Sei sulla pagina 1di 22

c   

  
 
  
j  
  

 

 

 


Las conversaciones con mi padre a través de muchos años revelan cómo los genocidios
suceden invisiblemente frente a testigos éticos. En agosto de 1943, él fue deportado por el
régimen francés de Vichy para hacer trabajo forzado en la construcción de la fábrica
petroquímica IG Farben en Auschwitz. Allí fue reclutado por un grupo de la resistencia.
Sus recuerdos precisos de lo que él sabía o no sabía, y en qué actos de resistencia
participaron él y sus compañeros, demuestran como el terror puede hacer de la
incertidumbre tanto una estrategia de supervivencia, como de resistencia. Mi padre
disecciona interpretaciones múltiples y contradictorias de las motivaciones éticas
subyacentes en actos cotidianos de amabilidad y de traición. Se niega a identificar
claramente a héroes o a villanos, y al final sólo condena a los que estaban en posiciones
de poder, especialmente los líderes aliados quienes tenían el conocimiento y la capacidad
logística para intervenir, pero que en su lugar permitieron que los ³trenes lleguen a
tiempo´. El concepto de Primo Levi de la Zona Verde nos alerta sobre de qué manera la
ð   
   aplasta la posibilidad de la solidaridad humana. ¿Qué
genocidios y Zonas Verdes no vemos hoy?

Artículo:

Durante la mayor parte de mi vida adulta yo he grabado las conversaciones con mi padre
sobre su experiencia como un obrero forzado en el epicentro del Holocausto Nazi en
Auschwitz. Su relato de la vida cotidiana entre los obreros civiles que construyeron las
fábricas que rodeaban el campo de la muerte apoya la bien documentada lección de la
ð  propuesta por la filósofa moral Hannah Arendt²ella misma una
refugiada judía de la Alemania Nazi y después de la Francia de Vichy ²en su análisis de
la mezquina, egoísta pero eficiente racionalización de Adolf Eichmann, el burócrata por
excelencia de la criminal guerra Nazi. Muchas de las descripciones autobiograficas de los
sobrevivientes de campos de muerte documentan elocuentemente lo habitual de las
traiciones mutuas entre víctimas que están presionadas para luchar por la supervivencia
bajo condiciones institucionalizadas de abrumadora crueldad y violencia. Algunos ±
especialmente sobrevivientes mujeres²enfatizan el heroísmo y la solidaridad social que
les permitió resistir a estas condiciones imposibles; otros subrayan el sadismo de los que
están en posiciones de poder; la mayoría entremezclan relatos de solidaridad y sadismo.
La historia de mi padre, sin embargo, también enfatiza la banalidad de la agencia (o
autodeterminación) y del heroísmo.

Cuando le dije a mi padre que estaba escribiendo este artículo sobre él, protestó diciendo
que su experiencia en Auschwitz ³no era nada comparada con lo que sufrieron los
judíos.´ Pero es precisamente la cualidad periférica de su historia que nos puede enseñar
porque los genocidios continúan siendo parte de la condición humana. Su relato
intransigente de la vida cotidiana en los márgenes del campo de la muerte contribuyen a
la comprensión de cómo la violencia anormal y la sistemática institucionalización de la
crueldad quedan ocultas por las rutinas burocráticas y las normas culturales que
administran la jerarquía y el privilegio al nivel local. Lo que es más importante, al
observar cómo mi padre, en buena fe, no logró ver el mecanismo y la magnitud del
Holocausto mientras se develaba ante sus ojos, incluso mientras activamente resistía el
complejo industrial del genocidio Nazi, podemos entender como ha sido posible, en la
mitad del siglo después de los Nazis, que otros genocidios ocurran repetidamente en todo
el mundo. Más sutilmente, su relato sugiere que nos falta la magnitud y los mecanismos
del   
  
  que se devela por todas partes hoy pero que
son rutinariamente poco reconocidos ±para usar el término del sociólogo francés Pierre
Bourdieu (2000) que describe la normalización de las condiciones sociales y opresivas
por ambas partes, las víctimas y los perpetradores, quienes se han convencido que el
privilegio y la jerarquía son naturales e incluso morales.

Mi padre quiere que comience con la aclaración que él no merece ser considerado un
sobreviviente del Holocausto. No estuvo en el campo de exterminación, donde judíos y
gitanos fueron brutalizados hasta morir en el nombre de la limpieza racial. Tampoco fue
un preso político/obrero esclavo destinado a morir, al contrario de Jadwiga Lenartowicz
Rylko, cuya historia de vida es presentada por su hija en este volumen. El (mi padre) fue
un obrero forzado, alojado con otros obreros deportados y voluntarios que huían del
desempleo en una Europa ocupada por los Nazis. El y sus compañeros recibieron
suficiente comida para sobrevivir y salarios con bonos de incentivo: ³Comparado con la
gente que estuvo en los campos de la muerte, Auschwitz era un picnic para nosotros.
Estoy casi avergonzado de estar en el mismo libro con sobrevivientes de verdad, porque
el horror de sus vidas fue mucho mas grande.´ Mi padre también nos recuerda que
aunque el fue deportado (a la fuerza) de Francia a Auschwitz, los alemanes le permitían
salir del campo de concentración los domingos, ³incluso íbamos a nadar en el río
cercano.´ Le preocupa que lo presente como un héroe, porque yo quería enfocarme en su
participación en las actividades de resistencia. ³Simplemente, fui muy afortunado´,
insiste él.

ð


Mi padre enfatiza los límites de la agencia con respecto a las acciones positivas como
negativas, ya sea de resistencia, tolerancia, o colaboración con los Nazis. Las opciones
eran limitadas por chance, y por las capacidades individuales y ³backgrounds´
personales. Cuando él presenta las orientaciones ideológicas de los individuos, enfatiza el
contexto histórico y las cualidades frecuentemente contradictorias y pasivas, sobre-
determinadas por la familia, el origen de clase y las contingencias biográficas. Al mismo
tiempo él identifica cuidadosamente las consecuencias negativas de la fusión del auto-
interés mezquino y la ignorancia idiosincrática entre los que tenían el poder sobre los
otros. Comunica este rechazo del heroísmo de acción individual y de la conciencia
política en su relato de su propio intento para evitar ser deportado a la Alemania Nazi.

c  
 
  
  

  
 

 

  
 
 
  

 




  ! "


#$% 

 
& 
   
 '   ( c 
  )
&  *+
 
  
 ,

 -
 
 )" ! +
  
 


. 
/
   
/ 
"
 

   & c 
   )'    
 )/  

0  
% 


  +     .

