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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

La Literaturidad
Jonathan Culler, ed Arigenot, Marc et al: Teoría Literaria (1989)
México; Siglo XXI, 1993. 36-50

¿Qué es la teoría?
Jonathan Culler, en Breve Introducción a la teoría literaria, Jonathan Culler
Barcelona; Crítica, 2000. 11-28

¿Qué es la literatura, y qué importa que lo sea?


Jonathan Culler, en Breve Introducción a la teoría literaria, Jonathan Culler
Barcelona; Crítica, 2000. 29-55

Sociedades, culturas y hecho literario


Elezar Meletinsky, ed Arigenot, Marc et al: Teoría Literaria (1989)
México; Siglo XXI, 1993. 17-35

Naturaleza de la Literatura (Cap II)


Warren y Wellek, en Teoría Literaria
Madrid; Gredos, 1966. 24-34

Función de la Literatura (Cap III)


Warren y Wellek, en Teoría Literaria
Madrid; Gredos, 1966. 35-46

La Literatura y los Estudios Literarios (Cap I)


Warren y Wellek, en Teoría Literaria
Madrid; Gredos, 1966. 17-23

Teoría, Crítica, e Historia literarias (Cap IV)


Warren y Wellek, en Teoría Literaria
Madrid; Gredos, 1966. 47-56

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

La Literaturidad – Jonathan Culler

¿Qué es la literatura?
Pregunta que puede ser abordada de varias formas, puede tratarse no de definición sino de
caracterización (cual es su papel)… Pero también puede tratarse de qué es aquello que la distingue de
otras cosas: esa es la pregunta de la literaturidad, ¿Cuál es o cuáles son los criterios que hacen que algo
sea literatura?

Northop Frye: “no disponemos de verdaderos criterios APRA distinguir una estructura verbal
literaria de una que no lo es”.

Un primer problema consistiría en saber si existen propiedades interesantes que posean todas las
obras que denominamos literarias y que las distinguen de objetos no literarios a los cuales se parecen.
Pero siguiendo esta línea, considerando lo ecléctico de la producción literaria, llegaríamos a la
conclusión de que la literatura no es otra cosa más que aquello que una sociedad determinada trata como
literario. Se trata de una situación análoga a la clasificación de los “yuyos” en un jardín, no hay ningún
criterio de delimitación más allá de que plantas quiere el jardinero que no crezca allí.

Si la literatura fuera una categoría de este tipo, la literaturidad no sería objeto de un análisis
teórico, sino únicamente de una investigación histórica que pretendería hacer explícitos los criterios
utilizados por diferentes grupos.
Pero no es este el abordaje que se le da, las propias dificultades invitan a la reflexión acerca de la
naturaleza de la literatura no para excluir o incluir obras como “literarias”, sino como instrumentos de
orientación teórica y metodológica que sacan a luz los aspectos fundamentales de la literatura.
Dos criterios ofrecen las discusiones más productivas: la relación con una realidad supuesta y,
determinadas propiedades del lenguaje.

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Interludio histórico:
Hasta el siglo XIX, la “literatura” y términos análogos en otras lenguas europeas significaban de
manera global “los escritos” y hasta “el saber libresco”.
Con la institución de la crítica literaria y el estudio profesional de la literatura, recién a fines del
XIX se pudo plantear la pregunta sobre la especificidad de la literatura (ergo, de la literaturidad). Y
entonces se quiso promover, mediante la separación de lo “propio” de la literatura, métodos de análisis
que permitieran hacer avanzar la comprensión de este objeto y dejar de lado métodos impropios que no
tomaban en consideración la naturaleza de este objeto.

Jakobson (formalista ruso):


“El objeto de la ciencia literaria no es la literatura sino la “literaturidad”, es decir, lo que hace de
una obra dada una obra literaria.”
“Si los estudiosos quieren convertirse en una ciencia han de reconocer el “procedimiento” como
a su personaje único. Después, la pregunta principal es la de la justificación del procedimiento”
Ergo: pone la atención sobre las estructuras que serían esenciales en las obras literarias y, en cambio, no
serían esenciales en otras obras.
---

Mukarovsky (continuador del formalismo ruso):


