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REPORTAJE
Tus palabras pronunciadas en la oscuridad me dejan quemaduras
como el hierro candente en el flanco de una bestia salvaje.
Roque Dalton
¿QUIÉN ASESINÓ A ROQUE DALTON? MAPA DE UN LARGO SILENCIO
© Lauri García Dueñas, 2010
© Javier Espinoza, 2010
© ÍNDOLE EDITORES
San Salvador, 2010
Agradecimientos [9]
Alias y siglas utilizadas [10]
Nota editorial [11]
Introducción [13]
REPORTAJE
Las diferentes versiones sobre el asesinato de Roque Dalton [15]
Los hechos [17]
El día en que todo ocurrió [20]
Las contradicciones de Joaquín Villalobos [23]
Las causas del asesinato, los orígenes [27]
La lucha de egos y la política [28]
Por su esencia vital [29]
Se busca: agente cubano o de la CIA [30]
Una organización que no se andaba con cuentos [32]
La época post Dalton: la conmoción [35]
Una nueva versión fechada en el 2010 [37]
Las consecuencias jurídicas [41]
La prescripción penal [42]
La opción civil [43]
La petición de la familia [45]
Las consecuencias antropológicas e históricas [48]
Hablar del tema y aclarar el crimen [48]
A pesar de los años [51]
El «detrás de» nuestro libro [53]
Bibliografía [57]
ANEXOS
Ana Guadalupe Martínez
Carlos Eduardo Rico Mira
David Escobar Galindo
Eduardo Sancho
Geovani Galeas
Henry Campos
Juan José Dalton
Rubén Zamora
Jorge González
Joaquín Villalobos
Marvin Galeas
Luis Alvarenga
Manlio Argueta
Yamilé Paz Paredes
Saúl Ibargoyen
Herman Bellinghausen. 19 de enero de 2010, publicada
en Contrapunto y en el periódico La Jornada de México.
Agradecimientos
9
Alias y siglas utlizadas
Armando Artega (Pancho)
Roque Dalton (Ernesto o Julio Dreyfus Marín)
Edgar Alejandro Rivas Mira (Sebastián Urquilla)
Eduardo Sancho (Fermán Cienfuegos)
Vladimir Rogel (el Vaquerito)
Jorge Meléndez (Jonás)
Salvador Cayetano Carpio (Marcial)
10
Nota editorial
11
e intelectuales y el persistente ocultamiento, hasta este día,
del paradero de los restos mortales del poeta lo han conver-
tido en uno de los sucesos más confusos, mitificados y deci-
didamente oscuros de El Salvador. El caso Dalton está al nivel
de hechos históricos como el asesinato de Óscar Arnulfo
Romero, arzobispo de San Salvador, en marzo del 80; el de
Mélida Anaya Montes (Ana María) y el posterior suicidio de
Salvador Cayetano Carpio (Marcial), principales responsa-
bles de las FPL, acaecidos en abril del 83; o la masacre de los
seis padres jesuitas y dos de sus colaboradoras en 1989 en las
instalaciones de la UCA.
¿Qué contiene el libro? Lauri y Javier no solo exploran,
ordenan y compilan por primera vez las distintas versiones
del hecho, hacen un interesante análisis sobre las consecuen-
cias jurídicas para el o los responsables del crimen, nos ofre-
cen más de una decena de entrevistas a personajes claves, y
lograron, de forma imparcial y profesional, obtener la voz de
la mayoría de las partes. El libro nos acerca a las posibles
causas que habrían llevado al ERP a ejecutar al poeta y las
consecuencias que trajo para esta agrupación guerrillera la
cuestionada decisión.
¿Quién asesinó a Roque Dalton? Mapa de un largo silencio
es el punto de partida, la base, la información ordenada para
conocer la verdad y uno de los mejores aportes, perfectibles,
para una renovada discusión de país sobre nuestro pasado.
Este esfuerzo es coeditado con la Cátedra Libre Roque Dalton
y la Fundación Claribel Alegría de El Salvador a quienes agra-
decemos su apoyo y acompañamiento.
El silencio deja rastros y este es el mapa, la cartografía del
silencio de los que saben la verdad y han decidido callar o
mentir. Hay que ser incómodos e indóciles y exigir la verdad.
Este es un paso, el otro lo dan ustedes.
CARLOS CLARÁ
13
Pretendimos con este reportaje propiciar lo que podría
ser una investigación cada vez más seria y sistematizada que
lleve a conocer qué fue lo que realmente sucedió el 10 de
mayo de 1975, fecha de la muerte del poeta.