 
  .1 
 


 !.
+ 
2 
 
 

 1 3  

 0 

  
 
 & 

41 ! 


1   + 
 

 
  
 

 
 +
  



5  


 
 
*


       +
 .   
.
    & . 
    +


  
*
 
-
 
 11  
 

c  
 !  
  
  
 11   
 +         

  
.  &   

 


 

   



 
 
. 
1
 
 "


 
 
 
1$%.

+ 

 (

     
    
   
 
      
    c3  

 
+
 

+  1
 
 
 
4
 
 1

*  

-


  6
  
 

 


+   1
+
  
 
75 
3

 

 


 

  
  
  
 !
 
  
 $ 1 . %

 
(0 +


 
 
* 
 
    

c 1  



 '
 
8
 .

1
 
 
.          .
 0   
       . 
  

 .9  . 1     "
    +:3 c  !  
 
    
  +:35 
    +
      1&  &
  
 
  
 
31
 
+11   
   


 



  ! 

3
 

 

+  1
+

 
 

  
 
 .  
   

 "
   
   ;.   

  +:3%    
  
 + 


 
1 







 
31
&
.  

  +:3

 1& 

   
   1
 
   

 1 

.
  


 

 
  + 
  
 + 
 <
  
!

Mi padre es rápido para señalar que no sabe si su padre o su tío (quien trabajaba para el
príncipe de Mónaco) podrían haber evitado su deportación. Mientras reconoce de una
manera casual la falta de comprensión de parte de su padre y tío de las consecuencias
históricas de la ocupación Nazi en Francia, no considera que esta sea una razón para
culparlos en retrospectiva. Los ve tan miopes como la mayoría de la burguesía francesa.
³En ese momento no había soldados alemanes en esa parte del sur de Francia y muchos
sentían que la situación no era mala, con un héroe de la primera guerra mundial, Pétain,
como cabeza del gobierno y el general de Gaulle con los aliados en Londres.´ En el
mismo sentido, el hijo del alcalde no es presentado como un miembro conciente y noble
de la resistencia, sino como un travieso, posiblemente irresponsable, adolescente.

De niño, yo buscaba un escenario de héroes y villanos en las conversaciones con mi


padre sobre Auschwitz y hacía hincapié en sus relatos de haber resistido la deportación.
Sin embargo, cuando le pido que me cuente otra vez esos episodios, él insiste en
minimizar su papel.

 
 
 %  
   
       
   $". ( 
 +
+   



 % . 
+   . 
1


% 
.  
   
 
+ 0






       
 
   
 + 
  
  




 



    ="
. 
1

  >?2 !
9 @0
 !


 
% .  
    

%  
 
     

 "
   
   ;.   !    &
  
  % & 
.

* &1   -  
  
 1 
  1 
 !
3
 
 


 9 




.

  + 

 !  
 + 
 
 

2 3& 1
   
   
  
    c  
   
 %  c   .
 
  c    +
      
 + 

   
   

+ 

.   .  
 
  
 



 

Su primer trabajo en Auschwitz fue en la construcción de la fábrica IG Farben, volcando
carros de tren con desechos de excavaciones. El obrero que él remplazó había caído en un
carro con desechos el día anterior. ³No estaba seguro si había muerto. No era el tipo de
cosa que uno se atrevía preguntar.´ A pesar del estatus relativamente privilegiado de mi
padre como un supuesto "Obrero Libre Francés´, la comida era limitada.
Afortunadamente ±como diría mi padre²el obrero francés a cargo de su cuartel le tenía
simpatía, y le ayudaba a conseguir comida. Mi padre no interpreta esta ayuda como
evidencia de su generosidad o altruismo. Al contrario, él lo presenta como el irracional,
quizás inmoral, favoritismo de un hombre con acceso a una parte muy pequeña de poder
local. Las distinciones endebles entre la expresión de gentileza y una acción de
favoritismo arbitrario se evaporaron en el relato carente de auto importancia de mi padre.

A 

          
  
 
 

      


  1

   
3 BCC  
       
.   A
 
 + 
 
c 
   
 

3 
 + 3 

 !  . 


.

'   1 


.   
 
  
  

<
 !
+ 
 & 

  

D  + 


 


  
        $  
 
 
 ( 
 +   
    +
 
 
 

<



  
  
 
 c  !   !   
    +   



  
 !  
     
 
  
  1  E      
  
+ 

3 

  
 

Mi padre especifica en detalles los actos de traición por parte de individuos e
instituciones que abusaron de sus posiciones de poder local, y de la presión
desproporcionada de circunstancias sobre los que eran socialmente vulnerables y los
crédulos ±los ³perdedores´ en el margen de la historia:

% 

     1
 
  1
3

 
! 
 "
   ;
  ;.  
F
  
 1
         +:3



!
6 +0 +'       

  

  
 
4
 
   +:3     
@0 +' 

3

  




 4
 .  


  !  +  
     
   

      

 + 

 
  
4 1
   +:3 
  1
0
1




    
   
   

   
 
.
1 ! 
3
1 
.
 

4 1
 . 
/ 6 +

ð ð

   
 

Cuando era niño me sentía especialmente orgulloso del hecho de que mi padre se unió a
lo que yo pensaba era una célula de resistencia del Partido Comunista en Auschwitz, para
participar en sabotaje activo. Otra vez, sin embargo, cuando, como adulto, re-visito estos
relatos con él, a propósito él eliminan las sugerencias de una agencia noble y de un
posicionamiento político conciente. En su lugar hace notar, con una modestia autocrítica,
las ventajas del capital cultural derivado de su background de clase privilegiada. Su
interpretación crítica del idealismo y su énfasis en ambas idiosincrasias y determinismo
social, le permiten perdonar lo que aparece ser la mediocridad e impotencia innata de la
mayoría de los individuos frente la historia.

%  
 
  
 1
  .  
  .

     /
! ".

