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5. 1. DE LA REALPOLITIK A LA WELTPOLITIK
5. 1. 1. La diplomacia Bismarkiana
Pero la rivalidad entre Austria - Hungría y Rusia por la pretensión de ambos estados de
extender su influencia en los Balcanes, confirió inestabilidad a estos tratados. Por ello
buscó nuevos aliados, como Italia, y mantuvo gracias a su habilidad diplomática un
pacto de neutralidad con Rusia. En el segundo sistema (1879 - 1885) la diplomacia
bismarkiana consigue en 1879 la formación de la Dúplice Alianza (Austria - Hungría y
Alemania) y en 1881 el acuerdo o Liga de los Tres Emperadores (Alemania, Austria -
Hungría y Rusia). Y en 1882 se firmó la Triple Alianza con Austria - Hungría e Italia.
Esta Triple Alianza (la Tríplice) duró hasta 1914.
Otros tratados bilaterales como el tratado de Reaseguro germano - ruso de 1887 o los
tratados mediterráneos (donde participa España) fueron acuerdos siempre secretos y
defensivos, lo que contribuyó a aumentar los mutuos recelos entre naciones.
Desde la última década del siglo XIX, aumentaron las tensiones coloniales y
continentales, lo que alimentó la tensión prebélica. Las discrepancias entre las potencias
condujeron a la formación de nuevas alianzas o compromisos de colaboración política y
ayuda mutua ante posibles ataques. De este modo las potencias europeas se alinearon en
dos bloques enfrentados: La Triple Alianza y la Triple Entente.
5. 2. 1 Bloques enfrentados
La Triple Alianza estaba constituida por Alemania, Austria - Hungría e Italia y se formó
en 1882. El interés alemán por influir en los Balcanes y desde ahí controlar el imperio
otomano llevó a Guillermo II a apoyar los intereses austro - húngaros en esta zona y a
propiciar las inversiones de capital alemán en ella. Italia se decidió a formar parte de
esta alianza únicamente para satisfacer sus intereses con la pretensión de obtener los
territorios austriacos de habla italiana (Trieste, Trentino y Fiurner) Y también para
asegurarse sus intereses coloniales en el norte de África, que chocaban con los
franceses, lo que hizo que su participación fuera controvertida.
La formación de la Triple Entente también se remonta a finales del siglo XIX. Francia y
Rusia que se habían ido aproximando políticamente, iniciaron una alianza en 1891 y
gracias al apoyo financiero francés permitió el inicio de la industrialización rusa.
La crisis se saldó con la cesión a Alemania de una parte del Congo francés y el
reconocimiento del protectorado francés y español sobre el territorio marroquí.
Los Balcanes estaban bajo el dominio del imperio otomano, desde el siglo XVI, sin
embargo el declive turco durante el siglo XIX propició que Serbia, Grecia, Rumania y
Bulgaria fueran consiguiendo la independencia de los imperios austro - húngaros y ruso
intentaran influir en la zona. Los intereses enfrentados de rusos que querían controlar la
salida al Mediterráneo y los Dardaneros y austro - húngaros que tenían en el área
balcánica su principal mercado, fue una importante causa de tensión en los Balcanes
desde el siglo XIX. Otro motivo de fricción fue la aspiración de Serbia de unir a todos
los eslavos del sur y formar la Gran Serbia parte de los cuales vivían en la zona de
Bosnia - Herzegovina, anexionada al imperio austro - húngaro en 1908. El Congreso de
Berlín de 1878 ratificó la presencia de Austria - Hungría en esta zona, al
encomendársele la administración de Bosnia - Herzegovina y anexionándola al imperio
en 1908 a pesar de las protestas de las protestas de Rusia y Serbia, gracias al apoyo o
respaldo prestado por Alemania.
5. 3. 1 E l rearme armamentístico
Desde la primera guerra balcánica los estados europeos aceleraron su política de rearme.
La magnitud del ejército se duplicó entre 1889 y 1914, a la vez que nuevas armas:
acorazados, submarinos, artillería pesada, cañones, ametralladoras, aeroplanos, carros
de combate, radio…. Igualmente la implantación del servicio militar permitió la rápida
movilización de los efectivos militares.
5. 3. 2 La legitimación ideológica
Para justificar el aumento del gasto militar los ejércitos presionan a los gobiernos y a la
opinión pública. La prensa y la literatura de la época divulga la idea de la inminencia de
la guerra, apelando al nacionalismo, contra el peligro enemigo, contribuyendo a crear un
estado de opinión favorable y de entusiasmo patriótico hacia la guerra. El patriotismo
nacionalista se intensificó. Esta es sin duda la razón por la cual el estallido de la guerra
no encontró apenas resistencia. Entre las pocas voces que alertaron contra la guerra, se
encontraban los partidos socialistas y la Segunda Internacional. En 1915 la Internacional
Socialista proclamó el manifiesto de Zimuerwald que era un duro alegato contra la
guerra, pero sus tesis pacifistas no tuvieron fuerza suficiente para detener el conflicto.