativos del mercado. En cuanto a los otros materiales prefiero
no entrar en el debate sobre sus ventajas e inconvenientes debido simplemente a mi
falta de experiencia con ellos. El nylon balístico es un buen tejido, resistente y
duradero. Se supone que no es necesario reemplazar la tela de un kayak cubierto
con nylon en al menos 5 ó 6 años. Es además un tejido con el que es fácil trabajar y se
adapta muy bien a los diferentes contornos de la estructura.

Una de las características más distintivas del nylon es que encoge con el calor. Se
dice que es termo retráctil. Los días de sol y calor notaremos que la piel de nuestro
kayak está más tensa, mientras que los días fríos y húmedos la veremos más floja. Es
muy importante entender el comportamiento del nylon ante los cambios de
temperatura y humedad si queremos utilizar este material.

El nylon necesita una combinación de humedad y calor para encoger. Por este
motivo después de colocar y coser la tela en el armazón, la empapamos de agua y
después la secamos con el calor de una plancha, o mejor si es calor húmedo como el
de una “vaporeta.” Hay quien simplemente deja que el kayak se seque al sol. Con
esto conseguiremos que la tela encoja un cierto grado adquiriendo una mayor
tensión en la estructura. Aún así seguirá reaccionando ante los cambios de
temperatura y humedad pero con ese sistema habrá encogido de manera definitiva y
lo que es más, con el tiempo veremos que la piel de nuestro kayak está cada día más
tensa.

Cuando colocamos la tela sobre el armazón conviene que lo hagamos en un lugar


fresco para que el tejido esté más relajado, pero no debemos buscar la tensión de la
piel de un tambor. Basta con que notemos cierta tensión al presionar con el dedo ya
que como se ha visto, es al mojarla y secarla con calor cuando va adquirir la tensión
definitiva. También hay quien prefiere mantener húmeda la zona de las costuras
mientras cose también para que la piel esté más relajada y sea más fácil tensarla.
Cuando empapemos la tela debemos ser cuidadosos de no empapar la estructura. La
madera tardaría mucho más en secar y eso conllevaría una pérdida de tiempo ya
que no debemos aplicar el barniz hasta que todo el conjunto este perfectamente seco.
También debemos ser muy cuidadosos al aplicar calor. Si tratamos de encoger la tela
con calor seco, como el de una pistola de calor o cuando el nylon ya se ha secado, las
fibras perderán su elasticidad y cuando absorba humedad estará más floja que si no
hubiéramos tratado de encogerla. También hay quien recomienda mojar bien la tela
antes de colocarla y aplicarle calor una vez cosida, pero en ese caso correríamos el

252 por Francisco García Marqués


riesgo de que el nylon encogiese demasiado y deformase el armazón, especialmente
si este no es muy robusto o si el nylon es muy grueso.

Para colocar la tela sobre la estructura hay también distintos métodos. En la serie
fotográfica se explica el proceso que hemos seguido para cubrir nuestro kayak y que
sigue casi al pie de la letra el método que recomienda Brian Schulz, de Cape Falcon
Kayak, en su página Web.

Necesitamos un trozo de tela unos 60 cm más largo que la


eslora del kayak y 12 cm más ancho que el perímetro del
kayak en el masik. Marcamos en la tela su eje longitudinal y
la colocamos sobre e la estructura alineando este eje con la
quilla y cuidando que sobre la misma cantidad de tela por
cada extremo

253 por Francisco García Marqués


Hacemos una costura simple alrededor del extremo de proa para coser un
pequeño bolsillo. Desenganchamos el bolsillo de la proa y retiramos la tela
hacia la popa de 8 a 10 cm. La tela no debe estar sujeta la estructura con
chinchetas ni similar

Cortamos la tela siguiendo la marca central y a lo largo del stem de popa,


quemamos los bordes del corte para que no se deshilachen y cosemos. Esto es
especialmente conveniente en stems de ángulo muy abierto (20º o más.)

