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Rolando Patricio Vera Rodas (nacido el 27 de
abril 1965 en Cuenca, Azuay) es un corredor
retirado de larga distancia de Ecuador, quien
representó a su país de origen en tres Juegos
Olímpicos consecutivos de verano, a partir de
1988. Llegó al top ten de los 10.000 metros en los
Campeonatos del Mundo de Atletismo 1987. Le
gustaba mucho éxito en el campeonato a nivel
regional: fue dos veces Campeón Sudamericano
en la pista y ganó medallas de oro en los Juegos
Suramericanos y Juegos Bolivarianos, así como
alcanzar el podio en el Campeonato Iberoamericano y 1987, la Juegos
Panamericanos. Ganó camino que va hacia las competiciones en cuatro continentes
y fue décimo en el 1994 la IAAF Campeonato Mundial de Media Maratón. Vera ganó
la San Silvestre Carrera cuatro veces consecutivas en la década de 1980. En 1995
ganó el Maratón de Los Ángeles y el Maratón de Chuncheon, y ganó el Maratón
Beppu-Ōita dos años más tarde. A nivel olímpico que compitió en el maratón en
dos ocasiones (1992 y 1996). Él sigue siendo el poseedor del récord del Ecuador
más de 20 km y la media maratón. Su mejor marca personal en la maratón es
2:10:46 - un tiempo que le llevó tercero en el Maratón de Boston 1990.

  
 
    
Comenzó su carrera en la pista y fue cuarto a más de 5000 metros en 14:24.16 en
el 1984 Campeonato Panamericano Junior. También tomó parte en la carrera de
obstáculos de 2000 m, donde terminó en sexto lugar. La participación en la
competencia regional en los Juegos de 1986 de América del Sur, que venció el
campo (que incluía el campeón continental Emilio Ulloa) para ganar en 28:53.90.
Su primera medalla senior importante se produjo cuando se llevó la medalla de
bronce en los 10.000 metros en 1986 Iberoamericana Campeonato. También ganó
la San Silvestre Carrera de ese año - una competición que ganó cuatro veces
consecutivas hasta 1989. Otras victorias por carretera en este período incluyó el
Cherry Creek Sneak cinco millas en 1986, la cascada de escorrentía en 1987, y la
carrera Bolder Boulder en 1989.

 
 


Vera hizo su debut Olímpico en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 y llegó a la
final de los 10.000 metros, acabando en 15 ª posición. Él encabezó el podio de los
hombres de 10.000 m en el Campeonato Sudamericano 1989 en atletismo,
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ganando su primer título continental. Él se dobló en los Juegos Bolivarianos 1989 y

ganó los 10.000 metros, así como la toma de plata en los 5.000 metros detrás de
José Castillo. Vera corrió en el Maratón de Boston en abril de 1990 y terminó en
tercer lugar con un mejor tiempo personal de 2:10:46. Un mes más tarde compitió
en la edición inaugural de la carrera 10K Tribu en San Diego y, aunque todavía
cansado de sus esfuerzos en Boston, ganó la carrera en un tiempo récord
Ecuatoriana de 28:08 minutos. En 1991, fue el ganador de la Carrera de Filadelfia
Distancia.

Su tercera aparición en la escena mundial llegó en el Juegos Olímpicos de 1992 y se

trasladó fuera de la pista y hasta la distancia de maratón. Terminó en el 43o lugar,
aunque este fue el segundo mejor desempeño por un Estado de América del Sur
después de Brasil Osmiro Silva. También ganó una medalla de bronce de más de
10.000 m en el 1992 Campeonato Iberoamericano, repitiendo su actuación de hace
cuatro años. Al año siguiente, Vera retuvo su título de 10.000 metros en los Juegos
Bolivarianos 1993. En 1994, ganó el Parelloop 10 km de carrera en los Países Bajos
y se fue a terminar décimo en el 1994 la IAAF Campeonato Mundial de Media
Maratón en Oslo finales de ese año - el establecimiento de un registro nacional de
marca de 1:01:36 para la distancia de media maratón. En el circuito de ese año
también ganó en la Marvejols Mende-en Francia.
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Jersinio era el nombre con que su madre quiso
inscribirlo cuando aún era un bebé. Sin
embargo, este no fue aceptado en el Registro
Civil del Azuay. El argumento fue que no
correspondía al idioma español.

Entonces Fausto, su hermano mayor, sugirió el

de Jefferson, aunque también para conseguir su
aceptación se debió decir que era hijo de un
deportista. Nació en El Vecino, uno de los
barrios más tradicionales de Cuenca, el 1 de
julio de 1974 como hijo de Manuel Jesús Pérez
(+) y María Lucrecia Quezada.

Pero por esos tiempos su progenitora jamás se

imaginó que su querido "Nardo", así lo llama
ella por su segundo nombre: Leonardo, llegaría
a ser la máxima figura del deporte ecuatoriano de todos los tiempos.

Durante su infancia, la vida de Jefferson Leonardo transcurrió igual que la de los

demás niños de barrio, en medio de limitaciones económicas. Inclusive, sus
estudios primarios, que los realizó en las escuelas Eugenio Espejo y Gabriel
Cevallos, luego los secundarios en el Colegio Francisco Febres Cordero, tuvo que
compartirlos con algunas tareas para ayudar al sustento de su hogar.

Más allá de su trayectoria deportiva, el campeón olímpico 1996, obtuvo se ha

esforzado también en el campo académico, obteniendo el título de Ingeniero
Comercial, además de Máster en Administración de Empresas en la Universidad
del Azuay.




    

Su incursión en la marcha fue por casualidad. Todo comenzó ante la premura de
prepararse para una carrera de resistencia, que servía como examen de Educación
Física, cuando era alumno del segundo curso en el colegio Francisco Febres
Cordero. Al descubrir su potencial para la marcha, el entrenador azuayo Luis
Chocho le invitó a unirse a su grupo donde ya estaban las campeonas
sudamericanas Miriam Ramón y Luisa Nivicela. Aunque al principio no fue de su
agrado por los movimientos extraños que demanda la caminata atlética, luego de
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conversar con su familia decidió decir sí a la caminata, afrontando como un reto

este(hasta entonces) Dzextrañodz pero extraordinario deporte.

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Pues su gloria siguió fortaleciéndose y a pasos agigantados. Lo hizo cuando alcanzó
el título los 20 km marcha del Campeonato Mundial de Atletismo de Francia en el
2003 y fue con el récord mundial de 1:17:21, que lo mantuvo por cuatro años.
Luego de dejar las pistas, el máximo exponente deportivo de Ecuador buscará
otros derroteros en su vida. Actualmente aporta a la sociedad desde la fundación
que lleva su nombre, brindando salud, educación y nutrición a niños y adolescentes
de escasos recursos económicos. Además ha creado cientos de plazas de trabajo
por medio de negocios que inició hace varios años. De esta forma su aporte sigue
creciendo en otras actividades, mucho más allá del deporte. Generando así que su
sello de excelencia deportiva, empresarial y humana perduren por siempre.