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Relatos Homoeróticos

La importancia de un narrador
Por: Van Krausser

Primeramente, ¿por qué utilizar un narrador para un escrito, cuento, fábula, novela, etc.?

Dentro de la creación de una obra literaria, la presencia de un narrador es muy importante,


puesto que realiza el vínculo de comunicación autor-lector por su mediación.

Para el estudio de los diferentes tipos de narradores, se puede hacer uso de la clasificación que
realizó el teórico francés de literatura Gérard Genette, que identifica los niveles dentro de una
narración. Éste analista clasificó las obras literarias, partiendo del estructuralismo, en tres
aspectos: tiempo, modo y voz. Fue uno de los creadores de la Narratología, que es el estudio de
los elementos fundamentales de la narración.

Algunas de las categorías estudiadas por la narratología son:

• El narrador, en relación con el cual, a su vez, se habla de "voz narrativa" y de "punto de


vista" o "focalización";
• Los personajes, clasificados como "actantes" según su función en el argumento de la
obra;
• La "fábula" o "trama";
• El tiempo y el espacio narrativos, frecuentemente conectados a través del concepto de
cronotopo, debido a Mijail Bajtín, que no se estudiará por ahora.

Por el momento sólo se realizará el estudio del narrador en varias de sus divisiones.

Este artículo sólo da una base de manera superficial, por medio del método de la narratología,
de los diferentes estilos de narradores. Algunos no se verán más que en una rápida definición.

1. Narradores

Entonces, ¿qué es un narrador?

El narrador es un personaje muy importante, y según su posición dentro de la narración,


hace que ésta sea diversa; es el encargado de contar o narrar los acontecimientos en una
obra literaria. Muy a menudo se tiene la idea de que el narrador es el mismo escritor. En
realidad, es la voz que cuenta al lector lo que va sucediendo en la narración. Presenta a los
personajes y sitúa la acción o secuencia de los acontecimientos en un espacio y en un
tiempo determinado. Es una entidad dentro de la historia, diferente del autor (persona física)
que la crea.

Funciones del discurso del Narrador

• Función narrativa: es la principal, ya que el narrador se define por su actividad de


contar una historia;
• Función de control: señala la capacidad del narrador para incidir en su propio discurso
desde un plano meta-narrativo, es decir, más allá del plano de los personajes;
• Función comunicativa: incluye las funciones que se refieren directamente al
destinatario, apelativa y fática (es decir, para facilitar y optimizar la transmisión de
mensajes), e implica que el narrador se comporta como un hablante que se dirige a un
interlocutor tratando de influir en él;
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• Función testimonial: a través de ella el narrador se refiere a sus fuentes de


información, la mayor o menor nitidez de los recuerdos, etc.;
• Función emotiva: a raíz de la información dada por él mismo, o de la descripción de
recuerdos, narra los estados anímicos que deben ser sentidos por el lector. Puede
tomarse como un ejemplo, la narración de terror psicológico;
• Función ideológica: (aunque no es exclusiva del narrador la expresión o valoración
ideológica: el personaje también asume con relativa frecuencia este cometido). Resalta
el sentido que intenta transmitir el autor en cuanto a ideologías, convicciones, valores,
etc. Depende incluso de la época en que fue escrita, el contexto social, el medio político,
etc. Una obra representativa de la función ideológica del narrador se muestra en La
maravillosa medicina de Jorge, en la que su autor, Roald Dahl, se aleja de lo
considerado ‘políticamente correcto’ y presenta personajes que transgreden lo
socialmente aceptado y cuyas conductas suponen un ataque a las normas sociales.

2. Clasificación

Se pueden clasificar los tipos de narrador según criterios muy diversos, por ejemplo de
acuerdo a su posición respecto a lo narrado (si se ubican dentro o fuera de la historia) o a su
punto de vista.

2.1 Según su posición respecto a lo narrado

Aquí podemos encontrar dos clasificaciones y una alteración de las mismas:

a) Narrador homodiegético

Donde homo significa mismo y diégesis historia. Dentro de esta categoría nos
referimos al narrador como alguien que la ha vivido desde fuera, pero que es parte
del mundo del relato. Generalmente son narradores en primera persona.

Ejemplo: La guerra de los mundos, de H. G. Wells. Fragmento del capítulo 5


Después de haber visto cómo los marcianos emergían del cilindro en que
vinieron a la Tierra desde su planeta, una especie de fascinación paralizó mis
movimientos. Seguí en pie, hundido en la maleza hasta las rodillas, los ojos
fijos en el montículo que me los ocultaba. La curiosidad y el miedo batallaban
en mi ánimo.
No me atreví a volver al agujero, pero deseaba ardientemente inspeccionarlo.
Me adelanté, describiendo grandes curvas, buscando posiciones ventajosas y
mirando fijamente los montones de arena.

b) Narrador heterodiegético

Hetero significa otro, diégesis historia. Se trata de aquellos narradores que cuentan
la historia desde fuera del mundo del relato, generalmente en tercera persona. El
caso más común es el del llamado narrador omnisciente, que se desarrolla más
abajo.

Subclasificación en el narrador heterodiegético: Se dividen en:

• Narrador Omnisciente: Es aquel que lo sabe todo; como lo que piensan los
personajes, lo que sienten, e incluso su pasado. Está en tercera persona, voz
narrativa que favorece siempre el objetivismo. También es propio de un
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narrador omnisciente la distribución de la narración a su antojo, en ocasiones


hace una pausa para dirigirse de forma directa al lector. Como ejemplo, un
fragmento de El principito, de Antoine de Saint Exuperi:

El Principito habla con el zorro al que ha "domesticado", es decir, del que se ha


hecho amigo pero ha llegado la hora de marcharse. El zorro le ha prometido que
le revelará un secreto antes de que se vaya. Va al jardín a ver las rosas antes de
marcharse. Él tiene en su planeta una rosa que es especial para él, esa rosa
especial le ha "domesticado el corazón" y ahora sabe lo que se siente... "El
Principito fue a ver nuevamente a las rosas:

—No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún —les dijo—. Nadie
os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No
era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y
ahora es único en el mundo. Y las rosas se sintieron bastante molestas.

—Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo aún—. No se puede morir por
vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece.
Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa
a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo una campana
de cristal. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con un biombo. Puesto
que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvó dos o tres que se hicieron
mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o
también, algunas veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y se volvió adonde estaba el zorro:

—Adiós —dijo.

—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino


con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

—Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el Principito, a fin de acordarse.


[…]

• Narrador de Conocimiento Relativo: Es aquel que relata sólo lo que ve y que


no sabe que es lo que piensan los personajes. Es un tipo de narrador poco
utilizado por la limitación de recursos en la narrativa fuera del personaje. Está
en tercera persona, y tiene tres formas:

Ejemplo 1: Forma general.

A continuación, un fragmento del capítulo I de El Retrato de Dorian Gray, de


Oscar Wilde, en donde hace uso de este tipo de narrador, especulando con los
sentimientos y pensamientos posibles de los personajes involucrados.

Luego de unos segundos de silencio, lord Henry observó su reloj.


—Debo marcharme, Basil —musitó—; pero antes de retirarme te pido otra vez
que me expliques por qué no quieres exhibir el retrato de Dorian Gray. Quiero
saber la verdadera razón.
—Ya te lo he comentado.
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—No es verdad; sólo me has dicho que era porque había mucho de ti mismo en
ese cuadro. Pienso que esa explicación es infantil.
—Harry —contestó Basil Hallward mientras lo miraba directamente a los
ojos—, todo retrato pintado es un retrato del artista, no del modelo. El modelo
sólo es el accidente, la ocasión. No es a él a quien revela el pintor; quien se
revela sobre la tela coloreada es más bien el pintor. No expondré ese cuadro
debido a que tengo miedo de mostrar en él el misterio de mi propia alma.
Lord Henry comenzó a reír.
—¿Y cuál es tu temor —inquirió.
—Te lo revelaré —dijo Hallward; pero una expresión de preocupación se
dibujó en su semblante.
—Te escucho, Basil —prosiguió su compañero, observándolo.
—En verdad, tengo poco qué decir, Henry —aceptó el pintor—, y pienso que
será muy difícil que lo entiendas. Tal vez apenas lo creas.
Lord Henry volvió a sonreír e, inclinándose, desenterró una margarita de
pétalos rosados y la contempló minuciosamente:
—Estoy completamente seguro de que lo comprenderé —replicó, mientras
observaba con atención el diminuto círculo morado de pelusa blanca—, y
respecto a creer en las cosas, las creo todas con tal de que sean totalmente
verdaderas. […]

Ejemplo 2: narración sólo desde la visión de un personaje

Este narrador es uno de los personajes involucrados en la historia, pero se le


relata en tercera persona. Los lectores sólo saben lo que el personaje conoce y
experimenta, y lo que ocurre por la narración que hace de los acontecimientos.
Especula acerca de los sentimientos y pensamientos de los otros personajes. Se
da un ejemplo de este tipo de narrador a continuación.

Adams soltó con cierta violencia el compás de precisión y el escalímetro sobre


el proyecto en el que trabajaba. Laurel, su esposa, lo observó detenidamente
por un momento.

—Cecil, ¿ocurre algo? —inquirió con gesto de preocupación.

—No… —Adams se percató que había sido muy notorio su enfado, y trató de
ocultarlo—. Estoy algo desesperado, cariño. Nada más. Esto no ha resultado
como lo planee al principio.

Mentía. Tenía ya unos días comportándose en forma extraña, estresado,


molesto y con leves arranques de ira y enfado. Aunque pensó que no era el
único en esa situación. Había detectado también un comportamiento extraño en
Axel, pues se había mostrado un tanto huraño con él, y Laurel le había
comentado que lo notaba malhumorado en esos últimos días.

Eso era una clara señal de la ansiedad que los estaba alterando. A ambos.

[Vidas Ordinarias (inédito)] V.K.


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Ejemplo 3: narración rotativa limitada

En este estilo de narrador, vemos el mundo a través de los ojos de todos los
personajes involucrados, en narración por turnos. Los personajes sólo fabrican
sus propios puntos de vista sobre ciertos cambios en la escena. (J.K. Rowling
escribe mayormente los pensamientos de Harry Potter, pero tiene uno o dos
capítulos en que está mirando a través de los ojos de alguien más).
Prácticamente, es un conjunto de perspectivas, y la acción debe escribirse según
el número de perspectivas (personajes involucrados) que existan. El siguiente
fragmento da un ejemplo de este tipo de narración.