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Igual que hicimos en la proa, cosemos un bolsillo en la tela alrededor de
la popa

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Desenganchamos el bolsillo de la popa y enganchamos el de proa. Con
el kayak boca abajo nos tumbamos en el suelo, apoyamos el pie en el
penúltimo travesaño y tensamos la tela hasta conseguir enganchar el
bolsillo de popa

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En la cubierta de proa colocamos un listón de 40 x 10 mm alineado con el eje
del kayak. En el extremo de proa sujetamos el listón con una punta.

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En la cubierta de proa colocamos un listón de 40 x 10 mm alineado con el
eje del kayak. En el extremo de proa sujetamos el listón con una punta.

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Colocamos otro listón igual en la cubierta de popa. En los
extremos sujetamos los listones con puntas, mientras que en la
parte central los sujetamos con prensillas

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Cortamos la tela utilizando el listón como guía. Para evitar que se
deshilache el nylon al cortarlo existen métodos más sofisticados que un
cuchillo al rojo, pero yo no dispongo de ellos. Cortamos cada banda de tela
a paño con el borde opuesto del listón. En la zona de la bañera no es
necesario cortar de momento. Se puede posponer para cuando instalemos
la brazola

260 por Francisco García Marqués


Otro detalle del corte. La tela que cortamos cubre por completo toda la
anchura del listón. Los últimos 30 cm de cada extremo los cortamos
dejando un solape de unos 10 cm

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Para tensar la tela alrededor del casco tejemos un cordón en
zigzag. Este zigzag tiene unos 15 cm de ancho y cada puntada
coge unos 6 mm de tela. El hilo es de 1,5 o como mucho 2 mm de
diámetro. El zigzag empieza en cada cubierta a la altura del
travesaño más a proa o más a popa y acaba unos centímetros
antes de alcanzar la brazola. La distancia entre una puntada y
otra en el sentido longitudinal es de medio palmo

262 por Francisco García Marqués


Con una mano vamos juntando las telas para tensarlas y con
la otra vamos tensando el hilo. Cuando la tela está
suficientemente tensa anudamos el hilo para que no se suelte

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El zigzag acabado recuerda a los cordones unos zapatos

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Utilizamos una costura simple para cose las dos telas a lo largo de la
línea central de la cubierta

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Para todas las costuras utilizamos hilo dental no encerado. Es muy
importante que no tenga cera para que luego agarre el barniz. La costura
empieza un par de centímetros más allá del borde delantero de la bañera

Cortamos el sobrante que habíamos dejado en exceso en los


extremos. Dejamos un solape de al menos 25 mm

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Fundimos los bordes de los cortes que acabamos de realizar para que
no se deshilachen. Conviene hacer esto al aire libre porque el nylon
desprende gases tóxicos que huelen muy mal

267 por Francisco García Marqués


En la cubierta de popa la costura empieza un par de centímetros a popa
del borde trasero de la brazola

268 por Francisco García Marqués


Hemos unido las dos partes de la tela dejando sin coser la zona donde
pondremos la brazola

Para conseguir una costura fuerte enrollamos el solape sobre si


mismo y cosemos. El hilo rodea en espiral al rollo de tela. En la foto
se ve la aguja curva que usamos en todas las costuras

269 por Francisco García Marqués


Volvemos a coser una segunda espiral alrededor del solape enrollado. Esta
vez la espiral tiene un desarrollo contrario a la espiral anterior, es decir
que los hilos de cada espiral se cruzan en cada puntada dibujando costura
en forma de X. Por decirlo de algún modo es como si la primera espiral
roscase a derechas y la segunda a izquierdas. Las dos espirales se pueden
coser simultáneamente con dos agujas que se cruzan en cada puntada.