4
 
   
  
F

 
  $3 
 (-6 G
 + 
  
  +
& "

&
& 
 

A 
 

.
 
    A
1
  " ! )
& 
 ).
 
7 

1
   
      c          

 4
  +  &

+


   
     c3  E  " !  

      

 <  $0 
  
   

 
&    
        
 (D
 
+  
.

D

. 3 
 D
  



  Hc 

0
  1
  + G        
    
 
  
 I.


 J .      1 


 



. 

. 
 


9
 
  


'

 1 

      

  
 
 



  
1
  .

   

1


. . 
 
.  
 
 1



  
   
K,4


!  


9  

 1   


 !  
+ 

 
+  

F





.  1
 A 
 

' 
 
, 

 

  
  
 
 
"  

  
 
   
 

+  . 
      
  
. " 

  

    

    .

  
    



 
 
 
&1 
 




 
 
& 

 

 
 


 


1  
) 
 


[conteniendo una sonrisa]


 

/


    
  
 K .

  &  

   
    

    
. 

   
 .&  
 
 G. 
&  

   


     1
 
.  ' 
  
    
  


 
  1   



   + +

     c3 +   .

 &     .     .

  

+.  5
&   
.  




 
 



  
A    +       
       
 
 0 


      




 K .

  
   
 ! 
  .    $A
 
  .    

  
 




 



  .





  
c 
 

 +
 .  <
 ! 
  .
 
  &  # 6   

 


   



   .

(

<
 +
+  
 
 L   
     

 9     
 !  
 
  
 c  
    &  
       &  
 
! 

 
 
 .



     
  
   
    1

   
  
.   !  ! 
 +
  4
+ 

 
1
 1
  
 
 


c +

&    

c 
 




 
 .   +
"
&
 
 

 3


 c 

 1&  




  
    .





  + 

J&

 
  
  & 
    
 
 

   !     
"

  

    



    
 

  
   

 

 
   !  
 #"

   5&



. *
 
 
  
@
  


 

 
 


 


       ! D   !   
  . 
 

 
  
 




F  


. 
 
K .

 +3   


 1

  

 
 

 !    
 
 
   A
   
   M  
 
 N % 3  1      3
 
 

  + 

 

 

& .

+
 +

K .

   + 

 
F
  
  !  
  
      

 
  1  

  
 +


0  
 

O+  
&
   1  
 

O 

 +&    
  ! 

& 
 +
   
  

  
    

 
 
     ! 


.
<
 !
K .

   +   &
+ 
. 


  + .   

 

.
0     


  
  
3   

  
 !
% 
+ 

K .

 
    



'

1
 . 3 




  
. 
1
   c  

  
 




K .

     +  
.  0     
 
 
   
.  

 

 
 
3
  + 
 c !    . 
c  
      3 

   
    c     
 
  

* 

c 

+

. 

Después de leer una vieja versión de una transcripción editada de su descripción del
grupo de resistencia, mi padre estuvo en desacuerdo con el tono de la narrativa
introductoria y de mis comentarios analíticos, y por la manera en que seleccioné y edité
sus citas: ³No éramos idiotas. Claro que iba a trabajar para el Ingeniero. El era el único
que iniciaba acciones inteligentes que eran relativamente eficientes. Sí consideraba esto
moral. Me parecía bien aunque fuera riesgoso.´

Mi padre después revisó el texto entero, palabra por palabra, con una lupa (porque en la
década de 1990 se quedó prácticamente ciego). Sugirió cambios al lenguaje en casi cada
frase en este artículo, remplazando palabras fuertes con sinónimos más suaves, y a
menudo agregando frases calificativas. No fue hasta más tarde que me di cuenta que el
modelo de sus alteraciones quizás reflejaban las condiciones de inseguridad en
Auschwitz. Cuidadosamente debilitó cualquier lenguaje que podría sugerir que él
participaba en una red dramática de saboteadores. Por ejemplo, reemplazó palabras como
³sabotaje´ y ³resistencia´ con ³actividades ilegales´, ³grupo´ con ³celda´. «

La única posesión que aún tiene mi padre de Auschwitz es un cuaderno con dos páginas
escritas. Una página consiste de columnas de números con instrucciones de cómo
calcular el pago de incentivos. Cuando una tarea específica había sido cumplida, el
salario mínimo se multiplicaba por un ³coeficiente de evaluación´, determinado por un
proceso de negociación llevado adelante por un comité. Como saboteador, la meta del
Ingeniero era asegurarse de que hubiera una baja productividad. Una de las tareas del
grupo de resistencia era perder partes de las máquinas que eran difíciles de reemplazar, o
modificarlas para que se rompan con el uso diario. Cada retraso o accidente tenía que
parecer inocuo.


  
 .

 
 
 4  +      
 1&  1
 


1. 

& 

+ 
  


 

   

 K .

  
 
     
 
 
 K, 4
# $    
 
 

    
 
    


 5(  $   +

. 5( $
. 
   D(    5 $   
  
 
 
 
& 
+ 3 (

Los retrasos también tenían que ser justificados ante los obreros franceses porque el
complejo sistema diseñado por IG Farben para monitorear la productividad afectaba el
pago del incentivo. Por eso, en un día cualquiera, los obreros podrían haber estado más
preocupados sobre si sus coeficientes de evaluación estaban siendo calculados
ventajosamente que sobre resistir contra el régimen Nazi o reconocer la difícil situación
de los obreros judíos trabajando a su lado. La productividad perdida significaba un bono
más bajo. Esto aumentaba el riesgo de que un obrero descontento denunciara las tácticas
de retraso del Ingeniero. Fue la responsabilidad de mi padre, entonces, ocultar el sabotaje
mientras simultáneamente garantizaba bonos a través de una ³interpretación flexible de
las reglas de contabilidad.´ Otra vez, mi padre habla de esta parte del sabotaje en la
tercera persona, a pesar de que él la creó y llevó a cabo. Aplicando el concepto de
Bourdieu de ONGOING HABITUS FORMATION (Formación de un hábitus que
perdura) a la narración de tres sobrevivientes judíos de Auschwitz, el sociólogo Michael
Pollack argumenta que las estrategias individuales de supervivencia en el campo de
exterminación ³impregnan la personalidad, mas allá del periodo de internación´. Quizás
la manera distanciada de hablar de mi padre es un reflejo de protección condicionado por
su ubicación particular en las actividades de resistencia en la periferia ambiguamente
civil de Auschwitz:

  


 
      

 .        
 