El lenguaje poético no se distingue por su belleza, ni por su ornamento, ni por la afectividad, ni por
su carácter metafórico, ni por su singularidad, sino por la puesta de manifiesto. El resultado de esto es que
el lector no recibe el texto como un simple medio transparente.
Esta desfamiliarización, desautomatización del lenguaje, produce la percepción de los signos en
tanto que tales. Los mecanismos son múltiples y entre ellos pueden crear un objeto muy estructurado, a
través de paralelismos, repeticiones, aberraciones, rima, resonancia, aliteración, etc… Además, un
lenguaje figurativo que exige un esfuerzo de interpretación sirve también para significar la literaturidad;
muchas veces la imagen literaria pretende crear una percepción nueva colocando el objeto en una
perspectiva insólita.
En otro plano, la perspectiva elegida para la narración es la que va a actualizar el efecto de
desfamiliarización.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

Poner de manifiesto los signos lingüísticos y medios de representación puede hacer de la literatura
una crítica de los modelos semióticos mediante los cuales tenemos la costumbre de hacer el mundo
inteligible.
Pero nos exponemos a un obstáculo cuando tratamos de limitar la literaturidad a un repertorio de
procedimientos lingüísticos: todos estos procedimientos pueden encontrarse en otra parte, en textos no
literarios; el propio Jakobson lo reconoce.
El discurso publicitario, los juegos de palabras, los errores de expresión, nos hacen reaccionar al
lenguaje sin que por ello creen literatura.

Jakobson acerca de la función poética del lenguaje: “una focalización en el mensaje en cuanto tal”.
Esta definición retoma en parte la noción tradicional de que el objeto estético tiene un valor en si. Libre
de las limitaciones de los discursos cotidianos –de la responsabilidad que a estos se adhiere, por ejemplo-,
vemos la obra literaria capaz de reflejar algunas de las ideas rectoras de la literaturidad: el discurso
polivalente, o el discurso portador de sentido oculto, indirecto y suplementario (que sería el sentido más
importante).
Shklovsky: “camino en el que el pie siente la piedra, camino que regresa sobre sí mismo”.
La puesta en manifiesto del lenguaje es una manera de desprenderlo de otros contextos, y de hacer
del acto de lenguaje que el texto pretende cumplir, un procedimiento literario, en un contexto de textos y
procedimientos literarios.

Volvemos sobre Jakobson:


Cualquier discusión que se centre en la literaturidad no considerará el procedimiento como un
medio de expresar un mensaje cualquiera, sino como el protagonista, el sujeto del discurso literario.
En vez de tratar un elemento formal como un medio para expresar la visión del autor/narrador/voz, se
puede contemplar este contenido como medio de explorar o hacer avanzar o desviar el texto/soneto.
En este contexto, escribir es inscribirse en la tradición literaria, y se ha de explicar las obras de
acuerdo a esta única perspectiva: toda obra literaria se crea en referencia y oposición a un modelo
específico que proporcionan otras obras de la tradición (por ejemplo, los procedimientos para establecer
intriga).

La puesta en manifiesto del lenguaje apenas puede llegar a ser un criterio suficiente de lo literario,
es más bien el modo de integración de estas estructuras, el establecimiento de una interdependencia
funcional y unificadora, de acuerdo con las normas de la tradición y el contexto literario.
Son tres los niveles a contemplar:
La integración de las estructuras/relaciones que en otros discursos no tienen función alguna:
En un poema, cualquier paralelismo plantea la cuestión de las relaciones semánticas entre sus
componentes, allí donde domina la función poética del lenguaje “la similaridad se convierte en
procedimiento constitutivo de la secuencia” (en virtud de similitud cualquiera).
La integración a segundo nivel: la obra de arte completa/un todo orgánico:
Los formalistas rusos hablan de “la dominante” que se presenta en forma de un elemento o de una
estructura unificadora localizable en todos los niveles. Lo esencial es que se suponga esa unidad y
un momento/elemento del texto pueda relacionarse con otros, transformarlos, e incluso oponerlos,
y crear una estructura de conjunto.
No es que siempre se encuentre la unidad que se busca, pero la suposición de la unidad hace que
aparezcan tensiones y hasta contradicciones entre los elementos o entre las estructuras a diferentes
niveles. “el lenguaje de la poesía es el lenguaje de la paradoja”
Esto se ve también a nivel de las dimensiones constatativas (lo que dice) y preformativas (lo que
hace) del texto. Ej: Un poema no debe significar sino ser  inevitablemente significa
Esta misma presunción de unidad hace que surjan y se produzcan muchos efectos literarios.
En un tercer nivel vemos la obra contra su contexto literario:
El texto literario ofrece siempre un comentario sobre la lectura implícita, o puede ser interpretado
como una alegoría de la lectura, una reflexión sobre las dificultades de la interpretación. Esto hace
de la literatura un discurso autorreflexivo (no quiere decir que se explique o se domine
plenamente).