[Primera escena] John ‘Reaper’ se detuvo justo al llegar primero adonde antes
había existido una puerta, y señaló el corredor que se extendía frente a ellos,
sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas con tal fuerza que casi podía
escucharla.
Debían cazar a esa ‘cosa’ para poder salir de esa trampa mortal en la que se
encontraban. Debían ser cautelosos, y no fiarse para nada de la astuta criatura
que ahora se ocultaba entre las sombras del derruido espacio, acechándolos.
Debía enfocarse en proteger a sus hombres, tanto al darles órdenes para
avanzar, como al estar alerta a cualquier indicio de ataque de la criatura.
Volteó hacia atrás en un rápido movimiento, ubicándolos. Al encontrar la
mirada inquisitiva de Sarge a unos cuantos pasos de él, una extraña calma lo
invadió.
—Avanzaremos en pares, Johnny —le escuchó decir en una orden suavizada,
tanto en el tono como en el volumen de su voz—. Tú y yo al frente. Así
tendremos más oportunidades.
[Segunda escena] Sarge se apostó detrás de la derruida división afuera del
pasillo por el que el monstruo había escapado, a unos cuantos pasos de su
oficial de confianza. Reconoció que la cautela del muchacho era bastante eficaz
en momentos como esos, así que esperó a ver cuál sería el siguiente
movimiento. Casi pudo sentir el estado de exaltación y nerviosismo en el que se
encontraba Reaper cuando éste volteó, buscándolo. Su mirada profunda y
concentrada, y el fino sudor que perlaba su frente se lo decían.
Supo entonces que debía infundirle aun más confianza.
—Avanzaremos en pares, Johnny —escuchó su voz casi como un susurro,
mostrando una serenidad que no sentía—. Tú y yo al frente. Así tendremos más
oportunidades.

En este estilo de narrador, la primera escena está contada desde el punto de vista
del personaje principal (protagonista), conociendo sus pensamientos más no los
del otro personaje que interactúa con él. La segunda escena está descrita desde
el punto de vista del otro personaje, en donde entendemos sus motivaciones,
sabemos sus pensamientos, pero especula con lo que el protagonista siente y
piensa. Las dos escenas le dan al lector más información que se complementa.
Sin embargo, existe el riesgo de que al estar utilizando los cambios de escena,
se revuelvan los puntos de vista sin darle una pauta al lector para saber qué
ocurre. La mejor recomendación en este tipo de narración es que se permanezca
en el personaje hasta que la escena cambie.
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c) La alteración de narradores

De esta técnica se sirve la novela epistolar, en la que varios personajes intercambian


cartas. Esta modalidad narrativa, que alcanzó gran difusión en el siglo XVIII con
novelistas como Rousseau, Goethe, Laclos o Richardson, nos ofrece una visión
subjetiva de los hechos, muy próxima al diario íntimo.

Como ejemplo, algunos fragmentos de la obra Drácula, de Bram Stoker:

CARTA DE LA SEÑORITA MINA MURRAY A LA SEÑORITA LUCY WESTENRA

9 de mayo

"Mi muy querida Lucy

"Perdona mi tardanza en escribirte, pero he estado verdaderamente sobrecargada


de trabajo. La vida de una ayudante de director de escuela es angustiosa. Me
muero de ganas de estar contigo, y a orillas del mar, donde podamos hablar con
libertad y construir nuestros castillos en el aire. Últimamente he estado trabajando
mucho, debido a que quiero mantener el nivel de estudios de Jonathan, y he estado
practicando muy activamente la taquigrafía. Cuando nos casemos le podré ser muy
útil a Jonathan, y si puedo escribir bien en taquigrafía estaré en posibilidad de
escribir de esa manera todo lo que dice y luego copiarlo en limpio para él en la
máquina, con la que también estoy practicando muy duramente. Él y yo a veces nos
escribimos en taquigrafía, y él esta llevando un diario estenográfico de sus viajes
por el extranjero. Cuando esté contigo también llevaré un diario de la misma
manera.[…]

CARTA DE LUCY WESTENRA A MINA MURRAY

24 de mayo

"Mi queridísima Mina:

"Gracias, gracias y gracias otra vez por tu dulce carta. ¡Fue tan agradable poder
sentir tu simpatía!

"Querida mía, nunca llueve sino a cántaros. ¡Cómo son ciertos los antiguos
proverbios! Aquí me tienes, a mí que tendré veinte años en septiembre, y que nunca
había tenido una proposición hasta hoy; no una verdadera, y hoy he tenido hasta
tres. ¡Imagínatelo! ¡TRES proposiciones en un día! ¿No es terrible? Me siento
triste, verdadera y profundamente triste, por dos de los tres sujetos. ¡Oh, Mina,
estoy tan contenta que no sé qué hacer conmigo misma! ¡Y tres proposiciones de
matrimonio! […]

TELEGRAMA DE ARTHUR HOLMWOOD A QUINCEY P. MORRIS

26 de mayo.

"Contad conmigo en todo momento. Llevo unos mensajes que os harán zumbar los
oídos.

ART "
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2.2 Según el punto de vista

Además de esta clasificación existe el análisis de la focalización del texto narrativo, la


que nos dice quién es el que ve o percibe lo que se narra; es decir el modo concreto que
asume el narrador para que la audiencia perciba de una determinada forma lo que se
narra. La focalización también es llamada perspectiva o punto de vista de la narración.
El narrador de cualquier obra tiene ciertas características y limitaciones que definen
cómo el autor puede narrar la historia. Como tal, el narrador ve la historia dependiendo
del lugar que ocupe en el mundo que se narra, es decir, según su punto de vista. Según
este criterio, los diferentes tipos de narrador pueden clasificarse en tres grandes grupos,
según la narración se dé en primera, segunda o tercera persona. Las más comunes son la
primera y la tercera; la segunda persona rara vez puede encontrarse en una narración.

a) Primera persona

En el caso del narrador en primera persona (o también llamado narrador interno), el


narrador es un personaje dentro de la historia (homodiegético): actúa, juzga y tiene
opiniones sobre los hechos y los personajes que aparecen. En este caso el narrador
sólo tiene y aporta información basado en su propia visión de los eventos.

Este narrador es el que más obviamente se diferencia del propio autor: es un


personaje en la obra, que tiene necesariamente que cumplir con todas las normas de
ser un personaje, incluso cuando esté cumpliendo tareas de narrador. Para que tenga
conocimiento de algo, por lo tanto, es necesario que lo experimente con sus propios
sentidos, o que algún otro personaje se lo cuente. Puede contar sus propios
pensamientos y opiniones, pero no los de los demás personajes, a no ser que éstos se
lo cuenten.