Antes de este trabajo no existía en el país un estudio que
recopilara la mayoría de las teorías escritas y testimoniales
sobre la muerte de Roque. Ni tampoco, investigadores con
pretensión de objetividad que tomaran en cuenta a los invo-
lucrados y a sus detractores.
A pesar de que algunos estudiosos han considerado varias
fuentes, toman partido marcadamente por una u otra posi-
ción. Es decir, a favor de la familia Dalton, que pide justicia,
o de los que participaron en el hecho.
Este trabajo periodístico es el más reciente y actualizado al
respecto del caso Dalton y cuenta con los testimonios de fuen-
tes claves, que muchas veces contradicen a lo que ellos mismos
expresaron luego de la euforia de los Acuerdos de Paz.
Pretendimos con este trabajo dar el primer paso para que
otros sigan profundizando al respecto, después que logramos
ordenar las versiones y testimonios desordenados y aclarar el
estado jurídico del caso.
Con la ventaja de la distancia generacional, colocamos un
par de piezas a una estructura que con los años ha ido res-
quebrajándose y volviéndose confusa. La pretensión última
es que lo que pasó el 10 de mayo de 1975 sea cada vez más
claro y pueda ponerse por fin en los anaqueles de la historia.
No para olvidar sino para conocer.
15
Sus obras se han reeditado varias veces. Julio Cortázar y
Mario Benedetti, grandes escritores y referentes, subrayaron
el talento que Dalton poseía. Una larga lista de premios y
publicaciones reafirman su trascendencia literaria. En vida,
se codeó con las figuras más sobresalientes de la intelectua-
lidad latinoamericana y con líderes políticos de izquierda
como Fidel Castro.
Sin embargo, Dalton se encargó de enfatizar que el poeta
debía también ser militante y político. Se incorporó al ERP en
1973 y su paso por las filas de esa organización no pasó inad-
vertido ya que logró dar a conocer sus criterios y perspecti-
vas así como cuestionar a la dirigencia.
El escritor David Hernández recalca que «Roque Dalton
es el poeta salvadoreño por antonomasia que mejor encarna
lo global, el engarce entre aldea y universo. Su obra es acce-
sible tanto a las élites urbanas como a los campesinos, y
Miguel Mármol es disfrutado lo mismo en ruso que en
hebreo; sus libros son leídos con igual intensidad, interés y
fluidez en español, alemán, francés, inglés e italiano».
El peso de su obra y su figura política inclina la balanza
hacia la necesidad de esclarecer todos los detalles de su asesi-
nato, las causas que llevaron al crimen y la forma en que se
manejó el caso.
El hecho de que se hayan escrito tantas páginas al respec-
to del crimen es una doble motivación, debido a la necesidad
de irlas recopilando y contraponiendo.
El 12 de noviembre de 1997 la Asamblea Legislativa de El
Salvador decidió que se «declarase al poeta, ensayista y escri-
tor Roque Dalton, poeta meritísimo», por su incalculable
aporte a la literatura de nuestro país.
Jorge González, exdirigente del ERP, explica otras razones
por las que es necesario aclarar los detalles de la muerte de
Dalton: «Tiene vigencia porque él, hoy por hoy, sigue siendo
LOS HECHOS
Se han llenado cientos de páginas sobre la figura y creación
del poeta salvadoreño Roque Dalton; pero, curiosamente,
entre estas extensas narraciones se dedican pocos párrafos
para explicar exactamente lo que ocurrió el 10 de mayo de
1975 y los detalles de su asesinato.
41
cribió penal y civilmente. Pero desde la visión de la familia,
todavía están dolidos y quieren justicia.
LA PRESCRIPCIÓN PENAL
De acuerdo a las leyes salvadoreñas, las implicaciones pena-
les del crimen de Roque Dalton vencieron a los diez años de
haberse cometido.
«El crimen siguió las prescripciones comunes de acuerdo
a la pena, en aquella época se aplicaba el Código Penal ante-
rior, pero nuestra regulación actual establece que los delitos
prescriben conforme las penas que corresponden (10 años)»,
dice el reconocido jurista y actual viceministro de Justicia y
Seguridad Pública Henry Campos.
Explica que el caso siguió las prescripciones comunes
porque en el momento del crimen las organizaciones que
conformaron el FMLN no tenían existencia jurídica internacio-
nal, por lo que el caso siguió los «procedimientos normales».
«Penalmente ha proscrito el crimen del asesinato de
Roque Dalton, dado que en el momento en que ocurrió el
Frente o las organizaciones que luchaban en aquel momen-
to contra el ejército todavía no tenían una existencia jurídi-
ca internacional», precisa.