     
3   4
      " 
 &   
    
 

  & 
   1&  
   
 

   
   
  

 
 
K .

 + 
  1
&
 D
%  
 
 
F

 
 

   
     
. 

 
  
9
 
 
F.
   & 1 
 
  
 
  
  
  

  

 $  
.P
3  

 
 c 
 

   (
 
 D
   

 
 

;      
  
  
          1 ! 

&  *  3    $"

 +   ( 
  %  9   
 

 


.


La racionalidad y los procesos burocráticos oscurecen el poder y hacen que la brutalidad
sea invisible, pero pueden ser utilizados de la misma manera para la subversión y
resistencia.

Para obtener documentación histórica de la deportación de mi padre a Auschwitz,


presenté un reclamo para reparaciones legales de Alemania por trabajo forzado. El
lenguaje que utilizan estos documentos impiden una recuperación histórica de los
procesos de coerción y resistencia. Su deportación a Auschwitz en 1943 está descrita
neutralmente como un proceso de transporte de trabajo normal y también hace referencia
a su salida de Auschwitz después del Día D como si fuera una salida rutinaria. Mi padre,
en realidad, se escapó de Auschwitz en un tren alemán que transportaba soldados a la
frontera oeste. Fue arrestado otra vez en París en la terminal de tren por la policía
francesa, y otra vez se escapó. Quizás el brillo burocrático sobre la salida de mi padre
intentaba disipar la preocupación de empleados ansiosos por ocultar la incompetencia,
mala administración o el sabotaje local. Como el Servicio Internacional de Seguimiento
presenta los documentos como un resumen, es imposible saber si la carta cita
directamente a los documentos originales o los parafrasea. En todo caso, el lenguaje
neutro de la burocracia borra la coerción del registro.

Lo que es más importante, este proceso burocrático más de cincuenta años después de la
guerra confirma la ambigüedad estructural de los obreros civiles forzados a trabajar en
Auschwitz, ubicándolos en un espacio ético mediocre como víctimas de poco mérito ante
sus propios ojos y ante la historia. El análisis burocrático de categorización de víctimas
dignas normaliza el más grande complejo industrial Nazi en Auschwitz en su explicación,
con detalles precisos, que sólo los obreros atacados racial o políticamente pueden recibir
reparaciones porque ³las extremadamente duras condiciones de vivienda como«
nutrición irregular y pobre, pobre y muy superpoblado alojamiento colectivo, condiciones
de trabajo miserables y bajo pago« no justifican la compensación por trabajo forzado´
(Organización Internacional para Migraciones 2004). Esta misma carta de denegación
demuestra que los criterios éticos para determinar quienes son "buenas" víctimas son
oficialmente ambivalentes en las burocracias cooperantes. A diferencia del programa de
compensación alemán, el Austrian Reconciliation Fund reconoció la indemnización a los
obreros forzados a laborar en campos de trabajos forzados en territorio austríaco durante
la Segunda Guerra Mundial.
  
   

El sobreviviente del Holocausto y reconocido autor judío, Primo Levi, trabajó en la
misma fábrica IG Farben en que trabajó mi padre. El identifica un fenómeno que llama la
Zona Gris. Un espacio moralmente ambiguo de una traición mutua estructuralmente
impuesta, donde las víctimas están forzadas a colaborar con el enemigo para sobrevivir.
En la Zona Gris, los imperativos de supervivencia superan la solidaridad humana,
mientras los individuos buscan desesperadamente una porción de ventaja entre la
jerarquías del campo, para prolongar un poco más su vida.

En la Zona Gris, todos son capaces de traicionar a cualquiera porque las apuestas de la
vida y la muerte son tan altas y las líneas éticas tan imposibles de descifrar. La manera de
subestimarse y minimizar sus acciones que tiene mi padre al hablar sobre la resistencia y
la idiosincrasia trivial en Auschwitz me preocupaban cuando era niño porque pensaba
que su grupo de sabotaje estaba formado por individuos inmorales. Peor todavía, quizás
él me decía que el carácter humano es fundamentalmente mediocre, incluso entre los que
tenían el sentido de resistir a los Nazis. Me alegró, consecuentemente, su historia de
contrabando de comida a obreros judíos quienes venían de un campo de la muerte. Por fin
pude construir la narrativa de buenas personas luchando por la buena causa.

Pero mis expectativas se ven frustradas, porque en general mi padre evita hablar sobre la
distribución de comida, y cuando lo hace (porque insisto), preserva y reproduce la
incertidumbre estratégica que usó en los campos para minimizar el riesgo de ser
descubierto. Medio siglo más tarde esa estrategia de evadir la represión Nazi puede
explicar la severa precisión de mi padre sobre lo que él y sus compañeros sabían o no
sabían/hacían o no hacían:

   
  1
   .  

   

 

   4
  



  
  
 


 +   
 

 
 
  
  1    
   +3   

  
  
.  5 
 

             . 
 
 
 &
 
     
   1
 
    
   
     
  

   '
 
 & 
 1
 
 5 
  
.   
.   



  K     
 
  .
  

 O  
.   
 
  
.  


+ 


   +  
+ . [Philippe protesta, y
él continúa].


     
&

  
  
 



 
   
 
    
 

&   
 



 


 
  .
 
 
 
 
   
A 
D  


 
3  
 

 &
 A   
 




 
  
   
   
0
 




    
   
 
    

 + 
     

 

%.

 
&  
   
+1

  +! 
 .  

 + 1
 3    E   
 

F
    + 
 
&



!
.  +  c 

 
F 

D 
+  

3 
 
  
3
     
  

 
 
.  
  
   
   
 +!

   
 $
 


  ( 


 . 

Mi padre no quiere atribuirse ni una gota de heroísmo a sí mismo ni a sus compañeros de
resistencia. Tampoco le atribuye culpa a la amenaza de traición del obrero judío muerto
de hambre en este relato inusual de solidaridad. Su preocupación por de-esencializar la
agencia, especialmente en las interpretaciones de héroes y villanos, se vuelve más
evidentes en sus correcciones de mi transcripción y edición del contrabando de pan. Lo
siguiente es un extracto de mis notas de campo de marzo, 2003.