El narrador en primera persona puede ser el propio protagonista de la historia (como


Gulliver en Los viajes de Gulliver), alguien muy cercano a él y que conoce sus
pensamientos y acciones (como el Dr. Watson en Sherlock Holmes) o algún
personaje marginal que tenga poco que ver con los hechos que se narran.

En este tipo de narrador se pueden encontrar algunas variaciones:

• Narrador-protagonista. (N=P). El narrador-protagonista cuenta su propia


historia. El narrador en primera persona (yo) adopta un punto de vista subjetivo
que le hace identificarse con el protagonista y le impide interpretar de forma
absoluta e imparcial los pensamientos y acciones de los restantes personajes de
la narración. Es el tipo de narrador que se utiliza en géneros como el diario o la
autobiografía.

El extracto siguiente es un claro ejemplo:

Yukio Mishima, “Confesiones de una máscara”. Capítulo III

“Todos dicen que la vida es un escenario. Pero la mayoría de las personas no


llegan, al parecer, a obsesionarse por esta idea, o al menos no tan pronto como
yo. Al finalizar mi infancia estaba firmemente convencido que así era, y que
debía interpretar mi papel en ese escenario sin revelar jamás mi auténtica
manera de ser. Como esa convicción iba acompañada de una tremenda
ingenuidad, de una total falta de experiencia, pese a que existía la constante
sombra de duda en mi mente que me hacía sospechar que quizá no estuviera en
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lo cierto, lo indudable es que todos los hombres enfocaban la vida exactamente


como si de una interpretación teatral se tratara. Creía con optimismo que tan
pronto como la interpretación hubiera terminado bajaría el telón y el público
jamás vería al actor sin maquillaje. Mi presunción es que moriría joven era
otro factor que colaboraba a mantener esa creencia. Sin embargo, con el paso
del tiempo, ese optimismo, o, mejor dicho, ese sueño en vigilia, concluiría en
una cruel desilusión”. […]

• Narrador Testigo. (N-P). El narrador testigo es un espectador del acontecer,


un personaje que asume la función de narrar. Pero no es el protagonista de la
historia, sino un personaje secundario. Cuenta la historia en la que participa o
interviene desde su punto de vista, como alguien que la ha vivido desde fuera,
pero que es parte del mundo del relato. Ejemplo de este narrador son los
cuentos de Sherlock Holmes.

Como ejemplo de este tipo de narrador, se reproduce a continuación un extracto


de La Aventura del Tres Cuartos Desaparecido, una de las obras de Sir Arthur
Conan Doyle:

En Baker Street estábamos bastante acostumbrados a recibir telegramas


extraños, pero recuerdo uno en particular que nos llegó una sombría mañana
de febrero hace ocho años y que tuvo bastante desconcertado a Sherlock
Holmes durante un buen cuarto de hora. Venía dirigido a él y decía lo
siguiente:
«Por favor, espéreme. Terrible desgracia. Desaparecido tres cuartos ala
derecha. Indispensable mañana.
OVERTON.»
—Sellado en el Strand y despachado a las diez treinta y seis —dijo Holmes,
releyéndolo una y otra vez—. Evidentemente, el señor Overton se encontraba
considerablemente excitado cuando lo envió y, en consecuencia, algo
incoherente. En fin, me atrevería a decir que lo tendremos aquí antes de que
termine de echarle un vistazo al Times, y entonces nos enteraremos de todo. En
tiempos de estancamiento como éstos, hasta el más insignificante problema es
bien venido.
Era cierto que últimamente no habíamos estado muy activos y yo había
aprendido a temer aquellos períodos de inactividad porque sabía por
experiencia que la mente de mi amigo era tan anormalmente inquieta que
resultaba peligroso dejarle privado de material con el que trabajar. Con los
años, yo había conseguido irle apartando poco a poco de aquella afición a las
drogas que en un cierto momento había amenazado con poner en jaque su
brillante carrera. Ahora me constaba que, en condiciones normales, Holmes ya
no tenía necesidad de estímulos artificiales; pero yo sabía que el demonio no
estaba muerto, sino sólo dormido, v había tenido ocasión de comprobar que su
sueño era muy ligero y su despertar inminente cuando, en períodos de inacción,
el rostro ascético de Holmes se contraía y sus ojos hundidos e inescrutables
adoptaban una expresión melancólica. Así pues, bendije a este señor Overton,
quienquiera que fuese, que con su enigmático mensaje venía a romper la
peligrosa calma, que para mi amigo encerraba más peligro que todas las
tempestades de su turbulenta vida.
Tal como esperábamos, tras el telegrama no tardó en llegar su remitente: la
tarjeta del señor Cyril Overton, del Trinity College de Cambridge, anunció la
entrada de un mocetón gigantesco, más de cien kilos de hueso y músculo
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macizo, que obstruía todo el hueco de la puerta con sus anchos hombros
mientras nos miraba a Holmes y a mí con un rostro simpático pero contraído
por la ansiedad.
—¿El señor Holmes?
Mi compañero hizo una inclinación de cabeza.
—He estado en Scotland Yard, señor Holmes. He visto al inspector Stanley
Hopkins, y él me ha recomendado que acudiese a usted. Dice que el caso, por lo
que él ha podido entender, está más dentro de su campo que del de la policía.
—Siéntese, por favor, y explíqueme de qué se trata. […]

• Monólogo interior. El monólogo interior (también conocido como stream of


consciousness o como flujo de conciencia) es la técnica literaria que trata de
reproducir los mecanismos del pensamiento en el texto, tales como la
asociación de ideas.

Richard Bach es un claro ejemplo de este tipo de narración. En seguida, un


extracto de su obra.

