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RESUMEN TEMA 2.

- LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Entre 1780 y 1860 Gran Bretaña experimentó una transformación radical de su economía y de
su organización social, que se conoce como Revolución Industrial.

Significó el paso de una economía agraria a otra industrializada. Además, consolidó un nuevo
sistema económico, el capitalismo, fundamentado sobre los principios teóricos del liberalismo.
Como consecuencia de las duras condiciones laborales que el sistema capitalista impuso a los
obreros, la mayoría de la población no mejoró su nivel de vida.

1.- TRANSFORMACIONES AGRARIAS Y CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO

Los dos grandes motores que precedieron y acompañaron al surgimiento de la industria


moderna fueron la mejora de la producción agrícola y el sostenido crecimiento de la población.

La revolución agrícola

Las tres innovaciones agrarias más importantes, y que consiguieron aumentar la producción
que permitió la supervivencia de una población en rápido crecimiento, fueron las siguientes.
Cambios en el sistema de cultivo con la introducción del Norfolk, que combinaba la siembra de
cereales con plantas forrajeras, permitió suprimir el barbecho que dejaba un tercio de la tierra
sin producir, a la vez que el cultivo de nabos, tréboles o alfalfa permitieron fijar el nitrógeno al
suelo y aumentar la producción de forraje para dar de comer al ganado.

La introducción de nuevos instrumentos para sembrar ( sembradora de Jethro Tull), de nuevas


herramientas ( arado de Rotherham, trilladoras mecánicas…) nuevos cultivos ( patata, maíz…) y
nuevos fertilizantes como el guano, permitieron aumentar la producción.

La última transformación que influyó se dio en la estructura de la propiedad de la tierra. El


cercamiento de las tierras comunales , que conllevó la privatización mediante leyes de
cercamiento ( enclusure acts). Los grandes propietarios se adueñaron de las tierras de uso
colectivo para poder producir más e incrementar sus beneficios. El cercamiento de las tierras
provocó la concentración de la propiedad, que perjudicó a los campesinos más humildes que
perdieron su derecho a disfrutar de las tierras comunales.

El aumento de la población

El aumento de la oferta de alimentos desde mediados del siglo XVIII hizo posible un elevado
crecimiento demográfico. La población, mejor alimentada, tuvo mayor resistencia a las
enfermedades y epidemias.

Este crecimiento fue resultado de cambios en la natalidad y mortalidad. Durante el siglo XVIII
aumentó la natalidad debido al descenso en la edad de matrimonio y del número de célibes
por la mejora de la situación económica. En la segunda mitad del siglo XIX disminuyó la
natalidad debido a la disminución de la mortalidad infantil y de un deseo de controlar el
número de hijos.
La reducción de la tasa de mortalidad se debió, en principio, a una mejor alimentación y
algunos avances médicos e higiénicos.

Así mismo, la esperanza de vida creció situándose en Gran Bretaña, a finales del siglo XIX, en
unos 50 años.

2.-EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA

Los tres elementos que se convirtieron en el emblema de la R.I. fueron: la fábrica, la


mecanización de la producción y el uso de la energía del vapor.

La mecanización y el sistema fabril

La producción individualizada, artesanal, se transformó con este proceso de mecanización en


una producción en serie. Se comenzó a utilizar máquinas y se sustituyeron las fuentes
animadas de energía por fuentes de energía inanimada. Además, se produjo la concentración
de obreros en las fábricas.

La mecanización se inició en la industria textil con la introducción de la lanzadera volante, las


nuevas hiladoras ( Spinning Jenny, Mule, Water Frame) y los telares mecánicos. El uso de la
energía hidráulica fue decisivo para el impulso de la mecanización, pero la máquina de vapor
ideada por James Watt en 1769 fue la que permitió eliminar la dependencia y limitaciones de
las energías tradicionales y se convirtió en un símbolo de la R.I.

Todos estos cambios produjeron un aumento de la producción y la productividad que se


tradujeron en una bajada de los costes de producción y, por tanto, del precio de los productos.

La industria algodonera

Fue el sector emblemático de la R.I. En esta época empezó a sustituirse el tejido de lana, que
era lo tradicional, por el de algodón que era suave, de fácil lavado y que , producido en
grandes cantidades resultaba económico.