Siempre hay aspectos del texto que escapan a la reflexión y la definición, lo cual hace de la
búsqueda del absoluto literario un fracaso: el tema profundo de la literatura vendría a ser la imposibilidad
de la literatura.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

El actual debate sobre la literaturidad oscila entre una definición de las propiedades/organización
de los textos y una definición de las convenciones y presupuestos con los que se aborda el texto llamado
literario.
Por una parte, está claro que la noción de literaturidad es una función de las relaciones
diferenciales del discurso literario y de otros discursos, más que una cualidad intrínseca. Si se toma un
fragmento de prosa periodística y se dispone en una página en forma de poema, vemos surgir algunas
cualidades que están en el texto, pero que son una función de las nuevas convenciones que se aplican a él.
Lo cual no quita que estas relaciones se den en el discurso no literario también “I like Ike”

Otra concepción de literaturidad pone el acento en una relación particular del discurso literario con
la realidad: refiere más a eventos y personas imaginarios que a históricos.
Pero la ficcionalidad no se limita a personajes, situaciones y acontecimientos imaginarios. No es
únicamente que Anna Karenina y don Quijote no existan; el “yo” poético tampoco designa a un individuo
empírico en un momento dado sino un sujeto creado en y por el poema.
La obra literaria es un acontecimiento semántico: proyecta un mundo imaginario, que abarca a los
narradores y a los lectores implícitos. Podemos decir que la obra se refiere a un mundo posible entre otros
mundos posibles, más que a un mundo imaginario.
Algunos teóricos:
Como acto de lenguaje, la obra literaria es una imitación de un acto de lenguaje
“serio”, en el que el locutor es responsable de las promesas que ha hecho, etc. Desde
esta perspectiva, la ficción se entiende en relación con el discurso “natural”/no-
ficticio al que imita. La ficcionalidad de la obra nos e ah de descubrir en la realidad
de los personajes, objetos y acontecimientos, sino en la no realidad del propio acto de
referencia.
Pero:
En el caso de la mayor parte de los textos literarios, la ficcionalidad no es en modo
alguno la cualidad esencial que distingue a una novela de una biografía, o una
colección de cartas. Hay muchísimos autores que no disimulan para nada el formato
novelesco: ergo, no se trata de una imitación ficticia de los actos de lenguaje, sino de
un acto de lenguaje específico, por ejemplo, el de contar una historia.

El discurso literario, para poseer condiciones de enunciación diferentes a las de otros actos lingüísticos, se
relaciona con condiciones específicas. ¿Cuales?
Mary Louise Pratt:
Se opone a la idea de un lenguaje literario distinto, insiste en la importancia que tendría contemplar
las narraciones literarias como miembros de una clase de “textos narrativos de exhibición”, en los que se
consideraría que el destinatario reconoce que la pertinencia del relato no está en las informaciones que
éste propone, sino en el hecho de que sea contable.
Aquí se benefician de los mecanismos de selección, que crean, frente a estos relatos, un “principio
de cooperatividad hiperprotegida” y permiten al lector imaginar que puede resultar de ello una
comunicación interesante. Se presupone que nuestro interlocutor se coloca en una actitud de cooperación
y que su respuesta será pertinente con respecto a la cuestión planteada (el principio de cooperatividad nos
autoriza a encontrar la respuesta a una pregunta en cualquier reacción que sea ofrecida). En literatura este
principio está “hiperprotegido”, en el sentido que suponemos la pertinencia y el valor de los momentos
oscuros, aberrantes, y digresivos (habría que acumular una inmensa suma de incomprensiones y
frustraciones frente a un texto para hacernos decidir que no hay gestión de comunicación cooperativa).