270 por Francisco García Marqués


Rematamos los extremos lo más curiosamente posible. En la foto se
aprecia mal pero la costura se dobla sobre la punta en este caso de
proa

271 por Francisco García Marqués


33.- INSTALACIÓN DE LA BRAZOLA

Empezamos por marcar el centro de la cubierta sobre el masik y sobre el travesaño


nº 7. Marcamos también el centro de los bordes delantero y trasero de la brazola y la
colocamos sobre la tela apoyada en el masik y en el travesaño nº 7 y alineada con el
centro del kayak. En la secuencia fotográfica vemos el modo de sujetar la brazola al
armazón. Deslizamos un lápiz sobre el borde interior de la brazola para marcar
sobre la tela el contorno interior de la brazola. Dibujamos un segundo óvalo por
dentro del primero y a una distancia de él de unos 25 mm. Recortamos por esta
segunda línea y fundimos los bordes del corte para que no se deshilache.

Marcamos también en la tela el punto de contacto de la costura central con el borde


exterior de la brazola, tanto en el extremo delantero como en el trasero. Retiramos la
brazola y completamos la costura central de la cubierta que como recordaremos la
habíamos finalizado un poco antes de alcanzar la brazola. Para evitar abultamientos
en la costura justo bajo la brazola que provocarían un mal asiento de esta,
trataremos de plegar el solape de la costura sin enrollarlo sobre si mismo sino
dejándolo lo más plano posible.

Volvemos a colocar la brazola en su sitio y la sujetamos a la estructura como se ve en


las fotos. Sujetamos la tela al marco de la brazola con puntas delgadas de unos 2 cm
de longitud. En esta operación es necesario tensar adecuadamente la tela.
Empezamos en un extremo del eje menor del óvalo. Recordemos que en el marco de
la brazola habíamos perforado una serie de taladros de 3 mm espaciados entre si
unos 25 mm. Perforamos la tela con una punta justo enfrente del agujero del marco
que esté más próximo al extremo del eje menor. Perforamos la tela como unos 6 mm
por debajo del nivel del agujero del marco, apalancamos con la punta hacia arriba y
la introducimos en ese agujero del marco. Repetimos en el extremo contrario del eje
menor. Después repetimos esta operación en los extremos del eje mayor. A
continuación colocamos otras cuatro puntas en los agujeros que están a medio
camino de las cuatro puntas que ya hemos puesto. Después colocamos las 8 puntas
que dividen en dos partes iguales los espacios que hay entre las puntas de la
secuencia anterior. Colocamos las puntas correspondientes a los dos extremos de un
eje antes de pasar a otro eje. Respetando este sistema de trabajo seguimos poniendo
puntas hasta que haya una en cada en cada taladro del marco. De este modo
aplicaremos tensión a la tela de un modo uniforme y homogéneo en todo el
perímetro de la brazola.

Para coser definitivamente la tela a la brazola se puede usar un hilo fuerte de nylon
sin encerar. Un hilo de 1,5 mm de diámetro y de longitud igual a 1,5 veces el
perímetro de la brazola puede ser suficiente. Sacamos una de las puntas. Pasamos
un extremo del hilo por el agujero que deja en la tela, doblamos el borde de tela
hacia el marco de la brazola y lo atamos con el nudo esquimal que a estas alturas
sabemos de memoria. El otro extremo del hilo lo enhebramos en una aguja y lo
pasamos hacia el exterior por el agujero vacío del marco. Quitamos la siguiente
punta y pasamos aguja e hilo por el taladro hacia el interior de la bañera. Pasamos la

272 por Francisco García Marqués


aguja por el agujero que dejó la punta en la tela, plegamos el borde de tela como
antes, volvemos la aguja por encima de la tela y la hacemos salir por el mismo
agujero que había entrado. Tensamos y vamos al siguiente agujero. Una vez cosido
el último agujero tensamos toda la lazada como se ve en las fotos, con ayuda de
algún utensilio punzante. Para acabar esta lazada pasamos la aguja por el primer
agujero damos una puntada en la tela y anudamos con una serie de nudos simples.

Colocamos la brazola centrada en la cubierta y apoyada sobre el masik y el


travesaño nº 7. La sujetamos como se ve en la foto con ayuda de dos
listones y una prensilla. El listón inferior apoya contra las caras inferiores
del masik y el travesaño nº 7

273 por Francisco García Marqués


Deslizamos un lápiz contra el borde interior del marco para marcar
sobre la tela el hueco que ocupará la brazola

Sujetamos la tela a la brazola con puntas que pasan de dentro afuera.


