Introducción
El mundo conocido... vuestro mundo conocido, es llamado
por sus gentes Spira. Este es el nombre que se da a esa región
en particular, y aunque más alla de las zonas cartografiadas
por las diversas ciudades estado hay una gran extensión de
tierras y en el mar existen amplias y numerosas islas, poco se
sabe a ciencia cierta de dichos lugares.
Spira fue en su momento un gran reino, unificado bajo el go-
bierno de una dinastía elfica, siendo este el que da el nombre
a la actual región. De eso hace ya unos dos mil años... la des-
trucción de dicho reino comenzó como una simple revuelta
y se sumio en una espiral de violencia que sacudió toda la
zona, fragmentando la unidad duramente conseguida y final-
mente abocando a la dinastía D’n y su reino a la perdición.
Recientemente la faz política de Spira ha sufrido un terrible
vuelco, pero para comprender eso se hace necesario expli-
car como se configuró el mundo tras la caida de los D’n.
Las grandes ciudades de Spira no respondían ante ningún
rey soberano común, cada una de ellas dictaba sus normas y
las hacía cumplir con sus propios métodos y justicia; son, en
toda regla, ciudades-estado.
Los enanos poseían una sola ciudad remarcable en la superfi-
cie. Solo de una se conocía la entrada y solo en una había edi-
ficaciones exteriores donde los mercaderes y viajeros podían
tener acceso. La Ciudad Abierta, la llaman los enanos, y así
es conocida por las otras razas. Las ciudades enanas bajo las
montañas son desconocidas para las otras razas, nada se sabe
de su gobierno o independencia, se desconocía si rendían
culto a un único rey o soberano, o si cada una se gobernaba
con libertad, como sucedía en la superficie. A día de hoy, tras
la guerra de reconquista de Tharas D’n Urak los enanos han
revelado al mundo algo de su compleja jerarquía cuando para
encarar a las tropas elficas surgió un Rey Campeón, pero no
entraremos ahora en los detalles de la vida política de los
clanes subterraneos.
Sobre la superficie hubo, y hay, cuatro notables ciudades ha-
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bitadas por elfos, aunque tres de ellas estan en lo profundo
de los bosques y para algunos resulta complicado llamarlas
ciudades desde la perspectiva humana para dicho termino.
Pero por su tamaño, población, gobierno e importancia de-
ben ser consideradas como tales.
Durn está al norte, en los bosques más fríos, acomodada en
las colinas rodeada de densos y cuantiosos bosques. Ygast
está perdida en el Bosque Grande, una ciudad muy poco fre-
cuentada por gente de otras razas, pues los elfos no permiten
a cualquiera acceder a ella. Lotha es la tercera, situada en una
frondosa selva, es un lugar humedo y calido, poco acogedor
para los visitantes no acostumbrados a su ambiente.
Albion es todo lo que se puede esperar de una ciudad, sus
calles estan pavimentadas y sus muros son los que antaño la
guardaron; la guerra civil que hizo caer a la casta de los D’n,
antiguos gobernantes de Spira, no pudo derribar las murallas
de su capital. Albion sigue habitada dos mil años después de
su caida, recuperando su esplendor. La población había sido
principalmente élfica, pero se estaba abriendo, con numero-
sas discusiones al respecto entre su gobierno, a las distintas
razas. El contacto entre las ciudades elficas debido a la dis-
tancia era escaso pero el gobierno de Albion había declara-
do abiertamente el deseo de recuperar la grandeza de Spira
unificando al pueblo elfo. Con el regreso de la dinastía D’n
estos deseos de unidad y gloria recobrada iban a verse terri-
blemente satisfechos.
Los medianos solo poseían una ciudad que se pudiera decir
perteneciente a su raza, Cerroalto era un lugar prospero, su
agricultura abundante y su industria creciente. Los medianos
convivían en muchas de las ciudades humanas cercanas a la
suya sin mayores problemas, siendo una raza afable y dificil-
mente vista como amenazadora por los demás la integración
de estos pequeños seres era casi total.
Los humanos habían fundado tres grandes ciudades, y un
buen número de pequeñas poblaciones indignas de ser com-
paradas con el resto de las existentes en Spira y que en mu-