.    


  .   
  +
      
     .

    
  
 
 
   +:3 <  
   
        


 
.$
F  
(<
 !
 
  
 
    
   
3    
 
  
  ! 
 

 
    
& 
 
   .      

   

  
 
  '    
     
  



  

   
  " 
. 1    

 
&.
   
3 


O
1  
     
3   

 
   
  





    
 
  
. 


  3 



  &  





 1   
 


   
 
 
   #
$A +
F  


 
 

 
  +:3%


 
&  2
 
.  
 
 
 
 
 
    

 1 




D
c  c   +!
c 
 D 

0 1
  ! 

&  + 3 
   

 
    
3 
  
 



 
 1

 
 
1
   



 
 K .

  
 

  
 
 &    

 
 

  
 


 
 
E 
 + 

 1  



 c

 
 

F 

 

" 
 
  
 .0  

 
+ 3 
 
  "   
  
   +.c 
 
.  



 
 


 
. 
  

   
 1
  
   + 
  +



 " 
    

O  
      
  

 

 



 .

 
 

   
 2 
 
 
 

 
D

&   !   
     
   $
    
   
 
 
 ( c 
 +!
  c 
 +5    
 +! 


   
 

  4
 
 
  
 *    2 3&1

  

         2 3&    
   
  .

  
 
  

 
 

   ;  3&    
          1
 
 

.   
   
  c 
 
.  


  
  c



.  
 (

Levi, quien suele enfatizar la traición mutua en su escritura, sin embargo atribuye su
supervivencia en Auschwitz a la suerte de encontrar un obrero civil italiano quien
arriesgó su vida todos los días al compartir ilegalmente su pan con Levi durante los
últimos seis meses anteriores a la liberación. Entonces, según Levi, la solidaridad puede
existir en la Zona Gris. Estos actos altruísticos, sin embargo, son contradictorios desde
una perspectiva ética porque son actos aislados. La ayuda no puede llegar a todos los que
la necesitan porque casi todos están al punto de morirse. El requisito de racionar la
solidaridad de uno a uno, amigos o familiares, opone a los individuos contra las
abrumadoras necesidades de los otros. Este tipo de suma cero, impasse ético, es el núcleo
de la Zona Gris: Uno tiene que ignorar a los moribundos e incluso pasar por encima de
ellos ±pisar encima de ellos²para vivir o para mantener vivo a un amigo o familiar. Esto
ha llevado al filosofo italiano Giorgio Agamben a interpretar Levi como argumentar (TO
INTERPRET LEVI AS ARGUING) que los testigos mas éticos del Holocausto Nazi
fueron los supuestos ³Muselmanner.´ ³Musulmanes´ fue el apoyo derogativo para los
presos que se habían metamorfoseado en ³cadáveres caminantes´ a causa de la
malnutrición y el horror. Sin expresión y encorvados, los ³Musulmanes´ buscaban
comida en la basura, inconscientes del desorden social a su alrededor.

Levi y Paul Steinberg, otro sobreviviente judío quien también trabajó en la planta
petroquímica de IG Farben, nos recuerdan que no tenemos el derecho de juzgar a los que
sobrevivieron y los que murieron, porque la Zona Gris es omnipotente. Supera la
solidaridad humana y la reemplaza con un sentido de supervivencia individual o te mata.
Sin embargo Levi contradice su propia insistencia de la imposibilidad de juzgar
sobrevivientes y dedica una parte grande de sus manuscritos a la disección de las éticas
de supervivencia en Auschwitz. Por ejemplo, condena específicamente a su compañero
de campo y sobreviviente Steinberg (quien el llama ³Henri´) por convertir todas sus
interacciones humanas en el campo a un cálculo científico y egoísta para buscar
beneficios para sobrevivir. Lo que es más importante, en sus últimos manuscritos, Levi
expande las fronteras de la Zona Gris para alertarnos sobre los límites humanos en
contextos coercitivos institucionales. Levi extrae una lección universal de esto,
alertándonos a reconocer como un imperativo ético a las Zonas Grises menos extremas
que nos rodean todos los días para ³defender nuestras almas cuando un test similar
aparezca cerca de nosotros, o incluso si queremos simplemente saber qué ocurre en una
gran fábrica industrial´.

En Auschwitz, como ilustra el relato de mi padre, la Zona Gris de traición mutua no


estaba limitada a sólo los presos en campos de la muerte. Como Levi, mi padre se niega a
condenar a los individuos por sus acciones por la escala grotesca de fuerzas
institucionales y estructurales que los coaccionaban y confundían. La precisión de sus
descripciones de las implicaciones éticas de actos cotidianos y sus motivaciones
múltiples, todavía obligan, como lo obligan a Levi, a la introspección crítica y moral. Por
el contrario, Steinberg es consistente con su insistencia de no juzgar a los sobrevivientes
de la Zona Gris. Reconoce que él fue ³probablemente ese personaje [descrito por Levi],
listo para usar cualquier medio que tuviera a su alcance.´ Pero responde cincuenta años
después con la pregunta, ³¿Está mal sobrevivir?´

Las logísticas del escape de mi padre de Auschwitz ofrecen aún otro ejemplo más de la
fusión entre la solidaridad y la traición en la Zona Gris de resistencia y auto-preservación
bajo el poder Nazi. El Ingeniero ³organizó algunos documentos´ para que mi padre se
pueda ir de Auschwitz por tren, pero mi padre no excluye la posibilidad de que este acto
generoso y riesgoso de parte del Ingeniero podría haber sido motivado por su propia
necesidad de protección. En todo caso, en el relato de mi padre, el resultado hubiera sido
igual sin tener en cuenta el intento moral o la actitud personal del Ingeniero.


 
  
   
 .  c 

 1

"" 
    . 


+

 + 
 
1 
   
 

   
.
 
 
 + 
K .

 0
 

 + 

   
   
 
 
! +  &   
    
 
.  

 
+
 + 
  0 
$c !(
    ! 
! 
. 




 O 



   
 
    +
         .   


! &

  
 
!  +!        
!1   
 

. 

 



$
! 



  1  (. 
 


 
 1
  

      
K .