En el texto se explica la secuencia de colocación de estas puntas. La tela
se ha cortado dejando un sobrante hacia el interior de la bañera de
unos 25 mm en todo el contorno

274 por Francisco García Marqués


Otro detalle de colocación de las puntas y del sobrante de tela

A medida que vamos retirando las puntas vamos cosiendo la


brazola a la tela con hilo sin encerar. En el texto se explica el
modo de hacer esta lazada

275 por Francisco García Marqués


Con ayuda de un elemento puntiagudo y con mucho cuidado de no
perforar el hilo tensamos la lazada antes de dar la última puntada

Ya falta muy poco para acabar el kayak

276 por Francisco García Marqués


34.- BARNIZADO

Para impermeabilizar la
tela es necesario aplicar
algunas manos de barniz
o pintura. El producto
más utilizado para este fin
es sin duda el barniz de
poliuretano de dos
componentes con
protección ultravioleta. A
día de hoy, sin embargo,
los pocos constructores de
kayaks tradicionales que
puede haber en España no
parecen haber encontrado
el producto definitivo o al
menos un producto que
de una respuesta
satisfactoria a un precio
razonable. En el foro de kayakdemar.com hay un debate abierto sobre este tema y es
de esperar que pronto se puedan recomendar con rotundidad algunos productos
concretos.

El binomio nylon-barniz presenta una problemática difícil de solucionar. El nylon es


un soporte al que se adhieren mal los barnices y además debido a su
comportamiento ya explicado frente a los cambios de temperatura y humedad, se
necesita un barniz elástico que se acomode a los movimientos de la tela. Por regla
general los barnices de poliuretano son muy resistentes a la abrasión, a la acción del
agua y otros productos y aumentan la resistencia al desgarro de la tela, pero también
por lo general son demasiado rígidos. En consecuencia hay que elegir
cuidadosamente el producto a aplicar.

Para aplicar el barniz tendremos que seguir las instrucciones del fabricante sobre
todo en lo relativo a los tiempos de secado entre una mano y otra. Nos debemos
preocupar eso si de que la tela esté bien seca.

Podemos comprar barniz con color o incoloro, en cuyo caso podemos teñirlo con
pigmentos que cumplan las recomendaciones del fabricante o podemos dejar la tela
en su color natural lo que resultará en un acabado traslucido que deja entrever la
estructura de madera.

277 por Francisco García Marqués


Antes de barnizar la tela
conviene perforar los
agujeros necesarios para
instalar las líneas de
cubierta. En el próximo
apartado trataremos el
modo de instalar estas
líneas y de practicar los
agujeros. Por ahora basta
con anotar que se pueden
usar los agujeros de las
líneas de cubierta situadas
cerca de ambos extremos para suspender el kayak del modo que se ve en las fotos
mientras lo pintamos. Pasamos una punta por cada agujero de un extremo y atamos
un alambre de una punta a la otra. Repetimos en el otro extremo y ya podemos
colgar el kayak suspendido por estos alambres.

También conviene encintar la brazola o incluso tapar por completo la bañera con
papel para evitar mancharla con la pintura.

278 por Francisco García Marqués


35.- LINEAS DE CUBIERTA

“Son las líneas de cubierta y aparejos lo que convierten un kayak groenlandés en un kayak de
caza” (Harvey Golden, Kayaks of Greenland)

Con el nombre de líneas de cubierta se hace referencia a las correas, normalmente de


cuero que se colocan tanto en la cubierta de proa como en la de popa para
transportar distintos elementos de nuestro equipo, como pueden ser una pala de
repuesto, un norsaq o cualquier cosa que queramos llevar a mano. Una vez más
podemos decir que existen gran variedad en cuanto a la disposición de las líneas de
cubierta. H. C. Petersen viene a decir que se podría determinar la procedencia de un
kayak solo por el modo en que se han colocado las líneas de cubierta.