chos casos estaban sujetas a la autoridad de alguna de las tres
ciudades que estuviera cercana.
Lutarg tomó el nombre de su fundador, un antiguo noble
de Spira, fue uno de los humanos que apoyó el alzamien-
to contra los D’n. Fue por mucho tiempo la mayor ciudad
de los humanos, situada en la costa, muy cerca de Babilonia
mantenía relaciones amistosas de comercio y respeto mutuo
con ella.
Aunque afectada por graves desavenencias con otra de las
grandes ciudades humanas; se trata de Toros, más conocida
por la Ciudad Mercenaria. Los ejercitos de Toros se ganaron
fama durante casi mil años por alquilar sus servicios en los
conflictos de otras ciudades, y buena parte de la población
aspira a formar parte de este ejercito, los que no lo consiguen
suelen vagar por ella como mercenarios libres. A pesar de lo
que esto parezca sugerir el orden
en Toros era total, estricto y sus
leyes eran duras y rápidas. Aventu-
reros de todo el mundo acuden a
Toros buscando ser admitidos en
este ejercito de élite, pero pocos lo
logran. Además la ciudad cuenta
con excelentes recursos mineros
en las montañas cercanas, recur-
sos que Lutarg ambiciona, de ahí
la disputa pues aunque los terrenos
mineros están geograficamente
distantes contaba con poder reali-
zar un transporte maritimo de las
mercancías, pero Toros tomo mi-
litarmente las montañas, impidien-
do el acceso a las vetas de mineral
bajo una reclamación territorial sin
precedentes en la historia de las
ciudades estado de Spira.
Antia era la tercera en discordia,
aunque alejada de la posición de
Toros y Lutarg no estando inmersa
en sus disputas si se vio obligada
a mediar entre ellas puntualmente.
Antia era un lugar mucho más sor-
dido de lo que su elegante aspecto
hacía pensar al recien llegado, el
gusto por los placeres refinados
de su nobleza permitió el auge de
locales que ofertan todo tipo de
bienes, siendo este libre comer-
cio la caracteristica más reseñable
de la ciudad. Antia era la sede del
Colegio de Hechicería, una orden
con potestad en asuntos magicos
en toda Spira… con sus mas y sus
menos.
Los Gryx no contaban con nin-
guna ciudad propiamente dicha…
antaño fueron una raza de escla-
vos… antes de eso habían sido libres y se dice que realmente
fieros guerreros, que su gente llego a Spira como invasores
y que casi acaban con los D’n a su llegada. Sea como fuere
el alzamiento de los esclavos gryx fue lo que originó la caida
de los tiranos elfos, asi que puede que haya algo de verdad
en todo el mito que rodea a su aparición en la región. Esta
pacifica raza poblaba las grandes llanuras al este del Bosque
Grande, habitaban la zona en pueblos de gran tamaño o al-
deas, pero nada comparable a las ciudades de las otras razas.
Aún asi muchos de ellos vivían en Toros o Lutarg, podían
verse gryx afincados en casi cualquier sitio y con cualquier
dedicación pero nunca en las ciudades elficas, ya que el
largo sometimiento de su pueblo es algo que tras
dos mil años no había sido olvidado.
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Existía una ciudad más… una ciudad que no se podía decla-
rar perteneciente a ninguna raza pues su población esta ba
mezclada de tal modo que esto era por completo imposible.
La mayoría de mestizos visto por Spira eran originarios de
esta ciudad, y aunque en ella su presencia era natural y nadie
les miraría dos veces por ello no sucedía así en el exterior
donde eran motivo de extrañeza, incluso rechazo. Babilonia.
fue la mayor ciudad de Spira, mayor incluso que Albion o
que Lutarg… en sus calles se apiñaba gente de todo tipo y
motivaciones, su extensión era enorme, asentada en la costa
era el centro del comercio de la región y todas las cosas im-
portantes sucedían en Babilonia.
Debido a este comercio fue que comenzó a crecer y gracias
a su excelente posición estrategica perduró de forma libre
y sin ser tomada durante muchos siglos. En esta ciudad es
donde se creo el Gremio de Héroes, y donde principalmente
operanban sus miembros. A pesar de que el nombre pueda
llamar a engaño este gremio no estaba formado por aventu-
reros con aires de grandeza ni afán de salvar el mundo, sino
por soldados mercenarios, hombres de armas y magia muy
capaces. Los servicios de un Heroe no resultaban baratos,
pero normalmente uno solo de ellos era capaz de acometer
los encargos más complicados. Por supuesto siempre había
novatos a los que encargar las más sencillas… los Heroes
estaban contemplados por la ley de Babilonia, y por sus ac-
tos durante uno de sus trabajos respondía directamente el
contratante, asi que aunque los Heroes aceptasen cualquier
trabajo era bueno pensar si sería prudente hacer dicho encar-
go. Esta particularidad de sus leyes era uno de los rasgos mas
llamativos de una ciudad que tenía mucho más que ofrecer.
