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Regulación, comunicación y control.

1. Regulación de la intensidad lumínica. Los dimmers.

La intensidad es la sensación de brillo, de cantidad de luz percibida. Esta percepción de


intensidad de luz sobre un objeto dependerá del contraste relativo con el entorno, es decir, de la luz
que esté recibiendo todo el resto de elementos en comparación con aquél que nos interesa. Por
supuesto, en términos absolutos, nosotros podremos actuar sobre la cantidad de luz que recibe un
objeto, pero si no tenemos en cuenta el entorno puede que no encontremos la relación adecuada de
contraste que necesitamos para resaltarlo sobre el resto.
Podemos controlar la cantidad de luz que incide sobre un objeto o un área del escenario
mediante el filtrado de los aparatos (los filtros neutros reducen la cantidad de luz sin afectar a la
coloración, todos los filtros de color, especialmente los más saturados, absorben luz). Pero el
método más empleado para controlar la cantidad de luz es la regulación de la potencia entregada a
la lámpara de incandescencia. El descenso de potencia en los filamentos de tungsteno provoca que
no alcancen la temperatura nominal para la que están diseñados, y esta regulación afectará a la
temperatura de color de la fuente, disminuyéndola.

(1) (2)

Fig.1 Dos métodos de regulación de potencia empleados en dimmers:


(1) Regulación por ciclo de trabajo. (2) Regulación por modulación de ancho de pulso.

Fig. 2 Los dimmers son equipos eléctricos


de alto consumo de potencia, normalmente
alimentados con energía trifásica, que constan de
diferentes canales de regulación independientes.
En las imágenes de la izquierda vemos el
frontal y la parte trasera de un módulo de seis
canales de la marca LT.
En el frontal, las protecciones contra
sobrecarga de los seis canales, más los controles y
una pantalla indicadora de su estado.
En la parte trasera, el cable de alimentación,
dos conectores “schucko” hembra por canal y la
entrada y salida de señal digital dmx. Este modelo en
particular tiene una entrada de señal analógica en la
parte frontal.
En la Fig.1 hemos visto dos métodos empleados en los dimmers para regular la luz mediante
interuptores electrónicos que impiden o permiten el paso de la corriente eléctrica. El primer método
se implementa mediante triacs y produce gran cantidad de calor, ya que el triac absorbe la potencia
cuando corta el paso de la corriente por lo que necesita ventilación permanente y los componentes
se desgastan rápidamente. El segundo método es más eficiente energéticamente y más preciso, pero
produce armónicos por el continuo paso de corte a conducción del tiristor, que pueden traducirse en
ruidos (de 120Hz) en las líneas de sonido y en interferencias en las imágenes de vídeo. Estos ruidos
se introducen en los dispositivos de audio y vídeo a través de la alimentación, y son la razón de que
en los espacios escénicos se dispongan diferentes tomas aisladas de corriente para los equipos de
sonido y los de iluminación. Incluso este constante paso de corte a conducción puede producir ruido
de vibración en las lámparas de nuestros equipos de iluminación, sometidas a constantes
variaciones de corriente.

2. El protocolo de comunicación DMX-512.

Para poder acceder a los canales de regulación de forma independiente emplearemos


normalmente el protocolo DMX, un sistema de comunicación digital en red que es capaz de
transportar señales de control para 512 canales por red (las redes DMX se llaman universos). La
señal DMX, normalmente generada por una mesa de control, viaja por cables (a pesar de todas las
recomendaciones técnicas, que indican que el cableado debe cumplir la norma EIA485, se suele
emplear cable balanceado de micrófono, aunque no es el más adecuado) con conectores XLR-
cannon de 5 puntas. Cada dispositivo conectado a esta señal forma parte de la red, y se le asigna una
dirección para su control. Para cada dirección, existen 256 valores posibles a enviar (de 0 a 255,
todos los que se pueden codificar con 8 bits). En el dimmer estos valores se traducen en un rango
que va de 0% de regulación (canal apagado) a un 100% (canal a plena potencia).

Fig 3. Conectores XLR de cinco puntas

A los dimmers les asignamos un canal o dirección (entre 1 y 512, que es el rango de
direcciones de un universo) de inicio y de ese modo tenemos localizados sus canales de regulación.
Si damos la dirección “1” a un dimmer de seis canales, podremos controlarlos teniendo en cuenta
que el primer canal tendrá la dirección “1”, el segundo “2”, el tercero “3”, y así sucesivamente. Si
añadimos un segundo módulo de seis canales en nuestra instalación, tendremos que darle la
dirección “7” para poder controlarlo de forma independiente y seguir una numeración correlativa.
Otros dispositivos, como máquinas de humo, cambios de color, obturadores electrónicos,
focos móviles, estrobos... utilizan también para su control el protocolo DMX. En la actualidad, se
desarrollan otros protocolos que permiten avances como la bidireccionalidad en la comunicación,
un mayor número de canales de control o el transporte de la señal a través de redes Ethernet. Los
nuevos estándares son el RDM, que viaja por el mismo cableado que el estándar DMX, o el Art-
Net, a través de redes Ethernet.
3. El control de la iluminación.