En este kayak se ha buscado una distribución sencilla. Una correa simple justo a
proa del travesaño nº 1, una correa doble emplazada sobre el travesaño nº 5 y otra
sencilla 4 ó 5 cm más a proa, otras dos líneas sobre el travesaño nº 8 y otra línea
simple en el extremos de popa junto al último travesaño.

Para las líneas se suele usar lo que en inglés llaman cuero látigo, un tipo de cuero
curtido al cromo que tolera la acción del agua sin decolorarse ni ponerse rígido. Es
fácil encontrar en el comercio cordón de cuero en diámetro de 6 ó 7 mm
perfectamente apto para este uso.

En las líneas se suelen insertar, aunque no siempre, cuentas y tensores. Las cuentas
son especialmente útiles en las líneas de los extremos para mantenerlas a cierta
altura sobre la cubierta y poder deslizar la pala de repuesto, por ejemplo, debajo de
ellas. Este tipo de cuentas a veces también se colocan en las líneas centrales con el
mismo fin de que resulte fácil deslizar bajo ellas lo que queramos sujetar allí y al
mismo tiempo que impidan un deslizamiento lateral del objeto en cuestión, como
pueda ser, por ejemplo, un cuchillo.

En cada línea doble hemos insertado dos tensores que se ven en la serie de
fotografías. Los agujeros en cada tensor están unos 35 mm más próximos entre si
que los agujeros de las bordas correspondientes al mismo par de líneas. Al deslizar
los tensores hacia el centro de la cubierta las líneas se aflojan mientras que si los
deslizamos hacia los laterales, las líneas se tensan.

La distancia entre los agujeros de los tensores es en este caso de unos 7 cm, de modo
que podamos pasar la pala por debajo de ellos y sujetar una hoja sobre la cubierta
mientras que la otra sobresale hacia un lado perpendicularmente al kayak. La pala
actúa entonces de balancín ayudándonos a estabilizar el kayak cuando embarcamos
o desembarcamos o cuando en medio de una travesía necesitamos las dos manos
libres para lo que sea.

Los taladros en las bordas se hacen unos 15 ó 20 mm por debajo del canto superior.
Conviene que tengan 1 mm menos de diámetro que los cordones de cuero para
evitar que se filtre el agua por ellos. También debemos alejarnos como 2 cm de las

279 por Francisco García Marqués


escopladuras hechas en las bordas para los travesaños. Para perforar la tela se puede
usar una punta roma, de diámetro adecuado que calentamos al rojo. Al aplicar la
punta caliente sobre la tela se formará un agujero con los bordes ya fundidos. No
conviene dejar la punta sobre la tela mucho tiempo porque el agujero resultará de
un diámetro excesivo. A continuación perforamos las bordas con un taladro.

A ambos lados de la cubierta hacemos un taladro a cada lado del


travesaño nº 5. Por uno de los taladros pasamos el cordón de cuero de
dentro afuera. En el extremo del cordón que queda dentro de la bañera
hacemos un nudo que sirve de retenida

280 por Francisco García Marqués


Por el taladro que está frente al primero al otro lado de la cubierta
pasamos el cordón hacia dentro de la bañera, lo sacamos por el taladro
contiguo, lo traemos de nuevo a este lado y lo pasamos nuevamente
hacia el interior de la bañera. Por la pare interior hacemos otro nudo en
este extremo del cordón de cuero. Los dos tramos de cuero quedan
paralelos sobre la cubierta, lógicamente no debemos olvidarnos de
ensartar los tensores al colocar la línea

281 por Francisco García Marqués


Repetimos el proceso para colocar otro par de líneas sobre el travesaño
nº 8. La clavija de madera refuerza la sujeción del cordón y ayuda a
taponar el agujero para que no entre agua. Es preferible poner una
clavija en cada agujero. Si colocamos líneas de cubierta en puntos
donde no nos es posible hacer un nudo, la sujeción que ofrece la clavija
de madera es suficiente