El regreso de Tharas D’n Urak fue para unos una bendición
y para la mayoría una terrible maldición. Este noble elfo, per-
teneciente a la dinastía gobernante había vendido su alma a
un poder terrible, pacto con un dragón ancestral, una bestia
que en nada se parece a los sencillos, aunque letales, drago-
nes que pueblan la faz de Spira, era una bestia de magia y
maldad que le ofreció al ambicioso elfo poder sin igual para
hacerse con el trono. Tharas fue detenido, pero no pudo ser
destruido, el pacto protegía su cuerpo y alma de un modo
nunca visto. Mediante un complejo ritual que se cobró la vida
de sus ejecutantes el cuerpo del elfo fue encerrado en una
prisión mágica, oculta bajo su propia residencia, ya abando-
nada, y su alma y poderes mágicos sellados en talismanes que
debían ser protegidos por separado por las distintas razas.
Un mal tan terrible como Tharas D’n Urak debía ser guarda-
do por siempre, por todos.
Pero los siglos pasaron y la guardia se debilito, pocos sabían
del mal que realmente guardaban y muchos amuletos acaba-
ron en manos de gente que no sabía nada de su poder. Pero
los seguidores de Tharas no desaparecieron, en su vileza fue-
ron mucho más organizados y eficientes que sus detractores
y pasaron los siglos, recuperando los talismanes y destruyen-
dolos, devolviendo con cada talisman un poco de su
alma y poder al mago elfo, que yacían prisionero en
un lugar para ellos desconocido en la es-
peranza de que con el último medallón
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nada pudiera retenerlo.
El azar quiso que una pareja de aventureros corrientes, un
humano de los clanes bárbaros conocido como Noigel Wan-
derlust de insaciable lujuria y sed de aventuras, y el elfo nor-
teño Aenarion, un joven mercenario lacónico y que siempre
esperaba lo peor, tropezaran en su busqueda de tesoros con
la prisión de Tharas.
El poder del elfo aún era insuficiente para liberarse pero in-
cluso desde su prisión, una vez reanimado por la ruptura del
primer talisman, había estado tejiendo sus poderes, filtrando-
los a través de la magia que le sellaba. Había ido filtrando su
poder en un diario que había en la casa, un diario que le per-
tenecía y que planeaba emplear para obtener la libertad. Pero
su plan se precitipo cuando por accidente Aenarion cayó so-
bre la celda mágica, y esta, inesperadamente, absorbió al elfo
a su interior. Ahora había dos prisioneros, pero la celda no
estaba diseñada para retener a cualquiera, era un ritual muy
especifico y con un aliado armado y dotado de magia Tharas
vio como su plan se facilitaba enormemente.
Con sutileza indicó al elfo la única forma de salir, romper un
sello que no sería nada dificil, pero que él no podia tocar. A
pesar de lo peligrosa que sonaba dicha afirmación Aenarion
no quería morir en aquel espacio sellado, un extraño lugar
sin espacio ni tiempo e hizo lo que le decía. Con ello atrajo
al mayor mal que Spira hubiese visto jamás de vuelta a su
superficie.
Tharas pagó los servicios del elfo dejando con vida a este
y su compañero humano tras obtener de ellos el diario con
parte de sus poderes, pero pronto se vio que su generosidad
no duraría mucho. Regresando a Albion se hizo con el go-
bierno de la ciudad al instante y comenzó a perseguir a sus
enemigos politicos entre los suyos, a contactar con el culto
que le idolatraba para apresurar la recolección de los talis-
manes faltantes y a preparar su venganza contra los gryx y
Babilonia a los que consideraba culpables de la caída de su
dinastía y la suya propia.
No tardo demasiado tiempo en recobrar hasta el último ta-
lismán, en dar con lo últimos guardianes de estos sellos y del
ritual y exterminarlos a todos y cada uno de ellos mediante
sus secuaces. En poco tiempo los últimos descendientes, los
últimos seres vivos conscientes de quien fue Tharas, como
se le detuvo y como volver a hacerlo habían sido extermina-
dos. Tharas manifestó entonces sobre la ciudad de Babilonia
que representaba la unión de razas que él aborrecía al dragón
negro, la criatura mágica con la que había pactado y con el
poder de ambos nada pudo detenerle. El ritual se perdio en
manos de un discipulo gryx que no quiso o supo hacer uso
de él, en medio de traiciones, asaltos y violencia la ciudad de
Babilonia, inexpugnable e inconquistable fue arrasada.
Tharas mató a todos los que n pudieron huir y decretó que
las ruinas de Babilonia quedarían abandonadas como mues-
tra de lo que hacía a sus enemigos. Hoy, casi un centenar
de años despues
la ciudad sigue sin
habitar, frecuenta-
da en secreto
por saqueadores y
aventureros, pues
en las ruinas de la
ciudad aún quedan
los grandes tesoros
del Gremio de He-
roes así como de los
muchos nobles que
allí habitaban.