Una discusión sobre ficcionalidad y actos de lenguaje nos lleva a las presuposiciones de la literaturidad,
que nos hacen buscar y encontrar en una obra una organización compleja e intensa del lenguaje.
Simplemente, todas las búsquedas que apuntan a aislar los elementos y convenciones determinantes para
producir literaturas coinciden y proponen vías importantes para el estudio literario.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

¿Qué es la teoría? – Jonathan Culler

El término “teoría”
Cuando se escuchan quejas sobre el exceso de teoría, lo que preocupa es no que se esté reflexionando
demasiado sobre la literatura, sino que haya demasiada polémica sobre cuestiones ajenas a la literatura,
sobre cuestiones generales cuya relación con la literatura es apenas manifiesta.

Una teoría es una forma de especulación que no puede depender de la opinión de alguien, es una
explicación cuya verdad o falsedad posiblemente será difícil verificar. Normalmente, para que una
hipótesis se considere teoría debe caracterizarse por una cierta complejidad (implicando relaciones de tipo
sistémico entre diversos factores), además de no ser evidente.

La teoría como género


Un género nuevo del XIX, descrito de la siguiente manera por Richard Rorty:
“una nueva forma de escritura que no es la evaluación de los méritos relativos de una obra de arte, ni es
historia de las ideas, ni filosofía moral, ni profecía social, sino todo ello entremezclado”
Y, las obras que se consideran teoría producen efectos más allá de su ámbito original, ofrecen
explicaciones que pueden usarse sobre muy diversas cuestiones en diversas disciplinas.

Los efectos de la teoría


Hace ver de forma diferente los objetos de estudio, pero también las mismas prácticas de análisis;
principalmente se trata de la puesta en tela de juicio del llamado “sentido común”, por ejemplo:
 La concepción de que el significado de un enunciado o un texto se corresponde con lo que
el autor “quería decir”
 La idea de que la escritura expresa una verdad que reside fuera del texto, en lo expresado
 La noción de que la realidad es lo que está presente en un momento dado
Busca demostrar que el llamado “sentido común” es una construcción social, una construcción histórica,
que ha llegado a parecernos tan natural que ya ni siquiera la percibimos como teoría.

Ejemplos de teoría:
Foucault y el Sexo:
Foucault plantea que lejos de ser algo natural que hubiera sido reprimido, el
“sexo” es una idea compleja creada por la confluencia en el XIX de un conglomerado
de prácticas sociales/investigaciones/conversación/escritura, es decir, por “discursos”.
Los mensajes que relacionamos con la idea de represión de la sexualidad
fueron, de hecho, maneras de provocar el nacimiento de ese algo que llamamos
“sexo”. El XIX encontró nuevas maneras de agrupar bajo una categoría única una
serie de cosas que en potencia son bastante diferentes (psicología/biología/sociología)
Lo interesante: esa cosa llamada “sexo” fue considerada la causa de la
diversidad de fenómenos que anteriormente se había reunido para originar la idea.
Dejó de ser una cuestión de actuación para convertirse en una cuestión de identidad
natural.
El “sexo” –como secreto de la naturaleza humana– es construido por discursos
que, sin embargo, representan al sexo como si fuera previo a ellos. El proceso es
invertido por Foucault, considerando el objeto como producto de los discursos que
pretenden analizar, describir, y regular las actividades humanas. La tentativa de
conocer “la verdad” sobre los seres humanos.
Derrida y la Escritura:
La filosofía occidental ha diferenciado la “realidad” de “apariencia”, las
“cosas” de “representaciones”, y el “pensamiento” de los “signos” que lo expresan.
Pero se advierte que la presencia de las cosas (que instintivamente llamaríamos
total) no es un momento de completa aprehensión, de acceso inmediato a la cosa
misma; tiene suplementos e intermedios.
Derrida dice que aparece “una serie vinculada infinitamente, que multiplica
ineludiblemente las mediaciones suplementarias que producen la sensación de la
misma cosa que postergan: la impresión de la cosa en sí”.
La idea del original al crean las copias, y el original siempre resulta diferido, y
no podemos alcanzarlo nunca. El “original” es generado como efecto de los signos.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

La presencia no es sino una forma particular de ausencia, que continúa


precisando de mediaciones y suplementos.1

Las jugadas de la teoría


Siempre se busca la causa, el reordenamiento de factores puede proponer un skandalon de causa-efecto, u
otras jugadas que resulten útiles para el análisis de otros temas.
Por ejemplo, en el caso de Foucault y el Sexo2:
¿Qué se consigue al ocultar la complicidad entre el sexo y el poder de las fuerzas sociales?
Se oculta que todo el tiempo se está operando dentro de los términos establecidos por el poder (se ofrece
el sexo como algo natural e indómito), entonces el poder parece limitado.
Y mientras que no habla de literatura, la literatura es uno de los lugares donde se construye al idea de
“sexo”, y en la literatura se encuentra un defensa de la noción que dice “la identidad más profunda de las
personas está ligada al tipo de deseo que sienten por otro ser humano”.