Hasta el siglo XVIII los tejidos de algodón se importaban de la India, pero con la prohibición de
la entrada en Gran Bretaña de las indianas, la industria textil británica conoció una expansión
sin precedentes. Con la importación de materia prima barata ( algodón en rama) desde la India
y Estados Unidos ( colonias británicas) y la aplicación de sencillos inventos como la lanzadera
volante, la productividad creció considerablemente.
El carbón y el hierro

El segundo sector decisivo en la industrialización fue el del carbón y la siderurgia. El carbón


alimentaba la máquina de vapor y desempeñó un papel fundamental en la industria
siderúrgica. En la segunda mitad del siglo XVIII, la demanda creciente de hierro para fabricar
barcos, munición y herramientas estimuló la búsqueda de un mineral menos costoso y
efectivo. Así se sustituyó el carbón vegetal por el de coque, con mayor poder calorífico, y la
fundición en altos hornos permitió el crecimiento del sector carbonero y del hierro. Otra
innovación importante en la siderurgia fue la técnica de la pudelación y el laminado del hierro,
inventados por Cort. También el convertidor de Bessemer que permitió transformar el hierro
en acero. El gran impulso a la siderurgia vino de la mano del ferrocarril a partir de la década de
1830.

Otros sectores industriales

Otras industrias que también se desarrollaron en esta época fueron la industria química y la
metalurgia. La química asociada a la industria textil que precisaba ingentes cantidades de
tintes y blanqueadores. La industria metalúrgica, asociada a la difusión de la mecanización .

Otro sector que también se desarrolló fue el de la construcción.

Los nuevos transportes

Con el fin de poder trasladar la materia prima y los productos, en Gran Bretaña se mejoraron
los caminos y se construyeron canales para facilitar la navegación fluvial. Pero fue el ferrocarril
el que supuso una verdadera revolución en el transporte, gracias a su rapidez, su enorme
capacidad de carga, menor coste por unidad transportada y mayor seguridad.

Stephenson inventó en 1829 la primera locomotora, una máquina de vapor capaz de


trasladarse sobre rieles. La primera línea férrea unió las ciudades de Liverpool y Manchester en
1830, vinculadas a la industria algodonera.

Por su parte, Robert Fulton aplicó la máquina de vapor a los barcos, que hasta entonces se
movían gracias a la fuerza del viento.

El impulso del mercado

La mejora de las infraestructuras y el transporte hizo posible el paso hacia una economía de
mercado. El impulso inicial vino de la mano del mercado exterior. Pero el cambio de mayor
calado fue el desarrollo del mercado interior. Su consolidación se consiguió gracias al
crecimiento de la población que procuraba mayor número de consumidores, el aumento de la
capacidad adquisitiva del campesinado, la especialización de los productos y la mejora de los
transportes. Así, se pasó de un mercado de ámbito local o comarcal a otro de ámbito nacional.
La industrialización del continente

A finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, la industrialización se extendió por el continente
europeo, aunque no en todos los países fue igual dicho proceso. Fuera de Europa, se extendió
a EE.UU. y a Japón.

En el caso de Bélgica y Francia, la industrialización se sustentó en la explotación de ricos


yacimientos de carbón, una agricultura desarrollada y una buena red de transportes.

En Alemania, la abundancia de carbón y hierro cimentó la industrialización.

En la Europa meridional, el crecimiento fue tardío y lento. En Italia y España coexistían áreas
fuertemente industrializadas ( Cataluña. Piamonte…) con regiones de economía rural. Esto fue
así por la falta de una reforma agrícola.

3.-LIBERALISMO ECONÓMICO Y CAPITALISMO

Liberalismo económico

Los pensadores británicos que elaboraron los principios del liberalismo económico fueron :
Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill.

Adam Smith consideraba que la búsqueda del interés propio era el motor del desarrollo
económico. Éste tenía la teoría de la oferta y la demanda que eran las que equilibraban los
intereses contrapuestos, mediante los precios, en el mercado. Además defendía la no
intervención del Estado en economía para que no obstaculizase el crecimiento económico.

David Ricardo decía que, al ser el trabajo una mercancía y muy abundante, los salarios no
crecerían por encima del nivel de subsistencia.