En seis días su cul-

to de adoradores
destruyó y saqueo
la mayor ciudad de
Spira, y tras esos
días de depravación,
violencia y saqueo el
elfo volvió su vista a
los suyos. Su gente
se había dividido,
lugar que les corresponde, como siervos y humildes vasallos.
degradado y rebajado a convivir con los humanos y otras
razas inferiores. Tharas D’n Urak no podía concebir que su
A raíz de esta anexión muchos medianos abandonaron su
raza se convirtiera en menos de lo que debía ser y volcó sus
ciudad y ahora pueden encontrarse mayor cantidad de ellos
esfuerzos en unificar a los suyos, pasando por alto a las otras
entre las ciudades humanas. Lutarg y Toros, a pesar de sus
razas, a las que siempre ha considerado inferiores, mientras
disputas se vieron obligadas a aliarse en una coalición de-
iniciaba una cruenta guerra desde Albion. Los elfos de Durn
fensiva, su intención era retomar la ciudad de Babilonia para
se habían vuelto independientes en demasía, los salvajes el-
controlar la costa y una franja de terreno unificada pero des-
fos de Lotha negaban la supremacía D’n y en Ygast muchos
cubrieron que la ciudad estaba poblada de forma inexplica-
preferían pasar desapercibidos ante las otras razas. Albion
ble por una cantidad imposible de bestias y monstruos nunca
negó el paso a otras razas, se volvió una sociedad incluso
vistos. Aunque ellos no lo sabían eso era obra de Tharas,
más cerrada, eliminando de su gobierno a todo aquel que no
que con su magia dispuso que Babilonia nunca pudiera ser
abogara por una total supremacía elfica.
recobrada.
Ygast fue sometida con escasa violencia, en su mayor parte
Los enanos en su mayoría se aislaron en las ciudades subte-
acabaron sometidos mediante la manipulación, Tharas do-
rraneas, evitando involucrarse en la guerra, mientras que los
blegó las voluntades de sus lideres mediante la persuasión, el
gryx se alzaron con violencia asegurando que antes verían
engaño o la amenaza... pero cuando el este de su reino estuvo
a toda su raza extinta antes que volver a ser esclavos de los
aseguro volvió la vista a los despreciables sureños. Los elfos
elfos.
salvajes de Lotha habían caido a sus ojos en una forma de
Los gryx se alzaron por toda la región, ante la creciente re-
vida a la altura de la humana, vulgar, baja... sin valor. Pero la
presión élfica. La pacifica raza de campesinos y artesanos
guerra en la selva no fue sencilla, y los elfos de Durn pudie-
sintió hervir su sangre guerrera ante un enemigo ancestral
ron reforzarse mientras sus hermanos en la selva combatían
que les consideraba esclavos natos. Los gryx arrasaron los
duramente a un enemigo demasiado poderoso.
campos en las llanuras cerca de Albión donde habíane esta-
do habitando, endureciendo la guerra que los elfos tenían en
Lotha fue tomada, finalmente, tras una guerra de varios años,
marcha en el norte por la falta de suministros en su camino.
mientras el frente en el norte ya había entablado los primeros
Los convoyes de suministros eran atacados, y no había donde
combates. Durante esta guerra las restantes razas fueron tan
reponer alimentos, no había donde descansar pues los gryx
solo daños colaterales para los elfos. Albión anexionó rápida-
atacaban a los ejercitos D’n allá donde estuvieran. Esto obli-
mente por la vía militar a Cerroalto, que supuso un punto de
gó a replantear la guerra en el norte cruzando las montañas
suministros ideal para su guerra en el sur y la ciudad de Antia,
a través de las tierras de los clanes barbaros, que sufrieron
sabiendo el riesgo que corrían, juró lealtad como ciudad va-
la vengaza de los ejercitos élficos en su paso por las
salla al Imperio D’n, como se hacía llamar ya el gobierno de
montañas.
Albion. A pesar del desprecio que siente Tharas por las otras
razas no busca su exterminio, se conforma con situarlas en el
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La acción de los D’n en las montañas obligó a los enanos a
actuar pues los elfos estaban demasiado cerca de encontrar la
entrada a muchas de sus minas y ciudades. El Rey Campeón
es un cargo que se entregaba al lider del clan más poderoso
escogido por el consejo de sabios gobernante en las cuevas
enanas, durante el tiempo de guerra el Rey Campeón se vuel-
ve el gobernante absoluto de la raza enana. Esto se descubrió
con su aparición en la superficie, el Rey Campeón era Zoltan
Brodermoum, y fue su ejercito el que bloqueo en el helado
norte a las fuerzas D’n impidiendoles cruzar la estepa hacia
Durn. Los elfos de Durn lucharon junto a los enanos, y final-
mente, firmaron un armisticio. Había sido una larga decada
de enfrentamientos durante la cual Albion habia tomado el
control de Ygast, Lotha, Cerroalto, Antia y buena parte de
los territorios al oeste de Albión, las montañas de los clanes
barbaros y el norte helado. En el norte crearon la ciudad de
Atharun, que comenzó como un asentamiento militar du-
rante la larga guerra y tras la paz se mantuvo como amenaza
vigente a los elfos del norte. Tras más de ochenta años la
ciudad se ha convertido en tal por derecho propio en un lu-
gar inhospito donde los humanos barbaros son una ame-
naza constante en busqueda de venganza por agre-
siones del pasado y la relación con los ena-
nos no solo se ha enfriado, sino que se
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ha afilado con el clima y los años.
En las selvas del sur el suceso ha sido el inverso, los elfos
disidentes de los D’n han abandonado la ciudad y viven en la
clandestinidad en la selva que conocen tan bien, continuando
a día de hoy una actividad guerrillera de fondo.
En las proximidades de Babilonia la población se repartió
entre los diversos asentamientos circundantes, propiedad de
los nobles de la ciudad, que ahora se autogobiernan sin nin-
gun poder centralizado, olvidandose de los elfos para discutir
entre ducados, baronías y condados quien es dueño de cada
franja de tierra. Cada noble puede demostrar que su antepa-
sado estaba en el gobierno de Babilonia cuando sucumbio,
o que estuvo más años que otros, o que fundó la ciudad...
ahora que la ciudad no existe el derecho a nombrarse here-
dero de Babilonia o posible fundador de una nueva ciudad
está haciendo más por fragmentar a la ciudad libre de lo que
podrían haberlo hecho la caida de sus muros.
 Idiomas

Existe un idioma común que se habla por toda Spira, a causa
de que era el idioma oficial del antiguo reino y todas las dis-
tintas razas se comunicaban en él. Este idioma es conocido
como spirano y deriva del elfico hablado por los D’n, gober-
nantes del Reino de Spira, aunque simplificado y modificado
por el paso del tiempo.
Este idioma original era conocido por D’nspira y aún se em-
plea en Albion por los elfos nativos. Este idioma se ha man-
tenido mucho más fiel al original y su evolución ha tomado
otros derroteros con lo cual se ha distanciado aún más del
spirano contemporaneo.
Ygast y Lotha emplean el mismo lenguaje al que llaman Dria-
no es este un idioma dificil de aprender pues no solo se basa
en palabras sino en las distintas inflexiones de la voz y tonos
de silbido, a los extranjeros suele chocarles al inicio por su
fuerte musicalidad.
en Spira ni en estructura ni fonetica, lo cual refuerza la idea
de que estos eran en su origen una raza extranjera con afan
invasor. El nombre que le dan a su lengua es Han-go.
Los humanos de Antia hablan antiano un dialecto con dis-
tinta escritura pero identica pronunciacion al otro idioma hu-
mano. Su estructura ha variado ligeramente con el paso del
tiempo pues ha evolucionado de forma independiente y no
todas las palabras se acentuan igual y algunas han desarrolla-
do significados diferentes lo que lleva a confusiones pero es
bastante comprensible para el resto de humanos, excepto su
lectura, que difieren por completo en alfabeto y disposición
de conceptos, la escritura de este idioma no responde a los
mismos parametros de la lengua hablada y por tanto dificil-
mente es entendible para los hablantes de korgano el idioma
original del Korgus, el más antiguo asentamiento humano,
hoy destruido y perdido su emplazamiento del recuerdo de
las razas.