Asimismo, Campos añade una nueva lógica de pensa-
miento al caso. Dice que a pesar de que el crimen ya haya
caducado, la Fiscalía General de la República (FGR) de El
Salvador tiene la obligación de investigarlo.
«La Fiscalía antes de decir ya prescribió tiene que investi-
gar los hechos, presentar a los tribunales el requerimiento
pidiendo sobreseimiento para las personas que hayan sido
señaladas como autores o partícipes», señala.
David Escobar Galindo, firmante de los Acuerdos de Paz
por la parte gubernamental, por el contrario, rechaza el razo-
namiento de Campos y aboga por sacrificar la justicia en aras
de la reconciliación.
LA PETICIÓN DE LA FAMILIA
La familia del poeta asesinado, representada por su hijo
Juan José Dalton, sigue pidiendo justicia, sin embargo, nunca
interpuso una denuncia por el asesinato.
«Cada vez que se menciona a Roque Dalton se va men-
cionar que es un caso en el que no se ha hecho justicia, ni
se conoce la verdad», dijo el hijo del poeta asesinado.
«¿No es justo que la familia reclame justicia? ¿No es
justo que la familia reclame la verdad? ¿No es justo que El
Salvador sepa quiénes fueron los responsables de tanta
crueldad que se cometió contra Roque Dalton? Si yo no
tengo ese derecho de exigirlo, no sé, estaría cometiendo
otra injusticia contra la verdad en El Salvador», reclama.
Dalton hijo se expande en las «crueldades» que según él
cometieron los excompañeros de su padre tras el asesinato
y antes de los Acuerdos de Paz.
Asegura que Villalobos y compañía habían asegurado
que sabían dónde estaban los restos y que darían a conocer
el lugar, tras el fin del conflicto bélico. Pero al llegar el
momento, no supieron dar razón de su paradero.
Villalobos es la antítesis del pensamiento de la familia
de Dalton porque considera que el caso ya está cerrado, que
no tiene trascendencia y que ya se ha dicho todo.
«Fui a las investigaciones que hizo Naciones Unidas, la
actitud de hablar con Juan José… fueron mis decisiones»,
dice Villalobos. Además dice que seguir hablando del tema es
un «instrumento de la izquierda conservadora» en su contra.
Al respecto, Juan José Dalton asegura que «la familia no
tiene ninguna intención política, ni hay ninguna confabu-
lación comunista contra él (Villalobos)».
48
vadores externos resaltaron la trascendencia de esclarecer
este crimen durante todo el proceso de consulta para la rea-
lización de este reportaje. Ahora libro.
«Ese tema lo he tratado tanto. Sé que ustedes lo están
haciendo porque lo tienen que hacer, es parte de la histo-
ria», dijo Joaquín Villalobos después de disculparse por su
renuencia, en un principio, a hablar del caso.
Villalobos, luego de ser dirigente guerrillero, ha sido
profesor de Oxford, asesor político del gobierno del enton-
ces presidente colombiano Álvaro Uribe y ahora asesor en
temas de seguridad del presidente mexicano Felipe
Calderón. Además de haber pactado con la derecha salva-
doreña en la Asamblea Legislativa, recién concluida la gue-
rra civil.
Por otra parte, Rubén Zamora asegura que «el caso se
ha vuelto más importante posteriormente. Estos son los
casos de las ironías de la historia, no por su relevancia polí-
tica, que es muy grande, sino por la relevancia literaria. Es
una especie de venganza de la literatura contra la política,
por haberle robado al poeta tan grande como era Roque».
La mayoría de personas consultadas o entrevistadas
para esta investigación también rescatan la necesidad de
hablar y aclarar el tema porque Roque Dalton posee una
trascendencia histórica justificada en su talento y creación
literaria.
Miguel Huezo Mixco se preguntaba en uno de sus artí-
culos «¿Alguien romperá el silencio? ¿Alguna vez sabremos
la verdad?».
Geovani Galeas señala: «No se puede construir la vida
sobre la base de mentiras ni de medias verdades, es impo-
sible. Por propensión natural el hombre tiende al intento
de la obtención de la verdad». El escritor apuesta por «la
sanidad histórica».
51
Periodísticamente, para lograr tener un panorama más
claro de lo ocurrido, las fuentes deben otorgar, nuevamente y
definitivamente, todos los insumos para colocar el epílogo a
una vida de sobresaliente poeta y político. Una vida que no
pasó desapercibida y dejó huellas profundas en la posteridad.