Como ya hemos dicho, la forma más normal de generar señal DMX y controlar los dimmers
es utilizar una mesa de iluminación. Empezaremos explicando la más sencilla de todas, que consiste
en una serie de potenciómetros deslizadores (faders) que actúan cada uno sobre un canal.

Fig 4. Las mesas ADB Swing12 y Swing6

Vamos a fijarnos en las mesas de la imagen. La ADB Swing6 (derecha) consiste únicamente
en seis de estos faders que controlan 6 canales independientes, de 0 a 100. No es posible modificar
la dirección DMX de estos canales, así que en cualquier caso se tratará siempre de los canales del 1
al 6. El modelo Swing12 controla ya 12 canales, igualmente sin posibilidad de configuración, y
añade un par de funcionalidades más. Para empezar, posee dos filas de 12 faders, ambas controlan
los mismos canales, pero podemos realizar una transición de una fila a otra utilizando dos de los
tres faders que hay a la derecha de la mesa, en la llamada “zona de masters”: los etiquetados como
A y B. Esto permite realizar una combinación de canales en la fila inferior mientras en escena
tenemos la preparación compuesta por la fila superior sin que las modificaciones que hacemos
afecten a la salida de la mesa, y, por tanto, a los dimmers. Cuando deslizamos a 100 el fader
etiquetado como B aparecen los canales que habíamos preparado en la fila inferior, y si deslizamos
a 0 el fader A desaparecerán los de fila superior, creando un fundido entre ambas escenas o
“preparaciones”. El tercer control de la zona de masters es el Master: Controla el valor global de la
salida de la mesa, y su puesta a 0 pondrá a cero simultáneamente todos los canales de la escena, no
importa a qué preparación pertenezcan, permitiéndonos realizar un fundido a negro u “oscuro”.
En un montaje de iluminación estándar lo más normal es que utilicemos decenas de estas
preparaciones de las que hemos hablado, y bastantes más de doce canales de regulación. Lo que
utilizamos son mesas programables computerizadas que permiten asignar cualquier canal o
combinación de canales a estos faders para su operación manual y programar una secuencia
automatizada de “escenas” o “memorias” (“light cues” o “cues” en inglés) con transiciones
controladas con tiempos de entrada y salida independientes. Para editar una escena asignamos
valores a los canales utilizando un teclado numérico y las vamos grabando en la memoria interna de
la mesa con una numeración secuencial. Esta secuencia, reproducida después en orden, escena a
escena, dará como resultado nuestro diseño de iluminación.

Fig 5. La mesa ETC Expression3, un “clásico” que ha dejado ya de fabricarse.


Control de iluminación por ordenador.

Fig 6. Lanbox-LCX controller y LCEdit, ejemplo de hardware y software de control de iluminación.

Ya que las mesas de iluminación son en realidad computadoras, ¿por qué no usamos
directamente una para controlar luces? Actualmente los sitemas operativos son suficientemente
robustos y los ordenadores portátiles suficientemente potentes como para pensar en aparcar las
enormes mesas de iluminación y utilizar software y hardware dedicado. Estos sistemas no están
demasiado extendidos entre los teatros y las empresas de alquiler, pero hay muchos profesionales
autónomos que los utilizan para instalaciones fijas en museos, integradas con elementos multimedia
o incluso para ir de gira con el sistema de control en la maleta. Existen multitud de programas que
se pueden utilizar con los controladores y “dongles” que hay en el mercado, que van desde un
simple conversor de USB a DMX (ENTTEC DMX-USB) a completos controladores multiprotocolo
(Lanbox-LCX).
Para la operación de estos sistemas en directo, solemos emplear interfaces MIDI que nos
proporcionarán los botones, faders y controles que necesitemos.

Fig 7. Un sencillo controlador MIDI de la marca KORG.

Enlaces web recomendados:


Hardware:
www.lanbox.com
www.enttec.com

Software de integración de audio/video/iluminación:


Qlab: www.figure53.com
isadora: www.troikatronix.com/isadora.htm
Art-Net: www.artisticlicence.com

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