En Durn se emplea el Durnico, una variante local y muy

personal del driano, idioma que originalmente hablaban los
elfos que llegaron a poblar la zona, mucho menos musical
y directo, más sencillo e incluso según algunos hablantes
de driano - que practicamente no pueden comprenderlo de
ningun modo en base a su propio idioma -, tosco, pero tam-
bien más facil de aprender.

Los enanos tienen un solo idioma propio, lo llaman Rungar,

el nombre del lingüísta que recopiló la normativa de su com-
pleja habla en los manuales que actualmente emplean en la
enseñanza. Hay una gran variedad de dialectos y acentos en-
tre los enanos, que hacen sospechar a las otras razas que el
submundo enano es muy amplio.

Los medianos hablan Cerreño. Anteriormente había varios

idiomas medianos con origen impreciso, el cerreño era el
nombre del idioma de los medianos del Cerro, zona que fue
ganando importancia y absorbiendo a las aldeas menores
de su alrededor hasta formar la ciudad de Cerroalto.

Los gryx hablan un idioma que en nada

7 se parece al resto de los hablados
8
 Religión
Humanos Otros lugares
Aunque todos los humanos tienen algunos dioses comunes
cada ciudad tiene mayor devoción a uno u otro, incluso sus
propios dioses, mientras que las zonas más aisladas siguen
con sus ritos tradicionales o dioses completamente descono-
cidos entre las gentes de ciudad.
Los humanos veneran a Yllianna, la diosa Madre de su raza,
según la tradición es quien trajo a su raza a este mundo. Otro
de sus dioses principales es Oltan, Señor Supremo de los Cielos,
junto con Yllianna son los dioses supremos de su panteón.
Mara es la Diosa de los Campos y la Fertilidad, Korgo - del que
deriva el nombre de la antigua ciudad de Korgus - es el dios
de la Guerra y la Conquista, Klaathar es el dios de la Moneda y la
Riqueza y Alara es la diosa de la Vida y la Muerte. Estos son los
principales dioses humanos, aunque existen muchos otros
menores.
Antia
En Antia se rinde especial culto a Mara y Klaathar. Mara
además es recordada siempre junto a Silia, señora de los Place-
res y a Bon señor de lo Exquisito, dioses menores muy venera-
dos en la capital de los placeres, como es Antia. Tambien se
venera a Zhara, Dadora de la Magia, pues según las tradiciones
humanas es ella quien arrojo la magia al mundo mortal.
Lutarg
El culto de Oltan y de Ylliana es el principal en esta ciudad,
aunque se respeta especialmente a Jun de la Justicia y Verdad,
patrón de la ciudad.
Toros
La ciudad Mercenaria rinde culto a todos los dioses, con pre-
dileccion por Klaathar y Korgo. Además los señores de la
ciudad ofrecen siempre sus plegarias a Alara, pues como
guerreros que son saben que ella es quien decide en buena
parte sobre cuando llegará su día.
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Existen muchas religiones menores... las gentes de los clanes
salvajes adoran a espiritus totemicos, como el Gran Oso en
los bosques, o al Lobo Blanco en el norte... las gentes de las
colinas piden a sus ancestros protección, y las gentes de los
campos suele rezar casi en exclusividad a Yllianna y Oltan.
Elfos
Los elfos profesan su respeto a la naturaleza, y a los dioses
que la personifican.
Llaman Gaia a la Madre de Todo, la que dio origen a toda la
vida. Luego rinden culto a Urus, el invierno, Laila, la prima-
vera, Chiara, el verano, y Erron, el otoño. Para los elfos estos
son los señores y damas de las estaciones, que hacen posible
la vida que Gaia les regaló. Este es su panteón principal, aun-
que muchos otros aspectos naturales están representados.
Albión
Albión mantiene el culto a los cinco dioses principales, los
aspectos menores de la naturaleza no suelen ser reverencia-
dos en esta ciudad. el primer D’n fue deificado, considerado
un elegido por Gaia para dominar su creación, y con el nom-
bre de D’n señor de Spira, se le rinde culto en Albión, único
lugar donde se le venera, por cierto. Actualmente Tharas ha
declarado la religión de Albión como el culto oficial de la
raza élfica, así como de las otras razas sometidas, y eso inclu-
ye, por supuesto, su posición como Tharas, Dios Emperador.
Durn
En los frios bosques de esta región se respeta especialmente
a Urus y a Chiara. Laila y Erron pasan brevemente por alli,
y aunque el rebrotar que trae Laila es importante es el calor
de Chiara el que permite a los elfos de Durn realizar muchas
de sus actividades importantes antes de que los hielos regre-
sen. Shiva, dama del Hielo y Kryn señor de las Tormentas, son
igualmente recordados.
Ygast costumbres en cada una pero cada una de ellas esta dedicada
En los bosques de Ygast Laila es la diosa más venerada tras a su dios.
Gaia. El esplendor que sus bosques muestran en primavera
cautiva a todos sus habitantes y de este modo le rinden culto. Gryx
Ista y Mersus son la pareja que los elfos asocian a la fertilidad
y el florecimiento, y en primavera son muy celebrados. Suele La religión de los Gryx, si es que tenían algo más elaborado
ser el motivo de que la mayoría de elfos de Ygast nazcan en de la que ahora profesan se perdio durante su epoca de es-
invierno... clavitud. Los Gryx veneran a sus ancestros, les rinden culto y
los honran para que se sientan orgullosos de ellos, y puedan
Lotha permanecer satisfechos en el otro mundo. Así mismo con-
En las selvas se venera a los cinco dioses, pero siendo una sideran que la naturaleza está repleta de espiritus, y todos
sociedad poco dada al cultivo y más bien recolectores y ca- ellos son importantes. Estos espiritus no son nombrados de
zadores veneran mucho a algunos aspectos menores, como ninguna forma especial, aunque veneran como señores de
a Talen señor de las Bestias, al que honran para que la caza sea estos espiritus al Sol y la Luna. Cada grupo local de gryx
abundante en la región o a Mirana, señora de las Aguas, pues suele venerar a los espiritus de su zona, para que les permitan
la pesca y el agua dulce son un bien importante en este lugar. tener una vida plácida en ese lugar, las tierras sean fertiles, los
inviernos suaves, etc. Es una religión sencilla y sin grandes
Enanos ritos, solo repleta de respeto a la naturaleza y al espiritu de
los muertos.
Los enanos veneran a dos dioses, Mathu y Perrn, según su
teología esta pareja son los padres de la raza enana, ellos les Recientemente han aparecido o resurgido ritos guerreros,
llevaron a su lugar bajo la tierra y les enseñaron cuanto de- donde los gryx invocan a sus ancestros para que les acompa-
bían saber. Los enanos son el resultado final de la experi- ñen a la batalla. Así como a los espiritus de la zona para que
mentación de los dioses -pues todo artesano debe aprender a les imbuyan de su fuerza.
base de pruebas- y el resto de razas imperfectas son muestra
clara de que los enanos son la obra cumbre y definitiva de los
dioses. La vida religiosa enana no es muy compleja, se basa
en esfuerzo y dedicación constante a los deberes, respeto a
los padres y mayores -que están más cerca de Mathu y Pe-
rrn- y buscar el perfeccionamiento de tu tarea, igual que ellos
buscaron crear de la mejor forma a los enanos. La Ciudad
Abierta fue un hecho religioso, decidieron crear una ciudad
donde permitir al resto de razas tener contacto con ellos,
aunque no les sea posible visitar las cavernas, ya que los dio-
ses reservaron ese lugar sagrado para su mejor obra, es decir,
los enanos.