Somos hierros, envueltos en alambres de cobre, y cada vez que queremos


magnetizarnos podemos lograrlo. Hacemos fluir nuestro voltaje interior por el
alambre y atraemos a quienes deseamos atraer. Al imán no le inquieta la
técnica del funcionamiento. Es él mismo, y por su naturaleza atrae algunos
elementos y deja otros intactos. Es una ley cósmica. Los semejantes se atraen.
Limítate a desplegar tu propia personalidad, serena, transparente y luminosa.
Cuando irradiamos lo que somos, preguntándonos a cada instante si lo que
hacemos es lo que deseamos hacer y haciéndolo sólo cuando la respuesta es
afirmativa, nuestra actitud rechaza automáticamente a quienes nada tienen que
aprender de lo que somos y atrae a quienes sí tienen algo que aprender, que
son los mismos de quienes nosotros a la vez aprendemos.

He aquí una prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluido: Si


estás vivo, aún no ha concluido. […]

b) Segunda persona

Es un tipo de narración que se da con relativa escasa frecuencia ya que exige una
cierta restricción estilística. Es aquel que se habla a sí mismo. Algunas obras que
dan ejemplo de este tipo de narrador son La modificación de Michael Butor,
Reivindicación del Conde Don Julián de Juan Goytisolo, Aura de Carlos Fuentes.

A continuación, un extracto de ésta última como ejemplo:

LEES ESE ANUNCIO: UNA OFERTA DE ESA NATURALEZA no se hace todos los
días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que
la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este
cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado.
Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial.
Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés,
preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida
y recamara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Sólo falta tu nombre. Sólo falta
que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se
solicita Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de
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datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en


escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso,
sospecharías, lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay
teléfono.

c) Tercera persona

El narrador en tercera persona o narrador externo se encuentra (en la mayoría de


los casos) fuera de la historia, por lo que es un narrador heterodiegético. No es
exactamente un personaje, sin embargo, tampoco hay que confundirlo con el autor
de la obra. El narrador es siempre un ser ficticio, quien no interviene en el mundo
narrado, sino solamente lo cuenta. En este caso, las características del narrador
heterodiegético en tercera persona, en general, son las siguientes:

• No actúa, ni juzga ni opina sobre los hechos que narra.


• No tiene forma física, ni dentro ni fuera de la historia.

Sin embargo, pueden distinguirse tres tipos de narrador en tercera persona, según el
conocimiento que tienen del mundo creado por el autor. Como se mencionaba
anteriormente, es en la mayoría de los casos en los que el narrador no es un
personaje, aunque en lo otra menor parte, el narrador en tercera persona puede
serlo, sin interactuar directamente con los personajes de contexto.

La siguiente es una subclasificación de los distintos tipos de narradores en tercera


persona.

• Narrador omnisciente (N>P)

Es un narrador que conoce todo respecto al mundo de la historia. Puede influir


en el lector. Este narrador trata de ser objetivo. Las características principales
del narrador omnisciente son que:

o Expone y comenta las actuaciones de los personajes y los


acontecimientos que se van desarrollando en la narración.
o Se interna en los personajes y les cuenta a los lectores los
pensamientos más íntimos que cruzan por sus mentes.
o Domina la totalidad de la narración, parece saber lo que va a ocurrir
en el futuro y lo que ocurrió en el pasado.
o Utiliza la tercera persona del singular.

Como ejemplo, un fragmento de El Señor de los Anillos: las dos torres de


J.R.R. Tolkien.
—No hemos llegado demasiado pronto —dijo Aragorn, mirando los portales.
Los golpes de los arietes habían sacado de quicio los grandes goznes y habían
doblado las trancas de hierro; muchos maderos estaban rotos.
—Sin embargo, no podemos quedarnos aquí de este lado de los muros, para
defenderlos —dijo Éomer—. ¡Mira! —señaló hacia la Explanada. Una
apretada turba de orcos y hombres volvía a congregarse más allá del río. Ya
las flechas zumbaban y rebotaban en las piedras de alrededor— ¡Vamos!
Tenemos que volver y amontonar piedras y vigas y bloquear las puertas por
dentro. ¡Vamos ya!
Dieron media vuelta y echaron a correr. En ese momento, unos diez o doce
orcos que habían permanecido inmóviles y como muertos entre los cadáveres,
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se levantaron rápida y sigilosamente, y partieron tras ellos. Dos se arrojaron al


suelo y tomando a Éomer por los talones lo hicieron tratabillar y caer, y se le
echaron encima. Pero una pequeña figura negra en la que nadie había
reparado emergió de las sombras lanzando un grito ronco. [...]

• Narrador equisciente o cuasi-omnisciente (N=P)

Conoce lo mismo que el protagonista acerca de la historia. El argumento se


centra en un protagonista, y cubre únicamente aquello en lo que el personaje
está involucrado. Pero el protagonista no es el narrador; éste último no tiene
forma física dentro ni fuera de la historia. Es conocedor de los pensamientos,
sentimientos y recuerdos del protagonista, pero no de los otros personajes.

Este tipo de narrador es similar al narrador en primera persona, pero presenta


algunas informaciones de maneras que resultarían imposibles en una narración
en primera persona: este narrador puede, por ejemplo, presentar detalles
conocidos, pero no reconocidos, por el protagonista (que le hayan pasado
desapercibidos, por ejemplo). Puede hacer observaciones que el protagonista
nunca haría acerca de sí mismo, como el color de sus ojos o sus defectos
personales. Estas observaciones hechas en primera persona (acerca de uno
mismo) serían altamente dudosas, pero al venir dadas en tercera persona ganan
en credibilidad. Es un narrador algo más incómodo de manejar, pero al mismo
tiempo es mucho más cercano a los lectores, porque utiliza los mismos recursos
para interpretar la realidad que utilizan esos lectores: los sentidos físicos y la
intuición. Ese narrador, por último, se verá siempre obligado a narrar acciones y
mostrar a los personajes, en lugar de resumir e interpretar. El resultado suele ser
de mayor vivacidad y autenticidad. Y de paso evita largas digresiones y
pensamientos de los personajes con la acción detenida, con lo que el relato
siempre sale ganando en velocidad e interés.