282 por Francisco García Marqués


Con un poco de paciencia hacemos pasar un alambre por los dos
agujeros correspondientes a la línea que está justo por delante del
travesaño nº 1

283 por Francisco García Marqués


Atamos el cordón de cuero a alambre y lo pasamos por los agujeros

284 por Francisco García Marqués


Ya hemos pasado el cordón de cuero por los dos agujeros

Por último hacemos pasar ambos extremos del cordón por el agujero central
de una bola o cualquier abalorio que nos sirva para mantener la línea elevada
sobre la cubierta. En la foto vemos la línea situada en el extremo de popa

285 por Francisco García Marqués


36.- PUNTO FINAL

Y colorín colorado este kayak se ha acabado.

Poco más hay que decir. El kayak está terminado y listo para navegar.

Cualquier kayak de fibra o plástico, construido de acuerdo a los estándares


modernos y dotado de un buen asiento resultará, casi con toda probabilidad, mucho
más cómodo y espacioso que un “skin on frame”. Nuestro kayak tradicional no está
diseñado para ser desalojado en el agua tras un vuelco desafortunado. La ausencia
de línea de vida y el alto volumen de agua que puede entrar en un kayak sin
compartimentos estancos dificultará enormemente cualquier rescate asistido que se
pueda intentar desde otro kayak. Por otro lado, la carencia de puntos donde hacer
firme un cabo de remolque no hace sino complicar las cosas en el caso de que
necesitemos cualquier ayuda en ese sentido.

Se podría decir que nuestro kayak es ligero en el momento en que acabamos de


construirlo. Muy probablemente por debajo de los 20 Kg. Incluso muy por debajo de
esa cifra. Sin embargo, tras algunas salidas, el armazón pronto se empapará de agua
adquiriendo un peso extra que hará más trabajosas las maniobras en tierra.
Debemos tener en cuenta, además, que la madera no secará con facilidad
encapsulada en la piel que la cubre, lo que viene a recordar la conveniencia de
aplicar al armazón un par de manos de aceite.

286 por Francisco García Marqués


Y aún así….

La sensación de navegar en una embarcación diseñada y construida por uno mismo


compensa con creces los inconvenientes mencionados más arriba. El hecho de haber
empleado los materiales y técnicas más tradicionales y sencillas aumenta la
satisfacción de palear un kayak que se ajusta no solo a nuestras dimensiones
corporales sino también a nuestra personalidad; al modo en que queremos que se
comporte en unas determinadas circunstancias. Habrá quién haya buscado un kayak
tranquilo y estable con el que disfrutar de agradables paseos o quien hay
perseguido una embarcación que le transmita emociones más intensas. Nos
sentiremos más autosuficientes. Navegar en esta embarcación requiere, como ya
hemos visto, ser autosuficiente en el agua, pero también en tierra nos habremos
sentido más próximos a aquellos hombres capaces de construir su kayak con los
materiales que les proporcionaba el mismo mar en el que navegaban.

287 por Francisco García Marqués


Nuestro kayak se deslizará cauto y sigiloso entre las olas. Las más de las veces
preferirá sumergirse en ellas antes que remontarlas. Sentiremos su piel como una
delgada barrera entre el agua y nosotros, más como el elemento de conexión que
como una interposición con el medio. Es muy probable que no nos pueda ofrecer ese
“navegar seco” del que a menudo presumen los kayaks comerciales, pero a cambio,
la amenaza del viento será menos temible. Es cierto que requerirá de nuestra
atención y de un esquimotaje fiable, pero responderá con prontitud a nuestros
deseos. Pronto veremos que no solo esquimotar, también el resto de maniobras y
juegos del repertorio tradicional resultan mucho más sencillas en nuestro kayak que
en sus hieráticos parientes más modernos fabricados en fibra de vidrio.

