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A los dimmers les asignamos un canal o dirección (entre 1 y 512, que es el rango de
direcciones de un universo) de inicio y de ese modo tenemos localizados sus canales de regulación.
Si damos la dirección “1” a un dimmer de seis canales, podremos controlarlos teniendo en cuenta
que el primer canal tendrá la dirección “1”, el segundo “2”, el tercero “3”, y así sucesivamente. Si
añadimos un segundo módulo de seis canales en nuestra instalación, tendremos que darle la
dirección “7” para poder controlarlo de forma independiente y seguir una numeración correlativa.
Otros dispositivos, como máquinas de humo, cambios de color, obturadores electrónicos,
focos móviles, estrobos... utilizan también para su control el protocolo DMX. En la actualidad, se
desarrollan otros protocolos que permiten avances como la bidireccionalidad en la comunicación,
un mayor número de canales de control o el transporte de la señal a través de redes Ethernet. Los
nuevos estándares son el RDM, que viaja por el mismo cableado que el estándar DMX, o el Art-
Net, a través de redes Ethernet.
3. El control de la iluminación.
Como ya hemos dicho, la forma más normal de generar señal DMX y controlar los dimmers
es utilizar una mesa de iluminación. Empezaremos explicando la más sencilla de todas, que consiste
en una serie de potenciómetros deslizadores (faders) que actúan cada uno sobre un canal.
Vamos a fijarnos en las mesas de la imagen. La ADB Swing6 (derecha) consiste únicamente
en seis de estos faders que controlan 6 canales independientes, de 0 a 100. No es posible modificar
la dirección DMX de estos canales, así que en cualquier caso se tratará siempre de los canales del 1
al 6. El modelo Swing12 controla ya 12 canales, igualmente sin posibilidad de configuración, y
añade un par de funcionalidades más. Para empezar, posee dos filas de 12 faders, ambas controlan
los mismos canales, pero podemos realizar una transición de una fila a otra utilizando dos de los
tres faders que hay a la derecha de la mesa, en la llamada “zona de masters”: los etiquetados como
A y B. Esto permite realizar una combinación de canales en la fila inferior mientras en escena
tenemos la preparación compuesta por la fila superior sin que las modificaciones que hacemos
afecten a la salida de la mesa, y, por tanto, a los dimmers. Cuando deslizamos a 100 el fader
etiquetado como B aparecen los canales que habíamos preparado en la fila inferior, y si deslizamos
a 0 el fader A desaparecerán los de fila superior, creando un fundido entre ambas escenas o
“preparaciones”. El tercer control de la zona de masters es el Master: Controla el valor global de la
salida de la mesa, y su puesta a 0 pondrá a cero simultáneamente todos los canales de la escena, no
importa a qué preparación pertenezcan, permitiéndonos realizar un fundido a negro u “oscuro”.
En un montaje de iluminación estándar lo más normal es que utilicemos decenas de estas
preparaciones de las que hemos hablado, y bastantes más de doce canales de regulación. Lo que
utilizamos son mesas programables computerizadas que permiten asignar cualquier canal o
combinación de canales a estos faders para su operación manual y programar una secuencia
automatizada de “escenas” o “memorias” (“light cues” o “cues” en inglés) con transiciones
controladas con tiempos de entrada y salida independientes. Para editar una escena asignamos
valores a los canales utilizando un teclado numérico y las vamos grabando en la memoria interna de
la mesa con una numeración secuencial. Esta secuencia, reproducida después en orden, escena a
escena, dará como resultado nuestro diseño de iluminación.
Ya que las mesas de iluminación son en realidad computadoras, ¿por qué no usamos
directamente una para controlar luces? Actualmente los sitemas operativos son suficientemente
robustos y los ordenadores portátiles suficientemente potentes como para pensar en aparcar las
enormes mesas de iluminación y utilizar software y hardware dedicado. Estos sistemas no están
demasiado extendidos entre los teatros y las empresas de alquiler, pero hay muchos profesionales
autónomos que los utilizan para instalaciones fijas en museos, integradas con elementos multimedia
o incluso para ir de gira con el sistema de control en la maleta. Existen multitud de programas que
se pueden utilizar con los controladores y “dongles” que hay en el mercado, que van desde un
simple conversor de USB a DMX (ENTTEC DMX-USB) a completos controladores multiprotocolo
(Lanbox-LCX).
Para la operación de estos sistemas en directo, solemos emplear interfaces MIDI que nos
proporcionarán los botones, faders y controles que necesitemos.