Un ejemplo de este tipo de narrador podemos tomarlo de Dashiell Hammett,


escritor de novelas y cuentos cortos de trama detectivesca como El Halcón
Maltés, y que dio paso a la moderna novela policíaca y al género
cinematográfico también llamado ‘cine negro americano’. A continuación, dos
fragmentos del mismo escritor:

Ciudad de Pesadilla, narrado en tercera persona

—Le pido mil perdones —–dijo—. Creo que, de no haber sido cuidadoso, la
habría atropellado. Este trasto es poco fiable. Me lo prestó un inge... un
ingeniero. No se le puede pedir prestado nada a un ingeniero. Es gente poco de
fiar."

"Como aquel que ya ha despertado en otras ocasiones en lugares desconocidos,


Steve Threefall despertó sin sorprenderse demasiado en un entorno extraño.
Antes de abrir del todo los ojos, ya disponía de los datos básicos de su
situación. El tacto de la tabla de la litera en la que estaba tendido y el
penetrante olor a desinfectante le indicaron que estaba entre rejas. La cabeza y
la boca le informaron que se había emborrachado y la barba de tres días que le
cubría la cara le permitió saber que había estado muy borracho.

El Agente de la Continental, narrado en primera persona.


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Ninguno de los dos habló durante el camino. Gantvoort iba inclinado sobre el
volante del automóvil que lanzaba a través de las calles a una increíble
velocidad. Ardía en deseos de hacerle infinidad de preguntas, pero me di cuenta
de que para mantener aquella velocidad sin estrellarnos, era necesario que
concentrara toda su atención en la conducción del automóvil. Así, pues, opté
por no molestarle y guardé silencio.

En la Jefatura de Policía nos esperaban media docena de oficiales. Estaba a


cargo del caso el Inspector O’Gar, un sargento de cabeza apepinada que viste
como un sheriff de película, incluido el sombrero negro de ala ancha, pero que
no por eso deja de disfrutar de toda mi consideración. Habíamos trabajado ya
juntos en dos o tres casos, y nos llevábamos de maravilla.

• Narrador deficiente (N<P)

El narrador deficiente conoce menos que el protagonista acerca de la historia.


Registra únicamente lo que puede ser visto y oído, sin penetrar en la mente de
ninguno de los personajes. Por esta razón este tipo de narrador puede recibir
también el nombre de narrador objetivo, porque no incluye ninguna
subjetividad en su narración (ni suya ni de ningún personaje).

Este narrador, por lo tanto, es un mero testigo de los hechos que acontecen en la
narración, y es el más utilizado en la narración periodística. Es muy raro
encontrar obras completas con este tipo de narrador como el que totaliza la
novela o relato. En ocasiones, se utiliza en porciones dentro del uso de otro
estilo de narrador.

Como ejemplos, la novela Martín Fierro, de José Hernández o Pedro Páramo


de Juan Rulfo, utilizan fragmentos para la descripción de un suceso específico.
Se da un ejemplo también un poco más extendido de la novela Contrapunto, de
Aldous Huxley.

Marjorie podría ayudarle, de un modo todavía indeterminado, en sus trabajos


literarios; también ella podría escribir. Bajo su influencia había dado en
escribir cuentos y ensayos. Pero eran malos a todas luces. Después de haberla
alentado, se hizo reticente: no volvió a hablar de sus esfuerzos. Al poco tiempo
abandonó Marjorie esta ocupación fútil y antinatural. Después de aquello no le
quedaba sino Walter. Este se convirtió en la razón de su existencia, la base
sobre la cual se hallaba establecida toda su vida. Y ahora la base cedía bajo
sus pies.
—¡Si siquiera —pensó Walter— me dejara tranquilo!
Entró en la estación del metropolitano. A la entrada había un hombre
vendiendo los diarios de la tarde. El proyecto de robo de los socialistas.
Primera lectura. Estas palabras resaltaban en un cartel. Satisfecho de hallar
excusa para distraer su espíritu, Walter compró un periódico.
El proyecto de ley del Gobierno laborista-liberal para la nacionalización de las
minas había sido aprobado en su primera lectura por la mayoría habitual.
Walter leyóla noticia con placer. Tenía ideas políticas avanzadas. No eran así
las ideas del propietario de su periódico vespertino. El artículo de fondo estaba
escrito en el tono más violento.
—¡Infames! —pensó Walter al leerlo.
El artículo despertó en él un estimulante entusiasmo por todo lo que atacaba,
un odio regocijado hacia los capitalistas y reaccionarios. Las barreras de su
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individualidad quedaron momentáneamente derribadas; las complejidades


personales, abolidas.
Embargado por el goce de la lucha política, rebasó sus límites y se hizo, por así
decir, superior a sí mismo: más grande y más simple.
—¡Infames! —repitió, pensando en los opresores y monopolistas.

