Recibiste como ofrenda de traición Miserablemente mi rostro escondí, Cruel y despiadado te fui infiel. Dije, no quiero mas con tigo estar Retrocedí un paso, la espalda te di Contemplando nuevamente mi carne llena de pecado De nuevo me encontré destruido, sin tener porque vivir. Mientras un silencio profundo me abrazo A tus pies estaba yo, Tu misericordia de mi no se aparto En tu cruz mi peso cayó La mirada bajaste y me sonreíste con ternura A mis pensamientos y dudas diste respuesta Del miedo me libraste, mis sendas iluminaste Y un propósito a mi vida inspiraste Tu gracia mi corazón alcanzo Con una nueva mañana renací Para entregarte mi vida en adoración