 
 

 
 
 %
. ! . 3
 
  
 


 
    
  
 
&&


 


 
   


+

   
!
+     
 # $
  
  . !   ! 
  1 



    
 
 .  

(


 

   

  

 

 
 
 
 
 
  
 

 
.

 
  !+  % . 

     
 
+   
 
 c  

1

 +     


K .

  



. K .

     
 + 3   

 
      
  
 

    !  


     


 
  
+
 

 
 

K .

 


+

!
K .

  
 
 +3 
 1
  *   0

 






  +
! 

 1 
  <  
  
 ! 
 

  
    
 c   % 

F 
 
  +  

 
K .

 
 $? 
@ 


   
 
 

 

0 

 



+. 
.
(
 



.  


3





 
 <
 ! 
      
    
       
   

 



  
 
+
 

!
 

 
 
   
  

   


 .

  

 



   .    
 1  

 
 
 
E     
& 
 
       A 1 ! 
   & 
"
 +  1

   

. 


  


  + 
  
     
 
 
 

  
  
 
c  
<
 !

  



    
      1 ! 

 
 $c 



+ 


(0

  
3

   

1
  %
 
 $
.  
( 0           


O 

 


 


 

   
  $2
 +
HA

QC


 &1
(0
 + $

 

(
  
 F0

$"+ 
F+ 



+
 
(0+ 
   
 
  $0
  !  H(0!

Mi padre hizo el error de irse directamente al departamento de sus padres. La policía
francesa tenia sus documentos reales con su dirección y lo fueron a buscar en casa. Pero
tuvo suerte otra vez, el conserje era un líder de la resistencia y escondió a mi padre en la
habitación de los sirvientes. Le dijo a la policía francesa que no había visto a nadie de la
familia Bourgois desde hace tres años cuando se escaparon al sur de Francia. Mi padre no
toma las acciones del conserje en toda su dimensión. Una vez más, esto puede ser el
legado de sobrevivir en los márgenes de la Zona Gris donde era necesario
compartimentar y hacer ambiguos los actos de resistencia porque ese conocimiento era
potencialmente mortal.

 

 1
  


       
1 .    


  

 
 

  0   
3


44K
  
+  . 



  + 


%.

 +


  
   +  
 
    

        
 

c           +
           
 
  
   

 

 
    
 
 




 ð 

 

A los 80 años, en un viaje de vacaciones a la isla de Ré, una destinación de turismo
familiar en la costa de Bretaña, mi padre tuvo una serie de pesadillas aparentemente
provocadas por la diversión de los turistas frente a una violencia institucionalizada a sus
alrededores.

A 

 &

      
 

 
   
. 
   .

  1  
   O  

         
 +    
  
          

 4 
   
   
 



 &  

. 


 

   

 



/! 
 1


* .-
 
  +:3+ 


  

 
  +:3
&     
1 

   0
 +          *

  
  + 
   -  1 

    


  
 
     

     
        .   &
   
 

 =   & >



   

  
& 
    
 
  &
  
     
+    3&RC CC
 

  
 +  



O 
   

 
  & 
 1   +   D   

 
 .  




 



 

  
 1 3 

 

    3

Terminó esta conversación contándome sobre un nuevo reporte de Amnesty International
crítico de las ³condiciones escandalosas de las cárceles en Francia.´
Mi padre es extremadamente consciente de que fácil es caminar cerca de los que sufren
sin observar nada fuera de lo ordinario. En discusiones sobre su experiencia en
Auschwitz, describe la abierta hostilidad contra los judíos de parte de los obreros civiles
franceses. Lo que es más importante aún, examina la dinámica de no-conciencia con
agudísima precisión.

c +    



  
 1

.  $%
+


              1 ( 
 
 
  
 + G
 
   
   
  
+

  +  1
 3       %  
 
 .        



    

1 
  +
 

 !
 

M   
  N

     
&  .     0 
 1    
 
 

  

 *  
"
 
.
  
 +
  

   
'   
 +   
 
   


 
 
  
  $& 

   + +  
  + ( "  
   


   
 
  


  
 =  >


 
   
   + 3 
 $6  &  + (
 
  1

%
. +
 +
  
  %  +
1

   
        
 


.  
 &

  




   

  
 



!
 &
. 



=   +
  >
c  
+ ! 



 
 . 
 
 . 

        
 
& 
 .  
 ! 
&    c +    
  

  %  
 
 

 

 +      
+
 

 




0 +
  
 

 
 

  
 

     
 
.   $c 
 .  c

      
  S   !  
 
+
H( 
 
  +
  
 
+  c +

   

 

  4


3
  .
 


  . !
+  
. 
  

 1 

& 

   

   
 
 +  
 
 


 

 1 



  


 
 
. 
   
c  ! 


&
   

        
/
   

 .


 .+
+ 

+     +

.   


 
  2
  

    
1
c




!
'        


  

.   

 

 

   . 


 $% c3 
& + 
  

+
    1 3       


  (   
  
  

F.
 %
  
 c  
  
   
    c  +!  +  



 !

Amigos de mi padre confirman que él nunca les habló de Auschwitz. Después de leer un
borrador de este artículo un amigo dijo, ³No puedo creer que no le pregunté de esto.
Sabíamos que había estado allá. Tengo tanta vergüenza.´

Críticos, durante y después de la guerra, han tratado de hacernos concientes de cómo


tomamos distancia de la violencia hacia otros y como esta distancia es, en el caso del
Holocausto, el objetivo del sistema de trabajo y ocio en el que estamos procesados.
Franco Basaglia, un luchador italiano de la resistencia, arrestado por los Nazis, usó el
término ³crímenes en tiempo de paz´ para llamar atención sobre la crueldad de la
psiquiatría institucionalizada en manicomios en la década de 1960. Walter Benjamin,
judío marxista, crítico literario y filósofo, quien fue atrapado en la frontera de Francia-
España huyendo de la invasión de Hitler de Francia, escribió un poco antes de suicidarse:
³La tradición de los oprimidos nos enseña que el µestado de emergencia¶ en el cual
vivimos no es la excepción sino la regla´.