2.3 Enfoque narrativo múltiple

Esta modalidad exige un lector activo que interprete y saque sus propias conclusiones.
El enfoque narrativo múltiple o la perspectiva múltiple se da cuando dos o más
personajes se refieren a los mismos hechos, pero desde distintos puntos de vista,
interpretándolo de distinta manera, combinando varios de los tipos de relación que tiene
el narrador directamente con el relato y el recurso literario y expresivo utilizado para
contar la historia. El narrador heterodiegético o extradiegético cuenta la historia
externamente, sin tener nada que ver con los hechos relatados. El narrador
intradiegético, que cumple únicamente con la función de narrar, lo podemos identificar
a través de marcas dentro de la historia. Encontramos también al narrador
homodiegético, y cuentan la historia desde su participación en ella, dentro de este tipo
de narrador podemos encontrar una subclasificación como narrador protagonista
(autodiegético), quien es el que cuenta su experiencia directamente; y el narrador testigo
(metadiegético) que pertenece al mundo del relato, pero cuenta la historia como alguien
que la ha vivido desde fuera.

Algunas obras que utilizan total o parcialmente este enfoque son: La importancia de
llamarse Ernesto de Oscar Wilde, así como Luces de bohemia de Valle Inclán (forma
de novela dialogada, más en el contexto de guión teatral); ciertas partes del Quijote;
Rashomon de Akira Kurosawa, la cual fue magistralmente relatada con el recurso
cinematográfico del flashback. La pluralidad de perspectivas plantea nuevas dificultades
al lector, que entonces tiene que escoger entre uno o varios puntos de vista.

Como ejemplo de esta clasificación, se reproduce un extracto de Luces de Bohemia:

Fragmento de la ESCENA SEGUNDA de Luces de bohemia:

Ha entrado en la cueva un hombre alto, flaco, tostado del sol. Viste un traje de antiguo
voluntario cubano, calza alpargates abiertos de caminante, y se cubre con una gorra
inglesa. Es el extraño DON PEREGRINO GAY, que ha escrito la crónica de su vida
andariega en un rancio y animado castellano, trastocándose el nombre en DON GAY
PEREGRINO: Sin pasar de la puerta, saluda jovial y circunspecto.

DON GAY: ¡Salutem plúriman!

ZARATUSTRA: ¿Cómo le ha ido por esos mundos, Don Gay?

DON GAY: Tan guapamente.

DON LATINO: ¿Por dónde has andado?

DON GAY: De Londres vengo.

MAX: ¿Y viene usted de tan lejos a que lo desuelle Zaratustra?

DON GAY: Zaratustra es un buen amigo.


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ZARATUSTRA: ¿Ha podido usted hacer el trabajo que deseaba?

DON GAY: Cumplidamente. Ilustres amigos, en dos meses me he copiado en la


Biblioteca Real el único ejemplar existente del Palmerín de Constantinopla.

MAX: ¿Pero, ciertamente, viene usted de Londres?

DON GAY: Allí estuve dos meses.

DON LATINO: ¿Cómo queda la familia Real?

DON GAY: No los he visto en el muelle. Maestro, ¿usted conoce la Babilonia


Londinense?

MAX: Sí, Don Gay.

ZARATUSTRA entra y sale en la trastienda, con una vela encendida. La palmatoria


pringosa tiembla en la mano del fantoche. Camina sin ruido, con andar entrapado. La
mano, calzada con mitón negro, pasea la luz por los estantes de libros. Media cara en
reflejo y media en sombra. Parece que la nariz se le dobla sobre una oreja. El loro ha
puesto el pico bajo el ala. Un retén de polizontes pasa con un hombre maniatado. Sale
alborotando el barrio un chico pelón montado en una caña, con una bandera.

3. Realidad,Textura y Tiempos
Este apartado sólo revisará como temas generales la forma de escritura de los narradores en
la realidad en la que se desarrollan, la textura que se le ha dado a la narración de un texto, y
los tiempos en los que se escriben, o sea, las conjugaciones principales.

Niveles de realidad
Además del espacio y tiempo, el narrador se puede mover por los distintos niveles de
realidad. En un extremo de los niveles tenemos el realismo, en el otro extremo tenemos la
fantasía pura. El narrador puede jugar con esta escala y elegir un grado mayor o menor de
realismo o libertad. Por ejemplo puede hablar como un notario que certifica cada cosa o
puede hablar como un loco cuya versión no es de fiar.

Por ejemplo, en Otra vuelta de Tuerca, de Henry James, el ama de llaves cree en los
fantasmas y nos habla como si estos existieran sin ninguna duda.

Niveles de textura
La textura se refiere a la altura intelectual del narrador. No es lo mismo que la historia la
cuente un niño a que la cuente un adulto. Si la cuenta un niño, es probable que el lector sepa
más que el narrador sobre lo que le están contando, y por tanto interprete la narración. Esto
se denomina un nivel de textura bajo. Se utilizó, para citar un ejemplo, en la película
Forrest Gump. El lector sabe más que el narrador. En un nivel medio, el narrador está a la
altura del lector. En un ejemplo de nivel alto, el autor sabe más y habla con autoridad de
algo que el lector no puede discutir, es la textura de Borges o de Proust.

Tiempos de narración
Existen en general dos tiempos populares para la escritura y el uso de los narradores: el
conjunto de tiempos Presentes y el conjunto de tiempos Pasados.
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• Tiempo Presente: Toda la acción narrativa está ocurriendo ahora. Es un tiempo muy
visceral, un tiempo que agarra al lector y lo tira hacia la historia. Allí hay un
sentimiento de urgencia. Da la impresión de que cualquier cosa podría pasar. Es
fantástico para composiciones cortas y estilizadas (One Shots, drabbles, mini y micro
cuentos), maravilloso para crear tensión y mantener al lector adivinando. Sin embargo,
no es la mejor elección para una composición larga. Es complicado de usar para
referirse a eventos del pasado.

Él observa cada movimiento que ella hace mientras se desliza por el suelo como si
fuese una reina que visita a su corte.

¿No sabe su lugar?