Malthus, por su parte, señaló que el crecimiento de la población desequilibraría su relación


con los recursos existentes, lo cual empeoraría el nivel de vida de las personas.

Capital, trabajo y mercado

En el sistema capitalista, los medios de producción están en manos privadas, en manos de la


burguesía o capitalistas. Los asalariados o proletarios sólo poseen su fuerza de trabajo que
deben alquilar por un salario.

Además, es un sistema que tiene como objetivo la búsqueda del máximo beneficio que sólo se
puede conseguir reduciendo los costes de dos maneras: adoptando técnicas más avanzadas o
bajando los salarios a los trabajadores.

Los desajustes entre la oferta y la demanda provocan crisis periódicas que se corrigen
ajustando los costes ( salarios) o la producción ( oferta). En estas crisis, los productos no se
venden, los precios caen, los beneficios bajan, las empresas cierran y el paro aumenta.
Proteccionismo y librecambio

El librecambio supone la no intervención del estado en el comercio internacional, lo cual


permite que las mercancías se intercambien libremente entre los distintos Estados,
dependiendo exclusivamente de la competitividad de las empresas.

El proteccionismo defiende la imposición de aranceles a los productos extranjeros con el fin de


encarecerlos y que así no sea rentable su importación.

4.- LAS CONSECUENCIAS SOCIALES

La nueva sociedad industrial supuso un intenso proceso de urbanización y la consolidación de


la sociedad de clases que se dividió en proletariado y burguesía.

Proceso de urbanización y segregación urbana

La industrialización obligó a los trabajadores a concentrarse en torno a la fábrica y trasladarse


a las ciudades, lo cual dio lugar a la sociedad urbana.

El rápido crecimiento de las ciudades originó una fuerte segregación social por barrios. La
burguesía edificó nuevos barrios residenciales donde la suciedad y la contaminación industrial
eran muy pequeñas. Tenían muchos servicios como iluminación o alcantarillado. Las grandes
avenidas articulaban estos barrios. Los barrios obreros crecieron rápidamente y sin
planificación. Las calles no estaban pavimentadas, con lo cual se llenaban de barro si llovía, lo
había alcantarillado ni servicio de recogida de basuras, ni agua corriente ni baños individuales.

La nueva sociedad industrial

Acompañando a la R.I. se produjo una profunda transformación social. En el campo,


numerosos pequeños propietarios se convirtieron en jornaleros, a la vez que el número de
campesinos disminuyó paulatinamente, pasando a engrosar las filas de proletariado industrial.

La aristocracia, ligada a la propiedad de la tierra perdió parte de su relevancia social ante la


consolidación del poder económico como pilar del estatus social.

La burguesía , vinculada a la propiedad de fábricas, disputó a la aristocracia la preeminencia


social. Los banqueros, empresarios y grandes propietarios agrícolas eran los que formaban
dicha burguesía que, gracias a su poder económico y político, organizó la sociedad en función
de sus ideas y valores. Estos valores eran: la exaltación de la riqueza y la propiedad privada, el
trabajo, el ahorro y el individualismo.

En medio de estas dos clases, apareció lo que se denomina clase media, cuyo rasgo común es
que no ejercían un trabajo manual. Eran profesionales liberales, técnicos e ingenieros,
empleados de comercio, funcionarios, trabajadores especializados, militares de alta
graduación y empleados de banca.
Las mujeres en la sociedad industrial

La sociedad industrial consolidó una clara diferenciación social por géneros. La esfera pública
quedó reservada a los varones, mientras que las mujeres quedaron relegadas a la esfera
doméstica.

Las mujeres estaban sometidas al hombre ( marido, padre…), tenía la obligación de obedecerle
y necesitaba su permiso para cualquier acto legal. Además, carecían de derechos políticos.

En general, las mujeres debían atender sus casas y a los hijos. En el caso de las campesinas y
obreras, además debían trabajar durante jornadas de entre 10 y 12 horas, por lo cual cobraban
menos que sus compañeros varones. La educación recibida por las mujeres era mucho más
reducida que la de los hombres, y eso en el caso de la burguesía y aristocracia que eran la
clases que se podía permitir educar a sus hijos.

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