Remei Margarit 0 Huérfanos de discurso’ ¢ acercan tiempos de elecciones. ‘Todos los partidos preparan su ccampaiia con esléganes que sesu- dos asesores les aconsejan, como sipara convener alos ciudadanos tan s6- lo les ofrecieran grandes titulares; parece ‘que piensan-que a la gente no les pueden interesar los pormenores de sus progra mas politicos. Y se equivocan, porque lo ‘que nos pasa a Jos ciudadanos es que nos sentimos huérfanos de discurso politico; ‘como si se hubiera perdido el sentido de ‘cada palabra. Los ciudadanos no sabemos ‘qué quieren decir los politicos cuando he- blan de bienestar, de educacién, de respe- toalos derechos humanos, de libertad, de RR, MARGARIT, psicloga y escritora| igracién, de trabajo, de salud, de paro, oar aa Se trata de que los programas entren en Jos detalles de qué y eémo se contempla- rain en la vida real todas esas palabras que tanto ofmos en los mitines, porque en el ‘qué y en el cémo es donde se revelan las ‘verdaderas intenciones de quien habla. Se trata de edimo se entiende el vivir de la ciudadania, pero el vivir de verdad, de cada dia, con la educacién, el trabajo, el cuidado de la salud, la pobreza, el dine- ro, la cultura. Se trata de saber si se va a seguir gobernando por la presién del po- der del dinero o si el Estado tomaré cartas nel asunto de verdad, con la regulacién del manejo de los capitales. Y si el poder ~salido de las urnas- tendri el apoyo dela ciudadania para construir un discur- go con sentido, Todos queremos vivir en, pero habria que acl ese bien incluye Ia lit del individuo para crear nuevas propuestas politicas y cultu- rales o si tan slo es la sumisin a unas consignas de partido. De tanto repetirlos, esos conceptos lle- gana ciudadano vaio, y pra que el ciu- ladano responda con sus actos, hace falta ‘cada palabra esté Ilena de contenido y je una mirada determinada. ¥ para ello es necesario un diseurso, qué piensa y siente sobre ello la persona que lo propone y cud les son los limites de lo propuesto. Sobre Ia falta de discurso se puede aplicar lo que dijo Séneca: “Cuando una parte del todo cae, lo que queda no es muy seguro”.«