Puedo ver que se ha pasado muchas horas preparándose durante esta tarde,
cepillando esmeradamente su pelo y bañándose en aceites caros. Todos los ojos
están puestos en ella cuando fluye tan fácilmente a través de la muchedumbre. Bien
podría creer que es una Elemental.

Los ojos de los hombres están llenos de lujuria mientras manosean sus saludos
atentos a ella, incapaces de alzar sus ojos de la forma generosa del escote y la
carne expuesta en él.

Son tan necios.

La consideran una joya luminosa y envidian el que ella sea mi esposa, incapaces de
ver bajo la cáscara de hermosura el centro podrido. Las mujeres pueden ver la
verdad. Hierven con celos y resentimiento mientras riñen a sus maridos, hablando
en siseos suaves cuando pasa.

Cuando la veo otra vez, casi flota hacia el espejo pero sus ojos no buscan su propia
imagen. Busca confirmar lo que ya sabe, que el nuevo Lord Marshall está mirando
su paso alrededor del corredor.

Mis pensamientos vuelven a Riddick y siento de pronto un temblor a través de mi


cuerpo; una necesidad que no puedo comprender de verdad.
[Keep that you kill. Sandra]

• Tiempo Pasado: Es la elección más común. El narrador está revelando qué sucedió,
manteniendo al lector en un consistente punto en movimiento en el pasado. El lector
sigue conforme el narrador da vueltas a su historia. Hay un poco menos de tensión. Pero
con todo, es el tiempo preferido para la narración, ya que termina la obra de una forma
suave. Sin embargo, tiene algunas dificultades en cuanto a las conjugaciones de tiempos
pasados. Por ejemplo, es más sencillo escribir en tiempo pasado simple (fue, hice,
preguntaron, recibió, etc) que en pasado progresivo (he realizado, estaba haciendo,
hubiese decidido, etc). Aunque se podría combinar ambas conjugaciones para las
diferentes condiciones que se deseen crear en una obra.

—Ejemplo en tiempo pasado simple

El segundo contacto sucedió cuando menos lo imaginaron.


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Los oficiales del alto mando los llamaron a una misión de rutina, en una árida montaña
terrestre en la que se estaba instalando un sofisticado e innovador laboratorio de
pruebas nucleares. Al parecer, un informe de extraños seres rondando la construcción
disparó algunas alarmas burocráticas, y los más adecuados para tal encomienda eran
ellos, el E.T.T.R.
Pero de ser una rutinaria revisión de las instalaciones, la misión se complicó.
Nunca encontraron evidencia de alienígenas o entes en el lugar, pero los nervios del
personal poco entrenado y mal contenido fue suficiente para ocasionar una catástrofe.
Un desatino de uno de los oficiales de seguridad del lugar confundió un roedor con un
monstruo, y sin tomar en cuenta las precauciones recomendadas, abrió fuego hacia el
animalito, ocasionando un derrumbe en uno de los pasadizos que recién se había
excavado en la roca.
John Grimm salió ileso, pues estaba más alejado del área del derrumbe. Pero Sarge
resultó herido. Quedó semienterrado por la pequeña avalancha de piedras y tierra al
estar cerca de la pared que recibiera el impacto del arma.
[Contactos] V.K.

—Ejemplo en tiempo pasado progresivo

Por desgracia, no había notado que el muchacho estaba sucumbiendo a su propia


desesperación. De no haber sido porque lo conocía, su situación habría pasado sin que
él se hubiese dado cuenta.

Mezclar los tiempos Pasado y Presente es muy confuso, ya que el lector puede perderse
e incluso, encontrar sumamente molesto el ritmo inestable del relato.

Sin embargo, la combinación de estilos y tiempos bien pensados, manejados en relatos


cortos, puede crear una buena narración. Pongo como ejemplo un drabble en uso de
ambas conjugaciones, presente y pasado simple, intercalados.

[tiempo presente]
John tiene un gusto especial por los hombres de manos grandes, con dedos largos,
con personalidad.
Gentiles, fuertes y generosos, traviesos y ágiles.
Scott posee todas esas cualidades en sus dedos. Y lo sabe.
[se utiliza ahora la conjugación en pasado simple]
Desde el principio dejó que John los midiera de todas las formas que su imaginación
le dictó.
De esa forma, Scott también aprendió a medir a John.
[regresa a tiempo presente]
Sabe en dónde encajan a la perfección sus dedos, conoce los límites de la anatomía
de John, y cada noche los acomoda en el lugar que les corresponde, en esos
recovecos especiales, marcados en el cuerpo tibio que tanto ama.

[De gustos y reciprocidades:


Barrowman’s Things -Van Krausser]
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Conclusiones
Prácticamente, los estilos de narradores no son únicamente para los relatos originales, pues
también se utilizan para el fanfiction. Se puede hacer uso de cualquiera de los estilos literarios
que se requiera, y el esquema en el que se desarrolla la historia a narrar y en el que el autor
desee estructurar dicha historia no tiene límite.

Las posibilidades en la narración son infinitas.

Sólo se debe tener mucho cuidado en el uso de los recursos, los tiempos en los que se emplean,
las conjugaciones que se utilizan, los narradores que actuarán en el relato, etc. Esto es
imprescindible para lograr una historia bien estructurada, bien narrada, que no canse al lector, ni
que resulte un quebradero de cabeza para el autor.

La sencillez en la narración puede crear grandes obras maestras.

Así que, ¡manos a la obra!

O mejor expresado, ¡narradores, en sus marcas, listos…!

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Referencias:
¾ Artículo Narradores, de la enciclopedia electrónica Wikipedia;
¾ Curso virtual Introducción a la terminología de Genette, de Ernst Rudin;
¾ Artículo el narrador, del sitio www.proyectosalónhogar.com
¾ Artículo Los tipos de narrador, del sitio L&L materiales.

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