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RELATO TERTULIA BELLAVISTA

Petrov acude al sex-shop cada noche al salir de su duro trabajo


en la obra del barrio. Echa tres monedas y se va a casa en la línea 6
del metro con la imagen desnuda de Katrina en la mente. Cierra los
ojos para no perder ni un detalle de la representación de la actriz del
porno-show. Katrina sigue su trabajo hasta que horas más tarde coge
la misma línea de metro. Está cansada y también cierra los ojos
intentando olvidar las caras de los clientes que la miran
masturbándose a través del cristal de seguridad. Cada día acude a su
trabajo para satisfacer a los que no pueden pagar su cuerpo más que
a 30 segundos por euro dentro de una cabina de color rojo esmaltado.
Si en lugar de introducir monedas por la ranura, insertara Petrov
su imaginada ternura, tendría a Katrina para él solo toda la noche,
cada noche. Katrina no habla con extraños y menos aun con clientes.
La gran ciudad la hizo desconfiada y esquiva.
Así que Katrina cada día vuelve sola y triste del sex-shop a su
casa en la línea 9. Y Petrov cada noche se acuesta pensando en
Katrina. Ni él sabe de la soledad de katrina. Ni ella lo que Petrov
imagina cada noche cuando se acuesta.

ANGEL INORIZA RUEDA

El agua tibia del baño que se había preparado cuando llegó al mísero
apartamento, la reconfortaba y le hacía olvidar su aciaga vida desde
que había arribado a la gran ciudad. Por su mente pasaron las
entrañables escenas vividas anteriormente, cuando se encontraba
feliz en la pequeña aldea donde había transcurrido su infancia y
adolescencia. Allí el tiempo parecía detenido cuando compartía sus
días con sus padres, sencillos campesinos en los fríos días del
invierno. Pero su espíritu inquieto y su afán de aventuras la iban a
llevar a la lejana y soñada ciudad de la que le habían contado
maravillas. Al fin se iban a cumplir todos sus deseos, y sus
monótonos días se iban a llenar de fiestas, paseos, amigos y calles de
tiendas con tentadores escaparates. Pero, allí se encontraba la joven
katrina en medio de la más absoluta soledad en aquél denigrante
"trabajo" que le habían conseguido unas personas desaprensivas que
la explotaban y a las que ahora debía corresponder con parte de su
mísero sueldo. Estaba atrapada......Solo podía, de momento,
continuar con su rutinario ir y venir al local donde cada día exhibía su
cuerpo de niña y a donde acudía en el autobús de la línea 9.
Fali

La semana había sido demoledora para Katrina. Estaba extenuada,


sólo la idea del encuentro semanal en el parque con sus compatriotas
podía darle un poco de sosiego, ya que hablaba en su idioma
materno, compartía con los "suyos" las noticias de su país, se
encontraba con su amiga Irina, etc.
Irina había venido también a la ciudad buscando las ilusiones
propias de cualquier joven de 19 años. Ambas compartían la
desilusión por los sueños perdidos, pues la vida que llevaban, ni en
sus peores pesadillas, se la habían imaginado:
Katrina exhibiéndose en un Sex-Shop e Irina "haciendo la calle", pero
al menos se tenían la una a la otra y soñaban con que su suerte
cambiase y todas sus expectativas llegasen a cumplirse.
Cuando Katrina llegó al lugar de encuentro se sentó en un soleado
banco del parque a esperar que llegasen sus compatriotas, cuando de
pronto, sintió que la mirada tan intensa de un desconocido casi la
tocaba. Ella no sabía quién era, pero él la conocía bien, pues cada
noche se dormía con aquel rostro que a fuego había grabado en su
mente...

MAITE RENOBALES MARTÍN.

Petrov llevaba una vida monótona trabajando como peón en una obra
en el mismo edificio donde el dueño y jefe le explota
incondicionalmente y del que tan solo recibe un mísero sueldo y el
cobijo en un sótano donde pasar las noches. Nunca hubiera pensado
que su carrera como violinista en su país de nacimiento terminaría al
pisar el país con el que tanto soñaba. Solamente su fantasía y el
anhelo de encontrar una mejor vida, le hacían huir cada noche por un
euro de la realidad que le rodeaba.

Alguien le había hablado de un parque donde compatriotas se


reunían, ese día sin saber muy bien cómo se puso a caminar con sus
pensamientos puestos en aquella mujer que noche tras noche
ocupaba sus sueños y sus pensamientos. Al doblar la esquina
encontró un grupo de gente que le era familiar, por su apariencia, sus
rasgos, sus palabras.... creyó por un momento estar soñando. Hasta
aquel momento no se había planteado que pudiera compartir parte
de su vida con alguien que le comprendiera, con alguien que sintiera
lo mismo que él sentía.

Se sentó en un banco a observar, el tiempo que llevaba en soledad le


había hecho ser tímido y desconfiado... de repente la vio, no era la
misma, pero era ella. Cómo olvidar aquellos ojos, su boca, su piel,
sus manos, su pelo....

PILAR ARENAS

"Pensaba que ya eran demasiados los que como él, caían en la


trampa de una
promesa incumplida de mejorar su vida" ¡ESTO NO ES VIDA, ES UNA
MIERDA¡
Tengo que ver la forma... tengo que ahorrar suficiente para volver, a
casa?? Es difícil pero no imposible. Otros lo han hecho, me lo han
dicho.