Más recientemente, Scheper-Hughes desarrolla el término ³violencia cotidiana,´ mientras


trabaja en un barrio de chabolas en el noreste de Brasil en la década de 1970, para criticar
la ³producción social de indiferencia frente la muerte de un niño´. Ella también se ha
referido a las ³pequeñas guerras e invisible genocidios´ que causan a los socialmente más
vulnerables un sufrimiento desmesurado. Estas categorías dramáticas son útiles para
revelar la patología de lo que la mayoría de la gente considera normal y necesario. Nos
advierten de la existencia de un ³continuo genocidio´ a través de las sociedades y la
historia que hacen invisible las brutalidades sistemáticas que regulan la vida social.

 ð
 ð

Lo que es más significativo del hecho de que mi padre no sabía sobre las selecciones y
las cámaras de gas, a pesar de trabajar al lado del campo de la muerte, es que uno de sus
trabajos era difundir noticieros de los aliados sobre la guerra. Como escuchaba la radio
secretamente de noche, tenía acceso a la propaganda anti-Nazi difundida por los aliados.
" + .  
 
 +
 
 

  +

  
 
   



 
 
+ 

 




  +
   
 
3A

 



 
  + . 


  +



  

  * 



 


   1 !  
+! 
3& 
 

   
 .  
   
 1 ! 
   =
   3>$c 
& 
  
+
(

    + +="
O   >"
 


+
 !



   
   +  
  
   
 
 


    +:3 
+ 

 
  


&     




1

   + 
 % . +  
 
   0   
  $   ! 
  
+3  .    
.         
 
 
  

 
  
 
.

 H <

 
  

   ( 
   
    
 
  
+   
     
 +

 
  
  
 
   
 

 
 

 !

  


 + 
. 

6
  
TA
 
+
 

  

0 O 

1

 c 1
+

   D
 $+

"  :   +
 ( 
 
 
      
 
  1
 

 

 6
  
 TA
D  
    
 
   1


+ 
    
  

   + 



F
    
 
S'




 
 
H 4

 
=     
  >c 
  !  
   +:3+ + &
<



 

Viviendo escondido en Paris después de su escape en los meses anteriores a la liberación,
mi padre llamó a su propio padre, quien había huido a Niza con su madre, y le trató de
decir que los alemanes mataban de hambre a los judíos en enormes campos de
concentración. ³Mi padre me dijo que me calle. µEs mejor no decir ciertas cosas. Es
peligroso.¶´
Mi padre no esta seguro si su padre lo calló porque era antisemita a favor de Pétain, de
derecha, o porque pensaba que estaban controlando las líneas telefónicas y quería tener
cuidado. De cualquier manera es lo que no está dicho lo que hace posible que el
holocausto funcione y crea lo que el antropólogo Michael Taussig llama ³secretos
públicos,´ refiriéndose al terror de estado en Argentina y Colombia durante ³la guerra
sucia´. Mi padre no cree que es justo culpar a la persona común desde el punto de vista
histórico. ³Es sólo después que te das cuenta que la posición que tenías era buena o mala.
Es todo relativo. Imagínate si hubieran ganado los alemanes.´
Le pregunté a Luke, el amigo checo de mi padre y sobreviviente, como fue posible que
los civiles en Auschwitz no se enteraran de las cámaras de gas. Al principio fue firme con
su respuesta, ³Todos lo tenían que saber pero la gente se hacía que no lo sabía.´ Cuando
seguí preguntado, sin embargo, el habló en detalle de su propia ignorancia y la de sus
compañeros judíos que fueron deportados cuando salieron del vagón de ganado en
Auschwitz para ser "seleccionados" por los nazis .
A  
 
 .   G    +  

  
  
     

  <

+
+  
 c 
  


.

 
     + 
 
 "" 
  
 
 +
   
 !
 A 
3



 3
& 1
 
 !
.
  
 $c 
 (
c    

 

   

F
   
  

, ." ! ?c
@
0   
.  
 ! 
  

 
  
 %    
 $   (   
 

'      .
 

   
$ (
 1 
 
 BC   ! 
 '    
    .
    c 

E  &
,

 

 !  

. 
 .
 
  


 
   
 


      3   0 
   $c 



 .  ).
 (
% 
! 
3 O  
 !  
 $
 
 

 
   +
 
3
O H'

.
  


(
0
 
 #$c (1
  
   9  

  

  ) 
  
  




Le pregunté a Luke, ³Pero tu también me dijiste que no sabías lo que estaba pasando en
ese momento. ¿Cómo explicas eso?´ Riéndose suavemente, Luke me contesta:

  
   
  S   !     
H '   
  
   


+


  
  
 !

   
   
&
.
A 
  

 
#E .  
 
    


  
+


       
  

 ""    c3 E   
  
%




 
  +:3
 !
 



+




 %
   
c 
 

 

3  
 

+
 
  
3   
 
 
    
     

   

8G
   +:3" 
.       
S  !  

     
H 
  
  
  1   ; 
  
  
 

.  2
  

     
  
   
 
  
 





0  !    
 
 



8G
 H
 
$S'   +
 +
+ H  +
  
 (

   
 
 
  
F 
%   
 $ 
 
< (
     


 

+ 
 <   + 

   +:3   &



 !

c + 

  "K "21 "A 
 1
3


, 
 
   .

En este momento interrumpió mi padre,

0 !
 &. 

  !< 
 
% G
#"2 !
&
FO
+
#'    
 
 &
.H
% G
#c +  
 
 
  
.      
 


 % .

  
   
       .  

  

+


'   ! 
  ! 
 
  
3   !  

     
H " + 
    + 
     
 c   + 
 
   + !     
3

Cuando llegó a Auschwitz, la vida de Luke fue salvada por una palabras antes de la
selección.

 # E  
   
    

 
 
    
   $

 
  5


 Q O 5

  
  .    
 

 C5  
5 
  
 

9. (
+
#  !


  

H
 #K   c 
 
 
 


1
 

1


 
 . 
.  

  QC
   
Rc

5  5 +   D 


 !
 + 
  


 
  

 


0+
&"



 
 +
A.  1 
 3
 



   &

    . 
 

  
 
  


+
#S +
 
    3 
 +   . HS  !

+H
 # "       +
  
  +  + 1        


 +3  
  c 
 5

   ! H 


  '   
  
  





   
.       


+          & 

    

  + 
 +    
   
 ! 
 H
A    .   
   