En las primeras salidas, con cada maniobra, cada vez que nos alcance una ola o una
racha de viento, casi con cada palada, estaremos analizando las reacciones de
nuestro kayak. De un modo a veces consciente y a veces inconsciente nos estaremos
preguntando si hemos conseguido los objetivos que nos propusimos durante la
construcción, si nuestra embarcación se comporta como esperábamos. Lo cierto es
que poco importa la respuesta. El mayor beneficio de ese juego de ensayo y error es
el aprendizaje. Nuestro modo de entender y de practicar el kayak de mar habrá

288 por Francisco García Marqués


cambiado y con toda probabilidad pronto estaremos pensando en construir un
nuevo kayak o incluso en modificar el que acabamos de terminar. Ese fue el caso de
mi primer “skin on frame”, el que aparece en las fotografías. En el primer intento mi
sentido de las proporciones estaba distorsionado por las dimensiones de los kayaks
de fibra que había usado hasta la fecha y por otro lado, en esa búsqueda personal del
ying y del yang dejé que la balanza se inclinara descaradamente hacia el lado de la
maniobrabilidad. El resultado fue un kayak de excesivo volumen y acusado rocker
que al flotar alto en el agua bailoteaba al son de la más ligera brisa. En lugar de
construir un nuevo kayak consideré más oportuno tratar de corregir los errores y ver
hasta que punto la variación de algunos parámetros podía influir en el
comportamiento final. Al fin y al cabo era “mi kayak”; conservarlo era casi una
cuestión de honor (o de amor propio). Por otro lado pensé que además de ahorrar
tiempo y dinero la experiencia podría ser interesante desde el punto de vista del
aprendizaje, así que tras un par de años de uso, aprovechando que también con el
barniz había metido la pata y ya se estaba cuarteando, retiré la piel y desarmé el
armazón casi por completo. Lo suficiente para reducir unos 3 cm tanto la manga
como la profundidad al arrufo. Retrasé la posición del respaldo unos 5 cm y por
supuesto reduje considerablemente el rocker.

Ahora es más esbelto y más ágil. Se muestra más indiferente al viento, navega más
agazapado en la ola y es dócil al rumbo que se le marca sin obstinarse en
mantenerlo. Se podría esperar un temperamento inquieto como consecuencia de una
manga más ceñida, pero la pérdida de volumen le ha dado serenidad. Parece que la

289 por Francisco García Marqués


armonía en las proporciones le templase el carácter. También los años de navegación
y la experiencia acumulada le van templando el carácter. Nos lo templan a los dos.
Cada vez estamos más hechos el uno al otro. Mi kayak es más mío ahora que nunca.
Tengo la certeza de que es tan único en el mundo como lo pueda ser yo y ya no es
que se ajuste a mis necesidades en cuerpo y mente; es que siento como míos sus
virtudes y sus defectos.