Medianos
Los medianos son bastante sencillos, aunque también bas-
tante particulares, y cada zona suele ser bastante indepen-
diente en cuestiones de religión. La aparición de Cerroalto
extendio un poco sus creencias y unificó la religión mediana.
Esta se basa sobre todo en fiestas populares de hechos agri-
colas y ganaderos... los eventos como la cosecha, la siembra,
la recolección tienen asociado un caracter religioso. Aparte
de estos eventos que se ven como una muestra de benevo-
lencia divina los medianos rezan a un solo dios al que no dan
un nombre concreto, ya que nunca se les ha aparecido para
comunicarselo. Aún así le honran como medida de respeto
y precaución.. No tienen muy claro si es hombre o mujer
o se le puede catalogar con cualquiera de los dos, lo que si
está bastante claro es que todo el mundo, arboles, animales
y demás, funcionan de una forma unida, relacionada... y por
fuerza eso debe ser obra de una sola deidad, ya que si muchas
fuesen responsables cada cosa iría a la suya... de otra cosa
no sabran, pero los medianos saben lo que cuesta ponerse
de acuerdo. En cada región las fiestas difieren un poco y las 10
 Razas
Humanos
Apariencia
En Spira se pueden encontrar humanos de todo tipo, el tono
de su piel varía desde el más palido de los pueblos fríos del
norte a los más oscuros de la gente de las zonas calidas, hay
pueblos con apariencia oriental de nuestro mundo, y en mu-
chas ciudades se encuentran todos mezclados, pues hace si-
glos que se mezclan entre si, ampliando aún más el espectro
cromatico de sus pieles.
Sus ojos son de cualquier color natural aunque el mestizaje
con otras razas deja rasgos propios de otras especies en hu-
manos en apariencia puros.
La estatura de los humanos tiene una media de 1’70 m para
los hombres y 1’60 m para las mujeres.
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Longevidad
Los humanos de Spira son algo más vitales que el humano
medieval medio, debido a que la magia que corre por el mun-
do ha mejorado su salud y el tratamiento de enfermedades.
La esperanza de vidaes de unos 95 a 100 años.
Cultura
Los humanos pueden tener casi cualquier cultura, urbana y
rural son las más comunes.
Hay clanes menos civilizados en zonas del Bosque Grande,
tribus casi desconocidas en las selvas del sur y barbaros con
ganadería trashumante en el frio norte.
 Elfos
Apariencia
Los elfos de Spira son estilizados y de apariencia bastante
hermosa a los ojos humanos. Su tono de piel es similar al
humano, aunque entre ellos no hay ningun grupo de piel
dorada... por el contrario los hay de tonos más grisaseos y
azulados.

Los ojos suelen ser almendrados, más rasgados que los hu-
manos, de cualquier color natural, aunque la intensa magia
que naturalmente puebla a esta raza les da tintes peculiares
en ocasiones. Sus orejas son largas y llamativas.