Para Foucault el poder está en todas partes, y no es algo que se ejerce; se ejerce la dualidad poder/saber
(uno en la forma de otro).
La influencia de Foucault reside particularmente en al creación de objetos históricos como “sexo”,
“castigo”, “locura”… o mejor dicho, su reconocimiento como objetos históricos antes que naturales.

Síntesis parcial acerca de ¿Qué es la teoría?


Derrida realiza un lectura, una interpretación de textos en los que identifica el funcionamiento de
una lógica; Foucault nos e basa en textos sino que ofrece un esquema conceptual genérico para pensar
sobre los textos y los discursos en general. Derrida muestra que las obras literarias son teóricas, Foucault
que los discursos del saber son creativamente productivos.3
Derivar cuestiones –como las recién enunciadas- implicadas en afirmaciones es ya una manera de
entrar en la teoría y practicarla.
Los ejemplos expuestos muestran lo que ha sido la tarea principal de la teoría más reciente: la
crítica de lo que se toma por natural.

Rasgos principales:
 La teoría es interdisciplinaria
 Es analítica y especulativa, intenta averiguar qué se implica
 Critica las nociones de sentido común y de conceptos naturales
 Es reflexión, pensamiento sobre el pensamiento, un análisis de categorías

No tiene fin, no es un grupo cerrado de textos, se actualiza constantemente (no supone respiro alguno sino
nuevas asignaturas pendientes en cada estadio alcanzado).
Compromete sin término límite a quedar en una posición en la que siempre habrá cosas importantes que
no sepamos. “Pero eso es señal de que estamos vivos”
La teoría invita a desear la excelencia.

1
Lo realmente importante es le diferencial de distancia a la cosa en sí, no la cercanía a esta
2
Foucault llamó a esta operación “crítica genealógica”: como una categoría supuestamente fundamental,
en realidad deriva de prácticas discursivas.
3
Dani-El dice: la teoria de foucault sobre el sexo me pareció mucho mas interesante que el mega
descubrimiento de derrida de que nos manejamos enteramente con copias y representaciones todo el tiempo
aunque no se trata de compararlos obviamente… pero bue; debe ser que una habla del sexo y el otro no.
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: Sep; 100% de acuerdo con vos; aparte, la de Foucault es muy
extrapolable a otras áreas de conocimiento
Dani-El dice: Totalmente; cada disciplina
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: mientras que la de Derrida depende de la definición de "cosa en sí"
como cosa "absoluta/total/infinita/unica" ergo inaprensible (me atrevo a decir que derrida acá es tautológico)
Dani-El dice: puede tomar su objeto de estudio y preguntarse si es una creación socio-cultural o si realmente
existe o precede a la sociedad
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: correcto, aunque sea como un simple ejercicio de reflexión
Dani-El dice: totalmente, es hasta interesante y todo.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

¿Qué es la literatura, y qué importa que lo sea? – Jonathan Culler

La propia teoría entremezcla ideas de la filosofía, la lingüística, la historia, la teoría política y el


psicoanálisis; ambas obras, las literarias y las no literarias, pueden estudiarse conjuntamente y con
métodos parejos.

Literaturidad fuera de la literatura


La distinción, más allá del estudio, tampoco es crucial desde el punto de vista en que se revela la
“literaturidad” de numerosos fenómenos no literarios. Y es más, muchos rasgos que se tenían como
fundamentales en al literatura también lo resultaron en discursos y prácticas no literarios: las discusiones
sobre la naturaleza de la comprensión histórica han tomado como modelo el análisis de la comprensión de
la narración; los que gustamos de leer y escuchar relatos podemos determinar con facilidad si la trama
tiene sentido y es coherente, o si la historia ha quedado sin final.
El mismo hecho de referirnos al descubrimiento de la “literaturidad” de fenómenos no literarios
para describir esta situación indica que al noción de literatura continúa desempeñando un determinado
papel que debemos desentrañar.