290 por Francisco García Marqués


Índice
Ajaaq, 6, 19. Ver “travesaño recto.”
Akuilisaq, 239.Ver “cubrebañeras, Tuitsoq.”
Amiq, 6, 278. Ver “piel.”
Ángulo lateral de las bordas, 24, 25. Ver “flare.”
Apoya-pies, 6. Ver “tukerumiaq.”
Apummaq (pl. apummat), 6, 16. Ver “borda.”
Arrufo, arrufadura, 24, 26, 124, 125, 148. Ver “sheer.”
Artificial sinew, 89. Ver “tendón artificial.”
Bao, 17, 19, 32.
Borda, 6, 16, 26, 47. Ver “apummaq.”
Brazola, 6, 239, 245, 273. Ver “paaq.”
Caja, cajeado, 21, 22, 23, 32, 35. Ver “escopladura.”
Chicote, 90.
Chine stringer, stringer, 6, 148, 181. Ver “Siaaneq, larguero de pantoque.”
Codaste, 115, 148, 149. Ver “stem.”
Codo, 16.
Costado, 182.
Costilla, 6, 19, 20, 21, 126, 130, 144. Ver “tippik, cuaderna.”
Cuaderna, 6, 19. Ver “tippik, costilla.”
Cubrebañeras, 239. Ver “Akuilisaq, Tuitsoq.”
Curvado al vapor, ver “vapor.”
Depth to sheer, 125. Ver “profundidad al arrufo.”
Doble masik, 17, 215, 239.
Dozuki, 65.
Escopladura, 21, 35. Ver “caja, cajeado.”
Escuadra deslizante, 61, 74, 75.
Eslora, 15, 16.
Espiga, 32, 59, 70, 73.
Falsa escuadra, 62, 63, 76.
Fistmele, 123.
Flare, 24, 25. Ver “ángulo lateral de las bordas”
Foca arpa, 247.
Foca barbuda, 247.
Foca de casco, 247. Ver “foca narizona”
Foca narizona, 247. Ver “foca de casco”
Formón, 69.
Gramil, 43, 44, 45, 64, 73.
Gunwale, 16. Ver “borda.”
Imamineq, 239. Ver “madera del mar, pingeq.”
Isserfik, 6, 17, 72. Ver “respaldo.”
Kujaaq, 6. Ver “quilla.”
Larguero de cubierta, 231.
Larguero de pantoque, 182, 183. Ver “chine stringer, stringer, Siaaneq.”
Ligada continua, 172.
Ligada, 6, 94, 98, 100, 111, 159, 202. Ver “qoorutit.”
Línea de cubierta, 6, 279. Ver “taqqat.”
Madera del mar, 239. Ver “Imamineq.”
Manga, 15.
Masik, 6, 17, 215.

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Nassuttoq, 249.
Norsaq, 251
Nudo esquimal, 90.
Nudo simple, 90.
Nunakuluut, 247.
Paaq, 6, 239. Ver “brazola.”
Palo de atortorar, 84, 85. Ver “Spanish windlass.”
Parámetros antropomórficos, 16, 17.
Piel, 6, 247. Ver “amiq”
Pieza de popa, 155. Ver “codaste”
Pieza de proa, 155. Ver “roda, tajamar.”
Pingeq, 239. Ver “madera del mar, imamineq”
Placa de enlace, 6, 203. Ver “qalliut.”
Placa de transición, 203. Ver “placa de enlace.”
Plano vertical de simetría, 116.
Profundidad al arrufo, 124, 125, 148. Ver “Depth to sheer.”
Profundidad del casco, 126, 129, 148. Ver “profundidad la arrufo.”
Qajaq, 6. Ver “kayak.”
Qalliut, 6. Ver “placa de enlace.”
Qaqortoq, 248
Qoorutit, 6. Ver “ligada.”
Quilla, 6, 114, 123, 160, 165, 172. Ver “kujaaq.”
Regla de los 5-4-3 dedos, 125.
Respaldo, 6, 17. Ver “isserfik.”
Rocker, 114, 124, 125, 148.
Roda, 115, 148, 149, 164. Ver “stem.”
Seeqqortarfik, 17, 71, 72.
Sheer, 24. Ver “arrufo, arrufadura.“
Siaaneq, 6. Ver “chine stringer.”
Sisimiut, 249.
Spanish windlass, 84, 85. Ver “palo de atortorar.”
Stem, 115. Ver “roda, codaste.”
Stringer de cubierta, 6, 231. Ver “tunersuk.”
Stringer, 149, 168, 172, 183. Ver “chine stringer.”
Tajamar, 148, 149. Ver “roda.”
Taqqat, 6. Ver “línea de cubierta.”
Taseralik, 249.
Tendón artificial, 89. Ver “artificial sinew.”
Tippik, 6. Ver “costilla,” “cuaderna”
Tortor, 86.
Travesaño curvo, 6, 19, 71, 83, 84.
Travesaño recto, 6, 19, 59, 84. Ver “ajaaq.”
Tuilik, 239.
Tuitsoq, 239. Ver “cubrebañeras, Akuilisaq.”
Tukerumiaq, 6. Ver “apoya-pies.”
Tunersuk, 6. Ver “larguero de cubierta, stringer de cubierta”
Tuunneq, 250.
Tuussutit, 250.
Ulu, 248.
Vapor, 130, 131, 134.

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