Los elfos son ligeramente más altos que los humanos, con
una media de 1’85 m para los hombres y 1’75 para las mu-
jeres.

Longevidad
Los elfos tienen la mayor longevidad de Spira, son una raza
paciente lo cual le ayudo en la extensión de sus dominios
durante la creación del reino. La esperanza de vida de un elfo
es de unos 600 años.

Cultura
Los elfos de Albion tienen una cultura urbana, no hay bos-
ques cercanos pues la ciudad se erigio como simbolo del rei-
no para su control y administración, siendo esto más facil en
un entorno urbano que en los bosques donde tradicional-
mente vivían los D’n.

Ygast y Durn tienen una cultura integrada en el

bosque a pesar del gran tamaño de estas ciudades
y su importancia, no tienen una estructura pro-
piamente urbana.

Lotha está oculta en la selva e integrada en esta

igual que los elfos comunes habitan los bosques,
aunque su forma de ser puede parecer más primi-
tiva, sobre todo a los ojos de los elfos más “civi-
lizados”.

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 Enanos
Apariencia
Los enanos son de corta estatura y robustos, anchos hom-
bros y gesto rudo. A pesar de su apariencia hosca suelen ser
bastante afables y dados a la diversión, sobre todo con bebi-
da de por medio. A pesar de la creencia popular las mujeres
enanas no tienen barba... lo que sucede es que son tan solo
menos de un tercio de la población y no suelen ser dadas a
la aventura, de modo que no abandonan habitualmente las
cavernas.

Suelen ser de ojos oscuros, su piel es clara, y sus orejas de

tamaño humano acaban en punta.

Los enanos son pequeños y robustos, la estatura media de un

enano varón es de 1’40 m siendo la media para sus mujeres
de 1’35 m.

Longevidad
La longevidad enana es bastante destacada, su esperanza de
vida está en torno a los 300 años.

Cultura
La cultura de los enanos es subterranea incluso aunque ha-
yan nacido en la Ciudad Abierta, ya que tienen acceso habi-
tual a los reinos ocultos de los enanos, donde son criados y
educados.

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 Medianos
Apariencia
Los medianos son de corta estatura como los enanos, incluso
algo más bajos, pero sus proporciones son más delgadas y si-
milares a las humanas. Los medianos jovenes pueden parecer
niños humanos ante una mirada distraida.

Su tono de piel suele ser claro, pero también hay tonos más
oscuros, aunque no tanto como en los humanos. Sus ojos
pueden ser de cualquier color natural.

Los medianos tienes una estatura media de 1’10 m en los

variones y aproximadamente 1 m para las mujeres.

Longevidad
La esperanza de vida mediana es notablemente más larga que
la humana, pero no tanto como la de otras razas, siendo de
alrededor de 130 a 150 años.

Cultura
La cultura tradicional de los medianos es principalmente ru-
ral, acostumbran a vivir en villas y aldeas, e incluso Cerroalto
era una ciudad más parecida a una gran suma de villas que a
un entorno urbano.

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 Gryx
Apariencia
Esta raza de rasgos algo brutales causa notable impresión,
por sus colmillos, cuernos y rasgos atemorizantes. Aunque
alguien señalo similitudes con los orcos estas no van más alla
de un parecido muy superficial.

Sus pieles son de la misma variedad cromatica que las huma-

nas, pero siempre algo más oscuras, nunca tan palidas como
pueden llegar a ser las de otras razas. Sus ojos suelen ser
oscuros, en raras ocasiones de colores claros, como el azul
o el verde.

Los gryx son muy corpulentos y de gran estatura, la media

entre los hombres es de 1’90 m y en las mujeres tan solo se
reduce escasos centimentros, hasta el 1’85 m.

Longevidad
Su longevidad es similar a la humana, aunque durante el lar-
go tiempo como esclavos esta se redujo mucho y hoy en día
la raza aun acusa una esperanza de vida algo más reducida,
rondando los 90 años.

Cultura
Los gryx viven en algunas ciudades de otras razas y en Babi-
lonia, pudiendo tener la cultura Urbana, y en zonas de gran-
jas y pastoreo, sin ninguna ciudad propia pudiendo acceder
a la cultura Rural o de Colinas (underhill) según la zona y
costumbres que siguiese su aldea.