¿De qué pregunta se trata?


¿Qué es la literatura? No reclama una definición, sino más bien un análisis, incluso la discusión de
por qué hay que ocuparse de la literatura.
Es probable que ya se tenga una idea de lo que es literario, y se quiera saber algo diferente:
¿existen rasgos distintivos esenciales presentes en todas las obras literarias?
La teoría ha pugnado por encontrar respuesta, pero sin demasiado éxito. ¿Existen rasgos
compartidos por los poemas, las obras de teatro, y las novelas que los distingan de, pongamos por caso,
las canciones, la transcripción de una conversación o las autobiografías?

Perspectiva histórica
“Literatura” y términos afines en otras lenguas europeas significaban “escritos” o “conocimiento
erudito”; las obras que hoy se estudian eran consideradas muestras de una categoría mayor de prácticas
ejemplares de la escritura y el pensamiento, que incluía el discurso retórico, los sermones, la historia y la
filosofía.
Se les daba un trato muy diferente a las obras literarias (en el sentido moderno), que no pasaba por
explicar “de que tratan en realidad”.
En el sentido moderno, en Occidente, la literatura fue entendida como un escrito de imaginación,
tiene su origen en los teóricos del Romanticismo alemán de la transición de los XVIII y XIX.

Mientras que se siente la tentación de declarar “es literatura lo que una determinada sociedad
considera literatura”, pero esto no resuelve la cuestión, solo la desplaza: en lugar de preguntarnos que
califica de literatura, ahora la pregunta es ¿Qué impulsa a una sociedad dada a tratar algo como literatura?
Si la literatura es lenguaje descontextualizado, apartado de otras funciones o propósitos, es también
en sí misma un contexto, que suscita formas especiales de atención: la complejidad potencial del texto,
significados implícitos. Describir la literatura termina siendo determinar que conjunto de supuestos y
operaciones interpretativas aplica el lector en su acercamiento a esos textos.

Las convenciones de la literatura


El principio de cooperación hiperprotegido: interpretaré la respuesta presuponiendo que mi
interlocutor coopera conmigo y que lo que me dice es relevante. Se presupone que las dificultades que
cause el lenguaje literario tiene una intención comunicativa.
Lo que distingue a los textos literarios de los textos expositivos igualmente narrativos es que han
superado un proceso de selección: un lector se acerca a ellos con la seguridad de que a otros antes que a él
les ha parecido que estaban bien construidos. En la mayoría de los casos, tratar algo como literario
depende del contexto en que se lo encuentra: un libro, un anaquel, una biblioteca…

Una incógnita pendiente


La respuesta más factible es que se dan ambos casos; a veces el objeto tiene características que lo
hacen literario y otras veces es el contexto literario el que motiva la decisión.
Por una parte, entonces, la literatura no es un mero marco en el que quepa cualquier forma de
lenguaje, y no todas las frases que dispongamos en un papel como si fueran un poema lograrán funcionar
como literatura. Las dos perspectivas se superponen parcialmente, se entrecruzan, pero no parece que se
derive una síntesis.

