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DISCURSO EN HOMENAJE A MIGUEL GRAU

Señor presidente de la república Dr. Alan García Pérez.


Jefe de la Marina de Guerra del Perú Contralmirante Raúl Vásquez.
Señor presidente del club departamental Piura Dr. Arturo Seminario
Autoridades presentes
Profesores invitados
Distinguido público

Expreso mi más cordial saludo a todos ustedes en nombre del Club


Departamental Piura.

Es motivo de esta significativa ceremonia, rendir homenaje a uno de los


más ilustres personajes de nuestro país, el contralmirante don Miguel Grau
Seminario. Es un honor para nosotros poder recordar su inmenso amor por
el Perú y su admirable calidad como ser humano, cualidades que le valieron
el mérito de ser declarado como el peruano del milenio.

"El Caballero de los Mares" como también se le conoce, nació en la cálida


ciudad de Piura el 27 de julio de 1834. A la corta edad de 8 años despertó
su fascinación por la inmensidad del océano, contemplando las aguas del
puerto de Paita. A los 9 años obtuvo el permiso de su padre para abordar su
primer barco, una aventura que le duró muy poco a causa del naufragio de
la embarcación poco tiempo después de haber zarpado. Esta dificultad no
desalentó ni atemorizó al joven Grau, embarcándose al siguiente año en
otras naves y recorriendo diferentes puertos en todo el mundo.

En 1854, a la edad de 20 años, dejó la marina mercante e ingresó a la


Escuela de Marina, con la firme idea de servir a su patria y siguiendo su
fascinación por el mar. Navegó a bordo de diferentes barcos de la armada,
logrando ascender rápidamente en su carrera de marino, gracias a sus
méritos, su carácter y sus valores morales. En 1876, fue elegido Diputado
por Paita, su tierra natal, representando a esta provincia ante el congreso y
luchando por su desarrollo. Al estallar la guerra con Chile en 1879, Grau no
dudó ni un solo momento de su compromiso con el Perú. Asumió el mando
del monitor Huáscar, dejando su escritorio en el congreso para defender su
patria de las hostilidades.

Desde que Miguel Grau realizó su primera incursión al empezar la guerra,


hasta el combate de Angamos, pasaron varios meses en los que la victoria
sobre Chile se sintió cercana. El Huáscar era la pesadilla del enemigo.
Nadie entendía cómo un monitor como aquel podía tener en ascuas a la
escuadra enemiga, mucho más poderosa. Por ello, el nombre de Miguel
Grau resonaba en todo el país como una gran esperanza.
Al amanecer del 8 de octubre de 1879, Grau se consagró frente a Angamos.
Un proyectil proveniente del buque Cochrane impactó en la torre de mando
del monitor Huáscar. Su estallido ocasionó la muerte del contralmirante
Miguel Grau en el marco de la Guerra del Pacífico. Si bien en ella el Perú
perdió muchas vidas y valioso territorio nacional, es preciso recordar la
valentía y el honor que demostró hace ya 131 años. Enfrentarse en
combate a Chile, a sabiendas de las deficiencias de la armada nacional y de
la superioridad de las naves chilenas, lo llevo a ganarse el respeto no sólo
de los peruanos sino también de los chilenos y bolivianos.

Cuentan las crónicas, que después de un enfrentamiento con Chile y ante la


superioridad del Huáscar, Chile abandonó la batalla, dejando tras de si a los
náufragos de las naves hundidas. Grau, en un gesto admirable, no sólo
rescató a sus enemigos, sino que alimentó a los sobrevivientes, rescató los
cuerpos de los caídos y los retornó a su patria para que fueran enterrados.
Asimismo, guardó la cartera y la espada del comandante chileno Prat,
muerto en la cubierta del Huáscar, prendas que luego envió junto con una
carta donde destacaba la valentía del héroe caído en batalla. A su vez, en
respuesta a esa carta, la viuda de Prat, agradece tal gesto, asegurando que
dada la hidalguía mostrada por Grau al solidarizarse con su dolor, ella
comprende que la muerte de su esposo fue consecuencia de la guerra y que
de haber estado en manos del capitán del Huáscar, jamás habría tenido
lugar.

Cabe esta historia para destacar no sólo su calidad de héroe, sino también
su calidad humana, su solidaridad con las personas sin importar su
procedencia, su raza o su nación; en una época donde sólo amamos a los de
nuestro círculo, dejando un gran espacio para el odio, el abuso y la
discriminación.

Deseamos que el ejemplo de vida de este noble peruano sea seguido por
todos nosotros. Un peruano que supo dar un paso al frente cuando su país
lo necesitaba. Un peruano que de seguro tuvo temor en algún momento,
pero que nunca se desanimó a pesar de los obstáculos y las dificultades del
camino. Tratar de imitarlo es el mejor homenaje que podríamos ofrecerle.

Les agradecemos sinceramente en nombre del Club Departamental Piura,


por honrarnos esta tarde con su presencia y participación. A propósito de
este homenaje y citando a Basadre, cabe decir que al estudiar lo que hizo,
preciso es recordar con qué elementos contaba y cabe preguntarse qué
hubiera sido del Perú con Grau en un barco como el chileno Cochrane…
Qué sería del Perú de tener mas hombres como Grau.

Muchas Gracias.

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