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 Las Naciones Barbaras
Los pueblos bárbaros de la región tuvieron su momento de
mayor esplendor tras la caída del reino élfico de Spira, duran-
te la época de caos donde las razas guerreaban por un trozo
de tierra que arrebatar al imperio, las tribus bárbaras bajaron
de las montañas y salieron de los bosques para reclamar su
parte del pastel. Durante siglos los humanos bárbaros habían
estado puestos a raya por la dinastía D’n, su falta de organi-
zación y su pequeño número no les hacia una amenaza para
un gran reino, pero cuando todo se desmoronó las ciudades
de pequeño tamaño, poblados y demás formas de “civiliza-
ción” no tenían medio de evitar los saqueos, violaciones y
destrucción.
Fue durante los primeros cincuenta años desde la Rebelión
Gryx y el Alzamiento de Babilonia que la mayoría de empla-
zamientos de elfos fueron destruidos y saqueados, junto con
muchas otras poblaciones de humanos y alguno de los me-
dianos. Las diferentes tribus salvajes se expandieron por toda
Spira, creando lo que los historiadores han pasado a llamar
las Naciones Bárbaras.
Este fenómeno está lejos de pasar por la constitución de rei-
nos, pero podrían considerarse naciones al uso, por la forma
que adoptaron. Las tribus al saquear y anexionar tierras a
lo que ellos consideraban su terreno, ampliaron su influen-
cia y formación, asimilando patrones culturales externos.
Las zonas más rurales y pobres no eran de gran interés para
el saqueo, en cambio sus conocimientos sobre pastoreo y
agricultura fueron de vital importancia para las tribus, ac-
tualmente cazadoras-recolectoras, determinando que tribus
se impondrían sobre otras llegado el momento.
Se creo una jerarquía tribal, esto ponía a unas tribus bajo el
control de otras, a otras las enfrentó y a otras las alió, que-
dando buena parte del norte de Spira y de los terrenos alre-
dedor del Bosque Grande y la selva de Ygast bajo el dominio
de las culturas bárbaras.
Otro de los factores que resultó determinante en esos
cincuenta primeros años fue el acero. La
llegada de los gryx mucho tiempo atrás
17 descubrió su uso a una región que se defen-
día con bronce y hierro encantado, pero hasta que los gryx
no fueron esclavizados el acero no fue un secreto domina-
do por los herreros élficos, que en cuestiones de orfebrería
superaban a otras razas, pero en el arte de la guerra confia-
ban en su magia para encantar armas de madera y hueso.
El secreto del acero se guardó por los gobernantes durante
unos trescientos años, tras lo cual fue imposible para ellos
evitar que el resto del reino se hiciese paulatinamente con tal
conocimiento. Para cuando sucedió la revuelta y Babilonia
se escindió del Imperio Spirano declarando su autogobierno
tanto elfos como humanos y medianos conocían a la per-
fección el acero. De los enanos poco se sabía aún, solo que
recelaban de dejarse ver por la superficie, pero lo cierto es
que el pueblo de cavadores y constructores ya dominaba la
forja desde tiempo atrás.
Esto nos lleva a que tan solo las tribus desconocían el acero
; por aquel entonces estaban armados con acero robado o
comprado, pero desconocían su fabricación, lo cual les li-
mitaba enormemente. El Clan del Gran Oso fue el primero
en conseguir tal secreto, y cuando todas sus puntas de lanza
y flecha, las hojas de sus espadas, dagas y hachas estuvieron
hechas de acero el control de su parte del terreno estuvo
asegurado. Fueron la primera nación bárbara al uso, contro-
lando la región de las montañas al norte del Bosque Grande.
En la región donde ahora los medianos viven en paz surgió
el Clan del Perro Rojo, los medianos no tenían en esa época
objetos de gran valor, pero sus conocimientos agrícolas y
ganaderos permitían a los bárbaros considerarles una buena
fuente de alimentos. Con el tiempo el Perro Rojo considero
más útil criar sus propios animales y cereal, sin perder sus
costumbres de saqueadores, extendiendo sus dominios hasta
la propia Antia, que fue acosada por las hordas bárbaras du-
rante muchos años.
En las islas cercanas a la Ciudad Mercenaria, conocidas ahora
como el archipiélago de Toros, habitaba la tribu que origi-
nó la tercera, en importancia, nación bárbara. El Clan de la
Serpiente Marina dominaba toda la costa, sus conocimientos
náuticos eran sencillos pero eficaces, sus embarcaciones eran
útiles solo en costas, pero veloces, de modo que les permitían
desembarcar, atacar y desaparecer de lugar. Sumaron a peq
ueñas tribus a su control, extendiendo su área de influencia y
de peligro considerablemente.
A medida que la calma iba volviendo en otros frentes fue
posible para las crecientes poblaciones humanas hacer frente
a los bárbaros. La hechicería de Antia fue crucial en aquellos
días, así como la decisión de Babilonia, cuyas gentes defen-
derían sus muros e independencia ante cualquier enemigo
con bravura.
El fin de la última nación bárbara –la del Gran Oso- llego
casi doscientos años después de su conocimiento del acero,
cuando los enanos aparecieron fundando la Ciudad Abierta.
Con todo, el norte del Bosque Grande sigue siendo la región
más salvaje de Spira, inundada de pequeñas tribus, pero el
poderío del Gran Oso no volvió a ser el mismo hasta que
acabaron convirtiéndose en una tribu más, casi sin importan-
cia, casi quinientos años después.
En los casi cien años transcurridos desde la caida de Babilo-
nia los clanes salvajes de hombres han resurgido con fuerza.
El intento de los elfos de cruzar el norte para tomar todo
el norte hizo saltar el espiritu guerrero de los clanes, unien-
dose en algo similar a la nación barbara del Gran Oso bajo
el mando del clan del Buitre Azul, una tribu fuerte y decidi-
da que obtuvo las mayores victorias contra los elfos. Pero el
hecho más destacado de esta incursión en la montaña fue
la aprición de unos clanes de humanos cambiantes, dotados
de la capacidad de exteriorizar en sus propios cuerpos los
bestiales rasgos de sus totems. Se han conocido a dos clanes
de cambiantes, los Colmillos Largos y las Garras Afiladas,
hasta entonces estos clanes habían pasado desapercibidos en
lo más profundo de las montañas, en la vertiente norte, pero
en la guerra contra los D’n se descubrió su existencia y sus
dones místicos. Actualmente es posible ver a algunos de los
suyos viajando por toda Spira, seguramente en la decisión de
conocer más de su enemigo.
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