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La naturaleza de la literatura
La literatura trae a primer plano el lenguaje: Cuando el texto que tenemos delante se etiqueta como
literario, estamos dispuestos a prestar atención a cómo se organizan los sonidos y otros elementos del
lenguaje que generalmente nos pasan inadvertidos. De todas formas, no todos los textos que traen a
primer plano el lenguaje son literatura, los trabalenguas por ejemplo.
La literatura integra el lenguaje: hay relaciones entre los diferentes niveles lingüísticos, sonido y
sentido, organización gramatical y estructura temática. Pero no se trata de que estas relaciones sean
relevantes solo en literatura, sino que al intentar entender en qué contribuye cada elemento al efecto
global, sea más probable encontrar en textos literarios integración, armonía, tensión, o disonancia. [Leer
un texto como literatura es mirar ante todo la organización del lenguaje; no es leerlo como expresión de la
psique del autor o como reflejo de la sociedad que lo ha producido].
La literatura es ficción: la ficcionalidad no se limita a los personajes y los acontecimientos, los
deícticos, los adverbios de tiempo y lugar, también funcionan de un modo particular, señalando hacia el
propio mundo ficcional narrado y a su tiempo interno. La ficcionalidad de la literatura separa el lenguaje
de otros contextos en los que recurrimos al lenguaje, y deja abierta a interpretación la relación de la obra
con el mundo.
La literatura es un objeto estético: los niveles suplementarios de la organización lingüística, la
separación de los contextos prácticos de enunciación y la relación ficcional con el mundo, se pueden
agrupar bajo el encabezamiento de “función estética del lenguaje” (estética es el nombre tradicional de la
teoría del arte). Para Immanuel Kant, el teórico principal de estética moderna en Occidente, recibe el
nombre de “estético” el intento de salvar la distancia entre la materia y el espíritu, entre el mundo de las
magnitudes y el de los conceptos. Una obra literaria conduce al lector a considerar la interrelación de
forma y contenido.
Para Kant y otros teóricos los objetos estéticos tienen una finalidad sin finalidad, una finalidad en
sí mismos, su construcción busca que todas las partes cooperen para formar una obra de arte: el placer de
la creación o el ocasionado por la obra. Considerar un texto literario es considerar como contribuyen
todas las partes al efecto global, pero en ningún caso creer que la intención última de la obra es cumplir
un objetivo como informar o convencer.
La literatura es una construcción intertextual/autorreflexiva: Una obra existe entre otros textos, a
través de las relaciones con ellos. Los ejemplos más claros son cuando se recogen aspectos de la tradición
previa para negarlos; la obra en ese caso tiene sentido en relación con la tradición que lo hace posible.
Resulta posible, por tanto, leerla como si en cierta medida tratara sobre la propia poesía.

Las funciones de la literatura


Los rasgos propios de la literatura no se pueden reducir ni a propiedades objetivas ni a meras
consecuencias del modo en que enmarcamos el lenguaje. La literaturidad de la literatura podría residir en
la tensión que genera la interacción entre el material lingüístico y lo que el lector, convencionalmente,
espera que sea la literatura.

¿Propiedades o consecuencias?
Lo que han emprendido los teóricos es una reflexión sobre la literatura como categoría social e
ideológica, sobre las funciones políticas y sociales que se creí que realizaba ese algo llamado “literatura”.
En ocasiones la literatura surgió encargada de funciones diversas, que en última instancia iban
hacia sustitutos de la religión, que ya no parecía capaz de mantener unida a la sociedad.
¿Qué hay en la literatura para que se pueda pensar que hace eso? La ejemplaridad. El personaje se
presenta en cierta forma como ejemplar, ¿sino por qué lo leeríamos? La estructura de la obra literaria es
tal que resulta más sencillo tomar el texto como si refiriera a la “condición humana” en general
(categorías más específicas nunca queda claro si son demasiado o muy poco específicas, la universalidad
es la salida mas asequible).
Ambas afirmaciones son perfectamente plausibles: que la literatura es vehículo de la ideología o
que es un instrumento para desarmarla. Algunos teóricos han destacado que en el mejor de los casos
promueve una objetividad y una apreciación positiva de la diversidad, en el peor genera pasividad y
aceptación de lo existente.
Es de destacar que la literatura se ha considerado peligrosa históricamente: Platón expulsó a los
poetas de su república ideal porque solo podían causar daño, y las novelas han tenido fama durante
mucho tiempo de crear insatisfacción en los lectores para con al vida que han heredado y despertarles el
anhelo de algo nuevo amor/ambición/revolución.

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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I

La literatura ha sido siempre la posibilidad de exceder ficcionalmente lo que se ha escrito o


pensado con anterioridad. Cualquier idea que tenga sentido, la literatura puede convertirla en sinsentido,
dejarla atrás, transformarla de modo que cuestione su legitimidad y adecuación.
La literatura es tanto el ruido como la información de la cultura, fuerza entrópica y capital cultural,
exige y compromete al lector en los problemas del significado.

La paradoja de la literatura
La pregunta de qué es literatura no surge porque se tema confundir una novela con un estudio
histórico o el horóscopo semanal con un poema. Pensar la literaturidad es mantener ante nosotros, como
recursos para el análisis de esos discursos, ciertas prácticas que la literatura suscita: la suspensión de la
exigencia de inteligibilidad inmediata, la reflexión sobre qué implican nuestros medios de expresión y la
atención a como se produce el significado y el placer.

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Sociedades, culturas y hecho literario – Elezar Meletinsky

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