Que hay autobuses que salen de Madrid todas las semanas con
destino a su país, por
un precio bastante módico. Creo que con tres o cuatro meses de
mirar más
el dinero. Quizás comer en los comedores de Caritas, u otros que
hay,
podría hacerlo. Pero el problema, el verdadero problema era la
humillación.

Su amor propio. Porque no podría ir a su pueblo y someterse a la


mirada de sus
familiares y vecinos. No, se tendría que quedar en la capital B. y allí
volver a intentar sobrevivir con la música, ya que era bastante
bueno, le decían.

Por otra parte, había conocido a esa chica Katrina en el parque.


Bueno,
primero en el Sex-Shop, y habían hecho amistad. Ahora ya no iba a
verla allí.
Hablaban de esto y aquello en el parque. Pero no iban a ningún sitio
porque
no tenían dinero. También ella quería escapar de la trampa que era
Madrid, y aquella vida. Podría convencerla para que se volviera con
él a R.
El ya la quería, estaba seguro que era una buena chica, y
además muy
guapa. Pero él, aunque bastante alto, no era bien parecido, y no
parecía que atrajera nada a las mujeres. Esto pensaba…

Emilio López Velasco

A Petrov nada le había ido bien en Madrid. A decir verdad, tampoco


en Rusia le fue bien mientras trataba de vivir honradamente. Y luego,
cuando se metió en negocios sucios, el único que de verdad le ayudó
llegado el momento fue Julio. Le caía bien julio: simpático, adulador,
juerguista, irresistible para las mujeres. ¿Sin escrúpulos? Era posible,
pero a él le había ayudado siempre: primero a trabajar en los pubs de
violinista; después, económicamente para salir huyendo de Rusia
dejando atrás deudas y algunas otras cosas que no quería ni recordar.

Y ahora resultaba que Julio estaba en Madrid y le había llamado para


verle y proponerle algo. No podía creerlo. Sabía que Julio no se
andaría con rodeos e iría directamente al grano, y que le propondría
cualquier cosa fuera de la ley, y quizás relacionado con los
inmigrantes, como él.

Se preguntaba si podría contar con Katrina. Se habían hecho


verdaderos amigos, pero Petrov no sabía si su amistad llegaría tan
lejos. Por otro lado, hervía de ira cada vez que recordaba el aire de
suficiencia con que ella le había dado calabazas…

Bien pensado, trabajando en lo que trabajaba, y pudiendo imaginar lo


que Julio le propondría, si no podían tenerla como cómplice, quizás
podrían tenerla como víctima.

María Luisa

- ¿Qué tenemos?
- Mujer, de unos 30 años, metro ochenta, europea,
probablemente de algún país del este. La encontraron esta
mañana. Al parecer tenía una compañera de piso que según el
casero, salió ayer por la tarde a dar unos masajes y todavía no
ha vuelto. He mandado a Jorge a buscarla.
- ¿Masajes? Vamos, que es Puta ¿No?
- Pues sí, y la víctima, por la ropa que llevaba puesta, yo diría que
también.
- ¿Causa probable?
- Desangrada, no hay duda, hasta la última gota, tendrías que ver
como ha quedado este sitio… El cuerpo presenta una profunda
incisión en la garganta, parece que con arma blanca, pero no
sé, quizás algún tipo de sierra o algo parecido, pero muy poco
afilada. Se aprecian abrasiones bastante claras en los bordes de
la herida lo que indica que el corte ha sido causado por fricción.
- ¿Algo más?
- Hemos recogido un par de fibras muy extrañas que al parecer
están impregnadas de resina. Son como cuerdas finísimas, y
muy largas, de unos 70 centímetros. Las están analizando en
estos momentos. ¿Sigues ahí?
- Si, sigo aquí. Escúchame bien, habla con los de laboratorio y
diles que busquen restos de Colofonia en esas cuerdas, ¿Lo
tienes? y también en la herida. Llámame inmediatamente si da
positivo y Pedro, una cosa más, no hables con nadie que no sea
yo de esas fibras ¿Entendido?
- Co-lo-fo-nia. Descuida jefe, tú mandas.

A.M. Rodríguez

“Joder con el jefe, cada día está más rarito, ¿qué coño será la
colofonia esa de las narices? Para mí que este es sólo un caso más de
puta-polaca puesta a dormir por chulo-polaco! Se las traen, las
enganchan a lo que sea en tres días y las tienen en la palma de la
mano pidiendo más. No hay más que darse una vuelta por Haya,
parecen pajaritos congelados con esas plumas, y medio metro de
ropa para cada una…Si es da asco ser policía en este Madrid, no sé
por qué no me quedé en Cuenca, con mi madre, que allí todo lo más
se cae alguna vieja por las escaleras. Y encima el chulo la habrá
matado con una chaira, por no gastar ni en navajas.

No me tiro yo a una de estas ni soñando, vamos, entre lo que te


pueden pegar y a lo que te arriesgas, y encima para que te escupan
un qué grande la tienes, bombón, por el módico precio de 50 euros.
Pa eso estamos, anda.

De cualquier modo la chavala es preciosa, parece mentira que


una tía así acabe degollada como un cerdo. Se parece tanto a Irina...
Dios mío, esa mujer me tiene loco, y eso que la he visto tres veces en
clase, y me tengo jurado ni mirar a estas bielorrusas o como se
llamen. Pero quien se resiste a esos ojos verdes y esa carita de ángel,
esta noche la llamo sin falta, me la voy a llevar a la cama aunque me
cueste un brazo…”

ROCIO MACHUCA

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