Así, cuando algún joven se enfrente a los versos de Roque
Dalton en la soledad de su habitación, o en lo público del
aula, cuando a alguien lo persigan esos versos descarnados
de La ventana en el rostro, se pierda en las anécdotas de
Pobrecito poeta que era yo, se sorprenda por la estética de
Taberna y otros lugares o simplemente rechace, ignore o des-
valorice al poeta-político-militante, pueda conocer quién,
cómo, dónde y por qué lo mataron.
No por morbo ni por simple afán, sino porque Dalton,
exponente de las letras salvadoreñas, figura polémica y líder
de una de las cinco organizaciones que formó a la izquierda
del país, fue asesinado y no está claro quién lo mató.
Murió asesinado y nunca se denunció el hecho ante un
aparato de justicia que durante los años que duró el conflic-
to armado, y aún ahora, está cuestionado en su legitimidad.
Mataron a un ser humano como, al menos, a otros 75 000
durante la guerra civil. Pero, lo que pasó, los motivos, los he-
chos, deberían quedar registrados para la historia, para saber.
El tiempo, que a veces consigue ir desdibujando todo, por
esta vez, debería ir mostrando una realidad que no puede ni
debe escurrirse de las manos, ni dejarse guardada en el cajón
del olvido. A pesar de los años.
53
Llega el momento de hacer el recuento del proceso de
investigación, voltear para atrás y evaluar logros y dificultades.
Dificultades:
a) La fuente inaccesible: Jorge Meléndez (Jonás), uno de
los exdirigentes de la cúpula del ERP en el momento del ase-
sinato de Dalton, no pudo ser contactado para la presente
investigación. A pesar de insistentes llamadas a sus teléfonos
personales, no hubo respuesta. Jonás ha afirmado a la fami-
lia Dalton que «de ese tema no voy a hablar».
b) «El otro también sabe…»: Las fuentes consultadas iban
agregando nuevos datos a la investigación, así fuimos cono-
ciendo que cada vez más personas podrían tener detalles del
hecho y de las causas de la muerte del poeta. Sin embargo,
fue necesario jerarquizar las fuentes más importantes. De
haberse querido hablar con todas las personas que dicen
saber del tema, esta investigación pudiera tomar muchos
más años. La sobre información es también desinformación,
mientras actualizaba este trabajo mi editor y mi coautor me
sobresaturaban de datos, que lastimosamente no se pudieron
agregar en su totalidad aquí.
c) El jefe se fue: Alejandro Rivas Mira (Sebastián), el máxi-
mo líder del ERP cuando se decidió asesinar a Dalton, salió del
país poco tiempo después y no se sabe a ciencia cierta a dónde
está. Su testimonio se vuelve clave, cuando muchos coinciden
en señalar que fue el autor intelectual del crimen.
d) A punto de perder la clave: Joaquín Villalobos, cabeci-
lla del ERP en 1975 y sospechoso de ser autor intelectual y/o
material del asesinato, se volvió una de las piezas fundamen-
tales de la investigación. El 1 de junio del 2004, tras la toma
de posesión del presidente Elías Antonio Saca, se acordó una
entrevista con Villalobos, Eduardo Sancho y Francisco Jovel,
los tres juntos. Sin embargo, la cita se fue posponiendo, hasta
el punto de que Villalobos estuvo a punto de salir del país sin
<http://members.tripod.com/~daltonicos/testimonioyveneno.htm>.
lHERNÁNDEZ, David. «Roque Dalton, un modelo para armar», 8
de febrero de 2004: <www. elsalvador.com>. Consultado el 30 de
marzo de 2004.
—. «Roque Dalton, poeta nacional de El Salvador», 2004:
<www.elfaro.net>. Consultado en junio de 2004.
lHUEZO MIXCO, Miguel. «Una historia prohibida de Roque
<http://members.tripod.com/˜daltonicos/23anus.htm>. Consultado
en mayo de 2004.
57
lAGUILAR HUMANO, Ricardo. «¿Quién delató a Dalton? Mis res-
puestas a las injurias», 4 de marzo, 2004.
lBELLINGHAUSEN, Hermann. «¿Quién mató a Roque Dalton?», en La
de 2004.
—. «‘Muerte de Roque Dalton, el error más grande de mi vida’,
dice Joaquín Villalobos», en periódico Excélsior, 1993.
lFamilia Dalton: Cañas, Aída; Dalton Cañas, Juan José y Dalton
La Prensa Gráfica.
lVILLALOBOS, Joaquín. En Cartas al Director de El País, archivo
digital de El País,1999.