    
 +


 
   


.  
 
 
 
 .    
   ! 

  

  E 

   
   . 


  + 


.  
%
.  + 
 1 11


  
& 

 
 
%   

.  
 
 

 !
1 

 
'   
 
&  
 
.   
  
  1    
  
   

 


 

!. 
 
 ; 
& 

.    1
 
!
 

 . + 
1

 

+

.   

  4

 

+! 


 
'    
.  
    1
+  
  
     

 
 

9.   


 

  
   % 
  + 
     0

. 
 


 
 . 5
 
 



5


 4 
 + 3 

    

%

. !UG U
  

      +


 
 #U"
1
   +

 + 
 
 c 


 9 
. &
  U

Muchas biografías testimoniales de sobrevivientes del Holocausto confirman que a la
llegada a Auschwitz, incluso al fin de la guerra, muchos prisioneros no sabían acerca de
las cámaras de gas. De hecho, la sobreviviente judía de Auschwitz, Ruth Kluger, describe
debates en Birkenau en el verano de 1944 sobre el "rumor" de que los nazis estaban
quemando judíos, asesinados después de las selecciones.
Kitty Hart, que estuvo asignada al comando privilegiado "kanada" que clasificaba las
posesiones personales de los que habían sido seleccionados para ser gasedos en
Auschwitz-Birkenau, habla en detalle de la incapacidad de la mayoría de las víctimas
para comprender qué les estaba sucediendo. Durante casi un año completo, vio cientos de
seres humanos caminar hacia la muerte.
Hart se refiere a la negación como un mecanismo de subsistencia: "Uno no quiere creer...
Quizás algo horrible le estaba sucediendo a otra gente, pero uno estaba mejor si no sabía,
a cualquier precio, era mejor no estar seguro". Lo que ella llama sus defensas
"entumecidas, ciegas y sordas" colapsaron la primera vez que vio cómo funcionaban las
cámaras de gas. "Ya no fue posible pretender, ni siquiera para uno mismo, que estas
historias no eran ciertas." Lo más destacado de su relato es la descripción del mecanismo
de genocidio de un grupo de oficiales del SS de otra región asignados a protegerlos en la
marcha de la muerte después de la evacuación nazi de Auschwitz:
 1       .    1   

O# U+   ! 

 
! 

 
.U  
 3
   +    
3 '    
   

3   
  
3 %   
+ 

 
 + G 
 
 
   
 5 


    


 

X    
En retrospectiva, suena insultante que el Holocausto haya ocurrido de manera invisible al
frente de tanta gente -víctimas, victimarios y testigos. En efecto, quizás hasta fuera
normal. Mi padre corrigió una versión previa de este artículo con la explicación de que la
palabra "genocidio" -más allá del concepto- no existía antes de Auschwitz. Se puede
discutir si esta es una buena señal. Victimarios, testigos y hasta las víctimas necesitan
descalificar el genocidio para que este tenga lugar a gran escala y eficientemente.
Scheper-Hughes y yo sostuvimos que es útil conceptualizar el genocidio como algo que
ocurre en una continuidad de posibilidades en la guerra y en la paz, y que abarca desde el
asesinato en masa hasta la violencia simbólica, y que conecta lo íntimo y la macro
estructura. Reconocer la continuidad del genocidio (genocidal continuum) ayuda a
explicar por qué los actos más violentos no son considerados desviaciones. Al contrario,
son redefinidos como actos morales y responsables, como el periodista Phillip
Gourevitch, sostiene en su relato del genocidio de Rwanda. Las metáforas de trabajo,
comunidad, solidaridad, nacionalismo e incluso democracia oscurecen la naturaleza real
de lo que está sucediendo -preparando el escenario para la falta de reconocimiento, la
dinámica explorada por Bourdieu en la que las jerarquías opresivas son legitimadas como
el orden natural de las cosas por ambas partes, el vulnerable y el poderoso.
Mi padre no está convencido de la conceptualización de genocidio y la falta de
reconocimiento del orden social injusto. El señala en su lugar la importancia de la
resistencia individual e institucional como evidencia del potencial humano para rechazar
la normalización de la brutalidad y la opresión institucionalizada. Sin embargo, cuando
revisa los episodios cruciales de su recuento de confrontación con el orden nazi, como
distribuir pan de contrabando, hablar con judíos, sabotear la producción, poseer dinamita,
difundir las noticias de las radios soviéticas, desmayarse en un interrogatorio, e incluso
reconocer que alguien que lo ayudó a esconderse era un miembro de la Resistencia,
vuelve a vivir la incertidumbre de la Zona Gris. En Auschwitz, el conocimiento de la
resistencia era fatal. La incertidumbre protegía a los camaradas y a uno mismo. Cincuenta
años después, reflexiona con precisión penosa sobre la continua imposibilidad de saber
quienes eran realmente héroes, a pesar de su deseo de identificarlos.


 ++!
.


 +c  

.


  A 
+ 
    

 
!
  
+  !     1


     


 
 
 
  
 .
 &   %
  
1 
 4
 
  
       

F
   % .

 
 
  
+3  
.  + 
 . 
   

1
 . 
 <

+
+ 
   5 

 +  2 3&  .

   

   U U   


1

  


 +   
              
. !  

  
 . 
 E  %      

   .

 
           
 %    
 &

F
   +    
" 
   
 1 
3



 

A pesar de la preocupación de mi padre de aliviar al "hombre común" de una


responsabilidad directa por el Holocausto Nazi, está decidido a asignar una culpabilidad
institucional e individual con precisión. Más específicamente, condena a los individuos
más prominentes en posiciones de poder, que podrían haber hecho una diferencia, en
oposición a los de menor nivel en la maquinaria genocida. Identifica los nombres y
denuncia a aquellos admirados políticos-héroes, quienes, pueden ser de hecho, criminales
de guerra históricos.

%  

  
  
& 
   3     
   

 1
    &


  ) 3   
)1
  


  



 '+  +  / 

   . 
 + 
     
  


     + 
  
%   

  

    +
     
+
 
           # U6   

      


  U %     +
   1



   +:3 %       
+
   

 &
.K     
 

1

+    1


c 
+ 
 
   
 
    !   
1

       


c ! 
.

 

 
  
 + 




Potrebbero piacerti anche